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POSICIONES PERVERSAS
EN LA INFANCIA

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CoLECc1óN formas mínimas LUJAN IUALE
Directores LUCIANO LUTEREAU
LUCIANO LlITEREAU y PABLO PEUSNER
SANTIAGO THOMPSON

POSICIONES PERVERSAS
EN LA INFANCIA

q,~'lia
Iuale, Luj an; Lutereau, Luciano; Thompson, Santiago
Lujan l Posiciones perversas en la infancia - 1 ° ed. - Buenos Aires -
Letra Viva, 2012. - 125 pp. ; 20 x 13 cm .
en Psier
Buenos
ISBN 978-950-649-397-4 Índice
1. Psicoánalisis. l. Título
(UBA,. CDD 150.195
espejo ..
el autis
Prólogo, por Pablo Muñoz . . . . . 7

Luciar
en Filo Lo "perverso polimorfo": Rasgo de la sexualidad
(UBA) , y posición sexuada . . . . . . . .13

UCES) Indicios clínicos de una posición subjetiva perversa . 23


© 2012, Letra Viva, Librería y Editorial
Hacia1 Av. Coronel Díaz 1837, Buenos Aires, Argentina
letraviva@imagoagenda.com Posiciones perversas en la estructura . .39
perdidc www.imagoagenda.com
Fobia y perversión . . . . . .51
experie
Fundai Acting out, perversión y mirada .63
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11 .723
imagir. Perversión y objeto a . . . . 79
1 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina
La puesta en escena como recurso . .91
Coordinación editorial: Leandro Salgado
Santi;
Clínica de la posición perversa . . 103
Magis
Queda prohibida, bajo las sanciones que marcan las leyes,
Docer la reproducción total o parcial de esta obra bajo cualquier
método de impresión incluidos la reprografía, la fotocopia
La su~ y el tratamiento digital, sin previa autorización escrita del APÉNDICE. Interrogar una posición homosexual
con ce¡ titular del copyright. en la infancia . . . . . . 115

5
Lujan:
en Psic
Bueno~ Nota de los autores Prólogo
(UBA, .
espejo . . Este libro surge de un curso presentado en la plata-
forma virtual El Sigma que, luego, se dictaría como
el autis seminario en la Facultad de Psicología de la Univer-
sidad de Buenos Aires, con el auspicio de la Secre-
taría de Extensión, Cultura y Bienestar Universita-
rio. Asimismo, resultados preliminares de este tra-
Luciar bajo fueron expuestos en el VII Congreso Argenti-
en Filo no de Salud Mental - IV Encuentro internacional
de Salud Mental, y publicados en el volumen colec- En este libro Luján Iuale, Luciano Lutereau y Santiago
(UBA) , tivo ¿Diagnóstico o Estigma? Encrucijadas éticas de la Thompson realizan clara y ordenadamente un recorrido
Asociación Argentina de Salud Mental, así como en
UCES) un artículo para la Revista Diagnosis, titulado "In- por muchas de las referencias más citadas de Freud y La-
Hacia 1 fancia y perversión". can a las problemáticas que comporta lo que podríamos
Estas indicaciones preliminares tienen un doble
denominar "el campo de las perversiones" . De ese modo
perdidc propósito : por un lado, destacar el carácter de in-
vestigación en curso que alienta el trasfondo de es- se nombran en conjunto una serie muy disímil de cues-
experie tas páginas, que deben ser leídas como una instan- tiones tales como: conductas perversas, acciones perver-
cia de conversación entre colegas interesados en
Funda1 ciertos obstáculos clínicos de una práctica cotidia-
sas, perversiones transitorias, reacciones perversas, psi-
na. Dicho de otro modo, esperamos que el lector copatías, sujetos perversos, hasta llegar a lo que se cono-
imagir,
reciba este libro como una vía para aislar pregun- ce como "la estructura perversa". Como se ve, el "cam-
tas fundamentales, antes que respuestas que sólo
pueden ser provisorias. po perverso" se configura según un método: convertir lo
Santii Por otro lado, la publicación de este libro es una perverso en un adjetivo aplicable a cada uno de los íte-
buena ocasión para reconocer a quienes han acom- mes antes citados -así, tanto una conducta como el su-
Magis pañado el desarrollo de nuestro trabajo: a Emilia
Cueto, por su invitación a dictar el curso virtual; a jeto se califican de perversos-. La ilusión que ello gene-
Docer
Pablo Muñoz, por su generoso prólogo; a Gabriel ra es que podemos clasificar y ordenar un conjunto de
La su.g Lombardi, dado que muchas de estas inquietudes
problemas que la experiencia psicoanalítica nos presen-
se han planteado inicialmente en la cátedra a su
canee¡: cargo en la Universidad de Buenos Aires; a Adriana ta. Ello no sería dramático tan sólo por ser meramente
Rubistein y Arturo Frydman, por su constante res- descriptivo sino, sobre todo, porque acarrea el descono-
paldo a nuestra producción.
cimiento de lo que con "perversión" quiere decir Lacan:

7
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LlITEREAU - SANTIAGO THOMPSON

Lujan l dose de la oposición normal-anormal pero no insertándo-


un modalidad de lazo al Otro que implica considerar al
en Psio la en la dialéctica banal de la mutua exclusión sino enrare-
menos los términos sujeto barrado, otro, Otro y objeto a.
Buenos ciendo su relación en términos de proporciones: Considera,
Desconocerlo lleva "lo perverso" al campo de la psi-
en este sentido, que en la mayoría de los casos de perver-
(UBA,. quiatría. En efecto, en la perspectiva "clásica", la perver-
sión se encuentra un carácter patológico, no por el conte-
espejo . . sión ha sido concebida como un conjunto de desvíos de
nido de la meta sexual o el objeto, sino por su proporción
la norma expresado en conductas patológicas, denomi-
el autis
nadas "aberraciones sexuales". Esta oposición entre nor-
malidad y perversión es desdibujada por Freud -en par-
-
respecto de lo normal. La perversión no se presenta junto a
lo normal ~ que lo suplanta y sustituye. En ello es, para
.
2
Freud, .un síntoma patológico.....,..
.~

Luciar te- al considerar la sexualidad en su conjunto como per- •


Cuando Lacan interviene sobre el tema, promueve rela-
versa: " ... cada uno de nosotros, en su propia vida sexual ~
en Filo
[ ... ]transgrede un poquito los estrechos límites de lo que -
ciones opositivas entre las perversiones, las neurosis y las psi-
.~ ..
(UBA), cosis....En su búsqueda por establecer distinciones sin imitar
se juzga normal" .1 Pues para él lo normal de la sexualidad
el modelo psicopatológico descriptivo que subsume el caso
UCES) es su transgresión, dada la característica esencial de la pul- ·
bajo la especie mórbida correspondiente, define a la perver-
Hacia1 sión: su radical independencia del objeto.
sión no en términos fenoménicos (a partir de conductas ti-
En el primero de sus ensayos sobre teoría sexual Freud
perdidc pificadas, de prácticas desviadas o colección de rasgos) sino
escudriña minuciosamente las aberraciones sexuales en
experie como una modalidad de lazo entre el sujeto y el Otro que
cuanto al objeto y en cuanto a la meta echando por tierra
se especifica_porque el primero resulta en posición de ob-
Funda1 sistemáticamente todas las connotaciones patológicas de la
sexualidad humana en términos de degeneración y de in-
jeto a ofrecido como instrumento del goce del Otro. 3 Esta ,
imagir definición es extensamente trabajada por Luján, Luciano y
natismo, y va llevando al lector hacia una conclusión no-
Santiago, extrayendo notables consecuencias prácticas, sin
vedosa: el perverso no ha devenido sino que ha permaneci-
conformarse con lo ya sabido, haciéndole decir a esa máxi-
Santi: do tal. La hipótesis es la dej a fijación. Ello no implica que
ma lacaniana mucho más de lo que nuestras orejas están ha-
Magis la perversión no pueda de allí en más considerarse patoló-
bituadas a escuchar.
Docer gica. Más bien el esfuerzo de Freud es deslindar cuándo las
En ese sentido este libro es instructivo pues, además, los
perversiones abandonan el terreno de la normalidad -más
La su~
allá de sus móviles fronteras- para adentrarse en el campo 2. Cf. Freud, S. (1905) ''Tres ensayos de teoría sexual" en Obras comple-
con ce¡ de la patología. Vemos entonces cómo argumenta sirvién- tas, Vol. VII, op. cit.
3. Tres textos son las referencias para seguir la construcción de esa defi-
1. Freud, S. (1905) "Fragmento de análisis de un caso de histeria nición: Kant con Sade, El seminario 10: La angustia, El seminario 16: De
(Dora)" en Obras completas, Vol. VII, Buenos Aires, Amorrortu, un otro al Otro.
1988, p. 45.
9
8
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

Lujan l autores recorren con solvencia muchas otras referencias: in- tada del mito analítico -deberíamos decir específicamen-
en Psio terrogan la denominada por Freud disposición perversa po- te "lacaniano" - de que los perversos no consultan, lo cual
Buenos limorfa, trabajan los tres tiempos del Edipo delimitados por ha llevado a los analistas a no ocuparse como lo han hecho
1

Lacan, articulan y distinguen opositivamente las escenifi- con neurosis y psicosis, y a contentarse con frases hechas.
(UBA,. .. illl ""

caciones perversas _con el acting ~ut -cuyo desconocimien'- Aquí se pone en tela de juicio ese mito. Uno de los efectos
espejo .. - - '";I

to llevó a autores posfreudianos a impasses teóricos y clíni-


-- - .. .a
de ese desconocimiento ha llevado no sólo a que las elabo-
el autis .s;os refleja.f!.os en lo que consideraron "perversiones transi- raciones de Lacan sobre la perversión no se haya traducido
.......
torias" J} "reacciones perversas
,,,..., _.....__
recorrido muy preciso por los primeros aportes de Lacan a
...
paradójicas';:_ 4 ~realizan un en una abundante presentación de casos por parte de los psi-

Luciar coanalistas, sino, sobre todo, a que cuando alguna conduc-

en Filo .. --
la perversión donde enfatiza la relación sujeto-falo, y mues-
tran con claridad las consecuencias de su relectura a partir
-· , ta perversa se presenta, suele considerarse una modalidad de
"suplencia" en una psicosis, o bien se la lleva del lado de la
(UBA) : de la introducción ckl objet~ a; todo ello recorriendo figu- neurosis como"rasgo de perversión". Los autores de este li-
UCES) ... -
ras tales como el trave_stismo, el fetichismo, la homosexua-
lidad, la fobia, el masoquismo, el sadismo -por mencionar
...... .... bro no recaen en estos prejuicios porque han leído a Lacan

Hacia1 - - __.,...-
algunas-, sin dejar de lado los referentes clínicos clásicos -
..... con otro espíritu.
En efecto, si hay una enseñanza que podemos extraer
perdidc como Juanito y Harpad- y, como si fuera poco, exponien- de la intervención de Lacan sobre el tema es que las llama-
experie do casos de su propia experiencia. das prácticas
-
'
o escenificaciones perversas, descriptivamen-
•\ ...
Quizás en esto último radica el mayor valor de este tra- te, no se confunden con la posición del sujeto de la perver-
Funda1 n •
bajo: la precisión conceptual y la claridad expositiva son ne- sión -entendiendo por tal la efectuación del sujeto comp
imagir; cesarias para que un texto tenga valor académico, pero un respuestª a los fOl}~ionamientos y determinaciones pro-
libro de psicoanálisis requiere un poco más. Y éste es el caso venientes.del campo del Otro-;. 5
pues este libro parte de la experiencia, de lo que de la prác- Es así que encontramos en este trabajo de Luján Iuale,
Santi•
tica nos interroga, nos interpela. Asistimos en estas páginas Luciano Lutereau y Santiago Thompson la feliz expresión
Magis
a la respuesta que los autores construyen, forzados a pensar
Docer y repensar una y otra vez la teoría y las condiciones de una
- ,
"posición perversa". Lo cual rubrica aquello que se consta-
ta a lo largo de las páginas de este volumen: que los auto-
La su~ práctica con la perversión que, como bien dicen, está afee- res no recaen en los prejuicios que conducen a lecturas re-
con ce¡: duccionistas, que tienden a la entificación y psicopatologi-
4. Cf. Los comentarios de Lacan sobre el caso de perversi6n sexual transitoria
de Ruth Lebovici en "La dirección de la cura y los principios de su poder",
5. Cf. Lacan (1958) "De una cuestión preliminar a todo tratamiento po-
en especial cap. Ill, par. 7 y 8. De manera más amplia examina el proble-
sible de la psicosis", en Escritos 2, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008, pp.
ma en el seminario 4: Las relaciones de objeto, Buenos Aires, Paidós.
• 509-5 57.

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

Lujan l
zación de las posiciones perversas. Cuando nos dicen que
en Psio
"no hay una posición perversa en un niño sin una madre
Buenos que haga de ese niño su fetiche", nos enseñan a leer allí al Lo "perverso polimorfo":
(UBA,. perverso, no como un ser individual y consistente, defini- Rasgo de la sexualidad y posición sexuada
espejo . . do por un conjunto de rasgos que le son propios ordena-
dos en una "estructura clínica", sino como el efecto subje-'
el autis
tivo -eso es el sujeto- que resulta del encuentro de un ha-
blanteser con lo que del Otro lo condiciona y determina •
Luciar
en Filo
-
de modo absolutamente interpelante. Posición sub;tiva
que en el relato de sus vicisitudes, hecho en la transfe-
rencia a alguien en posición de analista, dará a leer algo
Estamos habituados a hablar de la sexualidad infantil,
o incluso del infantilismo de la sexualidad, acentuando
(UBA) , que se convertirá en el sustrato de la operación analítica. siempre un rasgo del cual la sexualidad humana no po-
UCES) Los autores nos proponen que si en la perversión la dría prescindir: su carácter perverso polimorfo.
Hacia1
perdidc
pregunta por el lugar en el deseo del Otro es subvertida
por la particular respuesta perversa que es hacerse ins-
,.
.-
En la "13ª Conferencia: Rasgos arcaicos e infantilis-
~
mo del sueño", Freud parte de situar que el niño posee
trumento del goce del Otro, la apuesta del análisis radica una rica vida sexual, y qüe lo que-en ef adulto puede ser
experie en abrir la interrogación por dicha posición y, con ello, nombrado como "perverso" depende de condiciones es-
Funda1 producir la división subjetiva. Agreguemos que ello sólo pecíficas:
imagir, será factible cuando un analista, al ofertar su escucha en
términos de asentimiento, instaure el trabajo de la pala- "[En primer lugar, el] trnpaso de la barrera entre las.es-
bra por la palabra, propiciando que el relato de la escena pecies (el abismo entre el hombre y el animal); en se-
Santi;
.
--
perversa se convierta en un texto que en sus reiteracio- gundo lugar, por la trasgresión
- -
deJa barrera del asco;
nes y en sus vacilaciones pueda ir llevando a mellar la fi- tercero, de la barrera del incesto (la prohibición de bus-
Magis
jeza de una posición francamente devastadora para el de-
-..-
car satisfacción .. -
sexual en parientes cercanos consan-
Docer
La su,g
seo que, como analistas, nunca renunciaremos a inten-
tar producir, aún en el sujeto de la perversión.
-
guíneos); cuarto, de la identidad del sexo y, quinto, por
-
la transferencia del papel genital a otros órganos y par-
.
canee¡: tes dél ruerpo." 1 -
En las páginas que siguen los lectores hallarán las mar-
cas de esa apuesta.
1. Freud, S. (1916-17) "13° Conferencia: Rasgos arcaicos e infanti-
PABLO D. MUÑOZ lismo del sueño" en Conferencias de introducción al psicoanálisis, en
Buenos Aires, mayo de 2012 Obras completas, Vol. XVI, Buenos Aires, Amorrortu, 1984, p, 191.

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POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

Lujan l Nos topamos aquí con la caracterización ya harto co-


A continuación, Freud añade que todas estas barreras
en Psio no están presentes en la vida anímica infantil, sino que nocida del niño perverso polimorfo, que tanto ha sido di-
- .. .... - ,'f;' .- •

Buenos irían surgiendo a posteriori: fundida. En este punto, se estaría hablando de un aspec-
(UBA,.
"El niño pequeño está libre de ellas. No conoce to-
~- .
to universal, de un rasgo propio de la sexualidad infañ -
til, inherente a la condición humana. Sin ..._ embargo, ca-
espejo. , davía ningún tajante abismo entre hombre y animal; bría poner en tensión esta afirmación con una leve dis-
el autis sólo más tarde se desarrolla en él la arrogancia con que quisición que Freud planteó en 190 5 -al escribir Tres en-
aquel se aparta de este. Inicialmente no muestra asco sayos de teoría sexual- qu; ;n-;;o<lo"'alguno invalida lo di-
alguno frente a lo excrementicio, sino que lo aprende

cho en el párrafo anterior, pero que claramente introdu-
Luciar poco a poco bajo el imperio de la educación; no atribu- ce un matiz interesante.
en Filo ye un valor particular a la diferencia de los sexos, más Es preciso volver a Tres ensayos, a ese texto tantas ve-
bien les imputa a ambos la misma formación genital; ces leído, buscando lo ya sabido, para encontrar con sor-
(UBA) 1
dirige sus primeros apetitos sexuales y su curiosidad a
presa un pequeño deslizamiento, un detalle que invita a
UCES) los seres más allegados, y a quienes más ama por otras
formular la siguiente pregunta: ¿Es lo mismo hablar del
Hacia1 razones: padres, hermanos, personas encargadas de su
rasgo propio de la sexualidad infantil como perversa po-
crianza; por último, muestra lo que vuelve a irrumpir
perdidl limorfa, que hacer referencia al niño como perverso po-
luego en la exaltación de un vínculo amoroso: no sólo
experie espera placer de los órganos sexuales, sino que muchos
limorfo? Partiendo del texto freudiano es posible diferen-
- ~

otros lugares del cuerpo reclaman esa misma sensibili- ciar la disposición perversa polimorfa de lo que sería una
Funda1 . _ , . . .. .._ ~ n· -

dad, procuran análogas sensaciones placenteras y, así, posic(ón perversa polimorfa. _


imagir pueden desempeñar el papel de genitales. El niño puede Freud presenta este texto dividido en tres pequeños
ser llamado, entonces, 'perverso polimorfo'; y si no ad- ensayos que parten de las aberraciones sexuales y culmi-
Santi; vertimos más que rastros de la práctica de estas mocio- nan interrogando la elección de objeto en la pubertad tras
nes en el niño, esto se debe, por una parte, a su menor la segunda oleada pulsional. El punto de anclaje en que
Magis intensidad por comparación a la que poseen en épocas se anudan los dos polos es, sin lugar a dudas, el aparta-
Docer
La su~
más tardías de la vida, y, por la otra, a que la educación
sofoca en el acto, con energía, todas las exteriorizacio-
nes sexuales del niño." 2
do dedicado a la sexualidad infantil. Su teoría de las pul:..
siones parciales le permite hablar de una sexualidad que
------~---n - .,
-.- <"11'::-
escapa a la lógica d!;_ la reprnducción,.,haciendo hincapié
conce1
en la satisfacción como única meta:¡ Es a partir de allí
que el chupeteo, el tr~tamiento de las heces y el inte; és
2. !bid .

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

Lujan: en los genitales, se constituyen en exponentes claves de d<· donde puede extraerse la siguiente conjetura: es preci-
en Psic la masturbación, poniendo en evidencia la existencia de <> distinguir el polimorfismo propio de la sexualidad in-

la sexualidad infantil propiamente dicha. l.1ntil centrado en la parcialidad de la pulsión, así como
Bueno~
De hecho, Freud llega a afirmar que cualquiera de las 1.1 mbién el rasgo perverso que dicha sexualidad porta - en
(UBA, l.1 medida en que se aleja de tod-a norma que orientaría"'el
trasgresiones que pueden encontrarse en los perversos no
espejo . . son ajenas a las personas llamadas "sanas", haciendo del .l<'to sexual con fines reproductivos-, de algo que Freud
el autis rasgo perverso de la sexualidad un aspecto universal: "La •;nstiene con mucha sutileza:
disposición hacia lo perverso no es una 'rara' particula-
"Es instructivo que bajo la influencia de la seducción el
ridad, sino que tiene que formar parte de la constitución
Luciar niño pueda convertirse en un perverso polimorfo, sien-
llamada normal" .3 Luego, Freud hace referencia explíci-
do descaminado a practicar todas las trasgresiones po-
en Filo ta a la sexualidad infantil con el fin de establecer el nexo
sibles. Esto demuestra que en su disposición trae con-
(UBA) con el segundo ensayo.
sigo aptitud para ello; tales trasgresiones tropiezan con
Para Freud, en este momento de su obra, la perver- escasa resistencias porque, según sea la edad del niño,
UCES)
sión se torna un síntoma patológico cuando el r asgo se no se han erigido todavía o están en formación los di-
Hacia 1 fija y se vuelve exclusivo, al punto de prescindir incluso ques anímicos contra los excesos sexuales: la vergüen-
perdidc del objeto de amor. El rasgo deja de ser atributo del oh- za, el asco y la moral." 4
experie " jeto para sustituirle;°.

Fundai
En el capítulo 2 de Tres ensayos, Freud se dedica a dar Unos párrafos antes, Freud había afirmado que la 1
carta de ciudadanía a la pulsión sexual en el vivenciar in- sexualidad en el niño se despertaba en forma espontá-
imagir: fantil. Si hasta ese momento sexualidad y niñez consti- nea por causas internas y que, por ende, no requeriría d e

Santi;
tuían conjuntos disjuntos, Freud las conjuga a partir de
la localización precisa de la pulsión sexual en el terreno
de la infancia. Ahora bien, hablamos recientemente de
-
la seducción. Conviene, entences, preguntarse por'9 los
efectos, no ya de las fantasías primordiales que vienen
en auxilio del neurótico para velar su propio goce, sino
Magis
esa "disposición" que estaría presente en todos los seres de lo que ocurre cuando a esas causas internas se le aña-
Docer humanos y que Freud llama "perversa polimorfa". De he- den formas d el lazo c~n el Otro que inyectan un "excé-
La su~ cho, uno de los apartados lleva por título "La disposición so" de goce que el nifio no logra tramitar. No se trata d e
perversa polimorfa". Es de este punto, específicamente, un goce sup-uesto al Ótro sino de un g-oc~ ejercido sobre
conceJ
3. Freud, S. (1905) Tres ensayos de teoría sexual en Obras completas,
Vol. VII, op. cit., p. 156. 1\. Ibid.,p173.

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

el cuerpo del niño, aun bajo las formas del "dar a ver" ia va acompañada por la amnesia que recubre el tiempo
propio de la mirada. De hecho, en la conferencia antes lógico anterior. Es interesante notar también cómo pre-
citada Freud añadía lo siguiente: senta este concepto junto con otro término, al hablar de
"latenci'!.2,~r~m~r;:o:~ Lo~t~a cu~,.nta _cle_alg2._
"Cuando los niños son abandonados a su arbitrio o es- que está
tán bajo el influjo de la seducción, suelen dar muestras
....... bajo la forma .......... .._ del par presencia-ausencia,
.. - .... y el
diferimiento introduce el carácter temporal: lo diferido
bien visibles de una práctica sexual perversa." 5
;s algo que aparece
..:r' _
..,,._ ....
..... _
~ -
en.... un tiempo
destiempo, situando una discontinuidad entre el primer
.,.,,
-.,
diverso, a posteriori,
..... - ..
a
..
El niño "puede convertirse" en un perverso polimorfo
~


sólo si no lo es. Entonces, cuando afirmamos que el niño
es un perverso polimorfo, en verdad deberíamos decir que
la sexualidad infantil es perversa polimorfa, y diferenciar
Infantil -.y.......la segunda
so a lá --
pubertad.
- ,,.. - -
_,.. -
...... _
liempo de.,1t infancia, instit,twen!<;_y_con_st!t,.uyepte de lo
oleada pulsional, - propia del i:qgre- ~
.... : - -
El tiempo de la la.te_ncia x_?el diferimiento es el tiempo
esto de lo que sería una primera manifestación de cierta
posición respecto a la sexuación. En este sentido, frente
mismo de construcción
-._ ... _..los diques morales, ~~di.ante~
de ~ . ~

un trabajo minucioso del psiquismo en torno al intento


al carácter perverso polimorfo de la sexualidad no todos . w

los niños tomarían la misma posición. Algo se inscribe y ~ - ,. --


de domeñar lo pulsional. Latencia y borde, en este senti-
do, son contemporáneos. Tambi~n .f s el tiempo de la su-
algo se rechaza, dando lugar a lo que pretendemos ubi-
blimación y: de las formaciones reactivas, de allí que io
car como posiciones perversas en la infancia. ...... -
qu<; era Qormal en eLprlmer-tiempo {ausencia de pudor,
:isco y juicio moral) sufre una transformación durant e
<'Ste tie:g:ipoJ dad9 que ha]:>rá una afectación del cuerpo 1
La latencia (El corte entre dos tiempos) --·»~·loo"". -~ .11'1 ..

propio y ckla relaci.ÓI1 con eL cuerpo del _otro.J a ~i_::!- :{


d::id aceptada en el niño pequeño como algo enteramen-
En el segundo ensayo, Freud considera otros elemen-
lc natural en el carácter infantil debe sufrir "una inhibi-
tos centrales del trayecto que va de la infancia a la pu-
ción en virt ud de la cual la pul.sión de apoderamiento"'se
bertad. A la primera oleada pulsional debería seguirle ~ ~

--- -
- - lf1 1

detiene ante el dolor del otro". 7


-como operación lógica que sigue al sepultamiento del ~-
Este límite, como freno ante la constatación de estar
complejo de Edipo-, lo que él llama "latencia". La laten-
1·)crciendo una acción que produce dolor en el otro, jun-

5. Freud, S. (1916-17) "13° Conferencia: Rasgos arcaicos e infantilis- 11 . Freud, S. (1905) Tres ensayos de teoría sexual, op. cit., p. 162.
mo del sueño", op. cit., pp. 191-192. lbid., p. 175.

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
/

\Jto con la compasión, serían efectos del pasaje por la la- una simple duplicidad de términos. No sólo yo veo al
t€ncia. Y, a continuación, Freud agrega lo siguiente: otro, sino que lo veo verme, lo cual supone un tercer
término, es decir que él sabe que yo lo veo. Se cierra
"La ausencia de la barrera de la compasión trae consigo el círculo. Siempre hay tres términos en la estructura,
el peligro de que este enlace establecido en la niñez en- aún cuando esos tres términos no estén explícitamen-
tre las pulsiones crueles y las erógenas resulte indiscer- te presentes." 9
nible mas tarde en la vida." 8
De este modo, la perversión tiene un acento en lo
He aquí un punto crucial sobre el que volveremos más mostrativo: se trata aquí de una mostración que respon- •
adelante. Antes de dar ese paso, haremos un breve rodeo de a otra lógica que la del acting out neurótico. Asimis-
por la cuestión de la perversión infantil en el comienzo mo, este juego de miradas es patente en todo lo relati-
de la enseñanza de Lacan. vo al comportamiento del niño, y puede traslucirse en
ciertas posiciones perversas en la infancia -que ubica-
remos a partir del recurso a referencias clínicas concre-
La pregunta por el estatuto de la perversión infantil en I.acan tas-. Cabe destacar una pregunta que Lacan deja plan-
teada en este seminario:
Desde el Seminario 1 Lacan hace referencia al niño
como perverso polimorfo. Allí ubica una "perversión pri- "¿si el niño es un perverso polimorfo, significa esto
maria", y trata de situar a la perversión en lo que llama- que es preciso proyectar en él el valor cualitativo de la
ba -en esa época- la "dialéctica intersubjetiva", que im- perversión tal como es vivida por el adulto? ¿Debemos
plica siempre un elemento tercero. Lacan sostiene que si buscar en el niño una intersubjetividad del mismo tipo
Freud pensó al niño como un perverso polimorfo, ello se que la que vemos es constitutiva de la perversión en el
debe a que la perversión supone la dimensión de la in- adulto?" 1 º
tersubjetividad imaginaria. Esta dimensión se encuentra
asociada a la mirada: En esta misma línea, J.-A. Miller planteó alguna vez
lo siguiente:
"La mirada, que hace que yo veo que el otro me ve, y
que tal tercero que interviene me ve visto. Nunca hay
Lacan, J. (19 53-54) El seminario 1: Los escritos técnicos de Freud, Bue-
nos Aires, Paidós, 1992, pp. 313-317.
8. !bid.
10. !bid.

20
21
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

"La perversión primaria del sujeto -lo que se populari-


zó mediante la expresión 'el niño perverso polimorfo'
[ ... ]consiste en decir que el niño es radical y primaria- Indicios clínicos de una posición
mente perverso. [ ... ] En el seminario 4 tenemos la con-
tinuación de esa tesis. La perversión primaria del suje-
subjetiva perversa
to no es más que la de ser el falo de la madre y lo que
hay que saber es si el sujeto se deshizo de esa perversión
primaria. Como saben, la tesis de Lacan es que, en ver-
dad, no." 11 •

Nosotros deberemos agregar, entonces, a la interro-


gación sobre el niño perverso polimorfo, la distinción de
aquello que es universal y lo que se p~ticulariza en una
toma de posición primera respecto de la sexuación. Para En el capítulo anterior comenzamos a interrogar la
dar cuenta de este último aspecto será necesario delimi- denominada disposición perversa polimorfa, e intenta- J
tar ciertos indicios clínicos precisos. mos cerp.ir ~una diferenciación entre aquello que sería l
propio de la sexualidªd Í-~lltil -y, en ese sentido, rasgo '
presente en todo niño- y otro uso del término que Freud
apenas sugiere en Tres ;nsayos: el niño puede devenir pei-:
verso polimorfo y dedicarse a realizar toda una serie de
~

prácticas llamadas perversas.


En este punto, es importante otorgar a esta intuición
freudiana un correlato clínico que permita precisar esta
fo rma de perversión, por ejemplo, a través del modo en
que el sujeto establece el lazo con el Otro y en que se po-
siciona respecto de la satisfacción. Para ello comentare-
mos dos casos clínicos, con el propósito de plantear la
uestión en función de dificultades concretas de la prác-
t lea analítica.
11. Miller, J.-A. (1993 -94) Done. La lógica de la cura, Buenos Aires, Pai-
dós, 2011, p. 278 .

22 23
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

Usos de la ley: paradojas clínicas palabras, pero cabe decir que esa mirada claramente di-
vidía al Otro, en tanto daba la sensación de estar frente
En el primer caso, se trata de una adolescente que a alguien que sería capaz de hacer cualquier cosa. Deja-
asistió a sólo dos entrevistas, dado que se negaba rotun- remos para más adelante la cuestión de la mirada, que
damente a iniciar un tratamiento. Quienes consultaban retomaremos en otros casos en que también se da cuen-
eran los padres, francamente angustiados. Decían que ta de la particular mirada del niño, al tomar el sesgo de
no entendían nada de lo que les estaba pasando. Relata- lo mostrativo. Sí es notoria aquí cierta relación de lapo- •
ron que, unos meses atrás, su hija de 14 años comentó a sición de la adolescente con la manifestación de un ca-
una amiga y a la madre de ésta que el padre abusaba de pricho que se hace ley.
ella. Ambas acompañaron a la joven a un CGP e hicieron
directamente una denuncia. La madre y el padre fueron
citados por separado. La madre fue acusada de encubrir Transgredir el pudor: un indicio de estructura
la situación; y al padre lo trataron como un delincuente
sexual. Entonces, comenzó una causa judicial que, en el El segundo caso corresponde a un niño de 9 años, cuyo
momento de la consulta, continuaba en el fuero penal. tratamiento duró 6 meses aproximadamente, en un con-
Sin embargo, cuando los padres hablan con la chica, ella texto institucional. Lo llamaremos Mario.
refiere que "no sabe por qué lo hizo" y escribe una carta Los padres consultan derivados por la escuela. Ya han
diciendo que, en realidad, nada había sucedido. De las hecho consultas anteriormente, porque hay problemas
evaluaciones que se le hicieron tanto m édicas como psi- con el niño desde el jardín de infantes . La manifestación
cológicas no hubo constatación del abuso. principal era a nivel de la conducta: no presentó nun-
Lo más impactante en la presentación de esta joven ca problemas de aprendizaje pero no aceptaba los lími-
era la ausencia total de remordimiento, culpa o cual- tes. En esas consultas previas siempre les sugirieron en-
quier otro sentimiento similar. Tampoco se la notaba Lrevistas a padres porque suponían dificultades en ellos
atemorizada o angustiada por no poder sostener sus di- para cumplir con la función parental.
chos (tanto si los hechos hubieran o no acaecido). Y en En la primera entrevista, los padres comentan que Ma-
las dos entrevistas situó que ella no tenía ningún moti- rio "tiene muy mala conducta" y que "no le gusta estu-
vo para hacer tratamiento, al tiempo que sostenía una diar". "No acepta límites ni normas, no sólo en la escue-
mirada muy significativa. Es habitual que a los analistas b, tampoco las respeta en casa". La madre decía: "Ma-
nos cueste dar crédito a aquello que no está puesto en rio, m e saca", y, luego, agregaba: "Ya no sé que más ha-

24 25
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

cer con él". "Lo último que hizo fue subirse arriba de los Mario nació con un año de diferencia respecto de su
bancos y patearles las cartucheras a los compañeros". hermana mayor. En cierta ocasión, la madre contó que
Muchas de las discusiones entre madre e hijo termi- cuando supo que sería varón pensó que le gustaría que
naban en peleas cuerpo a cuerpo, una de las cuales se fuese "vago, sucio y quilombero" . En entrevistas poste-
produjo incluso dentro del consultorio. Mario tenía dos riores remarcó que a ella le gustaba otro nombre de va-
hermanos: una hermana mayor que le llevaba un año, rón, uno que la remitiera a un amigo de su hermano a
y otro menor que él, de siete años. Ambos eran blanco quien había conocido en la adolescencia, quien era "lin-

111
frecuente de sus golpes, y se quejaban por la conducta do y educado". Afirmaba, entonces, que "el día que tu-
111
111
de su hermano. viese un hijo le pondría dicho nombre". Sin embargo,
•ll
tll Para el padre todo el conflicto se centraba entre lama- ese nombre no le fue asignado a Mario, sino que queda-
"
dre y el niño. Él trabajaba con adolescentes, dando cla- ría destinado a su segundo hijo varón. En el reparto de
ses, aunque su profesión era la de abogado. En las entre- atributos Mario fue homologado a aquello que habitual-
vistas, sus enunciados se especificaban como una especie mente es repudiado como rasgo, mientras que su herma-
de "saber hacer", con la forma de "hay que encontrar- no recibió la mirada amable de su madre al encarnar el
le la vuelta cuando un chico es problemático". Al mis- objeto ideal agalmático.
mo tiempo, hacía referencia constante a la cuestión le- En este sentido, la madre comentó que Mario tenía
gal, en términos de lo que está bien y lo que está mal y un odio atroz por este hermano y que, cuando podía,
al modo en que deben hacerse las cosas. Sin embargo, descargaba su furia contra él, al tiempo que le pregun-
respecto de la relación de Mario con su madre se ubica- taba a ella por qué con su hermano se reía y con él no.
ba en un lugar de impotencia en cuanto a oficiar como Alojado desde el rechazo se le planteaba al niño una en-
tercero. Siempre estaba desbordado por el trabajo y todo crucijada difícil de resolver. No se trataba del no tener
el tiempo lo convocaban para "apagar incendios", in- ningún lugar; el problema radicaba más bien en que
cendios que lejos de extinguirse proliferaban en la esce- el lugar mismo estaba sesgado por una desmentida en
na familiar. De hecho, unos meses después de iniciado la madre, que cedía un lugar paradoja!. Cabe pregun-
el tratamiento, y tras varias entrevistas con ellos, que- t arse, entonces, ¿qué del lazo libidinal-amoroso se ha
daría claro que el padre funcionaba al modo de un do- jugado para este niño? ¿cómo ha quedado tomado el
ble agente, negociando con ambas partes al mismo tiem- cuerpo en ese lazo primario, cuando todos los atribu-
po, sin imponer en definitiva ningún límite ni al niño tos que recibe, lejos de ser motivos de amor, son cau-
ni a la madre. sa de rechazo?

26 27
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LlITEREAU - SANTIAGO THOMPSON

En las entrevistas, Mario se presentaba desalineado. Ve- nidades cuál era su problema. Y Mario respondió: "Vos
nía con el uniforme de la escuela: la camisa mitad aden- sos mi problema".
tro y mitad afuera del pantalón; le faltaba un cordón del La madre comenta que el fin de semana fueron al su-
zapato y arrastraba los pies al caminar. Prácticamente no permercado y Mario se escapó: "Tuve que salir a buscar-
miraba al analista y no emitía palabra alguna. Cuando se lo con el auto. Cualquiera de mis otros hijos se morirían
le preguntó por qué venía, su respuesta fue contundente: de miedo si se quedaran solos" . Mario, en cambio, se es-
"No sé, la que sabe es mi mamá". Este silencio, predomi- capaba una y otra vez, y al mismo tiempo convocaba al ..
nante, se sostuvo a lo largo del tiempo que duró el trata- otro con su presentación disruptiva. Hasta aquí podría
111: miento, salvo raras excepciones: un día comentó que esta- pensarse la dimensión propia del acting out, pero queda
di: apenas formulada la pregunta respecto de qué lugar ocu-
111'
•llt
ba contento porque iría a su casa uno de su~ primos y, en
~i'
otra oportunidad, hizo referencia a que su perra tuvo ca- pa para el Otro materno, en tanto una respuesta se anti-
'"'" cipa a la pregunta: el lugar del vago, sucio y quilombero.
'" chorros. En general, buscaba algún juego de reglas y todo
',,¡" Luego de un rato de entrevista, Mario golpeó la puer-
111 se reducía a la expresión de su rostro: solía emerger en de-
11
11 terminados momentos una sonrisa gozosa, que más que ta del consultorio y se quedó en la sala de espera, des-
risa era una mueca. En el silencio de las sesiones se opo- de donde empezó a irrumpir una y otra vez en la sesión.
nía lo disruptivo de la entrada, sobre todo cuando venía Su rostro denotaba furia: entraba y sacudía la silla de la
con la madre, y lo ruidoso en lo escolar y en otros ámbi- madre riéndose. Luego salía, y en un minuto le pegaba a
tos públicos. Se advertía en Mario un claro rechazo a en- su hermana que estaba en la sal ~ de espera. Ante la pre-
trar en el "para todos" y en las normas del Otro. gunta de por qué hacía eso, respondía: "Porque quise".
En una oportunidad, en el momento de entrar en el Acto seguido comenzó una batalla entre él y la madre: él
consultorio, Mario estuvo forcejeando con su madre en Intentaba pegarle y ella le sostenía los brazos, armándose
la esquina porque quería irse. Luego se atrincheró en el una lucha cuerpo a cuerpo. Cuando la analista logró in-
hall del edificio, negándose a entrar. La madre comenzó tervenir para separarlos, Mario dijo a su madre: "Vos me
a tironearlo corporalmente. La analista sancionó, enton- li leiste muchas cosas", pero cuando se le pidió que acla-
1t' a qué se refería, dijo: "No te lo voy a decir".
ces, y no sin preocupación, que se lo esperaría arriba (el
consultorio estaba en un primer piso). Cuando lama- Hasta aquí pareciera que se trata de una neurosis, cuya
dre entra, dice: "No sé qué más hacer con este pibe". "El lmma de presentación está más del lado de la actuación,
problema lo tiene conmigo: me ama y me odia al mis- .11 inque las dificultades en el armado del lazo transferen-
c l.11 insistían como pregunta.
mo tiempo". Ella le había preguntado en varias oportu-

28 29
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

En la escuela comenzaron a sucederse una serie de te, "sos un degenerado". En una entrevista con los pa-
escenas en las cuales Mario parecía reduplicar la apues- dres el analista pregunta por estas cuestiones referidas a
ta, al tiempo que introducía una nueva faceta. Estas es- lo sexual, que aparecen tan poco veladas para el niño. El
cenas son las que dispararon la pregunta por la posición padre refirió que, habitualmente, Mario pasaba el tiem-
de este niño. Hasta este momento se había pensado el po con una prima un poco más grande que él, y que so-
caso desde la vertiente del acting out, donde el niño en lían estar en Internet. Ellos no controlaban lo que veían.
un intento desesperado buscaba barrar al Otro para alo- Pero a la madre no la convenció esta versión ya que la
jarse. Pero al desafío típico del niño con dificultades de prima "no presentó nunca ningún comportamiento que
,:
~i.
conducta se sumó una exacerbación de lo sexual y de la llam ara la atención ni de ellos ni de sus padres".
••~1: agresividad en relación con los pares. Hasta aquí el recorte del material clínico. Conviene
~1.
.¡111
Primera escena. Está en una clase de natación y, sin aclarar que el tratamiento estuvo poblado de ausencias
'"'"
,11¡ que medie conflicto alguno, toma a un compañero por reiteradas, situaciones donde teniendo que venir am-
11!·
~I : los pies y lo sostiene cabeza para abajo, dentro del agua. bos padres a una entrevista venía sólo uno de ellos, lle-
11·
11:
'" Interviene el docente para que lo suelte. No hay angus- gadas tarde que no se remediaron con cambios de ho-
'"
11:
tia, ni reproche alguno, ni atisbo de arrepentimiento. Lo rarios . Finalmente, en un momento, suspendieron el
11
suspenden de la actividad por varios meses. tratamiento. Dos meses después llamaron nuevamen -
Segunda escena. Se dedica a escribir frases obscenas en te, cuando la analista comenzaba una licencia por ma-
el pizarrón, frases que aluden al acto sexual. ternidad. En el padre hubo una expresión de sorpre-
Tercera escena. Empieza a tocar la cola a los varones sa. Cuando se le señaló que no podría continuarse el
en la fila, situación que hace que los compañeros oscilen tratamiento con el niño, no sólo por la maternidad,
entre la vergüenza y el repudio. Pero además les toca los sino porque la gravedad del caso requería que se lo vea
genitales a las nenas y les dice frases del estilo: "Te voy a al menos dos veces por semana, el padre dijo que no
coger" o "Te voy a meter la pija". Estas escenas provocan se podía abandonar a un paciente en mitad de un tra-
un revuelo infernal en la escuela, con padres que obvia- tamiento, y que se iba a quejar con las autoridades de
mente van a quejarse por esta situación. la institución. Se le señaló que podía hacer el reclamo
Confrontado por los padres respecto de estas escenas, que considerase pertinente, pero cabía recordar que
Mario niega haberlas llevado a cabo, y luego alega que fuero n ellos quienes dejaron de venir y no respondie-
"la mano se le movió sola". El padre oscila entre hacer de ron a ninguno de los mensajes que se les dejó . Esta ver-
cuenta que "son cosas de chicos" y decirle, abiertamen - tiente querellante de la demanda cedió en el transcur-

30 31
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

so del llamado, cuando al captar que el padre no escu- na la dimensión del objeto a. Pero éste no juega la par-
chaba nada, la analista cortó el teléfono. El padre vol- tida del mismo modo en uno y otro caso: mientras que
vió a comunicarse y dijo "se cortó", y ya en otro tono en la neurosis el acting out apunta a barrar al Otro para
señaló que él estaba en el medio y tenía que lidiar con constatar su posición deseante, en la perversión lo que
Mario y con su madre: con el niño porque no quería ir se muestra es el intento siempre fallido de re-integrarle
a tratamiento y con la madre porque ésta consideraba el goce al Otro. En este sentido no apunta a verificar la

que no se podía hacer nada con este hijo. posición deseante, sino a hacer existir el goce del Otro
causando la división en el partenaire.
011:
.1: Por otro lado, es importante destacar que ambos ca-
~I·
111 t
~I· Lecturas de los casos sos articulan un modo peculiar la relación del sujeto
1111
111 1 con la ley.
'"
"'
111: Estos dos recortes exigen abrir la pregunta por la posi- En el primer caso la ley opera en función de produ-
~I ,
11· ción subjetiva de estos niños. Si un diagnóstico se efectúa cir la angustia en el Otro. Es notable el uso que hace la
11:
en transferencia, en tanto ésta se constituye como el te- adolescente de la legislación: se vale de ella para volver-
1,,,
1:
1: rreno donde se librará la batalla, cabe preguntar: ¿cuáles se instrumento de goce que causa la división del Otro.
son las características que cobra en estos casos? En el seminario 10, Lacan sostenía que "el deseo hace la
La relación del sujeto con el Otro no es de rechazo. Ley" ,1 pero aquí la ley se independiza del deseo y se vuel-
Por el contrario, podría decirse que en ambas situacio- ve imperativo de goce.
nes el sujeto se encuentra sumamente interesado en el Algunas consideraciones sobre el caso Mario. Es claro
Otro, sólo que el sesgo que ese lazo toma excluye la di- que aquí no se formula ninguna interrogación por par-
mensión del lazo amoroso necesario para la instaura- te del niño acerca de lo que le acontece, tan sólo apare-
ción del sujeto supuesto saber. De este modo, la trans- ce la denuncia respecto de la madre, que deja al Otro la
ferencia corre el riesgo de transformarse, lisa y llana- formulación de la pregunta. El enigma se le propone al
mente, en el campo en el cual irrumpe lo que se mues- Otro: él sabe pero no dice.
tra. Es importante recordar que Lacan propone al ac- La perversión aloja la dimensión del secreto que él po- ·.
ting out como una verdad sin sujeto, texto que se ajusta see respecto del Otro, el secreto que daría la cifra del goce
sin dudas al caso, en la medida en que lo que se mues- del Otro: "El perverso para quien el deseo se sitúa él mis-
tra es del orden del objeto. Ahora bien, tanto en la neu-
1. Lacan, J. (1962-63) El seminario 10: La angustia, Buenos Aires, Pai-
rosis como en la perversión el acting out pone en esce- dós, 2007, p. 120.

33
32
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

mo, hablando propiamente, en la dimensión de un se- tos casos "la pérdida se trasciende en goce". 4 Clivaje y
creto poseído" .2 renegación son los mecanismos imperantes. En Mario
Si para este niño las coordenadas de la localización dicho clivaje se juega respecto de su accionar: no se re-

- --..
subjetiva se delimitan desde la desmentida materna, esto
-
supone un alojai:niento_:q:U~ en..v:erclad~desalOj.a al niño de
conoce. A pesar de que su accionar sea público y ofre-
cido a la mirada del Otro, se descuenta como sujeto, a
una vertiente amorosa. ¿Qué recurso le queda, entonc- condición de no reconocer allí el lugar de objeto en que •
es,~jetg? Como modo de respuesta , Catñeriñe Mn- queda. Nada de la pérdida se juega para él, porque no )
1ll: ~
lot planteó
...........
alguna¡¡__.,
vez una... salida
...
posible por la vía de la se negativiza como tal. Pareciera ser que algo empuj~IJ
11:: erotización de la pulsión de muerte: siempre a un "exceso", del cual el niño no puede salir.)/
~"
~"
ji:: Restarse al lugar del "vago, sucio, quilombero" impli-
'"
"' "La erotización de la pulsión de muerte facilita el cami- caría necesariamente castrar al Otro materno, sancio-
'" no a la perversión propiamente dicha, de la que cons- nar una falta a condición de producir su propia resta.
tituye la forma primaria. En efecto ella hace posible la Sin embargo, Mario se ocupa de encarnar ese lugar, ha-
transmutación del horror que inspira la castración en
un goce que representa su desmentida más perfecta. Lo
ciendo de la ausencia de lazo amoroso la condición de)
un goce que se ofrece por la vía de la mirada. Es un dar-
que caracteriza la perversión es lo que ese triunfo lleva
a-ver que convoca al Otro, restituyéndole la dimensión
consigo de desafío." 3
propia de la mirada.
¿cuál podría ser la diferencia entre un niño que hu-
Millot propone que en la perversión el niño se ve lle-
vado a prescindir del padre, y que esto lo deja a expen- biese respondido neuróticamente y uno que pareciera ha-
e
sas del amor o del desamor de la madre. Cabe agregar
cerlo de un modo diverso? Tal vez podría pensarse la neu-
rosis con el consecuente padecimiento del lado del suje-
que lo hace prescindir del padre en un tiempo en el cual
requiere de su intervención. Prescindir del padre a con- to respecto del lugar donde el Otro lo nombra: un "por-
tarse mal" que le volviese como pregunta o enigma. Un
dición de servirse de él, es la propuesta lacaniana, pero
"no quiero hacerlo, pero aún así...". No es el caso de este
esto vale para un segundo tiempo, cuando el padre ya
niño, que parece, más bien, no querer renunciar a ese lu-
ha jugado su papel. Además, Millot sostiene que en es-
gar, respondiendo al capricho materno que, más que de-
2. Lacan, J. (1964-65) "El seminario 12: Problemas cruciales para el
seü,pareciera presentar una faceta de goce. Con esto no
psicoanálisis". Inédito, clase del 5 de mayo de 1965. ---.,- ----- · · · o goce venficado en la madre sea
3. Millot, C., Gide, Genet y Mishima. La inteligencia de la perversión,
Buenos Aires, Paidós, 1998, p. 13 . 4. Ibid., p 14

34 35

-~-.
~-

"•,\ :
l ,

~ t.·
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

. mortífero para el. niño, pero sí es CO,TJ>licado_g.iawk> el ¿No podemos pesquisar algo de esta posición en Ma-
niño ...quS,a res.pjIDdiendo a es.Uggfr~bt~ando ~í la rio, tanto en la escena de la pileta como cuando toca a
castración en la,..;iiliiiiiiWI
madre. El niño mismo opera li"de smeñ- sus compañeros? Del mismo modo, ¿no hay algo de esto
(
tída: responde al "vago, sucio, quilombero" y hace que mismo cuando interrogado respecto de por qué le ha-
la madre diga al mismo tiempo: "No sé por qué es así". bía pegado a la hermana, simplemente responde "por-
Ninguna intervención pudo conmover el lugar que Ma- que quise"?
rio tenía para su madre -ni en la madre ni en el niño-, Por otro lado, está claro que su accionar toca lo más
quizá por dificultades en el manejo del caso, quizá por- íntimo del partenaire, en tanto hiere su pudor. A propó-
~·: ~
que el tercero como ley no operó. '
sito de este aspecto, Lacan dice que "el pudor es ambo-
...
¡l.,
~"
~:: En "Kant con Sade" (1962), Lacan formuló una re- ceptivo de las coyunturas del ser: entre dos, el impudor
'"'" conducción del imperativo categórico kantiano al modo de uno basta para constituir la violación del pudor del
"",,, que éste podría tomar en la experiencia sadiana: otro". 7 El caso de la joven, mencionado al comienzo, toca
11· i:
~I :
11· igualmente este punto. Uno de los puntos que destaca-
11:
'" "Tengo derecho a gozar de tu cuerpo, puede decirme ban los padres era cómo quedaban ellos frente al resto
;¡: quienquiera, y ese derecho lo ejerceré, sin que ningún
11 de la familia, y en lo social, ante la mirada de los demás.
límite me detenga en el capricho de las exacciones que
me venga en gana saciar en él." 5

Asimismo, Lacan señala lo siguiente:

"Tal es la regla a la que se pretende someter la voluntad

-
de todos, si una sociedad le da mmimamente efecto por
su ooligatoriedad. [ ... ]Humor negro en el mejor de los
casos, para todo ser razonable, si se distribuye la máxi-
ma en el consentimiento que se le supone". 6

5. Lacan, J. (1962) "Kant con Sade" en Escritos 2, Buenos Aires, Siglo


XXI, 2008, p. 730.
6. !bid. 7. !bid., p. 733 .

36 37
Posiciones perversas
en la estructura

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..."
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~! l . En este capítulo tomaremos como eje el seminario 4,
"'
11:
·;; 1 dado que es uno los contextos en que Lacan se preg"7iilta,
con un interés sistemático, qué es la perversión, e inten-
ta situar algunas coordenadas estructurales que le per-
mitan recortarla como tipo clínico.
El primer punto que Lacan introduce para hacer una
distinc1on entre neurosis y perversión es la relación con
el fantasma. En el seminario 4, el fantasma es una cade-
nas ifüoolica que atrapa un imaginario, fijándolo. La-
can hace referencia al texto freudiano "Pegan a un niño.
Contribución al conocimiento de la génesiS"ae fas pe r-
versiones sexuales" (1919), para delimitar una diferen- ·
cia central entre hacer un uso fantasmático o imaginario
de ciertas imágenes (las imágenes asociadas a las fanta-
sías masturbatorias) y su formulación hablada. Insiste en
que esto debería hacer aguzar el oído, porque "este com-
portamiento del ~ujeto esx~1:1Pª_s~~al que marca un lí-

, 39

•'
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LITTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

"Lo que queda es en efecto una desubjetivación radical


mite -no es lo mismo jugar mentalmente con el fantas- de toda la estructura, en la cual el sujeto está reducido
ma que hablar de él" .1 únicamente al estado de espectador o tan sólo de ojo,
Se interesa por la estructura propia del fantasma, en es decir lo que caracteriza siempre, en el límite, al llegar
un intento de dar cuenta de la relación del sujeto con el a la última reducción, a toda clase de objeto. Para ver-
Otro, e introduce las modulaciones que ella cobra en lo lo, es precisamente no siempre un sujeto, pero sí al me-
imaginario. Toma los tres tiempos de constitución de la nos un ojo, que puede ser únicamente una pantalla so-
fantasía "Pegan a un niño", las que para Freud queda- bre la que se instituye el sujeto." 3

.1 :: ban "fuera de la ensambladura de la neurosis" 2 y, por
i1 :: :11: He aquí un punto crucial en la articulación entre fan-
I"
¡" "'''
ende, nunca recordadas, sino que debían ser reconstrui-
~.." .111
,,11
das en el análisis.
tasma y campo escópico, dado que aparece de un moao
'"
fl¡
¡;;
peculiar en la Eerversión. Se trata también de un anti-
'" No nos detendremos a trabajar cada una de estas
'"11 : 11:
modulaciones. Recordaremos brevemente que Freud cipo del planteo de la mirada como objeto a, que Lacan
11 , :¡¡
11·
11: '"'
111• parte de situar un primer tiempo en el cual la frase se introducirá en el seminario 10 y desarrollará más exten-
"' samente, al año siguiente, en Los cuatro conceptos funda-
"r:'
1 formula del modo siguiente: "El padre pega al niño que
:11
,.,,.
di
yo odio"; la segunda, inconsciente y masoquista, se es- mentales del psicoanálisis ( 1964')'"'.""En este último contex-
pecifica_:soy pegado por el padre"; para finalizar en un to, introduce la acefalía propia del fantasma en la medi-
( fantasma terminal: "Pegan a un niño". Esta última es
da en que es del orden del objeto lo que se pone en jue-
go. Por otro lado, plantea que este fantasma contiene el
conciente.
Lacan afirma que en ese "pegan" se encuentra la fun- testimonio de los elementos significantes de la palabra
ción paterna y que el niño ya no es el fantaseador. De articulada. Más allá de los objetos, marca la relación con
este modo, el sujeto y el agente no se reconocen. De allí el Otro como lugar del inconciente. El fantasma fija e in-
que el fantasma conlleve una función desubjetivante. moviliza la relación del sujeto con el objeto, incidiendo
Luego añade a esta desubjetivación un punto esencial, en la erótica del par!etre.
el de la mirada:

1. Lacan, J. (1956-57) El seminario 4: La relación de objeto, Buenos Ai-


res, Paidós, 1994, p. 117.
2. Freud, S. (1919) "Pegan a un niño. Contribución al conocimiento 3. Lacan, J. (1956-67) El seminario 4: La relación de objeto, op. cit., p.
de la génesis de las perversiones sexuales" en Obras completas, Vol. 120.
XVII, op. cit., p. 173.
41
40
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

--
gen. Tomando el ejemplo de la constitución del fetiche
como último resguardo al encuentro con lo horroroso de
la castración: el zapato, el borde del vestido, etc.; ubica
sión suplementaria de la implicación" -al introducir la
voz media, bajo la forma del "darse a ver"-.
El tercer eje a considerar es la relación del sujeto c~
también allí un punto de detención y fijación, momento la metáfora y la metonimia. En este seminario Lacan deja
en que se detiene la cadena de.la merngria. Algo se fija en a la neurosis del lado de la primera, de allí la formación
1
lo imaginario. Afirma, entonces, lo siguiente: de síntoma como cifra a ser develada. El síntoma an-
cla en lo simbólico mediante el ciframiento de goce. A
"Aquí es palpable como se forma lo que podemos lla- partir de comparar el caso de Dora con la joven J:iomo-
~::: •·•"
l' :1¡:,
mar el molde de la perversión, o sea la valorización de sexual, afirma que el síntoma como metáfora "es una
I""
¡" ,l
111''
la imagen. "4
1.." .1,
,,,
especie de tentativa de recuperar la ley de los intercam-
"'•'• 111' : bios simbólicos", 5 mientras que en el caso de homose-
,,,
¡¡;.
Y agrega que es dicha imagen el último testimonio
•11:
·:: .. xualidad femenina la joven, a la que ubica una posición
11 , ::11i privilegiado de que algo en el inconciente debe ser arti-
11· .....
,.,,, perversa, se queda sin recursos porque el falo se le niega
11:
... culado. Entonces, la perversión impJi.c;aria_un_a..-~ mi­
definitivamente, cae y la arrastra en su caída .
!!: 111 nencia de la dimensión imag_Ll1Q,t).a, donde una palabra
11 Vemos aquí también un antecedente del seminario
ha establecido una relación posible pero no realizada en-
10, donde Lacan trabajaría el pasaje al acto a partir de la
tre el sujeto y el Otro.
identificación del sujeto con el objeto como resto. Al de-
En esta misma línea, Lacan propone tomar a la ima-
jarse caer [niederkommt; que también puede interpretar-
gen en sí misma como una dimensión original. Y pone
se como "parir"] demuestra que se convierte en ese niño
en serie dQs Qb.t.etos: eLRecho y....dfa.lo (imaginario), por-
que no ha tenido del padre. 6 La palabra sostiene una re-
que 'i"'mbos se constituyen como imáge;;:"es. Daremos un
lación metonímica con el suicidio, y puede pensarse que
paso más con el fin de situar este antecedente teórico del
"lo que está en juego, el único motor de toda su perver-
cual extraeremos luego sus consecuencias clínicas, al in-
dicar con Lacan el valor otorgado a la relación escopto-
fílica. Lacan sostiene que el punto crucial no está en lo 5. Ibid., p. 149.
6. A esta altura no queda del todo clara la distinción entre actíng out
que el sujeto da a ver sino que al mostrarse se pone en y pasaje al acto. Una distinción precisa de ambos la encontraremos
juego algo distinto de lo que muestra (vía que conduce a en el seminario 10, donde Lacan deja la mostración al Otro del lado
cómo conceptualiza el acting out);.'yagrega "una dimen- del acting out, y la caída de la escena por identificación al objeto a
como resto del lado del pasaje al acto. En este caso podemos pen-
sar la mostración lésbica en el lugar de lo que se da a ver como otra
4. Ibid., p. 122. cosa que lo que es.

42 43
LUJAN !VALE - LUCIANO LlJfEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

sión es [ ... ] un amor estable y particularmente reforza- con el falo, en tanto este último mediatiza la relación con
do por el padre". 7 la madre. Lacan destaca a continuación, por ejemplo, las
No nos detendremos aquí en las particularidades de la siguientes posiciones:
homosexualidad femenina. Simplemente queremos resal-
tar el sesgo que la metonimia introduce como rasgo dife- "El niño se presenta a la madre como si él mismo le ofre-
ciera eT'fiiio, en posk iones y grados diversos. Puede~-
rencial, porque Lacan lo retoma luego en relación con la - ..
tificarse con la maClre, identificarse con el falo, identi-
diferencia entre oojeto fóbico y fetiche. Se dedica, enton-
ces, a introducir la función simbólica del falo en la dialéc-
---c:---:""'"-"- - = - •
fiéafst con l&.madre~C.f>~ºvEº~ª~'?J~d~lo, o p¡ esen-
(

,....."
.1::

•..t",,,'•
"'"
•11.::
"''"
,,,
,,¡,,
tica edípica y en su articulación,J;,Q,n la castración . .
En las relaciones del niño con la madre el falo se en-
t trfe como portador de falo. [ ... ] Esta situación es con
tt'da seguridad estructurante, pues sólo en torno a ella
puede articularse la relación del fetichista con su obje-
,,,.. , ..
1:.1
~

tromete como elemento tercero. Es en función delaeseo to, y se escalona todafa"gama interm'1dia capaz de re-
"' 1t:::1
~I; materno que el niño juega su partida al entrar en la dia-
11, ,.),'
lacionarla con aquella otra, tan compleja y elaborada, a
11· léctica del señuelo: la que sólo el análisis ha podido dar todo su relieve ha-
~! :
'"'"
·:¡¡;: blando de travestismo, dejando aquí aparte a la homo-
!!!
11 "En la relación con la madre el niño siente el falo como ,w.- · ""!' - . •... ' del objeto,Ciel
centro de su deseo, el de ella. Y él mismo se sitúa enton-
ces en distintas posiciones por las cuales se ve llevado a
mantener este deseo de la madre, es decir, exactamente, Se pueden distinguir entonces estas cuatro posiciones:
camelándola [ ... ]. El niño se presenta a la madre como
si él mismo le ofreciera el falo, en posiciones y grados
diversos. Puede identificarse con la madre, identificarse
con el falo, identificarse con la madre como portadora
de falo, o presentarse como portador del falo." 8

Entonces, en esta dimensión imaginaria y tramposa


de la relación del sujeto con su Otro primordial, pueden
verse emerger distintas versiones de la relación del niño

7. Lacan, J. (1956-57) El seminario 4: La relación de objeto, op. cit., p. 9. Ibid., pp. 226-227.
149. 10. Cf. Freud, S. (1910) "Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci"
8. Ibid ., p. 226 . en Obras completas, Vol. XI, op. cit.

44 45
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

-
rar la castración en el Otro, mediante el cortocircuito que
. .
el fetiche filtrÜCluce en torno al partenaire, al independi-
"Se trata, pues, del padre en cuanto Nombre del Padre!
estrechamente vinculado a la enunciación de la le~omo
zarsecte este dltim~ - nos lo anuncia y lo promueve todo el desarrollo de la doc-
trina freudiana. Es a este respecto como es aceptado o que
El niño se identifica con la madre portadora de falo:
no es aceptado por el niño como aquél gue priva o no pri-
posicióñ asoclada al travestisrño, donde habrá de ver-
va a la madre del objeto de su deseo." 11

---- ........ -
se la función que tiene el vestido respecto de lo que en

. ~
do de la madre.
~ ~ ._
--
.._. - ...
el objeto falta. El niño se identifica con el falo escondi-
Pero, entonces, agrega Lacan, la función paterna -en •
cuanto significante del Nombre del Padre- no-;s mera-
1

,1:: 1'1:,:
j ,, ,¡.,,.
... El niño como portador del falo: implica la salida del
~"'
mente inscripta o no, sino que tal inscripción debe ser
Edipó,7o;t la asu~ci~ dcl'tiP.~ril de su sexo, dejando
, •• 1"''
t:: '1 ..:
l\,',i: afirmada o no como privadora del falo respecto de lama-
de~[alq_quenc_o¡n~ta a la.m~e_.:J>artir de la i.de~­
jll
fi l 111:1
fll 1;: ••

r;:1!
dre. La forma en que tal función se inscribe es compleja,
tific~ión ~n e!_pa~o~ 13 ortador (sale -como dice
.i1

il; """ lo cual implica que-no~se produce ...


de una vez.

-
j' , .• t)••
Lacan- "con los títulos en el bolsillo"). ...._. ... _...
11; :·"
d, .•..
~I
,
,., •. ,
Ya en el seminario 4- Lacan había planteado la dife-
" "'""
~ :~~:: rencia entre tres presentaciones de la falta, tres operacio-
Tales posiciones son efecto de determinados avatares
del Edipo que Lacan se ocupa de distinguir entre los se- ~ --
nes diversas a las queespecifica como'" castración, frus-
-
~,.,.........~ - - - ·-
,.......,,._
tración y privación, y discierne en cada una de ellas un
...
minarios 4 y 5. A continuación, expondremos una sín-
agen1e;-'tffia"'faltay un objeto (partir de la tripartición
tesis de las vicisitudes edípicas cuyas resultantes son ta-
rear,7i°mbólico e imaginari~) . Lo que nos interesa desta-
les posiciones.
car es que para Lacan tanto la castración como la frus-
tración y la privación constituyen tres planos dela ac-
ción o influjo paternos, y que, asimismo, esta operatoria
Avatares del Edipo
de la función paterna en el complejo de Edipo se desdo-
bla en tres tiempos:
En la lógica edípica tal como la presenta Lacan a par-
tir del seminario 5 pueden situarse los hitos en los que el
~imer tiempo: inscripción o no inscripción del Nom-
niño se confronta con elecciones que signan su posición
c e del Padre.
respecto del falo. En principio, como es sabido, la fun-
ción paterna aparece allí como un operador que puede
ser aceptado o no: 11. Lacan, J. (1957-58) El seminario 5: Las fonnaciones del inconsciente,
Buenos Aires, Paidós, 1999, p. 197.

46 47
LUJAN IUALE - LUCJANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

Si se inscribe, da lugar, vía metáfora paterna, al esta- Si la privación es aceptada, se abren las vías para una
blecimiento de la significación fálica. Estamos en el cam- normalización del pasaje por el Edipo: a partir de la acep-

-
po de la neurosis / perversión. tación de la diferencia entre los sexos.
Si no se inscribe, la sexuación del sujeto queda deter-
minada por la lógica de las psicosis. Tercer tiempo: El padre se hace preferir a la madre, in-
teriorizándose sus insignias en el sujeto como Ideal.
Segundo tiempo: El padre priva a la madre.
~:: :::~: : Si esta operación es consentida por el sujeto, su resul- ..
I" 'f"
,:: :.. Si esta privación no es aceptada, Lacan localiza algu- tado es una identificación con el padre que determina "la
::: ,;I:,::
Jll .,,,,
nas vías que llevan a dos posiciones que podemos ubicar instalación del sujeto en una posición inconsciente" que
f<I
-"
•!;,1
¡: ... , del lado de la perversión: le permite "identificarse con el tipo ideal de su sexo" .14
11•1
11; """'
~I
1:!'

J!.••
" Es la salida heterosexual del complejo de Edipo. En tér-
11· •""
..
::'" ,.,... ',' El fetichismo, salida respecto de la cual Lacan señala lo minos de Freud, la entrada en el período de latencia. Si
;¡ ¡ ~;;;:!: sigu'l?rtfe: "M ostramos en el fetichismo una perversión tomamos el caso del varón, por ejemplo, esa inscripción
;¡ ···:·
ejemplar, en el sentido que ahí el niño tiene una determi- signa en el niño su posición viril y la posibilidad de sos-
nada relación con el objeto más allá del deseo de la madre, tener la impostura masculina.
cuya prevalencia y valor de excelencia, por decirlo así, se Por el contrario, si esta operación no es consentida se
ha observado, y se aferra a él por medio de una.identifi- abren las vías para la elección de objeto homosexual en
cación imaginaria con la madre". 12 Entonces, identifica- el varón. El drama subjetivo es planteado por Lacan en
ción imaginaria con la madre en relación con el objeto estos términos: "En el momento ideal, en el tiempo dia-
sobre el que se des~laza el falo en el fetichismo.
' ...
El travestismo, posición a colación de la cual Lacan afir-
léctico en que la madre debiera ser captada como priva-
da del abyecto, de tal forma que el sujeto ya no supiera
ma qu e "eln iño asumirá la dificultad imaginaria con la literalmente a qué santo encomendarse, lo que encuen-
madre en la posición contraria [al fetichismo] [ ... ] el niño tra, por el contrario, es su seguridad. Aguanta perfecta-
se identifica[ ... ] con lo que es propiamente el falo, en cuan- mente, porque siente que la madre es la clave de la situa-
to escondido bajo las ropas de la majre". 13 Entonces, iden- ción, y no se deja privar ni desposeer" .15 De este modo,
tificación con el falo materno en el transexualismo.
-
12. Ibid., p. 190.
14. Lacan, J. (1958) "La significación del falo" en Escritos 2, Buenos
Aires, Siglo XXI, 2002, p. 665.
13. Ibid. 15. Lacan, J. (1957-58) El seminario 5: Las formaciones del inconsciente,
op. cit., p. 214.
48
49
LUJAN IUALE - LUC!ANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

la salida homosexual sería un efecto de un "no dejarse"


privar ni desposeer.

Fobia y perversión
Hablamos, entonces, de una posición homosexual,
que se distingue de la salida transeawa( porque hay aquí

.....
una aceptación de la diferencia entre los sexos, pero con
_,..___..,.,-~--:--~~ ~ ..._ ....
una saliaadond~I.Rad.r...e,.nq,,.es,&le:1@.@aikla, func;;iqn de
ideal, sino que la ma~~ClJP_il.~e-filg~. La relación de
.1::
¡"
, ••" 1'11'""
l~ción ho mosexual con la perversión es problemá-
...4:; ·:'.' tica y será objeto de análisis en el apéndice.
... 111,: \
fl 1 '~' t.1
•'I ;:,,,.
11 ' 1~:::!1 •.
•:
ji, Arpad y ]uanito: dos casos clínicos
11· .... ..
11: .... ·::
.. , ... ~··.

; ;¡¡;~ En Tótem y Tabú (1913), Freud dedica un apartado a


1 '1 1

la conocida articulación entre totemismo y fobia, cons-


truyendo el mito del asesinato del padre como soporte
del sistema totémico. 1 En este marco postula como hi-

-------1..LAW'"- --- -
pótesis que el objeto fóbico no es más que un sustituto de
..-...-...-.~,_
la figura del padrs;.. El tótem designaría, por un lado, una
alirn'za que prohíbe e1Tcc~s"Oa cualquier mÜ jer de la" fa-
milía ~-=al"IüñCionar c'O'mo1ñté"rdictor.deliñcesto"-; y, por
®o:
--
el el pacto que enlaza a la ley del padre por la vía
;1
---------
de la prohihlti*Ón& asesi; ar tótem mismo. Quedan
así propuestas las coordenadas del complejo de Edipo y
su articulación con la castración. Freud concluye que se
constituye un tótem con sello negativo, en el sentido en
que algo queda prohibido.

1. Freud, S. (1913) "Tótem y tabú" en Obras completas, Vol. XIII,


op. cit.

50
51
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

En el mismo texto, puede encontrarse un primer con- que hablaría Lacan en los seminarios 4 y 5-, donde cree
trapunto entre dos casos, a los cuales podemos situar poder responder al enigma del deseo materno con su pro-
como paradigmáticos. Se trata del caso Juanito, cuyo tra- pio cuerpo. Bajo el rigor de la premisa universal del falo,_
tamiento Freud había supervisado, y el caso Arpad pre- que comanda una suerte de "todos tienen", Juanito in-
sentado por Ferenczi (aunque el tratamiento fue llevado terroga a la madre acerca de si tiene o no un "hace-pi-
a cabo por una ex-paciente). pí", como él mismo lo llama. La madre le responde: "Sí,
Freud introduce como método explicativo de los casos por supuesto".
una analogía con el funcionamiento de los hombres pri- Freud ubica en las antípodas de la eclosión de la fo-
¡::"' mitivos: identificación y ambivalencia con el tótem; am- bia un sueño de angustia. Juanito se lo relata a la madre
,:: "''
::: , ;:.? bas cuestiones acontecen en el niño bajo las premisas del en los siguientes términos: "Soñé que tú te habías ido, y
,11 ~." J,

"" complejo de Edipo. Sin embargo, mientras que para Jua- yo no tenía a nadie a quien hacerle cumplidos". Es no-
••1 :J .. nito se trata de un tótem con sello negativo, para Arpad table, para Freud, que el estallido de angustia fuera pos-

i; ';1
11 , "·"I
n· •.. el tótem está positivizado. En este punto, no puede dejar terior al sueño.
.~:. ~.:,:1
.,,,,,,,.
de recordarse aquella frase de Freud en Tres ensayos que
,,
11 :
~·••"''
~t!::~,
El caballo como sustituto del padre tomaría el pues-
11'• ""
.... afirma a la neurosis como el negativo de la perversión. to de objeto temido -he aquí el mecanismo fundamen-
En este capítulo realizaremos un breve contrapun- tal de su fobia- 2 acompañando el desarrollo sintomáti-
to entre ambos casos, con el propósito de extraer algu- co con una inhibición: Juanito no puede salir a la calle.
nas consecuencias clínicas a partir de la lectura freudia- Paradoja de la fobia que marca la necesidad de una sali-
na, aunque sin perder de vista algunos de los aportes de da y, al mismo tiempo, encierra.
Lacan sobre el tema. Mientras que Freud lee la emergencia de la fobia en la
línea misma del temor a la castración R_or parte del padre,
Lacan presenta las cosas de un modo diverso. En el semi-
]uanito nario 5, por ejemplo, sostiene que es precisamente porque
el padre no opera en el segundo tiempo dctTdil?º• como
Freud lee el caso de Juanito en el marco del complejo el padre terrible, que a Juanito no le queda otra alterna-
de Edipo, poniendo en el centro el problema de la emer- tiva que valerse del significante caballo para suplir a ese
gencia de la ambivalencia respecto del padre. El niño se padre carente. Padre carente en el punto en que qued~
encontraba embargado por la corriente tierna dirigida ha-
cia la madre, en ese momento de trampa y señuelo -de la 2. Cf. Freud, S. (1926) Inhibición, síntoma y angustia en Obras com-
pletas, Vol. XX, op. cit.

52 53
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

como "un pobre hombre", en la medida en que no ope-


ra como interdictor entre el niño y la madre. Juanito se
inventa un objeto significante al cual poder
-
• temer, a fal-
En el transcurso de la cura se sucedieron una serie de
fantasías y permutaciones que le permitieron a Juanito
resolver en cierta medida la fobia. Sin embargo, Lacan no
ta de poder temer al padre. De este modo, el objeto de la es muy optimista en cuanto a la salida edípica y la sexua-
fobia suple lo que está en menos respecto de la función ción en este nmo, en lo que haría a laTcfe';rtiffc"ición con
.~ del padre. Así, mientras que el objeto fóbico funciona de el tipo ideal de su sexo. En tal sentido, pone de relieve la
UI suplencia respecto de la función p,a,t efJJi, el objeto feti - últi~ fantasía del instalador (que le arranca el trasero
cht -en cambio- restituye a la madre. con unas tenazas y lo cambia por otro), en la cual] u anito
~:: :;::~1
1:: 11:: : : En resumidas cuentas, Lacan plantea que la fobia termina reconduciendo al padre con su abuela, quedan-
... ""
::: ,;·:I emerge como respuesta en el niño a un goce que se pre- do él con su propia madre. Lacan supone que esta fanta-
,,,
,,," senta en su propio cuerpo como disruptivo (sus prime- sía demuestra que Juanito sigue en una posición pasiva,
ill C!,
ras erecciones, momento en que le pene se vuelve dema- dificultándose la asunción de una posición viril.

:: ;¡:}: 3
I· ···•' siado real), que conmueve, junto con el nacimiento de En contrapunto podría remitirse al caso de fobia a
~: ;::.~
:: :'..li su hermana, el lugar que Juanito ocupaba para la madre. las gallinas presentado por Helene Deutsch -que Lacan
11:'• N:JI...
11 La fobia implica ese momento que va desde "lo que ya consideró en el seminario 16-. 4 Lacan destaca cómo un
no se es" a lo que "todavía no se es": entre el falo como niño interesado por los avatares del gallinero de su casa,
señuelo y la toma de posición respecto de la sexuación. se presentaba, en ese tiempo de idilio materno, como si
ara Lacan, entonces, no esJa.,amena.za..~eastr-ae-iénJ9
l -...
ue produce la fobia, sino su ausencl¡l. La emergencia del
pene real pone en juego una exigencia de satisfacción que
él mismo fuese la gallinita de su madre. Reconoce cierto
placer jugado del lado del niño en torno al perineo. Esto
se mantiene así durante un tiempo hasta que un her-
cuestiona la posición del sujeto respecto del Otro, goce mano mayor que él, que sabe cómo acontecen las cosas
que se le vuelve al niño ajeno o hetera. dentro del gallinero, lo toma por detrás diciéndole: "Tú
El objeto fóbico -el caballo que muerde- opera sobre eres la gallina". El niño rechaza ese lugar al cual es con-
ese real que irrumpe en el cuerpo. Es el advenimiento de minado y, luego, desarrolla una fobia a las gallinas. Pue-
un significante el que empieza a delimitar un borde en de verse, en este punto, cómo algo de la identificación
lo imaginario y que permite tallar un primer afuera del al tipo ideal de su sexo pareciera. operar propiciando el
Otro materno. armado de un borde que le permite al niño situar clara-

3. Cf. Lacan, J. (1975) "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma" en 4. Lacan, J. (1968-69) El seminario 16: De un Otro al otro, Buenos Ai-
Intervenciones y textos 2, Buenos Aires, Manantial, 1991. res, Paidós, 2008, pp. 278-280.

54 55

'
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'

'
'
if
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

mente un afuera del Otro materno: dejar de ser la galli- del degüello de los pollos; debo añadir ahora que en
nita, ese falo que completaría a la madre, en tanto esto sus 'sueños con aves' veía por lo general pollos y gallos
traería como consecuencia su feminización. En Juanito 'destripados' ." 5
no es tan clara esta salida.
Cabe aquí transcribir literalmente algunas de sus frases
características: "Quisiera tener, dijo un día bruscamente,
Arpad un gallo vivo desplumado. Que no tuviese ni alas, ni cola,
6
sino sólo una cresta, pero que pudiera andar".
.:: ,:, Arpad es un niño de cinco años que tuvo un desarro- Arpad estaba fascinado por participar del momen-
l' )¡··:
.:: ':~. llo normal hasta que, de un momento para otro, en cier- to en que las aves eran sacrificadas. En una oportunidad
'~: ,¡ I' ,:i
...
tll ¡,, ta ocasión, su vida empieza a girar en torno al gallinero . afirmaría: "Ahora voy a arrancar los ojos ciegos de este po-

.. 1 t!.

'""• Quería estar todo el tiempo allí, y se comportaba inclu- llo destripado". Y agrega Ferenczi:
•:
':
...
- • ~11,,.,11
' so como una gallina: cacareaba y lanzaba "kikirikis", de-
I· ···•" "El momento en que se degollaba a un pollo era para él
~:..........
=~1 jando prácticamente de hablar.
una fiesta. Era capaz de danzar durante horas alrededor
~ i '!~I'~:! Ferenczi señala que, con el regreso a la ciudad, el niño
del cadáver de los animales, presa de una intensa exci-
retomó el uso del lenguaje, pero sólo hablaba de temas
tación. Si alguien le preguntaba mostrándole el gallo de-
referidos a las gallinas, gallos y pollos. En este entonces
gollado: '¿Quisieras que reviviera?', '!Claro!, lo degolla-
tenía mucho miedo a los pollos vivos, pero jugaba repe- ría yo mismo en el acto'. A menudo jugaba con man-
tidamente a matarlos, imitando sonidos agónicos. zanas y zanahorias (a las que calificaba de pollos), cor-
El miedo parecía estar enlazado a una escena en la tándolos en pequeños trozos con un cuchillo. En cier-
cual, tras haber orinado en el gallinero, un gallo le ha- ta ocasión se empeñó en arrojar al suelo un jarrón de-
bía picoteado el pene. Este suceso, ocurrido un año an- corado con gallos."
7

tes, cobraba impulso a partir de la emergencia de la mas-


turbación. Asimismo, en el discurso del niño aparece la sustitu-
Ferenczi señala lo siguiente: ción del padre por el gallo. Arpad diría sin tapujos: "Mi ·

"Las frases y acciones de Arpad anotadas por mi co-


5. Ferenczi, S. (1913) "Un pequeño hombre-gallo" en Obras comple-
rresponsal muestran en su mayoría un placer poco co-
tas, T. ll, Madrid, Espasa-Calpe, 1984.
mún en fantasear sobre crueles torturas aplicadas a las
6. Ibid.
aves. Ya he mencionado su juego típico: la imitación 7. Ibid.

56 57
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

padre es el gallo". Y, luego, es notable también una se- gallo se presenta en el texto mismo: "Mi padre es el ga-
cuencia donde él pasaría de pollo a gallina para luego llo", metonimia que remite a la conexión de un signifi-
convertirse en gallo. cante con otro.
Por otra parte, surgen toda una serie de frases respec- Si bien es cierto que ambos niños pasan por momen-
to de fantasías de castrar a otros, que articulan falo y mi- tos de identificación con el animal totémico, en Juanito
rada como formas privilegiadas del objeto. Arpad habla- predomina el orden simbólico mientras que en Arpad hay
ba de "cortarle la del medio a un muchacho" y de "cegar una pregnancia escénica, que se ofrece a la mirada del
al gallo", entre otras cosas. Posteriormente surgiría una Otro. Así, en Juanito vemos proliferar una serie de fan-
':: _.;~
•··4:;'" "'.
¡•• fase claramente masoquista, donde el daño debía infligir- tasías que exceden la figura del objeto fóbico y permiten
11 ;"1

..
...

fll r.
1,
se sobre el propio cuerpo: "Quisiera ser quemado", gri- ciertos desplazamientos. Para Arpad, en cambio, todo su
taba. Y después: "Que me corten un pie y que lo echen universo queda subsumido o referido al objeto y a toda
..."' ~.
I'
1: j¡)
; al fuego"; "Quisiera abrirme la cabeza. Quisiera cortar- una serie de escenificaciones, mostraciones, ofrecidas a
I· ...-· me la boca para no tenerla más". 8
j: :~ la mirada del Otro. Arpad deja de hablar y reproduce so-
41 "''--""
•• .,.,11
1; 'ti,11 nidos propios del animal totémico, y luego sólo habla de
1
temas referidos a estas aves de corral. Sus dibujos y sus
Contrapunto intereses se limitan a ese asunto.
Por otro lado, Juanito teme a los caballos, y evita ver-
En este contrapunto pondremos en evidencia por qué los pasar en los carruajes. Arpad, por el contrario, se ve
el caballo en Juanito no opera del mismo modo que el compelido hacia el objeto, transgrediendo precisamen-
gallo en Arpad. te la prohibición de dañarlo, de allí la satisfacción que se
Freud advierte que en ambos casos puede verificar- juega para el niño en el campo escópico con la matan-
se la irrupción de lo pulsional como un "exceso" en el za de las aves.
cuerpo (aparece la masturbación) y su enlace al comple- Finalmente, Freud realiza una distinción entre Juanito
jo de castración, cuyo agente sería precisamente el pa- y Arpad: fobia para uno, "perversión del gallinero" para el
dre. Pero no deja de afirmar que la sustitución del padre otro. En un caso, hay sustitución de un significante por
por el caballo, que en Juanito aparece reprimida, velada otro; mientras que en el otro hay desplazamiento.
-puesto que ha operado la sustitución de un significan- En este sentido, respecto de la diferencia entre fobia y
te en el lugar de otro, propio de la metáfora- en el niño fetiche, Freud sostiene:
8. /bid.

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59
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

Arpad no arma estrictamente una fobia, porque no


"El tótem se diferencia del fetiche en que nunca es, como
hay sustitución entre el padre y el gallo, sino desplaza-
éste, una cosa singular, sino siempre un género, por lo
miento. En la medida en que nada está reprimido, no
común una especie animal o vegetal, rara vez una clase
hay síntoma. No opera la metáfora sino una metonimia
de cosas inanimadas y más raramente todavía una de
objetos artificiales" .9
que desplaza la figura del padre terrible al gallo. Pero, le-
jos de producir una inhibición, Arpad se ve compelido a
mirar el sacrificio de esos animales. Surge una satisfac-
En general, el fóbico siente horror ante la presencia 1
ción de otro orden que, siguiendo a Catherine Millot, º
del objeto, mientras que Arpad entra en una especie de
podríamos decir que erotiza la muerte. Puede pensarse,
trance ante la escena del degüello. El campo de la i::nira-
.:: entonces, que en Arpad se trata de una posición perver-
,...
(.: 'I

,:: ,¡1'
, da se vuelve central en este caso.
sa, donde en el gallo mismo se juega la desmentida: te-
1.. Proponemos, para concluir, pensar dos posiciones di-
"" mor de castración y satisfacción que se obtiene al mirar
vergentes (en Arpad y Juanito) respecto de la irrupción
" la escena del degüello.
1:,," ~'
del pene real, y del tratamiento de ese goce que se vuel-
.1)
I·1: ::J"' ve hetera para el niño:
:: ::~í Juanito constituye una fobia, al producir una suplencia
': '!(

de la interdicción paterna por la vía de una sustitución sig-


nificante. Necesita igualmente de la inhibición para atem-
perar la angustia, en la medida en que, frente al caballo,
ésta se disparaba. La fobia es así un primer borde que mar- ~
ca un afuera de la madre, que le permite de algún modo
empezar a transitar el pasaje de ser a tener el tilo. Allí don-
de el padre imaginario no opera, el caballo toma el relevo.
Como hemos visto en un capítulo anterior, esta versión
del padre imaginariq Lacan la propone en el seminario 4,
a propósito del segundo tiempo del Edipo. Implica que al-
guien encame la figura del padre terrible para que la inter-
dicción que ya estaba en lo simbólico se juegue en lo real.
10. Millot, C., Gide, Genet, Mishima. La inteligencia de la perversión, op.
9. Freud, S. (1913) "Tótem y tabú" en Obras completas, Vol. XIII, op. cit., p. 11.
cit., p. 106.
61
60

Acting out, perversión y mirada

'1::"" 1

';•·· ,("
i

,,""
(~l
"''
j• , Es conocida la afirmación de Lacan de que la clíni-
,; :!J
I• ··"
¡;:' ca psicoanalítica "tiene como base lo que se dice en un
:: ··j psicoanálisis" .1 No obstante, cabría considerar que si bien
1: (.,
11 el decir es la base de la clínica, esta última no se agota en
aquél. En un análisis ocurren muchas otras cosas, ade-
más de las que se dicen, y el estudio de las perversiones
es un motivo privilegiado para dar cuenta de ciertos fe-
nómenos que están más allá del decir. Podríamos llamar
a estos fenómenos clínicos con el título general de "lo
que se muestra en un análisis".
Una primera precisión que debemos hacer es que aque-
llo que se muestra -de ahí que utilicemos la expresión "fe-
nómeno" que, literalmente, quiere decir "lo que se mues-
tra"-, puede tener o no la estructura del significante. Este
es un aspecto importante a tener presente, ya que per-
mite trazar una distinción clínica fundamental entre el

1. Lacan, J. (1977) "Apertura de la Sección clínica" en Ornicar?, no. 9.

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LUJAN IUALE - LUCIANO LlITEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

acting out y ciertas manifestaciones de la mirada. Mien-


.
En este punto, el acting out podría ser entrevisto como
1 tras que el acting out llama al Otro, como una verdad sin un modo de dar cuenta de cierta orientación hacia la per-
sujeto, aquello que muestra es un desplazamiento signi- versión intrínseca a toda neurosis, es decir, la actuaciónJ
ficante en una forma de satisfacción pulsional. No hay perversa siempre es un modo en que el neurótico puede
más que pensar en el caso de anorexia mental conoci- evitarse el desarrollo de angustia -que llevaría a la repre-
do como el "Hombre de los sesos frescos", para quien ir sión y formación de síntoma, así como Freud decía lo mis-
a ver la presencia de su plato favorito (sesos frescos) en mo acerca de la inhibición en las primeras páginas de In-
... el menú de un restaurante indicaba una respuesta mos- hibición, síntoma y angustia (1926). Sin embargo, es a par-
r.: •'i tir de ubicar las coordenadas relativas al saber (como se-
•::" trativa frente a una interpretación reiterada del analista:
'· ,11
i.
él tendría miedo de tener ideas propias. De este modo, el creto reservado) y el goce (como instrumento), que con-
,,"" acting out restituye el deseo -que el analista desconoce, sideramos en el segundo capítulo, que la presentación de
"j' 1 al dirigir su interpretación al reforzamiento yóico-, pero una escena puede tener indicadores clínicos diferentes a
,; . 1.i
I· "' los del acting out. En este último, el neurótico no deja de
•: ..;1 con el idioma de la pulsión; oral en este caso, ya que al
:~ :::J ser un extraviado, y su relación con el goce no deja de es-
~! ;~ buscar en el menú su plato favorito, el paciente no hace
1:
más que poner en acto el vacío del hambre con que se tar marcada por la división ("no sé por qué hago esto").
queda cada vez que sale del consultorio de su analista. En el acto perverso, el sujeto se presenta como poseyen-
Por esta vía, Lacan pensó el acting out -en sus prime- do la clave de la escena en la que participa.
Iros seminarios- como una restitución alucinatoria; y, a la
altura del seminario 4, como una "perversión transitoria".
Asimismo, como dijimos anteriormente, el acting out
es una escena cuyo desciframiento se promueve a través
En un capítulo previo hemos trabajado las referencias a del significante (aunque, como sostuviera Lacan, que sea
la perversión en dicho contexto. No obstante, cabe apre- interpretable no quiere decir que ello tenga efecto algu-
ciar que en dicha época Lacan todavía no estableció una no). El acto perverso, en cambio, restituye un modo de
delimitación precisa de este tipo clínico. En todo caso, goce que si bien lleva la marca del significante -como todo
ciertas afirmaciones parecieran remitir a las condiciones efecto de la estructura-, rechaza su reducción a los me-
perversas del deseo neurótico, esto es, servirían a los fines canismos de las formaciones del inconsciente. Es lo que .
de pensar la perversión del fantasma en toda neurosis. Es ocurre, como hemos visto, en el caso del fetiche, don-
recién en la década del '60 que podría hablarse, propia- de puede leerse cierto desplazamiento significante en su
mente, de una teoría lacaniana de la perversión, a partir constitución, pero cuya efectividad (el que el objeto re-
del seminario 10 y el escrito "Kant con Sade". legue al partenaire) no puede ser esclarecida por los me-

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

canismos significantes. Esta divergencia entre lo que se la restitución de un lugar en el deseo del Otro), sino de la
muestra en ciertos casos clínicos y los mecanismos pro- presentación de un modo específico de satisfacción, cu-
pios de la neurosis (fundamentalmente, la represión), que yas coordenadas suelen ser rígidas, que restituye un goce ~
no dejan de estar presentes en ellos, pero -como dijera La- supuesto al Otro, antes que un deseo. La mirada, en este
can en La familia (1938)- "no tienen eficacia causal",2 punto, queda expuesta; mientras que para el neurótico
ha sido tradicionalmente rellenada en la teoría con el funciona como extraída.
nombre de un mecanismo específico de la perversión: lé!, Esta diferencia podría ser esclarecida de acuerdo con
desmentida. No es este el lugar para esclarecer si hay un la referencia de Lacan a la "función cuadro" en el semina-
.. .
J'f ~

mecanismo propio de las perversiones. Nos interesa en


,..t:...
,,
,~:
"
cambio destacar la brecha que se pone en juego, y pen-
rio 11: neurótico es aquel para quien el cuadro funciona
como "doma-mirada", en la medida en que se pone a ver
t
•. sar qué ocurre en esos casos donde aparecen ciertas po- "según" la mirada del artista, pero esa mirada no se ve,

.~
r
"
,:~
~~
=~
~ 1
~
i
siciones que no pueden ser reducidas, sin más, a las res-
puestas neuróticas ante el padecimiento.
Una última consideración, entonces, antes de indi-
sino que funciona como causa de la visión del cuadro. En (
el acting out del neurótico, hay una restitución dramática
del deseo, a través de dar a ver algo, pero su posición no
car ciertas referencias más concretas en función de un deja de ser neurótica: desconoce la causa de ese deseo, y
caso clínico: tanto el acting out como el escenario per.yer- la mirada juega como llamada al Otro. En la perversión, )
\ so son formaciones de la mirada. No obstante, la mirada en cambio, la mirada se presenta como un "ha"ter--vef"
no funciona en ambos de la misma manera. En el acting (de ahí que no sólo el arte sea un vía para la sublimación
out algo se muestra, pero refiriendo a otra cosa, no siendo de los perversos, sino las actividades educativas y, espe-
eso, aunque designándolo mediante un rodeo, una suerte cialmente, la enseñanza moral) que, antes que llamar al
de discurso indirecto. Es un llamado de atención al Otrn, Otro en busca de su deseo, reserva la función de la cas-
en el que la posición del sujeto toma habitualmente la tración al poner en acto un supuesto goce absoluto que
forma de una denuncia (para que "todos lo vean")_, que divide al partenaire. Efectivamente, podría pensarse que
tiende a recortar un punto de castración o incons~ten­ cierto arte contemporáneo avanza por una vía distinta
cia. En el escenario perverso, en cambio, no se tra! a de a la comentada por Lacan, que funcionaría como "do-
la indicación indirecta de la castración del Otro (el ac- ma-mirada", especialmente en la búsqueda permanente
ting out tiene una función de interpelación, procurando del choque y la conmoción del espectador (antes que el
efecto apolíneo de la contemplación). Asimismo, podría
2. Lacan, J. (1938) La familia, Buenos Aires, Hornos Sapiens, 1986,
p. 68. clarificarse esta cuestión al destacar la diferencia entre la

66 67
LUJAN IUALE - LÜCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

escena de seducción y el escenario perverso: en la prime- que no acepta a su nueva familia". Nacho tiene 9 años
ra, la mirada es velada (por ejemplo, en el uso de un es- y fue adoptado a los 6 meses. La madre consulta porque
cote, y en todo aquello que sugiera, al mostrar ocultán- Nacho en su casa rompe cosas, lastima a las mascotas y
dose); mientras que en el escenario perverso se pone en golpea a su hermano Alejandro de 5 años con particular
acto el límite del deseo de ver. Se trata, en todo caso, de saña. La madre agrega: "No quiere bañarse ni cambiar-
ver hasta el límite; o, mejor dicho, de ver ese límite, que se". Gabriela piensa que un motivo adicional es que "la
( es, propiamente, el objeto a como mirada. "::111. que lo parió seguro era drogadicta, de ahí él sacó el odio".
"'" Pasemos ahora a la consideración de un caso clínico En la segunda entrevista intento recortar en qué senti-
,...'.
(., ,!~.

. '."
-
't :~,,,.
que permita precisar un poco más intuitivamente estas do una familia podía ser nueva después de tantos años .
cuestiones. Tomaremos como hilo conductor el caso de Gabriela concluye: "Yo hice mucha terapia y sé cuál es
"' ~
•111

". un niño, en función de esclarecer la pregunta por la per- el problema de mi hijo, te lo digo para que vos sepas con
,¡¡ 1:
•• J tinencia de lo infantil en esta presentación de una posi- qué trabajar" .
-::1.J
I· -"
'; .::;:i ción perversa. Nacho lleva diez minutos dando vueltas en la si-
:: -:) lla, lo observo en silencio, está solo en el consultorio,
1: ir'
me pregunta si yo lo estoy viendo girar. Estiro la mano
Retrato del artista nervioso 3 y tomo de la biblioteca un libro que me habían regala-
do esa mañana, empiezo a leer. Nacho salta de la silla
Nacho entra a la habitación, se sienta en la silla, de- y sobre el escritorio, bajando el libro, me mira a la cara
lante de quien lo esperaba en el escritorio, y comienza a por primera vez, y con un dedo sobre la página abier-
dar vueltas durante diez minutos. ta me pregunta: "¿Qué dice acá? ¿cómo se llama tu li-
Las últimas dos semanas había entrevistado a su bro?". "Retrato del artista cachorro", le respondo y fi-
mamá: 4 Gabriela me dice que "el problema de Nacho es nalizo la sesión.
Dos semanas después Nacho viene al consultorio, per-

\
manece en silencio sentado en el piso, se acuesta. Tiene
3. El título implica una variación sobre el título del libro de Dylan Tho-
mas Portrait of the artistas a young dog, quién, a su modo, también puesto el mismo buzo de la semana anterior. También,
había intervenido sobre el título de la primera novela de James Jo- como en aquella ocasión, tiene la capucha puesta. Veo
yce Portrait of the artistas a young men.
4. A las entrevistas fu eron citados ambos padres. No obstante, es no-
que transpira mientras mira el techo, le pregunto si no
torio que el padre sólo vino ocasionalmente, y cuando así fue, no tiene calor, no responde. Estamos en silencio, entonces
emitió comentario alguno. Interrogado sobre su punto de vista, afir- me levanto de la silla y me acerco a intentar tocar su ca-
maba que las cosas eran tal como decía su esposa.

l 68 69
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON .,

pucha. Nacho busca morderme la mano, 5 doy un paso A los pocos días viene Gabriela a su entrevista. Co-
atrás. Nacho se levanta y corre hacia una pared, se arro- mienza relatando cómo Nacho le retuerce la pierna a
ja y se golpea. Le preguntó si se lastimó. "Si te mordía la su hermano. Cuenta la escena con sumo detalle, de un
mano te hubiese arrancado un dedo", me responde. Des- modo casi barroco, repone el movimiento con las ma-
de el piso me cuenta: "Lo agarré al mariconcito y le di su nos, se ríe con lágrimas en los ojos (o llora con una son-
merecido". El mariconcito, me dice después, es su her- risa en los labios). Me dice que Nacho fue "la llegada de
mano Alejandro. Nacho me cuenta cómo a vez lo muer- la felicidad". Gabriela estuvo embarazada hace 11 años,
4,, de hasta dejarle marcas en los brazos. "Yo también ten- el niño murió a los pocos meses de nacido, "ese es tema
t:
..•"I·•, go marcas de morder", agrega, y me muestra una magu- de mi terapia" comenta. Y a los 6 meses adoptó a Nacho
,,
i
lladura en el brazo. Durante esa sesión, todavía reticen- a través de unos conocidos que, en una provincia norte-
" ña, pudieron gestionar una adopción legal. 6
' te, se arrancaba cascaritas de la piel hasta sangrar. Me
'

·-
f 1
miraba y se reía. Nacho llega al consultorio con buzo y capuchas pues-
lc~
.:~
tas. Le recuerdo la condición que había puesto para en-
"~ A la semana siguiente, otro día de mucho calor, vie-
e-~
o ne a sesión con el mismo buzo con capucha. Me vuelve trar el consultorio. Me dice que no va a entrar. En la se-
a hablar de sus mordeduras. Esta vez le pregunto si pue- mana había podido calcular una intervención: "Enton-
do verlas, anticipándome a que él se pusiera a mostrar- ces no vas a poder jugar con los marca-mordedores". So-
las por su propia cuenta. Nacho toma otra dirección: "El bre el escritorio tenía una caja de marcadores y algunas
buzo no se saca", me responde. "Y, entonces, ¿cómo se hojas. Nacho se sienta y comienza a hacer líneas de co-
pone?", le pregunto. De este modo, Nacho se saca el buzo lores en una hoja. Riéndose, repite la palabra ofrecida, y
y me muestra el hueco a nivel de los hombros, el buzo luego toma una birome negra de mi lapicero y comienza
está arremangado y me mira a través del hueco. Me pide a dibujar: realiza un dibujo de su familia, las figuras tie-
que sonría y dice que acaba de sacarme una fotografía. Le nen bordes en punta (el padre) o repujados (la madre),
digo que la semana que viene, antes de entrar, va a dejar modaliza un uso apretado de la línea (el trabajo le toma
el buzo afuera y finalizo la sesión. alrededor de 20 minutos), los personajes portan carac-
terísticas zoomórficas (picos, garras). Le pregunto por su
5. También podría pensarse la posibilidad de que se tratara de un jue- producción: "Es la familia del artista nervioso". Todos los
go inaugurado sobre el significante "cachorro" tomado de la trans-
ferencia . En el momento esta cuestión no fue considerada por el personajes habían sido nombrados, sus nombres escritos
analista y el caso tomó otra dirección. Asimismo, caben dudas res-
pecto de que se tratase de un juego; en todo caso, de haberla calcu- 6. De acuerdo con referencias posteriores del tratamiento tuve la intui-
lado, podría haberse significado esa escena como juego e introdu- ción de que la legalidad de la adopción no era un dato fidedigno.
cir su operación vía interpretación "un cachorro".

70 71
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

en la hoja, sólo restaba uno en el margen superior izquier- de conejos, le pide al ayudante una varita mágica, reali-
do. Le pregunto si el artista nervioso figura en la hoja. za dos golpes y retira el cubilete: hay cuatro conejos, los
"Sí", me responde. Le pido me lo indique, tomo la biro- dos iniciales y dos más pequeños. "De golpe aparecieron
me y escribo: "Artista nervioso". Finalizo la sesión. dos hijos" digo y finalizo la sesión. En el ascensor Na-
Antes de salir, Nacho me pide la birome nuevamen- cho me recuerda el tema del pago del show,. Le digo que
te, toma una hoja del anotador amarillo que está sobre "no se puede pagar con plata por hacer aparecer hijos".

.
el escritorio y escribe: "Tortura de Luciano". Pega la nota Finalizo aquí el recorte. El tratamiento continuó dos
: en el velador del escritorio . meses más hasta que, luego de un viaje que realicé, Ga-
r.:
¡.. Esa noche recibo un llamado en el celular, al levan- briela empezó a reprocharme mi ausencia de ese tiempo
''
~
tar el mensaje del contestador escucho el mensaje: "Hola como un haberme-ido-con-una-mina. Se declara ofendi-
"" t: J.
il1
Luciano, habla Nacho, quería llamarte para preguntar- da, lo que le hice es imperdonable. Unos días antes de mi
LJ te cómo andabas". regreso, Gabriela había dejado de asistir a su tratamien-
,, ., ...
•• ·::i En la entrevista de esa semana, Gabriela me cuen- to por embarazo de la terapeuta.
-: -:-;
if i· ta que Nacho dibuja en la casa y llama a sus produccio- El trabajo de Nacho hasta el momento de la interrup-
nes "cuadros". ción consistió en la nominación de aspectos filiatorios,
Una semana después bajo a buscar a Nacho y lo en- donde retornarán los significantes "pago" y "merecido"
cuentro vestido con un disfraz de mago. Me pregunta si (significante primero relativo al mariconcito). En la línea
puedo invitar a su hermano a jugar con nosotros. "Él es el del artista, Nacho continuó produciendo cuadros, pegán-
ayudante", me dice Nacho. Suben los dos. En el ascensor le dolos en la habitación de su casa (y en la escuela) y lle-
pregunto qué hace un ayudante de mago. Nacho respon- gando a organizar exposiciones de museo a las que cobra-
de: "Es al que le explotan todas las bombas", y se ríe. rá entrada.
Nacho mueve el escritorio, pide que me siente en la
silla y me pregunta cuánta plata voy a pagar por el show
de magia del artista. Le digo que voy a ver el show y des- Posiciones de la mirada
pués vamos a arreglar el tema del pago. Primero hace un
truco de adivinación de una carta que me muestra sólo El caso de Nacho, presentado en el apartado anterior,
a mí y, luego de una genuflexión, me dice que "ahora invita a pensar diferentes cuestiones relacionadas con las
viene el truco más importante": tiene un cubilete en el articulaciones teóricas propuestas en el comienzo de este
que pone dos superficies de esponja recortadas en forma capítulo. Por un lado, quizá la más inquietante, aunque

72 73

POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

ban cuando se encontraban, en todo caso, con los efec-


la que conviene reservar para el final: ¿qué diagnóstico
tos. Por eso, a propósito de este último punto, importa-
puede proponerse? Asimismo, son notorios los elemen-
ba precisar si el reconocimiento de estos efectos (mordi-
tos delirantes que se despliegan en el discurso de la ma-
das, magulladuras, etc.) no podría ser una suerte de in-
dre. No quiere decir esto que se trate de una madre psi-
terpelación al Otro, que le devolviese su propio mensa-
cótica, pero sí que hay cierta estructura persecutoria es-
je invertido -donde la madre no podía alojarlo, el niño
tablecida en el lazo de esta mujer con su hijo. Para ella,
actuaba una dramática escena donde se actualizaba la
el hijo sería una especie de hijo anónimo, ni siquiera fi-
posibilidad de la desaparición. Pero lo cierto es que en
liado con una madre anterior, sino con ese objeto oscu-
'i.'
,,, ..
(., 'i
ro que aparece nombrado como "la droga". Se trata de
el curso del tratamiento, para Nacho, sus padres nunca
.:; ~
aparecieron como referencias libidinales más o menos
~
• un hijo que no se terminó de asumir como tal, y que por
" claras (objetos de demanda, referentes de amor, agen-
eso -aquí el desconocimiento es radical, ya que la cues-
•1" j;
tes de alguna frustración, etc.), sino -si pudiéramos de-
,.:......:•)
j' ' tión queda del lado de él- no terminaría de aceptar a su
nueva familia. Los padres, reunidos ambos en una mis-
cirlo de este modo-, como objetos de investigación. En
.b~,:; ma estructura discursiva, quedan alineados en la posi-
este niño había un interés por el saber, notable desde la
¡1·~ ,:~•~' primera sesión, en la que éste jugaba de una forma es-
ción de la madre: certeza respecto de un supuesto pa-
pecial: no se trataba de la relación con el saber que pue-
decimiento de su hijo -aunque, en realidad, lo que los
de tener un niño en período de latencia, para quien el
mueve a consultar es la situación disruptiva de las esce-
conocimiento es una sustitución del vínculo erótico con
nas que Nacho arma en la casa, pero es difícil conside-
los padres, sino que a través del saber Nacho buscaba al-
rar que allí se suponga un sufrimiento representado por
canzar la fibra íntima del Otro. Esto es lo que puede en-
un saber no sabido-, y cierta victimización de la madre
contrarse en su dibujo, en el cual él se ve representado
acerca del "odio" que ve en su hijo.
como extraído, en un margen, como una suerte de espec-
En un primer momento, frente a esta presentación
tador de la fauna familiar, en cuya elaboración trabaja
de los padres, fue una inquietud para el analista escla-
con dedicación, luego de que en transferencia -a través
recer la temporalidad de la ocurrencia de dichas esce-
del hápax con la fotografía y esa suerte de "palabra-va-
nas; por ejemplo, si acontecían en presencia de la ma-
lija" que fueron los "marca-mordedores"-, se pusiera en
dre -donde habría podido pensarse en cierto empuje de
juego la condición de su producción: que fuera expuesto.
la madre hacia esa posición en su hijo, a través de la ac-
En este punto, es interesante recortar esa "tortura" que
tuación de cierto fantasma materno. Pero generalmen-
queda alojada en el espacio transferencia!, al producirse
te ocurrían a espaldas de los padres, quienes se entera-

75
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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

retroactivamente un efecto de nominación para quien De acuerdo con la secuencia anterior, que se haya au-
no se reconocía en ninguna significación estable: "artis- todenominado "artista" ies una elección afortunada! Por-
ta nervioso". La articulación de los "nervios" y la "tor- que, además, no deja de ser interesante el lugar del "ayu-
tura" permite pensar cómo el síntoma -de acuerdo con dante" reservado para quien acostumbraba ser el principal
Lacan- es lo "analizable", incluso cuando las coordena- destinatario de sus mordidas, etc. El desplazamiento en
das de ese malestar no sean las del sufrimiento neurótico. cuestión logra delimitar un escenario menos esforzado,
Nacho expone un saber, antes que padecer los efectos de pero en el que sigue estando en un primer plano el mismo
un discurso reprimido que determinaría su división como propósito: circunscribir un modo de satisfacción a través
sujeto. A pesar de que formular hipótesis contrafácticas del "hacer ver", que logra incorporarse a otros ámbitos
siempre tiene algo de pretencioso (ya que son indemos- (como la escuela, etc.), donde la domesticación del par-
trables), en estos casos pueden ser un buen ejercicio heu- tenaire toma un estatuto simbólico a través del recurso al
rístico: quizá podría pensarse que cierta posición perversa cuadro como "doma-mirada". Para Nacho, sus obras no
fue la elección de Nacho ante un discurso materno que no son símbolos cesibles al Otro a cambio de su amor, sino
lo hubiese permitido otra opción que la captura psicótica. una verdadera lección por la que el partenaire debe pa-
De este modo, es curioso el pasaje que realiza el trata- gar, en la que no importa tanto qué es lo que se ve como
miento de la tortura, que vira hacia el "juego" del mago, causar la visión a través de un trampantojo de la mirada.
donde no podría decirse -o no solamente- que se trata En una de sus últimas sesiones, Nacho regaló al analista
de una escena de juego, que simboliza la pregunta respec- uno de sus cuadros: una hoja en blanco. Sorprendido, el
to del origen, o el interés sexual por el engendramiento analista le preguntó el título. "La nada", respondió Na-
de los hijos, ya que el peso de la escena estaría puesto en cho. Consultado por una obra tan extravagante, conclu-
que el otro debería pagar por algo que se le va a mostrar. yó: "¿Quién te dijo que la nada no se ve?".
Nacho muestra su verdad para que el otro pague. De este
modo, la verdad no aparece aquí reprimida, sino expues-
ta, a disposición de un goce al que se dedica con esme-
ro. Por eso, la interpretación del analista - "aparecieron
dos hijos" - cayó en saco vacío, y fue arrollada por la in-
quietud del pago que se debía. La única opción para esa
ocasión fue que el analista se restara, en una especie de
"yo no juego a eso".

76 77
Perversión y objeto a

f",':...'
11.
•1.I•·
!''
1
j En los capítulos previos hemos realizado un recorri-
"
ji
do a partir de los primeros aportes que Lacan hace al
"•: , tema de la perversión. Los mismos se sostuvieron fun-
I' .v_,
'
='
'~.. ,;;
,,...., damentalmente en la relación del sujeto con el falo,
I'~
t1 ... "
puesto que dicha clínica se ordena en torno a este con-
I'
cepto. De este modo, en un primer momento, el acen-
to estuvo puesto en el fetichismo como modo de pre-
sentación paradigmático de la perversión, añadiéndose
el travestismo y la homosexualidad para dar cuenta de
ciertas variaciones en el tipo clínico.
Nos interesa ahora, a partir de este capítulo, releer la
perversión a la luz de la teoría del objeto a, entendiendo
que en este punto la relación del sujeto con el Otro es-
taría mediada por dicho objeto. En este sentido, podría
verse un cambio, por ejemplo, en los objetos privilegia-
dos a la hora de pensar la perversión, puesto que cobran\
relevancia fundamentalmente la voz y la mirada. Si antes
el énfasis estaba puesto en el fetichismo, y el fetiche era
leído como sustituto del falo, ahora el acento recae sobre
el masoquismo como clave de la perversión.

79
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

Pero, además, surge una articulación especifica entre Mientras el neurótico rechaza quedar ubicado como ] .
el sujeto y lo que Lacan llama "goce del Otro" -sintagma objeto de goce del Otro, el perverso se ofrece lealmen- 1
oscuro en la teoría y que abre a la interrogación-. Reali- te -dice Lacan- a ser ese objeto al servicio del goce; en ·
zaremos, para comenzar, un breve rodeo por este térmi- un intento, siempre fallido, de restituirle el goce al Otro.
no enigmático. La repetición fija de una escena intenta apresar un goce
que, en definitiva, siempre se escabulle, dejando velado
para el perverso el lugar que él mismo ocupa para el Otro.
¡,, El goce del Otro: versiones del fantasma Ambos dan cuenta así de un uso diferencial del fan-
¡:" tasma y, por ende, de un tratamiento diferente del goce
En "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo" 1 y en del Otro. Dicho goce es fantasmático. 3
el seminario 10, Lacan presenta el goce del Otro en tor- También en el seminario 10 encontramos un uso dife-
1:, no a la relación particular que neuróticos y perversos es- renciado puesto que por momentos alude al goce del otro
"'
~: tablecen con el Otro. Aquí se trata del Otro simbólico, con minúsculas y en otros se refiere al goce del Otro con
pero con la creación del objeto a pasaría a ser un Otro mayúscula. El primer caso parece estar referido a todo lo
afectado por un real. que tiene que ver con el encuentro de los cuerpos, mien-
En el primero de los textos citados, Lacan refiere el tras que el segundo apuntaría a una dimensión estructu-
modo en que el goce del Otro se presenta en la neurosis. ral, al Otro como campo donde el sujeto se aloja.
Lee dicho goce en relación a la castración y al fantasma. Otro deslizamiento que debemos revisar es el que se
El goce del Otro se presenta como un supuesto del neu- produce entre goce del Otro y el goce de Dios, en tanto
rótico, bajo la figura de un Otro que quiere su castración. Dios se presenta como una figura posible del Otro. La-
Lacan señala que dicho goce no existe, porque el Otro no can trabaja este tema en lo que se conoce como "El semi-
existe, y que tal supuesto se produce porque el neurótico nario inexistente" a través del mito bíblico de Abraham,
identifica el lugar de la falta en el Otro con la demanda, quien es instado por Dios, bajo la forma de una voz que
de allí que el lugar del fantasma sea relevado por la fór- lo convoca a sacrificar a su hijo. Pero también había des-
mula de la pulsión. 2 plegado esta sustitución en el seminario 10 a propósito
de Sade. Lacan intenta demostrar de qué modo el perver-
so trabaja denodadamente para el Otro. Así, mientras el
~

1. Lacan, J. (1960) "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el neurótico cree que el perverso es quien goza más allá de
inconsciente freudiano" en Escritos 2, op. cit., p. 783 .
2. Ibid., p. 786. 3. Lacan, J. (1962-63) El seminario 10: La angustia, op. cit., p. 178.

80 81
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

¿que demuestra el perverso? Deleuze describe al sádi-


os límites que a él se le imponen, Lacan muestra d ni- co como quien tiene "placer por negar la naturaleza[ ... ]
el de sometimiento del perverso al Otro: un placer por la demostración" .8 En esta vía, Lacan afir-
ma lo siguiente:
"Hace un gran esfuerzo y se agota hasta errar su objeti-
vo, para realizar lo que, gracias a Dios, nunca mejor di-
"Henos aquí alrededor de la cuestión del goce en el acto
cho, Sade nos evita tener que reconstruir, ya que lo ar-
sexual[ ... ] nos permite reparar en qué los actos que se po-
ticula como tal, o sea, realizar el goce de Dios." 4 nen, y legítimamente, en el registro de la perversión, con-
ciernen al acto sexual[ ... ] la captura, el modelo, que nos
1... Asimismo, en el seminario 14, Lacan le dio un lugar es dado de lo que aparecerá en las tentativas de solu-
central al goce del Otro, al decir que sin esta referencia es ción y en la instauración del valor de goce, es el hecho
imposible abordar el problema de la perversión. 5 A esta de que la función de cierto órgano sea negativizada, el mis-
11, ..
cuestión nos dedicaremos en el próximo apartado. mo por donde la naturaleza por la oferta de placer asegura
,,.
,,,
la función copulante de una manera absolutamente con-
,,
'" tingente, accesoria. En otras especies animales la ase-
Lo que la perversión demuestra gura de manera diferente, con ganchos, por ejemplo,
y nada puede asegurarnos que este órgano tenga algo
En el seminario 14 Lacan sitúa al perverso como quien que concierna al goce." 9
pone en evidencia el carácter accesorio del órgano sexual
masculino en el encuentro sexual. Afirma, a partir de la Entonces, lo que el perverso demuestra es que la co- \
lectura que hace de Deleuze -cuyo trabajo sobre Sacher- pulación "natural" es prescindible como medio de goce.
Masoch es un referente central en este seminario para el Por eso, en la reseña del mismo seminario, Lacan des-
tema que nos ocupa- 6 que "la perversión siempre tiene cribe al perverso como "enfrentado de mucho más cer-
la dimensión de la demostración, quiero decir, no que ca al impasse sexual" ,10 agregando que "basta la mostra-
t

ella demuestre para nosotros sino que el perverso es de- ción del masoquismo para revelar la forma más gene-
mostrador, es quien tiene la intención." 7

4. Ibid., p. 180. 8. Deleuze, G., Presentación de Sacher-Masoch. Lo frío y lo cruel, op. cit.,
5. Lacan, J. (1966-67) "El seminario 14: La lógica del fantasma" . In- p. 33.
9. Lacan, J. (1966-67) "El seminario 14: La lógica del fantasma", op.
édito. Clase del 15 de febrero de 1967.
6. Deleuze, G. (1967) Presentación de Sacher-Masoch. Lo frío y lo cruel, cit., clase del 7 de junio de 1967. El subrayado es nuestro.
Buenos Aires, Amorrortu, 2001. 10. Ibid.
7. Lacan, J. (1966-67) "El seminario 14: La lógica del fantasma", op. cit.
83
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LUJAN IUALE - LUC!ANO LlITEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

ral de abreviar los vanos intentos por donde se pierde el Un cruzado del goce
acto sexual". 11
Lacan destaca que la perversión muestra lo contingen- En el seminario 16, Lacan reúne nuevamente perver-
te del acto sexual copulatorio como medio de go.,.ce:"'De- sión y goce del Otro. Aunque aquí ya se ha operado una
leuze, por su parte, señala que en el masoquista "lo pe- transformación en el Otro, quien ahora no es meramente
gado, lo abjurado y sacrificado, lo extirpado ritualmen- el otro simbólico, sino el Otro como otro cuerpo.

I¡,,.,
,,
1'
..
te es la semejanza con el padre, la sexualidad genita lh e-
redada del padre" lo cual implica en el masoquista una
denegación "que recae sobre el placer sexual en sí, lo in-
- Allí presenta al perverso como un cruzado, como aquel
que cree en el Otro. Recalca que en la perversión no se
trata específicamente del goce del perverso como sujeto,
terrumpe y le suprime la genitalidad" .12 de acuerdo con un motivo específico:
En "Kant con Sade", Lacan ubica el acto sexual como
1:,:1
una barrera frente al goce, como una "homeostasis en- "[ ... ]el goce del que se trata es el del Otro. Naturalmen-
'~~"' contrada siempre demasiado pronto", 13 en cuanto el or- te, hay un hiato. Ustedes no son cruzados. No se dedi-
gasmo genital marca su término, mientras que el dolor can a que el Otro, es decir no sé qué de ciego y tal vez
"es de un ciclo más largo desde todo punto de vista que de muerto- goce. Pero al exhibicionista eso le interesa.
el placer", corre el límite del goce hasta el desvanecimien- Es así, es un defensor de la fe." 14
to del sujeto. Reencontramos, entonces, en estas líneas,
la objeción a la función normativizante del padre de los A partir del exhibicionismo señala que de lo que se
años '50 pero en términos de goce, donde lo afectado es trata es de hacer surgir la mirada en el campo del Otro, y
la copulación en cuanto es apenas un cortocircuito que aclara que esto sólo es posible porque el goce ha desertado
por medio del placer le impone una barrera al goce. del campo del Otro. En pos de querer restituirle el goce
al Otro el perverso necesita del partenaire como sopor):e
que permitiría obturar la falta en el Otro que denotaría
su inconsistencia. En esta línea pensamos que el perver-
so va en sentido contrario del encuentro con el goce de lo
hetero 15 y que la fijeza en la suposición del goce del Otro
11. !bid.
14. Lacan, J. (1968-69) E seminario 16: De un Otro al otro, op. cit., p.
12. Deleuze, G., Presentación de Sacher-Masoch. Lo frío y lo cruel, op. cit., 233 .
p. 103.
15. Designamos "goce de lo hetera" a lo que comúnmente se nombra
13. Lacan, J., "Kant con Sade", op. cit., p. 735. "Otro goce". Consideramos pertinente delimitar el carácter suple-

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

es utilizada como estrategia para desentenderse de ese está dirigida al Otro. En este sentido no habría estricta-
goce diverso que pondría en juego lo real del Otro sexo. mente hablando "acto" perverso, si entendemos este úl-
timo por fuera del Otro o, en todo caso, prescindiendo
del Otro. El perverso necesita de la suposición de la exis-
La función del objeto: la voz y la mirada tencia del Otro, recuperándolo bajo la forma de alguno
de los objetos: la voz en el masoquista, la mirada en el ex-
En una nueva indicación del seminario 16, nos inte- hibicionista. Es en el mismo instante en que el imperati-
resa resaltar la articulación que Lacan plantea entre ob- vo se presentifica asignando el lugar de resto al sujeto; o
jeto a y goce. Allí afirma que: cuando la mirada surge en el encuentro con lo que se da
:·:
a ver, que la escena perversa queda establecida.
"[ ... ]el objeto a está en posición de funcionar como lu- Lacan sostiene, entonces, que el exhibicionista vela
gar de captura de goce." 16 por el goce del Otro, y que intenta lograrlo haciendo
surgir la mirada en el campo del Otro. Ahora bien, fiel
.. Es este objeto capturador de goce el que el perverso a su posición, plantea la ausencia de simetría y comple-
intenta restituir en el campo del Otro, intentando ha- mentariedad entre las pulsiones y dice que no ocurre lo
cer existir el goce del Otro. Lacan afirma que el perverso mismo en el caso del voyeur. Éste, a diferencia del exhi-
intenta tapar el agujero del Otro, es decir, que sabe de la bicionista, interroga en el Otro lo que no puede verse.
castración y por ello se ve compelido a taponarla de algu- Aquí establece una lógica más solidaria al falo, y el ob-
,,,1 na manera. En este sentido el goce tiene también su lími- jeto cobra la forma de lo que falta. ¿Qué es lo que haría
te en el horizonte, contradiciendo el fantasma neurótico del voyeur un perverso? No podría ser meramente lasa-
que le supone al perverso un goce absoluto. En todo caso tisfacción obtenida por fuera del encuentro de los cuer-
la estrategia, como dijimos antes, es diferente. pos, aunque tal vez podamos pensar la recuperación de
En relación al objeto a y al Otro se hace inminente goce que introduce la mirada en la medida en que algo
la importancia que la escena tiene para el perverso. Éste permanece inasible: el encuentro con la castración. El
necesita siempre del partenaire, pero además esa escena voyeur se hace mirada, para no ver, o para ver nada, en
la medida en que la condiciórl para que la escena se sos-
mentario y radicalmente diferente que tiene este goce, respecto del
tenga implica el espiar a través de una ranura, con el
goce fálico; y lo llamamos de lo hetera para par cuenta precisamen-
te que se trata de otro goce, diverso . riesgo de ser descubierto, intentando capturar un goce
16. Lacan, J. (1968-69) El seminario 16: De un Otro al otro, op. cit., p. que siempre se escapa.
227.

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LUJAN IUALE - LUCJANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

En cuanto al sadismo y al masoquismo, Lacan corre m aniobra no es sin un costo para el sujeto, en la medida
el eje del tema del dolor, tanto si es infligido o si es_sen- en que debe renunciar a su condición de tal para ofre-
tido, para replantear las cosas a partir de la incidencia de cerse como objeto al Otro.
la voz. Mientras el masoquista intenta ser relevado del Es en el intento de restituirle el goce perdido al Otro
lugar de sujeto de discurso, apunta a través del contra- que el perverso se vuelve instrumento del goce del Otro.
,
to a que la voz como imperativo recaiga sobre él,-.Jredu- Lacan le da a este movimiento el valor de suplencia, en \
l ciéndolo a la función de objeto resto; el sádico intenta

li
un sentido similar al que utiliza cuando habla de l a fobia:
imponer su voz al partenaire, quitándole la pal~bra. Por si en la fobia el caballo viene a suplir la función paterna,

-
,11

;:::: eso no hay goce posible entre un sádico y un masoquista: en tanto fallida para producir la privación; en la perver- J
ambos necesitan un partenaire que se sienta interp_elado sión el perverso s~ple'. haciéndose é.l mismo obj~to,) la fa-
por la posición que es llamado a ocupar, sólo hay lugar lla en el Otro:-17 el mismo se constituye en tapen y paga
.. ~ 1
.,;,
para que uno ocupe el lugar de objeto, de allí que al per- con su propio ser, a condición de mantener al Otro sin .
verso le interese que el otro conserve su posición de su- tachadura. EJ Otro como otro cuerpo se transforma en
jeto. Así, Lacan sostiene que la voz puede estar instaura- el escenario donde el perverso intenta suplir el desgarro
da en el Otro de un modo perverso o neurótico, tenien- que el significante introdujo entre cuerpo y goce.
do por cierto consecuencias diversas. Entonces, Lacan sugiere que el perverso desconoce "al
servicio de qué goce se ejerce su actividad"; 18 y, mientras
11
al sádico se le escapa su función de instrumento respec;:-
" Lo que el perverso desconoce de sí to del goce del Otro, su reducción misma al látigo que
fustiga, al masoquista se le escapa que lo que busca es la
Una de las particularidades de la perversión es el modo angustia del Otro. ¿Por qué? Porque el partenaire nun-
en que se establece la relación del sujeto con el Otro. Tan- ca es otro perverso, y al encamar ese lugar de objeto lo
to en "Kant con Sade" como en los seminarios 10 y 16, que se promueve en el partenaire es la división misma,
Lacan enfatiza el desplazamiento que se promueve en la con su correlato de angustia. En esta 7 isma línea, afir-
perversión del deseo al goce. De hecho, afirma que el de- ma lo siguiente:
seo se vuelve voluntad de goce. Esta operación, que pro-
cura anular la vía deseante intentando evitar el encuen-
tro con la falta, traspone la causa de deseo en imperativo 17. Cf. Lacan, J. (1968-69) El seminario 16: De un Otro al otro, op. cit.,
de goce. El perverso se hace soporte de una ley, pero esta p. 241 .
18. Lacan, J. (1962-63) El seminario 10: La angustia, op. cit., p. 163.

88 89
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

"El masoquista [ ... ] ¿cuál es su posición? ¿qué le en-


mascara su fantasma de ser el objeto de un goce del
Otro? -que es su propia voluntad de goce, porque des- La puesta en escena como recurso
pués de todo el masoquista no encuentra forzosamen-
te su pareja [ ... ]. ¿qué enmascara esta posición de ob-
jeto sino equipararse él mismo, ponerse en la función
de la piltrafa humana, de aquel pobre desecho de cuer-
po separado que nos presentan aquellas telas? Por eso
digo que la mira del goce del Otro es fantasmática. Lo
,¡ ... .
.. ,,, que se busca, es en el Otro, la respuesta a esa caída esen-
cial del sujeto en su miseria final, y dicha respuesta es Algunos antecedentes
la angustia." 19
Lucas1 tiene 10 años en el momento de la consulta.
Es así que, reduciéndose a no ser más que un objeto Su madre lo tuvo cuando tenía 16 años. Luego de una re-
despojado de todo brillo, el masoquista hace surgir el cam- lación ocasional, la madre intenta un aborto inyectán-
po mismo de la angustia, en la medida en que introduce dose una medicación que "hizo que se prendiera más el
un "más" allí donde debería haber un "menos". embarazo". Al no poder decírselo a su madre, y para co-
Luego de este rodeo dedicado a la cuestión de la per- municárselo de algún modo, ingiere pastillas que la lle-
11
versión en la enseñanza de Lacan, a partir de la intro- van de urgencia al hospital.
,'I' Hasta los 8 meses Lucas vive con ambos padres. Luego
ducción de la noción de objeto a, es preciso retomar el
hilo conductor de este libro, dedicado a las posiciones comienza una sucesión de mudanzas donde Lucas nun-
perversas en la infancia, para corroborar los resultados ca tiene un lugar para él. En el momento de la consul-
de esta exposición. ta vive con la madre en casa de una amiga de ésta, al pa-
dre lo ve esporádicamente. Este último formó otra pare-
ja, y esperaba otro hijo cuando se inició e\ tratamiento .

1. El m aterial fu e aportado por una analista que atendió al niño en


una in stitución del interior del país. Con el fin de resguardar Ja
identidad del niño, no se aportan otros datos. El caso es recons-
truido para esta presentación, con fragmentos de ese material
19. Lacan, J. (1962-63) El seminario 10: La angustia, op. cit., p. 178. original.

91
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Motivo de consulta o bien: "Mi papá es vulgar, ignorante y no tiene idonei-


dad para ser mi padre". En otra sesión: "Me voy a morir
El año anterior, estando de vacaciones con el padre, de un ataque cardíaco". "Mi papá es un imbécil, ignoran-
ocurre el siguiente episodio: en casa de unos tíos, su pri- te y no tiene idoneidad para ser mi padre, encima hablé
mo de cuatro años dijo que Lucas le bajó los pantalones con A. [esposa del padre] y le dije que íbamos a empezar
y le tocó el pito. Lucas negó todo. En una entrevista dice un litigio y me dijo que ése no es el lenguaje de un niño y
al respecto: "Nos mandaron una carta: me acusaron de me cortó. Odio a ella y al bebé, los voy a mandar a matar
abusar de mi primito, el padre es un psicópata ... el her- a los dos para tener las manos limpias ... le voy a dar a mi
,;·;1 mano del padre tiene un hijo de 3 años que también él papá donde más le duele". Más tarde sostiene: "Para mí,
•'' se ponía en medio de la calle en bolas a hacer pis ... cómo mi papá es un tarado, se deja mandonear por todo el mun-
me van a acusar de semejante inmoralidad ... ". do. ¿Qué loco, no? Que yo sepa más cosas que mi papá ...
~!¡
La madre comenta que Lucas, además, juega de un yo sé más que él salvo en cuestiones de sexo ... para mí que
'.:'.:: modo muy particular: transforma al muñeco Ken (el la mamá de mi papá le llenó la cabeza en contra mío ... el
novio de Barbie) en mujer, "corta tela y les hace ropa ... otro día ella me amenazó con una bandeja".
siempre hace mujeres grandotas con grandes pechos y Arma un par significante: ignorante/idóneo. Lama-
cuerpos de hombres". dre y la analista (mujeres ambas) quedan del lado de la
'I En el colegio le cuesta aceptar límites, se pelea con los idoneidad, mientras que el padre y el profesor caen del
J compañeros y no puede respetar el renglón. Tiene enfren- lado de la ignorancia. La madre había comentado en la
tamientos frecuentes con el profesor de plástica. primera entrevista que Lucas decía frases del estilo: "La
imagen fuerte son las mujeres".

La versión del padre


Escenas
La presentación de Lucas no condice con la de un niño
de 10 años. Es muy grande corporalmente, y habla de un A largo de las entrevistas se suceden una serie de es-
modo peculiar: utiliza términos muy precisos, como si fue- cenas. Recortaremos las más significativas.
se un adulto, y dice que extrae palabras del diccionario. El miedo: "Me quedé solo, se quería abrir la puerta,
Así, en una de las entrevistas dice: "El profesor de plástica iba a venir mi papá, no andaba el teléfono. Después se
es tontito, rarito, afeminado y siempre me molesta a mí"; cayó el azúcar, me daba mucho miedo verlo, los perros

92 93
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

La figura de San La Muerte introduce precisamente la


ladraban. Fui hasta el locutorio y llamé a la abuela. Vi la ambigüedad en tomo a la sexuación: es "San" y, por tan-
camioneta de papá y salí corriendo a buscarlo y mi papá to, masculino; sin embargo "La Muerte" es femenina. En
me dijo lqué buen actor que sos! Y yo le dije: Cállate es- una misma figura se manitiestan las dos vertientes.
túpido ... y me puse a llorar". "Me quedo solo asustán- Esta particularidad se apreció también en otras ocasio-
dome un montón, te volvés loco y querés matar al que te nes. Lucas hacía muñecas de plastilina con mucha habi-
molesta". Dijo que le habían hecho una burla maldita, lidad. Les hacía vestidos y siempre dejaba al descubierto
que a la amiga de la madre le habían mandado una car- toda la parte de atrás. Les hacía zapatos con un taco muy
'il
ta de amenaza de San La Muerte y que la azucarera ha- alto y quería que la analista lo mire. Se molestaba porque
11::
bía sido tirada por alguien. siempre estaba tratando de entenderlo. Tenía una sonri-
.:'I
En otra entrevista le pregunta a la analista si sabía qué sa especial cuando mostraba este despliegue .
•1
era un orgasmo. Se le responde que tenía que ver con el En cierta ocasión, la analista le preguntó por qué de-
1;:
..1..
·1:: sexo y que de eso mejor hable con su papá. En esa sesión, jaba la parte de atrás descubierta, y él contestó: "Porque
.-:1
hizo con plastilina a la esposa de San La Muerte, con pro- es más fácil, eso que me decís no tiene nada que ver".
porciones perfectas. Le diseñó zapatos con tacos, vesti- Respecto de los tacos dijo con una sonrisa que le gusta-
do por la parte de adelante, y luego dijo: "Me olvidé de ban los tacos altos y lo repitió varias veces: "Me gustan
los pechos, pequeño detalle", e hizo unos bien grandes. los tacos ... ".
Luego, amasó un tomillo grande -respecto de la muñe- Con el tiempo, travestir a los muñecos se desplazaría
11

i, ca- y se lo clavó en la panza.


En otra sesión, volvió a jugar con la esposa de San La
también a su propio cuerpo: "Se murió mi gato, lo enve-
nenaron, el que sea lo va a pagar ... ". Cree que fue un ve-
Muerte. Ella le prendía fuego a San La Muerte en la in- cino nuevo: "Lo voy a hacer meter pre\o, lo voy a acusar
gle (él la llama la "parte interna"). Luego le cortaba el de que mató a su esposa y luego la enterró en el jardín".
pito. A la mujer la realiza de un tamaño mayor que al va- "Yo jugaba con el gato a que era mi esposa -era macho
rón . Se suceden varias escenas de juego donde la espo- pero no importa- y le hacía darme besos en la boca, él
sa de San La Muerte lo ataca en sus genitales, general- era la esposa y yo el hombre, y el otro día tuve un sueño
mente lo prende fuego. En otra ocasión dijo: "La esposa donde el gato me decía que yo no lo quería y yo lo obli-
de San La Muerte le sacó a su marido la energía y él no gaba a darme besos". "El otro día vino mi mamá con un
puede hacer nada". La analista señala: "Parece que tie- amigo y yo para molestar me puse los tacos y la bata y me
nen mucho poder las mujeres". Lucas se rió y dijo: "Y... aparecí donde ellos estaban. Tendrías que haberles visto
son mujeres ...".

95
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

las caras (Se ríe). Entonces me dijeron que iba a ser "tro- lante del cuerpo, lugar donde podría ubicarse la diferencia
la". Me gustan los tacos ... Estoy medio descompuesto, el entre tener o no tener, dejando al descubierto la parte de
otro día me comí catorce helados". atrás. Pero, además, agrega a los personajes grandes pechos
Encontramos en estas escenas esa dimensión propia que en su discurso aparecerán como indestructibles.
de la perversión que Lacan sitúa en "Kant con Sade", al En una ocasión le pide a la analista quedarse una hora
hacer referencia al pudor, donde ir más allá del propio y le deja una moneda de diez centavos. Dicha moneda
pudor incide directamente sobre el pudor del otro. El sería reintroducida por la analista en otra sesión. Vea-
goce, al confesarse impúdicamente, atrapa la voluntad mos la secuencia.
atravesándola para instalarse en lo más íntimo del suje- Hay referencias precisas al dinero y a la idea de lo que
~11
to al que provoca hiriendo su pudor. Y ello porque el pu- va a heredar, planteando toda una serie de amenazas en
dor "es amboceptivo de las coyunturas del ser: el impu- relación al hermano que ha nacido recientemente. Está
,,,
1::
•,1:;
dor de un basta para constituir la violación del impudor la figura del usurpador que viene a sacarle su lugar. Por
::1 del otro". 2 Por esta vía, Lucas procura restituir el goce otro lado, habla de "los sirvientes" a quienes trata des-
al lugar del Otro. pectivamente. En una sesión dice: "Yo tengo sirvientes y
Por otro lado, es notable el lugar preponderante de la les pago. Me gusta usar mi léxico. No es lo mismo volu-
mirada bajo la forma del "darse a ver", poniendo en jue- ble que boludo".
go esa implicación suplementaria de la que habla Lacan En una de las sesiones en las que trae a San La Muerte,
en el seminario 4, al poner en juego la voz media. Esto se expone la figura de dos viejas que lo golpean en el pito y
expone también en el plano de la transferencia, no sólo luego introduce un muñeco que viola a una de las viejas.
porque el niño convoca la mirada de la analista, sino por- En esa ocasión le pide a la analista quedarse una hora,
que sus dichos mismos sostienen la estructura de una saca una moneda de 10 centavos y se la deja. Al princi-
mostración al Otro. pio las escenas estaban protagonizadas por San La Muer-
te pero paulatinamente trae situaciones basadas en te-
lenovelas, a las que es aficionado. Allí los personajes pa-
La transferencia san por distintas situaciones donde lo sexual queda en
primer plano, unido a la agresividad.
Es interesante el tratamiento que hace este niño de la Una escena protagonizada por personajes de telenove-
imagen: por un lado, cubre con vestidos la parte de ade- la: Roxana y su madre. La madre le pega en los genitales a
Roxana, le pone el taco del zapato en los genitales, le da
2. Lacan, J., "Kant con Sade" en Escritos 2, op. cit., p. 733.

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON
PÓSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

una patada y le deja "el sentido motoso ... ". La analista le


"Braulio" le dice a "Patricia": "Qué linda estás, te voy
pregunta qué es el sentido motoso, pero Lucas responde
a... ", y se ríe. "Ella va a intentar frenarlo pero no va a
que no sabe, que lo escuchó. Agarra unos muñecos: poder porque la amenaza con un arma. Entonces, Patri-
L: Que buenos que están ...
cia lo va a hacer meter preso, no le queda otra porque le
A: Sí...
apunta con el arma". Y sigue: "Es que hay tanto despe-
L: ¿eso que me dijiste es una ironía?
lote que lo tiene que mandar preso a Braulio ... "
A: No. ¿Qué es una ironía?
Más adelante arma otra escena: una señora de unos
L: Es decir una cosa y dar a entender otra ... es muy 50 años trata de despertar a su madre de 80 años y le
,1,. ,,..
.
feo eso.
1•"'''
¡·...., toca las tetas.
·:11 '
Hace a Roxana, dice "Ay, está borracha". Lo repro- A: ¿Para despertar a la madre le toca las tetas?
i
:1 duce muy bien con la muñeca de plastilina que él hizo
L: IAy Patricia! iHablá con propiedad!
-como si fuera un titiritero- y un personaje bueno tra-
A: ¿Ahora qué está haciendo?
..;:I" ta de ayudarla, entonces ella, como está borracha, le
... •:: L: Es como si fuera un bebe, la está amamantando, sí,
,1 ' "toca las bolas" y luego dice: "No quiero usar esas pa-
y la leche está podrida. Bueno ... sigamos jugando: aho-
labras vulgares". Luego arma una escena sexual entre
ra viene Patricia que trabaja gratis a atender a la seño-
' 1 varias personas.
ra vieja.
La analista saca la moneda que él le había dejado una
A: Bueno, ya terminó el tiempo de la sesión, la segui-
; vez y le pregunta: "¿Qué significa esto?". De manera des-
·11

mos el martes
pectiva, Lucas dice: "No sé, es para vos". Se la devuelve y
A: Sigamos un poquito más .. . (Se ríe).
le dice que no la necesitaba. Entonces Lucas agarró lamo-
La analista corta la sesión, se levanta y sanciona: "Te
neda y la puso entre las tetas de Roxana. Luego la madre
espero el martes".
de Roxana la aplastaba a ella contra la pared: "Las tetas Puede notarse así cómo se va recortando el lugar asig-
no se pueden destruir, ¿sabés? Si a vos te pisa un auto te
nado al partenaire, donde de la figura de San La Muer-
podés lastimar todo el cuerpo pero las tetas no ... ".
te pasa a los personajes de telenovela, y termina inclu-
En otra ocasión vuelve con la misma novela. Agarra yendo a la analista en sus escenas, apuntando a produ-
un muñeco al que le falta el brazo y dice: "Es Patricia" cir la división en el Otro. Toma elementos claves en re-
(nombre de la analista). La analista señala: "Le falta un
lación a las particularidades del hospital: "Patricia que
brazo". Lucas responde: "Es un juego" y luego le agrega
trabaja gratis", resignificando la entrega de la moneda.
un brazo. Hace un sombrero con masa y se lo pone.
Entre las tetas indestructibles y la servidumbre parece ar-

98
99
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

marse la trama. Podemos pensar que si las tetas vienen regla. Al mismo tiempo denuncia la barradura que atra-
al lugar del falo, acentuando su presencia al modo del viesa a toda ley en su aplicación, con la forma de la ex-
fetiche y haciendo de las mujeres una figura poderosa, cepción: la figura de Enriqueta del Moral, sobre quien la
la figura de la servidumbre puede ser un intento de con- ley no puede recaer con todo su peso.
trolar al otro, rebajándolo en su estatuto, donde sería él Estamos frente a un modo particular de tratamien-
quien detentaría un poder por la vía del dinero. De he- to del goce, y de un uso específico del objeto. No hay en
cho, le dirá en alguna ocasión a la analista: "a vos no te modo alguno, ausencia de extracción. Por el contrario,
.. ' puedo controlar". es en tanto el Otro está barrado y como tal vaciado de
~ ' goce, que la maniobra perversa apuntará a restituir ese
i goce perdido. Si "el objeto a está en posición de funcio-
'I
La ley nar como lugar de captura de goce." 3 Lucas intenta res-
1•:
.. tituir una consistencia en el Otro que no sufra el ultraje
:1:
Lucas habla de iniciar litigios, cometer asesinatos, del significante: Enriqueta del Moral no puede ser tocada
' mandar a matar a diversas personas: al vecino que su- por la ley en una escena donde el dinero tomará a su cargo
: ' puestamente le mató al gato, al amigo del padre que lo la función de obturador de la falta. Al mismo tiempo en
denunció por sus fantasías de asesinar al hermano, al ex- transferencia las tetas y vendrán al lugar del falo faltante
novio de la madre. Su posición va virando hacia la figu- otorgándoles un rasgo netamente fetichista: las tetas de la
ra del juez. Él mismo quiere ser el juez, para hacer recaer analista son irrompibles. Algo queda no tocado por la ley
'. 1
sobre el otro todo el peso de la ley. ni por las contingencias. El deslizamiento del falo como
Aludiendo a una de las novelas que mira por televi- función que obtura y sostiene la castración, al objeto a
sión, construye la siguiente escena en torno a un juicio: como capturador de goce, facilita la estrategia perversa
"Andrea mató al hijo de Enriqueta del Moral sin que- para intentar reconducir el goce al campo del Otro.
rer cuando éste la intentaba violar". Él es el juez y dice: En este caso es interesante pensar la división que
"Voy a hacer caer todo el peso de la ley sobre Andrea". él opera en el Otro por la vía de la mirada, del darse a
Agrega: "A Enriqueta la ley no le puede hacer nada por- ver; pero también está la otra vuelta donde el niño no
que tiene plata". es más que esas tetas que pueden completar supuesta-
No se trata en modo alguno de carecer de relación con mente al Otro.
la ley; muy por el contrario, él mismo la encarna e in-
tenta impartirla, exigiendo el sometimiento del otro a la 3. Lacan, J. (1968-69) El seminario 16: De un Otro al otro, op. cit., p.
227.

100 101
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

Para concluir citaremos una frase del paciente dirigi-


da a la analista, por la que se muestra en posición de ex-
cepción en el conjunto de los pacientes, de "fuera de la Clínica de la posición perversa
serie" respecto de los tomados por el saber profesional.
Dice entonces, de sí mismo, al modo de un autodiagnósti-
co: "Rompí todos los esquemas ¿no? No estoy en ningún
libro. Contalo para que aprendan".
'11''

'" 1
,,,:: :~
' ;, ! ~
La interdicción paterna y el goce de la madre

En los casos que consideramos en este libro se pone de


manifiesto, tal como señalara Lacan en los años '50, que
quien encarna la función paterna no ha podido entrar ~n \1
juego como interdictor respecto de la madre. Observamos
que no solo no opera como interdictor -el padre de Ma-
1
1
·11
rio queda en un lugar de impotencia en cuanto a oficiar
/
,i•, 1
1 como tercero, el padre de Nacho directamente está subor-
dinado a su mujer sin protesta- sino que, en ocasiones,

-
queda ubicado por el niño en un lugar degradado: Lucas
deja al padre y a su profesor del lado de los ignorantes;
mientras que la madre y la analista quedan del lado de la
idoneidad, de la imagen fuerte: las mujeres. Arpad inclu-
so, sustituye a su padre por un gallo degollado.
Pero, además, no se advierte, como en Juanito, una
apelación al padre. Es como si el niño se planteara anti-
cipadamente poder prescindir del padre, en tanto que el
reaseguro es la madre, a la cual deberíamos escribir, tal
vez, bajo el materna: La madre (sin tachar). Cabe pre-

102 103
POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

guntarse, entonces, por qué el niño perverso no se psi- Señalamos además que Lacan sitúa a la altura del se-
cotiza. Puede aproximarse una conjetura: la desmenti- minario 14 al perverso como aquel que da cuenta del im-
da opera sosteniendo una disyunción entre la 'm adre y la passe a nivel del encuentro genital. Pues bien, en estos ca-
mujer (esta última tachada). El perverso sabe de lacas- sos el niño aparece a nivel del goce como preferible para
tración, sabe de lo hetera por excelencia, pero desmiente la madre al encuentro sexual con el partenaire-padre.
la castración materna, de allí que ésta se sostenga como Podríamos conjeturar, entonces, que no hay una po- \
su punto de apoyo. sición perversa en el niño sin una madre que haga de ese
• 1 Si la operación de privación consiste en que el padre I].Lño su feticheJ entendido éste como un objeto de goce
li ,,'. se hace preferir a la madre, inversamente podemos con- que desplaza al partenaire sexual. Como afirma Eric Lau-
rent: "La perversión femenina es tener niños y la pareja
jeturar que en la posición perversa infantil es el niño quien,
se hace preferir al padre ante la madre. Se ubica en posi- perversa femenina es la pareja madre-vers-niño". 1
ción de ser no solo el falo en cuanto objeto de deseo de Asimismo, Laurent se pregunta "en qué sentido [la]
la madre, sino que desde ese lugar encarna el fetiche de respuesta del niño identificado al falo de la madre puede
la madre, es decir, un objeto preferible al encuentro con ser una perversión" 2 ya que éste no deja de ser un mo-
...
"
',,
•'
... el partenaire sexual como medio de goce. mento de la lógica edípica común a las neurosis y a la
Dijimos que no se trata en tales relaciones entre ma- perversión, y pensar las cosas de este modo nos limita a
11 '1
dre e hijo de lazos de amor. Y bien, si el amor hace al goce pensar lá posición perversa como una detención en el
1 ,1 complejo de Edipo, con sus consecuencias para la direc-
condescender al deseo, en estos casos la madre no abdica
a favor del deseo (el encuentro con el otro sexo en cuan- ción de la cura: se tratará entonces de completar el cami-
to supone afrontar la castración) sino que goza de su hi- no (he aquí, incluso, un punto que podemos leer como
jo-fetiche, fetiche negro con la erotización de la pulsión de desvío en Lacan, quien bajo esta lógica llegó a plan-
de muerte, tal como señalamos de acuerdo con Millot: tear que los homosexuales son curables). 3
Mario es "vago, sucio y quilombero", Nacho es el "hijo El paso que hay que dar es ubicar que, desde ese lugar,
de una drogadicta", Lucas es el resultado del fracaso de el niño no se significa como causa de deseo, sino como
un intento de aborto. instrumento de goce. Por ello Laurent en la referencia in..:
Recordemos que el fetiche no es un objeto de amor, 1. Laurent, E. (1984) "El niño y su madre" en Hay un fin de análisis
sino un objeto instrumental que funciona para desmentir.. para los niños, Buenos Aires, Colección Diva, 1999, p. 40 .
la castración. La madre hace de un producto de su cuer- 2. Ibid., p. 14.
3. Lacan, J. (1957-5.8) El seminario 5: Las formaciones del inconsciente,
po el sustituto metonímico del pene ausente. op. cit., p. 197.

104 105
. POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

l
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON

dicada resuelve tal ambigüedad recordando que con pos- El pudor implica necesariamente que la latencia ha
terioridad Lacan sitúa al perverso como instrumento de tenido sus efectos respecto de la delimitación de los di-
goce del Otro. ques morales. El perverso sabe de ese borde que se ins-
El niño no está meramente en relación a ser el falo tituye como límite, frontera o litoral y necesita precisa-
de,) a madre: es instrumento de goce resQ_eGto del suj,e- mente que el otro se mantenga como sujeto. Él se hace
to "que se ve arrastrado a ocupar realmente el lug~del instrumento, releva al objeto en su función, y produce
Otro, a saber [ ... ] la Madre" 4 y en ello consiste supo- la división por la vía de la intrusión de un goce, que in-
11
sición perversa. Y hasta es tangibleeñ alguno de mi'es- tenta hacerle recuperar al Otro. Intento siempre falli-
··1
•.':1 do porque la cesura entre el sujeto y el objeto es impo-
tros casos cómo la madre , aparece dividida entre lo in-
f.,'~I J
l

soportable de la posición del niño y un nó-poder/no- sible de suturar.


i 1

·!: querer conmover su lugar:-recordemos -cómo la madre En los casos puede notarse que Mario, por la vía
,: ),
,, '
'·• ..
;·::; de Nacho se regodea en la escena en que su hijo tortu- de tocar el cuerpo de otros niños o a través del uso
.1;:1: de ciertos términos ligados a la sexualidad, produce
ra a su hermano.
' ~ una intrusión a nivel de lo más íntimo del otro. Lu-
·! ! La erotización de la pulsión de muerte que sitúa C.
)
Millot como forma primaria de la perversión podemos cas, por su parte, presenta este mismo modo de tra-
' .
~
ubicarla, justamente, como la primera posición perver- tamiento del partenaire en la escena con el primo de
11
sa del ser hablante, en cuanto se presta a ser instrumen- cuatro años, y en transferencia arma una serie de es-
il to de goce del primer Otro, la madre. cenas, al modo del relato sadiano, en las cuales la
analista misma queda tomada: será violada y no po-
drá hacer nada para defenderse. Nacho por su parte,
La intrusión al otro mediada por el ultraje al pudor juega su intrusión al otro incidiendo sobre el cuerpo \
de su hermano: marca, magulla, muerde. El analis-
Otro punto significativo en los casos comentados es ta mismo recibe el "tarascón" .Él se hace agente de la
el tratamiento del pudor, que no puede separarse del en- castración del Otro.
cuentro de los cuerpos. En este punto es preciso esclare- La presencia del pudor confirma la división subjetiva ·
cer la relación íntima entre el ultraje al pudor, el objeto del partenaire y la eficacia del accionar perverso, al en-
a y la división en el partenaire. carnar el objeto como instrumento de goce.
Aquí conviene distinguir el acting out de la escena per- }
4. Lacan, J. (1960) "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el versa de acuerdo con el siguiente criterio:
inconsciente freudiano", op. cit., p. 773.

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Acting out: apunta a la división del Otro, poniendo en po del Otro, restituyendo un goce que debería estar ne-
escena el objeto a como causa de deseo. Causa la división gativizado.
para interrogar el lugar en el Otro y si bien es "verdad sin Lucas muestra a través de los muñecos travestidos a
sujeto", lo pone en el horizonte. Allí el significante mues- los cuales les agrega tetas, así como también, desde las
tra lo que, por estructura, no puede decirse; y la angustia historias que terminan siendo descripciones de escenas
que se precipita en el Otro sanciona un lugar en el deseo sexuales explícitas, donde nada del pudor se juega de su
del Otro. Dar a ver algo es diferente a darse a ver. lado. Se pasea vestido de mujer delante de la madre y de
su pareja y conmina a la analista a que lo mire mientras
f Escena perversa: al igual que el acting out, es una mos- arma las diversas escenas.
\tración, pero no se orienta por el deseo ni por la función Nacho muestra sus mordeduras y la mortificación del /
I•
;¡ de la causa: ésta precisamente queda elidida. El sujeto se cuerpo, recuperando en dicha acción un goce que no se
'.'.'. pierde como tal, encarnando al objeto como instrumen- extrae, sino que se le ofrece al Otro. El analista propone,
'i ~
to de goce, en un intento de restituir el goce supuesto al además, que el niño muestra su verdad para que el otro pa-
.: ~I
'~ ,., gue por lo que se le mostrará. Muestra también en lo que
1;
Otro. Aquí hay que distinguir lo que se juega a nivel del
Otro del lugar que ocupa el partenaire. La escena perver- dice: "al mariconcito le di su merecido". El tratamiento
:

' .
t,

sa está dirigida al Otro, al cual sostiene irremediablemen- del cuerpo del partenaire no encuentra la vía de lo amo-
1'

roso, quedando únicamente la vertiente del sadismo.


n te, haciéndose su esclavo. Es a ese Otro a quien le diri-
Mario, por su parte, juega ese darse a ver en la esce-
) ge la escena que monta con el partenaire, al cual, por la
vía de la intrusión, divide. En la escena perversa el rele- na pública bajo la forma del manoseo a nenas y varones,
vamiento del sujeto por el objeto a se juega, precisamen- y en el uso performativo que hace de los términos de ín-
te, en el darse a ver. No implica la dimensión del llama- dole sexual. En la transferencia la voz se sustrae casi to-
do, sino una respuesta que especifica un modo de gozar. talmente, mientras una mirada gozosa se da a ver inter-
pelando al otro. 5

La mostración / la mirada

Nuevamente los tres casos antes mencionados po- 5. En el apéndice, en cambio, consideraremos el caso de Samy, quien,
nen sobre el tapete la función de la mirada. Es a partir en sus modos afeminados, responde al lugar que le precede en el
deseo del Otro. No busca causar la división ni la emergencia de la
del "darse a ver" que se hace surgir la mirada en el cam- angustia, en todo caso ésta aparece como por añadidura.

108 109
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

La relación con la ley Para concluir

Por último, hicimos hincapié en la relación de la posi- Este libro nace de una experiencia, y de los obstácu-
ción llamada perversa y la ley. Ubicamos la elevación que los que a veces emergen de ella e invitan a pensar. Los
en aquella se hace de la ley a mandato de goce, al ubicar- casos presentados nos pusieron al trabajo, promoviendo
se como instancia que arbitra la ley, exigiendo el some- en nosotros la interrogación clínica y la puesta en ten-
timiento a la misma. sión de conceptos teóricos. Hay que destacar la impor-
Hemos destacado el uso que hizo una adolescente de tancia que cobra en estos casos la posición del analista,
la ley, introduciendo una paradoja en su función, dado en tanto es interpelado como sujeto a los fines de correr-
que allí donde algo debería ser regulado, se lo usa como lo de su función.
escenario para introducir un goce que divide al padre. La dirección de la cura en estos casos es un tema que
Separa al padre de la ley, haciendo recaer sobre él todo apenas hemos atisbado en el presente ensayo. Nos he-
""
el peso de la misma, pero bajo la forma de la arbitrarie- mos ocupado de dar un paso lógicamente preliminar:
dad más extrema. darle entidad clínica a las posiciones perversas en la in-
Del mismo modo, Lucas quiere ser el Juez que impar- fancia. No es un paso menor: en el campo de las perver-
''.I
te la ley y, como dijimos, lejos está de carecer de relación siones, la dificultad diagnóstica sigue siendo el principal
con la ley. Podríamos afirmar que la escena perversa no obstáculo para llevar adelante un tratamiento. Tal difi-
.11 1
puede prescindir de la articulación a la ley. cultad diagnostica tiene su expresión más acabada en
Tanto Mario, Nacho y Lucas suponen poder hacer un un curioso mito de la comunidad psicoanalítica: los per-
( uso particular del cuerpo del otro. La forma del derecho se versos no consultan. Entendemos que en todo caso, no
inscribe para ellos al modo sadiano, donde se puede elevar se reconoce una posición perversa con facilidad. Menos
a imperativo categórico la voluntad de goce. Nacho puede aún en un niño.
morder, Mario puede tocar, Lucas puede gozar viendo que Se trabaja con lo que hay pero para dar ocasión a una
el gato se ahoga. No se trata de las acciones en sí: morder, diferencia. No se trata de presentar la neurotización como
tocar o mirar, sino del uso que se hace del partenaire, a respuesta normalizadora, sino que a partir de las coor:-
expensas de ofrecer esa escena al Otro. 6 denadas de la estructura operamos para promover que el
sujeto lea su propia traza, esa en la cual no se reconoce.
6. Nuevamente, en el apéndice habrá de verse cómo, a diferencia de
esto, Samy apela a la ley, sin buscar la trasgresión ni para hacerse Si en la perversión la pregunta por el lugar en el de-
agente de la misma. Samy, en cambio, se pregunta cómo articular seo del Otro ha quedado subvertida por la particulari-
deseo y ley, a partir de Ja carencia paterna o de la falta del padre.

110 111
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

dad de una respuesta: hacerse instrumento del goce del Una apreciación que no quisiéramos dejar de formu-
Otro; la apuesta del análisis consistirá, entonces, en lar, para concluir este recorrido, radica en que es preciso
abrir la interrogación por la posición en la que el suje- subrayar la importancia que cobra en estos casos la po-
to se encuentra, intentando propiciar las condiciones sición del analista, en tanto es interpelado como sujeto
para que algo de la división se produzca de su lado. Para a los fines de correrlo de su función.
ello es preciso cortocircuitar la economía de goce en la En este sentido, consideramos imprescindible situar
cual el sujeto se reduce a la identificación con el objeto que el aforismo lacaniano "sumisión absoluta a la posi-
a como condensador de goce. A veces esa perturbación ción subjetiva del enfermo" que, inicialmente referido a
en los modos de lograr la satisfacción ha sido ocasión la psicosis, ha devenido un orientador de la comunidad
de la consulta (por ejemplo, cuando no puede acceder lacaniana de analistas, no es sinónimo de ceder a los mo-
al fetiche con el cual se satisface, o cuando por deter- dos de satisfacción que el sujeto porta. Lacan se orienta
minados cambios en su vida no puede sostener la esce- más bien por un tratamiento del goce que no desmienta
na perversa), volviéndose un terreno fértil para la in- la castración, cuando afirma que "la castración significa
tervención. De todos modos, queda siempre abierta la que el goce deba ser rechazado para ser alcanzado por la
pregunta respecto a qué salida del análisis habría para el escala invertida de la ley del deseo" .7
perverso, que no fuese una salida cínica o melancolizada Cuando en el caso Nacho, el analista le responde "no
1/ 1 como respuestas al encuentro con lo real de la castra- se puede pagar con plata para hacer aparecer hijos" mo-
1 ción. ¿Qué queda para el perverso cuando ya no puede dula un acto que sanciona un "Yo no juego a eso", di-
seguir siendo un cruzado y cuando su lugar en el Otro ferenciándose del otro parental. Del mismo modo en el
ya no puede sostenerse en la identificación al a como caso Mario, dejar en suspenso la demanda de que in-
objeto a ser restituido? La sujeción al Otro, sea cual sea grese, y evitar el forcejeo por la vía corporal, implican
el tipo clínico, conlleva siempre un matiz sufriente: se en acto situar otras coordenadas de intervención. Con
trabaja para el Otro. Pero el pasaje que el análisis pro- Lucas, la analista interviene haciendo operar un "no"
pone por la inconsistencia del Otro no es un universal en dos situaciones muy precisas: cuando el paciente "le
al que debamos confrontar a todos los sujetos. La di- paga" con 10 centavos y cuando responde al "Patricia
mensión ética retumba en nuestros oídos, obligándo- que trabaja gratis" con el corte de sesión. Es preciso, en-
nos a estar atentos respecto de los modos de solución tonces, diferenciar la moral, que sólo puede ver un tras-
que cada uno ha encontrado, con el fin de pesquisar si
es o no oportuna nuestra intervención. 7. Lacan, J. (1960) "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el
inconsciente freudiano", op. cit., p. 786.

112 113

1
\
fi
~
LUJAN IUALE - LUCIANO LlITEREAU - SANTIAGO THOMPSON

torno de la conducta infantil en estos casos, de la ética


que nos orienta. Sí la dimensión ética es aquella que se
extiende al goce, se trata entonces en estos casos de dar Apéndice
ocasión a una diferencia en este nivel. Incidir en el de-
rrotero de quien se posiciona, de forma incipiente, como
un cruzado del goce.
Interrogar una posición homosexual
en la infancia
•I
,l
1

i Una vez concluido nuestro recorrido, nos parece in-


teresante presentar un caso que, sin incluirse en lo que
ubicamos como posiciones perversas en la infancia, se
corresponde con una presentación de tipo homosexual.
Este caso nos permitirá, por un lado, delimitar en qué
consistiría tal posición homosexual y, por el otro, espe-
cificar su diferencia con una posición perversa.
11 \
1
1
En capítulos anteriores trabajamos algunas puntua-
lizaciones en relación a la homosexualidad. Recordemos
... -
que Lacan lee en principio a la homosexualidad dentro
el campo de la perversión, dado que todo se ordena alre-
dedor del falo y de la desmentida de la castra~n. Es por
ello que a la altura del seminario 4, Lacan siaja, para la
homosexualidad, algunos ejes a considerar:

La identificación del niño con la madre.


La elección es de tipo narcisista y la clave se plan-
}: tea respecto a la presencia de pene real en el par-
tenaire.

114 115
LUJAN IUALE - LUC!ANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

El atravesamiento del complejo de Edipo: hay en aquellos casos en los que la presentación fenoménica
inscripción del significante Nombre del Padre, toma los atributos de lo femenino.
pero el padre no cumple la función de interdic- Si la homosexualidad masculina se ordena bajo la exi-
tor entre el niño y la madre. Allí donde debería gencia dirigida al partenaire de presentarse desde el "te-
jugarse una privación, el niño encuentra en la ner", entonces no podemos hablar estrictamente de una
madre un lugar de garantía. Aquí hay que enfa- posición femenina en lo que hace a la castración. El ho-
tizar que no es lo mismo la madre que la mu- mosexual está mucho más sujetado a la lógica fálica, y
jer. La madre como garantía sostiene la dialéc- necesita de la presencia del pene para velar la castración,
tica del señuelo y al decir de Lacan, queda dic- que el encuentro con una mujer introduce irremediable-
tándole la ley al padre. Así éste último no par- mente. Allí lo imaginario le hace soporte a la operatoria
ticipa bajo la forma del padre terrible y tampo- lógica de la desmentida.
co es elevado al lugar del ideal como aquel que Entonces conviene distinguir una posición femeni-
porta las insignias fálicas. na respecto a la sexuación de una mascarada de lo fe-
menino a la cual el sujeto se adhiere por identificación
En seminarios posteriores, y más específicamente en con la madre.
el seminario 20, Lacan va a plantear las fórmulas de la Trabajaremos a continuación un caso, proporciona-
sexuación. Dichas formulas permiten inscribir dos cam- do por una colega 1 , que puede orientarnos. Este material
¡I
I pos: el lado macho y hembra, a partir de los cuales cada pone sobre el tapete la interrogación respecto a relación
ser hablante toma posición. Esta propuesta corre el eje de de la homosexualidad con el tipo clínico.
la diferencia anatómica de los sexos y pone el acento en Así, consideramos pertinente diferenciar ciertas prác-
la posición que cada quien asume respecto de la sexua- ticas homosexuales que pueden aparecen como fenóme-
ción: ya sea femenina o masculina. En este sentido, el nos transitorios en cualquier tipo clínico, y en ese sen-
lado macho se ordena alrededor de la lógica fálica regida tido sería un fenómeno transclínico, de una posición
por el "Para todo x ( <l>) "; mientras que el otro lado, elfe- respecto a la sexuación en la que el niño quede iden-
menino, se ordena a partir del no-todo, en tanto no hace tificado a la madre y, la elección de objeto, · subsumi-
conjunto. Por supuesto que habrá mujeres que se sosten- da a encontrar en el partenaire el niño que él fue para
drán en la lógica fálica, y varones atravesados por la ló- esa madre.
gica del no-todo. Respecto a la homosexualidad mascu-
lina se plantea la cuestión de cómo ubicarla; sobre todo 1. Se trata de la Lic. Mariela Brondino, a quien agradecemos su gene-
rosidad.

116 117
LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

Dado que se trata de un niño, intentaremos circuns- co. En aquel entonces su mamá había hecho un inten-
cribir aquellos aspectos que nos permitan interrogar la ló- to de suicidio tomando pastillas, luego de una discusión
gica de la sexuación que allí está operando, sabiendo que con su marido Se había enterado que a su padre le ha-
necesitaremos de un segundo tiempo para poder verificar bían diagnosticado un cáncer terminal. Dice: "No que-
nuestras hipótesis. Recordaremos además el valor otorga- ría ver morir a mi papá, busqué contención en mi mari-
do por Lacan a la fobia como placa giratoria y pondremos do y nada, me saqué mal, me pegó y le dije: gracias a vos
a jugar el estatuto particular que cobra la mirada. yo voy a estar con mi papá". Samy y su hermano, tres
años mayor, fueron quienes la encontraron tendida en la
cama y alertaron a su padre y abuela paterna.
"La hija mujer que vos querías tener" En el transcurso de la relación de pareja aparecen va-
rias mentiras por parte del padre de Samy en temas de la
Samy de 8 años es traído a la consulta por presentar economía familiar, que eran cubiertas por el abuelo pa-
"miedos" y "actitudes de amaneramiento" tal como es terno, ya fallecido. En la actualidad los padres se encuen-
expresado por sus padres. Esto último le dificulta el lazo tran separados aunque viviendo en la misma casa, deto-
con los varones, quienes ubicando estas actitudes afe- nado la ruptura el hecho de que la madre se entera que
minadas le hacen bromas o no lo integran en activida- su marido le había mentido nuevamente en una transac-
des grupales. ción económica quedando endeudado. Esta última tran-
n Los miedos aparecen por las noches o durante el día en sacción queda al descubierto, ya que al no contar con la
la escuela en situaciones de evaluación. Cada vez que se ayuda de su padre, se encuentra sin recursos para respon-
presenta alguna de estas instancias, se instala el siguiente der a la deuda contraída.
circuito: Samy se descompone durante la evaluación, vo- Su padre, Raúl, manifiesta tener dificultades para rela-
mita, desde el colegio llaman a sus padres para comentar cionarse con Samy, expresando que estas conductas afe-
la situación y éstos lo retiran del colegio o, directamente, minadas de su hijo lo angustian. Intenta invitarlo a jugar
pide no ir a la escuela esos días en particular. La analis- a "Los Powers" o a mirar películas de terror, pero Samy
ta interrogará la respuesta instaurada por los padres de prefiere los juegos de nena.
consentir a este pedido tan particular, cuestión que será Ubica que esta dificultad para vincularse con su hijo
tomada por ambos padres. persiste desde los inicios de la vida de Samy. Relata que su
Por otro lado comentan que hace tres años Samy ha- hijo nació con muchas dificultades respiratorias, por lo que
bía asistido por unos meses a un tratamiento psicológi- fue internado a los veinte días de vida. Entiende que esto

118 119
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llevó a que su mujer se ocupara desde aquel momento más dre señalará que él tenía un vínculo de mucho apego con
de Samy; mientras él se encargaba de su hijo mayor. su propio padre, quien lo concibió siendo ya un hombre
Se esboza aquí un padre que se presenta desde una ca- entrado en años, le daba todos los gustos. Dirá: "Yo era
rencia. El atributo fálico parecía estar dado en el abue- el chiche de mi papá"
lo paterno, quedando al descubierto la dificultad del pa- La madre dará cuenta de este cuidado en exceso Ejem-
dre para portar ciertas insignias cuando éste muere. Está plo de ello es que aún su hijo no se limpia la cola sólo o
claro que este niño con su presentación interpela al pa- no colabora en actividades de la casa, siendo asistido todo
dre. Cabe preguntarse aquí: ¿el padre "se angustia" o "es el tiempo por ella. Se angustia al recordar los primeros
angustiado por el niño"? días de vida de Samy manifestando el temor a perderlo
La posición perversa se traduce mediante el juego en Percibe que el niño está muy pendiente de ella, de sus es-
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una mostración dirigida al Otro que ostenta un saber so- tados de ánimo, apegándose aun más en este tipo de si-
bre el goce. Es un elemento importante aquí ubicar en el tuaciones. Relatará un hecho acaecido hace un tiempo:
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discurso del niño como subjetiviza la función padre. En "Estaba charlando con una amigas y le comentaba que
,;
el caso Mariano era evidente la direccionalidad al Otro desde el primer embarazo yo hubiese deseado tener una
de sus juegos. En el caso Nico el niño hace ostentación de hija mujer. Pocos días después Samy me dice: "Mamá, yo
"Poder arrancarle un dedo" al analista; y en el caso Lucas soy la hija mujer que vos querías tener".
aparece claramente la violación del pudor como punto
ri que oficia como disparador de la angustia. Aquí no que-
Al peguntarle respecto de esto, trasmite que ella le dijo
!) que no, que sólo fue una expresión de deseo, que ella lo
da todavía claro si el niño dirige esa mostración al padre quiere tal como es. La analista pone en cuestión la preocu-
para angustiarlo, o para conmover su posición, en tanto pación por los movimientos afeminados de Samy en con-
este no cumple su papel de interdictor. traposición con la afirmación "quererlo tal como es".

El lugar en el discurso parental La presentación

Samy es ubicado en el lugar del hijo enfermo, el hijo Samy llega a la consulta, expresando que viene a ha-
buenito o el que no puede hacer determinadas cosas por blar de "nuestros padres, de mis compañeros y de que me
lo que requiere del cuidado de su madre o de su abuela pongo nerviosa cuando hay prueba". La analista puntúa:
paterna, quien vive en la casa lindera a la de ellos. El pa- "¿Nerviosa?", tras lo cual Samy se inquieta y sonriendo

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LUJAN IUALE - LUCIANO LUTEREAU - SANTIAGO THOMPSON POSICIONES PERVERSAS EN LA INFANCIA

dice "nervioso". Hará un relato con cierto regodeo y mos- analista pregunta qué diferencia hay entre los ojos de
tración, dando detalles de lo que le sucede cuando se des- nena y los de varón. Samy señalará que los hizo pareci-
compone en los momentos de evaluación, tal como: "En la dos a los de su mamá. La analista introduce que hay otros
prueba vomite, ella (refiriéndose a la maestra) lo vio con modos de hacerlos.
sus ojos". Cuando le pregunta qué es lo que lo pone ner- En otras entrevistas hablará de las peleas entre sus pa-
vioso de este asunto, responde "siento que me voy a sacar dres en las que él quedará en el medio, viendo como estos
mal siempre". Dice que es el único bueno en la escuela, al discuten, ubicándose en general del lado de su mamá. Se
preguntar por esto dirá: "Respeto las leyes, me quedo sen- le marca que él no tiene nada que ver ahí. Como efecto
tado, no corro en los recreos, mi maestra me dice sos el de esta intervención merman los relatos de disputas pa-
angelito de la guarda". La analista pregunta qué es el an- ternas y comienza a hablar de la dificultad que le gene-
gelito de la guarda, dice: "Alguien que cuida a otra perso- ra el relacionarse con sus compañeros del colegio: "Me
na". Aquí la analista cuestiona por que tendría que estar cargan, me empujan en la fila. El otro día me empuja-
cuidando a alguien y ubica que esto de ser tan bueno lo ron de la fila de los varones y quede en el medio de la de
deja alejado de hacer cosas que otros chicos hacen. los varones y las mujeres y no sabía en donde ponerme".
'• En este caso no se trata de alguien que quiera hacerse Aquí la intervención recorta la manera que tiene de mo-
agente de la ley, sino de un niño con una relación de su- verse, cuestionando el por qué se mueve así, a la vez que
jeción a la ley, donde lo que se denuncia es en todo caso, en alguna ocasión, la analista exagerará aun más los mo-
j
el lugar de soporte del Otro que el niño ocupa. vimientos corporales que Samy da a ver. Como respues-
l ta a esto aparecerá la risa en Samy, mientras que los ma-
Por otro lado, la escena del vómito enmarcada por la
frase: "ella lo vio todo con sus ojos", se ordena en la ló- nierismos femeninos disminuyen.
gica significante. Es el significante el que muestra el des- Interpelado en su lugar de soporte del Otro, se abre
plazamiento hacia otra cadena discursiva, donde lo ojos una brecha entre lo que el niño supone como deseo del
en cuestión, parecieran ser finalmente los de la madre. Otro ofertándose como el objeto que completaría a la
madre; y la apertura de una pregunta respecto a dónde
ubicarse respecto a la sexuación.
Una mirada se recorta Comenzará a hablar de sus miedos, que circularán
sobre personajes de películas de terror que le encantan
Al pedirle que dibuje a su familia haciendo algo, mien- a su padre. En especial uno de ellos: Chuky, el muñeco
tras se dibuja dirá: "Parecen ojos de nena mis ojos". La maldito. Sobre esto dirá: "Mi papá se la pasa mostrando,

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asustando con las películas de terror. En una Chuky se rá que pudo hacer una prueba sin descomponerse: "en la
besa con hombres y es hombre, no me da miedo cuando que había que dividir".
Chuky esta vestido de nena, se viste de nena nada más Si en este caso se juega una posición homosexual, ésta
de diversión, no quiere más a la novia para ser novio de se produce al modo fóbico. Aunque es preciso esperar a
otros, esta todo cortado, eso me da miedo que tenga tan- la segunda oleada pulsional para poder afirmarlo. ¿oón-
tos cortes ... ". La analista lo interrumpe y repite: "Eso me de ubicarse respecto de la sexuación? Quizá sea una pre-
da miedo que tenga cortes". gunta que para este niño se resuelva a posteriori.
En otra ocasión el miedo a los cortes aparecerá rela-
tado de otra manera. Samy tendrá miedo a que un hom-
bre chiquito salga de abajo de su cama con un cuchillo y
le corte una parte del cuerpo.
Vemos como el terreno de la transferencia se va trans-
formado: de escenario para mostrar cierto exceso de goce,
a espacio donde algo de la castración empieza a operarse
en lo imaginario del cuerpo. Se produce una resta tanto
en los movimientos como en el agente: ahora es el padre
el que muestra, o el muñeco.
!: Por otro lado, podríamos pensar en solidaridad con
Juanito que el miedo a los muñecos, al hombre chiquito,
en definitiva, a lo que encarna los cortes, se perfila como
un modo de instituir una fobia como primer borde para
separarse de lo materno.
La apelación al padre está clara, y los significantes
para nombrar aquello a lo que se le teme, no le son aje-
nos. Las películas de terror, Chuky, etc., entran por el
discurso del padre.
Por otro lado es importante situar que Samy dejará
de vomitar en las situaciones de evaluación, interrum-
piéndose el circuito antes descripto. Contento comenta-

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Esta obra se terminó de imprimir durante julio de 2012
en los Talleres Gráficos "Planeta Offset': Saavedra 565,
Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Los autores de este libro nos proponen que si en la
perversión la pregunta por el lugar en el deseo del Otro
es subvertida por la particular respuesta perversa que
es hacerse instrumento del goce del Otro, la apuesta
del análisis radica en abrir la interrogación por dicha
posición y, con ello, producir la división subjetiva.

Agreguemos que ello sólo será factible cuando un ana-


lista, al ofertar su escucha en términos de asentimien-
to, instaure el trabajo de la palabra por la palabra,
propiciando que el relato de la escena perversa se con-
vierta en un texto que en sus reiteraciones y en sus
vacilaciones pueda ir llevando a mellar la fijeza de una
posición francamente devastadora para el deseo que,
como analistas, nunca renunciamos a intentar produ-
cir, aun en el sujeto de la penrersión.

del "Prólogo", Pablo Muñoz

ISBN 978-950-649-397-4

9 11 7895o6 11 4 9 3 9 7 4

Co1Ecc10N formas mínimas 15

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