Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
1.- la Iglesia primitiva hasta el s. III no concedía el perdón de los tres pecados capitales por
razones pastorales (algunos historiadores).
2.- Desde el principio la iglesia concedió el perdón y la reconciliación a los cristianos
pecadores verdaderamente arrepentidos. Algunos obispos, en algunas partes, no concedían
la reconcilia ion de los tres pecados capitales.
Desde el principio existió una penitencia sacramental privada junto a la pública (Galtier).
Muchísimos autores católicos están de acuerdo en afirmar que nunca existió una penitencia
privada sacramental distinta de la publica hasta que apareció la penitencia arancelaria en los
s. VI o VII (Rahner, Rondet).
Más que pública se puede llamar mejor antigua o canónica, oficial, eclesiástica o
irrepetible.
1.- los pecados sometidos a esta penitencia eclesiástica.
Principio: todos los pecados graves tienen que ser sometidos a la penitencia canónica. A
los pecados graves se les llama crimina, scelera, capitalia, peccata mortalia. A los ligeros se les
llama venialia, quotidiana, levia. Se encuentran listas de pecados, tanto de los graves, como
de los leves.
o Tertuliano es quizá el primero que ofrece una lista de pecados graves sometidos a la
penitencia canónica: la apostasía, la idolatría, la blasfemia, la lujuria, el adulterio, la
fornicación, el homicidio, el falso testimonio, el engaño la mentira, los espectáculos
obscenos y crueles del circo y del teatro, el apego excesivo a las riquezas.
o Novaciano negó primero la reconciliación a los apostatas y luego a todos los pecados
capitales.
Liturgia penitencial
El rito comprendía también una imposición de manos del obispo; a veces el obispo lo
revestía al penitente de cilicio y lo echaba simbólicamente de la Iglesia. Desde ese momento,
el penitente entraba a formar parte del orden de los penitentes.
2.- la actio poenitentiae. El penitente comenzaba el ejercicio de las obras penitenciales. Estas
eran unas de carácter privado y otras de carácter público. Privadamente el penitente estaba
obligado al ayuno, a dormir en suelo duro, llantos y oraciones prolongadas. Públicamente se
presentaba revestido de cilicio, pedía la intercesión de los santos y de los fieles, esto lo hacia
fuera de la iglesia en el vestíbulo. Después lo hacia en la iglesia, en el lugar reservado a los
penitentes, hasta el momento de la reconciliación, no podía participar de la eucaristía.
Grados de penitentes.
Flentes: los que estaban fuera de la iglesia vestidos de saco y ceniza, pedían con lagrimas y
gemidos la intercesión de la comunidad.
Los audientes: los que estaban a la entrada de la iglesia. Escuchaban la palabra de Dios y
eran despedidos en el momento de la celebración.
Los substrati: asistían a la celebración eucarística pero de rodillas o postrados en tierra.
Los consistentes: asistían de pie a la celebración pero no participaban ni en el ofertorio ni
en la comunión.
Eran etapas por las que había que pasar, pero con frecuencia se podían pasar algunas de
ellas. La duración de la Actio Poenitentiae era diversa según los tiempos y los lugares (en
Siria se habla de 2 a 7 semanas):
1.- la no reiterabilidad o unicidad. Aparece por primera vez en el pastor de hermas. Este
principio se mantuvo de manera absoluta hasta la llegada de la penitencia arancelaria s. VI-
VII. El penitente que recaía no era totalmente abandonado por la iglesia, pero ni en peligro
de muerte se le concedía la reconciliación.