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LAS CARACTERIZACIONES DE DIOS EN EL POEMA LOS DADOS

ETERNOS DE CÉSAR VALLEJO

Los dados eternos, poema del escritor peruano César Vallejo, nos permite

descubrir una postura religiosa por parte del vate que en este caso “se dirige a

Dios con una amargura rencorosa” (Mariátegui, 2007 p. 264). Es por ello que en

el presente artículo analizaremos las caracterizaciones de este “dios” por el que

el poeta siente rencor, siguiendo el estudio sistemático de las estrofas de dicha

construcción lírica.

En la primera estrofa tenemos lo que se puede denominar la caracterización de

dios como oscilante. Se trata de un dios que es muy cercano al autor, muy

cercano al hombre, lo suficiente para llamarlo «Dios mío», pero a la vez lejano,

incluso indiferente al dolor, lo necesario para imprecarle «No sientes nada de tu

creación». Ejemplo de la cercanía de Dios es el verso «Me pesa haber tomádote

tu pan». Este nos connota una “solidaridad” con el creador. No obstante, versos

como «pero este pobre barro triste y pensativo/ no es costra fermentada en tu

costado» reflejan una “lejanía divina” respecto al drama humano que es la vida.

Por otro lado, en la segunda estrofa la “distancia” de Dios hacia el hombre es

radical, tan radical como el reclamo del vate hacia la deidad. Podríamos decir

que Dios está caracterizado aquí como un ausente, un mero espectador del

acaecer humano. Higgins (1967) al respecto dirá que “se presenta a Dios como

el creador irresponsable de un universo donde el hombre está condenado a

sufrir, y puesto que Dios no conoce sino el bienestar, es insensible al sufrimiento

que ha impuesto a sus criaturas”. (p. 48)

En la tercera y cuarta estrofa se ha caracterizado a Dios como un dios lúdico,

siguiendo el concepto de que el juego es algo no-serio y que está regido por
reglas y por ende está limitado (Huizinga, 2007). Ejemplo de esta aseveración

es el verso «y jugaremos con el viejo dado». Pero, a pesar de la omnipotencia

divina, este juego que Dios concerta con el hombre está limitado por la muerte.

La muerte es el límite del juego entre lo divino y lo humano, como se refleja en

el verso «ya no podrás jugar (Dios), porque la Tierra/ es una dado roído y ya

redondo» que acaba con la muerte, simbolizada en el último verso del poema

como «el hueco de inmensa sepultura».

En síntesis, el poema Los dados eternos es un poema que nos brinda distintas

caracterizaciones de Dios, las cuales nos ayudan a entender la importancia de

lo religioso en la poesía de César Vallejo.

REFERENCIAS

Higginis, J. (1967). La posición religiosa de César Vallejo a través de su poesía.

Cahiers du monde hispanique et luso-brésilien, n° 9, 47-58. DOI:

https://doi.org/10.3406/carav.1967.1172

Huizinga, J. (2007). Homo ludens [Versión Adobe Reader]. Recuperado de

https://goo.gl/FMgUS4

Mariátegui, J. (2007). Siete ensayos de interpretación de la realidad nacional

[Versión Adobe Reader]. Recuperado de https://goo.gl/pV7AH3

Martínez, J. (1997). Dios en la poesía de César Vallejo. Anales de Literatura

Hispanoamericana, n° 26, 189-206. Recuperado de https://goo.gl/SJ9qF4

Rivas, L. (2017, 28 de marzo). El sentimiento cristiano en la poesía de César

Vallejo. USAT. Recuperado de https://goo.gl/XCSgMX

Vallejo, César. (1961) Los heraldos negros. Lima: Perú Nuevo

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