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Estudios arqueométricos

del centro de barrio


de Teopancazco en Teotihuacan
Estudios arqueométricos
del centro de barrio
de Teopancazco en Teotihuacan
Estudios arqueométricos
del centro de barrio
de Teopancazco en Teotihuacan

Linda R. Manzanilla
Editora

Coordinación de la Investigación Científica


Coordinación de Humanidades de la
Universidad Nacional Autónoma de México
Diseño de portada: Paola Álvarez Baldit
Integración gráfica del dibujo de Adela Bretón del mural principal de Teopancazco
(al fondo) y técnica de análisis por ionoluminiscencia aplicada a una pieza hallada
en el sitio; fotografía: cortesía de los autores del capítulo vi (pp. 233 y ss.).

Primera edición, 2012


© Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam
Ciudad Universitaria
04510 México, D. F.

ISBN: 978-607-02-3605-1

D. R. Derechos reservados conforme a la ley


Impreso y hecho en México
Printed in Mexico
Sumario

Presentación, Estela Morales Campos 11


Prefacio, Carlos Arámburo de la Hoz 13

Introducción: Teopancazco, un centro de barrio


multiétnico de Teotihuacan, Linda R. Manzanilla 17

Primera parte
Teopancazco en el espacio y en el tiempo

i. Estudios geofísicos en el barrio de San Sebastián Xolalpan,


anexo al centro de barrio de Teopancazco
Agustín Ortiz, Luis Barba y Jorge Blancas 69

ii. Cronología para Teopancazco: Integración de datos


arqueomagnéticos y un modelo bayesiano de radiocarbono
Laura E. Beramendi Orosco, Galia González
y Ana María Soler Arechalde 111

iii. Estudios de arqueointensidad y propiedades magnéticas


de cerámicas teotihuacanas. Una aportación
a la cronología de Mesoamérica
María G. Rodríguez Ceja, Ana María Soler-Arechalde,
Juan Julio Morales y Avto Goguitchaishvili 135

Segunda parte
La arqueometría de los materiales inertes
de Teopancazco

iv. Teopancazco y su pintura. Aplicación de técnicas analíticas


pixe, meb-edx, drx, ftir y Raman
C. Cristina Martínez García, José Luis Ruvalcaba Sil,
Linda R. Manzanilla Naim y Francisco Riquelme 165
v. Antiguas esencias aromáticas y cosméticos funerarios del barrio
multiétnico de Teopancazco (Teotihuacan, México)
Ma. Luisa Vázquez de Ágredos Pascual, Linda R.
Manzanilla Naim y Cristina Vidal Lorenzo 211

vi. Aplicación de difracción de rayos X (xrd), rayos X


y luminiscencia inducidas por protones (pixe e iol)
para la caracterización de la pizarra de Teotihuacan
Julieta M. López Juárez, José Luis Ruvalcaba Sil
y Manuel Aguilar Franco 233

vii. La lapidaria de Teopancazco: composición y manufactura


Emiliano Ricardo Melgar Tísoc, Reyna Beatriz Solís
Ciriaco y José Luis Ruvalcaba Sil 257

viii. Análisis con meb de las huellas de manufactura


de los objetos de concha de Teopancazco
Adrián Velázquez Castro, Norma Valentín
Maldonado y Belem Zúñiga Arellano 285

Tercera parte
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

ix. Análisis tecnológico de la industria del hueso trabajado


en Teopancazco, Teotihuacan
Gilberto Pérez Roldán, Norma Valentín Maldonado
y Adrián Velázquez 311

x. Elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta


en Teopancazco
Gabriela Inés Mejía Appel 325

xi. Estudio de la paleodieta empleando isótopos estables


de los elementos carbono, oxígeno y nitrógeno
en restos humanos y de fauna encontrados en el barrio
teotihuacano de Teopancazco
Pedro Morales Puente, Edith Cienfuegos Alvarado,
Linda R. Manzanilla Naim y Francisco Javier Otero Trujano 347
xii. Isótopos de estroncio aplicados a estudios de migración humana
en el centro de barrio de Teopancazco, Teotihuacan
Peter Schaaf, Gabriela Solís, Linda R. Manzanilla,
Teodoro Hernández, Becket Lailson y Peter Horn 425

xiii. Caracterización de la población multiétnica de Teopancazco por


isótopos estables, isótopos de estroncio y elementos traza
Linda R. Manzanilla Naim, Gabriela Mejía, Gerardo Jiménez,
Peter Schaaf, Becket Lailson, Gabriela Solís, Pedro Morales
y Edith Cienfuegos 449

Anexo 1. Banco de datos del sitio Teopancazco.


Proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno” 1997-2005
Linda R. Manzanilla 467

Índice general 553


Presentación

Dra. Estela Morales Campos,


Coordinadora de Humanidades, unam

La Universidad Nacional Autónoma de México se ha caracterizado por apoyar


la consolidación de distintos proyectos interdisciplinarios que tienden a forta-
lecer no sólo los lazos académicos de la institución, sino también a brindar, a
través de productos concretos, beneficios y aportaciones sociales importantes.
La publicación de obras como Estudios arqueométricos del centro de barrio
de Teopancazco en Teotihuacan, en ese sentido, además de ampliar la visión
humanística de una región que, históricamente, ha sido fundamental para en-
tender una de las expresiones culturales más notables y complejas de nuestro
país, ofrece la oportunidad de desarrollar aspectos relativos a ciertas aplica-
ciones científicas que enriquecen los estudios arqueológicos.
De este modo, las aproximaciones metodológicas al centro de barrio de
Teopancazco (región multiétnica ubicada en el sureste de la antigua ciudad
de Teotihuacan) van desde los estudios geofísicos, la datación por electro-
magnetismo, las técnicas analíticas de caracterización pictórica y la aplicación
de difracción de rayos X, hasta la lapidaria, los estudios de paleodieta y los
análisis isotópicos empleados en la interpretación de los orígenes humanos
antiguos, entre otras exploraciones.
Cada una de las colaboraciones logra, desde su respectiva área de espe-
cialidad, una comprensión más profunda de los vestigios arqueológicos, así
como la identificación de materiales correspondientes y la tecnología usada
por grupos humanos de otras épocas.
Los proyectos interdisciplinarios logran una perspectiva integral que favore-
ce tanto la colaboración académica como el intercambio de conocimientos y
experiencias a través de un análisis de conjunto. Para la Coordinación de Huma-
nidades de la unam, esfuerzos y aportes multidisciplinarios como esta obra, sin
duda, contribuyen de manera eficaz al enriquecimiento del saber universal.

11
Prefacio

Dr. Carlos Arámburo de la Hoz


Coordinador de la Investigación Científica, unam

Es un gusto poder plasmar algunas ideas con respecto al importante significa-


do de una obra tan relevante como la que nos ocupa, Estudios arqueométricos
del centro de barrio de Teopancazco en Teotihuacan, pues se trata de un estudio
serio, integral y particularmente valioso en virtud del enfoque multi e inter-
disciplinario que constituye su esencia principal.
Este libro recoge la participación de 33 autores pertenecientes a seis insti-
tuciones: cuatro nacionales, la Universidad Nacional Autónoma de México,
la Universidad Autónoma de Coahuila, la Universidad Autónoma de San Luis
Potosí y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, además de dos eu-
ropeas: la Universitat de València, en España, y el Bayerische Staatssammlung
für Paläontologie und Geologie, de Múnich, en Alemania. En este esfuerzo se
entretejen enfoques complementarios entre las ciencias exactas, las naturales,
las sociales y las humanísticas alrededor de un tema complejo, de interés co-
mún, que requiere necesariamente de este abordaje multifacético para un
análisis detallado que permita aproximarse a su comprensión.
En esta obra se consignan contribuciones que hacen énfasis en los aspec-
tos arqueométricos del proyecto de estudio del sitio de Teopancazco, a tra-
vés de la prospección geofísica de superficie, el fechamiento detallado, el análi-
sis de la composición y procedencia de materiales y los estudios de huella de
manufactura, además de los estudios sobre los elementos traza y los análisis
isotópicos presentes en los restos óseos hallados en ese lugar.
Así, los estudios arqueológicos y antropológicos, al igual que los históri-
cos y los artísticos, que permitieron determinar la importancia del sitio en el
des­arrollo de la cultura teotihuacana se vieron complementados y potencia-
dos por la utilización de técnicas de caracterización física, geofísica y geoquí-
mica que contribuyeron a determinar con mayor grado de precisión los com-

13
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

ponentes y los elementos e isótopos presentes en los utensilios, artesanías,


pinturas, objetos y restos óseos, tanto faunísticos como humanos, encontra-
dos en Teopancazco, para a partir de esa información arribar a conclusiones
sobre la organización social, la dieta, la expresión artística y el desarrollo de
herramientas, así como sobre los procesos migratorios y la composición
poblacional de sus habitantes.
En este estudio se emplearon técnicas de análisis sofisticadas, como las
que se practican en el Laboratorio de Isótopos Estables, el Laboratorio Uni-
versitario de Radiocarbono, el Laboratorio Universitario de Geoquímica Iso-
tópica o el Laboratorio Interinstitucional de Magnetismo Natural, ubicados
en Ciudad Universitaria los tres primeros y en el Campus Morelia de la unam,
el último. Asimismo, fueron partícipes miembros de tres posgrados universi-
tarios: el de Ciencias de la Tierra, el de Estudios Mesoamericanos y el de An-
tropología, que de esta manera confirmaron la necesidad de trabajar con un
enfoque de amplia colaboración en un ambiente interdisciplinario. Todo ello
se vio enriquecido por la importante interacción con los académicos de la Es-
cuela de Historia de la Universidad Autónoma de Coahuila y el Laboratorio
de Materiales Arqueológicos de la Universidad Autónoma de San Luis Poto-
sí, así como aquellos adscritos al Instituto Nacional de Antropología e Histo-
ria, tanto en el Museo del Templo Mayor como en sus Laboratorios de Apoyo
a la Investigación y en la Dirección de Salvamento Arqueológico. Sin duda los
hallazgos y revelaciones derivados de este interesante proyecto no hubieran
sido tantos ni tan importantes sin la construcción de esta intensa atmósfera
de cooperación científica transversal.
Así pues, este proyecto posibilitó —por primera vez en nuestro país— la
aplicación de enfoques novedosos y el montaje de técnicas de análisis que
abrieron nuevas posibilidades a la investigación arqueológica y antropoló-
gica. Por ejemplo, el estudio de la relación de isótopos de estroncio 87/86
permitió detectar la presencia de individuos migrantes en una población hu-
mana; el análisis de isótopos estables en restos humanos de Teopancazco per-
mitió determinar de dónde provenían dichos migrantes, y también conocer
su paleodieta. Como resultado de estos estudios, se indaga ahora en un pro-
yecto que permitirá conocer la composición isotópica de los aminoácidos
presentes en la dieta de esos antepasados.
Por otra parte, al cotejar los resultados de los fechamientos de arqueo­
magnetismo con las dataciones realizadas con técnicas de radiocarbono, se
pudieron establecer y corroborar los periodos en los que sucedieron diversos
eventos en el conjunto de Teopancazco, tales como los momentos construc-
tivos y los rituales de terminación. Además, los estudios que combinaron las
aportaciones del análisis físico, antropológico y arqueológico, permitieron
también detallar el origen, la procedencia y las técnicas de manufactura de
diversos bienes, utensilios y herramientas que llegaban al centro de barrio
de Teopancazco.

14
prefacio

Este libro representa, pues, el resultado de una magnífica tarea de colabo-


ración académica que indaga y arroja luz sobre una de las principales cultu-
ras desarrolladas en Mesoamérica y ofrece resultados pertinentes para cono-
cer de manera detallada una etapa de nuestro pasado; promueve así el
aprovechamiento óptimo de las capacidades y el potencial de la infraestructu-
ra humana e instrumental con la que contamos en nuestra Universidad y se
constituye como un modelo para impulsar el abordaje integral y complemen-
tario de un problema de investigación que, de esta manera, genera mayores
repercusiones en la creación de conocimiento.
Por todo ello, es un motivo de satisfacción para la Coordinación de la In-
vestigación Científica poder contribuir, junto a la Coordinación de Humani-
dades, en la coedición de esta relevante publicación. Estoy seguro de que
constituye un buen ejemplo de las bondades y los logros que puede producir
la estrecha interacción de nuestras respectivas entidades académicas.

15
Introducción
Teopancazco, un centro de barrio multiétnico
de Teotihuacan

Linda R. Manzanillaa

La gran ciudad de Teotihuacan

En tiempos preindustriales pocas ciudades se convirtieron en megalópolis.


Además de Chang’an, Roma, Constantinopla y Alejandría, Teotihuacan es uno
de los grandes desarrollos urbanos del mundo antiguo, y René Millon (1973,
1981, 1993) sin duda develó brillantemente su carácter planificado y ortogonal.
Pero además Teotihuacan representa una excepción en Mesoamérica por las
siguientes particularidades (Manzanilla, 1997b, 2007c, 2011b):

◉ la extensión y el grado de planificación del asentamiento urbano ortogonal


(20 km2) (figura 1);
◉ la multietnicidad representada por barrios foráneos en la periferia (el Barrio Oa-
xaqueño, el Barrio de los Comerciantes, el conjunto michoacano y probable-
mente otros) (figura 2) y por la mano de obra especializada de carácter foráneo
auspiciada por las elites intermedias de los centros de barrio;
◉ el patrón de asentamiento polarizado en una gigantesca urbe y muchas aldeas y
villorrios donde vivían los productores de alimentos;
◉ la organización corporativa patente en los conjuntos multifamiliares que alber-
gaban a familias independientes que compartían oficio, y probablemente tam-
bién aterrizada en un cogobierno de cuatro señores, quizá provenientes de los
cuatro sectores administrativos de la ciudad (figura 3);
◉ ser la capital de un Estado peculiar que he llamado “tipo pulpo”, donde la cabeza
está representada por la gran ciudad, y los tentáculos, por los corredores de si-
tios teotihuacanos hacia los confines de los cuatro rumbos, de donde venían
materias primas y productos suntuarios, muchos de ellos consumidos por las
elites (Manzanilla, 2006d, 2007c, 2009a).
Investigadora titular del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la unam y
a

miembro de El Colegio Nacional; directora del proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno”.

17
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Las erupciones volcánicas del gran Popocatépetl en el primer siglo de


nuestra era (Plunket y Uruñuela, 1998, 2000) produjeron la llegada de contin-
gentes demográficos variados a un valle ya ocupado por aldeas formativas,
como Cuanalan (Manzanilla, 1985, 2001a). Las ventajas del Valle de Teotihua-
can incluían la abundancia de manantiales de agua dulce; la profusión de ma-
teriales volcánicos para construcción (escoria volcánica, andesita, basalto,
toba volcánica); la existencia de yacimientos de obsidiana —que era la mate-
ria prima con la cual la mayor parte de la tecnología de corte estaba hecha—
en Otumba (dentro del valle mismo) y en la Sierra de las Navajas, cerca de
Pachuca, además de que por su ubicación constiutuía la ruta más sencilla de
paso entre la costa del Golfo de México y la Cuenca de México, sin pasar por
los altos volcanes de la Sierra Nevada (Millon, 1973; Manzanilla, 2001a).
Una gran ciudad ortogonal alineada a 15° 17’ al este del norte fue edificada
desde la fase Tlamimilolpa (200-350 d.C.); de épocas anteriores sólo se tiene
evidencia de conjuntos de construcciones que quizás albergaron a los grupos
que migraron a raíz de las erupciones y que estuvieron involucrados por mu-
cho tiempo en la construcción de las tres grandes pirámides. La ciudad de la
fase Tlamimilolpa tenía módulos constructivos, calles y construcciones dis-
puestas en ángulos rectos, se había realizado la canalización del Río San Juan
para conformar su curso a la traza urbana, se había dispuesto una avenida es-
te-oeste, perpendicular a la Calzada de los Muertos, que llegaba a La Ciuda-
dela y al Gran Conjunto, y se habían conformado conjuntos multifamiliares
de vivienda y barrios foráneos (Millon, 1973).
Hacia 350 d.C. posiblemente se presentó una crisis en la ciudad, pues hay
elementos que atestiguan diversos rituales de terminación (ruptura de nume-
rosas vasijas, decapitación de varios adultos masculinos foráneos en Teopan-
cazco, la destrucción del Templo de la Serpiente Emplumada en La Ciu-
dadela), así como el fin de una época constructiva para dar inicio a otra
superpuesta (Manzanilla, 2002c, 2006d). Tal crisis podría tener diversos orí-
genes: la posible erupción del volcán Xitle en el sur de la Cuenca de México
(Siebe, 2000: tabla i) y los reacomodos demográficos que le sucedieron, ade-
más una crisis política que culminó con la destrucción del Templo de la Ser-
piente Emplumada, su incendio y la construcción de otra edificación que tapa
su fachada, y la posible expulsión de sus adeptos. Una probable competencia
de dos grupos fuertes en el co-gobierno corporativo (Manzanilla, 2002a,
2008a) —el de los jaguares y el de la serpiente emplumada— pudo haber
desembocado en una pugna que afectó al de la serpiente; un posible indica-
dor de este conflicto está en el Mural de los Animales Mitológicos, que evi-
dencia el ataque de animales diversos (felinos, cánidos, aves) a serpientes, por
un lado, y un indicador más podría ser la presencia de dos túneles prehispáni-
cos bajo el eje principal de las dos pirámides cuyas fachadas se orientan al
oeste: la del Sol y la de la Serpiente Emplumada, lo que quizá sugiere el recla-
mo para cada uno de éstos del estatus de axis mundi (Manzanilla, 2009c, 2010).

18
Figura 1 Ubicación de
Teopancazco en la ciudad
de Teotihuacan.
(Mapa base: © René Millon, 2007.)
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

La nueva fase constructiva (Xolalpan, de 350 a 550 d.C.; Beramendi-Oros-


co et al., 2008; Manzanilla, 2009b; véase Beramendi et al. en este volumen,
pp. 111 y ss.) se construye encima de la anterior. La pintura de las estructuras en
rojo contrasta con la profusión de colores empleada en la fase Tlamimilolpa.
La gran ciudad simulaba ser la capital de un Estado poderoso, muy orga-
nizado; su trazo fue planificado según una retícula urbana que regía cualquier
construcción, por lo que bien se podría suponer que todo estaba muy contro-
lado. Quizá fue así en un principio, con un intento original de articulación de
las diversidades étnicas y sociales a través de la estructura del ritual estatal, del
ceremonial de barrio y del ritual doméstico; sin embargo, un acercamiento a
su estructura interna revela más bien una variedad de centros de barrio —mu-
chos de ellos, los sectores originales de vivienda de grupos de diversas proce-
dencias que llegaron al valle a principios de la era cristiana— donde las elites
intermedias orquestaban relaciones, producciones e intereses particulares.
Hacia el final de la historia teotihuacana, esta contradicción entre la estructu-
ra corporativa del Estado y la estructura en redes de las “casas” fuertes de los
barrios ya no tuvo solución, y el tejido, que aparentaba ser muy resistente, re-
veló su fragilidad real y se deshizo. Los centros de origen de varios de estos
grupos étnicos que participaban activamente de la vida de los barrios se zafa-
ron de la fuerza centrípeta de Teotihuacan (Manzanilla, 2011b).
Es probable que, así como Tenochtitlan tuvo cuatro campan o distritos, la
ciudad de Teotihuacan haya tenido cuatro sectores que quizá funcionaron
como polos administrativos del Estado (véase Manzanilla, 2009a). Nos he-
mos preguntado si el sector de La Ventilla 92-94 es el centro de un barrio o el
centro de un distrito de la ciudad, el suroeste, debido a su planificación, su
formalización funcional y la ubicación de un gran sector administrativo en
uno de sus conjuntos (el Patio de los Glifos).
Sin embargo, en ambas fases —Tlamimilolpa y Xolalpan—, parece que
Teotihuacan funcionó como una confederación de barrios, cada uno con un
centro de coordinación con un sector ritual, uno administrativo, uno militar,
uno artesanal muy especializado, un sector probablemente destinado a usos
médicos y a la atención de parto, además de cocinas alineadas; todo el centro
quizás estuvo encabezado por nobles de las elites intermedias, relativamente
autónomas, que se esmeraban en traer de otras regiones expertos sastres, pin-
tores y lapidarios para ataviar a las elites y darles identidades por barrio (Man-
zanilla, 2006d, 2007a, 2009a). Estos nobles auspiciaban caravanas que se mo-
vían por los corredores de sitios que formaban parte del sistema teotihuacano
hasta los enclaves en Veracruz, en el altiplano guatemalteco, en el Bajío y en
Michoacán (Manzanilla, 1992, 2011a), entre otros, para traer a la gran urbe
pieles de felinos, plumas ricas, mantas de algodón, pigmentos, cosméticos,
aglutinantes, pizarra, mica, travertino, piedras verdes y jadeíta (Manzanilla,
2001a). Este capítulo resumirá nuestro conocimiento sobre un interesante
centro de barrio multiétnico del sector sureste de Teotihuacan: Teopancazco.

20
Figura 2 Mi propuesta de los anillos
de población foránea, al exterior,
y multiétnica coordinada por
teotihuacanos, en el interior. (Dibujo
de L. R. Manzanilla y R. Gómez sobre
retícula urbana de R. Millon [1973];
véase Manzanilla, 2009a.)
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 3 Mi propuesta de los cuatro distritos de la ciudad de los que posiblemente provenían
los cogobernantes. (Dibujo de L. R. Manzanilla, R. Gómez y C. Fernández
sobre retícula urbana de R. Millon [1973]; véase Manzanilla, 2009a.)

El conjunto de Teopancazco

El sitio de Teopancazco se encuentra ubicado en el pueblo de San Sebastián


Xolalpan, en el lado sur de la avenida Subestación, que sirve de separación con
la iglesia del pueblo (véase Ortiz Butrón et al. en este volumen, pp. 69 y ss.). Por
el lado oeste colinda con la calle Aztecas. En relación con el mapa de Millon
(1973), se encuentra ubicado en el sector noroeste del cuadro S2E2, y fue deno-
minado como estructura 1-NE (véase la figura 1). En este mapa se observa que
en los años sesenta colindaba con zonas niveladas y de huertas al suroeste.
Hacia 1884, un alfarero de San Sebastián Xolalpan, de nombre José María
Barrios, propietario del terreno, halló los famosos murales, por lo que se lla-
mó al arqueólogo Leopoldo Batres para llevar a efecto una excavación de lo

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introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 4 Mural principal de Teopancazco. (Dibujo de A. Breton; véase otra versión en McVicker, 2005: 95.)

que sería la porción sur del conjunto (una de las primeras excavaciones en
conjuntos de cuartos y patios teotihuacanos); los murales, por otra parte, fue-
ron fotografiados por Peñafiel y copiados por Adela Breton en 1894 (figura 4).
El mural 1 (véase Martínez et al. en este volumen, pp. 165 y ss.) yace en un
cuarto (C1) en un sector de habitaciones que rodea un gran patio o plaza, y en
un nivel que fue parcialmente demolido para edificar la fase constructiva más
tardía (Cabrera, 1995: 157). De esta excavación se obtuvo la planta de varios
cuartos (figura 5), uno de los cuales albergaba las famosas pinturas murales
de dos sacerdotes sembradores encontrados hacia un altar con un círculo, en
el muro sur, y algunos guerreros en el muro oeste (véase también Cabrera,
1995, i, tomo i: 159-160, láminas 1, 2, 3 y 4).
En 1913, Seler describió algunos elementos de las pinturas y señaló que,
en Teopancaxco (sic), Batres había expuesto unas pinturas murales. Habló del
disco sobre un altar, con signos de ollin como cuerdas pero de dos colores
entrelazados. Hacia el disco miran dos figuras encontradas de sacerdotes con
tocado de serpiente fantástica. En sus mejillas se observa un disco verde
(como el de las diosas de la Luna y la Tierra) (Seler, 1913: 199-200); tienen
vírgulas floridas de la palabra y portan bolsa de copal. Con la mano derecha
vierten un líquido a la tierra, quizá pulque. Esta hilera de sacerdotes cantores
continuaba afuera, donde añadieron figuras guerreras.
Gamio (1922, primera parte: 156-157) reprodujo la planta excavada por
Batres y algunas de las pinturas. La llamaba Teopancalco, “Casa de Barrios” o
“Casa del Alfarero”. En su estudio señala que los muros se conservan a alturas
medias de 60 cm y habla asimismo de la pintura de los dos sacerdotes, atavia-
dos con amplios vestidos decorados con borlas y plumas, bolsa de copal y vír-
gula de la palabra florida, que se dirigen a una estructura o pedestal sobre el
que hay un círculo con 22 rayos. El color de fondo es el rojo; el marco tiene
una cenefa decorada con flores y caracoles estilizados.

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introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 5 Acuarela de la excavación de Leopoldo Batres en el sector sur de Teopancazco. (Fototeca del Archivo
Técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Coordinación Nacional de Arqueología.)

Otra figura, que ya no existe in situ y que fue reproducida en el libro de


Peñafiel (1900) intitulado Teotihuacán, muestra un guerrero con vestimenta
más sencilla que la de los sacerdotes. Lleva escudo con flechas y un bastón.
En 1894 Frederick Starr (1894) publicó varios fragmentos de murales pro-
cedentes de los cuartos aledaños al cuarto 1 que contuvo las representaciones
principales de Teopancazco (Gamio, 1922, primera parte: 156-157; Kubler,
1967, fig. 45; De la Fuente, 1996, tomo II: 43, 53; Starr, 1894). La mayor parte
de estas pinturas ya no existen, y a pesar de que en los últimos 10 años hemos
recomendado al Instituto Nacional de Antropología e Historia el desprendi-
miento del mural principal y su resguardo en el Museo de la Pintura Mural,
esto no ha sucedido.
Conservadoras del inah presentes en nuestro proyecto hicieron una lim-
pieza de estos murales con ácido acético al 10% en agua destilada sobre las sa-

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introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

les que se han depositado sobre ellos, con buenos resultados. Sin embargo, se
observó que la afluencia de humedad desde los campos de cultivo detrás del
terreno es constante, lo que ha motivado la sugerencia de retirar los murales
de ese lugar.
Otros trabajos puntuales en el sitio estuvieron a cargo de Paula Krotser y
Evelyn Rattray, quienes hicieron un pozo de sondeo en el cuarto 8 para obte-
ner la secuencia constructiva para el proyecto de René Millon (Krotser y Rat-
tray, 1980); sorprende, sin embargo, que dicha secuencia no corresponde en
nada con la que obtuvimos con la excavación extensiva del conjunto. Incluso
para evaluar tal discrepancia hicimos otro sondeo a 40 cm del de Krotser y
Rattray, y la estratigrafía cultural es francamente distinta.
Del pozo de 1 por 2 m (TE-20) excavado en 1968 por Paula Krotser (s. f.)
en el ángulo noreste de la plataforma con las pinturas murales (cuarto 8),
plataforma que cierra por el lado sur el patio ritual excavado por Batres, sur-
ge la siguiente estratigrafía: se llegó a una profundidad de 1.88 m y se detecta-
ron varios pisos de estuco superpuestos. El primero era superficial y tenía un
relleno de tepetate. Luego se detectó un fogón a 0.40 m de profundidad.
Otro piso de concreto (P2) yacía a 0.94 m de profundidad; tenía estuco
blanco y relleno de tepetate. Aparecieron muros a 0.80 m de profundidad.
Otro piso de concreto con estuco apareció a 1.20 m de profundidad, y otro
piso más a 1.53 m de profundidad. Se halló un segundo fogón a 1.80 m de pro-
fundidad. En relación con la cerámica de este pozo, se hallaron tiestos de las
fases Tzacualli a Metepec; sin embargo, la cronología que se les asignó a los
pisos de la ocupación fue Xolalpan temprano, Xolalpan tardío y Metepec.
Empero, Millon (1973: 56) señala que la ocupación es Tlamimilolpa, al igual
que La Ventilla B.

Objetivos del proyecto

Después de una experiencia original de excavación extensiva de casas forma-


tivas en la aldea de Cuanalan, en la porción sur del Valle de Teotihuacan
(Manzanilla, 1985), de 1985 a 1988, dirigí un proyecto interdisciplinario en la
periferia noroeste de la ciudad de Teotihuacan, en un conjunto multifamiliar
de estucadores del Horizonte Clásico, ubicado en Oztoyahualco 15B:N6W3
(Manzanilla [ed.], 1993; Manzanilla, 1996a, 2009a). A la manera de detectives,
integramos información geofísica de la superficie y de naturaleza química de
los pisos de estuco, con datos de polen, fitolitos y semillas, para comprender
la flora; restos óseos de fauna para evaluar el recurso animal; osteología huma-
na para comprender la morfología, patologías y prácticas culturales de los
teotihuacanos, así como los mapas de distribución de todos los tipos de mate-
riales arqueológicos: cerámica, lítica, hueso, concha, etc. Así, se hizo la “ana-
tomía” de un conjunto habitacional teotihuacano de clase baja, del quinto si-

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introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

glo de nuestra era, y a la vez se propuso una metodología sistemática, potente


y de carácter interdisciplinario para evaluar formas de vida del pasado (Man-
zanilla, 1988-89, 1993, 1996a, 2009a; Manzanilla et al., 1990; Manzanilla y Bar-
ba, 1990, 1994).
Sin embargo, hasta 1997 no sabíamos cómo vivía la elite teotihuacana.
Desconocíamos quiénes gobernaban los centros de barrio y la ciudad,
cuántos eran, y cómo lo hacían. Ignorábamos si vivían en unidades multifa-
miliares como el resto de los teotihuacanos o no. No sabíamos a qué grupos
étnicos pertenecían ni si Teotihuacan tenía un gobierno colectivo o indivi-
dual. Es decir, desconocíamos prácticamente todo de la clase dirigente de la
ciudad.
Después de la experiencia interdisciplinaria en Oztoyahualco 15B:N6W3,
que estuvo enfocada en el estudio de la vivienda de tres familias de clase baja
(Manzanilla [ed.], 1993), consideré importante abordar algún otro conjunto
de clase media-alta y un conjunto palaciego relacionado con el gobierno de
la urbe, con la finalidad de discriminar las diferencias de acceso a recursos
de la elite, su organización familiar, la especialización del trabajo, su compo-
sición étnica y jerárquica, con una metodología semejante a la del estudio
del conjunto multifamiliar de Oztoyahualco 15B:N6W3 (Manzanilla, 2006b,
2008b).
De esta manera se presentó la oportunidad de estudiar, por un lado, Teo-
pancazco, Teopancaxco o Teopancalco, un conjunto de cuartos en el pueblo
de San Sebastián Xolalpan, al sur de su iglesia, también conocido como “Casa
del Alfarero” o “Casa de Barrios”, por haber sido el alfarero con ese nombre
quien en el siglo xix halló en su propiedad el famoso mural principal; este
conjunto fue también excavado por Leopoldo Batres, quien liberó unos 11
cuartos de la porción sur y parte del patio ritual.
En este mismo proyecto, “Teotihuacan: elite y gobierno”, por otro lado,
abordé un complejo arquitectónico singular situado entre la Pirámide del
Sol y la de la Luna —pero remetido respecto de la Calzada de los Muer-
tos—, que ha recibido el nombre de Xalla (Manzanilla y López Luján, 2001;
Manzanilla, López Luján y Fash, 2005; Manzanilla, 2008a): se trata de un
conjunto palaciego localizado en el cuadro N4E1 de Millon (1973), que mide
220 por 200 m. Nadie había excavado aún este conjunto, excepto por la pre-
sencia de pozos y calas de saqueo fechados a finales de los años cincuenta del
siglo xx.
Mi proyecto interdisciplinario “Teotihuacan: elite y gobierno” estuvo
dirigido a utilizar la muy rigurosa metodología que con anterioridad se ha-
bía implementado exitosamente en Oztoyahualco (15B: N6W3), ampliada
en este caso con otros análisis, para indagar en las formas de vida y gobierno
de la elite (Manzanilla, 2007b).
Se plantearon dos objetivos principales para el proyecto (Manzanilla,
2008b):

26
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

1. Conocer la forma de vida de la elite teotihuacana mediante el estudio de acti-


vidades en sus moradas.
a) Cómo vivía la elite;
b) qué actividades se realizaban en sus residencias;
c) cuál era su dieta;
d) a qué recursos tenía acceso;
e) cuánta gente habitaba en dichos conjuntos, y
f) a qué grupo étnico pertenecía.
2. Determinar en manos de quién estaba el gobierno de la ciudad.

Como ya se señaló, en 1997 inicié el proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno”


que tuvo el cometido de comparar dos conjuntos de elite de diferente jerar-
quía; partí del supuesto de que Teopancazco era un conjunto residencial
(Manzanilla, 2003c; Millon, 1976), lo cual cambió debido a la integración de
datos de diversas disciplinas, así como a la comparación con conjuntos habi-
tacionales multifamiliares como Oztoyahualco 15B:N6W3 (Manzanilla [ed.],
1993) y con centros de barrio como La Ventilla 92-94 (Gómez Chávez et al.,
2004; Gómez Chávez, 2000). La estrategia que elegí para ambos sitios —Teo-
pancazco y Xalla— fue la excavación extensiva, con la detección de áreas de
actividad (Manzanilla, 2008b), así como la toma sistemática de muestras de po-
len, fitolitos, flotación y químicas sobre cada metro cuadrado de suelo o
piso; aunadas a estas muestras se tomaron las que proporcionan un fecha-
miento absoluto o semi-absoluto (hidratación de obsidiana, radiocarbono,
arqueomagnetismo, paleointensidades magnéticas) en cada área de activi-
dad (Manzanilla, 1988-1989, 2007b; Manzanilla y Barba, 1994; Manzanilla,
2009b; Beramendi-Orosco et al., 2008; Soler-Arechalde et al., 2006, y capítu-
lo II en este volumen [pp. 111 y ss.]; Hueda-Tanabe et al., 2004; Rodríguez
Ceja et al., en este volumen [pp. 135 y ss.]).
Durante 13 temporadas de campo (de 1997 a 2005) se fueron despejan-
do diversos sectores de Teopancazco (véase Manzanilla, anexo 1 de este vo-
lumen, pp. 469 y ss.). En algunos casos, como el sector suroeste, el primero
abordado, sólo se detectaron dos niveles superpuestos. Este sector, en su
último nivel constructivo, recibió la techumbre de árboles cortados en Tla-
mimilolpa (200-350 d.C.) y que fue quemada durante el incendio de fines
de Xolalpan, aproximadamente contemporáneo al gran fuego que afectó el
núcleo de Teotihuacan, y que tenemos muy bien datado en Xalla (ca. 550-
560 d.C.; Beramendi-Orosco et al., 2008; Soler-Arechalde et al., 2006; Hue-
da-Tanabe et al., 2004). En otros sectores, como el noreste, pudimos deli-
mitar por lo menos cuatro niveles arquitectónicos superpuestos (véase
Manzanilla, anexo 1 de este volumen, pp. 469 y ss.): el más tardío de la épo-
ca Metepec; el siguiente abajo, Xolalpan tardío; aún más abajo, el Xolalpan
temprano, y el del fondo, Miccaotli-Tlamimilolpa (Beramendi et al., en este
libro [pp. 111 y ss.]).

27
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

En general, las unidades arquitectónicas del último nivel constructivo


teotihuacano (el más cercano a la superficie) fueron denominadas con núme-
ros del 1 al 99 y pertenecen en su mayoría a la fase Metepec (550-650 d.C.),
con algunas reocupaciones aztecas; aquellas correspondientes al penúltimo
nivel constructivo tienen números del 100 al 199 (y 500 al 650 en la periferia
norte) y son casi todas de la fase Xolalpan tardío; las del antepenúltimo nivel
constructivo, del 201 al 299, son en su mayoría de Xolalpan temprano, siempre
haciendo la correspondencia numérica con los cuartos de la superficie —a
saber: 61, 161, 261— que se encuentran en los mismos cuadros aproximada-
mente, pero en niveles constructivos diversos. El nivel constructivo más tem-
prano fue denominado con los números de la centena del 300 y varios de es-
tos cuartos, pórticos y patios pertenecen a la época Miccaotli-Tlamimilolpa.
De una suposición original de que Teopancazco era un conjunto residencial
de gente teotihuacana de clase alta hemos pasado a considerar este conjunto un
posible centro de barrio multiétnico de la periferia sureste de la antigua ciudad de
Teotihuacan (figura 6), dedicado, entre otras actividades, a pintar y laquear cerá-
mica, a elaborar cestos y redes, y a la confección de los atavíos de la elite interme-
dia con fuertes vínculos con el corredor de sitios teotihuacanos hacia la costa del
Golfo de México (Manzanilla, 2006d, 2009a, 2011; Manzanilla et al., 2011). A tra-
vés de 13 temporadas de excavación extensiva (1997-2005) y un registro cuidado-
so de áreas de actividad, se vislumbró la excepcionalidad de este sitio por contar
con la mayor variedad de peces de las lagunas costeras del Golfo (Rodríguez Ga-
licia, 2006, 2010) y moluscos marinos de todos las costas de México (Velázquez
Castro et al., en este volumen pp. 285 y ss.), además de población foránea posible-
mente procedente del corredor de sitios teotihuacanos que se dirigen hacia Naut-
la en Veracruz. Múltiples materias primas de origen foráneo están siendo proce-
sadas también en el centro de barrio (Manzanilla, 2006a, 2006c, 2006d, 2007a,
2009a, 2011a; Manzanilla et al., 2011): travertino, piedras verdes, serpentinas,
cuarzo verde, pedernal, pizarra, mica, galena, cinabrio, pigmentos varios, etc.
(Melgar Tisoc et al., en este volumen, pp. 257 y ss; López Juárez, en este volumen
pp. 233 y ss.; Vázquez de Ágredos et al., en este volumen, pp. 211 y ss.; Doménech-
Carbó et al., 2012; Martínez García et al., 2002, 2005 y en este volumen, pp. 165 y ss;
Velázquez Castro et al., en este volumen, pp. 285 y ss; Pérez Roldán et al., en este
volumen, pp. 311 y ss). Ya Beyer (1922: lám. 23) había hecho referencia a una másca-
ra funeraria de serpentina hallada en Teopancazco, posiblemente por Leopoldo Ba-
tres, hallazgo que sugiere la existencia de entierros principales en el sitio.
Mediante la elaboración de mapas de diversos tipos de materiales arqueológi-
cos, poco a poco se develó el funcionamiento del centro de barrio regido por no-
bles teotihuacanos que auspiciaban caravanas hacia Veracruz y de regreso. Esta
introducción hace hincapié en la perspectiva interdisciplinaria para averiguar
cómo funciona un barrio teotihuacano de carácter multiétnico (Mejía Appel, 2011,
y en este volumen, pp. 325 y ss; Morales et al., en este volumen, pp. 347 y ss; Schaaf
et al., en este volumen, pp. 425 y ss; Manzanilla et al., en este volumen, pp. 449 y ss).

28
Figura 6 Planta de Teopancazco (dibujo de L. R. Manzanilla, C. Nicolás y A. Ortiz;
véase Manzanilla, 2006d, 2009a).
Figura 7 Figurilla del Dios de las Tormentas hallada
en el templo oriental de tiempos Tlamimilolpa (C313).
(Foto de L. R. Manzanilla.)

Figura 8. Figurilla femenina con


cara de felino hallada en el templo
oriental de tiempos Tlamimilolpa
(C313). (Dibujo de F. Botas.)
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Teopancazco a través del tiempo


A. Miccaotli (100-200 d.C.)
y Tlamimilolpa (200-350 d.C.)

En algunas grandes fosas tempranas con basura al parecer ritual (por ejemplo,
el área de actividad 206 del cuarto 260), pudimos ver que dichas oquedades
fueron excavadas hasta el tepetate, cortando el aluvión que yace encima de la
toba volcánica del Valle de Teotihuacan.
Al parecer el conjunto de barrio de Teopancazco creció alrededor de un
templo original (C313) (figuras 7 y 8) construido en la fase Miccaotli (según
los fechamientos arqueomagnéticos; véase Beramendi et al. en este volu-
men, pp. 111 y ss.), en una porción del Valle de Teotihuacan con una gran
capa de aluvión (c. 1.50 m) y zonas de concentración de agua en algunas de-
presiones en las inmediaciones. Tanto al norte del templo como al sur había
habitaciones (como C362C o C362G), pero junto al templo formal, edifica-
do con piedra y estuco, hemos detectado construcciones de carácter perece-
dero, con huellas de postes, que quizás albergasen a algunos integrantes de
origen foráneo.
En la porción noreste pudimos excavar varios niveles constructivos su-
perpuestos que nos dieron una idea de la distribución de espacios en tiempos
Miccaotli-Tlamimilolpa. Al norte de la plaza principal de Teopancazco al pa-
recer existía otro sector ritual, con un patio (C362F), un altar (C284 AA216) y
un templo con fachada orientada hacia el oeste (C181B-261) (figura 9), que

Figura 9. Templo destruido (C181B-261) en el sector noreste. (Foto de L. R. Manzanilla.)

31
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 10 Vaso con


cosmograma hallado en el
AA214B de tiempos
Tlamimilolpa.
(Foto de R. Reyes.)

Figura 11 Vista de uno de los sectores Tlamimilolpa al noreste del centro de barrio.
(Foto de L. R. Manzanilla.)

emulaba el templo principal de Teopancazco del cual hablamos anteriormen-


te (C313-213-113-13), ubicado más al sur, y que contuvo evidencia de entierros
importantes (figura 10). Tenía anexo al oeste un conjunto de cuarto-pórtico
(C367-C362G) que daba al patio (C362F) (figura 11). Dicho templo Tlami-
milolpa (C181B-261) de la porción noreste fue posteriormente destruido o
“decapitado” , con lo cual se dejó visible sólo el inicio del tablero; si este even-
to fue resultado de una pugna de facciones o grupos étnicos o no, es algo que
aún está fuera de nuestro alcance saber. Alrededor se hallaron entierros, en

32
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 12 Vasija del AA217,


con pasta de Ocotelulco,
Tlaxcala, que contuvo un
entierro infantil.
(Foto de R. Reyes.)

Figura 13 Vasija del AA217,


con pasta de Ocotelulco,
Tlaxcala, que contuvo un
entierro neonato (En 101).
(Dibujo de F. Botas.)

uno de los cuales, el de un infante, yacía en una vasija cuya pasta provenía de
la región de Ocotelulco en Tlaxcala (figuras 12 y 13).
Bien podría parecer como si al norte y al sur de la gran plaza ritual prin-
cipal (C6) se hubieran desarrollado dos historias, dos dinámicas construc-
tivas que probablemente estén relacionadas con grupos diversos. La que
tenemos más clara es la del norte, ya que cada nivel fue excavado extensi-
vamente, mientras que la del sur sólo la conocemos a través de un pozo
estratigráfico.

33
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

B. Rituales de terminación en la transición


Tlamimilolpa/Xolalpan (c. 350 d.C.)

Diversos fenómenos marcan el final de la fase Tlamimilolpa en Teotihuacan.


En Teopancazco pudimos detectar no sólo la ruptura intencional de numero-
sas vasijas (entre ellas, dos vasos trípodes pintados) (figuras 14, 15 y 16) en la
porción noroeste del patio principal (C6), sino la decapitación intencional
de 29 individuos, 27 de los cuales eran seguramente de sexo masculino. La
mayor parte de las cabezas cercenadas fueron
depositadas cada una en una cazuela y espolvo-
readas con cinabrio; en algunos casos estaban
acompañadas de polen de maíz (que revela la
presencia de flores), y fueron tapadas con un ta-
paplato o cajete. Veinte fueron dispuestas en fo-
sas en el firme del piso del cuarto 162F (peque-
ñas fosas con uno o dos cráneos, y una grande
con 17 individuos sobre los cuales yacían seis peri-
natos; véanse las figuras 17 y 18), y nueve, encima
de un templo destruido (C181B-261) (figura
Figura 14 Vaso policromo con la representación de 19). Este ritual extraordinario sólo se podría
una serpiente con un garceta con cresta de la costa del equiparar al hallazgo de Drucker (1943) en
Golfo en el lomo, hallada en el ritual de terminación Cerro de las Mesas, Veracruz, en el cual —
AA37 fechado hacia ca. 350 d.C. (Foto de R. Reyes.)
bajo un piso— halló varias cazuelas cada una
con un cráneo de infante.
La fosa principal (AA142-144) del cuarto 162F contuvo 17 cráneos en sus
vasijas, dispuestos en forma de cono invertido (véase la figura 17): siete indivi-
duos arriba (entierros 46, 47, 48, 50, 52, 53 y 55), cinco individuos en el siguiente
nivel (entierros 65, 66, 67, 69 y 70), tres cráneos en el tercer nivel (entierros 81, 82
y 83) y, por último, dos en el fondo (entierros 93 y 94).
En el nivel superior fueron dispuestos
asimismo seis infantes perinatos y neo­
natos (entierros 45, 49, 51, 56, 57 y 61)
(véase la figura 18).
Varios de estos individuos deca-
pitados proceden del corredor teoti-
huacano hacia la costa del Golfo, y al-
gunos, como el del entierro 65, de
altitudes bajas (véanse en este volumen
Morales et al., pp. 347 y ss., y Schaaf
et al., pp. 425 y ss.). Al ser la mayor Figura 15 Vaso trípode con la representación de
parte de estos individuos decapita- tocados de tres borlas portados por dignatarios
dos de sexo masculino, sospechamos teotihuacanos en otras regiones de Mesoamérica,
que quizá se trate de un grupo de hallada en el ritual de terminación AA37 fechado
hacia ca. 350 d.C. (Foto de R. Reyes.)
34
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 16 Vasija laqueada


con decoración al negativo
del AA37. (Foto de R. Reyes.)

guardias, cargadores, jugadores de pelota y artesanos, entre ellos muchos forá-


neos, que murieron en ese ritual. Junto con los cráneos generalmente yacen las
primeras tres vértebras cervicales, y la tercera cuenta con marcas de corte. El
acompañamiento de cinabrio y la presencia de deformación craneana en ellos
enfatiza su origen en la elite (véase Gazzola, 2004). En la fosa principal, entre
algunas vasijas, se hallaron máscaras de
incensario tipo teatro, generalmente re-
lacionadas con rituales de militares.
En el templo destruido, bajo los de-
capitados, había fosas con entierros im-
portantes, una de las cuales contuvo al
entierro 105-108: dos individuos adoles-
centes sedentes, con múltiples discos y
figuras geométricas de mica (figura 20),
así como miniaturas con cosméticos y
sustancias aromáticas (véanse Vázquez de
Ágredos et al. en este volumen, pp. 211 y ss., Figura 17 Individuos decapitados de la gran fosa AA142-
y Doménech-Carbó et al., 2012). La dis- 144, fechada hacia 350 d.C. (Foto de L. R. Manzanilla.)
posición sedente de estos dos indivi-
duos, así como evidencias de presencia de fuego en la parte inferior de la
fosa (el entierro 105 yacía sobre una figurilla títere desmembrada a la cual
le faltaba la cabeza y una extremidad), así como la presencia de discos y
otras formas cuadrangula-
res y mul­t iangu­l a­res de
mica (una materia prima
procedente de Oaxaca y
que está relacionada pro-
bablemente con el Estado
teotihuacano y el Dios de
las Tormentas; véase Ro-
sales de la Rosa y Manza-
nilla, 2011), hacen pensar
que estos individuos goza-
ban de un estatus alto en
Figura 18 Entierro 51 (perinato) dispuesto sobre este centro de barrio.
los decapitados de la gran fosa AA142-144.
(Foto de L. R. Manzanilla.)
35
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 19 Individuos decapitados Figura 20 Vaso naranja laca y discos de


sobre el templo destruido de tiempos mica, además de miniaturas con
Tlamimilolpa. (Foto de L. R. cosméticos, asociados a los entierros
Manzanilla.) 105 y 108. (Foto de L. R. Manzanilla.)

C. Xolalpan (350-550 d.C.) (figura 21)

Es probable que después de estos rituales de terminación, posiblemente vincu-


lados con tiempos de crisis —que curiosamente coinciden con la erupción del
volcán Xitle—, con posibles reacomodos demográficos y quizá perturbaciones
climáticas, Teopancazco se convierte en un centro de barrio con una gran plaza,
un sector de “sastrería” plena-
mente establecido y cocinas
en la periferia norte; es asimis-
mo un polo de abasto de ma-
terias primas suntuarias pro-
cedentes de todo el corredor
hacia Nautla.
La actividad ritual se des­
arrolla en la gran plaza central,
que contaba con un altar (fi-
gura 22) y un gran templo al
este. Gracias al análisis quími-
co del piso de estuco de la pla-
za principal (Pecci et al., 2010)
Figura 21 Vista del nivel Xolalpan del centro de barrio sabemos que la esquina sur­
de Teopancazco. (Foto de L. R. Manzanilla.) oeste contenía colesterol de

36
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

origen animal, hecho que sugiere


que había diferenciación funcio-
nal de carácter ritual en dicha
plaza, y por lo tanto, en esta es-
quina posiblemente se decapita-
ron y desmembraron animales y
seres humanos. Asimismo, se ob-
servan anomalías de fosfatos y
carbonatos que evidencian el
movimiento de los agentes del
ritual hacia el altar y los cuatro
puntos cardinales, así como la
subida al templo ubicado al este
(Pecci et al., 2010; Manzanilla, Figura 22 Plaza principal de Teopancazco con su altar.
2006d). (Foto de L. R. Manzanilla.)
Al norte del sector suroeste, que presentó muros de factura teotihuaca-
na, con aplanados, estuco y pintura roja, hay otro sector caracterizado por
apisonados de tierra (C19), algunos de tepetate molido (C37), y muros de
piedras pequeñas. Este sector contuvo un pequeño basamento (C23) con
un entierro femenino sedente (entierro 2), que quizá representó un peque-
ño santuario anexo a un patio ritual (C19) del sector que hemos asignado al
grupo de guardias del barrio (Manzanilla, 2009a). La suposición de que este
sector estuvo destinado a la actividad militar o de guardia está reiterada por
la presencia del entierro 4, correspondiente a un infante que fue enterrado
en fosa con una figurilla con vestimenta militar que se puede quitar y poner
(véase Manzanilla, 2009a: fig. 2.12).
La “sastrería” está plenamente estable-
cida en el sector noreste (Manzanilla et al.,
2011; Manzanilla, 2009a), y sin duda fue un
sector donde trabajadores especializados de
origen foráneo confeccionaron la vestimenta
de la elite del barrio; la iconografía de flor de
cuatro pétalos en vasos trípodes de este sector
evidencia la fuerte supervisión de esta labor
(figura 23).
Asimismo, suponemos que el sector ad-
ministrativo de Teopancazco estaba funcio-
nando plenamente, debido al uso de sellos (véa-
se Manzanilla, 2009a y 2011a). Es probable que
los murales principales de Teopancazco,
ubicados en el cuarto 1 en la porción sur de Figura 23 Vaso trípode del AA66 de la “sastrería”,
Teopancazco (véase Manzanilla, 2009a: con decoración de flores de cuatro pétalos de la fase
fig. 2.5), estén fechados en la fase Xolalpan. Xolalpan temprano. (Foto de R. Reyes.)

37
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

En el sector norte
continúa un conjunto
de cuarto-pórtico-patio
quizá para albergar al
administrador y su fa-
milia (figuras 24 y 25).
Existen evidencias
de uso de objetos ritua-
les (figura 26), algunos
de los cuales fueron des-
truidos intencionalmen-
te sea hacia 420 d.C. (fi-
gura 27), sea hacia 550
d.C. (figura 28). Como Figura 24 Cuarto (C267)-pórtico-patio
en el sector norte del conjunto.
(Foto de L. R. Manzanilla.)

señalamos, es probable que los murales


principales de Teopancazco, ubicados en el
cuarto 1 en la porción sur de Teopancazco
(véase Manzanilla, 2009a: fig. 2.5), estén fe-
chados en la fase Xolalpan.
En Xolalpan tardío, hacia 550 d.C., el
sector suroeste fue incendiado (figura 29)
y pudimos observar morillos de árboles
originalmente cortados en Tlamimilolpa,
que fueron reutilizados en Xolalpan, y que
yacían sobre un piso quemado en Xolalpan
Figura 25 Posible casa del administrador del centro tardío/Metepec. Aunque los pisos de va-
de barrio de Teopancazco. (Foto de L. R. Manzanilla.) rios sectores del sitio tuvieron huellas de
quemado (el piso 12 de la plaza principal,
por ejemplo), el sector suroeste (particularmente los cuartos 14 y 15-16) con-
servó parte de la techumbre quemada sobre el piso (véanse Beramendi et al.,
2008, y Beramendi et al. en este
volumen, pp. 111 y ss.).

Figura 26 Brasero con caras aplicadas


hallado en C159B AA50 de tiempos
Xolalpan tardío. (Foto de R. Reyes.)

38
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Figura 27 Vaso Tláloc del AA16 Figura 28 Escultura de Huehuetéotl con los
del cuarto 25, roto en Xolalpan. rasgos faciales destruidos en Xolalpan tardío.
(Foto de R. Reyes.) (Foto de R. Reyes.)

Figura 29 Sector suroeste con huellas de incendio en Xolalpan tardío


(ca. 550 d.C.). (Foto de L. R. Manzanilla.)

El hecho de que estos cuartos estucados concentraran las huellas de in-


cendio de época Xolalpan tardío me hizo suponer que quizá los administra-
dores del barrio vivieron en esta área cuando ocurrió el gran incendio de Teo-
tihuacan. Recordemos que originalmente, en época Tlamimilolpa, quizás
estuvieron ubicados en la porción norte del conjunto (cuartos C367, C267).

39
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

D. Metepec (550-650 d.C.)

Durante la fase Metepec se edificó un nuevo desarrollo arquitectónico en la


porción noreste del conjunto (figura 30), donde observamos pequeños cuar-
tos limitados por muros con piedras pequeñas. Sobre algunos pisos de esta
fase pudimos observar reocupación epiclásica y azteca. Asimismo, en el patio
C19, en la porción suroeste del conjunto, observamos algunos de estos muros
con piedras pequeñas, y un pequeño santuario en C23.
Más allá de tiempos posteotihuacanos, contamos con los rastros de la
ocupación de alrededor del siglo xix (figura 31) debidos a la actividad del al-
farero Barrios: sus moldes, restos de su vivienda, perturbaciones hechas sobre
el nivel teotihuacano.

Figura 30 Excavación del sector


Metepec hacia el norte. (Foto de Linda
R. Manzanilla.)

Figura 31 El alfarero Barrios y su actividad


de producción cerámica en el siglo xix.

40
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Teopancazco como centro de barrio

Características de los centros de barrio

Es probable que las “plazas de tres templos” pudiesen haber sido los centros
de los barrios originales de Teotihuacan (Manzanilla, 1997b), por lo menos
en la porción norte de la ciudad. A raíz de las excavaciones en el barrio de La
Ventilla 92-94 por Rubén Cabrera y Sergio Gómez contamos con datos adi-
cionales sobre la funciones del barrio: su componente ritual, un posible cen-
tro administrativo en el Conjunto del Patio de los Glifos, y las moradas de los
artesanos (véanse Gómez Chávez, 2000, y Gómez Chávez et al., 2004). Otros
centros de barrio pudieron haber estado ubicados en otros puntos de la ciu-
dad, como Tepantitla y Zacuala.
Con los recientes estudios en el centro de barrio de Teopancazco en el
sector sureste de la gran urbe (Manzanilla, 2006b, 2006c, 2006d, 2009a) he-
mos ampliado los sectores funcionales propuestos por los autores arriba se-
ñalados, y hemos identificado los componentes foráneos que participan de la
vida de un barrio multiétnico de Teotihuacan. Entre las características gene-
rales de estos centros se encuentran las siguientes:

◉ Tienen patios de congregación (>170 m2 de extensión) y cuartos sobre platafor-


mas de templos (>55 m2 de superficie) que superan las dimensiones de los más
grandes de los conjuntos residenciales y habitacionales como Tetitla u Ozto-
yahualco 15B:N6W3.

◉ Carecen de áreas explícitas de preparación de alimentos dispersas en los territo-


rios de cada familia nuclear, que, asociadas con los almacenes, son típicas de los
conjuntos habitacionales multifamiliares (Manzanilla, 1996a); en contraposi-
ción, pueden tener hileras de almacenes-cocinas para alimentar a los trabajado-
res del centro de barrio (Pecci et al., 2010).

◉ Es probable que funcionen gracias al liderazgo de una “casa fuerte” (que forma
parte de las elites intermedias de Teotihuacan) y que organiza no sólo el ritual,
sino actividades artesanales singulares, como la producción de atavíos para la
elite teotihuacana, y posiblemente la administración del barrio (Manzanilla,
2006d, 2007a, 2009a).

◉ Estos centros de barrio pueden tener relación con grandes espacios abiertos
donde quizá se jugaba a la pelota, hecho que ya Aveleyra (1963) y Gómez
Chávez et al. (2004) señalaron para el sector de La Ventilla (véase también
Uriarte, 2006), y que probablemente eran mecanismos de integración multiét-
nica, más que de mantenimiento de fronteras étnicas, como Gillespie (1991:
341) propuso.

41
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Ámbito ritual del barrio

1. El ritual en las plazas. Suponemos que en el mural principal de Teo-


pancazco (véase De la Fuente, 1996; Manzanilla 2009a: fig. 2.5) —en el cual
aparecen dos sacerdotes ricamente ataviados dirigiéndose de manera en-
contrada hacia el altar central que tiene una decoración de red (véase la fi-
gura 4); de sus manos salen paneles de los cuales caen semillas y quizá lí-
quidos— está representado uno de los rituales de siembra que quizá se lle-
varon a efecto en la plaza central de carácter ritual (C6). Tanto la ubicación
del altar, las concentraciones químicas analizadas en dicho espacio, así
como las semillas de chía halladas en el sector noroeste de la plaza, refuer-
zan esta idea.
Asimismo hemos mencionado la posibilidad de que en el sector suroeste
de la plaza principal haya habido tanto actividades de destazamiento de ani-
males como desmembramiento de seres humanos (fenómeno que está sien-
do estudiado por Raúl Valadez, Bernardo Rodríguez, Liliana Torres Sanders,
Gilberto Pérez Roldán y Berenice Jiménez). Por otro lado, en la esquina nor­
oeste se aprecian rastros del ritual de terminación de 350 d.C., como la ruptu-
ra de múltiples vasijas (entre éstas, dos vasos trípodes policromos [Manzani-
lla, 2000]) y objetos varios (véanse las figuras 14, 15 y 16).
En el sector noreste aparecen fosas con arena fina (figura 32), fenómeno
también observado en el sector oeste. Dado el vínculo de Teopancazco con
Veracruz es probable que la arena enfatice la relación con el océano, hecho
también reiterado por los moluscos marinos y estrellas de mar representados
en los atavíos de los sacerdotes del mural principal. Asimismo, consideramos
posible que se escenificaran en la plaza principal (C6) mitos de origen que
remitiesen al océano, probablemente
con banquetes rituales de peces traídos
de la zona de Nautla.
Otros patios rituales menores ya-
cen al oeste (C19, en el sector militar,
para Xolalpan tardío y Metepec), al este
(C247B, para Xolalpan) y al norte (C362F
con su altar C284, para Tlamimilolpa).
En el C19 hemos hallados rituales de
terminación con la presencia de vasijas
“matadas” y candeleros (Manzanilla, 2002,
2003).
A diferencia de lo observado en con-
juntos multifamiliares teotihuacanos
Figura 32 Sector noreste de la plaza ritual, con evidencias como Oztoyahualco 15B:N6W3 (Man­
de arena fina. Se observa asimismo la alineación de fosas zanilla, 1996; Barba et al., 2007), en los
para perinatos hacia el este. (Foto de L. R. Manzanilla.) que cada familia venera a su dios patro-

42
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

no en un patio ritual particular —con esculturas que los representan, maquetas


de templos, figurillas y otros elementos que involucran líquidos orgánicos—,
en Teopancazco tenemos sin duda altares construidos, como el que se aprecia en
el centro de la gran plaza ritual (AA55); las deidades al parecer no se manifies-
tan en dicha plaza, sino en ambientes más exclusivos (como lo muestran la es-
cultura del Dios del Fuego del cuarto 17 [véase la figura 28] o el vaso Tláloc
del cuarto 25 [véase la figura 27]), pero sí se llevaban a cabo rituales de siem-
bra que consistían en derramar líquidos orgánicos con semillas (en este caso,
de Salvia o chía, identificadas por Diana Martínez Yrízar) hacia los cuatro
rumbos cardinales y las esquinas, que eran rituales de siembra muy comunes
en Teotihuacan.
Un tipo de ritual aún bajo estudio por Berenice Jiménez, Gilberto Pérez
Roldán, Raúl Valadez, Bernardo Rodríguez y Liliana Torres, como ya se seña-
ló, es el desmembramiento de seres humanos, animales y figurillas.

2. El ritual funerario. En Teopancazco hay alrededor de 116 entierros for-


males (véase Manzanilla et al. en este volumen, pp. 449 y ss.) de varios tipos
que enunciaremos a continuación, pero también muchos restos óseos hu-
manos dispersos con huellas de manipulación humana: marcas de corte,
hervido, asado, etcétera.
Los entierros formales de tipo teotihuacano en general están dispuestos
en fosas bajo los pisos, en posición flexionada o sedente, y sólo en el caso del
En 105-108 contamos con dos individuos sedentes en la misma fosa; otros co-
rresponden a neonatos o perinatos en vasijas dispuestas en pequeñas fosas;
dos niños de segunda infancia fueron ubicados en un altar Tlamimilolpa y
conservaban aún restos de la banda cefálica. La mayor parte de estos entierros
tiene lecturas isotópicas de gente local.
Hay otros casos excepcionales de
entierros rituales, como el cráneo de un
individuo femenino (En 102) rodeado
de sus huesos largos; está dispuesto en
una fosa en el sector noreste del patio
ritual principal (C6). Sus lecturas iso-
tópicas estables señalan que procede
de zonas altas, y las de estroncio 87/86
muestran que quizá provenía de la re-
gión de Perote o de Pachuca (véanse
en este volumen Morales et al., pp. 347
y ss., y Schaaf et al., pp. 425 y ss.).
Otro caso es el En 112, un cráneo
con o dentro de un cesto (figura 33),
en una fosa Tlamimilolpa, individuo Figura 33 Cesto con cráneo (entierro 112), de tiempos
que procede quizá de la zona de ori- Tlamimilolpa. (Foto de L. R. Manzanilla.)

43
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

gen de la cerámica anaranjada delgada, es decir, también el centro-sur de Pue-


bla (véanse Morales et al. y Schaaf et al., loc. cit.). Si llevaba dicho cesto en la
cabeza (el cesto está formado por espirales de tules y unidas las vueltas con
hilos de algodón), podemos elucubrar que dicho tocado semejaba el tocado
de tres borlas (véase la figura 15) de los dignatarios teotihuacanos que viaja-
ban a otras regiones de Mesoamérica acompañando a las caravanas de abaste-
cimiento de bienes suntuarios.
En el sector de la “sastrería” existen entierros con un grado leve de migra-
ción; es decir, provienen del corredor de sitios teotihuacanos hacia Nautla, y
están asociados con agujas de hueso. Son posiblemente los sastres que con-
feccionaban los trajes de las elites que regían el barrio.
Hay algunos casos de entierros múltiples, entre los que, como señalamos
anteriormente, el ritual más extraño para Teotihuacan —pero presente en
Cerro de las Mesas, Veracruz— es la presencia en Teopancazco de 29 indivi-
duos (casi todos masculinos) decapitados, con la disposición de cada cabeza
en una cazuela con cinabrio, y tapada con otra vasija. Veinte de esos indivi-
duos decapitados yacen en fosas (véanse las figuras 17 y 18), y otros nueve,
encima de un templo destruido (véase la figura 19).
En cuanto a las fosas, éstas yacen en el firme del piso 2 del cuarto 162F, en
la porción noreste del conjunto de Teopancazco. Los individuos decapitados
yacían en fosas con uno o dos individuos, o bien dentro de una fosa cónica
grande que contuvo 17 personas y que en la parte superior presentó los esque-
letos de varios neonatos (Manzanilla et al., en este volumen, pp. 449 y ss.).

3. Las representaciones del ritual. Starr (1894) publicó varios frag-


mentos de pintura mural de Teopancazco. En ellos destacan sin duda las figu-
ras de sacerdotes que portan elaborados trajes (que se confeccionaban en la
“sastrería” del centro del barrio), pero también hay militares que portan dar-
dos sin punta (Martínez García et al., en este volumen, pp. 165 y ss); De la
Fuente, 1996; Manzanilla, 2009a). Algunos de los sacerdotes tiran flores;
otros, semillas tipo chía (Salvia); otros más, semillas más grandes tipo frijol.
Nos hemos preguntado varias veces si los rituales de los sacerdotes sem-
bradores se hacían de manera rutinaria, o son rituales de tiempos de crisis,
sequía, merma en las cosechas, etc. Por otro lado, por evidencias halladas en
grandes fosas, una de ellas en la esquina noreste de la plaza ritual, podemos
deducir que se hacían banquetes rituales, en los que se consumían los peces
provenientes de las lagunas costeras de Veracruz, en particular el pez bobo.
Quizá se escenificaban mitos de origen, relacionados con el océano, se-
gún sugiere la presencia de fauna y moluscos marinos; es probable que se
acompañaran con música, debido a la existencia de instrumentos musicales
en varios puntos de Teopancazco. Asimismo, podemos imaginar danzas en
que algunos adolescentes (En 105-108) bailasen disfrazados de jaguar, ya que

44
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

hemos hallado cosméticos y sellos que servían para pintar pequeñas manchas
oscuras como flores de cuatro pétalos, probablemente sobre pigmentación
previa de cinabrio (véanse Vázquez de Ágredos et al. en este volumen, pp. 211
y ss., y Doménech-Carbó et al., 2012).

La clínica del barrio

Un asunto que destacó desde el trabajo de campo fue la alineación de entie-


rros de bebés recién nacidos en una banda norte-sur en el sector noreste de
Teopancazco, particularmente en el C353A, además de una concentración
de perinatos en la porción superior de la fosa principal de los decapitados de
C162F. Asimismo, en ese mismo sector aparecieron dos individuos con pato-
logías severas: un infante deforme en C253A y un adulto posiblemente con
osteomielitis en C161.
En ese mismo sector, en C181B-261, se hallaron varios cosméticos con un
cierto grado de toxicidad (compuestos de plomo y mercurio) acompañando
a dos adolescentes sedentes que estaban rodeados de discos y otras formas de
mica (véase Vázquez de Ágredos et al. en este volumen, pp. 211 y ss, y Domé-
nech-Carbó et al., 2012).

La administración

Algunas elites intermedias que estaban a la cabeza de los centros de barrio


podrían haber sido elementos importantes en la administración de la ciudad,
y es probable que para ello utilizaran sellos de estampa con iconografías como
el Dios de las Tormentas (deidad estatal de Teotihuacan), el Dios del Fuego
y la flor de cuatro pétalos (posible glifo de la ciudad, según López Austin)
(Manzanilla, 2007a, 2009a, 2011a), aunque sugerimos que durante la fase Tla-
mimilolpa tuvieron suficiente libertad para auspiciar caravanas de flujo de bie-
nes suntuarios hacia zonas como la costa del Golfo (para el caso de Teopan-
cazco) y Michoacán y el Bajío (para La Ventilla). Los centros de barrio pare-
cen haber controlado la mano de obra multiétnica a través de contadores per-
sonales de cada trabajador, que quizás eran trocados por raciones de tortillas
en las cocinas alineadas de la periferia de los centros de barrio como Teopan-
cazco (Manzanilla, 2011a).
Siguiendo esta línea de pensamiento, nos dimos a la tarea de analizar esta-
dística y distribucionalmente varios tipos de objetos hallados en mis excava-
ciones extensivas en Teopancazco. Varios de ellos han recibido los nombres
de “tejos” y “piezas de juego”, sugiriendo así su uso en juegos diversos. Sin
embargo, una nueva lectura, particularmente de los más de 530 “tejos” o rode-
las de cerámica, distintas de las pesas de red —que tienen muescas latera-
les— sugiere que podrían ser medios para administrar la mano de obra mul-
tiétnica que trabajaba en el centro de barrio.

45
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Rodelas las hay en Teopancazco de diversas materias primas: cerámica,


pizarra, concha, mica; algunas pastillas de pigmentos tienen dimensiones si-
milares. Las hay, pues, de diversos tamaños, entre los que se encuentran unas
muy pequeñas, las medianas —que constituyen la mayoría— y las grandes.
Asimismo, las hay completas, en mitades y en fracciones. He planteado (Man-
zanilla, 2011a) la hipótesis de que estos contadores se pudiesen haber trocado
por raciones de tortillas para diferentes categorías de personas que trabajaban
en el centro de barrio, y también sugiero en este trabajo que la materia prima
determina el estatus del personal que lleva la rodela; el tamaño probablemen-
te alude a la organización dentro de las cuadrillas de trabajo, con una jerar-
quía con capataces, y las fracciones posiblemente corresponden a raciones
para hombres, mujeres y niños, a raciones para trabajadores teotihuacanos,
veracruzanos, y poblano-tlaxcaltecas, o incluso para trabajadores de tiempo
completo, de tiempo parcial y eventuales (Manzanilla, 2011a).
La equivalencia entre las rodelas y las representaciones de tortillas es evi-
dente en el incensario tipo-teatro que hallé en mis excavaciones de Ozto-
yahualco 15B: N6W3 (Manzanilla y Carreón, 1991), en que la tortilla aparece
junto con mazorcas de maíz, calabazas, flores de calabazas, tamales, algodón y
otros mantenimientos.
La distribución espacial de las rodelas en Teopancazco sugiere agrupacio-
nes tanto en el sector del templo y del patio ritual como en la “sastrería”, don-
de diferentes tipos de trabajadores pudiesen estar coincidiendo. Las rodelas
grandes coexisten con un número mayor de rodelas de tamaño medio y pe-
queño, lo que permite suponer la existencia de jerarquías de trabajadores u
organizaciones tipo cuadrillas para la producción de artesanías especializa-
das, el involucramiento en el ritual, y otras actividades. La mayor parte de las
rodelas tienen de dos a tres centímetros de diámetro, flanqueadas por las ca-
tegorías de uno a dos centímetros, por un lado, y de tres a cuatro centímetros,
por el otro.
El hecho de que dos rangos de tamaño (el de las muy pequeñas y el de
las medianas) estén también elborados en mica, un material alóctono proce-
dente de Oaxaca y fuertemente controlado por el Estado (Rosales de la
Rosa y Manzanilla, 2011), puede indicar ya sea que las rodelas de cerámica se
usaron como plantillas para cortar las de mica, o bien que se vinculaban con
categorías diversas de personas, unas más ligadas a las elites y otras de tipo
común. Las de mica aparecieron solamente relacionadas con los dos en-
tierros importantes de Teopancazco, que comparten la misma fosa: los entie-
rros 105 y 108.
Por lo tanto, sugerimos que los 530 contadores redondos pudieron tener
varias funciones y que estuvieron en manos de las diferentes categorías de
personas que laboraban en el centro de barrio de Teopancazco, y que estaban
organizadas por etnicidad, jerarquía y oficio; pudieron representar la mano
de obra (530 trabajadores en 500 años); pudieron además, cuando fuera nece-

46
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

sario, servir de plantillas para cortar contadores en otros materiales como la


mica, la pizarra o la concha; pudieron ser trocadas por raciones de tortillas en
las cocinas-almacenes ubicadas en la periferia norte del centro de barrio, y
sirvieron de identificadores para los trabajadores.
Al parecer hay otro tipo de contadores presentes en Teopancazco: bico-
nos, conos, “falanges”, esferas, etc. Las esferas frecuentemente han sido inter-
pretadas como proyectiles de cerbatana, y servían para cazar aves pequeñas,
como se ve en murales como el del Palacio del Sol (De la Fuente, 1996). En
Teopancazco hemos hallado 251 pequeñas esferas de barro, y aun cuando se
han encontrado varios restos de aves en el conjunto, quizá pudieron servir
como proyectiles, lo mismo que para distinguir a quienes se encargaban de
capturar y abastecer de cardenales, patos, gallaretas, codornices, halcones,
águilas, águilas pescadoras, búhos, zopilotes y otras aves pequeñas y media-
nas (Rodríguez Galicia, 2006).
Las “falanges” frecuentemente vienen en racimos, a veces de cuatro o
más, y son desprendibles de éstos. Las hemos hallado asociadas a pigmentos
y cosméticos (Vázquez de Ágredos et al., en este volumen, pp. 211 y ss.), parti-
cularmente en los entierros principales de Teopancazco —el 105 y 108—, por
lo que quizá se trata de los sellos para aplicar la pintura corporal y simular las
manchas del jaguar.
Aún no sabemos el significado de conos y biconos, aunque podríamos
sugerir una asociación con raciones de líquidos.

El trabajo artesanal especializado:


la sastería, el trabajo del cuero y la piel, la cestería,
y la pintura sobre muros y vasijas

Teopancazco no es un barrio de forasteros, como el Barrio de los Comercian-


tes o el Barrio Oaxaqueño, sino uno de tipo multiétnico, con una gran varie-
dad y cantidad de elementos procedentes de la Costa del Golfo que eran ca-
nalizados a la manufactura de trajes y tocados para sacerdotes y militares, es
decir, la elite intermedia del barrio (Manzanilla et al., 2011), cuyos trajes están
representados en los famosos murales del sitio (véase Gamio, 1922: 156-157;
Kubler, 1967: fig. 45; De la Fuente, 1996, tomo ii: 43, 53; Starr, 1894). Además
de la amplia variedad de agujas, alfileres, leznas para hacer agujeros, retocado-
res, botones de concha y cerámica, así como pintaderas para telas, están los
restos de animales que proveyeron plumas, piel y placas para ser bordadas o
cosidas en las telas de algodón que, junto con cerámica y varios tipos de ani-
males, venían de Veracruz.
Varias especies de aves, particularmente cardenales, una garza de la Costa
del Golfo, pato, gallareta, codorniz, un halcón, águila, águila pescadora, búho,
zopilote, guajolote (véase Rodríguez Galicia, 2006), pudieron proveer plumas

47
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

para atavíos y tocados. Especies de mo-


luscos marinos tanto del Golfo de Méxi-
co como del Pacífico y del Caribe fueron
trabajados y utilizados en el conjunto de
Teopancazco para ser engarzados en los
trajes (Velázquez Castro et al., en este vo-
lumen, pp. 285 y ss.; Manzanilla et al.,
2011). Asimismo hay placas de tortugas,
armadillo y cocodrilo, y pinzas de can-
grejos que pudieron formar parte de los
trajes, además de múltiples ejemplares
de peces de las lagunas costeras (el hua-
chinango, el pez bobo, el jurel, el pez
loro, el robalo, la mojarra común y la pla-
teada, el tiburón, el ronco), que fueron
consumidos y/o cuyos huesos los ador-
Figura 34 Cesto restaurado en el que se ven las espirales naron (Rodríguez Galicia, 2006, 2010).
de tules o pastos probablemente unidos con hilos de algodón Las partes faciales de comadreja,
(comunicación personal del biólogo Fernando Sánchez). cánidos y otros mamíferos de Teopan-
(Foto de R. Reyes.) cazco pudieron ser engarzadas en los
vistosos tocados que están representa-
dos en el famoso mural (Manzanilla et al., 2011; Manzanilla, 2006d). Según
Kubler (1967: 6), las estrellas de mar y las conchas evocan al océano, y son
adjetivales en las representaciones; es probable, pues, que los trajes que se es-
taban confeccionando aludieran a sacerdotes-personajes que tenían que ver
con el uso de recursos marinos, como los peces, cangrejos, tortugas, cocodri-
los y aves que hemos mencionado.
Gracias a los análisis de Gilberto Pérez Roldán de la industria de hueso
trabajado de Teopancazco (véase Pérez Roldán, et al. en este volumen, pp.
311 y ss.; Manzanilla et al., 2011), sabemos de la existencia de pinceles para la
pintura de vasijas, así como instrumentos para el trabajo del cuero y la piel,
y otros para el tejido de redes. Contamos con cestos (figura 34) que nos su-
gieren que había artesanos de esta industria en el conjunto, y que algunos
de éstos pudieron servir de recipientes de los bienes transportados en las
caravanas o de marco de tocados como el de tres borlas.

La guardia del barrio

En los flancos del mural principal del C1, en el sector sur del conjunto, apare-
cen figuras de militares que probablemente son la guardia del barrio. Portan
extraños tocados que no se encuentran en otros puntos de la ciudad. Sus dar-
dos no tienen puntas.

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introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Inmediatamente al oeste de donde está este cuarto con los murales prin-
cipales, hay otros que originalmente tuvieron pintura mural, según lo consta-
tó Starr (1894) (véase Martínez García et al. en este volumen, pp. 165 y ss.).
Un poco más al oeste se ubica un sector sin pisos de estuco, pero con un patio
ritual denominado C19 y una plataforma ritual (C23). En dicho patio se halló
el entierro de un niño con una figurilla de militar, cuyo atavío era removible
(véase Manzanilla, 2009a). Suponemos que el niño (En 4) estaba destinado a
ser un militar pero murió antes.
Asimismo, Fonseca (2008) registra figurillas con tocados militares en
este sector, particularmente el tocado de mariposa.

Los sectores residenciales

Hacia el norte del conjunto se ubica uno de los escasos sectores residencia-
les de tiempos Tlamimilolpa, en el cuarto C367, con su pórtico y patio ane-
xo (Pecci et al., 2010); sin embargo, es probable que en Xolalpan tardío uno
de los sectores residenciales de los administradores estuviese ubicado al
suroeste.

La alineación de cocinas y almacenes

Gracias al estudio químico de los pisos (Pecci et al., 2010) y a la presencia de


grandes ollas destinadas al almacenamiento o bien a la cocción (véanse los
cuartos de las centenas 500 y 600 en el anexo 1, en este volumen), así como de
concentraciones de ecofactos, pudimos determinar la presencia de una ali-
neación de cocinas y almacenes en la periferia norte, gracias a un salvamento
arqueológico que propuse a las autoridades de la Zona Arqueológica de Teo-
tihuacan.

El espacio abierto al este

El espacio abierto al este del conjunto (C244) pudo haber servido para alber-
gar peregrinos en las fiestas del barrio, celebrar tianguis, jugar a la pelota
(como lo sugieren Gómez Chávez et al., 2004), disponer de desechos de tra-
bajo y orgánicos, teñir telas, concentrar coprolitos para ser utilizados como
combustible o fertilizantes, etcétera.
El único muro limítrofe claro para el conjunto de Teopancazco fue el
oriental, que limita directamente con este espacio abierto. En salvamentos ar-
queológicos del equipo de la Zona Arqueológica de Teotihuacan se localizó
probablemente el límite sur de este centro de barrio (véase Ortiz Butrón et al.
en este volumen, pp. 69 y ss.).

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introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

La multietnicidad

La población multiétnica de Teopancazco consistió en tres grandes grupos: la


gente local, los que provenían del corredor poblano-tlaxcalteca y los que vi-
nieron de lejos, particularmente de la llanura costera (Manzanilla et al., 2010,
y en este volumen, pp. 449 y ss.). Estos resultados provienen del análisis jerar-
quizado de cúmulos de 38 entierros tomando en cuenta la paleodieta (Mejía
Appel, 2010), los isótopos estables (Morales et al., 2010) y los isótopos de es-
troncio 87/86 (Solís-Pichardo et al., 2010; Lailson Tinoco, 2009). Entierros
pertenecientes a estos tres grupos están ubicados en sectores distintos de
Teopancazco, pero convergen en el noreste.
Tenemos la sospecha de que la “casa” que estaba a la cabeza del barrio de Teo-
pancazco tenía mano de obra masculina de la Costa del Golfo y quizá de Hidalgo,
Tlaxcala y Puebla trabajando para sí en la elaboración de los trajes, en el movi-
miento de bienes y otras labores, hecho sugerido por los entierros del sector de la
sastrería, que son todos masculinos, migrantes y tienen agujas como ajuar funera-
rio (Torres Sanders, informe técnico, 2007; Solís-Pichardo, Schaaf et al., 2005, y en
este volumen, pp. 425 y ss.; Morales et al., 2010, y en este volumen, pp. 347 y ss.).
Es bien conocido que Teotihuacan fue una ciudad multiétnica. Además
de los centros de barrio que ya mencionamos, hay tres posibles barrios forá-
neos en la periferia de la ciudad: el Barrio de Oaxaca, hacia el suroeste (Spen-
ce, 1990, 1996); un pequeño sector relacionado con Michoacán (Gómez
Chávez, 1998), y el Barrio de los Comerciantes (relacionado con Veracruz),
hacia el este (Rattray, 1988, 1989). En ellos se reitera la identidad étnica en
prácticas funerarias distintas de las de los teotihuacanos, así como en los sím-
bolos de identidad (estelas, urnas), y en ocasiones incluso en construcciones
domésticas contrastantes. Hemos propuesto que la identidad étnica puede
ser distinguida arqueológicamente a través de las prácticas culinarias; del ves-
tido, el tocado, la decoración y la pintura corporal; de la organización familiar
en el territorio doméstico; del ritual doméstico; de las prácticas funerarias, y
mediante la posterior contrastación de estos datos con los estudios de isóto-
pos de estroncio 87/86 y ADN (Manzanilla, 2007b).
Más allá de los barrios, es probable que hayan existido cuatro grandes
sectores en la ciudad, de donde probablemente provenían los cogobernantes.
Paulinyi (1981) sugirió la presencia de 5 a 7 distritos habitacionales en la ciu-
dad, siendo el más importante el ubicado al oeste del Gran Conjunto. Yo me
adhiero más a la idea de la existencia de cuatro grandes sectores, en corres-
pondencia con la división de la ciudad en cuatro, con la cámara tetralobulada
bajo la Pirámide del Sol —y por lo tanto sugiriendo un axis mundi— y con la
representación de cuatro señores de alto rango, cada uno con un emblema
distinto (serpiente, coyote, ave de rapiña y tocado de tres borlas asociado con
un personaje con anteojeras) en la vasija de Las Colinas hallada por Sigvald
Linné cerca de Calpulalpan; de conformidad con lo anterior, sugiero pues

50
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

una esfera de cogobierno de cuatro señores (Manzanilla, 2001a, 2001b, 2002a,


2002b, 2008a, 2009a).

El intercambio a larga distancia.


El corredor teotihuacano hacia Nautla

Durante 13 temporadas de excavaciones extensivas en Teopancazco hemos


detectado muchas materias primas y bienes procedentes de otras regiones de
Mesoamérica, particularmente la costa del Golfo. Ya mencionamos las cerca
de 12 variedades de peces de las lagunas costeras, que probablemente arriba-
ron salados y/o ahumados (Rodríguez Galicia, 2010), cangrejos, cocodrilo,
una garceta de la costa del Golfo, mantas de algodón, conchas marinas (no
sólo del Golfo, sino del Caribe y del Pacífico), y mano de obra.
Adrián Velázquez y colaboradores (2010; véase Velázquez et al. en este vo-
lumen, pp. 285 y ss.) han identificado en Teopancazco la más grande variedad
de conchas y caracoles de Teotihuacan: 32 familias de gasterópodos y 13 bival-
vos; de éstos, 28 provinieron del Pacífico, 30 del Golfo y cuatro específica-
mente del Caribe.
Además hallamos una gran variedad de materias primas para la lapidaria
(véase Melgar et al. en este volumen, pp. 257 y ss.); pigmentos y cosméticos (véan-
se Doménech-Carbó et al., 2012; Vázquez de Ágredos et al. en este volumen,
pp. 211 y ss., y Martínez et al. en este volumen, pp. 165 y ss.); incluso cerámica
foránea (Manzanilla, 2011a).
Ángel García Cook (1981) propuso la existencia de corredores de sitios
teotihuacanos en Tlaxcala y Puebla. De esta propuesta original, varios
investigadores han llevado a efecto nuevas investigaciones sobre el tema de
los corredores (Carballo y Pluckhan, 2007).
Uno puede fácilmente imaginar que las caravanas dirigidas hacia las re-
giones proveedoras de bienes suntuarios provenientes de Teopancazco para-
sen primero en la región de Calpulalpan, Tlaxcala, para después dirigirse ha-
cia la zona de Huamantla, donde se encuentran sitios multiétnicos como
Xalasco (Manzanilla y Bautista, 2009). En este sitio se han hallado estructu-
ras con fachadas de lajas y coronamiento de grandes xalnenes trabajados, en
ocasiones con formas de felinos; este sitio destaca como una posible estación
de las caravanas que salían de Teopancazco para ir hacia Nautla a aprovisio-
narse de animales marinos, mantas de algodón, sastres y otros bienes.
En nuestra excavación de 2008 en Xalasco hallamos el sistema de contado-
res tipo rodelas o “tejos”; ahí, además de las rodelas completas, predominaban
las fracciones: sobre todo cuartos y mitades: de los 203 “tejos” hallados en ese
sitio, sólo 11.33% están completos; 16.25% son mitades, y la mayoría, 47.29%, son
cuartos; en cambio, en Teopancazco, de las 530 rodelas halladas, 81.88% están
completas, y sólo 12.21% son mitades (Manzanilla, 2011a). Por lo tanto, predo-

51
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

minan los cuartos en Xalasco, Tlaxcala, y las rodelas completas en Teopancazco,


Teotihuacan, Estado de México; puesto que la gente local de cada uno de estos
centros constituye el contingente más grande, la fracción (cuartos, mitades o
completas) más representada de rodelas debe, por lo tanto, representarlos. En
cuanto al análisis de las rodelas relacionadas con la “sastrería” de Teopancazco,
en la que sastres foráneos pudieron haber participado en el armado y decorado
de trajes de la elite intermedia, observamos el predominio de mitades, lo que
enfatiza quizá su origen foráneo y su proveniencia de sitios del corredor.
En el corredor de sitios teotihuacanos (Calpulalpan, Xalasco, etc.) que
pasa por Tlaxcala para dirigirse a la costa del Golfo (García Cook, 1981), en-
troncaba otra ruta que conectaba con sitios del centro-sur de Puebla, como
Ixcaquixtla, de donde provenía la vajilla Anaranjada delgada, el travertino, el
ónix, y quizás algunas variedades de mármol (Manzanilla, 2011a). Particu-
larmente el sitio multiétnico de Xalasco, cerca de Huamantla, Tlaxcala, está
ubicado al norte, en línea recta, de Ixcaquixtla, y pudo funcionar como
puesto de intercambio; en él paraban las caravanas provenientes de Teotihua-
can (particularmente de Teopancazco, posiblemente), recibían bienes del
sur de Puebla y Tlaxcala, y proseguían su viaje hacia Veracruz. Otros sitios,
como el sector de Ocotelulco, en Tlaxcala, proporcionaron a Teopancazco
algunas vasijas decoradas al negativo; por activación neutrónica sabemos
que la arcilla era de Ocotelulco, gracias a la colaboración con los doctores
Glascock y Neff.
De Guerrero llegaron a Teopancazco la vajilla Granular y probablemente
pizarra (véase López Juárez et al. en este volumen, pp. 233 y ss.), pero gracias a
los análisis de pigmentos y cosméticos hallados en los entierros 105-108 (Váz-
quez de Ágredos et al., en este volumen, pp. 211 y ss.; Doménech-Carbó et al.,
2012), se sabe que es probable que la jarusita, la galena y el cinabrio presentes
en las miniaturas viniesen de la zona de Michoacán o Taxco, aunque yo me
inclino por esta última región en Guerrero (Salas, 1980), donde se hallan con-
juntamente con el pigmento rojo especular. En Teopancazco el cinabrio apa-
rece no sólo en las miniaturas de cosméticos, sino en los rituales de termina-
ción de los decapitados (Manzanilla, 2009a) y como pigmento en cerámica
(Martínez et al. en este volumen, pp. 165 y ss.). De Guerrero pudieron haber
llegado también piedras verdes y conchas marinas del Pacífico. No nos queda
claro si estos bienes llegaron a Teopancazco directamente de Guerrero, o
bien a través de centros de barrio más señoriales, como La Ventilla 92-94, o bien
—por conexión en el corredor hacia Veracruz— de rutas que pasaban por
Guerrero-Morelos-Puebla.
A Teopancazco llegaron también pastillas de pigmentos de tamaños simi-
lares a los de las rodelas de cerámica. Los pigmentos aparecen profusamente
representados en Teopancazco: tanto en cosméticos como en pintura sobre
vasijas y en pintura mural (Martínez García, 2010; Doménech-Carbó, 2012;
Vázquez de Ágredos et al. en este volumen, pp. 211 y ss).

52
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

La integración de datos procedentes de diversas disciplinas científicas resultó


un esfuerzo fructífero para entender el funcionamiento de los centros de barrio
de Teotihuacan, su papel en la elaboración de artesanías muy especializadas que
le otorgan identidad a las elites intermedias, así como en el movimiento de bienes
foráneos, muchos de carácter suntuario, que las elites utilizaron profusamente.
En este libro se abordarán las contribuciones que subrayan el aspecto ar-
queométrico del proyecto en Teopancazco, tanto en la prospección geofísica
de superficie como en el fechamiento, el análisis de la composición y proceden-
cia de los materiales, los estudios de huellas de manufactura, así como en es-
tudios de elementos traza y análisis isotópicos sobre restos óseos humanos
para determinar la procedencia y la paleodieta.
Los 33 participantes de este libro son los siguientes:

Dra. Linda Rosa Manzanilla Naim, Instituto de Investigaciones Antro-


pológicas, unam. Miembro de El Colegio Nacional. lmanza@unam.mx,
lmanza2004@yahoo.com.mx

Mtro. Agustín Ortiz, Laboratorio de Prospección Arqueológica, Instituto


de Investigaciones Antropológicas, unam. ortizbutron@gmail.com

Dr. Luis Barba, Laboratorio de Prospección Arqueológica, Instituto de In-


vestigaciones Antropológicas, unam. lubarba@me.com

Ing. Jorge Blancas, Laboratorio de Prospección Arqueológica, Instituto


de Investigaciones Antropológicas, unam. jorgeblancasvaz@gmail.com

Dra. Laura E. Beramendi Orosco, Laboratorio Universitario de Radio-


carbono, Instituto de Geología, unam. laurab@geologia.unam.mx

Mtra. Galia González, Laboratorio Universitario de Radiocarbono, Ins-


tituto de Geofísica, unam. galia@geofisica.unam.mx

Dra. Ana María Soler, Laboratorio de Paleomagnetismo, Instituto de Geofí-


sica, unam. anesoler@tonatiuh.igeofcu.unam.mx

Dra. María Rodríguez Ceja, Posgrado en Ciencias de la Tierra, unam.


maria@geofisica.unam.mx

Ing. Juan Julio Morales, Laboratorio Interinstitucional de Magnetismo


Natural, Instituto de Geofísica, unam. jmorales@geofisica.unam.mx

Dr. Avto Goguitchaishvili, Laboratorio Interinstitucional de Magnetis-


mo Natural, Instituto de Geofísica, unam. avto@tonatiuh.igeofcu.unam.mx

53
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Mtra. C. Cristina Martínez García, Escuela de Historia, Universidad


Autónoma de Coahuila. zyanya_sazilakab@hotmail.com

Dr. José Luis Ruvalcaba Sil, Instituto de Física, unam. sil@fisica.unam.mx

Mtro. Francisco Riquelme, Instituto de Geología, unam. riquelme.fc@


gmail.com

Dra. María Luisa Vázquez de Ágredos Pascual, Departament d’Histo­


ria de l’Art, Universitat de València, España. m.luisa.vazquez@uv.es

Dra. Cristina Vidal Lorenzo, Departament d’Historia de l’Art, Universi-


tat de València, España. cristina.vidal@uv.es

Mtra. Julieta López Juárez, Posgrado de Estudios Mesoamericanos, unam.


xulieta.lopez@gmail.com

Mtro. Manuel Aguilar Franco, Instituto de Física, unam. m.aguilarf@


gmail.com

Mtro. Emiliano Ricardo Melgar Tísoc, Museo del Templo Mayor, inah.
anubismarino@gmail.com

Mtra. Reyna Beatriz Solís Ciriaco, Posgrado de Antropología, unam.


reynabsolis@hotmail.com

Dr. Adrián Velázquez Castro, Museo del Templo Mayor, inah. adrian-
veca@yahoo.com

Biól. Norma Valentín Maldonado, Laboratorios de Apoyo a la Investi-


gación, inah. nvalentinm@hotmail.com

Biól. Belem Zúñiga Arellano, Museo del Templo Mayor, inah. belem-
zu@yahoo.com

Mtro. Gilberto Pérez Roldán, Laboratorio de Materiales Arqueológi-


cos, Universidad Autónoma de San Luis Potosí. gilgertions@yahoo.com.mx

Arqlga. Gabriela Inés Mejía Appel, Dirección de Salvamento Arqueoló-


gico, inah. gima5@yahoo.com

Mtro. Pedro Morales Puente, Laboratorio de Isótopos Estables, Institu-


to de Geología, unam. pedro_morales1@me.com

54
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

Mtra. Edith Cienfuegos Alvarado, Laboratorio de Isótopos Estables,


Instituto de Geología, unam. edithca@unam.mx

Q. F. B. Francisco Javier Otero Trujano, Laboratorio de Isótopos Esta-


bles, Instituto de Geología, unam. fjavierotero@yahoo.com.mx

Dr. Peter Schaaf, Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica (lugis),


Instituto de Geofísica, unam. pschaaf@tonatiuh.igeofcu.unam.mx

Mtra. Gabriela Solís, Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica


(lugis), Instituto de Geofísica, unam. gsolis@geofisica.unam.mx

Mtro. Teodoro Hernández, Laboratorio Universitario de Geoquímica


Isotópica (lugis), Instituto de Geofísica, unam. tht@geofisica.unam.mx

Mtro. Becket Lailson, Laboratorio de Materiales Arqueológicos, Univer-


sidad Autónoma de San Luis Potosí. becketlailson@yahoo.com.mx

Dr. Peter Horn, Bayerische Staatssammlung für Paläontologie und Geolo-


gie, Múnich. p.horn@lrz.uni-muenchen.de

Mtro. Gerardo Jiménez, Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam.


gerardoj@munam.mx

Agradecimientos

Son muchos los colaboradores del proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno”


dirigido por quien esto suscribe (arqueólogos, osteólogos, odontólogos, quí-
micos, físicos, geofísicos, geólogos, genetistas, biólogos, la mayor parte de la
Universidad Nacional Autónoma de México, pero también del Instituto Na-
cional de Antropología e Historia, el Instituto Politécnico Nacional, el Cen-
tro de Estudios Avanzados del Politécnico), así como los estudiantes de múl-
tiples generaciones de la Escuela Nacional de Antropología e Historia que
participaron en él. Agradezco a todos ellos el esfuerzo y los conocimientos
que vertieron para que el rompecabezas se conformara.
Las trece temporadas de campo en Teopancazco (1997-2005) fueron fi-
nanciadas tanto por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (proyectos
25563H, G36050H) como por la Universidad Nacional Autónoma de México
(dgapa IN307398, IN406199), así como el Instituto de Investigaciones An-
tropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. El permiso
federal fue otorgado por el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de
Antropología e Historia.

55
introducción. teopancazco, un centro de barrio multiétnico de teotihuacan

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66
Primera parte
Teopancanzco en el espacio y en el tiempo
Capítulo i
Estudios geofísicos en el barrio de San Sebastián Xolalpan,
anexo al centro de barrio de Teopancazco, Teotihuacan

Agustín Ortiz Butrón,a


Luis Barbaa y
Jorge Blancasa

Introducción

El gran tamaño de Teotihuacan, así como su complejidad, han permitido su


estudio bajo diversos enfoques y disciplinas, desde el nivel del microanálisis
—como lo es la indagación sobre sus áreas de actividad— hasta investigacio-
nes a gran escala y a nivel regional, pasando por estudios específicos desde los
campos de la química, la botánica, la zoología, la arqueología, la geofísica, la
arquitectura, la pintura, la iconografía, la escultura, la lítica, o bien mediante el
fechamiento, la observación de los enterramientos, del patrón de asentamien-
to, etc. (Manzanilla, 2007a). Estos aspectos han permitido abordar temas tan
generales como el urbanismo y el Estado, entre otros, y entretejer hipótesis
relacionadas con su organización social y su modo de vida.
La gran cantidad de estudios sobre Teotihuacan ha posibilitado cono-
cer aspectos relevantes de su cultura. Hoy sabemos que la ciudad estuvo
constituida por grupos étnicos de diversas procedencias y que se organiza-
ron de manera corporativa tanto a nivel de los conjuntos multifamiliares
como posiblemente a nivel de cogobierno, con la existencia de cuatro co-
gobernantes, tal como lo sugiere Manzanilla (2009a: 295). Esta organiza-
ción multiétnica y corporativa hizo de Teotihuacan, desde tiempos Tlamimi-
lolpa (c. 200-350 d.C.), una sociedad única que se puede observar en lo
ortogonal de su retícula urbana y en sus módulos constructivos (Manzani-
lla, 2007b: 485).
Uno de los componentes principales de la vida social teotihuacana fue la
existencia de los barrios, en los cuales confluían contingentes sociales de di-
verso orden en un centro ritual y administrativo para administrar una mano de
obra dependiente. Ya desde 1966 Millon (1966: 151) proponía que la ciudad

  Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam.


a

69
teopancazco en el espacio y en el tiempo

de Teotihuacan estaba dividida en barrios, con un modo de vida corporativo


y que representaban un enlace entre la gente común y la jerarquía teotihuaca-
na. Además estableció que los barrios estaban habitados por grupos corpora-
dos basados en relaciones de parentesco, filiación étnica y oficio, y que este
tipo de organización permitió al Estado teotihuacano diferenciar los diversos
grupos sociales que lo conformaron.
En el nivel espacial los barrios estaban constituidos por grupos de con-
juntos de apartamentos (apartment y residential compounds, según Millon
[1967, 1976 y 1982]) y funcionaban como enlaces entre los diversos sectores
sociales y la jerarquía administrativa, a manera de unidades que mediaban en-
tre la autoridad central y las unidades domésticas (Ortega, 2000: 24).
En la periferia de la urbe se incorporaron grupos étnicos foráneos de di-
versas procedencias: Rattray menciona el Barrio Oaxaqueño (Tlailotlacan) y
el de los comerciantes (Xocotitla y Mezquititla), ambos barrios habitados por
grupos étnicos de Oaxaca, del Golfo de México y del área maya (Rattray 1987:
244). Otro conjunto teotihuacano, con rasgos culturales alóctonos del Occi-
dente de México —específicamente Michoacán— se encuentra en el extre-
mo oeste, cerca de Tlailotlacan, en el conjunto denominado E-19 (Gómez,
1998: 1485-1487).
Otros barrios se localizan en el interior, entretejidos en la trama de los
barrios multiétnicos de la urbe (Manzanilla, 2009a: 281). Un ejemplo de ello
sería Teopancazco, en la porción sur de Teotihuacan, donde se estableció una
población con mano de obra especializada y carácter multiétnico, organizada
en torno a una nobleza intermedia que administraba y dirigía el barrio y que
portaba emblemas y atavíos característicos, además de poseer tierras y recur-
sos cercanos y lejanos (Manzanilla, 2007b: 489).

El centro de barrio de Teopancazco

Según Covarrubias (1957: 140) fue Seler quien llamó a este barrio Teopancaz-
co. Peñafiel (1900: 13) afirma que este nombre es una distorsión de Teopan-
calco, “el lugar de las habitaciones del Templo”. Teopancazco se conoce tam-
bién con los nombres “Casa de Barrios” y “Casa del alfarero”, debido a que a
finales del siglo xix perteneció a un alfarero llamado Barrios que vivió y tra-
bajó ahí, aunque poco se sabe sobre sus antecedentes arqueológicos (Pecci,
2000: 48).
Teopancazco fue posiblemente uno de los primeros conjuntos de cuartos
en ser excavados. Ya desde antes de 1894 el alfarero José María Barrios, pro-
pietario del terreno, comenzó las excavaciones en su predio en busca de pie-
dra (Peñafiel, 1900: 13) y fue él quien descubrió unas pinturas murales y las
reportó (Gamio, 1922: 156); a partir de entonces Leopoldo Batres continuó
con las excavaciones.

70
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.1
Teopancazco adquirió notoriedad por el hallazgo de unos murales, en la Excavaciones
parte sur del conjunto, que representan a dos sacerdotes tirando semillas y di- en Teopancazco.
rigiéndose a un altar con un coronamiento en forma de red. Estos murales fue- (Peñafiel, 1900.)
ron calcados, dibujados con sus colores y fotografiados por Peñafiel, y se pu-
blicaron en el libro Teotihuacan. Historical and Archaeological Study (Peñafiel,
1900). Adela Breton dibujó las imágenes directamente de los murales en 1894
(Cabrera, 1995: 157). Junto con las imágenes de los murales, Peñafiel publicó
una foto de las excavaciones de Teopancazco (Pecci, 2000: 49) (figura i.1).
Según Peñafiel (1900: 13), a pesar de que los cuartos descubiertos fueron
pequeños, los murales y el nombre del lugar indican que estaban destinados
al sacerdote o gran sacerdote del distrito. La importancia de los murales de
Teopancazco radica en el hecho de que fueron de los primeros en ser descu-
biertos, junto con los del Templo de la Agricultura (Covarrubias, 1957: 122).
En el artículo de El Imparcial del 22 de junio de 1897 se hace mención
de que los “frescos encontrados no están resguardados de la lluvia ni de la ac-
ción destructiva de otros elementos, y si no se remedia este inconveniente
van a desaparecer con el tiempo” (Pecci, 2000).
Para resolver este problema, Batres (Marquina, en Gamio, 1922: 157) llevó
a cabo el acondicionamiento y la protección de las pinturas murales y al exca-
var el sitio encontró “un patio casi cuadrado de 6 m por lado, alrededor del
cual hay vestíbulos de los que pueden verse los del lado sur y oeste. Otro pa-
tio está frente a la escalera…” (Marquina, en Gamio, 1922: 156) (figura I.2).
Sin embargo, Batres no dejó un informe u otra información escrita sobre los
resultados de su excavación.

71
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura i.2 Plano de las


excavaciones de Batres.
(Marquina, en Gamio, 1922:
158, t. I, lámina 75.)

Posteriormente, en 1968, Paula Krotser y Evelyn


Rattray, bajo la dirección de René Millon, realiza-
ron un pozo de sondeo al norte del cuarto de los murales para establecer
una secuencia cronológica. Encontraron muchos tiestos defectuosos, al-
gunos muy suaves por falta de cocción, alisadores de piedra o abrasivos, pin-
tura, un molendero y dos piedras de obsidiana para pulir, además de vestigios
de una gran hoguera que sugería un sitio de cocción de cerámica (Krotser y
Rattray, 1980: 93). Concluyeron haber localizado en el sitio un horno de cerá-
mica y plantearon la hipótesis de que allí se encontraban los talleres de pro-
ducción de la cerámica Copa Ware. Sin embargo, en excavaciones posteriores
realizadas por el proyecto de la doctora Manzanilla no ha aparecido algo que apo-
ye dicha hipótesis, por lo que habría que considerar la posibilidad de que exca-
varan parte de los desechos del horno del alfarero Barrios, quien posiblemente
intruyó no intencionalmente los depósitos arqueológicos.
En la década de los setenta se inició el Teotihuacan Mapping Project, a
cargo del doctor René Millon, quien utilizó técnicas fotogramétricas y reco-
nocimiento de superficie con los que logró trazar un mapa donde se señalan
los principales elementos urbanos, las estructuras, las calles y las avenidas que

72
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

debieron de existir en la época de mayor esplendor, así como los barrios, las Figura i.3 Ubicación
residencias tipo palacio, los talleres y los diversos cambios demográficos. En de Teopancazco en el
mapa de Millon (1973).
ese mapeo Millon (1973: 40) identificó más de 2 200 conjuntos habitaciona-
les, entre los cuales está Teopancazco, que quedó ubicado en el cuadrante
S2E2; el investigador propone ahí a este barrio como un complejo de cuartos
aún no excavado, puesto que sólo lo estaban el cuarto de los murales y parte
del patio central descubierto por Batres, que se puede ver en su mapa, en el
que denomina al barrio Teopancaxco (Millon, 1973) (figura I.3).
En 1997 dio inicio el proyecto “Teotihuacan: elite y Gobierno”, a cargo de
la doctora Linda R. Manzanilla. Como parte de la metodología de estudio del
sitio se incluyeron la fotografía aérea y las técnicas geofísicas como herramien-
tas para guiar la excavación, así como para definir la extensión del conjunto
arquitectónico y sus etapas constructivas, lo cual estaba entre los objetivos
principales. Como una parte complementaria del estudio se estudiaron tam-
bién calles aledañas al predio de Teopancazco, así como la iglesia de San Se-
bastián Xolalpan, para tratar de entender y localizar los límites del conjunto.

73
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Metodología de prospección geofísica

A partir de 1983 el Laboratorio de Prospección Arqueológica del Instituto de


Investigaciones Antropológicas de la unam se sirve de diferentes técnicas
modernas de prospección para el estudio de sitios arqueológicos desde la su-
perficie (Barba, 1986).

Fotografía aérea

La fotografía aérea se ha usado principalmente


para tener una imagen panorámica del lugar de
estudio. Habitualmente se usa un globo cauti-
vo inflado con helio al cual se le colocan un ar-
nés y un giroscopio que sostiene una cámara
fotográfica accionada desde tierra mediante un
control remoto (figura I.4).

En sitios urbanos —como es el caso de Teo-


pancazco, que se ubica en el poblado de San Figura i.4 Preparación del
Sebastián Xolalpan— suelen presentarse más globo cautivo para la toma de
problemas para la toma de fotografías aéreas, fotografías aéreas.
dada la existencia de cableados eléctricos y te-
lefónicos que dificultan la realización de un levantamiento sistemático del
área mediante transectos caminados a distancias iguales entre fotografía y fo-
tografía (figura I.5).

Figura i.5 Foto aérea


de Teopancazco en los
inicios de la excavación.

74
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Este problema, sin embargo, suele resol-


verse tomando varias fotografías desde
una misma posición a gran altura (500 m)
con la finalidad de cubrir la mayor can-
tidad de terreno con un mínimo de dis-
torsión en la realización de los pares es-
tereoscópicos (figura I.6).

Con esta herramienta es viable tomar fo-


tografías de las diferentes temporadas de
excavación y de esta manera observar los
avances de la misma de una manera pa-
norámica (figura I.7). Por otra parte,
mediante programas digitales es posible
superponer en ella los resultados geofísi-
cos en conjunto con otros indicadores
tales como la topografía; también puede
ser útil para la realización de planos ar-
quitectónicos.

Figura i.6 Foto


de los avances de la
excavación en
Teopancazco.

Figura i.7 Fotografía


rectificada mediante
computadora.

75
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Otra alternativa para la toma de foto-


grafías aéreas, pero de baja altura, es la
utilización de un poste hidráulico que
se puede elevar hasta 9 m. Este disposi-
tivo cuenta con un brazo que se extien-
de hasta 3 m y permite la toma de foto-
grafías verticales, así como obtener pa-
res estereoscópicos de gran calidad (fi-
gura I.8a). Este tipo de fotografías pue-
den ser muy útiles en excavaciones de-
talladas como las que se realizan en fo-
sas, entierros o basureros (figura I.8b).

Figuras i.8a Poste hidráulico


para tomar fotografías aéreas.

Figura i.8b Foto aérea


obtenida mediante el uso del poste
hidráulico en Teopancazco.

76
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.9a Fotografía aérea del


poblado de San Sebastián Xolalpan
y zona de estudio. (Google Earth, 2011.)

Recientemente el avance de la tecnolo-


gía y la disponibilidad de nuevos pro-
gramas de cómputo permiten la obten-
ción de imágenes de buena resolución
de manera gratuita. Tal es el caso del
programa Google Earth, que permite
explorar de manera virtual, a diferentes
escalas y alturas, las zonas de estudio
(figuras I.9a y b).
Estas fotografías a gran escala per-
mitirán ubicar de manera general los re-
sultados del empleo de técnicas geofísi-
cas al estudio de Teopancazco; éstas se
describen a continuación.

Figura i.9b Área de estudio próxima


a Teopancazco. (Google Earth, 2011.)

77
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Técnicas geofísicas

Las técnicas geofísicas sirven para detectar anomalías, que pueden ser de ori-
gen natural o cultural, y permiten identificar materiales con propiedades físi-
cas diferentes debajo de la superficie mediante observaciones indirectas; en-
tre ellas se encuentran las mediciones del gradiente magnético y de corrientes
y potenciales eléctricos, así como la reflexión de ondas electromagnéticas,
entre otras. La técnica que se utiliza depende de las dimensiones, la profundi-
dad y la composición de los objetos sepultados, lo mismo que de los objeti-
vos específicos de la investigación.
El empleo de estas técnicas en la arqueología permite investigar las áreas
en menos tiempo y a menor costo que usando los métodos tradicionales; por
otra parte, no perturban el medio ni destruyen el contexto arqueológico. Al
ser técnicas de investigación indirectas presentan algunas desventajas, pues
siempre existe incertidumbre de lo que se interpreta a partir de los datos. Es
necesario, por lo tanto, combinar la interpretación geofísica con las observa-
ciones directas. No hay una técnica que sirva mejor que otra para todas las si-
tuaciones que se presenten; generalmente hay que decidir entre la profundi-
dad de la investigación y la resolución de los resultados.
Las técnicas geofísicas son métodos de exploración indirectos con los
cuales se pueden identificar anomalías. El término anomalía geofísica se refie-
re a una propiedad física de la tierra que en un volumen definido difiere apre-
ciablemente respecto al valor promedio del área de estudio. En un caso favo-
rable, una anomalía geofísica corresponde a un rasgo arqueológico; una
anomalía magnética, por ejemplo, puede ser causada por un cimiento habita-
cional de roca volcánica. Si la anomalía detectada está relacionada con una
característica arqueológica o geológica, se comprueba aplicando otras técni-
cas de prospección, o bien mediante una excavación arqueológica directa.
Un requisito importante para obtener buenos resultados con las técnicas
geofísicas es la presencia de diferencias que se puedan medir entre las propieda-
des físicas de un elemento arqueológico y las rocas o sedimentos circundantes.

Gradiente magnético

Los métodos magnéticos detectan las variaciones en las propiedades magné-


ticas de los materiales; por ejemplo, la susceptibilidad magnética o la magneti-
zación remanente. La magnetización de los materiales es ocasionada por la
inducción del campo magnético terrestre y por la magnetización remanente o
termorremanente. La intensidad de la magnetización inducida depende prin-
cipalmente de la susceptibilidad magnética (cM) y de las características del
campo magnetizante (campo magnético terrestre). En cambio, la magnetiza-
ción remanente depende de la historia geológica de los materiales y de cam-

78
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

bios súbitos de temperatura; su valor es independiente del valor actual del


campo magnético terrestre. Casi siempre la magnetización por inducción
(Mi) es mayor que la magnetización remanente (Mr), pero hay situaciones
comúnmente encontradas en la prospección arqueológica en las que la mag-
netización remanente es mucho mayor, como es el caso de los hornos.
La magnetización total (MT) del cuerpo es expresada como: MT = Mr + Mi.
El gradiómetro funciona como un
magnetómetro diferencial, en el que el es-
paciamiento entre los sensores es fijo y pe-
queño con respecto a las fuentes generado-
ras de campos magnéticos (estructuras de
roca, objetos metálicos, etc.). La diferencia
de los campos medidos dividida por la dis-
tancia entre los sensores es el gradiente me-
dido para el punto medio del espaciamien- Figura i.10 Obtención del gradiente de campo
to entre ellos (figura I.10). magnético y representación de los datos.
Esta técnica remueve automáticamente
el campo magnético regional provocado por objetos de gran tamaño, y de
esta forma define mejor las anomalías más superficiales, que son las de im-
portancia en la prospección arqueológica. También remueve los efectos pro-
ducidos por las variaciones diurnas y las tormentas magnéticas.

Resistividad eléctrica

Los métodos eléctricos se emplean para medir la variación de la resistividad


eléctrica en función de la profundidad y la distancia. Existe una gran variedad
de configuraciones eléctricas. El arreglo empleado en este estudio es un dis-
positivo conocido como polo-polo o gemelos (twin), que consiste en cuatro
electrodos que se colocan sobre la superficie del terreno. Dos electrodos son
empleados como electrodos móviles (A y M) y dos como electrodos fijos (B
y N); los electrodos A y B son de corriente y los M y N son de potencial. Los
electrodos A y M se mueven sistemáticamente sobre la superficie del terreno
y los electrodos B y N permanecen fijos conectados en el “infinito” o a una
distancia muy grande. El resultado es una configuración de valores de resisti-
vidad aparente que muestran la variación de ésta en un perfil, gráfica o mapa
para una profundidad relativamente constante, conocido como calicata eléc-
trica (figura I.11).
La resistividad aparente se calcula con
la siguiente expresión:

ra = 2π ´ a ´ (DV/I) Siendo D …
Figura i.11 Configuración en campo de un arreglo polo-polo.

79
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Geo-radar

El geo-radar o radar de penetración terrestre (ground penetrating radar, gpr) es una


técnica geofísica que emplea ondas electromagnéticas de radiofrecuencia que
varían de 10 a 2500 MHz, de manera similar al sonar y a la sísmica de reflexión.
Los fundamentos del radar de penetración terrestre son simples: una an-
tena emite ondas de radiofrecuencia a través del subsuelo; cuando llegan a la
interfase entre dos materiales con propiedades electromagnéticas diferentes
(s=conductividad, e=constante dieléctrica, n=velocidad de propagación, m
=permeabilidad magnética), parte de ellas se reflejan, mientras otras son re-
fractadas y se pierden. La unidad de control mide el tiempo transcurrido en-
tre las ondas emitidas y las reflejadas; esta sucesión de eventos se repite en
intervalos de tiempo muy cortos del orden de nanosegundos (1 ns=1x10–9 s),
mientras la antena está en movimiento. Las ondas reflejadas se representan
como trazas que corresponden a las posiciones de la antena sobre la superfi-
cie del terreno y forman un perfil continuo llamado radargrama.
Esta técnica permite visualizar la forma aproximada del elemento sepul-
tado y la profundidad a la que se encuentra (figura I.12).

Figura i.12 Principios


básicos del geo-radar en
arreglo de reflexión
en modo continuo.

80
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Aplicación de la metodología

Siguiendo la retícula de excavación para garantizar una buena corresponden-


cia de los datos geofísicos con los datos recuperados durante la posterior ex-
cavación, se inició el estudio de gradiente magnético. Éste se realizó en mó-
dulos de 20 x 20 m, abarcando principalmente las partes este y oeste del pre-
dio, así como una sección de la parte central (Barba et al., 2004a). Sin embar-
go, algunos módulos no se pudieron trabajar dado que se trataba de zonas
descubiertas, excavadas previamente por Batres.
De este primer estudio destacan los resultados que se obtuvieron en la
parte oriental de la excavación, un espacio amplio donde se puede observar
una serie de anomalías lineales que claramente delimitan espacios arquitectó-
nicos (figura I.13).

Figura i.13 Estudio de gradiente magnético (primera temporada).

81
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura i.14 Estudio de gradiente


magnético (segunda temporada).

En una segunda temporada de prospección geofísica se realizó el estudio de


gradiente magnético bordeando los límites de la excavación principalmente
al oeste y norte, donde se obtuvieron alineamientos más claros y definidos
que en la primera temporada (Barba et al., 2004b) (figura I.14).

82
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Al superponer los resultados de la primera y segunda temporadas del estu-


dio de gradiente magnético se pueden observar anomalías claramente linea-
les que pueden además ser susceptibles de superponerse a la arquitectura
previamente excavada, con lo cual es posible reconstruir la existencia de
cuartos o la continuidad de muros más allá de los límites de la excavación
(figura I.15).

Figura i.15 Superposición de estudios de gradiente


magnético (temporadas 1 y 2).

83
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Una vez concluidos los estudios de gradiente magnético


—que son los que más rápidamente se obtienen y los que
mayor extensión abarcan— se contó ya con un mapa de
anomalías susceptibles de verificarse mediante otras téc-
nicas geofísicas, más puntuales y no tan extensivas, pero
que sin embargo brindan mayor información en cuanto a
forma y profundidad de las anomalías.
Para tal efecto, y dados los buenos resultados obteni-
dos en el oriente del predio, se decidió realizar una retícu-
la de detalle eléctrica y de geo-radar en este sector para
verificar las anomalías magnéticas encontradas (Barba
et al., 2004b) (figura i.16).

En esta misma retícula de verificación se efectuó nue-


vamente un levantamiento de gradiente magnético más
Figura i.16 Trazo de la retícula detallado, cerrando a 0.50 m de distancia la lectura
de detalle al este del sector excavado. entre líneas, para determinar la ubicación exacta del
muro limítrofe (figura I.17).

Figura i.17 Retícula de


detalle al oriente del
sector excavado.

84
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.18 Mapa de


detalle del gradiente
magnético.

En este nuevo mapa de gradiente magnético pueden observarse más clara-


mente los dipolos alineados, que muestran la presencia de un muro de piedra
que parece formar una esquina redondeada. En la esquina suroeste se puede
suponer la presencia de otro alineamiento hacia el límite de la retícula, uno
que, sin embargo, contiene menos piedra que el anterior. En la esquina nores-
te de la retícula el metal del laboratorio móvil impidió ver variaciones magnéti-
cas de este sector, y hacia la parte sur se aprecia un posible alineamiento este-
oeste (figura I.18).

El detalle de resistividad eléctrica


de este mismo sector se realizó
con un arreglo twin con dos elec-
trodos móviles avanzando en la
retícula y dos electrodos remotos
fijos ubicados en una zona aparta-
da de ésta (figura I.19).

Figura i.19 Avance


de la retícula eléctrica.

85
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Este detalle muestra dos áreas principa-


les: una zona resistiva ubicada al oeste y
una zona conductiva al este. En este
mapa no es tan evidente la anomalía del
muro norte-sur; sin embargo, se puede
notar claramente el alineamiento este-
oeste hacia la mitad sur de la retícula (fi-
gura I.20).

Dado que en el mapa de gradiente mag-


nético se apreciaba lo que parecía ser el
muro limítrofe, con dirección norte-sur,
se realizó el levantamiento detallado de
geo-radar con líneas perpendiculares al
mismo, con dirección este-oeste, para
cortar el muro en diversas secciones.
Figura i.20 Los cortes de profundidad del radar
Mapa de resistividad muestran alteraciones recientes en las
eléctrica. capas más superficiales; sin embargo,
entre los 40 y 60 cm de profundidad se
aprecian con claridad dos alineamientos
paralelos que sugieren la presencia de dos muros dirigidos aproximadamente
noroeste-sureste. En la esquina noroeste de la retícula se advierte un espacio
que agrupa reflexiones de gran intensidad y que muestra la continuación del
muro de piedra que dobla hacia el oeste. Sutilmente se aprecia un trazo
aproximadamente oeste-este en la parte sureste de la retícula (figura I.21).

Figura i.21
Isométrico del estudio
de radar.
86
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.22 Cortes


de profundidad del
estudio de radar.

Según los cortes de profundidad de radar, el muro de piedra se encuentra en-


tre 40 y 80 cm de profundidad. Los dos indicadores geofísicos muestran con
claridad la misma trayectoria. La resistividad eléctrica nos muestra que el terre-
no es más conductor al oriente, pues al parecer concentra una mayor propor-
ción de arcillas. Al oeste de este límite aumentan los valores de resistividad, lo
cual puede deberse a una mayor presencia de piedra, pero también de pisos y
otros materiales constructivos. La resistividad muestra también con claridad
el alineamiento este-oeste que se corresponde bien con una línea de reflexio-
nes del radar (Barba et al., 2009a) (figura I.22).

87
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Estudio en los jardines y el atrio de la iglesia


de San Sebastián Xolalpan

Al norte del predio del centro de barrio de Teopancazco se ubica la iglesia de


San Sebastián Xolalpan, que data posiblemente del siglo xix. En este terreno
Millon ubicó dos conjuntos de cuartos cuyas dimensiones, según su estudio
fotogramétrico, serían similares en tamaño a las de Teopancazco (figura I.23).

Figura i.23 Comparativo de ubicación de los conjuntos habitacionales del mapa de Millon (1973)
en el sector de la iglesia superpuesta en la fotografía aérea de Google Earth.

Con la finalidad de contrastar la información de Millon, así como la de verifi-


car si el conjunto de Teopancazco continuaba o no hacia el norte, se realiza-
ron 11 líneas de radar
en el interior del atrio
y en el jardín de la igle-
sia con la antena de
400 MHz (Barba et al.,
2009b) (figura I.24).

Figura i.24 Ubicación de las


líneas de radar en el atrio
y en el jardín de la iglesia.

88
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Andador norte de la iglesia

El estudio en el atrio de la iglesia se inició en el anda-


dor norte, con la realización de tres líneas de 85 m de
largo con dirección oeste este (figura i.25).

El radargrama del andador norte nos muestra una serie


de anomalías ubicadas hacia la parte final de la línea, en-
tre los 60 y 70 m y entre los 0.50 y 1 m de profundidad
(figura I.26).

Del mismo modo, los cortes de profundidad muestran que


a partir de 39 cm de profundidad se inicia una serie de re-
flexiones, entre los 63 y 72 m del recorrido, que se mantie-
nen hasta un metro de profundidad. Adicionalmente pue-
de apreciarse una serie de anomalías más profundas —has- Figura i.25 Estudio de radar en el
ta 1.94 m de profundidad—, pero éstas parecen estar más andador norte de la iglesia.
aisladas (figura I.27).

Figura i.26 Radargrama del andador norte.

Figura i.27 Cortes


de profundidad
del andador norte.

89
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura i.28
Ubicación de las
anomalías del radar
en el andador norte.

La mayor parte de las anomalías parece coincidir con la parte central del cuer-
po norte de la iglesia; sin embargo, la profundidad a la que se hallan parece
indicar que se trata de alguna estructura prehispánica (figura I.28).

Andador sur de la iglesia

Sobre el andador sur del atrio de la


iglesia se realizaron tres líneas de
radar más, con dirección oeste-este
(figura I.29).

El radargrama que tiene una longi-


tud de 85 m muestra una serie de
anomalías que se concentran de la
parte media al final de la línea. Las
profundidades de los elementos se
encuentran entre 0.50 y 1 m de pro-
fundidad, y se pueden distinguir lí-
mites bien definidos así como un
posible piso a una profundidad de
0.80 m (figura I.30).

Figura i.29 Estudio de radar en el


andador sur de la iglesia.

90
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.3o Radargrama del andador sur de la iglesia.

Figura i.31 Cortes de profundidad. Andador sur de la iglesia.

Los cortes de profundidad del andador sur muestran mayor variabilidad que
el andador norte, particularmente en la capa superficial de 0.08 a 0.39 m de
profundidad, donde se pueden apreciar tres grupos principales de anoma-
lías: uno en los primeros 8 m del recorrido, otro entre los metros 30 al 40, y
por último una serie de anomalías que parecen corresponder a una serie de
muros que se ven registrados hasta 1 m de profundidad y se encuentran en-
tre los metros 52 y 78 del recorrido. En el último corte de profundidad, de
1.63 a 1.94 m, pueden observarse nuevamente tres grupos de anomalías: el
primero nuevamente en los primeros 8 m del recorrido; el segundo nueva-
mente de 30 a 40 m y el último se magnifica principalmente en el metro 75
del recorrido; sin embargo, según lo indica la respuesta que da a una medi-
ción desde la superficie, puede tratarse de una intrusión de un drenaje mo-
derno (figura I.31).

91
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura i.32 Ubicación


de las anomalías del
radar en el andador sur.

Nuevamente la ubicación de las anomalías más profundas parece correspon-


der con la iglesia; sin embargo, su ubicación y conformación parecen indicar
la existencia de muros prehispánicos (figura I.32).

Andador central frente a la iglesia

Se realizaron tres líneas de radar de 40 m


de largo en el andador al frente de la igle-
sia (figura I.33).

El radargrama muestra anomalías en la


primera mitad, las cuales se aprecian como
un paquete único y delimitado ubicado
entre los 0.30 y 0.80 m de profundidad
(figura i.34).

Por otra parte, los cortes de profundidad


muestran alteraciones importantes en los
Figura i.33 Estudio de radar
primeros 0.30 m de profundidad, particu- en el andador central de la iglesia.
larmente en los últimos 15 m del recorri-
do, frente al portón de la iglesia, entre 33 y 40 m. Sin embargo, se confirman
las anomalías más importantes de los metros 5 al 12 del recorrido a una pro-
fundidad de entre 0.40 y 1 m, lo cual parece indicar la existencia de una pe-
queña estructura (figuras I.35 y I.36).

92
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.34 Radargrama del andador central de la iglesia.

Figura i.35 Cortes de


profundidad. Andador
central de la iglesia.

Figura i.36 Ubicación


de las anomalías del radar
en el andador central.

93
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Jardín posterior de la iglesia

En este sector, a diferencia de los andadores anteriores, se efectuó directa-


mente el estudio sobre el pasto del jardín trasero de la iglesia. Aquí se realiza-
ron dos líneas de 20 m de largo con dirección norte-sur (figura I.37).

Se puede observar en ambos radargramas que


las anomalías se encuentran hacia la parte
norte, aproximadamente entre 0.25 y 1 m de
profundidad, siendo los primeros 10 m del re-
corrido los que presentan la evidencia cultu-
ral y en los que se pueden reconocer posibles
límites, como muros, así como un posible
piso hacia 0.60 m (figura I.38).

De acuerdo con ello, las anomalías se localizan


en la parte norte del jardín posterior, sin aso- Figura i.37 Estudio de radar en el
ciación aparente con las localizadas en el anda- jardín posterior de la iglesia.
dor norte (figura I.39).

Figura i.38
Radargramas
del jardín posterior
de la iglesia.

94
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.39 Ubicación de las


anomalías del radar en el jardín
posterior de la iglesia.

Estudio en las calles aledañas a Teopancazco

Con la finalidad de complementar los estudios geofísicos y datos de excava-


ción obtenidos en el interior del predio de Teopancazco, así como con el ob-
jetivo de definir los límites o la continuidad del centro de barrio más allá del
predio donde se encuentra ubicado, el estudio geofísico se extendió a las ca-
lles aledañas, particularmente al norte, en la calle San Francisco, y al oeste, en
la calle Aztecas (Barba et al., 2009b) (figura I.40).

Figura i.40 Estudios geofísicos


en calles aledañas al predio
de Teopancazco.

95
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Calle Aztecas

El estudio se realizó con una lí-
nea que cubrió 100 m de longi-
tud, empezando desde la esquina
de la calle Aztecas con la calle
Reforma para finalizar en la es-
quina con la calle de San Francis-
co. Se realizó el estudio con la
antena de 400 MHz siguiendo el
costado oeste de la calle de sur a
norte (figura I.41).

Figura i.42
Calle Aztecas.
Sección 0-25 m.

El radargrama realizado a lo largo de la calle Aztecas, de 100 m de recorrido, se


ha recortado cada 25 m para lograr una mejor visualización de su información.
Los primeros 25 m se caracterizan por algunas anomalías localizadas entre 1.25 y
1.75 m de profundidad, entre los metros 6 y 15 del recorrido , así como otra entre
los metros 23 y 25, pero entre 0.50 y 0.75 m de profundidad. La anomalía más
fuerte marcada en 18 m es debida a la presencia de una coladera (figura I.42).

La sección de 25 a 50 m muestra una serie de anomalías más someras que se


conjuntan y parecen indicar la presencia de un elemento constructivo entre
los metros 25 a 36 del recorrido, entre 0.25 y 0.75 m de profundidad. Más ade-
lante, a 0.50 m de profundidad, parece demarcarse un piso entre los metros 43
a 48 del recorrido (figura I.43).

La sección de los metros 50 a 75 muestra sólo al principio de la línea una modi-


ficación que se presenta de los metros 50 a 55, entre 0.50 y 0.75 m de profun-
didad. El resto del radargrama cambia totalmente y al parecer muestra la pre-
sencia de abundante humedad o de más arcilla en el terreno (figura I.44).

96
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.43
Calle Aztecas.
Sección 25-50 m.

Figura i.44
Calle Aztecas.
Sección 50-75 m.

Figura i.45
Calle Aztecas.
Sección 75-100 m.

La última sección de la calle Aztecas, de los metros 75 a 100 del recorrido,


vuelve a mostrar una serie de anomalías que no son muy claras, pero que pa-
recen sugerir la presencia de una superficie horizontal, entre los metros 75 a
88 del recorrido, a 0.50 m de profundidad. La última parte del radargrama pre-
senta una fuerte anomalía de los metros 95 a 100, entre 0.50 y 1 m de profundi-
dad, que parece formar parte de un elemento arqueológico (figura I.45).

97
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura i.46
Cortes de profundidad
de la calle Aztecas.

Por otra parte, al visualizar los mismos radargramas pero como cortes de pro-
fundidad, se pueden destacar otros elementos que no se aprecian en el radar-
grama original. Destacan los primeros 35 a 65 m de recorrido, que entre 0 y
0.40 m de profundidad muestran reflexiones que pueden reconocerse como
muros que corren con dirección este-oeste.
Por el contrario, entre 0.70 y 1.00 m de profundidad no se reconoce nin-
gún elemento arquitectónico en prácticamente todo el recorrido; sin embar-
go, de 0.60 hasta 1 m de profundidad vuelven a reconocerse posibles muros en
el mismo tramo, de 35 a 60 m del recorrido, y aun hasta 1.50 m de profundidad
puede verse el final del muro localizado entre los metros 55 y 60 del recorrido.
En la primera parte del recorrido, de 0 a 15 metros, pueden reconocerse ali-
neamientos ubicados entre 0.60 y hasta 1.50 m de profundidad (figura I.46).

La detección de uno de los muros, localizado a los 35 m del recorrido y a una pro-
fundidad de entre 39 y 70 cm, coincidió con el hallazgo de un muro que parece
corresponder al encontrado en 2001 por la arqueóloga Teresa Palomares en el
pozo 1 tras una excavación de salvamento practicada sobre la Calle de Aztecas, así
como de los denominados muros 2 y 3, excavados en 2008 por el arqueólogo
Gonzalo Morales, encontrados en otro salvamento practicado en la construcción
de unas accesorias al sur del predio de Teopancazco, en un sector anexo a las ex-
cavaciones de Palomares (exp: ZAT/045/01) (figuras I.47 y I.48).
Al respecto, Morales indica que las excavaciones realizadas por Palomares
sobre la calle Aztecas tienen correspondencia con las suyas, puesto que en el
interior se ubica un “espacio habitacional del extremo sur de Teopancazco,
delimitado por un muro de mampostería de piedras, detectado a una profun-
didad de 1.40 m y desplantando a los 1.68 m, a partir del nivel de la banqueta
(muro 1), orientado de este a oeste a 110º respecto al norte magnético” (Mora-
les Hernández, 2008). Lo anterior parece demostrar que el muro que delimita
al sur el centro de barrio se encuentra 10 m más al sur de las excavaciones del
predio de Teopancazco y cruza perpendicularmente toda la calle Aztecas.

98
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.47 Muro 1 y pozo 2 (Palomares, 2001).

Calle San Francisco



Se realizó una retícula de 100 m de largo que cubrió la totalidad de la calle San
Francisco al norte del predio de Teopancazco, empezando en su extremo oes-
te en la esquina con la calle Aztecas para terminar en el límite oriental del
predio. Para este estudio se utilizó la antena de 400 MHz (figura I.49).

Figura i.49 Estudios de geo-radar con antena de 400 MHz en la calle San Francisco.

99
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura i.50 Calle


San Francisco.
Sección 0-25 m.

Figura i.51 Calle


San Francisco.
Sección 25-50 m.

La primera sección del radargrama, entre los metros 0 y 25 del recorrido, mues-
tra anomalías interesantes que parecen corresponder con la existencia de cuar-
tos con piso, bien delimitados por muros. De esta manera se puede observar la
posible presencia de dos niveles de piso, entre 0.80 y 1 m de profundidad; los
muros se encontrarían en los metros 7, 10 y 13 del recorrido (figura I.50).

La sección entre los metros 25 y 50 del recorrido no indica con claridad la exis-
tencia de cuartos; sin embargo, se aprecia un posible piso, aproximadamente a
1 m de profundidad, que se extiende de los metros 31 al 49 del recorrido, con
dos únicos posibles muros localizados en los metros 31 y 46 (figura I.51).

La sección entre los metros 50 a 75 del recorrido muestra claramente la exis-


tencia de cuartos bien delimitados, particularmente del metro 54 al 58, y del
metro 65 al 72, ambos con un piso a 1 m de profundidad (figura I.52).

El último tramo del detalle de los metros 75 a 100 muestra una estructura rela-
tivamente más compacta del metro 82 al 92 del recorrido. El piso en cada uno
de los radargramas donde aparecen los muros se ubica aproximadamente a
1 m de profundidad (figura I.53).

100
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.52 Calle


San Francisco.
Sección 50-75 m.

Figura i.53 Calle


San Francisco.
Sección 75-100 m.

Figura i.54 Cortes de


profundidad de geo-radar
en la calle San Francisco.

Los cortes de profundidad muestran que los restos arqueológicos se concen-


tran hacia el lado este en los primeros 0.40 m; éstos parecen estar relaciona-
dos con la estructura más compacta que se aprecia en los radargramas. Entre
0.40 y 0.60 m de profundidad se concentran las estructuras que parecen corres-
ponder con la existencia de los muros, en la parte media de la sección de los
metros de 35 a 75 del recorrido, pero posteriormente parecen concentrarse del
metro 35 al 47 hasta 1.20 m de profundidad. Por último, también puede obser-
varse una estructura más aislada del metro 5 al 13 del recorrido, que se ubica a
0.40 hasta el 1.20 m de profundidad (figura I.54).

101
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Es importante mencionar que posteriormente a la reali-


zación de estos primeros estudios de radar, el arqueólogo
David Andrade Olvera realizó al norte de Teopancazco,
en 2001, cinco pozos de sondeo (Exp ZAT/124/01) con
motivo del adoquinamiento de la calle San Francisco, en
los que detectó pisos de gravilla, apisonados de tepeta-
te, muros de aposentos y una banqueta con escalinatas
(Morales Hernández, 2008). En dicho salvamento, dado
que al mismo tiempo se estaban realizando las excavacio-
nes del Proyecto Teopancazco, la doctora Manzanilla le
pidió a la arqueóloga Verónica Ortega que le permitiera
excavar una franja al
lado a la malla peri-
metral norte de Teo-
pancazco, en la cual
apareció una serie de
aposentos que se tra-
Figuras i.55a y b bajaron sistemáticamente con la misma
Estudios de resistividad metodología que la empleada en el inte-
eléctrica y geo-radar en la rior del predio (Manzanilla, comunica-
calle San Francisco.
ción personal). De esta manera, se excavó
una serie de cuartos de los que se recupe-
raron ollas de gran tamaño, restos de fau-
na y de botánica que, junto con los análi-
sis químicos, sugirieron la existencia de
cocinas y almacenes alineados (Pecci et al.,
2010; Manzanilla, 2006, 2009b).
Debido a que la calle San Francisco tenía que ser adoquinada, la excava-
ción de las cocinas tuvo que ser tapada nuevamente; sin embargo, se planteó
complementar el estudio de geo-radar con otro nuevo estudio, así como con
un estudio sistemático de resistividad eléctrica que incluía tanto la zona
de cuartos ya excavados como la zona sin excavar, a fin de seguir la trayectoria de
éstos más allá de la excavación (figuras I.55a y b).

El estudio eléctrico se realizó con un equipo de electrodos inteligentes y el de


geo-radar, con una antena de 400 MHz a lo largo de una retícula de 50 x 10 m
donde puede observarse que las zonas en rojo delimitan el área donde se en-
cuentran los restos arqueológicos enterrados, particularmente la continuidad
de las cocinas y almacenes alineados, como puede verse en la superposición de
la zona de excavación (Barba et al., 2009b).
Son asimismo interesantes las zonas en verde, prácticamente en la mitad nor-
te de la calle San Francisco, que muestran una ausencia de estructuras que podría
estar demarcando el límite norte del conjunto de Teopancazco (figura I.56).

102
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.56 Resultados de geo-radar en la calle


San Francisco y superposición de excavación.

Conclusiones

A partir de la aplicación sistemática de la metodología en el sitio de Teopancaz-


co, en la iglesia y en las calles aledañas para definir el tamaño del centro de barrio
de Teopancazco y conjuntando toda la información de la misma, se puede tener
una propuesta tentativa del tamaño del mismo (Ortiz Butrón, en preparación).

Límites

En primer lugar se puede destacar la detección de por lo menos tres de los


cuatro muros limítrofes del centro de barrio. El lado norte está caracterizado
por la existencia de las cocinas-almacenes alineadas que parecen delimitarlo
en este sector. Ya el hecho de que se encuentren cocinas de este tipo es intere-
sante, y nos hace recordar las accesorias y tiendas de las villas romanas que
daban hacia las calles enlajadas. Al respecto, el estudio químico de los pisos de
estuco, así como los respectivos análisis realizados por otros participantes del
proyecto, parecen confirmar la no existencia de cocinas “tradicionales” en el
interior del centro de barrio como las que se pueden encontrar en conjuntos
departamentales habitacionales, como las estudiadas en Oztoyahualco
(15B:N6W3), que fue excavado y estudiado con la misma metodología (véase
Manzanilla [ed.], 1993, dos volúmenes).

103
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura i.57
Reconstrucción de los
límites del centro de barrio
de Teopancazco.

El muro limítrofe este puede observarse claramente por una anomalía li-
neal en el mapa de gradiente magnético. Dicha anomalía, que se refleja tam-
bién en los estudios eléctricos y de radar, parece delimitar un espacio arqui-
tectónico complejo de un espacio arquitectónicamente “limpio”. A decir de
Gómez, los centros de barrio se caracterizan por tener un espacio abierto ane-
xo al este, y que él interpreta como una zona para el juego de pelota, el inter-
cambio y para la celebración de festividades (Gómez, 2000); sin embargo,
hasta el momento para Teopancazco no hay indicadores que sustenten esta
propuesta.
El muro limítrofe sur, dado que se encuentra fuera del predio de la zona
de Teopancazco, se localizó mediante el estudio de gpr sobre la calle Aztecas
y parece corresponder con el encontrado en las excavaciones de salvamento
de Palomares en 2001 y corroborado posteriormente por Morales en 2008.
El muro limítrofe oeste del centro de barrio aún no se ha localizado. Se
pueden observar una serie de anomalías sobre la calle Aztecas que, sin embar-
go, parecen corresponder más a la continuidad del conjunto de cuartos; por
lo tanto, es muy posible que este límite se encuentre bajo las casas ubicadas
más hacia el oeste de la calle Aztecas, pues el muro sur cruza la calle.
Con esta información, y aun sin poder detectar el límite oeste del centro
de barrio, se podría proponer que el tamaño del mismo pudo ser de aproxi-
madamente 70 x 70 m (figura I.57).

Interior del predio

En el mapa general de estudios geofísicos se pueden observar en el interior


del predio de Teopancazco una serie de anomalías lineales que conforman la
continuidad de los cuartos que se han localizado mediante la excavación, par-

104
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Figura i.58 Detección de elementos en el interior del centro de barrio.

ticularmente hacia las partes norte y oeste. Al respecto, es necesario mencio-


nar que en su gran mayoría, a partir del estudio de gradiente magnético, se
detectó la última etapa constructiva, es decir, Metepec. Sin embargo, en algu-
nos casos, la detección fue la suma de valores superficiales y profundos que
magnificaron la respuesta magnética (figura I.58).

Hay que recordar que la mayor parte de los estudios geofísicos se realizaron
antes de la excavación y hoy es posible entenderlos a la luz de la retroalimen-
tación de ésta. De esta manera, es posible observar y entender las etapas de
crecimiento del templo al este del patio principal, que están bien definidas en
el mapa de gradiente magnético.
Por otra parte, en esta retroalimentación se pueden definir claramente los
límites de la sastrería (Manzanilla, 2009b; Manzanilla et al., 2009c) con una
ausencia de datos geofísicos en su interior, así como la delimitación del espa-
cio que ocupó el viejo templo decapitado de tiempos Tlamimilolpa, con su
complicada superposición de fases constructivas, que es claramente visible
en el mapa de gradiente magnético general.
Hacia el extremo este del predio, que se caracteriza por la ausencia de da-
tos magnéticos, puede apreciarse una anomalía magnética interesante, dado
que se presenta aislada; sin embargo, ésta se encuentra orientada con el altar
central del patio principal. Tal anomalía pudiera ser interpretada como otro
altar, hipótesis que sería necesario verificar con más estudios geofísicos y,
posteriormente, mediante la excavación. Asimismo, más hacia el sur, puede
observarse una fuerte anomalía lineal que se puede interpretar como el límite
con otro conjunto teotihuacano.

105
teopancazco en el espacio y en el tiempo

De manera adicional a estos estudios generales de superficie se realiza-


ron estudios específicos durante el proceso de excavación con la finalidad de
ver la evolución constructiva del centro de barrio, así como posibles locali-
zaciones de fosas y ofrendas, como los practicados en el piso de patio princi-
pal o en el área de los individuos decapitados; sin embargo, actualmente los
resultados de esos estudios se están reprocesando para afinar detalles que
puedan compaginarse con los datos y profundidades encontrados durante la
excavación.

Iglesia

Con respecto a los datos de Millon que señalan que en el atrio de la iglesia se
localizaban dos conjuntos de cuartos similares en tamaño al de Teopancazco
(figura I.59), los resultados obte-
nidos del estudio de radar no pa-
recen confirmar dicha propuesta.
Aun cuando sólo se efectua-
ron 11 líneas de radar y no se rea-
lizaron retículas completas, los
datos sugieren que la mayor par-
te de las anomalías se concentran hacia la parte oriental,
particularmente al norte y sur de la iglesia, por lo que se
podría hablar de un pequeño conjunto de cuartos ubica-
do debajo de la iglesia y al oriente de ella.
Por otra parte, el andador central, al oeste de la igle-
sia, muestra en su parte media una pequeña estructura
de 10 x 10 m que podría tratarse de una estructura aisla-
da, quizá un altar (figura I.60).
Figura i.59 Conjuntos de cuartos en el
atrio de la iglesia (según Millon, 1973).

Figura i.60 Interpretación


del estudio geofísico
en el atrio de la iglesia.

106
estudios geofísicos en san sebastián xolalpan

Consideraciones finales

Es importante mencionar que aún faltan más estudios para complementar los
resultados obtenidos hasta ahora. Dentro del predio de Teopancazco se pue-
den realizar estudios adicionales, específicamente en la parte este del predio,
donde actualmente ya no se encuentra el laboratorio móvil que impedía por
su estructura metálica efectuar estudios de gradiente magnético detallados.
De esta manera se podría corroborar si efectivamente esta zona es un espacio
libre de arquitectura, y permitiría además practicar más estudios a la estructu-
ra aislada localizada en el extremo este, que, por sus características, puede ser
un altar.
Se podrían extender también los estudios de gradiente magnético en el
interior del atrio de la iglesia, incluyendo los jardines, para complementar las
líneas de radar, así como realizar más estudios de radar hacia el extremo oeste
de la iglesia, donde actualmente se encuentra el kiosco, y en la parte norte de
la iglesia, donde se puede observar un espacio libre donde actualmente se en-
cuentra una cancha de básquetbol.
Actualmente se están realizando estudios geofísicos en más calles de San
Sebastián Xolalpan, así como la investigación en archivos del Instituto Nacio-
nal de Antropología e Historia, para poder contrastar la información de los
salvamentos en zonas cercanas a Teopancazco con el fin de caracterizar y en-
tender al centro de barrio con respecto a los conjuntos cercanos.

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110
Capítulo ii
Cronología para Teopancazco
Integración de datos arqueomagnéticos
a un modelo bayesiano de radiocarbono

Laura E. Beramendi Orosco, a


Galia González b
y Ana María Soler Arechalde b

Introducción

El arqueomagnetismo y el radiocarbono son los dos métodos de datación


más utilizados para establecer cronologías de sitios arqueológicos. Por un
lado, el arqueomagnetismo en muestras con minerales magnéticos permite
fechar el momento de manufactura de materiales no quemados, así como el mo-
mento de un incendio o fogón para el caso de muestras quemadas. Por el otro
lado, el radiocarbono permite determinar la edad de muestras de origen orgá-
nico, datando el momento de la muerte del organismo del cual proviene la
muestra; en el caso del carbón éste correspondería al momento en que se cor-
tó la rama o el árbol.
Sin embargo, ambos métodos tienen limitaciones. En primer lugar, está
la limitante de los tipos y tamaños de muestras susceptibles de ser analiza-
dos por cada uno de estos métodos; puede llegar a darse el caso de no en-
contrar en el contexto que se quiere fechar ni el tipo ni la cantidad necesa-
rios para utilizar alguno de estos métodos de datación. Además, ambos
tienen errores asociados que generalmente se traducen en datos cronomé-
tricos no muy precisos. El arqueomagnetismo arroja más de una edad para
cada muestra, debido a que es posible encontrar más de un intervalo de
coincidencia entre los parámetros de la muestra y la curva de variación secu-
lar del campo magnético terrestre (cmt). A su vez, el radiocarbono puede
arrojar edades calibradas que abarcan uno o varios periodos del calendario
relativamente largos, lo cual imposibilita distinguir distintas fases u ocupa-
ciones para un sitio arqueológico. Esta limitante del radiocarbono es conse-
cuencia de la forma de la curva de calibración, que tiene periodos en los que
hay variaciones muy abruptas, ocasionando que una misma edad conven-
a
Instituto de Geología, unam.
b
Instituto de Geofísica, unam.

111
teopancazco en el espacio y en el tiempo

cional tenga correspondencia con varios intervalos calibrados; asimismo,


hay periodos prolongados en los que la concentración atmosférica de 14C es
prácticamente constante, arrojando intervalos calibrados que abarcan hasta
cientos de años.
Una posible estrategia para contrarrestar estas limitaciones es la combi-
nación de edades obtenidas por diferentes métodos para un mismo contexto,
del que además se cuente con información arqueológica detallada. Al integrar
toda esta información del contexto y los diferentes datos cronométricos es
posible generar un modelo para realizar una calibración aplicando el teorema
de Bayes de la probabilidad condicional, con lo que se puede obtener una
cronología con mayor resolución, con edades más acotadas y que permita
distinguir entre diferentes ocupaciones.
En este capítulo presentamos los resultados obtenidos a partir de la con-
junción de los métodos de arqueomagnetismo y de radiocarbono, incorpo-
rando información detallada del contexto asociado con cada muestra, con la
finalidad de generar una cronología de alta resolución para Teopancazco me-
diante el uso de la estadística bayesiana.

Fundamentos de la datación
por arqueomagnetismo

El campo magnético terrestre (Cmt) ha existido desde la formación de


nuestro planeta y es un campo dipolar, geocéntrico y axial, lo que significa
que es producido por un dipolo, similar al generado por un imán de barra.
Pero, dado que su generación es dinámica debido a la convección del nú-
cleo externo, el campo cambia en el tiempo, fenómeno denominado varia-
ción secular.
El Cmt en un punto sobre la superficie terrestre es caracterizado por su
declinación (ángulo que forma con el norte geográfico), su inclinación (ángulo
que forma con el plano horizontal) y su intensidad (mA/m2).
Las rocas tienen la propiedad de guardar la dirección del Cmt al momen-
to de formarse, debido a que en su interior contienen minerales magnéticos
(óxidos de hierro) que se alinean con él, de igual manera que una brújula.
Este tipo de estudios se denomina paleomagnetismo y nos permite, al poder
obtener la edad de la roca, entender cómo el campo magnético ha variado
con el tiempo.
El arqueomagnetismo es el área del paleomagnetismo que se dedica a es-
tudiar el registro del Cmt en restos arqueológicos como vasijas, hornos, pisos
quemados, estucos y pinturas. Los restos arqueológicos adquieren su magne-
tización al ser expuestos a altas temperaturas, como en el caso de los hornos
de cerámica, fogones e incendios de construcciones. Este tipo de magnetiza-
ción se denomina termorremanente.

112
cronología para teopancazco

M:TP78 Es: TP78G C 181- B261 P4

   
Declinación (°) 336.4   Inclinación (°) 45.7 MAD (°) 1.44

Figura ii.1 Muestra TP78. Estereograma, espectro de coercitividad y diagrama de Zijderveld (Hernández Ávila, 2010).

En el caso de los estucos no quemados, se comprobó (Hueda et al., 2004)


que en sitios cercanos a zonas volcánicas, al añadirse tezontle molido y cenizas
a la mezcla, el contenido de los minerales magnéticos aumenta en la misma y,
como es un medio con una gran cantidad de agua, los pequeños minerales
pueden orientarse con el Cmt y al fraguarse guardar esta orientación. Este tipo
de magnetización se denomina detrítica. De igual forma, si el rojo de las pintu-
ras es obtenido del molido de la hematita, al ser suspendido en un fluido para
su aplicación puede orientarse y guardar la dirección al momento de secarse.
Se denomina datación arqueomagnética a la datación de vestigios arqueo-
lógicos por la comparación de la dirección y/o la intensidad magnética con
los cambios espaciales y temporales del Cmt conocidos (Aitken, 1990). Para
efectuar la datación mediante la determinación de registro de dirección del
Cmt es necesario que la muestra se encuentre in situ, que la mezcla de estuco
no tenga partículas muy grandes y que muestre poca alteración.
Las muestras son extraídas adhiriendo un testigo de madera de una pul-
gada de diámetro por medio centímetro de alto. Se utiliza pegamento epóxi-
co, que no contiene minerales magnéticos. Cada testigo es orientado con una
brújula magnética y/o solar. En el laboratorio el cilindro formado por la ma-
dera y la muestra es consolidado y en ocasiones otro testigo es adherido por
la parte posterior, para alcanzar 2.1 cm de alto, que son las dimensiones de
muestra requeridas para el magnetómetro JR donde son medidas.
Las muestras sufren un proceso de lavado magnético para eliminar mag-
netizaciones secundarias, consistente en aplicar campos alternos crecientes.
Cada nuevo campo aplicado a la muestra es medido en el magnetómetro y
graficado en tres diagramas. El primero de ellos es un estereograma, el segun-
do es un diagrama de Zijderveld, y el último representa el espectro de coerci-
tividad (figuras ii.1 y ii.2).

113
teopancazco en el espacio y en el tiempo

M: TP35-37 Es: TP37 CTO 313A PISO 3

   
 
Declinación (°) 57 Inclinación (°) 20 MAD (°) 5.60

Figura ii.2 Muestra TP35, 36 y 37. Estereograma, espectro de coercitividad y diagrama de Zijderveld
(Hernández Ávila, 2010).

Cuando una muestra sólo cuenta con una magnetización, el estereogra-


ma presenta gran agrupamiento; el diagrama de Zijderveld está conformado
por dos rectas tendientes al origen, mientras que el espectro de coercitividad
muestra cómo disminuye la intensidad en función del aumento de la intensi-
dad del campo (figura ii.1).
Cuando la muestra presenta más de una componente de magnetización,
se observa una trayectoria curva formada por los puntos en el estereograma;
en el diagrama de Zijderveld, dos trayectorias, una de ellas recta y tendiente
al origen; por último, el espectro de coercitividad mostrará también la dismi-
nución de la intensidad en función del aumento de la intensidad del campo
aplicado (figura ii.2).
Si la muestra presenta otro tipo de comportamiento, no puede ser deter-
minada la dirección del Cmt y, por lo tanto, no puede ser empleada para la
datación.
Una vez obtenida la magnetización que denominamos característica por
espécimen, todos los especímenes de una muestra son promediados mediante
la estadística Fisher, que es una distribución normal sobre la superficie de
una esfera. Este dato se compara después con la curva de variación secular
para el centro de México (Soler et al., 2006), modificación de la de Wolfman
(1990). Dada la naturaleza de las variaciones del Cmt es posible encontrar
más de una coincidencia, por lo tanto es fundamental el control estratigráfico
del arqueólogo.

114
cronología para teopancazco

Fundamentos de la datación por radiocarbono

La producción natural de radiocarbono es un efecto secundario de la inter­


acción de los rayos cósmicos con moléculas de los gases atmosféricos. Esta
colisión produce neutrones libres que
son absorbidos por los núcleos de los áto-
mos de nitrógeno 14 (14N) de la atmósfe-
ra, lo que los convierte en átomos de 14C.
El 14C reacciona rápidamente con oxíge-
no dando lugar a monóxido (14CO) y
dióxido de carbono (14CO2). De esta ma-
nera es distribuido uniformemente en
toda la atmósfera por vientos estratosfé-
ricos y entra en la biosfera a través de la
fotosíntesis de las plantas en tierra y del
fitoplancton, principalmente, en los océa-
nos, y a través de la cadena alimenticia pasa
a todos los seres vivos (figura ii.3).
Los procesos metabólicos de los seres
vivos mantienen la cantidad de 14C prácti-
camente en equilibrio con la concentra-
ción atmosférica de 14C; es decir, el núme-
ro de átomos de 14C que pierden los tejidos
vivos por decaimiento radiactivo es conti-
nuamente reemplazado por medio de la fo-
tosíntesis, en el caso de plantas, y por la
alimentación (ingesta de plantas o tejido
animal) en el caso de animales. Cuando los
procesos metabólicos cesan con la muerte
del organismo, la cantidad de 14C empieza Figura ii. 3 Formación del 14C en la naturaleza
a disminuir debido a que los átomos de C 14
y su decaimiento radioactivo.
que decaen ya no son reemplazados.
Midiendo la concentración de 14C que contiene una muestra se puede en-
tonces calcular el tiempo que ha pasado desde que el organismo dejó de asi-
milar carbono (muerte del organismo) a través de la siguiente ecuación (ii.1):

t = –8033 ln (Am / A0)

donde t es la edad de la muestra en años, Am es la concentración (o actividad)


de 14C de la muestra de interés, A0 la actividad inicial (al momento de la muer-
te y en equilibrio con la atmósfera) que, por convención, equivale a la concen-
tración de 14C atmosférico de 1950, y 8033 es el inverso de la constante de de-
caimiento (ln2/T, donde T = 5568 años, tiempo de vida media).

115
teopancazco en el espacio y en el tiempo

El modelo de datación por 14C considera, por un lado, que la concentra-


ción atmosférica de 14C ha sido constante a lo largo de la escala de tiempo del
radiocarbono e igual a la de 1950; por el otro lado, utiliza la primera determina-
ción de vida media del 14C, equivalente a 5 568 años (Libby, 1955). Además, el
modelo considera que el 14C se distribuye de manera homogénea en todos los
reservorios de carbono y que no se tienen procesos de fraccionamiento isotó-
pico. Lo anterior hace que las edades calculadas con este modelo se desvíen de
la edad verdadera de la muestra, por lo que se deben corregir o calibrar.
Para corregir el error introducido por el fraccionamiento isotópico que
pudo haber ocurrido desde el proceso de formación de la muestra hasta el
proceso de preparación para el análisis, es necesario determinar la relación
13
C/12C de la muestra, expresada en δ13C relativa al estándar Vienna-Pee Dee
Belemnite (vpdb), y se estima que el fraccionamiento del 14C es del doble
que para el 13C (Craig, 1954).
Debido a que cuando se determinó con mayor precisión una vida media
del 14C de 5 730 años ya se habían reportado miles de edades de 14C, se deci-
dió por convención seguir utilizando la vida media calculada por Libby
(1955), con la finalidad de mantener la congruencia con las edades calculadas
previamente (Stuiver y Polach, 1977). De esta manera, las edades calculadas a
partir de la ecuación ii.1 y corregidas por fraccionamiento isotópico se cono-
cen como edades convencionales y se expresan en años antes del presente
(a.P. o BP, por sus siglas en inglés), siendo el presente el año 1950.
Debido a las fluctuaciones en la concentración atmosférica de 14C y a que
la vida media reconocida como más confiable es ligeramente mayor, una edad
convencional no corresponde a la edad verdadera de la muestra y, en conse-
cuencia, es necesario realizar lo que se conoce como calibración. Para cali-
brar una edad convencional es necesario conocer los niveles atmosféricos de
14
C a lo largo de la escala temporal del radiocarbono, lo cual se ha logrado
gracias al análisis de anillos de crecimiento de árboles, corales y sedimentos
varvados de origen marino que han sido fechados con métodos alternativos
al radiocarbono, como la dendrocronología en el caso de los anillos de árbol
y la datación por U/Th en el caso de los corales. Esto ha permitido construir
curvas de calibración que muestran la relación entre la edad de 14C y la edad
absoluta a través del patrón de variación de los niveles de 14C atmosférico
(Reimer et al., 2004b). El resultado de la calibración corresponde a uno o
más intervalos del calendario con probabilidad de que la muestra haya deja-
do de fijar carbono. De esta manera, una edad calibrada puede corresponder
a uno o más intervalos, que pueden abarcar incluso varias décadas, debido a
la manera en que ha variado la concentración atmosférica del 14C a lo largo
del tiempo (figura ii.4).
Un alto porcentaje de las dataciones de radiocarbono se realizan en ma-
dera y carbón de madera, pues estos materiales son considerados óptimos
por su alto contenido de carbono y sus propiedades químicas, que permiten

116
cronología para teopancazco

Figura ii.4 Calibración de edad convencional a edad calendario.

aplicar procedimientos de pre-tratamiento agresivos para poder eliminar


cualquier tipo de contaminación, sin el riesgo de perder una cantidad impor-
tante de muestra (Taylor, 1987; Hedges, 1992). Sin embargo, es importante
tener en cuenta que no siempre la madera será contemporánea con el evento
que se pretende fechar, pues el carbono de la muestra pudo haber sido aislado
de la atmósfera mucho tiempo antes de que sucediera el evento de interés.
Al error que esto introduce se le conoce como edad inherente, que es la suma
del error que introduce la edad de crecimiento al datar anillos internos de árbo-
les muy longevos, y la edad de almacenamiento, que está relacionada con el
tiempo que pudo haber transcurrido entre que el árbol murió y el evento que
se quiere fechar (McFadgen et al., 1994).

Construcción de cronologías
mediante el uso de estadística bayesiana

La aplicación de la estadística a cualquier tipo de fenómeno tiene como fin


eliminar el ruido en la medición debido a errores sistemáticos inherentes a la
propia medición. La estadística bayesiana es una herramienta útil para cons-
truir cronologías con resoluciones mayores a las obtenidas con cronologías
construidas a partir de datos cronométricos generados por un único método.
Consiste básicamente en incluir algún tipo de conocimiento previo sobre los

117
teopancazco en el espacio y en el tiempo

parámetros del modelo propuesto, actualizar el conocimiento de los paráme-


tros desconocidos condicionando este modelo de probabilidad a los datos
observados y, por último, evaluar el ajuste del modelo a los datos y conclusio-
nes provenientes de éste con los cambios en las suposiciones del modelo. De
esta manera, la estadística bayesiana permite combinar datos de mediciones
de una muestra (por ejemplo, edades de radiocarbono convencionales) con
otros datos cronométricos, como fechas de arqueomagnetismo, e informa-
ción arqueológica de la muestra, resultando en edades de radiocarbono cali-
bradas con menor incertidumbre, que se traducen en intervalos del calenda-
rio hasta 35% más cortos que cuando se calibran las edades por separado
(Bayliss y Ramsey, 2004; Buck, 2004).
La estadística bayesiana es subjetiva, dependiente del observador y de la
información previa o de la historia que posea relativa a los fenómenos que se
quieran modelar; en consecuencia, la validez de una cronología construida
utilizando un modelo bayesiano dependerá de la confiabilidad de la informa-
ción a priori que se incluya en el mismo.
Para generar un modelo bayesiano es necesario expresar la información,
tanto las mediciones (edades convencionales de radiocarbono) como la in-
formación previa asociada con la muestra (otros datos cronométricos e infor-
mación arqueológica), en términos de distribución de probabilidad. Utilizan-
do el teorema de la probabilidad condicional de Bayes se obtiene entonces la
distribución de probabilidad final (o a posteriori), que incorpora tanto la me-
dición como la información a priori. El teorema de Bayes puede expresarse de
la siguiente manera (ecuación ii.2):

p(θ|x) α p(x|θ)*p(θ)

donde p(θ) es la función de distribución de probabilidad de la información a


priori (que se puede leer como “en qué medida creo que la fecha del evento
que se va a investigar tenga cierto valor antes de hacer la medición de radio-
carbono”), p(x|θ) es la función de verosimilitud (que se puede leer como
“qué tan probables son los valores de las mediciones, dados algunos valores
específicos de los parámetros desconocidos”), y h(θ|x) es la distribución de
probabilidad a posteriori (que se puede leer como “qué tan probable es que el
parámetro que se va a investigar tenga cierto valor incorporando la medición
y la información a priori”) (Christen, Clymo et al., 1995).
Existen varios programas disponibles en internet, por ejemplo OxCal y
BCal (Buck, Christen et al., 2001; Bronk Ramsey, 1995), que incluyen la meto-
dología bayesiana y la curva de calibración de 14C, y que permiten construir
cronologías de radiocarbono incorporando información cronológica en la
forma de datos cronométricos, información a priori de edades calendario o
de otros métodos de datación, secuencias estratigráficas, fases arqueológicas,
entre otras (Buck, Higham et al., 2003; Buck, 2004).

118
cronología para teopancazco

En el caso de la datación arqueomagnética, las componentes del Cmt


—declinación, inclinación e intensidad— dependen de la localidad —lati-
tud y longitud geográficas— en que aquélla es medida, así como del tiempo.
Cuando se muestrea un buen número de estructuras arqueológicas para un
periodo de tiempo dado es posible construir curvas de variación secular para
cada una de las componentes de Cmt, que podrán ser empleadas para reali-
zar la datación de otras estructuras dentro de la misma área geográfica. Para
la región central de México se cuenta con una curva de variación secular (So-
ler et al., 2006) que ha sido introducida al programa Rendate (Lanos, 2004)
para efectuar dataciones basadas en estadística bayesiana y muestreo jerárquico.
Las dataciones las realiza tanto para una componente del campo como para la
probabilidad combinada de dos o tres. En nuestro caso únicamente se utiliza-
ron la declinación e inclinación media calculadas para una muestra. Como es
posible encontrar más de un intervalo de coincidencia, es indispensable utili-
zar información estratigráfica y también los restos cerámicos para elegir el
periodo más probable. Esta elección siempre se realiza con el o los arqueólo-
gos de la zona.

Modelo bayesiano para Teopancazco

El caso Teopancazco se convierte en un escenario ideal para generar un mo-


delo bayesiano debido a que se cuenta con información muy detallada de la
excavación relacionada con el contexto del que proviene cada una de las
muestras. Se tienen en total 31 datos de radiocarbono para muestras de car-
bón, que calibradas individualmente abarcan intervalos de hasta más de 100
años, haciendo difícil distinguir entre ocupaciones. Por otro lado, se cuenta
con 50 muestras de arqueomagnetismo, que corresponden a 30 edades, en pi-
sos quemados y no quemados, que arrojan información tanto de los momen-
tos de los rituales de terminación para el caso de los pisos quemados, como
del momento de la construcción para los pisos no quemados.
La calibración con el modelo bayesiano generado para Teopancazco ya
ha sido publicado con anterioridad (Beramendi-Orosco et al., 2009). Las 31
edades de radiocarbono se agruparon, de acuerdo con la cerámica asociada
con cada muestra, en cuatro grupos correspondientes con tres ocupaciones y
una transición, pues no se cuenta con ninguna edad de 14C para las fases Tza-
cualli, Miccaotli, Metepec, Mazapa y Azteca (tabla ii.1). Se fijó como pará-
metro flotante al “Fuego final” fechado en 550 ±25 d.C. por arqueomagnetis-
mo en pisos quemados en dos sitios de Teotihuacan, Xalla y Teopancazco
(Manzanilla, 2003a, 2003b; Soler-Arechalde et al., 2006). No se conocen las
fechas de inicio y final de ninguno de los grupos.
El primer grupo de edades, Tlamimilolpa, se traslapa con el segundo gru-
po, Transición Tlamimilolpa/Xolalpan temprano, que a su vez se traslapa con

119
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura ii.5 Modelo bayesiano


generado para Teopancazco.

el grupo Xolalpan temprano. El cuarto grupo, Xolalpan tardío, es posterior y


termina antes que el “Fuego final”.
Hay un total de tres edades de 14C provenientes de contextos Tlamimilol-
pa. El segundo grupo, que corresponde a la transición entre las ocupaciones
Tlamimilolpa y Xolalpan temprano, está integrado por nueve edades asocia-
das con rituales de terminación de la fase Tlamimilolpa tardía (Manzanilla,
2003a, 2003b, 2003c, 2006); en este grupo destaca el entierro 105, que corres-
ponde a un adulto masculino joven que aparentemente llevaba una dieta pri-
vilegiada con altos niveles tróficos (Mejía Appel, 2008). En el tercer grupo,
Xolalpan temprano, se incluyen 12 edades, y finalmente, el cuarto grupo, Xo-
lalpan tardío, está integrado únicamente por dos edades.
El resultado de la calibración de las edades de radiocarbono utilizando el
modelo bayesiano produjo intervalos hasta 70% más reducidos que cuando
se calibran individualmente, y además se establecieron límites para cada gru-
po, permitiendo distinguir entre ocupaciones (figura ii.5). El periodo Tlami-
milolpa comienza entre 50 y 240 d.C. (moda 200 d.C.) y finaliza hacia 270
d.C. (entre 235 y 340 d.C.), el periodo de la transición Tlamimilolpa/Xolalpan
temprano inicia entre 180 y 290 d.C. (moda 240 d.C.) y termina entre 290 y
410 d.C, con una moda de 350 d.C. El grupo Xolalpan temprano inicia entre
260 y 370 d.C. (moda 325 d.C.) y el fin tiene una moda de 415 d.C (entre 345 y
480 d.C.); finalmente, el grupo Xolalpan tardío inicia entre 400 y 550 d.C.,
con una moda de 460 d.C. y el final tiene la moda centrada en 545 d.C. (450-
580 d.C.), lo cual corresponde muy bien con el “Fuego final”, fechado por ar-
queomagnetismo en 550 ±25 d.C., edad que en el modelo bayesiano, como
antes se señaló, se fijó como parámetro flotante.

120
cronología para teopancazco

Arqueomagne+smo   Radiocarbono
600 600
Hueda 2000
Sánchez 2005
Romero 2006
Hernández A 2010
500 500
Xolalpan tardío

400 400
Xolalpan temprano
Años d.C.

Años d.C.
300 300
Tlamimilolpa

200 200

Miccaotli

100 100

Tzacualli

0 0
0 5 10 15 20 25 30 350 5 10 15 20 25 30

Muestras

Figura ii.6 Comparación de la temporalidad para Teopancazco a partir de las edades obtenidas por ambos métodos.

Cronología para Teopancazco.


Integración de los datos arqueomagnéticos
al modelo bayesiano de radiocarbono

Al combinar las 30 edades de arqueomagnetismo, de pisos quemados y no


quemados, con los resultados de radiocarbono arrojados por la calibración
del modelo bayesiano, es posible obtener una cronología con mayor resolu-
ción y precisión. Las edades arqueomagnéticas se integraron adecuadamente
al modelo bayesiano. Todos los datos de ambos métodos se muestran en la
tabla ii.1 y en la figura ii.6. Cabe mencionar que la mayoría de los datos de
arqueomagnetismo han sido previamente reportados en las tesis de Hueda
(2000), Sánchez (2005), Romero (2008) y Hernández Ávila (2010), así
como en los artículos de Hueda-Tanabe et al. (2004) y Soler-Arechalde et al.
(2006).

121
Tabla ii.1 Relación de los datos arqueomagnéticos y radiocarbónicos para Teopancazco

Arqueomagnetismo Radiocarbono
Temporalidad Contexto Edad con- Edad calibrada con
Edad
Muestra Muestra vencional estadística bayesiana
cal d.C.
(a.P.) cal d.C.
C 313B P5 Q TP80 90 ±20
Miccaotli
Tzacualli
tardío -

C 313A P3 Q TP35,36, 37 108 ±50


Fundación de
Teopancazco

C 362C P4 NQ TP46 a 49 150 ±24

C 362G P4A NQ TP50 a 53 170 ±46


C 408F P6 NQ TP73 180 ±30
C 262F P3 Q TP42 a 45 345 ±20
C 262F P3 Q TP71 340 ±20
C 262F AA 216 bajo P3 N466
Fase Tlamimilolpa

Beta-204330 1750 ±40 170-310 (250)


E106
CAMS-132511 y 1800 ±35
C 106D AA 239 N461 E103 140-260 (235)
CAMS-132505 1795 ±30
C 106 AA 189 R5 bajo P14
Beta-204331 1680 ±80 160-310 (245)
N449 E94
C 254A P3 NQ TP70 310 ±38
C 284 P4 Q TP38 a 41 320 ±26
C 206 P13Q TP2 350 ±50
C 206 AA37 R3 N460 E90 Beta-132603 1880 ±80 100-290 (230)
C 206 AA37B R3 N460 E92 Beta-132604 1860 ±110 210-365 (300)
C 206 AA37 R7 N460 E90 Beta-132605 1710 ±40 245-365 (270)
C 162F AA144 R4 En 55 bajo
Beta-204328 1760 ±40 230-355 (300)
P2B
Transición Tlamimilolpa / Xolalpan

C 162F AA144 R5 En 61 bajo


Beta-204329 1720 ±40 240-365 (270)
P2B
CAMS-132508 y 1795 ±35
C 158B AA77 En 23 N465 E93 225-335 (310)
CAMS-132502 1765 ±35
C 181B-261 AA 227B N464 CAMS-132510 y 1770 ±30
235-335 (300)
E112 CAMS-132504 1760 ±30
C 181B-261 AA 227 R7 N464 CAMS-132503 y 1725 ±35
250-360 (270)
E111 CAMS-132509 1710 ±30
C 181B-261 AA227 R5 En 105
UNAM-1116 1580 ±100 240-375 (275, 325)
N464 E111
C 162C P2 pórtico TP75 320 ±20
C 253A P3 Q TP76 250 ±50
C 267 P3 NQ TP57,58,59 330±50
C 267 P3 NQ TP83 335 ±15

C: cuarto; AA: área de actividad; R: relleno; P: piso; Q: quemado; NQ: no quemado; Ap: apisonado;
N: norte; E: este; a.P.: antes del presente; Cal d.C.: calibrado después de Cristo; RO: reocupación.
Tabla ii.1 Relación de los datos arqueomagnéticos y radiocarbónicos para Teopancazco (concluye)

Arqueomagnetismo Radiocarbono
Temporalidad Contexto Edad con- Edad calibrada con
Edad
Muestra Muestra vencional estadística bayesiana
cal d.C.
(a.P.) cal d.C.
C 181B-261 P4 NQ TP32-34 375 ±17
C 181B-261 P4 NQ TP78 360 ±25
C 181B-261 P4 Q TP30-31 420 ±13
C 213A P2 NQ TP84 360 ±20
C 244 AA35 R2/Ap2 N462 CAMS-132501 y 1730 ±30
315-405 (370)
E122 CAMS-132507 1690 ±30
C 244 AA35 R2/Ap2 N462
E122 fogón sobre el apisonado Beta-129935 1590 ±70 315-460 (420)
del segundo nivel de ocupación
C 244 AA35 R2/Ap2 N461
E121 Apisonado del segundo Beta-129934 1580 ±60 330-460 (420)
nivel de ocupación
C 251A AA 66 R1 En 15 N464
Beta-204324 1660 ±40 320-430 (390)
Xolalpan Temprano

E117
C 14 R7 N436 E88 (vigas de
UGA-7502 1740 ±70 150-300 (240)
re-uso)
C 15 R1 bajo P2 N433 E89
(vigas de re-uso) UGA-7506 1960 ±70 85-260 (220)

C 15 RT300 bajo P2 techo


Beta-115496 1840 ±60 120-270 (230)
colapsado del pórtico
C 15 techo colapsado y carbo-
Beta-112181 1810 ±60 130-290 (235)
nizado
C 15-16 R7 N433 E87 techo
UGA-7488 1780 ±60 140-295 (240)
colapsado y carbonizado
C 15 techo colapsado y carbo-
Beta-115498 1730 ±50 160-310 (245)
nizado
C 247B AA88 R8 En24 N457 280-400(330,
Beta-159882 1750 ±40
E117 370)
C 358C AA103 R2 N463 E94 Beta-204325 1610 ±110 300-490 (400)
C 308 P5 Q TP79 350 ±15
C 262E P2 NQ TP77 425 ±20
C 25 P5 NQ TP6 425 ±40
C 167 P2 Q fogón TP74 345±50
Xolalpan Tardío

C 153 P2 Q T2 570 ±86


C 14 R5 Q techo colapsado TP3 575 ±20
C 154-160 P2 Q T1 535 ±15
C6 P12 Q TP60, 61 510 ±55
C 505 AA117 R4/Ap1 N488
Beta-204326 1540 ±40 430-560 (470, 530)
E115
C 14 R5 posible tea Beta-115487 1530 ±80 430-565 (470, 530)
C 213A Q piso templo T4 600 ±50
Metepec
C 6 P12 Q TP85 640 ±13
RO. Mazapa C 53 P1 NQ TP7 900 ±50
RO. Azteca C 53 P1 Q TP8 1395 ±20
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Los resultados de arqueomagnetismo en pisos no quemados permiten


fechar el momento de inicio de una etapa constructiva, pues los materiales
ferromagnéticos registran la dirección del Cmt al momento de fraguarse. Por
otro lado, los pisos quemados, por haber estado sujetos a altas temperaturas,
pierden esta orientación del fraguado y registran la del momento de la que-
ma, permitiendo así fechar tal evento, que arqueológicamente se puede aso-
ciar con un ritual de terminación o con un incendio.
Para la fundación de Teopancazco el modelo bayesiano arroja una edad
de entre 50 y 240 d.C., con una moda centrada en 200 d.C. para el inicio de la
fase Tlamimilopa, lo que corresponde muy bien con las edades de arqueomag-
netismo obtenidas para pisos no quemados en los cuartos 362C y 362G, pisos
4 y 4A (muestras TP46-49 y TP50-53) fechadas en 150 ±40 d.C. y 170 ±25 d.C.,
respectivamente, y para el cuarto 408, piso 6 (muestra TP73) fechado en 180
±20 d.C. (figura ii.7).
Dentro del grupo correspondiente a la ocupación Tlamimilolpa (figura
ii.8) se tienen datos de radiocarbono para muestras asociadas con áreas de
actividad (AA), que como resultado del modelo bayesiano tienen edades ca-
libradas dentro del intervalo 140-315 d.C., con las modas centradas alrededor
de 250 d.C. Este grupo termina, de acuerdo con el modelo bayesiano, entre
235 y 340 d.C. (moda 270), dando lugar al grupo de la transición Tlamimilo-
pa / Xolapan temprano para el que se tienen 9 edades de 14C y 5 edades ar-
queomagnéticas (figura ii.9).
Para el cuarto 206 (patio central) se cuenta con edades de radiocarbono
para los rituales de terminación de la fase Tlamimilolpa (AA 37 y AA 37B),
con intervalos calibrados entre 100–365 d.C. y las modas centradas en 230, 270
y 300 d.C.; asimismo, para el piso quemado debajo de estas áreas de actividad
(piso 13 quemado) se tiene una edad arqueomagnética fechada en 350 ±40
d.C. (muestra TP2). Ésta concuerda muy bien con el final para el grupo de la
transición arrojado por el modelo bayesiano, con un intervalo de entre 290 y
410 d.C. y una moda de 350 d.C.
Otros datos de edades por ambos métodos para este grupo de transición
están dentro de los cuartos 162C y 162F. Se tienen dos datos de radiocarbono
asociados con los entierros 55 y 61, con intervalos calibrados entre 230 y 365
d.C. (modas 300 y 270 d.C., respectivamente). La muestra del cuarto 162C,
datada por arqueomagnetismo en 320 ±20 d.C., corresponde al piso 2 del
pórtico.
Para el cuarto 181B–261 se tienen datos por ambos métodos; sin em-
bargo, las edades de radiocarbono provienen de contextos del periodo de
la transición Tlamimilolpa / Xolalpan temprano, mientras que las edades
de arqueomagnetismo provienen de pisos quemados y no quemados del
periodo Xolalpan temprano. Las edades de radiocarbono están asociadas
con las áreas de actividad 227 y 227B y con el entierro 105, con intervalos
calibrados entre 250 y 360 d.C. (moda 270 d.C.), 235-335 d.C. (moda 300

124
cronología para teopancazco

d.C.) y 240-375 d.C. (modas 275 y 325 d.C.), respectivamente. Las direccio-
nes arqueomagnéticas para muestras del piso 4 no quemado, que marcarían
el inicio de la ocupación Xolalpan temprano, arrojan edades de 360 ±25 d.C.
(TP78) y 375 ±25 d.C. (TP32-34). Se tiene además un dato arqueomagnéti-
co para este mismo piso, pero quemado por un ritual de terminación, con
una edad de 420 ±20 d.C. (TP 30-31), marcando el final del periodo Xolal-
pan temprano.
Otro sector del conjunto, que por el estilo constructivo está dentro de la
ocupación Xolalpan temprano (figura ii.10), para el que se tienen datos de
radiocarbono, son los cuartos 14 y 15-16. Las muestras corresponden a frag-
mentos de vigas y morillos carbonizados de los techos colapsados, con eda-
des calibradas que abarcan el intervalo 120-310 d.C. (modas 220, 230 y 235
d.C.) indicando que se trata de maderas del periodo Tlamimilolpa que se re-
usaron como elementos constructivos en el periodo Xolalpan.
El final para Xolalpan temprano en el modelo bayesiano se ubica hacia
415 d.C. (345-480 d.C.), que concuerda muy bien con la edad arqueomag-
nética del piso 4 quemado en el cuarto 181B-262, fechada en 420 ±20 d.C.
(TP 30-31).
El inicio del periodo Xolalpan tardío está marcado por una nueva fase
constructiva en los cuartos 25 (piso 5 no quemado, TP6) y 262E (piso 2 no
quemado, TP 77), fechada por arqueomagnetismo en 425 ±40 d.C. y 425 ±20
d.C., respectivamente. Nuevamente se tiene buena concordancia con el inicio
del modelo bayesiano para este periodo que se ubica en 450 d.C. (intervalo de
400–550 d.C.). Otros datos arqueomagnéticos para el periodo Xolalpan tar-
dío provienen de pisos quemados en los cuartos 167 y 153 (figura ii.11), fecha-
dos en 520 ±20 d.C. y 570 ±20 d.C., respectivamente. Se tiene además un dato
arqueomagnético y una edad de radiocarbono del techo carbonizado y colap-
sado en el cuarto 14, con edades de 575 ±10 d.C. (TP 3) y 430-565 d.C. (modas
470, 530 d.C.). Todas estas edades indican el final de la ocupación Xolalpan
tardío con el “Fuego final”.
Aunque el modelo bayesiano ubica la fundación de Teopancazco en Tla-
mimilolpa (200 d.C.), se tienen dos edades arqueomagnéticas anteriores,
correspondientes a las muestras TP80, fechada en 90 ±20 d.C., y las muestras
TP35, 36 y 37, fechadas en 108 ±50 d.C., lo que sugiere ocupaciones en el sitio
previas a su fundación como un centro de barrio presumiblemente hacia final
de Tzacualli e inicio de Miccaotli.
Asimismo, la última ocupación para la que se tienen datos de radiocar-
bono en el modelo bayesiano es Xolalpan tardío, con el “Fuego final” como
el fin de la ocupación del sitio. Sin embargo, se tienen edades arqueomagné-
ticas para los periodos Metepec, Mazapa y Azteca, las cuales indican reocu-
paciones del sitio después del abandono por los teotihuacanos.

125
Figura ii.7 Mapa de ubicación de contextos de temporalidad: fundación de Teopancazco.
Figura ii.8 Mapa de ubicación de contextos de temporalidad: fase Tlamimilolpa.
Figura ii.9 Mapa de ubicación de contextos de temporalidad: transición Tlamimilolpa / Xolalpan
Figura ii.10 Mapa de ubicación de contextos de temporalidad: Xolalpan temprano
Figura ii.11 Mapa de ubicación de contextos de temporalidad: Xolalpan tardío
cronología para teopancazco

Conclusiones

El modelo bayesiano para Teopancazco, obtenido a partir de la calibración


con estadística bayesiana de un conjunto de edades de radiocarbono agrupa-
das considerando la información arqueológica y una edad arqueomágnetica
como parámetro flotante, se robustece con la incorporación de las edades ar-
queomagnéticas de los pisos quemados y no quemados.
En este trabajo se destaca la importancia de las edades arqueomagnéticas
obtenidas de los pisos quemados y no quemados, ya que éstas permitieron
acotar con mayor precisión los periodos de ocupación. Estos datos arqueo-
magnéticos se ensamblan fácilmente al modelo bayesiano demarcando los
inicios de las ocupaciones con las edades de los pisos no quemados y los fina-
les de éstas con las obtenidas en los pisos quemados, asociados con fuego por
rituales de terminación. Es notable la concordancia entre los datos arrojados
por el modelo bayesiano y las edades arqueomagnéticas para los inicios y tér-
minos de las diferentes etapas de ocupación, ya que en el modelo únicamente
se utilizó la edad del “Fuego final” (550 ±25 d.C.).
Producto de la conjunción de ambos métodos se obtiene un modelo cro-
nológico para Teopancazco con alta resolución y precisión, lo que lo consti-
tuye como un caso de estudio ejemplar para la generación de cronologías de
alta precisión en otros sitios.
Esta primera cronología de Teopancazco, obtenida a partir de la combi-
nación del método de radiocarbono y el método arqueomagnético, marca un
nuevo enfoque para el estudio de los periodos Clásico y Posclásico del centro
de México.

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teopancazco en el espacio y en el tiempo

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134
Capítulo iii
Estudios de arqueointensidad y
propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas.
Una aportación a la cronología de Mesoamérica

María G. Rodríguez-Ceja,a Ana María Soler-Arechalde,b


Juan Julio Moralesc y Avto Goguitchaishvilic

Introducción

Como se menciona en el capítulo anterior (pp. 111 y ss.), el campo magnéti-


co terrestre varía en el tiempo, fenómeno denominado variación secular. Al
igual que las rocas tienen la propiedad de registrar tal variación, los materia-
les arqueológicos también lo hacen cuando han sido expuestos a altas tem-
peraturas, como es el caso de los fogones, hornos, pisos y cerámicas. Estos
estudios se denominan arqueomagnetismo, y cuando en particular se estudia
la variación de la intensidad del campo se denominan estudios de arqueoin-
tensidad.
A diferencia de la determinación de la variación en las direcciones (decli-
nación e inclinación), que pueden obtenerse a través de mediciones directas
en una muestra, la arqueointensidad se busca de forma indirecta. Para en-
contrarla se sigue un proceso más largo y complicado, que en ocasiones arro-
ja resultados poco confiables (Coe, 1967). Usualmente, una datación arqueo­
magnética, así como la determinación de su margen de error, se hacen de
manera gráfica.
Para tener una buena estimación de la arqueointensidad se requiere una
gran estabilidad en la magnetización termorremanente (trm), por lo que las
rocas volcánicas son el elemento idóneo para este fin. También las muestras
arqueológicas de cerámica que graban una trm durante su proceso de fabri-
cación son analizadas con resultados satisfactorios.

a
Posgrado en Ciencias de la Tierra, unam.
b
Laboratorio de Paleomagnetismo, Instituto de Geofísica, unam.
c
Laboratorio Interinstitucional de Magnetismo Natural, Instituto de Geofísica, unam.

135
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Fundamentos

El principio que se utiliza para hallar la arqueointensidad se basa en la rela-


ción aproximadamente lineal que hay entre la magnetización termorrema-
nente adquirida trmpaleo, y el campo geomagnético presente durante la adqui-
sición de la magnetización, hpaleo. Entonces,

TRMpaleo = A Hpaleo ①

A es una constante de proporcionalidad, y en ella se agrupan los términos


referentes al tamaño de grano, forma, temperaturas de bloqueo y propiedades
magnéticas. Si la muestra adquiriere una nueva magnetización en el laborato-
rio TRMlab, en presencia de un campo conocido hlab, con la misma constante
de proporcionalidad A, entonces,

TRMlab = A Hlab ②

De ① y ② se llega entonces a una expresión que permite calcular la ar-
queointensidad del campo a partir de los tres parámetros conocidos:

Hpaleo = TRMpaleo Hlab


TRMlab
( ) ③

La ecuación anterior tendría validez solamente si la constante A de ① y ②


fuese igual. En la realidad ése no sería el caso si, por ejemplo, en la muestra se
hubiese alterado la capacidad de adquirir remanencia, si ésta hubiera sido ob-
tenida por mecanismos difíciles de reproducir en el laboratorio, o si presenta-
ra varias componentes de magnetización (Tauxe, 2005).
La magnetización termorremanente es la que adquieren los materiales
ferrimagnéticos durante el enfriamiento, a partir de una temperatura mayor o
igual a la de Curie (TC),1 en presencia de un campo magnético. La TRM total
puede fragmentarse en porciones adquiridas en distintos intervalos de tem-
peratura, en los cuales se van alcanzando las diferentes temperaturas de blo-
queo (TB)2 (Butler, 2004). Una porción de TRM adquirida en cierto intervalo
particular de TB se llama TRM parcial (TRMp), y la magnetización termorre-
manente total, TRM, es la suma de las n TRMp adquiridas en todo el espectro
de las TB:
TRM = ∑TRMp(T )
n
Bn ④

1
 TC Temperatura a partir de la cual los minerales magnéticos pierden su capacidad de
orientarse con el campo presente.
2
 TB Temperatura por debajo de la cual los minerales magnéticos guardan la orientación
del campo presente

136
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

Una propiedad importante de TRMp es que sólo depende del campo


magnético que había durante el enfriamiento en su intervalo correspondiente
de TB. Además, no resulta afectada por campos magnéticos aplicados durante
el enfriamiento en otros intervalos de temperatura. Estas dos características
dan origen a la Ley de Aditividad de las TRMp (Butler, 2004).
Para determinar la paleointensidad absoluta en objetos cuya remanencia
es térmica, debe verificarse, además de que A sea igual en ① y ②, que la rela-
ción entre la magnetización y el campo presente durante su adquisición sea
lineal. En las partículas cuyo dominio es simple esto se cumple si el campo es
bajo, pero en granos3 mayores, los estados de remanencia son más complica-
dos. En general, conforme el tamaño de las partículas crece, el campo en el
que se pierde la relación lineal decrece (Tauxe, 2005).
A lo largo del tiempo se han diseñado diferentes maneras para determinar
las paleointensidades. La primera de ellas fue propuesta por Königsberger en
1938. Él4 intentó determinar la intensidad a partir de la relación entre la mag-
netización remanente natural (nrm) y una TRM artificial, adquirida durante
un calentamiento por encima de la temperatura de Curie de los portadores
magnéticos y un enfriamiento en presencia de un campo conocido. Esta téc-
nica tiene el inconveniente de que no se considera la contribución a la rema-
nencia de posibles magnetizaciones secundarias.
El método de Thellier y Thellier, presentado en 1959, se basa también en
un protocolo de doble calentamiento-enfriamiento, que se repite aumentan-
do gradualmente la temperatura. La nrm disminuye un poco en cada etapa de
temperatura, mientras se va adquiriendo una nueva magnetización ante un
campo aplicado en el laboratorio hlab. La dirección de hlab durante el segundo
calentamiento es opuesta a la del primero, y esto puede lograrse colocando las
muestras en direcciones antiparalelas o cambiando el campo directamente.
A diferencia del método de Königsberger, aquí se intentan detectar y eliminar
los resultados con alteraciones físicas y químicas producidas por los calenta-
mientos en el laboratorio, verificando si la muestra conserva su capacidad de
adquirir TRM en pasos alternados. Un inconveniente de este procedimiento,
que trae como resultado un aumento en la magnitud de los errores experi-
mentales, es un mal alineamiento de los especímenes (Kono y Takana, 1984).
En el método de Thellier y Thellier se presume la independencia de la
TRMp adquirida por enfriamiento entre dos etapas de temperatura de aquella
adquirida entre cualesquiera otras dos etapas (Ley de Independencia de las
TRMp). Además, que una magnetización generada por enfriamiento desde
una cierta temperatura podrá removerse completamente por recalentamiento
a la misma temperatura. En suma, las temperaturas de bloqueo y desbloqueo
3
  Grano magnético. Unidad de material que puede ser magnetizada en una dirección en
particular.
4
J. G. Königsberger: físico alemán bien conocido por sus trabajos sobre las propiedades
magnéticas de los minerales. 

137
teopancazco en el espacio y en el tiempo

son iguales (Ley de Reciprocidad) (Tauxe, 2005). Los pasos necesarios para
calcular la paleointensidad según el método de Thellier y Thellier se explican
a continuación.

1. Calentar la muestra hasta la temperatura T1; con esto se habrá perdido


la parte de nrm correspondiente a las temperaturas de bloqueo (TB) tales
que TC>TB >T1, quedando una magnetización menor mNRM. Al dejar enfriar
en un campo artificial Hlab, la muestra adquirirá una TRMp. Midiendo la rema-
nencia combinada se obtendrá el vector de magnetización:

M1 = MNRM + TRMp ⑤

2. Calentar la muestra hasta T1 y enfriar en presencia de un campo con


dirección antiparalela al anterior, es decir, –Hlab. El segundo vector de magne-
tización generado será:
M2 = MNRM – TRMp ⑥

A partir de la suma o resta de ⑤ y ⑥ es posible conocer la mNRM que per-


manece de la nrm original, así como la trmp ganada en la primera etapa de
calentamientos-enfriamientos a T1. Repitiendo 1 y 2 a temperaturas que se
incrementan progresivamente, se genera un diagrama de la pérdida de nrm y
ganancia de trmp como el de la figura iii.1.

Figura iii.1 Ilustración del método de Thellier y Thellier para determinar paleointensidades
absolutas. La desmagnetización térmica de nrm se muestra con los círculos rellenos.
Las trmp adquiridas en el laboratorio se muestran como círculos abiertos. (Tauxe, 2005.)

138
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

El diagrama de Arai se genera a su vez mediante la ganancia paulatina


de trmp contra la porción de nrm que permanece (o MNRM) después de
cada doble calentamiento-enfriamiento a una misma temperatura (Naga-
ta, 1961). La pendiente multiplicada por el campo aplicado proporciona el
valor de la intensidad del campo geomagnético antiguo de la muestra (fi-
gura iii.2).

Figura iii.2 Gráfica de Arai.


TRMp adquirida contra NRM
restante (o MNRM) de cada etapa
de temperatura (Tauxe, 2005).

En un caso ideal, la gráfica de Arai sería una recta con pendiente negativa
a partir de la cual fácilmente se calcularía el valor de la paleointensidad. La
realidad es que en la medida en que se llega a temperaturas más altas suelen
ocurrir cambios mineralógicos y químicos que alteran la capacidad de ad-
quirir trmp. A partir de ese punto, prolongar el experimento no tendría sen-
tido.
El método de Thellier y Thellier tiene la capacidad de detectar el momen-
to en que esto ocurre mediante la realización de verificaciones de trmp. El
procedimiento consiste en que, una vez alcanzada cierta temperatura T2, se
repite un calentamiento en presencia del campo en dirección hlab a una tem-
peratura T1 < T2 previamente alcanzada. Con ello se tendrán dos registros de
adquisición de trmp para la misma t1. Comparando las dos relaciones MNRM /
trmp para T1, se podrá saber si la capacidad de adquirir trmp ha cambiado o
se conserva. Una diferencia no mayor al ±15% se considera aceptable, y por
consiguiente los datos se pueden incluir en el cálculo de la paleointensidad
(e. g. Selkin y Tauxe, 2000).
Hasta ahora son varias las modificaciones que se han sugerido al método
planteado por Thellier y Thellier. Coe (1967) por ejemplo, propuso realizar el
primer enfriamiento en presencia de un campo nulo, lo que permitiría medir
directamente MNRM:
M1 = MNRM ⑦

139
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Luego, durante el segundo enfriamiento con un campo creado en el laborato-


rio, se adquiere una trmp:
M2 = MNRM + MTRMp ⑧

Repitiendo estos dos calentamientos a temperaturas que aumentan pro-


gresivamente se genera el diagrama de Arai, y la magnitud del campo antiguo
se determina a partir de la pendiente como en el método de Thellier y Thellier
clásico. En aquél como en éste se hacen verificaciones de trmp para compro-
bar la estabilidad mineralógica de la muestra durante los experimentos, y se
deduce así si ésta sigue siendo apta para la obtención de la paleointensidad.
Los procedimientos de doble calentamiento-enfriamiento son los más
usados para encontrar paleointensidades. Sin embargo, la alteración de la ca-
pacidad de adquirir trmp no es el único motivo que hay que cuidar para evi-
tar incurrir en errores. Como en el caso de otras magnetizaciones, esa capaci-
dad depende también del tamaño de los granos portadores.
Las muestras son sujetas a un proceso de lavado térmico para eliminar las
magnetizaciones secundarias, consistente en aplicar temperaturas crecientes.
Después de cada enfriamiento son medidas en el magnetómetro y las magne-
tizaciones resultantes (direcciones: declinación, inclinación e intensidad) son
graficadas en un diagrama de Zijderveld (Butler, 2004). Cuando la muestra
sólo cuenta con una magnetización, el diagrama de Zijderveld es una recta
tendiente al origen, que clasificamos en este trabajo como tipo A; si cuenta
con dos magnetizaciones independientes serán dos rectas, con una tendiente
al origen, y el diagrama se denomina de tipo B; por último, si existen más de
dos magnetizaciones, la trayectoria es una curva en el diagrama de Zijderveld
y es denominada de tipo C (figura iii.6).
Un experimento de paleointensidad completo cuantifica algunos pará-
metros que aseguran la calidad del proceso. El parámetro f indica la fracción
de la remanencia de la componente usada en el cálculo de la pendiente, y a
partir de 30% se considera aceptable. El parámetro g penaliza la distribución
desigual de los datos, es decir, los huecos o gaps en la distribución de los pun-
tos de la pendiente. En general g > 60% es aceptable. Finalmente, el índice de
calidad de Coe, q, combina el error estándar de la pendiente (β), la fracción
de nrm (f) y el parámetro g de la siguiente forma: q=βfg. El valor de q es di-
rectamente proporcional a la calidad del resultado de la paleointensidad.
Cuando es mayor o igual a cinco se considera adecuado (Tauxe, 2005).
Además de las alteraciones o fallas en la Ley de Reciprocidad, hay otras
violaciones a las suposiciones fundamentales que requieren pruebas adicio-
nales y/o correcciones en los experimentos de paleointensidad. Uno de ellos
es el efecto de la anisotropía, así como el de la velocidad del ritmo de enfria-
miento en la adquisición de la magnetización. Su detección y corrección es
primordial para un cálculo apropiado de la magnitud del vector del campo
geomagnético.

140
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

El estudio

Se realizó un estudio de arqueointensidad en fragmentos de cerámicas preco-


lombinas hechas a base de arcillas cocidas, de los sitios Cuanalan, Xalla y
Teopancazco, ubicados en Teotihuacan, centro de México (figura iii.3), si-
tios excavados en proyectos de Linda R. Manzanilla. En Cuanalan contamos
con datos sobre la forma de vida aldeana en el valle, previa al surgimiento de
la ciudad del Clásico (Manzanilla, 1985). Teopancazco y Xalla, por otra parte,
son dos complejos con varias edificaciones y prolongada historia constructi-
va; el primero es un centro de barrio (Manzanilla, 2006, 2009a y 2009b; So-
ler-Arechalde, et al., 2006; Hueda-Tanabe, et al. 2004) y el segundo, un gran
complejo palaciego (Manzanilla, 2006, 2008; Manzanilla y López Luján,
2001; Beramendi-Orosco L. et al., 2009).
Las edades disponibles obtenidas con el método de radiocarbono asocia-
do con las piezas de cerámica están en el rango entre 2320 ±80 y 1423 ±25 AP,
y las fechas calendáricas correspondientes entre 393 ±95 a.C. y 525 ±25 d.C. Se
cuenta además con una muestra de Cuitláhuac, en el centro de la Ciudad de
México, cuya edad radiocarbónica es 465 ±30 AP (muestra cui). Cuando no
se contaba con materia orgánica que pudiera asociarse de forma confiable a
las muestras, la edad fue asignada por Linda R. Manzanilla utilizando la infor-
mación arqueológica disponible: correlación cerámica, etapas constructivas.

Figura iii.3 Mapa de localización de los sitios arqueológicos


estudiados: Cuanalan (Adriano-Morán y McClung de Tapia,
2008) y conjuntos de Xalla y Teopancazco.

141
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Para obtener la intensidad se utilizaron dos métodos: el de Thellier y The-


llier clásico en las muestras de Teopancazco, Lote R, y el de Thellier modifica-
do por Coe (Coe, 1967) en el resto.
Para el trabajo se seleccionaron 73 trozos de cerámica bien conservada
con dimensiones entre 0.25 y 1 dm2 (figura iii.4). Setenta y dos de ellos pro-
ceden de los tres sitios de muestreo, Cuanalan, Xalla y Teopancazco, y uno
más es originario del sitio Cuitláhuac, en el centro de la Ciudad de México.
Para realizar las mediciones en los
equipos paleomagnéticos habitua-
les se elaboraron pastillas de sal de
tamaño estándar que contienen un
segmento de cerámica confinado
en su interior. Cada muestra fue
cortada a fin de obtener entre 6 y 8
Figura iii.4 Fragmentos de cerámica
partes con un tamaño aproximado empleados en el estudio
de 0.5 a 1 cm2.
El procedimiento utilizado para la fabricación de las pastillas inicia secan-
do sal pura en el interior de un horno eléctrico durante 24 horas, a unos 100º
C. Luego, ésta se muele en un mortero de ágata, con lo que queda reducida a
un finísimo polvo. Después en el molde cilíndrico de una prensa hidráulica se
vacían 10 g de sal, un poco de agua desionizada y la muestra de cerámica que
se desea encapsular. Finalmente la muestra se cubre con otros 10 gramos de
sal y más agua. Aplicando presión la sal se consolida con la cerámica en su in-
terior y se obtiene un espécimen cilíndrico de tamaño estándar con un volu-
men de 11.8 cm3. En cada pieza elaborada se marca un eje para tener un siste-
ma de coordenadas de medición, y además se rotula de acuerdo con su área
de actividad, o clasificación arqueológica (figura iii.5).
De los 73 trozos de cerámica procesados
se obtuvieron 500 especímenes arqueomagné-
ticos. Éstos fueron subdivididos en lotes para
realizar las manipulaciones en el equipo.
Antes de buscar las arqueointensidades se
realizaron algunos experimentos que permi-
ten identificar a los minerales portadores de la
magnetización, su estado de dominio, y su es-
tabilidad magnética y térmica. Esto es útil para
determinar a priori cuáles muestras son candi-
datas a tener un buen registro magnético. Así,
se realizaron mediciones continuas de suscep-
tibilidad contra temperatura en aire, que indi-
Figura iii.5 Muestras de cerámica can los portadores de la magnetización, en su
encapsuladas en pastillas de sal de tamaño mayoría titanomagnetitas pobres en titanio.
paleomagnético estándar. Otros casos mostraron dos fases ferrimagnéti-

142
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

cas, cuya temperatura de Curie es compatible con titanomagnetitas tanto po-


bres como ricas en titanio. Entre ellos se detectaron algunos con la presencia
de minerales superparamagnéticos.
El experimento de histéresis, por otra parte, aportó parámetros que caen
esencialmente en la región del tamaño de grano pseudos-dominio-sencillo
(PSD), lo cual podría indicar una mezcla de granos multidominio con una
cantidad significativa de granos de dominio simple.
Los calentamientos y enfriamientos se realizaron en presencia de un cam-
po controlado en el laboratorio de 30 µt, repitiéndose entre 10 y 11 veces a
temperaturas crecientes distribuidas entre la temperatura ambiente (~25º) y
575º C en la máxima etapa alcanzada. También se realizaron verificaciones de
adquisición de magnetización termorremanente parcial (trmp) después de
cada dos etapas de temperatura a lo largo de todo el experimento. Los datos
de arqueointensidad se reportan en la forma clásica nrm-trm (gráfica de Arai)
y los resultados se presentan en las tablas 2, 3 y 4, para las muestras de Cuana-
lan, Teopancazco y Xalla, respectivamente. Solamente fueron aceptadas las de-
terminaciones que cumplieron con los siguientes criterios:
1) Que hubieran sido obtenidas a partir de al menos 6 puntos del diagra-
ma nrm-trm y que correspondieran a una fracción de un tercio de la rema-
nencia inicial (nrm) como mínimo, es decir, f≥1/3.
2) Que el factor de calidad de Coe q (Coe et al., 1978) tuviera un valor de
5 o más.
Los resultados obtenidos durante los experimentos de Thellier nos per-
mitieron definir tres comportamientos diferentes. Las muestras del tipo A es-
tán caracterizadas por segmentos lineales importantes y verificaciones de
trmp positivas. El diagrama de Zijderveld presenta una sola componente li-
neal que tiende al origen. Por otra parte, en las muestras del tipo B, el diagra-
ma de nrm-trm es lineal con verificaciones de trmp positivas. Sin embargo,
el diagrama de Zijderveld muestra dos componentes de magnetización. Fi-
nalmente, se definieron las muestras tipo C cuando en el diagrama de Zijder-
veld las componentes de magnetización están desviadas del origen, aunque
en la gráfica NRM-TRMp se observa linealidad y estabilidad térmica mediante
verificaciones de TRMp positivas. Para investigar si este comportamiento anor-
mal se debe a calentamientos realizados en presencia de un campo magnéti-
co, se realizaron desmagnetizaciones térmicas a muestras provenientes de los
mismos fragmentos problemáticos. Al igual que en los experimentos de The-
llier, las curvas ortogonales mostraron una clara desviación del origen. La
causa de este comportamiento es poco clara. Podría especularse que algún
recalentamiento debido a eventos con fuego produjo esta fuerte magnetiza-
ción termo-química (Soler Arechalde et al., 2006).
La intensidad adquirida por objetos de arcillas cocidas depende fuerte-
mente de la anisotropía de magnetización termorremanente (ATRM) y del rit-
mo de enfriamiento utilizado durante la adquisición de TRM. Al final de los

143
teopancazco en el espacio y en el tiempo

experimentos de Thellier se realizaron los procedimientos conducentes a de-


terminar ambas correcciones para todas las muestras, siempre que fue posible.
Finalmente, se obtuvieron determinaciones de arqueointensidad satisfac-
torias en 45 fragmentos subdivididos en 285 muestras, de un total inicial de 73
fragmentos analizados (500 muestras). En la tabla iii.1 se presenta un resu-
men de estos datos separados por sitio de procedencia.

Tabla iii.1 Procedencia, número de fragmentos, número de muestras procesadas y exitosas por sitio

Sitio Total de Total de Fragmentos Muestras


fragmentos muestras exitosos exitosas
Cuanalan 10 70 7 47
Teopancazco 42 282 24 167
Xalla 20 142 13 68
Cuitláhuac 1 6 1 3
Total 73 500 45 285

Los efectos de la anisotropía de magnetización termorremanente y el de


la tasa de enfriamiento sobre la adquisición de la intensidad de TRM se estu-
diaron en la mayoría de las muestras, generando factores de corrección que se
aplicaron a los resultados de intensidad calculados.

Resultados
1) Cuanalan

De los 70 especímenes analizados, 47 aportaron determinaciones de intensi-


dad absoluta confiables. Veintiocho de ellos corresponden a muestras del tipo
A, siete son del tipo B y en las 12 muestras restantes se hallaron resultados del
tipo C. En la figura iii.6 podemos observar los tres tipos de comportamientos.
En la tabla iii.2a se presenta un ejemplo de los resultados de la una muestra
CUAN 1 y en la tabla iii.2b los valores promedio de las muestras de Cuanalan.
La fracción de NRM utilizada (parámetro f ) para las determinaciones
tomó valores entre 0.29 y 0.88, y el factor de calidad, q, entre 2.7 y 32.5, siendo
en la mayoría de los casos mayor a 5.
Las correcciones de anisotropía y de ritmo de enfriamiento redujeron
significativamente la desviación estándar de las intensidades medias, lo que
habla de la importancia de realizar esas correcciones en este tipo de estudios.
Los valores de paleointensidad medios por fragmento obtenidos se encuen-
tran en el rango de 24.2 ±3.2 a 40.0 ±1.7 µT, y tienen VADMs entre 4.8 ±0.6 a 8.0
±0.4 (1022 Am2). Esto corresponde a un valor medio para el momento axial
virtual dipolar de 5.9 ±1.1 x 1022 Am2, lo cual es menor que la intensidad del
campo magnético actual.

144
Figura iii.6 Diagramas NRM-TRM representativos (izquierda) y diagramas de desmagnetización ortogonal
asociados (derecha) de las muestras de Cuanalan. En las gráficas NRM, los círculos abiertos indican verificaciones
de TRMp. En los diagramas ortogonales, los números se refieren a la temperatura en ºC, los círculos abiertos
muestran proyecciones en el plano horizontal, y las cruces indican proyecciones en el plano vertical.
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Tabla iii.2a Resultados de arqueointensidad obtenidos para la muestra CUAN 1 de Cuanalan

Pieza Muestra n T min- f g q H σH Hcorr VADM Tipo


max
CUAN 1 99C001A 9 250-525 0.61 0.86 9.83 26.76 1.41 25.78 5.16 C
  99C002A 7 300-525 0.43 0.79 6.10 27.80 1.53 22.80 4.56 C
  99C003A 8 300-525 0.60 0.85 16.43 33.62 1.05 28.24 5.65 C
  99C004A 8 250-550 0.57 0.83 29.02 36.78 0.60 28.99 5.80 C
  99C005A 7 300-550 0.54 0.83 13.40 31.55 1.04 26.19 5.24 C
  99C006A 8 300-550 0.50 0.85 6.42 32.43 2.14 24.84 4.97 C
  99C007A 10 300-525 0.63 0.86 8.47 23.98 1.56 23.12 4.63 C
              Promedio = 25.68  5.14
                σ= 2.46 0.49  

n: número de etapas de calentamiento usadas para determinar la intensidad; Tmin-Tmax: intervalo de tempera-
tura usado para determinar la intensidad; f: fracción de NRM extrapolada usada para determinar la intensidad;
g: factor gap; q: índice de calidad de Coe (Coe et al., 1978); H: arqueointensidad antes de las correcciones;
Hcorr: arqueointensidad después de las correcciones (µT); VADM: momento axial virtual dipolar (1022 Am2).

Tabla iii.2b Resultados de arqueointensidad obtenidos para las cerámicas de Cuanalan

Pieza n Hcorr σ Hcorr VADM σ VADM Tipo


CUAN 1 7 25.68 2.46 5.14 0.49 C
CUAN 2 7 25.85 1.21 5.17 0.24 A
CUAN 3  7 26.60 1.28 5.32 0.26 A
CUAN 4  7 39.61 1.5921 7.93 0.3197 A
CUAN 6  7 34.13 2.23 6.83 0.45 B
CUAN 7  5 28.30 4.49 5.67 0.90 C
CUAN 8  7 25.25 3.32 5.05 0.66 A
Promedio 5.9 1.1

n: número de especímenes para determinar el valor promedio de la intensidad por muestra;


Hcorr: arqueointensidad después de las correcciones (µT); σ Hcorr desviación estándar
asociada con la arqueointensidad corregida; VADM: momento axial virtual dipolar
(1022 Am2); σ VADM desviación estándar asociada con el momento axial virtual dipolar.

146
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

La exclusión de las determinaciones del tipo C no cambió significativa-


mente la media global. En la figura iii.7 se muestra el valor de arqueointensi-
dad medio obtenido para el sitio Cuanalan, junto con otras intensidades me-
dias disponibles para la región mesoamericana. También se muestra la curva
derivada del modelo global CALS7K de Korte y Constable (2005b) y los datos
recuperados de la base de datos de arqueointensidad mundial (Genevey et al.,
2008), reducidos a la Ciudad de México.

A)

B)

Figura iii.7 A) Datos disponibles hasta ahora de intensidad absoluta de Mesoamérica, derivados
de objetos arqueológicos y flujos históricos de lava. También se muestra la curva obtenida usando
una base de datos mundial reducida a la localidad de la Ciudad de México (Genevey et al., 2008).
La línea azul representa las predicciones del modelo CALS7K (Korte y Constable, 2005 a y b).
Las fuentes de los datos son las siguientes: Xitle de Morales et al. (2006), Ocozocuautla de Morales
et al. (2009), Jorullo de Gratton et al. (2005), Guatemala de Alva-Valdivia et al. (2009)
y Quiahuiztlan de López-Téllez et al. (2007). B) Tendencia general de la distribución de datos
de intensidad disponibles usando un ajuste polinomial comparado con el modelo CALS7K.

147
teopancazco en el espacio y en el tiempo

El modelo CALS7K se basa en el análisis, mediante armónicos esféricos


hasta el grado y orden 10, de observaciones de la intensidad del campo mag-
nético terrestre, así como de datos de direcciones e intensidades paleo y ar-
queomagnéticas de los últimos 7 000 años. La base de datos consiste en 16
085 datos de inclinación, 13 080 de declinación y 3 188 de intensidad. Las eda-
des radiocarbónicas fueron calibradas en forma consistente de acuerdo con el
programa CALIB de Stuiver y Reimer (1993), versión 4.3. La distribución de
los datos es muy heterogénea tanto espacial como temporalmente. En este
modelo el momento bipolar es significativa y sistemáticamente menor que las
estimaciones basadas en VDMS hechas por otros modelos como el de Yang
et al. (2000). La diferencia es en promedio de 19%, aunque el rumbo de las
variaciones es claramente similar; las diferencias se pueden atribuir a que los
datos direccionales predominan sobre los de intensidad, de igual manera
influyen en ello las contribuciones del campo no bipolar, pues tienen que em-
plearse ventanas de tiempo de entre 500 y 1 000 años, y por lo tanto no es po-
sible eliminar por completo su contribución, lo que se agrava con las desvia-
ciones geográficas en el muestreo.
La intensidad media obtenida en el presente estudio difiere de los valores
de intensidad absoluta predichos por el modelo global CALS7K y de la última
compilación de datos ArcheoInt, pues resulta significativamente menor que
los valores sugeridos por ellos. Aun así, tiene una buena coincidencia con los
datos de intensidad absoluta de Mesoamérica.
Si se consideran los valores de arqueointensidad sin las correcciones de
ATRM y ritmo de enfriamiento, se observa que son sistemáticamente mayores
que los corregidos y hay una mayor concordancia con lo que predice el mo-
delo CALS7K, que podría de hecho estar sesgado por el hecho de que tales
correcciones no fueron aplicadas en muchos de los datos obtenidos en tiem-
pos pasados.

2) Teopancazco

De las 281 muestras procesadas, que pertenecen a 42 fragmentos de cerámica,


se obtuvieron determinaciones confiables de arqueointensidad en 184, corres-
pondientes a 28 fragmentos. Veintidós de las muestras manifestaron un com-
portamiento del tipo A, caracterizado por un importante segmento lineal, ve-
rificaciones de adquisición de TRM correctas y NRM con dirección al origen.
Una muestra se comportó de acuerdo con el tipo B (diagrama de Zijderveld
con dos componentes) y otras cinco según el tipo C, con NRM desviada del
origen.
En todas las muestras la fracción de NRM usada para determinar la inten-
sidad, es decir, el parámetro f, tomó valores entre 0.35 y 0.99, siendo f = 0.67 el
valor promedio. El factor de calidad de Coe q arrojó un valor medio de 11,

148
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

aunque en los cálculos finales fueron incluidas 7 muestras con q entre 4 y 5.


La razón para hacer esta excepción es que en esos casos el promedio de la es-
timación de la arqueointensidad para todos los fragmentos de cerámica fue
muy cercano al de la muestra individual. El factor g para las muestras acepta-
das tuvo un promedio de 0.80. Los valores de los parámetros de las muestras
aceptadas cumplen ampliamente con los criterios de calidad generalmente
requeridos en determinaciones confiables de intensidad.
El efecto de las correcciones sobre los datos brutos de arqueointensidad
fue significativo. Debido a la corrección del ritmo de enfriamiento, la intensi-
dad se redujo un 12% en promedio. La corrección de ATRM, por otro lado, fue
imposible de efectuarse en cuatro fragmentos, debido a que al final del expe-
rimento de Thellier todas las muestras se hallaban rotas.
Las correcciones de ATRM son impredecibles y no siguen un único pa-
trón en todos los especímenes; sin embargo, en nuestras cerámicas hay una
tendencia a disminuir el valor de la intensidad. El mayor porcentaje de re-
ducción fue de 19.4%, mientras que el incremento más grande fue de 3.3%.
Tomando en cuenta todos los resultados aceptados, las intensidades dismi-
nuyeron en promedio 5.69%. Los valores de intensidad media por frag-
mento fueron calculados después de hacer las dos correcciones, y las de-
terminaciones donde esto no fue posible fueron descartadas (cuatro
fragmentos). Los promedios están en el rango entre 15.30 ±0.1 y 44.6 ±2 µT,
con VADMs entre 3.1 ±0.02 y 8.9 ±0.63 (1022 Am2) respectivamente (tabla
iii.3). Las edades de estas muestras se encuentran entre 2460 ±40 y 1475
±125 AP y las fechas calendáricas correspondientes están entre 129 ±96 y
475 ±125 d.C.
Los datos obtenidos para los 24 fragmentos exitosos de Teopancazco fue-
ron agrupados por fechas similares, y sus valores de intensidad promediados,
generándose siete pares edad-arqueointensidad (tabla iii.4). A este grupo se
sumó información de flujos de lava del volcán Xitle (centro de México) data-
dos en ~60 d.C., que reportan una intensidad media de 59.6 ±3.5 µT (Morales
et al., 2006) (tabla iii.4). Las arqueointensidades también se han normaliza-
do con respecto al valor del campo actual en el centro de México (Ho=44.5
µT) (tabla iii.4).
En la figura iii.8, la relación edad vs H/Ho, con un ajuste polinomial, ex-
pone las variaciones de intensidad del campo geomagnético en la región dada
por las muestras de Teopancazco.
La gráfica perfila variaciones significativas en el campo a lo largo de los
~500 años que abarca. Se observa inicialmente una intensidad máxima en
los flujos de lava del volcán Xitle, con un valor mayor al actual. A partir de ese
momento el campo disminuye, alcanzando un mínimo cerca de 250 d.C. con
un valor de ~ 60% del campo actual, para luego volver a crecer alcanzando un
nuevo máximo en ~350 dC y luego mantenerse con variaciones que se ubican
entre 68 y 86% del campo geomagnético del presente.

149
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Tabla iii.3 Resultados de arqueointensidad promedio obtenidos para las cerámicas de Teopancazco

Lote Piezas n Hcorr σ Hcorr VADM σ VADM Tipo


2 AA140 R1 64829 6 26.5 1.5 5.3 0.3 A
2 AA 140B 6 R1 6 44.3 1.6 8.9 0.3 A
2 AA 177R3 5 15.3 0.1 3.1 0 A
2 AA 206 R13 72212 7 30.6 2.9 6.1 0.6 A
2 AA 214 R2 72249 4 30.2 1.1 6.1 0.2 C
2 AA 214 R2 7 23.86 4.77 A
2 AA 217 R3 BP4 72395 7 44.6 2.7 8.9 0.5 A
3 AA 164 R6 R6 ENT 7870061 7 34.22 6.85 A
3 AA 164 R7 ENT 87 70070 7 17.86 3.07 3.57 0.62 A
3 AA 181 R3 70127 7 36.97 0.81 7.4 0.16 B
3 AA 160 R7 ENT 86 70387 5 22.14 2.74 4.43 0.55 A
3 AA 190 R4 70342 6 30.86 1.14 6.18 0.23 C
3 AA 164 R8 ENT 87 70107 7 31.89 3.98 6.38 0.8 A
3 AA 191 R1 70850 7 39.53 2.71 7.91 0.54 A
3 AA 201 R3 70952 5 28.86 4.14 5.78 0.83 C
5 AA36 20086 6 32.17 3.91 6.44 0.78 A
5 AA75 43720 4 33.06 2.88 6.62 0.57 A
5 AA88 49977 6 42.74 2.73 8.55 0.55 A
5 AA38 19913 4 33.67 3.32 6.74 0.66 A
M AA 103 4 32.57 0.19 6.52 0.04 A
M AA 37B 7 44.39 3.17 8.88 0.63 A
M AA 66 3 32.17 1.64 6.44 0.33 C
M AA 37 6 24.72 4.37 4.95 0.88 A
R CUI 3 31.35 2.52 6.28 0.5 A
R AA35 16615 4 40.22 3.28 8.05 0.66 A
R AA77 44048 2 29.78 3.23 5.96 0.65 A
R AA227 5 36.93 5.32 7.39 1.07 A
R AA227B 77373 3 29.2 1.95 5.84 0.39 A
R AA239 28823 1 18.83 3.77 A

n: número de especímenes para determinar el valor promedio de la intensidad por muestra;


Hcorr: arqueointensidad después de las correcciones (µT); σHcorr: desviación estándar aso-
ciada con la arqueointensidad corregida; VADM: momento axial virtual dipolar (1022 Am2);
σ VADM desviación estándar asociada con el momento axial virtual dipolar.

150
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

Tabla iii.4 Resultados de arqueointensidad del sitio Teopancazco agrupados por edades.

Edad ± intensidad desv est VADM desv est H/Ho ±


(años d.C.) (años) (µT) (µT) (10 22 Am2) (10 22 Am2)
60 50 59.6 3.5 11.9  0.7  1.35 0.031
142 113 34.55 3.77 6.91 0.76 0.79 0.086
247 55 25.94 2.10 5.19 0.35 0.59 0.048
278 70 31.67 2.90 6.34 0.49 0.72 0.066
342 28 37.81 2.95 7.57 0.59 0.86 0.067
380 40 31.61 2.49 6.33 0.50 0.72 0.057
444 122 32.57 0.19 6.52 0.04 0.74 0.004
475 105 29.98 1.98 6.01 0.39 0.68 0.045

Figura iii.8 Ajuste polinomial de los resultados de edad (promedios)


contra intensidad normalizada, para las muestras de Teopancazco.

Los intentos por encontrar una correlación entre los datos aquí obtenidos y
la última compilación global ArcheoInt (Genevey et al., 2008), así como con las
predicciones del modelo CALS7K (Korte y Constable, 2005 a y b) para los pasa-
dos siete milenios no han sido exitosos. Esto quizás es debido esencialmente a
la irregularidad en la calidad técnica y a las determinaciones poco confiables de
las edades de los primeros datos, que en muchas ocasiones no cuentan con las
correcciones y parámetros de calidad requeridos en el presente trabajo.

151
teopancazco en el espacio y en el tiempo

3) Xalla

Setenta y cinco de las 142 muestras paleomagnéticas estudiadas arrojaron re-


sultados satisfactorios, lo que permitió obtener un valor de paleointensidad
media en 15 de los 20 fragmentos analizados. Del grupo de 75, 12 fragmentos
evidenciaron un comportamiento del tipo B (diagrama de Zijderveld con dos
componentes) y otros cinco tuvieron un comportamiento del tipo C (NRM
desviada del origen). Sin embargo, la mayoría está caracterizada por un im-
portante segmento lineal, verificaciones de adquisición de TRM correctas y
NRM con dirección al origen (tipo A).
La fracción de NRM utilizada (parámetro f ) en las determinaciones de
intensidad tomó valores entre 0.28 y 0.90, siendo el promedio f = 0.66. El
85% de las muestras tuvo un factor de calidad de Coe q mayor a 5, siendo el
valor máximo 39.62, el mínimo 2.8 y el promedio 10.52 (tabla iii.5).

Tabla iii.5 Resultados de arqueointensidad obtenidos para las cerámicas de Xalla

Lote Piezas n Hcorr σ VADM σ Tipo


Hcorr VADM
1 P1/E1-C1 N379 E364 R9/Pi1 99L1-8 8 21.2 2.6 4.2 0.5 A
1 P1/E102A N349 E393 R41B/Pi4 8 27.9 6.7 5.6 1.3 A
99L9-15
1 AA78 7 16.7 2.0 3.3 0.4 A
1 P1/E1-C1 N380 E364 R9/Pi1 7 19.4 3.0 3.9 0.6 A
99L24-30
1 P1/E2 N350 E389 NÚCLEO R37C!Ae3 7 39.9 7.7 8.0 1.5 A
1 AA82 R4 3 36.7 6.8 7.4 1.4 C
1 AA 83 R1 6 41.9 4.9 8.4 1.0 A
1 AA 81 R1 5 17.1 2.2 3.4 0.4 B
4 AA30 7 25.59 1.85 5.12 0.37 A
4 AA16 5 25.49 1.77 5.10 0.35 A
4 AA75 7 45.07 0.97 9.02 0.19 A
4 AA53 6 24.79 2.95 4.96 0.59 A
4 AA11 R2 12534 7 22.16 1.14 4.43 0.23 B
4 AA11 R2 12637 1 28.85 5.77 A
4 AA11 R5 14819 2 35.65 0.48 7.13 0.10 C
n: número de especímenes para determinar el valor promedio de la intensidad por muestra;
Hcorr: arqueointensidad después de las correcciones (µT); σ Hcorr: desviación estándar aso-
ciada con la arqueointensidad corregida; VADM: momento axial virtual dipolar (1022 Am2);
σ VADM: desviación estándar asociada con el momento axial virtual dipolar.

152
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

Tabla iii.6 Resultados de arqueointensidad del sitio Xalla agrupados por edades

edad ± intensidad desv est VADM desv est H/Ho ±


(años d.C.) (años) (µT) (µT) (10 Am ) (10 22 Am2)
22 2

60 50 59.60 3.50 11.9  0.7  1.35 0.031


158 56 24.79 2.95 4.96 0.59 0.56 0.067
211 89 25.59 1.85 15.12 0.37 0.58 0.042
250 25 29.50 3.55 5.9 0.7 0.67 0.081
281 65 26.70 4.24 5.35 0.825 0.61 0.096
319 63 40.89 3.89 8.21 0.795 0.93 0.088
392 72 22.16 1.14 4.43 0.23 0.50 0.026
500 50 20.30 2.80 4.05 0.55 0.46 0.064
525 25 28.30 4.85 5.65 0.95 0.64 0.110

En los casos en los que se aceptaron valores menores a cinco, la estima-


ción de la arqueointensidad de los especímenes fue muy cercana a la media
del fragmento.
Veinte de las muestras se hallaban rotas hacia el final de los experimentos,
lo que impidió realizar los calentamientos correspondientes a la corrección
de anisotropía. En esos casos sólo se reporta la corrección del ritmo de enfria-
miento, pero para obtener la intensidad media por fragmento únicamente se
tomaron en cuenta los resultados con ambas correcciones, con lo que se eli-
minaron otros dos fragmentos. La corrección por el efecto de anisotropía de
magnetización termorremanente evidenció nuevamente una tendencia a dis-
minuir el valor de la intensidad en la mayoría de las muestras, siendo el pro-
medio de 4.8%.
Los valores de intensidad media por fragmento estuvieron entre 16.7 ±2
y 45.07 ±0.97 µT, y los VADMs respectivos tomaron valores entre 3.3 ±0.4 y
9.02±0.19 (1022 Am2). El rango de edades para estas muestras está entre 1850
±40 y 1423 ±25 AP, lo que corresponde a edades calendáricas calibradas de
158 ±56 a 525 ±25 dC. Los 13 valores de intensidad obtenidos para el sitio Xa-
lla fueron agrupados según sus edades. A ellos se sumó información de los
flujos de lava del volcán Xitle (Morales et al., 2006), llegando así a nueve pa-
res edad-arqueointensidad. Estos promedios se normalizaron con respecto
al valor del campo actual en la región del centro de México (Ho = 44.5 µT)
(tabla iii.6).
La figura iii.9 presenta la distribución de los resultados agrupados (edad
vs H/Ho), con un ajuste polinomial.

153
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Figura iii.9 Ajuste polinomial de los resultados de edad (promedios)


contra intensidad normalizada, para las muestras del sitio Xalla.

Se observa inicialmente el valor de intensidad máxima, mayor al del cam-


po actual, que corresponde a los flujos de lava del volcán Xitle en ~60 d.C. En
seguida se aprecia una tendencia del campo a disminuir con valores aproxi-
madamente constantes entre ~150 y 250 d.C. y cercanos a 60% del valor del
campo actual. Luego se observa un nuevo incremento, que llega casi a equipa-
rarse con el campo geomagnético del presente, para volver a disminuir y al-
canzar un mínimo en la edad de 500 dC aproximadamente. Como ocurrió
con las muestras de Teopancazco, no se halló una correlación exitosa entre
los resultados de las muestras de Xalla y la compilación global ArcheoInt
(Genevey et al., 2008) ni con las predicciones del modelo CALS7K de Korte y
Constable (2005 a y b).

Comparación de los resultados de los sitios


Teopancazco, Xalla y Cuanalan

Las cerámicas estudiadas procedentes del sitio Xalla son contemporáneas de


las muestras del sitio Teopancazco, por lo que sería conveniente hacer una
comparación entre las determinaciones de intensidad de ambos sitios. En la
figura iii.10 se exponen los resultados edad vs H/Ho junto con el ajuste poli-
nomial correspondiente.

154
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

Figura iii.10. Ajuste polinomial de los resultados de edad (promedios)


contra intensidad normalizada, para muestras de Xalla y Teopancazco.

Si bien los valores de intensidad no son idénticos, en general se aprecia


que las curvas de Xalla y Teopancazco delinean tendencias similares en las
variaciones del campo a lo largo de casi 500 años. Las coincidencias más sig-
nificativas son los mínimos cerca de 200 d.C. y el posterior crecimiento hasta
alcanzar un máximo cercano a los 300 d.C. A partir de ahí el campo vuelve a
decrecer en ambas curvas.
La tendencia y coincidencias observadas en los resultados de ambos si-
tios permiten agrupar los datos por edades para obtener una sola gráfica que
los incluya a todos. Para ello se promediaron los resultados de intensidad con
edades similares, obteniéndose 16 parejas (edad vs H/Ho). Se agregó además
la información disponible de los volcanes Jorullo, ubicado en el estado de
Guanajuato (occidente de México) (Gratton et al., 2005) y Xitle (Morales et
al., 2006). También se han incluido los resultados de intensidad de piezas de
cerámica proveniente de los sitios Cuanalan (obtenidos en el marco del pre-
sente trabajo), El Opeño (Michoacán, occidente de México) (Pineda et al.,
2010) y Kaminaljuyú en Guatemala (Alva-Valdivia et al., 2009). Se incluyó
además el resultado de la muestra Cuitláhuac, del centro de la Ciudad de Mé-
xico (muestra CUI, lote r) obtenido en el marco de este estudio y cuya edad es
465 ±30 AP (tabla iii.7).

155
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Tabla iii.7 Resultados de arqueointensidad de los sitios Xalla y Teopancazco (agrupados por
edades), Cuanalan, El Opeño, Guatemala (Kaminaljuyú) y Volcanes Jorullo y Xitle.

Sitio Edad ± Intensidad Desv est. VADM Desv est. H/Ho ±


(años d.C.) (años) (µT) (µT) (10 22 Am2) (10 22 Am2)
El Opeño –1500 100 33.8 3.3 6.76 0.60 0.77 0.075
Guatemala –900 100 40.5 10.4 8.1 0.20 0.92 0.230
Teop-Xalla –590 115 32.61 3.40 6.53 0.68 0.74 0.017
Cuanalan –207 104 29.56 5.67 5.9 1.1 0.67 0.015
Xitle 60 50 59.6 3.5 11.9 0.7 1.35 0.031
Teop-Xalla 129 96 24.72 4.37 4.95 0.88 0.56 0.013
Teop-Xalla 156 93 34.59 3.06 6.92 0.61 0.79 0.018
Teop-Xalla 223 75 22.21 1.99 9.45 0.19 0.50 0.011
Teop-Xalla 251 39 29.49 2.82 5.90 0.61 0.67 0.015
Teop-Xalla 275 75 27.96 3.90 5.60 0.68 0.64 0.014
Teop-Xalla 286 54 34.11 2.25 6.83 0.45 0.78 0.018
Teop-Xalla 321 54 39.57 4.36 7.94 0.89 0.90 0.020
Teop-Xalla 350 25 38.25 1.76 7.66 0.35 0.87 0.020
Teop-Xalla 373 36 31.33 2.92 6.27 0.59 0.71 0.016
Teop-Xalla 393 60 27.17 1.39 5.44 0.28 0.62 0.014
Teop-Xalla 444 122 32.57 0.19 6.52 0.04 0.74 0.017
Teop-Xalla 475 105 29.98 1.98 6.01 0.39 0.68 0.015
Teop-Xalla 500 50 20.30 2.80 4.05 0.55 0.46 0.010
Teop-Xalla 525 25 28.30 4.85 5.65 0.95 0.64 0.015
Cuitláhuac 1485 30 31.35 2.52 6.27 0.50 0.71 0.016
Jorullo 1766 10 46.6 6.3 9.33 1.26 1.06 0.024

Al realizar una comparación entre todos estos datos con la curva de Bu-
cha (1970), que agrupa resultados de arqueointensidad del noroeste de Méxi-
co y Arizona de los pasados 3 000 años, se revelan algunas similitudes en la
variación temporal de la intensidad geomagnética de la región. Aunque se ob-
serva un desplazamiento de los datos de Bucha hacia arriba con respecto a los
otros, pueden reconocerse rumbos similares en ambas curvas (figura iii.11).
La arqueointensidad corregida de los flujos de lava del Xitle define un
máximo cercano a 60 d.C.; antes y después de este valor ésta disminuye gra-
dualmente hacia su izquierda y derecha para luego darse un nuevo incremen-
to. En la etapa con edades a.C. se alcanza un mínimo en el sitio Cuanalan
(~200 a.C.). Las muestras de Guatemala (~900 a.C.) registran una intensidad
cercana a 90% de la actual, y en El Opeño (~1500 a.C.), el sitio más antiguo de
esta curva, ésta es de ~77%. En las edades d.C. la intensidad oscila en las
muestras de los sitios Teopancazco y Xalla y continúa creciendo hasta alcan-
zar un valor muy cercano al del campo actual en los flujos de lava del volcán
Jorullo (~1766 d.C.).

156
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

Figura III.11. Arqueointensidades obtenidas de los sitios Xalla, Teopancazco (promediados), Cuanalan,
y muestra de Cuitláhuac comparadas con los datos de Bucha (1970). También se muestran los resultados
de intensidad de los volcanes Xitle (Morales et al., 2006) y Jorullo (Gratton et al. 2005) y de los sitios
El Opeño (Morales et al., 2009) y Kaminaljuyú en Guatemala (Alva-Valdivia et al., 2009).

Conclusiones

Los valores de arqueointensidad obtenidos para las muestras de Cuanalan es-


tán entre 24.2 ±3.2 y 40.0 ±1.7µT, lo que corresponde a VADMs con valores de
4.8 ±0.6 a 8.0 ±0.4 (1022 Am2). Los resultados de Teopancazco tomaron valo-
res entre 15.30 ±0.1 y 44.39 ±3.17µT, y VADMs con rango entre 3.1 ±0.02 y 8.88
±0.33 (1022 Am2). Las cerámicas de Xalla reportaron valores de intensidad en
un intervalo entre 16.7 ±2 y 45.07 ±0.97 µT, que corresponden a vadms entre
3.3 ±0.4 y 9.02 ±0.19 (1022 Am2). La muestra CUI del centro de la Ciudad de
México tiene una intensidad de 31.35 ±2.52 µT y VADM 6.28 ±0.50 (1022 Am2).
Los resultados de arqueointensidad no corregidos por los efectos de la aniso-
tropía de magnetización termorremanente y la tasa de enfriamiento son siste-
máticamente más altos que los corregidos.

157
teopancazco en el espacio y en el tiempo

Los resultados de intensidad obtenidos se han comparado con el modelo


global de intensidad CALS7K propuesto por Korte y Costable (2005a), así
como con la más reciente base de datos de arqueointensidad mundial, Ar-
cheoInt (Genevey et al., 2008), reducidos a la Ciudad de México.
En el sitio Cuanalan, la intensidad media obtenida de 29.56±5.67 µT y el
momento axial virtual dipolar (VADM) correspondiente de 5.9 ±1.1 (1022 Am2),
resultan significativamente menores que los valores sugeridos por esos estu-
dios. No obstante, si se comparan los resultados sin las correcciones de ritmo
de enfriamiento y ATRM se observa una mayor concordancia con la predic-
ción de CALS7K. Es probable que este modelo esté sesgado, debido a que a
muchos de los datos en los que se basó su construcción son viejos y en ellos
no se aplicaron las correcciones mencionadas ni se requirieron los mismos
parámetros de calidad que en el presente estudio.
En el sitio Teopancazco, por otra parte, se hallaron valores de intensidad
con un rango de 15.3 ±0.1 a 44.39 ±3.17 µT, y VADMs entre 3.1 ±0.02 y 8.88 ±0.33
(1022 Am2). El sitio Xalla reportó intensidades de 16.7 ±2 a 45.07 ±0.97 µT, con
VADMs entre 3.3 ±0.4 y 9.02 ±0.19 (1022 Am2). La muestra del centro de la Ciu-
dad de México (Cuitláhuac) tiene una intensidad de 31.35 ±2.51 µT y VADM de
6.27 (1022 Am2). No se encontró una correlación entre los datos de estos dos
sitios y aquellos predichos por CALS7K ni por ArcheoInt. Sin embargo, la
compilación de estos resultados junto con las intensidades de los estudios
más recientes de muestras de cerámica horneada mesoamericana de los sitios
El Opeño (Michoacán, occidente de México [Morales et al., 2009]) y Kami-
naljuyú, Guatemala [Alva-Valdivia et al., 2009, en revisión]) así como con las
intensidades de muestras volcánicas de la misma área geográfica y edad (vol-
cán Xitle [Morales et al., 2006] y volcán Jorullo [Gratton et al., 2005]) gene-
ran una curva comparable con la que construyó Bucha (1970) a partir de ar-
queointensidades de muestras provenientes del noroeste de México y
Arizona.
Se observa un desplazamiento hacia abajo de este grupo de datos de in-
tensidades arqueomagnéticas y volcánicas con respecto a los de la curva de
Bucha (figura III.11), pero las variaciones siguen en general un mismo patrón
a lo largo de los dos milenios que abarcan. Se reconoce un pico máximo de
intensidad definido por las lavas del volcán Xitle en ~60 d.C. Antes y después
de ese valor la intensidad disminuyó gradualmente a ambos lados. En las
edades a.C. se alcanza un mínimo en el sitio Cuanalan (~200 a.C.). Las mues-
tras de Guatemala (~900 a.C.) registran una intensidad cercana al 90% de la
actual y en las de El Opeño (~1500 a.C.) es de 77%. En las edades d.C., la in-
tensidad oscila en las muestras de los sitios Teopancazco y Xalla, y continúa
creciendo hasta alcanzar un valor muy cercano al del campo actual en los flu-
jos de lava del volcán Jorullo (~1766 d.C.).
Es notoria la ausencia de nuevos datos de intensidad entre 500 d.C. y la
actualidad, y entre 0 y 2000 a.C. la información es todavía escasa. Un aumen-

158
arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas teotihuacanas

to en las determinaciones en cerámicas correspondientes a estas etapas po-


dría ayudar considerablemente a mejorar la curva.
Los resultados obtenidos indican que es difícil tratar de establecer una
tendencia en las variaciones de intensidad en la región mesoamericana utili-
zando las bases de datos y las predicciones de los modelos globales existen-
tes, tal vez debido a la inequidad en la cantidad de información procedente
de las diferentes regiones de la Tierra y a las desiguales calidades de los da-
tos. De ahí la importancia de este trabajo y otros posteriores para llegar a
conocer mejor las variaciones de intensidad del campo magnético de la
zona. 
Aunque aún es lejana la consolidación de una curva de arqueointensidad
geomagnética para Mesoamérica, los datos presentados en el marco de este
estudio contribuyen a conocer mejor las variaciones de intensidad de la re-
gión. Se espera llegar a contar en el futuro con esta útil herramienta que per-
mita obtener dataciones arqueomagnéticas de forma directa.

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162
Segunda parte
La arqueometría de los materiales
inertes de Teopancazco
Capítulo iv
Teopancazco y su pintura.
Aplicación de técnicas analíticas
pixe, meb-edx, drx, ftir y Raman

C. Cristina Martínez García,a


José Luis Ruvalcaba Sil,b
Linda R. Manzanilla Naimc
y Francisco Riquelmed

Introducción

La producción de pintura mural en Mesoamérica es abundante. Cada cultura


le aporta rasgos característicos que nos hablan de su conocimiento, cosmovi-
sión, organización social y habilidades. En el caso de Teotihuacan, estos res-
tos materiales, la referencia del momento en el que fueron creados, así como
las técnicas y tecnologías al alcance de sus pobladores, constituyen los temas
de interés. Su ejecución involucra un conocimiento previo, maestría en la
técnica constructiva, especialización en el uso de determinados materiales, así
como en los procedimientos pictóricos para lograr texturas, colores, escalas y
composiciones. Todos éstos, elementos que conforman el estilo y la técnica.
Para el estudio de la pintura mural se han seguido varias estrategias a lo
largo del tiempo, desde la seriación relativa de elementos provenientes de ex-
cavaciones hasta los análisis de alta especialización tecnológica. La tendencia
de realizar mediciones exactas de los materiales arqueológicos se ve reflejada
en la presente investigación. El análisis de indicadores técnicos contenidos en
los fragmentos de pintura mural es fundamental, pues representa una ventana
más hacia el pasado; por lo tanto, consideramos que debe existir una metodo-
logía accesible que establezca estándares mínimos en los procedimientos in-
volucrados en los proyectos arqueológicos con presencia de pintura mural.
Estas consideraciones motivaron nuestro estudio. El objetivo era elaborar
una propuesta para cubrir con herramientas tecnológicamente avanzadas el
fechamiento de la pintura de Teopancazco, así como corroborar la correspon-
dencia temporal del estilo pictórico con las técnicas de producción y aplica-
a
Escuela de Historia, Universidad Autónoma de Coahuila, Saltillo, Coahuila.
b
Instituto de Física, unam.
c
Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam.
d
Instituto de Geología, unam.

165
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

ción de pigmentos, y de esa manera demostrar su pertenencia al tipo de la iv a


fase estilística que menciona Lombardo (1996: 34), el periodo Xolalpan.
La caracterización y el análisis de los pigmentos utilizados en los muros y
la cerámica de Teopancazco fue un trabajo multidisciplinario en el que partici-
paron el Instituto de Investigaciones Antropológicas y el Instituto de Física de
la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), así como el área de ma-
teriales del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (inin), trabajo
conjunto en el que se utilizaron las técnicas de emisión de rayos X inducida por
partículas (pixe), microscopía electrónica de barrido con espectroscopía
por dispersión de energía de rayos X (meb-edx), difracción de rayos X (drx),
espectroscopía infrarroja (ftir) y Raman. Estas técnicas han sido empleadas
con éxito para el estudio de pintura mural en Mesoamérica y en otras regiones
y temporalidades (Middleton et al., 2008).

Trabajos y fechamiento
de la pintura de Teopancazco

La interacción entre las imágenes artísticas, plasmadas como una reflexión


sobre la vida humana, y la destreza en el manejo de la técnica pictórica origi-
na una retroalimentación constante. La necesidad de materializar ideas se en-
cuentra limitada por la capacidad de producirlas con técnicas preconcebidas
y estudiadas. En la medida en que éstas últimas se dominan, se empieza a ex-
perimentar y surgen nuevos retos de creación artística. La técnica pictórica
evoluciona mientras da paso a la consolidación de una escuela basada en la
acumulación de experiencia y conocimientos. Las consideraciones de tipo
tecnológico implican conocimiento de materiales y técnicas de construcción,
así como de procedimientos pictóricos, los cuales pueden ser observados en
los restos de Teopancazco; es de gran importancia llevar a cabo la caracteri-
zación de los materiales, las técnicas y las tecnologías empleadas en la realiza-
ción de las imágenes tomando en cuenta el contexto en que se encuentran.
El sitio arqueológico de Teopancazco es un centro de barrio identificado
por restos de pintura mural que representan a dos sacerdotes rindiendo cul-
to frente a un altar. Estas pinturas han sido referidas por autores como Ga-
mio (1979: 157), Peñafiel, Seler, Bretón (Langley, 1989: 28), Batres y Starr
(1894: 3-5). La descripción más detallada de este conjunto en general la da
Starr, y en ella menciona la existencia de muros en los que se pueden apre-
ciar varias figuras de sacerdotes y guerreros.
Tomando como base la figura iv.1 se puede hacer un seguimiento de las
imágenes descritas ubicadas en el sitio arqueológico de Teopancazco, “Casa
de Barrios” o “Casa del Alfarero”.1 Se trata de un habitacional no tan ostento-
1
  Denominado así por haber pertenecido al alfarero José María Barrios, quien lo vendió al
gobierno federal. Este terreno se ubica fuera de la zona arqueológica de Teotihuacan, a una
distancia aproximada de 1 km hacia el sur, en el pueblo de San Sebastián Xolalpan.

166
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

Figura iv.1 El sitio de Teopancazco, enclavado en el pueblo de San Sebastián Xolalpan, Estado de México.

so como los templos y demás edificios que se encuentran dentro de la zona


arqueológica de Teotihuacan (Manzanilla, 1993a, 2003a, 2009).
Cuando Barrios descubrió las estructuras que componen el sitio de Teo-
pancazco los muros tenían menos de un metro de altura; sin embargo, esto
bastó para que se pudiera apreciar la presencia de figuras humanas elaboradas
(sacerdotes y guerreros). “Ésta era la estructura conocida como Teopancaxco
que el Dr. Antonio Peñafiel [...] llamó una corrupción de Teopancalco, ‘lugar
del Templo Residencia’ ” (Langley, 1989: 28).
Las excavaciones aquí realizadas fueron iniciadas por el alfarero propieta-
rio del terreno y continuadas por Leopoldo Batres. En 1894 Starr viajó a Mé-
xico y presenció las excavaciones que realizaba el señor José María Barrios,
quien era distribuidor de curiosidades, fabricante de alfarería moderna e imi-
tador de piezas antiguas (Starr, 1894: 3). El doctor James Langley menciona la
existencia de algunas acuarelas de Adela Bretón de 1895 (Langley, 1989: 29).
En 1900 Peñafiel hizo una publicación en la que aparecían los bocetos y acua-
relas que realizó sobre Teopancazco. Estos dibujos también figuraban en un
estudio que realizó Seler en 1915.

167
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura iv.2 Representación de sacerdotes y guerreros en Teopancazco. (Starr, 1894.)

Las excavaciones de Barrios fueron continuadas por Batres2 (Starr, 1894: 3).
Posteriormente este conjunto arquitectónico fue descrito y dibujado por Ga-
mio (figura iv.1). En este momento ya se describió la construcción de los
muros de piedra que sostienen el techo, sobre las pinturas que aún existen
(Gamio, 1979: 156-157).
La descripción más detallada de este conjunto en general es la que da Starr
y en ella menciona el descubrimiento de cinco cuartos, de muros de base grue-
sa, con una cubierta delgada de yeso y pintura rojo indio (Starr, 1894: 4). La
posición de éstos se puede observar en el boceto que presenta en su artículo y
que aquí incluimos en la figura iv.1. A cada cuarto le adjudicó una letra y de
acuerdo con esta nomenclatura le iremos dando seguimiento a su descripción.
En el cuarto A (figura iv.1) Starr ubica la figura de un guerrero con escu-
do y armas que terminan en forma redonda (figura iv.2a). Los colores pre-
sentes son verde, rosa, rojo y amarillo (Starr, 1894: 6). Del muro norte, en el
cuarto B (figura iv.1), el autor hace la descripción de dos figuras con elabora-
dos tocados de plumas, una a cada lado de la puerta (ver figuras iv.2b y c).
Los colores presentes son amarillo en ambas caras, la línea curva frente a la
cara, parte del enmarcado del tocado, las piernas, el borde y las manchas del
objeto sagrado pendiente, así como en los objetos cuadrados atados al vesti-
do; en rojo, el ojo, la orejera, la banda bajo el cuello, las dos bandas anchas de
la capa, los pequeños discos en el capotillo3 y el centro de las plumas; por últi-
2
  Conservador de antigüedades mexicanas fijado por el gobierno.
3
  Prenda a manera de capa que llegaba a la cintura.

168
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

Figura iv.3 Representación de sacerdotes y guerreros en Teopancazco de Bretón: a-c)


Cabrera 1996, y d) Peñafiel (Gamio 1922).

mo, el verde está presente en las piernas, el armazón del tocado, la franja de la
falda, el capotillo, así como los bordes de las plumas (Starr, 1894: 8).
En el cuarto C (figura iv.1), Starr sólo ubica, en el muro sur, una figura (fi-
gura iv.2d). Aunque la cabeza se perdió, el autor destaca que es posible observar
en ambas manos objetos sagrados (Starr, 1894: 8). Estos diseños (figuras iv.2e y
f) fueron retirados por Barrios de la superficie que forma el lado este de los mu-
ros. Los colores que se mencionan en las descripciones son blanco, amarillo, ver-
de, rosa, rosa marchito, rojo indio oscuro y rojo profundo (Starr 1894: 9).
El cuarto que Starr denomina D es el más descrito por varios autores y
ahí ubicamos la única pintura mural que queda in situ (figura iv.1). En el
cuarto D Starr describe cuatro figuras similares que llevan en sus manos obje-
tos curiosos. De acuerdo con la referencia, sólo dos de éstas se encontraban
bien conservadas (figuras iv.2g y h). Los colores presentes son blanco, ama-
rillo, rosa, rojo y rojo oscuro (Starr, 1894: 11-13).
Gamio (1979) no hace las descripciones minuciosas de Starr, pero sí da una
referencia de las pinturas. Este autor describe un sacerdote y un guerrero, de los
cuales sólo quedan las reproducciones que realizaron Bretón y Peñafiel (figuras
iv.3a-d) y señala que guardan gran parecido con una tercera, que se encuentra
en el museo de sitio, con la que sólo tienen pequeñas diferencias en el tocado
y en el rostro; sin embargo, no menciona cuáles son éstas (Gamio 1979: 157).

169
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

La pintura que llama más la atención, por su detalle, se encuentra al sur de


este cuarto. Tanto Gamio (1979: 157) como Starr (1894: 13) hacen una descrip-
ción detallada que puede ser comparada con las representaciones gráficas de
Starr, Peñafiel y Bretón (figura iv.4a-c). La figura que se encuentra entre los
dos sacerdotes no ha sido definida aún: Starr menciona que se trata de un altar
con base, sobre la que descansa un disco ornamentado; Gamio la describe
como “representación estilizada del sol, con veintidós rayos colocados sobre
un pedestal”; Seler decía que se trataba de la luna; Langley la describe como
“un céntrico motivo como relicario [...] conocido como ‘el pulque sacerdo-
tal’ ”; Lombardo asocia las redes con el sol y describe a “dos sacerdotes con to-
cados de jaguar [que] rinden culto a un disco solar que tiene un borde de rayos
—igual a las diademas de los jaguares— y su centro es reticulado” (Lombardo,
en De la Fuente, 1996: 41). Los estudios realizados por el equipo del proyecto
“Teotihuacan: elite y gobierno”, dirigido por Linda R. Manzanilla, han encon-
trado rastros químicos de estas ceremonias en el sector ritual de Teopancazco
(Pecci et al., 2010; Manzanilla, 2009). Estos estudios sugieren el derrame de lí-
quidos orgánicos con semillas de salvia en cuatro puntos cardinales alrededor
del altar (Martínez-Yrízar y Adriano-Morán, 2006; Manzanilla, 2009).
Por último, en el cuarto E, Starr menciona la existencia de pinturas deta-
lladas que representaban seres humanos ataviados con finos vestidos y elabo-
rados tocados de color verde, rojo, rosa y naranja-cafetoso (Starr, 1894: 4),
posiblemente un muestrario de la producción artesanal que se confeccionaba
en este sitio.
La temática, calidad y estado de conservación de las pinturas murales lla-
maron la atención de muchas personas y por ello es que se cuenta con varia-
das descripciones. Sin embargo, los intentos para fecharlas se basaron única-
mente en el estilo pictórico. Desde este enfoque, los murales pertenecen, de
acuerdo con Covarrubias (1957: 141), a una época temprana; Toscano (1946:
561-562) les da correspondencia con Teotihuacan iv; y Marquina los relacio-
na con una época tardía por su estilo y ubicación estratigráfica (en Gamio,
1992: 157) (Cabrera, 1996: 157). La referencia de Lombardo (1996: 34) ubica a
las pinturas murales de Teopancazco en la iv a fase estilística, que correspon-
de al periodo Xolalpan.
Las características que Lombardo describe para esta iv a fase estilística
son: 1) “... formatos […] rectangulares, de proporción horizontal, en los que
se colocan […] figuras humanas, antropomorfas, zoomorfas e híbridas”
(Lombardo 1996: 36); 2) la presencia de líneas rojas que delimitan el contor-
no de los diseños; 3) una explosión policroma que surge de la combinación
de todos los colores y el uso de efectos de intensidad que se logran con o sin
la saturación de los pigmentos; 4) una fragmentación en los motivos de las
superficies, que se va intensificando conforme se llega al final de la fase, y 5) la
existencia de pinturas monocromas, en las que se utilizan las mismas imáge-
nes y temas de la pintura policroma.

170
Figura iv.4 Tres representaciones de la misma escena de sacerdotes
en Teopancazco ( a) Starr, 1894; b) Gamio, 1922, y c) Cabrera, 1996).
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura iv.5 Grupos básicos para el análisis de materiales provenientes del sitio de San Sebastián Xolalpan.

Más allá de las imágenes presentes en los murales documentados de Teo-


pancazco y sus correspondencias con los estilos pictóricos, también existen
otros materiales fragmentados que no permiten apreciar los diseños comple-
tos. Estos fragmentos son tan pequeños que no se los puede relacionar con un
estilo, situación común en las excavaciones arqueológicas. Aquí radica el pro-
blema e interés primordial del presente estudio.
Las muestras analizadas provienen del proyecto “Teotihuacan: elite y go-
bierno”, dirigido por Linda R. Manzanilla, realizadas en el sitio de San Sebastián
Xolalpan, de sus temporadas entre 1997 y 2005. El total de muestras analizadas
es de 46, que para este estudio se dividieron en tres grupos básicos: a) fragmen-
tos de mural estucado y con pintura (figura iv.5a): los colores que representa
este grupo son azul, diferentes tonos de rojo, negro, verde y amarillo; b) frag-
mentos de cerámica estucada o no, con pintura (figura iv.5b): los colores pre-
sentes en este grupo son blanco, negro, verde, tonos de rojos, azul, ocre y gris;
por último, c) muestras de materiales considerados pigmentos (figura iv.5c), en
colores ocre y rojo. La inclusión de cerámicas permitió entender de una manera
más amplia y detallada el uso de los pigmentos en los materiales teotihuacanos.

172
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

La pintura mural teotihuacana y sus fases

El interés marcado por caracterizar la pintura mural comenzó a notarse desde


la segunda mitad del siglo xx. Los investigadores trataron de seriarla para po-
der usarla como referencia temporal de su cultura creadora. En 1960 Clara
Millon propuso periodos técnicos determinados por los cambios en los moti-
vos pictóricos a través del tiempo. Ella buscaba estudiar la continuidad y el
cambio del estilo pictórico basándose en la presencia o ausencia de los ele-
mentos diseñados y en una seriación ordenada de variaciones, cambios en
combinaciones o asociaciones de elementos (véase la tabla iv.1).4 Esto debe-
ría ser reforzado con la estratigrafía (Millon, R. 1967, 1970); sin embargo, no
todos los murales se encuentran asociados con una estratigrafía, de manera
que este recurso sólo se utilizó como una comparación sobre los resultados
del análisis estilístico. Así como Clara Millon (1966, 1972), también Séjourné,
Gendrop (1971:10-40), Miller (1973), Magaloni (1994), Lombardo (1996), De
la Fuente (1995a, 1995b y 1996), Angulo (1996), entre otros, se dieron a la ta-
rea de buscar rasgos comunes a todos los murales de Mesoamérica, como el
uso de colores planos y la ausencia de perspectiva. Una referencia de las pro-
puestas de investigadores como Clara Millon (1972), Magaloni (1996) y Lom-
bardo (1996) se encuentra en la tabla iv.1.
Las fases de la pintura mural teotihuacana van desde la expresión incipiente
de la fase inicial a la experimentación y el perfeccionamiento de las técnicas em-
pleadas en la manufactura de los soportes, así como de la producción y manejo
del color, a la maestría de expresión y ejecución durante la fase Xolalpan, hasta
alcanzar una fase de decadencia representada por un empobrecimiento en los
diseños (formas, imágenes y temas), y más tarde terminar con una tendencia
geometrizante, al parecer de una tradición distinta (Lombardo, 1996: 61).
Ésta es una de las direcciones más trabajadas en el estudio de la pintura
mural teotihuacana, y se han logrado grandes avances al seguirla. Sin embar-
go, un factor determinante que hay que tomar en cuenta y al que se le debe
dar suficiente crédito es la caracterización de las técnicas empleadas en la pro-
ducción de la pintura mural. Así, con este trabajo, se buscó corroborar con
análisis técnicos la asociación entre estilo y técnica pictórica.
Las continuidades y cambios, presencias o ausencias, combinaciones o
asociaciones de los elementos diseñados en el estilo pictórico, son un referen-
te válido. Pero ¿qué pasa con los fragmentos de murales en los que no se pue-
de hacer esta asociación? Para estos casos Magaloni (1992) buscó describir
también los cambios en las técnicas de manufactura. La investigadora estable-
ció, cronológicamente, cuatro periodos técnicos basados en la estructura y
composición del yeso, y propuso la caracterización de los aspectos materiales
4
  A fin de facilitar la lectura, en este capítulo las tablas se han ubicado al final del texto
(pp. 192-201), de manera que las imágenes queden lo más cerca posible de sus explicaciones y
sus respectivas remisiones. [E.]

173
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

y formales que constituyen a la obra pictórica, describiendo la forma en la


que éstos se distribuyen en cada mural (Magaloni, 1994: 26-28).
De acuerdo con Lombardo, la fase estilística de los murales de Teopancaz-
co corresponde al tercer periodo técnico establecido por Magaloni. Las carac-
terísticas técnicas que Magaloni (De la Fuente, 1996: 216 y 224) atribuye a este
periodo son: 1) en sus enlucidos, pasta rica en cal, poca porosidad y empleo de
arenas, y 2) en el color, una policromía conformada por rojo teotihuacano, rosa
medio, verde malaquita, verde pastel, verde seco, verde oscuro, amarillo claro,
ocre, naranja, azul claro, ultramarino, azul Tetitla y negro, además del enrique-
cimiento de esta paleta cromática por la mezcla de estos colores con el blanco.5
A partir de este tipo de caracterización, el presente estudio buscó susten-
tar la ubicación cronológica de los fragmentos de pintura mural, fragmen-
tos de cerámica con presencia de pintura y algunos pigmentos que se rescata-
ron de las excavaciones realizadas en el sitio de Teopancazco.

La caracterización arqueométrica y sus resultados

La relación entre un objeto y su composición elemental puede ayudar a de-


terminar, entre otras cosas, autenticidad, origen y procedencia, patologías y
dietas, estado de deterioro, evaluación de métodos de conservación y restau-
ración, tecnologías antiguas, y además es una forma de datación indirecta
cuando los materiales presentan cambios específicos a la largo del tiempo
(Ruvalcaba, 2003). Trabajos en este sentido han sido realizados por Barba et al.
(2009), Beramendi et al. (2009), Doménech-Carbó et al. (2007a, 2007b, 2008)
y Manzanilla (1998, 1993b, 1996, 2002, 2003b, 2006; et al., 1996).
Las técnicas arqueométricas empleadas para esta investigación fueron:
1) emisión de rayos X inducida por partículas (pixe); 2) espectroscopía Raman;
3) microscopía electrónica analítica de barrido dotado de microsonda de
electrones (meb-edx); 4) difracción de rayos-X (drx), y 5) espectroscopía
infrarroja (ftir). Si bien mediante pixe se obtiene la composición elemental
con una alta sensibilidad de manera no invasiva y no destructiva, con meb-
edx y drx es posible determinar tamaño, morfología y agrupaciones cristali-
nas, mientras que ftir y Raman son adecuadas para determinar arreglos mo-
leculares y realizar la identificación de materiales orgánicos e inorgánicos; sin
embargo, para llevar a cabo estos análisis es necesario tomar y preparar muy
pequeños fragmentos de las muestras. La combinación de las técnicas analíti-
cas en el presente trabajo ayudó a obtener información complementaria so-
bre el tipo de materiales utilizados para lograr el acabado, el color, las propie-
dades, y conocer si algunos pigmentos eran de origen orgánico o inorgánico.
Los resultados del estudio mediante estas técnicas se detallan a continuación.
5
  Un seguimiento a las intervenciones de restauración realizadas en Teotihuacan en gene-
ral y Teopancazco en particular puede ser consultado en Teyssier, 1986.

174
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

1. Emisión de rayos X inducida por partículas (pixe)

Esta técnica determina la composición elemental química de los materiales,


detectando qué elementos componen los colores de cada muestra en el lu-
gar de incidencia del haz, así como los perfiles de concentración de elementos
a su paso (Ruvalcaba, 2005; Rodríguez et al., 1995, 1999a, 1999b). Para realizar
un análisis pixe, el haz de protones se conduce hasta una ventana muy delga-
da de aluminio (12 µm). El haz atraviesa la ventana y se proyecta en línea recta
sobre la atmósfera y sobre la muestra u objeto de estudio (Ruvalcaba, 2008).
Una de las innovaciones del análisis pixe mediante el dispositivo del haz
externo es que no se requiere prácticamente la preparación de muestras ni cor-
tes transversales de los fragmentos; simplemente hay que colocar la muestra
frente al haz de protones, de manera que éste incida en el área que se desea ana-
lizar. Dependiendo del tipo de resultados que se quiere obtener, es posible ma-
nipular el ángulo de incidencia y la intensidad del haz. Esta particularidad de la
técnica de caracterización permitió realizar el conteo elemental en cada uno de
los colores de las muestras sin que ninguna se viera alterada de forma alguna.
Para la realización de esta caracterización no resultaron limitantes el tamaño ni
la morfología de las muestras; por lo tanto, se analizaron todas las muestras.
En la tabla iv.2 se puede observar en los materiales de pintura mural una
caracterización cualitativa que destaca la presencia constante de K, Ca, Mn,
Fe y Ti en todas las muestras. La notable intensidad de Ca se debe a que el haz
alcanza el estuco del enlucido. El Sr en cantidades de trazas está correlaciona-
do con el Ca. Pero en ellas también destacan los espectros pixe típicos de
cada uno de los colores de las muestras y las intensidades relativas de los ele-
mentos detectados (figuras iv.6 y iv.7).
Con base en las gráficas se pudo relacionar el color con las concentracio-
nes elementales características de determinados compuestos. El caso más co-
mún es el de los óxidos de Fe de los que se pueden obtener los colores rojo
(hematita), rosa y amarillo (ocre); la diferencia está en las concentraciones
de Fe. También destaca la presencia sistemática de Cu en el verde, probable-
mente carbonatos de cobre, y un poco de éste en un azul, probablemente por
deslave. El color azul (muestra PM1) parece ser de origen orgánico porque no
fue posible tener una lectura elemental característica; la muestra presenta el
mismo patrón de composición elemental del estuco.
En cuanto a la cerámica con pintura, se observa la presencia de K, Mn, Fe
y Ti (tabla iv.3). A diferencia de la pintura mural, resalta la utilización de ci-
nabrio (HgS) para el color rojo-naranja o el rosa, y prácticamente no se
observa la presencia de hematita, que es el componente principal del rojo en
la pintura mural. En el caso de los colores verdes conformados por carbona-
tos de Cu, se observan concentraciones pequeñas de As, impurezas que están
vinculadas a los yacimientos de origen de este pigmento y con las que se pue-
de establecer la probable procedencia de este color.

175
Figura iv.6 Espectros
típicos de los colores
analizados por pixe
con el haz externo.

Figura iv.7
Intensidades relativas de
los elementos detectados
en los colores analizados.
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

2. Espectroscopía Raman

Esta técnica se aplicó directamente a los fragmentos, sin tomar muestras; de


manera similar a pixe es no invasiva y no destructiva para la identificación
de algunos componentes de los colores (Alonso et al., 2005). El resultado del
análisis es un espectro con bandas de vibración de los enlaces químicos, por
lo cual las señales del espectro son características de cada compuesto específi-
co (Edwards y Chalmers, 2005). La identificación se realiza comparando con
bases de referencia de los compuestos. En nuestro caso el equipo Raman uti-
lizado es el modelo Inspector de Delta Nu, el cual está dotado de un láser de
785 nm y un sistema microscópico para su enfoque en regiones específicas.
En la figura iv.8 se muestran algunos de los espectros obtenidos.
En el caso del color blanco de los fragmentos de cerámica pintada se ob-
serva claramente la señal de la calcita a 1088 cm–1. Sobre este fondo, en fun-
ción de la cantidad de pigmento se observan en mayor o menor medida las
señales de los pigmentos, como en el caso del cinabrio, con sus señales a 254 y
347 cm–1. No obstante, en el caso del color verde no es factible observar clara-
mente las señales de carbonatos de cobre a 430 y 275 cm–1 o de otros pigmen-
tos debido a la fluorescencia presente en los espectros. Lo mismo sucede con
el color negro de carbón, con señales en torno a 1 580 cm–1. En ambos casos la
señal de carbonato de calcio, que es muy intensa, es dominante y se superpo-
ne a las señales de esos pigmentos. No obstante, en el caso de los colores rojos
de la cerámica, sólo se detectó cinabrio en su composición. La tabla iv.4 mues-
tra un resumen de los resultados obtenidos.

Figura iv.8 Espectros


típicos de Raman para
el color blanco, rojo-
naranja y verde.

177
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

3. Microscopía electrónica de barrido


con espectroscopía por dispersión de energía de rX (meb-eds)

La caracterización de los pigmentos realizada con esta técnica se hizo en el


modo de alto vacío. Se empleó para estudiar, a partir de imágenes, las caracte-
rísticas microestructurales de los pigmentos, además de la composición quí-
mica elemental que los constituye. Es una herramienta fundamental para rea-
lizar estudios a detalle, pues permite obtener información de la morfología, el
tamaño de partícula y el análisis elemental de manera localizada, a partir de
una cantidad mínima de la muestra (Alva Medina et al., 1998; Espinosa Pes-
queira et al., 1998; Falcón et al., 1999; Carapia Morales et al., 1998; Mendoza et al.,
1998a, 1998b, 2000; Merchant, 1994).
La función que realiza se cumple a través de un haz de electrones, que in-
cide en un punto determinado de la muestra y puede barrer la superficie y
generar una imagen a partir de su dispersión. Simultáneamente se pueden
realizar análisis estructurales de la materia que compone las muestras para
observar las diferentes formaciones típicas y medir el tamaño de las partículas
que las conforman, además de hacer análisis químico elemental de las mues-
tras. La caracterización meb-eds es menos sensible que pixe por un factor de
100 a 1 000; también la profundidad analizada es diferente, pues ésta no exce-
de más que algunos micrómetros en comparación con pixe (Martínez, 2002;
Martínez et. al., 2002, 2005).
Los resultados de la caracterización meb-eds se encuentran concentra-
dos en la tabla iv.5 para los materiales con pintura mural, en las tablas iv.6 y
iv.7 para las muestras de cerámica con pintura, y en la tabla iv.8 el análisis de
los pigmentos colectados del contexto arqueológico.
Mediante esta técnica se pudieron observar similitudes y diferencias en
las estructuras que conforman conglomerados para cada color: azul (figura
iv.9a); verde (figura iv.9b); rojo oscuro (figura iv.9c); guinda (figura iv.9d);
negro (figura iv.9e); amarillo (figura iv.9f), así como el estuco blanco (fi-
gura iv.9g). Un ejemplo de ello son las micrografías y espectros (imágenes)
de las partículas esféricas blanquecinas (figura iv.9d), que corresponden al
Fe. En general los resultados de los análisis elementales coinciden con los
resultados de pixe, y aunque no se observan los elementos de traza, se com-
plementa la detección de los elementos más ligeros.
En la figura iv.9a, de color azul, se observaron estructuras que forman
conglomerados del orden de 10 µm. Los elementos que forman la zona azul
son similares a los obtenidos para la muestra PM11 en la parte correspon-
diente al color azul (tabla iv.5). De PM11 también se caracterizó el color
verde y, como se observa en la figura iv.9b, sobre una superficie no definida
que constituye un aglomerado es posible determinar la presencia de estruc-
turas en forma de placas con alto contenido de cobre. Sobre el rojo oscuro
de PM12 (figura iv.9c), el guinda de PM3 (figura iv.9d) y el amarillo de

178
Figura iv.9 Micrografías y espectros típicos de meb-eds en fragmentos de muro con pintura:
a) PM1 azul (2 500x); b) PM11 verde (2 500x); c) PM12 rojo oscuro (5 000x); d) PM3 guinda (5 000x);
e) PM5 Negro (2 500x); f) PM7 amarillo (2 500x); g) PM8 estuco (5 000x).

PM7 (figura iv.9f) destaca la presencia Fe como factor que propicia el co-
lor; las diferencias entre tonos y colores se deben a la concentración de este
elemento. En el color negro de PM5 (figura iv.9e) destaca una especie de
película craquelada que recubre la superficie. Por debajo de ésta hay partícu-
las brillantes que están constituidas por P y Cal (tabla iv.5); por último, el
estuco de PM8 está constituido por aglomerados de diferentes tamaños.
Los elementos que lo conforman (tabla iv.5) representan alguna fase de
carbonato de calcio.

179
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Con respecto a la cerámica analizada (tablas iv.6 y iv.7), destaca la pre-


sencia de cinabrio en las coloraciones rojas. Otros colores analizados fueron
el blanco del estuco (figuras iv.10a y b), gris (figura iv.10c), negro (figura
iv.10d), azul (figura iv.10e), verde (figura iv.10f), ocre (figura iv.10g), ama-
rillo (figura iv.10h), rojo (figura iv.10i), naranja (figura iv.10j), rojo-naranja
(figura iv.10k), y rosa oscuro (figura iv.10l).
En cuanto a los tonos de estuco blanco que fueron caracterizados, en-
contramos en PC4 (figura iv.10a) una matriz conformada por alguna fase
de carbonato de calcio. En PC6 (figura iv.10b), se observan estructuras ca-
racterísticas de diatomeas, de formas alargadas, con poros en sus costados.
Para el color gris de la PC16 (figura iv.10c) observamos una composición
similar a la del negro PC18 (figura iv.10d), con altos contenidos de carbón
(tabla iv.7).
La tonalidad gris la da una capa que descansa sobre el negro. El verde de
PC10 (figura iv.10f) está formado de estructuras con alta concentración de Cu.
En el ocre de PC9 (figura iv.10g) destaca la concentración de Fe y Ti, sien-
do esta combinación similar a la observada en la muestra PC6 en la zona
amarilla. En la gama de rojos, sólo PC17 (figura iv.10i) está compuesto de
Fe. Para los demás, el naranja de PC2 (figura iv.10j), rojo-naranja de PC18
(figura iv.10k) y rosa oscuro de PC19 (figura iv.10l), el análisis meb-eds
muestra que están constituidos por un gran porcentaje de Hg y S: cinabrio
(Martínez, 2002).
Por último, el grupo de los pigmentos. En la tabla iv.8 aparecen los resul-
tados químicos elementales del análisis meb-eds en estas muestras, así como
sus correspondientes micrografías y espectros para los colores rojo (figuras
iv.11a y b), negro (figura iv.11c) y ocre (figura iv.11d).
En la tabla iv.8 observamos que la muestra P1 se encuentra compuesta
por varios componentes que fueron analizados: dos fragmentos como peque-
ñas astillas de hueso, una impregnada con pigmento rojo en la superficie y la
otra no, además de otros dos fragmentos, uno negro y otro de piedra roja.
Sobre la piedra roja de P1 (figura iv.11a) observamos una superficie consti-
tuida por hojuelas y fibras con alto contenido de Fe. En el tejo rojo de P3 (fi-
gura iv.11b) también destaca la presencia de Fe, que explica el color en los
dos casos.
En cuanto al trozo negro de P1, luce como una superficie sinuosa de apa-
riencia laminar. Al hacer una revisión en la tabla iv.8 resulta claro que el color
negro de la muestra es una consecuencia de la concentración de carbono. Por
último está el color ocre de P4, que se encuentra sobre una superficie erosio-
nada conformada por fibras entre las que se encuentran partículas con alto
contenido de Fe.

180
Figura iv.10 Micrografías y espectros típicos de Meb-eds en fragmentos de cerámica con pintura:
a) PC4 estuco (2 500x); b) PC6 blanco (1 000x); c) PC16 gris (5 000x); d) PC18 línea negra (2 500x);
e) PC6 azul (2 500x); f) PC10 verde (1 000x); g) PC9 ocre (5 000x), h) PC20 amarillo (1 000x);
i) PC17 rojo (2 500x); j) PC2 naranja (2 500x); k) PC18 rojo-naranja (5 000x); l) PC19 rosa (2 500x).
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura iv.11 Micrografías y espectros típicos de Meb-eds en pigmentos: a) P1 fragmento de piedra roja (5 000x);
b) P3 tejo de pigmento rojo (2 500x); c) P1 trozo negro (500x); d) P4 ocre (2 500x).

4. Difracción de rayos-X (drx)

Para la caracterización de la pintura no sólo es necesario conocer la composi-


ción química elemental del pigmento, también lo es saber cuál es el arreglo
que mantienen los elementos, es decir, las fases cristalinas que los constitu-
yen. Las muestras caracterizadas por este método deben ser molidas homogé-
neamente y colocadas en una capa equitativamente distribuida sobre un por-
tamuestras. La preparación de las muestras consistió en colocar los materiales
sobre un portamuestras especial, de 5 cm de diámetro, para evitar alterar las
piezas. El tiempo de detección para cada muestra fue de entre 20 y 30 minutos
(Martínez, 2002).
A partir de cada análisis se genera un difractograma en el que es posible
observar gráficamente la composición química de la muestra, como en el caso
del color guinda de PM3 (figura iv.12). Tal y como se podría esperar, se de-
terminó que todas las muestras de fragmentos de muro con pinturas analiza-
das se encuentran constituidas mayoritariamente por calcita (CaCO3), que es
el soporte característico de preparación para los muros pintados de la cultura
teotihuacana. Los colores rojos y amarillos están dados por hematita (Fe2O3)
u óxido de hierro (FeO). La muestra PM1 de color azul es la única que pre-
sentó sepiolita y anorthoclasa, como en el caso de una preparación tipo azul
maya (Fernández García et al., 2009). Para la muestra PM5, de color negro, se
determinó la presencia de calcita, cuarzo, meionita y deltaita. No se observan
señales en el color negro de carbón, pues probablemente éste es de origen or-

182
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

Figura iv.12 Difractograma de la muestra PM3 de color guinda.

gánico y por lo tanto no es cristalino como lo es el grafito, el carbón mineral.


En la muestra PM11 hay óxido de hierro y tridimita. Tanto en la cerámica
como en el pigmento suelto se reveló la presencia de albita, probablemente
proveniente del sustrato. En las tablas iv.9, iv.10 y iv.11 se muestran los resul-
tados de los análisis por esta técnica en fragmentos de muro, cerámica y pig-
mentos, respectivamente.
En el análisis de las muestras de cerámica destaca la presencia de calcita
(CaCO3) en PC2, PC4, PC6, PC8 y PC11 (tabla iv.10), y de cuarzo en PC8,
PC11, PC17 y PC20 (tabla iv.10). Los colores rojos o amarillos contienen fa-
ses cristalinas como hematita y ferroactinolita (PC2, PC4, PC11 y PC17). En
las muestras de pigmento suelto rescatadas de las excavaciones de Teopancaz-
co encontramos que sólo P1 y P2 contienen cuarzo (tabla iv.11); en la prime-
ra también se detectó maghemita y anorthita; en el segundo caso hay actinoli-
ta, y la muestra P3 no tiene cuarzo, pero sí cristobalita. Hay una constante en
estas tres muestras y es que todas contienen hematita (tabla iv.11). En cuanto
a la muestra P4, color ocre, se determinaron estructuras cristalinas como cris-
tobalita, tridymita, anorthoclasa y ferroactinolita (tabla iv.11). Todas estas
muestras de pigmentos sueltos revelan la presencia de Fe como componente
principal de sus colores.

183
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

5. Espectroscopía infrarroja (ftir)

Esta técnica se aplicó sobre todo para aquellos materiales que no pudieron ser
identificados por ninguna de las técnicas anteriores, debido a su origen orgá-
nico. La muestra se preparó obteniendo una pequeña cantidad del pigmento
superficial en las muestras seleccionadas. En total, se analizaron 10 muestras
que fueron preparadas con un mortero de ágata para obtener un polvo muy
fino; cada una se mezcló con bromuro de potasio (KBr) en una proporción
de 1:10 respectivamente (este compuesto sólo sirve como matriz). De la mez-
cla se obtiene una pastilla homogénea y transparente que se transfiere al so-
porte del espectrómetro para obtener el espectro infrarrojo.
Los análisis se realizaron en los colores azul (figuras iv.13a, PM1, y iv.13e,
PC6), guinda (figura iv.13b, PM4), negro (figuras iv.13c, PM5 y iv.13g,
PC16), blanco (figura iv.13d, PC6), gris (figura iv.13f, PC16), rojo (figuras
13h, P1, y 13i, P3) y ocre (figura 13j, P4). Esta caracterización permite, de ma-
nera adicional, determinar los modos de vibración que corresponden a mate-
riales de origen orgánico, tales como CH2, CH3 y C=C. Los espectros obteni-
dos pueden ser observados en la figura iv.13.
A partir de ftir se determinaron grupos hidroxilos, agua molecular, mo-
nóxido de carbono y modos de vibración que corresponden a materiales or-
gánicos (figuras iv.13a-j). Se identificaron bandas asociadas con el H2O: una
banda ancha en todas las muestras de alrededor de 3 434-3 431 cm–1 como re-
sultado de la superposición de las vibraciones de estiramiento de los grupos
OH– y moléculas de agua absorbida; en todas las muestras también aparece la
vibración de deformación del enlace H-O-H del agua que es una banda más
pequeña ubicada a 1 622-1 633 cm–1; las bandas ubicadas entre 2 515-2 519 cm–1,
3 696-3 699 cm–1, 3763 cm–1 y 3795 cm–1 también corresponden a O-H. Como
consecuencia de enlaces C-O, característicos del CO2 del medio ambiente
aparecen las bandas entre 2 336-2 343 cm–1, 2 361-2 371 cm–1; asimismo se deter-
minaron enlaces de C-O, característicos del CaCO3 (carbonato de calcio o
calcita), y su banda principal se encuentra a 1 419-1 431 cm–1, mientras que las
bandas secundarias se ubican a 675-690 cm–1 y 710-712 cm–1.
Hay en todos los espectros, con excepción del de la muestra PM5 en su
color negro, una banda muy pequeña entre 2 924-2 925 cm–1 de CH2 (metile-
no) que se atribuye a la presencia de material orgánico, al igual que los que
poseen modos de vibración a 2854-2856 cm–1 y 2985 cm–1 (este último perte-
neciente a CH3), así como la presencia de una banda entre 1798-1800 cm–1
que corresponde a un doble enlace de carbono.
Otra vibración constante en la mayoría de las muestras es la banda a 1 031-
1 048 cm–1, asociada con la presencia funcional del enlace Si-O del cuarzo;
con este tipo de vibraciones también se asocian las bandas características de
446-469 cm–1, 535-540 cm–1, 565-568 cm–1, 603 cm-1, 785-796 cm–1, 874-875
cm–1 y 1 100 cm–1 (figura iv.13).

184
Figura iv.13 Bandas características de FTIR en: a) PM1 azul, b) PM4 guinda, c) PM5 negro,
d) PC6 blanco, e) PC6 azul, f) PC16 gris, g) PC16 negro, h) P1 rojo, i) P3 rojo, j) P4 ocre.
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

De acuerdo con estos resultados, es posible atribuir la presencia de las


bandas características encontradas a posibles contaminaciones. Esto se en-
tiende porque la mayoría de los resultados no guardan alguna relación con
sus características finales de color. Lo anterior nos permite sugerir un estudio
más profundo de los materiales que se encuentran en el medio, en interacción
con las muestras arqueológicas, principalmente de los que se encuentran cu-
biertos (suelo).

Discusión de resultados y conclusiones

La información obtenida de este estudio fue comparada con los análisis pre-
vios de la pintura mural teotihuacana (Magaloni et al., 1991; Magaloni, 1998).
Para realizar esta comparación tomamos en cuenta los periodos técnicos II,
III y IV propuestos por Magaloni:
En el periodo técnico II (correspondiente a Tlamimilolpa 200-350 d.C.),
la autora menciona el empleo del cuarzo volcánico. En la mayoría de las
muestras analizadas se puede observar la presencia de cuarzo (SiO2). En
cuanto al color, ella menciona un oscurecimiento del rojo a rojo teotihuacano
(hematita), característica que se hace evidente para los guindas y rojos (he-
matita, Fe2O3).
Al periodo técnico III (correspondiente a Xolalpan 350-550 d.C.) se atri-
buye una rica matriz de calcio (Ca), así como la continuación en el empleo de
los cuarzos volcánicos y feldespatos. En los materiales de Teopancazco se pue-
de apreciar la alta concentración de Ca en la mayoría de las muestras, excepto
en PM2, PM9 y PM10 que sí presentan Ca pero en una proporción menor que
las demás muestras. Magaloni destaca como característica particular la com-
pactación de la matriz de cal y la presencia de pequeñas fisuras que pueden ser
observadas por microscopía electrónica. Esta compactación de la matriz y la
presencia de fisuras se encuentran en las muestras PM5, PM6 y PM11. La pale-
ta cromática de este periodo se encuentra definida como la más rica en poli-
cromía; los colores que poseen las muestras de Teopancazco son dos tonos de
azul, rojo teotihuacano en sus tonos más oscuros o claros, guinda, negro, ama-
rillo y verde, que entran dentro de la descripción que hace la autora.
Para el periodo técnico IV (correspondiente a Metepec 550-650 d.C.),
Magaloni destaca una mejora en la producción del material cementante que
se vuelve más resistente a base de un principio granulométrico, y la continui-
dad en el empleo del rojo teotihuacano, de los rosas y del amarillo.
Los procesos de excavación y de análisis de materiales que se realizaron
en Teopancazco nos permiten asociar las muestras PM3, PM4, PM5 y PM6 al
350 d.C., y las muestras PM7, PM8 y PM9 al 650 d.C., debido a que a partir del
segundo periodo técnico y en adelante se trata de una misma tradición con
pequeñas variantes en la tecnología del color (Magaloni, 1996), no así en las
formas plasmadas.

186
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

Consideramos que los fragmentos de pintura mural provenientes de las


excavaciones de Teopancazco que pertenecen a un periodo de la fase Tlami-
milolpa son: PM3 (guinda), PM4 (guinda), PM5 (negro) y PM6 (rojo claro y
oscuro). Es difícil hacer una distinción más precisa debido a que muchos de
los colores que se utilizaron en el segundo periodo técnico también se em-
plearon en el tercero; la diferencia está en las combinaciones y matices que se
formaron con los colores base. Los colores guindas y rojos presentan una alta
concentración de Fe, y el análisis realizado en PM3 revela que se trata de he-
matita. Del color negro podemos decir que definitivamente su aspecto no es
opaco de tono terroso (primera fase técnica); además Magaloni menciona
que en el negro perteneciente a la segunda y tercera fase técnica se identificó
un bióxido de manganeso o pirolusita (MnO2). En relación con lo anterior, es
posible encontrar esta conformación elemental en la muestra PM5. En las
cuatro muestras el acabado de la superficie es bueno y las delgadas capas de
color descansan sobre un enlucido delgado y fino. Además, todas las muestras
se encontraron en el mismo nivel estratigráfico, dentro del cuarto que se de-
nominó 206 de Teopancazco.
A la fase Xolalpan (periodo técnico III) corresponden las muestras PM1,
PM7, PM8, PM9, PM10, PM11 y PM12. En la muestra PM11, a pesar de su pe-
queño tamaño, es posible observar en su variada policromía la presencia de
fisuras debido a la compactación de su matriz de cal y la tecnología empleada
en la preparación de los cristales de malaquita que miden aproximadamente 4
micrómetros. La caracterización de cada una de estas muestras permite aso-
ciarlas con esta fase, debido a la homogeneidad de su superficie, la composi-
ción elemental de los colores, así como su ubicación estratigráfica.
Las muestras PM7 y PM8 (ambas con dos tonos de rojo y amarillo), PM9
(rojo) y PM10 (rojo) pertenecen a un espacio en el tiempo entre la fase Xolal-
pan tardía y el principio de la fase Metepec. Los colores que se encuentran
representados en estos fragmentos de mural cumplen con las características
que Magaloni describe para la fase Xolalpan (la hematita como causante de
rojo y amarillo), pero también para lo poco que se sabe de Metepec (Magalo-
ni, 1996: 216).
Por último, queda el fragmento PM2, que se trata de un estuco muy bur-
do y blanco sobre el que se aplicó rojo especular; éste fue localizado en una
de las capas más superficiales (1d) y posiblemente pertenezca a alguna ocupa-
ción posterior a las anteriores ya descritas.
En cuanto a los fragmentos de cerámica, destacan la presencia de cina-
brio como pigmento rojo-naranja y la detección de diatomeas (algas micros-
cópicas con esqueletos silíceos), que fueron utilizadas como la base sobre la
que se aplica el color y que a la vez sirve como color blanco.
En ocasiones la pintura se aplicó directamente sobre la cerámica y en
otras existía un soporte o matriz entre la superficie de la cerámica y las capas
de color. Encontramos que este soporte o matriz se encuentra conformado

187
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

por dos materiales en las muestras analizadas: el primero corresponde a la


fase cristalina denominada como calcita; el segundo está conformado por es-
tructuras que presentan formaciones laminares con altas concentraciones de
silicio y aluminio, que lo relaciona con la existencia de feldespatos (albita,
anorthita, anorthoclasa, sanidina, etc.). Es en este grupo donde se presentan
las diatomeas cuya composición química refleja un alto contenido de silicio.
Algunas de éstas se han podido identificar en las imágenes de la figura iv.14.
Las diatomeas (Bacillaryophyta) son algas unicelulares con una morfolo-
gía simple; carecen de flagelos y por el tipo de exoesqueleto o valvas silíceas
que presentan se distinguen dos formas generales: céntricas y pennadas
(Hustedt, 1985). A pesar de este plan corporal tan simple son un grupo evolu-
tivamente exitoso con una gran diversidad de especies (cerca de 12 mil descri-
tas), y están ampliamente distribuidas en ambientes tanto marinos como
lacustres (Simonsen, 1987). En las imágenes se identifican organismos perte-
necientes a amplios grupos cosmopolitas (tabla iv.12) que ocurren en los
ambientes lacustres asociados con las secuencias sedimentarias de los paleo-
lagos extintos en la cuenca de México (Rico et al., 1995). Los depósitos de los
exoesqueletos de las diatomeas forman secuencias con un sustrato silíceo po-
roso y margoso. El tamaño y las dimensiones de estos depósitos está relacio-
nado con los afloramientos lenticulares y tabulares (Rico et al., 1997); el sus-
trato puede ser polvoso, laminar alternado o finamente foliado.
Los antiguos pobladores del Valle de México explotaban estos depósitos
de material fósil como recurso ambiental disponible, al que designaban con el
nombre náhuatl de tízatl (tierra blanca) o tizate (Díaz, 1917). El tizate o la
roca de diatomeas varía del blanco puro, blanco-amarillento, blanco-rosáceo,
blanco-grisáceo, hasta alcanzar colores negruzcos, dependiendo de los mine-
rales asociados con el depósito. De este modo, la blancura del tizate depende-
rá de la ausencia de minerales detríticos (intemperismo) o cineríticos (vulca-
nismo), y del grupo dominante de diatomeas. El tizate era conocido por sus
propiedades abrasivas; además, servía como material de carga y aislante usa-
do como materia prima en la construcción por los antiguos pobladores del
Valle de México (Díaz, 1917).
Hacia principios del siglo xx los estratos más puros y limpios se explota-
ban en la región de Ixtlahuaca, en el Estado de México, y en menor proporción,
en Tlanepantla y Texcoco. La calidad de los tizates de Tlaxcala, Puebla, Mi-
choacán y Jalisco era desde entonces igualmente conocida (Díaz, 1917). En la
actualidad estos depósitos de diatomita en Jalisco son los de mayor riqueza y
explotación, así como los de San Jerónimo Ixtlahuaca en el estado de México
y los de Panotla en Tlaxcala. La roca de diatomeas tiene conocidas cualidades
refractarias, abrasivas, aglutinantes y absorbentes. Los depósitos de mayor
pureza son, por lo tanto, candidatos para su muestreo y análisis comparativo
con los fragmentos arqueológicos para determinar la procedencia de éstos con
mayor precisión.

188
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

Los depósitos de diatomeas en la


cuenca de México están siempre asocia-
dos con ceniza y vidrio volcánico, como
consecuencia de la historia tectónica y
sedimentaria de los edificios volcánicos
de la Faja Volcánica Transmexicana que
circunda la región (Gómez-Tuena et al.,
2005; Vilaclara, 2010). Por otra parte, la
distribución de los grupos de diatomeas
en estos depósitos lacustres guarda es-
trechas relaciones, lo que permite en-
contrar las mismas familias y géneros en
las distintas paleocuencas. Por lo tanto,
una identificación de minerales asocia-
dos con el sustrato de diatomeas servi-
ría como marcador de proveniencia de
estos materiales encontrados en un con-
texto arqueológico.
En pintura el sustrato de diatomeas
funciona como un eficiente diluyente
de pigmentos, lo mismo que como
agente aglutinante. Debido básicamente
a la variedad de formas de los exosque-
letos de las diatomeas (figura iv.14) se
produce una carga hidráulica porosa
que le da adhesión a la pintura. Al for-
mar películas porosas se difunde mejor
la luz, lo que permite controlar la satura-
ción del color y el brillo (Doerner,
1998). Esta cualidad porosa reduce la
producción de burbujas. El alto conte-
nido de aluminosilicatos del exoesque-
leto (Miranda et al., 1994) confiere pro-
piedades refractarias que aceleran el
secado por la mayor transpiración y eva-
poración de los solventes líquidos como
el agua. Las diatomeas sirven además de
capa protectora al desgaste.
Figura iv.14 Identificación de diatomeas en el color blanco.
Otra característica particular de los
fragmentos de cerámica es la distinción
de dos grupos en el caso de los colores rojos. El primero consiste en una com-
posición química con alta concentración de hierro y oxígeno; en la mayoría
de los casos es la fase cristalina de la hematita (Fe2O3) y sólo en algunas oca-

189
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

siones se presenta el óxido de hierro (FeO). El segundo grupo cuenta con es-
tructuras relacionadas con la concentración mercurio-azufre que constituye
la fase cristalina del cinabrio.
Un aspecto relevante de las muestras analizadas es el uso que se le dio al
color rojo (que es uno de los más utilizados): la hematita se aplicó en los frag-
mentos de pintura mural y el cinabrio a los fragmentos de cerámica. Esto su-
giere un uso específico de este último –mucho más raro y difícil de obtener–:
se trata sin duda de un material que se usó principalmente en objetos rituales
y pertenecientes a las elites.
En los colores naranja, amarillo, rosa y guinda se observa la presencia de
hierro. El tono se puede atribuir a una disminución en la concentración de Fe,
así como al aumento de elementos presentes en los soportes, como el calcio y
el silicio. Es importante mencionar que en el amarillo y ocre de las muestras
PC6 y PC9, además de la presencia de Fe, se observa un aumento en el conte-
nido de titanio.
En el color verde y azul se observan estructuras laminares con alto conte-
nido de Cu, cuya cantidad varía de acuerdo con el tono observado. Lo ante-
rior nos permite deducir que tanto el color verde como el azul son producto
del empleo de estos elementos. La identificación precisa requiere un estudio
detallado que incluya elementos traza, como el As, para establecer su proce-
dencia.
En cuanto a los negros, observamos estructuras laminares con superficies
lisas, con un aumento considerable en el contenido de carbono en relación
con otros colores analizados. Esto permite determinar que los diferentes to-
nos de negro caracterizados son consecuencia del aumento en la concentra-
ción de carbono.
De acuerdo con lo anterior, y tomando en cuenta la información de las
excavaciones, los fragmentos de cerámica, estucada o no, con presencia de
pintura que pertenecen al periodo de la fase Tlamimilolpa y/o Xolalpan tem-
prano son: PC3 (blanco y negro), PC11, PC12 (blanco, rojo y negro) y PC17
(rojo). A la fase Xolalpan: PC5 (rojo-naranja), PC7 y PC8 (rojo-naranja),
PC13 y PC14 (verde, blanco y negro), donde se distingue un refinamiento en
el uso de los pigmentos tanto para los rojos como en el tamaño de las partícu-
las del verde.
Magaloni (1996) describe que los cristales de malaquita empleados en las
primeras fases pictóricas son de dimensiones mayores (20 μm-50 μm), mien-
tras que las partículas de la tercera fase son de tamaño reducido (menores de
20 μm). Lo anterior implica un tardío perfeccionamiento de la técnica para
fabricar verdes, pues la intensidad del color y el tono dependen del tamaño de
partícula del pigmento.
Tomando en cuenta la técnica del color, estratigrafía y el tipo cerámico
que sirve de base en las muestras PC1 y PC2, es posible decir que pertene-
cen a finales de la fase Xolalpan o principios de la Metepec. En este grupo se

190
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

ubican también PC4 (rojo-naranja), PC10 (verde) con partículas del orden
de 1 μm a 10 μm, PC18 y PC19 (verde, blanco, línea oscura y naranja) con
partículas en el color verde de 0.7 μm a 5 μm. Otro factor que permite atri-
buirle a la muestra PC19 su ubicación temporal es el uso de los tonos de
rosa.
A las muestras PC6 (aplicación de incensario tipo teatro con amarillo,
azul y blanco), PC9 (figura de barro cocido con rojo), PC15 y PC16 (aplica-
ciones de incensario tipo teatro con negro), así como la PC20 (fragmento de
vaso bruñido con amarillo, rojo, negro y blanco), es difícil atribuirles una ubi-
cación en el tiempo debido a que las relaciones temporales que guardan con
otros estudios aún no han sido determinadas, y como mencionamos con an-
terioridad, hacen falta más estudios de caracterización de las técnicas pictóri-
cas para poder hacer un juicio acertado.
Del análisis de los pigmentos sueltos resultó que los rojos (P1, P2 y P3) se
encuentran conformados por hematita; que la pieza recubierta con pigmento
color ocre posee una alta concentración de Fe y, de acuerdo con los estudios
de DRX, la fase cristalina es ferroactinolita.
Podemos decir, sustentándonos en la evidencia arqueológica y en su
caracterización, que las pinturas provenientes del sitio de Teopancazco tie-
nen representatividad desde Tlamimilolpa, todo el periodo Xolalpan y
principios de Metepec. Mediante la aplicación de esta técnica fue posible
comprobar que tanto en Tetitla como en Teopancazco se usaron esencial-
mente los mismos pigmentos y sólo se observan diferencias en cuanto a los
elementos traza, lo cual puede deberse a una diferencia en la fuente de los pig-
mentos.
El comportamiento de la sociedad teotihuacana, ciudad donde con-
fluyeron muchas y muy diferentes culturas, es sumamente complejo y ne-
cesita de muchos más estudios. Por lo tanto, es importante seguir realizan-
do la caracterización periódica de los materiales recuperados tanto de las
nuevas excavaciones como de las que ya se realizaron. De esta manera se
podrán sentar bases sólidas que apoyen las ideas conformadas sobre el
comportamiento teotihuacano y la cronología sustentada en las técnicas
pictóricas.

Agradecimientos

En el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, al doctor Ventura Ro-


dríguez Lugo, a Leticia Carapia, Thelma Falcón, Raquel Cruz, Juan Bonifacio
y Marcelino Villatomasa. Los análisis de pixe fueron realizados con el apoyo
técnico de Karim López y Francisco Jaimes en el Acelerador Pelletron del
if-unam. Esta investigación fue apoyada parcialmente por los proyectos
Conacyt U49839-R y papiit-unam IN403210.

191
Magaloni (1996)
Periodos técnicos

Periodos técnicos
C.Millon (1972)
Fases cerámicas
Correspondencias de las fases estilísticas con los murales de Teotihuacan.
Sonia Lombardo de Ruiz (1996)

IV QUINTA FASE ESTILÍSTICA: CONJUNTO PLAZA OESTE (macanas y chimallis


Metepec rojos). CONJUNTO DE QUETZALPAPÁLOTL (círculos rojos).
6 CUARTA FASE ESTILÍSTICA: GRAN CONJUNTO (sacerdotes enmarcados con
Fin de Xolalpan flores de cuatro pétalos, felinos reticulados sobre círculos seccionados). CONJUNTO
DEL SOL (jaguar echado sosteniendo una planta con gotas de agua, motivos polilo-
bulados alternando con estrellas de mar, mariposas, volutas, motivo circular con red
Xolalpan Tardío 5 en el centro, sacerdotes con tocado de ave sacrificando corazones, rostro con tocado
sobre un cartucho en una escena de mariposas, signos de montañas y motivos reticula-
dos). ZONA 3 (procesión de sacerdotes, escudo de Tláloc). CONJUNTO DE
Xolalpan Tem-
QUETZALPAPÁLOTL (felino con la cara vista de frente). TEMPLO DE LA AGRI-
prano y transi-
ción a Xolalpan
4 CULTURA. CONJUNTO DE LOS JAGUARES (felinos enconchados tocando cara-
col, bandas ondulantes y diseños constructivos). TLACUILAPAXCO (serie del ritual
Tardío
del maguey). TECHINANTITLA (serie de serpientes y árboles floridos con jeroglífi-
cos, pájaros grandes y pequeños con escudos y dardos, felino emplumado y cenefa con
pájaro, coyote con cuchillo de sacrificio, procesión de personajes con tocado de borlas,
III murales de la gran diosa). TEPANTITLA (cenefa con diseño emplumado y planta
que gotea, Tlalocan, sacerdotes con tocado de cipactli, sacerdotes con escudos, los
Tláloc rojos). TEOPANCAXCO (Casa de Barrios). ATETELCO (procesión de coyo-
tes, muros reticulados con figuras humanas como cánidos, procesión de jaguares y co-
TEOTIHUACAN

yotes, bandas entrelazadas y figuras antropomorfas con pectoral de caracol, figuras


humanas danzando, muros reticulados con figuras humanas y de animales, bandas o
Xolalpan grecas con volutas). ADORATORIO DEL PATIO PINTADO (guerreros rojos con
Temprano
3
traje de coyote o jaguar). TETITLA (diosas de jade, manos y escudos y tocado con
borlas, hombres jaguar arrodillados frente a templo, Tláloc con escudo y rayo). ZA-
CUALA (Tláloc sembrador, caballero jaguar, figura frontal con tocado de jaguar y es-
cudo, Tláloc con planta de maíz, forma ondulante con plumas, conchas y caracoles).
PATIOS DE ZACUALA (diseño polilobulado con ojo gota, diseño polilobulado con
estrellas de mar, diseño polilobulado con estrellas de mar y ojos gota escudo con cruz
y bandas de piel de coyote, ojos con anteojeras y diseño de puntos y rayas, boca radian-
te). YAYAHUALA (diseño polilobulado con conchas y estrellas de mar).
TERCERA FASE ESTILÍSTICA: CONJUNTO DE LOS JAGUARES (construccio-
nes arquitectónicas). ZONA 3 (gran puma). TETITLA (diseño geométrico con ma-
Tlamimilolpa nos dadivosas, señora del nopal, sacerdote sembrador, ancianos, felinos anaranjados,
III - II
Tardío diseño arquitectónico, “dentaduras” con vírgulas y conchas con gotas, Tláloc blanco y
2 almenas, jaguar con vientre abultado, zopilotes sobre caracoles, águilas, buzos).
SEGUNDA FASE ESTILÍSTICA: CONJUNTO PLAZA OESTE (felino con ser-
Tlamimilolpa pientes). TEMPLO DE LOS CARACOLES EMPLUMADOS (guacamayas portado-
II
Temprano ras de lluvia). ZONA 4 (cenefa de plumas con palomas y estrellas de mar). ZONA 4
(animales mitológicos).
PRIMERA FASE ESTILÍSTICA: CIUDADELA (signos cosmogónico-calendáricos).
CONJUNTO DE LOS EDIFICIOS SUPERPUESTOS (plataforma con volutas en-
trelazadas, altar de las volutas). CONJUNTO PLAZA OESTE (cenefa de volutas,
I chalchihuites o círculos concéntricos). CONJUNTO PLAZA ESTE (tableros de aje-
drez). SUBESTRUCTURA DEL GRUPO 17 (tablero de ajedrez y volutas). TEM-
PLO DE LA AGRICULTURA (franjas onduladas y círculos concéntricos, volutas y
círculos concéntricos). ZONA 4 (diseño geométrico).

Tabla iv.1 Diferentes propuestas para fechamiento y la ubicación de Teopancazco de acuerdo con el estilo y la técnica pictórica.
La caracterización arqueométrica y sus resultados

1. Emisión de rayos X inducida por partículas (pixe)

Fragmentos de mural de Teopancazco para análisis pixe


Muestra Descripción Colores Elementos Observaciones

Estuco con
PM1 Azul K, Ti, Mn, Fe Posiblemente orgánico
pigmento

Estuco con
PM2 Rojo K, Ti, Mn, Fe Óxidos de hierro
pigmento

PM3 y Estuco con


Guinda K, Ti, Mn, Fe Posiblemente orgánico
PM4 pigmento

Estuco con
PM5 Negro K, Ti, Mn, Fe Pigmento de carbón
pigmento

Estuco con Rojo claro K, Ti, Mn, Fe


PM6 Óxidos de hierro
pigmento Rojo oscuro K, Ti, Mn, Fe

Amarillo, K, Ti, Mn, Fe Óxidos de hierro hidratados


Estuco
PM8 Rosa K, Ti, Mn, Fe (amarillo), presencia de calcio y
policromo
Línea roja K, Ti, Mn, Fe hierro (dilución de rojo o rosa)

Estuco con
PM10 Rojo K, Ti, Mn, Fe Óxidos de hierro
pigmento

Rojo K, Ti, Mn, Fe


Azul K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn
Carbonatos de cobre,
PM11 Estuco Verde K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr
trazas Zn y Sr
Amarillo K, Mn, Fe, Cu
Línea roja K, Ti, Mn, Fe

Tabla iv.2 Elementos detectados por pixe en los fragmentos de pintura mural.

193
Fragmentos cerámicos de Teopancazco para análisis pixe
Muestra Descripción Colores Elementos Observaciones
PC1 Vaso, vajilla pulida Blanco K, Ti, Mn, Fe, Cu, Sr, Hg Pigmento de carbón. Trazas
estucada (cuello) Negro K, Ti, Mn, Fe, Cu, Sr, Hg de Hg. Color disgregado
PC2 Vaso, vajilla pulida Verde K, Mn, Fe, Cu, As, Sr Carbonatos de cobre
estucada (borde) Naranja K, Ti, Mn, Fe, Cu, Sr, Hg Hg, cinabrio
Negro K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr, Hg
PC3 Aplicación Blanco K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Carbonatos de cobre
con pigmentos Verde K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As
PC4 Vaso, vajilla pulida Estuco K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr Hg, cinabrio
estucada Naranja K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr, Hg
PC5 Frag. vaso esgrafiado Rojo-na- K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr, Hg Hg, cinabrio
ranja
PC6 Aplicación de incensario Amarillo K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr Óxidos hidratados
con pigmento Azul K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr de hierro (limonita)
Blanco K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr
PC9 Fig. barro cocido Rojo ocre K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr Hg, cinabrio y óxidos
con pigmentos de hierro
PC10 Frag. de vaso con Estuco K, Ti, Mn, Fe, Cu, Sr Carbonatos de cobre
alto relieve Verde K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr
PC11 Vaso, vajilla pulida Blanco K, Fe Pigmento de carbón
PC12 estucada Rojo K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr, Hg
Negro K, Ti, Mn, Fe, Cu, Sr
PC13 Aplicación con Verde K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr Pigmento de carbón
pigmentos Negro
PC16 Aplicación con Negro K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr
pigmentos Gris K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr
PC17 Ollita miniatura Rojo K, Ti, Mn, Fe, Zn, As, Sr, Hg Óxidos de hierro
y cinabrio
PC18 Tapadera pulida estuca- Verde K, Ti, Mn, Fe, Cu, As, Sr, Hg Carbonatos de cobre
da y esgrafiada Blanco K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr Hg, cinabrio
Estuco K, Ti, Mn, Fe, Cu, As, Sr, Hg.
Lín. oscura K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr, Hg
Naranja K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr, Hg
PC19 Vaso, vajilla pulida Rosa fte. y K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, Sr, Hg Óxidos de hierro
estucada dil. y cinabrio
Verde
PC20 Vaso, vajilla pulida Amarillo K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr Óxidos hidratados de hierro
estucada Naranja K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr, Hg (limonita)
Verde K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr Naranja: Hg, cinabrio
Negro K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr, Hg
Blanco K, Ti, Mn, Fe, Cu, Zn, As, Sr, Hg

Tabla iv.3 Elementos detectados por pixe en los fragmentos de cerámica con pintura.
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

Espectroscopía Raman

Fragmentos cerámicos de Teopancazco para análisis Raman

Bandas detectadas
Muestra Descripción Colores Identificación
(Cm-1)
PC21 Borde con diseño Blanco 1088 Calcita
de calabaza Rojo 254, 347 Cinabrio
Amarillo 1088 -
PC22 Aplicación con relieve Verde 1088 -
PC23 Fondo de vaso Rojo 254, 347 Cinabrio
esgrafiado
PC24 Borde lustroso Rojo 254, 347 Cinabrio
PC25 Frag. vaso esgrafiado Rojo 254, 347 Cinabrio
PC26 Borde pintado Negro 1088 -
Blanco 1088 Calcita
PC27 Fondo de vaso estucado Blanco 1088 Calcita
Verde 1088 -
PC28 Borde de vaso Rojo 254, 347, 1088 Cinabrio
policromo Naranja 254, 347 Calcita
Verde 1088 Cinabrio
-
PC29 Tiesto Verde 1088 -
PC30 Tiesto Verde 1088 -

Tabla iv.4 Pigmentos detectados por Raman en los fragmentos de cerámica con pintura.

195
Caracterización de fragmentos de pintura mural de Teopancazco por meb-eds

ELEM.
PM1 PM2 PM3 PM4 PM5 PM6 PM7 PM8 PM9 PM10 PM11 PM12
%

Azul Rojo Guin. Guin. Negro Rojo Rojo Am. Rojo Rojo Est. Rojo Rojo Azul Verde Rojo Lín. Am. Rojo Rojo
clr. osc. rell. lín. rojo clr. osc.

C 3.66 7.93 5.86 9.99 8.74 6.90 5.61 16.38 6.24 12.78 12.50 6.22 5.02 3.94 12.47 4.89 8.55 8.96 7.42 8.07
O 50.40 27.90 32.27 45.89 42.65 41.44 30.99 46.28 27.89 38.05 48.75 33.80 44.98 50.29 37.06 26.74 35.16 24.84 30.76 40.66
Na 1.64 - - - - 0.49 - - - - - - - 1.73 - - - - - -
Mg 5.97 - 1.02 1.56 1.69 0.76 - 1.59 0.99 1.00 1.60 2.17 - 5.65 0.80 - - - - -
Al 4.81 1.26 4.52 6.85 2.32 6.63 4.76 5.54 2.47 3.28 1.68 6.18 12.88 4.48 2.78 6.72 4.21 1.34 4.32 7.92
por dispersión de energía de rX (meb-eds)

Si 7.55 16.82 8.71 16.44 4.01 15.60 4.76 13.35 3.42 8.03 5.12 18.26 12.07 6.87 4.00 11.88 4.37 4.22 7.15 13.99

en los fragmentos de muro con pintura (muestras 1-12).


P 0.45 - 1.88 0.97 14.12 8.23 - - - - - - 0.39 - - - - 13.17 -
K 0.76 - 0.66 0.52 0.16 0.66 - 1.19 0.39 0.65 0.66 3.11 - 0.59 0.52 0.61 - 0.55 - 0.64
3. Microscopía electrónica de barrido con espectroscopía

Ca 19.95 5.85 18.61 10.15 24.71 15.42 12.44 10.56 13.78 18.55 29.68 1.81 0.97 21.77 6.13 15.79 7.81 46.85 28.86 8.30
Ti - - - - - 0.37 - - - - - - - - - 0.89 - - - -
Mn - - - - 0.93 - - - - - - - - - - - - - -

Tabla iv.5 Composición química elemental por meb-eds (porcentaje en peso)


Fe 1.13 40.25 26.45 7.64 0.67 11.72 33.22 5.10 44.82 17.65 - 28.46 24.08 0.97 0.42 32.49 39.90 13.24 8.31 20.43
Cu 2.61 - - - - - - - - - - - - 2.59 34.55 - - - - -
Zn 1.08 - - - - - - - - - - - - 0.73 1.29 - - - - -
 Caracterización de fragmentos de cerámica estucada con pintura de Teopancazco por meb-eds

ELEM.
PC1 PC2 PC4 PC5 PC6 PC7 PC9 PC10 PC12
%
Bco. Negro Verde Nar. Negro Nar. Est. Rojo- Am. Az. Bco. Rojo- Rojo Ocre Est. Verde Bco. Rojo Negro
lín. fra. neg. neg.
C 12.50 51.95 8.52 4.53 46.07 - 7.99 - 3.58 12.23 21.45 - 3.83 3.08 7.87 6.88 9.15 5.65 27.50
O 45.94 32.21 32.77 14.20 40.06 29.16 44.26 5.52 40.30 30.05 39.54 5.63 38.73 24.77 45.20 13.98 48.38 4.78 44.01
Na - - - - - - - - 0.99 0.55 - - - - - - - - -
Mg - 1.38 - - 1.36 1.80 0.77 1.13 1.70 4.25 0.65 - - 0.99 0.76 - 0.99 - 1.99
Al - 0.84 0.47 1.59 - 3.60 3.72 1.40 4.75 4.45 4.57 - 11.59 3.77 4.40 - - - -
Si - 2.11 1.15 2.65 1.04 11.10 9.61 1.54 13.38 12.93 25.86 0.95 7.42 4.75 8.53 0.56 1.10 1.07 0.47
P - - - - - - - - - - - - - - - 8.82 - - -
S - - - 9.48 1.02 5.36 - 12.58 - - - 14.76 - - - - 0.64 14.92 -
K - 0.41 - - - 0.58 0.60 - 1.08 1.31 2.00 - - - 0.49 - - - -

de cerámica con pintura (muestras 1, 2, 4, 5, 6, 7, 9, 10 y 12).


Ca 41.56 10.45 3.85 3.61 10.45 10.91 31.84 - - 2.86 2.27 - - 0.26 31.16 3.20 39.75 - 26.02
Ti - - - - - - - - 12.04 - - - - 7.20 - - - - -
Cr - - - - - - - - - - - - - 0.35 - - - - -
Mn - - - - - - - - - - - - 0.98 0.46 - - - - -
Fe - - - 1.28 - 1.46 1.22 - 22.18 14.83 3.65 - 37.46 54.36 1.59 - - - -
Cu - 0.65 53.24 1.01 - - - - - - - - - - - 66.56 - - -
Zn - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Ba - - - 9.44 - - - - - 4.19 - - - - - - - - -
Hg - - - 52.22 - 36.02 - 77.83 - - - 78.66 - - - - - 73.58 -

Tabla iv.6 Composición química elemental por meb-eds (porcentaje en peso) en los fragmentos
Caracterización de fragmentos de cerámica estucada con pintura de Teopancazco por meb-eds
Elem.
PC13 PC14 PC15 PC16 PC17 PC18 PC19 PC20
%
Negro Verde Estuc. Negro Negro Gris Rojo Verde Bco. Rojo- Lín. Soprt. Rosa Rosa Verde Am. Rojo Base Negro Negro
nar. osc. l. osc. osc. dil. nar. lín. cer.
C 5.82 7.26 10.39 10.56 45.59 5.12 - 10.16 4.92 5.85 36.63 5.52 6.86 - - - - 20.03 8.04 8.22
O 40.12 17.86 45.71 37.21 34.72 32.20 39.46 22.84 46.24 16.71 33.35 46.20 41.75 46.87 42.15 37.49 8.49 44.46 26.88 20.86
Na - - - 1.15 2.02 - - - - - 0.81 - - - - 0.82 - - - -
Mg 0.55 1.02 0.65 0.97 1.73 1.02 - 2.35 - 0.94 2.63 0.40 - - 0.75 1.69 - - - 0.34
Al 9.38 2.08 6.32 9.76 2.20 15.06 11.06 2.61 13.78 3.62 4.42 13.56 9.61 12.40 7.82 7.98 - 10.04 2.99 4.40
Si 36.61 3.56 9.35 30.66 5.12 36.09 20.05 10.30 33.70 8.88 11.28 32.71 27.42 32.85 21.35 13.52 1.06 22.36 8.13 10.59

de cerámica con pintura (muestras 13-20).


P - 6.27 - - - - - 5.75 - - - - - - 5.55 - - - 13.19 -
S - - - - - - - 0.35 - 6.13 - - 1.38 - - - 13.08 - - 7.98
Cl - - - - 0.23 - - - - - - - - - - - - - - -
K 1.95 - 1.59 1.80 0.76 3.92 0.82 0.32 0.49 - 1.14 0.50 0.70 0.62 0.91 1.53 - 0.31 1.88 0.95
Ca 1.48 0.32 24.64 1.91 5.11 0.63 - 0.31 0.26 - 6.39 - 0.30 - 0.56 0.46 - 2.21 35.32 1.10
Ti - - - 0.64 - - - - 0.62 - - - 0.76 0.49 0.25 - - 0.29 - 5.32
Mn - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Fe 4.09 1.01 1.35 5.35 0.89 5.97 28.62 0.84 - 1.84 1.07 1.12 1.28 0.53 0.78 33.63 - 0.31 2.49 1.61
Cu - 57.42 - - 1.64 - - 44.18 - - 2.27 - - - 19.87 1.94 1.38 - 1.07 1.18
Zn - - - - - - - - - - - - - - - 0.95 - - - -
As - 3.20 - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Sr - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Ba - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 37.45

Tabla iv.7 Composición química elemental por meb-eds (porcentaje en peso) en los fragmentos
Hg - - - - - - - - - 56.03 - - 9.95 6.24 - - 75.99 - - -
Caracterización de las muestras de pigmentos de Teopancazco por meb-eds
Elem.
P1 P3 P4
%
Frag. Trozo Frag.
hueso rojo Piedra roja negro hueso Rojo Ocre
C 3.46 5.68 58.90 7.96 3.05 10.82
O 26.17 33.66 29.30 26.17 20.79 35.11
Na - - - - - -
Mg - 0.61 2.53 - - 0.64
Al 2.27 8.40 - 0.57 - 0.72
Si 5.48 23.48 0.51 1.58 6.03 3.36
P 1.07 - 0.97 18.89 - 9.49
S - - - - - -
K - 0.43 0.52 - - 3.35
Ca 0.30 0.53 7.27 44.83 1.71 16.74
Ti - - - - - 0.44
Fe 31.25 27.21 - - 68.41 19.33

Tabla iv.8 Composición química elemental por meb-eds (porcentaje en peso) en pigmentos (muestras 1, 3 y 4).

4. Difracción de rayos-X (drx)

Caracterización por drx en fragmentos de muro con pintura


Fase PM1 PM3 PM5 PM8 PM10 PM11 Observaciones
Am. y Rojo, azul,
Azul Guinda Negro rojo Rojo verde y am.
Soporte: amarillo, café, verde,
Calcita
* * * * * * azul, gris, púrpura, blanco,
CaCO3
negro
Sepiolita
* Azul
(Mg,Fe)4Si6O15(OH)26H2O
Albita
* Sustrato
NaAlSi3O8
Anorthoclasa No metálicos: blanco, gris,
*
Na0.71K0.29AlSi3O8 café (K-Feldspar)
Hematita Fe2O3 * * * Rojo y/o amarillo
Cuarzo SiO2 * * * *
No metálico: rojo, naranja,
Meionita (Scapolita)
* amarillo, verde, azul, púrpura,
(Ca,Na)2(Si,Al)6O12(CO3)0.5
blanco, gris, café
Deltaita No metálico: amarillo, azul,
*
Ca6(SiO4)(Si2O7)(OH)2 púrpura, gris
Óxido de hierro
* Rojo
FeO
Tridymita
* Blanco no metálico
SiO2

Tabla iv.9 Fases cristalinas presentes en fragmentos de muro con pintura de Teopancazco
por drx (muestras PM1, PM3, PM5, PM8, PM10, PM11). 199
Caracerización por drx en fragmentos de cerámica con pintura
Fase PC2 PC4 PC6 PC8 PC11 PC17 PC19 PC20 Observaciones
estuco, estuco, estuco, azul, rojo- estuco, rojo rosas y amarillo,
verde, naranja amarillo naranja rojo y verde verde,
negro, negro negro,
naranja blanco,
naranja
Soporte: amarillo, café, verde, azul, gris,
Calcita CaCO3 * * * * *
púrpura, blanco, negro
Cristobalita SiO2 * * * *
Hematita Fe2O3 * * * Rojo y/o amarillo
Aragonita CaCO3 * Amarillo
Clinoenstatita MgSiO3 * Blanquizca
Cuarzo SiO2 * * * *
Albita NaAlSi3O8 * * * Sustrato
Sanidina KalSi3O8 * * Arcilla cocida
Muzcovita (K,Na)
* * Rosa o café

(muestras PC2, PC4, PC6, PC8, PC11, PC17, PC19, PC20).


(Al,Mg,Fe)2(Si3.1Al0.9)O10(OH)2
Enstatita MgSiO3 * Ocre
Anorthita CaAl2Si2O8 * * No metálico: blanco, gris
Ramsbeckita Cu15(SO4)4(OH)226H2O *
Ferroactinolita Ca2Fe5Si8O22(OH)2 * No metálico: verde, negro
Tridymita SiO2 * * No metálico: blanco
Óxido de silicio SiO2 *
No metálico (serpentina): amarillo,
Antigorita Mg3Si2O5(OH)4 * verde, azul, blanco, gris
Bustamita CaMn2Si3O9 * No metálico: rojo, café
Kaolinita Al2Si2O5(OH)4 * No metálico: blanco, rojo, azul, café
Benitoite: Joaquinite: Leucos-

Tabla iv.10 Fases cristalinas presentes en fragmentos de cerámica con pintura de Teopancazco por drx
Óxido Ba-Ti BaTiO3 azul, púr- amarillo, phenite: *
pura café blanco
teopancazco y su pintura. aplicación de técnicas analíticas

Muestras de pigmentos de Teopancazco


Fase P1 P2 P3 P4 Observaciones
rojo rojo rojo ocre
Cuarzo SiO2 * *
Albita NaAlSi3O8 * * * * Sustrato
Maghemita Fe2O3 * Café
Anorthita (Ca,Na)
* No metálico: blanco, gris
(Al,Si)2Si2O8
Hematita Fe2O3 * * * Rojo
Actinolita Ca2
* No metálico: verde
(Mg,Fe)5Si8O22(OH)2
Cristobalita SiO2 *
No metálico: rojo, naranja, amarillo,
Calcita CaCO3 * verde, azul, púrpura, blanco, gris,
negro, café
Ferroactinolita
* No metálico: verde, negro
Ca2Fe5Si8O22(OH)2
Tridymita SiO2 * No metálico: blanco
Anorthoclasa
* No metálico: blanco, gris
Na0.71K0.29AlSi3O8

Tabla iv.11 Fases cristalinas presentes en pigmentos de Teopancazco por drx (muestras P1, P2, P3, P4).

5. Espectroscopía infrarroja (ftir)

Grupo taxónomico Descripción


Aulacoseira sp./like Completa/ Exoesqueleto preservado
Cocconeis sp./like Completa/ Exoesqueleto preservado
Cymbella sp./like Completa/ Exoesqueleto parcialmente disuelto
Denticula sp. Completa/ Exoesqueleto preservado
Gomphonemataceae indt. Completa/ Exoesqueleto parcialmente disuelto
Naviculaceae indt. Completa/ Exoesqueleto parcialmente disuelto
Nitzschia sp./like Fragmento/Exoesqueleto parcialmente disuelto
Pinnulariaceae indt. Fragmento/Exoesqueleto parcialmente disuelto
Synedra sp./like Fragmento/Exoesqueleto parcialmente disuelto

Tabla iv.12 Grupos de diatomeas identificadas en la muestra PC6.

201
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210
Capítulo v
Antiguas esencias aromáticas y cosméticos
funerarios del barrio multiétnico de Teopancazco

Mª Luisa Vázquez de Ágredos Pascual,a


Linda R. Manzanilla Naimb
y Cristina Vidal Lorenzoa

El proyecto “Cosmético y perfume en la antigua


Mesoamérica”: su aplicación en los entierros
105-108, 115, 116, 67 y 51 de Teopancazco

Recientemente hemos iniciado una nueva línea de investigación en el Depar-


tamento de Historia del Arte de la Universidad de Valencia en colaboración
con el Laboratorio de Análisis Físico-químico y Control Medioambiental de
Obras de Arte del Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universi-
dad Politécnica de Valencia bajo el título “Arqueometría del cosmético y el
perfume en la antigua Mesoamérica”. Su objetivo es conocer las sustancias
que fueron utilizadas en las antiguas civilizaciones de esta amplia área cultu-
ral para preparar dichos productos, los cuales debieron de tener un impor-
tante valor ritual y simbólico, aparte del cotidiano que tradicionalmente se
les atribuye. Con esta finalidad, la presente línea de investigación aborda el
estudio de estos bienes desde una perspectiva interdisciplinaria en la que
participan la arqueología (el hallazgo y su contexto), la historia del arte (el
análisis iconográfico de obras de arte), la historia (el estudio de las fuentes
escritas: crónicas y diccionarios de tiempos del contacto), la farmacología
(toxicidad, preparación y propiedades terapéuticas de estos bienes, en espe-
cial de los cosméticos) y el análisis químico de materiales (examen científico
de sustancias minerales y orgánicas depositadas en ofrendas funerarias). Esta
última disciplina permite identificar de forma rigurosa estos bienes de lujo
que fundamentalmente conocemos gracias a que antaño fueron incluidos en-
tre el conjunto de elementos que conformaron los ajuares funerarios de la
elite social mesoamericana.
El punto de partida del proyecto ha consistido en realizar un riguroso re-
gistro de los museos y proyectos arqueológicos del área en los que ha sido

Universidad de Valencia, España.


a
b
Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam, México.

211
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

hallada esta clase de vestigios con el fin de solicitar los permisos oportunos
para proceder a la toma de muestras y examen arqueométrico mediante técni-
cas analíticas microscópicas, espectroscópicas, electroquímicas y cromato-
gráficas optimizadas en la caracterización de sustancias minerales y orgánicas.
El estudio contrastado de ese registro pronto señaló a Teotihuacan como una
de las antiguas ciudades mesoamericanas que mayor cantidad de estos bienes
había reunido a lo largo de décadas de excavación arqueológica. Entre todos
sus contextos hay uno que sobresale especialmente a este respecto: el barrio
multiétnico de Teopancazco, cuya cronología, de acuerdo con los estudios ar-
queomagnéticos y radiocarbónicos, abraza del año 150 al 650 d.C. aproxima-
damente (Manzanilla, 2009a; Beramendi-Orosco et al., 2008; Soler-Arechal-
de et al., 2006; Hueda-Tanabe et al., 2004).
El presente texto se centra en los resultados que proporcionó el examen
científico de las sustancias minerales y orgánicas que estaban contenidas en
los recipientes de cerámica en miniatura que aparecieron en el entierro 105-
108 de este notable barrio, por ser el que reunió una mayor cantidad de esta
clase de productos de toilette formando parte del ajuar funerario de los impor-
tantes personajes allí enterrados, y coincide con los que se reunieron en los
entierros 115, 116, 67 y 51.
En el entierro 105-108 las citadas muestras están asociadas con pequeñas
piezas también de cerámica que hemos interpretado como sellos, tanto por
los restos de color que están impregnados en su superficie de aplicación,
como por sus diseños, los cuales quedarían impresos en la piel con ayuda del
cosmético adecuado. Otros elementos documentados en este mismo enterra-
miento refuerzan el valor que tuvieron en este contexto funerario los bienes
que de una u otra forma estuvieron relacionados con determinados trata-
mientos corporales que, al igual que el cosmético y el perfume, tuvieron el
propósito de contribuir a la higiene y/o embellecimiento del personaje que
los utilizaba. Entre éstos se cuentan la piedra pómez (muestra 3182B), cuya
capacidad para eliminar las pieles muertas mediante un sencillo raspado la
convirtió desde antaño en un material muy próximo a la toilette de la elite me-
soamericana, y dentro de ésta, la teotihuacana.

Técnicas analíticas empleadas


en el examen arqueométrico de las muestras

La selección de técnicas de análisis para acometer el examen científico de las


muestras fue hecha teniendo en cuenta los resultados que algunas de ellas ha-
bían proporcionado al estudiar los cosméticos y perfumes funerarios de otras
antiguas civilizaciones. En concreto, tuvo una gran importancia revisar los
protocolos de análisis físico-químico que se habían seguido en los laborato-
rios de los museos de Francia y en el Museo Británico para identificar los cos-
méticos y perfumes de Egipto y Próximo Oriente, dada la extensa y notable

212
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

trayectoria de ambas instituciones en esta clase de estudios, avalada por los


excelentes resultados que ambas han logrado reunir en cada caso. Partiendo
de esos protocolos, el siguiente paso fue estudiar la viabilidad de aplicarlos tal
cual para el estudio del cosmético y el perfume en el área cultural mesoameri-
cana, tan distinta a las anteriores. Este análisis fue concluyente en lo que a la
pertinencia y mantenimiento de algunas de estas técnicas analíticas se refiere,
a la par que desestimó otras e incorporó como novedades la microscopía de
transmisión electrónica (tem) y la voltamperometría de micropartículas
(vmp). En otras palabras, el protocolo de análisis físico-químico que se sigue
para la caracterización de los componentes y procesos de manufactura del cos-
mético y el perfume de Mesoamérica en general, y de Teotihuacan en particu-
lar, se inspira en los que han sido aplicados hasta el momento por institucio-
nes de amplia trayectoria en este campo, y a la vez se innova para adaptarlos a
este nuevo contexto prehispánico, favoreciendo en consecuencia resultados
de excelencia. Con este propósito se combinan las técnicas arqueométricas
que se describen a continuación.

Microscopía óptica (lm)

La microscopía óptica a bajos aumentos permitió visualizar la superficie de


las muestras estudiadas con alta precisión, identificando distintos aspectos
relacionados con su textura y manufactura, tales como la granulometría y las
mezclas de distintos componentes.
Una pequeña porción de muestra fue observada al microscopio óptico
Leica modelo dmr con sistema de luz incidente y transmitida, y sistema de
polarización en ambos casos.

Microscopía electrónica de barrido/


microanálisis de rayos X (sem/edx)

Técnica especializada en la caracterización de materia mineral. Los pocos resulta-


dos químicos que se habían reunido hasta la fecha del pigmento en polvo o en
forma de núcleo contenido en vasijas funerarias mesoamericanas señalaban la
presencia de pigmentos de origen mineral como la hematita (Fe2O3), la hematita
especular (Fe2O3), la goethita (FeOOH), el cinabrio (HgS), la ilmenita (FeTiO3),
la pirolusita (MnO2) la galena (PbS) o la malaquita Cu2 [(OH)2|CO3] (Vázquez
de Ágredos, 2009: 61-73), de ahí que hayamos considerado el empleo de técni-
cas optimizadas en la identificación de esta clase de compuestos inorgánicos.
El examen científico de las muestras a través de esta técnica se hizo con
un microscopio electrónico de barrido marca jeol, modelo jsm 6300, con sis-
tema de microanálisis Link-Oxford-Isis, con operación a 10-20 kV de tensión
entre cátodo y ánodo. Para la corrección de efectos interelementales en el
análisis semicuantitativo se empleó el método zaf.

213
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Microscopía de transmisión electrónica (tem)

Esta técnica microscópica permite un acercamiento a ciertos procesos de ma-


nufactura, entre ellos los que fueron utilizados en la preparación de los anti-
guos cosméticos de Mesoamérica, razón por la que ha sido considerada en
esta línea de investigación.
Para realizar este análisis fue necesario molturar unos pocos miligramos
de muestra en un mortero de ágata hasta reducirlos a un polvo muy fino, que
seguidamente se dispersó con ayuda de un baño ultrasónico en dicloroetano.
Un ml de esta dispersión se depositó en una rejilla de cobre que previamente
se recubrió con una capa de polímero con un alto grado de porosidad. La
muestra así preparada, tras haber eliminado el disolvente por evaporación, se
introdujo en el microscopio para su examen.

Espectroscopía infrarroja por transformada de Fourier (ftir)

Técnica optimizada para la identificación de materia orgánica y mineral. La


preparación de los antiguos cosméticos de Mesoamérica debió involucrar la
utilización de productos que pudieran extenderse sobre la piel a modo de un-
güentos que posiblemente estuvieron perfumados. El pigmento en polvo se
mezclaría con sustancias de naturaleza proteica (grasas animales) o polisacá-
rida (aceites, gomas y otras savias aditivas de origen diverso) con esta finali-
dad, tal y como ha sido identificado en los antiguos cosméticos de otras cul-
turas de oriente y occidente. Esto significa que la sustancia orgánica iba unida
a la inorgánica, y de ahí el interés de incorporar una técnica de análisis que
permitiese visualizar ambas a la vez.
Los análisis químicos por espectroscopía infrarroja se realizaron con un
equipo Vertex 70. Éste funciona con un sistema de reflexión total atenuada
que cuenta con un detector fr-dtgs con recubrimiento para la estabilización
de la temperatura.

Voltamperometría de micropartículas (vmp)

Técnica electroquímica recientemente optimizada en el laboratorio del De-


partamento de Química Analítica de la Universidad de Valencia para identifi-
car antiguos colorantes y sustancias orgánicas prehispánicas con extrema pre-
cisión. Considerando la importancia que tuvieron tintes y aditivos en la ela-
boración de los cosméticos precolombinos, tal y como relatan las fuentes es-
critas, su empleo en este proyecto está totalmente justificado. Además, su ca-
pacidad para caracterizar con la máxima fiabilidad los minerales refuerza su
elección como técnica analítica en una investigación como ésta.

214
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

El estudio químico-analítico de las muestras a través de esta técnica elec-


troquímica se abordó a 298K en una celda de tres electrones bajo una atmós-
fera de argón, usando un electrodo de referencia AgCl (3M NaCl/NaCl) Ag y
un electrodo auxiliar de platino. Se trabajó con un equipo ch 1420.

Pirólisis-cromatografía de gases/
espectrometría de masas (Pyr-GC/MS)

Técnica especializada en la caracterización de sustancias orgánicas, y por lo tan-


to favorable para la identificación de los antiguos cosméticos y perfumes mesoa-
mericanos, pues en la preparación de ambos intervinieron esta clase de com-
puestos. El cromatógrafo de gases que se empleó en la caracterización de las
muestras fue un Agilent 6890N (Agilent Technologies, Palo Alto, CA, USA).

El entierro 105-108 de Teopancazco

Descripción de las muestras halladas en las cerámicas miniatura

Este contexto funerario ofreció un total de 66 muestras de sustancias minera-


les y orgánicas (tabla v.1). Muchas de ellas consistían en pigmentos en polvo
que estaban contenidos en el interior de pequeños recipientes de cerámica
que en su mayoría no estaban cocidos, concretamente en
ollas, platos y cuencos miniatura (figura v.1). Entre estas
tres tipologías la más abundante fue la de las ollas, pues el
entierro reunía un total de 15 (muestras 13883, 13774, 13884,
13771, 13756, 13207, 13745, 13206, 13747 A, 13747 B, 13205,
13186, 13754, 13753, 13134), seguida de 11 platos (muestras
13770, 13880, 13190, 13193, 13878, 13775, 13767, 13773, 13757,
13204, 13203) y cuatro cuencos (muestras 13138, 13143, 13176,
13749). Por su parte, el estado de conservación totalmente
fragmentado de dos de estas miniaturas cerámicas impidió
su catalogación en una u otra categoría (muestras 13177,
13133). Las muestras que faltan hasta alcanzar las 66 proce-
den en esencia de los sellos miniatura de cerámica sin co-
cer que formaban parte del ajuar funerario. Fueron un to-
tal de 20, y en todos ellos la superficie destinada a estampar
el color sobre la piel tenía diseños con restos de pigmentos
rojizos u ocres (muestras 13744, 13772, 13755, 13181, 13748,
13183, 13751, 13132, 13750 A, 13750 B, 13185, 13746, 13131, 13124, Figura v.1 Plato miniatura hallado
13184, 13182, 13137, 13141, 13180, 13140). En los casos en los en el entierro 105-108 de Teopancazco
que pudo apreciarse el diseño de impresión de estos sellos (Muestra ref. 13757).

215
Procedencia de las 66 muestras minerales Referencia arqueológica
y orgánicas del entierro 105-108
Miniaturas cerámicas
13883, 13774, 13884, 13771, 13756, 13207, 13745, 13206, 13747 A,
Interior de ollas
13747 B, 13205, 13186, 13754, 13753, 13134
13770, 13880, 13190, 13193, 13878, 13775, 13767, 13773, 13757,
Interior de platos
13204, 13203
Interior de cuencos 13138, 13143, 13176, 13749
Tipología cerámica no identificada 13177, 13133
Sellos de cerámica 13744, 13772, 13755, 13181, 13748, 13183, 13751, 13132, 13750 A,
Superficie destinada a la impresión del color en 13750 B, 13185, 13746, 13131, 13124, 13184, 13182, 13137, 13141,
la piel 13180, 13140
Sin ubicación específica 13843, 14009, 13288, B-75511, 12751, 13073, B-73144, B-76421,
Depositados en bruto en el piso del enterramiento 13273, B-78200, 13955, B-23985, 3182 A, 3182, B
Total 66

Tabla v.1 Procedencia de las muestras minerales y orgánicas del entierro 105-108.

fueron dos los motivos iconográficos más recurrentes: flores de cuatro pétalos
y garras de jaguar, ambos relevantes en el arte teotihuacano (figura v.2).
Por último, un total de 14 muestras procede de materias primas que estaban
depositadas en bruto en el piso del entierro, 12 de las cuales consistían en los nú-
cleos de pigmento que ya fueron analizados en el año 2005 (Martínez, 2005: 73-
92) (muestras 13843, 14009, 13288, B-75511, 12751, 13073, B-73144, B-76421, 13273,
B-78200, 13955, B-23985) y dos de ellas en un conglomerado
amorfo inicialmente sin identificar que resultó ser piedra pó-
mez (3182 A y 3182 B).
El estudio de todas estas muestras minerales y orgánicas
comenzó con su examen microscópico para hacer una ex-
haustiva selección de ellas, de acuerdo con sus diferentes to-
nalidades, grados de pureza y texturas. Las muestras selec-
cionadas fueron pues representativas del conjunto, al abarcar
lo orgánico e inorgánico, y dentro de esta última categoría
todas las variantes posibles. El conjunto lo conforma un to-
tal de 29 muestras (tabla v.2), la mayor parte de las cuales
son pigmentos/cosméticos (muestras 13878, 13756, 13757,
13204, 13755, 13751, 13132, 13750 B, 13134, 13184, 13182, 13137,
13180, 13176, 13749, 13140, 3182 B, 13843, 14009, 13288, B-75511,
12751, 13073, B-73144, B-76421, 13273, B-78200, 13955,
B-23985). Sólo dos corresponden a la madera quemada que
Figura v.2 Sello miniatura en forma de flor de
aparece como constante en todo este enterramiento, ya sea
cuatro pétalos con restos de color rojo en como ofrenda independiente o mezclada con los citados
superficie. Procedente del entierro 105-108 de cosméticos (muestras 13757, 13204), y una última a la desco-
Teopancazco (muestra ref. 13755). nocida materia prima de las muestras 3182 A y 3182 B, que tal

216
Naturaleza de las 29 muestras del entierro Referencia arqueológica
105-108 analizadas
Pigmentos/cosméticos 13878, 13756, 13757, 13204, 13755, 13751, 13132, 13750 B,
13134, 13184, 13182, 13137, 13180, 13176, 13749, 13140, 3182 B,
13843, 14009, 13288, B-75511, 12751, 13073, B-73144, B-76421,
13273, B-78200, 13955, B-23985
Madera quemada (aroma ritual del enterramiento) 13757
Material no identificado 3182 B
Total 29
Tabla v.2 Muestras minerales y orgánicas del entierro 105-108 que han sido analizadas

y como hemos señalado anteriormente, resultó ser piedra pómez (muestra 3182 B).
La mayor selección de lo que fue interpretado desde el primer momento como
posibles cosméticos de uso funerario o ritual postmortem fue consciente, pues
uno de nuestros principales objetivos era detectar entre las partículas del color
restos de la materia orgánica que sirvió para ligarlo y extenderlo o imprimirlo
sobre la piel, y tras esto proceder a su identificación arqueométrica.
En lo referente a la madera quemada, es evidente que ésta debió de cum-
plir con la función de aromatizar el interior del contexto funerario, de tal modo
que su caracterización resultaba de lo más procedente al tratarse de un posible
perfume de uso ceremonial y funerario que, como tal, participó de la puesta en
escena de este notable enterramiento del barrio multiétnico de Teopancazco.

Resultados y discusión

La tabla que se muestra a continuación sintetiza todos los resultados ar-


queométricos que se obtuvieron con el análisis de las ofrendas minerales
(cosméticos) y orgánicas (aromas), a los cuales nos referiremos con deteni-
miento en los subapartados posteriores.
Materias primas identificadas Núm. de referencia arqueológica
Galena (PbS) 13756, 13757, 13749, 13134, 13184
Hematita (Fe2O3) 23985, 13073, 13273, 12751, 13843,
Tierra roja (minerales arcillosos) 23985, 12751, 13843, 13288, 78200, 73144, 76421, 13878, 13751,
13755, 13140, 13180, 13132, 13182, 13137, 13750B, 13131
Tierra sombra 13176
Óxido de hierro hidratado (Fe2O3.nH2O) 13073, 13273, 75511
Jarosita (KFe3(SO4)2(OH)6) 13073, 13273, 13955, 14009
Cinabrio (HgS) 75511, 78200, 13878
Carbón(C). Posiblemente derivado de la combustión 13756, 13749, 13134, 13184
de madera de ocote (Pinus montezumae)
Resina de ocote/pino (Pinus montezumae) 13843, 13288, 13878
Mica 13756,13 133
Piedra pómez 3182 B

Tabla v.3 Relación de los resultados obtenidos.

217
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Cosméticos

La galena y su tratamiento cosmético. Los cosméticos negros de matiz


grisáceo correspondientes a las muestras 13756, 13757, 13749, 13134, 13184 se
identificaron como galena (PbS) con adición de negro carbón de origen vege-
tal (figuras v.3, v.4, v.5 y v.6). Es la galena o sulfuro de plomo el componente
dominante, y es muy probable que a ésta
se le agregara el carbón por dos razones
de índole estética y medicinal. Por un
lado, la incorporación del carbón daba la
posibilidad de transformar el tono grisá-
ceo de la galena en uno nuevo de matiz
más oscuro, y por el otro, si nuestra hipó-
tesis es cierta y en efecto se trata de cos-
méticos, esta clase de combinación haría
posible el uso de la galena como pigmen-
to corporal sin provocar los efectos noci-
vos que son propios a su naturaleza. Esa
toxicidad de la galena se debe a la alta
Figura v.3 Galena vista a través del microscopio proporción de plomo que la constituye, y
óptico (lm) (Muestra ref. 13756). puede reducirse notablemente si se mez-
cla con otros componentes que, además
de minimizar sus efectos dañinos, permiten lograr un uso terapéutico del mi-
neral. Mezclada con carbón, que es tal y como la encontramos en las muestras
del entierro 105-108 de Teopancazco, fue ampliamente utilizada por infinidad de
culturas del mundo antiguo como pintura para embellecer los ojos y a la vez
protegerlos del sol y distintas infecciones, siendo las civilizaciones del Medi-
terráneo antiguo, entre ellas las de Egipto y Próximo Oriente, las que le dieron
un uso más antiguo así preparada, pues el khol de ojos que aparece con fre-

Figura v.4 Espectro sem/edx de la muestra anterior (Muestra ref. 13756).

218
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

Figura v.5 Espectro ftir de la muestra anterior (Muestra ref. 13756).

cuencia en los fardos cosméticos de las tumbas del Creciente Fértil del V mi-
lenio a.C. no es otra cosa que una mezcla de galena y carbón con algunos
otros componentes (Courau, 1990; Janot, 1999: 217-232). Al hilo de esto, la
galena que fue depositada como ofrenda en el entierro 105-108 de Teopancaz-
co se preparó exactamente según la receta que se empleó en esas otras cultu-
ras del Mediterráneo antiguo, al
sumar negro carbón a su compo-
sición con una clara intencionali-
dad estética y terapéutica, lo que
sitúa el arte y la ciencia de elabo-
rar este bien de uso ceremonial
en manos de expertos vinculados
al círculo de la medicina y/o far-
macopea. Esto último vendría a
reforzar la hipótesis en proceso
de estudio a la que apuntan va-
rias de las investigaciones efec-
tuadas en Teopancazco en los úl-
timos años, a saber: que al igual
que ocurrió en otros barrios de Figura v.6 Voltagrama vmp de la muestra anterior (Muestra
ref.13756).
219
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Teotihuacan, éste también debió de


contar con una elite de expertos en
medicina que atendieron a la pobla-
ción que vivía en él, que gracias a este
servicio ya no tendría que desplazar-
se a otros núcleos urbanos con dicho
propósito (Seminario Teopancazco,
febrero, 2011).
La presencia de galena en este
enterramiento contribuye a eviden-
ciar la alta categoría del personaje
que fue enterrado en él, al ser este
mineral un bien que tuvo que llegar a
la ciudad de Teotihuacan desde el
Figura v.7 Lámina de mica con fragmentos de galena y carbón.
Fotografía al microscopio óptico (lm) (muestra ref. 13756).
exterior, lo que la convierte en un pro-
ducto de lujo por definición. Aunque
todavía debemos identificar con pre-
cisión su procedencia exacta, son tres los orígenes que en principio pode-
mos atribuirle: las canteras de plomo que formaban parte del cinturón de
cobre de Michoacán (México), las que existían en Hidalgo (México), o las
situadas en el noroeste de Illinois, Missouri y, más alejadas todavía, los Gran-
des Lagos de Norteamérica (Fagan, 1991; Swanton, 1983), siendo estas últi-
mas de mayor envergadura que las anteriores. Si bien es cierto que las rutas
del desierto que unieron Norteamérica con Mesoamérica en época prehis-
pánica facilitando el intercambio de muchos bienes pudieron favorecer tam-
bién la llegada de galena a Teotihuacan desde esos alejados territorios, lo
más probable es que su proveedor fuese Michoacán, en virtud de los supues-
tos y posibles enclaves teotihuacanos en Loma Santa María, Tres Cerritos y
Tingambato.
Por otro lado, es interesante que los cosméticos identificados en el entie-
rro 105-108 de Teopancazco estén hechos a base de galena, puesto que éste era
uno de los tres minerales que en estos mismos territorios del Valle de México
fueron empleados por los guerreros mexicas del Postclásico como cosmético
sobre tinta de hollín o de hule (Dupey, 2006: 81-82).
La presencia de mica acompañando estos cosméticos a base de galena y
carbón (figura v.7) puede guardar relación con su propia preparación y apli-
cación in situ al hilo de posibles ceremonias rituales post mortem, pues las
láminas de mica consiguen mantener las altas temperaturas derivadas de un
proceso de calcinación (González, 2009: 53), facilitando así la mezcla ho-
mogénea de los distintos componentes y su extensión sobre la piel. Como
bien es sabido, mucha de la mica de Teotihuacan era proporcionada por su
proveedor más importante: Oaxaca (Rosales, 2004; Rosales de la Rosa y Man-
zanilla, 2011).

220
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

El cinabrio y su preparación como pigmento corporal. Las muestras


75511, 78200 y 13878 representan cosméticos que fueron preparados con cina-
brio (HgS) y alguna tierra roja de naturaleza férrica (figuras v.8, v.9, v.10 y v.11).
Al igual que ocurría con la galena, dicha
preparación también responde a la nece-
sidad de paliar los efectos dañinos que el
mercurio tiene sobre la piel, tales como la
inflamación de los riñones, la pérdida de
los dientes a consecuencia de gingivitis
agudas, o graves trastornos gastrointesti-
nales (Yeoh et al., 1986: 107-111). Un em-
pleo muy prolongado de este componen-
te puede causar a su vez síntomas neuro-
lógicos diversos como el insomnio, la
pérdida de memoria, la inestabilidad
emocional, la depresión y la anorexia, en-
tre otros, que incluyen el fallecimiento de Figura v.8 Cinabrio. Fotografía al microscopio óptico
la persona (Marcereau, 2002: 42). Cierto (lm) (Muestra ref. 78200).
que todos estos efectos son muy superio-
res en el caso del mercurio (Hg) que del cinabrio (HgS), dada la combina-
ción que se produce en este último caso del mercurio con el azufre, pero inde-
pendientemente de ello, su utilización cotidiana como cosmético tiene efec-
tos nefastos que, sobre todo, fueron ampliamente conocidos en las cortes eu-
ropeas de la época moderna, donde sus reales y nobles miembros enfermaban
gravemente por abusar de este y otros productos de uso cosmético compues-
tos a base de mercurio y plomo, llegando incluso a fallecer por causa de ello
(Pillivuyt, 1985: 52-53).

Figura v.9 Espectro sem/edx de la muestra anterior (Muestra ref. 78200).

221
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura v.10 Espectro ftir de la muestra anterior (Muestra ref. 78200).

Figura v.11 Voltagrama vmp de la muestra anterior (Muestra ref. 78200).

Es por ello que debemos ver en la preparación de estos rojos de cinabrio y


hierro de Teopancazco una sabia combinación que en la vida cotidiana de la
elite teotihuacana permitiría el uso de un color tan simbólico y codiciado
como el del cinabrio sin perjudicar en exceso la salud de sus usuarios. A este
respecto, debemos tener en cuenta que la composición de estos cosméticos
funerarios tal y como se los encuentra en las tumbas de la alta sociedad me-
soamericana en general, y de la teotihuacana en particular, reproducen aque-
llos otros que se utilizaron en vida por esta distinguida clase social, al igual

222
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

que ocurre con otros elementos de estos mismos recintos, convirtiéndose


pues en una ventana arqueológica que no sólo nos aproxima a las costumbres
funerarias de estas culturas prehispánicas, sino también a las prácticas socia-
les y hábitos cotidianos de sus dirigentes y habitantes nobles.
En otro orden de cosas, la presencia de cinabrio en el entierro 105-108 de
Teopancazco es una nueva evidencia relativa a la importancia que tuvo el uso
de este color en los recintos y prácticas mortuorias de Teotihuacan, al ser más
que habitual su presencia de una u otra forma en múltiples tumbas asociadas
con distintos conjuntos y barrios de la ciudad, entre los que pueden citarse La
Ventilla A, La Ventilla B, el Barrio Oaxaqueño, el Barrio de los Comerciantes
o la Pirámide de la Luna (Gazzola, 2000: 65).
A diferencia de la galena, la geología del centro de México garantiza por
su naturaleza volcánica importantes yacimientos de cinabrio, especialmente
en la meseta central, en el eje neovolcánico y la Sierra Madre del Sur (ibid.:
80), lo que influiría en su menor costo. No obstante, la llegada de este mineral
de uso cosmético a Teotihuacan también pudo deberse a los estrechos con-
tactos que la urbe mantuvo con la Sierra Madre de Querétaro desde el Preclá-
sico, región que reunió en tiempos prehispánicos los yacimientos de cinabrio
más abundantes de toda Mesoamérica.

Cosméticos teotihuacanos a base de hierro. El conjunto de resulta-


dos obtenidos es concluyente en lo que se refiere al predominio que tuvieron
en Teopancazco los cosméticos preparados a base de hematita (Fe2O3; mues-
tras 23985, 13073, 13273, 12751, 13843), tierras rojas y ocres de composición di-
versa (muestras 23985, 12751, 13843, 13288, 78200, 73144, 76421, 13878, 13751,
13755, 13140, 13180, 13132, 13182, 13137, 13750B, 13131), óxidos de hierro hidrata-
dos y/o parcialmente hidratados, en especial las limonitas de tonalidad ama-
rillo-ocre (Fe2O3.nH2O; muestras 13073, 13273 y 75511), e incluso las tierras
compuestas a base de hierro (Fe) y manganeso (Mn), conocidas comúnmen-
te como sombras tostadas (muestra 13176), las cuales debieron de constituir
una alternativa de calidad y eficacia a los negros grisáceos de origen plúmbeo
a los que nos hemos referido anteriormente.
La constante de estos minerales ricos en hierro como base de una amplia
gama cosmética en Teopancazco (figuras v.12 y v.13), lejos de verse como una
particularidad de este contexto, debe interpretarse como la elección más razo-
nable que, en términos generales, fue común a muchas de las culturas del mun-
do antiguo. La abundancia y diversidad con las que estos materiales se forman
en cualquier clase de suelos, lo económico que en consecuencia resultan al no
estar sujetos a su exportación-importación, la facilidad con la que son procesa-
dos para aplicarlos sobre la piel en polvos de texturas más o menos cubrientes,
su compatibilidad con todo tipo de ligante para preparar el cosmético para ex-
tenderlo sobre la superficie cutánea, y la tranquilidad con la que pueden em-

223
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

plearse por no tener efectos nocivos para la salud explican que su elección y uso
entre los productos cosméticos del mundo antiguo fuesen predominantes.
De acuerdo con los cromatogramas que se obtuvieron al analizar la sustancia
orgánica que aparece asociada con estos cosméticos del entierro 105-108 de
Teopancazco, el componente que ligó sus
partículas fue resina de ocote (Pinus mon-
tezumae), totalmente compatible con su
naturaleza férrica (figura v.12). Es proba-
ble que para su disolución se empleara al-
gún aceite secante, como el de chía (Sal-
via hispánica L.), cuestión que podremos
confirmar en un futuro próximo.
En Teopancazco, el uso de estos pig-
mentos de hierro cubre un amplio es-
pectro cromático que abarca desde los
rojos más intensos, representados por
los elaborados a base de hematita, hasta
Figura v.12 Tierra roja. Fotografía al microscopio óptico (lm) las sombras tostadas de tonalidad pro-
(Muestra ref. 13843). funda, pasando por distintos tipos de ro-
sas, ocres y amarillos de matices varia-
dos. En el caso de los amarillos, encontramos una particularidad significativa
relacionada con el uso que se hizo de un mineral poco conocido en Mesoa-
mérica. Nos referimos al sulfato de hierro y potasio conocido como jarosita
(KFe3(SO4)2(OH)6) (figura v.14), el cual pudo proceder de Michoacán
(yacimientos de Tepalcuatita, Los Habilos o Tepalcatepec) (Singer et al.,
2005), Guerrero (Mina de La Concha, en Taxco) (Girón et al., 2005) o Hidal-
go (Mina de Lomo de Toro, Zimapán). Fuese sola (muestras 13955 y 14009) o
en combinación con limonita (muestras 13073 y 13273), la jarosita se cuenta
entre los pigmentos de base férrica que participaron de la toilette cosmética de
los distinguidos personajes del entierro 105-108.

Figura v.13 Espectro sem/edx de la muestra anterior (Muestra ref. 13843).

224
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

Figura v.14 Espectro sem/edx del pigmento-cosmético identificado como jarosita (Muestra ref. 14009).

El aroma ritual del enterramiento 105-108

Los análisis efectuados por pirólisis-cromatografía de gases/espectrometría de


masas (Pyr-GC/MS) a las maderas quemadas que aparecieron asociadas con
varias de las cerámicas miniatura del entierro 105-108 responden a una pinácea,
muy posiblemente ocote (Pinus montezumae), que debemos interpretar como el
perfume escogido para aromatizar el interior del recinto funerario (figura v.15).

Figura v.15 Cromatograma de la resina de ocote utilizada para aromatizar


el entierro 105 de Teopancazco (Pyr-GC/MS) (Muestra ref. 13184).

225
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

La presencia de láminas de mica en contacto con las maderas quemadas


confirma el uso de este material para mantener las altas temperaturas provo-
cadas por la combustión de distintas sustancias, en este caso del ocote, con el
propósito de perpetuar así su intenso aroma. El cuidado que se puso en ello
podría sugerir la relevancia que este perfume tuvo en las prácticas funerarias
de la alta clase social teotihuacana, nada descabellado si consideramos que,
junto al copal, ésta fue una de las esencias aromáticas más importantes y sim-
bólicas entre las antiguas culturas prehispánicas de Mesoamérica, en especial
entre las del altiplano, de ahí que su uso ceremonial en esta misma región per-
dure hasta nuestros días.

Cosméticos y aromas en otros entierros de Teopancazco

Los resultados analíticos de los cosméticos funerarios hallados en los entie-


rros 115, 116, 67 y 51 de Teopancazco apenas aportaron novedades significati-
vas con respecto a los reunidos en el entierro 105. Los rojos de los entierros 115
(muestra 14136) y 116 (muestra 14140) se identificaron como hematita (Fe2O3),
y el amarillo de este último contexto y de los entierros 67 (muestra 11941) y 51
(muestra B 66386), como limonitas comunes (Fe2O3.nH2O). Por su parte, el
rojo procedente del entierro 67 (muestra 11929), de la fosa de los decapitados,
se identificó como cinabrio con adición de óxido de hierro, lo que nuevamen-
te confirma la necesidad que hubo, por razones médicas, de manufacturar este
color rico en mercurio con otros componentes de naturaleza férrica cuando
estuvo destinado a la pintura corporal o su uso en contextos funerarios im-
portantes.
Sin duda la principal novedad radica en el resultado que se obtuvo al ana-
lizar el pigmento blanco contenido en dos recipientes miniatura del entierro
115 (muestras 14133 y 14134), pues éste ha sido identificado como una mezcla
de arcilla de caolín y calcita (figura v.16), idéntica a la que se utilizó en las
culturas del Mediterráneo antiguo, entre ellas la egipcia, como cosmético
blanco, e incluso como mascarilla facial. Podría tratarse pues de otro de los
cosméticos que fueron utilizados en vida por la elite que vivió en el barrio
multiétnico de Teopancazco, y como tal, introducido en las tumbas de sus in-
tegrantes como parte de las ofrendas funerarias que, habiendo sido emplea-
das en vida, debían acompañarlos tras su muerte.

La pintura corporal y el arte teotihuacano

Una de las principales fuentes iconográficas capaces de aportarnos informa-


ción acerca de la pintura corporal en la sociedad teotihuacana es la pintura
mural y, en menor medida, las vasijas y figurillas cerámicas con representa-

226
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

Figura v.16 Espectro sem/edx del cosmético blanco a base de arcilla de caolín y calcita
identificado en el entierro 115 de Teopancazco (Muestras ref. 14133 y 14134).

ciones figurativas que aún conservan restos de policromía. En cuanto a la


escultura en piedra y el arte lapidario, lamentablemente es muy escasa la in-
formación que pueden proporcionarnos para el tema que nos ocupa, debi-
do a que la mayoría de las piezas ha perdido su revestimiento pictórico. Aun
así, debemos tener presente que el arte teotihuacano, en todas sus manifes-
taciones, pertenece a la categoría de arte conceptual, o arte simbólico en el
sentido antropológico propuesto por Durand (1964); de ahí que a la hora
de emprender su estudio iconológico, la comprensión de dichas imágenes
constituya un fenómeno complejo. Y cuando nos referimos a “todas sus ma-
nifestaciones” consideramos que la pintura mural también está incluida en
esta categoría, y no en la de arte narrativo a pesar de su elevado nivel de ico-
nicidad (sobre la distinción entre las diversas categorías, véase García Mahí-
ques, 2009: 53-75). En este último sentido, el empleo de ciertos colores en el
arte teotihuacano también está determinado por ese código cifrado a través
del cual las imágenes pretenden transmitir mensajes relacionados con su
complejo pensamiento religioso, o lo que es lo mismo, con el modo simbóli-
co con el que esta sociedad comprendió el mundo que la rodeaba.
Si bien algunas fuentes literarias de la época del contacto, junto con las
informaciones procedentes de otras culturas mesoamericanas como la azte-
ca, pueden sernos de gran utilidad a la hora de interpretar ciertas imágenes
pintadas cuyo nivel de analogía con la realidad es francamente escaso, no de-
bemos olvidarnos, como sostiene Taube (2009: 153), de cuál fue el grado de
continuidad entre las tradiciones teotihuacanas y las de otras culturas más
tardías, con el fin de evitar cualquier comparación que nos conduzca a con-
clusiones erróneas. Por todo ello, la presencia en el entierro 105-108 de Teo-
pancazco de sellos y pequeños recipientes cerámicos con restos de pigmentos
constituye un hallazgo de gran importancia, sobre todo teniendo en cuenta
que el resultado de los análisis químicos parece corroborar la hipótesis de que

227
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

su empleo estaba destinado a la pintura corporal de los individuos enterrados


junto con esta ofrenda, tal y como se ha expuesto en los parágrafos anteriores.
La pintura corporal era una práctica habitual en las culturas mesoameri-
canas, y así nos lo han transmitido las numerosas obras de arte que, desde el
tiempo de los olmecas y otras culturas preclásicas, nos enseñan individuos
con el rostro y el cuerpo pintados y, en ocasiones, decorados o tatuados con
originales motivos. En ocasiones, dichos personajes son divinidades, como
los que aparecen en los códices prehispánicos, pero otras veces son figuras de
hombres y mujeres representativos de diferentes grupos sociales. En el caso
del entierro 105-108, dada la variedad y calidad de los pigmentos analizados,
no cabe duda de nos hallamos ante personajes adolescentes pertenecientes a
un grupo importante de la antigua sociedad teotihuacana. Pero ¿cuál era ese
grupo? En vista de que los pigmentos incluyen los colores rojo y negro, y que
los motivos plasmados en los sellos con los que seguramente decoraban su
cuerpo representan flores de cuatro pétalos y garras de jaguar, es muy factible
que se trate de futuros guerreros, pertenecientes al grupo de los guerreros ja-
guar, habitual en la pintura mural así como en vasijas y figurillas cerámicas.
La flor de cuatro pétalos podría indicar su pertenencia a la ciudad de Teo-
tihuacan (López Austin, 1989), dividida en cuatro sectores, según algunos in-
vestigadores han interpretado este motivo, mientras que la garra de jaguar los
identificaría con ese grupo militar. Ahora bien, también debemos aclarar que
en las pinturas murales los personajes interpretados como tales no exhiben su
piel decorada con esos motivos, sino que portan elaborados trajes de jaguar, o
de otros animales como el coyote y el águila.
En cuanto a los colores rojo y negro, éstos son los habituales en las repre-
sentaciones pictóricas, especialmente el rojo. En el entierro 105-108 han apa-
recido distintos tipos de rojos y negros, lo que sugiere el empleo no sólo de
diferentes cromatismos sino también de diferentes materias, algo que tal vez
tendría relación con la distinción entre los diferentes miembros de la socie-
dad. Así lo interpreta Dupey (2006: 82) en el caso de las pinturas aztecas, al
sostener que los materiales colorantes ocupaban un sitio específico en el uni-
verso, lo que les confería multiplicidad de significados que referían a aquello
que coloreaban.

Conclusiones

El primer examen arqueométrico efectuado en las sustancias orgánicas y mi-


nerales contenidas en los recipientes miniatura de Teopancazco ha arrojado
unos primeros resultados de interés relativos a la clase de cosméticos y perfu-
mes que debieron de estar en uso entre la elite teotihuacana. Además de los
habituales cosméticos rojizos de base férrica, sin duda los más abundantes
por todas las ventajas que conciernen a su empleo, han sido identificados
otros que, como la galena (PbS), el cinabrio (HgS) o el blanquecino com-

228
esencias aromáticas y cosméticos funerarios de teopancazco

puesto a base de caolín y calcita, sabemos que también fueron aprovechados


como cosméticos en otras muchas culturas del mundo antiguo, tanto prehis-
pánicas como vinculadas a otros ámbitos, entre ellos el Mediterráneo.
Sin duda alguna la calidad cromática de tonalidad grisácea y rojiza que
aportaban el plomo y el mercurio respectivamente explican su importante
uso en el ámbito de la pintura corporal, al igual que el simbolismo de cada
uno de ellos. La aplicación cutánea de ambos conllevaba efectos muy perjudi-
ciales para la salud que, no obstante, podían controlarse, e incluso modificar-
se en otros de tipo terapéutico, a través de su respectiva combinación con
otros componentes, entre los cuales deben citarse el carbón y el hierro para el
caso de la galena y el cinabrio respectivamente. El hecho de encontrarnos con
esta clase de mixturas en los entierros 105-108 y 67 de Teopancazco permite
sugerir que la preparación de estos bienes en Teotihuacan, lejos de estar suje-
ta a personas inexpertas, debió recaer en especialistas próximos al ámbito de
la medicina o la farmacopea.
En cuanto a las sustancias de origen orgánico que han sido identificadas en
el entierro 105-108, los primeros cromatogramas señalan el uso que se hizo de la
resina que proporcionaba la madera del ocote (Pinus montezumae) para aroma-
tizar el interior del recinto funerario y ligando las partículas de los pigmentos
para su aplicación corporal a modo de ungüento perfumado, de manera análoga
a como se hizo en otras muchas culturas de la Antigüedad (Bourliascos, 2004).
Estos resultados invitan a continuar investigando sobre la presencia e iden-
tificación de esta clase de bienes en otros recintos funerarios de Teotihuacan
donde han sido hallados, de tal modo que podamos ser concluyentes en rela-
ción con aspectos tales como su empleo extensivo a todos los barrios de la urbe
o, por el contrario, restrictivo a algunos de ellos, lo cual, muy posiblemente,
guarde relación con la procedencia geográfica de sus respectivos habitantes,
siempre asociada con determinadas costumbres sociales y prácticas funerarias.
Igualmente, será necesario contrastar los resultados analíticos que han
sido descritos y los que puedan obtenerse en un futuro con las menciones que
se hicieron en las fuentes históricas de época de la Colonia de estos bienes y su
antiguo empleo como cosméticos, al igual que relacionar los colores a los que
remite cada uno de ellos con los que aparecen aplicados en la piel de los perso-
najes, generalmente deidades, que se representaron en el arte teotihuacano.

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232
Capítulo vi
Aplicación de difracción de rayos X (xrd), rayos X
y luminiscencia inducida por protones (pixe e iol)
para la caracterización de la pizarra de Teotihuacan

Julieta M. López Juárez,a


José Luis Ruvalcaba Silb
y Manuel Aguilar Francob

Introducción

En la antigua ciudad de Teotihuacan hubo diversas expresiones materiales


que fueron producto y reflejo del poder y la ideología dominantes. Como
ejemplo tenemos la arquitectura monumental y los palacios y áreas habitacio-
nales, algunos con exquisitas pinturas murales, esculturas y artefactos elabo-
rados en diversas piedras que ponen de manifiesto el manejo diestro de los
artesanos sobre las herramientas líticas para manufacturar las diversas mate-
rias primas.
Productos controlados como figurillas, vasijas, excéntricos, orejeras y na-
rigueras, algunos elaborados en materias primas foráneas e identificados
como de distribución restringida y exclusiva, se convirtieron en objetos de
prestigio, pues adquirieron valor como marcadores de estatus social (Cabrera
Cortés, 1995; López, 2008; Manzanilla, 2007b).
Los artefactos a los que se orienta esta investigación, utilizados frecuen-
temente dentro de la industria lítica teotihuacana, son los manufacturados
con pizarra. Ésta fue una de las materias primas trabajadas frecuentemente
por los teotihuacanos y es un componente habitual de sus ofrendas y en-
tierros. Registros arqueológicos indican que la pizarra se utilizó por un lapso
de alrededor de 650 años en Teotihuacan. Espacialmente, se ha recuperado
en todos los complejos arquitectónicos de la ciudad que se han excavado
hasta ahora.
En esta investigación se exponen los primeros resultados de la caracteri-
zación de materiales arqueológicos y geológicos de origen metasedimentario
de pizarra que se efectuó sobre materiales lapidarios recuperados en diferen-

Posgrado. Facultad de Filosofía y Letras, unam.


a

Instituto de Física, unam.


b

233
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

tes sectores de la antigua ciudad; hacemos una comparación temporal con


otros sectores de la urbe. Esta comparación entre artefactos de diferentes
temporalidades nos permite identificar y establecer el tiempo en el uso de la
materia prima en diferentes contextos.
En este estudio se realizó un análisis comparativo de artefactos estudia-
dos en diferentes trabajos arqueológicos: los proyectos “Templo de Quetzal-
cóatl” y “Pirámide de La Luna” (codirigidos por Saburo Sugiyama), así como
“Antigua ciudad de Teotihuacan: primeras fases de desarrollo urbano” (Ozto-
yahualco 15B:N6W3), “Estudio de túneles y cuevas en Teotihuacan” y “Teoti-
huacan: elite y gobierno. Excavaciones en Teopancazco” (dirigidos por Linda
R. Manzanilla). Estos proyectos arqueológicos ofrecen una cronología con-
fiable, obtenida mediante la aplicación de la técnica de radiocarbono a mate-
riales recuperados de los contextos; tal cronología nos permite identificar que
desde el 100 d.C. hasta el 650 d.C. los artefactos de pizarra fueron altamente
valorados por los teotihuacanos.
Para la caracterización de la pizarra se han aplicado técnicas no destructi-
vas y no invasivas —como la difracción de rayos X (xrd), rayos X y la lumi-
niscencia inducida por protones (pixe e iol)— sobre los materiales arqueo-
lógicos. Sólo una parte de las muestras de fuentes geológicas fueron
pulverizadas para su análisis por xrd.
El análisis se dividió en tres etapas. En la primera se realizó la caracteriza-
ción mediante xrd para identificar las fases minerales presentes en las pizarras
geológicas y un análisis cuantitativo mediante el método de Rietveld para co-
nocer la composición de las fases presentes; en una segunda etapa se llevó a
cabo el análisis elemental de las muestras geológicas, correlacionando la in-
formación de elementos mayores correspondientes con las fases cristalinas,
para su diferenciación a partir de la composición elemental específica; en la
tercera etapa, con base en la información generada para las muestras geológi-
cas, se realizaron análisis elementales de las piezas arqueológicas a fin de esta-
blecer similitudes y diferencias entre ellas.
El presente estudio, tanto a nivel geológico como arqueológico y ar-
queométrico, puede considerarse una investigación pionera en estos mate-
riales, los cuales no habían sido analizados antes desde esta perspectiva. Es-
tos resultados permiten establecer la naturaleza la pizarra y proponer su
posible procedencia; al ser analizados en conjunto con los datos arqueoló-
gicos, por otra parte, nos permiten hacer inferencias sobre las funciones ri-
tuales, simbólicas y jerárquicas que tuvo este material en la metrópoli teoti-
huacana.
Inicialmente se presentará la definición de la materia prima bajo estudio,
su clasificación tipológica por proyecto, frecuencia y temporalidad, y segui-
do a ello se describirá el proceso de caracterización y se presentarán los re-
sultados.

234
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

Los artefactos de pizarra en Teotihuacan.


Definición, clasificación y distribución
espacial dentro de la ciudad

Iniciamos este apartado con la definición de conceptos pertinentes, como roca


y mineral, igual que las características de cada uno, lo cual nos ayudará a com-
prender la naturaleza de las rocas y la génesis de los materiales que observamos
en el estudio, así como el empleo de las técnicas utilizadas en su caracterización.
Las rocas están compuestas por uno o varios minerales. Un mineral es
toda sustancia inorgánica originada por procesos naturales en la corteza terres-
tre, cuya propiedad más significativa es que se encuentra generalmente en es-
tado cristalino, es decir, con sus átomos dispuestos en redes tridimensionales
geométricamente regulares y simétricas.
En la corteza terrestre existen diferentes tipos de rocas; por lo tanto habrá
minerales tipomorfos que caractericen a cada roca según su origen. Desde el
punto de vista genético se puede dividir a las rocas en tres grandes ramas: ro-
cas ígneas o magmáticas, sedimentarias y metamórficas. Son las rocas meta-
mórficas las que nos interesan, puesto que entre ellas se encuentra la pizarra;
su definición es la siguiente:

La pizarra es una roca metamórfica de grano extremadamente fino, en origen arci-


llas sedimentarias con cuarzo y mica; estas arcillas se han transformado debido a la
presión y/o calor moderado [véase la figura vi.1]. Tienen como propiedad la “exfo-
liación pizarrosa” o de textura laminar, que permite separar hojas grandes y delga-
das. El color va del gris al negro, pero puede ser verdoso, amarillento y castaño roji-
zo. Hay pizarras arcillosas, calcáreas o bituminosas, ya que suelen contener arcillas,
carbonatos de calcio o hidrocarburos (Busbey, III, 1994; Hurlbut y Klein, 1991; Kopf,
1979; Meléndez-Hevia y Meléndez-Hevia, 1994; Tejada, 1994).

Debido a la geología de Teotihuacan —el


valle está compuesto por rocas volcánicas áci-
das y básicas entre las que destacan, respectiva-
mente, rocas basálticas y andesíticas, tepetate
y, en menor cantidad, obsidianas o vidrio vol-
cánico— es evidente que la pizarra no es de la
localidad, lo que indica que para su obtención
deben haber existido especialistas que se ocu-
paban del proceso de selección, extracción,
embalaje y traslado desde lugares lejanos hasta
la ciudad (López, 2006, 2011). Las rutas y me-
dios de abastecimiento aún se investigan.
A través del estudio de los diferentes con- Figura vi.1 Pizarra, material expuesto en
textos donde aparecen los artefactos, resulta Tlalpujahua Michoacán.

235
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Tabla vi.1. Tipología de los artefactos por proyecto y fase cronológica correspondiente

Artefacto Miccaotli Miccaotli- Tlamimilolpa- Tlamimilolpa- Coyotlatelco- Coyotlatelco- Total


Tlamimilolpa Xolalpan Xolalpan Mazapa Mazapa
PTQ PPL OZ TP CV CP
Discos 99 12 2 6 1 120
Lajas 16 40 367 11 434
Regletas 1 1 2
Placas 1 7 8
Fig.antropo- 1 2 4 7
morfas
Formas 36 1 37
especiales
MHT 72 114 411 17 7 621
Pendientes 2 4
Aplicaciones 1 1
Cuentas 3 3
Agujas 2 2
MP 116 116
Total 101 146 156 914 29 9 1355

PTQ: proyecto “Templo de Quetzalcóatl”; PPL: proyecto “Pirámide de la Luna”; OZ: Oztoyahualco 15B;
TP: Teopancazco; CV: Cueva de las Varillas; CP: Cueva del Pirul.

evidente que fue un material apreciado y trabajado por los teotihuacanos du-
rante un amplio periodo. Su presencia más temprana se ha fechado desde el
Formativo Terminal hacia la fase Tzacualli (edificio I dentro de la Pirámide de
la Luna); prosigue en la fase Miccaotli, llegando hasta la Metepec, y se aprecia
una notable disminución en la fase Mazapa (López, Ruvalcaba y Franco,
2010a; López 2011, ver tabla 1).
La relevancia de los artefactos manufacturados sobre pizarra radica en su
presencia ininterrumpida por un largo tiempo dentro y fuera de la ciudad.
Esta presencia constante del material evidencia un largo periodo de importa-
ción de materia prima para el trabajo artesanal y su posterior depósito en con-
textos rituales (López, 2006:130-138; 2011: 29-32).

Tipología y frecuencia de los artefactos

Para el desarrollo de esta investigación se ha realizado, como primer paso, un


análisis tipológico y de frecuencia de los artefactos de pizarra recuperados
por los proyectos “Pirámide de la Luna”, “Templo de Quetzalcóatl”, “Antigua
ciudad de Teotihuacan: primeras fases de desarrollo urbano (Oztoyahualco
15B:N6W3)”, “Estudio de túneles y cuevas en Teotihuacan”, así como del pro-
yecto “Teotihuacan: elite y gobierno. Excavaciones en Teopancazco”.

236
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

A D F

A y B: Discos de pizarra-pirita
C: Placa en la que se seccionaron regletas
D: Material con huellas de trabajo (MHT)
E: Laja o lámina pintada y con restos de estuco
F: Láminas pintadas
G: Fragmento de crótalo
H: Disco de pizarra-pirita

C E G

Figura vi.2 Tipología de artefactos de pizarra de la Pirámide de la Luna;


es aplicable a todo Teotihuacan. (Fotografías: J. M. López Juárez y M. R.
López Juárez; Diseño: M. R. López Juárez y S. Kabata.)

En el proyecto “Pirámide de la Luna” se recuperaron 146 materiales lapi-


darios de pizarra en los entierros 2, 3, 5 y 6; corresponden a las diferentes fases
de edificación de la Pirámide de la Luna (Sugiyama y Cabrera 2006, 2007; Su-
giyama y López Luján, 2006, 2007). Los materiales identificados se han clasifi-
cado en discos, placas, pendientes, regletas, figurillas antropomorfas, herra-
mientas, formas especiales y materiales con huellas de trabajo (figura vi.2).

237
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

En el proyecto “Templo de Quetzalcóatl” fueron recuperados 101 objetos


dentro de los entierros 4, 5, 6 y 14, entre los cuales se identifican preponderan-
temente discos, placas y figurillas antropomorfas (López, 2006). Es impor-
tante señalar que en el ajuar funerario de los entierros del Templo de Quetzal-
cóatl, lo mismo que en el de la Pirámide de la Luna, se depositaron ofrendas
ricas y de materias primas suntuarias que no se han encontrado comúnmente
en Teotihuacan, pues en éstos se hallaron piezas como figurillas y orejeras de
piedra verde, conchas marinas, navajas y figurillas de obsidiana, entre otros.
En el caso de Oztoyahualco1 el material aparece dentro de las oblaciones
de los entierros 6, 8, 10 y 18. Se han recuperado 156 fragmentos y objetos ter-
minados, como discos, láminas y materiales con huellas de trabajo, cuyo peso
total es de 135.80 g.
Podemos afirmar que Teopancazco2 es el lugar donde se ha exhumado el
mayor número de artefactos de pizarra fragmentados, en proceso y termina-
dos. Se cuenta con un total de 914 sólo de las áreas de actividad, entre las que
se incluyen los entierros 15, 21-23, 26, 36, 45-53, 55-57, 60-62, 65-67, 68-79, 84-
87, 93, 94, 101, 104, 105 106 108 y el área de actividad 144; entre estos objetos se
identificaron pendientes trapezoidales, discos, láminas, cuentas, figurillas an-
tropomorfas, una regleta, una aplicación circular, materiales con huellas de
trabajo, fragmentos de materia prima, y se ha ampliado la tipología con dos
agujas y un material especial con forma de U. Hay que mencionar que en Teo-
pancazco se realizaban manufacturas especializadas, como elaboración de
trajes y tocados para sacerdotes y militares (Manzanilla 2006, 2009d), lo que
justifica la abundancia de materia prima (20.750 kg).
Los tres túneles situados al este de la Pirámide del Sol (la Cueva del Pirul,
la Cueva de las Varillas y la Cueva de la Basura) tienen áreas de actividad fe-
chables en Coyotlatelco y entierros en la fase Mazapa (Manzanilla et al., 1996;
Manzanilla 1996a, 2009b). Los análisis realizados en toda esta área indican
una ocupación intensiva durante el Epiclásico y el Posclásico.
Se han analizado materiales de la Cueva de Las Varillas, de los cuales son
29 los artefactos identificados; incluyen objetos en proceso, lajas y un pen-
diente (22.88 g). Los artefactos de la Cueva del Pirul son nueve en total; entre
éstos se pueden identificar materiales con huellas de trabajo, un disco y un
pendiente (con un peso de 17.65 g).
El total de artefactos analizados y catalogados únicamente para este apar-
tado y de contexto primario es de 1 355 (véase la tabla vi.1).
La presencia de los materiales con formas comunes durante cinco fases
del desarrollo de Teotihuacan nos permite afirmar que hubo una producción
1
  Un conjunto habitacional teotihuacano con evidencia de varias actividades como proce-
sos de preparación y consumo de alimentos, trabajos de manufactura de materias primas, al-
macenamiento, realización de actividades religiosas y prácticas funerarias (Manzanilla, 1993:
548-566; Manzanilla, 1996c)
2
  Un centro de barrio con evidencia de elementos procedentes de la Costa del Golfo (Man-
zanilla, 2006; 2008: 382-383; 2009d).

238
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

constante para depositarlos como ofrenda en los contextos funerarios. El aná-


lisis de los artefactos permite apreciar una diferencia en cuanto a tamaño y
acabado entre los artefactos del área central y los recuperados de las periferias
(Murakami y López, 2008, 2009).
Es importante mencionar que el origen del material no son únicamente
los entierros, sino toda la ciudad de Teotihuacan, en diferentes contextos;
se ha encontrado pizarra como ofrenda a estructuras, como parte de su re-
lleno, lo mismo que asociada con canales de agua y como desecho de la pro-
ducción artesanal de los talleres (para mayor información remitirse a Ló-
pez, 2006, 2011).

Caracterización del material

En los últimos años diversas técnicas no destructivas han mostrado ser herra-
mientas eficaces para el estudio de objetos manufacturados con diferentes ma-
teriales orgánicos e inorgánicos, como aleaciones de metales, ámbar, hueso,
concha, lítica, pinturas, entre otros (Couoh, 2009; Le Bourdonec, 2007; López,
Ruvalcaba-Sil y Franco, 2010a; Lowe, 2005; Ruvalcaba-Sil, 2003, 2008a, 2008b).
Entre toda una gama de técnicas de este tipo, destacan por su utilidad
para la arqueometría la emisión de rayos X inducida por partículas (pixe), la
ionoluminiscencia (iol) y la difracción de rayos X (xrd). Estas técnicas son
apropiadas para su aplicación en los materiales culturales debido a su comple-
mentariedad (análisis elemental y de fases minerales), sensibilidad, rapidez,
pero sobre todo porque pueden ser empleadas de manera no destructiva (Ru-
valcaba-Sil, 2003, 2005, 2008a; López Ruvalcaba y Franco, 2010a).
Para esta investigación se han caracterizado 132 objetos, de los cuales 125
son artefactos y siete muestras geológicas. Para la caracterización de los arte-
factos analizamos 91 piezas y fragmentos recuperados dentro de los entierros
de la Pirámide de la Luna; 13 piezas correspondientes al proyecto pact en
Oztoyahualco (15B:N6W3); seis piezas recuperadas de los túneles y cuevas al
este de la Pirámide del Sol (Cueva de las Varillas y Cueva Pirul específica-
mente); siete piezas del proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno. Excavacio-
nes en Teopancazco”, y ocho del proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno. Ex-
cavaciones en Xalla”. Sobre Xalla (Manzanilla, 2008a, 2009a) no podemos
adelantar conclusiones debido a que el material se encuentra en proceso de
catalogación y análisis, razón por la cual no se ha incluido dentro de la com-
paración tipológica y temporal.
Por otra parte, hemos utilizado referencias de fuentes geológicas de pi-
zarra recolectadas en el estado de Guerrero (en los poblados de Pachivia e
Iguala), Morelos (Carretera Paso Morelos), México (Tejupilco y Valle de Bra-
vo), Michoacán (Tlalpujahua y río Cachivi), así como algunas muestras de la
calcita cristalina.

239
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Difracción de rayos X (drx)

Esta técnica tiene dos métodos de utilización: por irradiación directa al obje-
to de estudio y el análisis de una muestra pulverizada (figura vi.3). Los arte-
factos arqueológicos fueron irradiados sobre un soporte especial para el análi-
sis de las zonas más planas de los objetos. En las muestras geológicas recolec-
tadas se utilizó el método del polvo cristalino para la identificación de las fa-
ses minerales presentes. Se empleó un difractómetro Bruker AXS modelo D8
Advanced con un detector Linxeye.
Cada componente mineral tiene un di-
fractograma característico; por lo tanto, es po-
sible determinar las proporciones relativas de
dos o más minerales presentes en la misma
muestra. La orientación al azar existente entre
los numerosos cristales que componen la
muestra hace que en los diagramas de difrac-
ción quede reflejada, tanto cualitativa como
cuantitativamente, la identificación de las fa-
ses cristalinas (Couoh, 2009: 44; Peña, 2002).
Para el análisis cualitativo de fases y su
identificación se empleó el archivo de datos
Figura vi.3 Muestra geológica irradiada jcpdf del icdd (International Centre of Dif-
y por el método de polvos. fraction Data). Para la referencia de calcita se
utilizó la tarjeta correspondiente 5-586.
Se analizaron 30 muestras con esta técnica. Los resultados del análisis por
xrd de las muestras geológicas se muestran en la figura vi.4a. Los minerales
identificados son cuarzo (SiO2), calcita (CaCO3) y muscovita (KAl2(AlSi3O10)
(F,OH)2, que pueden considerarse las fases principales, mientras que como
fases secundarias se identifican las de montmorillonita (Al2O5•4SiO2•4H2O)
y de clinocloro (Mg5Al)(AlSi3)O10(OH)8, este último presente únicamente
en la muestra geológica procedente de Tejupilco, Estado de México.
Es notable que el cuarzo se encuentre presente en todas las muestras,
mientras que la calcita sólo se observa en las muestras geológicas de Morelos,
Iguala y Tlalpujahua. Se observa que hay diferencias por muestra: la fuente
de Tejupilco presenta muscovita, cuarzo y clinocloro; este último mineral es
el que diferencia esta fuente, puesto que no se identifica en el resto de las
muestras. La muestra procedente de Valle de Bravo, Estado de México, con-
tiene cuarzo, muscovita y montmorillonita; de igual modo, esta muestra se
diferencia por ser la única que presenta este mineral. Las fuentes más pareci-
das entre sí son las de Iguala, Guerrero y Morelos, en las que se identifican
minerales de cuarzo y calcita, principalmente. En la figura vi.4 se observan
los minerales característicos y sus concentraciones, dependiendo de su lugar
de origen.

240
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

Figura vi.4 a) Difractograma donde se observan los minerales característicos


de cada área y sus concentraciones; b) Identificación mineral de los artefactos de
pizarra de Pirámide de la Luna. En la figura la identificación corresponde a
Q: cuarzo, C: calcita, M: muscovita, Mt: montmorillonita, Cl: clinocloro.

Por otra parte, Tlalpujahua 1 es la muestra tomada en el corte de una barran-


ca; en ella hay presencia de muscovita y cuarzo, mientras que la Tlalpuja­
hua 2, recolectada en el camino a la Mina Dos Estrellas, contiene muscovita,
cuarzo y calcita. Suponemos que la presencia o ausencia de calcita —y en el
análisis elemental de calcio— es un indicador de intemperismo y degrada-
ción de este mineral.
Entre los artefactos analizados, específicamente en los del entierro 2 de
Pirámide de la Luna, se observan minerales como cuarzo, muscovita y calcita;
hay variaciones de éstos, probablemente vinculadas con las áreas de Morelos
e Iguala, Guerrero, por su afinidad mineralógica. En la figura vi.4b se presen-
tan los difractogramas de los artefactos, que pueden compararse con los de la
figura vi.4a.

241
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Espectroscopía de emisión de rayos X


inducida por partículas (pixe)

La técnica pixe se basa en la detección del conjunto de rayos X característicos


producidos por el material irradiado (Ruvalcaba-Sil, 2008a). La sensibilidad
de pixe permite determinar elementos traza y, con base en éstos, realizar es-
tudios de procedencia, entre otros. Esta técnica se aplicó sobre los materiales
arqueológicos por irradiación directa mediante el sistema de haz externo del
acelerador Pelletron del if-unam (figura vi.5). Los artefactos son montados
sobre un soporte y después irradiados por cinco minutos. En cada pieza se
han analizado dos puntos en diferentes regiones para obtener la composición
porcentual (figura vi.6).

Figura vi.5 Referencia de pizarra geológica procedente de Iguala, Guerrero,


al momento de la irradiación.

Es importante mencionar que esta técnica se aplica de manera simultánea


con ionoluminiscencia (iol), puesto que en ambas técnicas están involucra-
dos haces de iones. La ionoluminiscencia se basa en la detección de una emi-
sión luminosa de los minerales, debida a la presencia de impurezas en ellos,
en el intervalo ultravioleta-visible-infrarrojo (200-1000 nm). Cada mineral
emite un espectro característico a una longitud de onda específica. De esta
manera, en una misma irradiación obtenemos dos señales diferentes, simultá-
neas, y a la vez complementarias de un material.

242
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

Figura vi.6 Ejemplos de material arqueológico analizado con pixe.


a) Lámina pintada de pizarra, Pirámide de la Luna;
b) Disco de pizarra-pirita, Pirámide de la Luna;
c) Figurilla antropomorfa incisa, Teopancazco;
d) Crótalo; Pirámide de la Luna.

243
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura vi.7 Espectro obtenido por la técnica pixe. Se muestran los


elementos mayores y traza componentes de la pizarra.

Para el análisis cuantitativo se emplean muestras de referencia certifica-


das de composición conocida de NIST (SRM2704, SRM 2711, SRM1880a), así
como de materiales que se han identificado geológicamente y corresponden a
pizarras de diferentes fuentes; todas ellas se analizan bajo las mismas condi-
ciones que las piezas arqueológicas. En este caso se utilizaron muestras reco-
lectadas en el estado de Guerrero (de los poblados de Pachivia e Iguala, res-
pectivamente), Morelos (Carretera Paso Morelos), México (Tejupilco y Valle
de Bravo), Michoacán (Tlalpujahua y río Cachivi), así como algunas mues-
tras de calcita mineral para identificar la calcita contenida en los materiales (si
es que se encuentra presente) a partir de su luminiscencia. En la figura vi.7 se
muestran los espectros típicos de pizarra.
Con base en los resultados porcentuales de los elementos detectados en
las piezas analizadas, se ha podido observar que es posible distinguir las fuen-
tes de acuerdo con la concentración de silicio, calcio, titanio y hierro, princi-
palmente (figura vi.8), lo cual concuerda en buena medida con los resulta-
dos del análisis de difracción de rayos X (xrd). Las muestras geológicas de
Iguala y Morelos presentan las mayores concentraciones de Ca, mientras que
en las otras fuentes los contenidos de Si y Fe son los mayores, con bajas con-
centraciones de Ca.
Los resultados de las referencias geológicas y su comparación con los re-
sultados de los artefactos analizados nos han permitido identificar las áreas de
abastecimiento de la materia prima que llegó a Teotihuacan por cerca de 650

244
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

Figura vi.8 Diferenciación de fuentes geológicas utilizando


las concentraciones elementales de Si, Ca, Fe, Ti.

años. Hemos podido identificar que hubo diferentes fuentes a lo largo del
tiempo. Retomaremos los resultados conjuntos de las técnicas en la discu-
sión, donde presentaremos cronológicamente las fuentes de abastecimiento
de materia prima por proyecto arqueológico.

Ionoluminiscencia (iol)

Ya se ha mencionado que la ionoluminiscencia es una técnica no destructiva


altamente sensible que detecta minerales particulares debido a la presencia
de impurezas en el mineral que dan lugar a una emisión luminosa específica,
lo que significa que su aplicación posibi-
lita distinguir diversos materiales lumi-
niscentes (Calvo, 2008; Ruvalcaba et al.,
2008). Las piezas fueron irradiadas en
forma directa con el haz externo. No
obstante, se realizaron mediciones com-
plementarias para la obtención óptima
de la emisión luminiscente en un cuarto
oscuro portátil que cubre todo el dispo-
sitivo experimental de haz externo (figu- Figura vi.9 Cuarto oscuro para la irradiación de las piezas
ra vi.9). para iol con el haz externo del Laboratorio Pelletron.

245
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura vi.10 Análisis por iol de una figurilla antropomorfa (Teopancazco)


y una preforma incisa (Pirámide de la Luna).
Los artefactos y las muestras fueron montados sobre un soporte y des-
pués irradiados por periodos cortos de tiempo (figura vi.10); en cada pieza,
como se ha dicho, se han analizado dos puntos en diferentes regiones para
evaluar la variabilidad de la composición.
El fenómeno de la ionoluminiscencia sólo se observó en un conjunto de pie-
zas y no en la totalidad del corpus. La luz emitida fue siempre de color rojo. Una
comparación con los espectros de la base de datos de iol hace posible identificar
las fases minerales y las impurezas responsables de la emisión de luz. Las arcillas
por lo general no son luminiscentes. La emisión
roja es debida a la calcita y se observa a 610 nm.
En la figura vi.11 se aprecia la clara identifi-
cación de calcita en los artefactos y la muestra
geológica del Estado de Morelos. Con base en la
intensidad de la emisión se han identificado tres
grupos en las referencias geológicas, y cuatro en
los artefactos luminiscentes. En particular, es po-
sible distinguir las fuentes debido a la concentra-
ción nula, media o alta de calcita.
Esto se correlaciona con grupos con altas
cantidades de silicio, concentraciones interme-
dias de silicio y calcio, y bajas concentraciones
de silicio y altas de calcio, obtenidos por pixe y
la identificación mineral por xrd.
Figura vi.11 Espectros característicos de iol.
a) Espectro de referencia de calcita; b) presencia de calcita
identificada en un artefacto del proyecto Oztoyahualco 15B;
c) muestra geológica del estado de Morelos con la misma
luminiscencia de 610 nm.

246
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

Con base en estas informaciones, evidentemente complementarias, arte-


factos y muestras se han comparado para vincular el artefacto con su posible
área de origen. Los resultados de iol fueron los siguientes (figura vi.12):
1) Las muestras geológicas recolectadas en Pachivia (Guerrero), Tejupil-
co y Valle de Bravo (Estado de México) no presentan luminiscencia roja. Esto
indica bajas concentraciones de calcita. En cambio se detecta una luminis-
cencia en torno a los 380 nm (de color violeta), típica del cuarzo y los alumi-
nosilicatos (Calvo et al., 2007, 2008; Calvo 2008);
2) las muestras procedentes de Iguala, Guerrero y Tlalpujahua, Michoacán,
pueden agruparse en el rango de intensidad intermedia luminiscente roja, y
contenidos intermedios de calcita, mientras que
3) la referencia del estado de Morelos es la que presenta la concentración
más alta de calcio (debido a la calcita), por lo que se observa una luminiscen-
cia roja más intensa;
4) en el cuarto grupo se observa la emisión luminiscente de otro mineral
no identificado que nos muestra el espectro en dos longitudes de onda dife-
rentes: una de las longitudes de onda se encuentra en torno al verde y la otra
en el infrarrojo (figura vi.12). Aún no tenemos la correspondencia mineraló-
gica ni sabemos a cuál de las fuentes de pizarra podría corresponder.
Entre los artefactos se ha encontrado corres-
pondencia con estos grupos. Hay muestras
que no presentan luminiscencia, lo que podría
sugerir que provienen de las áreas de Pachivia,
Guerrero, Tejupilco y/o Valle de Bravo, Esta-
do de México.
Por otra parte, la alta luminiscencia de los
artefactos nos indica compatibilidad con las
áreas de Morelos y Guerrero. Investigaciones
más detalladas lo corroborarán posteriormente.
De igual forma, entre los artefactos hay un
grupo que no ha sido posible identificar; no
contamos aún con referencias geológicas que
nos permitan vincularlo con su área de origen.

Figura vi.12 a) Grupo 1: muestra geológica correspondiente a


Tejupilco; no presenta la emisión a 610 nm de calcita pero se
identifica luminiscencia relacionada con cuarzos y
aluminosilicatos en torno a 380 nm; b) grupo 2: muestra
geológica de Tlalpujahua, Michoacán; intensidad media de la
luminiscencia a 610 nm; c) grupo 3: muestra geológica de
Morelos; intensidad alta, luminiscencia a 610; d) grupo 4:
artefacto procedente del entierro 6 de la Pirámide de la Luna; se
observan dos señales a 560, 720 y 770 nm.

247
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Discusión

La compilación de los datos obtenidos por xrd, pixe e iol nos permite pro-
poner la metodología general de estudio para realizar la caracterización de los
materiales arqueológicos y geológicos de pizarra. Acerca de los artefactos y
las referencias geológicas tomadas en los estados de Michoacán, Guerrero,
Morelos y Estado de México, la caracterización global mineral es factible por
xrd, mientras que la puntual, elemental y mineral, lo es mediante pixe y iol.
Con la técnica pixe se han identificado hasta 23 elementos componentes de
los artefactos y de las fuentes. Dada la diversidad de la composición de las
fuentes, se aprecian las diferencias entre ellas con base en elementos mayores
y menores. Los resultados de las muestras geológicas nos permiten sugerir
tres grupos que podemos distinguir de acuerdo con sus concentraciones de
silicio, calcio, hierro y titanio (figura vi.8).
a) El primer grupo, donde ubicamos Valle de Bravo, es distinguible de los
demás por su alto contenido de silicio y bajo contenido de titanio.
b) En el segundo grupo se encuentran las fuentes de Tlalpujahua, More-
los e Iguala, Guerrero, que se diferencian de los otros por su alto contenido de
calcio y hierro, bajo contenido de silicio y casi nulo contenido de titanio. Los
resultados son coherentes con los arrojados por iol y xrd.
c) Pachivia y Tejupilco conforman el tercer grupo; éste se distingue por
un alto contenido de hierro, silicio y presencia de titanio y casi nulo conteni-
do de calcio, que se corrobora con los resultados de iol y xrd.
Adicionalmente, por medio de la técnica iol es posible agrupar las fuentes
en tres grupos principales (figura vi.12): los de intensidad nula, media y alta
—de color rojo, 610 nm— de calcita. Se ha observado que las muestras geoló-
gicas recolectadas en Pachivia, Guerrero, Tejupilco y Valle de Bravo, Estado de
México, no presentan luminiscencia. Las muestras procedentes de Iguala,
Guerrero y Tlalpujahua, Michoacán, pueden agruparse en el grupo de intensi-
dad media, mientras que la referencia del estado de Morelos es la que posee
una intensidad luminiscente alta, con una concentración mayor de calcita. Estas
mismas muestras son coincidentes con los resultados obtenidos mediante la téc-
nica de xrd, en la que se hace evidente la presencia o la ausencia de la calcita.
El análisis y la interpretación de los resultados de artefactos y muestras
nos permiten hacer una correlación de las posibles áreas de abastecimiento
del material para las piezas arqueológicas, considerando las fuentes analizadas
hasta el momento. Dado que éstas se han estudiado por proyecto, las hemos
clasificado de acuerdo con cada uno de éstos empleando los resultados de
composición elemental de pixe y un análisis de cúmulos considerando el lo-
garitmo natural de la concentración y un espacio euclidiano con un paráme-
tro de distancia promedio pesado por grupo.
Entonces, dentro del proyecto “Pirámide de la Luna” (ver el agrupamien-
to de la figura vi.13) se pueden sugerir, para el entierro 2 (primera mitad del

248
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

Figura vi.13 Agrupación de 50


artefactos de acuerdo con su
composición elemental. Comparación
entre piezas del proyecto “Pirámide de
la Luna”, entierros 2, 3 y 6.

siglo III), áreas de abastecimiento entre los estados de Morelos y Guerrero,


muy cercanas a Iguala y la cuenca del Balsas. El material es muy heterogéneo.
Para el entierro 3 (300 d.C.) se sugiere la región noroeste del estado de Guerre-
ro, cercana a Pachivia; en cambio, para el entierro 6 (350 d.C.) el origen de la
materia prima se agrupa mineralógicamente cerca de las áreas de Tejupilco,
Estado de México, y Pachivia, Guerrero.
En el caso de Oztoyahualco (200-650 d.C.), 15B:N6W3, tenemos dos gru-
pos de procedencia de la materia prima. En el primero el origen se sitúa cerca
de Valle de Bravo y Tejupilco, Estado de México, así como en Tlalpujahua,
Michoacán; en el segundo grupo se reconocen las áreas de Iguala, Guerrero y
Morelos. El material también es muy heterogéneo (figura vi.14).
En cambio, las muestras de áreas de actividad de Teopancazco (200-650 d.C.)
muestran una homogeneidad
casi completa en cuanto a las
áreas de abastecimiento, pues-
to que el material se correspon-
de principalmente con Valle de
Bravo, Estado de México (fi-
gura vi.14). Sin embargo, es-
tas interpretaciones pueden
variar debido a que aún no se
analizan los materiales de re-
lleno de los cuartos.

Figura vi.14 Agrupación de 51


artefactos de acuerdo con su composición
elemental, comparación entre piezas de
los proyectos arqueológicos.

249
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Para el Epiclásico, y únicamente para los artefactos recuperados de las


Cuevas del Pirul y de Varillas, éstos pueden ubicarse como procedentes de las
áreas de Tejupilco, Valle de Bravo, Estado de México, y Pachivia, Guerrero
(figura vi.14).
Xalla, en cambio, tuvo diferentes áreas de abastecimiento, pues se lo identi-
fica mineralógicamente con Tejupilco, Valle de Bravo y Pachivia (figura vi.14).
De estos resultados podemos interpretar, con base en las fuentes analiza-
das hasta el momento, que del 250 al 650 d.C. el área de Estado de México fue
la predominante, puesto que 50% del material analizado provino de dicha re-
gión. En seguida se encuentra Guerrero, de donde se identificó la proceden-
cia de 45% del material, Morelos, con 3%, y por último, Michoacán, con 2%.
Para el Epiclásico, el material procede probablemente de las áreas ubicadas en
el Estado de México y en Guerrero. Suponemos, por la escasa evidencia, que el
material de los túneles fue reutilizado, posiblemente saqueado de otros con-
textos, en virtud de lo cual no podemos confirmar su temporalidad.
Sobre la secuencia litológica de la materia prima hemos encontrado refe-
rencias que mencionan que estas formaciones pueden contener fragmentos
de caliza, areniscas, esquistos verdes y pizarras con intercalaciones de arenis-
cas, limonitas y tobas en estratos delgados. Calcita recristalizada, cuarzo,
pedernal, feldespatos, abundante hematita, pirita y arsenopirita pueden en-
contrarse a diversas alturas y con diversos grosores (remitirse a las Cartas Geo­
lógico Mineras E14A16, e14A26, E14A46, E14A56 y sus textos explicativos co-
rrespondientes). Algunas de estas materias primas han sido reportadas en
diversas excavaciones de Teotihuacan. Como ejemplo podemos mencionar
La Ventilla (Gómez, 2000; Gómez y Gazzola, 2009); Xalla y Teopancazco
(Manzanilla, 2006, 2007b, 2008a, 2008b, 2009a, 2009c; comunicación perso-
nal, 2010), y escasamente en la Pirámide de la Luna (según los informes de
excavación del proyecto, temporadas 2002-2006).
La información arqueológica y geológica nos permite proponer que hubo
un aprovechamiento y un flujo de algunas de estas materias primas hacia Teo-
tihuacan. Debido a que en el proceso de búsqueda, selección y extracción de
la materia prima se optimizó el uso de los recursos humanos y materiales, es
posible que en el momento de la extracción se aprovecharan las intercalacio-
nes de materias primas, aunque por el momento no hay estudios que corro-
boren esta hipótesis.
Es importante recalcar que éste es el primer estudio sobre artefactos de
pizarra realizado a este nivel de profundidad, si bien no se ha efectuado un
muestreo exhaustivo de material geológico para establecer la caracterización
porcentual por estado y por formación ni tampoco se han aplicado las técni-
cas a la totalidad de los materiales existentes en el registro arqueológico. An-
tes bien, el objetivo fue establecer una propuesta metodológica viable y capaz
de arrojar resultados cuya interpretación ayude a esclarecer este problema ar-
queológico (López, Ruvalcaba y Franco, 2010a). Por lo anterior, es claro que

250
aplicación de xrd, rayos x, pixe e iol para la caracterización de la pizarra

conforme se incluyan más fuentes geológicas y un corpus más amplio de arte-


factos, nuestras interpretaciones podrán variar y serán más precisas.
A la luz de los resultados obtenidos, consideramos que la combinación de
las técnicas xrd y pixe-iol constituye una propuesta metodológica adecua-
da, viable y factible para la caracterización no destructiva de artefactos ar-
queológicos metasedimentarios de pizarra y el rastreo de su procedencia, en
el particular caso de Teotihuacan.

Agradecimientos

A los directores de los proyectos arqueológicos mencionados: Mtro. Rubén


Cabrera, Dr. George Cowgill, Dra. Linda R. Manzanilla, Dr. Saburo Sugiya-
ma. Por el apoyo en campo, al Mtro. Edgar Jiménez y a los arqueólogos Edgar
Pineda y Gustavo Jaimes. Los análisis de pizarra se llevaron a cabo en el ace-
lerador Pelletron del if-unam con apoyo técnico de Karim López y Francis-
co Jaimes. Esta investigación ha sido apoyada por los proyectos Conacyt
U49839-R y papiit unam IN403210.

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Ruvalcaba-Sil, J. L., L. R. Manzanilla, E. Melgar y R. Lozano Santa Cruz


2008 “pixe and Ionoluminescence for Mesoamerican Jadeite Characterization”, X-
ray Spectrometry 37: 96–99.

1981 Síntesis geográfica, nomenclátor y anexo cartográfico del Estado de México.

1986 Síntesis geográfica, nomenclátor y anexo cartográfico del estado de Querétaro.

1987 Síntesis geográfica, nomenclátor y anexo cartográfico del estado de Puebla.

1988 Síntesis geográfica, nomenclátor y anexo cartográfico del estado de Michoacán.

1988 Síntesis geográfica, nomenclátor y anexo cartográfico del estado de Veracruz.

1995 Síntesis geográfica, nomenclátor y anexo cartográfico del estado de Guerrero.

Sugiyama, S. y R. Cabrera
2006 “El proyecto Pirámide de la Luna 1998-2004. Conclusiones preliminares”,
en Sacrificios de consagración en la Pirámide de la Luna, Conaculta / Museo
del Templo Mayor, inah / Arizona State University, México: 11-24.

2007 “The Moon Pyramid Project and the Teotihuacan State Polity: A Brief
Summary of the 1998-2004 Excavations”, Ancient Mesoamerica 18: 109-125.

255
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Sugiyama, S. y L. López Luján


2006 “Sacrificios de consagración en la Pirámide de la Luna, Teotihuacan”, en Sa-
crificios de consagración en la Pirámide de la Luna, Conaculta / Museo del
Templo Mayor,  inah/Arizona State University, México: 25-52.

2007 “Dedicatory Burial/Offering Complexes at the Moon Pyramid, Teotihua-


can: A Preliminary Report of 1998-2004 Explorations”, Ancient Mesoamerica
18: 127-146.

Tejada Álamo, G.
1994 Vocabulario geomorfológico, Akal, Madrid.

256
Capítulo vii
La lapidaria de Teopancazco:
composición y manufactura

Emiliano Ricardo Melgar Tísoca


Reyna Beatriz Solís Ciriacob
y José Luis Ruvalcaba Silb

Introducción

Durante los trabajos arqueológicos en Teopancazco han sido recuperadas de-


cenas de piezas lapidarias en distintas partes de este centro de barrio. Estos
materiales comprenden objetos hechos en rocas metamórficas y sedimenta-
rias que los habitantes prehispánicos consideraron piedras preciosas y que
destinaron al culto religioso, a los ajuares funerarios y para la ostentación del
poder de los grupos dirigentes. Desafortunadamente, al igual que la mayoría
de la lapidaria en Teotihuacan y en Mesoamérica en general, poco se sabía
sobre sus técnicas de elaboración, así como sobre su pertenencia a determina-
das tradiciones de manufacturas locales o foráneas, por lo cual resultaba difí-
cil asignarles un estilo de procedencia o filiación cultural.
Por ello, en este trabajo mostramos que a través de la arqueología experi-
mental y el análisis de las huellas de manufactura es posible identificar las
herramientas empleadas en la elaboración de los distintos objetos lapidarios
hallados en Teopancazco, y su comparación tecnológica con otras piezas con-
sideradas de “estilo teotihuacano” nos permite distinguir cuáles de ellas pu-
dieran ser producciones locales y cuáles foráneas.
Por otra parte, el análisis de la composición elemental de las piezas per-
mite, a través de estudios comparativos de fuentes y colecciones de otros si-
tios y temporalidades, conocer la procedencia de las materias primas y los cam-
bios en los circuitos de intercambio. El análisis de la composición de los
materiales combinado con los estudios tecnológicos permite por lo tanto de-
terminar el uso de materiales locales y/o foráneos para la producción de los
artefactos, así como el intercambio de objetos ya manufacturados.

Museo del Templo Mayor, inah.


a

Instituto de Física, unam.


b

257
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Planteamiento del problema

Uno de los problemas principales en el estudio de los objetos lapidarios ha


sido la identificación y análisis de las áreas de producción, debido, en parte, a
la escasez de talleres o zonas productivas in situ y al predominio de los con-
textos secundarios como basureros y rellenos (Costin y Earle, 1989; Moholy-
Nagy, 1997: 300-302; Velázquez, 2007: 13). Esto se agrava cuando la localiza-
ción de concentraciones de materiales,1 especialmente en superficie, se asu-
me per se como talleres o áreas de actividades productivas. Sin embargo, esta
manera de identificar funciones de espacios no es adecuada, ya que se debe
considerar que son los tipos de artefactos (como piezas en proceso de trabajo,
residuos y/o herramientas asociadas), no la cantidad, los que permiten defi-
nir estos contextos (Clark, 1986: 25-31). Además, no se debe olvidar la limpie-
za constante de los espacios productivos que debieron hacer quienes labora-
ban en ellos y que pudieron remover los residuos hacia lugares no siempre
cercanos a dichos contextos. Por ello, incluso en la deposición se controlaba
su distribución (Moholy-Nagy, 1997: 300-302, 309-310).
De la misma manera, son pocos los estudios tecnológicos que se han he-
cho sobre objetos lapidarios no sólo en Teotihuacan, sino en Mesoamérica en
general, debido en parte a la gran dificultad que presenta la correcta identifica-
ción de las materias primas y las herramientas empleadas por los artesanos
prehispánicos para elaborar las piezas. Por ello, en este trabajo buscamos con-
tribuir al conocimiento sobre el arte de trabajar las piedras preciosas halladas
en Teopancazco, para lo cual abordaremos los siguientes aspectos: ¿Qué mate-
rias primas hay? ¿Cuáles objetos elaboraron con ellas y con qué herramientas?
¿Podemos distinguir las manufacturas locales de las manufacturas foráneas?
Por otra parte, a pesar de los numerosos objetos elaborados en piedra, en
realidad son pocos los estudios analíticos realizados hasta el momento en arte-
factos de Teotihuacan, aun para los objetos depositados en contextos rituales
y áreas de elite. Los objetos elaborados en piedra verde quizá son los que más
han llamado la atención en este sentido, a pesar de que existe una gran varie-
dad de materiales líticos, como la pizarra, que han empezado a ser estudiados
recientemente (López, Ruvalcaba y Aguilar, en este volumen, pp. 233 y ss; Ló-
pez et al., 2010). La presencia de jadeítas, cuyas fuentes se encuentran en las
lejanas áreas del Motagua en Guatemala, ha sido determinada para diversas
áreas de Teotihuacan (Neff et al., 2010; Ruvalcaba et al., 2008). No obstante,
existe una gran variedad de minerales que constituyen las piedras verdes, de
mucha mayor abundancia y presencia en las áreas centrales de Mesoamérica,
que apenas han sido abordados (Lozano y Ruvalcaba, en prensa). Por ello la
relevancia de este estudio complementario a los trabajos tecnológicos, en el
cual se lleva a cabo un análisis de composición elemental mediante técnicas

1
  No solamente de lapidaria, sino de lítica, cerámica, concha, hueso, etcétera.

258
la lapidaria de teopancazco

basadas en haces de iones (Ruvalcaba, 2008, 2005), principalmente espectros-


copía de emisión de rayos X inducida por protones (pixe). Las preguntas que
se pretende responder conciernen a la identificación de los materiales líticos
de Teopancazco, sobre todo la piedra verde, su comparación con las fuentes de
jadeíta, y su probable procedencia. Asimismo, mediante el contraste con los
estudios tecnológicos, se busca determinar si los artefactos fueron manufactu-
rados localmente o proceden de otras áreas ya elaborados con técnicas perte-
necientes a otras tradiciones de manufactura foráneas.

Materiales analizados

La colección de materiales lapidarios de Teopancazco está


conformada por 87 piezas (18 completas y 69 incomple-
tas), cuya clasificación tipológica fue hecha siguiendo los
esquemas propuestos por Suárez (1977), Velázquez (1999a)
y Melgar (2009) para piezas de concha, pero adecuados
para objetos lapidarios.
De tal forma, el material pétreo fue clasificado y re-
gistrado en una base de datos de la siguiente manera (ta-
bla vii.1; figuras vii.1 y vii.2): se dividió en tres grupos
(materiales sin modificar, objetos terminados y eviden-
cias de producción), tres usos (ornamental, votivo y utili-
tario), doce categorías (materias primas, pendientes, in-
crustaciones, cuentas, orejeras, vasijas, figurillas, agujas,
tejos, fragmentos trabajados, piezas en proceso de traba-
jo y pulidores) y nueve tipos (circular, rectangular, trape-
zoidal, discoidal, tubular, esférico, antropomorfo, irregu- Figura vii.1 Cédula de
lar, no determinable), como se aprecia en la tabla vii.1. clasificación tipológica.

Figura vii.2 Ejemplos de objetos clasificados: pendiente (a), incrustación (b), cuenta (c),
orejera (d), vasija (e), aguja (f), figurilla antropomorfa (g) y fragmento trabajado (h).
259
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Tabla vii.1. Tipología de objetos lapidarios de Teopancazco

Cantidad
Clasificación Materia prima Contexto
C F
Material no Materia prima Travertino 0 2 E1 C262c
trabajado Piedra verde 0 1 E1 C6
Forma no determinable Pizarra 0 1 E1 C6
Pendientes Trapezoidal Piedra verde 1 1
Circular Pirita 1 0 E1 C19 Entierro 1
1 0 E1 C313a
Piedra verde 1 0 E1 C313a
Rectangular 0 1 C258c
No identificada 1 0 E1 C6
Pizarra 1 0 E1 C261 Entierro 104
Incrustaciones Serpentina esquistosa 1 0
Trapezoidal Piedra verde 0 1 E1 C251a
Piedra verde 0 1
No identificada 0 1 E1 C251a
Forma no determinable Serpentina esquistosa 0 1 E1 C6
Piedra verde 1 0 E1 C36
Piedra verde 0 1 E1 C313a
Discoidal Pizarra 2 0 E1 C79
Cuentas Esférica Piedra verde 0 1 E1 C59b
Circular Piedra verde 0 1 E1 C6
0 1 E1 C158b
0 1 E1 C244
Orejeras 0 1 E1 C351a
0 1 E1 C358a
0 1
Forma no determinable Travertino 0 1 E1 C6
0 1 E1 C19
0 1 E1 C58
0 1 E1 C153
Vasijas
0 1 E1 C158
0 2 E1 C213a
0 1 E2 C3
0 1
Antropomorfa Pizarra 1 0 E1 C19
1 2
Serpentina esquistosa 0 1
Figurillas Piedra verde 0 1 E1 C6
0 1
Toba 1 0
No identificada 0 1 E1 C48

260
la lapidaria de teopancazco

Tabla vii.1. Tipología de objetos lapidarios de Teopancazco (concluye)

Cantidad
Clasificación Materia prima Contexto
C F

Agujas Tubular Pizarra 0 2

Tejos Circular Obsidiana verde 1 0

Cuadrangular No identificada 0 1
Rectangular Travertino 0 1 E1 C39
Piedra verde 0 1
No identificada 0 1 E1 C6
Circular Travertino 0 1 E1 C6
Piedra verde 0 1 E1 C83
Tubular Pedernal 0 1 E1 C15-16
Irregular Pizarra 0 5 E1 C6
1 3 E1 C313a
0 1 E1 C413a
Travertino 0 2 E1 C6
Fragmentos 0 1 E1 C145
trabajados Serpentina esquistosa 0 2 E1 C6
0 1 E1 C66
0 1 E1 C247b
0 1
Piedra verde 0 1 E1 C67
0 1 E1 C83
0 1 E1 C313a
0 1 E1 C507a Entierro
0 1 34:
Piedra gris 0 1 E1 C162c
0 1 E1 C253c
No identificada 0 1 E1 C6

Pieza en Irregular Travertino 0 1 E1 C6


proceso
de trabajo

Pulidores Esférico Pedernal 0 1

Esfera Travertino 1 0 E1 C45-51


Función no 1 0 E1 C181b Entierro 105
determinable 1 0

18 69
Total 87

261
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Tabla vii.2. Piedras verdes de Teopancazco para análisis de composición

Pieza Referencia Observaciones


1 Jadeíta Motagua —
2 TR7062 Pie de escultura
3 B55900 Fragmento orejera
4 RT1035 Fragmento orejera
5 RT7021 Fragmento orejera
6 RT6739 Fragmento orejera
7 RT7275 Fragmento orejera
8 RT10458 Fragmento orejera
9 RT2047 Fragmento orejera
10 RT12042 Fragmento orejera
11 RT9706 Fragmento orejera
12 RT7036 Fragmento pieza
13 B48791 Preforma pendiente
14 B74088 Posible incrustación
15 RT13210 Placa rectangular
16 RT13889 Fragmento redondeado
17 RT10221 Pendiente trapezoidal
18 RT9504 Placa trapezoidal
19 RT10096 Cuenta tubular grande
20 B38829 Cuenta tubular tipo barril
21 B16888 Fragmento cuenta
22 RT4733 Cuenta tubular
23 RT6568 Cuenta aplanada
24 RT7454 Cuenta globular
25 RT126 Cuenta grande asimétrica
26 RT844 Cuenta aplanada
27 RT921 Cuenta oscura
28 RT1384 Cuenta grande asimétrica
29 RT2816 Cuenta asimétrica
30 RT3653 Cuenta alargada fragmentada
31 B47637 Cuenta pequeña asimétrica
32 RT13051 Posible incrustación

Una vez clasificados los objetos, fueron elegidas 31 piezas, principalmente


fragmentos de orejeras y pendientes de diversas formas, para el análisis de
composición elemental por pixe, las cuales se muestran en la tabla vii.2 y en
las que se incluye una referencia de jadeíta del Motagua.

262
la lapidaria de teopancazco

Metodología
a) Estudios tecnológicos

Para analizar estos objetos nos hemos apoyado en la arqueología experimen-


tal. Según dicha corriente, en las sociedades humanas toda actividad se en-
cuentra normada, por lo cual los artefactos son usados o producidos de acuer-
do con esquemas determinados que les proporcionan características específi-
cas. Ello supone que la elaboración o utilización de objetos similares, siguien-
do los mismos patrones, deja rasgos característicos y diferenciables entre sí
(Ascher, 1961; Binford, 1991: 22; Velázquez, 1999b: 2).
Así pues, el criterio uniformista supone que la utiliza-
ción de una herramienta particular, hecha de un determina-
do material, empleada de una manera específica y bajo cier-
tas condiciones, deja rasgos característicos y diferenciables
entre sí (Velázquez, 1999b: 2). Con ello en mente, en el ta-
ller de arqueología experimental de lapidaria del Templo
Mayor se han reproducido los diferentes tipos de modifica-
ciones que presentan los objetos (figura vii.3): desgastes,
cortes, perforaciones, incisiones, calados y acabados, par-
tiendo de diversas fuentes de información históricas (Du-
rán, 1967; Sahagún, 1956), de propuestas de algunos inves-
tigadores (Athié, 2001; Charlton, 1993; Mirambell, 1968;
Semenov, 1957; Suárez, 1974; Gazzola, 2007) y de datos ar-
queológicos (Feinman y Nicholas, 1995; Hohmann, 2002;
Lewenstein, 1987; Moholy-Nagy, 1997; Gómez, 2000). Así,
se han empleado las herramientas y procesos que supone-
mos fueron utilizados por los distintos pueblos del México Figura vii.3 Arqueología experimental
prehispánico (tabla vii.3). en lapidaria: desgaste de travertino con
basalto (a) e incisión de pizarra con
lascas de pedernal (b).
Tabla vii.3 Tipos de modificaciones y herramientas empleadas
Modificación Herramientas
Desgastes Basalto, andesita, riolita, arenisca, caliza, granito, pizarra y jade, adicionando agua y ocasionalmente arena.
Arena o ceniza volcánica, agua y tiras de piel o cuerdas vegetales.
Cortes Herramientas líticas de pedernal y obsidiana.
Abrasivos (arena, ceniza volcánica, polvo de obsidiana, polvo de pedernal y polvo de cuarzo), animados
con ramas de carrizo, adicionando agua.
Perforaciones Herramientas líticas de pedernal y obsidiana.
Abrasivos (arena, ceniza volcánica, polvo de obsidiana, polvo de pedernal y polvo de cuarzo), animados
Calados con ramas de carrizo de gran diámetro, adicionando agua.
Incisiones Herramientas líticas de pedernal y obsidiana.
Pulido con abrasivos, agua y trozos de piel o con jade y pedernal.
Bruñidos con trozos de piel en seco.
Acabados La aplicación de ambos acabados.

263
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Una vez realizado cada experimento, se pasó a los niveles de observación y


comparación de los materiales experimentales con los arqueológicos, empe-
zando de lo macro a lo micro, como se describe a continuación:

1) Análisis macroscópico. La observación a simple vista de cada una de


las modificaciones presentes en los objetos arqueológicos fue el primer paso
llevado a cabo. Esto permitió compararlas con los rasgos producidos en cada
uno de los experimentos de los distintos procesos de trabajo en estudio. Para
ello, se tomaron en cuenta aspectos como la regularidad de la superficie o
borde producidos; el relieve y la presencia de líneas; lo bien marcado de las
mismas, su composición y dirección. En algunas ocasiones, ello permitió de-
terminar o descartar ciertas herramientas o procesos.

2) Análisis microscópico de las huellas de manufactura. Una vez


realizado el análisis macroscópico, se seleccionó una muestra de objetos para
su observación y fotografía en el microscopio estereoscópico (figura vii.4a),
basados en el buen estado de conservación de los objetos y su representativi-
dad, en términos de que reflejaran tanto los rasgos recurrentes como los sin-
gulares del universo de estudio. Los objetos fueron tomados en dos amplifica-
ciones: a 10x y a 30x. Lo anterior permitió comparar fotografías con las de los
experimentos realizados que presentaran esas huellas de trabajo. Gracias a
esto fue posible descartar algunas herramientas y procesos de manufactura en
las piezas arqueológicas; sin embargo, en este nivel de análisis también resul-
tó evidente la gran similitud de las huellas producidas por determinados ma-
teriales en algunos procesos de trabajo, como los cortes con lascas de obsidia-
na de aquellos hechos con lascas de pedernal. Por lo tanto, resultaba imposible
diferenciarlas.

Figura vii.4 Análisis con microscopía estereoscópica (a) y con microscopía electrónica de barrido (b).

264
la lapidaria de teopancazco

3) Análisis con Microscopía Electrónica de Barrido (meb).


Para resolver el problema anterior se empleó el microscopio electrónico
de barrido (meb) en el modo de alto vacío (hv) en los materiales bajo
estudio (figura vii.4b). Con esta técnica pudimos distinguir las caracte-
rísticas morfológicas de la superficie de los materiales: topología, rugo-
sidad, porosidad y tamaño de las partículas que los constituyen.2 Para su
comparación, las micrografías fueron obtenidas bajo los mismos pará-
metros (señal sei, haz de 45, voltaje de 20 kV, distancia de trabajo de 10 mm)
y se observaron en cuatro amplificaciones: 100x, 300x, 600x y 1000x, to-
mando en cuenta las siguientes variables:

◉ La descripción de las características superficiales de


las piezas, como rugosidad, alisamiento, irregularidad,
porosidad y presencia de partículas.
◉ La descripción de los rasgos presentes en la muestra,
ya fueran líneas, bandas o texturas. En el caso de las
dos primeras, se dieron las medidas aproximadas que
podían alcanzar, gracias a la escala en micras presente
en cada micrografía.3

Para agilizar el análisis se realizaron réplicas en polímeros


(figura vii.5),4 lo cual permitió ingresar varias modifica-
ciones a la vez (hasta 20). Con ello pudieron obtenerse
huellas de piezas que superaran el tamaño de la cámara de
muestreo, mayores a 10 cm, o de algunas modificaciones
de difícil observación, como las paredes internas de las Figura vii.5 Réplicas en polímeros (a),
perforaciones. Además, cabe señalar que el análisis con recubiertas con iones de oro (b)
meb ha permitido incursionar en el estudio de la eficien- para ingresarlas a la cámara de muestreo
del meb (c).
2
  “Los microscopios electrónicos funcionan a partir de un haz de electrones que se genera
de un filamento, el cual se hace incidir en el material analizado, mediante un ánodo y lentes
magnéticas; ello trae como resultado que se desprendan varios tipos de electrones y rayos X
característicos. Los meb cuentan con detectores que captan los electrones secundarios, que
se producen en la capa más superficial de las muestras, así como con otros que se generan a
mayor profundidad (retrodispersados). A partir del equipo de cómputo integrado al micros-
copio y del software especial, es posible producir una imagen digitalizada de dichas señales.”
(Yacamán et al., apud., Velázquez, 2004: 49.)
3
  En el caso particular de nuestra investigación, el microscopio empleado fue el modelo Jeol
JSM-6460LV que se encuentra en la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del
inah, manejado por los ingenieros Gerardo Villa y Antonio Alva.
4
  Esta técnica tomada de la metalografía ha resultado sumamente útil para obtener superfi-
cies que presentan huellas de manufactura en el proyecto de “Técnicas de manufactura de los
objetos en concha del México prehispánico”, por lo cual hemos decidido aplicarla también a
la lapidaria. Consiste en un acetato que se reblandece al aplicársele acetona pero que al eva-
porarse recobra su dureza original. Así, presionando este acetato contra la superficie elegida
cuando está reblandecido, se obtiene el negativo de las huellas que quedan fijadas al secarse y
endurecerse sin deformarlas.

265
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

cia de las herramientas y los tiempos invertidos en la elaboración de objetos,


así como la identificación de preferencias culturales y tradiciones tecnológi-
cas en diferentes regiones de México (Velázquez et al., 2004; Velázquez y Mel-
gar, 2007; Velázquez y Juárez, 2007; Reyes, 2007; Velázquez et al., 2011;
Melgar, 2004, 2006, 2007a, 2007b, 2008, 2009, 2010; Solís y Martínez, 2010).

b) Análisis de composición elemental

El análisis de las piezas se llevó a cabo en el Laboratorio del Acelerador Pelle-


tron del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El dispositivo experimental consiste en el sistema de haz externo con un haz
de 3 MeV de protones y dos detectores especializados (Ruvalcaba, 2008), uno
en la detección de rayos X característicos de elementos ligeros (Na-Fe) y otro
para la detección de rayos X característicos de los elementos menores y trazas
(Fe-Ba). Además de las técnicas pixe y rbs, de manera simultánea se lleva a
cabo la detección de la emisión luminiscente inducida por el haz de protones,
la cual ha probado ser eficaz para la identificación de jadeíta, y para diferen-
ciar este mineral de otras piedras verdes (Ruvalcaba et al., 2008). El análisis
requiere de tres a cinco minutos en función de la estadística necesaria para la
formación de las señales de los elementos. Bajo las mismas condiciones se
irradian materiales de referencia certificados para determinar las concentra-
ciones elementales. En este caso se usaron como referencia el srm 2704, srm
2711 de nist y una referencia de jadeíta del Motagua (Ruvalcaba et al., 2008).
Los espectros pixe son procesados por el programa axil, para determinar
las áreas de los picos de los elementos. Mediante el programa pixeint se deter-
minan las concentraciones con un proceso iterativo automático.

Resultados
a) Estudios tecnológicos

Del análisis de huellas de manufactura de los objetos lapidarios de Teopan-


cazco obtuvimos los siguientes resultados, los cuales se agruparon en dos pa-
trones tecnológicos:
1) Por un lado tenemos todas las piezas de pizarra, travertino, serpentina
esquistosa y pirita que presentaron las superficies aplanadas algo lustrosas y
cruzadas por algunos rayones (figura vii.6a) producto de la aplicación de
desgastes y acabados (figura vii.6b). Estos rasgos resultaron ser la combina-
ción de bandas rectas paralelas y/o entrecruzadas de 66 µm de espesor (figu-
ra vii.7a), las cuales coinciden con los desgastes experimentales hechos con
laja de andesita (figura vii.7b) y difieren de otras herramientas como el ba-
salto (figura vii.8a) y la riolita (figura vii.8b). A mayores amplificaciones se
apreciaron zonas aplanadas cruzadas por sucesiones ininterrumpidas de ban-
das rectas-paralelas más finas y bien marcadas de 2 a 5 µm de anchura con mi-

266
la lapidaria de teopancazco

Figura vii.6 Análisis de superficies de pieza arqueológica (a)


y del desgaste experimental con andesita combinado con la aplicación de acabados (b), ambas a 30x.

Figura vii.7 Análisis de superficies de pieza arqueológica (a)


y del desgaste experimental con andesita combinado con la aplicación de acabados (b), ambas a 100x.

Figura vii.8 Análisis de superficies de desgastes experimentales con basalto (a)


y con riolita (b), ambas a 100x.

267
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura vii.9 Análisis de superficies de pieza arqueológica (a)


y del pulido experimental con nódulo de pedernal y bruñido con piel (b), ambas a 1 000x.

Figura vii.10 Análisis de superficies de pulidos experimentales con arena


(a) y polvo de obsidiana (b), ambas a 1 000x.

Figura vii.11 Análisis de bordes de pieza arqueológica (a)


y del corte experimental con herramientas líticas (b), ambas a 10x.

268
la lapidaria de teopancazco

Figura vii.12 Análisis de bordes de pieza arqueológica (a)


y del corte experimental con lascas de pedernal (b), ambas a 1 000x.

Figura vii.13 Análisis de diseños incisos de pieza arqueológica (a)


y de incisión experimental con herramientas líticas (b), ambas a 10x.

crorrayados internos (figura vii.9a). Ello se parece a los pulidos experimen-


tales hechos con nódulos de pedernal y bruñidos con piel (figura vii.9b) y
difiere de los otros abrasivos como la arena (figura vii.10a) o el polvo de ob-
sidiana (figura vii.10b). En cuanto a los bordes, en todas estas piezas se
observaron rayones rectos bien marcados (figura vii.11a) producto del em-
pleo de herramientas líticas (figura vii.11b). Estos rasgos resultaron ser suce-
siones de bandas rectas-paralelas bien marcadas de 2 a 5 µm con microrraya-
dos internos (figura vii.12a), las cuales se parecen a los cortes experimentales
hechos con lascas de pedernal (figura vii.12b).
De igual forma, las incisiones que presentaban solamente las figurillas an-
tropomorfas tienen rayones rectos bien marcados (figura vii.13a) producto
del empleo de herramientas líticas (figura vii.13b). Estos rasgos resultaron ser
bandas rectas-paralelas bien marcadas de 2 a 5 µm de anchura con microrraya-

269
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura vii.14 Análisis de diseños incisos de pieza arqueológica (a)


y de incisión experimental con lascas de pedernal (b), ambas a 1 000x.

Figura vii.15 Análisis de perforaciones en pieza arqueológica (a)


y horadación experimental hecha con herramientas líticas (b), ambas a 10x.

dos internos (figura vii.14a), las cuales coinciden con las incisiones experi-
mentales hechas con lascas de pedernal (figura vii.14b).
Por su parte, en las perforaciones de todos los pendientes se observan ra-
yones circulares concéntricos alrededor de las horadaciones (figura vii.15a),
producto del empleo de herramientas líticas (figura vii.15b), que miden en-
tre 2 y 5 µm de ancho (figura vii.16a) y son similares a los obtenidos experi-
mentalmente con perforadores o lascas aguzadas de pedernal (figura vii.16b).
2) Por el otro lado tenemos las piezas de piedra verde que tienen las su-
perficies muy lustrosas (figura vii.17a), producto de la aplicación de acaba-
dos como pulidos y bruñidos (figura vii.17b). En todos los casos presenta-
ron bandas difusas de 20 µm de espesor que pueden aglomerarse para formar
rasgos de mayores dimensiones, así como líneas aisladas muy finas de 4 µm
(figura vii.18a). Estos rasgos coinciden con los desgastes experimentales he-
chos con caliza (figura vii.18b). A mayores aumentos (600x y 1 000x) se ob-

270
la lapidaria de teopancazco

Figura vii.16 Análisis de perforaciones en pieza arqueológica (a)


y de horadación experimental hecha con lascas de pedernal (b), ambas a 1000x.

Figura vii.17 Análisis de superficies de pieza arqueológica (a)


y de desgaste experimental con caliza combinado con la aplicación de acabados (b), ambos a 10x.

Figura vii.18 Análisis de superficies de pieza arqueológica (a) y de desgaste experimental


con caliza combinado con la aplicación de acabados (b), ambos a 100x.

271
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Figura vii.19 Análisis de superficies de pieza arqueológica (a) y del pulido


experimental con jadeíta y bruñido con piel (b), ambos a 1 000x.

Figura vii.20 Análisis de bordes de pieza arqueológica (a) y del corte experimental
con herramientas líticas (b), ambas a 10x.

Figura vii.21 Análisis de bordes de pieza arqueológica (a) y del corte experimental
con lascas de obsidiana (b), ambas a 1 000x.

272
la lapidaria de teopancazco

Figura vii.22 Análisis de calados de pieza arqueológica (a) y del hecho experimentalmente
con polvo de pedernal (b), ambos a 30x.

Figura vii.23 Análisis de calados de pieza arqueológica (a) y del hecho experimentalmente
con polvo de pedernal (b), ambos a 1000x.

servaron sucesiones de líneas rectas-paralelas muy finas y difusas de 1 a 2 µm


de anchura con muchas partículas (figura vii.19a), las cuales se parecen a las
obtenidas experimentalmente con pulidores de jadeíta (figura vii.19b).
En el caso de los bordes se aprecian líneas difusas (figura vii.20a) pro-
ducto del empleo de herramientas líticas (figura vii.20b), las cuales miden
entre 0.7 y 1.6 µm de anchura (figura vii.21a) y coinciden con los cortes he-
chos con lascas de obsidiana (figura vii.21b).
En cuanto a las perforaciones y los calados de las orejeras, todas presen-
tan las paredes lustrosas con algunos rayones difusos (figura vii.22a) pro-
ducto del empleo de abrasivos (figura vii.22b), los cuales producen sucesio-
nes de líneas finas de 1 µm de anchura que llegan a aglomerarse para formar
rasgos de mayores dimensiones sobre una textura rugosa (figura vii.23a).
Estas huellas son similares a las obtenidas experimentalmente al emplear pol-
vo de pedernal y carrizo (figura vii.23b).

273
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

b) Análisis de composición elemental

El análisis de la composición de las piezas de Teopancazco reveló que todas


las piezas analizadas corresponden a diversos alúmino-silicatos de composi-
ciones muy diversas (Lozano y Ruvalcaba, en prensa). En algunos casos la
composición corresponde a serpentinas (antigorita o lizardita). En la figura
vii.24 se muestra un dendrograma de un análisis estadístico de cúmulos ob-
tenido a partir del logaritmo de la composición elemental de las piezas. En
este diagrama se observa que ninguna de las piezas se agrupa con la referencia
de jadeíta del Motagua. Las concentraciones de Na son muy bajas en las ma-
yoría de las piezas, mientras que existen concentraciones variables de Mg, tí-
picas de las serpentinas, como en el caso de las piezas 12 y 13 (tabla vii.2).
A diferencia de las piedras verdes de otras áreas de Teotihuacan, como Xalla o
la Pirámide de la Luna, no se tiene la presencia de jadeítas en los materiales
(Ruvalcaba et al., 2008). Es notable la dispersión en la composición de las
piezas, lo cual es evidente además por la distancia de enlace de los grupos.

Figura vii.24 Dendrograma de análisis de cúmulos para las piedras verdes de Teopancazco.

274
la lapidaria de teopancazco

A pesar de lo anterior es factible establecer algunas similitudes en los gru-


pos de composición. La pieza 13 es la más diferente en su composición por
sus altos contenidos de Si, Mg y Fe y bajas concentraciones de Al. El grupo
formado por las piezas 14, 16, 18, 23 y 25 está determinado por las concentra-
ciones similares de Al y la ausencia de Cr y Ni, mientras que el grupo de pie-
zas formado por la 12, 15, 17, 19, 24 y 26, se distingue por las concentraciones
bajas de Al, y los mayores contenidos de Cr y Ni. Las piezas 11, 20 y 21 se dife-
rencian de los grupos precedentes por sus contenidos de Cl y Ca.
Las concentraciones de Al, Si, Mn, Zn y Sr determinan el cúmulo de pie-
zas 22, 27, 29 y 31, mientras que para las piezas 8, 28 y 30 son el Al, K, Mn y Ni
los determinantes. El último grupo (piezas 2, 3, 4, 5, 6, 7, 9 y 10) es el más hete-
rogéneo y las diferencias en Si, Al, Cl, K, Mn, Fe, Ni y Cu son las que determi-
nan los subgrupos.
Por otra parte, con base en los contenidos de Fe y S, es factible identificar
al fragmento de la pieza 32 como una incrustación de pirita, la cual presenta
concentraciones menores de Si, K y Ca, lo que indica un deterioro en su su-
perficie e impide llevar a cabo un estudio más refinado de su procedencia.
Ésta no se incluyó en el diagrama de la figura v11.24 por ser de naturaleza di-
ferente a las otras piezas de piedra verde.
Si bien para la identificación de los contenidos de mineral de las piezas se
requieren otras técnicas como la espectroscopía infrarroja y la difracción de ra-
yos X (Ruvalcaba et al., 2011, 2010a, 2010b; Lozano y Ruvalcaba, en prensa), se
puede descartar la presencia de algunos minerales como crisoprasa, cuarzos ver-
des, calcitas verdes, etc. Cabe señalar que algunas de las piezas son serpentinas,
pero la mayor parte de las piezas están constituidas por aluminosilicatos de di-
versas naturalezas, y probablemente se trate de mezclas complejas de minerales.
Lo anterior implica que dada la diversidad de materiales y procedencias
que componen los artefactos, al parecer no existe un estricto control del tipo
y calidad de los materiales de piedra verde para Teopancazco, como sucede
para otros materiales como la jadeíta, cuya presencia en contextos de elite y
ceremoniales de Teotihuacan como Xalla y Pirámide de la Luna es mucho
más abundante (Neff et al., 2010; Ruvalcaba et al., 2008). Ello puede deberse a
que se ha planteado que el Estado teotihuacano controlaba y administraba la
obtención, producción y distribución de algunos materiales preciosos, como
la mica y la jadeíta, mientras que permitía cierta libertad a los centros de
barrio y sus talleres lapidarios para adquirir materias primas foráneas, como
concha, pizarra y otras piedras verdes, para elaborar objetos para uso y consu-
mo de las elites intermedias que regían dichos barrios (Manzanilla, 2009: 24,
29; Manzanilla et al., 2011: 60-61; Rosales y Manzanilla, 2011: 132 y 142). Esta
estrategia política y económica del Estado favoreció y alentó la producción
artesanal en los numerosos y variados talleres ubicados en los barrios, pero
también provocó que estos grupos obtuvieran estos bienes preciosos por dis-
tintas vías fuera del control estatal (Gómez y Gazzola, 2011: 88), por lo cual

275
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

no es de extrañar que los productos elaborados presenten una gran variabili-


dad en morfología, materia prima, calidad y tecnología al comparar la lapida-
ria entre los distintos barrios y entre éstos y los complejos palaciegos y edifi-
cios cívico-ceremoniales del gobierno central.
También cabe señalar que este uso de varios minerales y piedras verdes,
que fueron trabajados con las mismas técnicas y herramientas que la jadeíta,
permite apreciar que, para los artesanos prehispánicos, el color fue el princi-
pal atributo para considerar a aquéllos un mismo material precioso, indepen-
dientemente de su origen o yacimiento. Esto no resulta extraño, ya que en
otros materiales se ha dado el mismo caso, como en la turquesa, la concha
nácar y las conchas rojizas. En el primer caso se ha encontrado que en los dis-
tintos talleres de turquesa y en los objetos elaborados (sartales de cuentas,
discos y máscaras de mosaico), fueron empleados varios minerales azul-ver-
dosos, como crisocola y amazonita, y no solamente turquesa “química” o
“pura”, y que comparten las mismas técnicas y herramientas de manufactura
(Ruvalcaba et al., 2010a: 158-167; Velázquez et al., 2010: 180-187; Melgar, 2010:
153-154; Melgar y Solís, 2010: 120-123). De igual forma, en los objetos de con-
chas nacaradas resulta interesante que en varios sitios como Monte Albán (Mel-
gar et al., 2010a: 16-17), Oxtankah (De Vega et al., 2010: 229), Xochicalco
(Melgar, 2009: 65-71) y Tula (Solís, 2011: 60-67), fueron utilizados ejemplares
tanto de agua dulce (Unio sp.), como de agua marina (Pinctada mazatlanica o
Pinctada imbricata), encontrándose mezcladas en muchos de los contextos
de estos sitios. Finalmente, las conchas rojizas presentan un patrón similar, ya
que en varios sitios fueron empleadas distintas especies (Spondylus princeps,
S. calcifer, S. americanus, S. ictericus, Chama echinata y Lyropecten subnodosus)
que cuentan con una coloración que va del rojo intenso al naranja o del ama-
rillo rojizo al púrpura, siendo la más apreciada Spondylus princeps. Sin embar-
go, en varios contextos aparecen mezcladas piezas de estas especies, siendo el
caso más famoso la Coraza de Tula, donde la mayoría de las placas son de
Spondylus princeps, pero también hay algunas de Chama echinata y de Lyropec-
ten subnodosus (Velázquez et al., 2011: 212-213).

Conclusiones

Los estudios tecnológicos realizados a los objetos lapidarios de Teopancazco


han permitido conocer las herramientas empleadas en prácticamente todas
las modificaciones que presentan las piezas. Con ello, se han identificado dos
grupos tecnológicos:
1) Por un lado está la marcada estandarización de las herramientas em-
pleadas en cada modificación de las piezas de pizarra, travertino, serpentina
esquistosa y pirita, sin importar la morfología de la pieza elaborada, lo cual
permite suponer que todas ellas podrían haber sido manufacturadas en un
solo taller lapidario, quizás en el mismo barrio de Teopancazco o en algún

276
la lapidaria de teopancazco

otro sector de Teotihuacan. Esta última idea de que se trate de objetos produ-
cidos localmente se refuerza a partir de análisis tecnológicos similares aplica-
dos a objetos lapidarios de otros sectores de ese asentamiento, donde se han
identificado las mismas herramientas empleadas en esas modificaciones
(Melgar, 2006; López, 2007; Melgar y Filloy, 2009).
2) Por el otro lado están las herramientas empleadas en la elaboración de
las piezas de piedra verde, las cuales difieren de los objetos de pizarra, traver-
tino y pirita por los desgasto en la gran variabilidad de los productos elabora-
dos entre los distintos barrios y los complejos palaciegos y edificios cívico-
ceremoniales del gobierno central.
Con esta perspectiva en mente sería interesante comparar estas piezas
con otros contextos teotihuacanos, para tratar de caracterizar con mayor pre-
cisión estas variantes en materias primas, morfología y tecnología, y detectar
si se mantienen los patrones de manufactura identificados en las piezas de es-
tilo “teotihuacano” y “maya” dentro de la Ciudad de los Dioses o si hay otras
tradiciones de manufactura presentes y de dónde proceden.
En lo que se refiere a la composición elemental de las piedras verdes ana-
lizadas, es ésta muy heterogénea y no coincide con la de jadeítas y cuarzos
verdes del área maya ni con su procedencia. Sin embargo, debido a que son
escasos los estudios de composición de otras piedras verdes que no sean ja-
deítas en el área maya, y a que en Chiapas y Guatemala existen yacimientos
de piedras verdes metamórficas, queda abierta la posibilidad de que proven-
gan de dicha región, sobre todo porque comparten la misma tradición de ma-
nufactura que las jadeítas mayas. En cuanto a la jadeíta, su presencia en Teoti-
huacan se ha confirmado para áreas de elite y contextos ceremoniales como
Xalla y Pirámide de la Luna (Neff et al., 2010; Ruvalcaba et al., 2008). Esto
implica el control estatal en la obtención y distribución de este material,
mientras que Teopancazco, al tener una cierta libertad para obtener otras ma-
terias primas foráneas, presenta una gran variabilidad de materiales de piedra
verde de serpentinas y otros minerales de color verde y gris, de diversas carac-
terísticas y procedencias, las cuales aún no pueden ser precisadas por la falta
de estudios de prospección de las fuentes en Mesoamérica. Para una identifi-
cación más precisa de los minerales que constituyen las piedras verdes de
Teopancazco se requiere el empleo de otras técnicas complementarias y me-
jorar las bases de datos, pues no se cuenta con la información para todos los
minerales presentes en las piezas.
Para finalizar, conviene insistir en que el uso de varios minerales y piedras
verdes, trabajados con las mismas técnicas y herramientas que la jadeíta, per-
mite apreciar que para los artesanos prehispánicos el color fue el principal
atributo para tenerlos por un mismo material precioso, independientemente
de su origen o yacimiento. Este caso no es único, pues de igual forma en otros
materiales, como la turquesa, la concha nácar y los moluscos rojizos, se han
detectado similitudes tecnológicas a pesar de tener procedencias diversas.

277
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Agradecimientos

Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo y colaboración de Adrián


Velázquez, del Museo del Templo Mayor, de Gerardo Villa, del Laboratorio
de Microscopía Electrónica del inah, y de los integrantes del taller de ar-
queología experimental en lapidaria (Mauricio Valencia, Isaac Ramírez, Mi-
jaely Castañón, Hervé Monterrosa y Edgar Pineda), así como del proyecto
“Teotihuacan: elite y gobierno”, dirigido por la Dra. Linda R. Manzanilla, del
Instituto de Investigaciones Antropológicas de la unam, y del Dr. José Luis
Ruvalcaba Sil, del Instituto de Física de la unam. Los análisis en el acelerador
Pelletron del Instituto de Física de la unam se realizaron con auxilio de los
técnicos Karim López y Francisco Jaimes y con apoyo de los proyectos Cona-
cyt U49839-R y papiit-unam IN403210.

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1999a Tipología de los objetos de concha del Templo Mayor de Tenochtitlan, Inah
(Colección Científica 392), México.

1999b “Arqueología experimental en materiales conquiológicos. Informe final”, Inah,


México, mecanuscrito.

2004 Técnicas de manufactura de los objetos de concha del Templo Mayor de Tenoch­
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2007 La producción especializada de los objetos de concha del Templo Mayor de Te-
nochtitlan, Inah (Colección Científica 519), México.

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2004 “Los anahuatl de concha del Templo Mayor de Tenochtitlan. Su valor visto a
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maya, Centro de Estudios Mayas, Unam (Cuadernos del Centro de Estu-
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2010 “Análisis tecnológico de la máscara y el collar de Malinaltepec”, en S. Martínez
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2007 “La elaboración de los ehecacózcatl de concha del Templo Mayor de Teno-
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284
Capítulo viii
Análisis con meb de las huellas de manufactura
de los objetos de concha de Teopancazco

Adrián Velázquez Castro,a


Norma Valentín Maldonado b
y Belem Zúñiga Arellanoa

Introducción

La colección de objetos de concha encontrada en Teopancazco consta de 665


elementos, de los cuales 445 (73%) no presentan otra modificación más que
su colecta y transporte al sitio; 180 tienen evidencias de trabajo. El propósito
del presente estudio es mostrar los resultados del análisis de las huellas de
manufactura que presentan los objetos conquiliológicos, a partir de lo cual es
posible inferir las técnicas de su elaboración.
La tecnología puede definirse como el conjunto de elementos sociales y
materiales con los que el hombre modifica su entorno, para satisfacer necesi-
dades de muy distinta índole. Su importancia para el conocimiento de los
grupos humanos es evidente, ya que muestra la relación que el hombre ha te-
nido con la naturaleza a lo largo de su historia. En este ámbito se incluyen
tanto herramientas y los productos que con ella se elaboran, como conoci-
mientos, comportamientos, actitudes y significados, los cuales son comparti-
dos por conjuntos de personas —incluso la sociedad en su conjunto—, sien-
do transmitidos de una generación a otra (Lemonnier, 1986: 154; Pfaffenberger,
1988: 241; Schiffer, 1992: 44).
Dentro de la tecnología pueden reconocerse procesos técnicos —tam-
bién llamados cadenas de operación—, que son la serie de pasos que se si-
guen desde que el material está intacto hasta que el objeto se encuentra total-
mente terminado (Leroi-Gourhan, 1943 y 1945; Lemonnier, ibid.: 149; Schiffer,
ibid.: 51). En cada una de las fases de estas secuencias de actividades los pro-
ductores tienen que tomar decisiones frente a un espectro variado de posibili-
dades, restringidas por factores ambientales, históricos, sociales y culturales

a
Museo del Templo Mayor, inah.
b
Laboratorios de Apoyo a la Investigación, inah.

285
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

(Lemonnier, ibid.: 153; Schiffer, idem.). No existen limitantes a un grupo hu-


mano lo suficientemente poderosas para ser las únicas causales de todas las
tomas de decisiones de las cadenas de operación (Gosselain, 1992: 580); por
ello se ha planteado que la tecnología es una construcción social en que se
ven reflejados desde principios de organización hasta aspectos ideológicos
(políticos y simbólicos, por ejemplo) (Pfaffenberger, 1988: 241). Así, uno de
los objetivos primordiales del estudio de este tema debe ser la búsqueda del
entramado de relaciones que subyacen a cualquiera de sus manifestaciones.
De la descripción detallada de los diferentes procesos y herramientas que
constituyen las cadenas de operación pueden inferirse importantes aspectos
de la organización de la producción. De la estandarización tecnológica es po-
sible obtener datos sobre la concentración de las unidades productivas, ya
que la uniformidad guarda relación directa con la congregación de las zonas
de elaboración (Costin, 1991: 35-36). De esta forma, es de esperar que una
producción homogénea sea resultado de grupos concentrados, y que la hete-
rogeneidad sea consecuencia de la dispersión de éstos. Asimismo, es factible
conocer con mayor seguridad los grados de habilidad y eficiencia, e incluso
hacer estimaciones, aunque hipotéticas, de los tiempos de trabajo requeridos
para la producción de determinados bienes. A partir de ello pueden hacerse
propuestas acerca de la intensidad de la producción, entendida ésta como el
tiempo de trabajo invertido en la misma (Clark y Parry, 1990: 298), que puede
ser de tiempo completo o complemento de otras actividades. Podría hablarse
de la existencia de un artesanado de tiempo completo, por ejemplo, si fuera
posible demostrar que el volumen de fabricación de determinados artículos
no deja lugar a otro tipo de actividades productivas; o bien, que se requerían
niveles de destreza sólo asequibles mediante entrenamientos de larga dura-
ción, que obligaran a una dedicación absoluta
El estudio de la tecnología también puede aportar valiosa información
para la discusión de estilos o afiliaciones culturales, lo cual usualmente se
hace a través de rasgos formales y/o estilísticos de los objetos. Ello se basa en
el hecho de que las elecciones que los artesanos hacen en las diferentes fases
de las cadenas de operación nunca se encuentran enteramente limitadas por
factores externos, sino que son normadas en mucho por la historia y la cultu-
ra. A través de estudios etnoarqueológicos se ha visto que dichas preferencias
tienden a ser muy específicas y consistentes, dictadas en gran medida por la
costumbre (Sackett, 1990: 33); de la misma manera se ha podido comprobar
que los límites tecnológicos coinciden con los de las comunidades. Con base
en esto se ha planteado el concepto de “estilo tecnológico” como la suma de
elecciones que un grupo humano hace, las cuales conforman el conocimiento
de una tradición de manufactura (Stark, 1999: 27). Como ventaja del estudio de
la tecnología en relación con el estilo se señala su estabilidad en el tiempo, ya
que los cambios implican modificaciones en los procesos de manufactura, a
los que las sociedades tradicionales son en general reticentes (Stark, ibid.: 29).

286
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

a b c d

e f g h

Figura Viii.1 Ejemplos de los elementos de concha trabajada de Teopancazco: a) pendiente de Agaronia
propatula; b) pendiente de Spondylus princeps; c) pendiente de Unionidae; d) incrustación circular
de Pinctada mazatlanica; e) pendiente trapezoidal de Pinctada mazatlanica; f) incrustación
fitomorfa de Pinctada mazatlanica; g) incrustación excéntrica de Unionidae, y h) fragmentos
con evidencias de trabajo de Pinctada mazatlanica. (Fotografías de Germán Zúñiga Amézquita.)

Los objetos de concha de Teopancazco

Los elementos de concha trabajados corresponden a dos clases biológicas de


moluscos: gasterópodos y bivalvos. Dentro de los primeros se identificaron
12 familias, 12 géneros y 18 especies. En lo tocante a los segundos se determi-
naron cuatro familias, tres géneros y cuatro especies.
De los 180 artefactos, 164 son de procedencia marina, 28 de los cuales
provienen de la provincia malacológica caribeña y 107 de la panámica;1 un
solo elemento pudo identificarse a nivel de familia y en 28 únicamente se lle-
gó al género, por lo que se desconoce su origen. También se determinaron
objetos hechos de moluscos continentales, como es el caso de los bivalvos de
la familia Unionidae (9 elementos) y de una familia, un género y una especie
de caracol de agua dulce (1 elemento) (tabla viii.1).2 En seis casos no se lo-
gró la identificación más allá del phylum.
En los objetos de concha de Teopancazco pueden distinguirse ornamentos
y utensilios. En el primer caso predominan los pendientes, con 55 elementos, a
los que siguen incrustaciones (24), cuentas (5) y un anillo (figura viii.1). Los
1
  La provincia malacológica caribeña se extiende por el litoral atlántico del continente
americano, abarcando la mayor parte del Golfo de México hasta Brasil, incluyendo la penín-
sula de la Florida y las Antillas. Por su parte la provincia malacológica panámica se ubica en la
costa pacífica, desde el sur de la península de Baja California hasta el norte de Perú.
2
  En este capítulo las tablas se han ubicado al final del texto (pp. 299-308), de manera que las
imágenes queden lo más cerca posible de sus explicaciones y sus respectivas remisiones. [E.]

287
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

utensilios se constituyen únicamente por posibles trompetas de caracol minia-


tura (37). A un único elemento no se le pudo definir una función clara.
Es notable la gran cantidad de fragmentos con huellas de trabajo, los cua-
les suman 57 (31.6%) e incluyen a los principales géneros y especies de los que
se manufacturaron objetos (figura viii.1). Esto constituye una sólida eviden-
cia de que al menos una parte de las piezas halladas en Teopancazco eran ma-
nufacturadas localmente. En este sentido vale la pena mencionar que incluso
algunos de los elementos incluidos dentro de las categorías de objetos pare-
cen haber sido descartados por fallas en el proceso de producción, como es el
caso de las perforaciones hechas tan cerca del borde que llegaron a romperse.
De la misma forma algunos fragmentos parecen ser reutilizaciones de piezas,
por ejemplo diez trozos en que cortes y desgastes interrumpen motivos deco-
rativos hechos con anterioridad.

Análisis de huellas de manufactura

El análisis de las técnicas de elaboración de los objetos de concha de Teopan-


cazco se hizo dentro del proyecto “Técnicas de manufactura de los objetos
de concha del México prehispánico”. En éste, ante la frecuente carencia de los
llamados indicadores directos de la producción,3 la tecnología se estudia a
través de la arqueología experimental, replicando en conchas modernas, de
las mismas especies empleadas en la época prehispánica, las modificaciones
(desgastes, cortes, perforaciones, calados, incisiones y acabados) hechas en
la antigüedad con la finalidad de elaborar objetos conquiliológicos. Para ello
se emplean los materiales y herramientas que por diferentes fuentes de infor-
mación (hallazgos arqueológicos, fuentes históricas y estudios de otros in-
vestigadores) se puede suponer que se emplearon en el pasado.
Para rebasar el nivel puramente conjetural y con el fin de proponer con
mayor seguridad los procedimientos y utensilios empleados, se caracterizan
las huellas de manufactura experimentales y se comparan con los rasgos pre-
sentes en las piezas arqueológicas. Esto se lleva a cabo empleando tres niveles
de análisis: macroscópico (simple vista), microscopía estereoscópica de bajas
amplificaciones (10x, 30x y 63x) y microscopía electrónica de barrido (Meb)
(100x, 300x, 600x y 1 000x); esta última es la técnica con la que se han conse-
guido los mejores resultados, ya que es idónea para el estudio de las caracte-
rísticas superficiales de los materiales.
Para el análisis con Meb se hace incidir un haz de electrones sobre la
muestra a analizar, el cual desprende de ella una serie de señales que son cap-
3
  Es conveniente mencionar que si bien este proyecto se plantea a partir del estudio de co-
lecciones de objetos de concha procedentes de contextos de ofrenda, en los que no es común
encontrar las evidencias de producción, la metodología de análisis propuesta se ha aplicado
con buen éxito para corroborar el empleo de instrumentos con los que presumiblemente se
llevaba a cabo la elaboración de objetos de concha hallados en contextos productivos. Al res-
pecto véase Velázquez et al., 2006.

288
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

tadas por detectores especiales, algunos de los cuales pueden generar imáge-
nes digitales con un gran nivel de resolución (Yacamán y Reyes, 1995: 25). En
los equipos convencionales las cámaras de muestreo tienen que estar en alto
vacío y las muestras tienen que ser conductoras de la electricidad; en los mo-
delos más recientes se puede trabajar a bajo vacío e incluso a la presión am-
biental, lo que permite analizar materiales orgánicos y húmedos.
Inicialmente el estudio de los objetos de concha con Meb se hacía trasla-
dando las piezas al laboratorio; luego se optó por obtener réplicas de las hue-
llas de manufactura en polímeros reblandecidos con acetona, técnica propia
de la metalografía, los cuales son recubiertos con iones de oro. Eso evita te-
ner que trasladar las colecciones arqueológicas, ya que las réplicas pueden
tomarse en sus repositorios; hace posible observar las muestras en modo de
alto vacío —lo cual permite un mayor nivel de resolución—; agiliza las se-
siones de trabajo, puesto que pueden observarse hasta 21 muestras en dos
horas, y facilita el análisis de piezas que por sus dimensiones no hubieran
podido ingresar en la cámara de muestreo del Meb, o de modificaciones que
por su forma o posición también representan dificultades (Velázquez, 2007).
Para el análisis de los materiales de concha de Teopancazco se obtuvieron
111 polímeros correspondientes a 55 elementos trabajados de concha, lo cual
constituye 30.5% del universo total de estudio; la composición de la muestra
puede verse en la tabla Viii.2.
De la misma manera se incluyen todas las modificaciones identificadas en
la colección: desgastes de superficies y bordes, cortes, perforaciones, incisio-
nes, calados y acabados, con las siguientes cantidades:

Polímeros de superficies (incluye acabados) 42


Polímeros de bordes (incluyen calados y cortes) 46
Polímeros de perforaciones circulares 12
Polímeros de perforaciones acanaladas 5
Polímeros de perforaciones irregulares 2
Polímeros de incisiones 4
Total 111

Vale la pena aclarar los criterios de discriminación que se siguieron para la


obtención de los polímeros: en primer término el estado de conservación de
los ejemplares, ya que el deterioro elimina las huellas de manufactura que se
espera caracterizar; en segundo, las técnicas inferibles de la observación de
los objetos a simple vista y con la ayuda de una lupa de 20x. De esta forma no
se hicieron réplicas de modificaciones hechas por percusión, que se pueden
determinar por los medios antes mencionados (tabla Viii.3).
Con base en lo anterior no se realizaron polímeros de 60 elementos de
concha trabajada de Teopancazco, ya que 29 fueron elaborados por percusión
y 31 estaban en muy mal estado de conservación (tabla Viii.3). Tomando esto

289
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

en consideración puede decirse que los 111 polímeros obtenidos representan


45.8% del universo posible de estudio por Meb, de 120 elementos de concha
con evidencias de modificación humana. Los polímeros fueron recubiertos
con iones de oro y observados en modo de alto vacío, con una potencia del
haz de 20 kV, una apertura de éste de 42, con señal de electrones secundarios
(sei), a una distancia de trabajo de 10 milímetros, tomando cuatro amplifica-
ciones de cada uno (100x, 300x, 600x y 1 000x). Posteriormente las microgra-
fías fueron analizadas y comparadas con la base de información del proyecto
“Técnicas de manufactura de los objetos de concha del México prehispánico”.
Los resultados se presentan a continuación.

Huellas de desgaste en superficies y bordes

Se encontraron cuatro diferentes patrones de desgaste en las superficies y


bordes de los objetos de concha de Teopancazco.
Bandas rectas de 28 µm de espesor, que corresponden a las huellas del
desgaste con riolita (figura Viii.2). Esto fue encontrado en 30 muestras, que
corresponden a 16 elementos, de las siguientes modificaciones: 18 superficies,

a b

c d

Figura Viii.2 Desgastes con riolita (100x): a) incrustación de Spondylus princeps 44925;
b) pendiente de Pinctada mazatlanica 76217; c) incrustación de Atrina sp. 43890,
y d) Pinctada mazatlanica desgastada experimentalmente.

290
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

a b

c d

Figura Viii.3 Desgaste con basalto (100x): a) fragmento de Pinctada mazatlanica 30905;
b) pendiente trapezoidal de Atrina sp. 30011; c) incrustación de Pinctada mazatlanica 37066,
y d) Pinctada mazatlanica desgastada experimentalmente.

tanto internas como externas; ocho bordes y tres desgastes de espira. Dichos
rasgos se observaron en piezas de Spondylus princeps (cuatro fragmentos tra-
bajados, dos pendientes, una cuenta y una incrustación), de Spondylus sp. (un
fragmento trabajado), Pinctada mazatlanica (un pendiente), Pinna sp. (un pen-
diente), Atrina sp. (una incrustación), Oliva sp. (tres pendientes) y Strombus
pugilis (una trompeta) (tabla Viii.4).
Bandas rectas de 100 µm de espesor, similares a las que deja el desgaste
con rocas basálticas (figura Viii.3). Esto se observó en 21 muestras, que corres-
ponden a 14 elementos, de las siguientes modificaciones: 14 superficies, seis
bordes y un calado. Dichos rasgos se observaron en piezas de Pinctada ma-
zatlanica (un pendiente, cinco fragmentos trabajados y cinco incrustaciones),
Unionidae (un pendiente), Pinna sp. (un pendiente), Pleuroploca gigantea (un
fragmento trabajado) (tabla Viii.5).
Bandas rectas de 57 a 71 µm de espesor, que corresponden a las que pro-
duce el desgaste con andesita (figura Viii.4). Esto fue encontrado en tres
muestras, correspondientes a tres piezas, de dos superficies y un borde. Di-
chos rasgos se observaron en una incrustación y un fragmento de Pinctada
mazatlanica, así como en un fragmento trabajado de concha no identificable
(tabla Viii.6).

291
a b

c d

Figura Viii.4 Desgaste con andesita (100x): a) incrustación de Pinctada mazatlanica


55215; b) fragmento inciso de Pinctada mazatlanica 67485; c) incrustación circular de
Pinctada mazatlanica 70063, y d) Pinctada mazatlanica desgastada experimentalmente.

a b

c d

Figura Viii.5 Desgaste con arenisca (600x): a) pendiente de Neritina virginea 72173,
b) pendiente de Neritina virginea 71338, c) pendiente de Pchychilus indiorum 8003,
y d) Oliva sp. desgastada experimentalmente.
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

Líneas rectas de 3.5 µm de ancho, similares a las producidas por el desgaste


con roca arenisca (figura Viii.5). Esto sólo fue encontrado en las dos perfora-
ciones irregulares de dos pendientes de Neritina virginea, en los bordes de las
espiras suprimidas de los pendientes de Trivia sp. y Jenneria pustulata, así como
en la superficie dorsal del pendiente de Pachychilus indiorum (tabla Viii.7).

Huellas de pulido con nódulos de pedernal

En la superficie de muchos elementos, cubriendo las huellas de desgaste, se


encontraron patrones de finas líneas rectas de aproximadamente 2.5 µm de
anchura —aun cuando pueden llegar a tener 0.5 y 3.5 µm de espesor—, las
cuales corren en diferentes direcciones y se entrecruzan. Dichas huellas son
idénticas a las que produce el pulido con nódulos de pedernal (figura Viii.6).
Estos rasgos se hallaron en 19 muestras, que corresponden a 15 elementos de
Spondylus princeps (tres pendientes, tres fragmentos trabajados, dos cuentas y
una incrustación rectangular), Pinctada mazatlanica (dos fragmentos trabaja-
dos, una incrustación y un pendiente), Pleuroploca gigantea (un fragmento
trabajado) y Oliva sp. (un pendiente) (tabla Viii.8).

a b

c d

Figura Viii.6 Pulido con nódulo de pedernal (1 000x): a) pendiente de Spondylus


princeps 34887; b) fragmento de Pinctada mazatlanica 53339; c) fragmento de Pleuroploca
gigantea 36832, y d) superficie de Spondylus princeps pulida experimentalmente.

293
a b

c d

Figura Viii.7 Corte con obsidiana (1000x): a) pendiente de Pinctada mazatlanica 66217;
b) fragmento de Spondylus princeps 40318; c) pendiente de Conus perplexus 54937,
y d) Pinctada mazatlanica cortada experimentalmente.

a b

c d

Figura Viii.8 Incisión con obsidiana (1000x): a) fragmento de Spondylus princeps 3890;
b) incrustación de Spondylus princeps 44395; c) pendiente de Oliva sp. 16936,
y d) incisión hecha experimentalmente en Spondylus princeps.
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

Huellas de corte con instrumentos de obsidiana

En los bordes de varios elementos, en ocasiones debajo de las huellas de


desgaste, se encontraron líneas rectas muy finas, de entre 0.6 y 1.3 µm de an-
chura; dichos rasgos son similares a los que deja el corte con instrumentos
afilados de obsidiana, como lascas y navajas prismáticas (figura Viii.7).
Esto fue hallado en 27 muestras —correspondientes a 21 piezas—, 14 de las
cuales son de filos vivos y 13 desgastados (7 con basalto y 6 con riolita).
Dichos rasgos se observaron en piezas de Spondylus princeps (2 pendientes,
5 fragmentos trabajados y una incrustación), Pinctada mazatlanica (5 in-
crustaciones, 2 fragmentos trabajados y un pendiente), Unionidae (un frag-
mento trabajado), Atrina sp. (una incrustación), Pleuroploca gigantea (una
trompeta), Conus perplexus (un pendiente) y conchas no identificables (un
fragmento trabajado) (tabla Viii.9).

Huellas de incisión con instrumentos de obsidiana

En los diseños decorativos de varios elementos se encontraron huellas muy


similares a las de corte antes descritas, a saber, líneas muy finas de entre 0.6 y
1.3 µm de espesor, las cuales son el resultado de la incisión con instrumentos
aguzados o afilados de obsidiana (figura Viii.8). Esto se encontró en 4 mues-
tras, correspondientes a 4 piezas: una incrustación y un fragmento trabajado
de Spondylus princeps, y 2 pendientes de Oliva sp. (tabla Viii.10).

Huellas de perforación

En las perforaciones se encontraron tres patrones de huellas.


Bandas de entre 3.5 y 4.6 µm de espesor, que pueden presentarse entre-
cruzadas, produciendo una textura rugosa, o bien formando bandas más an-
chas al correr paralelamente, dentro de las cuales se producen microrraya-
dos; estos rasgos corresponden al uso de perforadores de pedernal (figura
Viii.9). Esto se observó en 9 muestras, que corresponden a 8 piezas, las cua-
les tienen horadaciones circulares cónicas, bicónicas o tubulares. Dichas
huellas se hallaron en objetos de Spondylus americanus (un pendiente),
S. princeps (un pendiente y 2 cuentas), Pinctada mazatlanica (una incrusta-
ción y un pendiente), Unionidae (un pendiente) y Conus perplexus (un pen-
diente) (tabla Viii.11).
Líneas finas de 0.6 µm que producen una superficie con cierta rugosidad,
pero de relieve suave; esto corresponde al empleo de ceniza volcánica como
abrasivo (figura Viii.10). Estos rasgos únicamente se hallaron en la perfora-
ción cónica de un pendiente de Oliva sp. (tabla Viii.11).

295
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

a b

c d

Figura Viii.9 Perforación circular con pedernal (600x): a) pendiente de Pinctada mazatlanica
76164; b) pectoral de Spondylus americanus 41904; c) pendiente de Conus perplexus 54937,
y d) perforación hecha experimentalmente en Spondylus princeps.

a b

Figura Viii.10 Perforación circular con ceniza volcánica (1000x):


a) pendiente de Oliva sp. 16938, y b) perforación experimental en Oliva sp.

Líneas rectas de entre 0.6 y 1.3 µm de anchura, en las perforaciones acana-


ladas de 4 pendientes, uno de Oliva sp., otro de Agaronia propatula, otro de
Persicula imbricata y otro más de Trivia sp. Dichos rasgos son idénticos a los
que deja el corte con instrumentos de obsidiana (figura Viii.11; tabla Viii.11).

296
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

a b

c d

Figura Viii.11 Perforación acanalada con obsidiana (1000x): a) pendiente de Oliva sp. 68901;
b) pendiente de Agaronia propatula 5436; c) pendiente de Persicula imbricata 64792, y d)
perforación experimental en Agaronia propatula.

Discusión de resultados

El presente trabajo constituye apenas un primer acercamiento al entendi-


miento de la importancia que tuvieron los materiales de concha dentro del
centro de barrio de Teopancazco (Manzanilla, 2006: 23). Falta aún desarrollar
un análisis más detallado que considere los contextos y temporalidades espe-
cíficas en que se encontraron los diferentes elementos conquiliológicos, así
como sus relaciones con otros materiales arqueológicos. Conviene, sin em-
bargo, destacar algunos aspectos de la información anteriormente presentada.
Entre los elementos manufacturados de concha marina predominan los
de especies procedentes del litoral pacífico, que representan 65%, sobre los ela-
borados de ejemplares atlánticos (17%). Esto llama la atención dadas las es-
trechas relaciones con la costa del Golfo de México que parece haber tenido
Teopancazco (Manzanilla, 2006: 24).
Entre los objetos preponderan los ornamentos, especialmente los pen-
dientes y las incrustaciones, que sin duda constituían parte de la indumenta-
ria. Esto apoya la hipótesis de que una de las actividades desarrolladas en el
sitio era la confección de trajes para las elites (idem).

297
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

La gran cantidad de fragmentos con evidencias de trabajo constituye una


buena evidencia de que al menos una parte de los objetos eran de manufactu-
ra local. Esto se refuerza por los materiales y herramientas para ello emplea-
dos, inferidos a partir del análisis de las huellas de manufactura.
Así, para la elaboración de los desgastes de las superficies y los bordes se
emplearon rocas ígneas extrusivas, propias del eje neovolcánico transversal
en el que se ubica Teotihuacan (López Ramos, 1982: 23-42). Se usaron para
este fin mayoritariamente riolitas, seguidas por basaltos y en menor cantidad
andesitas. De las dos últimas rocas se tenía documentado su uso para otros
emplazamientos de la misma Teotihuacan (Xalla), así como para otros sitios
y temporalidades del altiplano central mexicano (Las Bocas, Puebla; Xochi-
calco, Morelos; Tula, Hidalgo, y Tenochtitlan) (Velázquez, 2011; Melgar, 2009).
La riolita constituye un nuevo hallazgo para la región, habiéndose encontra-
do previamente su uso sólo para el bajo Papaloapan, en el centro de Veracruz
(Tlacojalpan) (Velázquez et al., 2011), y en la máscara de Malinaltepec, proce-
dente de Guerrero (Velázquez et al., 2010c).
Un caso interesante son los cinco pendientes de caracol desgastados con
arenisca, que es un material exótico en la cuenca de México. El bajo número
de estas piezas y el que no se hallaran fragmentos con huellas de trabajo con
trazas de esta roca son indicios de que estos elementos pueden haber sido
importados ya terminados al sitio. El uso de desgastadores de arenisca se ha
encontrado en emplazamientos hacia la vertiente del Golfo de México, como
los valles de la Sierra Gorda, en Querétaro, y Tamtoc, en San Luis Potosí (Ve-
lázquez et al., 2010b). También se ha hallado en pendientes de caracol deposi-
tados en las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan, donde se los ha in-
terpretado como objetos de manufactura foránea, quizá procedentes de la
Huasteca (Velázquez et al., 2010a).
Las demás herramientas identificadas, como los instrumentos afilados de
obsidiana para elaborar cortes, diseños incisos y perforaciones acanaladas, los
perforadores de pedernal y los pulidores de este mismo material, correspon-
den a lo que ya se había encontrado para estos mismos fines en el altiplano
central de México (Velázquez, 2011; Melgar, 2009). La excepción lo constitu-
ye la perforación circular hecha en un pendiente Oliva sp. con ceniza volcáni-
ca. Sin embargo el uso de este abrasivo no es tan sorprendente dado el empla-
zamiento de Teotihuacan en el eje neovolcánico transversal, como ya se había
mencionado.

298
Tabla viii.1 Clasificación de artefactos de concha hallados en Teopancazco (inicia)

Género Especie trompetas incrustaciones pendientes función anillo fragmentos trabajados cuentas total distribución
no clara
Gasterópodos
Fissurellidae 56123 1
Leucozonia cerata 75420, 43952, 43060, 23 PMP
36184, 35738,35897,
35722, 34285,32199,
32198, 32152, 30549,
29608, 27941, 26869,
15828, 32600, 55005,
55205, 57, 9614,
61114, s/n.
Agaronia propatula 54336 1 PMP- del sur
de México a
Ecuador
Persicula cf. imbricata 64792 1 PMP
Charonia variegata 70665 1 PMC
Columbella fuscata 65837 (6 ) 6 PMP
Conus perplexus 54937 (frag) 1 PMP
Conus cf. daucus 75967 (frag) 1 PMC
Conus sp. 69471 ( frag): 1
Jenneria postulata 2256 1 PMP
Marginella pruniosum 56962, 67742, 66576 3 PMC
Marginella cf. apicina 75283 1 PMC
Marginella sp. 37662 1
Neritina virginia 72173, 71338 2 PMC
Oliva incrassata 24725, 65387, 4 PMP
68901, 46375,
Oliva cf. incrassata 30153 1 PMP
Oliva scripta 58026 1 PMC
Oliva spicata 68281, 13362 2 PMP
Oliva sp. 77545, 76758, 8
76065, 68611,
62619, 45079,
16938, 164
Tabla viii.1 Clasificación de artefactos de concha hallados en Teopancazco (continúa)
Género Especie trompetas incrustaciones pendientes función anillo fragmentos trabajados cuentas total distribución
no clara
Olivella volutella 19141 1 PMP–Cen-
troamerica–
Chiapas,
México
Olivella sp. 29 707, 14634 2
Pachychilus indiorum 8003 1 ríos y arroyos
Pleuroploca gigantea 24649, 35734, 36767, 9 PMC
38064, 71850, 18786,
15555, 55824, 8569,
Pleuroploca gigantea circular: 70063 1 PMC
Pleuroploca gigantea 36832, 36894, 54444, 4 PMC
76416
Pleuroploca princeps 49654 1 PMP
Polystira sp. 39656, 20324, 23303 3
Strombus pugilis 21854 (posible) 1 PMC
Strombus gigas 44179 1 PMC
Strombus cf. gigas 39222, 23213 2 PMC
Trivia sp. 3148 1
BIVALVOS
Chama echinata 53398 (rue- 1 PMP
da)
Chama sp. 68296: 1
Donax sp. 68626 1
Atrina sp. 43890 1
Pinctada mazatlanica 41122, 32035, 13 PMP
60107, 55215,
48082,36063,
18845, 56695,
19581,
52718,76164,
31764, 69214,
Pinctada mazatlanica 74957; 60791, 5 PMP
76217, 8925, S/N
Tabla viii.1 Clasificación de artefactos de concha hallados en Teopancazco (concluye)
Género Especie trompetas incrustaciones pendientes función anillo fragmentos trabajados cuentas total distribución
no clara
Pinctada mazatlanica 71539, 16311, 37651, 27 PMP
35475,35475, 35475,
35361, 51165, 68763,
75037,75037, 75037,
67937, 44313, 30905,
19205, 51608, 5870,
53142, 53399, 67582,
68451, 68649, 67485,
54600, 1702, 56967
Pinctada mazatlanica 63282 1 PMC
Pinna sp. 40213; 29746, 3
28401
Pinna sp. 4548 1
Pteria sp. 3011 1
Spondylus americanus 41904 1 PMC
Spondylus princeps 68132 1 PMP
Spondylus princeps S/n: 1 PMP
Spondylus princeps 66371: 34887 2 PMP
Spondylus princeps 49636, 72353, 18694, 14 PMP
38930, 40318, 68740,
75194, 56148, 56148,
10318, 31220, 6873,
71537, 77994
Spondylus sp. 43545, 31548 2
Spondylus sp. 68627, 6960 2
Unio sp. 77590, 63282 2 agua dulce
Unio sp. 38166, 36105, 33919 3 agua dulce
Unio sp. 17109, 34691, 53703, 4 agua dulce
773
Mat. no identificado 76262 1
Mat. no identificado 66375, 52757 2
Mat. no identificado 34043 1
Mat. no identificado 41717, 4956 2
37 24 55 1 1 57 5 180
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Tabla viii.2 Composición de la muestra analizada

Elementos Polímeros
Spondylus sp. 13 32
Pinctada mazatlanica 16 38
Unionidae 3 4
Pinna sp. 2 5
Atrina sp. 1 4
Pleuroploca gigantea 4 4
Oliva sp. 6 10
Agaronia propatula 1 1
Neritina virginea 2 2
Strombus pugilis 1 1
Persicula imbricata 1 1
Conus perplexus 1 2
Trivia sp. 1 2
Jenneria pustulata 1 1
Pachychilus indiorum 1 1
No identificable 1 3
Total de piezas: 55 Total de polímeros: 111

Tabla viii.3 Relación de elementos deteriorados y percutidos

Elementos deteriorados Elementos percutidos


Donax sp. 1 Leucozonia cerata 17
Columbella fuscata 3 Polystira sp. 3
Fissurellidae 1 Olivella sp. 1
Chama sp. 1 Pleuroploca gigantea 7
Chama echinata 1 Marginella sp. 1
Unionidae 2
Oliva sp. 1
Oliva incrassata 2
Pinctada mazatlanica 13
Spondylus princeps 1
Strombus gigas 2
Pinna sp. 1
Conus sp. 1
No identificable 1
Total 31 Total 29

302
Tabla viii.4 Huellas de desgaste con riolita
Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación
77994 (TPSP6)
Spondylus princeps Frag. trabajado Superficie dorsal Bandas 28 µm Desgaste riolita
18694 (TPSP8) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Frag. trabajado Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
66371 (TPSP10) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Pendiente oval Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
66371 (TPSP12) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Pendiente oval Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
38930 (TPSP13)
Spondylus princeps Frag. trabajado Superficie dorsal Bandas 28 µm Desgaste riolita
38930 (TPSP14) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Frag. trabajado Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
38930 (TPSP15) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Frag. trabajado Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
43545 (TPSP18) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus sp. Frag. trabajado Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
43545 (TPSP19) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus sp. Frag. trabajado Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
41904 (TPSP21) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus americanus Pend. automorfo Superficie dorsal Líneas 3 µm Pulido pedernal
68132 (TPSP23) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Cuenta Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
68627 (TPSP27) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus sp. Cuenta Borde Líneas 2 µm Pulido pedernal
44295 (TPSP30) Incrustación Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps rectangular Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
44295 (TPSP31) Incrustación Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps rectangular Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
44295 (TPSP32) Incrustación Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps rectangular Borde Líneas 0.6 µm Corte inst. obs.
31548 (TPSSP1)
Spondylus sp. Frag. trabajado Superficie Bandas 28 µm Desgaste riolita
76217 (TPPM28)
Pinctada mazatlanica Pendiente Superficie dorsal Bandas 28 µm Desgaste riolita
76217 (TPPM29) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Pinctada mazatlanica Pendiente Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
40213 (TPPI1) Superficie dorsal
Pinna sp. Pend. trapezoidal (deteriorada) Bandas 20 µm Desgaste riolita?
40213 (TPPI2)
Pinna sp. Pend. trapezoidal Superficie interna Bandas 26 µm Desgaste riolita
43890 (TPAT1)
Atrina sp. Inc. excéntrica Superficie dorsal Bandas 20-28 µm Desgaste riolita
43890 (TPAT2)
Atrina sp. Inc. excéntrica Superficie interna Bandas 28 µm Desgaste riolita
43890 (TPAT3) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Atrina sp. Inc. excéntrica Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
43890 (TPAT4) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Atrina sp. Inc. excéntrica Borde redondo Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
77545 (TPO4)
Oliva sp. Pendiente Borde inferior Bandas 26 µm Desgaste riolita
77545 (TPO5)
Oliva sp. Pendiente Borde superior Bandas 26 µm Desgaste riolita
68611 (TPO6)
Oliva sp. Pendiente Desgaste de espira Bandas 26 µm Desgaste riolita
68281 (TPO8)
Oliva spicata Pendiente Desgaste de espira Bandas 26 µm Desgaste riolita
(TPS1)
Strombus pugilis Trompeta Desgaste de espira Bandas 26 µm Riolita
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Tabla viii.5 Huellas de desgaste con basalto

Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación


34887 (TPSP1) Bandas 89-100 µm Desgaste basalto
Spondylus princeps Pendiente Superficie interna Líneas 1.5-2 µm Pulido pedernal
34887 (TPSP2) Bandas 89-90 µm Desgaste basalto
Spondylus princeps Pendiente Superficie dorsal Líneas 0.5-1 µm Pulido pedernal
34887 (TPSP3) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Spondylus princeps Pendiente Borde Líneas 0.6-1.3 µm Corte obsidiana
53399 (TPPM4) Bandas 90 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Superficie Líneas 2 µm Pulido pedernal
53052 (TPPM7) Bandas 90 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Superficie Líneas 2 µm Pulido pedernal
67485 (TPPM11) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Fragmento inciso Superficie dorsal (deteriorado)
68763 (TPPM15)
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Superficie dorsal Bandas 100 µm Desgaste basalto
68763 (TPPM16) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
32035 (TPPM19)
Pinctada mazatlanica Inc. cuadrangular Superficie dorsal Bandas 100 µm Desgaste basalto
32035 (TPPM21) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Inc. cuadrangular Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
44313 (TPPM23) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Inc. cuadrangular Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
41122 (TPPM24) Bandas 100 µm? Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Inc. cuadrangular Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
30905 (TPPM33)
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Superficie interna Bandas 100 µm Desgaste basalto
30905 (TPPM34)
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Superficie dorsal Bandas 100 µm Desgaste basalto
76937 (TPPM36) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Disco calado Borde externo Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
76937 (TPPM37) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Disco calado Calado Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
70063 (TPPM39)
Pinctada mazatlanica Incrustación circular Superficie interna Bandas 100 µm Desgaste basalto
70063 (TPPM40) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Incrustación circular Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
38166 (TPU1) Bandas 100 µm? Desgaste basalto
Unionidae Pendiente Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
30011 (TPPI5)
Pinna sp. Pend. trapezoidal Superficie interna Bandas 100 µm Desgaste basalto
36832 (TPPLG1) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pleuroploca gigantea Frag. trabajado Superficie Líneas 3.5 µm Pulido pedernal

304
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

Tabla viii.6 Huellas de desgaste con andesita

Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación


55216 (TPPM9) Incrustación cua-
Pinctada mazatlanica drangular Superficie Bandas 57-60 µm Desgaste andesita
67485 (TPPM13) Bandas 66 µm Desgaste andesita
Pinctada mazatlanica Fragmento inciso Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
41717 (TPNI2)
No identificable Frag. trabajado Superficie Bandas 71 µ Desgaste andesita

Tabla viii.7 Huellas de desgaste con arenisca

Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación


72173 (TPNE1)
Neritina virginea Pendiente Perf. irregular Líneas 3.5 µm Arenisca
71338 (TPNE2)
Neritina virginea Pendiente Perf. irregular Líneas 3.5 µm Arenisca
3148 (TPTRV1)
Trivia sp. Pendiente Desgaste de espira Líneas 3.5 µm Arenisca
2256 (TPJEN1)
Jenneria pustulata Pendiente Desgaste de espira Líneas 3.5 µm Arenisca
8003 (TPPCH1)
Pachychilus indiorum Pendiente Superficie dorsal Líneas 3.5 µm Arenisca

305
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Tabla viii.8 Huellas de acabado

Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación


34887 (TPSP1) Bandas 89-100 µm Desgaste basalto
Spondylus princeps Pendiente Superficie interna Líneas 1.5-2 µm Pulido pedernal
34887 (TPSP2) Bandas 89-90 µm Desgaste basalto
Spondylus princeps Pendiente Superficie dorsal Líneas 0.5-1 µm Pulido pedernal
18694 (TPSP8) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Frag. trabajado Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
66371 (TPSP10) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Pendiente oval Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
66371 (TPSP12) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Pendiente oval Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
38930 (TPSP14) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Frag. trabajado Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
43545 (TPSP18) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus sp. Frag. trabajado Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
43545 (TPSP19) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus sp. Frag. trabajado Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
41904 (TPSP21) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus americanus Pend. automorfo Superficie dorsal Líneas 3 µm Pulido pedernal
68132 (TPSP23) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Cuenta Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
68627 (TPSP27) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus sp. Cuenta Borde Líneas 2 µm Pulido pedernal
44295 (TPSP30) Incrustación rectan- Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps gular Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
44295 (TPSP31) Incrustación rectan- Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps gular Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
53399 (TPPM4) Banda 90 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Superficie Líneas 2 µm Pulido pedernal
53052 (TPPM7) Bandas 90 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Superficie Líneas 2 µm Pulido pedernal
41122 (TPPM24) Incrustación cua- Bandas 100 µm? Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica drangular Superficie interna Líneas 2 µm Pulido pedernal
38166 (TPU1) Bandas 100 µm? Desgaste basalto
Unionidae Pendiente Superficie dorsal Líneas 2 µm Pulido pedernal
36832 (TPPLG1) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pleuroploca gigantea Frag. trabajado Superficie Líneas 3.5 µm Pulido pedernal
68901 (TPO10) Bandas 26 µm Desgaste riolita
Oliva incrassata Pendiente Superficie Líneas 1.3-3.5 µm Pulido pedernal

306
Tabla viii.9 Huellas de corte
Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación
34887 (TPSP3) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Spondylus princeps Pendiente Borde Líneas 0.6-1.3 µm Corte obsidiana
77994 (TPSP5)
Spondylus princeps Frag. trabajado Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
66371 (TPSP11)
Spondylus princeps Pendiente oval Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
38930 (TPSP15) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps Frag. trabajado Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
40318 (TPSP22)
Spondylus princeps Frag. trabajado Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
72353 (TPSP29)
Spondylus princeps Charnela Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
44295 (TPSP32) Incrustación Bandas 28 µm Desgaste riolita
Spondylus princeps rectangular Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
31548 (TPSSP2)
Spondylus sp. Fragmento trabajado Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
36063 (TPPM5) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Pinctada mazatlanica Incrustación circular Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
68763 (TPPM16) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
68763 (TPPM18)
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
32035 (TPPM21) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Inc. cuadrangular Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
44313 (TPPM23) Incrustación Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica cuadrangular Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
76217 (TPPM29) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Pinctada mazatlanica Pendiente Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
76217 (TPPM30)
Pinctada mazatlanica Pendiente Borde aserrado Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
76217 (TPPM31)
Pinctada mazatlanica Pendiente Muesca Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
30905 (TPPM35)
Pinctada mazatlanica Frag. trabajado Corte interno Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
76937 (TPPM36) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Disco calado Borde externo Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
76937 (TPPM37) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Disco calado Calado Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
70063 (TPPM40) Bandas 100 µm Desgaste basalto
Pinctada mazatlanica Incrustación circular Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
17109 (TPU4)
Unionidae Frag. trabajado Corte Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
43890 (TPAT3) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Atrina sp. Inc. excéntrica Borde Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
43890 (TPAT4) Bandas 28 µm Desgaste riolita
Atrina sp. Inc. excéntrica Borde redondo Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
15555 (TPPLG4)
Pleuroploca gigantea Trompeta Corte de espira Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
54937 (TPCN1)
Conus perplexus Pendiente Corte de espira Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
41717 (TPNI3)
No identificable Frag. trabajado Corte columela Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
41717 (TPNI4)
No identificable Frag. trabajado Corte de espira Líneas 0.6 µm Corte obsidiana
la arqueometría de los materiales inertes de teopancazco

Tabla viii.10 Huellas de incisión


Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación
44295 (TPSP33) Incrustación rectan-
Spondylus princeps gular Incisión Líneas 0.6 µm Inst. obsidiana
38930 (TPSP16)
Spondylus princeps Frag. trabajado Incisión Líneas 0.6 µm Inst. obsidiana
16938 (TPO3)
Oliva sp. Pendiente Incisión Líneas 1.3 µm Inst. obsidiana
58026 (TPO15)
Oliva scripta Pendiente Incisión Líneas 0.6 µm Inst. obsidiana

Tabla viii.11 Huellas de perforación


Núm. Pieza Modificación Huella Interpretación
34887 (TPSP4)
Spondylus princeps Pendiente Perforación Bandas 3.5 µm Perforador de pedernal
41904 (TPSP20)
Spondylus americanus Pend. automorfo Perforación Bandas 4 µm Perforador de pedernal
68132 (TPSP25)
Spondylus princeps Cuenta Perforación lateral Bandas 4 µm Perforador de pedernal
68132 (TPSP26)
Spondylus princeps Cuenta Perforación central Bandas 4 µm Perforador de pedernal
68627 (TPSP28)
Spondylus sp. Cuenta Perforación Bandas 4 µm Perforador de pedernal
36064 (TPPM6)
Pinctada mazatlanica Inc. circular Perforación Bandas 3.5 µm Perforador de pedernal
76164 (TPPM27)
Pinctada mazatlanica Pendiente Perforación Bandas 4 µm Perforador de pedernal
38166 (TPU2)
Unionidae Pendiente Perforación Bandas 4 µm Perforador de pedernal
16938 (TPO2)
Oliva sp. Pendiente Perforación cónica Líneas de 0.6 µm Ceniza volcánica
54937 (TPCN2)
Conus perplexus Pendiente Perforación Bandas 4.6 µm Perforador de pedernal
76065 (TPO13)
Oliva sp. Pendiente Perf. acanalada Líneas 0.6 µm Inst. de obsidiana
54336 (TPAGP1)
Agaronia propatula Pendiente Perf. acanalada Líneas 0.6 µm Inst. de obsidiana
64792 (TPPRSI1)
Persicula imbricata Pendiente Perf. acanalada Líneas 0.6 µm Inst. de obsidiana
72173 (TPNE1)
Neritina virginea Pendiente Perf. irregular Líneas 3.5 µm Arenisca
71338 (TPNE2)
Neritina virginea Pendiente Perf. irregular Líneas 3.5 µm Arenisca
3148 (TPTRV1)
Trivia sp. Pendiente Perf. acanalada Líneas de 0.6 µm Inst. de obsidiana
análisis con meb de los objetos de concha de teopancazco

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310
Capítulo ix
Análisis tecnológico
de la industria del hueso trabajado
en Teopancazco, Teotihuacan

Gilberto Pérez Roldán,a


Norma Valentín Maldonadob
y Adrián Velázquezc

Introducción

El estudio de los objetos de hueso trabajado en el México antiguo es relati-


vamente nuevo. Entre los años sesenta y noventa del siglo pasado comenza-
ron a tratarse problemas de tipología (Lorenzo, 1965; Franco, 1968; Padró,
2000; Talavera et al., 2000) y el tema de la tecnología se ha tocado en pocas
ocasiones para este material (Pérez Roldán, 2005; Valentín y Pérez Roldán,
2010). El término tecnología se refiere al conjunto de procesos y herramien-
tas con los que el hombre modifica su entorno, es decir, comprende lo que
llamamos cadenas operativas, que son las series de pasos que se siguen des-
de la obtención de las materias primas hasta que los bienes están totalmente
terminados.
A lo largo de la historia de la producción de bienes se ha visto que los pro-
ductores suelen ser sistemáticos para elaborar y transformar una materia pri-
ma; a esto se le ha llamado estilo tecnológico, que es la suma de elecciones
que un grupo humano hace, las cuales conforman el conocimiento de una tra-
dición de manufactura (Stark, 1999: 27).
En general, para estudiar la técnica de elaboración de diferentes tipos de
objetos es necesario el análisis de las evidencias directas de producción (dese-
chos, piezas en proceso y herramientas asociadas) que aparecen en los con-
textos arqueológicos. Cuando se carece de estas evidencias a través de la ar-
queología experimental se logra el objetivo, basándose en el supuesto de que
una determinada herramienta hecha de un mismo material y usada de una
manera específica debe dejar rasgos característicos y diferenciables. Por lo
a
Laboratorio de Materiales Arqueológicos, Universidad Autónoma de San Luis Potosí;
posgrado en antropología, Facultad de Filosofía y Letras, unam.
b
Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, inah.
c
Museo del Templo Mayor, inah.

311
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

tanto, desde 1997 se ha planteado una propuesta de análisis para el estudio


de objetos trabajados, a partir de las observaciones y análisis de las huellas de
manufactura mediante micrografías tomadas en el microscopio electrónico
de barrido (Meb). Trabajos de este tipo se han hecho en materiales de concha
y lapidaria (Velázquez, 2007:49-54; Melgar y Solís, 2005).
En 2003 se llevaron a cabo experimentaciones para conocer las técnicas
de elaboración de los objetos arqueológicos de hueso procedentes de Xa-
lla, Teotihuacan. En este caso el análisis de las huellas de manufactura se
hizo a través de microscopía estereoscópica a 10x, 30x, 63x. Fue posible de-
terminar el uso de instrumentos líticos y abrasivos en términos generales,
sin poder llegar a establecer los materiales específicos que se utilizaron.
Con base en esto se han estudiado colecciones procedentes de diferentes
partes de México. En 2007 se hicieron las primeras observaciones con Meb
empleando los criterios establecidos en los proyectos sobre materiales de
concha y lapidaria (Reyes y Pérez, 2005) y después se aplicó a la colección
ósea de Monte Albán, Oaxaca (Valentín y Pérez Roldán, 2010).

Material y método

La colección de los objetos de hueso proviene de Teopancazco, del “Proyec-


to Teotihuacan: elite y gobierno”, dirigido por la doctora Linda R. Manzani-
lla N. El sitio se encuentra ubicado en el suroeste de la Ciudadela, en el cen-
tro del actual poblado de San Sebastián Xolalpan, y su principal ocupación es
del Clásico (150 a 650 d. C.). Dicho sitio está dividido en diferentes sectores:
las cocinas, templo de barrio, sastrería, área de los militares, entre otros
(Manzanilla, 2009).
Se analizaron 388 artefactos que incluyen objetos terminados, objetos en
proceso y desechos de manufactura. El estudio tipológico se realizó median-
te la propuesta de Pérez Roldán (2005), que comprende la identificación de
la materia prima, caracterización de marcas tafonómicas, huellas de manufac-
tura y de uso, así como la determinación de función. Para el estudio tecnoló-
gico se seleccionaron 17 artefactos, de los cuales se obtuvieron 18 muestras de
polímeros.1
El estudio de este aspecto es un primer acercamiento a los materiales de
hueso; por lo tanto se optó por estudiar aquellos elementos que permitieran
tener un mejor panorama de las actividades artesanales en distintas épocas y
éstos fueron los del llamado sector de la sastrería (cuartos: 45-51, 151, 151A, 251,
251A y 244), ubicados al noreste del patio principal.


1
Al respecto véase el trabajo de Velázquez et al. en este mismo volumen (pp. 285 y ss.).

312
análisis tecnológico de la industria del hueso trabajado

Objetivo

El objetivo principal del presente trabajo es la identificación de las especies


utilizadas y la determinación de las técnicas de manufactura de aquellos ele-
mentos elaborados en huesos de los organismos más representativos.

Identificación

La muestra de 388 artefactos está representada por la clase Osteichthyes (pe-


ces), 0.52%; Chondrichthyes (tiburones y rayas), 0.52%; Testudines (tortu-
gas), 0.52%, en particular del género Kinosternon sp. (tortuga casquito), 0.52%;
Meleagris gallopavo (guajolote), 3.09%; clase Mammalia (mamífero), 30.41%;
mamífero grande (posiblemente humano o venado), 0.26%; Homo sapiens
(humano), 34.79%; Sylvilagus cunicularius (conejo mexicano), 0.26%; Lepus
sp. (liebre), 0.52%; familia Canidae (perro, lobo, coyote o zorra), 3.09%; Canis
familiaris (perro), 2.58%; Canis sp. (perro o lobo), 0.52%; Canis lupus (lobo),
0.77%; familia Mustelidae (comadrejas y tejones), 0.26%; orden Artiodactyla
(animales con dedos pares), 6.60%; Odocoileus virginianus (venado cola blan-
ca), 14.18%; Tayassu tajacu (pecarí de collar), 0.26%, y un material moderno
realizado sobre Bos taurus (vaca), 0.26%. De las materias primas con mayor
representatividad fueron los huesos largos y del cráneo humano, seguido de
las astas y piezas largas de venados, tibiotarsos de guajolote, dientes y huesos lar-
gos de cánidos y placas del caparazón de tortuga.

Análisis tipológico

Los materiales de Teopancazco se clasificaron bajo la tipología de Pérez Rol-


dán (2005) que divide a los artefactos en tres grupos: núcleos, preformas y
objetos terminados (tabla ix.1). De los primeros, se trata por lo general de
aquel hueso largo cilíndrico o cráneo con evidencias de huellas de corte o
percusión cuya finalidad es extraer materia que se transformará en objetos. La
preforma se define como aquella pieza que tiene huellas de manufactura y
una forma determinada, pero sin acabado y ninguna huella de uso. En cuanto
al objeto terminado, éste es muy similar a la descripción del anterior; sin em-
bargo, se observan marcas de uso y de acabado de superficie (pulimentos y
bruñido, principalmente).

a) Uso utilitario

Se entiende como uso utilitario cuando los objetos de huesos manufactura-


dos son empleados en distintas tareas para modificar otras materias primas.

313
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

100

90 87

80

70

60
51
50 43 41
40

30
19
20 16
9 9 10 8 8
10 7 5 5 5 2
2 4 4 2 2 1 1 1 3 4 3 2 2 2 2 1 4 4
1 1 1 1 2 2 1 2 1 1 1 1 1 1 1 1
0
Aguja
Aguja Cincel
Cincel Lezna
Lezna Perforador Varilla
Varilla Pendiente Votivo
Votivo
Perforador Pendiente
Gráfica ix.1 Frecuencia de artefactos de hueso encontrados en Teopancazco.

Dichos objetos representan 77.32% de la muestra e incluyen agujas, alfileres,


alisadores, buriles, cepillos, cinceles, escareadores, espátulas, estiques, fisto-
les, gubias, lanzaderas, leznas, miniplegaderas, omichicahuaztli, paja, perfora-
dores, pinceles, plegaderas, pulidores, punzones, recipientes, raspadores, so-
badores y varillas (gráfica ix.1).

b) Uso ornamental

Son aquellos que van a ser añadidos a diversas materias, como textiles, plu-
mas, hilos, entre otros. Asimismo están aquellos objetos de hueso que sirven
de adorno para el cuerpo humano, como anillos o cuentas, objetos pintados,
incrustaciones, objetos rectangulares esgrafiados, orejeras, pendientes, placas
y pectorales (Suárez, 1974 y 1977; Velázquez, 1999). En la colección éste es el
segundo grupo en importancia numérica, con 9.79 por ciento.

c) Uso votivo

Este uso se les asigna a las piezas arqueológicas que provengan de ofrendas o
elementos depositados como parte de entierros. Ejemplo de ello son los bas-
tones, tubos esgrafiados o grabados, discos o placas, huesos automorfos2 y
xenomorfos,3 algunos grabados y con pigmento (Pérez Roldán, 2005). En
Teopancazco representan 0.52% de la muestra.
2
  Morfológicamente mantiene la forma de la pieza anatómica en su totalidad.
3
  La pieza tiene formas geométricas y no geométricas (fitomorfa, zoomorfa o antropomorfa).

314
análisis tecnológico de la industria del hueso trabajado

Rasgo tecnológico Usos Grupo general del objeto Función a partir de la forma

Núcleo
— — —
Preforma

Aguja
Alfiler
Puntiagudo Punzón
Pizcador
Lezna
Bisel
Cincel
Biselado
Gubia
Sobador
Utilitario
Rasgador
Espatulado
Lanzadera
Retocador
Romo
Alisador
Cilíndrico Escareador
Objeto terminado Alisador
Combinado Estique
Pincel
Pendiente
Adorno
Cuenta
para cuerpo
Orejeras
Ornamental
Incrustación
Adorno Fistol
de vestimentas Geométrico
Xenomorfo
Huesos pintados
Automorfo
Huesos esgrafiados
Votivo
Xenomorfo Figurillas

Tabla ix.1 Tipología de la industria del hueso

Además, en la colección se registraron 16 preformas, en las cuales se obser-


varon cortes longitudinales para la extracción de varilla, presumiblemente con
la finalidad de confeccionar agujas. Los elementos desechados por proceso de
manufactura fueron 19 y ocho constituyen desechos de herramientas (piezas
rotas o esquirlas por uso). El total de elementos que en superficie mantenían
huellas de trabajo y de los que se desconocía su uso o función fueron cuatro.
Las preformas, los desechos y los no identificados forman 12.37% en la muestra.

315
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Análisis tecnológico

El análisis de las técnicas de manufactura de los objetos de hueso de Teopan-


cazco se realizó bajo la propuesta metodológica de Velázquez (2007), quien la
ha desarrollado en el proyecto “Técnicas de manufactura de los objetos de
concha del México prehispánico”. En éste, ante la frecuente carencia de los
llamados indicadores directos de la producción, la tecnología se estudia a tra-
vés de la arqueología experimental, replicando en este caso con los huesos de
ejemplares modernos de las diferentes especies identificadas las modificacio-
nes (desgastes, cortes, perforaciones, calados, incisiones y acabados) hechas
en la época prehispánica. Para ello se utilizan los materiales y herramientas
que por diferentes fuentes de información (hallazgos arqueológicos, fuentes
históricas y estudios de otros investigadores) se puede suponer que se em-
plearon en el pasado (ibidem).
Para poder rebasar el nivel puramente especulativo y con el fin de propo-
ner con mayor seguridad los procedimientos y herramientas empleados, se
caracterizan las huellas de manufactura experimentales y se comparan con los
rasgos presentes en las piezas arqueológicas. Para ello se emplean tres niveles
de observación (ibidem).

1. Macroscópico o simple vista

2. Amplificaciones a bajos aumentos, para lo cual se usan lupas de 10x o


20x, así como un microscopio estereoscópico con el que se pueden obtener
fotografías a 10x, 20x, 30x y 40x.

3. La microscopía electrónica de barrido (Meb), que es la técnica que per-


mite la mayor precisión en los análisis, ya que es ideal para el estudio de las
características superficiales de los materiales. Para esto se obtienen réplicas
en polímeros de las partes de los objetos a analizar, las cuales son cubiertas
con iones de oro para su observación en modo de alto vacío, que es el que
permite el mejor nivel de resolución.4 De cada muestra se toman sistemática-
mente imágenes a cuatro amplificaciones (100x, 300x, 600x y 1000x), con una
aceleración del haz de 20kV, una apretura de 42, una distancia de trabajo de 10
mm y señal de electrones secundarios (sei).
De los 17 artefactos seleccionados se hicieron 18 réplicas en polímeros
que incluyen piezas de los diferentes taxa identificados, así como diferentes
modificaciones, tales como superficies, bordes, perforaciones, incisiones y
desgastes distribuidos de la siguiente manera:

4
  Para una descripción más detallada al respecto véase Velázquez et al. en este volumen
(pp. 285 y ss.)

316
análisis tecnológico de la industria del hueso trabajado

Núm. de
polímero Tipo de objeto Taxa Huella Interpretaciones
Tp2 Aguja Mamífero Bandas de 33 µm Desgaste con riolita

Tp3 Aguja Mamífero Bandas de 33 µm Desgaste con riolita

Tp4 Punzón mandíbula Canidae Bandas de 33 µm Desgaste con riolita


Tp5 Punzón Odocoileus Bandas de 0.8-3.5 µm Desgaste de superficie
virginianus con pedernal

Tp6 Aguja Homo sapiens Bandas de 90 µm Desgaste con basalto

Tp7 Gubia Homo sapiens Bandas de 5 µm Desgaste con pedernal

Tp8 Aguja Homo sapiens Bandas de 33 µm Desgaste con riolita

Tp10 Cincel Mamífero Bandas de 25 µm Desgaste con riolita

Tp11 Varilla Mamífero Bandas de 33 µm Desgaste con riolita

Tp12 Aguja o buril Mamífero Bandas de 33 µm Desgaste con riolita

Tp13 Punzón Canidae Bandas de 33 µm Desgaste con riolita

Tp14 Punzón Canidae Bandas de 33 µm Desgaste con riolita


Tp15 Aguja Odocoileus Bandas de 33 µm Desgaste con riolita
virginianus

Tabla ix.2 Huellas de manufactura para realizar desgastes en la superficie


de las piezas arqueológicas de Teopancazco.

Superficies. Se revisaron 16 polímeros de las siguientes piezas: tres agujas,


un cincel y una varilla de mamífero; dos agujas y una gubia de humano (Homo
sapiens); 2 punzones de Canidae; un diente para pendiente de perro o lobo
(Canis sp.) y un punzón, una aguja y un pincel de venado cola blanca (Odocoi-
leus virginianus).

Incisiones. Se examinó una incisión realizada sobre el mango de un pincel


de venado cola blanca (Odocoileus virginianus).

Perforación. Se estudió un pendiente en diente de pecarí (Tayassu tajacu).


Los resultados de análisis se describen a continuación (tablas ix.2 y ix.3).
Superficies. Se encontraron tres grupos: en el primero se aprecian bandas
rectas de entre 6 y 33 µm de anchura; esto coincide con las huellas deja-
das experimentalmente por el desgaste de una roca de riolita. En el segundo
se presentan líneas de bandas de 12 µm y líneas finas de 0.7 a 3.3 µm que indi-
can el uso de una roca de pedernal; por último, en un objeto se observan ban-
das rectas de 90 µm, de lo cual se infiere el uso de instrumentos de basalto
(figuras ix.1 y ix.2).

317
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Figura ix.1 Análisis de desgaste de superficie en una varilla arqueológica (a), y las huellas experimentales
producidas por el desgaste de riolita (b) y basalto (c) en mamíferos a 100x. En los casos de las micrografías a y b
pueden apreciarse superficies cruzadas por bandas de aproximadamente 6, 14 y 33 µm de espesor que corren en
diferente dirección y entrecruzadas, muy similares, mientras que la del basalto tiene bandas mayores a 100 µm.

Cortes e incisiones. En estas modificaciones se aprecian sucesiones de lí-


neas muy finas, del orden de 0.8 a 1.6 µm de anchura, que coinciden con las
huellas que se producen al cortar o elaborar incisiones con instrumentos afi-
lados o aguzados de obsidiana (figura ix.3).
Acabado de superficie. En la micrografía se presentan líneas rectas cruza-
das de 0.8 µm y bandas de 2 µm de espesor que corren en diferentes direccio-
nes y se entrecruzan, lo cual resulta en un efecto similar al que produce el uso
de pulidores de pedernal (figura ix.4).
Perforaciones. En la pared de la horadación circular se observan bandas de
entre 1 y 4 µm de anchura que se entrecruzan formando una superficie rugosa
y se organizan en líneas finas y en bandas, lo que indica el empleo de un abra-
sivo, como el polvo de pedernal.

318
análisis tecnológico de la industria del hueso trabajado

Figura ix.2 Análisis de desgaste de superficie en una gubia arqueológica (a), y la huella
experimental producida por el desgaste por piedra de pedernal (b) y arenisca en mamíferos a 1 000x.
En los casos a y b pueden apreciarse bandas de 12 µm con aglomeración de líneas finas de 0.7 a 3.3 µm,
ambas muy parecidas. La arenisca deja bandas entre 13 a 16 µm y líneas de 3 µm de anchura.

Núm. de Tipo
polímero de objeto Taxa Modificaciones Huella Interpretaciones
Tp1 Incrustación, Canis familiaris Acabado de superficie Bandas de Nódulo
molar o Canis lupus con instrumento lítico .83-1.6 µm de pedernal

Tp9 Pendiente de Tayassu tajacu Perforación bicónica Sucesión de Abrasivo en polvo


canino con abrasivo líneas interrum- de pedernal
pidas de 1 µm
Tp18 Pincel Odocoileus Desgaste por corte Líneas rectas Desgaste
virginianus para realizar la incisión de .8-1.3 µm con obsidiana

Tabla ix.3 Huellas de manufactura para realizar acabados de superficie,


perforaciones e incisiones en las piezas arqueológicas de Teopancazco.

319
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Figura ix.3 Análisis de corte e incisión de superficie en un pincel arqueológico (a), y la huella
experimental producida por una lasca de obsidiana (b) y lasca de pedernal en mamíferos a 1000x. En los
casos a y b se pueden apreciarse líneas muy finas de 0.8 µm a 1.6 µm de anchura que corren en diferentes
direcciones y se entrecruzan, mientras para la micrografía c se distinguen bandas rectas entre 2 y 4 µm.

Discusión de resultados

Uno de los puntos que podemos resumir es que, finalmente, con referencia a
la materia prima, tanto los animales como los humanos se usaron como he-
rramientas y una cantidad menor de fauna como adornos. Las piezas anató-
micas con mayor frecuencia de uso fueron huesos largos, parietales, astas, y
en menor porción los dientes.
A través de las 17 piezas que se observaron y estudiaron con Meb se pudo
determinar que los desgastes fueron realizados, 12 con riolita, dos con rocas de
pedernal y un0 con basalto; sólo un elemento presentaba pulido con nódulo
de pedernal y la única perforación estudiada se hizo con polvo de pedernal.

320
análisis tecnológico de la industria del hueso trabajado

Figura ix.4 Análisis de acabado de superficie en una incrustación arqueológica (a), y la huella experimental
producida por el nódulo de pedernal (b) y pómez (c) en mamíferos a 1000x. En a y b se pueden apreciar superficies
cruzadas por líneas de 0.8 µm y bandas de 2 µm de espesor que corren en diferente direcciones y entrecruzadas.
En el caso de la c, son líneas muy finas de 0.4 µm y bandas más pequeñas de 1 µm que las anteriores.

La elaboración local de los objetos de hueso puede inferirse por el hallazgo de


desechos de trabajo y piezas en proceso de manufactura; sin embargo, en un
futuro próximo sería deseable comparar las huellas de estas evidencias de pro-
ducción con las de los objetos terminados, así como con otros materiales de
los que también se elaboraban objetos en el sitio, como la concha y la lapidaria.

Agradecimientos

A la doctora Linda R. Manzanilla por el acceso a los materiales e información


del “Proyecto Teotihuacan: elite y gobierno”, así como al ingeniero Gerardo
Villa por su colaboración en la toma de las micrografías del Meb del inah.

321
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

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chaeology, Art and Cultural Heritage Conservation & Archaeological and Arts
Issues in Materials Science – imrc 2009, unam/uach/Inah, México: 123-129.

Velázquez Castro, A.
1999 Tipología de los objetos de concha del Templo Mayor de Tenochtitlan, Inah
(Colección Científica, 392), México.

2007 La producción especializada de los objetos de concha del Templo Mayor de Te-
nochtitlan, Inah (Colección Científica, 519), México.

Velázquez Castro, A., N. Valentín Maldonado y B. Zúñiga Arellano


2012 (en este volumen, capítulo viii) “Análisis con Meb de las huellas de manu-
factura de los objetos de concha de Teopancazco”, en L. R. Manzanilla
(ed.), Estudios arqueométricos del centro de barrio de Teopancazco en Teoti-
huacan, unam, México.

323
Capítulo x
Elementos traza aplicados al análisis
de la paleodieta en Teopancazco

Gabriela Inés Mejía Appela

Introducción

El estudio de la paleodieta en Teopancazco a través de elementos traza fue


un trabajo realizado con la colaboración del doctor José Luis Ruvalcaba Sil,
quien hizo el análisis de las muestras en el acelerador y la identificación de
los elementos en el Instituto de Física de la unam. Este esfuerzo conjunto
entre dos disciplinas tan distintas para conocer la dieta de la población de
Teopancazco se suma a los trabajos presentados en este libro y que nos han
servido para conocer cómo se vivía en este barrio teotihuacano hace casi
2 000 años.
La investigación de la paleodieta vinculada con la arqueología se inició
hace algunas décadas y ha servido para mejorar las técnicas para análisis y
limpieza de las muestras. En este caso nos ayudó a resolver los problemas
planteados al iniciar la investigación, que consistieron en saber si la dieta de la
población que habitó el conjunto durante el periodo Clásico variaba depen-
diendo de la posición social de los individuos o bien por la diferencia étnica
entre los habitantes o trabajadores; de igual forma, ver si hubo algún cambio
en las tendencias alimenticias en el lapso a estudiar. Las conclusiones a las
que se llegaron están directamente relacionadas con la continuidad en las tra-
diciones culinarias de los grupos migrantes durante la fase Tlamimilolpa
(200-350 d.C.) y la adopción de patrones culinarios locales para las fases Xo-
lalpan (350-550 d.C.) y Metepec (550-650 d.C.).

Dirección de Salvamento Arqueológico, inah.


a

325
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Estudios de alimentación en poblaciones antiguas


Historia y problemática

Los estudios de composición de la dieta con elementos traza se iniciaron en


la década de 1970 tras el descubrimiento del isótopo radioactivo estroncio 90
(90Sr), liberado con los ensayos nucleares, dado que era necesario investigar
su incorporación y comportamiento en las cadenas alimenticias debido a los
posibles riesgos para la salud.
Como resultado de estos trabajos se averiguó que el estroncio se presenta
heterogéneamente en la litosfera e ingresa a la cadena alimenticia al ser absor-
bido del suelo por las plantas y, a su vez, pasa a los animales herbívoros y car-
nívoros con una reducción en la concentración del elemento a medida que va
avanzando de nivel en la cadena alimenticia. Otra de sus características es que
se concentra en especial en el esqueleto, debido a que es un elemento muy si-
milar al calcio, y puede llegar a sustituirlo en diversos procesos fisiológicos y
bioquímicos y el cuerpo los procesa de forma similar (Ezzo, 1994a), retenien-
do entre 40 y 80% de calcio contra 20 a 40% de estroncio.
La utilización del estroncio contenido en los huesos para conocer la dieta
de grupos humanos pretéritos tuvo las siguientes premisas en los primeros
años de investigación (Villamar, 2006; Burton, 2008):

1. El proceso de biopurificación del calcio disminuye la cantidad de estroncio en


los organismos de los niveles tróficos superiores.
2. Los niveles del elemento en el tejido óseo reflejan los de la dieta.
3. Existe una supuesta estabilidad postmortem del estroncio, según la cual el conte-
nido en el hueso de procedencia arqueológica correspondería al que en vida
tuvo el tejido.

Estas premisas resultaron no ser totalmente acertadas; sin embargo, cada


nuevo experimento arrojó más datos que cimentaron estos estudios, al mis-
mo tiempo que revelaron las deficiencias en el conocimiento de la diagénesis
y de los procesos bioquímicos en los individuos.
Toots y Voorhies (1965) iniciaron un estudio paleontológico para deter-
minar el contenido de estroncio en poblaciones del Plioceno inferior en Ne-
braska, teniendo estos conocimientos como base. Sin embargo, fue apenas
en 1973 cuando Antoinette Brown llevó a cabo un estudio con varias pobla-
ciones humanas, incluyendo algunas muestras provenientes de Mesoaméri-
ca, para su tesis doctoral Bone Strontium Content as a Dietary Indicator in Hu-
man Skeletal Populations.
Margaret Schoeninger (1979) propuso que se podía reconocer a los miem-
bros de distintos grupos sociales de Chalcatzingo, Morelos, a través del análi-
sis de las ofrendas de los individuos y el estudio de la dieta. Los resultados
indicaron que las personas de alto estatus —identificadas por las ofrendas de

326
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

jade que las acompañaban— presentaban una concentración menor de es-


troncio, lo que sugería una dieta alta en carne, mientras que las personas de
menor jerarquía mostraron una alimentación más apegada a alimentos de ori-
gen vegetal. Sin embargo, también destacó la posibilidad de que pudieran
ocurrir diferencias metabólicas entre los individuos de una misma población
y que eso afectara las interpretaciones, por lo que también realizó un experi-
mento con 35 visones que compartieron la dieta. Tras su estudio, Schoeninger
concluyó que se esperaría registrar un coeficiente de 20% de variabilidad en el
contenido de estroncio en seres humanos que hubieran consumido la misma
dieta (ibid.: 299).
Los estudios también pusieron su atención en las diferencias de sexo de
los individuos y se concluyó que en las mujeres hay una alteración en los nive-
les de estroncio durante el embarazo y la lactancia debido a que deben pro-
veer de alimentos, nutrientes y elementos esenciales al producto, y existe una
constante transferencia de calcio y seguramente de estroncio también (Price
et al., 1985), lo que interfiere con la cuantificación elemental en este sector de
la población. En el caso de los infantes el proceso de biopurificación del cal-
cio se inicia cuando la leche materna es sustituida por otros alimentos; este
proceso metabólico toma tiempo y sólo llega a la estabilidad en la edad adul-
ta, por lo que durante la infancia y la juventud se registra una tendencia a va-
lores más altos de estroncio, sin que eso sea necesariamente un reflejo de las
condiciones alimenticias del individuo (Villamar, 2006: 29).
Por su parte, la variabilidad que podría presentarse en distintos huesos de
un mismo individuo fue otro de los aspectos considerados en los primeros
estudios. Al respecto se descubrió que la remodelación ósea se lleva a cabo
con mayor rapidez en tejidos esponjosos que en tejidos compactos, por lo
que sí habría una diferencia en la composición química de los huesos en el
caso de que hubiera cambios dietéticos; en caso de que no los hubiera hipo-
téticamente los índices Sr/Ca serían similares (Sillen y Kavanagh, 1982).
Debido a que es inoperante comparar muestras de tejidos diferentes, se sugiere
la utilización de huesos largos por su mayor representatividad y resistencia a la
diagénesis.
La otra vertiente dentro del análisis de elementos traza fue el estudio de
la diagénesis como contaminante de los huesos y, por lo tanto, agente altera-
dor en las mediciones elementales. La diagénesis es un proceso físico, quími-
co y biológico, dinámico, de interacción entre el esqueleto y la matriz de tierra
en la que es depositado, y el resultado es una alteración en las condiciones
naturales del material óseo, que afectan no sólo la conservación del hueso
sino su composición. Andrew Sillen (1981) observó la variación en los valores
de estroncio de las muestras de la cueva Hayonim, Israel —periodo Auriña-
ciense, fechado entre 20000 y 16000 a.C.—, donde al cabo de un tiempo con-
siderable se homogeneizaron respecto a la matriz del suelo y no reflejaban la
dieta, debido al proceso de diagénesis que perturbó al elemento.

327
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

El estudio de Joseph Lambert et al. (1985) buscó hacer una comparación


acerca del efecto de la diagénesis en varios niveles. Primero se compararon
muestras antiguas y muestras modernas, donde se encontró que el estroncio, el
zinc y el magnesio son los elementos que tienen una menor sensibilidad a los
procesos diagenéticos. Después se contrastó hueso contra dientes, y se conclu-
yó que el esmalte dental es el menos susceptible a contaminación, seguido por
la dentina, y que en primer lugar el proceso afecta al hueso (Burton, 2008). El
siguiente nivel de análisis fue la comparación por edades de los individuos,
donde los elementos asociados con la contaminación, como manganeso, pota-
sio, aluminio y hierro, presentaron niveles elevados para los individuos más jó-
venes, seguido de un mínimo y continuo incremento durante la edad adulta.
Otro análisis fue la comparación del contenido elemental respecto a la
superficie del hueso, mostrando que los elementos contaminantes se mani-
festaban en mucho mayor cantidad en la superficie que en las capas interiores,
lo que implica una absorción desde la matriz en la que se encontraba enterra-
do el esqueleto y una lixiviación de los elementos constitutivos del hueso ha-
cia la misma matriz. La conclusión de este grupo de investigadores fue que “el
estroncio y el zinc son los elementos más resistentes, entre los examinados, a
los efectos de la diagénesis y, por lo tanto, los más confiables para los estudios
de paleodieta” (Lambert et al., 1985: 481, la traducción es mía).
Para contrarrestar los efectos de la diagénesis se realizaron experimentos
utilizando soluciones ácidas para eliminar el exceso de carbonato del hueso,
pues éste puede modificar los niveles para el estroncio, el bario y el calcio. La
solución propuesta por Andrew Sillen fue el ácido acético. Por su parte, Lam-
bert y su equipo (1989) propusieron un método para reducir la diagénesis físi-
ca, no homogénea, que se encuentra en la superficie del hueso, mediante la
remoción mecánica de entre 1 y 3 mm de la capa externa y una limpieza quí-
mica con lavados de ácido acético.
Finalmente, los primeros estudios también se enfocaron a examinar el
proceso de biopurificación del calcio, la interacción y las diferencias en los
distintos niveles de la cadena trófica. En un principio se creía que había un
equilibrio de estroncio y calcio entre las plantas y el suelo; sin embargo, Lex T.
Runia comprobó que esto era incorrecto y que había que interpretar los índi-
ces Sr/Ca no sólo como reflejo del consumo de recursos vegetales y/o anima-
les sino también como resultado de los niveles de los elementos incorporados
en la dieta. También se observó que debido al proceso diferencial de biopuri-
ficación desde las plantas se podrían traslapar distintos tipos de alimentación,
dando lecturas similares para recursos diversos (Burton, 2008). Los estudios
de Elias et al. (1982) y de Cheryl Gilbert, Judith Sealy y Andrew Sillen (1994),
determinaron que aunque no existía una separación clara por nivel trófico, a
nivel general sí era posible identificar la separación en los peldaños de la esca-
la alimenticia cuando se comparaban los valores del consumidor primario
con las plantas y del consumidor secundario y el primario (Villamar, 2006).

328
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

En el caso de los seres humanos establecer esa separación es casi imposi-


ble debido a nuestro carácter omnívoro. Sin embargo, los niveles Sr/Ca per-
miten conocer el predominio de alimentos con mayor contenido mineral
(Burton y Wright, 1995), sea de origen animal o vegetal. Distinguiendo los
recursos disponibles de la sociedad que se está estudiando y la información
de cuáles comidas proveen mayores rangos de calcio y sus índices de estron-
cio y bario, será posible tener una idea de qué alimentos conformaron la dieta
de los individuos (Burton, 1996, 2008).
Si bien los estudios de paleodieta encontraron en el estroncio un elemen-
to confiable, se buscaron otros elementos que pudieran complementar las in-
vestigaciones de manera efectiva; estos experimentos ayudaron en gran me-
dida a reconocer los aspectos diagenéticos y los elementos analizados han
sido utilizados como indicadores de contaminación. Entre los elementos que
se han tomado en cuenta están aluminio, bario, cobre, fósforo, hierro, magne-
sio, manganeso, molibdeno, níquel, potasio, selenio, sodio, vanadio y zinc.
Robert Gilbert comparó tiempo de muerte, condiciones de salud y esta-
tura entre los individuos de la muestra y analizó el contenido del suelo en el
interior del hueso; examinó, además, los cristales de hidroxiapatita y la distri-
bución de algunos elementos. Por su parte, Lambert et al. evaluaron muestras
de costillas y muestras de suelo, e hicieron un estudio elemental más amplio
en el que encontraron que los elementos contaminantes, como aluminio, hie-
rro, potasio y manganeso, se incrementaban conforme a la edad, al contrario
de lo que sucedió con el calcio y la mayoría de los elementos.
A pesar de estos esfuerzos, es importante señalar que, a excepción del es-
troncio, para ninguno de los elementos mencionados y en ninguno de los ca-
sos anteriores se tenía la certeza fisiológica de que dichos elementos pudieran
reflejar algún patrón de dieta. Esto fue considerado por Joseph Ezzo (1994b),
quien preocupado por la validez teórica y fisiológica del uso del zinc, elemen-
to que se consideraba reflejo del consumo de carne al cruzarse con el nivel de
estroncio, estableció algunos criterios básicos para considerar el uso de cual-
quier elemento al realizar estudios de paleodieta:

para que un elemento sea un indicador paleodietético válido, debe estar incor-
porado en la estructura de hidroxiapatita del hueso en niveles proporcionales a
los de la dieta, no debe ser un nutriente esencial o estar sujeto a regulación me-
tabólica y debe presentarse en el hueso en niveles que excedan las contribucio-
nes que se producen como resultado de los procesos posdeposicionales (ibid.:
610; la traducción es mía).

Ezzo indica que el zinc no cumple con las características mencionadas y


resalta el hecho de que tras el trabajo de Gilbert —quien supuso que los ele-
mentos utilizados debían funcionar como indicadores de dieta por su presen-
cia diferencial en los alimentos y porque tienen antagonistas naturales—

329
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

otros investigadores retomaron el uso del zinc sin fijarse en la validez de los
resultados que obtenían. Así, concluye que los elementos que cumplen con
las características propuestas son únicamente el estroncio y el bario.
El bario, igual que el estroncio, es un elemento alcalinotérreo, también
presenta un proceso de discriminación contra el calcio y resulta resistente a los
procesos de diagénesis, por lo que su uso ha sido contemplado para los estu-
dios dietéticos. El proceso de biopurificación del bario es similar al del estron-
cio, con la salvedad de que la discriminación se inicia desde los vegetales, por
lo que el tejido óseo de cada uno de los consumidores presentará niveles me-
nores al del estroncio. Sin embargo, la utilidad principal del bario se presenta al
estudiar los procesos de consumo de recursos marinos y lacustres; esto se debe
a que en el medio marino los niveles del bario se ven afectados por la acción
del sulfato de bario (BaSO4) que sustrae al elemento, situación que no pertur-
ba al estroncio, y por lo mismo ingresan ambos a las cadenas alimenticias en
cantidades muy distintas, más bajas que las que se presentan en medios terres-
tres.1 Por lo tanto, una dieta marina podría reconocerse por las concentracio-
nes en extremo reducidas del bario en las muestras (Burton y Price, 1990a).
James Burton y T. Douglas Price (ibid.) corroboraron mediante un expe-
rimento comparativo entre tres tipos de poblaciones con acceso diferencial a
recursos ecológicos marinos, terrestres desérticos y terrestres no desérticos
de distintas partes del mundo (Alaska, Arizona, Nevada, Oaxaca, Perú, Ecua-
dor y Polonia), la información arqueológica referente al origen de los alimen-
tos consumidos con el análisis de los índices Log (Ba/Sr), con lo que se de-
mostró la validez de esa relación entre los elementos para identificar la dieta
marina, pues los elementos se comportaron de manera similar a pesar de pro-
venir de distintos puntos geográficos y climáticos.2 Al respecto, Gilbert et al.
(1994) concluyen que si bien el estudio de elementos traza no distingue dife-
rencias sutiles, como sí lo hace el análisis por isótopos estables, para el caso de
los índices Ba/Sr y Ba/Ca y la identificación de dieta marina queda demostra-
da su utilidad.

Estudios en Mesoamérica

Los estudios de paleodieta realizados para poblaciones mesoamericanas co-


menzaron con el primer trabajo de Margaret Schoeninger en Chalcatzingo; sin
embargo pasaron algunos años más para que éstos fueran considerados una
parte importante en las investigaciones arqueológicas realizadas en el país.
En Teotihuacan tres proyectos de investigación han buscado adentrarse
en el estudio paleodietético. El primero a considerar es el realizado por Linda

1  Los niveles de bario y estroncio en medios terrestres son Ba/Sr=1, mientras que para los
medios marinos es de Ba/Sr<0.001 (ibid.: 547).
2  Se sugiere consultar el artículo citado para mayor información acerca de la metodología
y resultados del estudio.

330
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

R. Manzanilla, Samuel Tejeda y Juan Carlos Martínez (2000) dentro de los


proyectos “Estudio de los túneles y cuevas de Teotihuacan”, “Antigua ciudad
de Teotihuacan. Primeras fases de desarrollo urbano” y “Teotihuacan: elite y
gobierno”, en el que se estudió una colección de individuos de distintas pro-
cedencias del interior de la ciudad (cueva de las Varillas, cueva del Pirul,
Oztoyahualco 15B:N6W3 y Teopancazco), distintas temporalidades, sexo y
edades, además de un grupo de conejos, como elementos de control. En este
trabajo se concluyó que, a nivel general, para los pobladores del Clásico hubo
una dieta más equilibrada en relación con el origen de los alimentos, mientras
que los moradores del Epiclásico tuvieron una dieta compuesta por más ali-
mentos de origen vegetal.
También dentro de los mismos proyectos, Raúl Valadez et al. (2005) y Va-
ladez y Tejeda (2005), con un mayor conocimiento en los avances generados
en los últimos años y de las mejoras en la técnica, llevaron a cabo un estudio
que involucró no sólo grupos humanos sino también algunos animales, para
encontrar puntos de referencia entre la fauna actual y sus tendencias alimenti-
cias, y así tener un punto de comparación con muestras arqueológicas. Los
resultados indicaron que cada especie se agrupaba hacia ciertos extremos de
la cadena alimenticia; para los perros domésticos se encontró una dieta omní-
vora y en los seres humanos una dieta diversa, con buen aporte de vegetales,
similar al patrón de los tlacuaches.
El otro estudio que se ha hecho en la ciudad de Teotihuacan es el de Ma-
ría Antonieta Ochoa (2003), quien realizó un estudio de paleodieta de una
colección de entierros de La Ventilla, con el que identificó dos grupos de con-
sumo: el del Patio de los Glifos indicaba un consumo mayor de carne, mien-
tras que en las unidades domésticas y de producción artesanal la alimenta-
ción era preponderantemente vegetal.
Otros estudios en el altiplano central son los realizados por José Alfonso
Almaguer, Diana Platas y Leticia Baños (2003), quienes analizaron una colec-
ción de entierros del sitio San Buenaventura, en Ixtapaluca, que datan del Pre-
clásico, y concluyeron que no existió una relación directa entre las ofrendas y el
estado nutricional, sugiriendo una sociedad igualitaria en vías de estratificación.
Por otra parte, desde 1993 se llevaron a cabo investigaciones tendientes a
estudiar la dieta de los antiguos pobladores de la ciudad de Monte Albán;
corrieron a cargo de Lourdes Márquez y Ernesto González Licón y culmina-
ron con la tesis doctoral de Leticia Brito (2000). En esta investigación se con-
cluyó que había diferencias alimenticias entre individuos de distinto nivel so-
cial, teniendo las personas de más alto estatus una dieta más variada y rica en
proteínas animales, además se detectó un incremento en el consumo de vege-
tales para las clases bajas con el paso del tiempo, sin que las clases privilegia-
das hayan visto mermada o cambiada su alimentación.
Para el área maya se hicieron análisis de paleodieta en 28 individuos pro-
venientes de los sitios arqueológicos Dzibanché y Kohunlich, en Quintana

331
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Roo, dirigidos por Enrique Nalda y Samuel Tejeda (Nalda et al., 1999). Este
estudio no puede considerarse un referente a seguir pues los autores afirman
que sus resultados son preliminares y hasta el momento no ha salido a la luz la
continuación de este proyecto.
El otro trabajo relacionado con el área maya es de Roberto Rodríguez
Suárez (2004), quien realizó una comparación entre poblaciones costeras
antiguas, la de Xcaret y la de dos sitios del occidente de Cuba (la cueva del
Perico y Marién II). Los resultados indicaron que el sitio Xcaret, tanto en su
ocupación prehispánica como en la colonial, es un sitio con dieta predomi-
nantemente marina, mientras que Marién II corresponde a una comunidad
dependiente fundamentalmente de recursos terrestres, al igual que la cueva
del Perico; sin embargo este último presentó contribuciones importantes de
recursos marinos para la comunidad.
Los estudios de paleodieta han recorrido un largo camino durante 40
años, cuando se descubrió y se creyó en la infalibilidad de la técnica para re-
conocer el origen de la dieta de las poblaciones arqueológicas. Hoy, tras un
buen número de experimentos en distintos lugares, tiempos y condiciones se
sabe que no es así. Los niveles de estroncio y bario no son reflejo exacto de
ese origen sino de los alimentos que más minerales aportan al esqueleto; se
sabe también de los efectos que tiene la diagénesis sobre las lecturas elemen-
tales y se descubrió cómo contrarrestarlos, generando técnicas de selección y
limpieza de las muestras que se han generalizado, a fin de tener las condicio-
nes más similares a las que el individuo tuvo en vida. Adicionalmente, es im-
prescindible contar con fuentes complementarias de información, como los
estudios de paleobotánica, paleozoología, química de suelos, paleopatología,
y hasta fuentes documentales, en caso de ser pertinentes, porque mientras
más información del lugar y de la sociedad tengamos, mejores serán nuestras
inferencias.
En el caso de las investigaciones nacionales los estudios de paleodieta si-
guen siendo insuficientes; es necesario voltear hacia los estudios interdiscipli-
narios, como el análisis de elementos traza o de isótopos estables para cono-
cer a fondo un aspecto relevante de la vida de los antiguos pobladores.

Análisis en Teopancazco

Los objetivos principales de este trabajo, como parte de la investigación inter-


disciplinaria del proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno”, dirigido por Linda
R. Manzanilla, fueron identificar si había un acceso diferenciado a los recur-
sos alimenticios dado por la posición social y política, así como por el grupo
étnico al que estos individuos pertenecían, y saber si a lo largo del tiempo de
mayor ocupación de la ciudad de Teotihuacan (fases Tlamimilolpa a Mete-
pec) hubo un cambio en el consumo de ciertos productos a nivel de indivi-

332
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

duos y de grupo social. Este estudio partió del interés de acercarnos a la vida
del grupo teotihuacano que vivió en Teopancazco (Manzanilla, 2009) a tra-
vés del estudio de la alimentación, pues el sustento está vinculado con dife-
rentes procesos sociales como la economía, las relaciones comerciales, la or-
ganización social y la interacción con el medio geográfico.
El análisis de paleodieta consistió en hacer el análisis de 18 individuos
pertenecientes a distintos rangos de edad, sexo, estatus social y temporalida-
des mediante el uso de la técnica nuclear de emisión de rayos X inducida por
partículas (pixe). De los 18 individuos, 15 habitaron Teopancazco entre los
años 200 a 600 d. C., aproximadamente, y los tres restantes son del periodo
Mazapa (1000-1200 d. C.), en el que hubo una reocupación del sitio.

Entierro Sexo Edad Temporalidad

2A Femenino 25-35 Xolalpan tardío-Metepec

3 Indefinido 6-12 Xolalpan tardío-Metepec

4 Indefinido 5-7 Xolalpan tardío

7A Masculino 20-24 Metepec?

13A Masculino 25-30 Metepec?

17 Masculino Adulto joven Xolalpan tardío

28-33A Masculino 20-25 Xolalpan tardío

34 Masculino 30-35 Mazapa?

35 Masculino 30-35 Mazapa?

36 Masculino 35-40 Mazapa


Transición Tlamimilolpa-
60 Femenino 25-30 Xolalpan
Transición Tlamimilolpa-
73 Probable masculino 35-40 Xolalpan

78 Masculino Mayor a 50 años Tlamimilolpa

98 Probable femenino Adulto medio mayor a 40 años Xolalpan

102 Probable femenino 35-40 Xolalpan

105 Indefinido 16-20 Tlamimilolpa

108 Probable masculino 10-15 Tlamimilolpa

116 Masculino 20-25 Tlamimilolpa

Cuadro x.1. Individuos muestreados para el análisis de paleodieta.

333
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

La preparación de las muestras se hizo siguiendo las recomendaciones de


Lambert et al. (1989) y Price et al. (1992), consistentes en el lavado con agua
corriente, agua destilada, una fase de limpieza mecánica mediante la remo-
ción de entre 1 y 3 mm de la superficie exterior del hueso, y limpieza química
con tres lavados continuos y uno con duración de 24 horas en una solución
de ácido acético 1N, a fin de evitar que las muestras presentasen contamina-
ción y que las lecturas obtenidas fueran resultado del proceso de diagénesis al
que el hueso se ve sometido desde el momento en que es depositado en la
matriz de tierra (Lambert, op. cit.). Luego el hueso fue introducido en un hor-
no de secado a 110 °C y molido en mortero de porcelana para romper los frag-
mentos grandes y posteriormente en un mortero de ágata para la molienda
fina. El polvo de hueso, perfectamente molido, fue incinerado en una mufla
eléctrica durante seis horas a una temperatura de 725º C; en una prensa mecá-
nica se hicieron las pastillas que fueron irradiadas para el análisis por pixe.
Es importante señalar que se invirtió el orden de la limpieza propuesta
por Lambert debido a la pequeña cantidad de material óseo con que se conta-
ba, dadas las características de conservación que debe cumplir el hueso para
hacer la remoción de la capa externa y del tejido esponjoso, por lo que el doc-
tor Bernardo Rodríguez Galicia3 sugirió que sería más práctico llevar a cabo
primero la limpieza química y después la molienda, para evitar la pérdida de
material durante el lavado continuo con ácido acético y agua destilada.
El análisis de las muestras se hizo con el acelerador Pelletron del Instituto
de Física de la unam, en la modalidad de irradiación directa a la atmósfera
con un haz de protones externo, con una energía incidente de 3 MeV durante
cinco minutos cada una. Los rayos X característicos fueron captados en dos
detectores, uno de silicio y otro de germanio. Los materiales de referencia uti-
lizados fueron Portland 18IIa, Montana 2711, Búfalo 2704 y Vidrio 1412; las in-
tensidades de rayos X fueron calculadas con el programa axil, mientras que
la composición elemental se determinó con el programa pixeint.
Para conocer el estado de conservación de los huesos y tener más certeza
de que las mediciones que se obtuvieron en el análisis no correspondían a los
efectos de la diagénesis y de que la modificación de la técnica de limpieza no
afectó los resultados de la misma, se llevó a cabo, a sugerencia del doctor Ro-
berto Rodríguez Suárez,4 la medición del índice Ca/P, en el que un resultado
igual o cercano a 2.15% constituye una buena medida de preservación (Bur-
ton, 2008), pues es ésta la que corresponde a un hueso fresco, mientras que
2.5 es un valor típico de diagénesis (Rodríguez Suárez, 2004). Los resultados
revelaron que todas las muestras se encuentran en el intervalo comprendido
entre 2.12 y 2.28. Aunque con este análisis no se pueda garantizar totalmente
que no hubo adición, sustitución, pérdida o intercambio de sustancias entre
3
  Laboratorio de Arqueozoología del Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam.
4
  Museo Antropológico Montané de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad
de La Habana, Cuba.

334
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

el hueso y la matriz de tierra, por lo menos sabemos que las posibilidades de


estar observando una señal biogénica adecuada son mayores.
Por su parte, la tierra asociada con cada uno de los entierros también fue
examinada con pixe con el fin de conocer cuál pudo haber sido la interacción
diagenética entre la matriz y el hueso. La técnica utilizada consistió en triturar
finamente la tierra en el mortero de ágata y con el polvo obtenido se elabora-
ron las pastillas que fueron irradiadas en las mismas condiciones que las
muestras de hueso.

Muestra Ca % P% Ca/P %
2A 39.2 18.2 2.15
3 39.8 17.7 2.25
4 39.6 18 2.20
7A 39.7 17.9 2.22
13A 39.6 18.5 2.14
17 39.8 17.8 2.24
28-33A 39.6 18.4 2.15
34 39.8 18 2.21
35 39.7 18.4 2.16
36A 39.9 17.5 2.28
60 39.7 18.1 2.19
73 39.6 18 2.20
78 39.5 17.9 2.21
98 39.5 17.5 2.26
102 39.2 17.5 2.24
105 39.5 18.3 2.16
108 39.5 18.1 2.18
116 39.5 18.6 2.12

Cuadro x.2. Índice Ca/P en las muestras analizadas.

Los resultados que se obtuvieron con la técnica pixe, por sí solos, no indican
los patrones de alimentación que tenían las poblaciones antiguas, por lo que
es necesario hacer comparaciones previamente establecidas para localizar los
índices de consumo. Los índices del Log (Ba/Sr) indican la conformación de
tres grupos en la colección analizada. El primer grupo corresponde a los valo-
res entre Log (Ba/Sr) = –0.7 y 0; de acuerdo con la tabla elaborada por Bur-
ton y Price (1990a) significa una dieta predominantemente terrestre no de-
sértica. En este rubro se encuentran los entierros 3, 7, 17, 28, 34, 35, 36 y 73. El
segundo grupo está compuesto por los valores entre Log (Ba/Sr) = –1.1 y
–0.7, lo que coloca a los entierros 2, 4, 13 y 102 como consumidores de recur-

335
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

sos terrestres desérticos. El tercer grupo es el que conforman los entierros 78,
98, 105, 108 y 116 y que tiene valores que van entre Log (Ba/Sr) = –1.8 y –1.3,
indicando una dieta compuesta predominantemente por el consumo de re-
cursos marinos. El entierro 60 presentó valores muy diferentes a los del grupo
que, sin embargo, se relacionan con los obtenidos en el barrio vecino de La
Ventilla, que indican un patrón omnívoro (Ocaña, 2002).

Muestra Sr (μg/g) Ba (μg/g)5 Ba/Sr Log (Ba/Sr)


2A 1331 109 0.082 –1.087
3 1630 336 0.206 –0.686
4 2220 342 0.154 –0.812
7A 1433 331 0.231 –0.636
13A 1958 216 0.110 –0.957
17 861 211 0.245 –0.611
28-33A 1162 742 0.639 –0.195
34 1413 481 0.340 –0.468
35 1618 376 0.232 –0.634
36A 1434 602 0.420 –0.377
60 1297 2169 1.672 0.223
73 929 251 0.270 –0.568
78 1443 30 0.021 –1.682
98 1639 30 0.018 –1.737
102 1230 133 0.108 –0.966
105 1476 30 0.020 –1.692
108 731 30 0.041 –1.387
116 697 30 0.043 –1.366

Cuadro x.3. Valores de elementos traza obtenidos en la muestras de Teopancazco

Antes de continuar con el análisis de los resultados es importante mencionar


que la alimentación teotihuacana, y en general la de toda la época prehispáni-
ca, estaba constituida por una serie de elementos vegetales y animales que per-
mitieron “integrar sobradamente una dieta completa y variada” (Bourges,
2002: 121). A pesar de lo que se creía, sí se tenía acceso a todos los nutrientes
esenciales, aunque no necesariamente los obtuvieron de los alimentos que
nosotros consideraríamos comunes. La flora de la zona de estudio se caracteri-
za por ser matorral xerófilo, matorral y bosque de encino y pastizal (González
et al., 1993), mientras que la fauna era tan vasta que la Cuenca de México llegó

5
Para el caso del bario (Ba), cuando no existe un valor registrado en la tabla es porque el
elemento se encuentra en una proporción menor a 30 μg/g o ppm.

336
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

 
Log (Ba/Sr)

0.4
0.3
0.2 60
0.1
0
-0.1
-0.2 28
-0.3
-0.4 36
34
-0.5
73
-0.6 17
Log (Ba/Sr)

7 35
-0.7 3
-0.8 4
-0.9
13 102
-1
-1.1 2
-1.2
-1.3
108 116
-1.4
-1.5
-1.6
-1.7 78 105
98
-1.8
-1.9
Muestra

Gráfica X.1. Valores del Log Ba/Sr de las muestras óseas de Teopancazco
Gráfica x.1 Valores del Log Ba/Sr de las
(El eje muestras óseas de
X corresponde al Teopancazco
número de entierro)
(el eje X corresponde al número de entierro).

a albergar unas 540 especies de vertebrados, que incluían miembros de las cinco
clases (peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos) (Rodríguez Galicia, 2006).
De toda esta variedad una buena parte de restos arqueológicos han sido
encontrados en contextos de elaboración de comida, por lo que tenemos un
buen registro de los alimentos que consumían los teotihuacanos. Entre los
recursos animales, autóctonos y alóctonos que se aprovecharon están los co-
nejos, liebres, venado cola blanca, berrendos, patos, palomas, perdices, perros,
guajolotes, diversas clases de peces, moluscos e insectos (McClung, 1987,
1993; Rodríguez, op. cit.; Valadez, 1993). Los recursos vegetales utilizados que
han sido identificados son maíz, frijol, ayocote, calabaza, chile, tomate, verdo-
laga, amaranto, huauzontle, epazote, tuna, capulín, tejocote, zapote blanco,
ciruelo, aguacate y garambullo. Sin embargo, es posible considerar una gama
más amplia de productos que podían incluir cacao, cacahuate, camote, chayo-
te, jitomate, nopal y una gran variedad de hongos silvestres (González et al.,
1993; McClung, 1987, 1993) y otros más cuyos restos pudieran no haber per-
durado en el registro arqueológico.
Como se puede observar, los aportes de los alimentos mesoamericanos
son suficientes para hablar de una buena alimentación, pues al contar con una

337
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

 
Gráfica x.2. Frecuencia de restos de ictiofauna por temporalidad

variedad de cereales, legumbres, hortalizas, frutas, carne y pescado, fácilmen-


te se podían cubrir los requerimientos energéticos de las personas. El acceso
diferenciado o el acopio de recursos foráneos es de índole cultural y/o políti-
ca, relacionada con los “hábitos alimenticios”, es decir las elecciones efec-
tuadas por grupos de individuos como respuesta a las presiones sociales y
culturales para seleccionar, consumir y utilizar una fracción de los recursos
alimenticios posibles (Mead, 1945: 3, en Garine y Garine, 1999: 16; Garine y
Vargas, 1997) y es lo que se analiza más a fondo a continuación.
Los análisis de elementos traza sugieren que durante la fase más tempra-
na de ocupación de Teopancazco, fase Tlamimilolpa (200-350 d. C.), la dieta
estaba compuesta primordialmente por alimentos de origen marino, por lo
que era necesario ver qué proporción de restos de estos animales se presenta-
ba en comparación con otras fases. Las gráficas estadísticas indican que la
proporción de animales de origen marino en todo el sitio es mayor en la fase
Tlamimilolpa que en las subsecuentes; el conteo se hizo tomando en cuenta
sólo las presencias o ausencias de algún tipo de resto óseo de pescado, y la
cuantificación de las mismas por cada cuarto fechado.
Las especies de ictiofauna identificadas en Teopancazco son tiburón,
arenque, sardina, bagre, bobo, charal, cachorrito, pez ángel, robalo, garropa,
perca, jurel, huachinango, mojarra, ronco, barracuda, además de especies de
cangrejo y de lagarto o cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii). Es impor-
tante señalar que si bien algunas de las especies mencionadas pueden encon-
trarse en ambas costas mexicanas, la presencia de especies que son caracterís-

338
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

ticas de la provincia carolineana del Atlántico, como el bobo, el jurel, el ronco o


el bagre, así como el cocodrilo de talla pequeña, “indican que los peces tienen
más probabilidades de provenir de las costas del Golfo de México” (Rodríguez
Galicia, 2010: 189). En cuanto a los peces originarios de agua dulce, nada más
están representados por el charal; por las condiciones presentes en los restos
no se los puede relacionar con la alimentación ya que “no muestran evidencia
de haber sido sometidos a alguna fuente de calor externa” (ibid.: 208).
El análisis de la paleodieta sugiere que no hubo diferencias significativas,
a nivel de dieta, entre el grupo que habitó Teopancazco en sus primeros años,
pues comparten el componente marino en su dieta. En la fase Tlamimilolpa
se inició la construcción del conjunto que se está estudiando, durante el des­
arrollo y la adecuación de Teotihuacan como una gran ciudad multiétnica,
con la llegada de una serie de grupos de inmigrantes de distintas regiones; en
el caso que estudiamos estos pobladores vinieron probablemente de la costa
del Golfo.
Para los habitantes de Teopancazco, al igual que para otros conjuntos de
la ciudad, como el Barrio Oaxaqueño, hubo cierta libertad para establecerse y
mantener las tradiciones de su lugar de origen, conservando su identidad cul-
tural o étnica reflejada en sus costumbres funerarias, de construcción y, en
este caso, culinarias, entre otras. Por esto podemos inferir que su alimenta-
ción no cambió sustancialmente y que siguieron proveyéndose de productos
marinos, los cuales debieron ser transportados de alguna forma que permitie-
ra su conservación, como el salado, secado o ahumado. Adicionalmente, estos
productos sirvieron como materias primas para la elaboración de instrumen-
tos para la confección de trajes y la fabricación de tocados y aplicaciones,
como botones o placas (Manzanilla, 2006a y b, 2009; Manzanilla et al., 2011).
Durante las fases posteriores de ocupación, Xolalpan (350-550 d.C.) y Me-
tepec (550-650 d.C.), la alimentación se caracterizó por ser de origen terrestre,
más acorde con las condiciones medioambientales del altiplano mexicano.
Probablemente los habitantes de Teopancazco debieron haberse asimilado
totalmente a la cultura local, adquiriendo los hábitos alimenticios comunes
en la ciudad, máxime que sus dirigentes formaban parte de las elites interme-
dias (Manzanilla, 2007), y los trabajadores migrantes pudieron haber dejado
de tener las concesiones de las que sus predecesores gozaron. La asimilación
cultural de estas personas no forzosamente significa que no incluyeran en sus
dietas alimentos de origen marino; sin embargo, al no ser éstos tan abundan-
tes en la dieta no quedaron registrados en los elementos traza que componen
el hueso.
Es importante señalar que las diferencias alimentarias son evidentes
cuando se analiza por épocas, mas no por posición social. En el caso de los
individuos que comían sobre todo alimentos de origen marino había claras e
importantes distinciones de estatus y de condiciones de vida. Los entierros
78, 105, 108 y 116, de sexo masculino y de época Tlamimilolpa, provienen de

339
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

distintos estratos sociales, según se puede observar en su ajuar funerario y en


las actividades que quedaron reflejadas en sus esqueletos. Por ejemplo, el en-
tierro 105 es considerado el más importante del conjunto debido a los mate-
riales que lo acompañaban y al tratamiento mortuorio que se le dio, que in-
cluía a un acompañante que era el entierro 108. El 78 presenta signos de una
actividad continua y fuerte tanto en su cuerpo como en sus dientes; esto indi-
ca que el acceso a los alimentos no era restringido a la elite sino que estaba al
alcance de cualquiera debido, quizá, a que los lazos étnicos se mantuvieron
sin cambio en el interior del conjunto, y gozaban de los mismos beneficios
aunque las actividades que desarrollaban eran distintas y pertenecían a dife-
rentes esferas en la estructura del centro de barrio.
Para este tipo de estudios es muy importante contar con la evidencia
arqueológica. Por ejemplo: los análisis de la cerámica, lítica, huesos y otros ma-
teriales, así como la caracterización de los individuos, incluyendo sus condi-
ciones de salud y paleopatologías y, por supuesto, los estudios de paleobotá-
nica, paleozoología y química de suelos. Por fortuna, para el caso de Teopan­cazco
se contó con todos estos datos, lo que ha permitido conjuntar información de
distintas áreas del conocimiento para dar una explicación de lo que pudo pa-
sar en el lugar de estudio.

Conclusiones

Fue posible identificar que un grupo migrante y con filiación étnica y cultural
diferente a la teotihuacana, al asentarse en Teopancazco mantuvo sus costum-
bres de origen y, según la evidencia arqueológica, logró abastecerse de pro-
ductos de origen costero para continuar con sus tradiciones culinarias, aunque
también asimiló las locales y con el tiempo fueron éstas las que imperaron.
Con la realización de análisis más detallados, como los de isótopos esta-
bles, en las muestras humanas, animales y vegetales, se conocerá más a fondo
la alimentación de la población de Teopancazco y se podrá corroborar la hi-
pótesis de que, en general, los individuos examinados compartieron una dieta
omnívora con mayor aporte de carne durante el tiempo en que la sastrería se
mantuvo en funciones y tal vez un lapso después. Esto se propuso porque de
seguro era necesario aprovechar en todos sentidos los animales que proveían
de materia prima para las herramientas de costura, dado que los resultados de
Johanna Padró (2002) para el análisis del hueso trabajado nos permiten ver
que en el material que analizó hay una mayor incidencia del grupo de los cér-
vidos y cánidos, ambas especies utilizadas como alimento; en menor propor-
ción, los huesos de guajolote también fueron acondicionados para la fabrica-
ción de herramientas.
Para explicar las diferencias de patrones alimentarios a lo largo del tiem-
po de ocupación del conjunto se partió del supuesto de que la dieta debió
modificarse en cada fase cronológica debido a la expansión de las rutas de

340
elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta

intercambio teotihuacanas en las épocas de mayor auge para la ciudad. El re-


sultado fue contrario, porque sí hay una modificación temporal de la fase
Tlamimilolpa a las subsiguientes, pero no la esperada. Para la época Xolalpan
el patrón alimentario se vuelve totalmente teotihuacano a pesar de ser el mo-
mento en que más relaciones fueron establecidas al exterior de la ciudad, y
en que más tecnología y capacidad de trabajo humano aprovechable pudo
haber existido para el transporte de productos alimenticios de la costa. Esto
puede significar que culturalmente no era algo que deseaban, necesitaban o
les era permitido, a pesar que como materia prima eran necesarios y utiliza-
dos en la sastrería.
Los estudios arqueométricos y las disciplinas que le ayudan, con sus
métodos y tecnologías correspondientes, son una herramienta importante
para estudiar con más detalle ciertas facetas de la vida cotidiana de las socie-
dades antiguas, analizando cualquier tipo de evidencia posible; no olvidan-
do a nuestro objeto de estudio, que son el hombre y la sociedad, en este caso
la teotihuacana.

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345
Capítulo xi
Estudio de la paleodieta empleando isótopos estables
de los elementos carbono, oxígeno y nitrógeno
en restos humanos y fauna encontrados
en el barrio teotihuacano de Teopancazco, Teotihuacan
Pedro Morales Puente,a
Edith Cienfuegos Alvarado,a
Linda R. Manzanilla Naimb
y Francisco Javier Otero Trujanoa

Resumen

La herramienta de los análisis de los isótopos estables se puede utilizar en dos


aplicaciones importantes: los estudios de isótopos de 18O en carbonatos y fosfa-
tos para estudios del agua ingerida, que tiene que ver con la altitud, y con esto se
puede inferir la probable procedencia geográfica. En segundo lugar, los isótopos
estables de 13C en apatita de esmalte y hueso, y el 13C y 15N que forman parte del
colágeno proveniente de huesos y dientes, nos permiten relacionarlos con la
dieta ingerida, tanto en humanos como en fauna. Con ambas herramientas se
pueden reconstruir aspectos de la vida cotidiana de los individuos y la fauna.
Si tenemos la intención de utilizar los isótopos estables 13C y 15N que for-
man parte del colágeno proveniente de huesos y dientes, tanto de restos hu-
manos como animales, con el objeto de conocer su dieta en vida y posible-
mente identificar los movimientos humanos o de migración, es necesario co-
nocer las concentraciones de los isótopos de su dieta a través de la caracteri-
zación isotópica de los alimentos consumidos durante su vida, las cuales
pueden variar regionalmente. Esto se realiza a partir de conocer la composi-
ción isotópica de alimentos naturales que en la actualidad crecen en lugares
que probablemente habitaron, además de conocer la composición isotópica
de las aguas de lluvia precipitada en esos lugares.
La constitución de los alimentos se inicia por la fotosíntesis en las plantas,
las cuales utilizan para ello tres procesos diferentes que controlan la partición
de los isótopos de forma diferente en el momento en son sintetizados en las
plantas. Con esto nos proveen información de entrada de los productos vegeta-
les que se utilizarán para trazar el tipo de comida que ingirió un individuo du-

a
Instituto de Geología, unam.
b
Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam.

347
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

rante su vida. Los alimentos consumidos dejan una huella integral en la distri-
bución de los isótopos estables del colágeno, con lo que se puede determinar el
tipo de comida ingerida. Los valores isotópicos del 15N nos proporcionan la
posición de la dieta ingerida por el individuo en la cadena trófica.
Simultáneamente, el 18O y 13C, que forman parte del esmalte de los dien-
tes, nos ayudan a conocer otra parte importante de la información contenida
en los restos, en este caso su relación con el ambiente geográfico en el que se
desarrollaron, ya que el 18O está relacionado con el agua que bebieron duran-
te su crecimiento. El 13C en los carbonatos, al igual que el 13C del colágeno en
dientes, nos proveen la información adicional para reconocer el tipo de comi-
da que se ingirió desde el nacimiento hasta la adolescencia.

Palabras clave: Teopancazco, Teotihuacan, colágeno, esmalte, isótopos esta-


bles, carbono, nitrógeno y oxígeno.

1. Antecedentes

Uno de los temas clásicos de la antropología ha sido la reconstrucción de la


subsistencia de los grupos pasados y presentes. La dieta (entendida como los
alimentos que una persona consume) de las poblaciones pretéritas ha sido
analizada tradicionalmente a través de la identificación de restos óseos ani-
males, de macro-restos botánicos, de polen y fitolitos, además de coprolitos,
en conjunción con los cambios tecnológicos en las herramientas de produc-
ción. Un ejemplo destacado y pionero en México fue el proyecto interdisci-
plinario “The Prehistory of the Tehuacan Valley”, a cargo de MacNeish (1967).
En dicho proyecto, de manera muy precoz en los estudios de paleodieta, se
hicieron estimaciones nutricionales a partir de las cantidades de restos de fau-
na y plantas recuperados en las excavaciones arqueológicas para reconstruir la
subsistencia de un grupo determinado en un momento dado, y los ulteriores
cambios en el patrón a lo largo del tiempo.
Inicialmente, a partir de los desechos sobre los pisos de ocupación se pre-
tendía reconstruir las cantidades totales de elementos de sustento en cada piso
en términos de litros de comida representados; luego, litros de comida utiliza-
ble (tomando en cuenta el factor diferencial de preservación de dichos elemen-
tos), y al final en unidades de energía alimenticia (i. e., proteínas, carbohidra-
tos, grasas y minerales). Sin embargo, para los años sesenta no se contaba aún
con la información para llegar al último paso. MacNeish (ibid.), con su estudio
sobre la subsistencia en el valle de Tehuacán, Puebla, México, realizó avances so-
bre el método isotópico de análisis dietético de los datos para reconstruir cam-
bios en la dieta de las poblaciones humanas que habitaron dicho valle.
Otro trabajo importante en el tema fue el realizado por DeNiro y Epstein
(1978), donde se determinó la relación entre la dieta y los tejidos y huesos de los
animales. De éste y otros intentos emerge recientemente la perspectiva de

348
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

analizar los restos óseos humanos o el cabello y la piel preservados en mo-


mias con el fin de derivar información genética, metabólica, dietética y hor-
monal de los individuos, como lo han tratado Martin et al. (1991) con sus es-
tudios intra-dientes de los rinocerontes; Ezzo et al. (1997; Ezzo, 1994a) con el
uso de la química como base de los estudios arqueológicos y posteriormente
en sus estudios de migración en el centro de Arizona; Wilson et al. (2007)
con sus estudios de los rituales para el sacrificio de infantes.
Desde el empleo del bario para estudios de los huesos (Burton y Price,
1991), o el estudio sobre el uso de los isótopos de estroncio aplicado a los es-
tudios de migración en Teotihuacan (Price, Manzanilla y Middleton, 2000),
el empleo del análisis elemental de calcio, estroncio y zinc aplicado a determi-
nar la dieta en Teotihuacan (Manzanilla, Tejeda y Martínez, 2000), hasta es-
tudios empleando los isótopos de oxígeno, carbono y nitrógeno en el estudio
de las paleodietas (DeNiro y Epstein, 1978, 1981), científicos de diversas pers-
pectivas disciplinarias han intentado discriminar entre quienes se alimentan
predominantemente de elementos marinos versus quienes lo hacen de los
terrestres; quienes consumen más proteínas que otros, y así separar agrupa-
ciones que pueden estar relacionadas con estatus (Honch et al., 2006), poder
adquisitivo o lugar de origen.
Además de las ideas anteriores, está el problema relativo a la datación de
los restos óseos, por lo cual, desde los años setenta, se desarrollaron diversas
técnicas de fechamiento del colágeno (Login, 1971), que pueden ser correla-
cionados con otros materiales (por ejemplo, madera carbonizada) proceden-
tes de las excavaciones arqueológicas, con el fin de situar lo más precisamente
posible los datos en el tiempo.
En 1977 surge el análisis de isótopos estables en colágeno óseo de animales y
humanos. Esta perspectiva se basa en dos premisas: primero, que la proporción
de 13C/12C y 15N/14N en el colágeno de los huesos refleja la tasa isotópica de la
dieta de un animal. La segunda premisa es que hay grupos de alimentos que tie-
nen tasas diferenciales de 13C/12C y 15N/14N (DeNiro et al., 1983; DeNiro, 1985).
Hacia la década de los noventa surge además la técnica que privilegia la
composición de aminoácidos en materia orgánica extraída de huesos de mamífe-
ros y su aplicación original a restos óseos del Paleolítico medio y superior para
determinar el nivel trófico de habitantes de ecosistemas tanto antiguos como
recientes (Bocherens et al., 1991, 1996, 1999). Además de la determinación de
valores δ13C y δ15N se estudiaron varios aminoácidos para entender la nu-
trición —definida como los nutrientes que provienen de los alimentos a partir
de la composición de la dieta (Van Klinken et al., 1990)—, estudio pionero con
los aminoácidos del colágeno de huesos fósiles; Hare et al. (1991) sobre la
composición isotópica de carbono y nitrógeno en aminoácidos de proteína
moderna y fósil; Palmqvist et al. (2003) empleando los isótopos de C, N, O y
la relación atómica de Sr:Zn para el estudio de grandes mamíferos; McCul-
lagh et al. (2006), Raghavan (2010), Godin et al. (2011), los tres grupos emplean-

349
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

do la cromatografía de líquidos/espectrometría de masas para estudio de colá-


genos en aplicaciones de paleodietas, así como en nuevas aplicaciones.
En México, en la arqueología de los siglos iii a vi, existen fenómenos ur-
banos muy complejos por su carácter multiétnico, y que constituyen excep-
ciones entre los estados tempranos por su organización corporativa (Manza-
nilla, 2006b, 2009). Teotihuacan, en el centro de México, es un ejemplo
destacado, como lo señala Manzanilla (2006a, 2006b, 2009) con su trabajo en
Xalla y Teopancazco para determinar las relaciones entre el gobierno y la eli-
te. En esta metrópoli varios arqueólogos han intentado develar el origen de sus
habitantes, tanto aquellos de los centros importantes como la Pirámide de la
Luna (Spence et al., 2004); el Barrio Oaxaqueño de Tlailotlacan (White et al.,
2004b) y el sector michoacano, así como de los barrios multiétnicos teotihua-
canos, como Teopancazco (Manzanilla, 2006a y b, 2009).
Este tipo de estudio ha sido abordado a través de estudios isotópicos de
estroncio 87/86 iniciados por Price, Manzanilla y Middleton (2000), y conti-
nuados por Solís-Pichardo et al. (2006, 2007), así como isótopos estables,
particularmente de oxígeno, por White et al. (2002, 2004a y b) para identifi-
car el origen de víctimas en la Pirámide de la Serpiente Emplumada y Tlajin-
ga; Spence et al. (2004a) con restos de la Pirámide de la Luna, y White y
Spence (1998) en la determinación de los orígenes de la poblaciones del valle
de Oaxaca y Teotihuacan. Estos estudios han trascendido a otros sitios, por
ejemplo para verificar la conexión entre Teotihuacan y Altún Ha, en Belice
(White et al., 2001), con el fin de evaluar la presencia de teotihuacanos en el
área maya. Un complejo escenario de interacciones entre regiones y grupos
emerge de este tipo de estudio.
Los análisis de la paleodieta de la población teotihuacana, tanto de tiem-
pos del Clásico como del Epiclásico y Posclásico, también han sido aborda-
dos (Manzanilla et al., 2000) con el fin de establecer los cambios en la estrate-
gia de subsistencia y abasto de los diversos grupos que moraron en el valle.
Un análisis más puntual de los aminoácidos presentes y su implicación en la
dieta, así como la evaluación de las tasas isotópicas de 13C/12C y 15N/14N, en
contraposición con las de 87Sr/86Sr, ayudaría a aclarar la procedencia precisa
de los contingentes multiétnicos, así como la posibilidad de que las identidades
étnicas se recrean en cómo se prepara la comida y qué se come, ya que los ti-
pos de alimentos que se consumen ayudan en muchos casos a entender la es-
tructuración de la sociedad.
En el caso de Teotihuacan, y en particular respecto del gran número de
víctimas de sacrificio asociadas con la construcción de la Pirámide de la Ser-
piente Emplumada (White et al., 2002), se han analizado las tasas isotópicas
de oxígeno 18 en dientes para determinar la identidad “geográfica” de cada in-
dividuo, como es el caso de las víctimas encontradas en la Pirámide de la Ser-
piente Emplumada; y Spence et al. (2004) trabajaron con los restos encontra-
dos en la Pirámide de la Luna, desde el punto de vista isotópico.

350
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Asimismo, en la península de Yucatán y en Centroamérica se han llevado


a efecto estudios isotópicos para evaluar la dieta, las implicaciones para el co-
lapso maya y las condiciones de salud/enfermedad de la población maya
(véase Whittington y Reed, 1997: passim).

2. Introducción

La dureza y estabilidad de huesos y dientes se reconoce especialmente en los


restos humanos y fósiles. Esto explica la importancia de su empleo en estu-
dios que tienen el objetivo revelar la historia de los habitantes de las ciudades
precolombinas.
A nivel atómico los elementos carbono (C), nitrógeno (N), hidrógeno (H),
oxígeno (O) y sus respectivos isótopos estables forman los huesos y dientes,
los cuales pueden ayudar a hacer la conexión directa entre estos elementos
químicos y la existencia de un ser humano en su tiempo y espacio, aumentan-
do con ello el alcance y la precisión de la interpretación antropológica.
Los isótopos estables sirven como instrumento de exploración de varios
aspectos de la paleoecología y el comportamiento humano, así como para
proveernos del entendimiento adicional de eventos que son documentados
por otros estudios, como los de los paleoantropólogos y los bioarqueólogos.
Por ejemplo, los isótopos de oxígeno pueden estar en la parte mineral de los
huesos y dientes y pueden brindar información sobre la temperatura y la hu-
medad ambiental. Como un segundo ejemplo, la cubierta vegetal en un área
particular está reflejada en los isótopos de carbono, tanto en la materia orgá-
nica actual del suelo como en los módulos del paleosuelo.
Los isótopos de un elemento, como es el caso del carbono, están en los
huesos y dientes formando la bioapatita, la cual se encuentra organizada en
compuestos complejos, tanto en la fase inorgánica (constituida por carbona-
tos y fosfatos), como en la fase orgánica (colágeno). Ambas fases se pueden
analizar desde el punto de vista de los isótopos estables tanto a nivel de car-
bonatos como de colágeno completo, o aún más, a nivel de los aminoácidos
individuales provenientes del colágeno. Con esto se enriquece la información
sobre los alimentos que ingirió un individuo durante su vida con un nivel de
detalle que por primera vez se realizará en México.
Los huesos, los músculos y los tejidos que constituyen a un individuo se
forman a partir de lo que los organismos vivos, tanto humanos como anima-
les, comen y beben, y a diferencia de los compuestos químicos, los isótopos
reflejan directamente qué se ingirió como comida y bebida. Por lo tanto, en
una primera aproximación la composición isotópica de los huesos y dientes
nos puede ayudar a describir cuantitativamente la composición de su dieta.
Hay que hacer notar que para interpretar los resultados isotópicos en térmi-
nos del paleoambiente se requiere tener una intuición informada a partir de

351
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

las plantas y animales que fueron las fuentes alimentarias potenciales de un


individuo en vida.
El presente trabajo tiene como primer objetivo introducir al lector al
campo de la bioarqueología y la paleoantropología, empleando el análisis de
los isótopos estables: a) del carbono en la bioapatita y en colágeno de los hue-
sos y dientes, b) el nitrógeno contenido en el colágeno y c) el oxígeno de la
apatita de la dentina, mostrando su uso en el contexto del barrio de Teopan-
cazco en Teotihuacan, México, y comparándolo, por ejemplo, con estudios
similares empleando los isótopos de oxígeno realizados por diferentes auto-
res tanto en varios barrios de Teotihuacan como en Teopancazco (en este tra-
bajo), y los trabajos ya referidos por otros autores en la Pirámide de la Ser-
piente Emplumada, la Pirámide de la Luna, el barrio de Tlailotlacan, así
como otros estudios realizados en sitios de la área maya por Wright et al.
(1998) y Wright (2002, 2005), como son Tikal, Copán, Kaminaljuyú, y estu-
dios empleando los isótopos de carbono de la bioapatita y el colágeno reali-
zados en Estados Unidos por Boher (1982) en el sitio de Grasshopper Pueblo
en Arizona, y por Harrison y Katzenberg (2003) en el sur de Ontario. Para
ello expondremos las metodologías a través de las cuales se pueden hacer las
inferencias sobre las dietas y el paleoambiente empleando los isótopos esta-
bles de carbono, nitrógeno y oxígeno.

2.1. Incorporación de los isótopos estables en el hueso

La fase mineral de los huesos y dientes es la bioapatita, que tiene como fun-
ción resistir mecánicamente la compresión provocada por la gravedad terres-
tre y al mismo tiempo dar la rigidez necesaria para el soporte de los tejidos.
La bioapatita constituye 75% del peso de un hueso, 97% en peso en el esmal-
te y menos de 75% en la dentina del diente. En el esmalte la bioapatita está
bien desarrollada como una estructura cristalina. Sin embargo, la bioapatita
de los huesos contiene otros iones como carbonatos y fosfatos, puede incor-
porar otros iones exógenos a la formación natural del hueso, como los del
fluoruro o intercambiar iones positivos del mismo grupo del calcio, como es
el caso del estroncio. En el hueso y la dentina cerca de la mitad del volumen
es tomado por el colágeno, el cual está organizado con una estructura de mi-
crofibras y sirve como una matriz para la deposición de la bioapatita (Hed-
ges, 2003).
En los mamíferos los dientes completan su proceso de formación mucho
antes de que el proceso de crecimiento de los huesos termine. Por ejemplo, en
los humanos la dentición permanente termina alrededor de los 12 años; por lo
tanto, el conjunto de dientes contiene la historia completa de las fases del cre-
cimiento rápido, a partir del principio de la vida de un individuo hasta su ado-
lescencia. Los dientes, la dentina y el esmalte crecen por acreción y conservan

352
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

una estructura laminar que aumenta en escalas mensuales o anuales durante


su formación.
Para los huesos el patrón de crecimiento es diferente; esto se debe a que
para la formación del tejido óseo se presenta, además, la incorporación de
nuevo hueso, un proceso de reabsorción de los materiales que formaron al
hueso viejo. Este proceso se lleva a cabo por células especializadas que per-
manentemente borran los periodos de crecimiento anteriores; a este patrón
se le llama revolvente. Por lo tanto, una muestra del hueso tiene una represen-
tación completa de la dieta de un individuo en el tiempo a partir del momen-
to de su formación como feto y va adquiriendo continuamente durante su
vida a través de la dieta los materiales para formar los tejidos y los huesos, por
lo que la composición isotópica dependerá de la edad del mamífero y del tipo
de hueso o del diente que se analice.
Los organismos vivos están compuestos principalmente por los elementos
carbono (C), nitrógeno (N), oxígeno (O), hidrógeno (H), azufre (S), flúor (F),
calcio (Ca), fósforo (P); excepto el fósforo, los demás tienen uno o varios
isótopos. Por ejemplo, el nitrógeno tiene dos isótopos estables, 14N y 15N, y el
oxígeno tiene tres: 16O, 17O y 18O. Los isótopos de un elemento poseen el mis-
mo número de electrones y protones, pero difieren en el número de neutrones
en su núcleo. Es importante mencionar que el carbono, hidrógeno y estroncio
poseen isótopos tanto estables como radioactivos simultáneamente. En este
trabajo sólo nos referiremos a los isótopos estables de C, N y O.
La gran mayoría de los elementos de la tabla periódica poseen dos o
más isótopos; los diferentes isótopos tienen la misma configuración elec-
trónica exterior de sus átomos, razón por la cual poseen las mismas propie-
dades químicas, pero diferente masa atómica. Esto es debido a que la dife-
rencia entre los isótopos de un elemento está en el número de neutrones
que están presentes en el núcleo del átomo, que junto con los protones del
núcleo suman la masa atómica del átomo, la cual se expresa en unidad de
masa atómica (uma). El hidrógeno, el elemento más ligero en la naturaleza,
contiene sólo un protón en el núcleo 1H, y un electrón en la periferia y su
correspondiente masa atómica es uma = 1; el isótopo con masa 2 del hidró-
geno 2H en su núcleo atómico posee un protón y un neutrón, por lo que su
uma = 2; se representa como 2H y es conocido como el isótopo pesado del
hidrógeno, llamado deuterio. De forma similar se presentan los diferentes
elementos C, N, O con sus respectivos isótopos. Los pesos atómicos en los ele-
mentos ligeros van desde 1 uma del hidrógeno hasta 36 uma del azufre.
Los isótopos de uno o más elementos forman compuestos que poseen
diferentes modos de vibración atómica y, en consecuencia, distintas veloci-
dades a las cuales las uniones químicas entre elementos se rompen o forman
otros compuestos. Así, por ejemplo, el isótopo más ligero de un elemento
como el carbono 12C posee una velocidad relativa mayor para realizar reac-
ciones químicas que el isótopo pesado 13C, causando con esto que el cociente

353
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Variaciones de δ13CVPDB entre diferentes especies


de plantas y sus tejidos
Hoja Raíz Tallo Madera Tipo de planta
–11.4 –11.2 –12.1 C4
–26.0 –24.4 –25.2 C3
–30 –24.4 –25.2 C3
–11.1 –9.7 C4
–11.0 –9.3
–10.9 –9.3
29.1 — –27.9 C3
–25.2 –23.8 C3
–27.7 –27.0 C3
–10.2 –7.1 C4

Tabla xi.1. Se presentan las variaciones en δ13CVPDB que se pueden observar entre diferentes
especies de plantas y sus distintos tejidos (Deines, 1980); las unidades empleadas están dadas
en ‰ (por mil), como se definirá más tarde en la sección 2.2.

isotópico de 13C/12C sea numéricamente diferente entre las especies reaccio-


nantes. Un ejemplo de esto es lo que ocurre cuando el CO2 atmosférico es
transformado en glucosa por la acción de la fotosíntesis y los rayos solares, y
ésta a su vez es transformada internamente por la planta, y mediante comple-
jos procesos bioquímicos forman todos los tejidos vegetales que existen en las
plantas. En este caso causa que los cocientes isotópicos 13C/12C en cada una
de las sustancias reaccionantes sean diferentes entre ellas.
Como un ejemplo de lo anterior presentamos en la tabla xi.1 las variacio-
nes que se pueden observar entre diferentes especies de plantas y sus distin-
tos tejidos (Deines, 1980). Hay que hacer notar que aunque existe un interva-
lo amplio en la composición isotópica del carbono en unidades delta δ13CVPDB
entre las diversas especies de plantas, las diferencias entre sus diferentes par-
tes morfológicas son pequeñas. El contenido de 13C de la planta es correlacio-
nado con el tipo de ciclo fotosintético seguido por el organismo. En general
las plantas C3 tienen un valor de δ13CVPDB alrededor de –26‰ y las plantas
C4, alrededor de –13‰. Y existen pequeñas diferencias en el contenido de
13
C entre los distintos componentes de las plantas.
A la diferencia entre los cocientes del carbono isotópico que existen en-
tre las especies reaccionantes se le conoce con el nombre de fraccionamiento
isotópico. El elemento que presenta un mayor fraccionamiento isotópico en
la tropósfera es el hidrógeno, y a medida que aumenta el peso atómico el
fraccionamiento isotópico posible se hace más pequeño. Así, por ejemplo,
cuando la masa atómica va aumentando, como es el caso del estroncio, éste
posee dos isótopos estables, 86Sr y 87Sr; la diferencia relativa entre sus masas

354
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

atómicas es = 1, y comparado con el peso total provoca una diferencia por-


centual muy pequeña: 1/87 = 1.11%. En comparación, si tomamos la diferen-
cia porcentual en el caso del hidrógeno 1H y 2H, donde la diferencia en masa
atómica también es = 1 pero su masa atómica es = 2, su diferencia porcentual
es de 50%, lo que provoca que los isótopos del Sr presenten un fracciona-
miento isotópico muy pequeño, casi indetectable, en comparación con el
fraccionamiento que resulta entre los dos isótopos del hidrógeno. Este frac-
cionamiento para el caso del hidrógeno es medible y nos ayuda a aplicarlo a
diferentes procesos que ocurren en la naturaleza para una mayor compren-
sión de ellos.
Actualmente es posible determinar con precisión las cantidades de cada
uno de los isótopos estables ligeros, como son el hidrógeno, el carbono, el nitró-
geno, el oxígeno y el azufre, y aplicar los principios del fraccionamiento isotópi-
co a los elementos ligeros de la tabla periódica. En este trabajo nos referiremos
principalmente a los elementos y sus isótopos de carbono, nitrógeno y oxígeno.

2.2. Espectrometría de masas de isótopos estables


Unidades de reporte internacional

Para medir la razón o cociente de los isótopos estables (13C/12C, 18O/16O,


15
N/14N, 2H/1H) se utiliza un espectrómetro de masas. Para realizar física-
mente la medición en las moléculas de interés el principio de medición se
basa en la comparación directa y simultánea de cada elemento, en relación
con un patrón de referencia que sirve tanto para llevar a cabo físicamente la
medida como para realizar la interpretación de los datos. El material que se va
a medir en el espectrómetro de masas requiere ser convertido a gas, como lo
son el CO, CO2 , N2 , H2 , O2 .
Para el caso del cociente isotópico se acordó medir las abundancias isotó-
picas de forma que se pudieran expresar fácilmente los pequeños cambios de
los procesos naturales; para dar un ejemplo tomaremos el caso del nitrógeno
y sus isótopos. Para la expresión de la razón del cociente en el numerador va
el símbolo del elemento y su número másico que representa al isótopo menos
abundante mediante el superíndice delante del símbolo del elemento: 15N. El
denominador se escribe de la misma manera, sólo tomando el número mási-
co del isótopo más abundante: 14N. De esta forma se facilita la simbología y se
tiene un mayor espacio disponible para los subíndices, que es donde se acos-
tumbra escribir la referencia internacional empleada como su acrónimo. En el
caso del nitrógeno, por consenso en la International Union of Pure Applied
Chemistry (iupac), se acordó que la referencia o patrón internacional es el
nitrógeno atmosférico. Esto fue así por ser el aire la concentración más im-
portante de este elemento en la tropósfera y además por ser el principio y el
fin del ciclo del nitrógeno en la naturaleza.

355
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Para determinar con precisión los valores de la abundancia absoluta de


los isótopos del nitrógeno en el aire un conjunto de investigadores se aboca-
ron a su determinación. De entre ellos se seleccionó el trabajo de Junk y Svec
(1958), con el criterio de que fueron los parámetros mejor determinados téc-
nicamente y se conoce a detalle la incertidumbre de estas determinaciones.
De forma similar, los valores isotópicos absolutos de carbono de la muestra
en comparación con el CO2 en vpdb fueron determinados por Verkouteren
(2004). Para el caso de la abundancia absoluta de los isótopos del hidrógeno
en el material de referencia de agua, que es el vsmow, tenemos los trabajos de
Hagemann (1976) y De Wit y Van der Straaten (1980). Para el caso del oxíge-
no en el vsmow tenemos a Baertschi (1976). Todos los valores están reporta-
dos en la tabla xi.2.
Por ejemplo, si nos interesa la medida isotópica de una muestra que con-
tiene nitrógeno es necesario medir la razón o cociente isotópico de 15N/14N,
que se obtiene de la muestra 15Rm = 15N/14N. Para tener una idea de los núme-
ros que se manejan en éste, tomamos al porciento de abundancia de cada una
de las especies de los isótopos del nitrógeno descritos en la tabla xi.2; para el
nitrógeno en el aire tendremos lo siguiente:

RAIR = 15N/14N = 0.366/99.654 = 0.00367


15

Esta forma de expresión de los resultados tiene los siguientes inconvenientes:

◉ Por la precisión que se requiere para medir las abundancias isotópicas de peque-
ñas variaciones naturales no es aceptable medir únicamente cocientes absolutos.
◉ El uso exclusivo de razón o cociente isotópico conllevaría a expresar los resultados
mediante números formados por una enorme cantidad de dígitos (5 o 6).
◉ No sería posible la comparación fácil de los resultados entre los laboratorios que
realizan estas mediciones a nivel internacional, lo que conllevaría un uso conti-
nuo de materiales de referencia definidos por consenso con el objeto de poder
relacionar los resultados analíticos de los isótopos estables en las muestras estu-
diadas.
◉ En principio, los cocientes absolutos son menos relevantes que los cambios que
ocurren en la razón o cociente isotópico durante las transiciones entre fases o
moléculas.

Por todas estas razones en la uipac se acordó por consenso que, por los
números involucrados y las dificultades técnicas para obtenerlos, esta razón o
cociente natural entre las especies isotópicas generalmente no se describan
como números absolutos, sino empleando la unidad δ, definida por una dife-
rencia relativa entre las razones o cocientes isotópicos de una muestra “A”, re-
lativa a una referencia o a un estándar. En el caso del nitrógeno es la siguiente:
como los valores de δ en la naturaleza son muy pequeños, se expresan, en ge-

356
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

⎡ (15N /14 N) Muestra ⎤


δ 15N AIR = ⎢ −1⎥⋅ 10 3
⎣ ( N / N) AIR
15 15
⎦
 

neral, en ‰ (por mil ‰ = 103). Se enfatiza el hecho de que el símbolo ‰ es



equivalente a un factor de 103, con la adición de este último múltiplo resultan
sólo dos dígitos significativos, con lo que se facilita su manejo y es posible te-
ner unidades de reporte con la precisión necesaria.
Para el caso del carbono la medición se realiza por espectrometría de ma-
sas de isótopos estables de forma similar al caso del nitrógeno, esto es: com-
parando directamente el valor obtenido de las razones o cocientes del carbono
de la muestra previamente convertida cuantitativamente a CO2 y midiendo
en el espectrómetro la [¹³C/¹²C]muestra de la muestra, y comparándola res-
pecto a la composición isotópica CO2 con la referencia internacional acorda-
da [¹³C/¹²C]referencia internacional , que en este caso es vpdb; por lo tanto, la escribi-
remos como [¹³C/¹²C]VPDB , que indica cuál es la referencia internacional para
carbono.
Las unidades de reporte son las δ, que se calculan con respecto a las razo-
nes isotópicas de los elementos ¹³C/¹²C y 18O/16O de un CO2 generado por
una reacción ácida del estándar internacional, vpdb (Pee Dee Belemnite Li-
mestone), el cual físicamente es un carbonato de origen marino de la forma-
ción cretácica Pee Dee, en Carolina del Sur (Craig, 1957). Las unidades de re-
porte son, en el caso del carbono, la δ13CVPDB y, para el oxígeno, la que se
define como δ18OVPDB; ambas son la forma de reportar las razones o cocientes
isotópicas tanto del carbono ¹³C/¹²C como del oxígeno 18O/16O, y ambas se
realizan con respecto a la referencia vpdb.
De forma similar, para el caso del agua la unidad de reporte para la de-
terminación de las razones isotópicas de hidrógeno [2H/1H] y oxígeno
[18O/16O] y sus correspondientes δ2H y δ18O de referencia internacional se
conoce con el nombre de vsmow (Vienna Standard Mean Ocean Water) y
fue propuesta por Craig (1961); representa el mayor confinamiento de agua
en la tropósfera (agua oceánica) y es el inicio y el fin del ciclo del agua en la
naturaleza. Posteriormente esta agua marina como material de referencia
internacional fue preparada por Weiss y Craig (1967) en el Scripps Institu-
tion of Oceanography, La Jolla, y representa el promedio de la relación iso-
tópica del agua de mar. Cabe mencionar que también de acuerdo con uipac
para el caso de la composición isotópica del carbono orgánico, como es el
caso del carbono que forma al colágeno, la unidad de reporte es la δ y la es-
cala de reporte es también la vpdb establecida sobre carbonatos marinos,
como se mencionó antes. De manera similar, en el caso de la composición
isotópica del oxígeno, tanto de los fosfatos como de los carbonatos que for-
man la bioapatita, se reportan indistintamente en la escala vpdb o en la es-
cala vsmow.

357
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Abundancia natural de los isótopos estables más importantes en la troposfera,


sus relaciones isotópicas y su valor numérico, así como su respectiva delta
en relación con cada patrón internacional δ
Isótopos estables Abundancia natural Unidad de reporte δ en partes por mil (‰)
Abundancia de los isótopos estables relativo a su correspondiente patrón
natural de referencia internacional
13
C = 1.10 ⎡ (13C/12C) ⎤
13 12
C/ C = 0.011 δ13CVPDB = ⎢ 13 12 Muestra −1⎥⋅ 10 3
12
C = 98.90 ⎣ ( C/ C) VPDB ⎦

⎡ (18O/16O) ⎤
δ18OVPDB = ⎢ 18 16 Muestra −1⎥⋅ 10 3
18
O = 0.200 € ⎣ ( O/ O) VPDB ⎦
18
16 O/16O = 0.002
O = 99.762 ⎡ (18O/16O) ⎤
δ18OVSMOW = ⎢ 18 16 Muestra −1⎥⋅ 10 3
⎣ ( O/ O)VSMOW ⎦

²H = 0.015 ⎡ ( 2 H / 1H ) ⎤
²H/¹H = 0.00015 δ 2 H VSMOW = ⎢ 2 1 Muestra −1⎥ ⋅103
¹H = 99.985 ⎣ ( H / H )VSMOW ⎦

15
N = 0.366 ⎡ ( 15 N / 14 N ) ⎤
15
N/14N = 0.00367 δ 15 N AIR = ⎢ 15 15 Muestra −1⎥ ⋅10 3
14
N = 99.654 ⎣ ( N / N ) AIR ⎦

Tabla XI.2 Se muestran los isótopos estables de los elementos importantes para estudios de
osteoarqueología, como el hidrógeno (H), el carbono (C), el oxígeno (O) y el nitrógeno (N), incluyendo
su abundancia natural y su unidad de reporte en relación con su valor de referencia internacional.

2.3. Descripción de los diferentes tipos


de origen fotosintético de las plantas

Como lo habíamos mencionado, en la naturaleza existen dos átomos de carbo-


no estable cuya única diferencia es su masa atómica; todas las demás propieda-
des químicas en su mayoría son idénticas. A estos átomos se les conoce con el
nombre de isótopos y se representan como carbono-13 (¹³C) y carbono-12
(¹²C). Las plantas se pueden clasificar en tres grandes grupos dependiendo del
proceso fotosintético que utilizan para fijar el CO2 atmosférico (Bender, 1971):
plantas tipo C3 que utilizan ciclo de Calvin, plantas tipo C4 que siguen el ciclo
de Hatch Slack y plantas denominadas tipo cam. Entre el grupo de plantas C3 y
C4 existe una diferencia considerable en la proporción de isótopos estables
(13C/12C) contenidos tanto en cada grupo de plantas como en sus productos.
Las plantas tipo C3 que utilizan ciclo de Calvin de formación de glucosa
fijan el CO2 formando dos moléculas de fosfoglicerato de tres carbonos, al cual
debe su nombre hasta la formación de glucosa; es el grupo de plantas al que
pertenecen 85% de las especies de plantas del mundo. Mediante la fotosíntesis
generan las moléculas de carbohidratos iniciales, que contienen tres átomos de
carbono; de allí su nombre de plantas C3 (O’Leary, 1988), y su utilización como
indicadores de las dietas prehistóricas en humanos (Bottom, 1991). A partir de

358
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

esta glucosa las plantas sintetizan todas las demás moléculas orgánicas que
componen a las plantas, como son la celulosa y sus demás productos y tejidos;
todos ellos mantendrán su huella isotópica original de planta C3.
Las plantas C3 son dominantes y omnipresentes en algunos ecosistemas
de clima húmedo, e incluyen los árboles altos, los arbustos y la mayoría de los
árboles frutales y algunos taxones cultivados, como son el trigo, el centeno, la
cebada. Durante la fotosíntesis las plantas C3 muestran una preferencia por el
isótopo liviano del carbono (12C) a partir del CO2 de la atmósfera, en compa-
ración con el isótopo pesado del carbono (13C). Es importante mencionar
que el material vegetal resultante de todos los productos de este grupo de
plantas se caracteriza por los valores de δ13C en el intervalo –35 a –22‰, con
una media de –27‰ (cabe mencionar que las plantas C3 que se muestrearon
en Teotihuacan moderno tuvieron un intervalo de δ13CVPDB de –25 a –30.5‰).
Otro grupo de plantas es referido como plantas C4; apareció en el mundo
al final de la era Mesozoica (20 Ma). Son altamente eficientes para realizar el
proceso fotosintético, formando ácidos di-carboxílicos de cuatro átomos de
carbono (oxalacético, málico y aspártico) a los cuales debe su nombre, a par-
tir del carbono de CO2 en la atmósfera mediante el proceso de fotosíntesis
conocido como proceso Hatch Slack. Smith y Epstein (1971) hicieron notar
por primera vez las dos categorías en que se podían identificar las plantas.
A nivel global estas plantas representan alrededor de 5% de las especies
conocidas. Pertenecen a 18 familias y se limitan a determinadas zonas geográ-
ficas. Alrededor de la mitad de las plantas C4 son tropicales o subtropicales, y
cerca de 17% del paisaje mundial está cubierto por plantas C4. Son las respon-
sables de 20-30% de la fotosíntesis terrestre (Boutton, 1996). La distribución
geográfica y la productividad de las plantas C4 se correlacionan con la resis-
tencia a las altas temperaturas y, en menor medida, a la baja humedad. Las
plantas C4 por lo general están asociadas con el clima cálido y seco. Estas
plantas discriminan menos contra los isótopos de carbono pesado, por lo que
son caracterizadas por un mayor δ13C, valores con un intervalo entre –19 y
–9‰, con una media de δ13C = –13‰ (O’Leary, 1988). A este grupo de plan-
tas pertenecen las hierbas y juncos, plantas como los pastos tropicales o culti-
vos como la caña de azúcar, el maíz, el sorgo y el amaranto. Las plantas C4 que
se midieron fueron el maíz, con un intervalo de δ13CVPDB de –11.5 a –12.8‰, y
el amaranto, con un intervalo de δ13CVPDB de –14 a –15‰.
El tercer grupo de plantas en la clasificación, en función del aprovecha-
miento del CO2 atmosférico mediante la fotosíntesis, es el de plantas tipo
cam (Crasulacean Acid Metabolism), y que representan alrededor de 10% de
las especies vegetales; en el mundo son menos de 30 familias. Estas plantas
utilizan una combinación de los ciclos mencionados antes con el objeto de
hacer más eficiente el uso de agua durante el proceso fotosintético, ya que en
ausencia de luz solar se comportan como plantas C3 al abrir sus estomas para
la toma de CO2 atmosférico y realizar salida y entrada de oxígeno o de agua

359
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

sin poner en peligro la dotación interna de agua. En presencia de luz solar se


comportan como plantas C4 pero sin abrir las estomas para impedir la fuga de
agua. Se les conoce comúnmente como suculentas.
Los valores δ13C que presentan las plantas cam tienen un intervalo entre
–12 y –35‰ en los trabajos ya referidos de O’Leary (ibid.), Boutton (1991) y
Troughton (1972), con trabajo pionero de identificar el fraccionamiento iso-
tópico del carbono en este tipo de plantas. Es importante mencionar que a
este grupo de plantas pertenecen las siguientes: agaves, piña, vainilla, orquí-
deas, mezquite, nopal, maguey, cactos. Las plantas cam analizadas que están
presentes en el ecosistema de Teotihuacan son maguey, nopal y tuna, las cua-
les tuvieron un intervalo de δ13CVPDB de –12.5 a –13.5‰. Se ha probado, a partir
de los trabajos de Boutton (1996), que se pueden definir mediante los isóto-
pos estables los cambios en la vegetación por efecto del cambio climático. Al-
gunos resultados sobre los cambios climáticos y sobre el tipo de plantas y el
ecosistema del valle de Teotihuacan se han podido investigar en México y se
reportan en el trabajo de Lounejeva et al. (2006).
La principal influencia en los valores de 13C en la dieta tanto de humanos
como de animales es la contribución relativa de los dos grupos de plantas princi-
pales: las plantas C3 frente a las C4. Los cambios entre la proporción de C3 en rela-
ción con C4 en el tiempo pueden atribuirse sobre todo a las preferencias alimenti-
cias de los animales, y con ello los animales herbívoros que se clasifican como
paseadores comen en especial pastos; otros animales (jirafas, elefantes, ciervos,
etc.), que comen sobre todo árboles y arbustos, se conocen como ramoneadores.
Algunas veces los animales pueden cambiar su dieta preferente por los
cambios en el clima u otras perturbaciones ambientales, como lo demostraron
Minson et al. (1975), iniciadores de la reconstrucción ambiental empleando
isótopos estables; Palmqvist et al. (2003) con su contribución al estudio del
cambio de clima mediante los isótopos de O, C, N y la relación Sr/Zn; Kohn
et al. (1996) con estudios de isótopos de oxígeno en los fosfatos de la bioapati-
ta; Harris y Cerling (2002) con el uso de los isótopos estables en estudios de
supervivencia. En la tabla xi.3 se muestra la composición isotópica tanto del
carbono como del nitrógeno en las partes comestibles de plantas del valle de
México que se han encontrado en diferentes formas en los vestigios de Teoti-
huacan y que eran consumidas en diferentes proporciones por sus habitantes.
Es importante hacer notar que los valores de δ13CVPDB de las plantas pre-
históricas son aproximadamente –1.5‰ más que las plantas modernas debido
a que la atmósfera actual ha cambiado en relación con los siglos anteriores al
xix, ya que se ha enriquecido en 12C, lo cual produce un cambio en el δ13CVPDB
de las plantas que toman el CO2 de la atmósfera por medio de la fotosíntesis.
Este cambio es el resultado de la combustión a gran escala de combustibles
fósiles por los humanos y la combustión de árboles C3 (Wahlenm, 1994); para
la interpretación de la composición isotópica del carbono en la naturaleza
véase el trabajo de Schoeninger y Schurr (1994).

360
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Nombre común Nombre científico Lugar δ15NAIR (‰) δ¹³CVPDB (‰)


Calabaza, pepita Cucurbita sp Teotihuacan 6.65 –25.84
Epazote Chenopodium ambrosioides Teotihuacan 8.38 –27.22
Epazote Chenopodium ambrosioides Mercado 1.11 –28.31
Frijol Phaseolus vulgaris Teotihuacan –1.50 –25.61
Huizache, vainas Acacia pennatula Teotihuacan 1.14 –26.12
Huizache, hojas Acacia pennatula Teotihuacan 0.73 –24.14
Mezquite, vainas Prosopis Teotihuacan 0.72 –25.05
Tejocote Crataegus mexicana Teotihuacan 3.45 –24.38
Zapote blanco, fruto completo Casimiroa edulis Teotihuacan 5.87 –24.73
Zapote blanco flor Casimiroa edulis Teotihuacan 6.78 –25.52
Capulín pulpa Prunus virginiana Mercado –1.00 –24.83
Capulín semilla Prunus virginiana Mercado 0.49 –25.54
Calabaza criolla Cucurbita foetidissima Mercado 7.33 –26.05
Calabaza criolla Cucurbita foetidissima Mercado 5.93 –24.75
Chilacayote Cucurbita ficifolia Mercado 3.67 –24.55
Huauzontle Chenopodium bonuus Mercado 3.98 –26.30
Tomate verde Physalis ixocarpa Mercado 4.00 –27.35
Tomatillo Physalis philadelphica Mercado 7.82 –28.23
Jitomate guaje Solanum lycopersicum Mercado –0.32 –26.50
Nopal Opuntia Teotihuacan 9.25 –12.74
Nopal Opuntia Mercado 8.58 –11.91
Nopal Opuntia Cuicuilco 2.10 –14.23
Tuna xoconoxtle, cáscara Opuntia Teotihuacan 1.72 –14.24
Tuna xoconoxtle, pulpa Opuntia Teotihuacan 2.13 –11.75
Tuna xoconoxtle, semilla Opuntia Teotihuacan 7.65 –12.51
Xoconostle Opuntia joconostle Mercado 2.11 –12.44
Tunas, flor Opuntia Teotihuacan 3.16 –12.22
Tunas, fruto completo Opuntia Teotihuacan 4.06 –12.60
Maguey, flor Agave sp Teotihuacan 4.57 –15.79
Maguey, corazón Agave sp Teotihuacan 6.21 –12.53
Maguey, hoja Agave sp Teotihuacan –1.99 –12.18
Biznaga, chilitos Echinocactus sp Teotihuacan –0.30 –14.49
Maíz Zea mays Teotihuacan –0.52 –11.75
Maíz blanco Zea mays Mercado 1.38 –11.52
Maíz cacahuazintle Zea mays Mercado 0.08 –11.71
Maíz palomero Zea mays averta Mercado 1.67 –11.74
Maíz palomero Zea mays averta Mercado –0.12 –11.45
Amaranto seco Amaranthus cruentus Xochimilco 2.81 –14.17
Amaranto verde Amaranthus cruentus Xochimilco 7.65 –14.50
Amaranto morado Amaranthus cruentus Xochimilco 4.6 –15.14
Amaranto tostado Amaranthus cruentus Xochimilco 3.00 –12.42

Tabla xi.3 Valores isotópicos de 15N y 13C de las especies vegetales endémicas modernas más comunes
en el Valle de México y que son ingeridas en diferentes proporciones por los humanos desde épocas muy remotas.
Con este listado se puede entender cuáles eran los principales alimentos vegetales en Teotihuacan.

361
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

2.4. La composición isotópica de 13C y 15N en huesos


y dientes en relación con la dieta

A partir de los años setenta los trabajos pioneros de DeNiro y Epstein (1978,
1981), sobre la influencia de la dieta en la distribución de los isótopos estables
del carbono y el segundo trabajo sobre la dieta y la distribución del nitrógeno
en los animales (ambos basados en experimentos sobre la alimentación de los
animales), establecieron que la composición isotópica de carbono y nitróge-
no de sus tejidos y de todos los componentes del cuerpo reflejan directamen-
te la composición isotópica de estos elementos químicos en los alimentos in-
geridos mediante la dieta. La velocidad de absorción y reciclaje de las diferen-
tes sustancias a partir de la dieta en los diferentes tejidos y huesos no es la
misma; por ejemplo, en el pelo, que se forma de manera continua, los compo-
nentes de la dieta se integran a los pocos días de haberla ingerido, en compa-
ración con los componentes de los músculos o los huesos, donde el reciclado
de la dieta ingerida tarda más en incorporarse.
En cada tejido o hueso los materiales que los forman contienen según su
origen, una mezcla de componentes definidos como proteínas, carbohidratos
y grasas, todos y cada uno de ellos con la posibilidad de tener diferentes valo-
res isotópicos. Mucho del esfuerzo de investigación en los últimos 30 años ha
sido dirigido a establecer con más precisión estas relaciones y de ahí entender
sus bases metabólicas.
La δ13CVPDB de tejidos animales se relaciona positivamente con las sustan-
cias que están incluidas en la dieta de un individuo; así, la señal isotópica del
carbono en las plantas C3 y C4 ingeridas queda y es grabada en los tejidos ani-
males que las comieron, ya sea de uno u otro tipo de tipo de plantas. Los ver-
tebrados marinos tienden a tener valores de δ13CVPDB entre estos extremos.
A partir de la señalización isotópica entre las plantas C3 y C4 los tejidos huma-
nos pueden ser grabados directamente al ingerir dietas de aquellas plantas.
Otra forma en que pueden ser marcados indirectamente los tejidos es me-
diante la dieta de otro nivel trófico, como es el caso de la dieta de los humanos
que puede incluir como alimentos tejidos de otro animal, de forma que si los
humanos ingieren ramoneadores (animales que comen arbustos) tendrán en
sus tejidos una señal isotópica mayoritariamente de plantas C3; de manera si-
milar, en caso de que el animal se hubiera alimentado de pastos o maíz, éstos
tendrán una señal de plantas C4 en sus tejidos. Por consiguiente, si los huma-
nos consumen esa fauna tendrán la señal isotópica de las plantas C4 en sus te-
jidos y huesos.
Además de esto, es posible detectar la señal marina de humanos cuando
ellos se alimentaron de estos organismos. Esto último es porque los organis-
mos marinos tienen un valor de δ13CVPDB intermedio entre las plantas C3 y las
plantas C4, por lo que es posible determinar en poblaciones antiguas que tu-
vieron acceso tanto a plantas C3 y C4 como organismos marinos.

362
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

2.5. Composición isotópica del carbono


en el colágeno

La composición isotópica típica del carbono en los compuestos orgánicos


tanto de los restos humanos como animales está presente principalmente
como colágeno lo mismo en la dentina que en los huesos, y tiene una correla-
ción con la dieta ingerida. La determinación isotópica del carbono se realiza a
partir de colágeno separado y purificado (el método para la separación, pre-
paración y análisis del colágeno se describe en el anexo xi.1, pp. 469 y ss.).
Para nuestro caso el colágeno, una vez separado, se analiza en forma comple-
ta, es decir, se analiza simultáneamente la composición isotópica del carbono
y del nitrógeno de todos los aminoácidos y compuestos orgánicos que lo
constituyen. Los valores isotópicos del carbono en los aminoácidos indivi-
duales que forman el colágeno pueden variar de forma importante y sistemá-
tica; con esta información adicional sobre la paleodieta se tendrá una inter-
pretación antropológica más detallada de los restos humanos.
En general se han empleado los isótopos de carbono y nitrógeno como
herramienta para seguir el cambio en paleoambientes del Holoceno (Drucker
et al., 2003a y b), así como los trabajos de Bocherens y Drucker (2003) sobre
los niveles tróficos de enriquecimiento tanto del carbono como del nitrógeno
en ecosistemas terrestres antiguos y modernos; estos autores probaron que la
huella isotópica en los animales está enriquecida cerca de +2 a +3‰ con res-
pecto al carbono de la dieta. El punto principal aquí es reconocer que la com-
posición isotópica del carbono del colágeno, la cual proviene principalmente
de la dieta proteínica ingerida, es derivada sobre todo de los aminoácidos
esenciales, ya que los valores δ13CVPDB en el colágeno de huesos y dentina tal
vez graban diferentes aspectos de la dieta en comparación con la fracción mi-
neral de la bioapatita.
Como se verá más adelante, la fracción mineral de la bioapatita son los
carbonatos, los cuales están en constante reciclaje en los huesos, por lo que
están en equilibrio con el CO2 disuelto en la sangre, que, a su vez, refleja el
carbono metabólico total que forma naturalmente la dieta y sus productos
derivados. El carbono orgánico presente en la bioapatita como colágeno pre-
dominantemente refleja el carbono de la proteína y en una menor propor-
ción, la fracción de carbohidratos. En este contexto, la reconstrucción pa-
leoambiental original de los componentes de la paleodieta se obtiene al
correlacionar los valores isotópicos del carbono en colágeno, que puede ser
extraído de la dentina o del hueso, con los valores isotópicos de los carbona-
tos extraídos de la bioapatita, los cuales pueden ser obtenidos tanto de los
huesos como del esmalte de los dientes de un individuo. En este aspecto cabe
señalar que se pueden utilizar los restos de fauna arqueológica para obtener la
mayor información posible y dar una mejor interpretación de los proxies de
los isótopos de carbono, nitrógeno y oxígeno de las dietas.

363
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

2.6. Composición isotópica de carbono


en los carbonatos del esmalte de los dientes

Este valor isotópico del carbono en los carbonatos del esmalte representa la
dieta de una forma integral en los restos de seres vivos a través del carbono
ingerido por un individuo desde su infancia hasta su adolescencia, con un
desfasamiento (enriquecimiento comparado con la dieta ingerida) entre +9‰
y +14‰ dependiendo de la especie animal. En México hemos encontrado
que para el esmalte de dientes provenientes de restos humanos este desfasa-
miento es aproximado en +12‰ respecto a la dieta ingerida. Esto tiene senti-
do químico con base en el equilibrio de masas y en la composición isotópica
entre la dieta ingerida que debe ser igual al CO2 exhalado principalmente a
través de la respiración, el cual alcanza el equilibrio isotópico entre el plasma
y el bicarbonato extracelular. Hedges (2003; Hedges et al., 2007) abordó el tema
de la relación entre el colágeno y el carbonato en la bioapatita, y en el trabajo
de 2007 se refirió a los niveles tróficos en restos humanos arqueológicos;
Kohn y Cerling (2002) se refirieron a la composición isotópica de los fosfatos
en la bioapatita.
Es importante mencionar que los carbonatos en los suelos y la materia
orgánica de los suelos también son indicadores ecológicos; la δ13C del car-
bono en el suelo refleja los carbonatos disueltos en el agua subterránea, la
cual a su vez refleja la biomasa de las plantas en el tiempo de la formación
del suelo. La fracción orgánica del suelo también registra la composición
isotópica de la cubierta vegetal como carbono de plantas C3, de plantas C4
y cam.

2.7. Composición isotópica del nitrógeno en el colágeno

La transferencia del nitrógeno inorgánico de la atmósfera al reino vegetal de-


pende de organismos especializados conocidos como nódulos bacterianos,
que se encuentran en las raíces de las plantas leguminosas. Debido a que esta
fijación del nitrógeno atmosférico a las plantas ocurre con un pequeño frac-
cionamiento o sin fraccionamiento alguno, muchas leguminosas tienen va-
lores isotópicos similares a la composición isotópica del nitrógeno de la at-
mósfera. Sin embargo, la mayoría de las plantas toman el nitrógeno disponi-
ble en el suelo proveniente de la degradación del material orgánico; esto
provoca que los valores de la δ15NAIR en las plantas tengan valores delta más
positivos que el nitrógeno atmosférico, lo cual genera que las plantas terres-
tres de un hábitat natural muestren una distribución bimodal con respecto a
la δ15NAIR .
Por otro lado, los organismos marinos tienden a tener valores más positi-
vos que los organismos terrestres del mismo nivel trófico; esto es debido a

364
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

que la mayoría del nitrógeno no está disponible para la actividad microbiana


porque es un nutriente limitado en los océanos.
Los valores de la δ15NAIR en los tejidos animales también se correlacionan
positivamente con sus dietas. DeNiro y Epstein (1981) fueron los primeros
que reportaron la correlación que existe entre los valores isotópicos de C y N
en la dieta con los tejidos animales, y Hare (1991) fue el que inició los trabajos
relativos a la relación isotópica del carbono y el nitrógeno en aminoácidos in-
dividuales en proteína tanto moderna como fósil. Sin embargo, a diferencia
del carbono, el nitrógeno parece tener una interpretación más sencilla, porque
en este caso todo el nitrógeno del colágeno proviene de la proteína de la dieta.
Se ha encontrado que el nitrógeno en el colágeno difiere significativamente
con respecto a la dieta, respondiendo a un fraccionamiento del colágeno en la
δ15N entre +3‰ y +5‰, como se ha demostrado en los isótopos de carbono y
nitrógeno como herramienta para seguir el cambio en paleoambientes del
Holoceno (Drucker et al., 2003a y b), así como en los trabajos de Boche-
rens y Drucker (2003) sobre los niveles tróficos de enriquecimiento tanto
para el carbono como para el nitrógeno en ecosistemas terrestres tanto an-
tiguos como modernos. Allí probó que la huella isotópica en los animales
está enriquecida cerca de +1 a +2 ‰ con respecto al carbono de la dieta
(Drucker et al., 2003a y b; Bocherens y Drucker, 2003). En principio, los
valores en el fraccionamiento isotópico del N en los mamíferos permiten
inferir los valores de proteína ingerida e inclusive su nivel trófico en la ca-
dena alimenticia.
En contraste con el carbono, la discriminación isotópica del nitrógeno es
un proceso metabólico y numéricamente es mayor comparado con la discri-
minación isotópica del carbono, por lo que en δ15N es enriquecido cerca de
+3‰ a +5‰ con respecto a la dieta, como se ha mencionado antes (Drucker
et al., 2003a y b; Bocherens y Drucker, 2003; Hedges et al., 2007). Es impor-
tante señalar que también existe una clase de escalón en el aumento de los
valores de δ15NAIR de un nivel trófico al siguiente.
Sin embargo, la calidad de la comida y la fisiología de la digestión son fac-
tores que tienen su influencia en el balance de la secreción del nitrógeno,
a través de la urea y las heces fecales, de tal manera que dietas pobres en pro-
teínas tienden a dar resultados con menor enriquecimiento isotópico mostra-
do aun en pájaros, como lo demostraron Pearson et al. (2003) y posterior-
mente Sponheimer et al. (2003); empleando los isótopos del nitrógeno en
mamíferos herbívoros se verificó la relación de la dieta con el colágeno me-
diante el empleo de dietas controladas.
En muchas partes del mundo los vertebrados marinos tienen valores de
δ15NAIR que son de 6 a 8% más positivos que los valores en los vertebrados
terrestres para un nivel trófico similar. Los humanos con una alimentación
marina significante graban la señal de δ15NAIR en sus tejidos con su correspon-
diente corrimiento del nivel trófico por la alimentación.

365
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

2.8. Preservación de la señal isotópica


de carbono y nitrógeno en huesos y dientes

Los elementos carbono, nitrógeno y oxígeno en los materiales antes mencio-


nados (carbono en colágeno o carbonatos tanto en la dentina como en los
huesos, nitrógeno en colágeno o material orgánico en sedimentos o suelos,
carbonatos en suelos, carbono y nitrógeno en material orgánico en suelos y
oxígeno tanto en fosfatos como en carbonatos) están sujetos a cambios com-
posicionales posteriores a la muerte del individuo y depósito en el ambiente
de los suelos a través del proceso de diagénesis, el cual es diferente de un ma-
terial a otro, así como de un elemento a otro.
Por ejemplo, los átomos de carbono y nitrógeno en un colágeno intacto
no están sujetos a intercambio isotópico; sin embargo, 20% de los átomos de
hidrógeno que forman al colágeno se pueden intercambiar con el medio am-
biente. En los huesos la fase mineral del carbonato de la bioapatita es alta-
mente susceptible a una alteración diagenética; sin embargo, el carbonato
del esmalte de los dientes presenta una gran resistencia a este fenómeno. Y
por otro lado, el oxígeno en el esmalte de los dientes puede no estar protegido
contra el intercambio isotópico con aguas subterráneas.
Existe una gran cantidad de bibliografía sobre los cambios que se presen-
tan en los restos humanos arqueológicos durante el enterramiento. Estos
cambios en los huesos son provocados por el medio ambiente donde se en-
contraron; pueden alterar la composición isotópica tanto del carbono como
del nitrógeno contenidos en los componentes orgánicos o alterar el oxígeno y
carbono en los compuestos inorgánicos. Las moléculas de colágeno en denti-
na o hueso se pueden romper y con ello facilitar el lixiviado de componentes
orgánicos por el agua, con lo que el colágeno restante en el hueso o diente
puede estar en un estado degradado comparado con el original.
Con frecuencia se encuentra que los huesos que han estado enterrados
pudieron haber sido microexcavados. Este proceso de degradación se puede
presentar desde el inicio de su enterramiento, y lo llevan a cabo hongos y bac-
terias, los cuales consumen localmente parte del material orgánico original,
dejando atrás sólo sus restos. También puede suceder que compuestos exóge-
nos inorgánicos, como los ácidos húmicos y ácidos flúvicos provenientes del
suelo, se adhieran y contaminen la proteína original. Para contrarrestar estos
efectos se han desarrollado varios protocolos químicos a fin de optimizar la
extracción y purificación del colágeno disponible.
La calidad del colágeno extraído de los restos humanos se puede determi-
nar por varias formas:

◉ Mediante el cálculo del porcentaje de la cantidad del colágeno recuperado des-


pués del proceso de separación-purificación calculado con respecto al peso
total de la muestra completa inicial y comparándolo con un resultado obteni-

366
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

do de forma similar; el porcentaje de recuperación del colágeno de un hueso


sano reciente puede ser de 15% y en huesos arqueológicos puede ser de 1%.
Este método es difícil de cuantificar y no da ninguna certeza de tener un colá-
geno no degradado o contaminado.

◉ La principal evidencia de la calidad del colágeno está en la medida de la relación


atómica entre C/N, la cual debe estar entre 2.9 y 3.6. Este intervalo para el C/N
es considerado como un buen indicativo de la preservación del colágeno y la
prueba de que la composición isotópica tanto de carbono como de nitrógeno
del colágeno que se reporta es cercano al valor del colágeno prístino de los hue-
sos. DeNiro (1985; DeNiro et al., 1988) en su primer trabajo mostró la preserva-
ción y alteración de las relaciones isotópicas del colágeno cuando se trabaja en la
reconstrucción de paleoambientes, y en el segundo trabajo se refirió a la caracte-
rización química, enzimática y espectroscópica del colágeno y de otras facciones
en huesos prehistóricos.

La matriz del colágeno ayuda a estabilizar la fase biocristalina de la bioa-


patita. Otra prueba para identificar la alteración de huesos y dientes son las
medidas de cristalinidad así como la observación por microscopio electróni-
co, ya que ambas pueden mostrar que el hueso se reorganiza y que los crista-
les de bioapatita debajo de la superficie están en la fase más estable. En caso
de detectarse una recristalización, ésta tiene serias implicaciones en la preser-
vación de las señales inorgánicas; por ejemplo, esto indica un intercambio de
carbonatos que forman el esmalte con carbonatos exógenos acarreados por
aguas subterráneas circundantes o la sustitución del ion carbonato por iones
de flúor, o la del calcio por estroncio en el carbonato de la bioapatita.
La entrada de iones exógenos al fosfato o al carbonato del hueso durante
el proceso de recristalización puede alterar los valores isotópicos del hueso.
En los dientes también se presentan alteraciones de forma similar a la de los
huesos, pero el esmalte, como se mencionó, es mucho más estable y menos
poroso que en el carbonato de la bioapatita de los huesos, por lo que es el
material más idóneo que se emplea para estudios isotópicos tanto de los car-
bonatos como de los fosfatos, así como de elementos traza o isótopos de es-
troncio.
Las muestras en particular deben ser consideradas y probadas en sus méri-
tos y es necesario justificar que la alteración diagenética no ha corrompido las
relaciones isotópicas.

2.9. Las influencias ambientales sobre el transporte de la huella


de los isótopos a través de las cadenas alimenticias

Las fuentes de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre y estroncio en


huesos y dientes están en el océano, la atmósfera y los suelos. Muchos de los

367
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

procesos de transporte de estos elementos pueden inducir un fraccionamien-


to isotópico sustancial; sin embargo, puede haber puntos reversibles en el flu-
jo de materiales para que esto sea observable.
Cambios en el medio ambiente, así como cambios en el clima, en la hi-
drología o en la composición del suelo pueden conducir a cambios en la com-
posición isotópica, primero en la capa vegetal, y luego verse reflejados en la
dieta de los animales pertenecientes a una comunidad de flora y fauna que
vive en un hábitat mayor. Algunos cambios ambientales pueden producir al-
teraciones claras en la composición isotópica (por ejemplo, cambios en la flo-
ra entre plantas C3 y C4) o las modificaciones de un hábitat a otro. Sin embar-
go, se debe recordar que los animales presentan un promedio biológico de la
dieta de plantas consumidas, así como de la ingesta de agua y de las composi-
ciones isotópicas de los elementos C, H, O, N, S y Sr, proveyendo así un rico
punto de partida para definir la información, aun cuando los datos sean una
interpretación tentativa. Para salir de esta situación se debe corroborar con
una mayor cantidad de otros archivos ambientales.

2.10. Correlación entre la δ13C en carbonatos contra


la δ13C en carbono orgánico del colágeno

Las muestras de los dientes analizadas en este estudio provienen de restos hu-
manos procedentes del centro de barrio de Teopancazco en Teotihuacan,
México, que ya se ha descrito en detalle a lo largo de los otros capítulos de
este libro. Vale la pena destacar que en la civilización teotihuacana, incluyen-
do el barrio Teopancazco, la dieta de sus habitantes estaba centrada en el cul-
tivo del maíz, así como frijol, calabaza, jitomate, nopales; por otro lado, otra
fuente alimenticia en menor escala de los restos estudiados fue la fauna inge-
rida y que ha sido posible recuperar e identificar, e incluye especies como
perro, guajolote, venado, conejo y liebre, pato y otras aves acuáticas, pescado
de agua dulce y de mar, así como probablemente otras especies como tortu-
gas y batracios o ranas (Valadez y Manzanilla, 1988). Los resultados isotópi-
cos de carbono y oxígeno en carbonatos de la bioapatita en el esmalte, así
como los datos isotópicos de carbono y nitrógeno del colágeno de la dentina
proveniente de las muestras arqueológicas de restos humanos analizados de
este estudio, relativos a los isótopos estables de carbono y nitrógeno, se en-
cuentran en la tabla xi.4; en la tabla xi.5 se ofrece la descripción detallada de
la información de la fauna antropológica que convivió con la población del
barrio de Teopancazco. Como ya se mencionó, en la tabla xi.3 se reportan los
resultados de algunos vegetales modernos que se emplean como alimentos y
actualmente pertenecen al ecosistema del valle de Teotihuacan; la intención
de darlos a conocer es para que con ellos se pueda entender cuál era la princi-
pal dieta de productos vegetales.

368
δ18OVPDB δ18OVSMOW δ18OVSMOW δ¹³CVPDB δ¹³CVPDB δ15NAIR
Núm. (‰) (‰) (‰) (‰) (‰) (‰)
Núm. de cuarto Entierro Parte Esmalte Esmalte Agua en Esmalte Colágeno Colágeno C/N
de bolsa
carbonatos carbonatos equilibrio carbonatos
C24 7532 E. 3 Molar –6.43 24.28 –9.39 –1.48 –7.93 9.81 3.0
C19 8835 E. 4 Molar –6.78 23.92 –9.75 –0.76 –7.91 11.14 2.9
C54 20271 E. 5 Molar –5.95 24.78 –8.90 –0.41 –9.13 9.57 3.2
C53 29927 E. 7 Molar –6.01 24.71 –8.96 –1.37 –8.92 10.39 2.9
C61 31700 E. 9 Molar –7.17 23.52 –10.15 –0.68 –7.61 7.88 2.9
C6 32416 E. 10A Molar –4.82 25.94 –7.73 –2.72
C45-51 33766 E. 13A Molar –4.17 26.61 –7.07 –2.57
C45-51 33766 E. 13A Cúbito –8.95 8.69 2.9
C151 34714 E. 14 Molar –5.27 25.48 –8.20 –1.65 –8.19 10.18 3.0
C251A 35658 E. 15 Molar –6.05 24.67 –9.00 –0.60 –7.42 10.32 2.9
C251A 35658 E. 15 Hueso –8.09 9.83 2.9
C151 35183 E. 17 Molar –6.65 24.05 –9.62 –1.14 –9.37 12.77 3.0
C247B 50047 E. 24A Molar –4.76 26.00 –7.67 –0.66 –18.03 12.04 3.3
C145 50919 E. 28 Molar –6.67 24.03 –9.64 –5.01 –11.62 8.86 2.9
C145 50918 E. 28F Molar –2.63 28.20 –5.48 –6.43 –11.26 11.33 2.9
C507A 59524 E. 34 Hueso –8.57 8.68 3.0
C507A 59469 E. 35 Cúbito –9.03 9.10 3.0
C162F 65351 E. 39 Molar –3.67 27.13 –6.55 –1.10 –8.45 10.90 3.2
C162F 65356 E. 40 Molar –5.90 24.83 –8.85 –0.72
C162F 66628 E. 46 Molar –6.98 23.71 –9.96 –1.56 –11.59 9.42 3.3
C162F 68113 E. 50 Molar –5.75 24.98 –8.69 –1.80 –9.29 12.23 3.0
C162F 67145 E. 55 Molar –5.65 25.09 –8.59 –0.71
C262B 69139 E. 60 Molar –4.38 26.39 –7.28 –2.42
C162F 68870 E. 65 Molar –0.80 30.09 –3.60 –5.34
C162F 68884 E. 67 Molar –4.58 26.19 –7.49 –3.18
C162F 68892 E. 70 Molar –6.53 24.18 –9.49 –0.32
C161 69944 E. 71 Molar –2.90 27.92 –5.76 –1.88 –7.65 6.98 2.9
C161 69918 E. 72 Molar –3.46 27.34 –6.33 –2.93 –9.33 9.47 2.9
C262B 40142 E. 73 Molar –5.14 25.61 –8.06 –4.86
C161 70020 E. 74A Molar –4.63 26.14 –7.54 –3.38 –10.24 9.58 3.0
C161 70022 E. 75 Molar –6.14 24.58 –9.09 –0.35 –6.96 7.25 2.9
C81 69785 E. 77 Molar –6.64 24.06 –9.61 –1.42 –8.90 10.11 2.9
C351A 70081 E. 78 Molar –5.63 25.11 –8.57 –1.51
C162F 69985 E. 82 Molar –4.05 26.73 –6.94 –1.82
C154A 71174 E. 91 Molar –1.57 29.29 –4.39 –3.99
C154A 71176 E. 92 Molar –7.28 23.40 –10.26 –1.15
72494 E. 98 Molar –7.32 23.36 –10.31 –1.79 –8.92 8.60 3.0
C6AA215B 72442 E. 102 Molar –7.02 23.67 –10.00 –1.90 –8.28 9.51 3.1
C6AA215B 72442 E. 102 Hueso –14.46 9.77 3.6
C181B-261 76499 E. 105 Molar –6.27 24.45 –9.23 –1.66 –10.41 15.81 3.3
C181B-261 76499 E. 105 Cúbito –9.73 10.29 3.0
C181B-261 75171 E. 106 Molar –5.57 25.17 –8.51 –2.43 –9.39 6.95 2.9
C181B-261 76692 E. 108 Molar –5.85 24.88 –8.79 –1.60 –8.77 9.70 3.0
C181B-261 78384 E. 112 Molar –4.17 26.61 –7.07 –3.88 –10.87 19.40 3.1
C181B-261 79254 E. 116 Molar –5.95 24.78 –8.90 –1.89 –9.99 9.26 3.0
C181B-261 79254 E. 116 Hueso –11.21 12.95 3.0
E12 C12 2515 E. 1 Molar –5.65 25.09 –8.59 –1.09      

Tabla xi.4 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte y dentina de molares del barrio de Teopancazco,
en Teotihuacan. Se presenta la identificación de cada muestra de los restos humanos analizados, la pieza, los resultados
isotópicos obtenidos del análisis de los carbonatos del esmalte: δ13CVPDB y δ18OVPDB ; y en colágeno: δ13CVPDB y de δ15NAIR ;
en la última columna está la relación carbono/nitrógeno como parámetro de calidad de los resultados isotópicos.
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Descripción de fauna encontrada en Teopancazco, Teotihuacan


Bolsa Teopan- Parte Nombre Nombre científico Iia-unam
cazco común
27596 99-2 Fémur Conejo Sylvilagus floridanus E1 C58 N467 E100 R2
33794 2000-1 Incisivos y premolar Conejo Sylvilagus floridanus E1 C45-51 N463 E113 R7
derecho
34654 2000-1 Tibia izquierda Liebre Lepus sp E1 C151 N463 E115 R2
37677 2001-1 Fémur izquierdo Liebre Lepus sp E1 C251A N463 E120 R1
54791 2002 Dentario izquierdo Liebre Lepus sp E1 C258C N464 E94 AA103 R1
50043 2001-1 Diáfisis radio izquier- Perro Canis familiaris E1 C247B N452 E117 AA88 En 24 R2
do y diente
51568 2001-2 Tibia derecha Perro Canis familiaris E1 C213A N451 E115 R3
67423 2004 Diente pm 4/dos Perro Canis familiaris E1 C251A N462 E118 R3
1714 1997 Hueso Tlacuache Didelphis marsupialis C19 N439 E84 R1
68958 2004 Fragmento mandíbula Puma Puma concolor E1 C162D AA168 R5 N464 E100
y diente RT11819
51178 2001-2 Ulna derecha, hueso Guajolote Meleagris gallopavo C213A N452 E115 R2
del ala
59986 2002 Mitad distal de tibio- Guajolote Meleagris gallopavo C358A N464 E93 R4
tarso izquierdo

Tabla xi.5 Descripción detallada de la fauna arqueológica encontrada en Teopancazco, Teotihuacan, México,
identificada por su origen, el animal por su nombre común y científico, así como su número de catálogo del proyecto
“Teotihuacan: elite y gobierno”, dirigido por Linda R. Manzanilla.

Para este estudio se trabajaron 33 muestras de molares de restos humanos


de individuos adultos, en particular documentados en la tabla xi.4, todos pro-
venientes de excavaciones extensivas del barrio de Teopancazco (Manzanilla
2006b, 2009). Presentamos en esta tabla los resultados isotópicos de δ13C y δ18O
en carbonatos del esmalte y δ13C y δ15N en colágeno tanto de dentina como de
hueso; cabe mencionar que todos los resultados cumplen con la relación ele-
mental de carbono/nitrógeno en el intervalo esperado de 2.9 a 3.6 propuesto
por DeNiro (1985, 1988), como ya se comentó en la sección de 2.8 sobre la pre-
servación de la señal isotópica del carbono y nitrógeno en huesos y dientes.
Esta relación se obtuvo analíticamente a partir de los resultados obteni-
dos por el analizador elemental acoplado al espectrómetro de masas. Esta du-
pla instrumental tiene la característica de que a partir de los resultados de
patrones internacionales se pueda calcular esta relación de abundancia ele-
mental, con el objeto de verificar que se tienen recuperaciones mayores a
2.5% en peso de carbono proveniente de la dentina para garantizar, por un
lado, la conservación de la muestra, y por el otro, la precisión de los análisis
isotópicos de carbono, nitrógeno y oxígeno. En el anexo xi.1 presentamos las
metodologías analíticas que se emplearon para obtener los resultados ele-
mentales e isotópicos.

370
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Para nuestro caso mencionaremos en esta sección que se midieron en cada


espécimen dental el ¹³C/¹²C, y 15N/14N en el colágeno de la dentina, así como
¹³C/¹²C y 18O/16O proveniente de los carbonatos del esmalte. La separación
esmalte/dentina se realizó mecánicamente mediante una fresa diamante igual a
las que emplean los dentistas; con ella se separó el esmalte de la dentina (ver la
tabla xi.4 para restos humanos, y la tabla xi.6 para restos de fauna arqueológi-
ca, ambos contemporáneos con la ocupación de Teopancazco; en la tabla xi.7
se presentan algunos resultados de fauna actual para compararla con los pará-
metros de las muestras arqueológicas tanto de humanos como de animales).
En la figura xi.1 se muestra la relación de los valores de δ13C VPDB y de
δ NAIR obtenidos en el colágeno de las muestras de Teopancazco; ade-
15

más se adicionó el número correspondiente al número de entierro de la


tabla xi.4. El grupo mayoritario de individuos se encuentra en la esquina
inferior derecha de la gráfica y los individuos que no pertenecen a este
grupo tuvieron durante sus vidas una dieta diferente tanto en δ13C VPDB
como δ15NAIR . Más tarde se analizarán los niveles tróficos para este tipo
de gráfica.

Figura xi.1 Muestra la relación entre los valores de δ13CVPDB y de δ15NAIR obtenidos
en el colágeno de las muestras de Teopancazco, Teotihuacan, con su identificación
correspondiente al número de entierro de la tabla xi.4.

371
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Fauna arqueológica de Teopancazco, Teotihuacan


δ18OVPDB δ18OVSMOW δ18OVSMOW δ¹³CVPDB δ¹³CVPDB δ15NAIR
Nombre (‰) (‰) (‰) (‰) (‰) (‰)
Bolsa Pieza C/N
común Carbonatos Carbonatos Agua en Carbonatos Colágeno Colágeno
de esmalte de esmalte equilibrio de esmalte
33794 Conejo Diente -4.90 25.85 –7.77 –8.47
27596 Conejo Hueso –19.85 4.38 2.9
54791 Liebre Diente –2.84 27.98 –5.64 –7.57
34654 Liebre Hueso –18.99 2.47 2.9
37677 Liebre Hueso –15.32 8.02 2.9
54791 Liebre Hueso –16.07 6.04 3.0
50043 Perro Diente –7.72 22.95 –10.69 –0.79 –7.53 10.79 2.9
50043 Perro Hueso –7.63 9.11 2.9
67423 Perro Diente –8.35 22.30 –11.33 –1.86
51568 Perro Hueso –8.04 9.32 3.0
1714 Tlacuache Hueso –12.63 8.87 3.1
68958 Puma Diente –10.10 20.50 –13.13 –9.42 –18.75 7.15 3.1
68958 Puma Hueso –19.81 7.13 3.1
51178 Guajolote Hueso –6.70 24.00 –9.63 –2.23 –8.97 6.46 2.9
59986 Guajolote Hueso –7.27 23.42 –10.21 –3.48 –12.97 5.36 2.8

Tabla xi.6 Resultados de las muestras arqueológicas de fauna antropológica del barrio de Teopancazco en
Teotihuacan, México. Se presentan la identificación de cada muestra de los restos analizados, tipo de pieza, los
resultados isotópicos obtenidos del análisis de los carbonatos del esmalte: δ13CVPDB y δ18OVPDB; en colágeno: δ13CVPDB
y de δ15NAIR ; en la última columna la relación carbono/nitrógeno como parámetro de calidad de los resultados.

En la figura xi.2 se grafican los resultados de los análisis de  δ13CVPDB y de δ15NAIR


del colágeno de la bioapatita de la dentina proveniente de las muestras arqueo-
lógicas de los restos humanos mostrados en la tabla xi.4 y de los restos de fau-
na mostrados en la tabla xi.6. Para su fácil descripción dividiremos el plano de
la gráfica en seis secciones identificadas con numerales romanos del I al VI, em-
pezando arriba a la izquierda y siguiendo el giro de las manecillas del reloj. En
los cuadrantes II, III, IV, con un intervalo de valores de δ13CVPDB = –7 a –9.4‰, se
encuentran en los resultados tanto los humanos como algunos animales que se
alimentaron con plantas C4, mediante una dieta basada en carbohidratos del
maíz; inclusive encontramos que los perros del barrio también fueron alimen-
tados con maíz. Para el caso de los  resultados de  δ15NAIR  podemos decir que el
nivel trófico 1 y 2 de la dieta refleja un intervalo de valores (2 a 6‰) para los
cuadrantes III, IV, V, y VI; en ese caso están los herbívoros como el conejo, la
liebre, los guajolotes, y en el extremo, los carnívoros primarios como el puma.
Para el caso de los humanos del cuadrante II podemos decir que éstos se
alimentaban no sólo del maíz sino de animales que fueron alimentados ex
profeso por humanos con maíz y que luego sirvieron como alimento y fuente

372
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

de proteína, por lo que se puede inferir que cabe considerar que en esa época
ya existía una incipiente avicultura y una cría de perros para consumo huma-
no. Gracias a esto hay un número de humanos que tenían una alimentación
basada en maíz y animales de granja alimentados también con maíz para con-
sumo humano. Este grupo tiene  un intervalo de valores de δ13CVPDB (–7 a
–9.4‰)  y un intervalo de valores de δ15NAIR  (8.2 a 11.3‰).
Los datos de siete individuos del cuadrante I que están comprendidos en
el intervalo de δ13CVPDB (–10.2 a –11.75‰) tuvieron durante su vida una ali-
mentación más variada que incluyó dietas con componente de plantas C3, y
en especial cuatro individuos que ingirieron dietas de un nivel trófico mayor
y con un intervalo de valores de δ15NAIR (9 a 19.75‰), los niveles tróficos 3, 4 y 5
son para personas con dietas muy especiales. 
Nótese la posición de las muestras correspondientes a un puma, que es
un carnívoro primario, alimentado con animales de fauna silvestre que a su
vez ingirieron plantas C3.
20

18 d plantas
50% de l
C4/CAM en la dieta 70 -90% de plantas
C4/CAM en la
dieta
16
AIR (‰) colágeno

14

Peces marinos
12
15N

10

8 Carnívoros 1º

Herbívoros
4

2
–22 –20 –18 –16 –14 –12 –10 –8 –6
CVPDB (‰) colágeno

Conejo Liebre Perro Tlacuache Puma Guajolote Humanos

Figura xi.2 Resultados de δ13CVPDB y de δ15NAIR del colágeno de la bioapatita de la dentina


proveniente de las muestras arqueológicas de los restos humanos de la tabla xi.4
y de los restos de fauna de la tabla xi.6.

373
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Fauna contemporánea de diferentes lugares de México


Nombre común Nombre científico Lugar δ15NAIR (‰) δ¹³CVPDB (‰)
Huachinango color rosa Lutjanus campechanus mar 12.16 –16.69
Huachinango color rosa Lutjanus campechanus mar 12.18 –15.19
Pámpano gris Trachinotus carolinus mar 12.67 –18.14
Cojinuda gris con amarillo Caranx crysos mar 12.21 –17.16
Pez bobo Joturus pichardi río 7.73 –21.32
Pez bobo carne Joturus pichardi río 10.52 –23.63
Gusano blanco Acentrocneme hesperiaris agave 4.97 –11.94
Gusano rojo, chinicuil Hypopta agavis agave 4.81 –11.00
Caracol agave 5.09 –18.46
Insecto agave 6.73 –11.44
Escamoles Liometopum apiculatum tierra 6.67 –18.56

Tabla xi.7 Muestra el resultado δ CVPDB y de δ NAIR correspondiente a músculo de peces marinos
13 15

y de agua dulce contemporáneos, así como algunos gusanos, caracoles e insectos que vivían en
plantas C4 de Teotihuacan.

Con el objeto de dar un contexto a las muestras del ecosistema se tomaron los
datos isotópicos tanto de los restos humanos como de la fauna arqueológica de
Teotihuacan; también analizamos fauna actual similar a los restos arqueológi-
cos. Los datos se reportan en la tabla xi.7. En la figura xi.3 se grafican δ13CVPDB
y δ15NAIR, y se presentan los resultados isotópicos de restos arqueológicos tanto
humanos (tabla xi.4) como de fauna (tabla xi.6), integrando los resultados de
fauna actual (tabla xi.7) y plantas actuales (tabla xi.3).
Para comparar el colágeno arqueológico con dieta y músculo de fauna actual
se debe considerar una diferencia de –1.5‰ en δ13C por cambio climático, como
ya se describió en la sección 2.3, y además el efecto del fraccionamiento isotópico
de carbono de –3‰, por la diferencia que existe entre el colágeno y la dieta.
Para este tipo de comparaciones se debe tomar en cuenta la fisiología par-
ticular de la fauna encontrada. Los tlacuaches y perros en estado salvaje son
omnívoros y carroñeros; sin embargo, al asociarse con humanos son alimenta-
dos con su misma dieta y desperdicios, que en este caso corresponden a plantas
C4, como se puede observar en la figura xi.3. En el caso de conejos y liebres se
los considera herbívoros, aunque también se alimentan de insectos; esto hace
que se observen valores de δ15NAIR en un intervalo amplio, como lo muestran
Ugan et al. (2011) al tratar la variación de los isótopos estables del nitrógeno en
conejos, en relación con pequeños cambios en el clima, suelo y topografía.
La δ13CVPDB muestra que estos restos de liebres y conejos pertenecen al
intervalo de plantas C3, lo cual indica que fue fauna no alimentada por huma-
nos y que tal vez eran originarios de diferentes ecosistemas. Para el caso de los
guajolotes muestra también un intervalo amplio de valores de δ15NAIR , ya que
su dieta está formada por semillas, frutos e insectos, como lo reportaron

374
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

20
Para poder comparar el colágeno arqueológico se debe
18 considerar adicionar –1.5‰ en 13C por cambio climático y
–3‰ por fraccionamiento isotópico que existe de la dieta a la
70-90% de
formación de colágeno. Es por esto que a los resultados de
16 colágeno arqueológico de les adicionó un corrimiento total
plantas C4/CAM
en la dieta,
de –4.5 ‰ en 13C. A la fecha no se ha reportado un cambio
considerando
14 en la 15N por cambio climático. plantas actuales

12
(‰)

10
AIR

8
15N

–2
–30 –28 –26 –24 –22 –20 –18 –16 –14 –12 –10

CVPDB (‰) de colágeno arqueológico y CVPDB (‰) de la dieta actual

Conejo arq Liebre arq Perro arq Tlacuache arq


Puma arq Guajolote arq Humanos arq Peces marinos
Peces río Plantas C3 Gusanos de maguey Escamoles

Figura xi.3 Muestra los resultados obtenidos de la relación entre los valores de δ13CVPDB y de δ15NAIR y los
restos arqueológicos humanos (tabla xi.4), restos de fauna arqueológica de la tabla xi.6, de especies vegetales
contemporáneas típicas del Valle de México de la tabla xi.3 y músculo de animales actuales (tabla xi.7).
Para comparar los resultados de colágeno arqueológico con los de las plantas actuales se debe considerar el
corrimiento de δ13CVPDB de los restos arqueológicos, bajo la consideración de –1.5‰ por cambio climático y –3‰,
con respecto al carbono de la dieta, para comparar el colágeno con músculo y corregido por cambio climático.

Rawlings et al. (2010) con su estudio empleando isótopos estables sobre la


paleodieta de guajolotes domesticados y sus implicaciones para su cuidado y
manutención dentro de una casa.
En estas muestras podemos observar dos casos en los cuales el guajolote
51178 tiene una alimentación con mayor cantidad de maíz o plantas cam, y el
guajolote 59986 muestra haber consumido menor cantidad de maíz, lo que nos
indica que entre ambos existían diferentes grados de participación en la dieta

375
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

14

12

10
Frecuencia

9.5
8.5
7.5
6.5
5.5
4.5
3.5
2.5
19.5
18.5
17.5
16.5
15.5
14.5
13.5
12.5
11.5
10.5

15N ‰, en colágeno

Figura xi.4 En el histograma se presentan los valores de δ15NAIR de todos los restos
Humanos
arqueológicos Conejo analizados
de Teopancazco liebre en este
Perro
trabajo. Tlacuache Puma Guajolote

humana, además del maíz, al igual que se ha encontrado en otros pueblos preco-
lombinos. El caso del puma es muy importante, ya que nos corrobora el nivel
trófico para un carnívoro primario alimentado por herbívoros con una dieta ba-
sada en plantas C3. Los peces modernos tanto de agua dulce como de mar tie-
nen una composición isotópica de δ13CVPDB entre las plantas C3 y C4 y de δ15NAIR
con un nivel trófico muy diferenciado, como lo muestra la figura xi.3.
El histograma de frecuencia de la figura xi.4 está construido a partir de la
δ15NAIR del colágeno. De acuerdo con lo explicado en la sección 2.7 podemos
decir que el grupo mayoritario de la población de Teopancazco se ubica al
menos en el segundo nivel trófico, es decir, que su dieta incluía animales que
habían tomado su dieta del maíz que tiene un intervalo de δ15NAIR de 0 a 2‰,
lo que indica que estas personas consumían carnes de guajolotes, perros,
tlacuaches, que fueron alimentados con maíz en cautiverio. Asimismo existen
algunos casos que tienen un nivel trófico mucho mayor, que implica un pro­
bable canibalismo por actividades rituales.
Además en este histograma presentamos los resultados de la δ15NAIR de la
fauna arqueológica perteneciente a Teopancazco, donde se puede observar
que los guajolotes tenían una dieta basada en maíz con alguna contribución
de pequeños insectos; por otra parte los perros y el tlacuache presentan clara-
mente un nivel trófico que implica el consumo de dieta similar al de la mayo-
ría de los humanos.

376
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

2.11 Modelo para la reconstrucción de dietas prehistóricas mediante


el empleo de isótopos de carbono en colágeno y carbonatos de la bioapatita

Hace más de 30 años DeNiro y Epstein (1978) demostraron experimentalmen-


te que los valores de δ13C en la quitina de los exoesqueletos, tejidos muscula-
res, colágeno de huesos y la apatita de los huesos, tanto de los animales como
de los insectos, mostraban una correlación positiva con la δ13C de sus dietas
ingeridas. Además, propusieron que los valores de δ13C en el colágeno debe-
rían reflejar los valores de la dieta proteínica ingerida; adicionalmente, en esa
época propusieron que los valores de la δ13C en la apatita, los huesos deben
reflejar preferentemente los valores de la δ13C proveniente de la porción ener-
gética de la dieta (formada por carbohidratos, lípidos y la parte de proteína
que no se incorporó a la proteína del mismo animal). Esto debería ser así por-
que la apatita de los huesos se forma a partir del carbonato de la sangre, que a
su vez es producto del metabolismo de la energía. En otras palabras, los valores
de δ13C en el colágeno del cuerpo (tanto en los huesos como en la dentina de
los dientes) reflejan de una manera más directa los valores isotópicos de la die-
ta de proteínas, mientras que los valores de δ13Capatita deben reflejar principal-
mente los valores de la dieta energética δ13Cdieta energética de carbohidratos.
A partir de estas hipótesis, se desarrollaron varios estudios experimenta-
les con animales, los cuales fueron diseñados para probar y extender el alcan-
ce predictivo de los isótopos. Ambrose y Norr (1993), con su estudio experi-
mental, mostraron la relación de los isótopos estables del carbono en la dieta
completa, su proteína y su relación con el colágeno y el carbonato de los hue-
sos; Tieszen y Fagre (1993), con su estudio sobre el efecto de la calidad y la
composición isotópica de la dieta, sobre el CO2 exhalado, en el colágeno y en
los carbonatos de la bioapatita así como en los tejidos blandos; Howland et al.
(2003), en su artículo sobre la expresión de la dieta isotópica de los compues-
tos específicos de lípidos y aminoácidos en hueso de cerdos. Jim et al. (2004)
investigaron la evidencia del carbono isotópico para la búsqueda de diferen-
cias en el origen de la dieta en el colesterol, el colágeno y la apatita, y su uso
para la reconstrucción de la paleodieta.
En cada estudio se proporcionó a los animales una dieta con macronu-
trientes controlados por sus valores de δ13C, cuidando las diferentes combina-
ciones de las porciones de proteína, carbohidratos y lípidos. En todos los estu-
dios se concluyó que los valores de la δ13Ccolágeno varían en relación con δ13CDieta
proteínica; además se obtuvieron datos en contra de la hipótesis original de que
los valores de la δ13Capatita reflejan puntualmente los valores de la δ13CDieta de
mejor forma que los valores de la dieta energética δ13Cdieta enegética. Asimismo, en
estos estudios se propuso que en la relación isotópica de la δ13Capatita se descri-
ben los componentes de la dieta de una mejor forma empleando el modelo de
mezcla lineal y finalmente se muestra que la ruta de la proteína explica de me-
jor forma el origen de la dieta (Kellner y Schoeninger, 2007).

377
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Schwarcz (2000) propuso una modificación adicional al modelo pro-


puesto, el cual es aplicable a los casos humanos cuando la población vive bajo
condiciones de una ingesta baja de proteína. La composición isotópica en el
colágeno de los huesos se comporta siguiendo el modelo lineal basándose en
la hipótesis de que en condiciones de una ingesta baja de proteínas la gente
sintetiza activamente las estructuras provenientes de aminoácidos no esen-
ciales de todas las fuentes alimentarias disponibles (carbohidratos, lípidos y
proteína), más que depender de proteína directamente.
El modelo fue probado empleando una gráfica de δ13 Ccolágeno contra
δ Capatita, donde se emplearon datos sobre estudios experimentales de fauna
13

silvestre en libertad y restos arqueológicos de humanos provenientes de don-


de las dietas fueron bien caracterizadas. Los resultados de estas pruebas indi-
can que el modelo permite una reconstrucción que es más predictiva que las
que son posibles empleando sólo la δ13Ccolágeno, δ13Capatita o en el valor absoluto
de Δ13C colágeno-apatita.

Desarrollo del método

Animales en cautiverio alimentados con dietas conocidas

Se realizó tomando como base estudios experimentales previos con animales,


donde el experimento fue planteado con ese objetivo y fueron realizados en
forma controlada. Tanto los valores δ13C de los tejidos como de las δ13C die-
tas son reales y ningún dato fue supuesto, y aún más, sólo se tomaron en cuen-
ta los experimentos donde se tenían valores de la δ13Cdietaproteínica. Los estudios
que cumplieron con estas restricciones fueron los siguientes: Ambrose y Norr
(1993) y Jim et al. (2004) con alimentación controlada en ratas; Tieszen y Fa-
gre (1993) que lo hicieron con ratones, y Howland et al. (2003) que alimenta-
ron cerdos adultos. Cabe mencionar que los cerdos, por tener gran volumen
de cuerpo, establecieron las pautas para extrapolar estos resultados a los hu-
manos. Por ello se escogieron sólo las dietas que tenían definidas el origen de
la proteína como plantas C3 y plantas C4 o proteína de origen marino, en lugar
de una mezcla de proteínas, con el objeto de probar que los tres tipos de pro-
teínas tuvieran efectos diferentes sobre los valores de δ13Ccolágeno y de δ13Capatita.

Fauna silvestre libre no domesticada


y a la que no se proveen agua o alimentos

Para el desarrollo del modelo Kellner y Schoeninger (2007) seleccionaron


datos de estudios previos que llenaron los requisitos a) de ser fauna no do-
mesticada y b) a la cual no se le dieron productos alimenticios o agua, es de-
cir, los animales se procuraban sus dietas y su agua. Los estudios que se toma-

378
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

ron en cuenta incluían los valores de δ13Ccolágeno, y de δ13Capatita; Cerling et al.


(2003), con su trabajo para determinar la dieta de la fauna silvestre de especies
bien identificadas de África mediante isótopos estables; Krueger y Sulivan
(1984), quienes desarrollaron un modelo para interpretar los resultados del
fraccionamiento isotópico entre la dieta y el hueso; Lee-Throp et al. (1989),
quienes trabajaron con las diferencias de los isótopos estables del carbono en-
tre el colágeno y la bioapatita y hueso, en relación con la dieta.
De los ejemplares terrestres se excluyeron los animales que tenían dietas
mixtas, porque no se podía identificar la señal isotópica de la proteína. Sin em-
bargo, se incluyeron especies de ramoneadores (Sullivan y Krueger, 1981), tra-
bajando con la composición isotópica del carbono de diferentes fases en hue-
sos modernos y fósiles; Tieszen et al. (1979) laboraron en la distribución de
pastos C3 y pastos C4 empleando los isótopos de carbono para discriminar el
gradiente de humedad, de altitud y de ecosistemas áridos; Nelson et al. (1989)
trabajaron en el norte de Yukón con focas marinas que consumieron 100% ali-
mento marino.

Poblaciones humanas arqueológicas

Para probar el modelo en poblaciones humanas Kellner y Schoeninger (2007)


escogieron poblaciones arqueológicas que reunieran tres criterios: primero, que
hubiese una evidencia arqueológica muy extensa (por ejemplo, datos de flora y
fauna, indicando las fuentes más probables de la energía y de la proteína); segun-
do, las evidencias arqueológicas deberían indicar si el tipo de proteínas era de C3,
C4 o marino, y no una combinación; tercero, los estudios deberían reportar los
datos individuales de δ13 Ccolágeno y δ13Capatita en adultos mayores, combinando los da-
tos de animales con dietas específicas; los datos seleccionados de las poblaciones
arqueológicas se integraron en una sola base de datos. Es importante hacer notar
que para integrar datos de dietas actuales con muestras arqueológicas se tuvo que
tomar en cuenta el cambio de la δ13C de la atmósfera moderna por el uso de com-
bustibles fósiles; esto se realiza mediante la resta de 1.5‰ tanto del colágeno como
de la apatita de los restos arqueológicos para hacerlos compatibles con los datos
modernos.
Fueron 10 los sitios seleccionados por Kellner y Schoeninger (2007) para
probar el modelo de acuerdo con los criterios mencionados. A partir de allí,
era de esperar que en siete de ellos la proteína animal tuviera la señal de las
plantas C3 proveniente de fauna como venado cola blanca y ardillas (Olsen,
1982; Katzenberg, 1989) y en conejos silvestres (Ezzo, 1993); estos últimos se
alimentaban de herbáceas que son plantas C3.
La selección incluye un conjunto en Woodland tardío, de Georgia (Tucker,
2002) y dos más a lo largo de los ríos Mississippi e Illinois (Hedman et al., 2002;
Ambrose et al., 2003), y por último el conjunto en el sur de Ontario (Harrison y

379
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Katzenberg, 2003), donde se reportaron algunos restos en los montículos aso-


ciados, y que también contienen proteína de peces de los Grandes Lagos, que
se identifican por presentar valores de δ13C ≈ 2 a 4‰ más altos que la fauna que se
alimentaba de la vegetación C3 (Katzenberg, 1989; Yerkes, 2005).
La parte proporcional de los componentes en las diferentes dietas de estas
siete poblaciones varía ampliamente. Dos de estos grupos utilizaron en su alimen-
tación sobre todo plantas C3, incluyendo los sitios con agricultura en Ontario
(Katzenberg, 1989; Harrison y Katzenberg, 2003), y los de la región de Wood­
land tardío de Georgia (Tucker, 2002). Estos grupos forrajeros obtuvieron la ma-
yoría de la energía y de las proteínas de los alimentos que tuvieron señales de C3.
Cinco de los siete conjuntos mencionados dependían de la agricultura de
maíz, incluidos los pueblos agricultores del sur de Ontario y de la isla de San
Nicolás en California (Harrison y Katzenberg, 2003), los dos conjuntos de la
región American Bottom (Hedman, 2002), los de Cahokia (Ambrose, 2003)
y los de Grasshopper Pueblo (Ezzo, 1993). El análisis floral indicó que mien-
tras que algunas plantas C3 complementaron la dieta, en todos estos sitios el
maíz fue el alimento básico (Bohrer, 1982; Katzenberg, 1989; Emerson, 2002).
En el Grasshopper Pueblo la población pudo haber comido plantas cam
(Bohrer, 1982), por lo que se pueden presentar valores de δ13C cercanos a los
valores de plantas C4. En estas cinco poblaciones se espera que las proteínas
animales tengan una señal de C3, mientras que la mayoría de la energía pro-
viene de fuentes con una señal de plantas C4.
De los cuatro estudios realizados con animales modernos alimentados con
dietas controladas se encontró que existen correlaciones significativas entre la
δ13Capatita y la δ13Cdieta , la cual corresponde a la siguiente correlación (Ambrose y
Norr, 1993):
δ13Cdieta = 1.04 * δ13Capatita – 9.2 (r2 = 0.97)

Esta relación es importante en la reconstrucción de la relación entre δ13Cdieta y


δ13Capatita. Cabe advertir que para su uso rutinario en el intervalo posible de las
dietas a considerar debe ser revisada contra otras evidencias.

El nuevo modelo para la interpretación


de la correlación entre δ13colágeno y δ13Capatita

Para otra de las correlaciones obtenidas a partir de los resultados con dietas
controladas en animales modernos, Kellner y Schoeninger (2007) indican
que existe una correlación significativa entre δ13Capatita y δ13Ccolágeno; sin embar-
go, esta correlación tiene un coeficiente de correlación de 0.57 que puede in-
ducir a errores al inferir valores, por su gran dispersión de datos.

δ13Capatita = 0.83 * δ13Ccolágeno + 3.3 (r2 = 0.57) Ecuación xi.1

380
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

00

–02
(‰) de carbonatos en esmalte

–04

–06

13C 13C
–08 CaCO3 Esmalte = 0.7547* Colágeno+ 4.9442
r = 0.84995
VPDB

–10
13C

–12

–14
–22 –20 –18 –16 –14 –12 –10 –8 –6

13C (‰) Colágeno en dentina


VPDB

Figura xi.5 Coeficiente de correlación entre la δ13C del colágeno en la dentina con respecto
a la δ13C de los carbonatos del esmalte, determinados con muestras de humanos y animales
del barrio de Teopancazco

En nuestro caso, la gráfica δ13Cesmalte contra δ13Ccolágeno se presenta en la figura xi.5,


donde se puede observar una mejor correlación lineal entre los dos parámetros.

δ13CCaCO3esmalte = 0.75 * δ13Ccolágeno + 4.94 (r2 = 0.85) Ecuación XI.2

En contraste, la línea de correlación sencilla propuesta antes (ecuación xi.1)


con los mismos datos de δ13Ccolágeno y la δ13Capatita de los experimentos con die-
tas controladas mencionadas y reportadas en Kellner y Schoeninger (2007)
muestran una distribución más ajustada cuando los datos son controlados
por la proteína de la dieta, ya sea proveniente de C3, C4 o marina. Esto gene-
ra tres relaciones lineales de regresión para un juego en particular de las die-
tas controladas (véase figura xi.6). Las líneas específicas de proteínas C3 y
C4 son paralelas pero con una muy distintiva intercepción en el eje vertical.
Este modelo construido a partir de tres líneas de regresión genera un
marco teórico que permite distinguir de una mejor forma el origen de las die-
tas, ya sea con proteína de plantas C3 de aquellas que provienen de proteína
de plantas C4 o de proteína con origen marino. Para estas tres líneas definidas
en función de los tipos de proteína C3 y C4, si se tienen dietas con 100% de

381
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

carbohidratos y lípidos provenientes de plantas C4, éstas se localizarán en la


parte superior de esa línea. De forma similar, en la línea definida por la proteí-
na de plantas C3, los carbohidratos y lípidos provenientes de plantas C3 se lo-
calizan en la parte baja de esta línea. Las dietas mixtas entre fuentes de carbo-
hidratos C3 y C4 y de los lípidos tienen su lugar entre los puntos finales de cada
una de las líneas de regresión para la proteína específica C3 o C4 de la dieta.
La línea de regresión para la proteína marina no es paralela a las otras dos
y además se sobrepone en el extremo inferior de línea de la proteína C4: la lí-
nea de la proteína marina se intersecta con la línea de proteína C4 en la parte
baja de la gráfica. Esto puede ser resultado de contar por el momento con un
reducido tamaño de muestras, por lo que es necesario emplear otras líneas de
evidencia para distinguir con mayor claridad entre la línea de dieta con pro-
teínas C4 y la dieta de proteína de origen marino en esta zona. Aun así, el mo-
delo propuesto permite una precisión para la reconstrucción de las dietas me-
jor de la que se obtiene usando el valor absoluto de Δ13C co-ap o de la
δ13Ccolágeno y la δ13Capatita, usados independientemente.
Todas las líneas de regresión propuestas tienen pendientes cerca de dos,
lo cual significa que un aumento de 1‰ en colágeno implica que el aumento
en la δ13Capatita sea casi de dos. Y debido a que la dieta de la proteína es mante-
nida constante en las tres líneas propuestas y a que ambas variables δ13Ccolágeno
y la δ13Capatita representan la dieta, un aumento en δ13Capatita representa grandes
aumentos en los valores de la dieta de energía, la cual consiste principalmen-
te en carbohidratos y lípidos, con altos niveles de proteína. El valor numérico
de la pendiente también es consistente con la propuesta de que unos pocos
átomos de carbono en la dieta energética van a terminar en el colágeno de los
huesos o dientes (excepto cuando la proteína es extremadamente baja), ya
que en ese caso van directo a la formación de la proteína.
Las ecuaciones propuestas por Kellner y Schoeninger (2007) para la línea
de proteína proveniente de plantas C3 son:

δ13Capatita = 1.74 * δ13Ccolágeno +21.4 (r 2= 0.95) Ecuación XI.3

Para proteína de origen marino tiene la expresión lineal:

δ13Capatita = 2.18 * δ13Ccolágeno +18.6 (r 2= 0.90) Ecuación XI.4

Para proteína de origen de plantas C4 tiene la expresión:

δ13Capatita = 1.71 * δ13Ccolágeno +10.6 (r 2= 0.80) Ecuación XI.5

Para cada caso la dieta con energía de plantas C3 se correlaciona con valores más
negativos de δ13Ccolágeno en comparación con aquellos de energía de plantas C4
(veáse en la gráfica Xi.6 el modelo propuesto por Kellner y Schoeninger, 2007).

382
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables
00

Línea proteínas C3
–02 13C (CaCO3) = 1.74 13C (colágeno) + 21.4
VPDB (‰) de carbonatos en esmalte

–04

–06

–08 Línea de proteína marina


13C (CaCO3) = 2.18 13C (colágeno) + 18.6
13C

–10

Línea de proteínas C4
–12 13C 13C
(CaCO3) = 1.74 (colágeno) + 21.4

–14
–24 –22 –20 –18 –16 –14 –12 –10 –8 –6
13C (‰) Colágeno en dentina
VPDB

Figura XI.6 Gráfica del modelo propuesto por Kellner y Schoeninger (ibid.).

Humanos arqueológicos. Sitios en donde la dieta


esperada proviene de proteínas C4 con energía C4

En el caso de los individuos de Teotihuacan y del altiplano maya, éstos fueron


pueblos agricultores que tienen sus valores isotópicos cerca de la línea del mo-
delo propuesto por Kellner y Schoeninger (ibid.), lo que indica que en los res-
tos analizados la mayoría de la dieta energética proviene de las plantas C4,
como era de esperarse. Los tres juegos de datos caen principalmente entre las
líneas C3 y C4; los datos provenientes de los Grasshopper Pueblo y de Teoti-
huacan muestran que la fuente principal de proteína animal es consistente con
el consumo de carne o huevos de guajolotes domésticos, que habían sido ali-
mentados con maíz, o inclusive de perros alimentados con maíz.
Los datos isotópicos son también consistentes con la hipótesis de que los
habitantes explotaban semillas con alto contenido de proteína provenientes de
plantas suculentas de la región. Como podemos observar, el modelo es ade-
cuado para utilizarse también con resultados de δ13C de carbonatos de esmalte
y δ13C de colágeno de la dentina del mismo diente, corroborando con esto que
forman un sistema equivalente al que se forma en la bioapatita de carbonatos y
colágeno en hueso. El modelo está basado en datos obtenidos de animales mo-
dernos y nuestros datos pertenecen a restos arqueológicos de δ13C de carbona-

383
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

00
I
III

–02

carbonatos en esmalte –04 Línea proteínas C3

13C (CaCO3) = 1.74* 13C (colágeno) + 21.4

–06

–08
VPDB (‰) de

–10
Línea de proteína marina
13C

13C (CaCO 13C (colágeno) + 18.6


3) = 2.18*

–12 Línea de proteínas C4


13C (CaCO 13C (colágeno) + 10.6
3) = 1.71*

II IV
–14
–24 –22 –20 –18 –16 –14 –12 –10 –8 –6

13C (‰) Colágeno en dentina


VPDB

Humanos Teopancazco arq Liebre arq Perro arq


Puma arq Guajolote arq Humanos Tikal arq
Humano actual

Figura xi.7 Gráfica basada en el modelo propuesto por Kellner y Schoeninger (ibid.) con los resultados
de δ13Ccolágeno y δ13Cesmalte de humanos y fauna de Teopancazco de este trabajo, y de Tikal de Wright (2002).

tos en el esmalte y δ13C de colágeno de dentina, con lo cual se debe considerar


un corrimiento de δ13C –1.5‰ por cambio climático en ambas variables.
En general usar la δ13Ccolágeno o δ13Capatita de forma independiente produce
reconstrucciones que no son diagnósticas de una dieta en particular o una die-
ta energética o de la dieta; nos referimos a la ecuación xi.1. Lo mismo es cier-
to al emplear los valores absolutos de Δ13C co-ap. En contraste, las gráficas de
bi-variable de δ13Ccolágeno contra δ13Capatita, pero asociadas con la proteína C3 y C4
de las ecuaciones xi.3, xi.4 y xi.5 muestran ser muy promisorias en este aspec-
to, ya que datos publicados en los últimos 10 años pueden ser graficados en lí-
neas identificadas con la proteína proveniente de plantas C3, C4, o marinas.
Este modelo permite una comparación directa de las poblaciones arqueo-
lógicas para lograr una identificación de los componentes mayoritarios de la
dieta. La evidencia arqueológica del cultivo de maíz muestra una variación
ínter e intrapoblacional, por lo que los individuos de Teotihuacan y de Grass-
hopper Pueblo indican una menor dependencia de animales de caza que de
guajolotes alimentados con maíz que muchas veces se domesticaron para ser
fuente de alimentación.

384
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

La proteína no usada en la síntesis de los tejidos en algunos casos provee


también energía, pero mientras que una menor contribución de la proteína a
la energía total ayuda a generar ruido en el sistema, no enmascara las tenden-
cias excepto en dos casos, cuando la proteína es 70% de la dieta.

2.12. Composición isotópica de oxígeno en fosfatos y carbonatos

De manera similar a lo que ocurre con el contexto del carbono en el carbona-


to del esmalte, la composición isotópica del oxígeno de la bioapatita (carbo-
natos y fosfatos) ha sido estudiada en relación con el agua bebida, y con los
isótopos del oxígeno se han generado modelos fisiológicos aplicados que
pueden dar cuenta de la sistemática relación isotópica de agua ingerida vs
composición isotópica de oxígeno en una forma exitosa.
Los isótopos de oxígeno tanto en el fosfato como en el carbonato de la
bioapatita en el momento de su formación están en equilibrio isotópico con
el agua del cuerpo, la fuente más importante de oxígeno para los mamíferos,
además del O2 atmosférico que respiran, la cual —dicho sea de paso— no
participa en la composición isotópica de fosfatos y carbonatos. Sin embargo,
ésta sí corresponde directamente a la ingesta de agua (agua líquida y en me-
nor proporción el agua contenida en las plantas). El agua bebida por un orga-
nismo se puede correlacionar con el clima donde vivió durante el periodo
mencionado, donde el flujo de oxígeno en el agua ingerida en la dieta provie-
ne del agua de lluvia. Cabe mencionar que el oxígeno que respiran los anima-
les de la atmósfera es relativamente invariante isotópicamente hablando y no
influye en ninguno de los valores isotópicos de los carbonatos o de la materia
orgánica en un organismo viviente.
La determinación isotópica del oxígeno contenido en la bioapatita del
carbonato es equivalente al oxígeno del fosfato, el cual es posible analizar
cuando el esmalte es relevante y accesible. Existe una buena relación empírica
entre el agua bebida por el mamífero y el carbonato de los huesos o del esmal-
te, la cual ha sido demostrada ampliamente por Iacumin et al. (1996) y por
Kohn y Cerling (2002).

3. Aplicación de las técnicas isotópicas


al estudio de huesos y dientes en Teotihuacan

El objetivo de esta sección es mostrar cómo se puede determinar el posible


lugar de origen de los movimientos humanos mediante el estudio de sus res-
tos en una comunidad multiétnica como lo es Teotihuacan, donde esos movi-
mientos humanos fueron motivados por la economía de esa ciudad, que
dependía del constante flujo migratorio hacia la gran urbe.

385
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Para probar este hecho es importante reconocer en los restos humanos los
posibles lugares de origen. Esto es posible mediante los isótopos estables del
oxígeno contenido en la bioapatita que forma los huesos y en el esmalte de los
dientes en los restos humanos. Esto tiene su fundamento, como lo menciona-
mos, en la variación de la composición isotópica de los isótopos del oxígeno del
agua en la lluvia expresada como cambios en la variable δ18OW; esta variable
ambiental cambia con la temperatura promedio de un lugar en particular, la cual
está determinada en especial por factores geográficos como altitud y latitud.
A escala mundial se ha observado que en el valor δ18OW del agua del ciclo
hidrológico en la naturaleza se presentan dos efectos distintos pero mezcla-
dos en diferentes proporciones. El primer efecto está relacionado con la altu-
ra geográfica en un punto determinado del continente. Este efecto de altura
se expresa de la siguiente forma: en el caso del agua de precipitación en las is-
las del Pacífico ecuatorial la δ18OW del agua meteórica está en el intervalo de 0
a –2‰, y al pasar de una escasa, a una mediana y a una gran altura, los valores
isotópicos δ18OW del agua meteórica tendrán valores más negativos que los
encontrados en la lluvia a nivel del mar. El segundo efecto con δ18OW del agua
está relacionado con la latitud geográfica; a medida que la latitud aumenta,
los valores de δ18Ow son más negativos, razón por la cual los valores más nega-
tivos de δ18OW se encuentran en los hielos de la Antártida. En este lugar es
donde se presentan los dos efectos simultáneamente: el de la altitud y el de
una mayor longitud por estar en el polo sur, alcanzando un valor aproximado
de δ18OW = –55‰. Por las propiedades mencionadas, la composición isotópi-
ca del oxígeno de los carbonatos δ18OC, o de los fosfatos δ18Op de la apatita
biogenética es empleada como un proxie de los factores climáticos, por lo que
ambas fases están relacionados de manera muy directa con el agua ingerida
durante la vida del individuo, que a su vez es función tanto de la temperatura
media anual como de la humedad y, por consiguiente, de la lluvia en un lugar
determinado (Dansgaard, 1964; Rozansky et al., 1993). En México la variación
en δ18Ow en agua de lluvia está bien documentada gracias a varios estudios
hidrológicos que se han realizado en muchas partes del país.
Para el caso de los seres vivos se ha comprobado que los compuestos or-
gánicos que tienen en sus moléculas átomos de oxígeno, como es el caso de la
bioapatita del hueso o la bioapatita del esmalte de los dientes, están constitui-
dos por una mezcla de compuestos orgánicos (colágeno) e inorgánicos que
son formados con diferentes proporciones de carbonatos (CO3)–2 y fosfatos
(PO4)–3. Estos compuestos inorgánicos, a su vez, poseen una composición
isotópica particular del oxígeno δ18O, por lo que para el caso de los carbona-
tos se identificará la composición isotópica de oxígeno de los carbonatos
como δ18OC y la que caracteriza a los fosfatos como δ18Op; ambos compuestos
forman la bioapatita tanto del esmalte como de los huesos.
Es importante indicar que el oxígeno tanto de carbonatos como de fosfa-
tos que constituye el esmalte es adquirido durante el tiempo que toma la for-

386
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

mación del esmalte del diente; esto se realiza por medio de una precipitación
en equilibrio isotópico (expresado así porque ésta se lleva a cabo muy lenta-
mente a partir del agua contenida en el cuerpo del ser vivo, con una pequeña
diferencia predecible conocida como fraccionamiento isotópico del oxíge-
no). De forma similar se realiza la formación de los huesos, con la salvedad de
que en ellos existe una tasa continua de recambio del oxígeno que permite
estimar la δ18OW que se relaciona con la composición isotópica del agua inge-
rida promedio de los últimos años de vida de un individuo en particular.
El valor del oxígeno del agua, que está disponible en la tropósfera, toma
su valor numérico principalmente del agua meteórica (lluvias) de la localidad
donde se precipita, y se incorpora a los seres vivos mediante el agua ingerida
tanto para las funciones vitales como para la formación de tejidos y de la par-
te ósea, como son los carbonatos y los fosfatos. La incorporación del oxígeno
a la parte ósea se realiza con un fraccionamiento isotópico, esto es, el valor de
los isótopos del oxígeno de los carbonatos y fosfatos que se generan a partir
del agua en el interior del cuerpo del animal tendrán valores δ18OC y δ18Op di-
ferentes entre ellos y diferentes a los del agua ingerida.
Durante la existencia de los seres vivos hay otras aportaciones de oxígeno
a los organismos, como es el caso del oxígeno de la atmósfera que respiramos.
El oxígeno atmosférico tiene un valor δ18OAt que es constante en toda la at-
mósfera que rodea la Tierra, con un valor isotópico muy diferente al del agua,
además de que este oxígeno tiene otros mecanismos de asimilación, por lo
que no contribuye a la formación de los carbonatos y fosfatos de los huesos y
dientes, y por ello no se manifiesta ni en δ18OC ni en la δ18OP.
En el caso de los seres humanos y de los mamíferos otra pequeña contri-
bución al oxígeno isotópico de la bioapatita que aparece tanto en δ18OC como
en la δ18OP proviene del δ18OW del agua contenida en las plantas. Esta compo-
sición isotópica del agua de la planta también depende del agua atmosférica,
siendo su valor delta muy similar al del agua de lluvia. Además, tomando en
consideración el hecho de que en un ser vivo también se asimila el agua con-
tenida en las plantas, es necesario puntualizar que existe una gran diferencia
en el volumen del agua bebida, comparada con los volúmenes de agua ingeri-
dos a través del líquido contenido en las plantas, que es muy pequeño en rela-
ción con el volumen de agua bebida en forma líquida.
Por lo antes mencionado, y debido a que la formación de las diferentes
piezas dentarias en un individuo ocurren en las diferentes etapas de creci-
miento de los mamíferos, en el caso de que el individuo bajo estudio haya
cambiado la característica isotópica del agua bebida por razones de migración
a otro lugar geográfico, por cambios de la temperatura media anual (cambios
en la altura sobre el nivel del mar o en la latitud), éstos se podrán revelar en las
diferentes piezas dentarias, las cuales guardan el registro de este movimiento
migratorio en el esmalte, susceptible de ser medido mediante el análisis isotó-
pico. Cabe mencionar que tanto los fosfatos como los carbonatos conforman

387
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

la fase mineral de huesos y dientes, y han sido reconocidos como una podero-
sa herramienta para determinar los proxies paleoambientales (Sullivan y
Krueger, 1981; Luz et al., 1984; Longinelli, 1984).
Por todo lo considerado, la medición de la δ18OC y δ18Op es una herra-
mienta que ayuda a determinar los procesos de migración humana, como lo
han reportado White et al. (2007) en restos humanos provenientes de entierros
en la Pirámide de la Luna, Teotihuacan; White et al. (2002), con datos del
Templo de la Serpiente Emplumada, Teotihuacan; Spence (2004), con datos
de individuos del Barrio de los Comerciantes, Teotihuacan; White et al.
(2004), con datos de individuos provenientes del Barrio Oaxaqueño, Teoti-
huacan; Price et al. (2010), con datos de individuos provenientes de Copán,
en Guatemala; Wright et al. (1998; Wright, 2002), con datos de individuos de
Kaminaljuyú y Tikal, ambos en Guatemala.
La validez de extender estos proxies hacia el pasado depende de la ausen-
cia de interacciones significativas posdepósito entre los materiales fósiles y el
ambiente del enterramiento. Cuando el organismo muere y se deposita en la
tierra las interacciones de los materiales fósiles con el medio ambiente del lu-
gar donde se encuentra reposando se realizan mediante tres mecanismos
principales: a) por la acción de bacterias y microorganismos que empiezan a
atacar los restos óseos y en muchos casos lo hacen desde el inicio de su ente-
rramiento; b) por la adición de nuevos materiales a los restos fósiles mediante
la precipitación de minerales exógenos secundarios, que pueden ser, entre
otros compuestos, los carbonatos o los fosfatos, y c) por procesos de inter-
cambio isotópico entre la bioapatita de los huesos y dientes con los fluidos
acuosos en el lugar de depósito, que dependiendo de los procesos diagénicos
pueden alterar la composición isotópica original de los materiales.
Para el segundo mecanismo de interacción mencionado éstos se pueden
eliminar mediante protocolos de limpieza diseñados específicamente para este
propósito, con lo que se puede descartar la alteración del material. Para el ter-
cer mecanismo de interacción con el medio ambiente la precipitación secun-
daria o el intercambio isotópico puede ocurrir tanto en el esmalte como en los
restos óseos, y puede afectar tanto a los carbonatos como a los fosfatos. Estos
efectos adversos se pueden corregir para reconstruir los valores originales del
carbonato, del fosfato o ambos empleando un algoritmo desarrollado por Zas-
so et al. (2004) a partir de la comparación de las tendencias de estos datos, con
la misma relación lineal de estas variables provenientes de restos modernos
que no hayan sufrido estos procesos de interacción con el medio ambiente.
Por lo tanto, para que los estudios basados en la reconstrucción paleoam-
biental sean exitosos se debe identificar que los materiales fósiles hayan pre-
servado su composición isotópica original.
Se ha probado que tanto la composición isotópica de oxígeno de los fos-
fatos δ18Op como la de los carbonatos δ18OC que forman la estructura de la
bioapatita de los dientes y la de los huesos en el cuerpo del mamífero se corre-

388
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

lacionan linealmente. Además, es importante mencionar que estos dos com-


puestos de la bioapatita se forman simultáneamente en equilibrio isotópico
con el agua ingerida por el organismo, y como consecuencia la composición
isotópica del agua ingerida δ18OW tiene correlaciones lineales con la composi-
ción isotópica de los carbonatos δ18OC y fosfatos δ18OP. Por lo tanto, existe la
relación del agua ingerida con la δ18OW del agua de precipitación. Es por esta
razón que tanto la composición isotópica de los carbonatos como los fosfatos
de la bioapatita de huesos y dientes son considerados como un archivo de in-
formación climática (Iacumin et al., 1996).
Expresado de otra forma, durante la formación tanto de los huesos como
de los dientes los (PO4)–3 y (CO3)–2 estructurales de la bioapatita son fases
que incorporan cogenéticamente al oxígeno del agua H2O y que están en
equilibrio isotópico a la misma temperatura, con el mismo reservorio de oxí-
geno, que para el caso de los mamíferos es el agua del cuerpo; la temperatura
de intercambio es del orden de los 36º C, por lo que deben existir tres correla-
ciones lineales: a) entre los valores δ18OP y δ18OC, b) entre los valores δ18OC y
la δ18OW y c) entre los valores δ18OW y la δ18OP.
Iacumin et al. (ibid.) presentaron la correlación entre un conjunto de va-
lores δ18OP y δ18OC de huesos y dientes obtenidos de mamíferos modernos
con el objeto de tener estas dos fases lo más prístinas posibles, a fin de probar
que los isótopos del oxígeno que constituyen fosfatos y carbonatos de la bioa-
patita se formaron cogenéticamente en equilibrio con el agua en el cuerpo de
los mamíferos. Con esto pudieron calcular una relación cuantitativa entre la
δ18OC y la δ18OP, y además demostrar que existen unas relaciones indepen-
dientes entre la δ18OC y la δ18OP con el agua del cuerpo ingerida, δ18OW. Asi-
mismo, la correlación entre la δ18OC y la δ18OP permite obtener información
sobre posibles efectos de alteraciones postmortem en los fósiles estudiados
(Zazzo, 2004).
Las ecuaciones que relacionan las composiciones isotópicas tanto de la
bioapatita de los esmaltes de los dientes como de la bioapatita del oxígeno del
fosfato δ18OP y del carbonato δ18OC en equilibro con los líquidos corporales
son las siguientes (Iacumin et al., 1996) (figura xi.8):

δ18OC = 0.998 * δ18OW + 33.623 (r2 = 0.977) Ecuación XI.6

δ18OP = 1.069 * δ18OW + 25.059 (r2 = 0.998) Ecuación XI.7

Cabe mencionar que en las dos ecuaciones anteriores tanto la δ18OC como la
δ18OP deben estar expresadas en unidades del patrón internacional vsmow;
por lo tanto, para realizar el cambio entre los valores δ18OC expresados en la es-
cala vpdb a la escala vsmow, ésta se realiza mediante la ecuación xi.8:

δ18OVSMOW = 1.03086 * δ 18OVPDB + 30.91 Ecuación XI.8

389
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

30

28

26

24

22 18Oc =0.998 18Ow + 33.623

r2 = 0.977
18O

20

18

16

14 18Op = 1.069 18Ow + 25.059

12
r2 = 0.998

10
–12 –11 –10 –9 –8 –7

18O Agua meteórica

Figura xi.8 Valores de la composición isotópica del oxígeno tanto para dientes como para huesos
en los fosfatos δ18OP y en los carbonatos (δ18OC) que los constituyen vs los valores promedio de la
línea meteórica del agua (δ18OW) (Iacumin et al., 1996).

Por último, la ecuación de correlación entre δ18O de carbonatos vs. δ18O de


fosfatos (Martin et al., 2008) es la siguiente:

δ18OC = 1.037 (±0.26) δ18OP + 8.57 (±0.504) Ecuación XI.9

4. Discusión de resultados del oxígeno en Teopancazco

Aplicando las ecuaciones xi.8, xi.7 y xi.6 a los datos de δ18OC y δ18OP presenta-
dos por autores como White et al. (1998, 2002, 2004a y b, 2007) y Spence (2004)
con datos de Teotihuacan; Wright et al. (1998) en Kaminaljuyú; Wright (2002)
en Tikal; Price et al. (2010) en Copán, y con los resultados obtenidos en este tra-
bajo, se puede tener una base común de comparación entre los diferentes resulta-
dos obtenidos por distintos autores. Ésta está relacionada con el agua ingerida
por los diferentes grupos humanos de las ciudades precolombinas, al analizar in-
distintamente la composición isotópica del oxígeno en los fosfatos y los carbona-
tos y compararlas en una misma base, además de determinar la altitud de origen.

390
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

0
Morgadal Grande, Ver. (lluvia)

–10 Línea meteórica mundial


2H = 18O*8+10

–20
Cuajilote y El Pital, Veracruz Martínez de la Torre, Ver. (pozo)

–30 Las Higueras, Veracruz


VSMOW ‰

–40 Río Filobobos, Veracruz Casitas, Veracruz

–50
2H

Maltrata, Veracruz
–60 Cuicuilco, D.F. (lluvia)
Atltzayanca, Tlaxcala (pozo)
–70 Las Pilas, Morelos
Oaxtepec, Morelos (lluvia)
–80 Atltzacayanca, Tlaxcala (lluvia)

–90
–12 –10 –8 –6 –4 –2 0
18O
VSMOW ‰

Figura XI.9 Línea de agua meteórica con datos de δ18OVSMOW y δ2HVSMOW de agua colectada
durante 2009 y 2010 en poblados relacionados con la ciudad de Teotihuacan.

En la figura xi.9 presentamos la correlación lineal entre composiciones


isotópicas de δ18OW con la composición isotópica δ2HW para las diferentes re-
giones de la República Mexicana en la que, por sus valores de pendiente y or-
denada, el origen puede asociarse directamente con la correlación establecida
para el agua meteórica mundial (aguas de lluvias). Esta correlación tiene vi-
gencia alrededor del mundo y se le conoce como la línea meteórica mundial
propuesta por Craig (1961); es empleada en la actualidad por muchos investi-
gadores e ingenieros para los estudios de hidrología isotópica. A partir de ella
elaboramos una correlación entre la δ18OW y la altura de las mencionadas lo-
calidades. Cabe hacer notar que estas localidades están relacionadas con Teo-
tihuacan a través de un intercambio comercial empleando un corredor desde
la zona de Martínez de la Torre en el estado de Veracruz hasta Teotihuacan
(véase Manzanilla, 2006b, 2009, 2011).
En la tabla xi.4 se presentan los resultados de los análisis isotópicos
correspondientes al carbono y oxígeno en carbonatos del esmalte provenien-
tes de molares de diferentes entierros correspondientes a una base de datos
de 40 individuos del centro de barrio de Teopancazco, en Teotihuacan, Méxi-
co, expresados primeramente con δ13CVPDB, δ18OVPDB, la δ18OVSMOW, es la misma
relación sólo que expresada como delta de oxígeno 18 en la escala vsmow, la
cual tiene la misma precisión que la escala vpdb.

391
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Figura XI.10 En esta figura se presentan los valores de δ13CVPDB y δ18OVPDB de carbonatos
provenientes de esmalte de cada uno de los entierros con su codificación, encontrados en el centro
de barrio de Teopancazco, Teotihuacan.

En la figura xi.11 se presentan los resultados de δ13CVPDB, utilizando las


ecuaciones xi.8 y xi.7, la δ18OVSMOW del agua en equilibrio con los carbonatos
provenientes del esmalte de cada uno de los entierros encontrados en el cen-
tro de barrio de Teopancazco, Teotihuacan, de la tabla xi.4. Para su interpre-
tación hemos definido dos líneas paralelas al eje de los carbonatos con un in-
tervalo de δ18OVSMOW del agua en equilibrio de 8.5 a 10.5‰ (líneas azules) y
otra división con una segunda línea ahora paralela al eje vertical de δ18OVSMOW
del agua en equilibrio, donde se tiene un valor de δ13CVPDB –2‰ (línea verde).
Como resultado de estas líneas se tienen cuatro cuadrantes. En el cuadrante
superior izquierdo aparecen individuos con una dieta en un intervalo de mez-
cla de 50 a 30% de plantas C3, y en cuanto a la δ18OVSMOW del agua en equili-
brio se observa que no son habitantes ordinarios del Altiplano Mexicano. En
el tercer cuadrante, abajo a la derecha, se encuentran los individuos con una
típica dieta de maíz y que vivieron en el Altiplano Mexicano. En el último
cuadrante sólo tenemos un individuo con una dieta muy diferenciada con
respecto a la dieta común de los habitantes de Teotihuacan.

392
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

–3
I 70 al 90% de II
(‰) del agua en equilibrio

–4 plantas C4/CAM
en la dieta

–5

–6

–7 50% de plantas C4/CAM


en la dieta
–8
VSMOW

–9
18O

–10 IV
III

–11
–7 –6 –5 –4 –3 –2 –1 0
13C (‰) de CaCO3 de esmalte
VPDB

Figura XI.11 Al igual que en la figura anterior, se presentan los valores de δ13CVPDB y utilizando
las ecuaciones xi.9 y xi.7, la δ18OVSMOW del agua en equilibrio con los carbonatos provenientes
de esmalte de cada uno de los entierros encontrados en el barrio de Teopancazco, Teotihuacan,
México. Además en esta figura se puede observar que la población que estamos considerando en la
región marcada con líneas azules corresponde a los individuos cuya procedencia es de Teotihuacan
y zonas de alturas similares. Las líneas verdes nos indican la proporción de ingesta de plantas C4 o
cam en la dieta.

En la figura xi.12 se presenta el histograma de frecuencias con los valores


de δ18OVSMOW del agua en equilibrio, donde también se identifica que la gran
mayoría de los individuos de Teopancazco eran originarios del Altiplano
Mexicano, con algunos que muestran que tienen su origen en zonas con alti-
tud baja e inclusive provienen de la zona costera.
La composición isotópica de la relación de 18O/16O en el esmalte de los
dientes refleja las condiciones climáticas (paleotemperatura) para la fauna y
humanos en un lugar de estudio; puede ser utilizada para interpretar la fuente
del agua de la dieta, la cual incluye fuentes como el oxígeno del aire, el agua
que se bebe y el agua proveniente de los alimentos (Harris y Cerling, 2002;
Palmqvist et al., 2003; Kohn, 1996; Kohn et al., 1996).
Los restos faunísticos indican que la subsistencia dependía de conejos,
liebres, venados, perros y guajolotes, suplementados por aves acuáticas y pe-
ces de agua dulce (Starbuck, 1975; Valadez y Manzanilla, 1988).

393
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos
14

12

10

Frecuencia
8

0
–11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5

δ18OVSMOW ‰ de agua en equilibrio isotópico con (CO3)–2 de esmalte

Figura XI.12 Histograma de frecuencias con los datos isotópicos de δ18OVSMOW del agua en equilibrio
por cada individuo, la cual estuvo en equilibrio isotópico en el momento de la formación de sus
molares, los datos isotópicos correspondientes al oxígeno en equilibrio con agua ingerida mencionados
en la tabla xi.4 para individuos encontrados en el centro de barrio de Teopancazco, Teotihuacan.

La figura xi.13 es similar a la figura xi.11 en lo que respecta a los humanos y a


las líneas con las que se definieron los cuadrantes descritos. El objeto de esta grá-
fica es añadir los resultados de δ13CVPDB de los carbonatos del esmalte y de
δ18OVSMOW del agua en equilibrio provenientes de los restos de fauna para estable-
cer los orígenes y las dietas de la fauna arqueológica analizada. Como podemos
observar, solamente los guajolotes pertenecen a la zona de Teotihuacan; los perros
alimentados con maíz vivieron en regiones de mayor altitud; el puma provenía de
una región más alta con una dieta de animales herbívoros que comían plantas ma-
yoritariamente C3; el conejo y la liebre procedían de lugares más bajos que el Alti-
plano Mexicano, alimentados con una dieta mayor prioritariamente de C3.
Como lo habíamos mencionado, se puede construir una comparación
con los datos obtenidos de los análisis isotópicos entre los carbonatos (δ18OC)
y los fosfatos (δ18OP) cuando ambos resultados están en la escala vsmow.
Más adelante presentaremos los datos isotópicos de los carbonatos (δ18OC)
que originalmente fueron extraídos de los molares y reportados por otros autores,
los cuales corresponden sobre todo a la zona maya. Los artículos que presentan
resultados de δ18OC en carbonatos del esmalte de los dientes son la tabla xi.4, en la
que se presentan los análisis de varios individuos de Teopancazco (resultados refe-
ridos por primera ocasión en este trabajo); la tabla xi.12, que presenta los datos de
Copán, Honduras, descritos por Price et al. (2010); los de la tabla xi.13 son de
Kaminaljuyú, Guatemala, descritos por Wright et al. (1998), y finalmente los de la
tabla xi.14 son de Tikal, Guatemala, y fueron descritos por Wright (2002).

394
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Figura XI.13 Al igual que en la figura anterior, se presentan los valores de δ13CVPDB y utilizando
las ecuaciones xi.8 y xi.6 se calculó la δ18OVSMOW del agua en equilibrio con los carbonatos
provenientes de esmalte de cada uno de los entierros de humanos y fauna encontrados
en el barrio de Teopancazco, Teotihuacan.
Los datos analíticos obtenidos de (δ18OC)VPDB de las tablas mencionadas, en el
párrafo anterior, originalmente están reportados en la escala vpdb bajo el nombre
de “δ18OVPDB (‰) esmalte carbonatos”; estos valores, mediante una sencilla ecua-
ción (ecuación xi.8), se convierten a la escala (δ18OC)VSMOW. Los datos numéricos
resultado de esta conversión están en la columna de nombre “δ18OVSMOW (‰) car-
bonatos de esmalte”, y por último, para que sea posible una comparación con la
(δ18OP)VSMOW, hay que convertirlos a los valores del agua de lluvia ingerida por los
diferentes individuos; para ello aplicamos la ecuación xi.6. El resultado del uso de
esta fórmula aparece en la columna descrita con el nombre de “δ18OVSMOW (‰)
agua en equilibrio”, que permite con grado suficiente de seguridad realizar la com-
paración en una base común, empleando los resultados isotópicos del oxígeno en
los carbonatos y los fosfatos obtenidos del esmalte de los molares de los individuos
que vivieron en los diferentes sitios arqueológicos descritos.
De forma similar, los resultados de (δ18OP)VSMOW (‰) en los fosfatos del
esmalte obtenidos de varios individuos pertenecientes a los diferentes sitios ar-

395
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

queológicos fueron convertidos a valores de (δ18OW)VSMOW (‰) de agua ingeri-


da que estuvo en equilibrio isotópico con el fosfato cuando el esmalte se formó.
Empleando la ecuación xi.7 esta transformación permite establecer una escala
común de comparación (Iacumin et al., 1996) de los carbonatos cogenéticos con
los fosfatos en el esmalte. Los valores del agua en equilibrio con el fosfato están
en la última de las columnas y se identifica con “δ18OVSMOW (‰) fosfatos del es-
malte”. Los artículos que presentan resultados de (δ18OP) en fosfatos de esmalte
de los dientes son los que se mencionan en la tabla xi.8: la Pirámide de la Luna,
Teotihuacan, México, reportados por White et al. (2007); los de la tabla xi.9:
la Pirámide de la Serpiente Emplumada, Teotihuacan, México (ibid.); los de la
tabla xi.10: el Barrio de los Comerciantes, Teotihuacan, México (Spence,
2004); los de la tabla xi.11: Tlailotlacan, Teotihuacan, México (White et al.,
1998); los de la tabla xi.12: Copán, Honduras (Price et al., 2010).

Pirámide de la Luna (White et al. 2007)


δ18OVSMOW (‰) δ18OVSMOW (‰)
Entierro Periodo Pieza
Esmalte fosfatos Agua en equilibrio
2 Tlamimilolpa Temp. Molar 17.1 –7.54
3a Tlamimilolpa Tard. Molar 16.1 –8.47
3b Tlamimilolpa Tard Molar 16.8 –7.82
3c Tlamimilolpa Tard Molar 16.2 –8.38
3d Tlamimilolpa Tard Molar 15.7 –8.85
4a Xolalpan Temp. Molar 17.6 –7.07
4b Xolalpan Temp. Molar 14.9 –9.60
4c Xolalpan Temp. Molar 16.3 –8.29
4d Xolalpan Temp. Molar 16.8 –7.82
4e Xolalpan Temp. Molar 17.6 –7.07
4f Xolalpan Temp. Molar 17.4 –7.26
4g Xolalpan Temp. Molar 18.3 –6.42
4h Xolalpan Temp. Molar 16.1 –8.47
4i Xolalpan Temp. Molar 16.1 –8.47
4j Xolalpan Temp. Molar 21 –3.89
4k Xolalpan Temp. Molar 21.5 –3.42
4l Xolalpan Temp. Molar 16.6 –8.01
4m Xolalpan Temp. Molar 15.7 –8.85
4n Xolalpan Temp. Molar 20.5 –4.36
4o Xolalpan Temp. Molar 17.5 –7.17
4p Xolalpan Temp. Molar 20.1 –4.73
4q Xolalpan Temp. Molar 19.7 –5.11
5a Xolalpan Temp. Molar 16.7 –7.91
5b Xolalpan Temp. Molar 16.7 –7.91

Tabla xi.8 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares de la


Pirámide de la Luna en Teotihuacan, México, obtenidos por White et al. (2007).

396
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Pirámide de la Serpiente Emplumada (White et al. 2002)


δ18OVSMOW (‰) δ18OVSMOW (‰)
Entierro Periodo Pieza
Esmalte fosfatos Agua en equilibrio
190f Tlamimilolpa Temp. Canino 15.5 –8.94
4a Tlamimilolpa Temp. Canino 14.4 –9.97
4c Tlamimilolpa Temp. Canino 16.8 –7.73
4e Tlamimilolpa Temp. Canino 11.7 –12.50
4l Tlamimilolpa Temp. Canino 11.4 –12.78
4ñ Tlamimilolpa Temp. PM 17.8 –6.79
4o Tlamimilolpa Temp. Canino 17.2 –7.35
2a Tlamimilolpa Temp. Canino 14.4 –9.97
2c Tlamimilolpa Temp. Canino 13 –11.28
2g Tlamimilolpa Temp. M3 15.2 –9.22
2h Tlamimilolpa Temp. Canino 17.8 –6.79
5c Tlamimilolpa Temp. PM 18.2 –6.42
5d Tlamimilolpa Temp. M2 17.2 –7.35
5e Tlamimilolpa Temp. Canino 16.3 –8.19
5f Tlamimilolpa Temp. Pm 17.5 –7.07
5g Tlamimilolpa Temp. Canino 17.4 –7.16
5h Tlamimilolpa Temp. PM 14.9 –9.50
6b Tlamimilolpa Temp. Canino 15.6 –8.85
6c Tlamimilolpa Temp. Canino 16.4 –8.10
6d Tlamimilolpa Temp. Canino 16.9 –7.63
6i Tlamimilolpa Temp. Canino 15 –9.41
10a Tlamimilolpa Temp. Canino 15.8 –8.66
13e Tlamimilolpa Temp. Canino 16.5 –8.01
14a Tlamimilolpa Temp. Canino 14.9 –9.50
14c Tlamimilolpa Temp. PM 16.6 –7.91
14f Tlamimilolpa Temp. Canino 10.1 –13.99
14i Tlamimilolpa Temp. PM 17 –7.54
14k Tlamimilolpa Temp. PM 16.5 –8.01
14r Tlamimilolpa Temp. Canino 15.4 –9.04
14s Tlamimilolpa Temp. M2 16.1 –8.38

Tabla XI.9. Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares de la Pirámide


de la Serpiente Emplumada en Teotihuacan, México, obtenidos por White et al. (ibid.).

397
Barrio de los Comerciantes, Teotihuacan (Spence, 2004)
Entierro Periodo Pieza δ 18 O VSMOW (‰) δ18OVSMOW (‰)
Esmalte fosfatos Agua en equilibrio
14c Xolalpan Temp. Premolar 17.9 –6.79
24–25 Canino 16.1 –8.47
10a Xolalpan Tardío Premolar 17.9 –6.79
13b Xolalpan Tardío Molar 15.9 –8.66
17 Xolalpan Tardío Canino 16.4 –8.19
33a Xolalpan Tardío Molar 11.7 –12.59

Tabla xi.10 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares del


Barrio de los Comerciantes en Teotihuacan, México, obtenidos por Spence (2004).

Tlailotlacan, Barrio Oaxaqueño, Teotihuacan (White, Spence, Longstaffe, Law, 2004)


Entierro Periodo Pieza δ18OVSMOW (‰) δ18OVSMOW (‰)
Esmalte fosfatos Agua en equilibrio
408-1 Tlamimil. Temp. m1+m2 16.2 –8.29
408-2 m2 17.1 –7.45
409 m2 16.9 –7.63
284a Tlamimil. Temp. m2 15.2 –9.22
261 Tlamimil. Temp. m3 15.4 –9.04
322 Tlamimil. Temp. m2+m3 17 –7.54
345 S Tlamimil. Temp. m2 16.4 –8.10
223 Tlamimil. Tardío m1+m2+m2 15 –9.41
345n Tlamimil. Tardío m1+m2 15.25 –9.18
130 Inc. Xolalpan Temp2 15.4 –9.04
381 Inc. Xolalpan Temp2 m3 15.1 –9.32
133 Xolalpan Temp m2+m1 15.9 –8.57
113 Xolalpan Temp m3 17 –7.54
tumba este Xolalpan m1 14.9 –9.50
tumba este 5774 Xolalpan m2 15.5 –8.94
tumba norte 551-31 Metepec pm1 14.4 –9.97

Tabla xi.11 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares


de Tlailotlacan en Teotihuacan, México, obtenidos por White, Spence, Longstaffe y Law (1998).

Tlajinga 33, Teotihuacan (White, Storey, Longstaffe, Spence, 2004a)


Entierro Periodo Pieza d18OVSMOW (‰) d18OVSMOW (‰)
Esmalte fosfatos Agua en equilibrio
56 Tlamimilolpa Temp Canino 15.5 –8.94
6 Tlamimilolpa/Xolalpan M1 11.3 –12.87
45-55 Tlamimilolpa/Xolalpan Canino 14.5 –9.88
45-55 Tlamimilolpa/Xolalpan Canino 15 –9.41
50-60 Tlamimilolpa/Xolalpan Incisivo 14.4 –9.97
45-55 Tlamimilolpa/Xolalpan Incisivo 17.1 –7.45
40-50 Tlamimilolpa/Xolalpan Incisivo 16.3 –8.19
35-39 Xolapan Tardío/Metepec M3 17.2 –7.35
50-60 Xolapan Tardío/Metepec M1 17.3 –7.26

Tabla xi.12 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares


de Tlajinga 33 en Teotihuacan, México, obtenidos por White, Storey, Longstaffe y Spence (2004a).
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables
10

Número de Individuos
6

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
gua en equilibrio isotópico con (PO4)-3 de esmalte. Pirámide de la Luna, Teotihuacan

10

8
Número de Individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ‰ de agua en equilibrio isotópico con (PO43)–3 de esmalte. Templo de la Serpiente Emplumada, Teotihuacan

3
Número de Individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ‰ de agua en equilibrio isotópico con (PO4)–3 de esmalte. Barrio de los Comerciantes, Teotihuacan

10

8
Número de Individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ‰ de agua en equilibrio isotópico con (PO4)–3 de esmalte. Tlailotlacan, Teotihuacan

3
Número de Individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ‰ de agua en equilibrio isotópico con (PO4)–3 de esmalte. Tlajinga 33, Teotihuacan

14

12

10
Número de Individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ‰ de agua en equilibrio isotópico con (CO3)-2 de esmalte. Teopancazco, Teotihuacan

Figura xi.14 Comparación de δ18O de agua en equilibrio de distintos estudios de entierros provenientes
de Teotihuacan. Estos resultados coinciden con los estudios arqueológicos y antropológicos, los cuales nos
indican que se trataba de una población multiétnica: la tabla xi.6 para individuos encontrados en el
centro de barrio de Teopancazco (tabla xi.4); la tabla xi.8: Pirámide de la Luna; la tabla xi.9:
Templo de la Serpiente Emplumada; la tabla xi.10: el Barrio de los Comerciantes, la tabla xi.11:
Tlailotlacan, y la tabla xi.12: Tlajinga. Todos estos sitios están localizados en la zona de Teotihuacan.

399
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Copán, Honduras: entierros de gente común (Price et al. 2010)


δ18OVPDB (‰) δ18OVSMOW (‰) δ18OVSMOW (‰)
Entierro
Esmalte carbonatos Esmalte carbonatos Agua en equilibrio
46 –4.49 26.28 –7.39
5 –4.61 26.16 –7.52
2 –4.10 26.68 –6.99
11 –1.06 29.82 –3.87
3a –7.79 22.88 –10.79
8a –4.56 26.21 –7.47
9 –4.76 26.00 –7.67
8b –4.37 26.40 –7.27
3b –3.81 26.98 –6.69
13 –3.98 26.81 –6.87
Copán, Honduras: tumbas del Clásico Temprano (Price et al. 2010)
92-1 M1 –3.25 27.56 –6.12
92-1 M3 –3.99 26.80 –6.88
92-3 I1 –0.99 29.89 –3.79
92-3 M1 –1.16 29.71 –3.97
92-3 m3 –5.96 24.77 –8.91
93-1 I2 –2.97 27.85 –5.83
93-2 P3 –4.52 26.25 –7.43
93-2 M3 –5.01 25.75 –7.93
94.1 I1 –5.05 25.70 –7.97
94-1 M1 –5.15 25.60 –8.07
94-1 M3 –5.77 24.96 –8.71
95-1 M1 –2.21 28.63 –5.05
95-1 M3 –2.66 28.17 –5.51
95-2 I2 –3.17 27.64 –6.04
95-2 M1 –3.39 27.42 –6.26
95-2 M3 –4.02 26.77 –6.91
37.7 I2 –1.66 29.20 –4.48
37.7 M3 –3.44 27.36 –6.31
37.8 M3 –1.63 29.23 –4.45
37.9 M3 –4.35 26.43 –7.25
37-10 I2 –4.52 26.25 –7.43
37-10 M3 –4.96 25.80 –7.88

Tabla xi.13 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares


de Copán, Honduras, obtenidos por Price et al. (2010).

400
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Kaminaljuyú, Guatemala (Wright et al. 1998)


Kaminaljuyú, δ18OVPDB (‰) δ18OVSMOW (‰) δ18OVSMOW (‰)
Pieza
Guatemala Esmalte carbonatos Esmalte carbonatos Agua en equilibrio
1 Molar –5.86 24.87 –8.80
4 Molar –5.81 24.92 –8.75
7 Molar –5.49 25.25 –8.42
10 Molar –5.89 24.84 –8.83
11 Molar –5.30 25.45 –8.23
16 Molar –5.39 25.35 –8.32
18 Molar –5.36 25.38 –8.29
24 Molar –6.42 24.29 –9.38
25 Molar –5.04 25.71 –7.96
31 Molar –5.67 25.06 –8.61
32 Molar –5.53 25.21 –8.46
33 Molar –5.90 24.83 –8.85
34 Molar –5.05 25.70 –7.97
35 Molar –4.91 25.85 –7.83
36 Molar –6.05 24.67 –9.00
43 Molar –5.32 25.43 –8.25
45 Molar –4.98 25.78 –7.90
46 Molar –1.82 29.03 –4.65
47 Molar –4.21 26.57 –7.11
48 Molar –4.33 26.45 –7.23
49 Molar –4.93 25.83 –7.85
50 Molar –5.26 25.49 –8.19
52 Molar –6.76 23.94 –9.73
53 Molar –4.61 26.16 –7.52
54 Molar –3.40 27.40 –6.27

Tabla XI.14 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares


de Kaminaljuyú, Guatemala, obtenidos por Wright et al. (1998).

Tikal, Guatemala (altitud 600 metros), pieza; tercer molar (Wright 2002)
δ18OVPDB (‰) δ18OVSMOW (‰) δ18OVSMOW (‰)
Entierro Periodo Fase Esmalte Esmalte Agua en
carbonatos carbonatos equilibrio
PNT-001 Preclásico Chuen –0.05 30.86 –2.83
PNT-003 Preclásico Tzec –0.98 29.90 –3.78
PNT-009 Clásico Tardío Imix –0.95 29.93 –3.75
PNT-021 Preclásico Cimi –2.11 28.73 –4.95
PNT-025 Clásico Temprano Manik –2.97 27.85 –5.83
PNT-028 Clásico Tardío Imix –1.12 29.76 –3.93
PNT-046 Clásico Tardío Imix –1.70 29.16 –4.52
PNT-055 Clásico Tardío Imix –3.19 27.62 –6.06
PNT-073 Clásico Tardío Imix –2.19 28.65 –5.03

Tabla XI.15 Resultados de las muestras arqueológicas de esmalte de molares


de Tikal, Guatemala, obtenidos por Wright (2002).

401
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

40

35

30

25

20
Frecuencia

15

10

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5

δ18OVSMOW ‰ de agua en equilibrio isotópico con (PO4)-3 y/o (CO3)-2 de esmalte

Teopancazco Tikal
Tlajinga 33 Tlailotlacan
Barrio de los Comerciantes Templo de la Serpiente Emplumada
Pirámide de la Luna

Figura XI.15 Histograma de frecuencias de los datos isotópicos de oxígeno del agua ingerida por
cada individuo “δ18OVSMOW (‰) agua en equilibrio”, la cual estuvo en equilibrio isotópico en el
momento de la formación de sus molares mencionados en la tabla xi.6 para individuos encontrados
en el centro de barrio de Teopancazco (tabla ix.4); la tabla xi.8: la Pirámide de la Luna;
la tabla xi.9: el Templo de la Serpiente Emplumada; tabla xi.10: el Barrio de los Comerciantes,
y la tabla xi.11: Tlailotlacan y en la tabla xi.12: Tlajinga. Todos estos sitios están localizados en la
zona de Teotihuacan.

402
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

6
Número de Individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ18Ow ‰ de agua en equilibrio isotópico con (CO3)–2 de esmalte. Copán, entierros gente común

6
Número de individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ18OW‰ de agua en equilibrio isotópico con (CO3)–2 de esmalte. Copán, tumbas Clásico Temprano.

14
12
10
Número de individuos

8
6
4
2
0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 -5.5 -4.5 -3.5 -2.5
δ18OW‰ de agua en equilibrio isotópico con (CO3)–2 de esmalte. Kaminaljuyú.

3
Número de individuos

0
–14.5 –13.5 –12.5 –11.5 –10.5 –9.5 –8.5 –7.5 –6.5 –5.5 –4.5 –3.5 –2.5
δ18OW ‰ de agua en equilibrio isotópico con (CO3)–2 de esmalte. Tikal.

Figura XI.16. Correlación entre los diferentes histogramas generados a partir de los resultados
de oxígeno en carbonatos y fosfatos de molares provenientes de los diversos sitios mayas
mencionados, con los datos de los sitios de la tabla xi.13: Copán en Honduras; tabla xi.14:
Kaminaljuyú en Guatemala; tabla xi.15: Tikal en Guatemala.

403
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Mediante la comparación de las huellas isotópicas de δ18OVSMOW (‰) de


los carbonatos de la bioapatita (carbonatos y fosfatos) del esmalte de los
dientes de Teopancazco con las huellas isotópicas de otros sitios de Teoti-
huacan se puede observar que los habitantes de Teopancazco provienen de
múltiples regiones geográficas. Los migrantes de los otros sitios de Teotihua-
can comparten sus probables lugares de origen con los migrantes encontra-
dos en Teopancazco, si bien la presencia de cada zona geográfica está re-
presentada en diferentes proporciones. Más aún, estas regiones geográficas
corresponden a zonas con un intervalo de altitudes que van desde el nivel del
mar hasta 4 000 msnm. En cuanto a la comparación del origen geográfico de
los habitantes de Teopancazco y los otros sitios de Teotihuacan con las hue-
llas isotópicas de oxígeno de los habitantes de la región maya, se puede decir
que es posible que las características isotópicas de algunos de los migrantes
de Teopancazco correspondan a individuos de otras culturas (maya) que flo-
recían en Mesoamérica de manera simultánea a Teotihuacan. Cabe mencio-
nar que la presencia de otras culturas, como la maya, la zapoteca y la michoa-
cana, ya ha sido identificada en otros sitios de Teotihuacan mediante sus
huellas isotópicas; sin embargo, para obtener mayor precisión en la determina-
ción de las localidades geográficas se requiere la composición isotópica de
otro elemento cuya variación se pueda relacionar con ellas, como es el caso
del estroncio (véase el capítulo xii, pp. 425 y ss.).

Agradecimientos

Los resultados de Teopancazco fueron posibles gracias al financiamiento del


proyecto Conacyt 82596 a la unam a través del Instituto de Investigaciones
Antropológicas y el Laboratorio de Isótopos Estables del Instituto de Geolo-
gía, además del permiso federal del Instituto Nacional de Antropología e
Historia.
Agradecemos especialmente la colaboración de la Dra. Isabel Casar Al-
drete, del Instituto de Física de la unam.
Al señor Rafael Puente Martínez y a la ingeniero Caridad Hernández
Bernal, por el mantenimiento de los espectrómetros de masas. Al doctor Raúl
Valadez Azúa y al doctor Bernardo Rodríguez Galicia, por la limpieza e iden-
tificación de los restos de fauna. A todos los colaboradores del proyecto “Teo-
tihuacan: elite y gobierno”, dirigido por Linda R. Manzanilla, que participa-
ron en las excavaciones e identificación de restos.

404
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Apéndice A. Métodos analíticos

A.1. Separación de esmalte y dentina de dientes

Los dientes se limpian de materia orgánica, como hojas, fibras y raíces; se la-
van con acetona en un baño de ultrasonido por 15 minutos; se limpian con un
cepillo de dientes con agua tipo – y se secan en un horno a 60º C por espacio
de 18 horas. Si el sarro es persistente, se quita con la fresa del minitaladro.
Se utiliza un minitaladro con fresa de dentista (carburo) para separar la
dentina del esmalte, separando primero la dentina y dejando el esmalte al úl-
timo con la forma del diente; esto dependerá de las condiciones de las piezas
dentales.
Los polvos obtenidos del esmalte y la dentina se muelen por separado en
un mortero de ágata y se tamizan por separado a través de una malla número
125 micrómetros de cuatro pulgadas de diámetro.

A.2. Preparación del esmalte de dientes para análisis isotópico

Para la determinación de δ13C y de δ18O de CaCO3 proveniente del esmalte


de los dientes y molares, las muestras fueron tratadas químicamente por el
método modificado, atendiendo a las recomendaciones de Koch et al. (1997).
Todas las sustancias utilizadas son grado reactivo analítico. A 500 mg de
esmalte (cantidad mínima necesaria) se le agrega la cantidad suficiente para
cubrir la muestra con peróxido de hidrógeno a 30% por dos horas, con el fin de
eliminar la materia orgánica. Al final, la muestra se lava tres veces con agua
tipo I centrifugando por diez minutos a 5 000 rpm cada vez.
Para eliminar los carbonatos exógenos se trata el esmalte con una solu-
ción buffer (ácido acético-acetato de calcio 1.0 M, pH = 4.75) durante nueve
horas, con una cantidad suficiente para cubrir la muestra. Al término de este
tiempo se centrifuga por 10 minutos a 5 000 rpm; la muestra se lava tres veces
con agua tipo I centrifugando 10 minutos a 5 000 rpm cada vez. Terminando
este paso, se le agrega la cantidad necesaria para cubrir el esmalte de etanol
absoluto y se coloca el recipiente abierto en una estufa a 90 °C hasta la evapo-
ración total del disolvente (alrededor de 12 horas).
Con una microbalanza Mettler-Toledo MX5 se pesan 9.5 mg del esmalte
purificado; para el caso de los materiales de referencia utilizados nbs-19 y
nbs-18, se pesan 0.45 mg, y de lsvec se pesan 0.3 mg con un error de peso
de 5%, en un tubo de borosilicato exentainer (Labco, Ltd.) y se colocan en
una estufa a 90 ºC por 24 horas; inmediatamente después son tapados y se
procede a intercambiar el aire que contienen los tubos por helio durante 10
minutos.

405
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

A.3. Análisis isotópico de δ13C y de δ18O de CaCO3


proveniente del esmalte de los dientes

Se realizaron los análisis isotópicos de oxígeno y carbono a las muestras utili-


zando la técnica básica descrita por McCrea (1950) para el análisis de carbo-
natos, donde el CO2 es liberado por la reacción ácida con H3PO4 a 100% a 25 oC
durante 54 horas. La preparación del material, muestras y análisis se realizó
siguiendo el procedimiento descrito por Révész et al. (2001, 2002), utilizando
un gas Bench II acoplado a un espectrómetro de masas de isótopos estables
Thermo Finnigan mat 253.
Los valores de δ13CVPDB reportados están medidos y expresados relativos
a la escala vpdb normalizada empleando los valores de consenso de –46.6‰
para lsvec (LiCO3) y +1.95 ‰ para el nbs-19 (Coplen et al., 2006a y b). Los
valores de δ18O están expresados relativos a la escala vpdb y vsmow, normali-
zados de acuerdo con Coplen (1988). Los análisis se realizaron utilizando los
materiales de referencia lsvec, nbs-19 y nbs-18, y para cada siete muestras se
colocó una referencia interna CaCO3 Sigma para verificar la repetibilidad y
reproducibilidad, la cual debe ser menor a 0.2‰.
Como patrón de trabajo se usa un tanque de CO2 con una pureza de 99.998%.
Este patrón se calibra diario con tanque de CO2 Oztech de composición isotó-
pica certificada (δ18OVPDB = –9.78 y δ13CVPDB = –10.99). Para esta técnica además se
inserta un carbonato de calcio por cada siete muestras para monitorear la calidad
de los resultados, el cual tiene una δ18OVPDB = –21.4 ±0.06 y δ13CVPDB –8.08 ±0.05.
Los resultados de δ18OVPDB y δ13CVPDB de carbonatos se normalizan utilizan-
do varios materiales de referencia del nist como el nbs-19, nbs-18 y lsvec a la
escala vpdb de acuerdo con las correcciones descritas por Coplen (1988) para
δ18OVPDB, cambio de escala a δ18OVSMOW y Coplen et al. (2006a y b) para δ13CVPDB.
Para esta técnica se tiene una desviación estándar de 0.2‰ para oxígeno y
0.2‰ para carbono.
Para comparar la δ18OVSMOW obtenida de los carbonatos del esmalte con
respecto al agua meteórica de un lugar se utilizó la ecuación xi.6 descrita por
Iacumin et al. (1996).

A.4. Extracción de colágeno de dentina y hueso

Para la extracción de colágeno de dentina y hueso se siguieron las recomenda-


ciones y cuidados descritos por Login (1971), Brock et al. (2007) y Hüls et al.
(2007). Se tomó como criterio de calidad de preservación de colágeno la rela-
ción de C/N 2.9 a 3.6 de acuerdo con DeNiro (1988), Ambrose (1990) y Hed-
ges et al. (2006); sin embargo, Van Klinken (1999) indica que este intervalo
puede ser menor siempre y cuando se tomen otros indicadores, como los resul-
tados de los análisis isotópicos para decidir si una muestra es rechazada o no.
El agua para la preparación de reactivos y lavados utilizada es tipo –.

406
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

Para 1.0 g de dentina o hueso (cantidad mínima necesaria) se agrega 10.0


ml de ácido clorhídrico 0.5 M (se monitorea el pH hasta < 1.0) durante 30
minutos. Al final se centrifuga 10 minutos a 4 000 rpm; se decanta el líquido
(neutralizar el ácido antes de desechar) y se le realizan tres lavados por centri-
fugación en las mismas condiciones, con la cantidad suficiente de agua tipo I
(10.0 ml aproximadamente); se verifica que el pH = 7 colocando una gota en
un papel indicador; de ser necesario se realizan dos lavados extra.
Para remover la contaminación con los ácidos húmicos y flúvicos se trata
la dentina con 5.0 ml de hidróxido de sodio 0.1 M, durante 60 minutos. Al
término de este lapso se centrifuga 10 minutos a 4 000 rpm, se decanta el lí-
quido (neutralizar la base antes de desechar) y se le realizan tres lavados por
centrifugación en las mismas condiciones, con la cantidad suficiente de agua
tipo I (10.0 ml aproximadamente).
Se adicionan 5 ml de HCl 0.5 M por 60 minutos; se centrifuga a 4 000 rpm
10 minutos y se tira el sobrenadante. Se agregan 10 ml de agua tipo I; se agita y
centrifuga a 5 000 rpm 10 minutos, y se tira el sobrenadante. Se revisa el pH = 7
con papel indicador. Si es necesario, se efectúan lavados extras.
Se añaden 12 ml de agua tipo I para que el colágeno se disuelva como gela-
tina a 80 °C. Se ajusta el pH de la solución = 3; se añaden 2 ml de HCl 0.01 M
y se coloca en la estufa por 20 horas.
Se filtra la solución en caliente utilizando filtros de plata de 0.45 mm de
tamaño de poro. Se coloca la solución en un recipiente adecuado, el cual se
congela para secar la muestra por liofilización (labconco FreeZone 7758522)
en condiciones normales (–52 °C y 0.030 mbar) por espacio de 12 horas.
En una microbalanza (Mettler-Toledo MX5) se pesa 1.0 mg colágeno pu-
rificado (por duplicado) en cápsulas de estaño de 5.0 mm x 9.0 mm.

A.5. Preparación de plantas y animales actuales

Muestras botánicas Todas las plantas se limpiaron con agua tipo I; se de-
jaron secar en un horno a 80 ºC durante 12 horas. Posteriormente se molieron
en un mortero de ágata.

Preparación de peces modernos Se tomó únicamente una muestra de múscu-


lo, la cual fue lavada con agua tipo–; se cortó la alícuota de músculo en fragmentos
pequeños; se dejó secar en un horno a 80 ºC durante 12 horas. Luego se molió en
un mortero de ágata.

A.6. Determinación de δ13CVPDB y δ15NAIR en colágeno y material orgánico

De cada muestra se obtuvo la alícuota correspondiente que fue analizada para


medir δ13CVPDB y δ15NAIR conforme al método de combustión dinámica tipo

407
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Dumas con un Analizador Elemental Flash ea 1112, con una temperatura de


1020 ºC en la columna de combustión y 650 ºC en la columna de reducción,
seguida de una columna de perclorato de magnesio para atrapar el agua pro-
ducto de la combustión. La separación de los gases de combustión N2 y CO2
se realiza mediante una columna cromatográfica C/N a 35 ºC. Este sistema
dinámico utiliza helio como gas acarreador llamado flujo continuo, el cual se
acopla mediante la interfase Conflo III al espectrómetro de masas (Thermo
Finnigan mat 253). Como patrones de trabajo se utilizan un tanque de CO2
con una pureza de 99.998% y un tanque de N2 con una pureza de 99.9999%, los
cuales fueron calibrados previamente con tanques Oztech.
Los valores de δ15NAIR de la muestra fueron normalizados con los mate-
riales de referencia iaean1, usgs 25, usgs 26, usgs 40 y usgs 41 que tienen
una precisión de 0.2‰.
Los resultados de δ13CVPDB de materia orgánica se normalizan utilizando
materiales de referencia del nist y del iaea como son nbs-22, pef1, iaea CH6
de acuerdo con las correcciones descritas por Coplen et al. (2006a y b). Para
esta técnica se tiene una desviación estándar de 0.2 ‰ para carbono.
Cada diez muestras se insertaron dos aminoácidos (sigma), alternados
con diferente composición isotópica para verificar la calidad de la combus-
tión y reducción de las columnas; se tuvo una precisión para glicina δ13CVPDB
= –42.66 ±0.03 δ15NAIR = 1.38 ±0.03 y para la L-serina δ13CVPDB = –6.79 ±0.03
δ15NAIR = –7.91 ±0.07.

A.7. Determinación de δ18OVSMOW y δ2H VSMOW en agua de lluvia

Las medidas isotópicas de las muestras de agua de lluvia se realizaron utili-


zando un espectrómetro de masas para medir isótopos estables Delta Plus xl,
usando un analizador de termodescomposición a alta temperatura (TC/EA), un
automuestreador gc pal, y como interfase un Conflo.
Las muestras de agua fueron filtradas utilizando una membrana con un tamaño
de poro de 0.2µm. L temperatura del TC/EA fue de 1 400 oC utilizando un reactor
descrito en Gehre et al. (2004). Cada muestra se inyectó seis veces; para verificar los
resultados se inyectó en cada seis muestras un estándar de agua.
Se utilizó un tanque de CO 99.99% de Praxair como gas de trabajo (δ18OVSMOW
= 6.15 y δ13CVPDB = –38.05), el cual fue calibrado con un tanque de CO marca Oz-
tech (δ18OVSMOW = –5.5 y δ13CVPDB = –55.5). Se utilizó un tanque de H2 99.9999%
(δ2HVSMOW = –128), calibrado con un tanque marca Oztech de H2 (δ2HVSMOW = –124.15).
Los resultados de δ18OVSMOW y δ2H VSMOW fueron normalizados en la escala
vsmow, slap de acuerdo con Coplen (1988) y Werner et al. (2001).
Para estimar la precisión y exactitud de la medida del conjunto de mues-
tras se utilizó una muestra de valor conocido como estándar interno W38888
laboratorio de referencia 921201 del usgs. Para esta técnica δ18OVSMOW = –6.21

408
estudio de la paleodieta mediante isótopos estables

±0.12‰ y δ2HVSMOW = –36.1 ±1.2‰ n = 30, la desviación estándar reportada


por otros laboratorios es de 0.2‰ para la relación isotópica de oxígeno y 2‰
para hidrógeno. El valor reportado para esta muestra por Tyler Coplen es
δ18OVSMOW = –6.21‰ y δ2HVSMOW = –35.7‰ (comunicación personal).
El análisis isotópico de δ18OVSMOW se midió también utilizando un Gas Bench
II acoplado a un espectrómetro de masas de isótopos estables Thermo Finnigan
MAT 253. Esta técnica está basada en el procedimiento de Epstein y Mayeda (1953),
y actualizada para realizar la medida por el método de flujo continuo. Esta deter-
minación se realiza por medio de un intercambio isotópico entre el oxígeno del agua
y el oxígeno del CO2, de tal manera que la composición isotópica del oxígeno del
CO2 que se analiza en el espectrómetro de masas sea representativa de la composi-
ción isotópica del oxígeno del agua muestra con la cual estuvo en equilibrio.
El intercambio isotópico que se lleva a cabo entre el CO2 y el agua a 25 °C
se puede representar con la siguiente reacción:

H218O + 12C16O16O ⇔H216O + 12C16O18O

Este CO2 equilibrado reflejará la composición isotópica inicial del agua


de acuerdo a su factor de fraccionamiento α, ρ es la relación entre el número de
moles de oxígeno en el agua y el número de moles de oxígeno del CO2 y a la
composición isotópica de oxígeno 18 del CO2 original, siendo la reacción:
(ρ + α) α 18
δ=δ ρ – ρ (δ O)(CO2 de tanque)
En esta expresión a es el factor de fraccionamiento 18O/16O(CO2)/­18O/­
16
O(H2O) o 18R(CO2)/ 18R(H2O), el cual tiene un valor de 1.039 a 25° C, δ es la medi-
da del CO2 equilibrado relativo al estándar, en donde δ es el valor correcto,
llamado delta del CO2 en equilibrio con el agua original. δ18O(CO2 de tanque) es el
análisis de oxígeno-18 del CO2 de tanque utilizado para el equilibrio, y ρ es la
relación entre el número de gramos átomo de oxígeno en el agua y el número
de gramos átomo de oxígeno del CO2 introducido en el frasco, por lo que ρ es
alrededor de 90 en el procedimiento.
En un tubo de ensaye previamente lavado en baño de ultrasonido con ex-
trán neutro y calentado a 550 ºC durante una hora se coloca una gota de ácido
ortofosfórico a 100%, 10 ml de agua; se coloca en un baño de ultrasonido du-
rante cinco minutos para remover el CO2 producto de la reacción con carbo-
natos disueltos. En un tubo exentainer en el cual ha sido intercambiado el aire
por una mezcla de He +1% CO2 grado investigación, se inyectan 0.3 ml de
agua, y se colocan en una plancha de aluminio a 25 ºC por 55 horas. Cada 10
muestras se colocan muestras de agua de composición isotópica conocida.
Los resultados de δ18OVSMOW y δ2HVSMOW se normalizaron en la escala utilizando
vsmow y slap de acuerdo con Coplen (1988). Para esta técnica δ18OVSMOW = –6.21
±0.05 ‰ de estándar interno W38888 laboratorio de referencia 921201 del usgs.

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423
Capítulo xii
Isótopos de estroncio aplicados a estudios
de migración humana en el centro de barrio
de Teopancazco, Teotihuacan
Peter Schaaf,a
Gabriela Solís,b
Linda R. Manzanilla,c
Teodoro Hernández,a
Becket Lailsond
y Peter Horne

Resumen

La isotopía de estroncio con su relación 87Sr/86Sr ha sido ampliamente utiliza-


da por las ciencias antropológicas para rastrear migraciones humanas estu-
diando entierros antiguos. El estroncio del hueso refleja la composición iso-
tópica de la región geológica donde la persona vivió los últimos años antes de
su muerte mientras que el estroncio del esmalte, si permaneció como un sis-
tema cerrado, conserva la proporción isotópica adquirida durante la niñez.
Diferencias notables entre ambas firmas isotópicas significan migración. Para
eliminar contaminaciones secundarias en los esmaltes, las cuales con frecuen-
cia no son visibles macro y microscópicamente y son causadas por enferme-
dades dentales y alteraciones diagenéticas, desarrollamos un nuevo trata-
miento de lixiviación de esmalte de diente.
La técnica de lixiviación se aplicó en esmaltes de dientes encontrados en
entierros de Teopancazco. Comparando sus relaciones 87Sr/86Sr con las de los
huesos, clasificamos 12 individuos como locales, diez como migrantes de po-
sibles regiones como Tula, Oaxaca, Tepexi, Perote y Chiapas (¿Palenque?), y
otras cinco personas que migraron de regiones cerca de Teotihuacan y/o
dentro del altiplano volcánico de México. Aparentemente ningún individuo
de los analizados se originó en regiones costeras del Golfo entre Veracruz y
Yucatán. Con la ayuda de la isotopía de oxígeno se determinaron las altitudes
(msnm) correspondientes a los esmaltes y se logró afinar considerablemente
los orígenes de los migrantes en Teopancazco.
a
Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica (lugis), Instituto de Geofísica, unam.
b
Laboratorio Universitario de Geoquímica Isotópica (lugis), Instituto de Geología, unam.
c
Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional Autónoma de México.
d
Departamento de Geoarqueología, slaa, Instituto Nacional de Antropología e Historia.
e
Bayerische Staatssammlung für Paläontologie und Geologie, Múnich, Alemania.

425
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

1. Introducción

La aplicación del método isotópico rubidio-estroncio constituye una herra-


mienta importante y exitosa en las ciencias de la tierra desde hace más de seis
décadas. En especial se ha usado para fechamientos de rocas y minerales, así
como para resolver preguntas petrogenéticas sobre la procedencia y la conta-
minación de magmas. Luego el potencial de los isótopos de estroncio se ex-
tendió hacia otros campos: se aplicó a estudios hidrológicos, para detectar
fraudes en el intercambio de alimentos o para resolver problemas criminalís-
ticos y forenses. Desde hace más de 20 años las relaciones isotópicas de es-
troncio también han mostrado ser una herramienta poderosa para estudiar
migraciones y movilidad humana de culturas antiguas.
Esta técnica fue propuesta originalmente por Krueger (1985) y aplicada
por Ericson (1985) en una investigación piloto con indios prehistóricos chu-
mash de las montañas de Santa Mónica, cerca de Los Ángeles, California. Un
resumen del estado actual de la metodología es ofrecido por Bentley (2006).
El estroncio, como elemento traza, siempre está presente en concentracio-
nes de partes por millón (mg/g) en rocas, suelos y plantas; es ingerido por el
organismo humano donde en parte sustituye al calcio en huesos y dientes. El
estroncio tiene cuatro isótopos naturales (84Sr, 86Sr, 87Sr y 88Sr), de los cuales
el 87Sr contiene una contribución radiogénica. La cantidad de 87Sr depende de la
concentración de rubidio con su isótopo radiactivo 87Rb (87Rb → 87Sr + β– + e;
T1/2 = 48.8 x 109 años) y de la edad del material analizado. Más detalles del mé-
todo de Rb-Sr se pueden consultar, por ejemplo, en Faure y Mensing (2005).
En teoría la relación isotópica de estroncio (87Sr/86Sr) en hueso refleja
aproximadamente la composición isotópica de la litología en la que la persona
vivió antes de su muerte. Debido a vidas medias biológicas largas de estroncio en
los esqueletos humanos, el Sr en huesos densos tiene un tiempo de residencia de
aproximadamente 20 años (Horn et al., 1997). En tiempos antiguos la nutrición
de la gente era básicamente de origen local, y adquirieron su composición isotó-
pica de estroncio en hueso vía los alimentos de sus respectivos suelos. Por otro
lado, 87Sr/86Sr en el esmalte del diente del individuo se obtiene durante la niñez, y
permanece como un sistema cerrado después de su formación. Si ambas propor-
ciones coinciden, es muy probable que no haya habido migración. Si las pro-
porciones en el esmalte no coinciden, una base de datos con relaciones isotópicas
de estroncio en rocas y suelos podría ayudar para identificar los orígenes posibles.
En esta contribución presentamos los análisis isotópicos de Sr de 27 pares
de dientes y huesos (tabla xii.1; véase al final del capítulo) de individuos de
diferentes entierros excavados del centro de barrio de Teopancazco en el sitio
arqueológico de Teotihuacan, centro de México (proyecto “Teotihuacan: eli-
te y gobierno”, dirigido por Linda R. Manzanilla) (Manzanilla, 2006, 2007,
2009), con el objetivo de detectar posibles casos de migración. Se presentan
los procedimientos analíticos incluyendo nuevas aportaciones del Laboratorio

426
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

Universitario de Geoquímica Isotópica (lugis) para eliminar posibles fuentes


de contaminación con Sr externo en las muestras. También se analizaron sue-
los y plantas de diferentes sitios arqueológicos entre el Altiplano de México y
las regiones costeras de Veracruz. Estos datos se juntaron con la base de datos
87
Sr/86Sr del lugis para diferentes unidades litológicas del centro-sur de Mé-
xico en un mapa que muestra la variación regional de la relación 87Sr/86Sr en
el país, la cual se está usando para determinar las posibles procedencias de los
individuos de Teopancazco que se detectaron como migrantes.

2. Procedimientos analíticos

Las técnicas analíticas para preparar huesos, dientes y muestras de suelos para
determinaciones de proporciones isotópicas de estroncio son complejas. A fin de
asegurar que sólo se está analizando la contribución isotópica de estroncio biogé-
nico se requieren esfuerzos considerables. Se deben tomar en cuenta las contami-
naciones externas e internas al laboratorio antes de aplicar 87Sr/86Sr como una
herramienta útil y confiable en los estudios de migración humana. El uso acrítico
de esas proporciones isotópicas podría llevar a interpretaciones erróneas. En esta
contribución proveemos un nuevo procedimiento, en particular para el trata-
miento químico de muestras de esmalte de diente, para eliminar alteraciones se-
cundarias de 87Sr/86Sr que enfatizan la importancia y la necesidad de la lixiviación
del esmalte para obtener resultados analíticos confiables para los estudios de mi-
gración humana.

2.1. Contaminación secundaria de Sr en el esqueleto humano

La experiencia con isótopos de estroncio para dilucidar migraciones huma-


nas y animales ha mostrado que la relación 87Sr/86Sr en esmalte de diente per-
manece más estable que en el hueso. Uno de los problemas más comunes
para obtener 87Sr/86Sr representativo en hueso es causado por la contamina-
ción diagenética durante el sepultamiento (véase revisión por Bentley, 2006).
Varios procedimientos de limpieza y lixiviación se han propuesto para sobre-
llevar estos efectos, pero con diferentes resultados (e. g. Horn et al., 1994;
Beard y Johnson, 2000; Hoppe et al., 2003). En la mayoría de los casos las
proporciones isotópicas de estroncio en suelos y huesos locales difieren debi-
do al hecho de que se analiza una mezcla diagenética-biogénica en el hueso.
Algunos de estos estudios fueron elaborados en esqueletos y esmalte de ani-
males del Holoceno al Mioceno (Hoppe et al., 2003), con una más larga expo-
sición a alteraciones secundarias en comparación con la mayoría de los en-
tierros humanos. La contaminación de calcio y estroncio en muestras huma-
nas de entierros ocurre de diferentes maneras y en cantidades diversas. Sin
embargo, el aporte de los sedimentos circundantes y del agua no es tan im-

427
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

portante, y la proporción 87Sr/86Sr en hueso humano se pue-


de todavía correlacionar con regiones geográficas específicas.
Con respecto a las muestras de dientes, la dentina también
1 cm ha demostrado ser susceptible a contaminaciones secundarias de
estroncio (Horn et al., 1994; Budd et al., 2000), mientras que el
esmalte, que es más duro y denso que el hueso y la dentina, se
considera que es más resistente a las alteraciones isotópicas pos-
teriores al enterramiento, debido a su más alta cristalinidad y a
los tamaños más grandes de los apatitos biogénicos (Bentley,
2006 y referencias). Sin embargo, esta contribución indica que el
Figura xii.1 Molar con caries
Fig. 1, Schaaf et
(flecha) de un individuo masculino
al. esmalte también puede presentar vulnerabilidad respecto a la
de unos 25-30 años, del entierro 9. contaminación de estroncio secundario, que con frecuencia se
induce por enfermedades dentales como las caries (figura xii.1).
Se ha mostrado que las caries y la pérdida de dientes antemortem no sólo
se presentan en nuestras sociedades modernas, sino que también han ocurri-
do, por ejemplo, en la civilización maya del Clásico (e. g. Cucina y Tiesler,
2003). Nos hemos enfocado aquí en las caries ya que es la fuente más fácil-
mente detectable para determinar posible contaminación de estroncio secun-
dario en el esmalte del diente. De igual manera, otros defectos del esmalte,
como la fluorosis dental (“dientes moteados”, Heuser, 1975), hipomineraliza-
ción, bandas patológicas, hipoplasias (Danford, 1997) y otros, pueden estar
también involucrados, pero no serán discutidos aquí. A continuación presen-
tamos el procedimiento de tratamiento de muestras de dientes (esmaltes) y
huesos para análisis isotópicos de Sr, incluyendo un protocolo nuevo para
lixiviar el 87Sr/86Sr contaminante en esmaltes.

2.2. Protocolo de tratamiento de muestras

Separación esmalte/dentina. Se pueden aplicar dos métodos para separar


esmalte y dentina en diente. En muchos casos se hace mecánicamente con tala-
dros de dentista. Es importante asegurarnos que no se dejen fragmentos de con-
tacto entre dentina-esmalte en la fracción pura de esmalte. Los análisis de este
trabajo se hicieron con este procedimiento. La segunda opción involucra el uso
de líquidos pesados (Horn et al., 2009). El esmalte pobre en colágeno tiene una
densidad mayor de 2.89 g/cm3, mientras que la de la dentina es de aproximada-
mente 2.3 g/cm3. Todo el molar debe ser primero pulverizado hasta un tamaño
de grano de alrededor de 50 µm. Luego el polvo es introducido en un líquido pe-
sado (politungstato de sodio, bromoformo o di-iodmetano) con una densidad de
ca. 2.82 g/ml, que separa bien la fracción de esmalte más densa del material más
ligero de la dentina. Las partículas suspendidas corresponden a la intersección
entre esmalte y dentina, y son descartadas. La fracción pura de esmalte así obteni-
da se lava ultrasónicamente en etanol y se almacena para tratamientos químicos.

428
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

Pretratamiento de esmalte/hueso y lixiviación del esmalte. Nues-


tro procedimiento de laboratorio para el tratamiento del esmalte (y del hue-
so) se muestra en la figura xii.2. Primero las piezas de esmalte y de hueso son
prelimpiadas con H2O2 y H2O, seguido por otros procesos de limpieza con
1.5N HNO3, H2O y etanol. Los fragmentos limpios de esmalte y hueso se pul-
verizan en un mortero de ágata a un tamaño de grano de unos 50 µm.
El siguiente paso involucra la limpieza de los polvos de esmalte y hueso
con H2O2 y y H2O seguido de procesos de intercambio iónico con cloruro de
amonio (NH4Cl). Casi todos los tratamientos químicos son acelerados de for-
ma considerable si se usa un baño ultrasónico (bus).

Protocolo de pretratamiento y lixiviado


Muestra (60-100 mg) de
esmalte, hueso o dentina

Selección de fragmentos limpios;


15 min. 30% H2O2 (BUS); 15 min. H2O Suspensión Desechar
(BUS); secado con IR

Material prelimpiado

1 min.1.5 N HNO3 (BUS); 3 x 5 min. H2O


(BUS); 10 min. etanol (BUS); Suspensión Desechar
secado con IR 1

Esmalte, hueso o dentina


limpiados químicamente

Pulverización en mortero de ágata


<50 m

Polvo de
esmalte, hueso o dentina

3 min. 30% H2O2 (BUS); 2 min. H2O BUS;


3 min. 1N NH4Cl (BUS); 24 h NH4Cl;
5 x 5 min. H2O (USB); secado con IR 2

Polvo de muestras después HUESO, Elementos traza,


del intercambio iónico con NH4 DENTINA Sr; 87Sr/86Sr

ESMALTE

Solución decantada
Elementos traza,
30 min. 0.1N ácido acético (BUS) LIXIVIADO 1
Sr; Sr/ Sr
87 86

ESMALTE

ESMALTE (residuo seco 1)

Solución decantada
15 min. 1N ácido acético (BUS); Elementos traza,
LIXIVIADO 2
Sr; Sr/ Sr
87 86
12 h 1N ácido acético
ESMALTE

ESMALTE (residuo seco 2)

RESIDUO 3 Elementos traza,


Disolución en 8N HNO3 ESMALTE
87 86
Sr; Sr/ Sr

Figura xii.2 Protocolo de pretratamiento para huesos y esmaltes y de lixiviado para esmaltes.
Fig.2, Schaaf et al.
Bus = Baño ultrasónico; 1 = muestras de hueso (o dentina), sólo 30 seg. en 1.5 N HNO3 sin bus;
dientes de niños (dientes de leche) nada más 30 seg. en 0.5 N HNO3. 2 = muestras de hueso
(o dentina) sólo 1 min en H2O2 sin bus. Todo el H2O es de calidad MilliQ®.

429
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Hasta este punto los tratamientos de muestras de esmalte y de hueso


son idénticos (figura xii.2). La pérdida de material durante los procesos
de limpieza descritos (básicamente debidos a la decantación) es en general de
entre 30 y 50% (si se aplicase la centrifugación, las pérdidas serían meno-
res). Por lo tanto, es recomendable comenzar con cantidades de muestra de
60-100 mg.
La lixiviación del esmalte para quitar Sr secundario y contaminante se lleva a
efecto en tres pasos (figura xii.2): el primer lixiviado es llevado a cabo con ácido
acético 0.1N por 30 minutos (bus). La solución es decantada y secada bajo luz
infrarroja (→ primer lixiviado del esmalte). El residuo es lixiviado por 15 minutos
más en ácido acético 1N (bus) y subsecuentemente almacenado durante una no-
che por 12 horas en el mismo ácido sin US. La solución es decantada y secada
(→ segundo lixiviado del esmalte). Los residuos son finalmente disueltos en 8N
HNO3 (→ residuo 3 del esmalte).
Los tres productos de la lixiviación son pesados y se añade un traza-
dor (Spike) de 84Sr si la concentración de estroncio es determinada por
dilución isotópica. Las muestras están ahora listas para el siguiente paso
analítico que consiste en la purificación del estroncio vía cromatografía
de iones.

2.3. Separación de Sr por columnas de intercambio iónico

Para prevenir interferencias isobáricas (87Rb-87Sr) y para mejorar la eficien-


cia de la ionización durante los análisis isotópicos con el espectrómetro de
masas, el estroncio es aislado de otros elementos como Rb, K, Ca y Ba por
cromatografía de iones usando pequeñas columnas de intercambio de Te-
flon® rellenas con unos 350 μl de resina Sr-spec® (Eichrom). Este procedi-
miento primero involucra el acondicionamiento de la resina con HNO3
(3N y 8N) y H2O. Luego la elución se logra con diferentes normalidades
(8N, 3N, y 0.3N) de HNO3 y la colecta de Sr, con H2O. Más información
detallada de cada etapa analítica durante la separación de Sr es ilustrada en
la figura xii.3. Debido a las pequeñas cantidades de resina y de ácidos re-
queridos (en total sólo 3.4 ml de HNO3 se necesitan después de la carga de
la muestra) sólo se deben usar reactivos y recipientes extremadamente lim-
pios en un laboratorio ultralimpio. Se deben lograr blancos totales menores
a 500 pg de estroncio.
Las relaciones isotópicas de estroncio se miden en modo dinámico en un
espectrómetro de masas con fuente iónica térmica (tims, por sus siglas en in-
glés), marca Finnigan mat 262 situado en el Laboratorio Universitario de
Geo­química Isotópica (lugis). La precisión para 87Sr/86Sr debe ser mantenida
menor a 40 ppm. Los procedimientos de medición tims de nuestro laborato-
rio son descritos ampliamente en Schaaf et al. (2005).

430
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

Pretratamiento de las columnas


Pretratamiento de las columnas
1 1 2 2
3 3
Empaque de columna Limpieza de la resina
Limpieza de la resina Acondicionamiento resina
Empaque 1deVCcolumna Acondicionamiento resina
H2O½1VC
VC 3N
H2OHNO 3 1VC
½ VC H2O3 1VC H2O ½ VC
3N HNO 8N HNO
con resina SrSpec
con resina( SrSpec ½ VC 8N3 HNO3
~ 3 ml) ((~
~31.5
ml)ml) (~ 1.5(~ 3
ml)ml) (~ 3 ml) (~ 1.5 ml)
(~ 1.5 ml)

Separación
Separación de Srde Sr
4 5 6 7 8
4 5 6 7 8
Carga muestra
Elución con Elución con Elución con Colecta de Sr con
Carga muestra disuelta en 0.6 ml 0.6 ml 8N HNO3 2.5 ml 3N HNO3 0.3 ml 0.3N HNO3 3 ml H2O
Elución
8N HNO con Elución con Elución con Colecta de Sr con
disuelta en 0.6 ml 3

0.6 ml 8N HNO3 2.5 ml 3N HNO3 0.3 ml 0.3N HNO3 3 ml H2O


8N HNO3

Fig.
Figura xii.3 Protocolo para la separación 3con
de Sr Schaaf et al.
resina SrSpec ® (Eichrom). VC = volumen
de columna. La foto muestraFig.
un juego3deSchaaf
siete columnaset al.
SrSpec ® (Eichrom) en el Laboratorio
Universitario de Geoquímica Isotópica (lugis), Instituto de Geofísica, unam.

2.4. Análisis de suelos y plantas

Las raíces de las plantas introducen a su sistema capilar agua proveniente del
suelo. Por estas razones se prepararon varias muestras de plantas y suelos de
16 sitios arqueológicos (tabla xii.2)1 para obtener una base de datos de la
isotopía de Sr de estos materiales.
De las plantas se escogieron hojas secas (ca. 100 mg), las cuales se calcina-
ron en una mufla con una temperatura de 850 °C por dos horas en un reci-
piente de vidrio (Pyrex) con tapa. Las cenizas se digirieron con HNO3, la so-
lución se centrifugó y se secó. Los suelos se trataron con ácidos (HF, HClO3,
HCl), se centrifugaron y se secaron. La separación del Sr de plantas y suelos
siguió con columnas de intercambio iónico con las mismas recetas elaboradas
para huesos y esmaltes.

1
  Las tablas se encuentran ubicadas al final del capítulo, pp. 441-444. [E.]

431
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

3. Análisis de 87Sr/86Sr en Teopancazco

Para los estudios isotópicos se escogieron dientes y


huesos de 27 individuos de diferentes entierros en Teo-
pancazco (figura xii.4). Su localización y una descrip-
ción más detallada se puede consultar en Manzanilla et al.
(en este volumen, pp. 449 y ss.).
Se analizaron pares de dientes (esmaltes) y huesos
de 22 adultos y cinco infantes con edades entre 1 y 12
Entierro 3
años. En 22 casos se aplicó la técnica de lixiviado en los
esmaltes descrita en la figura xii.2. En cinco casos se
analizaron varios huesos (cráneo, vértebra y fémur) del
mismo individuo para investigar la homogeneidad de la
isotopía de Sr en diferentes partes del esqueleto (Lailson-
Tinoco, 2009). Adicionalmente, se analizaron muestras
de suelos, plantas y rocas de varios sitios arqueológicos
entre el Altiplano de México y la costa del Golfo en el es-
tado de Veracruz. Todos los datos isotópicos y las con-
centraciones de Sr obtenidos por dilución isotópica
(Faure y Mensing, 2005) se compilaron en las tablas
xii.1 y xii.2 y se discuten a continuación.
Entierro 101

Figura xii.4 Fotos de los entierros 3 y 101 en Teopancazco, con los esqueletos de un infante de 6 a 12 años
Fig.de41.5-2
y de un niño Schaaf et al.
años, respectivamente. (Fotografías de Linda R. Manzanilla.)

3.1. Importancia del lixiviado del esmalte, resultados

Primero, se presenta la eficiencia de los lixiviados de las muestras de esmalte,


descritas en la figura xii.2. De las 22 muestras tratadas con el lixiviado nos enfo-
camos aquí en detalle a los esmaltes de siete entierros (3, 5, 8, 17, 71, 77 y 105). En
la tabla xii.1 se exhiben en sombreado las relaciones 87Sr/86Sr de los tres pasos
del lixiviado (lixiviado 1, lixiviado 2 y residuo 3; figura xii.2); en la figura xii.5a
se grafican los resultados de los entierros 3, 71, 77 y 105; mientras que en la figura
xii.5b se muestran los entierros 5, 8 y 17 en diagramas 1000/Sr vs. 87Sr/86Sr.

Entierro 3: Los tres lixiviados del esmalte y el fémur de este individuo, que
corresponde a un infante de 6 a 12 años, muestran valores 87Sr/86Sr casi idénti-
cos, evidencia para un individuo local (figura xii.5a).

Entierros 77 y 105: Sólo se cuenta con un cráneo (24-30 años, masculino)


para el entierro 77, mientras que el entierro 105 corresponde a un individuo po-
siblemente masculino completo de 16-20 años. En ambos casos se observan va-
lores muy parecidos para los primeros dos lixiviados y un valor 87Sr/86Sr más

432
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

elevado para el residuo 3. Considerando los errores analíticos (desviación están-


dar; tabla xii.1) estas últimas relaciones se distinguen significativamente de los
lixiviados uno y dos, enfatizando la importancia del proceso de lixiviado. Única-
mente los valores del residuo 3 se pueden usar para la evaluación de si hay migra-
ción o no. Los valores de los huesos de ambos individuos son más bajos, típicos
para Teotihuacan, lo cual los caracteriza como no originarios (figura xii.5a).

Entierro 8: Se trata de un entierro secundario de un individuo masculino de


entre 18 y 25 años. Los tres lixiviados de los esmaltes y el fémur tienen valores
87
Sr/86Sr muy parecidos, entre 0.70473 y 0.70475 (tabla xii.1; figura xii.5b), lo
cual puede descartar un contexto de migración. Para la determinación de la re-
producibilidad de los lixiviados se repitieron los análisis en un segundo frag-
mento de esmalte con resultados muy parecidos (0.70475 y 0.70477; tabla xii.1).

Entierro 17: Corresponde a un adulto joven masculino. El primer lixiviado


muestra valores 87Sr/86Sr un poco más bajos, pero parecidos al fémur (0.70468
y 0.70486, respectivamente), mientras que el lixiviado 2 y el residuo 3 tienen
relaciones un poco más elevadas (0.70499 y 70508), lo cual descarta una ju-
ventud en Teotihuacan (figura xii.5b).

Entierros 5 y 71: Ambos corresponden a esqueletos masculinos entre 16 y 20


años con cráneos golpeados o con huellas de cortes. En el caso del entierro 5
se observó también desgaste dental. Los dos individuos tienen relaciones
87
Sr/86Sr para el residuo 3 mucho más altas en comparación a sus huesos (figu-
ras xii.5a y xii.5b) y clasifican claramente como extranjeros en Teopancazco.
Sin embargo, muestran algunas diferencias. En el caso del individuo del en-
tierro 71 el 87Sr/86Sr para los dos lixiviados y el residuo son muy parecidos
(0.70779, 0.70789 y 0.70785; tabla xii.1; figura xii.5a), mientras que para el
entierro 5 el lixiviado 1, el lixiviado 2 y el residuo 3 muestran valores muy dife-
rentes (0.70530, 0.70590 y 0.70668, respectivamente; tabla xii.1; figura xii.5b),
enfatizando de nuevo la importancia de los procesos de lixiviado. En el último
caso hubiera sido deseable contar con un lixiviado adicional para confirmar
con alta seguridad si el valor isotópico del residuo 3 es representativo.

En resumen, se puede destacar que la técnica de lixiviado ha mostrado resul-


tados importantes en cuatro de los siete esmaltes analizados y graficados en la
figura xii.5. Sin lixiviado se hubiera obtenido un valor promedio para el es-
malte, lo cual debido a la contaminación con Sr secundario no es correlacio-
nable con las condiciones durante la juventud del individuo. Entonces no sir-
ve para la reconstrucción del origen en estudios de migración.
Aunque se aplicó la técnica de lixiviado en 22 de los 27 dientes analizados,
sólo se presentan en la tabla xii.1 los valores individuales para los tres pasos
de lixiviado de las siete muestras graficadas en la figura xii.5. Para las otras
muestras se imprimió únicamente el valor del residuo 3 en la tabla xii.1.

433
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

0.7080 lixiviado 1 69944 (Ent 71)


lixiviado 2
0.7075 residuo 3
hueso
0.7070

0.7065
Sr/86Sr
1
0.7060
76144 (Ent 105) 69785 (Ent 77)
87

0.7055

0.7050
7532 (Ent 3)
0.7045 suelos de Teotihuacan
0.7040
2 4 6 8 10 12

1000/Sr (pm ) -1

Fig. 5a Schaaf et al.


0.7070

20271 (Ent 5)
0.7065

0.7060
Sr/86Sr

0.7055
87

35185 (Ent 17)


0.7050
31370 I + II (Ent 8)
0.7045
suelos de Teotihuacan

0.7040
2 4 6 8 10 12 14 16 18 20

1000/Sr (ppm )
-1

Fig. 5b Schaaf et al.

Figura xii.5 Concentración inversa de Sr (x 1 000) versus 87Sr/86Sr. a) Muestras de los entierros 3, 71, 77
y 105 con sus tres procesos de lixiviado (lixiviado 1, lixiviado 2 y residuo 3; véase figura xii.2). El individuo
del entierro 3 clasifica como “local” mientras las personas de los entierros 71, 77 y 105 son “migrantes”. Se
grafica también el error analítico (±1σ) representativo durante los análisis de estas muestras. b) muestras
de los entierros 5, 8 y 17. Las muestras del entierro 8 (incluido el lixiviado) se hicieron por duplicado en
dos alícuotas del material para comprobar la reproducibilidad de las mediciones isotópicas. La persona
del entierro 8 es “local”, mientras las personas de los entierros 5 y 17 son “migrantes”. En el caso del
entierro 5 se puede observar perfectamente el efecto del lixiviado. Sólo el valor del residuo 3 puede usarse
para determinar posibles orígenes de los migrantes. Los datos analíticos se compilaron en la tabla xii.1.

434
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

3.2. Suelos de Teotihuacan

De los entierros 55 de Teopancazco y 1 de Xalla (para este último sitio, véase


Manzanilla, 2008; Manzanilla y López-Luján, 2001) se determinaron las rela-
ciones 87Sr/86Sr de los suelos encajonantes (0.70432 y 0.70441, respectivamen-
te; tabla xii.2). Como se puede observar también en la figura xii.5, estos valo-
res son un poco más bajos en comparación a los de los huesos de los 27 entie-
rros con una relación promedio de 0.70477 (n = 40). Los huesos no necesaria-
mente muestran el mismo valor del suelo del entierro debido a posibles conta-
minaciones diagenéticas y/o por el agua de lluvia en el entierro. Se determinó
agua de lluvia del Distrito Federal con un 87Sr/86Sr de 0.70652 (tabla xii.2).

3.3. Homogeneidad de la relación 87Sr/86Sr


en diferentes tipos de huesos

En general se considera el fémur de un esqueleto como el material óseo menos


susceptible a alteraciones de la isotopía de Sr. Sin embargo, en varios entierros
donde predominan los individuos decapitados no siempre se encuentra dispo-
nible. Por estas razones se hicieron comparaciones entre fémur, vértebra y crá-
neo de esqueletos de los entierros 13, 15, 78, 98 y 102 (Lailson-Tinoco, 2009). Los
resultados se presentan en la tabla xii.1 y se graficaron en la figura xii.6. En los
casos de los individuos de los entierros 13 y 15, los valores 87Sr/86Sr de los fému-
res son ligera pero significativamente más altos que los de los cráneos y vérte-
bras. En los entierros 78 y 102 todos los valores de huesos coinciden dentro de las
desviaciones estándar de cada medición y para el entierro 98 se observaron valo-
res parecidos para fémur y cráneo, pero para la vértebra la relación 87Sr/86Sr es

0.70800
Molar Cráneo Vértebra Fémur
0.70700

0.70600

0.70500
Sr/86Sr

0.70400
87

0.70300
En 78 En 15 En 102 En 98 En 13A

Figura xii.6 Diferentes tipos de huesos (cráneo, vértebra y fémur) analizados por 87Sr/86Sr
de cinco entierros (13, 15, 78, 98 y 102) en comparación con los valores de los esmaltes de
Fig. 6enSchaaf
molares correspondientes. Datos analíticos et al.
la tabla xii.1.

435
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

más baja. Estas diferencias confirman una heterogeneidad de diferentes partes


óseas del esqueleto humano debido a diferentes tasas de contaminación con Sr
externo. Por otro lado, las diferencias observadas no son tan dramáticas, lo cual
significa que en casos de escasez de fémures sí se pueden analizar otros compo-
nentes óseos, como el cráneo, sin perder la información principal del entierro.

4. Migración en Teopancazco

Después de la compilación de todos los datos isotópicos de los 27 entierros se


realizó una evaluación de si estas personas son locales de Teopancazco o cuen-
tan con evidencias de ser extranjeros. En la tabla xii.1 y gráficamente en la figu-
ra xii.7 se presentan entierros con valores 87Sr/86Sr parecidos para sus esmal-
tes y huesos, significativos para individuos locales, y otros con valores ligera o
considerablemente diferentes, los cuales se caracterizan como migrantes. En
la columna “Migración” de la tabla xii.1 se pueden ver clasificaciones más de-
talladas como “no”, “sí”, “intermedio” e “inverso”, explicadas a continuación.
Se detectaron 8 de los 27 individuos investigados en este trabajo sin evi-
dencia de migración (entierros 7, 8, 78, 86) y entre ellos se encuentran cuatro
niños/infantes (entierros 3, 4, 100 y 101). Otros cuatro, calificados como “in-

0.7090
Entierros de Teopancazco
Chiapas

Diente local Hueso


880 m Oaxaca

Diente migrante
Oaxaca

0.7080
Tepexi
2000 m Oaxaca
Perote

2400 m Altos Chis


1650 m

0.7070
Perote
Oaxaca
Perote
2800 m Toluca

Tepexi

0.7060
Perote
2800 m Toluca
Tula

Tula

Tula
Sr/86Sr

2300 m
2300 m
1650 m

2300 m

0.7050
87

0.7040

0.7030

0.7020
EN 2
EN 3
EN 4
EN 5
EN 6
EN 7
EN 8
EN 9
EN 13
EN 15
EN 17
EN 36
EN 55
EN 63
EN 70
EN 71
EN 74
EN 75
EN 77
EN 78
EN 86
EN 98
EN 100
EN 101
EN 102
EN 105
EN 108

Figura xii.7 Diagrama de barras con los valores 87Sr/86Sr para huesos y esmaltes de 27 individuos
de Teopancazco. Las barras en rojo caracterizan contextos claros de migración. Con la información
Fig. 7
sobre la isotopía de Sr de los suelos (véase figura Schaaf
xii.8) y sobre et al. (δ18O; Morales-Puente et al.,
la altura
en este volumen, pp. 436 y ss.) se proponen posibles áreas para el origen de los extranjeros.

436
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

Rocas Suelos Plantas

0.7110
0.714567
0.7100

0.7090

0.7080
Sr/ Sr

0.7070
86

0.7060
87

0.7050

0.7040

0.7030

Figura xii.8 Diagrama de barras con la isotopía de Sr de suelos, algunas plantas y dos rocas de 16 sitios arqueológicos
entre las costas de Veracruz y el altiplano de la Faja Volcánica Mexicana. Datos analíticos en la tabla xii.2.

Fig. 8 Schaaf et al.


versos”, tienen valores de los esmaltes muy parecidos a los suelos de Teoti-
huacan, pero sus huesos muestran relaciones 87Sr/86Sr un poco más altas (en-
tierros 2, 55, 63 y 70). Aquí es muy probable que se trate de personas locales
sin contexto de migración, pero cuya firma isotópica de los huesos ha sido al-
terada diagenéticamente durante su permanencia en la tumba.
Con base en las diferencias entre huesos y esmaltes superiores a 450 ppm
en la relación 87Sr/86Sr (tabla xii.1), diez individuos (entierros 5, 9, 13, 71, 74,
75, 77, 98, 102 y 105) se clasificaron como migrantes y otros cinco (entierros 6,
15, 17, 36 y 108), con diferencias entre 222 y 447 ppm, como “intermedios”, los
cuales pueden interpretarse como locales, pero con cierta migración dentro
del Altiplano de México en donde hay suelos volcánicos típicos para la Faja
Volcánica Mexicana.
Además se analizaron suelos y plantas de enclaves teotihuacanos en Vera-
cruz (La Joya, Morgadal, El Pital, El Cuajilote y Matacapan), Puebla (Maltra-
ta, Tepexi el Viejo y Atlixco), Tlaxcala (La Herradura, Ocetelulco y Tecoaque)
y Morelos (Las Pilas y Chalcatzingo), así como suelos de Hidalgo (Tula) y
Teotihuacan (Teopancazco y Xalla). En ocho de estos sitios se analizaron
también plantas y en dos lugares (Chalcatzingo y Tula), rocas enteras colecta-
das cerca de los sitios arqueológicos. Los datos isotópicos se compilaron en la
tabla xii.2 y se presentan gráficamente en un diagrama de barras (figura
xii.8). Las relaciones 87Sr/86Sr de las plantas son en general parecidas a los
suelos correspondientes (tabla xii.2), con algunos valores un poco más altos
o más bajos. Esto puede ser causado por heterogeneidades en la composición

437
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

101° 91°
N
> 0.7060

SMOR
CHICHEN ITZÁ
0.

SM
70
45

Golfo de México 0.7091


O
-0
70.

23°
60

Palma Sola
0.7032-0.7041

0.7040 - 0.7430 TEOTIHUACÁN


Merida 0.7090-0.7095
5
0.7044
12
La Merced
Guadalajara 3 Mixtequita
0.7035 - 0.7050 11 0.7088-0.7120
0.7040 - 0.7060
FVT Tuxtlas
D.F. Puebla Veracruz 0.7030 - 0.7040 0.7073 - 0.709
1 La Joya 10
9 6
2 Matacapan 0.7
035 8 7 TIKAL
3 El Cuajilote -0 2 Villahermosa
4 El Pital .71
20 0.7073
0.7073 0.7081
5 Morgadal PG-M CA Oaxaca
6 Maltrata Acapulco Tuxtla
7 Tepexi SM
8 Las Pilas S OAX MC
9 Chalcatzingo Oc
10 Atlixco éa
11 Herradura, Ocetelulco, no
Pa LA
Tecoaque 0.7040 - 0.7430 MONTE VALLE MOTAGUA
12 Tula cíf 0.7038 - 0.7066 A
ico ALBÁN
EM
AT
0.7040 - 0.7120
0.7074
GU
0.7047 - 0.7110

SMS = Sierra Madre del Sur SMO = Sierra Madre Occidental


FVT = Faja Volc.Transmexicana CA = Complejo Acatlán
OAX = Complejo Oaxaca MC = Macizo de Chiapas
MC = Macizo de Chiapas P G-M = P. Guerrero-Morelos
SMOR = Sierra Madre Oriental

Fig. 9 Schaaf et al.


Figura xii.9 Mapa de la parte centro-sur de México con diferentes campos e isolíneas de 87Sr/86Sr. La mayoría
de los datos proviene de la base de datos del lugis (trabajos de tesis y trabajos sin publicar). Datos para el complejo
Acatlán de Yáñez et al. (1991), para el complejo Mixtequita de Weber (1998), para la parte oriental de la Faja
Volcánica Mexicana y Palma Sola de Gómez-Tuena (2002), para el Macizo de Chiapas de Schaaf et al. (2002),
para Monte Albán y Tikal de Buikstra et al. (2003), para las rocas volcánicas de la parte centro-oriental de la Faja
Volcánica de Martínez-Serrano et al. (2004), Siebe et al. (2004), Schaaf et al. (2005) y Schaaf y Carrasco (2010), para
la región de la Merced de Robles-Camacho (2006), para Yucatán de Hodell et al. (2004), para la parte oriental de
Yucatán de Landa-Arreguín (2010) y para la región de los Tuxtlas de Espíndola-Castro et al. (2010). Los lugares con
tomas de muestras de suelos, plantas y rocas (tabla xii.2; figura xii.8) se muestran con números en círculos blancos.

isotópica en los suelos (no siempre se tomaron las muestras directamente en


el lugar de la planta) o por influencias de fertilizantes. En el sitio de Tepexi,
Puebla, se muestrearon, en un área de pocos metros cuadrados, suelos proce-
dentes de rocas carbonatadas y del esquisto Acatlán que tuvieron valores
muy diferentes. La roca basáltica analizada del sitio arqueológico de Tula tie-
ne 87Sr/86Sr muy parecido a los suelos, mientras que en el caso de Chalcatzin-
go el valor de la roca es considerablemente más bajo que el suelo y las plantas,
lo cual puede ser causado por heterogeneidades en la roca granítica de este si-
tio (Gómez-Tuena et al., 2008).

438
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

La información nueva de los suelos se usó para complementar la base de


datos isotópicos de Sr existente y todo se incorporó en un mapa del centro-
sur de México que muestra las variaciones en la distribución de las relaciones
87
Sr/86Sr en esta región (figura xii.9). Con la ayuda del mapa se pretende es-
pecificar los posibles orígenes de los individuos clasificados como migrantes
en la tabla xii.1. Por otro lado, se puede observar que existen varias regiones
geográficamente distintas en el mapa con patrones 87Sr/86Sr parecidos o su-
perposicionados (e. g. plataforma de Yucatán-complejo Oaxaca-complejo Aca­
tlán). Por estas razones se consultaron también los datos de la isotopía de oxí-
geno disponibles para una gran parte de los entierros investigados en este
trabajo(δ18O; Morales-Puente et al., en este volumen, pp. 347 y ss.) con la fi-
nalidad de comparar las alturas correspondientes a los esmaltes, lo cual ayuda
a especificar con mejor precisión los posibles orígenes.
Con base en los datos isotópicos descritos, se compilaron en la figura
xii.7 las propuestas para los posibles orígenes de los individuos con carácter
migrante. Los cuatro casos más sobresalientes de migración son los indivi-
duos de los entierros 5, 13, 71 y 75. Para el entierro 5 los datos δ18O disponi-
bles indican una altura de 2 000 m, lo que sugiere que el origen puede ser
Oaxaca o Perote. Para la persona del entierro 13 se propone una procedencia
de Oaxaca o Tepexi debido a la altura determinada por δ18O con 1 650 me-
tros, mientras que el individuo del entierro 71 proviene de alturas más bajas
(ca. 880 m), lo cual puede corresponder a las regiones bajas de Oaxaca o al
área calcárea del noroeste de Chiapas (¿Palenque?). El individuo 75 viene de
alturas parecidas al Altiplano de México (2 400 m) pero con un 87Sr/86Sr
más elevado, que puede significar un origen en los Altos de Chiapas. De las
otras seis personas calificadas como migrantes destacan los entierros 9 y 102
con alturas de unos 2 800 metros, tal vez correlacionables con el valle de To-
luca, la Sierra de Pachuca o la región de Perote, Veracruz. Para los entierros
77, 98 y 105 se propone una procedencia de la región de Tula, donde rocas
volcánicas de la Faja Volcánica Mexicana afloran intramezcladas con calizas.
El individuo del entierro 74 proviene de alturas más bajas (ca. 1,650 m), corre-
lacionables con Tepexi o Oaxaca.
Un resultado importante de los estudios combinados usando las isoto-
pías de Sr y de O es que aparentemente ningún individuo de los analizados
migró a Teotihuacan desde regiones de la franja costera entre Veracruz y Yu-
catán, con alturas cercanas al nivel del agua del mar.
Para tres de los cinco individuos caracterizados como “intermedios” en
la tabla xii.1 existen datos de δ18O, especificando alturas para sus juventu-
des de aproximadamente 2 400 metros. Con esta información se puede des-
tacar que ellos crecieron en regiones con alturas similares a Teotihuacan
(~2 300 m) y con suelos volcánicos también parecidos, típicos para la Faja
Volcánica Mexicana (e. g. Martínez-Serrano et al., 2004; Siebe et al., 2004;
Schaaf et al., 2005).

439
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

5. Conclusiones

En esta contribución se demuestra, con el ejemplo de Teopancazco, el alto


potencial de la isotopía de Sr para identificar migrantes y locales en sitios ar-
queológicos. La comparación 87Sr/86Sr de huesos y esmaltes puede dar infor-
mación valiosa sobre si hubo o no desplazamiento de un individuo en el
transcurso de su vida y en el caso de que sí, inferir de dónde se originó geo-
gráficamente. Sin embargo, para obtener datos isotópicos confiables y signifi-
cativos para los esmaltes se desarrolló en nuestro laboratorio una técnica ana-
lítica novedosa que incluye un procesamiento de lixiviado con tres etapas. El
lixiviado elimina firmas isotópicas secundarias causadas por enfermedades
dentales como caries o fluorosis, las cuales a veces son visibles, a veces no.
Sólo así se pueden usar las relaciones 87Sr/86Sr de los esmaltes para recons-
truir confiablemente el origen del individuo. Datos isotópicos de Sr sobre es-
maltes sin lixiviado publicados en estudios de migración anteriores tienen
que interpretarse con precaución. Pueden mostrar 87Sr/86Sr biogénico correc-
to, pero también presentar una mezcla de relaciones isotópicas originales y
secundarias sin significado para la determinación del origen.
En este trabajo se analizaron huesos y esmaltes de 27 individuos del cen-
tro de barrio de Teopancazco. Se identificaron 10 individuos con contextos
claros de migración, cinco con posibles migraciones internas entre diferentes
áreas en el Altiplano de la Faja Volcánica Mexicana y 12 personas como loca-
les, que nacieron y murieron en Teotihuacan. Con la ayuda de los isótopos de
oxígeno se propusieron posibles lugares de origen para los migrantes. Para
disminuir aún más las regiones de nacimiento de los extranjeros hay que in-
troducir la información antropológica sobre posibles caminos de comercios
en aquel tiempo y la información disponible sobre el carácter de los entierros,
sus hallazgos y los detalles morfológicos de los esqueletos.
De esta manera se demuestra el alto potencial de la combinación de méto-
dos analíticos usando sistemas isotópicos con los resultados de investigaciones
antropológicas/arqueológicas para reconstruir las historias individuales de los
habitantes de una ciudad importante como Teotihuacan.

Agradecimientos

Las excavaciones y análisis del proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno”, diri-


gido por Linda R. Manzanilla en Teopancazco, contaron con permiso federal
del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y presupuesto del Conacyt
(proyectos 25563H, G36050H) y de la unam (tanto de dgapa IN307398,
IN406199, como del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la
unam). Agradecemos a los antropólogos físicos Luis Adrián Alvarado y Lilia-
na Torres sus observaciones sobre los esqueletos. Gracias a Georgina Nieto-
Mora por el apoyo instrumental para separar esmalte y dentina.

440
Tabla xii.1 87Sr/86Sr en dientes (esmalte) y huesos de individuos de Teopancazco (comienza)
Sr
Muestra Indiv., edad Entierro Material Sr/86Sr
87
1sd* Lixiviado Migración? Comentario (ppm) Altura (m)
4586 Di femenino 2 esmalte 0.704625 37 3 lixiviados inverso 297
4586 F 25-35 a 2 fémur 0.704723 34 713
7532 Di Lix1 ??? 3 esmalte 0.704747 35 lixiviado 1 no 126 2400
7532 Di Lix2 infante 3 esmalte 0.704776 34 lixiviado 2 108
7532 Di LRes3 6-12 a 3 esmalte 0.704772 38 residuo 3 141
7532 F 3 fémur 0.704672 34 832
análisis
7532 F II 3 fémur 0.704695 36 duplicado 888
8835 Di ??? 4 esmalte 0.704875 29 2 lixiviados no 205 2400
8835 FN 5-7 a 4 fémur 0.704736 36 769
desgaste
20271 Di Lix1 masculino 5 esmalte 0.705302 36 lixiviado 1 dental 163 2000
20271 Di Lix2 18-20 a 5 esmalte 0.705902 38 lixiviado 2 75
20271 Di Res3 5 esmalte 0.706682 41 residuo 3 sí 56.1
20271 A 5 astrágalo 0.704769 34 500
30273 Di masculino 6 esmalte 0.705162 29 no intermedio 330
30273 HM >20 a 6 h. maxilar 0.704861 33 344
30273 CL 6 clavícula 0.704700 36 766
29925 Di masculino 7 esmalte 0.704907 36 no no 170 2100
29925 F 20-24 a 7 fémur 0.704777 39 667
31370 Di Lix1 masculino 8 esmalte 0.704732 29 lixiviado 1 no 383
31370 Di Lix2 18-25 a 8 esmalte 0.704733 28 lixiviado 2 242
31370 Di Res3 8 esmalte 0.704748 40 residuo 3 264
análisis
31370Di II Lix1 8 esmalte 0.704752 37 lixiviado 1 duplicado 354
31370Di II Lix2 8 esmalte 0.704777 34 lixiviado 2 252
31370Di II Res3 8 esmalte 0.704750 36 residuo 3 315
31370 F 8 fémur 0.704742 31 552
31700 Di masculino 9 esmalte 0.705560 34 3 lixiviados sí 84.7 2800
31700 V 18-25 a 9 vértebra 0.704874 37 424
33766 Di masculino 13A esmalte 0.707336 45 3 lixiviados sí 290 1650
33766 C 25-30 a 13A cráneo 0.704686 34 1000
33766 V 13A vértebra 0.704675 35 1077
33766 F 13A fémur 0.704897 38 634
36093 Di masculino 15 esmalte 0.705262 36 3 lixiviados intermedio 268 2400
36093 F 35-45 a 15 fémur 0.704804 40 517

441
Tabla xii.1 87Sr/86Sr en dientes (esmalte) y huesos de individuos de Teopancazco (continúa)
Sr
Muestra Indiv.. edad Entierro Material Sr/86Sr
87
1sd* Lixiviado Migración? Comentario (ppm) Altura (m)
análisis del
35658 15 esmalte 0.705189 40 3 lixiviados mismo 663
individuo
35658 15 cráneo 0.704714 37 pero con 678
diferente
35658 15 vértebra 0.704692 35 material 787
35658 15 fémur 0.704785 39 491
35185 Di Lix1 masculino 17 esmalte 0.704677 37 lixiviado 1 intermedio 202 2400
adulto
35185 Di Lix2 joven 17 esmalte 0.704989 35 lixiviado 2 148
35185 Di Res3 17 esmalte 0.705078 34 residuo 3 149
35185 F 17 fémur 0.704856 36 448
59212 Di Lix1 masculino 36 esmalte 0.705074 39 lixiviado 1 intermedio 190
59212 Di Lix2 35-40 a 36 esmalte 0.704999 36 lixiviado 2 142
duplicado
59212 Di II 36 esmalte 0.704967 36 no sin lixiviado 208
59212 F 36 fémur 0.704560 38 247
67145 Di masculino? 55 esmalte 0.704692 38 3 lixiviados inverso 214 2500
67145 F 30-35 a 55 fémur 0.705134 38 242
68701 Di ??? 63 diente leche 0.704577 34 no inverso 18.1
68701 FN 3a 63 fémur niño 0.704707 39 456
68892 Di masculino 70 esmalte 0.704598 39 no inverso 311 2500
68892 F 20-30 a 70 fémur 0.705188 38 255
69944 Di Lix1 masculino 71 esmalte 0.707790 35 lixiviado 1 108 880
69944 Di Lix2 16-20 a 71 esmalte 0.707891 37 lixiviado 2 92.7
69944 Di Res3 71 esmalte 0.707851 34 residuo 3 sí 104
69944 H 71 frag. cráneo 0.704944 38 437
70020 Di masculino 74 esmalte 0.705454 33 3 lixiviados sí 327 1650
70020 H 30-35 a 74 frag. cráneo 0.704975 37 387
70022 Di masculino? 75 esmalte 0.706131 35 3 lixiviados sí 495 2400
frag. mandí-
70022 H 25-30 a 75 bula 0.704800 36 614
69785 Di Lix1 masculino? 77 esmalte 0.705236 40 lixiviado 1 262 2500
69785 Di Lix2 24-30 a 77 esmalte 0.705220 39 lixiviado 2 218
69785 Di Res3 77 esmalte 0.705455 34 residuo 3 sí 215
frag. mandí-
69785 H 77 bula 0.704785 35 448

442
Tabla xii.1 87Sr/86Sr en dientes (esmalte) y huesos de individuos de Teopancazco (concluye)
Sr
Muestra Indiv., edad Entierro Material Sr/86Sr
87
1sd* Lixiviado Migración? Comentario (ppm) Altura (m)
70081 masculino 78 esmalte 0.704665 27 3 lixiviados no 469 2400
70081 > 50 a 78 cráneo 0.704624 38 429
70081 78 vértebra 0.704605 34 970
70081 78 fémur 0.704610 32 354
70391 Di ??? 86 esmalte 0.704953 32 no no 164
adulto
70391 H medio 86 frag. fémur 0.704700 38 433
72494 femenino? 98 esmalte 0.705397 35 3 lixiviados sí 278
72494 >40 a 98 cráneo 0.704800 34 564
72494 98 vértebra 0.704688 40 1697
72494 98 fémur 0.704776 39 623
71952 Di ??? 100 esmalte 0.704989 35 3 lixiviados no 153
71952 H 2-4 a 100 frag. cráneo 0.704658 33 739
71976 ??? 101 diente 0.704808 37 no no 399
71976 H 1.5-2 a 101 hueso 0.704714 33 540
72442 femenino? 102 esmalte 0.705385 42 3 lixiviados sí 465 2800
72442 35-40 a 102 cráneo 0.704830 39 566
72442 102 vértebra 0.704775 35 950
72442 102 fémur 0.704783 39 606
76114 Di Lix1 ??? 105 esmalte 0.705189 34 lixiviado 1 417 2400
76114 Di Lix2 16-20 a 105 esmalte 0.705052 36 lixiviado 2 399
76114 Di Res3 105 esmalte 0.705459 35 residuo 3 sí 323
76499 H 105 fémur 0.704715 38 444
76692 Di masculino? 108 esmalte 0.705147 32 3 lixiviados intermedio 355 2400
76692 H 16-20 a 108 fémur 0.704700 37 545

Tabla xii.1 Relaciones isotópicas de Sr y concentraciones de Sr determinadas con la técnica de dilución isotópica para muestras
de esmaltes y huesos de 27 individuos de entierros en Teopancazco. Lix1, Lix2 y Res3 corresponden a las tres etapas de lixiviado
descritas en el texto y en la figura xii.3. Las muestras sombreadas son las graficadas en la figura xii.5. En algunos casos de
lixiviados sólo se imprime el resultado del último paso (correspondiente al residuo 3). II = análisis duplicado. Los errores se
presentan con la desviación estándar (1sd = ±1σabs) en sus últimos dos dígitos. La información sobre la altura (m) se tomó
de Morales-Puente et al. (en este volumen, pp. 347 y ss.). Las relaciones isotópicas se determinaron en el modo estático con un
espectrómetro de masas con fuente iónica térmica del lugis, marca Finnigan MAT 262, equipado con ocho colectores Faraday.
Para cada muestra se determinaron entre 52 y 59 relaciones 87Sr/86Sr, las cuales se normalizaron a un valor de 86Sr/88Sr de 0.1194.
La relación 87Sr/86Sr del estándar de Sr NBS 987 se determinó en 0.710238 ±23 (1σabs, n = 343). La reproducibilidad relativa
(1σ) para las concentraciones de Sr es ±5.4%. El blanco analítico más alto durante los análisis de estas muestras fue 1.5 ng Sr.

443
Tabla xii.2 87Sr/86Sr en suelos, plantas y rocas
Muestra Sitio Estado Material 87Sr/86Sr 1sd* Altura (m) S r Comentario
(ppm)
Suelos, plantas y rocas
La Joya s La Joya Ver suelo 0.704730 38 2160 452
La Joya s La Joya Ver suelo 0.704584 34 511
3475 Mordagal Ver suelo 0.708395 39 140 206
3476 Mordagal Ver suelo 0.708286 36 228
3907 Mordagal Ver planta 0.707708 39 33.9 guayaba
3477 El Pital Ver suelo 0.706688 45 16 235
3478 Cuajilote Ver suelo 0.706323 41 240 73.8
3479 Cuajilote Ver suelo 0.706614 37 64.7
3480 Cuajilote Ver suelo 0.705860 37 230
3935 Cuajilote Ver planta 0.705844 29 58.2 tepejilote
3909 Cuajilote Ver planta 0.705652 38 malastre
3481 Matacapan Ver suelo 0.703492 37 235 451
3482 Matacapan Ver suelo 0.703424 36 586
3483 Matacapan Ver suelo 0.703451 40 490
3548 Matacapan Ver planta 0.703470 39
3484 Maltrata Pue-Ver suelo 0.704463 41 1750 358
3485 Maltrata Pue-Ver suelo 0.704536 38 350
3486 Maltrata Pue-Ver suelo 0.704532 36 343
3910 Maltrata Pue-Ver planta 0.705173 36 cempazúchitl
3487 La Herradura Tlax suelo 0.704444 36 2610 690
3488 La Herradura Tlax suelo 0.704447 39 234
3911 La Herradura Tlax planta 0.704676 35
OCE s Ocetelulco Tlax suelo 0.704524 36 464
TEC s Tecoaque Tlax suelo 0.704404 32 512
3535 Tepexi Pue suelo 0.714567 42 1590 118 encima esquisto
Acatlán
3536 Tepexi Pue suelo 0.706026 36 82.8 encima caliza
3913 Tepexi Pue planta 0.706731 33
3537 Atlixco Pue suelo 0.704363 35 1720 424
3912 Atlixco Pue planta 0.705067 33 70.7 escobilla
3540 WR Chalcatzingo Mor roca 0.703396 35 1380 467 granito
3538 Chalcatzingo Mor suelo 0.704151 39 256
3549 Chalcatzingo Mor planta 0.704433 37
3914 Chalcatzingo Mor planta 0.704491 35
3539 Las Pilas Mor suelo 0.704374 38 1720 405
67145 s Teopancazco EdoMex suelo 0.704350 38 2300 327 del entiero 55
67145 s Teopancazco EdoMex suelo 0.704322 31 367 del entiero 56
25166 s Xalla EdoMex suelo 0.704378 34 2300 314 del entierro 1
25166 s Xalla EdoMex suelo 0.704409 39 251 del entierro 1
TU-1 WR Tula Hdg roca 0.705033 34 392 basalto
TU-1 S Tula Hdg suelo 0.704999 38 2050 447
TU-2 S Tula Hdg suelo 0.705005 35 355
TU-3 S Tula Hdg suelo 0.704688 35 423
Agua
2734 México D. F. agua lluvia 0.706520 34 2600 0.003

Tabla XII.2 Relaciones isotópicas de Sr y concentraciones de Sr para suelos, plantas y dos rocas de 16
sitios arqueológicos entre el centro de México y las costas de Veracruz. También se presenta el valor
del agua de lluvia colectada en el Distrito Federal. Detalles analíticos, véase tabla xii.1.

444
isótopos de estroncio aplicados a migración humana

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447
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448
Capítulo xiii
Caracterización de la población multiétnica
de Teopancazco por isótopos estables,
isótopos de estroncio y elementos traza*

Linda R. Manzanilla,a Gabriela Mejía,d Gerardo Jiménez,a


Peter Schaaf,b Becket Lailson,e Gabriela Solís,b
Pedro Moralesc y Edith Cienfuegosc

Introducción

En Mesoamérica, Teotihuacan es excepcional en muchos aspectos. Además


de ser uno de los asentamientos urbanos preindustriales más grandes, de su
rígida planificación urbana visible en la traza ortogonal (véase Millon, 1973),
su organización corporativa (Manzanilla, 1996, 2009) y de ser un centro de
manufacturas y movimiento de bienes suntuarios, resalta en el ámbito mesoa-
mericano por su carácter multiétnico (Manzanilla, 2006).
Para dar orden a la gran población de diversos orígenes, se establecieron
barrios foráneos en la periferia, y barrios teotihuacanos con mano de obra mul-
tiétnica para tareas muy especializadas (figura XIII.1). Más allá de los barrios
periféricos (véase Manzanilla, 2009), en los cuales Price, Manzanilla y Mid-
dleton (2000) ya habían detectado diversos patrones de migración a la ciu-
dad —algunos, migrantes continuos; otros, migrantes en las generaciones
sólo de abuelos—, en el centro tenemos otros barrios administrados posible-
mente por casas nobles, que mantienen mano de obra multiétnica (Manzani-
lla, 2006, 2007). Ése es el caso de Teopancazco (figura XIII.2), un centro peri-
férico de barrio ubicado al sur de la Ciudadela, en Teotihuacan.
En las 13 temporadas de campo (1997 a 2005), bajo la dirección de Linda
R. Manzanilla, se descubrieron 116 entierros formales de varios tipos (figura
XIII.3), algunos de los cuales fueron múltiples, y muchos restos óseos huma-
nos dispersos en casi todos los cuartos, pórticos y patios del conjunto.
* Este trabajo se originó en la Reunión Anual 2010 de la Unión Geofísica Mexicana, reali-
zada en Puerto Vallarta, el 11 de noviembre de 2010.
a
Instituto de Investigaciones Antropológicas, unam.
b
Instituto de Geofísica, unam.
c
Instituto de Geología, unam.
d
Dirección de Salvamento Arqueológico, inah.
e
Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

449
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Figura XIII.1 La ciudad de


Teotihuacan y la propuesta
de ubicación de los barrios
foráneos y barrios multiétnicos
(véase Manzanilla, 2009;
dibujo sobre la retícula urbana
de René Millon, 1973).

Figura XIII.2 Teopancazco


con sus sectores funcionales
(véase Manzanilla, 2009
450 y en prensa).
caracterización de la población mediante isótopos y elementos traza

Figura XIII.3 Distribución de los entierros de Teopancazco.

a) Los entierros formales de tipo teotihuacano generalmente son de tres tipos:

◉ El primero está constituido por entierros de adultos y niños de tercera infancia dis-
puestos en fosas bajo los pisos, en posición flexionada o sedente, como es el caso
de los entierros 2, 3, 4 (figura XIII.4), 7A, 78, 98, y dos sedentes juntos: 105-108.

◉ El segundo tipo de entierros teotihuacanos (figura XIII.5) está representado por


entierros de neonatos dispuestos en vasijas y éstas en fosas bajo los pisos, como
sucede con los entierros 37, 38, 42, 43, 44, 58, 59, 64, 95, 101, 107, 109 y 110.

◉ Algunos niños de segunda infancia (figura XIII.6) están dispuestos en altares,


como sucede con los entierros 99 y 100. Suponemos que estos casos están rela-
cionados con aspectos simbólicos. Estos tres tipos de entierros tienen ejemplos
con lecturas isotópicas de estroncio 87/86 de gente local.

451
Figura XIII.4 Entierro 4: infante en fosa.
(Foto de Linda R. Manzanilla.)

Figura XIII.5 Entierro 42, de un infante.


(Foto de Linda R. Manzanilla.)

Figura XIII.6 Entierros 99 y 100:


dos infantes en fosa en altar temprano.
(Foto de Linda R. Manzanilla.)
caracterización de la población mediante isótopos y elementos traza

b) En Teopancazco hay casos excepciona-


les de entierros rituales (figura XIII.7),
como el 102, que albergaba el cráneo de
una mujer rodeado por huesos largos for-
mando una especie de caja, dispuesto en la
porción noreste de la plaza ritual del cen-
tro de barrio de Teopancazco. Este indivi-
duo tiene lecturas discordantes de isóto-
pos de estroncio 87/86, lo que indica que
se trata de una migrante de zonas altas.
Asimismo está el entierro 112, un crá-
neo con o dentro de un cesto, procedente
de una altitud coincidente con la zona de Figura XIII.7 Entierro 102: cráneo femenino rodeado
origen de la cerámica anaranjada delgada. por sus huesos largos. (Foto de Linda R. Manzanilla.)

c) En el sector de la sastrería tenemos casos de entierros, como el 15 y el 17, de


individuos con un grado leve de migración, asociados con agujas de hueso. El
entierro 15 es un adulto sedente masculino, mientras el 17 es un entierro par-
cial de extremidades de un adulto joven.

d) Un fenómeno excepcional para Teotihuacan, que Teopancazco comparte


con Cerro de las Mesas, Veracruz, es un ritual de terminación fechado en 350
d.C. en que se decapitaron más de 25 individuos masculinos, cuyas cabezas se
dispusieron dentro de cazuelas y fueron tapadas con otras vasijas. El primer
grupo fue dispuesto en fosas bajo un piso (figuras XIII.8-XIII.13) en el cuarto
162F (entierros 39, 40, 41, 46, 47, 48, 50, 52, 53, 55, 65, 66, 67, 69, 70, 81, 82, 83, 93
y 94), y el segundo, encima de un templo destruido con tablero y talud (entie-
rros 68, 71, 72, 74, 75, 76, 80, 84 y 85). Algunos del primer grupo y la mayor
parte del segundo grupo están representados por migrantes.

Figura XIII.8 Fosas del c162f


delineadas antes de excavar.
(Foto de Linda R. Manzanilla.)

453
Figura XIII.9 Algunas fosas contuvieron uno o dos
cráneos. (Foto de Linda R. Manzanilla.)

Figura XIII.10 Gran fosa (AA 142-144)


con varios niveles de cazuelas con cráneos.
(Foto de Linda R. Manzanilla.)

Figura XIII.11 Acercamiento de cráneos


en vasijas con evidencias de cinabrio.
(Foto de Linda R. Manzanilla.)

Figura XIII.12 Neonatos sobre el primer


nivel de decapitados del AA142-144
(Foto de Linda R. Manzanilla.)

Figura XIII.13 Últimos niveles con cajetes tapando


las cazuelas que contuvieron los cráneos.
(Foto de Linda R. Manzanilla.)
caracterización de la población mediante isótopos y elementos traza

En Teopancazco pudimos detectar no sólo la ruptura intencional de numerosas


vasijas hacia 350 d.C. (entre ellas dos vasos trípodes pintados) en la porción nor­
oeste del patio principal (C6), sino la decapitación intencional de 29 individuos,
27 seguramente masculinos. La mayor parte de las cabezas cercenadas fueron de-
positadas, cada una, en una cazuela, espolvoreadas con cinabrio; yacen acompaña-
das de polen de maíz (que implica la presencia de flores) y tapadas con un tapapla-
to o cajete. Veinte fueron dispuestas en fosas en el firme del piso del cuarto 162F
(pequeñas fosas con uno o dos cráneos, y una grande con 17 individuos), y nueve
encima de un templo destruido (C181B-261). Este ritual extraordinario sólo se po-
dría equiparar al hallazgo de Drucker (1943) en Cerro de las Mesas, Veracruz, en
el cual bajo un piso halló varias cazuelas, cada una con un cráneo de infante.
La fosa principal (AA142-144) contuvo 17 cráneos en sus vasijas, dispues-
tos en forma de cono invertido: siete individuos (entierros 46, 47, 48, 50, 52,
53 y 55), cinco individuos en el siguiente nivel (entierros 65, 66, 67, 69 y 70),
tres cráneos en el tercer nivel (entierros 81, 82 y 83) y, por último, dos en el
fondo (entierros 93 y 94). En el nivel superior fueron dispuestos seis infantes
neonatos (entierros 45, 49, 51, 56, 57 y 61).

e) Hay algunos casos de entierros múltiples en Teopancazco: entierro 24A-B-


C, 28-33, 74A-E y 80A-D.

Población multiétnica de Teopancazco: 116 entierros

A)Perfil demográfico
a)Infantes, subadultos, adultos, adultos mayores

El perfil de edades (figura XIII.14) de los entierros de Teopancazco muestra la


presencia de varios rangos de edad con dos picos principales: los infantes cerca-
nos a las 40 semanas y los adultos jóvenes de 20-25 años. Sorprende la presencia
Tabla de edades para Teopancazco
de juveniles que en otros conjuntos de Teotihuacan no están representados.
30
25
20
Frecuencia

15 Serie 1
10
5
0

Edades

Figura XIII.14 Perfil de edades para Teopancazco. Obsérvese la presencia de adolescentes


y juveniles en la muestra.

455
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

b)Hombres, mujeres

En cuanto al sexamiento de los entierros (figura XIII.15), hay una fuerte dis-
paridad de individuos masculinos que constituyen casi la mitad (48.38%) res-
pecto de los femeninos, que sólo representan 9.67%. La alta incidencia de in-
dividuos masculinos adultos es rara para Teotihuacan y refuerza el carácter de
centro de barrio que Teopancazco tenía, con mano de obra esencialmente
masculina, mucha de la cual era de carácter foráneo.

Figura XIII.15 Proporción de individuos masculinos respecto de femeninos


en Teopancazco. Obsérvese la escasa representación de femeninos en la muestra.

Al comparar la tabla de edades de Teopancazco con otro centro de barrio más


señorial, La Ventilla, tanto La Ventilla 92-94 en sus frentes 1, 2 y 3 (Gómez
Chávez y Núñez, 1999), como La Ventilla B (Serrano y Lagunas, 1999), y otro
centro de barrio periférico como Tlajinga 33 (Storey y Widmer, 1999), se ob-
serva que en Teopancazco, aunque predominan adultos e infantes, hay una
cierta proporción de juveniles, mientras que en La Ventilla y Tlajinga 33 casi
no están representados. Es interesante especular sobre el papel que los juveni-
les pueden tener en el funcionamiento de un centro de barrio relacionado
con la labor de sastrería. También están representados los juveniles en el con-
junto multifamiliar teotihuacano de Oztoyahualco 15B:N6W3 (Manzanilla et al.,
1999; Manzanilla, 1996), pero la diferencia entre el centro de barrio de Teo-
pancazco y el conjunto habitacional multifamiliar de Oztoyahualco yace en el
predominio de individuos masculinos en el primero, mientras el segundo tie-
ne una proporción equilibrada de hombres y mujeres, denotando su carácter
residencial.

B) Patrones funerarios

a) Entierros flexionados y sedentes en fosas 72/116


b) Entierros parciales 14/116
c) Decapitados 38/116

456
Tratamiento del cuerpo
caracterización de la población mediante isótopos y elementos traza

70.00%
60.00%
50.00%
40.00%
Serie 1
30.00%
20.00%
10.00%
0.00%
decapitados parciales ± completos
38 14 72

Figura XIII.16 Proporción de decapitados en la muestra de entierros de Teopancazco. !

La alta incidencia de individuos decapitados (figura XIII.16), cuya gran ma-


yoría son hombres adultos jóvenes, y su ubicación en dos contextos rituales
de la transición Tlamimilolpa/Xolalpan y fechados alrededor de 350 d.C., nos
revelan rituales de terminación que tienen paralelismo con aquellos hallados
en Cerro de las Mesas, Veracruz, aunque en este último caso se trató de infan-
tes. Este hecho refuerza el carácter multiétnico de Teopancazco, con fuertes
vínculos con Veracruz y el corredor de sitios teotihuacanos a través de Tlax-
cala y Puebla hacia Nautla (Manzanilla, 2011).
El presente análisis tuvo como objetivo detectar patrones en índices rela-
cionados con la procedencia de 38 individuos enterrados en el centro de barrio
de Teopancazco, Teotihuacan, México.
Cronología:

Periodo Tlamimilolpa (200-350 d. C.): entierros 73, 78, 105, 108 y 112.
Transición Tlamimilolpa/Xolalpan (ca. 350 d. C.): entierros 39, 40, 46, 50, 55, 65,
67, 70, 71, 72, 74a, 75, 82 y 106.
Periodo Xolalpan Temprano (350-ca. 420 d. C.): entierros 15, 24a, 102? y 116.
Periodo Xolalpan Tardío (ca. 420-550 d. C.): entierros 3, 4, 10, 14, 17, 28, 28F, 77,
91 y 92.
Periodo Metepec (550-650 d. C.): entierros 5, 7, 9 y 13A.

Para detectar estos patrones se analizó el δ18O en carbonatos del esmalte, δ13C
en esmalte con corrección de dieta, δ13C en colágeno con corrección menos 5
para dieta, niveles tróficos δ15N en 38 entierros, paleodieta con elementos tra-
za en 18 entierros, y 87/86Sr en hueso y 87/86Sr en diente en 27 entierros, todos de
Teopancazco. Para determinar si era necesaria la reducción de variables y la
relación entre las variables mencionadas se realizó un análisis de factores en
los 38 entierros. Los factores relevantes se detectaron tanto por el criterio de
Kaiser como por la prueba Scree. Para tener resultados con mayor potencial

457
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Figura XIII.17 Dendrograma que muestra la formación de tres grupos tomando en cuenta
todas las variables.

de interpretación se calculó una solución con rotación por el método Varimax


con normalización de Kaiser. El análisis de factores por componentes princi-
pales arrojó, en primera instancia, que todas las variables involucradas eran
relevantes en el estudio, relacionándose en un primer factor 87/86Sr en hueso,
87/86
en diente y paleodieta con elementos traza. El segundo factor δ18O en car-
bonatos del esmalte, δ13C en esmalte con corrección de dieta, y en el último
factor se relacionó δ13C en colágeno con corrección menos 5 para dieta.
Esta primera aproximación nos permitió decidir las variables a incluir en
el análisis para la detección de patrones específicos y detectar agrupaciones
en los índices de las variables mencionadas en los 38 individuos analizados.
Para visualizar los grupos se llevó a efecto un análisis de conglomerados jerar-
quizados basados en una matriz de disimilitud por distancias euclidianas al
cuadrado y, como algoritmo de aglomeración, la vinculación completa. Si
bien se enfatizaron las diferencias en los individuos con el índice de disimili-
tud mencionado, esto permitió, al mismo tiempo, vincular en grupos a aque-
llos individuos que pertenecían a un grupo en específico. El análisis de con-
glomerados jerarquizados detectó tres grupos en los 38 entierros (figura
XIII.17), los cuales se ubicaron en el mapa del conjunto (figura XIII.18) por
épocas constructivas.

458
caracterización de la población mediante isótopos y elementos traza

Figura XIII.18 Distribución de los tres grupos


de entierros en el conjunto (mapa elaborado
por Gerardo Jiménez y Linda R. Manzanilla).

Figura XIII.19 Mapa de distribución de los cuatro


tipos de individuos, tomando en cuenta los isótopos
de estroncio 87/86 (elaborado por Gerardo Jiménez
y Linda R. Manzanilla con los datos de Schaaf et al.,
en este volumen, pp. 425 y ss.).

La gráfica de análisis de grupos tomando en cuenta todas las variables


muestran dos tendencias principales y algunos entierros dispersos fuera de
ellas. Si en cambio sólo tomamos en cuenta la paleodieta y los isótopos de es-
troncio 87/86 también se forman tres grupos.
Hablemos sólo de la distribución de entierros analizados por isótopos de
estroncio 87/86, que nos evidenciaría quiénes son migrantes, quiénes migra-
ron de no muy lejos, quiénes son locales y quiénes migrantes inversos (figura
XIII.19). Observamos en el mapa que los entierros locales están tanto en el
sector suroeste como en la plaza ritual, así como en el sector de mayor con-
centración de entierros. Los pocos migrantes están en el sector suroeste, oes-
te y noreste. Los migrantes se concentran sólo en el noreste del conjunto, al
igual que los migrantes inversos.

459
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

Figura XIII.20 Distribución de los entierros utilizando


los isótopos estables que evidencian la altitud de
procedencia (elaborado por Gerardo Jiménez y Linda
Figura XIII.21 Acercamiento del sector noreste del
R. Manzanilla con los datos de Morales et al., en este
conjunto para ver la superposición de individuos que
volumen, pp. 347 y ss.).
proceden de altitudes diversas en las fosas de los
decapitados.

Al graficar nada más los isótopos estables (figuras XIII.20 y XIII.21), estu-
dios que evidencian la altitud de procedencia de las personas, podemos obser-
var que los individuos provenientes de altitudes muy bajas, costeras, están
juntos en el sector noreste, pero aquellos de altitudes intermedias del corre-
dor teotihuacano, hacia 1 650 msnm, representados por rectángulos azules,
yacen en los sectores rituales: el altar y detrás del templo.
Los entierros de tiempos Tlamimilolpa (entre 200 y 350 d. C.) se hallaron
en el sector noreste, ya que fue en éste que pudimos bajar nivel constructivo
tras nivel constructivo hasta llegar a tiempos tempranos. Si tomásemos en
cuenta todas las variables veríamos que los tres entierros de esta época perte-
necen al mismo grupo, pero si sólo observamos los análisis de isótopos de es-
troncio 87/86 nos percatamos de que el entierro del centro es el migrante,
acotado a los lados por poco migrantes, y más allá, a los lados, estarían los lo-
cales. Si nada más consideramos los isótopos estables para los entierros de
fase Tlamimilolpa, observamos que no hay individuos de la costa, sino del
corredor de sitios del Altiplano, de 1 650 a 2 400 m.

460
caracterización de la población mediante isótopos y elementos traza

Durante la transición Tlamimilolpa/Xolalpan Temprano constatamos el


ritual de terminación con la decapitación de más de 25 individuos masculi-
nos, y la disposición de sus cabezas en vasijas, sea en fosas bajo un piso, sea
encima de un templo con tablero/talud que fue destruido. Además de éstos,
tenemos otros entierros en la “sastrería” y otros más en la porción noreste de
la plaza ritual. Cuando tomamos en cuenta todas las variables en Xolalpan
Temprano (de 350 a 420 d. C.), observamos que en las fosas de los decapita-
dos están los tres grupos pero dominan los agrupamientos uno y dos, mien-
tras en el templo destruido están el uno y el tres. Algún entierro del grupo dos
está ubicado detrás del templo.
Al observar el mapa de isótopos de estroncio 87/86 de tiempos Xolalpan
Temprano, observamos una mayoría de migrantes, un par de locales y los dos
migrantes inversos. En cuanto a los isótopos estables se observa que en esta
época aparecen migrantes de la costa y zonas bajas, que se disponen rodeados
de gente local y migrantes de todo el corredor teotihuacano.
En Xolalpan Tardío (de 420 a 550 d. C.) y Metepec (550-650 d. C.), cuan-
do consideramos todas las variables observamos una mayoría de locales en
todos los sectores con entierros, excepto en la plaza ritual, donde yace un en-
tierro del grupo 2, y algunos del grupo 3 en el sector noreste. Si observamos
nada más los isótopos de estroncio 87/86 observamos algunos migrantes en
el sector noreste, varios locales en diferentes partes del conjunto y los poco
migrantes al oeste.
Los isótopos estables de tiempos Xolalpan Tardío/Metepec evidencian
gente del corredor teotihuacano pero ya no de la costa.
Veremos de nuevo rápidamente la disposición de los diferentes entierros
según todas las variables: los isótopos estables (Morales et al., en este libro, pp.
347 y ss.), los isótopos de estroncio 87/86 (Schaaf et al., en este libro, pp. 425 y
ss.) (figuras XIII.22 y XIII.23), en la que claramente se ven los migrantes extre-
mos, y la paleodieta (Mejía Appel, 2011, y en este libro, pp. 325 y ss.), donde los
entierros con dieta marina yacen en la porción inferior derecha de la gráfica.
Si consideramos un solo contexto, la fosa mayor de los decapitados
(figura XIII.24), vemos en corte que el entierro 65 de la costa yace en la
porción central de la fosa, rodeado al este por los migrantes inversos y al
oeste por personas del corredor hacia la costa, y arriba yacen los infantes
perinatos.
Si consideramos todos los entierros de Teotihuacan en los que se han rea-
lizado mediciones de estroncio 87/86, con la adición del grupo de Teopan-
cazco, observamos claramente la base multiétnica de Teotihuacan. Incluso en
tiempos posteotihuacanos se observan todavía algunos migrantes, gracias a
nuestras excavaciones de los túneles de Teotihuacan.
La perspectiva interdisciplinaria que yace en la base de este estudio enri-
quece nuestro conocimiento de la integración poblacional de una ciudad tan
compleja y excepcional como Teotihuacan.

461
0.709000 La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos
TP =  TEOPANCAZCO            TP=  TEOPANCAZCO  DATOS  DE   PRICE,  
MANZANILLA  Y  MIDDLETON,   2000
OZ=  OZTOYAHUALCO        BC=  BARRIOS  DE   LOS  COMERCIANTES
0.708000 BO=  BARRIO   OAXAQUEÑO    MA=  MONTE  ALBÁN
CP=  CUEVA  DEL  PIRUL        CV=  CUEVA  DE   LAS  VARILLAS

0.707000

0.706000

DIENTE
0.705000
HUESO

0.704000

0.703000

0.702000

CV  4.1
CV  2
CV  3

CV  5
CV  7
CV  9
OZ  11B

MA  26A
OZ  8

OZ  13
OZ  ?

CH  16
CH  17
CV  10
BO  F 223

BO  F 409
BO  F 261
BO  F 381
BO  F 3455

MA  34
MA  53
TP  PMM  2

MA  74
MA  83
TP  PMM  4

OZ  10
TP  PMM  15

BO  322

BO  372
TP  13
TP  15
TP  17
TP  36
TP  55
TP  63

TP  71
TP  74
TP  75
TP  77
TP  78
TP  86
TP  98

TP  101
TP  102
TP  105
TP  108
TP  2
TP  3
TP  4
TP  5
TP  6
TP  7
TP  8
TP  9

TP  100

TP  PMM  10
TP  70

OZ  11A

BC  4

BC  22

CP  18

CP  21
CP  22
CP  23
CP  24
CP  25
CP  27
BC  ? ?

BC  4.21

BO  S outhern  t omb
BC  ?

BO  F 284A

BO  Northern  t omb

CP  20
 
Figura XIII.22 Análisis de isótopos de estroncio 87/86 conjuntando los datos procesados por el equipo de Peter Schaaf para
Teopancazco (primer tercio izquierdo de la gráfica; Schaaf et al., en este libro, pp. 425 y ss.) con los publicados por Price et al. (2000).

Figura XIII.23 Gráfica de dispersión de los entierros de Teopancazco con los datos de estroncio 87/86 de Schaaf et
al. en este volumen, pp. 425 y ss.

462
caracterización de la población mediante isótopos y elementos traza

Figura XIII.24 Corte de la fosa principal


de los individuos decapitados (AA142-144)
con la ubicación de los diferentes entierros.
(Dibujo de Juan Hernández, Rubén
Gómez y Linda R. Manzanilla.)

Agradecimientos

Este trabajo fue posible gracias a un fructífero esfuerzo de colaboración inter-


disciplinaria con varios institutos de la Coordinación de la Investigación Cientí-
fica de la UNAM. En particular quisiera señalar los análisis de isótopos estables a
cargo del maestro Pedro Morales, la maestra Edith Cienfuegos y el QFB Francis-
co Otero, del Laboratorio de Isótopos Estables del Instituto de Geología de la
UNAM. Los análisis de proporciones isotópicas de estroncio 87/86 estuvieron a
cargo del doctor Peter Schaaf, la maestra Gabriela Solís, el maestro Becket Lail-
son y Teodoro Hernández del LUGIS del Instituto de Geofísica de la UNAM. Los
estudios de paleodieta fueron parte de la tesis de licenciatura en arqueología de
Gabriela Mejía (INAH), en colaboración con el doctor José Luis Ruvalcaba del
Instituto de Física de la UNAM.
Sin el trabajo de los antropólogos físicos no hubiésemos tenido acceso a
las determinaciones de edad, sexo, patologías y entesopatías. Agradezco la la-
bor de la doctora Liliana Torrres Sanders, del antropólogo físico Luis Adrián
Alvarado y la odontóloga Citlali Funes. Asimismo, al doctor Ruy Pérez Tama-
yo, quien nos asesoró con dos individuos con patologías.
Las excavaciones en Teopancazco (1997-2005) son parte de mi proyecto
“Teotihuacan: elite y gobierno” y recibieron apoyo presupuestal del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (proyectos 25563H, G36050H) y de la Univer-
sidad Nacional Autónoma de México (tanto de la Dirección General de Asun-
tos del Personal Académico [proyectos IN307398, IN406199], como del Institu-
to de Investigaciones Antropológicas). El permiso federal fue otorgado por el
Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

463
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos

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465
Anexo 1
Banco de datos del sitio Teopancazco.
Proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno”, 1997-2005

Linda R. Manzanilla

Introducción

Con base en los diversos informes técnicos que entregué al Consejo de Arqueo-
logía del inah, y que fueron aprobados, presento aquí una síntesis de la infor-
mación de excavación del centro de barrio de Teopancazco, en el sector sureste
de Teotihuacan. Bajo cada cuarto, yacen sus áreas de actividad y entierros.
El sitio de Teopancazco se encuentra ubicado en el pueblo de San Sebas-
tián Xolalpan, en el lado sur de la Avenida Subestación, que lo separa de la
iglesia del pueblo. Por el lado oeste colinda con la Calle Aztecas. En relación
con el mapa de Millon (1973), se encuentra localizado en el sector noroeste
del cuadro S2E2, y fue denominado estructura 1-NE. En este mapa se observa
que en los años sesentas colindaba con zonas niveladas y de huertas al su-
roeste.
Hacia 1884, un alfarero de San Sebastián Xolalpan, de nombre José María
Barrios, propietario del terreno, comenzó la excavación, que fue continuada
por Leopoldo Batres; además, los murales fueron fotografiados por Peñafiel y
copiados por Adela Breton en 1894. Asimismo Starr (1894) publicó varios di-
bujos de fragmentos hallados en el sitio.
El mural 1 se ubica en un cuarto septentrional ubicado en un sector de
habitaciones que rodea a un gran patio o plaza, y en un nivel que fue parcial-
mente demolido para edificar la fase constructiva más tardía (Cabrera 1995:
157). De esta excavación se obtuvo la planta de varios cuartos, en uno de los
cuales se encontraban las famosas pinturas murales de dos sacerdotes sembra-
dores encontrados hacia un altar con un círculo, en el muro sur, y algunos
guerreros en el muro oeste (véase también Cabrera 1995, I, tomo I: 159-160,
láminas 1, 2, 3 y 4).
En 1913, Seler describe algunos elementos de las pinturas, y señala que
Batres había expuesto unas pinturas murales en Teopancaxco. Habló del dis-

467
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

co sobre un altar, con signos de ollin como cuerdas, pero de dos colores entre-
lazados. Hacia el disco miran dos figuras encontradas de sacerdotes con toca-
do de serpiente fantástica. En sus mejillas se observa un disco verde (como el de
las diosas de la Luna y la Tierra) (Seler 1913: 199-200); tienen vírgulas floridas
de la palabra, y portan bolsa de copal. Con la mano derecha vierten un líquido
a la tierra, quizá pulque. Esta hilera de sacerdotes cantores continuó afuera,
pero se añadieron figuras guerreras.
Gamio (1922, Primera Parte: 156-157) reproduce la planta excavada por Ba-
tres y algunas de las pinturas. Le llama Teopancalco, “Casa de Barrios” o
“Casa del Alfarero”. Señala que los muros se conservan a alturas medias de 60
cm. Una de las pinturas más famosas representa a dos sacerdotes encontra-
dos, con amplios vestidos decorados con borlas y plumas, bolsa de copal, y
vírgula de la palabra florida. Se dirigen a una estructura o pedestal sobre el
cual hay un círculo con veintidós rayos. El color de fondo es el rojo. El marco
tiene una faja decorada con flores y caracoles estilizados.
Otra figura, que ya no existe in situ y que fue reproducida del libro de Pe-
ñafiel (1900) intitulado Teotihuacán, muestra un guerrero con vestimenta más
sencilla que la de los sacerdotes. Lleva escudo con flechas y un bastón.
Conservadoras del inah presentes en nuestro proyecto hicieron una
limpieza de estos murales con ácido acético al 10% en agua destilada sobre
las sales que se han depositado sobre ellos, con buenos resultados. Sin em-
bargo, se observó que la afluencia de humedad es constante de los campos
de cultivo detrás del terreno, por lo que se sugiere retirar los murales de ese
lugar.
Posteriormente, para el proyecto de René Millon, en 1968, Paula Krotser
(s.f.) excavó un pozo de 1 por 2 m. (TE-20) en el ángulo noreste de la plata-
forma con las pinturas murales, plataforma que cierra por el lado sur el patio
ritual excavado por Batres. Se llegó a una profundidad de 1.88 m. y en él se
detectaron varios pisos de estuco superpuestos. El primero era superficial, y
tenía un relleno de tepetate. Luego se detectó un fogón a 0.40 m. de profun-
didad. Otro piso de concreto (P2) yacía a 0.94 m. de profundidad; tenía es-
tuco blanco y relleno de tepetate. Aparecieron muros a 0.80 m. de profundi-
dad. Otro piso de concreto con estuco apareció a 1.20 m. de profundidad, y
otro piso más a 1.53 m. de profundidad. Se halló un fogón a 1.80 m. de pro-
fundidad. En relación con la cerámica de este pozo, se hallaron tiestos Tza-
cualli a Metepec; sin embargo, la cronología que se le asignó a los pisos de la
ocupación fue Xolalpan temprano, Xolalpan tardío y Metepec. Empero, Mi-
llon (1973: 56) señala que la ocupación es Tlamimilolpa, al igual que La Ven-
tilla B. De manera que queda por establecerse la cronología de la secuencia
completa.
De 1985 a 1988 dirigí un proyecto interdisciplinario en la parte noroeste
de la ciudad de Teotihuacan, en un conjunto multifamiliar de estucadores del
Horizonte Clásico ubicado en Oztoyahualco N6W3:15B (porción noroeste

468
anexo i: banco de datos de teopancazco

de la gran ciudad). Trabajando como detectives, integramos información quí-


mica en los pisos de estuco, con datos de polen, fitolitos y semillas, para com-
prender la flora; resto óseos de fauna para evaluar en recurso animal; osteolo-
gía humana para comprender la morfología, patologías y prácticas culturales
de los teotihuacanos, así como los mapas de distribución de todos los tipos
de materiales arqueológicos: cerámica, lítica, hueso, concha, etc. Así, se hizo
la anatomía de un conjunto habitacional teotihuacano de clase media baja,
del siglo quinto de la era, y se propuso así una metodología muy potente para
evaluar formas de vida del pasado (Manzanilla 1988-89, 1993, 1996; Manzani-
lla et al. 1990; Manzanilla y Barba 1990).
Sin embargo, hasta esa fecha no sabíamos cómo vivía la elite teotihuaca-
na. Desconocíamos quiénes gobernaban la ciudad, cuántos eran y cómo lo
hacían. Ignorábamos si vivían en unidades multifamiliares como el resto de
los teotihuacanos o no. No sabíamos a qué grupos étnicos pertenecían, y si
era un gobierno colectivo o individual. Es decir, desconocíamos prácticamen-
te todo de la clase dirigente de la ciudad.
Por lo tanto, mi proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno” estuvo dirigido a
utilizar la metodología muy rigurosa ya implementada en Oztoyahualco
15B:N6W3 con éxito, para evaluar las formas de vida y gobierno de la elite. Esto
se haría excavando un conjunto residencial de elite (como aquellos que se ex-
cavaron en los años sesenta, de los cuales no se recuperó la información de las
actividades llevadas a cabo en su interior), denominado Teopancazco, “Casa
de Barrios” o “Casa de los Alfareros”, y excavando también un complejo arqui-
tectónico singular, situado entre la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna,
pero remetido respecto de la Calzada de los Muertos, que ha recibido el nom-
bre de Xalla. Se halla localizado en el cuadro N4E1 de Millon (1973), y mide
220 por 200 m. Nadie había excavado este conjunto hasta mi proyecto, excepto
por la presencia de algún pozo estratigráfico del proyecto de Millon (1973),
además de pozos y calas de saqueo.
Existen dos objetivos principales del proyecto:

1. Conocer la forma de vida de la elite teotihuacana, a través del estudio de acti-


vidades en sus moradas.

a. Cómo vivía la elite;


b. qué actividades se representan en sus residencias;
c. cuál era su dieta;
d. a qué recursos tenía acceso;
e. cuánta gente habitaba en dichos conjuntos;
f. a qué grupo étnico pertenecían.

2. Determinar en manos de quién estaba el gobierno de la ciudad.

469
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

A continuación haremos un resumen de lo hallado en el conjunto, enlistando


por orden numérico los cuartos. En las áreas de actividad y los entierros se
enunciarán las asociaciones pertinentes, así como los números de bolsas de
las muestras y los números de registro tridimensional de los objetos asocia-
dos. Las unidades arquitectónicas del último nivel constructivo teotihuaca-
no son denominadas con números del 1 al 99; aquéllas correspondientes al
penúltimo nivel constructivo tienen números del 100-199; las del antepenúl-
timo nivel constructivo, del 201-299, siempre haciendo la correspondencia
numérica con los cuartos de la superficie, a saber: 61, 161, 261 que se encuen-
tran en los mismos cuadros aproximadamente, pero en niveles constructivos
diversos.
Teopancazco fue excavado durante 13 temporadas de campo con la parti-
cipación de varias generaciones de estudiantes del curso de técnicas de exca-
vación de la Escuela Nacional de Antropología e Historia:

Primera temporada: del 27 de octubre al 11 de diciembre de 1997.


Segunda temporada: del 2 de marzo al 27 de mayo de 1998.
Tercera temporada: del 15 de octubre al 10 de diciembre de 1998.
Cuarta temporada: del primero de marzo al 31 de mayo de 1999.
Quinta temporada: del 7 de octubre al 14 de diciembre de 1999.
Sexta temporada: del 6 de marzo al 31 de mayo de 2000.
Séptima temporada: del 9 de octubre al 15 de diciembre de 2000.
Octava temporada: del 12 de marzo al primero de junio de 2001.
Novena temporada: del primero de octubre al 7 de diciembre de 2001.
Décima temporada: del 30 de septiembre al 13 de diciembre del 2002.
Undécima temporada: del 27 de octubre al 9 de diciembre de 2003.
Décimo segunda temporada: del 4 de octubre al 15 de diciembre de 2004.
Décimo tercera temporada: del 3 de octubre al 29 de diciembre de 2005.

I. Topografía

Se hizo un corrimiento de nivel desde la Calzada de los Muertos, a la altura de


la Ciudadela. El banco de nivel fue ubicado en el piso de estuco del Cuarto n. 5,
mismo que se halló a 2279.514 msnm
Se hizo una topografía general del área, desde N440 a N480 y de E80 a
E150, tomando mediciones cada 2 m en la retícula (véase Apéndice n. 1). Se
detectaron elevaciones en los sitios donde están los pirules. Quizá correspon-
dan a casitas tardías.
Sabemos que hubo una casa moderna (del alfarero Barrios) en el sector
occidental del terreno.
Por otra parte, se tendió una retícula cada metro en N432 a N440 E80-
90, que fue el primer sector que se excavó, y luego se fue expandiendo tem-

470
anexo i: banco de datos de teopancazco

porada por temporada. Se hizo una topografía en la intersección de los hilos,


cada metro.
El sector de cribado del material fue ubicado en el extremo sureste del te-
rreno.
También en el sector este se hicieron algunas perforaciones de 10 cm. de
diámetro donde fueron colocados dosímetros de termoluminiscencia.
El sector excavado por Batres limita con la línea E90 del cuadro S2E2 de
René Millon, así es que el módulo que excavamos en esta temporada estuvo
ubicado entre N432 a N440 y E80 a E89. Se excavó cada cuadro de 1 m. cua-
drado por separado, pero de manera extensiva.

II. Excavación extensiva

La estructura denominada Teopancazco del Clásico fue llamada E1; cons-


trucciones coloniales o contemporáneas recibieron el nombre de E2. Se nu-
meraron los cuartos excavados por Batres del C1 al C13, así es que en nuestra
excavación comenzamos con C14 en adelante.
De cada metro cuadrado de excavación y de cada capa y nivel métrico se
tomó muestra para flotación. De cada área de actividad se tomaron muestras
de polen, fitolitos, flotación y química, así como muestras para radiocarbono,
hidratación de obsidiana, termoluminiscencia, EH-PH y paleointensidades
magnéticas, dependiendo de los materiales presentes.
En el cuadro N434 E85 se tomó una columna polínica.
A algunos centímetros debajo de la superficie se hallaron huellas de ara-
do, por lo que suponemos que hubo huertas y campo de cultivo en este sitio,
en otros siglos.
En los primeros niveles, se hallaron evidencias del colapsamiento de los
muros superiores de los cuartos. Bajo algunos centímetros de tierra, comen-
zaron a delinearse los muros del conjunto. En el caso de que dichos muros
tuviesen aplanados, se limpiaron mecánicamente y después con una solu-
ción de alcohol/agua en proporción 1:1 para romper la tensión superficial,
por integrantes de la Dirección de Conservación y Restauración del Patri-
monio del inah (Alejandra Alonso, María Eugenia Guevara y Carolina Cas-
tellanos). Se consolidó la parte superior de los muros con tierra cernida, cal
y arena.
Los primeros niveles contuvieron cerámica moderna, Azteca, Mazapa,
Coyotlatelca y teotihuacana revuelta, en fragmentos muy pequeños, como si
se hubiera nivelado con material mezclado. Los fragmentos comenzaron a ser
más grandes cuando bajamos más de 60 cm. de profundidad. En 1d apareció
cerámica Coyotlatelco y Mazapa.

471
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Estructura 2: Es una estructura colonial o moderna.

· Piso 1: Es un piso con firme de tepetate molido (R1-R1 bajo P1), prácticamente en la superficie en N440
E88-89 (es decir, en el sector NE del módulo), que es una continuación de un piso presente en el sector de
Batres. Se retiró pues parece ser moderno, ya que los drenajes asociados bajo él, que fueron denominados
Área de actividad 1 y Área de actividad 1b, tuvieron incrustados materiales modernos vidriados (particular-
mente AA1).

En 1d aparecieron dos áreas de actividad modernas: AA31 y AA32.

· Área de actividad 31: N454-456 E90-92 1d/1e Z= 2279.753-2279.444 msnm. Horno de cal moderno, de
2.17 m de diámetro máximo, y con una profundidad de 30 cm. Se halló material moderno (plástico, vidrio, me-
tal), además de varios fragmentos de figurillas (RT 1255, 1251, 1252, 1253, 1256), un fragmento de mano de meta-
te (RT 1254), lítica pulida (RT 1257). Está asociado con AA32. Se tomaron 15 muestras para flotación (bolsas
11500, 11749, 11750, 11832, 11585, 11592, 11598, 11718, 11740, 11576, 11693, 11825, 11827, 11677, 11681), 12 para química
(11499, 11751, 11834, 11586, 11594, 11697, 11744, 11575, 11694, 11756, 11830, 11678), 12 para fitolitos (11502, 11754, 11835,
11587, 11596, 11698. 11742, 11572, 11688, 11757, 11829, 11674), 12 para polen (11501, 11753, 11837. 11583, 11593, 11696.
11743, 11574, 11692, 11758, 11826, 11676), 5 para paleointensidades magnéticas (11665, 11581, 11571, 11687, 11824),
una para colágeno (11569), dos para hidratación de obsidiana (11570, 11686), 12 para EH/PH (11503, 11752,
11833, 11584, 11595, 11599, 11577, 11741, 11690, 11759, 11825, 11675), 5 para termoluminiscencia (11664, 11582, 11573,
11689, 11755).

· Área de actividad 32: N454-455 E92-94 1d/1e Z= 2279.593-2279.435 msnm. Es un horno moderno de ce-
rámica, cuyo domo seguramente era de ladrillo. Tuvo 1.30 m de diámetro máximo, y una profundidad de 15 cm.
Está asociado con AA31, y a un fragmento de figurilla (RT 1343), cerámica, lítica y ladrillos. Se tomaron
muestras para flotación (11839), polen (11846), química (11845, 11850), fitolitos (11844, 11848), EH/PH (11843,
11849), termoluminiscencia (11840, 11847), paleointensidades magnéticas (11841), hidratación de obsidiana
(11842).

· Área de actividad 36: E1 C6 N459-461 E90-92 R5 AA36 Z= 2278.897-2277.912 msnm. Es un posible pozo
moderno que perforó varios niveles de relleno del patio. Tuvo un diámetro de 1.77 m y en su interior se hallaron
metal, ladrillos y cerámica vidriada. Se tomaron muestras para flotación (20081), fitolitos (20085), polen
(20083), química (20084), EH/PH (20082), paleointensidades (20086) y termoluminiscencia (20087). (Fecha
de radiocarbono Beta 132602 R9, calibrada: 1310-1470 d.C., intersección: 1420 d.C.)

· Área de actividad 67: E2 AA 67 N456 E91 R1 Z= 2279.304-2278.952 msnm. Es una fosa ovalada, de 75 por
50 por 36 cm, rellena de grava, ceniza, carbón, cerámica, lítica, hueso, un cráneo y huesos de perro (RT 6259), un
fragmento de cuchillo (RT 6332), un fragmento de cajete (RT 6340) y una carita (RT 6251) del siglo pasado. Está
asociada con los hornos AA 31 y AA32 descritos en otras temporadas.
Muestras: flotación (36736, 37260, 37261, 37324, 37429), polen (37257, 37319), química (37256, 37322), fitolitos
(37259, 37320), EH/pH (37258, 37321), termoluminiscencia (37262, 37327), paleointensidades (37263, 37326), car-
bón (37264, 37323) y colágeno (37325).
Fotos: rollo MM (16-9), rollo 37 (1-9).

· Área de actividad 41: N466 E95 AA41 1b/1c Z= 2279.749-2279.797 msnm. Se halló una serie de objetos
cerámicos asociados posiblemente del siglo pasado, en capas superficiales, que están acomodados y que pro-
bablemente tienen un contenido ritual. Yacen al oeste del pirul. En un diámetro de 40 cm se hallaron dos ra-
nas (RT 3481, 3282), un tejo (RT 3283), una cara grande con tocado (RT 3280), un fragmento de cuenco (RT
3388). Se tomaron muestras para flotación (21711), química (21710), fitolitos (21709), polen (21708).

· Área de actividad 67: E2 AA 67 N456 E91 R1 Z= 2279.304-2278.952 msnm. Es una fosa ovalada de 75 por
50 por 36 cm, rellena de grava, ceniza, carbón, cerámica, lítica, hueso, un cráneo y huesos de perro (RT 6259),
un fragmento de cuchillo (RT 6332), un fragmento de cajete (RT 6340) y una carita (RT 6251) del siglo pasa-
do. Está asociada con los hornos AA 31 y AA32 descritos en otras temporadas.
Muestras: flotación (36736, 37260, 37261, 37324, 37429), polen (37257, 37319), química (37256, 37322), fito-
litos (37259, 37320), EH/pH (37258, 37321), termoluminiscencia (37262, 37327), paleointensidades (37263,
37326), carbón (37264, 37323) y colágeno (37325).
Fotos: rollo MM (16-9), rollo 37 (1-9).

472
anexo i: banco de datos de teopancazco

CUARTO 6: Se trata de la gran plaza del conjunto de Teopancazco. El gran patio tiene las siguientes dimen-
siones: 15.60 por 17.64 m. Contuvo dos pisos de estuco: uno parcial ubicado hacia el oeste, que fue denomina-
do Piso 11, a Z= 2278.387 y otro general, que fue el Piso 12, a Z= 2278.003 msnm, aunque en un pozo de sondeo
en el sector suroeste se observó la presencia de otros pisos por debajo del P12. De hecho, en la esquina noroes-
te se observa también el Piso 13, sobre el cual se dispuso una ofrenda de terminación de Tlamimilolpa Tardío.
Asociadas tuvo las áreas de actividad: AA38, AA51, AA55, AA60, AA68, AA69, AA71, AA72, AA74, AA76,
AA196, AA196, AA196B, AA215, AA215B. Encima del nivel teotihuacano, hubo hornos posiblemente de barba-
coa y cal, de la época colonial (AA31 y AA32), que ya describimos anteriormente.
Estuvo muy perturbado por las excavaciones de Leopoldo Batres, por lo que hubo material moderno en bue-
na parte de la tierra que lo rellenaba, al igual que debido a la ocupación del siglo antepasado. Se excavaron 6 relle-
nos de tierra arenolimosa, con pH de 6.5 a 7, color en húmedo de 10YR 2/2 (café muy oscuro), y en seco de 10YR
6/3 (café pálido) a 10YR 6/4 (café amarillento claro).

· Área de actividad 38: E1 C6 N448-451 E91-93 R1 y R2 bajo Ap. 11/P12 Z= 2278.405-2278.037 msnm. Gran
fosa en el Apisonado 11 del patio del conjunto, que llega hasta el Piso 12 del mismo. Tiene 2.84 por 3.04 por
0.368 m. Apareció cerámica, lítica, hueso, aplicaciones, una carita, concha, un pulidor, un disco de cerámica, un
excéntrico, mica, tejo, una copa, una cuchara, un fragmento de punta y una punta completa, una pieza de juego.
Muestras: flotación (19756, 19906, 20539, 19970, 19775, 19813, 18822, 19833, 20516), polen (19757, 19907,
20540, 19771, 19776, 19814, 18823, 19834, 20517), química (19758, 19908, 20541, 19772, 19777, 19815, 18824, 19835,
20518), fitolitos (19759, 19909, 20542, 19773, 19840, 19816, 18825, 19836, 20519), termoluminiscencia (19760,
19912, 20611), EH/PH (19761, 19914, 20543), paleointensidades magnéticas (19762, 19913, 20545), hidratación
de obsidiana (19763, 19910, 20610), colágeno (19911, 20544).

· Área de actividad 51: E1 C6 N458-459 E99 AA 51 R6-R9 Z= 2278.388-2278.137 msnm. Se extrajeron placas
de un incensario tipo teatro en un área de 0.67 por 1.55 por 0.30 m, la cara del personaje y una carita. El incensa-
rio está al frente de una escalinata que da acceso a C58 (a 55 cm del muro norte). Está alineada con el altar, en
tierra areno-limosa. Aplicaciones (RT 4790-4793, 4796, 4797, 4788, 5499, 5500, 5504, 5505, 5507, 5502, 5573, 5574,
5576, 5577, 5580, 5581, 5582, 5594, 5590, 5593), fragmento de máscara (RT 5501, 5578), fragmentos de figurillas
(RT 5575, 5589, 5595), bolas (RT 4786, 4794), alisador de estuco (RT 4789), caracoles (RT 4795, 5506), pizarra,
orejera (RT 5503), fragmento de incensario (RT 5579), vértebra (RT 5591), fragmento de coxal (RT 5592).
Muestras: flotación (30495, 34434, 34472), polen (30496, 34435, 34473), química (30497, 34436, 34474),
fitolitos (30498, 34437, 34475), carbón (34438, 34479), EH/pH (31070, 34444, 34476), termoluminiscencia
(31071, 34443, 34478), hidratación de obsidiana (31073, 34440, 34486).
Fotos: rollo JJ (36-35), rollo LL (33-31), rollo 33 (1-2), rollo 35 (5-7).

· Entierro 8: E1 C6 N454-457 E98-101 R7 y R8, Z= 2278.309-2278.129 msnm: restos óseos humanos disper-
sos de un adulto joven (fragmento de costilla: RT 4951; radio: RT 4962; fragmento de maxilar: RT 4950;
fragmento de mandíbula: RT 5008, 5022; vértebras: RT 5009, 5010, 5038; costillas o fragmentos de costillas:
RT 5016, 5031, 5069; falanges: RT 5019, 5029; 5011; 5061; fragmento de cráneo: RT 5028; hueso largo: RT 5030;
radio: RT 5046; cúbito: RT 5056; omóplato: RT 5066), en una matriz areno-limosa, asociados con cerámica,
lítica y hueso, cerca del altar (AA55).

· Área de actividad 55 (altar): E1 C6 N452-453 E99-101 AA55/P12 Z= 2278.754-2277.574 msnm. Apare-


ció el altar del conjunto teotihuacano (AA55), mismo que parece haber sido saqueado, y varios de los restos de
su interior se hallaron dispersos en un radio alrededor de la estructura. Es una pequeña estructura de tablero-
talud que se describirá más adelante, que probablemente fue alterada por alguna cala que hizo Leopoldo Ba-
tres. Los itztapaltetes del lado oeste estaban fuera de su lugar. Asimismo se observó que la escalinata que daba
acceso al norte fue desmantelada, y sólo quedó una escalinata más estrecha y pequeña, que quizá fue anterior.
Se trata de un altar desplazado hacia el este del centro del patio (a 5.40 m de la escalinata sur del patio);
tiene 2.20 por 1.90 por 0.90 m, y 0.30 m de espesor. Es rectangular, y tiene talud-tablero, con estuco. Presen-
ta una escalinata hacia la cara este. Parece haber sido saqueado, y varios de los restos de su interior se halla-
ron dispersos en un radio alrededor de la estructura. Se excavaron los rellenos 7C, 8C sobre el Piso 12 y 9D
sobre el Piso 13, donde concluye.
El sedimento de la matriz es areno-limoso con piedras. Se hallaron en su interior cerámica, lítica (RT 5677),
lítica pulida (RT 5800, 5803), un fragmento de escultura (RT 5804), un pie de figurilla (RT 5805), aplicaciones
cerámicas (RT 5802, 5906), huesos humanos y de fauna, pizarra, mica, fragmentos de escultura, fragmentos de
incensario, caracoles, figurillas y aplicaciones. Es probable que los entierros 8 y 10 estuviesen originalmente en su
interior.

473
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

El sedimento de la matriz de los últimos rellenos es limo-arenoso, con un pH de 8. Se halló cerámica


(Copa Ware, anaranjado delgado, rojo Texcoco, quizá evidenciando que los mexicas participaron en el sa-
queo), lítica (lasca: RT 6550, navajilla: RT 6649, navaja: 6779), 7 conchas y caracoles (RT 6549, 6618, 6657,
6707, 6712, 6778; concha trabajada: RT 6613), una cuenta verde (RT 6563), un hueso de animal trabajado (RT
6561), hueso perforado (RT 6622), varios huesos, algunos humanos (RT 6609, 6610, 6617, 6695; sacro: 6700;
maxilar: 6706; vértebra: RT 6623); dientes y molares (RT 6620, 6648, 6653, 6694, 6697, 6699), una figurilla
(RT 6710), y una aplicación (RT 6560), además de varios fragmentos de estuco.
Muestras: flotación (35293, 35296, 35344, 35349, 35283, 35286, 35428, 35437), polen (35297, 35350, 35288,
35438), química (35298, 35351, 35287, 35439), fitolitos (35299, 35352, 35289, 35440), termoluminiscencia (35300,
35353, 35290, 35442), paleointensidades (35301, 35354, 35292, 35443), hidratación de obsidiana (35355, 35291,
35444), EH/pH (35390, 35388, 35441).
Niveles inferiores: Muestras: flotación (38520, 38603, 38644, 38752, 38894, 39145, 39147, 39235, 39359,
39714), polen (38523, 38606, 38647, 38755, 38897, 39140, 39144, 39251, 39362, 39717), química (38522, 38605,
38646, 38754, 38896, 39139, 39143, 39250, 39361, 39716), fitolitos (38521, 38604, 38645, 38753, 38895, 39142, 39146,
39236, 39360, 39715), termoluminiscencia (38525, 38608, 38649, 38757, 38899, 39141, 39252, 39363), paleointensi-
dades (38609, 38650, 38758, 38900, 39231, 39253, 39364), hidratación de obsidiana (38524, 38607, 38648, 38756,
38898, 39325), carbón (38901, 39433, 39720).
Fotos: rollo 35 (32-33), rollo LL (7-6), rollo 38 (7-11), rollo OO (33-28).

· Entierro 10: E1 C6 N453 E101 En 10 R2-R4 Z= 2278.662-2278.534 msnm. En el lado este del altar, aparecie-
ron restos de varios individuos: un cráneo de adulto (RT 5112) viendo al este (101 grados azimuth), cuya man-
díbula está desplazada al sureste. Se trata de un individuo masculino con deformación tabular erecta, en nor-
ma parietal, además de otros restos de juveniles. En R3 había cerámica, lítica, un núcleo (RT 5098), un caracol
(RT 5099), un pie de cerámica (RT 5104), un diente humano (RT 5105). En R4 hubo cerámica, una aplica-
ción cerámica (RT 5106), otros caracoles (RT 5113, 5114), una laja trabajada (RT 5209), un fragmento de lítica
pulida (RT 5208).
Muestras: flotación (32141, bajo el cráneo: 32196), polen (32142), fitolitos (32145), química (32143),
EH/pH (32144), hidratación de obsidiana (32146), termoluminiscencia (32142), paleointensidades magnéti-
cas (32148).
Fotos: rollo KK (34-30), rollo 34 (4-10).

· Área de actividad 60: E1 C6 N460-461 E93-94 P11/P12 AA60 Z= 2278.054-2278.876 msnm. Se trata de
un drenaje que fue tapado; está asociado con el patio y corre por debajo del muro norte; el Piso 11 lo tapa.
Tiene 40 por 80 por 15 cm. Asociados tenía cerámica, lítica, hueso, pizarra, además de un alisador de estuco
(RT 5469). El material del interior era areno-arcilloso.
Muestras: flotación (34105, 34183, 34182, 34192), polen (34106, 34184, 34193), química (34107, 34185,
34194), fitolitos (34172, 34186), termoluminiscencia (34173, 34188), EH/pH (34174, 34187), paleointensidades
magnéticas (34175, 34189), carbón (34176, 34195), muestra orgánica (34177).
Fotos: rollo 35 (1-4), rollo LL (37-34).

· Área de actividad 68: E1 C6 N452-453 E100 P3 AA68 (altar) Z= 2277.574-2277.176 msnm. Es una fosa
irregular que se encuentra ubicada en el interior del Área de actividad 55, y su diámetro es de 0.35 por 0.66 por
0.40 m. La matriz tuvo un pH neutro, así como algo de carbonatos; es de color gris hasta café amarillento; la
consistencia es friable, y tiene gravas; la textura es limoarenosa. Se halló cerámica (Copa Ware, anaranjado
delgado, mates) y estuco en todos los cuatro rellenos; un tejo (RT 6783), huesos planos (RT 6766, 6797),
hueso (RT 6790), un fragmento de figurilla (RT 6762), lítica pulida (RT 6791), lítica (lascas y navajillas pris-
máticas), pizarra, dos huesos de animal. Parece estar saqueada.
Muestras: flotación (39809, 40051, 40327, 39922, 40118, 40341, 39969, 40239), fitolitos (39810, 39923,
39970, 40052, 40119, 40240, 40328, 40342), química (39811, 39924, 39971, 40053, 40120, 40241, 40329, 40343),
polen (39812, 39925, 39972, 40054, 40121, 40242, 40330, 40344), termoluminiscencia (39813, 39926, 39974,
40055, 40122, 40243, 40332), paleointensidades magnéticas (39819, 39927, 39975, 40056, 40123), carbón
(39944, 39976, 40057, 40244).
Fotos: rollo 00 (33-32, 27-26, 25-24, 23-22), rollo 38.

· Área de actividad 69: E1 C6 N453 E99 AA69 Z= 2277.554-2277.254 msnm. Yace dentro del altar AA55 y
tiene 30 por 50 cm Se excavaron tres rellenos con algo de carbonatos y pH neutro. Se hallaron 15 tiestos de
cerámica (algunos fragmentos con estuco), dos fragmentos de lítica, dos huesos (RT 6810: hueso largo), dos
dientes (RT 6807: muela y RT 6812: premolar) y 10 fragmentos de estuco.

474
anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras: flotación (40480, 40494, 40613), fitolitos (40481, 40495, 40614), polen (40484, 40497, 40616),
química (40482, 40496, 40615), termoluminiscencia (40479, 40634), hidratación de obsidiana (40485), carbón
(40486, 40617).
Fotos: rollo 38 (fotos 17-18, 24-26), rollo OO (33-32, 21-20).

· Entierro 19: E1 C6 N452 E99 En 19 R8C Z= 2277.731-2277.47 msnm. En una matriz limoarenosa, con pH
de 7, algo de carbonatos y tierra de color gris muy oscuro, se halló un entierro perturbado quizá por el saqueo
del patio principal del conjunto (sospechamos que este saqueo pudo haber sido hecho por los mexicas). Los
huesos y dientes de dos individuos, uno de ellos un infante, se hallaban dispersos, y el piso que lo rodeaba es-
taba roto. Se hallaron dientes y molares (RT 6653, 6694, 6687, 6699), un fragmento de maxilar (RT 6706),
una epífisis (RT 6695) y un fragmento de sacro (RT 6700). Asociados con estos huesos se hallaron cerámica,
un fragmento de figurilla (RT 6710), lítica (RT 6550) y cuatro conchas (RT 6549, 6657, 6707, 6712).
Muestras: flotación (38644, 39359), fitolitos (38645, 39360), química (38646, 39361), polen (38647, 39362),
hidratación de obsidiana (38648), termoluminiscencia (38649, 39363), paleointensidades (38650, 39364), car-
bón (39433).

· Entierro 6: E1 C6 N459 E89 En 6 R3-R8 Z= 2278.904-2278.351 msnm. Se trata de un entierro secundario par-
cial de adulto joven: maxilar superior, fragmento de maxilar y tres fragmentos de costilla, que salieron sobre todo
en R5/R6. También salió algo de cerámica y lítica. Probablemente se trate de producto del saqueo de restos óseos
del “altar” del patio, quizá como cura a las reliquias depositadas ahí, y que fueron llevadas en parte con los grupos
que abandonaron Teopancazco.
Muestras: flotación (25348), química (25349), polen (25350), fitolitos (25351).

· Entierro 20: E1 C6 N452 E99 En 20 R7/Piso 12 Z= 2278.138-2278.013 msnm. Unos centímetros antes de
llegar al piso principal del patio del conjunto residencial (Piso 12) se halló una dispersión de huesos humanos
de un adulto medio, asociados con fragmentos de figurillas (RT 6867, 6871, 6862), cerámica (RT 6868), hueso
trabajado (RT 6864), mica y carbón. Los huesos hallados fueron: el maxilar (RT 6869), huesos no identifica-
dos (RT 6873), dos huesos largos (RT 6870, 6872), hueso quemado (RT 6874), hueso de animal (RT 6875),
hueso de animal quemado (RT 6876) y una muela (RT 6878).
Muestras: flotación (41019), polen (41022), fitolitos (41020), química (41021), paleointensidades magné-
ticas (41023), hidratación de obsidiana (41009), termoluminiscencia (41010), carbón (40853), mica (40852).
Fotos: rollo 38 (27-28), rollo OO (12-11).

· Entierro 21: E1 C6 N459-460 E102-103 En 21 R5 Z= 2278.212-2278.137 msnm. En una matriz café grisácea oscu-
ra, con algo de carbonatos y pH de 7-8, con piedras y guijarros, se hallaron huesos humanos dispersos de un adulto
(dos fragmentos de mandíbula: RT 7045, 7072, un fragmento de cráneo: RT 7045) y otro hueso: RT 7073) asocia-
dos con cerámica (dos aplicaciones: RT 7047, 7065; dos tejos: RT 7048, 7060, un candelero: RT 7064 y cerámi-
ca estucada: RT 7074), lítica tallada (RT 7066), concha (RT 7061), hueso de animal y una vértebra (RT 7067).
Muestras: flotación (41954, 42455, 41968 y 42459, estas dos últimas directamente asociadas con el En 21),
química (41956, 42457, 42461 directamente asociado con el En 21), polen (41957, 42458, 42462 directamente
asociado con el En 21), fitolitos (41955, 42456, 42460 directamente asociado con el En 21), termoluminiscen-
cia (41958), paleointensidades magnéticas (41959), hidratación de obsidiana (41967), mica (41960).
Fotos: rollo PP (31-30), rollo 39 (7-8).

· Área de actividad 71: E1 C6 N460-461 E103-104 R4 AA71 Z= 2278.538-2278.302 msnm. Asociada con el
En 21, En 22 y con el AA 72; ésta es un área de actividad alargada en sentido este-oeste, de 1.46 por 1.86 por
0.236 m. Está pegada al muro norte del patio del conjunto, y a 2.60 m de la escalinata norte. Se hallaron aproxi-
madamente 150 tiestos de cerámica, además de dos tejos (RT 6999, 7011), una aplicación (RT 7075), cerámica
estucada (RT 7069, 7070, 7112), una figurilla (RT 7076); 19 piezas de lítica (entre ellas, un núcleo prismático:
RT 6988; una punta de proyectil: RT 6998), 14 huesos (entre ellos, un hueso quemado: RT 6989, hueso hu-
mano: RT 7002; vértebra: RT 7068, otro hueso: RT 7012; un diente: RT 7013); concha (RT 7000), 12 frag-
mentos de pizarra (entre ellos, pizarra trabajada: RT 7001), dos fragmentos de mica, además de lajas.
Muestras: fitolitos (41937), química (41938), polen (41939), carbón (41940), paleointensidades (41941),
hidratación de obsidiana (41942), termoluminiscencia (41951).
Fotos: rollo PP (34-32), rollo 39 (4-6).

· Entierro 22: E1 C6 N452-453 E103-104 P12 AA74 En 22 Z= 2278.050-2277.662 msnm. En una fosa se halló
una matriz de suelo arcillo-limoso, con pH de 6, color en seco de 2.5Y 5/2 (café grisáceo) y color en húmedo

475
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

de 10YR 2/2 (café muy oscuro) que contuvo restos óseos dispersos de un adulto joven quizá femenino (una
mandíbula: RT 7194, un diente: RT 7247 y algunos huesos de cráneo), asociados con cerámica, lítica, hueso,
una carita (RT 7197), un fragmento de figurilla (RT 7135), tejo (RT 7134), un fragmento de candelero (RT
7136) y un núcleo de navajillas prismáticas de obsidiana (RT 7237).
Muestras: flotación (43096, 43114, 43201, 43314, 43527, 43582, 43600, 43615, 43623, 43632, 43768, 43776,
43783, 43791, 43816, 43824), polen (43093, 43111, 43198, 43511, 43524, 43579, 43597, 43612, 43620, 43629, 43765,
43773, 43780, 43788, 43813, 43821), química (43094, 43112, 43199, 43512, 43525, 43580, 43598, 43613, 43621,
43630, 43766, 43774, 43781, 43789, 43814, 43822), fitolitos (43095, 43113, 43200, 43513, 43526, 43581, 43599,
43614, 43622, 43631, 43767, 43775, 43782, 43790, 43815, 43823), termoluminiscencia (43097, 43115, 43202, 43515,
43528, 43583, 43602, 43616, 43624, 43697, 43769, 43784, 43793, 43817, 43898), paleointensidades (43098, 43116,
43203, 43516, 43529, 43584, 43603, 43617, 43625, 43698, 43770, 43785, 43794, 43818, 43897), hidratación de obsi-
diana (43099, 43117, 43204, 43530, 43626, 43699, 43771, 43777, 43792).
Fotos: rollo PP (16-14), rollo 39 (19-21).

· Área de actividad 72: E1 C6 N459-460 E102-103 AA72 R5 y R6 sobre Piso 12 Z= 2278.212-2278.137 msnm.
Está ubicada junto al muro norte del patio del conjunto residencial. Tiene 1.80 por 1.90 m. Está asociada con
el AA71 y con el Entierro 21. Es ritual. Su matriz es de consistencia friable, con un pH de 7 a 8, y algo de carbo-
natos; color café grisáceo oscuro y café oscuro. Se hallaron 140 tiestos de cerámica (varios tipos; cerámica es-
tucada: RT 7074; una aplicación: RT 7047; un tejo: RT 7048), material moderno, 38 fragmentos de lítica (na-
vajillas y lascas de obsidiana verde), pizarra (39 fragmentos pequeños), 12 huesos de animal (huesos largos y
colmillos), una concha, mica (tres diminutos fragmentos). También tenemos dos fragmentos de mandíbula
(RT 7045, 7072), un hueso de cráneo (RT 7046) y otro hueso (RT 7073). Asociados se hallaron un candelero
(RT 7064, una aplicación (RT 7065), un tejo (RT 7062), un fragmento de lítica tallada (RT 7066), una con-
cha (RT 7061) y una vértebra (RT 7067).
Muestras: flotación (41954, 42233, 42455), fitolitos (41955, 42456), química (41956, 42457), polen (41957,
42458), termoluminiscencia (41958), hidratación de obsidiana (41967), paleointensidades (41959), carbón
(42241), mica (41960, 42235).
Fotos: rollo PP (31-30), rollo 39 (7-8).

Área de actividad 74: E1 C6 N452-453 E103-104 AA 74 Piso 12 Z= 2278.050-2277.662 msnm. Se trata de


una fosa saqueada, de forma ovalada y alargada en sentido este-oeste, de 0.68 por 1.34 por 0.396 m. Se excava-
ron cuatro rellenos desde el Piso 12, de tierra café grisáceo en seco (2.5Y 5/2) y café muy oscuro en húmedo
(10YR 2/2), con un pH de 6 y escasos carbonatos, textura arcillo-limosa. Contuvo c. 30 tiestos de cerámica en
cuadro por relleno, lítica, mica, pizarra. Probablemente contuvo un entierro (Entierro 22).
Muestras: flotación (43096, 43114, 43201, 43514, 43527, 43582, 43600, 43615, 43623, 43632, 43768, 43776,
43783, 43791, 43816, 43824), polen (43093, 43111, 43198, 43511, 43524, 43579, 43597, 43612, 43620, 43629, 43765,
43773, 43780, 43788, 43813, 43821), química (43094, 43112, 43199, 43512, 43525, 43580, 43598, 43613, 43621,
43630, 43766, 43774, 43781, 43789, 43814, 43822), fitolitos (43095, 43113, 43200, 43513, 43526, 43581, 43599,
43614, 43622, 43631, 43767, 43775, 43782, 43790, 43815, 43823), termoluminiscencia (43097, 43115, 43202, 43515,
43528, 43583, 43602, 43616, 43624, 43697, 43769, 43784, 43793, 43817, 43898), paleointensidades magnéticas
(43098, 43116, 43203, 43516, 43529, 43584, 43603, 43617, 43625, 43698, 43770, 43785, 43794, 43818, 43897), hidra-
tación de obsidiana (43099, 43117, 43204, 43530, 43626, 43699, 43771, 43777, 43792).
Fotos: rollo PP (fotos 16-14), rollo 39 (fotos 19-21).

· Área de actividad 76: E1 C6 N453 E102-103 AA76 desde Piso 12 Z= 2278.04-2277.857 msnm. Se trata de
una fosita más o menos circular, saqueada, excavada desde el piso 12, a 1.30 m del altar central y a 3 m de la es-
calinata este. Sus dimensiones fueron: 0.55 por 0.72 por 0.20 m. Contuvo dos rellenos de tierra areno-limosa,
con pH de 8, bastantes carbonatos, color en seco de café grisáceo (2.5Y 5/2) y en húmedo de 10YR 2/2 (café
muy oscuro). Se halló cerámica, lítica, pizarra, un hueso pequeño (RT 7254), una concentración de ocho
huesos pequeños (RT 7256), un hueso largo pequeño (RT 7257).
Muestras: flotación (43928, 43939), polen (43925, 43936), química (43926, 43937), fitolitos (43927, 43938), ter-
moluminiscencia (43929, 43940), paleointensidades magnéticas (43930, 43941), hidratación de obsidiana (43931).
Fotos: rollo QQ (23-21), rollo 40 (14-15).

· Área de actividad 196: E1 C6 N459-460 E103 AA196. Entierro 98: Z= 2277.939-2277.566 msnm. Está
ubicada en la esquina noreste del cuarto 6; es una fosa abierta que contenía el entierro de un adulto en el interior;
es de forma semirredonda de 45 por 53 cm y 37.3 cm de espesor. Tiene 4 rellenos de matriz limoarcillosa, color en
seco 2.5YR 7/1 gris claro y en húmedo 10YR 3/1 gris muy oscuro, reacción al HCl de débil a moderada y pH de 8.

476
anexo i: banco de datos de teopancazco

En el AA se encontró el Entierro 98 (N459-460 E103 Z= 2277.964-2277.722 msnm, RT 12725), que es el


entierro primario directo parcial de un adulto de unos 40 a 50 años de edad, posiblemente femenino, con de-
formación craneana, en muy mal estado de conservación, en posición sedente (las extremidades flexionadas),
con orientación de 150 grados, sobre un apisonado de tepetate, y cubierto de un relleno arcilloso. Se halló
asociado con un fragmento de vaso decorado (RT 12178), un fragmento de cajete (RT 12179) y una figurilla
zoomorfa (RT 12724). Está asociada con el AA del cuarto 162E y al cuarto 6.
Muestras: flotación (71758, 71766, 71914, 71918, 71927, 71934, 72490, 72498), química (71757, 71765, 71913,
71917, 71926, 71933, 72489, 72497), polen (71755, 71763, 71911, 71915, 71924, 71931, 72487, 72495), fitolitos (71756,
71764, 71912, 71916, 71925, 71932, 72488, 72496), hidratación de obsidiana (71759), termoluminiscencia (71760,
71922, 72484), carbón (71761), cavidad torácica (72479), ADN (72480), colágeno (72481), hidratación de ob-
sidiana (71936, 71928), paleointensidad (71923, 72483).
Fotos: rollos PPPP (32-30), y RRRR (28-27), y rollos 87 (8-10) y 88 (9-10).

· Área de actividad 196B: E1 C6 N460 E103 AA196B Z=2277.520-2277.316 msnm. Es otra fosita ubicada en
la esquina noreste del cuarto 6, debajo del AA 196; se encontró cerámica, textil y lítica tallada; es de forma re-
donda de 26 por 22 cm y 20.4 cm de espesor. Tiene dos rellenos de matriz arcillolimosa, con color en seco
7.5YR 7/1 gris claro y en húmedo 10YR 2/1 negro, tiene muy pocos carbonatos y pH de 8.5. En el interior hubo
fragmentos de textil, cerámica y lítica tallada. Esta asociada con la fosa del AA 196.
Muestras: flotación (72507, 72522), química (72506, 72510), polen (72504, 72508), fitolitos (72505,
72509), carbón (72502), textil (72503).
Fotos: rollo TTTT (37-35) y rollo 90 (1-3).

· Área de actividad 215: E1 C6 N459-461 E103-106 AA215 bajo P12 Z= 2278.107-2277.452 msnm. Excavada
desde el 2004, está ubicada en la esquina noreste del patio principal (C6), descansando sobre un empedrado
(P12A) y parte del AA215B; yace a 37 cm del talud que delimita C6. Es una fosa rellena de arena de río y pe-
queños fragmentos de tezontle; tiene forma irregular con extensión de 3.38 por 1.76 m y 56.9 cm de espesor. Se
hallaron tres rellenos de arena con color en seco 10YR 6/3 café pálido y en húmedo 10YR 3/3 café oscuro, de
pocos a moderados carbonatos y pH de 7.5, y uno de tierra compactada areno-limosa, con un pH que fluctúa
de 6.5 hasta 8 conforme se baja; casi nula a nula reacción al ácido clorhídrico; color en seco de 10YR 4/3 a 3/3
(café a café oscuro), color en húmedo de 10YR 2/2 (café muy oscuro). Contuvo fragmentos cerámicos, obsi-
diana, dos cajetes fragmentados semicompletos (RT 12736), pizarra, hueso.
Muestras: flotación (72166, 72319, 72176,73101, 73106, 73114, 73118, 73122, 73127, 73295, 73298, 73317, 73330,
73335), química (73102, 73107, 73112, 73120, 73124, 73128, 73293, 73296, 73318, 73332, 73337), polen (73103, 73108,
73113, 73119, 73125, 73129, 73290, 73294, 73316, 73331, 73336), fitolitos (73104, 73109, 73111, 73121, 73126, 73289,
73292, 73297, 73319, 73329, 73334), sedimento (72180).
Fotos: rollo RRRR (28.27) y rollo 88 (9-10). VVVV (fotos 7-4), WWWW (fotos 22-19); color, rollos 93
(fotos 29-32), 94 (fotos 13-15), 95 (fotos 13-16), 96 (fotos 1-3).

· Área de actividad 215B: E1 C6 N460-461 E105 AA215B R1-3. Entierro 102: Z= 2277.441-2277.760
msnm. Se encuentra en la esquina noreste del patio principal (C6), debajo del AA 215; es una fosa con un en-
tierro secundario de adulto (En 102); su forma es irregular con extensión de 72 por 71 cm y espesor de 32.9 cm.
Tiene tres rellenos de matriz limoarenosa, con color en seco 10YR 6/3 café pálido y en húmedo 10YR 3/2 café
grisáceo muy oscuro, pocos carbonatos y pH de 7.
El Entierro 102 (N460-461 E105 Z= 2277.441-2277.76 msnm) es un entierro de adulto de 30 a 40 años,
quizás femenino, secundario; la mandíbula tenía problemas de sarro y cálculos gingivales, además de desgaste
severo en los dientes; el cráneo en norma occipital con orientación de 95 grados (RT 12702) estaba cercado
por los cuatro puntos cardinales por huesos largos: un fémur, dos peronés y dos tibias (RT 12701); los huesos
cortos estaban dispersos en la fosa; la mandíbula estaba debajo de una tibia y orientada hacia abajo; además se
encontró un hueso medio fosilizado (RT 12703), cerámica, pizarra, lítica tallada, lítica pulida y una aguja de
hueso (RT 12704). Falta parte del tórax y el fémur derecho. Está asociada con el AA 215 que está justo encima
de ésta.
Muestras: flotación (72430, 72432, 72441), química (72424, 72436, 72444), polen (72427, 72435, 72446),
fitolitos (72433, 72434, 72445), ADN (72585), colágeno (72586), hidratación de obsidiana (72588).
Fotos: rollos SSSS (20-17) y TTTT (31-28, 21-19); y 89 (20-23) y 90 (7-10, 17-19).

CUARTO 8: Pozo de sondeo. El grupo de paleobotánica (Arqlga. Diana Martínez, Biól. Emilio Ibarra y Mtra.
Cristina Adriano) abrieron un pozo de sondeo en N442 E102.5-103 desde el Piso 1 de C8, contiguo al pozo en
forma de L que en los sesentas abrieron Evelyn Rattray y Paula Krotser, con el fin de verificar la estratigrafía

477
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

del sector excavado por Batres, así como verificar la presencia de los materiales botánicos que estudió la Dra.
Emily McClung en su tesis doctoral, y que no han sido abundantes en la excavación extensiva.
Bajo el Piso 1, se halló el firme y su relleno, y posteriormente los rellenos de C108, hasta el Apisonado 2 y
Apisonado 3, este último de tepetate pulverizado, que se detiene en el centro del cuadro y sólo ocupa la por-
ción sur, pues parece haber un muro que corre E-W.

CUARTO 9: Ubicado en E1 C9 N441-445 E106-111, Z= 2279.738-2279.268 msnm, se trata de un cuarto locali-


zado en la porción sureste del sitio, al este de C8 y al norte del patio C11. En parte fue excavado por Leopoldo
Batres en 1884. Nosotros ampliamos la excavación para tener la planta completa, con las diversas fosas saquea-
das (AA78 a 82). Es rectangular, y tiene 5.15 por 4.42 m (superficie techada: 22.763 m2). Los muros se conser-
varon a anchos variables entre 0.40 y 0.75 m, y de 3 a 4 hiladas; están construidos con piedra volcánica maciza
y tezontle. El acceso está al oeste y tiene un ancho de 90 cm. El piso de estuco está a Z= 2279.268 msnm.
Se excavaron cinco rellenos en el interior del cuarto, con tierra de color gris cafetosa clara (10YR 6/2) en
seco y café muy oscura (10YR 2/2) en húmedo. Está asociado con las AA 78, 79, 80, 81 y 82, que son fosas.
Fotos: rollo SS (31-18), rollo 42 (6-18).

· Área de actividad 78: E1 C9 N441 E109-110 AA78 P1 Z=2279.253-2278.979 msnm. Es una fosa perturba-
da, probablemente ritual, y posiblemente asociada con el AA79. Tuvo un diámetro de 44.5 por 27.4 cm de
profundidad. Es aproximadamente cuadrada, y está pegada al muro sur de C9. Contuvo tres rellenos de tierra
areno-limosa de color gris cafetoso claro (10YR 6/2) en seco, y café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con
un pH de 7. Hubo muy poco material cerámico y lítico.
Muestras: flotación (45789, 457981, 45817, 45824, 45849, 45856), química (45793, 45801, 45819, 45826,
45851, 45858), polen (45794, 45802, 45820, 45827, 45852, 45859), fitolitos (45795, 45803, 45821, 45828, 45853,
45860), termoluminiscencia (45796, 45804, 45823, 45829, 45854, 45861), paleointensidades magnéticas (45797,
45805, 45822, 45830, 45855, 45862).
Fotos: rollo SS (28-26), rollo 42 (9-10).

· Área de actividad 79: E1 C9 N444-445 E109-110 AA79 P1 Z= 2279.293-2278.991 msnm. Se trata de una fosa
saqueada, probablemente ritual, de 62 por 67 por 30 cm, casi redonda, rellena de tierra areno-limosa. Se excavaron
tres rellenos de tierra color café pálido (10YR 6/3) en seco, y café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con mu-
chos carbonatos, y un pH de 7. Se halló poco material en su interior. Posiblemente esté relacionada con el AA78.
Muestras: flotación (45875, 45891, 45898, 45910, 45929, 45932, 45938, 45945, 45966, 45973, 45986), quími-
ca (45879, 45893, 45900, 45912, 45926, 45934, 45940, 45949, 45959, 45969, 45979, 45984), polen (45880, 45894,
45901, 45913, 45927, 45933, 45941, 45947, 45958, 45971, 45978, 45983), fitolitos (45881, 45896, 45902, 45916,
45928, 45935, 45942, 45946, 45957, 45968, 45975, 45985), termoluminiscencia (45882, 45895, 45904, 45914,
45936, 45936, 45943, 45948, 45961, 45977, 45990), paleointensidades magnéticas (45883, 45897, 45903, 45915,
45929, 45937, 45944, 45951, 45962, 45976, 45986), hidratación de obsidiana (45884).
Fotos: rollo 42 (11-12), rollo SS (25-24).

· Área de actividad 80: E1 C9 N444-445 E108-109 AA80 P1 Z= 2279.274-2278.964 msnm. Es otra fosa sa-
queada, quizá relacionada con las AA78, 79, 81 y 82. Es ovalada, con las siguientes dimensiones: 75 por 82 por
34 cm. Está pegada al muro sur de C9. Se excavaron tres rellenos de tierra areno-limosa de color café pálido
(10YR 6/3) en seco, y café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo; contuvo muchos carbonatos, y un pH de 7. Se
halló escaso material asociado; un fragmento de punta (RT 7498).
Muestras: flotación (46006, 46024, 46039, 46049, 46070, 46084, 46091, 46107, 46130, 46137, 46145), quí-
mica (46007, 46026, 46038, 46048, 46061, 46074, 46087, 46095, 46109, 46133, 46140, 46148), polen (46102,
46025, 46035, 46055, 46060, 46073, 46088, 46096, 46110, 46134, 46141, 46152), fitolitos (46013, 46034, 46054,
46072, 46089, 46097, 46111, 46135, 46142, 46149), hidratación de obsidiana (46010, 46031, 46100), termolumi-
niscencia (46014, 46029, 46032, 46050, 46076, 46091, 46099, 46112, 46136, 46143, 46150), paleointensidades
magnéticas (46008, 46028, 46036, 46051, 46062, 46075, 46090, 46098, 46113, 46144, 46151).
Fotos: rollo 42 (13-14), rollo SS (23-22).

· Área de actividad 81: E1 C9 N444 E108 AA 81 P1 Z= 2279.288-2278.98 msnm. Es otra fosa saqueada, de
39 por 48 por 30 cm, con tres rellenos de tierra arenolimosa de color café pálido en seco, y café muy oscuro en
húmedo, con un pH de 7 de muchos carbonatos. Se halló escaso material en su interior.
Muestras: flotación (46166, 46179, 46185), química (46170, 46180, 46187), polen (46171, 46181, 46188), fitolitos
(46172, 46182, 46189), paleointensidades magnéticas (46174, 46184, 46191), termoluminiscencia (46173, 46153, 46190).
Fotos: rollo 42 (15-16), rollo SS (21-20).

478
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 82: E1 C9 N443 E109 AA82 P1 Z= 2279.268-2278.953 msnm. Es otra fosa saqueada,
asociada con AA78, AA79, AA80 y AA81, con escaso material cerámico y lítico. Tuvo 36 por 52 por 31.2 cm.
Está a 2.10 m. Del muro norte de C9. Se excavaron 3 rellenos de tierra arenolimosa, con las mismas caracterís-
ticas que las anteriores.
Muestras: flotación (46203, 46218, 46227), química (46205, 46219, 46226), polen (46206, 46220, 46228),
fitolitos (46207, 46221, 46229), termoluminiscencia (46208, 465231), paleointensidades magnéticas (46209,
46230).
Fotos: rollo 42 (17-18), rollo SS (19-18).

CUARTO 13: Es el nivel arquitectónico más tardío del templo que cierra por el este la plaza central de Teo-
pancazco.

CUARTO 14: Es un cuarto que yace al oeste de C2 excavado por Batres, en E1 N435-438 E85-89. (Fecha de
radiocarbono en R5 Beta 115497 calibrada 65-350 d.C., intersección: 210 d.C.; fecha de radiocarbono de Geor-
gia 2953 de R7 calibrada 70-350 d.C.)

· Área de actividad 9: E1 C14 N436-437 E87-88 R8/P3 Z= 2278.899 a 2278.274 msnm. Es una fosa ovalada
grande (86 por 103 cm), abierta, en el centro de C14, con una profundidad de 62 cm. Se halló cerámica, lítica,
hueso, carbón (RT 616), estuco, concha (RT 637, 665) y un caracol (RT 615), aplicaciones cerámicas (RT 632,
638 y 639), un diente humano (RT 626). Se bajaron 8 rellenos hasta su piso. Se tomaron 7 muestras de cada
anáisis, uno por relleno: polen, fitolitos, flotación y química.
En el borde este tenía una prolongación con el piso de estuco restaurando, más o menos cuadrangular, y por
ende cerrado, en E1 C14 N435-436 E85 P3 que denominamos Área de actividad 9B. También fue excavada.
Fueron saqueadas levemente después de que las excavamos, debido al baile de San Sebastián Xolalpan el 26
de enero de 1998.

· Área de actividad 10: E1 C14 N437-438 E85-86 P3 Es una pequeña fosita en la esquina noroeste del cuar-
to. Estaba abierta.

CUARTOS 15-16: Es un pórtico que yace al sur de C14 y al oeste de C1 en N433-435 E85-89. Tuvo huellas del
techo colapsado, con los morillos carbonizados en sentido este-oeste en Z= 2279.26-2279.13 msnm. El tablero
parece haber sido en “U”, sin descanso de iztapaltetes. (Fecha de radiocarbono Beta 115496 en techo colapsa-
do bajo P2 R.T. 300: 390-665 d.C., fecha de intersección: 555 d.C.; fecha de radiocarbono Beta 115498 calibra-
da, techo colapsado: 220-425 d.C., intersección: 340 d.C.; fecha de radiocarbono Beta 118121 techo colapsado,
calibrada: 85-390 d.C., intersección: 235 d.C.; fecha de radiocarbono Georgia 3097, calibrada, R7: 27-307 d.C.;
fecha de radiocarbono Georgia 2243, techo colapsado: 147 a.C.-133 d.C.)

CUARTO 17: Es un cuarto al oeste de C14, al sur de C19, al norte de C18, y al este de C21, en E1 N435-438
E80-85 con un Piso 3 a Z= 2278.98 msnm. El aplanado de su muro norte estaba afallado. Sobre el piso 3 se ha-
lló una escultura de Huehuetéotl, en N437 E84.

· Área de actividad 6: E1 C17 P3 N435-437 E81-84 R7 Z= 2279.005 a 2278.194 msnm (Piso 7). Es una gran
fosa, que probablemente fue de saqueo pues tiene hundido el Piso 3 en los bordes y a veces aparece en las pare-
des de la fosa. Llega a un piso de una ocupación anterior que denominamos Piso 7, a 80 centímetros más abajo
del Piso 3. Junto de la fosa se halló la escultura del Huehuetéotl caída sobre su nariz, sobre el Piso 3, y la piedra de
drenaje usada como su pedestal. En el interior de la fosa se hallaron algunos objetos: En R1, varios huesos huma-
nos fuera de posición anatómica (RT 509-516), un sello (RT 453), un soporte (RT 462), una laja (RT 493). En
R3: un fragmento de nariz de escultura (RT 553), un hueso trabajado (RT 563), un fragmento de incensario (RT
554), y un pulidor (RT 564). En R4 salió un fragmento de hueso (RT 579), un fragmento de núcleo y un núcleo
(RT 580 y 570), un fragmento de tocado (RT 582), hueso (RT 571) y concha (RT 573). En R5, una mano de
mortero (RT 587) y un pulidor (RT 586). En R6, una aplicación de incensario (RT 614), dos fragmentos de es-
tuco (RT 619 y 620) y hueso (RT 621). Se tomaron muestras de flotación, polen, fitolitos y química.
El pH fue en aumento conforme se iba profundizando en la fosa: en R1 era 7.5 (10YR 4/2 café grisáceo
oscuro, en seco, y 10Y 2/2 negro, en húmedo) y en R6 era de 9, con bastantes carbonatos (10YR 3/2 café grisá-
ceo muy oscuro, en seco, y 10YR 2/2 negro, en húmedo).
Los 8 huesos humanos se hallaron dispersos en la fosa y correspondieron a un adulto.

· Área de actividad 11: E1 C17 N435 E80-81 P3. Fosita abierta en el sector suroeste del cuarto.

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estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

CUARTO 18: Es un pórtico que está ubicado al sur de C17, al este de C20 y al oeste de C15-16, en N433-434
E80-85, y con su Piso 3 a Z= 2278.92. Un poco antes del piso hubo huellas de aplanados quemados, y morillos del
techo carbonizados. Sobre el piso se halló un metate con patas (RT 454), navajillas prismáticas de obsidiana gris
en dos concentraciones (RT 463, 464, 465, por un lado y RT 488 a 492, por el otro), concha trabajada (RT 466).

· Área de actividad 5: E1 C18 N433-434 E81-82 R6 Z= 2279.12 a 2279.03 msnm. Es una concentración de
cerámica, navajilla de obsidiana verde (RT 451), una punta (RT 461), un fragmento de fémur (RT 456), una
esfera de cerámica (RT 455), un punzón de hueso (RT 457), un candelero (RT 467), fragmentos de figurillas
(RT 468, 452, 448, 450), un sello (RT 459), tejos (RT 449, 458), una impronta, hueso. Se tomaron muestras
de polen, fitolitos, flotación, química, termoluminiscencia, EH-PH, paleointensidades, hidratación de obsi-
diana. Los objetos yacían sobre tierra más compacta.

· Área de actividad 8: E1 C18 N433 E83 R7/P3 Z= 2278.987 a 2278.915 msnm. Es una concentración de
fragmentos de vaso Xolalpan tardío con aplicaciones (RT 525) y un pulidor (RT 524), además de otro pulidor
más lejos (RT 528), en N432 E82. El vaso se parece al de AA2, a otro hallado en C18 y a RT 558 hallado en 1b
en N440 E82. Se tomaron muestras de polen y flotación.

CUARTO 19: E1 C19 N437-443 E80-85 Z= 2278.874-2279.089 msnm. Patio con bajadas de agua y apisonados
de tierra (Apisonado 6= 2279.054 msnm y Apisonado 6b, además de Apisonado 11, en rampa con las fositas
AA12 y AA13), de unos 15-12 m2). Yace al norte de C17 y C14. La capa 1f se denominó R5, ya que apareció el
muro que delimitaba el patio por el norte. Este patio contuvo varias fosas pequeñas (AA12 y AA13) y grandes
(AA27) con ofrendas y entierros teotihuacanos (Entierro 4). R5 de C19 yace entre 2279.479 a 2279.403 msnm,
y R6 yace de 2279.371 a 2279.264 msnm. Está asociado con AA 2, 3, 4, 7, 12, 13, 15, 17, 27, 28 y 30.

· Área de actividad 2: E1 C19 N438-439 E80-81 1e (R3) Z= 2279.393 a 2279.185 msnm. Se halló una concen-
tración de materiales arqueológicos: cerámica, fragmentos de un anafre con figuras humanas (RT 292, 293),
candeleros (RT 261, 368, 369), comales, vaso Metepec o Xolalpan tardío con aplicaciones basales (RT 258,
294), lítica, lítica pulida (RT 362), pulidor (RT 370), mano de metate (RT 360), fragmento de navajilla (RT
308), dispersos en 45 cm. Se tomaron muestras de flotación (como de capa), fitolitos y termoluminiscencia.

· Área de actividad 3: E1 C19 N438-439 E82-83 R3 Z= 2279.326-2279.226 msnm. Es una asociación de ob-
jetos cerca del muro sur de C19: plato (RT 346), tres candeleros (RT 348, 352 y 353), pulidor (RT 349), un ca-
racol (RT 354), un fragmento de cerámica (RT 351), una pizarra y fragmentos de cerámica. Están dispersas en
un área de 90 por 60 cm. Se tomaron muestras de polen, fitolitos, flotación, química, termolumniscencia.

· Área de actividad 4: E1 C19 N438-439 E84-88 R4 y Ap4 Z= 2279.274 msnm. Es una dispersión de mate-
riales arqueológicos sobre lo que podría ser el colapsamiento de aplanados de techo o muros que denomina-
mos Ap 4. Probablemente es un contexto de abandono. Está asociado con el Entierro 1. Yace bajo AA4. Apa-
recieron pulidores (RT 302, 365, 303, 306, 363), candeleros (RT 364, 304), tejo (RT 366), soporte cerámico
(RT 428), tezontle perforado (RT 475), incensario (RT 529), vasijas cerámicas reconstruibles (RT 477, 478,
523), hueso trabajado (RT 503), fragmento de brasero decorado (RT 521), fragmento de aplicación antropo-
morfa (RT 522), hueso de falange humana (RT 506), cerámica, obsidiana. Se tomaron muestras de flotación,
polen, fitolitos, química; además de muestras del apisonado.
En N440 E84-86, más abajo del AA4, salió mucho material cerámico, lítica, pizarra y hueso de animal, que
quizá sean AA4B.

· Entierro 1: E1 C19 N438-439 E84-85 R4, R5 AA4 Z= 2279.215-2279.154 msnm. Yace bajo el Apisonado 4
(constituido quizá por aplanados caídos del techo). Son dos individuos asociados con muchos tiestos. El in-
dividuo 1A es un adolescente de 10 a 15 años de edad (cóndilo del occipital, costillas esternales, peroné dere-
cho sin epífisis, húmero izquierdo sin epífisis, astrágalo derecho completo; bajo los materiales cerámicas de
N439 E84 se hallaron algunas costillas mezcladas con ceniza, una falange de la mano, fragmento del ilíaco,
mandíbula, fragmento del sacro, fragmentos de huesos largos). El individuo 1B es un juvenil (cráneo sin cara,
pequeños fragmentos de la tibia, fragmento del fémur izquierdo, ilíaco, fragmento de cúbito, costilla derecha,
fragmento del atlas y de otra vértebra, dos dientes).
La matriz en la cual se hallaba el entierro tenía un pH ácido (pH 9), algo de carbonatos, color de 10YR 5/2
café grisáceo, en seco y 5Y 2.5/1 negro, en húmedo.
El material asociado fue: cerámica en gran cantidad (cuenco de paredes divergentes de base plana, una
gran olla, soportes decorados en relieve, por ejemplo), lítica, hueso de animal, pizarra, mica, proyectil de cer-

480
anexo i: banco de datos de teopancazco

batana (RT 556), tejo fragmentado (RT 555), pulidor de tezontle (RT 562). Bajo el entierro 1 se tomaron mues-
tras de carbón (3748), química (3747), polen (3746), fitolitos (3745), flotación (3744). Se tomaron muestras
para DNA (costillas del individuo 1).
Bajo el entierro hallamos un candelero (RT 576), una navajilla prismática (RT 575).

· Área de actividad 7: E1 C19 R5 N438-439 E82 Z= 2279.129 a 2279.179 msnm. Es una concentración cerá-
mica bajo el techo colapsado (denominado como Ap.4), junto con dos agujas de hueso (RT 476 y 494), lítica
tallada (RT 507), un fragmento de figurilla (RT 495) y una carita (RT 520), cerámica, pizarra y lítica. Se toma-
ron muestras de polen, fitolitos, flotación, quíica, termoluminiscencia, hidratación de obsidiana, paleointensi-
dades, radiocarbono, EH-PH y colágeno. Quizá es un basurero asociado con el Entierro 1.

· Área de actividad 12: E1 C19 N438 E84 AA12 R6 sobre Ap.6 Z= 2279.054 a 2278.982 msnm: pequeña fosa
de 25 cm de diámetro por 7 cm de profundidad, cerca del muro sur del C19, con una tapaollas teotihuacan
dentro (RT 648), además de pizarra (RT 646), una navajilla (RT 647), cerámica, hueso de animal y más piza-
rra. Se tomaron muestras de polen (4289), fitolitos (RT 4287), flotación (4288) y química (4286). Fotos rollo
9 (17-19, 23), rollo J (11-9, 3-2).

· Área de actividad 13: E1 C19 N438 E85 AA13 R6 sobre Ap. 6, Z= 2279.052 a 2278.974 msnm. Pequeña fosa
de 30 cm de diámetro por 9 cm de profundidad aproximada, pegada al muro sur de C19, a un metro de AA12,
con tres cuartas partes de una tapaolla (RT 653), además de cerámica, mica y carbón. Se tomaron muestras de
polen (4389, 4360), fitolitos (4388, 4359), flotación (4387, 4361) y química (4390, 4358).

· Área de actividad 27: E1 C19 R1/Apisonado 11 N440 E84 Z= 2278.882-2278.510 msnm. Fosa cerrada (37
por 44 por 38 cm), más o menos rectangular, que contuvo el Entierro 4. Se halló poca cerámica. Afuera se ha-
llaron: un fragmento de figurilla (RT 954), una aplicación (RT 955).
Muestras: paleointensidad (8682), termoluminiscencia (8683), flotación (8684), química (8685), polen
(8686), EH/PH (8687), fitolitos (8688), hidratación de obsidiana (8689).

· Entierro 4: E1 C19 AA27 En 4 N440 E84 R1/Apisonado 11, Z= 2278.882-2278.724 Fondo fosa: Z= 2278.501
msnm. En una fosa cerrada, se halló un entierro infantil de segunda infancia (bolsa 8835), en decúbito lateral
izquierdo flexionado, completo, con la extremidad superior derecha sobre las costillas derechas, y la extremi-
dad superior izquierda bajo las costillas izquierdas. Las extremidades inferiores estaban flexionadas, y la mano
derecha parece que no estaba completa. El cráneo yacía al sur y la cara veía al noreste. Se halló un brasero mi-
niatura (RT 956) con su incensario miniatura (RT 957) cerca del cráneo; varias aplicaciones (RT 958, 961,
962, 963), figurillas (RT 959, 960, 962, 963, 964), un pequeño escudo o placa (RT 965) y un pectoral de figuri-
lla (RT 966) junto a la tibia izquierda. Dos de las figurillas tenían atavíos con plumas. Se halló cerámica
(8696) y pizarra (8697) bajo el entierro. Se tomaron muestras de flotación (8698), polen (8670), fitolitos
(8681), química (8671), hidratación de obsidiana (8675), termoluminiscencia (8682), paleointensidades (8683),
EH/PH (8693), ADN (8688), cavidad torácica (8689), cráneo (8686).

· Área de actividad 29: E1 C19 N439-440 E82 R1/Apisonado 11 Z= 2278.993-2278.877 msnm. Concentra-
ción de materiales como ritual de abandono (90 por 70 por 11 cm). Hubo gran cantidad de cerámica (RT
1006, 1007, 1008, 1009), fragmentos de anafre (RT 1011, 1012), bracito de figurilla (RT 1002), pulidor (1003),
candeleros (RT 1004, 1005). Las vasijas parecen matadas.
Muestras: flotación (9162), química (9163), polen (9164), fitolitos (9165), EH/PH (9166), termoluminis-
cencia (9167), paleointensidades magnéticas (9168), hidratación de obsidiana (9169), carbón (9170).

· Área de actividad 30: E1 C19 N441-442 E84-85 Apisonado 11 Z= 2278.854-2278.094 msnm. Gran fosa
redonda (1.41 por 1.62 por 0.76 m), con 7 rellenos, que variaron en densidad de componentes. En el fondo se
halló una aplicación (RT 1023), una carita (RT 1024), un candelero (RT 1025), huesos de ave (RT 1026). Pare-
ce estar saqueada.
Muestras: flotación (9198), química (9199), polen (9200), fitolitos (9201), EH/PH (9202), termolumi-
niscencia (9211), paleointensidades magnéticas (9212), hidratación de obsidiana (9219).

CUARTO 20: Es un cuarto ubicado al oeste de C18, pero que no se va a excavar pues corre bajo la calle que
limita al oeste con Teopancazco.

CUARTO 21: Es un cuarto ubicado al oeste de C17, pero que tampoco se va a excavar, pues corre bajo la calle.

481
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

CUARTO 22: Está ubicado al norte de C14, en N438-449 E88-89. Su Piso 5 está a Z= 2279.10 msnm y tuvo
incrustado el segundo drenaje del Piso 1 (que es posterior). Arriba de este cuarto corría el Piso 1.

· Área de actividad 1: E1 C22 R5 N439 E88-89 Z= 2279.468 msnm: drenaje que corre E-W, con una laja
tapando. Corre bajo P1. Tuvo un tiesto vidriado incrustado en el canal mismo. Se halló además cerámica, líti-
ca, hueso, una carita (RT 305). Sólo se tomaron muestras de flotación.

· Área de actividad 1B: E1 C22 5 N439 E88-89 Z= 2279.234 msnm. Es otro drenaje que corre debajo y pa-
ralelo al AA1. Se halló muy poca cerámica en el interior. Yace directamente sobre el Piso 5 de C22, lo que indi-
ca que es posterior.

CUARTO 23: Es un cuarto ubicado en el sector oeste de C19. Bajo el Apisonado 6 apareció el muro que lo
limita por el este. Está en N439-449 E80-82.

· Área de actividad 14: E1 C23 P4 AA14 N439-440 E80-81 Z= 2279.174 a 2278.489 msnm. Fosa de 45 por
45 por 80 cm, con piso de estuco rehabilitado encima (sellada), quizá un pequeño altar, que contuvo el Entie-
rro 2 a partir de R4 y R5. Los rellenos son tierra limosa con pequeñas piedras y raíces.
Se halló concha, pizarra, obsidiana, cerámica, pigmento amarillo (4578), una figurilla en R1 (RT 694), pi-
zarra trabajada en R3 (RT 696), una tibia humana en R3 (RT 695), un candelero en R4 (RT 681), una punta
en R5 asociada con el Entierro 2 (RT 684), un collar de cuentas en R7 asociado con el En 2 (RT 686). Se to-
maron muestras de polen (4447, 4482, 4493, 4518, 4544, 4573, 4582), fitolitos (4448, 4487, 4491, 4517, 4545,
4574, 4584), química (4450, 4489, 4492, 4519, 4547, 4576, 4583) y flotación (4449, 4488, 4494, 4520, 4575,
4585), además de una muestra de hidratación de obsidiana (4579). Se halló carbón (4571).

· Entierro 2: E1 C23 AA14 N439-440 E80-81 Z= 2278.76 a 2278.489 msnm. Entierro adulto medio, femeni-
no, sedente viendo hacia el suroeste, y con el cráneo al noroeste. Está orientado NW-SE (293-100 grados azi-
muth). El cráneo estaba a 50 cm por debajo del piso de estuco del cual parte la fosa. Las extremidades superio-
res estaban flexionadas a la altura del codo; el brazo derecho estaba abajo del brazo izquierdo, descansando
sobre la región pélvica. Las extremidades inferiores también estaban flexionadas y descansaban la izquierda so-
bre la derecha. La mandíbula había caído sobre la región abdominal del individuo en un momento perimór-
tem. Algunas piezas dentales se desarticularon de las fosas alveolares. También las apófisis coracoides se habían
fragmentado. La columna vertebral se encontraba bastante deteriorada; sólo permanecían parte de las vérte-
bras torácicas y algunas sacras.
Los objetos y materias asociados fueron: pigmento amarillo (hallado en la pelvis), un collar de cuentas
(ubicado a la altura del pecho) de tezontle, obsidiana y jadeíta, concha, pizarra (localizada a la altura de los
pies), carbón en R6 (bolsa 4571), una punta de obsidiana en R5 (RT 684).
El pH de la tierra asociada con el entierro fue de 8; los sedimentos tenían bastantes carbonatos, el color en
seco fue 10YR 4/1 (gris oscuro) y en húmedo 10YR 2/1 (negro). Se tomó una muestra para hidratación de
obsidiana (bolsa 4579). Se tomaron muestras de DNA (4586).

CUARTO 24: E1 C24 N438-443 E86-87 Z= 2278.564 a 2279.684 msnm. Tuvo una superficie de 5.16 m2. Está
ubicado al este del C19, al norte de C14. Existió un apisonado (Ap. 6) que tenía un firme de tepetate molido.
Por ahí pasó el drenaje AA1, y en él se hallaron AA18, 19, 23 y 24.

· Área de actividad 1: E1 C24 N439-42 E86-87 bajo Apisonado 6 Z= 2278.864 a 2278.674 msnm. Este dre-
naje que ya había sido detectado en la temporada anterior, pasaba bajo C28, atravesó C24 haciendo un quie-
bre de este-oeste a sur-norte y probablemente después continúe de manera oblicua. Está asociado con AA18,
AA19, A23. Se sacaron muestras de flotación (7968, 7978, 8005, 8030), polen (7970, 7979, 8014, 8034), fitolitos
(7971, 7981, 8016, 8031) y química (7969, 7980, 8015, 8033).

· Área de actividad 17: E1 C24 1f/R6 N441 E86-87 Z= 2279.24 a 2279.216 msnm. Aparecieron fragmentos
de cazuela anaranjada (RT 809), cajetes (RT 810) y otros fragmentos de ollas grandes, además de aplicaciones
cerámicas (RT 808). Esta concentración está asociada con el muro este de C19. Se tomaron muestras de flota-
ción (6655), polen (6652), fitolitos (6653), química (6654), EH-PH (6657), termoluminiscencia (6656), pa-
leointensidades (6658).

· Área de actividad 18: E1 C24 N441 E87 Apisonado 6, Z= 2279.117 a 2278.819 msnm (piso): Es una fosa
abierta pegada al muro este y alargada en sentido N-S, de 63 por 40 cm. Se hallaron huesos, lítica, concha, pi-

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anexo i: banco de datos de teopancazco

zarra con pintura roja, mica, un fragmento de aguja de hueso (RT 845), huesos de infante (RT 847), además
del Entierro 3. Se tomaron muestras de polen (7512), fitolitos (7513), flotación (7514), quíica (7479), hidrata-
ción de obsidiana (7526), paleointensidades magnéticas (7521), colágeno (7524), EH/PH (7523), termolumi-
niscencia (7522).

· Entierro 3: E1 C24 AA18 Apisonado 6 N441 E87 Z= 2279.124-2278.819 y 2278.804 msnm. Es unn entierro
de un infante de 5 a 10 años en fosa abierta excavada desde el Apisonado 6. Arriba de la fosa aparecieron hue-
sos humanos del infante, que después continuaron en la porción norte de la fosa (RT 847). En la porción sur
apareció el cráneo del adulto, un poco aplastado por el peso de la estratigrafía, en norma parietal como si hu-
biese sido enchuecado, junto con cerámica, caracol (RT 854), diente (RT 855), lítica, pizarra, mica, fragmento
de aguja (RT 845). El entierro se hallaba en posición decúbito lateral izquierdo flexionado, con las piernas
muy flexionadas, la derecha sobre la izquierda. El cráneo se hallaba fragmentado y aplastado. Se tomaron
muestras de flotación (7641), fitolitos (7513), polen (7640), química (7479), DNA (7541), paleointensidades
magnéticas (7648, 7521), EH/PH (7523, 7649), termoluminiscencia (7522, 7697), colágeno (7524), hidrata-
ción de obsidiana (7516, 7646), muestra de la cavidad torácica (7540).

· Área de actividad 19: E1 C24 N441 E87 Apisonado 6 Z= 2279.136-2279.054 msnm. Es una fosita circular
abierta (de 17 por 17 por 8 cm), al norte de AA18, y muy cerca de ella. Se halló una cuenta de jpiedra verde pe-
queña y muy bien hecha (RT 849), y cerámica. Se tomó únicamente una muestra de flotación (7517).

· Área de actividad 23: E1 C24 AA23 N442 E87 R8/Apisonado 6B Z= 2279.039-2278.836 msnm. Es una
fosa abierta, más o menos rectangular (de 87 por 39 por 20 cm), contra los muros norte y este del cuarto. Se
asocia a AA18, AA19 y AA1 (drenaje). Asociados con ella se hallaron: un hueso trabajado (RT 894), una pierna
de figurilla (RT 895), un fragmento de cráneo (RT 896), un fragmento de orejera (RT 897), una punta
(RT 900). En el interior aparecieron: lítica pulida (RT 901), un excéntrico (RT 905), un fragmento de orejera
(RT 904), un pulidor (RT 902), un fragmento de cortinero (RT 906), un fragmento de cerámica (RT 907), un
diente (RT 908), un fragmento de figurilla (RT 909), carbón (7859), cerámica, lítica, mica, huesos de animal.
Se tomaron muestras de fitolitos (7902), polen (7903), química (7904), flotación (7900, 7921, 7856), hidrata-
ción de obsidiana (7860), EH/PH (7905), paleointensidades magnéticas (7906), termoluminiscencia (7907).

· Área de actividad 24: E1 C24 N441 E86 Apisonado 6B Z= 2279.054 a 2278.999 msnm. Es una fosita re-
donda (de 47 por 40 por 5 cm) en la que se halló cerámica, lítica, una cuenta negra (RT 921) y pequeños frag-
mentos de carbón. Está asociada con AA18, AA19, AA23. Se tomaron muestras de flotación (8093), fitolitos
(8092), polen (8096), química (8095), hidratación de obsidiana (8094).

CUARTO 25: E1 C25 N438-443 E88-90 Z= 2279.32 a 2279.154 msnm. Su acceso estaba por el este. Es un cuar-
to ubicado al norte de C14, al este de C24, al oeste de C33 y al sur de C27. Tuvo una superficie de 6.02 m2. En
N441 E88-89 está el murete que lo delimitaba de su porción sur (que al principio denominamos como C22,
pero que es realmente el mismo cuarto). Tiene un piso de estuco (P5) a Z= 2279.2-2279.154 msnm, y muros
pintados de rojo. El muro oeste sólo está esbozado como ampliación de un muro precedente; parece que fue
desmantelado. El cuarto que denominados C22 la temporada pasada es solamente la parte sur de C25, pero
que en tiempos tardíos se subdividió con un murete; el C22 fue perturbado por el drenaje (AA1) de C28. Está
asociado con el AA16. El C25 yace al oeste de un patio estucado denominado C33, que fue tapado y rellenado
con escombro de los muros rojos, como veremos más adelante, y sobre el cual se dispuso C26 con su Piso 1.

· Área de actividad 16: E1 C25 N443 E89 R4/P5 Z= 2279.324 a 2279.214 msnm. Es un vaso Tláloc (RT 788)
con la cara del dios sobre el piso estucado de C25, con la boca del vaso hacia el sur, fracturado, pero al parecer
completo, con una extremidad de guajolote (Meleagris gallopavo) en el interior (RT 791); la parte distal de la
extremidad yacía hacia la boca del vaso, y otra extremidad de guajolote al norte del vaso (RT 790), y fuera de
él. Se tomaron muestras de flotación (6136, 5972), polen (5974), fitolitos (5970), química (6137), paleointensi-
dades (5973), EH-PH (5971), termoluminiscencia (5975).

CUARTO 26: E1 C26 N438-443 E90-93 Z= 2279.71 a 2279.689 msnm. De este cuarto sólo quedó el Piso 1, un
piso muy tardío en Z= 2279.71 msnm, 4 o 5 cm de espesor, con gravilla de tezontle. Así lo dejó Leopoldo Ba-
tres. Fue eliminado con el fin de observar la continuación de C25 abajo de él. Yacía sobre C28.

CUARTO 27: E1 C27 N444-446 E88-89 Z= 2279.272 msnm. Es un cuarto ubicado al norte de C25, al este de
C35 y al oeste de C6. Se excavaron dos rellenos del cuarto, hasta Z= 2279.034 msnm, sin llegar a un piso.

483
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

CUARTO 28: E1 C28 N438-40 E90-93 Z= 2279.689-2279.464 msnm. Tuvo dos pisos superpuestos: P1b a Z=
2279.572 msnm y el P1c a Z= 2279.464-2279.514 msnm. Es un cuarto que yació bajo C26 (Foto 9). Superficie
conservada de 2.56 m2. Está roto por la excavación de Batres, particularmente por la excavación del Cuarto 2,
cuarto al que originalmente cubría. Por drenaje tenía al AA1. Es posterior a C33 con sus pórticos y cuartos
(C25, C31 y C32). Está asociado con AA1.

CUARTO 29: E1 C29 N447-449 E87 Z= 2279.345 msnm. Es un cuartito alargado N-S, de por lo menos 1.80
m2 de superficie. Yace al oeste de C30, al norte de C19 y al este de C37. No se llegó a piso alguno, y la excava-
ción se quedó a Z= 2279.08 msnm.

CUARTO 30: E1 C30 N447-449 E87-89 Z= 2279.345 a 2279.169 msnm. Es un cuartito o pasillo alargado en
sentido norte-sur, al este de C29, al norte de C27 y al oeste de C34. Tuvo un Apisonado 9 a Z= 2279.169 msnm
que estaba muy deteriorado. Tuvo una superficie mínima de 1.36 m2 (véase Foto 10).

CUARTO 31: E1 C31 N443 E90-93 Z= 2279.429 a 2279.184 msnm. Es un cuartito o vestíbulo ubicado al este de
C25, al norte de C33. Está al sur de C6 y al oeste de C5. Tuvo una superficie de 3.74 m2. Parece bordear por el
norte un patio hundido. Tuvo un Piso 5 a Z= 2279.186-2279.163 msnm. Tiene un escalón para dar acceso a C33.

CUARTO 32: E1 C32 N440 E90-93 Z= 2279.714-2279.164 msnm. Es un cuartito o pórtico con huellas de una
pilastra con alma de madera, que yace al sur de C33, al este de C25, al oeste de C4 y al norte de C28 (y pasa
bajo éste). Tuvo un Piso 5 de estuco a Z= 2279.164 msnm. Su superficie fue de 2.03 m2.

CUARTO 33: E1 C33 N440-443 E90-93 Z= 2279.714-2278.809 msnm. Es un patio estucado con un Piso 5 de
estuco a Z= 2278.93-2278.81 msnm. Su superficie abierta fue de 8.22 m2. Pasaba bajo C26 (Piso 1) y parece
continuar bajo C5 excavado por Batres. Se rellenó para nivelar con fragmentos de muros pintados de rojo he-
matita, y se destruyó parte del escalón que da a C32. Yace al este de C25, al sur de C31, al norte de C32 y al
oeste y bajo de C5.

CUARTO 34: E1 C24 N447-449 E89 Z= 2279.229-2279.175 msnm. Es un pasillo alargado en sentido norte
sur, paralelo a C30 y C29, al oeste de C6, al norte de C27 y al este de C30. Tuvo un aplanado agrietado: Apiso-
nado 10 a Z= 2279.175 msnm. Parece que continuaba hacia el este, y quizá fue cortado cuando fue remodelado
el patio. Sus muros tenían aplanados. Su superficie mínima es de 1.26 m2.

CUARTO 35: E1 C35 N441-444 E81-87 R1 bajo Apisonado 6, Z= 2279.154-2278.949 msnm. Es un pasillo alar-
gado este-oeste, al norte de C19 y al sur de C37. Tiene una superficie de 11.91 m2. Estuvo asociado con AA20 y
AA21 (drenaje).

· Área de actividad 20: E1 C35 AA20 N442-444 E81-82 R8 Z= 2279.094-2278.952 msnm. Se trata de un
posible ritual de abandono. Apareció una concentración de objetos cerca del muro oeste (sobre el drenaje):
una vasija de piedra partida en tres (RT 885, 886) a semejanza de la que hallamos en Oztoyahualco 15B:N6W3;
una aplicación (RT 879), un hueso largo (RT 878), fragmentos de figurillas (RT 877, 880, 883), dos candeleros
(RT 875, 888), un fragmento de cajete (RT 874), un tejolote (RT 884), asas (RT 876, 882), un alisador de te-
zontle (RT 881). Se tomaron muestras de flotación (7731, 7721), química (7722), polen (7723), fitolitos (7724),
hidratación de obsidiana (7725), termoluminiscencia (7726), EH/PH (7730).

· Área de actividad 21: E1 C35 AA21 N442-443 E82-83 R8 Z= 2279.034-2278.94 msnm. Es también un
probable ritual de abandono, que incluyó: un platón rojo-sobre-bayo roto (semejante al de Oztoyahualco
15B:N6W3), 10 candeleros (RT 864, 865, 866, 867, 869, 870, 871, 887, 891, 892), obsidiana, un hueso largo (RT
868), un raspador (RT 872), fragmentos de figurilla (RT 890, 873), cerámica, un pulidor (RT 889), lítica, hue-
so. Se tomaron muestras de flotación (7751, 7747, 7729, 7715), fitolitos (7720), química (7748, 7716), polen
(7717, 7749), termoluminiscencia (7755, 7718), hidratación de obsidiana (7719), EH/PH (7730, 776, 7750).

CUARTO 36: E1 C36 N443-449 E80 Z= 2279.714-2278.814 msnm. Es un cuarto que se comenzó a esbozar al
oeste de C37. Tiene el Apisonado 11 a Z= 2278.814 msnm, además de un drenaje que viene desde el C35 y pasa
abajo del muro este de C36.

CUARTO 37: En la segunda temporada se excavó un gran recinto cuadrado, que fue denominado C37
(N445-449 E81-85). Decidimos bajar en ese sector para ver ocupaciones anteriores. Bajo el Apisonado 11

484
anexo i: banco de datos de teopancazco

(amarillento y espeso, Z= 2278.89-2278.82 msnm), se halló el Apisonado 12 (Z=2278.73-2278.82 msnm, muy


duro), que parece ser una primera renovación del apisonado, sobre el cual se piso el Ap. 11.
Se quitó el Ap. 12, y bajo él, a la mitad del cuarto, apareció un muro que anteriormente dividía dos cuartos
(uno al norte y otro al sur, que fueron denominados C237A y C237B). En ambos llegamos al Apisonado 13
(Z=2278.60-2278.65 msnm, y en C237C, un cuartito al oeste de C237B, yació a Z=2278.35 msnm) y posterior-
mente apareció el Apisonado 14 (Z=2277.71-2277.77 msnm, en C237A). Observamos que los muros del cuarto
habían sido protegidos con hiladas de adobe, y más allá acumulaciones de piedra.

CUARTO 38: E1 C38 N446-447 E86-87 Z= 2278.04-2279.49 msnm. Es un ambiente cuadrado al sureste de
C37 y sur de C29. Se bajó un relleno del cuarto, pero no se halló piso. Se quedó en Z= 2279.04 msnm.

CUARTO 39: E1 C39 N432 E81-85 Z= 2278.664-2278.414 msnm. Es un patio que limita con los pórticos como
C18 y C15-16 por el sur, y está al oeste de C40. El escalón de sillares (Foto 16) que lo limita al norte está a Z=
2278.644-2278.664 msnm. Tuvo un Piso 3, estucado en algunas partes, a Z= 2278.399-2278.443 msnm. Su superfi-
cie mínima es de 3.15 m2.

CUARTO 40: E1 C40 N432 E85-89 Z= 2279.164-2278.724 msnm. Posible patio al sur de C15-16 y al este de
C39. Hay la posibilidad de que C39 y C40 sean el mismo patio. Su Piso 3 (Z= 2278.794-2278.724 msnm) estu-
vo muy deteriorado y sólo se vio el firme de gravilla y grava. Hay una parte que muestra evidencias de quema-
do. Sólo se descubrió una delgada franja, ya que colinda con el área no excavada y la barda de predio.

CUARTOS 41-43: N469-473 E122-123 Z=2279.211-2279.026 msnm. Aunque se separaron originalmente (apa-
reció algo que semejaba un muro entre ellos, pero realmente se trataba de piedra de derrumbe sobre tierra),
realmente se trataba de un mismo cuarto separado de C41B-42 por un escalón. Este escalón tenía piedra ca-
reada en C42 pero en C41 B se hallaba desmantelado.
Tuvo un Piso 1 (Z= 2278.909-2279.026 msnm) del cual sólo existió el firme de gravilla compacta, a excep-
ción de un pequeño fragmento de estuco que se conservó en N473 E122, de color gris.
Se excavaron los rellenos 2 y 3 dentro del cuarto. En C43, los muros tuvieron anchos que oscilaban entre 10 y
59 cm. El acceso del cuarto está al oeste, a través de un escalón de 17 cm de alto.

CUARTOS 41B-42: N469-473 E120-122 Z= 2279.315-2278.838 msnm. Sucedió lo mismo que con el anterior.
Realmente se trató del mismo cuarto, con tres rellenos (R2, R3 y R4). Yace al oeste de C41-43. Tuvo tablero y
talud como lo señalaba la presencia de ixtapaltetes caídos en C42. El Piso 1 se halló a Z= 2278.838 msnm y se
detectó solamente el firme de gravilla (desde Z= 2278.934 msnm). En C41B, sobre el piso, se halló un fragmen-
to de gran vaso café claro (RT 1456), y en la porción denominada C42, un metate completo boca abajo (RT
1398) y un registro de drenaje pegado al muro sur. Los muros tuvieron un ancho variable entre 22 y 54 cm.

CUARTOS 44-50: N464-469 E121-123 Z= 2279.319-2278.849 msnm (hasta donde nos quedamos). Se excava-
ron 6 rellenos y aún no llegamos a piso.

CUARTOS 45-51: N459-466 E115-120 Z= 2279.403-2278.999 msnm. Yace al oeste de C46 y está unido a él
por un acceso de 64 cm de ancho. Se excavaron cuatro rellenos, de los cuales el primero no se marcó como R1.
Es un vasto espacio ubicado al oeste de C244, al sur de C57, al este de C53 y C54.
Su piso ya no existe, y probablemente estuvo a Z= 2278.726 msnm. Bajo este cuarto se halló el Cuarto 151
que tuvo varias áreas de actividad, además de huesos largos y cráneos, asociados. En una porción de C45 sí
apareció el Piso 4 a Z= 2278.526 msnm.

· Área de actividad 57: E1 C45-51 N463 E120 AA57 R6 Z= 2278.694-2278.662 msnm. Distribución de hue-
sos de un adulto medio, quizá desmembrados, en un área de 25 por 15 por 3 cm, en tierra areno-limosa café, con
pH de 8 y algo de carbonatos. Están pegados al muro este de C45-51. Los huesos fueron denominados Entierro
12, y consistieron de fragmentos de cráneo y varios dientes y muelas, además de algo de cerámica.
Muestras: flotación (32808), química (32809), polen (32810), fitolitos (32811), EH/pH (32812), paleoin-
tensidades (32813), termoluminiscencia (32814), hidratación de obsidiana (32815).
Fotos: rollo 34 (21-22), rollo KK (18-17).

· Área de actividad 59: E1 C45-51 N463 E117 AA59 R7 Z= 2278.613-2278.536 msnm. Se trata de una con-
centración de huesos largos y otros huesos pequeños y fragmentos dispersos, posiblemente un desmembra-
miento, en un área de 0.40 por 0.80 por 0.07 m. Fue denominado Entierro 13.

485
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Entierro 13: E1 C45-51 N463 E117 AA59 En 13 R7 Probable desmembramiento de dos individuos, adultos
medios, uno de ellos quizás femenino. Asociados tuvo cerámica, un tejo (RT 5335) y una concha (RT 5336).
Los huesos fueron acomodados como parte de un acto ritual. Se hallaron las extremidades inferiores derecha
e izquierda (fémures, tibias y peronés), fragmentos de costillas, dientes, fragmentos de cráneo, hueso coxal.
Muestras: flotación (33755, 33756), polen (33790), química (33789), fitolitos (33792), EH/pH (33791), ter-
moluminiscencia (33800), paleointensidades magnéticas (33799), hidratación de obsidiana (33763), ADN
(33801), muestras de tierra bajo el entierro (33767).
Fotos: rollo 34 (25-28), rollo KK (14-11).

CUARTOS 46-48: N460-464 E121-123 Z= 2279.532-2279.144 msnm. Yace al este de C45 y al sur de C44-50. No
se llegó aún a piso. Se excavaron 4 rellenos en el interior del cuarto, de los cuales el primero no se marcó porque
se estaban reconociendo las alineaciones. Los muros son de roca y tezontle, y tiene un ancho de 39 a 60 cm.

CUARTOS 47-49: N456-460 E120-123 Z= 2279.432-2279.062 msnm. Yace al sur de C46-48. Se excavaron 5
rellenos, de los cuales el primero no se marcó como tal. Los muros tuvieron un ancho de 54 a 32 cm. El muro
oeste es de adobe y es ovalado. No se llegó a piso.

CUARTO 51: N464-468 E120 Z= 2278.931-2278.833 msnm. Yace al oeste de C44-50 y sólo se excavó R5.

CUARTO 53: E1 C53 N463-465 E107-109 Z= 2279.13-2278.822 msnm (Corrección banco de nivel n. 2: +8 cm).
Es un cuarto ubicado al sur de C54 y al oeste de C45-51. Es rectangular (3 por 2.81 m). Los muros se conserva-
ron a una escasa altura (Muro Norte: 30.8 cm; Muro Oeste: 11.2 cm; Muro Este: 28 cm). Tienen un ancho en-
tre 27 y 38 cm. El Piso 1 se halló a una altura de 2278.22 msnm (+8 cm); presenta un firme de fragmentos de
tezontle molido con arcilla, y en algunos sectores conservó el enlucido. Se excavaron tres rellenos de 10 cm,
de consistencia blanda, textura areno-limosa, con carbonatos. Este cuarto estuvo asociado con las áreas de
actividad AA44 (con el Entierro 7), AA45, AA46, AA48.

· Área de actividad 44: E1 C53 N463-464 E109-109 AA 44 Z= 2278.824-2278.329 msnm. Es una fosa ovala-
da que comienza a partir del Piso 1, se halló abierta, de 56 por 60 por 50 cm, dentro de la cual se encontró un
entierro sedente parcial de adulto joven (Entierro 7). Se excavaron cinco rellenos de tierra limo-arcillosa, con
cerámica, lítica, pizarra y concha. Esta fosa rompió un piso de ocupación anterior, con Z= 2278.609 msnm.
Muestras: Flotación (28838, 29209, 29213, 29221, 29225, 29232, 29400), polen (28840, 29205, 29218, 29229),
fitolitos (28837, 29207, 29220, 29231), química (28839, 29206, 29219, 29230), eH/pH (28841, 29208, 29222,
29393), termoluminiscencia (28843, 29210, 29223, 29394), paleointensidades (28844, 29211, 29224, 29395), hi-
dratación de obsidiana (29212, 29396), colágeno (29401).

· Entierro 7: E1 C53 AA44 N463-464 E108-109 Z= 2278.824-2278.329 msnm. Es un entierro de un adulto jo-
ven, sedente perturbado, parcial, viendo a los 84 grados azimuth, con las extremidades flexionadas. En el relle-
no 1 se halló un sello de cerámica (RT 4476), un molar (RT 4480), una punta de obsidiana verde con pedúncu-
lo (RT RT 4526) y un fragmento de orejera de barro (RT 4530). En el relleno 2 se halló un fragmento de hueso
largo (RT 4529), un fragmento de orejera de barro (RT 4530). En el relleno 3, una cuenta de concha (RT 4542).

· Área de actividad 45: E1 C53 N464-465 E108-109 AA 45 P1 Z= 2278.852-2278.78 msnm (Corrección ban-
co de nivel n. 2: +8 cm). Fosa abierta ubicada a 60 cm del muro este y a 95 cm del muro norte de C53. Tiene
aproximadamente 40 cm de diámetro y 7 cm de espesor. Sólo se excavó un relleno de tierra gris cafetosa clara,
con carbonatos. No tuvo material cerámico.
Muestras: flotación (29161), química (29162), polen (29163), fitolitos (29164), EH/PH (29165).

· Área de actividad 46: E1 C53 N464-465 E107-108 AA46 P1 Z= 2278.81-2278.733 msnm (Corrección ban-
co de nivel n. 2: +8 cm). Es otra fosa abierta ubicada a 1.62 m del muro este de C53. Tiene un diámetro de 31
cm y un espesor de 7 cm. Es circular. No contuvo cerámica. Se excavó un relleno de tierra areno-limosa, con
un pH de 8, de color gris, con muchos carbonatos.
Muestras: flotación (29166), química (29167), polen (29168), fitolitos (29233).

· Área de actividad 48: E1 C53 N463 E107 AA48 P1 Z= 2278.851-2278.818 msnm (Corrección banco de nivel
n. 2: +8 cm). Es una fosa abierta, irregular, de 58 por 46 por 3 cm, al suroeste de C53. Tuvo un relleno café grisá-
ceo. No tuvo material cerámico, sólo mica (29257). Bajo esta AA se encuentra un muro en sentido norte-sur.
Muestras: flotación (28256).

486
anexo i: banco de datos de teopancazco

CUARTO 54: E1 C54 N466-469 E108-110 Z= 2279.151-2278.842 msnm (Corrección banco de nivel n. 2: +8 cm).
Es un cuarto ubicado al norte de C53 y al oeste de C45-51 y de C60. Tiene 3.62 por 2.62 m, es decir, una super-
ficie techada de 10.8 m2. Los muros son de tezontle, tepetate y piedra maciza. Se conservan en una hilada:
Muro Norte: 30.9 cm; Muro Sur: 19.9 cm; Muro Este: 12.6 cm. El Piso 1 se halló a Z= 2278.842 msnm (+8 cm). Se
excavaron dos rellenos de 10 cm de tierra limo-arenosa, gris cafetosa clara, con algo de carbonatos.
En su interior se hallaron el AA39 y el entierro 5.

· Área de actividad 39: E1 C54 N467 E108 R1 Z= 2279.088-2278.859 msnm. Es una concentración de obje-
tos asociados con el entierro 5, en un área de 1 x 0.70 x 0.229 m. Apareció cerámica, lítica, fragmentos de olla
(RT 2925), candeleros completos (RT 2924, 3073, 2923). Está a 25 cm de la superficie y pudo haber sido per-
turbada por el arado. Se tomaron muestras de flotación (20269), polen (20633, 20276), fitolitos (20632,
20275), química (20631, 20274), EH/PH (20630, 20273), hidratación de obsidiana (20634, 20277), termolumi-
niscencia (20635, 20278), paleointensidades magnéticas (20636, 20279), tierra sobre la mandíbula (20280),
tierra debajo de la mandíbula (20640).

· Entierro 5: E1 C54 N467 E108 1 y R2 Z= 2279.027-2278.995 msnm. Es un entierro parcial secundario asocia-
do con el AA39. Consta de un cráneo de un juvenil (al parecer le falta el hemisferio izquierdo), su mandíbula
estaba separada del cráneo, un astrágalo, un fragmento de costilla y dientes. El cráneo estaba en norma basilar.

· Área de actividad 56: E1 C54 N469 E109 AA56 P1 Z= 2278.977-2278.871 msnm. Fosa irregular (39 por 27
por 10 cm), con partes de un parietal derecho humano (En 11, 32780), pegado al muro norte de C54, junto a
una bajada de agua. Tuvo un relleno de tierra café grisácea, con un pH de 8.
Muestras: flotación (32768, 32769), química (32771), polen (32772), fitolitos (32773), eH/pH (32774),
termoluminiscencia (32775), hidratación de obsidiana (32781).
Fotos: rollo 34 (13-16), rollo KK (27-25).

· Entierro 11: E1 C54 N469 E109 AA56 P1 En 11. Sólo se ven fragmentos del cráneo de un juvenil: parietal
fragmentado.
Fotos: rollo KK (27-25), rollo 34 (13-16).

CUARTO 55: E1 C55 N468-469 E117-119 Ap. 1 Z= 2279.077-2278.602 msnm. Es un pasillo en forma de L al
norte de C57 y al este de C56. Tuvo un Apisonado 1 en Z= 2278.754 a 2278.602 msnm. Se excavaron tres relle-
nos y en su interior se halló el AA40.

· Área de actividad 40: E1 C55 R2 N468-469 E119 Z= 2278.932-2278.672 msnm. Es una concentración de
objetos de 0.90 por 0.80 por 0.26 msnm, con cerámica, lítica, hueso de animal, un pulidor (RT 3120), un can-
delero (RT 3121), un hueso largo sin epífisis (RT 3122) y un fragmento de figurilla (RT 3123), además de una
costilla (RT 3124). Se tomaron muestras de flotación (20882), química (20885), fitolitos (20886), polen
(20887), EH/PH (20884), hidratación de obsidiana (20888), termoluminiscencia (20889), paleointensida-
des (20890).

CUARTO 56: E1 C56 N468-469 E115-116 Ap. 1 Z= 2278.879-2278.751 msnm. Es un cuarto al norte de C57 y al
oeste de C55. Tuvo un Apisonado 1 en Z= 2278.751 msnm.

CUARTO 57: E1 C57 N466-467 E115-119 Z= 2278.844 msnm. Es un cuarto ubicado al sur de C55 y C56, y al
norte de C45-51. Está alargado en sentido este-oeste.

CUARTO 58: E1 C58 N469-461 E92-99 Z= 2279.659-2279.21 msnm. Es un enorme recinto ubicado al norte del
patio del conjunto. Tiene 7.30 por 6.80 m. El muro norte tuvo un ancho de 45-53 cm, y una altura de 18 a 30 cm.
El muro este tuvo un ancho de 87 cm y una altura de 17 a 31 cm. El muro oeste tuvo un ancho de 53 cm y una
altura de 30 a 60 cm.
Se halló un piso (Piso 1) en fragmentos, que consistía de una compactación con firme de toba y arena,
color gris cafetoso, con carbonatos, y contuvo alguna vez un aplanado de estuco. Se excavaron 6 rellenos are-
no-limosos, poco compactados, y se observa que este sector fue perturbado probablemente por la ocupación
moderna.

· Arriba de C59 y C59B, Área de actividad 42-42B: E1 arriba de C59 y C59B N465-467 E89-90 R4, R5
y R6/R7 Z= 2279.381-2279.045 msnm. Se trata de un drenaje de 78 cm de ancho y con una altura de caja de 30

487
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

cm. Probablemente viene de un piso superior al C59 y C59B, del cual sólo quedó el firme de tepetate molido,
ya que la ocupación moderna perturbó todo este sector. Adentro del drenaje se halló una esferita de cerámica
(RT 2648) y algo de cerámica.
Muestras: flotación (23967, 27269, 27274), polen (23968, 25055, 27270, 27275), química (23969, 25057,
27272, 27277), fitolitos (23970, 25056, 27271, 27276).

CUARTO 59: E1 C59 N467-469 E89-91 Z= 2279.069-2278.70 msnm. Es un cuarto ubicado al oeste de C58. Lo
que se observa de él tiene 2.82 m de largo por 1.37-1.93 m de ancho. El muro este tuvo un ancho de 52-55 cm y
una altura de 9 a 25 cm. El muro oeste tuvo un ancho de 77 cm y una altura de 48 cm. El muro sur tuvo un an-
cho de 34 cm y una altura de 32 cm. Se halló un apisonado (Apisonado 3) de tierra compacta, gris cafetosa,
con un pH de 8 y reacción al ácido clorhídrico, a una profundidad entre 2278.642 y 2278.759 msnm. Se excava-
ron 10 rellenos areno-limosos con perturbación moderna.

CUARTO 59b: E1 C59b N461-467 E89-92 Z= 2279.659-2279.21 (P1) y 22788.991 msnm (Piso 2) Es un cuarto
ubicado al sur de C59 y al oeste de C58; tuvo un largo de 5.35 m y un ancho de 2.25 a 3.10 m. El muro norte tuvo
un ancho de 34 cm y una altura de 32 cm. El muro este tuvo un ancho de 58 cm y una altura de 22 a 26 cm. El
muro sur tuvo un ancho de 88 cm y una altura de 20 a 39 cm. Se excavaron 6 rellenos areno-limosos.
Se halló un Piso 1 con firme de toba, a 2279.257-2279.210 msnm. También se halló un Piso 1ª con aplanado
de estuco, a Z= 2279.21 a 2279.088 msnm. Luego, un Piso 2, muy compacto, pero no conservó el aplanado, sino
el firme de grava: Z= 2278.991-2279.033 msnm.

CUARTO 60: E1 C60 N467-469 E110-113 Z= 2279.133-2278.838 msnm (Corrección banco de nivel n. 2: +8
cm). Es un cuarto ubicado al este de C54 y al oeste de C56. Los muros están hechos de tezontle, basalto y tepe-
tate. Sólo se conservó una hilada. Los anchos fueron: Muro Norte: 30 cm; Muro Este: 27 cm; Muro Sur: 12.7
cm. El relleno fue de tierra areno-limosa con grava, de color café grisáceo oscuro en seco, escasos carbonatos y
un pH de 7. Se conservó un pequeño fragmento del Piso 1 en el sector suroeste, a Z= 2278.838 msnm (+8 cm).

Acceso Cuarto 60-Cuarto 61, Área de actividad 52: E1 C60-61 (acceso) N465-466 E111-112 R3/
P2 AA52 Z= 2278.855-2278.771 msnm. Concentración de fragmentos grandes de cerámica azteca, así como ollas
casi completas (RT 4834, 4868), un sello (RT 4835), un tejo (RT 4836), aguja de hueso (RT 4831), hueso traba-
jado (RT 4832), lítica pulida (RT 4966), fragmento de punta (RT 4965). La concentración se distribuye en un
área de 1 x 1.10 x 0.08 m, en una matriz limo-arenosa color café, y se asocia a un empedrado denominado Piso 2.
Muestras: flotación (30857), química (30868), polen (30859), fitolitos (30860), EH/pH (30861), hidrata-
ción (30862), termoluminiscencia (30863), paleointensidades (30864).
Fotos: rollo 33 (3-11), rollo JJ (34-28).

CUARTO 61: E1 C61 N463-466 E110-114 Z= 2278.785 msnm (más 8 cm de corrección de la altura del Banco
de Nivel n. 2). Es un cuarto rectangular, de 4.80 m. (E-W) por 3.03 m. (N-S), construido con tezontle y basal-
to. Tiene un piso de estuco (P1) ubicado a Z= 2278.785 msnm. Se excavaron dos rellenos de 10 cm.

· Área de actividad 47: E1 C61 N464-465 E110 AA 47 P1 Z= 2278.785-2278.611 msnm (Corrección banco
de nivel n. 2: +8 cm). Es una fosita cerrada de 37 por 28 por 17.4 cm ovalada. Tuvo dos rellenos con tierra café
grisácea oscura, muchos carbonatos, pH de 8. No contuvo material cerámico.
Muestras: flotación (29234, 29239, 29245, 29250), química (29235, 29240, 29246, 29251), polen (29236,
29241, 29247, 29252), fitolitos (29237, 29242, 29248, 29253), EH/PH (29238, 29244, 29249, 29254), termolumi-
niscencia (29243).

· Área de actividad 49: E1 C61 N463 E114 AA49 R1 Z= 2278.99-2278.917 msnm (Corrección banco de ni-
vel n. 2: +8 cm). Al sureste de C61 se halló un posible ritual de abandono que implicó varios fragmentos de fi-
gurilla, principalmente, en un área de 90 por 79 por 8.3 cm. Caritas y fragmentos de figurillas (RT 4531, 4532,
4534, 5705, 5436, 5441), aplicaciones de incensario (RT 4533, 5438), fragmento de orejera (RT 5437), pedún-
culo de punta de proyectil (RT 5435), cerámica decorada por incisión (RT 5440), soporte anular (RT 5439).
Muestras: flotación (29443), polen (29444), fitolitos (29445), química (29447), EH/PH (29446).

· Área de actividad 53: E1 C61 N464-465 E111-112 AA53 P1b Z= 2278.724-2278.134 msnm. Se trata de una fosa
cuadrada originalmente con el estuco regenerado. Posteriormente fue saqueada. Tiene 88 por 74 por 59 cm. El re-
lleno 1 tenía piedras grandes; los demás, tierra areno-limosa. Se encontraron fragmentos de cráneo, dientes y mue-
las en distintos rellenos, así como cerámica azteca policroma. Posiblemente esté relacionada con AA52 y AA54.

488
anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras: flotación (31828, 32224, 32378, 31943, 32246, 32398, 32060, 32276, 32450, 32070, 32362, 32363,
32452, 32279, 32063, 32406, 32248, 32379, 32228, 32077), química (31829, 32229, 32380, 31946, 32249, 32401,
32064, 32280, 32453, 32071, 32364), polen (31830, 32230, 32381, 31947, 32250, 32402, 32065, 32281, 32454, 32072,
32365), fitolitos (31831,32231, 32282, 31948, 32251, 32403, 32066, 32282, 32455, 32073, 32366), termoluminiscencia
(31833, 32233, 32384, 32253, 32405, 32068, 32457, 32076, 32368), paleointensidades magnéticas (31834, 32234,
32385, 32254, 32406, 32069, 32458, 32075, 32369), EH/pH (31832, 32232, 32383, 31940, 32252, 32404, 32067,
32283, 32456, 32367), hidratación de obsidiana (31835, 32235, 32386, 32370).
Fotos: rollo JJ (19-14), rollo 33 (21-25).

· Área de actividad 54: E1 C61 N463 E112 AA54 P1b Z= 2278.707-2278.506 msnm. Se trata de una fosita
redonda, de 29 por 30 por 20 cm con cajete curvo-divergente (RT 4990), posiblemente Xolalpan tardío, den-
tro, en el interior del cual apareció el Entierro 9, que consistió de fragmentos de un cráneo en norma frontal.
Muestras: flotación (31668, 31665), polen (31670), química (31669), fitolitos (31671), EH/pH (31672).
Fotos: rollo JJ (13-12, 5), rollo 33 (26-27, 33).

· Entierro 9: E1 C61 N463 E112 AA 54 P1b En 9 Z= 2278.707-2278.506 msnm. Es un cráneo de un adulto jo-
ven (31700) en norma frontal (35 grados azimuth) sobre un cajete curvo-divergente (vajilla pulida; RT 4990).
Tiene deformación craneana. Estuvo asociado con cerámica.
Muestras: flotación (31702), química (31703), polen (31704), fitolitos (31705), EH/pH (31706), muestra
de tierra (31697), muestra de tierra bajo el cráneo (31701).
Fotos: rollo 33 (33), rollo JJ (5).

· Área de actividad 166: E1 C61 N463 E111 R1-R4 Z= 2278.709-2278.384 msnm. Se ubica a 68.5 cm del
muro oeste del cuarto 61; es una fosa saqueada con probable función ritual; de forma ovalada-alargada, de 72
cm N-S por 44 cm E-O y espesor de 33.4 cm. La matriz de los tres rellenos es de textura areno-limosa, con
color en seco 10YR 4/4 café amarillento oscuro, reacción débil al HCl y pH de 7. Se encontraron materiales
como cerámica, lítica, hueso, y estuco con pigmento rojo, pero ninguno de ellos se levantó con registro tridi-
mensional. Está asociado con la fosa saqueada del cuadro N464 E111, marcada como AA 53.
Muestras: flotación (67489, 67500, 67512); polen (67491, 67497, 67513); química (67492,67499, 67514).
Fotos: rollo CCCC (14-11) y rollo 174 (5-8), foto digital y video. Fitolitos (67490, 67498, 67515); y temolu-
miniscencia (67494, 67528).

· Área de actividad 219: E1 C61 N466 E112-113 AA219 Z= 2278.819-2278.642 msnm (restar 10 cm) Drenaje
del cuarto. Va desde el muro norte de C61 hasta tierra compacta y fragmentos de tezontle. Tiene 74 cm de
ancho y 0.177 m de espesor. Es un canal de drenaje (RT 12927) con un registro (roca con círculo en el centro:
RT 12926) y un iztapaltete quizás de tapa (RT 12928). La matriz es de tierra limo-arenosa. Se hallaron frag-
mentos de obsidiana.
Muestras: polen (73514), química (73513), fitolitos (73515).
Fotos: rollo blanco/negro WWWW (37-36); color, rollo 94 (foto 5), 95 (fotos 1-2).

CUARTO 62: Este cuarto tiene aproximadamente 3.30 m por 2.50 m de superficie interna de piso 1. En su inte-
rior se hallaron las áreas de actividad 136 y 137. Se comenzó a quitar el piso. Este cuarto sólo tenía estuco en el
sector noroeste. Abajo se denominó C162, y no parece tener gran cosa más que el relleno de adobes y piedras
contra el muro norte.

· Área de actividad 58: E1 C62 N466-467 E102-104 AA58 P1 Z= 2278.792-2278.627 msnm. Fosa sa-
queada quizá por los aztecas, de 1.50 por 1.10 por 0.16 m, con tres rellenos areno-limosos de color café. Origi-
nalmente fue ritual. Llegó al piso de una ocupación anterior (P3), y perturbó dos fositas más pequeñas
(AA61 y AA62). Se halló algo de cerámica, muy poca lítica (para hidratación), un tejo (RT 5442), un frag-
mento de orejera (RT 5443), huesos.
Muestras: flotación (33311, 33313, 33785, 33786, 33322, 33325, 33889, 33890, 33338, 33341, 33895. 33896, 33348,
33352, 33912, 33913, 33933, 33934, 34013, 34014, 34034, 34035, 34053, 34054), química (33314, 33787, 33326,
33891, 33342, 33897,33353, 33914, 33935, 34015, 34036, 34055), polen (33315, 33788, 33327, 33892, 33343, 33898,
33354, 33915, 33936, 34016, 34037, 34056), fitolitos (33316, 33884, 33328, 33893, 33328, 33344, 33899, 33355, 33916,
33937, 34017, 34038, 34057), EH/pH (33317, 33885, 33329, 33894, 33345, 33900, 33356, 33917, 33938, 34018, 34039,
34058), termoluminiscencia (33318, 33886, 33330, 33346, 33901, 33357, 33918, 34019, 34040, 34059), paleointen-
sidades (33319, 33331, 33902, 33358, 33919, 34020), hidratación de obsidiana (33903, 33920, 34041).
Fotos: rollo 34 (23-24), rollo KK (16-15).

489
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Área de actividad 136: E1 C62 N463-E104 P1 AA136 Z= 2278.829- 2278.626 msnm. Se trató de la excava-
ción de una pequeña fosa en el piso 1 del cuarto, posiblemente el hoyo de un poste. La fosa, de forma circular,
tuvo un diámetro de 15 cm, y se excavó una profundidad total de 20.5 cm. Se excavaron tres rellenos que pre-
sentaron una tierra con una textura limo-arenosa, un color café amarillento claro (10YR 6/4) en seco y café
amarillento (10YR 5/4) en húmedo. Tuvo un pH de 8 y una presencia abundante de carbonatos. En el interior
de esta fosa el material fue escaso; se encontró cerámica, lítica y un fragmento de pizarra.
Muestras: flotación (63490, 63496, 63727), polen (63491, 63497, 63728), química (63493, 63723, 63730),
fitolitos (63492, 63498, 63729), hidratación de obsidiana (63494) y paleointensidades magnéticas (63724).
Fotos: rollo 65 (22 y 23), rollo TTT (33 y 34).

· Área de actividad 137: E1 C62 N464-E103 P1 AA137 Z= 2278.826- 2278.578 msnm. Se trató de una fosa
excavada en el firme del piso, ubicada en la esquina noroeste del cuarto. En el interior de esta fosa sólo se en-
contraron algunos tiestos cerámicos y fragmentos de obsidiana. Presentó una forma ovalada con las siguien-
tes dimensiones: 30 cm de ancho, 39 cm de largo y 24 cm de espesor. Se excavaron tres rellenos que presenta-
ron una tierra con una textura limo-arenosa, un color café claro (10YR 6/3) en seco y café amarillento oscuro
(10YR 3/4) en húmedo. Tuvo un pH de 8 y una presencia nula de carbonatos. El material encontrado consis-
tió en algunos tiestos y fragmentos de obsidiana. No se registró material alguno en registro tridimensional.
Muestras: flotación (63732, 63738, 63549), polen (63733, 63739, 63550), química (63734, 63740, 63551), fi-
tolitos (63735, 63741, 63552), y termoluminiscencia (63553).
Fotos: rollo 65 (30 y 31), rollo 66 (10 y 11), rollo TTT (4, 5, 25 y 26).

CUARTO 63: E1 C63 N471-473 E118-119 Z= 2279.018-2278.366 msnm. Se trata de un cuarto cuadrado, de
aproximadamente 2.50 m en sentido este-oeste, y aproximadamente 3 m norte-sur. El cuarto interno tiene 1.73
por 1.70 por 0.65 m, es decir un área techada de 2.941 m2. El acceso se encuentra al este, y tiene un ancho de
0.76 m.. Los muros están hechos de tezontle y roca volcánica, y se conservaron de 2 a 5 hiladas; el muro norte
tuvo un ancho promedio de 45 cm y una altura de 44 cm; el muro sur tuvo un ancho de 73 cm y una altura de
65 cm; el muro este tuvo un ancho de 45 cm y una altura de 51 cm; y por último, el muro oeste tuvo un ancho
de 44 cm y una altura de 37 cm. Se excavaron cinco rellenos de tierra café amarillenta oscura en seco y café
muy oscuro en húmedo; con un pH de 6-7, y sin carbonatos. El Piso 3 estuvo ubicado a Z= 2278.366 msnm.
Fotos: rollo 38 (29-30), rollo OO (10-9).

CUARTO 64: E1 C64 N471-473 E116-117 Z= 2278.976-2278.526 msnm. Se trata de un cuarto alargado en senti-
do norte-sur, aproximadamente de 2 m en sentido este-oeste, por 3 m en sentido norte-sur. El cuarto interior
tiene 2 por 1 por 0.45 m, con un área techada máxima de 2 m2. Los muros fueron hechos de tezontle y roca
volcánica, y se conservaron a alturas promedios entre 19 y 45 cm, y a anchos entre 40 y 70 cm; el muro norte
tuvo un ancho de 53 y un alto de 19 cm; el muro sur, un ancho de 60 y una altura de 45 cm; el muro este, un
ancho de 44 y una altura de 21 cm; y el muro oeste, un ancho promedio de 55 y una altura de 31 cm. Se conser-
varon de una a cinco hiladas. Se excavaron tres rellenos de tierra café amarillenta oscura en seco, y café muy
oscura en seco, con un pH entre 6 y 7, y nula reacción al ácido clorhídrico. Se halló el Apisonado 1 a Z=
2278.526 msnm. Debajo de este apisonado se halló el Área de actividad 70, que es un drenaje que corría en
sentido norte-sur.
Fotos: rollo 38 (31-32), rollo OO (8-7).

· Área de actividad 70: E1 C164 N471-473 E116-117 AA70 bajo Apisonado 1 Z= 2278.496-2278.488 msnm.
Se trata de un drenaje que pasa bajo el Apisonado 1 del Cuarto 64. Tiene 30 por 47 cm. La matriz es arenoli-
mosa, con color en seco de 10YR 5/3 café y en húmedo: 10YR 2/2 café muy oscuro; no tiene carbonatos y un
pH de 7. Se halló cerámica y lítica.
Muestras: flotación (41668), química (41669), polen (41670), fitolitos (41671).
Fotos: rollo 39 (1-3), rollo PP (37-35).

CUARTO 65: E1 C65 N471-473 E111-116 Z= 2279.206-2278.711 msnm. Es un cuarto rectangular muy grande,
que tiene un largo máximo de 5 m. (en sentido este-oeste) y un ancho máximo de más de 3 m. El espacio inte-
rior tiene 5.25 por 2.90 por 0.49 m, es decir, un espacio techado mínimo de aproximadamente 15.22 m2 El acce-
so yace al oeste y tiene un ancho de 90 cm; cuenta con un escalón de cuatro bloques de piedra de 90 cm de
largo por 26 cm de ancho, y a Z= 2278.858 msnm. Los muros están construidos con tezontle y roca volcánica;
se conservan una o dos hiladas. El muro sur tiene un ancho de 40 y una altura de 49.5 cm; el muro este, un
ancho de 42 y una altura de 28 cm; y el muro oeste, un ancho de 75 y una altura de 28.3 cm. Se excavaron dos
rellenos de tierra café amarillenta oscura en seco y café muy oscura en húmedo; con un pH de 6 y una reac-

490
anexo i: banco de datos de teopancazco

ción muy baja al ácido clorhídrico. El Apisonado 1 estuvo ubicado a Z= 2278.711 msnm. Cuenta con un firme
de tezontle de 2.5 cm de grosor que descansa sobre otra capa de tierra amarilla (toba volcánica) de 5 a 6 cm de
espesor, hasta Z= 2278.631 msnm.
Fotos: rollo 39 (13-14), rollo PP (24-23).

CUARTO 66: E1 C66 N472-473 E108-110 Z= 2279.241- 2278.916 msnm. Lo que se ha excavado actualmente de
este cuarto tuvo 3.47 por 2.46 m. Es un cuarto cuadrado con acceso al este, con un ancho de 97 cm. El muro
sur se conserva con un ancho de 46 cm (dos hiladas); el muro oeste tuvo 67 cm de ancho (una hilada). Se ex-
cavaron cuatro rellenos de tierra areno-limosa, suelta, gris cafetoso claro en seco y negro en húmedo; sin car-
bonatos y un pH de 7. Se llegó al piso 1 a Z= 2278.916 y el acceso se hallaba a Z= 2278.876 msnm y tuvo un an-
cho de 39 cm.

CUARTO 67: E1 C67 N470-473 E100-107 Z= 2279.156-2278.91 msnm. Es un cuarto rectangular de 7.70 por
aproximadamente 3.50 m. (superficie techada: alrededor de 26.95 m2), ubicado en la porción norte de la exca-
vación, al norte de C70 y al oeste de C66. Los muros se conservaron con un ancho entre 35 y 1.20 m, y una al-
tura de entre una y tres hiladas (aproximadamente 47 cm); están construidos de piedra volcánica maciza y
tezontle. El firme del piso se halló a Z= 2278.91 msnm.
Se excavaron tres rellenos de tierra gris cafetosa clara (10YR 6/1) en seco, y café muy oscura (10YR 2/2)
en húmedo; tuvo un pH de 6 y nula a moderada presencia de carbonatos, con textura arcillosa y arcillo-limo-
sa. Tiene asociada el AA 86.

· Área de actividad 86: E1 C67 N472-473 E106-107 R3/Firme del P1 Z= 2278.954-2278.91 msnm. En un
diámetro de 63 por 76 por 4 cm se halló una dispersión de material cerámico, probablemente de carácter ri-
tual, a 41 cm del muro este de C67. En una matriz arenolimosa, de color gris cafetoso claro (10YR 6/2) en seco
y café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con un pH de 6, y moderada reacción al HCl, se halló gran canti-
dad de cerámica, probablemente azteca, asociada con un cráneo (RT 7866; fragmento frontal) y a varios re-
gistros tridimensionales: hueso trabajado (RT 7865), cerámica estucada (RT 7860).
Muestras: flotación (49050), química (49051), polen (49052), fitolitos (49053).
Fotos: rollo TT (10-9), rollo 43 (29-30).

CUARTO 68: Se trata de un cuarto rectangular parcialmente excavado, ubicado en N446-447 E112-117 Z=
2279.643-2279.724 (Piso 2), de 5.59 m de largo por 2 m de ancho; está localizado al sur de C213A y al este de
uno de los pirules del sitio. El muro norte es parte de un cajón constructivo y tiene un ancho de 2 m; tuvo un
fragmento de aplanado. El muro oeste también tuvo aplanado, y 79 cm de alto y una hilada de alto. Se excava-
ron cuatro rellenos de tierra limoarenosa, de color café (10YR 5/3) en seco, y café muy oscuro en húmedo
(10YR 2/2), un pH de 7.5-7, y muchos carbonatos. El Piso 2 está ubicado a Z= 2279.724 msnm. Estuvo asocia-
do con las AA97 y 99.

· Área de actividad 97: E1 C68 N446-447 E114-115 Piso2/Piso 3 AA97 Z= 2279.728-2279.259 msnm. Se
halló una fosa de 72 por 76 por 46 cm, ubicada a 2.39 m del muro oeste del C68. Contuvo cinco rellenos e tie-
rra arenolimosa de color gris cafetosa clara (10YR 6/2) en seco, y café muy oscura en húmeda (10YR 2/2),
con pH de 7-7.5, y algo de carbonatos. Se halló poco material cerámico (se identificó un fragmento de tiesto
azteca policromo), lítica y hueso, además de un fragmento de aplanado con estuco rojo. Posiblemente esté
relacionada con AA99 (otra fosa).
Muestras: flotación (53254, 53327, 53336, 53359, 53369, 53429, 53435, 53441, 53486, 53492, 53498, 53505,
53540, 53546, 53617, 53632, 53660, 53665, 53682, 53686); química (53257, 53326, 53335, 53358, 53368, 53428, 53434,
53440, 53485, 53491, 53497, 53504, 53439, 53545, 53616, 53631, 53659, 53664, 53681, 53685), polen (53256, 53325,
53334, 53357, 53367, 53427, 53433, 53439, 53484, 53490, 53496, 53503, 53538, 53544, 53615, 53630, 53658, 53663,
53680, 53684), fitolitos (53255, 53324, 53333, 53356, 53366, 53426, 53432, 53438, 53483, 53489, 53495, 53502, 53537,
53543, 53614, 53629, 53657, 53662, 53679, 53683).
Fotos: rollo 48 (1-5), rollo ZZ (37-34).

· Área de actividad 99: E1 C68 N447 E114-115 Piso 3/R3 bajo P3 AA 99 Z= 2279.259-2279.028 msnm. Se halló
una fosa saqueada de 20 por 22 por 23 cm, con tres rellenos de tierra arenosa color café pálido, en seco (10YR 6/3)
y café muy oscuro, en húmedo (10YR 2/2), con un pH de 8 y muchos carbonatos. Se ubica dentro del AA97.
Muestras: flotación (53780, 53784, 53788), química (53778, 53783, 53787), polen (53779, 53782, 53786), fito-
litos (53777, 53781, 53785).
Fotos: rollo 48 (26-28), rollo ZZ (17-15).

491
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

CUARTO 69: E1 C69 N446-448 E118-122 Z= 2279.638-2279.123 msnm. Es un cuarto rectangular, de 4.55 por
1.67 m. (superficie techada: 7.598 m2). Yace al este del C68, en el límite sureste de la excavación, y está asocia-
do con el área de actividad 84. Los muros se conservaron con anchos entre 41 y 95 cm, y con alturas máximas
de 51 cm. Se excavaron 10 rellenos en el interior del cuarto, consistentes de tierra areno-limosa, con pH de
5.5-7 (aumenta conforme se avanza hacia el piso), modesta a fuerte presencia de carbonatos, y color gris cafe-
toso claro (10YR 6/2) en seco, y café muy oscuro (10 2/2) en húmedo. El Piso 2 se halló a una profundidad de
Z= 2279.123 msnm. Tiene asociada el AA 84.
Fotos: rollo 43 (21-28).

· Área de actividad 84: E1 C69 N447 E121-122 AA84 R4 Z= 2279.329-2279.057 msnm. Entierro de perro
(cráneo: 48485; esqueleto: 48491), probablemente azteca, dispersos en un área de 48 por 46 por 27 cm, al su-
reste del C69. La matriz es arenolimosa, de color café pálido en seco (10YR 6/3) y café muy oscuro en húme-
do (10YR 2/2), con un pH de 6, y mucha reacción al HCl. Al sur se hallaron huesos de otro animal más peque-
ño (48514). Se halló también cerámica azteca asociada, así como varios registros tridimensionales: hueso
trabajado (RT 7818), núcleo (RT 7820), carita (RT 7821), brazo de figurilla (RT 7819). Es probable que esté
asociado con el AA83.
Muestras: flotación (48451, 48452, 48486: bajo), química (48383, 48386), polen (48384, 483879), fitolitos
(48385, 48453), termoluminiscencia (48488, 48389), paleointensidades magnéticas (48490, 48390).
Fotos: rollo TT (29-26, 20-19), rollo 43 (9-12, 19-20).

CUARTO 70: E1 C70 N470-473 E96-99 Z= 2279.473-2278.977 msnm. Es un cuarto de 2.75 por 2.64 m. (super-
ficie techada: 7.26 m2), casi cuadrado, construido con tezontle y piedra, ubicado al sur de C67, al este de C71-72
y al oeste de C66B. Los muros sur, este y oeste se conservaron a anchos variables entre 51 y 121 cms (una o dos
hiladas). Se excavaron tres rellenos de tierra gris cafetosa clara (10YR 6/2) en seco, y café muy oscura (10YR
2/2) en húmedo, con un pH de 6 y sin carbonatos de calcio. El firme del piso se halló a Z= 2278.977 msnm.

CUARTO 71: E1 N470-473 E91-95 Z= 2279.539-2279.08 msnm. Este cuarto tiene 4.90 por 3.95 m, es decir, un
área techada de: 19.35 m2; está ubicado al oeste de C70 y al norte de C158. El muro sur tuvo 54 cm de ancho y
dos hiladas; se conservó a una altura de 37 cm. El muro norte tuvo 58 cm de ancho, se conservaron dos hila-
das, a una altura de 46 cm. El muro este tuvo 1.12 m de ancho, sólo una hilada, y se conservó a una altura de 29
cm. El firme del Piso 1 se halló a 2279.08 msnm. Se excavaron tres rellenos de tierra gris cafetosa clara en seco
(10YR 6/2) y café muy oscura en húmedo (10YR 2/2); con un pH de 6 y moderada presencia de carbonatos.
Estuvo asociado con las AA85A, 85B y 85C.
Fotos: rollo 43 (21-28).

· Área de actividad 85A: E1 C71 N472-473 E91 AA85A R2/R3 (firme P1) Z= 2279.295-2279.134 msnm. Es
un área de actividad dispersa en un área de 30 por 32 por 16 cm, a 10 cm. Del muro norte de C71. La matriz es
arenolimosa, de color gris cafetoso claro en seco (10YR 6/2) y café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con
un pH de 6, y moderada reacción al HCl. Está asociado con un fragmento de cazuela (RT 7856), lítica, hueso
y gran cantidad de tiestos (48977), así como a las AA85B y AA85C.
Muestras: flotación (48970), química (48971), polen (48972), fitolitos (48973), termoluminiscencia
(48974), paleointensidades magnéticas (48975).
Fotos: rollo TT (18-17), rollo 43 (21-22).

· Área de actividad 85B: E1 C71 N472-473 E93-94 AA85B R2/R3 Z= 2279.22-2279.092 msnm. Es una con-
centración de materiales arqueológicos en un diámetro de 1.10 por 0.82 por 0.128 cm, a 33 cm del muro norte
de C71. En una matriz arenolimosa, de color gris cafetoso claro (10YR 6/2) en seco, y café muy oscuro (10YR
2/2) en húmedo, con un pH de 6, y reacción moderada al HCl, se halló esta concentración que tuvo modera-
da cantidad de cerámica, un fragmento de metate (RT 7855; casi en el centro del C71), asociado con un alisa-
dor (RT 7853), lítica pulida (RT 7855) y dos fragmentos de orejera (RT 7852).
Muestras: flotación (48985), química (48986), polen (48987), fitolitos (48988).
Fotos: rollo: TT (16-11), rollo: 43 (23-24, 27-28).

Área de actividad 85C: E1 C71 N472-473 E94-95 AA85C R2/R3 (firme del Piso 1) Z= 2279.166-2279.069
msnm. Se halló otra asociación más de materiales arqueológicos, en un área de 62 por 60 por 9 cm, a 15 cm del
muro norte de C71. En una matriz arenolimosa, de color gris cafetoso claro (10YR 6/2) en seco, y café muy
oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con un pH de 6 y moderada reacción al HCl, se halló un fragmento grande de
olla (RT 7856) rodeado de piedras, y asociado con una cantidad considerable de tiestos.

492
anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras: flotación (48989), química (48990), polen (48991), fitolitos (48992).


Fotos: rollo TT (15-14, 12-11), rollo 43 (25-28).

CUARTO 74: Es un cuarto ubicado en N474-481 E99-100, con un piso muy roto (P1). Es muy superficial, y al
sur tuvo otro que fue denominado C75. En el relleno apareció una figurilla Mezcala, pequeña.

· Área de actividad 122: E1 C74 N480-481 E97-98 P1 AA122 Z= 2279.151- 2278.984 msnm. Se trató de una
concentración de tiestos cerámicos y una mano de metate, que descansaban sobre el piso 1 del cuarto. Los
materiales se concentraron en un área de 134 cm de diámetro por 167 cm de espesor; se excavaron dos rellenos
que presentaron una tierra con una textura arenolimosa. Los materiales registrados tridimensionalmente fue-
ron los siguientes: concentraciones de cerámica (RT 10231, 10232, 10206, 10288, 10289, 10297, 10298), un frag-
mento de candelero (RT 10290), un fragmento de figurilla (RT 10257) y lítica pulida (RT 10233).
Muestras: flotación (61488, 61872, 62111), polen (61491, 61874, 62114), química (61490, 61875, 62113), fitoli-
tos (61492, 61873, 62112), termoluminiscencia (61493), paleointensidades magnéticas (61494).
Fotos: rollo 62 (8-13), rollo PPP (30-36).

CUARTO 78: En N461-462 E103-104 Z= hasta 2278.211 msnm, sobre el Piso 12 de C6, se excavó este cuartito
de muros de tepetate, que yacía en C6 y que estaba adosado a un muro tardío. Tuvo 51 por 50 cm y una planta
cuadrada. Al excavar su interior se hallaron adobes y plástico, incluso debajo de los registros tridimensionales,
por lo que se consideró que su material estaba revuelto.

CUARTO 79: Ubicado en N448-457 E89-92 Z= hasta 2278.369 msnm, es un recinto previo a una gran escali-
nata que cerraba el patio (C6) por el oeste, en tiempos tardíos. Tuvo una superficie techada de 34.96 msnm,
es decir, tuvo 9.15 m por 4.20 m. Este recinto tenía el Piso 11 (Z= 2278.369 msnm), que originalmente se con-
tinuaba al suroeste hacia el C134 Piso 6. Tuvo un acceso hacia el oeste para ingresar al conjunto de cuartos que
limita el conjunto por el oeste. Hacia el este estaba el patio principal del conjunto (C6). Tuvo asociadas las
áreas de actividad 149, 150, 155 y 170.
En el Piso 11 se detectaron dos fosas:

· Área de actividad 149: E1 C79 N452-453 E92 R1-4 P11-12 Z=2278.359-2279.574 msnm. Es una pequeña
fosa ubicada en la parte central del C79 en el eje del altar en sentido E-W, que por el lugar en que se encontró
posiblemente sea de ofrenda, aunque se encontró abierta. Tiene forma semicircular con un diámetro de 39
por 36 cm con un espesor de 36 cm. Los elementos que se encontraron fueron fragmentos de cerámica y lítica
con una densidad baja. Tiene 4 rellenos que constan de arena de río. En la fosa se observó la siguiente estrati-
ficación: piso de estuco (1.5 cm), tepetate molido (3.5 cm), arena suelta (4 cm), tepetate y arena (4 cm), peda-
cería de estuco (2.5 cm), arena suelta (7.5 cm) y arena con piedras pequeñas (13 cm).

· Área de actividad 150: E1 C79 N451-454 E89-91 R1-4 P11 Z=2278.369 a 2278.032-2278.047 msnm. Gran
semicírculo al oeste, en colindancia con el muro de retención del sector oeste. Se trata de una fosa no sellada,
posiblemente fue saqueada por la abundancia de materiales que se encontraron en ella. Sale del acceso tapia-
do del muro oeste del C79. Tiene forma elíptica con 2.58 m. (E-W) por 2.03 m (N-S) por 3 m. (SW-NE), con
un espesor de 32 a 37.5 cm. Tiene 4 rellenos que constan principalmente de arena fina alternada con pedacería
de estuco. Se observó la siguiente estratificación: R1: Piso (2.5 cm), firme de tepetate (4 cm) y tierra gris (4
cm); R2: arena fiina de río (5 cm) y pedacería de estuco (5 cm); R3: arena de río (3 cm), pedacería de estuco
(2 cm), arena de río (3 cm) y Piso 11b (2 cm); y Piso 12- R4. Dentro de la fosa se encontraron materiales abun-
dantes como cerámica, lítica, pizarra, hueso, un tejo con forma de engrane y perforación central, una rueda de
juguete, un pico de ave, una esfera de barro, un fragmento de aguja, una figurilla y una miniatura. Está asocia-
da con el AA169 sobre P12, que se ubica dentro de la fosa del AA 150.
Muestras R3/P11b: flotación (67676), polen (67675), y fitolitos (67674).
Muestras R4/P12: flotación (67693, 67699 y 67705); polen (67694,67700, y 67706) y fitolitos (67695,
67701, y 67707).
Fotos: rollos CCCC (28-26) y DDDD (28-18); y rollos 73 (26-28) y 74 (33-34).

· Área de actividad 155: E1C79 N450 E89 AA155 R5 Z=2278.759-2278.588 msnm. Se encontró recargada en
el muro oeste del cuarto 79 a 0.63 m de distancia del vano sur de acceso, descansando sobre un firme de tepe-
tate molido. Consta de un incensario tipo teatro fragmentado acompañado de otros materiales, dejados posi-
blemente como ritual de abandono o de construcción cuando se realizó el muro de cimentación y se tapó el
acceso y muro oeste del patio. Tiene forma oval con un diámetro de 65 por 75 cm y abarca todo el R5 y una

493
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

parte del R6. Del incensario se excavó la chimenea (RT 11035), una cazoleta (RT 11036), aplicaciones con for-
ma de manita o caracol (RT 11037), de casa (RT 11040), de plumas (RT 11045) y otras (RT 11041, 11048, 11050),
y una aplicación en policromía (RT 11039); además de otro fragmento de otra cazoleta (RT 11038); junto al
incensario había una vértebra (RT 11042), una falange (RT 11043), una muela humana (RT 11044), dos agru-
paciones de fragmentos de cerámica (RT 11046 y 11047), un hueso (RT 11049), una punta de proyectil (RT
11051), un caracol y una concha marina (RT 11052 y 11053), un fragmento de figurilla (RT 11054), un tejo (RT
11055), un candelero (RT 11056), y una olla miniatura (RT 11057). Está asociada con el muro oeste, entre este
muro y el de cimentación al E.
Muestras: flotación (66220), polen (66218) y fitolitos (66219).

· Área de actividad 170: E1 C79 N449 E89-90 AA170 R1-4 P12 Z= 2278.371-2278.054 msnm. Está ubicada
justo debajo del muro de cimentación que se localizó encima del P11 del C79 hacia la esquina SW del cuarto
79, descansando sobre el piso 12 del cuarto 179. Es una fosa de ofrenda, que pese a estar sellada, no contuvo
material significativo. Tiene forma semicircular, con 80 cm en dirección N-S por 56 cm en dirección E-W por
82 cm en dirección SW-NE, con espesor de 36 cm. Los cuatro rellenos constan de arena de río principalmen-
te. Contiene cerámica, lítica y hueso, pero ninguno con registro tridimensional.
Muestras: flotación (67200), fitolitos (67201), polen (67202).
Fotos: rollo DDDD (19-9) y EEEE (22-21), y rollo 75 (3-4, 30-31).

CUARTO 83: Se trata de un pasillo rectangular ubicado en N461-462 E108-112; de 79 cm de ancho por 9 m por
lo menos de largo, y una Z= 2278.02 msnm. Está limitado por adobes. El piso de estuco está muy erosionado.

CUARTO 106: Se trata de niveles constructivos anteriores del patio. En N449 E94 en que se hizo un sondeo
para ver la profundidad de las renovaciones, se vieron varios pisos y en el fondo, el área de actividad 189, con
cerámica Tlamimilolpa.

· Área de actividad 189: E1 C106 N449 E94 AA189 bajo P14 Z= 2277.375-2276.983 msnm. Se ubica a 2.69 m
del muro norte del C6; consiste de una concentración de cerámica bajo el piso 14; tiene forma irregular de 86
por 87 cm de diámetro y 39 cm de espesor. Tiene cinco rellenos de matriz con color en seco 10YR 5/2 café gri-
sáceo y en húmedo 10YR 2/2 café muy oscuro, sin carbonatos y pH de 6.5. Los materiales presentes son cerá-
mica (RT 12681, 12682, 12683, 12684, 12686, 12687, 12688), lítica pulida (RT 12685) y una base de cajete (12689).
Muestras: flotación (71970, 72315, 72420, 72513), química (71971, 72314, 72421, 72515), polen (71972, 72313,
72422, 72516), fitolitos (71973, 72312, 72423, 72517).
Fotos: rollos 89 (6-9, 26-28), y rollo SSSS (32-30, 14-10).

CUARTO 106D-362E: Se trata de un cuarto rectangular ubicado en N459-464 E103-107, y tuvo 4.1 m en sen-
tido N-S, y 3.4 m en sentido W-E, Z= 2277.718 msnm. Estuvo construido con tepetate y roca volcánica. Los
muros se conservaron con anchos de 20 a 38 cm, alturas de 2 a 5 hiladas. El muro norte tuvo adobe en el inte-
rior y piedra en el exterior. El vano oriental tuvo un ancho de 72 cm, y se comenzó a hallar a Z= 2278.127
msnm. El muro Se excavaron cuatro rellenos. Es probable que existiese una escalinata al este, con una grada
de 72 cm de ancho y 37.7 cm de alto (da directamente al empedrado del cuadro). El Empedrado 12B se halló a
Z= 2277.737 msnm. El Apisonado 12C se halló a Z= 2277.725 msnm. Estuvo asociado con las áreas de actividad
215, 215B y 239.

· Área de actividad 215B: E1 C106D-362E N460-461 E104-105 AA 215 B Z= 2277.713.2276.566 msnm. Es una
fosa ovalada que comienza desde el empedrado 12B y llega hasta el R12 (no se llegó al fondo). Tuvo un diáme-
tro de 1.1 m y un espesor de 1.47 m. Se excavaron 12 rellenos de tierra limo-arcillosa; con un pH de 7.5 a 6, con-
forme se baja en la fosa; con moderada o nula reacción al HCL, color en seco de 10YR 6/2 (gris cafetoso claro)
y en húmedo: 10 YR 3/2, 4/2 a 2/2 (café grisáceo muy oscuro, oscuro o café oscuro). Contuvo al Entierro 117,
además de cerámica, lítica (obsidiana) y hueso. Es posiblemente un área de deposición de desechos rituales.
Muestras: flotación (78913, 78916), fitolitos (78915), polen (78917), química (78918).
Fotos: rollos blanco/negro FFFFF (fotos 18-17), GGGGG (fotos 32-31, 14, 3-1), HHHHH (fotos 34-29,
26-22, 18-2). Color, rollos 106 (fotos 27-28), 107 (fotos 12-13, 29), 108 (fotos 2-3, 6-14, 18-29), Xalla 212 (fotos
35-36), Xalla 213 (fotos 6-10), Xalla 214 (fotos 13-15. 23-27).

· Entierro 117: E1 C106D-362E N460 E105 AA 215B R10-12 Z= 2276.666-2276.706 msnm. Entierro secunda-
rio parcial (sólo fragmentos de cráneo en norma vertical) de adulto joven (RT 14,253) en un área de desecho
ritual, en una matriz de tierra limo-arcillosa, con pH de 6-7.5, de nula a moderada presencia de carbonatos,

494
anexo i: banco de datos de teopancazco

color en seco: gris cafetoso claro (10YR 6/2) y color en húmedo: gris muy oscuro. Estuvo asociado con cerá-
mica, concentración cerámica (RT 14,255), fragmento de vaso (RT 14,256), fragmento de olla (RT 14,252).
Fotos: blanco/negro, rollo HHHHH (fotos 34-29); color, rollo 108 (fotos 6-8).

· Área de actividad 239: E1 C106D-362E N461-462 E103-104 Ap. 12c AA239 Z= 2277.716-2276.636 msnm. Se
trata de una fosa ovalada, pegada al muro oeste del cuarto, de 90 cm de diámetro por 1.08 m de espesor, que
contuvo al Entierro 116 (un individuo adulto joven). Se excavaron 11 rellenos de tierra arcillosa, limo-arcillo-
sa y limosa, con un pH de 6.5 a 7.5, de moderada a fuerte reacción al HCl, color en seco de 10YR 3/3 café oscuro,
y color en húmedo de 10YR 2/2 café muy oscuro.. Se halló cerámica (objeto cerámico: RT 13868, 13959, 14017,
14025, 14029; asas: RT 13858, 13867), tapaplato (RT 13957), cajete (RT 13956), miniatura (RT 14024), fragmento
de figurilla (RT 13960, 14027, 14028, 14030), lítica (dos navajillas: RT 14018), pizarra; hueso (RT 13859, 13860,
13862, 13864, 13865, 13958, 13961, 14021, 14023; vértebras: RT 13963, 13964; costillas: RT 13863, 13866, 13965, 14016,
14020; falanges: RT 13966, 14022; diente: RT 13967), fragmento de aguja (RT 14019), aguja (RT 14026), el En-
tierro 116. Está asociado con el empedrado P 12B y el apisonado Ap. 12c. Estuvo perturbada por raíces.
Muestras: flotación (78319, 78323, 78327, 78335, 78345, 78393, 78400, 78406, dentro de RT 13956: 78452,
78614, 78618, 78621, 78622, 78624, 78632, 78654, 78795, 78799, 78803, 78883, 78887), fitolitos (78318, 78322,
78326, 78334, 78388, 78394, 78399, 78405, dentro de RT 13956: 78451, 78458, 78466, 78613, 78617, 78623, 78631,
78653, 78794, 78798, 78802, 78882, 78886), polen (78320, 78324, 78328, 78336, 78389, 78395, 78401, 78407, den-
tro de RT 13956: 78453, 78459, 78467, 78615, 78619, 78625, 78633, 78655, 78796, 78800, 78804, 78884, 78888),
química (78321, 78325, 78329, 78337, 78390, 78396, 78402, 78408, dentro de RT 13956: 78454, 78460, 78468,
78616, 78620, 78626, 78634, 78656, 78797, 78801, 78805, 78885, 78889), carbón (78330, 78403), hidratación de
obsidiana (78333, 78404), paleointensidades magnéticas (78823).
Fotos: rollos: blanco/negro, rollos FFFFF (fotos 32-29, 20-19), GGGGG (7-4), HHHHH (36-35); color,
rollos 106 (fotos 14-17, 25-26), 107 (fotos 35), 108 (fotos 4-5).

· Entierro 116: E1 C106D-362E N461-462 E103 AA239 R10-11 En. 116 Z= 2276.636-2276.751 msnm. Entierro
secundario parcial de adulto quizás masculino, de unos 18-22 años de edad, con extremidades flexionadas,
orientado el cráneo a 298º, en fosa. Presenta lesiones de articulación en acetábulos y cabezas femorales. Falta el
tórax. Estuvo asociado con pigmentos rojo y amarillo, cerámica, lítica y hueso. La matriz fue tierra limosa, con
pH de 6, bajos carbonatos, color en seco: café pálido (10YR 6/3), y en húmedo: café muy oscuro (10YR 2/2).
Fotos: blanco/negro, rollo GGGGG (fotos 7-4); color, rollo 107 (foto 35).

CUARTO 134: En el sector suroeste del conjunto, se habían excavado dos cuartitos alargados y de un ancho
como de un metro: C34 y C30 hacia 1998. Ahora se siguió excavando bajo el Piso 1, y se conservó el muro sur
y el muro entre los dos cuartos, pero ahora denominando C134, cuyo Piso 6 correspondió y continuó en el
Piso 11 de la porción oeste del patio (C79).
Se piensa que originalmente había una serie de cuartos abiertos hacia el patio, quizás para preparar el ri-
tual. Posteriormente fueron edificadas las escalinatas de las estructuras principales.

CUARTO 145: Se trata de un cuarto rectangular ubicado en E1 C145 N459-462 E116-120 Z= 2279.288-
2278.343 msnm, construido con roca volcánica y tezontle. El acceso, ubicado al este, tuvo un ancho de 71 cm, a
Z= 2278.351 msnm. El muro norte tuvo un ancho de 40 cm y sólo se conservó una hilada. El muro este tuvo un
ancho de 70 cm y se conservaron 6 hiladas a Z= 2279.288 msnm. El muro sur tuvo un ancho de 80 cm y tuvo
aplanado (Z= 2279.248 msnm). Se excavaron dos rellenos de tierra arenolimosa, de color café (10YR 5/3) en
seco, y café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con un pH de 7.5 y muchos carbonatos. Se halló un Apisona-
do 5 a Z= 2278.343 msnm. Estuvo asociado con las AA 93 (En 27) y AA94 (En 28-33).

· Área de actividad 93: E1 C145 N459-460 E116 R1/Ap.5 AA93 En 27 Z=2278.52-2278.374 msnm. Es un área
de actividad ritual, que descansa sobre el apisonado 5, y que tiene 23 por 26 por 14 cm. En dos rellenos de
matriz arenolimosa, de color en seco café (10YR 5/3) y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), pH de 7.5,
muchos carbonatos, se halló un tapaplato con fragmentos de huesos de un neonato (Entierro 27) en su inte-
rior. Está asociada con el AA94.
Muestras: flotación (50245, 50497, 50514), química (50246, 50498, 50515), polen (50247, 50499, 50516), fi-
tolitos (50248, 50600, 50517).
Fotos: rollo 45 (8-13), rollo WW (32-28).

· Área de actividad 94: E1 C145 N459-460 E116 R2/Ap.5 AA94. Entierro 28-33 Z= 2278.394-2278.281
msnm. En un área de 90 por 35 por 11 cm, se halló el entierro 28-33 que consiste de por lo menos tres indivi-

495
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

duos: un juvenil, un adulto joven y un adulto medio. Yace junto al muro sur del C145, en una matriz arenosa
de color café pálido en seco (10YR 6/3) y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), con un pH de 7, y muchos
carbonatos. Se encontró poco material cerámico asociado, huesos de animal y una punta de obsidiana (RT
8192), a un individuo más o menos completo (excepto por las vértebras y huesos del pie), denominado como
En 28, y a un cráneo fragmentado de otro individuo cuyas partes recibieron la denominación de En 29-33 (En
29: un fragmento basilar y occipital, así como huesos frontales y un fragmento de mandíbula; En 30: un parie-
tal; En 31: un fragmento de parietal y occipital; En 32: occipital). Bajo el AA, el material es anaranjado delga-
do. Está asociada con el AA93 En 27.
Muestras: polen (50582, 50982, 50554, 50557, 50583, 50972), química (50981, 50773, 50555, 50971), fitolitos
(50774, 50978, 50556, 50778, 50915, 50973).
Fotos: rollo 45 (16-36), rollo 46 (1-36), rollo WW (27-1), rollo XX (37-29, 25-1).

CUARTO 151: Está ubicado en N463-466 E117-119, sobre el C251A.

· Área de actividad 63: E1 C151 N464 E117 AA63 R1/R2A Z= 2278.423-2278.321 msnm. Es una concentra-
ción de materiales, probablemente de tipo ritual, en un área de 0.95 por 0.95 por 0.10 cm, asociada con el En-
tierro 14, que consiste de cerámica, lítica, hueso, pizarra, tejos (RT 5550, 5558), aplicaciones cerámicas (RT
5555, 5560), cerámica estucada (RT 5559), pieza de juego (RT 5552), fragmentos de figurillas (RT 5551, 5554),
raspador (RT 5556), molde (RT 5557), diente (RT 5553). La matriz era areno-limosa, de color café en seco y
café muy oscuro, en húmedo, con un pH de 8 y bastantes carbonatos.
Muestras: flotación (34307, 34308), química (34309), polen (34310), fitolitos (34311), EH/pH (34312),
termoluminiscencia (34313), paleointensidades magnéticas (34314), hidratación de obsidiana (34315), mues-
tra de tierra bajo el entierro 14 (34712).
Fotos: rollo 35 (12-15), rollo LL (30-29).

· Entierro 14: E1 C151 AA63 N464 E118 R1 Z= 2278.321-2278.423 msnm. A partir de R1, el Entierro 14, que
consiste de un cráneo de un adulto de 40 a 50 años, sin mandíbula, orientado a 240 grados azimuth, estuvo
asociado con cerámica, lítica, hueso, tejos (RT 5550, 5558), fragmentos de figurilla (RT 5551, 5554), pieza de
juego (RT 5552), diente (RT 5553), aplicación cerámica (RT 5555, 5560), molde (RT 5557), cerámica estucada
(RT 5559). Cerca de él se halló un cajete de paredes rectas divergentes (RT 5663) que quizá esté asociado, al
igual que una cara de figurilla (RT 5664).

· Entierro 16: E1 C151 N463 E118 R1-R2A Z= 2278.368-2278.246 msnm. En una matriz areno-limosa apareció
un cráneo de adulto aislado, quizá asociado con los Entierros 13 y 14.
Muestras: flotación (34925), polen (34927), fitolitos (34928), química (34926), termoluminiscencia (34930),
paleointensidades (34931), EH/pH (34929), hidratación de obsidiana (34932), muestras bajo el cráneo (35072).
Fotos: rollo LL (11-10), rollo 35 (28-29).

· Área de actividad 65: E1 C151 N464-465 E118-119 AA65 R1-R2A Z= 2278.493-2278.34 msnm. Concentra-
ción ritual de 12 huesos largos de un adulto joven denominado Entierro 17 (fémures izquierdo y derecho,
cúbito y radio derecho e izquierdo, tibia y peroné derecho e izquierdo), cercanos a dientes y muelas, y acom-
pañados de varios materiales: aguja de hueso (RT 5720), excéntrico (RT 5721), tejo (RT 5722), fragmento de
punta (RT 5723), aplicación de cerámica (RT 5724). Están dispersos en un radio de 1.20 por 1.00 por 0.15 m.
Muestras: flotación (34908), química (34909, 35172), polen (34910, 35173), fitolitos (34911, 35174), termo-
luminiscencia (35176), hidratación de obsidiana (35177), EH/pH (34912, 35175), muestra de tierra bajo el En-
tierro 17 (35179).
Fotos: rollo LL (15-14), rollo 35 (24-25).

· Entierro 17: E1 C151 N464-466 E 118-119 AA65 En 17 R1 a R2A Z= 2278.493-2278.34 msnm. Se trata de
un entierro parcial de un individuo adulto probablemente en posición sedente, en una matriz areno-limosa.
Quizá estuvo asociado con los Entierros 13, 14, 16 y 17. Muelas (RT 5765, 5766, 5767, 5768, 5768, 5773), dientes
(RT 5772, 5771, 5770). Estuvo asociado con cerámica, hueso, una aguja de hueso (RT 5720), un excéntrico
(RT 5721), un tejo (RT 5722), fragmentos de punta (RT 5723, 5726), una aplicación (RT 5724), cerámica (RT
5726, 5727), piezas de juego (RT 5728, 5729).
Fotos: rollo LL (15-14), rollo 35 (24-25).

CUARTO 153: Ubicado abajo del C53 (en N462-466 E108-110) y cuyo drenaje lo recorrió casi por la mitad,
este cuarto contuvo el Apisonado 1 que parece un apisonado de relleno. Bajo este apisonado de tierra, apa-

496
anexo i: banco de datos de teopancazco

reció otro Apisonado 2 (con una fosita con ceniza), sobre todo en la porción sur (quizás un apisonado de
nivelación, pues engloba alineaciones de adobes que parecen continuarse en C213); bajo los dos apisonados
hallamos el Piso 2 (muy bien conservado y con dos fositas selladas, además de una gran fosa central parcial-
mente sellada), que constituyó el nivel sobre el cual se dispuso el drenaje del C53 (AA125), mismo que des-
aguaba hacia el pasillo al norte del templo (C213) del patio principal. También en el Piso 2 se localizó una hi-
lera de cuatro hoyos de poste no muy grandes (del tamaño de los morillos), en el margen sur del cuarto,
quizás con vistas al supuesto pasillo que corría entre el templo (C213) y C153.
En este nivel, el muro sur fue eliminado pues ya quedaba volando (pertenecía a otro nivel constructivo).
En su interior se hallaron las áreas de actividad 123, 124, 125, 128, 130, 131, 132 (En 37 y 38), 162.
Pegado al muro oeste, en la esquina suroeste, parece haber una bajada de agua y un enlajado, cerca del nivel
del Piso 2. Al quitar parte del Piso 2, se vio que éste servía de coronación a un tablero que yacía empotrado
dentro de este cuarto.
Se retiró el muro norte y oeste, y bajo se hallaron franjas rojas sobre el piso 2, que está quemado, al igual
que dos fositas de hoyos de poste.

· Área de actividad 123: E1 C153 N464-E107 AA123 Z= 2278.921- 2278.658 msnm. Se trató de una concen-
tración de materiales dentro del relleno 1, los cuales descansaban sobre una matriz de tezontle molido en un
área de 70 cm por 90 cm. La tierra presentó una textura limo-arenosa con algunas gravas; el color en seco fue
café pálido (10YR 6/3), y en húmedo, café grisáceo muy oscuro (10YR 3/2); presentó un pH de 8, y tuvo una
presencia moderada de carbonatos. Los materiales macroscópicos de esta área fueron cerámica, cerámica es-
tucada, un soporte de almena, obsidiana, hueso de animal, fragmentos de estuco con pintura roja y fragmen-
tos de carbón. Se registró un soporte como RT 10196.
Muestras: flotación (61804), polen (61806), química (61805), fitolitos (61807), termoluminiscencia
(61809), hidratación de obsidiana (61808), paleointensidades magnéticas (61810).
Fotos: rollo 62 (14-16) y rollo PPP (28-32).

· Área de actividad 124: E1 C153 N463-464 E109-110 Ap1 AA124 Z= 2278.716- 2278.585 msnm. Se trató de
una concentración de materiales ubicados junto al muro este del cuarto los cuales descansaban sobre el apiso-
nado 1. Los materiales se concentraron en un área de 90 cm por 160 cm y en un espesor de 129 cm. La tierra
presentó una textura arenosa limosa con frecuentes gravas angulares; el color en seco fue café (7.5YR 5/2) y
en húmedo café oscuro (7.5YR 3/2); presentó un pH de 7, y tuvo una presencia nula de carbonatos. Los mate-
riales macroscópicos de esta área fueron cerámica, obsidiana (un vaso amarillo inciso con huellas de cocción
a altas temperaturas, lustroso), figurillas (entre ellas, la de un viejo), lajas, hueso, piedra verde y estuco. Los
materiales registrados como tridimensionalmente fueron los siguientes: cerámica (RT 10388, 10392, 10393,
10395, 10396, 10372, 10376, 10379, 10381), cerámica con pigmento rojo (RT 10390, 10397, 10400, 10401, 10394),
dos fragmentos de figurillas (RT 10383, 10274), un tejo cerámico (RT 10399), dos puntas de obsidiana (RT
10391, 10382), una navaja de obsidiana (RT 10275), dos excéntricos de obsidiana (RT 10384, 10387), hueso (RT
10385, 10398, 10373), fragmentos de laja (RT 10386, 10374, 10375, 10378), piedra verde (RT 10273), lítica pulida
(RT 10380), y un fragmento de estuco (RT 10377).
Muestras: flotación (62233, 62247, 62261), polen (62235, 62249, 62263), química (62234, 62248, 62264),
fitolitos (62236, 62250, 62262).
Fotos: rollo 61 (23-28) y rollo PPP (1-7).

· Área de actividad 125: E1 C153 N463-466 E107-108 P2 AA125 Z= 2278.699- 2278.355 msnm. El área de
actividad consistió en el interior de un drenaje. El drenaje se ubicó bajo el Apisonado 1 del cuarto 53 y descan-
saba sobre un piso de estuco (P2) del cuarto 153. Tuvo las siguientes dimensiones: 54 cm de ancho por 311 cm
de largo, y corre paralelo al muro oeste del C153 desde el muro sur al muro norte. Se excavaron dos rellenos en
una profundidad total de 18 cm. La tierra presentó una textura limo-arenosa y una consistencia blanda en
seco; el color en seco fue café (10YR 4/3), y en húmedo, café amarillento oscuro (10YR 4/3); presentó un pH
de 8 a 9, y tuvo una presencia nula de carbonatos. Como materiales asociados se encontraron cerámica, lítica
pulida, lítica tallada, lajas, hueso animal, pizarra, estuco y carbón. Los materiales registrados tridimensional-
mente fueron los siguientes: cerámica (RT 10327, 10329, 10314), tejo (RT 10328), mano de metate (RT 10326),
y un metate reutilizado como laja (RT 10315).
Muestras: flotación (62218, 62356, 62054, 62367, 62392), polen (62349, 62359, 62056, 62369, 62394), quími-
ca (62347, 62357, 62055, 62368, 62393), fitolitos (62348, 62358, 62057, 62370, 62395), termoluminiscencia (62350,
62360, 62187, 62397), hidratación de obsidiana (62351, 62361, 62188, 62372), paleointensidades magnéticas
(62058, 62371, 62396), carbón (62362).
Fotos: rollo 63 (7-11) y rollo QQQ (22-27). Se tomó video.

497
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Área de actividad 128: E1 C153 N464-E108 Ap. 2 y sobre P2 AA 128 Z= 2278.515-2278.416 msnm. Se trató
de una concentración de huesos asociados con restos de carbón, los cuales descansaban sobre el piso 2 del
cuarto. Se ubicó cerca del muro oeste del cuarto, en una área de 36 cm de ancho por 100 cm de largo y 9 cm de
espesor. Se excavó sólo un relleno con una tierra de color café pálido (10YR 6/3) en seco, y café (7.5YR 4/2)
en húmedo, un pH de 8 y una presencia alta de carbonatos. Como material asociado se encontró cerámica,
obsidiana, pizarra y hueso animal. Los materiales registrados tridimensionalmente fueron los siguientes: una
costilla humana (RT 10525), pieza dentaria (RT 10524), falange humana (RT 10526), hueso trabajado (RT
10528), posible aguja de hueso (10528) y una pizarra con pigmento (RT 10527).
Muestras: flotación (63065), polen (63066), química (63068), fitolitos (63067), termoluminiscencia
(63070), hidratación de obsidiana (63071), paleointensidades magnéticas (63069).
Fotos: rollo RRR (18 y 19) y video.

· Área de actividad 130: E1 C153 N463 E108-109 AA130 Z= 2278.447- 2278.378 msnm. Se trató de una fosa
o hueco grande entre el muro de adobes y un escalón estucado (formado por el tablero sumergido) con una
concentración de tiestos que formaban parte de un vaso pintado al fresco. Probablemente tuvo una función
ritual. Presentó una forma semicircular, con un diámetro de 78 cm y un espesor de 6.9 cm. Estos materiales se
registraron como un solo registro tridimensional. Otros materiales asociados fueron: cerámica, obsidiana,
hueso, pigmento verde y pizarra.
Muestras: flotación (63309, 63320), polen (63310, 63321), química (63311, 63322), fitolitos (63312, 63323),
termoluminiscencia (63313), hidratación de obsidiana (63314).
Fotos: rollo SSS (27-29), rollo 64 (24-25).

· Área de actividad 131: E1 C153 N462 E108 P2 AA131 Z= 2278.456 - 2278.160 msnm. Esta área de actividad
fue una fosa sellada en el piso 2 del cuarto; en el interior de la fosa había un cajete de paredes curvo divergen-
tes con una navajilla prismática en su interior. En sus paredes interiores se podía percibir la moldura superior
de un tablero estucado anterior (C253A). La posible función es ritual ya que puede tratarse de una ofrenda;
probablemente está asociada con el AA 130. La fosa presentó una forma circular con un diámetro de 32 cm y
una profundidad total excavada de 28.5 cm. En el interior del cajete se excavaron tres rellenos que presentaron
una textura areno limosa, un color café claro grisáceo (10YR 6/2) en seco y café amarillento oscuro (10YR
2/2) en húmedo. Tuvo un pH de 8 y una presencia abundante de carbonatos. Como material asociado se en-
contraron siete tiestos y algunos fragmentos de mica. Los registros tridimensionales fueron: un fragmento de
vaso con aplicación (RT 10693), una navajilla prismática (RT 10696) y el cajete de paredes curvo divergentes
(RT 10616).
Muestras: flotación (63331, 63338, 63473), polen (63332, 63467, 63474), química (63334, 63469, 63476), fi-
tolitos (63333, 63468, 63475), termoluminiscencia (63471), paleointensidades magnéticas (63335, 63472).
Fotos: rollo SSS (15, 21-22), rollo 64 (30-31), rollo 65 (1-3).

· Área de actividad 132, En 37 y 38: E1 C153 N462 E107 P2 AA132 Z= 2278.456- 2278.142 msnm. Se trató de
una fosa sellada en el piso 2 del cuarto, en cuyo interior se encontraron dos vasijas superpuestas con un entie-
rro infantil en el interior en cada una de ellas. La fosa tuvo una forma circular con un diámetro de 36 cm y una
profundidad total excavada de 31 cm. En el sello de la fosa había un fragmento de mica; al quitar el sello de la
fosa comenzó a aparecer una olla y una cuenta de obsidiana. En el interior de esta olla se encontraron los res-
tos de un vaso, y bajo éste apareció un entierro infantil neonato en posición sedente denominado Entierro
37, viendo hacia el suroeste. Bajo la olla de este entierro se encontró otra vasija con los restos de otro entierro
infantil neonato en posición sedente, denominado Entierro 38. Los materiales registrados tridimensional-
mente fueron los siguientes: cuenta de obsidiana (RT 10762), navajilla (RT 10764), hueso animal (RT 10765),
vaso fragmentado (RT 10766), olla del Entierro 37 (RT 10768), vasija del Entierro 38 (RT 10708), Entierro 37
(RT 10767), Entierro 38 (RT 10707).
Muestras: flotación (63711, 63721), polen (63714, 63784), química (63712, 63787), fitolitos (63713, 63788),
termoluminiscencia (63715, 63789), hidratación de obsidiana (63717) y paleointensidades magnéticas (63716).
Muestras en el Entierro 37: flotación (63791), polen (63794), química (63792), fitolitos (63793), termolu-
miniscencia (63800), paleointensidades magnéticas (63801), ADN (63795), colágeno (63796), cavidad toráci-
ca (63797).
Muestras en el Entierro 38: flotación (63897), polen (63900), química (63898), fitolitos (63899), termolu-
miniscencia (63901), hidratación de obsidiana (63902), ADN (63904), colágeno (63905), cavidad torácica
(63903).
Fotos: rollo 64 (28, 29, 35 y 36), rollo 65 (7, 8, 19, 20 y 21), rollo 66 (1-3, 24-26), rollo 67 (1-2), rollo SSS (7,
8, 16-18, 23 y 24), rollo TTT (12-17, 35-37), rollo UUU (12, 13, 25-27).

498
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 162: E1 C153 N464-465 E107 AA162 R2 bajo P2 Entierro 58 Z= 2278.399-2278.159
msnm. Es una fosa sellada que contiene un entierro primario (En 58). El Entierro 58 (N466 E107 Z=
2278.184 msnm) es un infante neonato en posición decúbito lateral izquierdo, con las extremidades superiores
extendidas, y las inferiores, flexionadas; orientación de alrededor de los 170 grados; dentro de un cajete de la
vajilla pulida y un vaso foráneo, localizada en la esquina noroeste del cuarto 153 en el Relleno 2 bajo el Piso 2.
La fosa tiene forma circular con un diámetro aproximado de 27 cm y un espesor de 24 cm. Tiene dos rellenos
de matriz arenosa en seco y areno-limosa en húmedo, con color en seco 10YR 7/3 café muy pálido y en húme-
do 10YR 4/4 café amarillento oscuro, reacción al HCl 4 y pH de 8. El entierro 58 (Bolsa 66646) estaba dentro
de un vaso (RT 11453, bolsa 66648) y un cajete (RT 11452, bolsa 66647) que servía como tapa del vaso. El AA
está asociada con una caída de agua.
Muestras: flotación (66650), química (66651), polen (66652) y fitolitos (66653).
Fotos: rollos 72 (23-24 y 31-33) y 73 (5-6 y 13-14); rollos AAAA (7-5 y 14-15) y BBBB (3-4 y 11-12).

CUARTO 153B, Área de actividad 130B: E1 C153B N463 E109 AA130B Z= 2278.424-2278.234 msnm. Se
trató de un cuerpo de olla fragmentado bajo el cual se encontró un cajete completo fragmentado. Se ubicaron
en la parte central del cuarto muy cerca de un tablero. Estuvo asociada probablemente con el AA130 y con el
talud que cubría esta área de actividad. Probablemente tuvo una función ritual por su proximidad con el ta-
lud. Presentó una forma semicircular dentro de un diámetro de 25 cm y 19 cm de espesor. Se excavaron dos
rellenos a partir del relleno 2 del cuarto; la tierra presentó una consistencia dura con gravas angulares. Como
materiales asociados se encontró cerámica y hueso. Los materiales registrados tridimensionalmente fueron:
el fragmento de olla (RT 10698) y el cajete completo (RT 10697).
Muestras: flotación (63532, 63538), polen (63533, 63541), química (63534, 63542), fitolitos (63535, 63540),
termoluminiscencia (63536, 63543) y paleointensidades magnéticas (63544).
Fotos: rollo TTT (18-24), rollo 65 (26-32).

CUARTO 154A: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado al este de C162F, en los N466-468 E107-108 Z=
2278.482 msnm (Piso 2); tiene 2.68 m de largo por 2.12 m de ancho. El muro norte tiene 0.46 m de ancho, tres
hiladas de alto. El muro sur tiene 0. 35 m de ancho, y dos hiladas de alto. El muro oeste tiene de ancho 0. 45 m y
dos hiladas. El muro este tiene 0. 35 m de ancho y dos hiladas de alto. En cuanto al acceso, posiblemente presenta
dos: uno orientado al norte con 1.10 m de ancho, y el otro al suroeste, de 1.16 m de ancho. Se excavaron cuatro
rellenos de tierra limo-arenosa, de color café (10YR 5/4-10YR 4/4) en seco, y café oscuro en húmedo (10YR
3/4-10YR 3/3), un pH de 8.5-9.5, moderada presencia de carbonatos. El Piso 2 está ubicado a Z= 2278.482 msnm.
El Piso 2A se hallaba a Z= 2278.50 msnm. Bajamos el Piso 2B hasta el Piso 2C (que corresponde al Piso 2
de C153, y al Piso 2C de C162). El cuarto fue rellenado abatiendo muros con el aplanado hacia abajo. Se obser-
varon drenajes tardíos hacia el norte y este (fuera de este último había un candelero). Tuvo asociadas las áreas
de actividad 139, 163, 172 y 205. Bajo el Piso 2B (con gravilla de tepetate), a la salida del drenaje tardío, en una
depresión alargada con lajas en el fondo, yacía el AA139.

· Área de actividad 139: E1 C154A N467-468 E107-108 AA139 sobre firme del P2B, Z= 2278.444-2278.257
msnm, se halló una concentración de objetos dispuestos sobre lajas de drenaje en un área de 80 por 60 por 19
cm: cerámica (entre ella cajetes miniatura, fragmentos de plato: RT 10,872, 10,873, 10,875; soporte de almena:
RT 10,890), un botón grande de cerámica (RT 10,869), candeleros (RT 10,867, 10,870, 10,887, 10,889), una bola
de honda (RT 10,868), proyectiles de cerbatana (RT 10,874, 10,893), figurillas (10,871, 10,876, 10,881, 10,882,
10,883, 10,884, 10,885, 10,886, 10,888, 10,891, 10,892).
Muestras: flotación (64,808, 64,852, 64,857), polen (64,810, 64,859), química (64,809, 64,858), fitolitos
(64,811, 64,860), paleointensidades (64,896, 64,895), hidratación de obsidiana (64,861), termoluminiscencia
(64,894).
Fotos: rollo WWW (17-19), WWW (9-11), 68 (18-20, 26-28).

· Área de actividad 163: E1 C154A N466 E107 AA163 Bajo P2C Z= 2278.389-2278-194 msnm. Se ubica en
la esquina suroeste del cuarto 154A bajo el Piso 2C descansando sobre un piso aún sin excavar. Es una peque-
ña fosa que contenía una máscara; probablemente era un hoyo de poste. Su forma es circular con 13 cm de
diámetro y un espesor de 19.5 cm. Sus dos rellenos son de matriz limo-arcillosa, color en seco 10 YR 3/3 café
oscuro y en húmedo 10 YR 2/1 negro, reacción al HCl 4.5 y pH de 8. Junto a la máscara de cerámica (RT
66630) había dos caracoles (RT 66632 y 66634), un fragmento de máscara de cerámica (RT 66636), una apli-
cación (RT 66631) y concha (RT 66633 y 66635). Está asociada con el piso 2C.
Muestras: flotación (66637, 66642); química (66638, 66643); polen (66639, 66644); fitolitos (66640, 66645).
Fotos: rollo 72 (30-29) y rollo AAAA (9-8).

499
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Área de actividad 172: E1 C154A N466 E107 AA172 bajo P2C Entierro 88, Entierro 89, Entierro
91, Entierro 92 Z= 2278.424-2277.774 msnm. Está localizada al centro del cuarto, descansando sobre el re-
lleno 5. Es una fosa sellada con los cráneos de 4 decapitados en su interior (En 88, 89, 91, 92); de forma irregu-
lar, de 60 por 61 cm aproximadamente y espesor de 50.3 cm. Tiene cuatro rellenos de matriz areno-limosa,
color en seco 2.5Y 5/2 café grisáceo y en húmedo 10YR 3/2 café grisáceo muy oscuro, 1-2 en reacción al HCl y
pH de 8. Los entierros tenían la siguiente disposición:
El Entierro 88 (N466 E107 Z= 2278.124 msnm, RT 11872) era un cráneo totalmente colapsado de un adul-
to joven posiblemente masculino, con pigmento rojo; tenía una orientación de 115-120 grados; estaba en una ca-
zuela Anaranjado San Martín (RT 11874), cubierto por un cajete café oscuro de la vajilla pulida (RT 11873).
El Entierro 89 (RT 11875) es un cráneo de adulto joven que estaba dentro de una cazuela Anaranjado
San Martín (RT 11877), cubierto por un cajete café con negativo rojo (RT 11876).
El Entierro 91 (N466 E107 Z= 2278.034 msnm, RT 11890) era un cráneo de un adulto joven, boca abajo
(norma occipital) dentro de otra cazuela Anaranjado San Martín (RT 11891). Tuvo pigmento rojo.
El Entierro 92 (N466 E107 Z= 2278.054 msnm, RT 11892) no estaba dentro de vasija alguna; es un crá-
neo de adulto joven, posiblemente masculino, con las primeras tres vértebras cervicales, mandíbula completa,
con deformación tabular, con un golpe en el occipital y pigmento rojo, y una orientación de 300 grados.
Los entierros estaban acompañados de materiales como caracoles (RT 11866, 11868, 11869, 11893, 12340),
concha completa (RT 11867), fragmentos de concha (12341, 12342), un pulidor (RT 11870), una aplicación (RT
11871), pigmento amarillo (RT 12343). Está asociada con el AA 142-144 y al AA 217, entierros 88, 89, 91 y 92.
Muestras: flotación (70272, 70279, 70640, 70644), química (70273, 70280, 70641, 70645), polen (70274,
70281, 70642, 70646), fitolitos (70275, 70282, 70643, 70647), hidratación de obsidiana (70649).
Muestras del Entierro 88: flotación (70636), química (70637), polen (70638), fitolitos (70639).
Muestras del Entierro 89: flotación (70632), química (70633), polen (70634), fitolitos (70635).
Muestras del Entierro 91: flotación (70272), química (70273), polen (70274), fitolitos (70275).
Muestras del Entierro 92: flotación (71192), química (71193), polen (71194), fitolitos (71195).
Fotos: rollos 76 (4-5), 82 (35-36), 83 (17-22, 35-36), 84 (25.30); y rollos EEEE (13-12), LLLL (5-1), MMMM
(20-14, 3-1), NNNN (16-10).

· Área de actividad 205: E1 C154A N466-467 E107-108 AA205 bajo P2C Z= 2278.359-2278.148 msnm. Se
encuentra al centro del cuarto 154A descansando sobre el relleno 2 bajo el Piso 2; es una fosa abierta donde no
se encontró material significativo; es de forma irregular de 90 por 70 cm y espesor de 21.1 cm. Tiene dos relle-
nos de matriz arenolimosa, con color en seco 10 YR 4/2 café grisáceo oscuro y en húmedo 10 YR 3/2 negro,
reacción al HCl de 1 y pH de 8. Se encontraron algunos fragmentos de cerámica, lítica y hueso. Está asociada
con el drenaje ubicado en la esquina NE.
Muestras: flotación (70672, 70674, 70675, 70677, 70678, 70682, 70686, 71266).
Fotos: rollo 85 (8-9) y rollo OOOO (29-28).

CUARTO 154C-160: Es un cuarto rectangular (patio), ubicado en los N466-470 E109-113, Z= 2278.734
msnm. (Piso 2); tiene 5.61 m de largo por 4.20 m de ancho. El muro norte es de 0.35 m.-0.50 m de ancho, con
dos hiladas de alto. El muro sur tiene 0.40 m de ancho, con dos hiladas de alto. El muro este tiene de ancho
0.45 m.–0.48 m de largo, y tres hiladas de alto . El muro oeste tiene 0.35 m.-0.40 m de ancho y dos hiladas de
alto. El acceso posiblemente esté orientado hacia el noroeste. Se excavaron cuatro rellenos de tierra limoareno-
sa- arenolimosa, de color café (10YR 5/4- 10YR 5/3) en seco, y café oscuro en húmedo (10YR 3/4), un pH de
8-9, y muchos carbonatos. El piso 2 está ubicado a Z= 2278. 734 msnm. Estuvo asociado con el AA 106 (fosa).

· Área de actividad 106: E1 C160 N466-467 E 109-110, Piso 2 AA106 Z= 2278.619- 2278.575 msnm. Se halló
una fosa de 0.57 m por 0.56 m, ubicada al suroeste del cuarto y a 0.23 m del muro sur del C 145C-160. Se excavó
un relleno de tierra arcillo-limosa de color café (10YR 6/3) en seco, y café oscuro en húmedo (10YR 3/3), con
un pH de 9, y moderada presencia de carbonatos. No se encontró material cerámico; solamente una laja de
basalto cuyas dimensiones son 0.23 m de largo, 0.20 m de ancho y 2 cm de espesor. Dicha fosa está asociada
con un momoztli, y posiblemente tenga una función ritual.
Muestras: flotación (56789, 57685), polen (56790, 57687), química (57686), fitolitos (56791, 57688).
Foto: rollo 52 (14-20), DDD (26-21, 20-18).

CUARTO 158: Se trata de un cuarto de 6.55 por 2.75 m excavado hasta ahora; Z= 2278.495-. Se hizo la excava-
ción del relleno bajo un pedacito de piso que quedó de C58, con la subsecuente excavación del nivel construc-
tivo anterior, que se denominó C158. El muro norte tuvo un ancho de 59 cms, el muro sur de 49 cm, el muro
este de 90 cm y el muro oeste de 85 cm.. Se excavaron 5 rellenos. Tuvo asociada el AA73.

500
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 73: E1 C158 N469 E93 AA73 Z= 2279.005-2278.929 msnm. Está dispuesta en la esquina
noroeste de C158, y tiene un diámetro de 31 por 33 por 7.6 cm. Se trata de una ofrenda de dos cajetes (RT 7141)
de paredes divergentes matados ritualmente, con pizarra trabajada (42831) en el interior. La matriz era tierra
areno-limosa, café amarillenta en seco (10YR 5/4) y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2); con muchos
carbonatos y un pH de 7.
Muestras bajo los cajetes: flotación (42825), química (42826), polen (42827) y fitolitos (42828). En el in-
terior: polen (42829) y fitolitos (42830).

CUARTO 158B: Área de actividad 75: E1 C158B N465-466 92-94 R4/R5 AA75 Z= 2278.718-2278.637
msnm. Es una concentración de objetos asociados con la AA 77 y al En 23, en un diámetro de 2.39 por 1.74 por
0.081 m. Se hallaron aproximadamente 210 tiestos de cerámica (RT 7139; cerámica estucada: RT 7239, 7242,
7243, 7258), aplicación cerámica (RT 7262), una esfera de cerámica (RT 7253), 40 fragmentos de lítica (RT
7240), 35 huesos de fauna cráneo: 7250, 7255, 7259; maxilar: RT 7137, 7241, huesos largos: RT 7138, 7140; vérte-
bra: 7244. 7260), tres fragmentos de concha (RT 7249, 7263, 7264), hueso trabajado (RT 7251), 23 pedazos de
pizarra (pizarra trabajada: RT 7252), dos fragmentos de mica, en una matriz de tierra café muy oscura, con un
pH de 8 y algo de carbonatos. Presenta huellas de saqueo.
En la continuación de esta AA75 se halló un hueso (RT 7278), un fragmento de cráneo (RT 7282), una
vértebra (RT 7283), una costilla (RT 7280), un fragmento de concha (RT 7281), una aplicación (RT 7279).
Muestras: flotación (43715, 43803, 43997, 43881), química (43716, 43805, 43998, 43882), polen (43718,
43806, 43999, 43883), fitolitos (43717, 43804, 44000, 43884), termoluminiscencia (43719, 43900, 43885, 44002),
paleointensidades magnéticas (43720, 43901, 43886), hidratación de obsidiana (43721, 43899), carbón (43722).
Fotos: rollo QQ (36-34; 28-27: continuación), rollo 40 (1-3, 10-11: continuación).

· Área de actividad 77: E1 C158B N463-467 E93-95 R5/R6 AA77 Z= 2278.681-2278.583 msnm. Es una con-
centración de objetos en un área de 2.79 por 3.95 por 0.098 m, asociada con el En 23 y al AA75, con frecuente
presencia de carbón y ceniza. Presenta huellas de saqueo, y estaba en una matriz de pH 7-8. Se hallaron
aproximadamente 220 tiestos, 58 fragmentos de lítica, 47 huesos de fauna (muchos rotos, dos quemados, un
diente), 18 fragmentos de pizarra, 9 fragmentos de mica, algo de pigmento y una pieza de lapidaria.
Huesos humanos: (mandíbula: RT 7265; huesos varios: RT 7266, 7307, 7326, 7330, 7331; huesos cortos:
7305; huesos largos: RT 7267, 7310; vértebras: RT 7311, 7325, 7327; diente con incrustación: RT 7367, molar
con raíz: RT 7406), restos óseos faunísticos (RT 7309, 7408; colmillo: RT 7324), concha (RT 7268, 7308), ca-
racol (RT 7306), cuenta roja (RT 7375), cerámica estucada (RT 7304, 7384, 7391), fragmento de sahumador
(RT 7312), lítica (RT 7328), alisador (RT 7395), aplicaciones cerámicas (RT 7366, 7387, 7401, 7403, 7409), po-
sible mango de sahumador (RT 7390), figurilla (RT 7329, 7402), mica (44019, 44041).
Muestras: flotación (44008, 44262, 44277, 44036, 44409), fitolitos (44009, 44261, 44280, 44037, 44410),
química (44010, 44260, 44281, 44038, 44411), polen (44011, 44259, 44282, 44039, 44412), carbón (44012,
44286), pigmento (44013, 44408), termoluminiscencia (44018, 44284, 44040, 44418, 44419), hidratación de
obsidiana (44047, 44045. 44421), paleointensidades (44048, 44285, 44420).
Fotos: rollo QQ (20-19), rollo 40 (16-17, 22).

· Entierro 23: E1 C158B N465 E93-95 AA77 R5 Z= 2278.799-2278-586 msnm. En una matriz limo-arenosa, se
halló un entierro secundario de un adulto medio asociado con cerámica, lítica, concha, restos óseos de fauna,
pigmentos y mica. Varios de los huesos están referidos en el Área de actividad 77, lo mismo que los RT y las
muestras. Todos los huesos se hallaron dispersos y a diversas alturas. El primer maxilar se halló completo con
todos sus dientes; el segundo sólo tenía dos piezas dentarias unidas. Las epífisis de los huesos largos están
muy deterioradas.

CUARTO 159B: E1 C159B 461-467 E89-92 Z= 2279.064-? msnm. Es un cuarto que yace bajo C59, del cual
aún no se definen los muros, pero claramente yace los pisos de C59. Tiene dimensiones aproximadas de 5.35
por 2.25-3.10 m. Se retiraron tres rellenos café amarillentos, con carbonatos y pH de 8, textura dura, de tepeta-
te, argamasa y grava. En su interior se halló el AA50.

· Área de actividad 50: E1 C159B N465-466 E89 R3-R4 Z= 2278.82-2278.646 msnm. Es un brasero
teotihuacano con aplicaciones (probablemente de época Metepec)(bolsa 29900). Tuvo un diámetro de 40
cm, un espesor de 17.4 cm. Está ubicado a 1.27 m del muro este de C159B. La matriz en la que estaba era tierra
muy compacta formado grupos y barro. Del interior del brasero se tomaron muestras de una tierra café grisá-
cea, con muchos carbonatos y un pH de 8.
Muestras: flotación (29894, 29895), química (29896), polen (29897), fitolitos (29898), EH/pH (29899).

501
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

CUARTO 161: Es un cuarto cuadrangular ubicado en N462-466 E108-113 Z= 2278.737-2278.442 msnm, con
dos taludes. Tuvo 4.41 por 3.38 m. El área techada fue de 14.9058 m2. El Apisonado 1B estuvo ubicado a Z=
2278.441 msnm, al oeste de C181. Tuvo asociadas las áreas de actividad 167, 176, 179, 180, 199, 202, 209 y 218.
Estuvo construido con basalto y tezontle. Su vano estuvo ubicado al oeste y tuvo un ancho de 18 cm. Los
muros se conservaron con anchos de 23 a 58 cm, alturas de 25 a 64 cm. Estuvo asociado con una fosa en el eje
central del cuarto que resultó un pozo de saqueo (AA 218).

· Área de actividad 167: E1 C161 N462-463 E111-113 AA167 R1-R3/Ap. 1B. Entierro 62, Entierro 68,
Entierro 71, Entierro 72, Entierro 80, Entierro 84, Entierro 85 Z= 2278.07-2278.38 msnm. Se
localizó a 11 cm del muro sur, pegado al muro oeste del cuarto 161, descansando sobre el Apisonado 1B. Es una
fosa que contenía 7 entierros; eran cráneos y algunos estaban depositados dentro de vasijas. La fosa tiene for-
ma irregular con 1.17 m en dirección N y 1.97 m dirección E. Los tres rellenos son de matriz limo-arenosa; el
relleno 1 es de color en seco 10YR 4/2 café amarillento oscuro y en húmedo café grisáceo muy oscuro, reac-
ción fuerte al HCl y pH de 7; el relleno 2 tiene color en seco 10 YR 4/3 café y 10 YR 2/2 café muy oscuro en
húmedo, nula reacción al HCl y pH de 7; el relleno 3 es de color 10 YR 6/3 café amarillento claro y 10 YR 4/2
café grisáceo oscuro, reacción moderada al HCl y pH de 7.
El Entierro 62 (N463 E113 Z= 2278.746 msnm) que constaba de dos individuos, un adulto medio y un
adulto joven: En 62A: una mandíbula con todos sus dientes, quizás de un individuo masculino; y En 62B: man-
díbula fragmentada quizás de otro individuo masculino, asociados con cerámica, lítica, mica, pizarra y laja);
y el Entierro 80 (que son los restos de un juvenil, un adulto joven y un adulto): un cráneo con maxilar
—RT 12185— en malas condiciones de conservación, asociado con cerámica y otros huesos) se encontraban
en el interior de una cazuela.
El Entierro 68 (N462 E113 Z= 2278.711-2278.48 msnm: cráneo (bolsa 69647) de un individuo adulto
posiblemente masculino, de 40-44 años de edad, en mal estado de conservación, que presentó caries y perio-
dontitis; por tafonomía, el maxilar estaba dentro de la mandíbula; la parte facial tenía una orientación de 70
grados) descansaba en el relleno 3, del cual se levantó una aplicación (RT 12072), y el entierro estuvo asociado
con cerámica, un fragmento de punta (RT 11641), mica y un candelero (RT 11596).
El Entierro 71 era un cráneo de un juvenil posiblemente masculino (RT 12105; N463 E112 Z= 2278.415
msnm) con caries y en mal estado de conservación, con orientación de 20 grados, sobre un tapaplato (RT
12107) que tenía un fragmento de orejera incisa (RT 12106).
El Entierro 72 (RT 12101; N462-463 E112 Z= 2278.609-2278.459 msnm) descansaba sobre el relleno 3, y
fue un cráneo de un individuo juvenil, con caries, con orientación de 30 grados, asociado con una orejera de
cerámica (RT 12100) que se halló junto a otro cráneo en tapaplato (En 71). De estos dos últimos se levantaron
premolares (RT 11856, 11857, 11858, 11859, 11860, 11861), dientes (RT 11894, 12070, 12071, 12073, 12075), muelas
(RT 11895, 12074).
El Entierro 84 (N463 E112) era un cráneo (RT 12185, 12300)(de un individuo adulto joven, posiblemen-
te masculino, con caries, en mala conservación, sin vértebras, depositado boca abajo, con una orientación de
108 grados, con leve presencia de cinabrio, y la presencia de dientes de otro individuo: Entierro 84A, de 25
a 35 años de edad) dentro de una cazuela Anaranjado San Martín (RT 12299) tapado con un cajete curvodi-
vergente café oscuro (RT 12194) que contenía 30 cuentas de obsidiana (RT 12228, 12229, 12230, 12231, 12232,
12233, 12234, 12235, 12236, 12237, 12238, 12339, 12240, 12241, 12242, 12243, 12276, 12277, 12278, 12279, 12280, 12281,
12282, 12283, 12284, 12285, 12286, 12287, 12288, 12289, 12290); se levantaron premolares (RT 12291, 12296, 12297,
12305), muelas (RT 12292, 12293, 12298, 12301, 12032, 12306), dientes (RT 12294, 12295, 12303, 12304).
El Entierro 85 (N463 E111 Z= 2278.4-2278.217 msnm) era un cráneo (RT 12258) (de un individuo juve-
nil, posiblemente masculino, en muy mal estado de conservación y muy fragmentado, con caries, con un frag-
mento de axis, y restos de cinabrio y de mica) dentro de una cazuela (RT 12259) tapado con un cajete curvo-
divergente (RT 12195); se levantaron vértebras (RT 12256, 12257), muelas (RT 12260, 12261, 12262, 12265, 12266,
12267), dientes (RT 12263, 12268), premolares (RT 12264). Tuvo una orientación de 114 grados.
En el área de actividad en general se encontraron los siguientes materiales: dientes (RT 11529, 11531, 11849,
11855, 12088, 12089, 21090, 12091, 12092, 12094, 12095); una garra pequeña (11539); un diente humano (RT
11540); un hueso de animal (11541); una aplicación (RT 11640); un fragmento de punta (RT 11641); molares
(RT 11644, 11645, 11850, 11853, 11854, 12086, 12087); una figurilla (RT 11851); premolares (RT 11852); fragmentos
de orejera (RT 12100), un cráneo (RT 12101), fragmentos de una cazuela (RT 12190). El AA 167 está asociada
con las AA 179 y 180 y con los Entierros 74, 75 y 76.
Muestras del AA: flotación (67363, 67899, 68211, 68305, 68826, 69297, 69324, 69338, 69531, 69758); polen
(67898, 68219, 68307, 68827, 69299, 69325, 69336, 69531, 69761); química (67973, 68218, 68306, 68828, 69300,
69323, 69337, 69532, 69760); fitolitos (67893, 68308, 69298, 69326, 69335, 69530, 69759); termoluminiscencia
(67975); paleointensidad (67971).

502
anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras en el interior de la cazuela del En 80: flotación (69738, 70027), química (69739, 70029), po-
len (69740, 70028), fitolitos (69742, 70030).
Muestras del R3 bajo P1 sobre Ap 1B: flotación (70267, 70416), polen (70420, 70419), química (70268,
70417), fitolitos (70269, 70418).
Fotos: rollos DDDD (4-1), GGG (16-5), JJJJ (32-28, 19-15, 27-24), LLLL (12-10), KKKK (24-19, 12-10).
Fotos: rollos 65 (16-12), 74 (15-20), 80 (5-8, 17-20, 12-9), 82 (29-30), 81 (13-17, 23-25).

· Área de actividad 176: E1 C161 N462-463 E111 AA176 R2 Z= 2278.649-2278.422 msnm. Localizada a 40
cm del muro sur del cuarto 161 descansando sobre el relleno 2; es una cazuela conteniendo restos humanos
tapada con un cajete fragmentado; tiene forma redonda de 24 por 30.5 cm de diámetro con espesor de 22.7
cm. Los dos rellenos son de matriz areno-limosa, con color en seco 10 YR 6/2 café amarillento claro y en hú-
medo 10 YR 4/2 café grisáceo oscuro, reacción moderada al HCl y pH de 7. Los materiales que se encontra-
ron son el cajete (RT 11848) que cubría la cazuela (RT 12016), y 5 dientes (RT 12012, 12078, 12013, 12014, 12015).
Puede estar asociada con el Área de actividad 167.
Muestras: flotación (69316, 69339), fitolitos (68883, 69314, 69341), polen (69312, 69346), química (69313,
69340).
Fotos: rollo EEEE (32-29), HHHH (21-16), IIII (21-26); rollo 76 (21-25), 78 (17-21), 79 (6-10), foto digital
y video.

· Área de actividad 179: E1 C161 N464 E112 AA179 R2 Entierro 74, Entierro 76 Z= 2278.609-2278.376
msnm. Se encontró a 1.69 m de distancia con respecto al muro norte del cuarto 161 descansando sobre el relleno
2 de la fosa, debajo de un posible santuario. Se trata de dos cráneos: uno de un adulto medio en el interior de
una cazuela (Entierro 74) y otro (cráneo de un juvenil en muy mal estado de conservación y muy fragmenta-
do, con fragmentos del axis y atlas) aparentemente en el interior de un cuenco roto (Entierro 76). El área de
actividad es de forma ovalada con un diámetro de 1.42 m con espesor de 23 cm. Tiene dos rellenos de matriz li-
mo-arenosa, color en seco 10 YR 5/3 café y 10 YR 2/2 café muy oscuro en húmedo, pocos carbonatos y pH de 6.
Los cráneos estaban acompañados de huesos sueltos que se levantaron cada uno con registro tridimensional.
Del Entierro 74 (RT 12098; N464 E112 Z= 2278.583-2278.399 msnm) se encontró un cráneo posible-
mente masculino, adulto, con el frontal roto y aplanado junto con atlas y axis (RT 12111; orientación de 30
grados), una vértebra (RT 12019), un fragmento de cráneo (RT 12098), un molar (RT 12097); y materiales
como un tapaplato (RT 12017).
Del Entierro 76 (RT 12112; N464 E112 Z= 2278.579-2278.449 msnm) se encontró un cráneo fragmenta-
do (parietal, occipital y parte del frontal, porción del maxilar) de un adulto posiblemente masculino (RT
12112), una falange (RT 12079), una vértebra (RT 12018), un molar (RT 12115). Parece un entierro secundario
(posible orientación de 70 grados). Quizás la mandíbula (RT 12209) esté asociada con este cráneo. En el área
de actividad en general se encontró una cazuela y un cuenco (RT 12199), molares (RT 12080, 12204), una
cuenta de obsidiana (RT 12096), un fragmento de plato (RT 12180), un incensario (RT 12197), una aplicación
(RT 12202), una vértebra (RT 12200), una mandíbula (de un individuo masculino menor de 21 años asociada
con un arco vertebral dorsal de un niño menor de meses)(RT 12209), una cuenta de obsidiana (RT 12201),
dientes (RT 12203, 12205, 12206, 12207). Está asociada con el AA 180 y Entierro 75; por su cercanía puede ser
una misma área de actividad.
Muestras del En 74: flotación (69651), fitolitos (69652), polen (69653), química (69654).
Muestras del En 76: flotación (69650), química (69648), polen (69655), fitolitos (69656), hidratación
de obsidiana (69649).
Fotos: rollos HHHH (4-1), IIII (8-6), KKKK (31-27), LLLL (20-16); y rollos 78 (32-36), 79 (28-29), 81
(6-10), 82 (23-26).

· Área de actividad 180: E1 C161 N464 E112 AA180 R2.

· Entierro 75: Z= 2278.594-2278-396 msnm. Está a 1.92 m de distancia del muro norte del C161 descansando
sobre el relleno 2 de la fosa; se encuentra debajo de un posible altar. El entierro (RT 12113; N464 E112 Z= 2278.599-
2278.421 msnm) es un cráneo de un adulto medio en buen estado de conservación, a pesar de estar muy fragmen-
tado, posiblemente masculino, con fragmentos de la primeras dos vértebras cervicales, algunos dientes con caries
muy pronunciadas, y con asociación de la costilla derecha de un infante menor a 6 meses, con orientación de 27
grados, dentrode una cazuela; es de forma circular con un diámetro de 84 cm por 19 de espesor. La matriz del R1
es de textura areno-limosa, color en seco 10YR 5/3 café y en húmedo 10YR 2/2 café muy oscuro, pH de 6 y pocos
carbonatos, el R2 tiene textura areno-limosa, color en seco 10YR 4/2 café grisáceo oscuro y en húmedo 10YR 2/2
café muy oscuro, pocos carbonatos, y pH de 7. Los materiales que se hallaron son el cráneo del Entierro 75 (RT

503
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

12113), una cazuela (RT 12198), un molar (RT 12080) y una vértebra (RT 12200) que estaban entre esta AA y el
AA 179. Está asociada con el AA 179 y Entierros (74 y 76), que pueden formar parte de una misma AA.
Muestras: flotación (69528), química (69527), polen (69525), fitolitos (69526), hidratación de obsidiana (69529).
Fotos: rollos HHHH (4-1), IIII (8-6), KKKK (31-27), LLLL (20-16), y rollos 78 (32-36), 79 (28-29), 81
(6-10), 82 (23-26).

· Área de actividad 199: E1 C161 N463 E110 AA199 R3 Z= 2278.460 msnm. Ubicada en el cuarto 161, el AA
no se excavó por cuestiones de tiempo pero se registraron los materiales asociados con número de bolsa, que
son tezontle (71347), dos núcleos (71348, 71351), una aplicación (71349), un hueso trabajado (71350) y lítica
tallada (71352). La matriz del relleno es de fragmentos de tezontle y carbón.

· Área de actividad 202: E1 C161 N465-466 E112-113 AA202 R3 Z= 2278.523-2278.429 msnm. Se encontró a
33 cm del muro este del C161 y a 54 cm del altar, descansando sobre el apisonado 1B; es una concentración de
cerámica; es de forma irregular de 35 por 45 cm y 9.4 cm de espesor. Tiene un relleno de matriz arenolimosa
con color en seco 10YR 3/2 café grisáceo muy oscuro y en húmedo 10YR café muy oscuro, pocos carbonatos y
pH de 8. Los materiales que estuvieron presentes fueron cerámica, lítica, pizarra y hueso pero ninguno con
registro tridimensional. Está asociada con las AA 167, 179 y 180.
Muestras: flotación (70822, 70837), química (70823, 70838, 70920), polen (70824, 70839, 70921), fitolitos
(70825, 70840).
Fotos: rollo NNNN (22-20) y rollo 84 (17-20).

· Área de actividad 209: E1 C161 N465 E110-111 AA209 R3 Z= 2278.469-2278.339 msnm. Localizada a 36
cm con respecto al muro norte del cuarto 161; es una zona de depósito de materiales de desecho pétreos; de
forma circular de 37.17 cm de diámetro y 13 cm de espesor. Tiene un relleno de matriz arenosa, con color en
seco 10YR 5/4 café amarillento y 10YR 3/4 café amarillento oscuro, pocos carbonatos y pH de 7.5. Se trata de
un metate (RT 12469) fragmentado en dos partes incompleto con su metlapil (RT 12468), además de otras
piedras asociadas; se encontró un alisador (RT 12435) por debajo del metate. Está asociado con el muro norte
del cuarto 161 y un posible percutor.
Muestras: flotación (71359), química (71530), polen (71529), fitolitos (71528), termoluminiscencia (71524).
Fotos: rollo PPPP (13-12) y rollo 86 (24-25).

· Área de actividad 218 (pozo de saqueo): E1 C161 N464 E111 AA218 Z= 2278.15-2278.366 msnm (restar
10 cm) desde R3 hasta el firme de tepetate. Es un pozo de saqueo moderno, ubicado a 1.32 m del muro orien-
tal, y el pozo fue localizado en el eje principal del templo con tableros decapitados. Tuvo un diámetro de 74
cm, y un espesor inicial de 21.6 cm. Tuvo un contorno irregular, aunque tiende a ser redondo. La matriz fue de
tierra compactada, con clavos oxidados, hilo elástico, vasos de unicel, bases de cohetes, adornos de la fiesta
patronal. Es probable que esté relacionada con una fosa en el mismo lugar, excavada en temporadas pasadas.
También es probable que el saqueo ocurriese en el 2005, después de la fiesta patronal, cuando no estábamos
en campo. Desgraciadamente la ubicación fue tan precisa, encima de los cráneos de los entierros principales
de tiempos Tlamimilolpa (En 105-108), que suponemos un saqueo deliberado de gente que conocía lo que
hallamos en el sector en la temporada 2004 (incensarios tipo teatro y varios de los cráneos en vasijas del se-
gundo sector).
Muestras: flotación (72782).
Fotos: rollos blanco/negro UUUU (fotos 12-14); color 91-92 (fotos 21-24).

CUARTO 162: Este cuarto yace abajo del C62. Pudimos constatar que los teotihuacanos protegían contex-
tos importantes para ellos (estructuras tipo basamento, zonas de enterramientos y ofrendas) abatiendo muros
de recintos posteriores, y echando los muros con los aplanados hacia abajo. En ocasiones, como en C162F, en
el firme de un piso (P2B), había varias fosas de ofrendas y entierros juntas.

· Área de actividad 61: E1 C162 N467 E103 AA61 P3/P4 y muro Z= 2278.831-2278.223 msnm. Se trata
de una fosa ovalada de 70 por 46 por 30 cm, en cuyo interior se halló tierra con grava, tezontle rojo, cantos
rodados y estuco. Se excavaron tres rellenos, de los cuales se obtuvo cerámica y lítica tallada. Tiene una fun-
ción ritual, y quizá esté asociada con el AA48 y AA62.
Muestras: flotación (34209, 34219, 34228), fitolitos (34206, 34218, 34225), polen (34207, 34214, 34227),
química (34212, 34217, 34226), termoluminiscencia (34208, 34221), paleointensidades (34213, 34222), EH/pH
(34205, 34216, 34224).
Fotos: rollo 35 (10-11), rollo LL (39-29).

504
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 62: E1 C162 N467 E103 AA62 Piso 3 y muro Z= 2278.831.2278.370 msnm. Es una
fosa de 40 por 40 por 20 cm, más o menos cuadrangular, relleno de gravas, tezontle rojo y estuco. Se excava-
ron dos rellenos. Está asociado con las AA 48 y 61.
Muestras: flotación (34230, 34399), polen (34231, 34400), fitolitos (34233, 34401), química (34232,
34402), termoluminiscencia (34235, 34404), paleointensidades magnéticas (34297, 34405), EH/pH (34234,
34403).
Fotos: rollo 35 (10-11), rollo LL (30-29).

CUARTO 162A: Ubicado bajo C62, se trata de un cuarto rectangular, construido con tezontle, basalto, tepe-
tate y adobe, de 2.30 por 0.72 m, ubicado en E1 C162A N467-469 E100-101 Z= 2279.326-2278.603 msnm. El
muro norte es de roca y tuvo un ancho de 85 cm; se conservaron tres hiladas a una altura de Z= 2279.326
msnm. El muro este fue de adobe; tuvo un ancho de 40 cm, y se conservó a una altura de Z= 2278.914 msnm.
El muro sur fue de roca, con un ancho de 65 cm, y tres hiladas de alto (Z= 2278.918 msnm). El muro oeste
también fue de roca y también tuvo 3 hiladas, con un ancho de 87 cm. (Z= 2279.016 msnm). Se excavaron tres
rellenos de tierra compacta limo-arenosa, de color 10YR 4/2, 4/3 y 5/3, y un pH de 7-8.

CUARTO 162B: En E1 C162B N462-466 E101-102 Z= 2279.036-2278.749 msnm, se halló un cuarto rectangu-
lar, construido con basalto, tezontle, lajas y adobes, de 4.72 m en sentido N-S y 2.22 m. E-W. El acceso posible-
mente se hallaba al norte, pero no se puede delimitar; aproximadamente tuvo 84 cm de ancho, y está a una
altura de Z= 2278.706 msnm.
El muro norte tuvo 95 cm de largo, 70 cm de ancho, dos hiladas de adobe y está a una Z= 2278.918 msnm.
El muro este tuvo un largo de 2.13 m, un ancho de 40 cm, y Z= 2278.85 msnm. El muro sur tuvo un largo de 2.16
m, un ancho de 80 cm, y Z= 2279.036 msnm. El muro oeste tuvo un largo de 4.10 m, un ancho de 35 cm, y una
Z= 2278.873-2278.793 msnm.
Se excavaron tres rellenos en el interior del cuarto, de tierra areno-arcillosa, con gravas, moderada presen-
cia de carbonatos, un pH de 7-8. Se halló el Piso 1a, a través del cambio de textura; se caracteriza por poseer
una gran dureza; presentó un firme de arenas de finas a medias, con fragmentos de tepetate molido y en algu-
nas ocasiones, ceniza; está a Z= 2278.749 msnm. Este cuarto estuvo asociado con las AA95 y AA96.

· Área de actividad 95: E1 C162B N465 E101 R1/firme de R2 AA95 Z= 2278.831-2278.99 msnm. En área de
0.74 por 1.17 m por 15 cm, se halló un fogón posiblemente asociado con un área de producción artesanal (a 40
cm del muro norte de C162B) con un pH de 8, reacción moderada al ácido clorhídrico, asociado con 267 ties-
tos cerámicos, cerámica con pigmento, 101 navajillas de obsidiana, 2 de lítica tallada, 2 cm de mica, 124 restos
óseos, 37 pizarras, 3 lapidaria, un fragmento de madera. Al este colinda con el AA96 que es una fosa de saqueo.
Se hallaron varios registros tridimensionales: aplicaciones cerámicas (RT 8261, 8362, 8392), fragmentos de fi-
gurillas (RT 8262, 8269, 8361), brazo de figurilla títere (RT 8343, 8397), esferas cerámicas (RT 8303, 8367, 8395,
8396), tejo (RT 8345), miniaturas (RT 8346, 8401), cerámica estucada (RT 8360), cuenta de cerámica (RT
8369), concha (RT 8394), caracol (RT 8302, 8344), cuenta en concha (RT 8393), placa de tortuga (RT 8363),
cuenta de obsidiana (RT 8304), núcleo de obsidiana (RT 8368), alisador de tezontle (RT 8270).
Muestras: flotación (52504, 53304), química (52506), polen (52612), fitolitos (52613), hidratación de obsi-
diana (52611), paleointensidades magnéticas (52614, 53307), radiocarbono (53306), termoluminiscencia (53305).
Fotos: rollo YY (33-30, 13-11), rollo 47 (5-8, 16-18).

· Área de actividad 96: E1 C162B y C162C N464-465 E102-103 R2-R3 AA96 Z= 2278.814-2278.512 msnm.
Se trata de una fosa de saqueo moderna que parte el muro norte-sur que limita los dos cuartos; se encuentra
al este del AA95. Tiene 1.52 por 1.86 por 0.30 m y es ligeramente ovalada. Tiene un relleno areno-limoso con
gravas, alta pedregosidad, nódulos de tepetate y calcita, y un pH entre 7 y 8. Se halló 923 fragmentos de cerá-
mica (incluso moderna hasta R3, incluso un fragmento de molde cerámico moderno), un fragmento de can-
delero (RT 8357), 26 fragmentos de hueso de animal, 69 obsidiana gris y verde (desecho de talla), un fragmen-
to de núcleo prismático, 3 fragmentos de obsidiana pulida, 37 lascas de basalto, 12 fragmentos de laja de
basalto, 10 fragmentos de desecho de pizarra, una concha, un fragmento de alabastro, dos fragmentos de ma-
nos de metate (RT 8409, 8420), un fragmento de vidrio.
Muestras: flotación (53133, 53264, 53605, 53723, 54007, 54175, 54071), polen (53098, 53262, 53606, 53722,
54005, 54174, 54069), fitolitos (53131, 53263, 53608, 53724, 54006, 54172, 54068), química (53132, 53265, 53607,
53725, 54008, 54173, 54070), termoluminiscencia (53135, 53266, 53609, 53727, 54010, 54177, 54073), paleointen-
sidades magnéticas (53134, 53268, 53610, 53729, 54011, 54178, 54074), hidratación de obsidiana (53136, 53267,
53604, 53726, 54009, 54176, 54072), carbón (53728).
Fotos: rollo YY (18-14), rollo 47 (9-15).

505
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

CUARTO 162C: Este cuarto rectangular se encuentra ubicado en E1 C162C N465-469 E102-106 Z= 2278.957-
2278.603 msnm. Tuvo 4.60 por 4.10 m. El acceso posiblemente se encuentra hacia el este. Está construido con
roca volcánica, tezontle, tepetate, lajas y adobe. El muro norte tiene 0.60 m de ancho, tres hiladas de alto. El
muro sur tiene aproximadamente 0.35 m de ancho y dos hiladas de alto. El oeste tiene de ancho 0.35 m y dos
hiladas de alto. El muro este tiene 0.33 m. - 0.45 m de ancho, dos hiladas de alto. Se excavaron tres rellenos de
tierra arenosa-arenoarcillosa de color café (10YR 4/4) en seco, y café oscuro en húmedo (10YR 3/4), con pH
de 8-9, y una moderada presencia de carbonatos. El Piso 2 está ubicado a Z= 2278.629 msnm, Piso 2A Z=
2278.509 msnm. Estuvo asociado con las AA 96, 101, 102

· Área de actividad 98: E1 C162C N468-469 E104 R2-R3/P2 AA98 Z= 2278.739-2278.63 msnm. Pegada al
muro norte del C162C, en un diámetro de 39 por 30 por 10 cm, se halló una concentración de objetos: cerámi-
ca (6 fragmentos, además de dos cajetes: uno completo: RT 8488, que descansa sobre aplanado de lodo pinta-
do de rojo, y otro cajete fracturado: RT 8489), una prepunta de obsidiana, estuco y lodo pintado de rojo, piza-
rra (3 fragmentos que al parecer contiene carbón), un hueso pequeño de animal, cuarzo. Está asociada con
AA 101.
Muestras: flotación (53295, 54064), polen (53296, 54065), química (53297, 54067), fitolitos (53298,
54066).
Fotos: rollo ZZ (28-23, 6-1), rollo 48 (14-19), rollo 49 (5-8).

· Área de actividad 101: E1 C162C N468-469 E102-103 Piso 2 AA 101 Z= 2278.619-2278.364 msnm. Es una
fosa semicircular de saqueo prehispánico, de 92 por 57 por 25 cm, ubicada junto al muro norte y a 49 del muro
oeste del cuarto. Se excavaron tres rellenos limosos, con pH de 7, color café pálido, en seco (10YR 6/3) y café
amarillento oscuro (10YR 4/4), en húmedo. Se hallaron 67 tiestos de cerámica, un proyectil de cerbatana
(RT 8487), una carita de figurilla (RT 8509), un bracito de figurilla (RT 8510), 5 fragmentos de lítica tallada, 5
de pizarra, 6 de hueso de animal, 2 lajas y 9 fragmentos de estuco.
Muestras: flotación (54290, 54298, 54310), química (54292, 54299, 54311), polen (54291, 54312, 54300), fi-
tolitos (54293, 54313, 54301), termoluminiscencia (54289, 54314).
Fotos: rollo 49 (12-16), rollo AAA (37-33).

· Área de actividad 102: E1 C162C N465-466 E103 R3/P2 AA 102 Z= 2278.627-2278.572 msnm. Se trata de
una concentración de objetos en un área de 57 por 68 por 15 cm, en el sector suroeste del C162C, a 68 cm del
muro sur del cuarto. Se halló una vasija fragmentada (con abundantes fragmentos de mica en su interior), una
esfera de cerámica (RT 8517), un fragmento de figurilla (RT 8516), fragmentos de mica, de huesos de animal
(algunos quemados), uno de pizarra. Está asociada con la fosa de saqueo (AA96), a un fragmento de cuchillo,
y posiblemente a una mandíbula, una aguja de hueso, caritas de figurilla.
Muestras: flotación (54326, 54369), química (54327, 54371), polen (54328, 54370), fitolitos (54329, 54372),
carbón (54276).
Fotos: rollo AAA (29-24), rollo 49 (20-24).

CUARTO C162D: En E1 C162D N462-466 E100 Z= 2278.169-2278.91 msnm. Se trata de un pasillo con un
piso de estuco muy bien conservado, ubicado al oeste del C262B, y que colinda con un área no excavada (ha-
cia el oeste) pues está un gran pirul. Tuvo 440 por 0.62 m. Z= hasta 2278.169 msnm: Piso 2). Está construido
con adobes, tepetate y basalto. Se excavaron tres rellenos de tierra suelta con gravas, gris cafetoso claro (en
seco) y café amarillento oscuro (en húmedo); un pH de 8, con escasos carbonatos. Se halló el Piso 1A a Z=
2278.618 msnm, con un firme de 5 cm de espesor de tezontle con gravas, y posteriormente 20 cm de tepetate
con mortero de tezontle. El muro norte se conservó con un ancho de 1.18 m y un alto de 29 cm. (dos hiladas, a
Z= 2278.91 msnm); el muro este tuvo un ancho de 30 cm y una altura de 18 cm. (dos hiladas; Z= 2278.798
msnm); el muro sur tuvo un ancho de 90 cm y una altura de 18 cm. (tres hiladas; Z= 2278.803 msnm). Este
cuarto estuvo asociado con el AA 100.

· Área de actividad 100: E1 C162D N463-464 E100 R3/R4 AA100 Z= 2278.783-2278.614 msnm. Pegada al
muro este de C162D, se halló una concentración de objetos, en un área de 1.78 por 0.73 por 0.168 m, en una
matriz arenosa. Se halló 400 tiestos de cerámica, aplicaciones cerámicas (RT 8456, 8457, 8458, 8459, 8468,
8471, 8480, 8481), piezas de juego (RT 8463, 8465, 8466, 8467, 8469, 8470, 8474, 8475, 8476, 8478, 8479, 8483),
miniatura (RT 8461, 8462), botón de cerámica (RT 8464), una carita teotihuacana (RT 8473), 24 fragmentos
de estuco, 5 fragmentos de hueso, 250 fragmentos de pizarra (algunos pintados de rojo), un fragmento de
mica, 48 fragmentos de obsidiana, caracol (RT 8460), concha (RT 8482), un diente humano (RT 8472), maíz
(RT 8477), uno de pigmento. Está asociada con contextos de entierros.

506
anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras: flotación (54104, 54393), fitolitos (54102, 54394), polen (54103, 54397), química (54105,
54396), carbón (54101, 54395), termoluminiscencia (54398, 54384), hidratación de obsidiana (54383).
Fotos: rollo 49 (1-4), rollo ZZ (7-8).

· Área de actividad 168: E1 C162D N463-465 E100 AA168 R4-5 Z= 2278.128-2278.422 msnm. Se ubica a lo
largo del “corredor” del cuarto 162D, descansando sobre el Piso 2. Es una acumulación de materiales diversos
con probable función ritual; tiene forma irregular de 60 por 2.90 cm y espesor de 29 cm. Los dos rellenos
constan de arena muy fina, color en seco 10YR 7/2 gris claro y en húmedo y 5Y 3/1 gris muy oscuro, reacción
fuerte al HCl y pH de 8. La acumulación de materiales consta de mica (RT 11648, 11660), un tiesto decorado
(RT 11649), fragmentos de cajete (RT 11651, 11652, 11653), un vaso (RT 11647), un plato (RT 11655), cerámica
(RT 11656), una olla (RT 11657), un cajete (RT 11658), una ánfora (RT 11659), tiestos (RT 11661, 11662), frag-
mento de olla (RT 11663), cuatro fragmentos de figurillas (carita: RT 11816; fragmentos: RT 11812, 11674; zoo-
morfa reptil: RT 11696), una navajilla prismática (RT 11650), lítica pulida (RT 11664), pigmento (RT 11654).
Está asociada con el “Templo de Tláloc” al oeste, al piso 2 del C162D.
Muestras: flotación (67752), polen (67749), química (67751), fitolitos (67750), ceniza (67762), tierra os-
cura (67763), hidratación (67764).
Muestras abajo del cajete: flotación (67756), polen (67753), fitolitos (67754), química (67755).
Muestras sobre el AA: flotación (67760), polen (67757), química (67759), fitolitos (67758), carbón (67761).
Fotos: rollo 74 (11-14), y rollo CCCC (8-6), foto digital y video.

CUARTO 162E: E1 C162E N462-466 E103-108 Z=.hasta 2278.198 msnm. Está ubicado al sur de C162F, y con
acceso en un tiempo al patio principal del conjunto: C6. Este cuarto tiene aproximadamente 3.30 m por 2.50
m de superficie interna. Se inició su excavación en el Relleno 5 hasta el R6/Piso 2, mismo que se despejó en
todo el cuarto (se observó que está quemado). Sólo en la porción noroeste yacía un piso anterior fragmenta-
do (Piso 1a). El Piso 2 (con huellas de quemado) está al nivel del Piso 12 del patio principal del conjunto (C6)
y originalmente tenía un acceso desde el patio, con muritos muy delgados (Piso 2: Z=2278.054-2278.184
msnm). Posteriormente, se rellenó con adobes junto a los muros, y se dispusieron muros más anchos sobre
los delgados (el muro ancho del sur fue desmontado, dejando el espesor original, y el del norte fue un añadi-
do posterior para separar dos ambientes).
Este cuarto es anterior al C162F, ya que su piso 2 pasa por debajo del piso 2B de este cuarto C162F, y es la
base de la serie de fosas.

· Área de actividad 188: E1 C162E N464 E104-105 AA188 P2 Z =2278.210-2277.984 msnm. Se localiza a 50
cm del muro norte del C162; se pensó en un principio que era una fosa pero no lo era; tiene forma irregular de
95 por 59 cm de diámetro por 22.6 cm de espesor. Tiene tres rellenos de matriz arcillosa, con color en seco
10YR 6/3 café pálido y en húmedo 10YR 2/2 café muy oscuro, sin carbonatos y pH de 8. No hubo materiales
significativos. Está asociada con un muro interno que corre de este a oeste.
Muestras: flotación (70146, 70150, 70154), química (70145, 70149, 70153), polen (70143, 70147, 70151), fi-
tolitos (70144, 70148, 70152).
Fotos: rollos LLLL (5) y 79 (30).

· Área de actividad 195: E1 C162E N463 E105-107 AA195 P2 Z= 2278.193-2278.003 msnm. Se ubica a 1.14 m
del muro norte y a 0.63 m del muro sur del cuarto 162E; en un principio se pensó que era fosa pero no lo era;
tiene forma irregular con diámetro de 134 por 60 cm por 19 cm de espesor. Consta de 3 rellenos: firme, apiso-
nado, y relleno. No se encontraron materiales en el interior. Está asociada con el muro interno que corre de
norte a sur y a los muros norte y sur.
Muestras: flotación (70880, 70881).
Fotos: rollo NNNN (31-30) y rollo 84 (6-9).

CUARTO 162F: Ubicado en N465-467 E102-108 Z= hasta 2278.22 msnm, inmediatamente al norte de
C162E. Originalmente un patio (se veían bajadas de agua) al sur de un pórtico, de 4.80 por 2.25 m, con muros
con alturas de 18 cm para el muro norte y 62 cm para el muro sur; tuvo una historia constructiva muy dinámi-
ca. Bajo el Piso 2, yacía otro piso denominado Piso 2B (Z= 2278.471 msnm) , y posteriormente otro: Piso 2C
(Z= 2278.22 msnm).
Debajo de la bajada de agua con un pequeño pretil hacia el este, bajo el Piso 2a, se halló un cajete grande
en una pequeña fosa, la primera de una serie de fosas alineadas E-W en dos hileras, todas en el firme del Piso
2B. Consideramos que era una zona de enterramientos anexa (hacia el este) a la estructura norte que limita el
patio ritual, y cuyo piso fue puesto encima de todas las fosas.

507
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Área de actividad 140A: E1 C162F N465 E107-108 Firme Piso 2B Z= 2278.471-2278.366 msnm. Ubicada
en la esquina sureste y contigua al AA140B y 140C, esta fosita de 30 cm de diámetro mayor por 10.5 de espesor,
aproximadamente y de forma ovalada, contaba con dos cajetes (RT 10,877, 10,878 y 10,879), más o menos uno
dentro de otro, y fragmentos de otro, además de lítica escasa, asociados con la bajada de agua. El cajete del
oeste contenía fragmentos del cuello de una olla.
Muestras: flotación (64,827, 64,834, 64,838), polen (64,836, 64,840), química (64,835, 64,839), fitolitos
(64,837, 64,841), termoluminiscencia (64,828), paleointensidades (64,829).
Fotos: rollo WWW (22-20, 16-14), rollo 68 (15-17, 21-23).

· Área de actividad 140B: E1 C162F N465 E106-107 AA140B firme P2B Z= 2278.437-2278.311 msnm. Otra
fosita contigua a AA140A y AA140C, circular y de unos 30 cm de diámetro por 12.9 cm de espesor, tiene un
gran cajete anaranjado delgado, completo en un 70%, además de algo de lítica
Muestras: flotación (65159, 65162, 65169, 65170), polen (65164), química (65163), fitolitos (65165), termo-
luminiscencia (65166, 65167), paleointensidades (65168).
Fotos: rollo XXX (30, 13-12), y rollo 69 (6, 22-23).

· Área de actividad 140C: E1 C162F N465 E106 AA140C firme Piso 2B Z= 2278.439-2278.316 msnm. Otra
fosita más, contigua a AA140A y AA140B, en la esquina sureste del Cuarto 162F. Es circular, de 22 cm de diáme-
tro y 12.3 cm de espesor. Contuvo un gran cajete negro pulido semicompleto (RT 10,938) y dos navajillas (10,939
y 10,940). Está asociado con la caída de agua. La matriz es tierra limo-arenosa, de estructura granular, con gra-
vas, con pH de 8 y color en seco de 10YR 6/3 (café pálido) y 10YR ¾ (café amarillento oscuro) en húmedo.
Muestras: flotación (65155), química (65156), polen (65157) y fitolitos (65158).
Fotos: rollo XXX (30, 13-12) y 69 (6, 22-23).

· Área de actividad 141: E1 C162F N465 E105-106 AA141 Entierro 42 firme del P2B Z= 2278.44-
2278.204 msnm. Ubicada también en el sector sureste del cuarto, se trata de otra fosa de forma cilíndrica, de
42 por 30 por 23.6 cm; en ella apareció el siguiente entierro:
· Entierro 42: (N465 E106 Z= 2278.32-2278.236 msnm) es un entierro infantil de neonato en posición decú-
bito dorsal flexionado (pero con la pierna derecha extendida alrededor del cajete adyacente, siguiendo su
contorno: RT 10,949), en el sector oeste, con una orientación de 24 grados azimuth, y al este yacía un plato
con un cajete o vaso boca abajo (RT 10,951 y 10,952), encima de él, junto con dos navajillas (RT 10,950) y algo
de lítica y hueso. Alrededor hubo restos óseos dispersos de otro individuo infantil.
Muestras: flotación (65372, 65508, 65526), química (65373, 65509, 65527), polen (65502, 65510, 65528), fitoli-
tos (65503, 65511, 65519, 65529), muestra de cavidad torácico (65512), ADN (65514), termoluminiscencia (65514).
Fotos: rollo XXX (30, 11-7), YYY (26-24, 23-22), 69 (6, 24-28), 70 (10-12, 13-14).

· Área de actividad 142-144: E1 C162F N465-466 E105-106 AA142-144 Bajo Piso 2B Z= 2278.479-2277.494
msnm. Al inicio pensamos que eran tres pequeñas fosas como las anteriores, pero resultó ser una sola gran
fosa excavada en el relleno del piso (como AA140A-B-C, 141, 145, 146, 147, 148, 152), y de alguna manera sella-
da por el piso mismo, dispuesta sobre un antiguo altar (AA216), quizá de tiempos Tlamimilolpa, de 1.30 por
1.10 por 0.985 m. Se excavaron ocho rellenos con cerámica (fragmentos de cajete: RT 11061, 11062), un frag-
mento de máscara (RT 11619, 11306, 11476, 11477), máscara con pintura (RT 11305), candeleros (RT 11059,
11087), lítica (RT 11937; navajillas: RT 11083, 11611), cuenta de jadeíta (RT 11606), hueso, fragmento de aguja
(RT 11089), concha (RT 11060, 11307, 11940), concha trabajada (RT 11086), cuenta de concha (RT 11617), cara-
col (RT 11065, 11088, 11286, 11308, 11309, 11942, 11943), pizarra, pigmento (RT 11941), aplicaciones (RT 11618),
fragmento de figurilla (RT 68896), copa (RT 11939), además de varias vasijas completas (dispuestas en cuatro
niveles) que contuvieron cráneos de adultos jóvenes, cada uno en una cazuela o cajete (vajilla pulida: RT
11081, 11082, 11063, 11064, 11304, 11610), y la mayoría tapados con otro vaso, tapaplato, cajete o cazuela. Dos
fueron removidos de su lugar original (presentan deformación craneana), y como entierros secundarios (En
46), fueron dispuestos en la fosa.
La fosa contuvo cuatro niveles de cráneos (individuos decapitados), la mayor parte dentro de una cazuela
y tapados con otra vasija, al igual que 6 infantes dispuestos en los primeros dos niveles de decapitados. En la
primera capa están los cráneos: En 46, 47, 48, 50, 52, 53 y 55. El segundo nivel contuvo a los cráneos: En 65, 66,
67, 69 y 70. El tercer nivel incluyó a los cráneos: En 81, 82 y 83. El cuarto nivel incluyó a los cráneos: En 93 y 94.
Los infantes están ubicados en el primer nivel (En 45, 49, 51, 56, 57, 61).

· Entierro 45: (RT 11074; N466 E105 Z= 2278.204 msnm) es un infante neonato con un ángulo cráneo-pie de
280 grados y el cráneo tenía una orientación de 20 grados: cajete pulido negro (RT 11075) con navajilla (RT 11076).

508
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Entierro 46: (RT 11314, N466 E106 Z= 2278.229 msnm) es un cráneo secundario de un adulto posible-
mente masculino de 40 a 50 años, tapado con cajete curvo-divergente con borde directo, pulido, café oscuro
(RT 11315). No presentaba vértebras, y tenía una orientación de 120 grados.
· Entierro 47: cráneo de juvenil (RT 11287; N466 E106 Z= 2278.264 msnm) con caries, atrición dental
marcada, posiblemente femenino, con una orientación de 120 grados azimuth, dentro de cazuela Anaranjado
San Martín (RT 11289) tapada con un cajete pulido (RT 11288). Tiene pigmento rojo. Conserva las tres primeras
vértebras.
· Entierro 48: cráneo de juvenil (RT 11290; N466 E106 Z=2278.244 msnm) posiblemente masculino,
dentro de cazuela Anaranjado San Martín (RT 11292) tapada con cajete pulido (RT 11291). Presenta caries, y
las vértebras atlas y axis. Orientación de 60 grados azimuth.
· Entierro 49: (RT 11077; N466 E105 Z= 2278.274 msnm) es un infante neonato, bien conservado, den-
tro de cajete pulido negro (RT 11079) y tapado con cajete pulido (RT 11078). Le faltaba parte de la pelvis y el
esternón. Estaba en posición decúbito lateral izquierdo flexionado con cráneo en norma lateral izquierda y
orientación de 255 grados.
· Entierro 50: (RT 11612; N465 E106 Z= 2278.234 msnm) es un cráneo de adulto medio, posiblemente
masculino, con caries y periodontitis, y dos vértebras, además de pigmento rojo. Orientación de 260 grados.
· Entierro 51: (RT 11293; N466 E106 Z= 2278.254 msnm) es un infante neonato (RT 11293), dentro de
cajete pulido negro (RT 11303) tapado con cajete pulido (RT 11302), y acompañado de dos caracoles (RT
11294, 11301) y una navajilla (RT 11310). Estaba en posición decúbito dorsal flexionado, con las extremidades
superiores extendidas y las inferiores flexionadas, y una orientación de 150 grados.
· Entierro 52: cráneo (RT 11311; N466 E106 Z= 2278.204 msnm) de un individuo juvenil masculino,
entre 24 y 35 años de edad, con las dos primeras vértebras cervicales, con cinabrio, en mal estado de conserva-
ción) dentro de cazuela Anaranjado San Martín (RT 11313) tapada con tapaplato Mate Burdo (RT 11312).
Orientación de 70 grados.
· Entierro 53: cráneo de adulto joven posiblemente masculino (RT 11454; N466 E106 Z= 2278.214
msnm), muy deteriorado, dentro de una cazuela Anaranjado San Martín (RT 11456) tapada con un tapaplato
Mate Burdo (RT 11455). Estaba cubierto de pigmento rojo. Tenía caries y periodontitis. Tuvo una orientación
de 160 grados.
· Entierro 55: cráneo de adulto posiblemente masculino con caries dental (RT 11464; N466 E106 Z=
2278.264 msnm) dentro de una cazuela Anaranjado San Martín (RT 11466) cubierta con un tapaplato Mate
Burdo (RT 11469) y acompañado con un fragmento de máscara (RT 11465). Orientación de 80 grados.
· Entierro 56: infante neonato dentro de cajete pulido negro (RT 11458; N466 E106 Z= 2278.124
msnm), acompañado de caracoles (RT 11459, 11460), una aplicación (RT 11461) y candeleros (RT 11463,
11462). Estuvo en posición decúbito dorsal flexionado con una orientación de 250 grados.
· Entierro 57: infante neonato, en posición no discernible pues parecía removido (RT 11607; N466
E106 Z= 2278.144 msnm). Aparecen fragmentos del torso y cráneo.
· Entierro 61: infante neonato (RT 11470; N466 E106 Z= 2278.124 msnm), en muy buen estado de con-
servación, con dientes en formación, en decúbito lateral izquierdo flexionado, orientado a 160 grados; dentro
de cajete pulido negro (RT 11472) y acompañado de una navajilla prismática (RT 11471).
· Entierro 65: (N466 E106 Z= 2278.074 msnm) cráneo de un individuo adulto joven masculino, (muy
fragmentado y en pésimo estado de conservación, pero con la mandíbula en buen estado, de un individuo
masculino de 40 a 45 años de edad, con las primeras tres vértebras cervicales fragmentadas; RT 11635) dentro
de cazuela Anaranjado San Martín (RT 11637) tapada con un tapaplato Mate Burdo (RT 11636). Tuvo pigmen-
to rojo y estaba orientado a 90 grados.
· Entierro 66: (N466 E106 Z= 2278.064 msnm) cráneo de un adulto joven masculino de unos 25 a 35
años (muy fragmentado con mandíbula en buen estado; RT 11926), con las tres primeras vértebras cervicales)
dentro de cazuela Anaranjado San Martín (RT 11938) tapada con un tapaplato Mate Burdo (RT 11927). Tuvo
pigmento rojo, y una orientación de 190 grados.
· Entierro 67: cráneo de un adulto medio posiblemente femenino (RT 11929; N466 E106 Z= 2277.974
msnm), dentro de una cazuela Anaranjado San Martín (RT 11930). Estaba cubierto de pigmento rojo, y tuvo
una orientación de 120 grados.
· Entierro 69: (N466 E106 Z= 2277.874 msnm) cráneo de un adulto joven posiblemente femenino (RT
11931; muy fragmentado, de un individuo de 20 a 24 años de edad, con presencia de las primeras tres vértebras
cervicales, y con algo de cinabrio; los caninos presentas ligeras líneas de hipoplasia) dentro de cazuela Ana-
ranjado San Martín (RT 11933) tapada con un cajete pulido café oscuro (RT 11932). Estaba cubierto de pig-
mento rojo, y los fragmentos de mandíbula tenían una orientación de 190 grados.
· Entierro 70: cráneo de un individuo adulto joven (RT 11934; N466 E106 Z= 2277.954 msnm) muy
fragmentado y en mal estado de conservación, de un individuo posiblemente masculino, de 40 a 45 años de

509
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

edad, con las primeras tres vértebras cervicales y el hioides, y con cinabrio) dentro de una cazuela Anaranjado
San Martín (RT 11936) tapada con un cajete pulido café oscuro (RT 11935). Tuvo pigmento rojo, y estaba en
mal estado de conservación. Presentó caries en molares. Estaba orientado a 110 grados.
· Entierro 81: (N466 E106 Z= 2277.889 msnm) cráneo de un juvenil, posiblemente masculino con las dos
primeras vértebras cervicales y caries dental (RT 11951), dentro de una cazuela Anaranjado San Martín (RT
11953) tapada con un cajete pulido café oscuro (RT 11952). Tuvo pigmento rojo y una orientación de 100 grados.
· Entierro 82: (N466 E106 Z= 2277.874 msnm) cráneo de un adulto medio, posiblemente masculino,
con las primeras dos vértebras cervicales y caries (RT 11954), dentro de una cazuela Anaranjado San Martín
(RT 11956) tapada con un cajete pulido café oscuro (RT 11955). Tuvo pigmento rojo y una orientación de 125
grados.
· Entierro 83: (N466 E106 Z= 2277.864 msnm) es un cráneo (RT 11957) de un individuo adulto joven
masculino, muy fragmentado, con las primeras tres vértebras cervicales y restos de pigmento rojo) dentro de
una cazuela Anaranjado San Martín (RT 11863) tapada con un cajete pulido café oscuro (RT 11862). Tuvo una
orientación de 70 grados y estuvo asociado con cerámica.
· Entierro 93: (N466 E106 Z= 2277.669 msnm, RT 11884) es un cráneo de un adulto joven, posiblemente
masculino, con las dos primeras vértebras cervicales, dentro de una cazuela Anaranjado San Martín (RT 11886)
tapada con un cajete pulido café oscuro (RT 11885). Tiene pigmento rojo, y una orientación de 115 grados.
· Entierro 94: (N466 E106 Z= 2277.714 msnm) es un cráneo incompleto de un adulto medio posible-
mente masculino, con las cuatro primeras vértebras cervicales (algunas en fragmentos), dentro de una cazue-
la Anaranjado San Martín (RT 11889) tapada con un cajete pulido café oscuro (RT 11888). Está cubierto con
pigmento rojo y tuvo una orientación de 125 grados.
Muestras:
· flotación (65531, 65538, 66010 (dentro de RT 11082), 65592, 65582, 65568, 65574, 65596, 65765, 65772, 65591,
65984, 70193, 70197, 70205, 70007, 71677; 65852 dentro de cajete RT 11075; 66003 dentro de RT 11079; 67580
dentro del RT 11289; 67576 dentro del RT 11292; 67572 dentro del RT 11313; 66987 dentro del RT 11458; 67147
dentro del RT 11456; 67157 dentro del RT 11466; 67735 dentro del RT 11472; 68114 alrededor del En 50; 68873
dentro del RT 11637; 68880 dentro del RT 11928; 68886 dentro del RT 11930; 69994 dentro del RT 11956; 69998
dentro del RT 11863; 71281 dentro del RT 11886; 71285 dentro del RT 11889);
· química (65532, 65539, 66011 (dentro de RT 11082), 65593, 65583, 65569, 65575, 65597, 65766, 65773, 65985,
70194, 70198, 70002, 70008, 71678; 65853 dentro de cajete RT 11075; 66004 dentro de RT 11079; 67581 dentro
del RT 11289; 67577 dentro del RT 11292, 67573 dentro de RT 11313; 66988 dentro del RT 11458; 67148 dentro
del RT 11456; 67158 dentro del RT 11466; 67736 dentro del RT 11472, 68115 alrededor del En 50; 68874 dentro
del RT 11637; 68881 dentro del RT 11928; 68887 dentro del RT 11930; 69995 dentro del RT 11956; 69999 dentro
del RT 11863; 71282 dentro del RT 11886; 71286 dentro del RT 11889);
· polen (65533, 65540, 66012 (dentro de RT 11082), 65594, 65584, 65570, 65576, 65558, 65767, 65774, 65986,
70195, 70199, 70003, 70009, 71679; 65982 dentro de cajete RT 11075; 66005 dentro de cajete RT 11079; 67710
dentro del RT 11289; 67578 dentro del RT 11292; 67574 dentro del RT 11313; 67989 dentro del RT 11458; 67149
dentro del RT 11456; 67159 dentro del RT 11466; 67737 dentro del RT 11472; 68116 alrededor del En 50; 68875
dentro del RT 11637; 68882 dentro del RT 11928; 68888 dentro del RT 11930; 69996 dentro del RT 11956; 70000
dentro del RT 11863; 71283 dentro del RT 11886; 71287 dentro del RT 11889);
· fitolitos (65534, 65541, 66013 (dentro de RT 11082), 65595, 65585, 65571, 65577, 65559, 65768, 65775, 65987,
70196, 70200, 70004, 70010, 71680; 65983 dentro de cajete RT 11075; 66006 dentro de cajete RT 11079; 67711
dentro del RT 11289; 67579 dentro del RT 11292; 67575 dentro del RT 11313; 67990 dentro del RT 11458; 67150
dentro del RT 11456; 67160 dentro del RT 11466; 67738 dentro del RT 11472; 68117 alrededor del En 50; 68876
dentro del RT 11637; 68883 dentro del RT 11928; 68889 dentro del RT 11930; 69997 dentro del RT 11956; 70001
dentro del RT 11863; 71284 dentro del RT 11886; 71288 dentro del RT 11889);
· paleointensidad (65535); termoluminiscencia (65542, 65586); hidratación de obsidiana (68148, En 51:
66513); colágeno (En 45: 65995, En 49: 66002; En 51: 66515; En 56: 66992; En 61: 67740); carbón (En 55:
67161; En 61: 67832).
Muestras entierros: cavidad torácica (En 45: 65993; En 49: 66000; En 51: 66512; En 56: 66986; En 61:
67741), ADN (En 45: 65994; En 49: 66001; En 51: 66514; En 56: 66991; En 61: 67739); muestra sobre el cráneo
(En 48: 66383; En 52: 66627).
Fotos: rollos: 68 (34-36), 69 (7-8).
Fotos: rollo WWW (3-1), XXX (29-28).
A pesar de que después de dos rellenos se vio que era una sola fosa y no tres, en la parte superior se dividió el
material en tres sectores. En el sector correspondiente al AA142 (C162F N465 E106 bajo Piso 2B AA142), se
hallaron además: cajetes pulidos (RT 11081, 11082), navajillas (RT 11083, fragmento de máscara (RT 11619).
Muestras: flotación (66010), química (66011), polen (66012), fitolitos (66013).

510
anexo i: banco de datos de teopancazco

En el sector de la fosa correspondiente al AA 143 (C162F N466 E106 AA143 bajo Piso 2B), apareció cerá-
mica dispersa, pizarra, y se tomaron las siguientes muestras:
Flotación (65531, 65538), química (65532, 65539), polen (65533, 65540), fitolitos (65534, 65541), paleoin-
tensidad (65535), termoluminiscencia (65542).
En el sector de la fosa correspondiente al AA144 (C162F N466 E106 AA144 bajo Piso 2B), aparecieron:
cerámica, lítica, pizarra, hueso, candeleros (RT 11059, 11087), fragmentos de cajetes (RT 11061, 11062, 11304),
cajetes pulidos completos (RT 11064, 11063), máscara con pintura (RT 11305), máscara rota (RT 11306), cara-
coles (RT 11065, 11088, 11286), concha (RT 11060, 11307), concha trabajada (RT 11086), hueso (RT 11066),
fragmento de aguja (RT 11089).
Muestras: flotación (65592 dentro del RT 11061; 65596 y 65765 dentro del RT 11064; 65582, 65568, 65574,
65772, 65591), química (65593 dentro del RT 11061; 65597 y 65766 dentro del RT 11064; 65583, 65569, 65575, 65773),
polen (65594 dentro del RT 11061; 65558 y 65767 dentro del RT 11064; 65584, 65570, 65576, 65774), fitolitos (65595
dentro del RT 11061; 65559 y 65768 dentro del RT 11064; 65585, 65571, 65577, 65775); termoluminiscencia (65586).

· Área de actividad 145: E1 C162F N466 E105 AA145 firme Piso 2B Entierro 39 Z= 2278.481-2278.256
msnm. Es otra fosa ubicada al centro del cuarto, circular y de unos 30 cm de diámetro y 22.5 cm de espesor,
que contuvo el Entierro 39.
El Entierro 39 (RT 10941, N466 E105 Z= 2278.256 msnm) es el cráneo de un adulto joven, con deforma-
ción craneana posiblemente tabular oblicua y criba orbitaria (RT 10,942); se trata de un posible decapitado
con 7 vértebras anexas, y fue hallado en norma vertical, con orientación de 320 grados, asociado con algo de
cerámica, lítica y hueso animal. La matriz tuvo un pH de 8, era areno-limosa con estructura granular, color en
seco de 10YT (café pálido) y 10YR ¾ (café amarillento oscuro) en húmedo.
Muestras: flotación (65173, 65177), química (65174, 65178), polen (65175, 65179), fitolitos (65176, 65180),
termoluminiscencia (65181).
Fotos: rollo XXX (27, 15-14), 69 (9, 21-20).

· Área de actividad 146: E1 C162F N466 E104-105 AA146 Entierro 40 y Entierro 41 firme P2A Z=
2278.474-2278.248 msnm. Es una fosa con 2 entierros ubicada al centro del cuarto, dentro del firme P2A, que
descansa sobre un piso aún sin excavar, de forma ovalada de 38 por 54 cm con un espesor de 23.1 cm. Tiene
relleno de matriz areno-arcillosa, de color en seco 10 YR 6/3 café pálido y en húmedo 10 YR 3/4 café amari-
llento oscuro, con un pH de 8.5. En la fosa se encontraron 2 cráteres (RT 10,943 y 10,944), uno tapado con un
cajete (RT 10,946) y el otro con un vaso (RT 10945); en su interior se encontró un cráneo en cada uno:
el Entierro 40 (RT 10947; N466 E104 Z= 2278.272 msnm), que es un cráneo de adulto joven totalmen-
te colapsado y con pigmento rojo,
y el Entierro 41 (RT 10948; N466 E104 Z= 2278.252 msnm), con mandíbula y 2 vértebras en buen esta-
do de un adulto, con orientación de 320 grados, con pigmento rojo; alrededor se encontraron sólo 4 tepalca-
tes. Está asociada con las AA 145 y 147.
Muestras en general: flotación (65366), química (65367), polen (65368) y fitolitos (65369).
Muestras del En 40: química (65358), polen (65359), y fitolitos (65360).
Muestras del En 41: flotación (65361), química (65362), polen (65363), y fitolitos (65364).
Fotos: rollo XXX (26-25, 15-14); rollo 69 (10, 20-21).

· Área de actividad 147: E1 C162F N466 E104 AA147 Entierro 43 bajo P2B Z= 2278.482-2278.262
msnm. Se ubica al centro del cuarto dentro del P2B que descansa sobre el piso 2C aún sin excavar. Es una fosa
con un entierro (En 43).
El Entierro 43 (N466 E104 Z= 2278.262 msnm, RT 11,069) es un infante neonato, en posición decúbito
dorsal flexionado, con las extremidades superiores extendidas y las inferiores flexionadas, norma frontal y una
orientación de 195 grados azimuth; en mal estado de conservación y muy fragmentado; la fosa es de forma ci-
líndrica-ovalada de 43 por 60 cm, con 2 rellenos de profundidad de 22 cm, en la que se encontraron algunos
fragmentos de cerámica, lítica escasa y varios RT’s asociados con el entierro. Tiene dos rellenos de matriz
areno-limosa en seco y en húmedo, limo-arenosa, con color en seco 10 YR 7/2 gris claro y en húmedo 10 YR
4/4 café amarillento oscuro, con un pH de 8 y carbonatos de 5 o 4. Los materiales asociados con el entierro
constan de un vaso (RT 11,068), una base de vaso (RT 11,069), una lasca de obsidiana (RT 11,070), 24 cuentas
de obsidiana (RT 11,071), 7 caracoles (RT 11,072) y una cuenta de piedra verde (RT 11,073).
Muestras del R1: flotación (65564), química (65565), polen (65566) y fitolitos (65567).
Muestras dentro del vaso (RT 11,068): flotación (65838), química (65839), polen (65840) y fitolitos (65841).
Muestras del En 43: cavidad torácica (65843), ADN (65844), colágeno (65845), y muestra desconocida (65846).
Fotos: rollos 69 (10), y 70 (15-18, 27-29); rollos XXX (25-26) y YYY (21-19, 10-8).

511
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Área de actividad 148: E1 C162F N467 E103 AA148 firme del P2B Z= 2278.481-2278.256 msnm. Se trata
de una fosa saqueada (hoyo moderno de poste) dentro del firme del P2B, descansando sobre un piso aún sin
excavar; ubicada en el piso que está al norte, que es la separación con el otro cuarto. Tiene una forma circular
de 31 cm aproximados de diámetro, en dos rellenos con un total de 22.5 cm. No se encontraron elementos
macroscópicos de ningún tipo dentro de la fosa ni asociados con ella.
Muestras: flotación (65342), química (65343), polen (65344) y fitolitos (65345).
Fotos: rollo XXX (24); rollo 69 (11).

· Área de actividad 152: E1 C162F N467-466 E102 AA152 dentro del P2B Z= 2278.517-2278.277 msnm. Se
ubica en la esquina noroeste dentro del piso 2B descansando sobre el piso 2C; consta de una fosa saqueada
probablemente con función ritual. Tiene forma ovalada con un diámetro de 50 por 50 cm con un espesor de
24 cm ocupando 2 rellenos. En ella se encontraron materiales como cerámica, lítica, y una laja con baja densi-
dad de componentes. Está asociada con el AA 148.
Muestras: flotación (65778, 65784, 65789, y 65828), química (65779, 65785, 65822, y 65829), polen (65780,
65786, 65823, y 65830), fitolitos (65781, 65787, 65824, y 658731).
Fotos: rollos 70 (22-23), y YYY (14-15).

· Área de actividad 192: E1 C162F N465 E106 AA192 Bajo P2B Entierro 90 Z= 2278.369-2278.184
msnm. Se ubica en la esquina sureste del cuarto 162F, descansando sobre el piso 3 del cuarto 262F; es una fosa
sellada conteniendo un cráneo de un adulto medio decapitado dentro de una cazuela tapado con un cajete;
tiene forma circular de 30 por 32 cm de diámetro y espesor de 18.5 cm. Tiene dos rellenos de matriz areno-li-
mosa, con color en seco 10YR 4/2 café grisáceo oscuro y en húmedo 10YR 3/2 café muy oscuro; reacción al
HCl de 2 y pH de 8. Se encontró un cráneo incompleto y colapsado de un adulto, denominado Entierro 90
(N465 E106 Z= 2278.314 msnm, RT 11878), con pigmento rojo, con una orientación de 80 grados, en una ca-
zuela Anaranjado San Martín (RT 11880), cubierto con un cajete café con negativo en rojo (RT 11879). Está
asociada con las AA ubicadas bajo el P2B en la esquina sureste del cuarto.
Muestras: flotación (70655), química (70656), polen (70657), fitolitos (70658).
Fotos: rollos MMMM (27-21, 9-5), NNNN (37-30); y rollos 83 (11-16, 27-32), 84 (1-5).

· Área de actividad 197: E1 C162F N466 E106 AA197 bajo P2B Entierro 96 Z= 2278.329-2278.196
msnm. Se ubica en la esquina noreste del cuarto 162F bajo el piso 2B; es una fosa sellada conteniendo un en-
tierro (En 96); es de forma irregular de 41 por 30 cm y espesor de 13.3 cm. Tiene un relleno de matriz arenoli-
mosa, con color en seco 10YR 4/2 café grisáceo oscuro y en húmedo 10YR 3/2 negro, reacción al HCl de 2 y
pH de 8. Está asociada con el templo oriental.
En el AA se encontró el Entierro 96 (N466 E106 Z= 2278.269 msnm, RT 12344), que es un entierro in-
fantil neonato, secundario, incompleto (faltaba la extremidad inferior izquierda, parte del cráneo y partes de
las vértebras), cubierto con un cajete café oscuro de la vajilla pulida matado (RT 12345). Estaba en posición
decúbito dorsal flexionado.
Muestras: flotación (71577), química (71578), polen (71579), fitolitos (71580).
Muestras del En 96: cavidad torácica (71584), ADN (71582), colágeno (71583).
Fotos: rollo 86 (26-28, 31-33) y rollo PPPP (11-9, 6-4).

· Área de actividad 198: E1 C162F N466-467 E104 AA198 sobre P3 Z= 2278.342-2278.232 msnm. Se encon-
tró descansando sobre el piso 3; en un principio se pensaba que era una fosa sellada, pero en dos rellenos se
llegó a piso y no se presentaron materiales; es de forma redondeada de 77 por 76 cm y 11 de espesor. Tiene dos
rellenos de matriz arenosa, con gravas angulares y redondeadas. Solo se encontró un hueso trabajado (RT
12318). Está asociada con las fosas de los decapitados.
Muestras: flotación (71053, 70059, 71068, 70059), química (71502, 70058, 71067, 70058), polen (71050,
70056, 71065, 70056), fitolitos (71051, 70057, 71066, 70057).
Fotos: rollo OOOO (34-32), y rollo 85 (4-5).

· Área de actividad 201: E1 C162F N465 E105 AA201 R1 Z=2278.342-314 msnm. Se localiza junto al muro
sur de piedra del cuarto 162F y en el relleno 2 bajo el piso 2B descansando sobre un apisonado de tierra; es una
fosa en la que se encontró sólo un fragmento de cerámica estucada; tiene forma semicircular de 65 por 80 cm
y espesor de 7.7 cm. En el interior sólo se registró un fragmento de cerámica estucada (RT 12412).
Muestras: flotación (70947), química (70948), polen (70949), fitolitos (70950), carbón (70951), pa-
leointensidad (70952).
Fotos: rollo OOOO (31-30) y rollo 85 (6-7).

512
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 203: E1 C162F N465 E106 AA203 R1 bajo P2B Z= 2278.364-2278.259 msnm. Se ubica
en la esquina sureste del cuarto descansando sobre el R2 bajo Piso 2B; es una fosa abierta de forma redonda
de 26 por 24 cm y 10.5 cm. Consta de un relleno con matriz arenolimosa, con color en seco 10YR 6/2 café cla-
ro y en húmedo 10YR 3/2 café grisáceo muy oscuro, reacción al HCl de 3 y pH de 8. Se encontró un cajete
anaranjado delgado (RT 11883). Está asociada con las AA ubicadas bajo en piso 2B y en la esquina sureste.
Muestras: flotación (70667), química (70668), polen (70669), fitolitos (70670).
Fotos: rollo 84 (21-24, 31-34) y rollo 84 (19-17, 9-6).

· Área de actividad 210: E1 C162F N465 E106 AA210 R1 bajo P2B Entierro 97 Z= 2278.274-2278.167
msnm. Se encontró en la esquina sureste del cuarto 262F; es una fosa abierta en la que se encontró un entierro
(En 97); su forma es de media luna de 17 por 24 cm de diámetro y 10.7 cm de espesor. Tiene un relleno con
matriz arenolimosa, color en seco 10YR 4/2 café grisáceo oscuro y en húmedo 10YR 3/2 negro, reacción al
HCl de 1 y pH de 8. Está asociada con el AA 141, pues estaba debajo en una esquina.
En el AA se localizó el Entierro 97 (N465 E106 Z= 2278.239 msnm, RT 12346), un entierro secundario
infantil parcial (neonato) descansando en un cajete anaranjado delgado (RT 12348), y tapado con una olla negra
de la vajilla alisada (RT 12347). Tuvo una orientación de 270 grados y el cráneo se encontró en norma occipital.
Muestras del Entierro 97: ADN (71621), colágeno (71622).
Fotos: rollos 87 (1-4) y 86 (5-7), y rollo QQQQ (37-35, 34-33).

CUARTO 165: E1 C165 N471-473 E111-116 Z= 2278.681-2278.449 msnm. Es un cuarto rectangular, bajo C65,
de aproximadamente 5 m en sentido este-oeste por más de 3 m en sentido norte-sur por 0.167 m. El área te-
chada tuvo 4.59 por 2.48 m, es decir, 11.388 m2 El muro sur tuvo un ancho de 30 cm y una altura de 16 cm, y se
conservó con dos hiladas. El acceso está al sur (en N472 E113-114); tuvo un ancho de 93 cm, y contó con un
escalón de cinco bloques de piedra, a Z= 2278.551 msnm. Se excavó un relleno. Se llegó al Apisonado 2 a Z=
2278.514 msnm que tuvo un firme de tezontle de 6.5 cm de espesor (que termina en Z= 2278.449 msnm). Bajo
éste, a Z= 2278.386 msnm) se halló un piso de lajas.
Fotos: rollo 39 (13-14), rollo PP (24-23).

CUARTO 165B: E1 C165B N471 E115-116 Z= 2278.654-2278.519 msnm. Es un cuartito rectangular ubicado al
sureste de C165, y en parte excavado en su muro sur. El cuarto interior tuvo 1.55 por 0.74 por 0.135 msnm, con
un área techada de 1.147 m2 El muro norte se conservó a una altura de 13 cm y tuvo un ancho de 39 cm. Se ex-
cavó un relleno, y se llegó a un fragmento del Apisonado 1 a Z= 2278-711; un Apisonado 2 a Z= 2278.519 msnm.
Este tiene un firme de tezontle de 6.5 cm de espesor, que termina a Z= 2278.454 msnm.
Fotos: rollo 39 (13-14), rollo PP (24-23).

CUARTO 167: Este cuarto se encuentra en el sector norte de la excavación, y su muro sur es muy ancho
(aproximadamente un metro), por lo que supusimos que probablemente fue el muro de delimitación del con-
junto en un tiempo. Encima, tiene montados dos muros más estrechos (como en el sector de C258), por lo
que hemos sospechado que los muros montados son post-teotihuacanos. Apareció un Apisonado 1 más o
menos al nivel de C75. En C167 aparecieron también grandes fragmentos de aplanados caídos en el relleno, y
concentraciones de materiales que fueron consideradas como el AA127. El cuarto contuvo las áreas de activi-
dad 127, 133 y 138. Sobre su piso se halló la extremidad de una figurilla cerámica grande.

· Área de actividad 127: E1 C167 N471 E105-E106 R2 AA127 Z= 2278.856 - 2278.747 msnm. Se trató de una
concentración de varios materiales dentro del relleno 2 del cuarto. Presentó una forma irregular dentro de la
siguiente área: 65 cm de ancho, por 90 cm y 109 cm de espesor; descansa sobre el relleno 3 junto al muro este
del cuarto. Se excavó sólo un relleno con tierra de textura limo-arenosa, un color café (10YR 5/3) en seco y
café oscuro (10YR 7.5YR 3/2) en húmedo. Tuvo una presencia nula de carbonatos y un pH de 7.5. Como ma-
terial asociado se encontró cerámica, cerámica con pigmento, obsidiana, pizarra y hueso. Los materiales regis-
trados tridimensionalmente fueron los siguientes: dos tejos (RT 10532, 10542), tres aplicaciones cerámica
(RT 10535, 10540, 10548), un soporte de cerámica (RT 10544), un fragmento de vasija miniatura (RT 10554),
cinco fragmentos de figurillas (RT 10539, 10541, 10551, 10552, 10553), tres esferitas de cerámica (RT 10545,
10547, 10550), un fragmento de candelero (RT 10538), un monofacial de obsidiana (RT 10536), una navaja de
obsidiana (RT 10543), un hueso animal (RT 10533, 10534), un fragmento de hueso trabajado (RT 10549) y un
fragmento de aplanado de estuco (RT 10537).
Muestras: flotación (62973, 62996), polen (62975, 62998), química (62976, 62999), fitolitos (62974, 62997),
hidratación de obsidiana (62979), termoluminiscencia (62977, 6300), paleointensidades magnéticas (62978, 63001).
Fotos: rollo RRR (22 y 23), rollo 63 (31, 32).

513
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Área de actividad 133: E1 C167 N469-N470 E105-106 P2 AA133 Z= 2278.820 -2278.631 msnm. Consistió
en un círculo de barro con algunas piedras, ubicado sobre el piso de estuco en la esquina sureste del cuarto.
En el interior y exterior del círculo había distintos materiales, principalmente fragmentos de cerámica (quizás
olla o cazuela) y pizarra. El diámetro de la circunferencia de barro y piedras fue de 48 cm y 18 cm de espesor;
el área de distribución de los materiales abarcó un ancho de 125 cm. Probablemente estaba asociada con el
AA138. La tierra de los rellenos presentó una textura arcillosa con una consistencia suelta; el color en seco fue
blanco (10YR 8/1), y en húmedo, café (7.5 YR 5/2); su pH fue de 7.5 y presentó abundantes carbonatos. Los
materiales registrados tridimensionalmente fueron los siguientes: concentración cerámica (RT 10745, 10735,
10739), un cajete curvo divergente (RT 10639), cerámica estucada (RT 10747, 10646, 10647), fragmentos de
figurillas (RT 10748, 10749, 10644), un candelero (RT 10738), dos navajas de obsidiana (RT 10645, 10741), pi-
zarra (RT 10742, 10648), concentración de pizarra (RT 10643, 10740), hueso humano (RT 10642), hueso ani-
mal (RT 10743, 10746, 10641), hueso cocido (RT 10734), lítica pulida (10744, 10640, 10650), fragmentos de
aplanados con estuco (RT 10736, 10737). Cerca del AA133 y sobre el piso se hallaron candeleros y puntas,
además de las otras extremidades de una gran figurilla títere, que corresponderían al AA138.
Muestras: flotación (63506, 63521, 63916, 63934 y 63941), polen (63508, 63523, 63784, 63786 y 63884), quí-
mica (63507, 63522, 63917, 63935 y 63942), fitolitos (63509, 63524, 63754, 63785 y 63883), hidratación de obsi-
diana (63518, 63936) y termoluminiscencia (63943).
Fotos: rollo 64 (32, 33), rollo 66 (21-23), rollo 67 (3-4), rollo SSS (19, 20), rollo UUU (10, 11, 28-30).

· Área de actividad 138: E1 C167 N470-471 E104-E105 P2 AA138 Z= 2278.764- 2278.645 msnm. Consistió
en una concentración de materiales sobre el piso 2 del cuarto, principalmente los fragmentos de una figurilla
articulada. Se encontró a 61 cm del muro sur, inmediatamente después del tapiaje del cuarto; posiblemente
está asociada como ofrenda cuando se cerró el acceso. El área de distribución de los materiales fue de 93 cm
de ancho por 148 cm de largo y 11 cm de espesor. La tierra de los rellenos excavados presentó una textura limo-
arenosa; su color en seco fue café claro (10YR 6/3), y en húmedo café (7.5YR 4/2); su pH fue de 6.5 y presen-
tó pocos carbonatos. Los materiales registrados tridimensionalmente fueron los siguientes: fragmentos de fi-
gurillas (RT 10626, 10627, 10714, 10717, 10718), candelero (RT 10623, 10624), hueso trabajado (RT 10625),
punta de obsidiana (RT 10658), herramienta de basalto (RT 10715), fragmento de cuenta de ónix (RT 10716).
Se encontró además cerámica, obsidiana, y un aplanado de estuco.
Muestras: flotación (64199), polen (64202), química (64235), fitolitos (64201), hidratación de obsidiana
(64237) y termoluminiscencia (64236).
Fotos: rollo 67 (5 y 6), rollo UUU (8 y 9).

CUARTO 176: E1 C176 N470-473 E103-107 Ap. 1. Es un pasillo en forma de L, al norte del C167, y al este de
C177. Se hallaron las áreas de actividad 126, 126B, 134 y 135.

· Área de actividad 126: E1 C176 N472-473 E103-104 AA126 Z= 2278.851- 2278.812 msnm. Consiste en va-
rios fragmentos de una olla de almacenamiento rotos contra el piso, así como fragmentos de un cajete Ana-
ranjado delgado, asociados con un pedazo de mica y de pizarra. Descansa sobre el R2 del cuarto y los tiestos
se concentraron en las siguientes dimensiones: 87 cm de ancho por 106 cm de largo y 3.9 cm de espesor.
Consistió sólo de un relleno de tierra que presentó una textura limo-arenosa con una consistencia blanda. Se
encontró además cerámica, obsidiana, y un fragmento de hueso. Originalmente se pensó que era un basurero.
Los materiales registrados tridimensionalmente fueron los siguientes: un fragmento de pizarra (RT 10412),
un fragmento de mica (RT 10413), y una concentración de tiestos (RT 10414).
Muestras: flotación (62289, 62294, 62304), química (62298, 62305), polen (62292, 62297, 62306), fitolitos
(62291, 62299, 62307).
Fotos: rollo QQQ (4-6), rollo 63 (23-25).

· Área de actividad 126B: E1 C176 N472-473 E104-105 Ap1 AA126B Z= 2278.734 -2278.824 msnm. Consis-
te en una concentración de varios materiales que descansan sobre el apisonado 1 del cuarto, y probablemente
se trató de un basurero; se encontró asociada con las AA 126, 134, y tal vez la 135. Se excavaron dos rellenos, y el
área de distribución de los materiales fue: 61.08 cm de ancho, 127 cm de largo y 9 cm de espesor. La tierra tuvo
una textura arenosa al tacto, un color café amarillento claro (10YR 6/4) en seco, y café (7.5YR 4/2) en húme-
do; su pH fue de 7 y presentó pocos carbonatos. Los materiales que definieron esta área fueron los siguientes:
concentración de cerámica (RT 10675, 10670), fragmentos de obsidiana (RT 10660, 10670), fragmentos de fi-
gurillas (RT 10661, 10677, 10678), un tejo (RT 10662), piezas de juego (RT 10663, 10676), concha trabajada
(RT 10664, 10665), una aguja de hueso (RT 10669), falanges humanas (RT 10667, 10668) y fragmentos de
hueso animal (RT 10666, 10671, 10672, 10673).

514
anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras: polen (63295), química (63296), fitolitos (63294).


Fotos: rollo SSS (25 y 26).

· Área de actividad 134: E1 C176 N473 E106-107 Ap 1, AA134, Z= 2278.770-2278.735 msnm. Se trató de una
concentración de cerámica y hueso animal ubicada sobre el apisonado 1 del cuarto. Se encontró asociada con
las áreas de actividad 126, 126B y 135. Se excavó un relleno en un área promedio de 61 cm de ancho por 95 cm
de largo y 3.5 cm de espesor. La tierra presentó una textura arenosa, con un color café claro (10YR 6/3) en
seco, y café (7.5YR 4/2) en húmedo; su pH fue de 7.5 y presentó pocos carbonatos. Como material asociado se
encontró obsidiana, pizarra y hueso. Los materiales registrados tridimensionalmente fueron: un molar de ani-
mal (RT 10684), hueso de animal (RT 10685), concentración de cerámica (RT 10686) y una laja (RT 10687).
Muestras: polen (63464), química (63465), fitolitos (63463), flotación (63466), termoluminiscencia
(63595), hidratación de obsidiana (63597), paleointensidades magnéticas (63596).
Fotos: rollo SSS (3 y 4), rollo 65 (15 y 16).

· Área de actividad 135: E1 C176 N470-471 E106-107 Ap 1 AA135 Z= 2278.783-2278.728 msnm. Se trató de
una concentración de cerámica con algunos fragmentos de figurillas sobre el apisonado 1 del cuarto. Proba-
blemente se trató de un área de preparación de alimentos; se encontró asociada con tres puntas encontradas
unos centímetros arriba en el mismo relleno. Se excavó un relleno sobre el apisonado 1 del cuarto; el área de
distribución de los materiales fue irregular, con un diámetro general de 119 cm y 5.5 cm de espesor. La tierra
presentó una textura limo-arenosa al tacto. Los materiales registrados tridimensionalmente fueron los si-
guientes: concentración de cerámica (RT 10699, 10700, 10702, 10703, 10705, 10706), fragmentos de figurilla
(RT 10701, 10704).
Muestras: polen (63561), química (63821), fitolitos (63558), flotación (63554), termoluminiscencia (63557),
paleointensidades magnéticas (63823).
Fotos: rollo 66 (6 y 7), rollo TTT (8 y 9).

CUARTO 177, Área de actividad 129: E1 C177 N471 E99 R1 AA129 Z= 2278.963-2278.845 msnm. Se trató
de una concentración de materiales (fragmentos de ollitas y otras vasijas) en el relleno 1 del cuarto, y cerca de
un semicírculo de piedras. Presentó una distribución irregular dentro de un metro de diámetro y un espesor
de 11.8 cm. Como materiales asociados se encontraron: cerámica, obsidiana y lajas de basalto. Los materiales
registrados tridimensionalmente fueron: un tiesto esgrafiado (RT 10484), dos aplicaciones de incensario (RT
10483, 10486), cuatro figurillas (RT 10482, 10487, 10489, 10491), dos candeleros (RT 10485, 10492), un pulidor
(RT 10488) y una pieza de juego (RT 10490). Probablemente sea Coyotlatelco o Azteca (se halló un tiesto
azteca negro/naranja en N462 E100). El C177 se dejó en R2/R3 con fragmentos de un apisonado.
Muestras: flotación (62929), polen (62928), química (62930), fitolitos (62927), termoluminiscencia
(62935), hidratación de obsidiana (62932), paleointensidades magnéticas (62936).
Fotos: rollo 64 (1-2), rollo RRR (16-17).

CUARTO 179: Bajo el recinto anterior (C79), yacía otro que denominamos C179, de 10 por 6 m, en N448-
458 E88-93 Z= hasta 2277.892 msnm. El Piso 12 es un piso de gravilla de tezontle sobre un firme de tepetate, a
Z= 2277.892 msnm. Hay una escalinata de una grada ubicada en N449 E92. Tuvo asociadas las áreas de activi-
dad 169, 182, 183, 184, 185 y 187.

· Área de actividad 169: E1 C179 N452 E89 AA169 R1-4 P12 Z= 2278.031-2278.758 msnm. Se ubica en el
interior del Área de actividad 150 en la parte suroeste de la misma, frente al tapiaje del C79, descansando sobre
un apisonado de tepetate. Es una fosa con probable función ritual que contenía poca densidad de materiales
arqueológicos. Tiene forma circular, de 34 cm en dirección E-W por 31 cm en dirección N-S y 27 cm de espe-
sor. Tiene cuatro rellenos que constan de tierra gris principalmente. Se levantó cerámica pero sin registro tri-
dimensional. Está asociada con el AA 150. No se tomaron muestras.
Fotos: rollo DDDD (13-11) y EEEE (29-23), y rollo 75 (1-2, 28-29).

· Área de actividad 182: E1 C179 N455 E89 AA182 P12 Z= 2277.932-2277.858 msnm. Está a 40 cm del muro
oeste en la parte noroeste del C79; es una posible fosa de ofrenda con escasos materiales en el interior; tiene for-
ma ovalada de 33 por 15 cm por 18 cm de espesor. Tiene tres capas que constan de piso (5 cm), firme de tepetate
(6 cm), tierra suelta (7 cm) y un apisonado. No se levantaron materiales con registro tridimensional ni muestras.

· Área de actividad 183: E1 C179 N456 E91 P12 AA183 R1-3 Z= 2277.95-2277.801 msnm. Se encuentra a 2.06
m del muro oeste en la parte norte del C179, descansando sobre el piso 13; es una posible fosa de ofrenda que

515
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

posiblemente fue vaciada y rellenada para posteriormente sellarla; tiene forma ovalada de 46 por 32 cm por 22
cm de espesor. Tiene 3 capas que constan de piso (3 cm), firme de tepetate (9 cm), tierra con piedra (13 cm), y
piso con enlucido de estuco. No se encontraron materiales significativos.
Muestras: flotación (69543), fitolitos (69544), polen (69545).

· Área de actividad 184: E1 C179 N453 E90-91 AA184 R1-3 P12 Z= 2278.017-2277.657 msnm. Se encontró
1.94 m del muro oeste del C79 en la parte central del cuarto; es una fosa de ofrenda posiblemente vaciada;
tiene forma ovalada de 34 por 22 cm por 36 cm de espesor. Tiene capas que constan de piso (4 cm), firme de
tepetate (5 cm) y tierra suelta (27 cm). La matriz de los 3 rellenos es tierra suelta principalmente. Dentro de la
fosa se encontró cerámica y pizarra con pintura roja (RT 69557). No se tomaron muestras ni fotografías.

· Área de actividad 185: E1 C179 N454 E91-92 AA185 P11b-12 Z= 2278.026-2277.644 msnm. Se encuentra
inmediatamente al W de la pilastra norte del C179, descansando sobre el piso 13 en el brocal de poste; es una
fosa saqueada, ya que se encontró abierta y el brocal sirvió para incar un poste de madera de 16 por 18 cm de
diámetro; tiene forma elíptica de 64 por 50 cm de diámetro por 27 cm de espesor, el brocal tiene 36 cm de es-
pesor. Los 3 rellenos del AA constan de capas de piso (6 cm), firme de tepetate (10 cm), tierra suelta y piedras
(11 cm). Las paredes del brocal están recubiertas por piedra. En el interior se encontró abundante material
cerámico, lítica, hueso, una laja de basalto y mampostería de estuco.
Muestras: fitolitos (69552), flotación (69553), polen (69554), tierra del brocal (69551).

· Área de actividad 187: E1 C179 N454 E90-91 AA187 P12 Z= 2278.017-2277-656 msnm. Se localiza a 1.58 m
del muro W del C79, al oeste del AA185 y al N del AA184; es una fosa posiblemente de ofrenda vacía; tiene
forma ovalada de 44 por 30 cm de diámetro por 33 cm de espesor. La matriz de los rellenos es de tierra suelta;
los rellenos constan de capas de piso (2 cm), tepetate (11 cm), piso de estuco (sólo en el perfil) y tierra suelta
(20 cm). En la fosa se encontró cerámica, lítica y dos falanges. No se tomaron muestras ni fotografías.

CUARTO 181: Está al este del C161, en N462-466 E113-115. Se asocia con las áreas de AA 178, 181, 191, 193, 207 y 214.

· Área de actividad 178: E1 C181 N464 E114 AA178 R2-3 Z= 2278.488-2278.628 msnm. Se ubica a 42 cm del
muro este del cuarto 81; es un vaso sin soportes conteniendo un hueso trabajado; es de forma redonda con
diámetro de 16 cm por 14 cm de espesor. Tiene dos rellenos de matriz arcillosa, color en seco 10YR 3/2 café
grisáceo muy oscuro y en húmedo 10YR 2/2 café muy oscuro, reacción nula al HCl y pH de 7. Los materiales
que se encontraron fue un vaso (RT 12002) acompañado de fragmentos de cerámica, fragmentos pequeños
de hueso de animal y fragmentos de navajillas de obsidiana verde.
Muestras: flotación (68926, 69269), química (68927, 69270), polen (68928, 69271), fitolitos (68929,
69273), termoluminiscencia (68930, 69272).
Fotos: rollos 77 (34-36, 31-33) y 78 (11-16); y rollos GGGG (1-4) y HHHH (22-27).

· Área de actividad 181: E1 C181 N462-464 E114-115 AA181 R2 Entierro 77, Entierro 79 Z= 2278.407-
2278.116 msnm. Está a 74 cm del muro este del cuarto 181; es una fosa que contenía dos cráneos acompañados
de cerámica, lítica, concha, pizarra, hueso y pequeños fragmentos de carbón; tiene forma irregular tendiendo
a ser rectangular con medidas de 0.92 por 1.12 m y espesor de 39 cm. Tiene tres rellenos de matriz arenosa, con
color en seco 10YR 6/3 café amarillento claro y 10YR 6/3 café olivo claro, sin carbonatos y pH de 7.
Con el cráneo (RT 12099: N463 E114 Z= 2278.307 msnm) del Entierro 77 (cráneo muy fragmentado y
sin vértebras de un individuo adulto medio, orientado a 90 grados) estaba un fragmento de núcleo (RT 12104).
Del Entierro 79 (RT 12103; N463 E114 Z= 2278.297 msnm) se encontró un cráneo de un juvenil posible-
mente masculino y un diente (RT 12083), y el cráneo tenía una orientación de 87 grados; además se levantó
una Oliva (RT 12077), un univalvo (RT 12076), un diente (RT 12083) y una figurilla (12085). Está asociada
con el AA 178 que es un vaso teotihuacano.
Muestras: flotación (69331, 69657, 69367, 69686, 70126), química (69332, 69365, 69370, 69687, 70124), polen
(69333, 69366, 69369, 69688, 70125), fitolitos (69334, 69364, 69368, 70123), hidratación de obsidiana (69360,
69689, 69954), termoluminiscencia (69361, 69363, 69368, 70128), paleointensidad (69955, 70127), arena (70120).
Fotos: rollos GGGG (4-7), HHHH (15-11), IIII (24-21), JJJJ (36-35), LLLL (28-26); y rollos 77 (20-25),
78 (22-26), 79 (11-15), 80 (1-2), 82 (11-14).

· Área de actividad 191: E1 C181 N465 E113-114 AA191 R1 Z= 2278.414-2278.287 msnm. Se localiza a 18 cm
del muro oeste del cuarto 181; es una concentración de materiales como fragmentos de vasos esgrafiados,
fragmentos de vasos estucados y candeleros, navajillas y pizarra; tiene forma irregular de 36 cm de diámetro y

516
anexo i: banco de datos de teopancazco

12 cm de espesor. Tiene dos rellenos de matriz limoarenosa, con color en seco de 10YR 6/2 gris cafetoso claro
y en húmedo 10 YR 4/2 café grisáceo oscuro, y pH de 7. Se encontraron dos fragmentos de figurillas (RT 12311,
12314) y dos candeleros (RT 12312, 12313), cerámica, pizarra y navajillas. No está asociada con otra AA.
Muestras: flotación (70714), química (70716, 71203), polen (7017, 71204), fitolitos (70748, 71208), paleointen-
sidad (70850, 71207), termoluminiscencia (70849, 71206), hidratación de obsidiana (70851, 71205), color (70853).
Fotos: rollo MMMM (31-28), y rollo 83 (6-10).

· Área de actividad 193: E1 C181 N464 E114 AA193 R1 Z= 2278.36-2278.157 msnm. Se encuentra a 45 cm del
muro este del cuarto 181; consiste en una fosa con una laja que contenía poca cerámica; su forma es redonda
con diámetro de 54 por 46 cm por 20 cm de espesor. Tiene dos rellenos de matriz arenolimosa, con color en
seco 10YR 3/3 café oscuro y en húmedo 10YR 2/2 café muy oscuro, sin carbonatos y pH de 8. En el interior
sólo se encontró un poco de cerámica. Está asociada con las AA 178, 181 y 217.
Muestras: flotación (70814, 70827), química (70815, 70828), polen (70819, 70829), fitolitos (70820, 70830).
Fotos: rollo NNNN (26-23) y rollo 84 (13-16).

· Área de actividad 207: E1 C181 N464 E 114 AA207 R3 Z= 2278.222-2278.087 msnm. Ubicada a 58 cm del
muro este del cuarto 181 descansando sobre pequeñas rocas; es un incensario tipo teatro matado con máscara
y nariguera; el área donde se encontró es de 1.326 de diámetro por 13.5 cm de espesor. Tiene tres rellenos. Los
materiales que se levantaron son: conjuntos de aplicaciones (RT 12563, 12538, 12535, 12532, 12473, 12537, 12498,
12497, 12496, 12540, 12466, 12494, 12485, 12493, 12466, 12476, 12483, 12561, 12562, 12563, 12596, 12560, 12847,
12554, 12555, 12557, 12558, 12559), aplicaciones (RT 12533, 12491, 12457, 12486, 12489, 12490, 12464, 12492, 12482,
12541, 12496, 12548, 12549, 12460, 12462, 12459, 12543, 12481, 12461,12467, 12542, 12477, 12597), un fragmento de
vaso esgrafiado (RT 12499), una Oliva (RT 12495), fragmentos de figurilla (RT 12547, 12543), una bigotera (RT
12488), dos fragmentos de chimenea (RT 12474, 12475), una aplicación en forma de placa (RT 12487), concha
(RT 12479), aplicaciones en pico (RT 12484, 12463), un caracol (RT 12544, 12556), cazoletas (RT 12480,
12645), una carita (RT 12478), una base (RT 12464), un borde de incensario (RT 1254), un asa (RT 12550).
Muestras: flotación (71202, 71547), química (71203, 71548), polen (71204, 71550), fitolitos (71208, 71549),
hidratación de obsidiana (71205), termoluminiscencia (71206), paleointensidad (71207).
Fotos: rollos OOOO (20-19, 2-1), PPPP (18-16, 3-1); y rollos 85 (18-20, 35-36), 86 (17-21, 34-36).

· Área de actividad 214: E1 C181-181B N464 E113-114 AA214 P4 Z= 2278.080-2278.521 msnm. Está a 8 cm
del muro de adobe oriental descansando sobre el relleno 7 en el cual además se encuentra la huella de una
fosa; es un depósito de una variedad de materiales predominando el hueso humano (Entierro 103, Z=
2278.078-2277.509 msnm, un individuo adulto joven), aunque deteriorado, y fibras de textil; es de forma circu-
lar de 1.268 m de diámetro y 52 cm de espesor. Tiene seis rellenos. En el AA hubo una gran cantidad de mate-
riales, pero los más relevantes son fragmentos de textil (RT 12582, 12583, 12585, 12586, 12587, 12719, 12716), apli-
caciones (RT 12584, 12588, 12592, 12710), una rotula (RT 12589), una mandíbula (RT 12590), fragmentos de
figurilla (RT 12593, 12720, 12722, 12696), un hueso largo con fibras (RT 12594), fragmentos de cráneo (RT
12595, 12697, 12703), un tubo de anafre (RT 12692), lítica (RT 12693), fibras (RT 12694, 12695), muelas (RT
12717, 12718, 12709, 12712, 12713, 12714, 12715), un diente (RT 12721), pizarra con textil (RT 12723), fragmentos de
hueso (RT 12698, 12699, 12700, 12701, 12702), un hueso humano (RT 12704, 12705, 12707), un cráneo (12706),
aguja de hueso (RT 12708) y un fragmento de muela (RT 12711).
Muestras: flotación (72223, 72227, 72244, 72250, 72304, 72325, 72549), química (72224, 72228, 72245,
72251, 72305, 72326, 72550, 72623, 72625), polen (72225, 72229, 72246, 72252, 72306, 72324, 72551, 72622, 72626),
fitolitos (72226, 72230, 72247, 72253, 72307, 72327, 72552, 72621, 72627), termoluminiscencia (72233, 72248,
72254, 72554, 72629), paleointensidad (72249, 72287, 72631), carbono 14 (72330), ADN (72553), hidratación
de obsidiana (72555, 72628, 72630), tierra del florero (72620).
Fotos: rollos RRRR (13-11), SSSS (26-24), TTTT (34-32, 8-6); y rollos 88 (23-25), 89 (13-14), 90 (4-6, 30-32).

CUARTO 181B-261: Se halló un cuarto rectangular en N462-466 E109-115, y tuvo 5.1 m en sentido W-E por
3.24 m en sentido S-N, con acceso de un escalón al oeste (con un ancho de 81 cm, una altura en Z= 2278.11-
2277.96 msnm), y que comenzó a aparecer en Z= 2278.11 msnm. Estuvo construido con tepetate, tezontle y
roca volcánica. Los muros se conservaron con anchos de 26 a 80 cm. El muro sur tuvo adobes. El piso 4 (estu-
cado y con huellas de quemado) se halló a Z= 2278,110 msnm. Las áreas de actividad asociadas fueron las 214,
214B, 214C, 227, 227B, 227C.

· Área de actividad 214B: E1 C181B-261 N464-466 E113-114 P4 hasta R10 Z= 2278.073-2277.18 msnm. Es
una fosa de 60 cm de diámetro y 89.3 cm de altura, de forma ovalada, a 5 cm del muro norte. Contuvo 10 relle-

517
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

nos de tierra areno-limosa, arenosa o limosa, con un gradiente hacia arcilla al fondo, de color 2.5 YR 3/2 dusky
red a 10YR 2/2 café muy oscuro, en húmedo, y 2.5Y 5/2 rojo pálido a 10YR 3/3 café oscuro en seco; de fuerte a
nula reacción al ácido clorhídrico mientras bajamos al fondo de la fosa; pH de 7 a 8 a 6. En la tierra se halla-
ron: cerámica (varios fragmentos además del RT 14006), lítica (navajilla: RT 14007; raedera: RT 14008), hue-
so, diente (RT 13951), hueso trabajado (RT 13952), mica, pizarra, cerámica sin cocción; aplicaciones (RT 13898,
13901, 13941), un fragmento de incensario (RT 13900), conito de cerámica (RT 13902), un cesto (RT 13954),
un cajete (RT 13949), un metlapil (RT 13950), un vaso alóctono decorado (RT 13943), dos entierros secunda-
rios (En 111 y 112: RT 13961 y 13962), concha (RT 13942), un fragmento de caracol (RT 13899), pigmento (RT
14009, 13955: asociado con el cesto), fibras orgánicas, un fragmento de escultura (RT 13939). Posiblemente
está asociada con el AA214, AA214C, AA227, AA227B y AA227C.
Muestras: flotación (76700: En 112, 77377, 77488, 77496, 77501, 77534, 77539, 77561, 77565, 77625, 77629,
77656, 77660, 77678, 77683, 77971, 77975, 78630, 78638, 78644, 78650, 78659: En 111, 78815, 78819), fitolitos
(76699: En 112, 77380, 77489, 77495, 77500, 77537, 77542, 77560, 77564, 77624, 77628, 77659, 77663, 77681,
77686, 77970, 77974, 78629, 78637, 78643, 78649, 78658: En 111, 78814, 78818), polen (76701: En 112, 77378,
77490, 77497, 77502, 77536, 77541, 77562, 77566, 77626, 77630, 77658, 777662, 7680, 77685, 77972, 77976, 78635,
78645, 78647, 78651, 78660: En 111, 78816, 78820), química (76702: En 112, 77379, 77491, 77498, 77503, 77535,
77540, 77563, 77567, 77627, 77631, 77657, 77661, 77679, 77684, 77973, 77977, 78636, 78646, 78648, 78652, 78661:
En 111, 78817, 78821), hidratación de obsidiana (77381, 77492, 77984), tierra con fibras orgánicas (77664,
78163), ADN (78385, 78386; 78662, 78663, 78664 y 78665: En 111).
Fotos: rollos color: 105 (fotos 14-15, 20-23), 107 (fotos 3-5, 14-15), 207 de Xalla (fotos 19-22, 26-29), 208 de
Xalla (fotos 19-22), 209 de Xalla (fotos 13-16). Blanco/negro: EEEEE (fotos 31-26), FFFFF (fotos 7-5),
GGGGG (fotos 30-27).

· Entierro 111: E1 C181B-261 N465 E113 AA 214B R7-10 En 111 Z= 2277.263-2277.303 msnm. Se trata de un crá-
neo de infante (RT 13861) de 4-6 años (¿?) partido a la mitad, con orientaciones de 160 y 344 grados azimuth,
además de unos huesos largos, en una fosa grande. Está asociado con el En 112 que tiene un cesto. En la fosa
también se halló pigmento (RT 13,955), un cajete (RT 13,949) y un metlapil (RT 13, 950), además de cerámica.
Muestras: flotación (77971, 78630, 78368, 78644, 78650, 78659), polen (77972, 78635, 78645, 78647, 78651,
78660), fitolitos (77970, 78629, 78637, 78643, 78649, 78658), química (77973, 78636, 78646, 78648, 78652,
78661), ADN (78662, 78663, 78664, 78665).
Fotos: rollos blanco/negro EEEEE (fotos 31-26), FFFFF (fotos 7-5); color, rollos 105 (fotos 14-15, 20-23),
107 (fotos 3-5), 207 de Xalla (fotos 19-22, 26-29), 208 de Xalla (fotos 19-22), 209 de Xalla (fotos 13-16).

· Entierro 112: E1 C181B-261 N465 E113-114 AA 214B R9 En 112 Z= 2277.213-2277.243 msnm. Se trata de un
cráneo (RT 13962) fragmentado de adulto joven, posiblemente masculino, intencionalmente destruido, orien-
tado a 116º al parecer dentro de un cesto con tapa (RT 13954); contenía cinabrio a manera de bandas rojas en la
parte frontal. Presentó caries. Estuvo asociado con el En 111, a un metlapil, un vaso con cosmograma, un cajete
(RT 13949) y pigmento (RT 13955), además de cerámica. La matriz fue tierra limo-arcillosa, con un pH de 5-5
a 6, sin carbonatos, color en seco: café grisáceo (10YR 2/1), color en húmedo: café oscuro (10YR 2/2).
Muestras: flotación (76700, 77971), polen (76701, 77972), fitolitos (76699, 77970), química (76702,
77973), ADN (78385, 78386).
Fotos: rollo blanco/negro EEEEE (fotos 31-26); color, rollo 105 (fotos 20-23), rollo 207 de Xalla (26-29).

· Área de actividad 214C: E1 C181B-261 N464 E113-114 AA214C Z= 2277.529-2277.085 msnm. Se trata de
una fosa que contuvo al Entierro 115 (individuo adulto de 40 a 50 años de edad), que quizás fue de tipo ri-
tual (secundario). Era circular, con un diámetro de 74 cm y un espesor de 44.4 cm. Estaba ubicada a 84 cm del
muro este. Contuvo 5 rellenos de tierra limosa a limo-arenosa; un pH de 6.5; nula o casi nula reacción al ácido
clorhídrico; color en seco de 10YR 5/2 y 3/3 (café grisáceo y café oscuro), color en húmedo de 10YR 2/1 y 2/2
(negro y café muy oscuro). Además del Entierro 115 (muy deteriorado), se hallaron: cerámica, miniaturas,
obsidiana, pizarra, restos de fibras.
Muestras: flotación (78859, 78865, 78871, 78878, 78895, 78900, 78906, 78910), fitolitos (78858, 78864,
78870, 78877, 78894, 78899, 78905, 78909), polen (78860, 78866, 78872, 78879, 78896, 78901, 78907, 78911), quí-
mica (78861, 78867, 78873, 78880, 78897, 78902, 78908, 78912), fibras orgánicas (78862, 78868), carbón (78903).
Fotos: rollos: blanco/negro GGGGG (fotos 26, 21-20, 11-10); color 107 (fotos 16, 21-23, 31-32), 214 de Xalla
(foto 2).

· Entierro 115: E1 C181B-261 N464 E113 AA214C R4-5 En 115 Z= 2277.165-2277.254 msnm Se trata de un en-
tierro secundario incompleto y muy maltratado (RT 14,132) de un adulto de 20 a 30 años de edad, asociado

518
anexo i: banco de datos de teopancazco

con fibras, cerámica, lítica y hueso. Se hallaron fragmentos de cráneo (quizás con hiperostosis porótica), dien-
tes (desgaste dental asimétrico), fragmento de radio, tres fragmentos de húmero con manchas negras. La ma-
triz fue de tierra limo-arenosa, con pH de 6 a 6.5, sin carbonatos, color en seco: café grisáceo (10YR 5/2) y en
húmedo: negro (10YR 2/1).
Fotos: rollo blanco/negro GGGGG (fotos 26, 21-20, 11-10); color, rollo 107 (fotos 16, 21-23, 31-32), rollo
214 de Xalla (foto 2).

· Área de actividad 227: E1 C181B-261 N464 E111-112 P4 AA227 Z= 2278.29?-2277.455 msnm. Es una fosa
en el eje del templo de tableros decapitados, que contuvo los entierros Tlamimilolpa más importantes del
conjunto. Tuvo un área de 0.7809 m2 un perímetro de 3.6033 m, y un espesor de 67.4 m. Tiene un contorno
irregular, y estuvo ubicado a 1.5 m del muro norte. Contuvo los Entierros 105 (entierro principal, sedente), 106
(decapitado) y 108 (acompañante, sedente). Se excavaron 6 rellenos equivalentes a 67.4 cm, con cerámica
(soporte: RT 13879), un cuenco (RT 13127), miniaturas sin cocción (RT 13131-13135, 13137, 13746, 13748-13755,
13771), ollita miniatura (RT 13207, 13745, 13756, 13758, 13774, 13883, 13884), platito miniatura (RT 13744, 13757,
13767, 13770, 13773, 13775, 13878, 13880), orejera de cerámica (RT 13136), orejera de figurilla o máscara (RT
13763, 13764, 13772), aplicación (RT 13766, 13769), “pieza de juego” (RT 12844, 13120), sello miniatura (RT
12843, 12846), soporte de cerámica sin cocción (RT 13118), figurilla articulada casi completa (RT 13761), obsi-
diana, posible piedra trabajada, lapidaria (RT 12847), laja (RT 13759), hueso (diente humano: RT 12845,
12848. 12849, 13117, 13119, 13122; molar: RT 13123; diáfisis: RT 13121; epífisis: RT 13128; vértebra: RT 13129; hueso
humano: RT 13130), mica (RT 12841, 13116, 13125, 13881, 13882), mica cuadrangular (RT 13762), pizarra (RT
13768), estuco. Está asociada indirectamente a las fosas AA227B y AA227C. Fue perturbada por raíces.
Muestras: flotación (74880, 75162, 75305, 75329, 75476, bajo RT 13127: 75481, de cavidad torácica: 75485,
75489, 76126, bajo el En 105: 76134 y 76690, 76490), fitolitos (74881, 75163, 75176, 75328, 75475, bajo RT 13127:
75480, de cavidad torácica: 75484, 75488, 76127, bajo el En 105: 76133 y 76698, 76489), polen (74882, 75164,
75306, 75330, 75477, bajo RT 13127: 75482, de cavidad torácica: 75486, 75490, 76128, bajo el En 105: 76135 y
76699, 76491), química (74883, 75165, 75307, 75331, 75478, bajo RT 13127: 75483, de cavidad torácica: 75487,
75491, 76129, bajo el En 105: 76136 y 76700, 76492), tierra con ceniza (74884, 75314), carbón (75308, 75332,
75597, 76493, 76498, bajo En 105: 76697), muestra de ADN (diente: 75166; fragmento de cráneo: 75169, costi-
lla: 76131), termoluminiscencia (75327, 75493), hidratación de obsidiana (76494).
Fotos: blanco/negro, rollo AAAAA (fotos 25-17, 14-11, 6-1), BBBBB (fotos 37-30, 26-24, 16-12, 7-1),
CCCCC (fotos 29-24), DDDDD (fotos 27-25); color, rollo 101 (fotos 22-30, 33-36), 102 (fotos 7-9, 10-13, 17-19,
27-32), 103 (3-8, 15-19), 104 (fotos 17-19); Xalla 205 (9-12, 25-27, 31-33).

· Entierro 105: E1 C181B-261 N464 E111 AA227 En 105 R1-6 Z= 2277.625-2277.999 msnm. Entierro de un in-
dividuo juvenil (de unos 15 a 20 años de edad, por desgaste dental), sedente dispuesto en fosa, con las extre-
midades flexionadas (RT 13197), con huellas de encendido de fuego sobre todo en la porción inferior del
cuerpo y las ofrendas; en la parte posterior tenía al Entierro 108 y enfrente, al cráneo llamado Entierro 106.
Orientación: 287° azimuth. Faltan algunos huesos largos y costillas, además de la mandíbula. Caries avanzada,
retención de caninos temporales, surco de interrupción en incisivo lateral superior derecho. La matriz de tie-
rra era limo-arcillosa y arcillo-limosa, con pH de 5 a 7, reacción de nula a moderada al HCl, color en seco de
10YR 5/2-2/1 (café grisáceo a negro); color en húmedo de 10YR 2/2-2/1 (café muy oscuro a negro). Yacía so-
bre un ritual de desmembramiento de figurilla títere (sin la cabeza ni una pierna; las manos estaban pintadas
de rojo, el cuerpo de amarillo, con bandas blancas). La matriz es una tierra limo-arcillosa que se tornó más
arcillosa en la parte inferior de la fosa, con escasos carbonatos, un pH de 5 a 7 [de arriba abajo, el aumento ex-
plicado por la gran cantidad de cenizas en la parte inferior], de color 10YR 2/2-2/1 (café muy oscuro a negro),
en húmedo, y 10YR 5/2 a 2/1 (café grisáceo a negro), en seco. Encima de la cabeza tenía una fosa de saqueo
moderna con vasos de unicel, decoraciones de fiestas patronales, plásticos, etc., además de fracturas recientes
a nivel de los omóplatos. Al parecer, fragmentos de la tapa de la fosa yacían a nivel del cuello, evidenciando un
saqueo de objetos relativos a la parte superior del cuerpo. En la parte media e inferior yacían numerosas
ofrendas que se describirán a continuación: cerámica, lítica, pizarra, hueso, mica, estuco, pieza de juego (RT
12844, 13120), sello miniatura (RT 12846), orejeras de cerámica (RT 13136, 13191), orejera de figurilla (RT
13763, 13764), fragmento mascarita (RT 13201), figurilla títere articulada (RT 13761), miniaturas (RT 12843),
platitos miniatura (RT 13190, 13193, 13203, 13204, 13744, 13757), ollas miniatura (RT 13205-13207, 13745, 13756,
13758), miniatura sin cocción (RT 13131-13135, 13137-13143, 13124, 13176-13186, 13746, 13748-13755), cuenco (RT
13127, 13198), vaso fragmentado (RT 13195), soporte de cerámica sin cocción (RT 13118), asa (RT 13188), lapi-
daria (RT 12847), laja (RT 13759), discos de mica (RT 13192, 13199, 13200), mica cuadrangular (RT 13762),
mica (RT 13116, 13125, 13189, 13194, 13202), dientes humanos (RT 12845, 12848, 12849, 13117, 13119, 13122; molar:
RT 13123, 13187), diáfisis (RT 13121), epífisis (RT 13128), vértebra (RT 13129), huesos humanos (RT 13130),

519
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

Muestras: flotación (75162, 75305, 75329, 75481, 75485, 75489, 76126, 76134, 76490), fitolitos (75163, 75176,
75328, 75480, 75484, 75488, 76127, 76133, 76489), polen (75164, 75306, 75330, 75482, 75486, 75490, 76128, 76135,
76491), química (75175, 75307, 75331, 75483, 75487, 75491, 76129, 76136, 76492), ADN (diente: 75166, cráneo:
75169, costilla: 76131), carbón (75308, 75332, 75597, 76493, 76498; tierra con carbón: 75314), termoluminiscen-
cia (75327, 75493), hidratación de obsidiana (76494).
Fotos: blanco/negro, rollos AAAAA (fotos 25-17, 14-11, 6-1), BBBBB (fotos 37-30, 26-24, 16-12, 7-1),
CCCCC (fotos 29-24); color, rollos 101 (fotos 22-30, 33-36), 102 (7-13, 17-19, 27-32), 103 (3-8, 15-19); rollo 205
[de Xalla] (fotos 9-12, 25-27, 31-33).

· Entierro 106: E1 C181B-261 N464 E112 R1-2 AA 227 R1-2 En 106 Z= 2277.887-2278.02 msnm. Se trata de un
cráneo (RT 13,115) sin mandíbula o con la mandíbula desplazada, en norma occipital, en buen estado de con-
servación, orientado a 79º, dispuesto al este del entierro 105, en la parte superior de la fosa. La matriz era de
tierra limo-arcillosa, con pH de 5, moderada a nula reacción al HCl, color en seco de 10YR 5/2 (café grisáceo)
y color en húmedo de 10YR 2/2 (café muy oscuro). Al parecer es un adulto posiblemente masculino, entre 30
y 40 años de edad, con cráneo deformado, y desgaste asimétrico de los supernumerarios. Se hallaron los hue-
sos del oído. Estaba en una matriz de tierra limo-arcillosa, con pH de 5, moderada a nula reacción al ácido
clorhídrico, café muy oscura en húmedo (10YR 2/2) y café grisácea en seco (10YR 5/2). Asociados se halla-
ron: piedra trabajada, pizarra, cerámica, obsidiana, hueso, posible pieza de juego (RT 12852), alisador cerámi-
co (RT 12853), laja reutilizada (RT 12854), tezontle trabajado (bolsa 75160), fragmento de epífisis (RT 12855),
vértebra (RT 13112), diente (RT 13113).
Muestras: flotación (74880, 75072, 75155, 75162, bajo el cráneo: 75173), fitolitos (74881, 75073, 75154, 75163,
bajo el cráneo: 7517), polen (74882, 75074, 75156, 75164, bajo el cráneo: 75174), química (74883, 75075, 75157,
75165, bajo el cráneo: 75175), termoluminiscencia (75151), carbón (74885, 75152, 75158), hidratación de obsidia-
na (75161), tierra con carbón (74884), ADN (diente: 75166; frag. cráneo: 75169).
Fotos: rollo blanco/negro ZZZZ (fotos 28-25, 11-9, 5-1); color, rollos 100 (fotos 32-34), 101 (3-4, 8-10).

· Entierro 108: E1 C181B-261 N464 E112 AA227 R3-5 En 108 Z= 2277.64-2277.885 msnm. Se trata de un entie-
rro de un individuo juvenil sedente, probablemente masculino grácil o femenino, orientado a 277° azimuth,
dispuesto detrás del En 105 (al este), y con la cara hacia el oeste (245°). Probablemente tuvo una edad entre 16
y 20 años, por el desgaste dental; caries leve, y pigmento rojo. La matriz fue de tierra limosa, limo-arcillosa y
arcillo-limosa, con un pH de 6.5 a 7, moderada reacción al HCl, color en seco de 10YR 5/3 (café), color en
húmedo de 10YR 2/2 (café muy oscuro). Estuvo asociado con cerámica y posiblemente a un disco de mica
(RT 13,196) y a una mandíbula (RT 13758). La matriz era tierra limo-arcillosa, con un pH de 6.5 a 7, moderada
reacción al ácido clorhídrico, color en seco: café (10YR 5/3), color en húmedo: café muy oscuro (10YR 2/2).
Muestras: flotación (76702, 76707, 76712, cavidad torácica: 77011, bajo el entierro: 77105), fitolitos (76701,
76706, 76711, cavidad torácica: 77010, bajo el entierro: 77104), polen (76703, 76708, 76713, cavidad torácica:
77012, bajo el entierro: 77106), química (76704, 76709, 76714, cavidad torácica: 77013, 77107), hidratación de
obsidiana (76710), ADN (molar: 76942; costilla: 76943), colágeno (76944).
Fotos: blanco/negro, rollos BBBBB (fotos 37-30, 16-12, 7-1), CCCCC (fotos 5-4); color, rollos 102 (fotos
10-13, 27-32), 103 (fotos 3-8), 104 (fotos 3-4), 205 de Xalla (fotos 9-12, 25-27), 207 de Xalla (fotos 7-8).

· Área de actividad 227B: E1 C181B-261 N464 E112 R2 Es una fosa semicuadrada (¿”urna?) anexa al este
del AA227, el tapón de la “urna” (75068), pizarra decorada (RT 12851, 13893, 13894, 13895), un molar (12850) y
un hueso (carpo: RT 13896). La matriz es de tierra areno-limoso, con pH de 5.5, fuerte reacción al HCl, color
en seco de gris cafetoso claro (10YR 6/2) y color en húmedo de 10YR ¾ (café amarillento oscuro). Tiene
asociada con el norte directamente el AA227C.
Fotos: blanco/negro, rollo ZZZZ (28-25); color, rollo 100 (32-34).

· Área de actividad 227C: E1 C181B-261 N464 E112 intruyendo en el Piso 4 AA227C Z= 2278.112-2278.083
msnm. Es una huella semilunar a manera de cajete en el piso, donde hay huellas de quemado. Debió tener unos
30 cm de diámetro, y 0.029 m de espesor. Yace al norte del AA227B. Se tomó una muestra del aplanado (77705).
Fotos: blanco/negro, rollo ZZZZ (fotos 28-25); color, rollo 100 (fotos 32-34).

· Área de actividad 222: E1 C261 N464-465 E113-114 R2 AA222 Z= 2278.15-2278.031 msnm. Se hallaba a 72
cm del muro norte de adobe del C261. Se trató de un incensario tipo teatro posiblemente asociado con el AA
214 (fosa) y al AA207 (otro incensario tipo teatro con máscara y nariguera). Se halló disperso en un área de 42
cm y tuvo un espesor de 11.9 cm. Se halló el siguiente material: tubo de incensario (RT 12959, 12960), bordes
(RT 12962), cazoleta (RT 12824, 12827, 12963, 12967, 12983, 13021, 13029, borde: 13030, 13036), fragmentos de

520
anexo i: banco de datos de teopancazco

incensario (RT 12834, 12964, 12968, 12979, 12980, 13034, 13035), aplicaciones (RT 12825, 12826, 12829, 12830,
12833, 12961, 12969, 12977, 12981, 13022, 13032, fragmento: 13037, 13046, 13047), aplicaciones circulares (RT
13023, 13024, 13025, 13026), placas (RT 12982, 13016, 13017, 13027, 13031, 13033). Además se halló mica (RT 12965,
12975, 13039), cuadrado de mica (RT 12976), rodela (RT 12831, 12966, 13019, 13028), rodela con mica (RT
13020), micro-caracoles (RT 12970, 12971, 12972 [dos], 12973), conito (RT 12828, 12832, 13018), fragmento de
carita (RT 12978).
Muestras: flotación (74532), fitolitos (74531), polen (74530), química (74529), radiocarbono (74528).
Fotos: blanco/negro, rollos XXXX (fotos 11-4,), YYYY (22-19); color, rollos 99 (12-14, 18-21, 15-17), 100 (4-7).

· Área de actividad 223: E1 C261 N463 E111 R2 AA223 Z= 2278.18-2278.169 msnm. Es una concentración
de materiales arqueológicos, en un diámetro de 1.28 m y un espesor de 11 cm, que posiblemente eran de carác-
ter ritual, pero que probablemente estén saqueados. Contuvo huesos humanos (se descartó el Entierro 104).
Está ubicada a 38 cm del muro de adobe del C262, que se encuentra al sur. Se halló un fragmento de vaso (RT
12837), huesos humanos (12839, 12840, vértebra: RT 12838) y de animales (RT 12841), pizarra (RT 12836), un
tejo (RT 12842), en una matriz de tierra limo-arenosa, pH de 7, moderada reacción al HCl, de consistencia
suelta en seco; color en seco de 10YR 4/3 (café), y en húmedo: 10YR 3/1 (gris muy oscuro). Perturbada por
raíces y quizás también saqueada en tiempos teotihuacanos.
Muestras: flotación (74937), química (74938), polen (74939), fitolitos (74940).
Fotos: rollos blanco/negro XXXX (fotos 3-1), YYYY (36-34); color, rollo 99 (fotos 22-27).

· Entierro 104: E1 C261 N463 E111 R2-R3 En 104 Z= 2278.18-2278.169 msnm. Se trata de un entierro secun-
dario de un infante de 3 a 6 meses de edad, con huesos largos dispersos. Se halló asociado con un fragmento
de vaso (RT 12837), pizarra (RT 12836) y un tejo (RT 12842).

· Área de actividad 229: E1 C261 N464-465 E112-113 R1/arena AA229 Z= 2278.304-2278.27 msnm. Se trata
de un gran vaso trípode matado (base: RT 12947; fragmentos. de base y pared: RT 12948; paredes: RT 12949,
12951; bordes y paredes: RT 12950, 12795), con decoración esgrafiada, cuyos soportes no estaban en el área de
actividad. La dispersión de materiales alcanzó 1.59 por 0.034 m. Se encuentra quizás asociado con el talud de
C181. Los fragmentos del vaso estuvieron asociados con pedazos de olla (RT 12798; cuerpos de olla: RT 12799,
12800), aplicación (RT 112646), lítica escasa (núcleo agotado de obsidiana: RT 12645), un fragmento de crá-
neo (RT 12802). Fue perturbado por raíces.
Muestras: flotación (73650), química (73649), polen (73648), fitolitos (73647).
Fotos: blanco/negro, rollo XXXX (fotos 37-34); color, rollos 96 (fotos 21-.24), 97 (fotos 1-4), 98 (fotos 1-4).

CUARTO 206: Es un cuarto pequeño en la esquina noroeste de la gran plaza, que yace bajo el Piso 12 del
gran patio del conjunto (C6). Los muritos que lo limitan fueron nivelados cuando se construyó el patio del
conjunto. Tuvo un Piso 13 a Z= 2277.682 msnm.

· Área de actividad 37: E1 C6 C206 R10 AA37 N459-460 E90 Z= 2278.101-2277.68 msnm. A nivel del piso
del patio del conjunto, se halló una especie de altar bajo, muy destruido en su tapa de estuco, en cuyo interior
había una gran cantidad de cerámica rota, cuentas, mica (RT 2633, 2674, 2683), pizarra, lítica.
En R1 (R10 de C6) se halló mucha cerámica: un cajete completo (RT 2636), cerámica estucada (RT 2632,
2672), varios fragmentos de un brasero ceremonial, hueso (RT 2643, 2650, 2677, 2681), molares animales (RT
2687), una cuenta de piedra verde (RT 2682), un sello (RT 2673), un molar animal, navajillas (RT 2637, 2639,
2645) y muchísimo carbón en fragmentos de diferentes tamaños.
En R2 se halló una mayor cantidad de cerámica doméstica y mucho más fragmentada: vajilla Copa (RT
2721), un alisador (RT 2757), una mano de metate (RT 2717), hueso (RT 2703, 2704, 2709, 2711, 2713, 2716),
falange (RT 2708), apliaciones cerámicas (RT 2714, 2758), fragmentos de brasero (RT 2718, 2720), navajillas
(RT 2705, 2710, 2715), concha (RT 2706), mica (RT 2707), disminución del carbón.
En R3, se halló una gran cantidad de hueso (la mayoría de animal: RT 2763, 2764, 2765, 2766, 2767, 2768,
2770,, 2771, 2772, 2774, 2783, 2784), una escápula humana (RT 2769) fragmentada, con una piedra encima de
ella, otro fragmento de vajilla Copa (RT 2762), una gran cantidad de mica concentrada en un solo lugar (RT
2775), otro sello (RT 2776), un caracol marino (RT 2777), un cilindro de cerámica (RT 2780), una pieza de
juego (RT 2778), un fragmento de flauta (RT 2785), una aplicación (RT 2818), cerámica estucada (RT 2819),
un fragmento de coral? (RT 2781), una figurilla (RT 2773), una navaja (RT 2779), pizarra (RT 2782), (en este
nivel comienzan a aparecer fragmentos de aplanado de estuco con pigmento rojo, como los que aparecieron
asociados con el Ap. 10, pero mucho más grandes). En R3, se halló una gran cantidad de hueso (la mayoría de
animal: RT 2763, 2764, 2765, 2766, 2767, 2768, 2770,, 2771, 2772, 2774, 2783, 2784), una escápula humana (RT

521
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

2769) fragmentada, con una piedra encima de ella, otro fragmento de vajilla Copa (RT 2762), una gran canti-
dad de mica concentrada en un solo lugar (RT 2775), otro sello (RT 2776), un caracol marino (RT 2777), un
cilindro de cerámica (RT 2780), una pieza de juego (RT 2778), un fragmento de flauta (RT 2785), una aplica-
ción (RT 2818), cerámica estucada (RT 2819), un fragmento de coral? (RT 2781), una figurilla (RT 2773), una
navaja (RT 2779), pizarra (RT 2782), (en este nivel comienzan a aparecer fragmentos de aplanado de estuco
con pigmento rojo, como los que aparecieron asociados con el Ap. 10, pero mucho más grandes). En R4 hay
una gran variedad de objetos y materias primas, pero abunda el hueso (aunque es menor que en R3: RT 2837,
2839, 2842, 2846, 2849, 2850, 2851, 2852); dos candeleros (uno de ellos completo, semejantes a los pulidos sim-
ples de la fase Xolalpan: RT 2838, 2854), un fragmento de cerámica estucada (RT 2847), una aplicación (RT
2853), una pieza de juego (RT 2848), pizarra (RT 2840), mica (RT 2845), un tejo (RT 2843), una carita (RT
2844), un elemento cremado (probablemente un objeto de hueso: RT 2857), una navajilla (RT 2856) y un ali-
sador de estuco (RT 2855). En N459 E90 R5 se hallaron fragmentos de aplanado con estuco y pigmento rojo
de hematita, rojo sangre y blancos (en distintas posiciones, como si hubieran sido destruidos intencionalmen-
te), además de un brasero ceremonial. En R5 apareció hueso (RT 2981, 2982, 2983, 2993), una vértebra animal
(RT 2980), un caracol (RT 2979), una aplicación (RT 2984), cerámica modelada (RT 2985), un fragmento de
brasero (RT 2996), una cuenta (RT 2978), un tejo (RT 2991), pizarra (RT 2992), cerámica y lítica. En R6 salió
una punta de proyectil (RT 3034), una lasca con retoque (RT 3086), una miniatura (RT 3081), un cajete in-
completo (RT 2939), un fragmento de Copa Ware (RT 2941), un fragmento de anafre (RT 2942), un fragmen-
to de brasero (RT 3087), hueso (RT 3083, 3084, 3088, 3090), una figurilla Tláloc (RT 3085), mica (RT 3089).
En R4 hay una gran variedad de objetos y materias primas, pero abunda el hueso (aunque es menor que
en R3: RT 2837, 2839, 2842, 2846, 2849, 2850, 2851, 2852); dos candeleros (uno de ellos completo, semejantes a
los pulidos simples de la fase Xolalpan: RT 2838, 2854), un fragmento de cerámica estucada (RT 2847), una
aplicación (RT 2853), una pieza de juego (RT 2848), pizarra (RT 2840), mica (RT 2845), un tejo (RT 2843),
una carita (RT 2844), un elemento cremado (probablemente un objeto de hueso: RT 2857), una navajilla
(RT 2856) y un alisador de estuco (RT 2855). En N459 E90 R5 se hallaron fragmentos de aplanado con estuco
y pigmento rojo de hematita, rojo sangre y blancos (en distintas posiciones, como si hubieran sido destruidos
intencionalmente), además de un brasero ceremonial.
En R5 apareció hueso (RT 2981, 2982, 2983, 2993), una vértebra animal (RT 2980), un caracol (RT 2979),
una aplicación (RT 2984), cerámica modelada (RT 2985), un fragmento de brasero (RT 2996), una cuenta
(RT 2978), un tejo (RT 2991), pizarra (RT 2992), cerámica y lítica.
En R6 salió una punta de proyectil (RT 3034), una lasca con retoque (RT 3086), una miniatura (RT 3081),
un cajete incompleto (RT 2939), un fragmento de Copa Ware (RT 2941), un fragmento de anafre (RT 2942),
un fragmento de brasero (RT 3087), hueso (RT 3083, 3084, 3088, 3090), una figurilla Tláloc (RT 3085), mica
(RT 3089). (Fecha de radiocarbono Beta 132603, calibrada, R3 del AA37: 45 a.C.-340 d.C., intersección 120
d.C.; Beta 132605, calibrada: 240-420 d.C., intersección: 350 d.C.).

· Área de actividad 37B: Es la continuación del área de actividad anterior. E1 C206 N457-460 E90-93
AA37B Z= 2277.96-2277.68 msnm. Se excavaron R1, R2 y R3, y aún no se llega al fondo. Posible actividad ri-
tual, quizá dentro de un altar destruido. De ambas áreas de actividad (AA37 y AA37B) se registraron 621 bol-
sas de material. El piso de estuco (P12) del patio C6 presenta rupturas en sus esquinas SE y SW. La colocación
de los elementos que enumeraremos a continuación (aun cuando matados), denota un orden y una clara in-
tención. No sabemos si acompañaban a un entierro (que, de estar, estaría mucho más abajo estratigráficamen-
te) o no. Podría ser un altar desmantelado o un ritual de clausura de un nivel constructivo.
En R1 apareció hueso (RT 2977, 3003, 3010, 3011, 3022, 3025, 3030, 3031, 3180, 3181), un diente de tuza (RT
3028), un fragmento de candelero (RT 3027), un fragmento de figurilla (RT 3004), cuentas bruñida de piedra
verde con vetas grisáceas (RT 3179, 3014), obsidiana 8RT 3015), una navajilla (RT 3001), disco de material no
identificado (RT 3032), calcedonia (RT 3168), cerámica modelada (RT 3167), aplicaciones (RT 3021, 3029),
una olla fragmentada (N458 E90-91: RT 2999, 3007), fragmentos de anafre (N458 E90-91: RT 2998, 3006,
3008), fragmentos de un brasero ceremonial Mate Burdo (N458-59 E91-92; RT 3023); un tejo (RT 3000),
muchos fragmentos de aplanados estucados y con pigmento (N459 E90); un vaso estucado policromo con
tapa (colores verde, amarillo, negro y rosa con diseños de una serpiente sobrevolada por aves)(N458 E91-92);
una mancha de carbón y una de ceniza (N459 E92), pizarra (RT 3009, 3012), mica (RT 3013), cerámica y lítica.
En R2 continuó la cerámica estucada (RT 3033, 3035) y una olla de coloración rojiza y morada (RT 3091,
3094)(N458 E92-93); miniaturas (RT 3093, 3149), siete aplicaciones cerámicas (RT 2943, 3101, 3151, 3152, 3098,
3202, 3206), dos soportes cerámicos (RT 3102, 3207), cerámica modelada y esgrafiada (RT 3095, 3201), un
plato fragmentado (RT 2944), un cajete incompleto (RT 3184), fragmentos de brasero Mate Burdo (RT 3148,
3156), fragmento de anafre (N459 E90), fragmento de Copa Ware (RT 3039); un sello (RT 3036), un alisador
estucado (RT 3137), pizarra (RT 3204), mica (RT 3205), hueso animal (RT 3038, 3096, 3100, 3138, 3140, 3141,

522
anexo i: banco de datos de teopancazco

3144, 3145, 3147, 3150, 3154, 3155, 3183, 3186), diente de animal (RT 3099, 3139, 3153, 3203), vértebra de animal
(RT 3037), un diente humano (RT 3146), una falange (RT 3185) y un fragmento de costilla humanos (N459
E92: RT 3187), resina (copal?: RT 3182).
En R3 se recuperaron alisadores (RT 3136, 3215), una figurilla (RT 3131), una carita (RT 3214), pequeños
fragmentos de hueso, el resto de la cerámica estucada (RT 3103, 3104, 3160, 3161, 3219, 3220), restos de brasero
ceremonial (RT 3209, 3212), anafres fragmentados (RT 3210), medio cajete (RT 3211), medio braserito Mete-
pec (RT 3213), cerámica Copa Ware (RT 3216), una esfera cerámica (RT 3134), aplicaciones (RT 3135), una
aguja de hueso (RT 3217), fragmentos de vértebras (RT 3218), un metatarso y un metacarpo probablemente
humanos (RT 3132, 3133); falanges animales (N460 E90).
Algunas de las vasijas matadas eran vasos trípodes pintados al fresco, con diseños de serpiente y aves. Se
tomaron múltiples muestras tanto para análisis como para fechamiento. (Fecha de radiocarbono Beta 132604,
calibrada, R3: 80 a.C.-415 d.C., intersección: 135 d.C.).

Consideraciones sobre estas áreas de actividad

Durante la temporada de excavación 99-1 en el sitio habitacional Teopancazco, se detectó un área de actividad
que se denominó 37. Algunos de los estudiantes, como Ximena Chávez, participaron en la excavación e hicie-
ron observaciones precisas sobre los materiales. En una primera apreciación nos pareció que podía tratarse de
una especie de basurero ritual, pero sería hasta concluir los trabajos de la última temporada (99-2), que pudi-
mos darnos una idea del tipo de contexto al que nos enfrentábamos: una clausura ritual, con materiales no
domésticos, llevada a cabo en un cuarto. Durante la excavación se pensó en la posibilidad de que se tratara del
altar de la unidad habitacional, pero más adelante se argumentará porqué al fin pensamos que no lo es. Definir
el tipo de actividad que se llevó a cabo en este lugar fue un proceso difícil, y la propuesta y conclusiones preli-
minares que presentamos están sujetas a cambios originados por el análisis que se realice en gabinete, tanto
de los materiales en sí, como en su contexto. Las dificultades surgen de las características poco comunes que
presenta, entre ellas, la perturbación moderna del pozo de agua del alfarero (AA36) y las diferentes etapas
constructivas teotihuacanas que quedaron expuestas en esta área durante el proceso de excavación. Para lo-
grar una mejor comprensión de un contexto que a simple vista parece tan desordenado y complicado, aunque
ciertamente tiene una coherencia interna, decidimos llevar a cabo una excavación controlada, que a continua-
ción se describe.

La excavación

Un contexto que a primera vista aparenta ser un completo desorden, puede seguirlo siendo, a menos que se
lleve a cabo una excavación controlada que permita descubrir algún o algunos patrones en la ubicación de los
objetos en el interior del área de actividad, así como la secuencia de deposición de los mismos. De ello depen-
de en gran medida poder llegar a conocer la función de dicho contexto. Somos conscientes de que en el análi-
sis de laboratorio se obtendrá una mayor cantidad de datos que los que ofrecemos como conclusión de la ex-
cavación, pero consideramos que el hecho de haber llevado un buen control de registro nos permite exponer
algunos comentarios pertinentes acerca de ciertos aspectos y comportamientos de los materiales a lo largo
del proceso de excavación, que serán la base para comenzar el trabajo de gabinete.
El registro tridimensional de un gran número de objetos que se consideraron meritorios de un número de
RT, no se llevó a cabo solamente por apreciación estética, sino que se utilizaron varios criterios buscando
siempre obtener la mayor cantidad de información con respecto al objeto, sus asociaciones a otros materiales,
y al espacio continente. Esto incluye su forma de deposición, el momento de deposición del objeto con res-
pecto al resto de los artefactos, buscando determinar si ocurrió en un solo momento o en varios, si se mataron
ritualmente los objetos, o si existen conexiones anatómicas desplazadas en los casos en que fue recuperado
algún material óseo. Como RT se levantaron objetos completos como sellos y cuentas, aplicaciones de cerá-
mica pertenecientes a objetos mayores entre los que destacan las aplicaciones de los incensarios tipo teatro,
algunas piezas semicompletas o algunos fragmentos aislados de ciertos tipos cerámicos como los anafres ca-
racterísticos del Mate Burdo, o platos, copas y cajetes del Anaranjado Delgado o el Copa Ware, etc. Para esto
se tuvo especial cuidado con la cerámica que presentó alguna clase de pigmento o estuco. Los fragmentos de
cerámica estucada identificada como parte de los vasos teotihuacanos fueron levantados por la restauradora
Vida Mercado. Las herramientas líticas u otra clase de artefactos de piedra pulida, artefactos de hueso, mica,
pizarra con y sin pigmento, etc., fueron considerados elementos dignos de registro tridimensional. El hueso
humano y el de animal se registraron y levantaron procurando que se conservara la epífisis para la óptima

523
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

identificación del material y teniendo mucho cuidado en observar si persistían conexiones anatómicas. De
hecho, los únicos materiales que no se levantaron como RT fueron los tiestos y la lítica que se encontraban
aislados o muy fragmentados o deteriorados. Para el caso del material de hueso, se consideró todo como RT,
con la excepción de aquel que se encontró muy fragmentado. El total de registros tridimensionales llevados a
cabo es de 346 (algunos correspondientes a un solo objeto y otros a conjuntos de cerámica o de hueso).
Además de lo mencionado con anterioridad se buscó dejar todos los elementos correspondientes a un
sólo nivel in situ, para poder observar su asociación y que ésta quedase registrada, tanto en los dibujos como
en la fotografía y el video.
Dentro de la nomenclatura del AA 37 se podrá observar que algunos objetos están registrados como parte
del AA 37B, otros como parte del AA 37C y el resto simplemente como del AA 37. Esto se debe a la secuencia
de excavación y no a las características del contexto. Sabemos que se trata de una sola área de actividad y las
diferencias en la nomenclatura se dan por lo siguiente: después de detectar el AA 37 en los cuadros N459-460
E90 y excavar algunos rellenos, nos dimos cuenta de que los materiales continuaban en los demás cuadros,
pero a niveles más bajos, por lo que se les asignó la nomenclatura AA 37B. El AA 37C, corresponde a la parte
norte de este contexto (N460-461 E91-92), que pudo ser excavada hasta la temporada 99-2, una vez retirado el
pozo moderno que no nos permitía acceder a estos materiales. Queremos dejar en claro para quien realice los
trabajos de gabinete que es un sólo contexto, que no comienza en todos los cuadros a una misma altura sino
que al NW se comienzan a detectar los artefactos a 2278.101 msnm (AA37), al N comienzan a aparecer los ob-
jetos en promedio a los 2278.004 msnm (AA 37C), mientras que en el resto aparecen aproximadamente a los
2277.92 msnm (AA37B). Al llegar al nivel del piso 13 la nomenclatura era la siguiente AA 37 R9/P 13, AA 37B
R5/P 13 y AA 37C R6/P 13, los cuales son equivalentes. De todas maneras se puede establecer la correlación
por niveles para todos los objetos, ya que se cuenta con la altura sobre el nivel del mar de cada uno de los RT.

El sector donde se encuentra el área de actividad

Es fundamental contextualizar un área de actividad en relación con los otros elementos que conforman el si-
tio. En este caso resulta particularmente importante porque el sector en donde se encuentra el AA 37 se carac-
teriza por dejar a la vista diferentes etapas constructivas. Además de las diferentes épocas prehispánicas ob-
servables, encontramos una perturbación moderna (AA36).
A continuación se describen los elementos encontrados en este sector, comenzando por los más recien-
tes, hasta llegar a los más antiguos, en el orden inverso al que sucedieron.
1. En primer lugar encontramos la perturbación más grande y reciente. Se trata del AA 36, un pozo hecho
por el alfarero en el siglo pasado. El pozo perturba una superficie de ocupación y su probable nivelación, así
como el piso del C206. Desafortunadamente, por las características del pozo, no fue posible observar si pertur-
bó otro piso. El alfarero evidentemente tuvo que excavar varios metros para encontrar el agua, misma que de-
bió haber usado para fines de consumo y para su producción cerámica. Mientras dicho pozo estuvo en funcio-
namiento, dentro de él cayó un gran número de objetos que van desde elementos prehispánicos removidos de
su lugar original por la excavación, hasta materiales modernos como fragmentos de un peine color rosa, una
medalla metálica y un arete. Estos objetos fueron depositándose en el interior del pozo sin más orden que el
impuesto por la ocurrencia de los hechos cotidianos, como el arete o la medalla que pudieron haber caído
cuando alguien miraba su reflejo en el agua. De igual forma, encontramos una moneda de finales del siglo pa-
sado, y no sería difícil imaginar que llevara un deseo cautivo en el momento en que alguien la lanzó al pozo.
2. En segundo lugar, podemos apreciar, en la parte norte, los restos de una ocupación prehispánica mucho
más tardía que fue detectada desde las capas más superficiales. Ésta se sobrepone al área de actividad en su
parte más septentrional, por lo que aún no conocemos el límite norte de la misma.
3. Se detectó una superficie de ocupación y su probable nivelación. Dichas superficies no son el típico apiso-
nado que se puede encontrar en el sitio, pero nos resulta evidente que no se trata de una compactación natu-
ral, sino una compactación cultural causada por el tránsito continuo de los habitantes de la unida habitacio-
nal. Además de que se encuentra en todo el perfil norte, el hecho de que se hayan localizado muchos
materiales a un mismo nivel en la orilla de ésta (donde fue cortada por el pozo), aunado a su correspondencia
con la base de un muro, igualmente perturbado (detectado en el N461E90), nos parecen argumentos suficien-
tes para afirmar que es una superficie cultural, la cual sella los materiales, y un probable fogón en el N461 E90-
91, correspondientes al AA37. Pensamos que si no se reporta ésta superficie de ocupación hacia el sur, puede
ser porque es el límite de la misma o porque una parte de ésta no fue detectada, confundiéndose quizá con
una compactación natural. Hasta este momento el AA37, parece estar sellada por dos ocupaciones.
4. Los muros N y W, cuya base es probable que corresponda con las lajas localizadas en el NE. En cuanto
a estas últimas, existiría la posibilidad de que se trate de un drenaje; sin embargo, por las característica rituales

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anexo i: banco de datos de teopancazco

del área, nos parece también probable que pueda tratarse de una especie de cista, la cual se encuentra sellada
con argamasa. No sería difícil que pudiese contener materiales de tipo ritual o funerario. Sin embargo, decir
esto, o decir que se trata de un drenaje, son meras especulaciones. Será sólo hasta que la excavación se extien-
da al E que podamos comprender de qué se trata. El P 12 con su chaflán, el mogote de piedras y argamasa que
fue retirado (previo registro), así como el elemento que denominamos en informes pasados como “murete”,
podrían corresponder a esta misma ocupación. Esto podría ser la evidencia de que había un elemento arqui-
tectónico sobre el AA37, mismo que fue destruido. No creemos que se tratara del altar; esto lo argumentare-
mos más adelante.
5. Finalmente encontramos el cuarto 206, cuyo límite inferior es un piso de estuco quemado (P13). El lí-
mite W es un muro; restos de un muro con adobe y piedra careada lo limitan al S; y al E el desplante de un
muro de adobe con poca piedra. El límite N no está definido por las razones expuestas con anterioridad. So-
bre este cuarto descansa el área de actividad 37.
Para comprender el entorno en donde se realizó este ritual y para poderle asignar una correspondencia
con más precisión a una etapa constructiva es necesario que la excavación se extienda a nivel de las lajas cuan-
do menos hacia el este.

¿Qué tipo de contexto es el área de actividad 37?

Consideramos que es el reflejo de una actividad ritual, relacionada con la clausura de un espacio. En dicho
rito no se emplearon materiales domésticos, sino objetos utilizados en la actividad religiosa de la unidad habi-
tacional, así como objetos suntuarios. Este hecho nos remite a una producción artesanal muy especializada.
Además de los objetos mencionados se colocaron restos de animales; en la parte norte se localizó uno en co-
nexión anatómica. Esto implica que se descompuso in situ, es decir, que fue ofrendado aún con tejidos blan-
dos. De igual forma se emplearon restos humanos, los cuales no parecen ser parte de un entierro primario
perturbado. Consideramos que estos huesos fueron depositados aislados, y que se ganaron su lugar en este
espacio quizá por ser importante símbolo de los antepasados. De cualquier forma es común encontrar huesos
aislados en los rellenos teotihuacanos.
La secuencia de deposición que proponemos es la siguiente:
Se trataba de un espacio muy especial para los miembros de esa unidad habitacional, el cual debió ser una
parte dedicada al culto (no hay evidencia de que se tratara de una parte doméstica). La vida simbólica de este
espacio llegó a su fin y comenzó un complejo ritual semejante a una clausura en la que se ofrendan objetos
fragmentados y en aparente desorden.
Es probable que como parte del ritual el piso del cuarto 206, haya sido quemado. Una vez quemado el piso
depositaron una fina capa de arena. La deposición de arena como base de las ofrendas es una práctica obser-
vada de igual forma en otros pueblos, como por ejemplo, el mexica.
Después de colocar la base arenosa, comenzaron a depositar los más finos objetos de tipo suntuario tales
como las cuentas de piedra verde, y los objetos dedicados al culto o utilizados en él, como anafres y braseros.
Aunque a primera vista los materiales parecen depositados sin orden alguno y se asemejan a un basurero,
existen ciertos patrones de deposición. Los muros S y E del cuarto de igual forma fueron desmantelados por
la misma gente que estaba realizando el ritual, y encima de los restos de éstos también se colocaron objetos.
Que muchos de ellos estén fracturados podría deberse al propósito de simbolizar el término de una etapa, o
podrían también haberse fragmentado accidentalmente durante su uso. La depositación de los objetos la hi-
cieron siguiendo los límites del cuarto (muros S, E y W). En la parte central del cuarto también se deposita-
ron objetos pero en menor cantidad.
No creemos que los objetos hayan sido todos matados in situ, ya que esto quedaría reflejado en el contex-
to con una dispersión muy particular y hasta “ordenada” (como si hubiesen estallado) en algunos casos. Con-
trariamente a esto, puede observarse que los objetos fueron depositados de tres maneras diferentes:
1. Una pieza cerámica rota se colocó en un sólo lugar, poniendo los pedazos previamente fracturados deba-
jo de los fragmentos más grandes de la pieza (misma que por la compresión se colapsó). Esto implica que esta-
ba rota antes de ser depositada, pudiéndose haber “matado” en otro lugar, o bien estar fragmentada por el uso.
2. Una pieza completamente fragmentada se dispersó intencionalmente en toda el área de actividad. No
creemos que haya sido “matada” al depositarse ya que la dispersión de los fragmentos se da en niveles y cua-
dros muy diferentes. De igual forma se pudo haber “matado” en otro lugar o estar fragmentada accidental-
mente durante su uso.
3. Depósito de fragmentos aislados que no podrán pegarse en laboratorio. En este caso podría tratarse de
basura asociada con los ritos, o de objetos fracturados a propósito, aunque en este caso cabría la interrogante
acerca de lo que hicieron con el resto de los fragmentos.

525
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

El primer tipo de objetos depositados resulta ser el más interesante, ya que implica una deposición delibe-
rada, que requirió tener cierto cuidado al acomodar las partes rotas de las vasijas debajo del resto de la pieza,
en ambos casos con la cara exterior generalmente hacia arriba. Son muchas las piezas que se encuentran en
esta situación, como algunas ollas, el vaso con pigmento rojo, el cajete al negativo, un plato Anaranjado Delga-
do y uno de los vasos estucados.
La destrucción de los muros fue hecha de manera deliberada e incluso se tomaron la molestia de colocar
los fragmentos de aplanado concentrados en ciertos puntos. Es muy importante mencionar que ninguno de los
fragmentos de aplanado tenía huellas de haber sido quemado, lo cual podría hacernos pensar que las huellas
de fuego en el piso son posteriores al desmantelamiento de los muros.
No sabemos si después de realizar este ritual los objetos fueron o no cubiertos, pero lo cierto es que la
ocupación correspondiente al P12 no la sella, ya que de igual forma está perturbada (recordemos que un frag-
mento de uno de los vasos estucados parece haber estado expuesto a la intemperie). Esto implica que el rito
de clausura pudo hacerse por los habitantes de la ocupación correspondiente a P 12, lo que implicó la destruc-
ción de una de sus estructuras, y la deposición de los materiales se llevó a cabo sobre el piso quemado por esa
misma gente, piso que correspondía a otra etapa constructiva. Insistimos en que la relación entre ambas ocu-
paciones se comprenderá hasta que la excavación se extienda por lo menos hacia el este.
En cuanto al tiempo de deposición, se trata de un rito hecho en un sólo acto. Numerosos fragmentos cerá-
micos pertenecientes a una misma pieza se encontraron dispersos horizontalmente en toda el área y también
verticalmente (desde los niveles más altos hasta el nivel del piso).
Está perturbada parcialmente por el pozo moderno, pero no se trata de un contexto primario removido,
ya que encontramos además de la colocación intencional de ciertos elementos cerámicos, los restos de la caja
toráxica de un animal pequeño. Estos restos se encontraban en conexión anatómica. Siendo estas articulacio-
nes tan frágiles por el tamaño tan pequeño del animal, al seguir conservando la conexión, demuestran que no
hubo remoción posterior. Creemos que estos restos son parte de lo ofrendado en la clausura, puesto que esta
zona no fue perturbada por las tuzas.
No creemos que se trate del altar del patio, ya que los restos de la estructura destruida no corresponden a
la forma que podría tener un altar. No existe, hasta el momento, registro alguno de altares esquineros para
Teotihuacan. Además, las dimensiones que debería haber tenido el altar rebasan por mucho las comunes para el
caso teotihuacano. Aunado a esto tenemos el hecho de que generalmente un altar es más profundo y contiene
en su interior entierros. En este caso no es así, sino que es poco profundo y los restos humanos que hay no
pertenecen a un entierro primario perturbado. Una sepultura primaria de acuerdo con Henry Duday,1 implica
la instalación de una cadáver poco después de la muerte en el que será su lugar de depósito definitivo. En este
caso no encontramos ninguna conexión anatómica en los huesos humanos, ni siquiera una conexión despla-
zada. Por otro lado, de acuerdo con Pereira,2 si hubiese existido un entierro primario, sería posible darnos
cuenta de esto, ya que los huesos más grandes son los que generalmente son removidos, quedando en su lugar
original (y pudiendo conservar la conexión anatómica) los huesos más pequeños, ya sean del carpo, metacar-
po, tarso, metatarso y falanges. En este caso no tenemos evidencia de nada de esto. Los realmente pocos hue-
sos humanos que salieron dispersos en el contexto provienen del exterior y resulta imposible, tanto por la
clase de huesos como por la cantidad, saber si corresponden a un sólo individuo o a varios. No creemos que
sea posible establecer una relación con los restos óseos asociados con el muro W de otra etapa más tardía.
Estos depósitos son completamente independientes, no tienen absolutamente ninguna relación el uno con el
otro, ni siquiera temporalmente.
Existen zonas en el área de actividad que se diferencian del resto pero que poseen características compar-
tidas: se trata de dos manchas detectadas sobre los pisos 12 y 13, que presentan secado diferencial con el resto
del piso de estuco en que se ubican. Además de esta característica, la textura del material que se presenta en
esas manchas es similar entre sí, pero distinta a las de los dos pisos. La mancha del piso 12 se localiza en la es-
quina sureste del área de actividad y es cuadrangular. Aparentemente el estuco está roto de manera perfecta-
mente recta, por lo que semeja un espacio de acceso. Si bajo esas capas que no se excavaron continúa el AA37,
es probable que se localicen los fragmentos faltantes de los vasos estucados o de otras de las piezas cerámicas
recuperadas con anterioridad. Algo similar ocurre con la mancha ubicada en el W del AA37, cuya forma es
semicircular. Podría tratarse de una fosa. En todo caso, esas interrogantes habrán de resolverse hasta el mo-
mento en que sean excavadas las manchas a las que hacemos referencia.

1
Henry Duday, “Antropología Biológica de campo, tafonomía y arqueología de la muerte”, en Malvido, Pereira y
Tiesler (coords.) El cuerpo humano y su tratamiento mortuorio. INAH, CEMCA, México, 1997, págs. 91-126.
2
Gregory Pereira, “Manipulación de los restos óseos en la loma de Guadalupe, un sitio funerario del periodo Clá-
sico de la cuenca de Zacapu, Michoacán”, en Malvido, Pereira y Tiesler (coords.) El cuerpo humano y su tratamiento
mortuorio. INAH, CEMCA, México, 1997, págs. 161-178.

526
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 43: E1 C206 N459 E90.91 Z= 2277.682-2277.496 msnm. Bajo el nivel del Piso 13 se halló una
fosita de paredes alisadas con carbón, de 52 por 48 por 18.6 cm. Se reducía su diámetro conforme se bajaba a mayor
profundidad. Se halló escasa lítica y cerámica, en dos rellenos. Probablemente se encendió fuego en su interior.
Muestras: flotación (28434, 29440, 28442), química (28444, 29436), fitolitos (28445), EH/PH (28433).

CUARTO 213A: Es un cuarto ubicado bajo C13 (que cierra por el este el gran patio de Teopancazco), y está
cortado por dos pirules; yace al oeste de C213B, en E1 C213A N450-456 E109-116 Z= 2279.859-2279.318 msnm;
tiene 6.25 por 9.15 m. El acceso yace al este y tiene 1.60 m de ancho. Los muros están construidos con roca
volcánica maciza y tezontle; el muro norte tuvo un ancho de 45 cm y sólo se conservó una hilada (Z= 2279.368
msnm); el muro este tuvo 48 cm de ancho y sólo se halló la huella del muro (Z= 2279.567 msnm); el muro sur
tuvo un ancho de 52 cm. (Z= 2279.859 msnm), y el muro oeste tuvo 68 cm de ancho y se conservaron 8 hiladas
(Z= 2279.348 msnm). Se excavaron once rellenos de tierra de color gris cafetoso claro (10YR 6/2) en seco y
café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo; con un pH de 7-7.5, y muchos carbonatos. Se halló el Piso 2 a Z=
2279.318 msnm, que es un piso de estuco muy bien conservaco, pero que parece tenía una fosa en el centro (el
pirul está arriba). Fue rellenado con cajones constructivos con muros de adobe, para emplazar el piso más
tardío, del cual sólo se conservó un pequeño fragmento en C13.

· Área de actividad 111: E1 C213A N452-453 E112-114 Piso 2, Z= 2279.308-2278.708 msnm. Se halló una cala
posiblemente de saqueo, ubicada a 2.22 m del muro sur del C213A y con 2.36 m por 0.75 m de diámetro. Se ex-
cavaron seis rellenos de tierra areno-limosa de color café (10YR 6/4) en seco, y café muy oscuro en húmedo
(10YR 2/2), con un pH de 7.5 y muchos carbonatos. Se encontró cerámica, lítica, pizarra, hueso, mica, aplana-
dos de piso con estuco, así como: puntas de obsidiana (RT 9953, 9722), fragmentos de figurillas (RT 9954,
10001, 9795, 9803), concha (RT 9955), tejo (RT 9956), aplicaciones (RT 9794, 9790), fragmento de cráneo
(RT 9802), hueso de animal (RT 9791).
Muestras: flotación (60153, 60193, 60211, 60219, 60265, 60273, 60281, 60799, 60752, 60811, 60820, 60831,
59433, 59562, 59571, 59734, 59875, 60089), química (60154, 60194, 60212, 60220, 60266, 60274, 60282, 60739,
60753, 60812, 60821, 60832, 59431, 59559, 59572, 59736, 59876, 60088), polen (60155, 60195, 60213, 60221, 60267,
60275, 60283, 60740, 60754, 60813, 60822, 60833, 59430, 59558, 59573, 59735, 59941, 60087), fitolitos (60156,
60196, 60214, 60222, 60268, 60276, 60284, 60741, 60755, 60814, 60823, 60834), carbono 14 (60218, 60285,
60751, 60827), paleointensidad magnética (60758, 60743, 60819, 60825, 60836, 60090, 59944, 59758, 59427,
59555, 59570), termoluminiscencia (60742, 60757, 60826, 60836, 59422, 59552, 59739, 59943, 60085), hidrata-
ción (59419, 59550, 59740, 59945). Foto: rollo 57 (16-21), rollo III (8-5).

CUARTO C213B: Este cuarto se encuentra ubicado al oeste de C213A, en su parte anterior, como si fuera
pórtico; E1 C213B N446-458 E 108-109 Z= 2280.109-2279.318 msnm; es rectangular, de 13.34 por 1.20 m, cons-
truido con tezontle y roca volcánica maciza. El muro norte tuvo un ancho de 48 cm y sólo se conservó una
hilada (Z= 2279.159 msnm); el muro este tuvo un ancho de 40 cm, con aplanado (Z= 2279.482 msnm); el
muro sur tuvo un ancho de 62 cm, también con aplanado (Z= 2280.109 msnm); y el muro oeste tuvo un ancho
de 50 cm y una hilada (Z= 2279.888 msnm). Su acceso estuvo ubicado al oeste, con un ancho de 1.60 m y Z=
2279.318 msnm. Se excavaron seis rellenos de tierra gris cafetosa clara (10YR 6/2) en seco y café muy oscuro
(10YR 2/2) en húmedo; un pH de 7-7.5 y muchos carbonatos. El Piso 2 estuvo ubicado a Z= 2279.318 msnm.

CUARTO 217: E1 C217 N435-437 E81-84 Z= 2278.21 msnm. Es un cuarto bajo C17 (otro nivel constructivo),
aprovechando el alzado de sus muros para desplantar C17. Tuvo una superficie de 9.8 m2. Fue rellenado con
adobes (junto a los muros), cascajo, fragmentos de toba amarillenta, tierras duras y blandas. Su Piso 7, estuca-
do, yació a Z= 2278.234-2278.204 msnm. La gran fosa de C17 (AA6) también perturbó el piso de C217. En el
Piso 7 de C217 se hallaron el AA25 y el AA26.

· Área de actividad 25: E1 C217 P7 N436-37 E81-82 Z= 2278.154-2277.504 msnm. Es una fosa abierta, de 75
por 72 por 65 cm. Es un tanto irregular, formando casi un cuadrado. Tuvo 6 rellenos con cerámica, lítica, piza-
rra, restos óseos humanos y de fauna, un botón (RT 943), un pulidor (RT 944). Está asociada con AA26.
Quizá fue saqueada ya que el material está muy suelto.
Muestras: flotación (8371, 8374, 8537, 8475, 8478, 8480, 8482, 8484, 8488, 8491, 8503, 8539, 8542, 8548, 8554,
8556, 8560, 8563, 8665, 8568, 8606, 8609, 8611, 8613), polen (8496), fitolitos (8551), hidratación de obsidiana
(8502), paleointensidades magnéticas (8541), EH/PH (8494), termoluminiscencia (8495), química (8487).

· Área de actividad 26: E1 C217 P7 N435-36 E82-83 Z= 2278.63-2277.454 msnm. Fosa abierta (97 por 100
por 117 cm), redonda. Tuvo 6 rellenos que variaron en textura y material. A partir de R3, apareció cerámica

527
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

con estuco (fragmentos de aplicaciones) y en R5, un fragmento de cráneo (RT 951). El material aumentó
mientras se bajaba. Probablemente esté asociada con AA25. Quizá fue saqueada.
Muestras: flotación (8513), química (8515), polen (8516), fitolitos (8517), paleointensidades magnéticas
(8518), termoluminiscencia (8519), hidratación de obsidiana (8520).

CUARTO 244: E1 C244 N448-468 E120-123 Ap. 2 Z= 2279.40-2278.127 msnm. Es un vasto espacio abierto,
ubicado al este del conjunto y al sur de C43. Corresponde probablemente a la ocupación Xolalpan del sitio, y
está abajo de los cuartos de la ocupación Metepec. Tiene una bajada de agua en N454. El muro oeste (límite
del conjunto) con aplanado tiene un ancho de 50 cm. Se excavaron 10 rellenos de tierra arenolimosa, de color
gris cafetoso claro en seco (10YR 6/2), y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), con un pH de 5.5-7, y pre-
sencia creciente de carbonatos conforme se baja hacia el apisonado. Sobre el apisonado se hallaron las áreas
de actividad 33, 34 y 35. (Fecha de radiocarbono Beta 129934, calibrada, Apisonado 2: 385-625 d.C., fechas de
intersección: 465, 480, 520 d.C.), y además está asociado con las AA83 y 87.

· Área de actividad 33: E1 C244 N463-465 E121-122 R1/R2 Z= 2278.316-2278.231 msnm. Concentración de
objetos (área de 2.86 por 0.85 m), pegada al muro oeste del C244, y probablemente se trate de un basurero o
contexto de abandono. Se hallaron figurillas, tanto extremidades como caritas y cuerpos (RT 1910, 1911, 1912,
1913, 1956, 1958, 1964, 1963), núcleos de obsidiana (RT 1954, 1957), un candelero (RT 1962), una punta de obsi-
diana (RT 1955), concha (RT 1961), cerámica (RT 1968, 1969), un fragmento de hueso (RT 1971), dos fragmen-
tos de cráneo humano (RT 1970, 1959), tejos (RT 1967, 1965, 1966, 1960). Se tomaron muestras de flotación
(15570), química (15571), polen (15572), fitolitos (15574), EH/PH (15573), hidratación de obsidiana (15575).

· Área de actividad 34: E1 C244 R2/Ap. 2 N464-466 E121-123 Z= 2278.241-2278.081 msnm. Concentra-
ción de objetos sobre el Apisonado 2, que cubrió un área de 2.90 por 2.38 msnm. Quizá está asociada con el
AA35. Se hallaron figurillas zoomorfas (RT 2019 y 2036), fragmentos de figurillas tanto títere como retrato,
que parecen estar desmembradas intencionalmente (RT 1984, 1987, 1997, 1998, 1999, 2001, 2002, 2012, 2013,
2014, 2015, 2016, 2017, 2020, 2022, 2024, 2025, 2026, 2034, 2035, 2039, 2040, 2042), tejos (RT 1985, 1994, 2007,
2008, 2021, 2027, 2033, 2048), aplicaciones cerámicas (RT 1989, 2043), una miniatura (RT 2046), un fragmen-
to de punta (RT 1990), una raedera (RT 1991), huesos (RT 1992, 2018, 2031, 2032), una pieza de juego (RT
1995), un núcleo prismático (RT 1996, 2004), una aguja de hueso (RT 2006), un diente (RT 2023, 2038), una
concha (RT 2037), proyectiles de cerbatana (RT 2028, 2029), un hueso trabajado con pigmento rojo (RT
2041), una posible orejera (RT 2047) y lítica (RT 2049). Se tomaron muestras de flotación (16037, 16040,
16146, 16149, 16259, 16265, 16270, 16275, 16280, 16300), química (16041, 16150, 16266, 16271, 16301), polen (16042,
16151, 16267, 16272), fitolitos (16043, 16152, 16293, 16273, 16303), EH/PH (16291, 16154, 16292, 16294, 16299), hi-
dratación de obsidiana (16265, 16153, 16290, 16274, 16279), termoluminiscencia (16268, 16156, 16288, 16284,
16286), paleointensidades (16269, 16155, 16289, 16285, 16287).

· Área de actividad 35: E1 C244 N462 E122 R2/Ap. 2 Z= 2278.311-2278.199 msnm. Se trata de un fogón
posiblemente asociado con AA 34. Tuvo 1 m x 0.53 x 0.112 m. Asociados aparecieron cerámica, hueso, pizarra,
mucho carbón grande que se mandó para fechamiento. Se halló medio tejo (RT 2069), fragmentos de figuri-
llas (RT 2070, 2080, 2086, 2155 que parecen producto de desmembramiento ritual), un fragmento de hueso
(RT 2081), pieza de juego (RT 2083), mano de metate (RT 2084). Se tomaron muestras de flotación (bolsas
16511, 16512), química (16513), polen (16514), fitolitos (16515), eH/pH (16612), hidratación de obsidiana
(16613), termoluminiscencia (16614), paleointensidades magnéticos (16615), carbón para fechamiento
(16616), carbón para identificación (16617). (Fecha de radiocarbono Beta 129935, calibrada, /Ap. 2: 330-625
d.C., fecha de intersección: 440 d.C.).

· Área de actividad 83: E1 C244 N448 E122 AA83 R3/R4 (laja) Z= 2279.355-2279.225 msnm. Apareció el
tórax (48043), cráneo (48042) y extremidades superiores de un perro, probablemente azteca, en un diámetro
de 45 por 33 por 13 cms, en una matriz limo-arenosa, de color café grisáceo en seco (2.5Y 5/2) y café muy oscu-
ro en húmedo (10YR 2/2). Se encontró poco material cerámico (48038), pizarra (48041) y un pequeño frag-
mento de estuco (48039). Posiblemente esté asociado con el AA84, y sea de carácter ritual.
Muestras: flotación (47853), química (48033), polen (48034), fitolitos (48035), termoluminiscencia
(48036), paleointensidades magnéticas (48037).
Fotos: rollo TT (31-30), rollo 43 (6-8).

· Área de actividad 87: E1 C244 N454-455 E122 AA87 R10 Z= 2278.495-2278.332 msnm. Es una concentra-
ción de material cerámico, fragmentos de figurillas (RT 7908) aplicaciones (RT 7906, 7901, 7902, 7904, 7906,

528
anexo i: banco de datos de teopancazco

7907, 7911, 7914, 7916, 7921, 7925, 7926, 7928), un candelero (RT 7929), pizarra (RT 7922), hueso (RT 7920),
hueso trabajado (RT 7929) y conchas (RT 7895, 7896, 7897, 7899, 7903, 7905, 7912, 7913, 7915, 7917, 7918, 7919,
7923, 7927, 7930) a 33 cm del muro oeste que delimita la estructura de Teopancazco, junto a la bajada de agua, en
un diámetro de 1.22 por 0.16 cm. La matriz es arenolimosa, gris cafetosa oscura en seco (10YR 6/2) y café muy
oscuro en húmedo (10YR 2/2), con un pH de 7, moderada reacción al HCl. Se trata de un área de actividad ri-
tual. Asociados con el AA87 estuvieron fragmentos de figurillas (pie: RT 7939, brazo: RT 7935, torso: RT 7937),
una aplicación (RT 7938), un candelero (RT 7939), cerámica estucada (RT 7936), una falange (RT 7933).
Muestras: flotación (49594), química (49595), polen (49596), fitolitos (49598), termoluminiscencia
(49643), paleointensidades magnéticas (49597).
Fotos: rollo UU (21-24), rollo 44 (8-9).

CUARTO 247: E1 N450-455 E120-121 Z= 2278.881-2278.575 msnm. Es un cuarto excavado parcialmente, de


6.14 por 0.92 m, construido tanto de adobe como de piedra maciza; yace al oeste de C244, al este de C247B y al
norte de C69. El muro este tuvo 50 cm de ancho, con aplanado, y una altura aproximada de 28 cm. El muro
oeste tuvo 44 cm de ancho, es de adobe con dos hiladas, y se conservó a una altura aproximada de 31 cm. Se
excavaron cuatro rellenos de tierra arenolimosa, gris cafetosa clara en seco (10YR 6/2) y café muy oscura en
húmedo (10YR 2/2), con un pH de 5.5.
Fotos: rollo 44 (12-27).

CUARTO 247B: E1 N450-458 E117-120 Z= 2279.516-2278-129 msnm. Es una habitación de 8.94 por 2.50 m.
(22.35 m2 de área techada); yace al este de C213A, al norte de C69. Es rectangular en sentido norte-sur y está
construida con roca volcánica, tezontle y adobe. El muro sur tiene 1.44 m de ancho (más el cajón constructi-
vo), y se conservó a una altura de 98 cm, con 6 hiladas; el muro oeste tuvo 68 cm de ancho, y se conservó a
una altura de 1.38 m, con 8 hiladas (y en ocasiones 10 hiladas); el muro este tuvo un ancho de 44 cm, y se
conservó a una altura de 6 cm. Tuvo una bajada de agua en N453-454. El acceso yace al norte; tuvo un ancho
de 70 cm. Se excavaron 11 rellenos, algunos de cajones de adobe para elevar el último piso. Estuvo asociado
con las AA88, 89, 90, 91 y 92, así como los entierros 24, 25 y 26.

· Área de actividad 88: E1 C247B N452 E117-118 R12 (apisonado de adobe) AA88 En 24 Z= 2278.174-
2277.432 msnm. Entierro 24 Se trata de un entierro múltiple (un juvenil, un infante y un neonato) removi-
do en fosa, con gran cantidad de huesos (humanos, de animal, mica, cuello de olla (RT 7968), fragmento de
cuerpo (RT 7976), cerámica estucada (RT 7972), cerámica incisa (RT 7985), pieza de juego (RT 7979), punta
de proyectil de obsidiana (RT 7970), lítica trabajada (RT 7973), fragmentos de agujas (RT 7974, 7975, 7978,
7980, 7984), caparazón (RT 7971), medios tejos (RT 7977, 7983) y tejos completos (RT 7981). Está dispuesto
en un área de 37 por 47 por 74 cm, pegado al muro oeste del C247B, con una matriz de ocho rellenos de mate-
rial arenolimoso, de color café amarillento oscuro en seco (10YR 4/4) y café muy oscuro (10YR 2/2) en hú-
medo. Está asociada con el AA91 En 25.
Muestras: flotación (49949, 49962, 49971, 49982, 49992, 60003, 60013, 60024); química (49950, 49966,
49973, 49983, 49993, 50004, 50014, 50025); polen (49951, 49972, 49984, 49994, 50005, 50015, 50026); fitolitos
(49961, 49967, 49974, 49985, 49995, 50006, 50016, 50027); hidratación de obsidiana (49952, 49975, 49988,
49998, 50009, 50019, 50030); termoluminiscencia (49968, 49976, 49986, 49996, 50007, 50017, 50028); paleoin-
tensidades magnéticas (49969, 49977, 49987, 49997, 50008, 50018, 50029); radiocarbono (49978, 49999, 50031).
Fotos: rollo UU (18-17) y rollo 44 (14-15).

· Área de actividad 89: E1 C247B N455 E118 R9 AA89 Z= 2278.439-2278.403 msnm. Concentración cerá-
mica, probablemente de función ritual, dispuesta en un área de 65 por 79 por 3 cm, en una matriz arenolimo-
sa, de color gris cafetoso claro en seco (10TR 5/2) y café muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con pH de 7,
muchos carbonatos. Además de la cerámica de la concentración, aparece un núcleo (RT 7955), una esferita de
cerámica (RT 7956), el cuerpo de una figurilla (RT 7957), el brazo de una figurilla (RT 7958), además de hue-
sos, cerámica y lítica. Posiblemente esté asociada con el AA90 En 26.
Muestras: flotación (49922), química (49923), fitolitos (49955).
Fotos: rollo UU (20-19), rollo 44 (12-13).

· Área de actividad 90: E1 C247B N455 E119 R9 AA90 En 26 Z=2278.395-2278.172 msnm. En un área de 35
por 45 por 22 cm, apareció el Entierro 26 que consistió de un cráneo de un juvenil (50040) con un hueso
largo y con mucha cerámica, en una matriz arenolimosa, de color café amarillento (10YR 5/8) en seco, y café
muy oscuro (10YR 2/2) en húmedo, con muchos carbonatos y un pH de 7. Posiblemente esté relacionada
con el AA89.

529
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

Muestras: flotación (49954, 50041), química (49955), polen (49956), fitolitos (49957), termoluminiscen-
cia (49958, 50038), hidratación de obsidiana (49959).
Fotos: rollo UU (12-8), rollo 44 (18-22).

· Área de actividad 91: E1 C247B N452 E117-118 R12 (Apisonado de adobe) AA91 En 25 Z= 2278.174-
2278.061 msnm. Se trata de un fragmento de cráneo de adulto (calota: 49942), denominado Entierro 25,
con cerámica, quizá asociado con el AA88 En 24, en una matriz arenolimosa con carbonatos. Está a 16 cm del
muro oeste de C247B.
Muestras: flotación (49936, 49940), química (49937), polen (49938), fitolitos (49939).
Fotos: rollo UU (16-17), rollo 44 (14-15).

· Área de actividad 92: E1 C247B N452-453 E119-120 R12? (apisonado de adobe) AA92 Z= 2278.423-
2278.125 msnm. Pegada al muro este de C247B, está una fosa de 32 cm de diámetro por 30 de profundidad, re-
llena de una matriz arenolimosa gris cafetosa clara en seco (10YR 6/2), y café muy oscuro en húmedo (10TR
2/2), con pH de 7 y muchos carbonatos.
Muestras: flotación (50068, 50073, 50079), química (50069, 50079, 50080), polen (50070, 50075, 50081),
fitolitos (50071, 50076, 50082).
Fotos: rollo UU (7-6), rollo 44 (23-24).

CUARTO 251A: E1 C251A N463-466 E117-120 Z= 2277.915 msnm. Se trata de un cuarto cuadrangular de pie-
dra maciza, tezontle y adobe, que pasa bajo C151 y al este de C181, y por debajo de la “Sastrería no. 1”. Nos sor-
prendió ver que era un sector totalmente diverso a las construcciones teotihuacanas, pues el relleno era de
tierra, se hallaron estructuras con adobes y con huellas de postes, pero siguieron apareciendo entierros y fo-
sas. Los Apisonados 5 y 6 se hallaron en N462-463 E117-118. Se hallaron las áreas de actividad 151 y 154.
Se retiró la tierra cernida con la que habíamos tapado este sector, con el fin de continuar excavando hasta
el piso. Apareció un fragmento de piso (Piso 1) en la porción suroeste, pero fue claro que se habían excavado
fosas (algunas de entierros) en el sector y que habían roto el piso 1.
El relleno 5 (desde donde excavó: Z= 2277.94 msnm) estuvo constituido de material limo-arenoso, con
pH de 7.5, color en seco: 10YR 5/2 –café grisáceo- y 10YR 3/1 en húmedo –gris muy oscuro; contuvo cerámi-
ca, lítica tallada, lítica pulida (por ejemplo, un pulidor), hueso, hueso trabajado (un fragmento de omechica-
huaztli), hueso cocido, mica, pizarra, figurillas (brazo de figurilla títere), carbón, pigmento, una ollita quema-
da, Copa Ware y una concentración de cerámica anaranjada delgada y roja pulida (RT 10,969).

· Área de actividad 64: E1 C251A N463-464 E119 AA64 R2A Z= 2278.358-2278.196 msnm. Se trata de cua-
tro vasijas completas probablemente asociadas al Entierro 15 y al AA88: dos cajetes hemisféricos naranja del-
gado con base anular (RT 5910, 5911), un vaso de la vajilla pulida (RT 5914) y un cajete con aplicaciones
(5913), además de algunas vértebras dispersas (5742, 5747), calota (RT 5908), hueso (RT 5752), carita (RT
5743), fragmentos de figurillas (RT 5746, 5748, 5749, 5751), cerámica (RT 5744, 5745). Están dispersas en un
área de 0.70 por 1.27 por 0.16 m, en la esquina sureste del C251A, pegadas al muro este.
Muestras: flotación (34729, 35645, 35665, 35671), química (34733, 35646, 35666), polen (34734, 35647,
35667), fitolitos (34735, 35648, 35675), EH/pH (34736, 35649, 35668), termoluminiscencia (34737, 35650,
35672), paleointensidades magnéticas (35651, 35673), hidratación de obsidiana (35652, 35674), muestra de tie-
rra bajo el AA (35615).
Fotos: rollo LL (18-19), rollo 35 (22-23).

· Área de actividad 66: E1 C251A N464-465 E117 AA66 R2 Z= 2278.268-2278.074 msnm. En un área de 0.70
por 0.87 por 0.19 m, se hallaron materiales asociados con el Entierro 15 que consiste de un entierro sedente de
adulto masculino (entre 30 y 40 años), con varios cajetes formando parte de su ofrenda (cajete con aplicacio-
nes Xolalpan: RT 5909; cajete estucado: RT 6093; cuatro cajetes hemisféricos Anaranjado delgado: RT 5922;
cajetes miniatura: RT 6095, 6099; plato: RT 6100), en una matriz areno-limosa de color café grisáceo claro en
seco, y café muy oscuro en húmedo, pH de 8. Apareció mucha cerámica, hueso de animal, lítica, hueso huma-
no (RT 5864), diente (RT 5921), vértebras (RT 5920), agujas de hueso (RT 5870, 6094), tejos (RT 5871, 5918),
aplicaciones (RT 5872), fragmento de figurilla (RT 5873), alisador de estuco (RT 5917), concha (RT 5919).
Muestras: flotación (RT 35638, 36048), química (35639, 36049), polen (35640, 36050), fitolitos (35642,
36051), EH/pH (35641, 36052), termoluminiscencia (35643, 36053), paleointensidades magnéticas (36029,
36054), hidratación de obsidiana (36030, 36055), carbón (35659), muestra de la cavidad torácica (35664),
muestra bajo el área de actividad (36098).
Fotos: rollo LL (13-12), rollo MM (24-21, 18-17), rollo 35 (26-27), rollo 36 (20-23, 26-27).

530
anexo i: banco de datos de teopancazco

Entierro 15: E1 C251A AA66 En 15 N264-265 E117 R2A Z= 2278.268-2278.074 msnm. Se trata de un entierro
primario de un individuo adulto de sexo masculino, con deformación craneana tabular erecta, y posiblemente
con mutilación dentaria. La orientación cráneo-facial fue hacia el este. Está en posición sedente, con las extre-
midades flexionadas. Asociados aparecieron; un cajete estucado (RT 6093), cuatro cajetes hemisféricos anaran-
jado delgado (RT 5922), un cajete Xolalpan con aplicaciones (RT 5909), dos cajetes miniatura (RT 6095, 6099).
Fotos: rollo LL (13-12), rollo 35 (26-27).

· Entierro 18: E1 C251A En 18 N465 E120 R4 Z= 2278.084 msnm. En una matriz areno-limosa, apareció un
fragmento de cráneo de juvenil quizás femenino (calota) (RT 6496). Se tomó una muestra de flotación
(38447), junto con cerámica, lítica y hueso. Además apareció una costilla de infante en primera infancia.

· Área de actividad 151: E1 C251A N464-465 E119-120 R5 Z= 2277.849-2277.924 msnm. Se ubica cerca del
muro al este del C251-A, en el R5 sobre R6. Se trata de una concentración de cerámica, posiblemente de dese-
cho; además se encontró lítica, hueso de animal, un fragmento de mandíbula de animal, un tubo de cerámica,
mica y hueso cocido; con una baja densidad de materiales. Tiene un relleno de matriz limo-arenoso con color
en seco 10 YR 5/2, y en húmedo 10 YR 3/7, pH de 7.5, muchos carbonatos, y su consistencia es suelta. Los
materiales que levantaron con registro tridimensional fueron una concentración cerámica (RT 10,980), una
mandíbula de animal (RT 10,982), un tubo de cerámica (RT 10,978) y una figurilla asociada (RT 10,977).
Muestras: flotación (65451 y 65456), química (65452 y 65457), polen (65453 y 65458), y fitolitos (65454 y 65459).
Fotos: rollo 70 (4 y 5); y rollo YYY (31 y 32).

· Área de actividad 154: E1 C251A N461-463 E117-119 R2 Z= 2278.317-2277.807 msnm. Es una fosa posible-
mente de desecho, ubicada junto al muro de adobe al oeste del C251A, en el Relleno 2 descansando sobre el
R1 del siguiente nivel constructivo: C351A; contiene una densidad media de materiales como cerámica, pie-
dras, lítica tallada, hueso animal, fragmentos de figurillas, aplicaciones, un tejo, un botón, navajillas, un núcleo
prismático y púas de anafre. Tiene una forma amorfa con un diámetro de 2.78 por 1.68 m y un espesor de 51
cm. Los 5 rellenos tienen una matriz arenosa y limo-arenosa, pH de 7-8.5, y una reacción al HCl variada de
débil, moderada a fuerte. Dentro de los materiales que se levantaron se encuentran: en el R2 del C251A: una
miniatura (RT 11,361), cerámica esgrafiada (RT 11,360), cerámica estucada (RT 11,366), una base de copa (RT
11,359), una punta (RT 11,362), pigmento rojo (RT 11,357), una aplicación (RT 11,356), un candelero (RT 11,358),
lítica pulida (RT 11,367), un pulidor (RT 11,350), cerámica estucada (RT 11,374), una púa de anafre (RT 11,373),
una carita (RT 11,219), un tejo (RT 11,370), cerámica esgrafiada (RT 11,371), un torso de figurilla (RT 11,221) y
una costilla cocida (RT 11,372); del R1 del AA: una figurilla (RT 11,208), un omóplato (RT 11,209), un botón
(RT 11,210), una aplicación (RT 11,211), un hueso largo (RT 11,212), cerámica estucada (RT 11,214), un soporte
(RT 11,215), un brazo de figurilla títere (RT 11,216), un hueso cocido (RT 11,217), un iliaco de animal (RT
11,218), un brazo de figurilla (RT 11396), una costilla (RT 11,359), dos tejos (RT 11,397 y 11,410), un brazo de fi-
gurilla (RT 11,409) y una pieza de juego (RT 11,398); del R2 del AA: una figurilla (RT 11,401), un brazo de títe-
re (RT 11,400) y pizarra pintada (RT 11,399); del R3 del AA: un brazo (RT 11,404), una manita (RT 11,408),
una concentración de cerámica (RT 11,484), una púa de anafre (RT 11,403), lítica pulida (RT 11,407), una
aplicación (RT 11,405) y una carita zoomorfa (RT 11,406); del R4 del AA: una carita (RT 11,482), una ollita
(RT 11,483), cerámica con estuco (RT 11,478), una ollita con pigmento en el interior (RT 11,480), una púa de
anafre (RT 11,413), y mica trabajada (RT 11,481); y del R5 del AA: una navajilla completa (RT 11,402), un puli-
dor (RT 11,485) y una mano de metate (RT 11,486). Además apareció un cuerpo de figurilla articulada emba-
razada marcada como C351A, que quizás esté en el fondo de la fosa (RT 11,603).
Muestras: flotación (65948, 66686, 66957, 65980, 66114, 66122, 66191, 66201, 66472, 66326, 66477, 66483,
66593, 66490, 66734, 67117, 67107, 67326, 66612, 66602, 67330, 67337, y 67348); polen (66127, 66196, 66270,
66478, 66328, 66485, 66595, 66492, 66737, 67119, 67114, 67132, 67328, 66614, 66605, 67332, 67339, y 67350);
química (66126, 66195, 66205, 66474, 66327, 66484, 66594, 66491, 66736, 67118, 67113, 67105, 67327, 66613,
66603, 67331, 67338, y 67349); fitolitos (66128, 66197, 66271, 66479, 66329, 66486, 66596, 66493, 66738, 67120,
67108, 67131, 67197, 66615, 66604, 67333, 67340, y 67351); termoluminiscencia (66288, 66198, 66272, 66731,
66739, 67115, 67196, 66616, 66606, 67335, 67342, y 67352); e hidratación de obsidiana (66297, 66131, 66199,
66273, 67110, 67192, 66617, 66607, 67334, y 67347).
Fotos: rollos ZZZ (26-25) y CCCC (32-33), y rollos 71 (11-12) y 73 (21-22); además fotografía digital y video.

CUARTOs 253A y B: E1 C253A y B N462-466 E107-110 Z= 2278.167 msnm. Una estructura con tablero em-
bebida en C153 fue denominada como C253A y el espacio anexo al este, como C253B, y estuvo relleno de
adobes. Está ubicada en N464-465 E107-110 Z= hasta 2278.399 msnm, al este de C162E. El Piso 3 de estuco es-
tuvo ubicado a Z= 2278.399 msnm. Tuvo una escalinata con una grada de 30 cm de alto. Hubo otra estructura

531
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

más también hacia el este en el relleno de adobes, denominada provisionalmente como C253C, y que queda-
rán para la próxima temporada; ésta tiene un piso con chaflán hacia los muros de piedra que fueron desman-
telados a la hora de nivelar. Tiene escalón hacia C253B. El C253A tuvo tablero que fue roto al englobar a la es-
tructura en otra también con tablero y talud. Tuvo asociadas las áreas de actividad 173-175, 204.

· Área de actividad 173: E1 C253A N465 E107-108 AA173 bajo P3 Z= 2278.100 msnm. Se encontró en el
cuarto 253A; es una fosa sellada que no se excavó; tiene forma rectangular de 90 por 30 cm aproximadamente.

· Área de actividad 174: E1 C253A N463 E107 AA174 P3 Entierro 63 Z= 2278.295-2277.864 msnm. Está
pegada al muro oeste del cuarto 253A descansando sobre el piso 3; es una fosa que contiene un entierro
(En 63). Tiene forma redonda con diámetro de 41 cm y espesor de 43 cm.
El Entierro 63 (RT 11630; N463 E107 Z= 2278.063-2277.864 msnm) es un entierro primario infantil, con
posible deformación de mandíbula, costillas y huesos largos, que se halló colapsado, con mucha humedad y
en mal estado, además de actividad de insectos; al parecer tuvo una orientación alrededor de los 160 grados,
sobre un cajete cóncavo (RT 11632), acompañado de un cajete completo (RT 11830), además de 3 fragmentos
de cerámica y un fragmento de navajilla.
Muestras: flotación (68656), fitolitos (68661), química (68657), carbón (68659).

· Área de actividad 175: E1 C253 N462-463 E107-108 R1 AA175 Z= 2278.24-2277.942 msnm. Se encontró
descansando sobre el piso 3. Probablemente es alguna reparación, por el relleno y el escaso material encontra-
do, con un espesor de 17.15 cm. Los dos rellenos tienen una matriz areno-limosa, con color en seco 10YR 5/4
café amarillento y en húmedo 10YR 3/4 café amarillento oscuro, reacción nula al HCl y pH neutro. Sólo se
encontró un conector de agua labrado con líneas geométricas (RT) y un caracol (RT).
Muestras: flotación (68807, 68837), polen (68668, 68838), fitolitos (68806, 68840), química (68839).
Fotos: rollos EEEE (7-6) y 76 (107-108).

· Área de actividad 204: E1 C253A N463 E107 AA204 R1 Bajo P3 Entierro 95 Z= 2278.142-2277.845 msnm.
Está en la esquina suroeste del C253A, intruyendo en el muro este; es una fosa con un entierro debtro (En 95).
El Entierro 95 (N465 E107 Z= 2277.857 msnm, RT 12175) es un infante neonato, muy fragmentado pero
en muy buen estado de conservación, que se halló en posición sedente, con una orientación de 115 grados; sus
dientes estaban en formación. El cráneo estaba boca abajo. Estaba sentado sobre una cazuela (RT 12176) y cu-
bierto con un cajete de base anular (RT 12172). Estaba asociado con una navajilla prismática (RT 12173) y ca-
racolitos (RT 12174).
La fosa es de forma circular de 37 por 32 cm y 19.5 cm de espesor. Tiene dos rellenos de matriz arcillosa, con
color en seco 2.5Y 6/1 gris y en húmedo 2.5Y 5/1 negro rojizo, reacción al HCl de débil a moderada y pH de 8.
En el interior se encontró el entierro 95 (RT 12175), un cajete de base anular (RT 12172), una navajilla prismáti-
ca (RT 12173), caracolitos (RT 12174), y una cazuela (RT 12176). Está asociada con el AA 174 y al muro oeste.
Muestras sobre la cazuela: flotación (70885), química (70884, 70889), polen (70882, 70887), fitolitos
(70883, 70888), carbón (70886).
Muestras dentro de la cazuela: flotación (70893), química (70892), polen (70890), fitolitos (70891).
Muestras abajo de la cazuela: flotación (70908), química (70907), polen (70905), fitolitos (70906).
Muestras del entierro 95: colágeno (70900), carbón (70902).
Fotos: rollos NNNN (5-1), OOOO (23-21), PPPP (36-35); rollos 84 (35-36), 85 (33-34), 86 (1-2).

· Área de actividad 230: E1 C253A N462 E107 P3 AA230 Z= 2278.212-2278.104 msnm. En este cuarto se
halló el drenaje de C153, a 73 cm del talud norte de C213A en el centro-sur del cuarto. Es rectangular y sus di-
mensiones fueron: 33 por 16 por 10.8 cm. Se halló un fragmento de cerámica.
Muestras: flotación (75083), química (74824?), fitolitos (75081), polen (75082).

CUARTO 254: Ubicado en E1 C254 N466-468 E107-109 Z= hasta 2278.414 msnm, tenía 2.60 por 2 m y acce-
so de sur a norte. El vano es de 80 cm de ancho. El Piso 3 de estuco estuvo a una profundidad de Z= 2278.414
msnm. Es un nivel constructivo anterior al C154. Tuvo asociada el área de actividad 211.

· Área de actividad 211: E1 C254 N466 E107 AA211 R1 bajo P2B Z= 2278.164-2278.024 msnm. Se ubica al este
del cuarto 254; es una fosa sellada en la que se halló cerámica; es de forma irregular de 40 por 30 cm y 14 cm de
espesor. Tiene dos rellenos de matriz arenosa, color en seco 10YR 5/2 café grisáceo y en húmedo 10YR 3/3 café
oscuro, reacción al HCl de 1 y pH de 8.5. Se halló un cajete café oscuro (RT 12353) y uno negro (RT 12354) de la
vajilla pulida, y una navajilla (RT 12355).

532
anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras: flotación (71945, 71944), química (71946, 71949), polen (71947, 71950), fitolitos (71948, 71951).
Fotos: rollo 87 (30-31, 15-16, 23-24) y rollo QQQQ (9-8, 24-23, 16-15).

CUARTO 258A: Es un cuarto que está ubicado en E1 C258A N467-468 E97-98 Z= 2277.926 (Piso 3), de 2 m
de largo por 2 m de ancho; está localizado al este del C258B. El muro oeste tiene aplanado de lodo y 0. 50 m de
ancho, Z= 2278.441 msnm. Se excavaron cinco rellenos de tierra areno-limosa, de color café (10YR 6/2) en
seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de 7.5, y hay presencia de carbonatos. El piso 3 está
ubicado al Z= 2277. 926 msnm.

· Área de actividad 121: E1 C258A N467-468 E97-98 P1 AA121 Z= 2277.876 - 2277.016 msnm. Se trató de
una fosa cavada en el piso del cuarto (abierta, bajo el pirul), que tuvo en su interior fragmentos de varios ma-
teriales principalmente tiestos estucados y aplicaciones de cerámica; probablemente la fosa fue saqueada en
época prehispánica; otro agente de perturbación es la presencia de un pirul cercano. La fosa presentó un diá-
metro de 1.49 m y un espesor de 0.85 m. Se excavaron ocho rellenos, y la tierra presentó una textura limo-are-
nosa. Como materiales asociados se encontró: cerámica, obsidiana, fragmentos de figurillas, pizarra, hueso
animal, hueso humano y lajas de basalto. Los materiales registrados tridimensionalmente fueron: varios frag-
mentos de cerámica estucada (RT 10181, 10182, 10184, 10186), un fragmento de figurilla (RT 10183), cinco apli-
caciones de cerámica (RT 10154, 10155, 10156, 10157, 10160), un fragmento de punta (RT 10153), un fragmento
de cuchillo de obsidiana (RT 10161), hueso animal (RT 10149), hueso humano-falange (RT 10107), una pieza
dentaria (RT 10180) y una pizarra con pigmento (RT 10148).
Muestras: flotación (61263, 61279, 61338, 61325, 61350, 61445, 61436, 61529, 61518, 61582, 61540, 61601, 61609,
61495, 61652), polen (61264, 61281, 61340, 61327, 61429, 61352, 61447, 61438, 61531, 61520, 61584, 61542, 61603,
61643, 61497, 61654), química (61265, 61280, 61339, 61326, 61428, 61351, 61446, 61437, 61530, 61519, 61583, 61541,
61602, 61610, 61496, 61653), fitolitos (61266, 61282, 61341, 61328, 61430, 61353, 61448, 61439, 61532, 61521, 61585,
61543, 61604, 61644, 61498, 61655), termoluminiscencia (61267, 61283, 61342, 61329, 61431, 61354, 61449, 61440,
61533, 61522, 61586, 61544, 61605, 61645, 61656), hidratación de obsidiana (61269, 61285, 61344, 61331, 61420,
61515, 61524, 61588, 61546, 61499, 61658), paleointensidades magnéticas (61268, 61343, 61330, 61419, 61450,
61441, 61534, 61587, 61523, 61545, 61646, 61657), carbón (61270).
Fotos: rollo 61 (1-4, 19-22, 33-36), rollo NNN (32-36), rollo PPP (21-25).

CUARTO 258B: Se ubica en los E1 C258B N466-468 E94-96, Z= 2277.921 msnm (Piso 3), de 2.40 m de largo
por 2.46 m de ancho; está localizado al oeste del C258A y este del C258D. El muro este tiene aplanado con
estuco, y 0.50 m de ancho, Z= 2278.131 msnm. El muro oeste tiene aplanado con estuco y 0.30 m de ancho, Z=
2278.366 msnm. Se excavaron cinco rellenos de tierra de color café (10YR 6/2-10YR 5/2) en seco, café muy
oscuro en húmedo (10YR 2/2), pH de 7.5- 8, y muchos carbonatos. El Piso 3 está ubicado a Z= 2277.921 msnm.
Estuvo asociado con el AA 109.

· Área de actividad 109: E1 C258B N467 E94 R5/P3 AA 109 Z= 2278.006-2277.886 msnm. Se encontró un
cajete anaranjado delgado (RT 9115) “matado” de forma ritual; está localizado a 0.32 m del muro sur y a 0.17 m
del muro oeste del C258B. Se excavó un relleno de tierra areno-limosa, de color café (2.5 5/2) en seco, y café
muy oscuro (10YR 2/2), un pH de 7.5, y una moderada presencia de carbonatos. Se halló asociado con este
cajete un fragmento de mica (RT 9116).
Muestras: flotación (57395), química (57396), polen (56397), fitolitos (57398).
Fotos: rollo 53 (25-29), rollo EEE (14-9).

CUARTO 258C: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado en E1 C258C N462-465 E 93-95, de 3 m de largo
por 3.80 m de ancho; su acceso posiblemente esté orientado al sur. Este cuarto está ubicado al sur del C258D,
C258B. El muro norte tiene 0.46 m de ancho, con cinco hiladas de alto, Z= 2278.726 msnm. Se excavaron ocho
rellenos (cuatro antes de llegar al apisonado 2, y cuatro sobre el apisonado 3). Los ocho rellenos se caracteri-
zaron por tener un color café grisáceo (10YR 6/2) en seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH
de 7-8, y muchos carbonatos. El apisonado 2 está ubicado a Z= 2278.484 msnm, y el apisonado 3 a Z= 2277.946
msnm. Estuvo asociado con las AA103, AA 113.

· Área de actividad 103: E1 C258C N462-465 E93-95 R1/Apisonado 2 AA 103, Z= 2278.597-2278.369


msnm. Se encontró una concentración de materiales probablemente con función ritual distribuidos en todo
el C258C. Contuvo tres rellenos de tierra color gris cafetosa clara (10YR 6/2) en seco, y café muy oscura en
húmedo (10YR 2/2), con pH de 7.5-8, y muchos carbonatos. Se halló una concentración de materiales cerámi-
cos (mate burdo, vajilla pulida y bruñida), lítica, pizarra, mica, hueso humano, hueso de animal, lítica pulida,

533
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

concha, así como una gran cantidad de elementos como: fragmentos de figurillas antropomorfas, entre los
que destacan pies, caras y cuerpos (RT 8680, 8681, 8677, 8672, 8898, 8905, 8906, 8907, 8914, 8922, 9030, 9031,
9033, 9092, 9096, 9113, 9109, 9107), fragmentos de figurillas zoomorfas (RT 8671, 8917), fragmentos de incen-
sarios (RT 8688, 8899, 8900, 8904), tubos de anafres (RT 8660, 8650), fragmentos de cerámica (RT 9098,
9114, 8851, 8926, 8897, 8854, 8911, 8916, 9035, 9036), cajetes (RT 8921, 8913), cerámica estucada (RT 8682, 8908,
8909), cerámica incisa (RT 8684, 9037, 9039), candeleros (RT 9047, 8649, 9106), aplicaciones (RT 8683, 8685,
8687, 8669, 8647, 8648, 8651, 8848, 8849, 8853, 8862, 8863, 8857, 8860, 8910, 8923, 8924, 9034, 9049, 9093, 9094,
9095, 9097, 9102, 9051, 9032), hueso trabajado (RT 8663), hueso quemado (RT 8642), diversos fragmentos de
hueso humano, tales como: fragmentos de cráneo (RT 8662, 8920, 9090), maxilar (RT 9089), dientes (RT
8674, 8675, 8855, 8856, 8903, 8861), muelas (RT 8901, 8902, 8859), clavículas (RT 8676, 8671), costillas (RT
8646, 9042), vértebra (RT 8643), hueso de pie (RT 8644), huesos varios (RT 8850, 8686, 8678), huesos largos
(RT 8689, 9050, 9091), omóplato (RT 9053), hueso animal (RT 8912), garra de ave (RT 8679), mandíbula de
animal (RT 8673), conchas (RT 8661, 8858, 8915, 9040, 9041, 9048, 9099, 9100, 9101, 9104, 9105) concha estu-
cada (RT 9043), pulidores (RT 8864, 8918, 8919, 9056), mano de metate (RT 8652), punta de obsidiana (RT
9028), esfera de lítica (RT 9038), núcleos de obsidiana (RT 8670, 9052), navajillas (RT 9054, 9108), lítica ta-
llada (RT 9103), cuchillo (RT 9110), tejo (RT 9111, 9112), piezas de juego (RT 9055, 9029), pigmentos (RT
9044, 8925), estuco (RT 9045), incrustación (RT 9046).
Muestras: flotación (56856, 55888, 5630, 55993, 56638, 54783, 55997, 56650, 54758, 56014, 56694, 54754,
56703, 56097, 56710, 56093, 56466, 56717, 56823), química (54857, 54912, 54784, 54759, 54755, 56094, 55940,
55889, 55994, 55998, 56015, 56098, 56531, 56824, 56631, 56639, 56651, 56695, 56704, 56711, 56718), polen (54858,
54913, 54785, 54760, 54756, 56095, 55941, 55890, 55995, 55999, 56018, 56099, 56532, 56825, 56663, 56640, 56652,
56696, 56705, 56712, 56719), fitolitos (54859, 54914, 54786, 54761, 54757, 56096, 55942, 55923, 55996, 56000,
56016, 56100, 56533, 56826, 56633, 56641, 56653, 56697, 56706, 56713, 56720), carbono 14 (54860), termoluminis-
cencia (54862, 55947, ,55924, 56083), paleointensidad magnética (54863), hidratación (54864, 55925, 56001,
56643).
Fotos: rollo 50 (16-21), rollo BBB (23-17), rollo 51 (11-15), rollo CCC (28-24), rollo 52 (26-30), rollo DDD (17-13).

· Área de actividad 113: E1 C258C N465 E93-95 R2 bajo Ap. 2 AA 113, Z= 2278. 081- 2277.946 msnm. Se en-
contró un vaso teotihuacano (RT 9385) con una base de olla reutilizada como tapa (RT 9348), y asociado con
estos, cerámica, lítica y hueso. Esta área de actividad se encuentra pegada al muro norte de este cuarto. Contu-
vo tres rellenos de tierra arenosa de color café (10YR 5/3) en seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2),
con muchos carbonatos. Se halló mucho material como: fragmento de figurilla Tláloc (RT 9289), concha (RT
9299), aplicación (RT 9377), soporte (RT 9302), tubo de anafre (RT 9303), cerámica (RT 9305), fragmento de
cráneo (RT 9310), mandíbula (RT 9383), diente (RT 9306), omóplato (RT 9379), huesos trabajados (RT 9346,
9348), piezas de juego (RT 9307, 9308, 9309, 9312), concha (RT 9311), tejo (RT 9345), navajillas (RT 9347,
9304), puntas de obsidiana (RT 9300, 9381, 9382), lasca (RT 9301), núcleo de obsidiana (RT 9378). Posible-
mente tenga una función ritual y esté asociada con el AA103 (concentración de materiales).
Muestras: flotación (58013, 58086), química (58014, 58087), polen (58015, 58088), fitolitos (58016,58089),
hidratación (58090).
Foto: rollo 54 (27-30, 31-36), rollo GGG (27-24, 23-18).

CUARTO 258D: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado en E1 C258D N466-468 E93 Z= 2278.161 msnm.
(Apisonado 2), de 2.70 m de largo por 1 m de ancho; está localizado al oeste del C258B. El muro este tiene
aplanado con estuco y 0.30 m de ancho, Z= 2278.366 msnm. El muro sur tiene 0.46 m de ancho, cinco hiladas
de alto, Z= 2278.726 msnm. Se excavaron cuatro rellenos de tierra color café (10YR 6/2-10YR 6/4) en seco, y
café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de 7.5-8, y muchos carbonatos. El Apisonado 2 está ubicado a
Z= 2278.161 msnm.

CUARTO 260: Está ubicado bajo C160, en E1 C260 N466-468 E109-112 Z= hasta 2278.435 msnm. Tuvo 2.13
por 2.90 m. El acceso estaba orientado al oeste y tenía un vano de 1.47 m de ancho. Se excavaron 5 rellenos de
tierra hasta el piso 3ª. Asociadas tiene las áreas de actividad 165, 177, 186 y 190, 206 y 208.

· Área de actividad 165: E1 C260 N467 E110 AA165 R1 Z= 2278.706-2278.663 msnm. Se localizó a 50.5 cm
del muro sur del cuarto 260; es una fosa con probable función ritual, pero sin materiales en su interior. Es de
forma ovalada con un diámetro de 28 por 38 cm con 4 cm de espesor. El relleno tiene matriz limo-arenosa,
con color en seco 10YR 6/2 gris cafetoso claro y en húmedo 10YR 2/2 café muy oscuro; débil reacción al HCl,
y pH de 7. No se encontraron materiales arqueológicos. No tiene asociación con otras AA.
Fotos: rollo 73 (18-20) y rollo CCCC (37-34).

534
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 177: E1 C260 N466-467 E110 AA177 R2-3 Z= 2278.585-2278.485 msnm. Está en la sec-
ción suroeste del cuarto 260, junto al muro sur de piedra, descansando sobre el relleno 4. Es una concentra-
ción de materiales que incluye pulidores y una mano de metate; tiene forma irregular con 1 m de diámetro por
10 cm de espesor. Se encontraron pulidores (RT 11896, 11897, 11898), fragmentos de tapaplato (RT 11899,
11901), una mano de metate (RT 11900) y un fragmento de pulidor (RT 11902).
Muestras: flotación (68949), polen (68951), química (68950), fitolitos (68952), paleointensidad (68953),
carbón (68667).

· Área de actividad 186: E1 C260 N466-468 E109 AA186 R3-4/P3A Z= 2278.459-2278.325 msnm. Se locali-
za en la parte occidental del C260, entre dos pilastras y sobre el piso 3A; son vasijas que fueron encontraron
casi completas y se les fue retirado el fondo deliberadamente, depositadas bajo un muro y entre dos pilastras;
tiene forma irregular con un diámetro de 90 cm y 13 cm de espesor. Los dos rellenos tienen matriz areno-arci-
llosa. Los materiales son un fragmento de metate (RT 12009), lítica pulida (RT 12010, 12193), fragmentos de
cuenco lustroso (RT 12192), un fragmento de vaso (RT 12192), fragmentos de cuenco anaranjado delgado (RT
12191). Está asociada con las AA 177 y 190.
Muestras: flotación (69357, 69634,69966, 70016), química (69359, 69635, 69967, 70114), polen (69354,
69636, 69968, 70115), fitolitos (69358, 69637, 69969, 70116), paleointensidad y termoluminscencia (69356,
69355, 69638, 69970), carbón (69971), hidratación de obsidiana (69353).
Fotos: rollo IIII (13-9), KKKK (18-13); y rollos 79 (24-27), y 81 (18-22).

· Área de actividad 190: E1 C260 N467-468 E110 AA190 R4 Z= 2278.422-2278.332 msnm. Localizada a un
metro del muro oeste del cuarto 260 descansando sobre el relleno 5, es una concentración de materiales como
pulidores, un silbato, y cerámica; tiene forma irregular de 58 por 146 centímetros y 9 cm de espesor. En ella
estaban presentes dos pulidores (RT 12223, 12226), un cajete matado (RT 12222), un silbato (RT 12219) y lítica
pulida (RT 12224, 12225). Está asociada con el AA 186.
Muestras: flotación (70407), química (70360), polen (70407), fitolitos (70404), termoluminiscencia
(70358), hidratación de obsidiana (70405), carbón (70365).
Fotos: rollo LLLL (37-33), y 82 (1-6).

· Área de actividad 206: E1 C260 N467-468 E110-111 AA206 P3A Z= 2278.183-2276.668 msnm. Ubicada
a 82 cm del muro norte, a 74 cm del muro sur y a 47 cm del muro este del cuarto 260; es una fosa sellada
donde se encontraron materiales diversos como fragmentos de olla, cajetes, figurillas, puntas, caracoles,
concha y hueso, mezclados con ceniza y carbón; es de forma ovalada en la boca de la fosa y casi redonda en
la parte más baja, su diámetro es de 55 por 76 cm y 151 cm de espesor. Tiene 15 rellenos, en el relleno uno
hubo presencia de dos tipos de tierra: la primera tuvo una matriz arcillolimosa, color en seco 10YR 5/4 café
amarillento y en húmedo 10YR 4/4 café amarillento oscuro, sin carbonatos y pH de 7; la segunda capa del
relleno 1 al igual que los rellenos 2-8 tiene matriz limoarenosa, color en seco 10YR 5/6 café amarillento y en
húmedo 10YR 4/6 café amarillento oscuro, pocos carbonatos y pH de 7. Los rellenos 9-13 constan de tierra
y de ceniza, por lo que la descripción de capa se hizo por separado: la tierra tiene una matriz arcillolimosa,
color en seco 10YR 6/2 gris cafetoso claro y en húmedo 10YR 4/3 café olivo, muchos carbonatos y pH de
7.5; la ceniza tuvo una matriz arcillolimosa, color en seco 10YR 7/1 gris claro y en húmedo 10 YR 6/2 gris
cafetoso claro, muchos carbonatos y pH de 8. Se encontró una gran cantidad de materiales como concha
(RT 12324, 12455), figurillas (RT 12418, 12328, 12434, 12445, 12446, 12448, 12451, 12454, 12509, 12526, 12527,
12581, 12666, 12667, 12668, 12671, 12674, 12678, 12666, 12700, 12692, 12697, 12695), cerámica foránea (RT
12325), una costilla (RT 12271), pulidores (RT 12428, 12511, 12579, 12670), una miniatura (RT 12430), agujas
de hueso (RT 12432, 12567), una semilla (RT 12447), pigmento (RT 12449, 12514, 12577), hueso (RT 12450,
12452, 12508, 12520, 12573, 12575, 12576, 12693), caracoles (RT 12453, 12510, 12512, 12513), navajillas (RT 12500,
12501, 12502, 12503, 12504, 12505, 12506, 12507, 12515, 12516, 12517, 12518, 12521, 12522, 12523, 12524, 12525, 12528,
12530, 12566, 12580, 12572, 12664, 12669, 12676, 12664, 12696), botones (RT 12519, 12699), una aplicación (RT
12529), un hueso de animal (RT 12531, 12565), puntas de obsidiana (RT 12564, 12568, 12570, 12662, 12663,
12675, 12662), un raspador de obsidiana (RT 12571), cajetes (RT 12574, 12677, 12665, 12680), metates (RT
12578, 12694), una olla (RT 12678), y una pieza de juego (RT 12698). Está asociada con otras fosas selladas
del piso 3A del cuarto 260.
Muestras: flotación (71115, 71121, 71128, 71139, 71148, 71220, 71461, 71465, 71358, 71696, 71783, 71806, 72076,
72208, 72221, 72271, 72463, 72447), química (71117, 71122, 71129, 71147, 71149, 71211, 71221, 71462, 71457, 71357, 71697,
71784, 71803, 72077, 72207, 72222, 72272, 72464, 72448), polen (71116, 71123, 71130, 71140, 71150, 71210, 71222,
71463, 71458, 71356, 71698, 71785, 71804, 72078, 72209, 72256, 72273, 72465, 72449), fitolitos (71118, 71124, 71131,
71143, 71146, 71103, 71223, 71464, 71459, 71355, 71699, 71786, 71805, 72079, 72206, 72257, 72274, 72466, 72450), car-

535
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

bón (71254, 71498, 71705, 71845, 72081, 72211, 72255, 72467, 72454, 72440), termoluminiscencia (72082, 72213,
72468), paleointensidad (72080, 72212), hidratación de obsidiana (71214, 71499, 71704, 72455, 72474).
Fotos: rollos 85 (10-11, 12-14, 26-27), 86 (22-23, 29-30), 87 (26-27), 88 (1-3); y rollos OOOO (27-26, 25-24,
11-12), PPPP (15-14, 8-7), QQQQ (13-12), RRRR (36-34).

· Área de actividad 208: E1 C260 N466 E111-112 AA208 R1-3 Z= 2278.358-2278.061 msnm. Está junto al muro
sur del cuarto 260, en el piso 3A; es una fosa con fragmentos de concha; de forma semicircular de 36 por 54 cm
y 29.7 cm de espesor. En ella sólo se hallaron fragmentos de concha (RT 12319). Está asociada con el AA 206.
Muestras: flotación (71072), química (71073), polen (71074), fitolitos (71075), termoluminiscencia
(71076), paleointensidad (71077).
Fotos: rollo OOOO (10-8) y rollo 85 (28-30).

CUARTO 260A, Área de actividad 233: E1 C260A N469 E108-109 R2/P2 AA233 Z= 2278.36-2278.348
msnm. Se trata de un drenaje asociado con la caída de agua (AA 157), de 1 por 1 m y con un espesor de 13 cm.
La tierra es limo-arcillosa, con pH de 8, moderada reacción al HCl, color en seco de 10YR 4/2 (café grisáceo
oscuro), color en húmedo de 10YR 3/2 (café grisáceo muy oscuro); estructura granular. Los materiales asocia-
dos son: cerámica, soporte tipo almena (RT 13813), lítica, núcleo (RT 13825); hueso, clavícula (RT 13711),
fragmento de fémur derecho (RT 13826); caracol (RT 13812), metates (RT 13922, fragmento: RT 13811), mano
de metate (RT 13921), fragmento de escultura (RT 13924).
Muestras: flotación (76641, 76752), química (76642, 76753), polen (76643, 76754), fitolitos (76644, 76755).
Fotos: blanco/negro, rollo CCCCC (fotos 8-6); color, rollo 104 (fotos 1-2), 207 (fotos 5-6).

CUARTO 262B: Se trata de un cuarto ubicado bajo el C162B, en N462-466 E100-102 hasta Z= 2278.344
msnm. Yace al este del C162D. Tiene 4.30 por 1.85 m. Los muros se conservaron a alturas variables entre los 40
y 64 cm. El piso de estuco estuvo ubicado en Z= 2278.344 msnm. Se excavaron dos rellenos de bloques de te-
petate, tierra suelta, bloques de adobe, pedazos de piso, carbón. Tuvo asociadas las AA 153, 156, 158, 159, 160, 161.

· Área de actividad 153: E1 C262B N465 E101 R2/P2 AA153 Entierro 44 Z= 2278.304-2278.495 msnm.
Es una fosa donde se encontró un entierro (En 44).
El Entierro 44 (N465 E101 Z= 2278.394 msnm, RT 11018) es un individuo primario infantil neonato en
decúbito lateral izquierdo extendido, aunque la posición de las extremidades no era discernible, acompañado
de materiales con densidad regular a alta, como cerámica y lítica; ubicada en el Relleno 2 sobre el piso 2 de la
esquina noroeste del cuarto que es una zona de tránsito. Tiene forma redonda con un diámetro de 30 por 29
cm y un espesor de 19.1 cm. Los dos rellenos donde se encontró tienen una matriz limo-arcillosa en seco y en
húmedo arcillo-limosa, con color en seco 5YR 6/1 gris y en húmedo 10YR 3/2 café grisáceo muy oscuro, pH
7-8 y una reacción fuerte al HCl. Los materiales que aparecieron junto al entierro (RT 11,018) son los fragmen-
tos de: un cajete rectodivergente (RT 11,009), un vaso incompleto (RT 11,010), una cazuela (RT 11,011), una
vasija (RT 11,012), un candelero (RT 11,013), dos navajillas (RT 11,014 y 11,015), una laja (RT 11,016), un tapa-
plato (RT 11,019), una navajilla dentro del tapaplato (RT 11,017), y cerámica asociada con el AA (11,020). Está
asociada con fosas hasta ese momento no excavadas con números de AA 161,160, y 159; además de la posible
asociación con el templo de Tláloc y a las fosas del cuarto 162F.
Muestras dentro del tapaplato: flotación (65910), polen (65907), química (65909) y fitolitos (65911).
Muestras debajo del tapaplato: flotación (65916), polen (65913), química (65915), fitolitos (65914),
ADN (65917) y colágeno (66046).
Muestras sobre el AA: flotación (65905), polen (65902), química (65904), fitolitos (65903) e hidratación
de obsidiana (65906).
Fotos: rollos YYY (0-7) y ZZZ (29-27); y rollos 70 (30-32) y 71 (8-10); además de fotografía digital y video.

· Área de actividad 156: E1 C262B N463 E101 AA156 R2/P2 Z= 2278.345-2278.373 msnm. Es una acumula-
ción de navajillas de obsidiana verde sobre una capa de ceniza, posiblemente colocados como ofrenda; ubica-
da al suroeste del cuarto 262B a 2 cm del muro W, descansando sobre el Piso 2. Tiene forma irregular con un
diámetro de 48 por 63 cm y un espesor de 2.8 cm. El relleno tiene una matriz arcillo-limosa en seco, con color
en seco 10YR 7/2 gris claro y en húmedo 5YR 3/1 gris muy oscuro, pH de 9.5 y reacción fuerte al HCl. Acom-
pañando a las navajillas prismáticas (RT 11226, 11227, 11228, 11229, 11230, 11231, 11232, 11233, 11234, 11235, 11236,
11237, 11238, 11239, 11240, 11241, 11242, 11243, 11244, 11245, 11246, 11247, 11248, 11249, 11250, 11251, 11252, 11253, 11318,
11319, 11320, 11321), se encontró un punzón (RT 11223), un brazo de figurilla títere (RT 11,222), un tiesto con
estuco pintado (RT 11224), y pigmento amarillo (RT 11225). Está asociada con la fosa con AA161.
Muestras: flotación (66172), química (66171), polen (66169), fitolitos (66170).

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anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 158: E1 C262B N466 E101 R2/P2 AA158 Entierro 54 Z= 2278.394-2278.442 msnm.
Se encontró en la esquina noroeste del cuarto 262B sobre el P2. Es una fosa con un entierro infantil (En 54,
RT 11326) en el interior, con lítica tallada, caracoles y tiestos.
El Entierro 54 (RT 11327; N466 E101 Z= 2278.405 msnm) es un entierro juvenil y que tuvo una conser-
vación pésima.
La fosa tiene forma irregular con un diámetro de 32 por 23 cm y 5 cm de espesor. Tiene un relleno con matriz
areno-limosa en seco y limo-arcillosa en húmedo, color en seco 10YR 6/2 gris cafetoso claro y en húmedo
10YR 3/4 café amarillento oscuro, pH de 8 y reacción fuerte al HCl. Junto al entierro (RT 11327) había cerámi-
ca asociada (RT 11322, 11324 y 11325), lítica tallada (RT 11323), caracoles pequeños (RT 11325), una navajilla
prismática (RT 11328) y un cajete (RT 11329). Está asociada con el templo de Tláloc (sector norte del patio
C6) y a fosas del C162F, muros oeste y norte.
Muestras: Sobre el AA: flotación (66790), química (66789), polen (66787), y fitolitos (66788). Bajo el
AA: flotación (66795), química (66794), polen (66792), y fitolitos (66793). Dentro del cajete: flotación
(66791 y 66807), química (66806), polen (66804) y fitolitos (66805).
Fotos: rollos AAAA (12, 13 y 27, 28) y BBBB (13 y 14); y rollos 72 (25, 26 y 9 y 10) y 73 (3 y 4).

· Área de actividad 159: E1 C262B N464-465 E101 AA159 R1-R10 Entierro 60 y Entierro 73 Z=
2278.354-2277.406 msnm. Es una fosa con dos entierros (En 60 y En 73) ubicada del R1 al R10 sobre adobe
compactado y 2 platos miniatura, acompañado de materiales div5el cuarto 262B; junto al entierro había piza-
rra, cerámica y obsidiana verde. Su diámetro es de 64 por 76 cm con espesor de 69 cm. Tiene 7 rellenos con
matriz limo-arcillosa, color en seco 10 YR 5/2 café grisáceo y en húmedo 10 YR 2/2 café muy oscuro, pH de 7.5
y reacción al HCl nula en el R3, débil en el R4 y fuerte en los R5, 6, y 7.
El Entierro 86 (N465 E101 Z= 2277.738 msnm) es un adulto directo parcial, con posible deformación cra-
neana y osteomielitis en huesos largos; en decúbito lateral derecho flexionado, con una orientación de 195 gra-
dos, y el cráneo a 145 grados. Asociados con el entierro 86 (RT 12169) se encontraron los siguientes materiales:
un fragmento de figurilla (RT 12161: mano de figurilla retrato), un tubo de incensario (RT 12162), pizarra (RT
12166, 12170 y 12171) y pizarra estucada (RT 12167). Está asociada con la fosa con AA 159 y al templo de Tláloc.
Muestras: flotación (70158, 70165, 70170, 70373, 70379, 70383), química (70157, 70164, 70169, 70372, 70378,
70382), polen (70155, 70162, 70167, 70370, 70376, 70380), fitolitos (70156, 70163, 70168, 70371, 70377, 70381),
hidratación de obsidiana (70171, 70385), termoluminiscencia (70172, 70384), arena (70375), paleointensidad
(70387), posible textil (70389), y colágeno (70390).
Fotos: rollos LLLL (7-6) y MMMM (4); y rollos 82 (33-34) y 83 (33-34).

· Área de actividad 161: E1C262B N463 E101 AA161 R1 Entierro 59 Z= 2278.120-2278.254 msnm. Es una
fosa con un entierro infantil neonato (En 59) ubicada en la esquina noroeste del cuadro N463 E101, al lado del
muro de adobe W; tenía asociados otros materiales como un cajete, un plato, y una navajilla de obsidiana.
El Entierro 59 (RT 11336, N463 E101 Z= 2278.192 msnm) estaba en posición decúbito lateral derecho
flexionado. La orientación cráneo-pie fue de 4 grados; y la orientación de la cara fue 294 grados. La forma de
la fosa es redondeada, con un diámetro de 33 por 32 cm y espesor de 13.4 cm. El relleno es de matriz arcillo-
limoso con color en seco 7.5YR 5/2 café y 7.5YR 3/2 café oscuro en húmedo, pH de 8 y reacción fuerte al
HCl. Con el entierro 59 (RT 11336) había un cajete de paredes curvodivergentes (RT 11337), un plato incom-
pleto (RT 11338), y una navajilla de obsidiana gris (RT 11339), además de cerámica, lítica y mica. Está asocia-
da con el muro oeste de adobe del cuarto 262B, al piso 2 del mismo cuarto y posiblemente al “Templo de
Tláloc” al oeste.
Muestras dentro del cajete: flotación (67016), química (67015), polen (67013), fitolitos (67014).
Muestras arriba del AA: flotación (67024), química (67023), polen (67017), fitolitos (67018) e hidrata-
ción de obsidiana (67025).
Fotos: rollo BBBB (1 y 2, 9 y 10) y rollo 73 (15 y 17, 7 y 8), foto digital y video.

CUARTO 262F: Ubicado en N465-467 E102-106, está en un nivel inferior, bajo C162F. Tuvo dimensiones de
4.80 por 2.40 m. El muro sur tuvo una altura de 80 cm. Tuvo un piso 3 de estuco aproximadamente en Z=
2278.244 msnm. Tiene asociadas las AA 212 y 216.

· Área de actividad 212: E1 C262F N465 E103 AA212 P3 Z= 2278.244-2278.04 msnm. Se ubica en el cuarto
262F descansando sobre el Relleno 3; es una fosa sellada con sólo 3 tiestos en el interior; su forma es redon-
deada de 23 por 25 cm y un espesor de 20.4 cm. Tiene dos rellenos de matriz limoarcillosa, con color en seco
10YR 7/3 café muy pálido y en húmedo 10YR 4/4 café amarillento oscuro, pocos carbonatos y pH de 8. Sólo
hubo tres fragmentos de cerámica en su interior. Está asociada con el muro oeste del cuarto 162E.

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estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

Muestras: flotación (71771, 71776), química (71770, 71775), polen (71768, 71773), fitolitos (71769, 71774),
termoluminiscencia (71772).

· Área de actividad 216: E1 C262F N465-466 E105-107 AA216 Entierro 99, Entierro 100 Z= 2277.494
msnm. Se encuentra al este del cuarto 262F bajo las AA 142-144. Son dos entierros (En 99 y En 100) que se
encontraron dentro de un altar (C284), además de hueso, cerámica y textil; la fosa es de forma cuadrada de
1.0 por 0.90 m de extensión y espesor desconocido. Tiene tres rellenos de matriz arcillo-limosa, con color en
seco 10YR 6/2 gris cafetoso claro y en húmedo 10YR 3/4 café amarillento oscuro, reacción al HCl de 1 y pH
de 8. Se levantó sólo el cráneo (RT 12356) del entierro 100. Está asociada con el altar.
El Entierro 99 (C284 N465-466 E105-106 Piso3 RT 12,356 Z= 2277.239-2277.434 msnm). En una matriz
de arcilla, bajo un antiguo altar decapitado (quizás de época Tlamimilolpa) se hallaron dos entierros infanti-
les en una fosa cuadrada (AA 216) desde la temporada 2004 (En 99 y 100). El Entierro 99 es un entierro pri-
mario de infante de unos 2 años de edad que originalmente parecía estar en posición decúbito dorsal flexiona-
do (y que después pareció ser más bien sedente), con cráneo en norma occipital con banda cefálica, y con una
orientación de 330-345º. Se tomó una muestra del textil que enrollaba su cabeza. Está en una matriz de arcilla
sobre lecho de tierra y cubierto por tierra. Las extremidades inferiores estaban flexionadas. Faltan varios hue-
sos de las extremidades superiores. Se encuentra muy deteriorado.
El Entierro 100 (N465-466 E105-106 Z= 2277.244 msnm) es otro infante de 3 a 5 años de edad, en posi-
ción decúbito dorsal flexionado, y el cráneo en norma occipital. No se excavó. Su orientación fue de 345 grados.
Muestras: flotación (71977, 71981, 71985), química (71978, 71982, 71986), polen (71979, 71983, 71987), fito-
litos (71980, 71984, 71988), carbón (71991), hidratación de obsidiana (71992), ADN (71956), colágeno (71957).
Fotos: rollo RRRR (30-29, 21-19, 10-8) y rollo 88 (7-8, 15-17, 26-28).

CUARTO 267: Es un cuarto cuadrangular ubicado en N470-472 E102-107, de 4.17 m de largo por 1.90 m de an-
cho, y una altura aproximada de 55 cm. El área techada es de 7.92 m2 Está construido con tezontle, tepetate y
gravilla. Los muros se conservaron con anchos de 37 a 42 cm, y alturas de 17 a 60 cm. El acceso tuvo un ancho de
80 cm, una altura de 14 cm y una Z= 2278.403 msnm. El Piso 3 fue construido con gravilla (3 cm), un firme de 7
cm, y huellas de fuego (Z= 2278.403 msnm). Se excavaron dos rellenos de tierra común. Tuvo una escalinata al
sur, con un escalón de 80 cm de largo, por 22 cm de ancho, por 14 cm de altura. Estuvo asociado con el AA 220.

· Área de actividad 220: E1 C267 N472 E105 AA220 Z= 2278.434-2278.262 msnm bajo P3 hasta el firme de
Piso 3. Es una fosa circular pequeña, posiblemente un ritual de terminación, ubicada en el centro del cuarto.
Tiene 24 cm de diámetro aproximadamente, y 14.4 cm de espesor. Sólo se excavó un relleno de tierra areno-
limosa, en seco, y limo-arenosa, en húmedo; de consistencia dura; con gravas angulares frecuentes, con un
pH de 8 y escasa reacción al HCl; color en seco de 10 YR 6/4 (café amarillento claro) y en húmedo de 10 YR
4/4 (café amarillento oscuro). Apareció la tapa de un cajete (RT 12896) y su base (RT 12897).
Muestras: flotación (74188), química (74189), polen (74190), fitolitos (74191).
Fotos: blanco/negro, rollo XXXX (fotos 31-27, 16-14); color, rollo 97 (fotos 7-10); impresiones color, ro-
llos 98 (fotos 27-29), 96 (fotos 31-27), 99 (fotos 4-8).

CUARTO 282: Es un cuarto en forma de “L”, ubicado en N466-470 E109-113 Z= hasta 2278.371 msnm. Tuvo
asociada el área de actividad 157.

· Área de actividad 157: E1 C282 N469-470 E109-113 AA157 R1/Ap2 Z= 2278.756-2278.371 msnm. Está junto al
muro norte del C282 sobre el Ap2. Es un conjunto de materiales asociados con la bajada de agua del muro norte
del cuarto 282 con posible función ritual; se halló cerámica, obsidiana, hueso humano y de animal, candeleros, fi-
gurillas, mica, pizarra y lítica pulida. Tiene forma irregular de 4.57 por 1.02 m y 38.5 cm de espesor. Los 3 rellenos
son de matriz limo-arcillosa con color en seco 10 YR 4/3 café y 10 YR 2/2 café muy oscuro en húmedo, con pH
neutro y nula reacción al HCl. Se trata de materiales como: tejos (RT 11424, 11924, 12093), huesos de animal coci-
do (RT 11429, 11430, 12187), candeleros (RT 11440, 11549, 11564, 11992, 11993, 12007, 12188), fragmentos de figurilla
(RT 11434, 11716, 11923, 11916, 11999, 11553, 12057, 12053, 12056, 12068), hueso trabajado (RT 11550, 11557, 11642), laja
de drenaje (RT 11551), diente de animal (RT 11643), diente de animal trabajado (RT 11906), fragmentos de aplica-
ción (RT 11990, 11925), pizarra (RT 11991, 11918, 11919, 11998, 11909, 11912), cerámica (RT 11922, 12005, 11562, 11555,
11911, 11996, 12003, 12067), vasijas miniatura (RT 11921, 12055, 12059), caracol (RT 11914), caritas (RT 11994, 11920,
11917), punta de obsidiana (RT 12189), hueso (RT 11560, 11554, 11913, 11995, 12061, 12054, 12063, 12062, 12068), mica
(RT 11552, 12000, 11910, 12069), mica trabajada (RT 11558), fragmentos de un incensario (RT 11561), esferas de ce-
rámica (RT 11559), lítica pulida (RT 11563), obsidiana (RT 11997, 12064, 12065), una aguja de hueso (RT 12052), un
fragmento de cuenta de jade (RT 12058), un raspador de basalto (RT 12108) y una raedera de basalto (RT 12109).

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anexo i: banco de datos de teopancazco

Muestras: flotación (67966, 69453, 69751, 69949, 70206, 67248, 69438, 69287, 69345); química (69014,
69455, 69750, 67788, 69445, 69342), polen (69013, 69452, 69748, 69440, 69280, 69277); fitolitos (69015, 69454,
69749, 67785, 69468, 69254, 69275); termoluminiscencia (69012, 69456, 67794, 69442, 69466, 69274).
Fotos: rollos CCCC (31-29) y FFFF (20-17); y rollos 73 (23-25) y 76 (36-37); cámara digital y de video.

CUARTO 85-285 (altar): Se halló un altar rectangular arrasado en N468-469 E104-106, de 2 m por 1.80 m.
Estuvo asociado con el Piso 3a, un piso de estuco quemado y en mal estado, en Z= 2278.256 msnm. Se excava-
ron cuatro rellenos de tierra. Estuvo asociado con el AA 226 y al C262C: cuadrangular en N467-470 E102-107,
de 4.05 por 2.37 m y una altura aproximada de 57 cm. Los muros se conservaron con anchos de 38 a 50 cm, al-
turas de 32 a 42 cm, y aproximadamente tres hiladas. Se excavaron 4 rellenos de tierra común, pero en algunos
casos hubo tierra negra.

· Área de actividad 226: E1 C85 N468-469 E104-105 firme P3A AA226 Z= 2278.227-2278.142 msnm. En el
firme del Piso 3a, en un diámetro de 60.5 cm y un espesor de 8.5 cm, se halló una fosa ovalada, asociada con el
altar C85, con tierra areno-limosa y limo-arenosa suelta, muy friable, con pH de 8, gran cantidad de carbonatos,
color en seco de 2.5 Y 4/1 (gris oscuro) y color en húmedo de 10YR 2/1 (negro). Se halló un cerámica, lítica,
pizarra, hueso; fragmento de figurilla (RT 12914), una pieza de juego (RT 12915), hueso trabajado (RT 12916).
Muestras: flotación (74593), química (74594), polen (74595), fitolitos (74596), radiocarbono (74592),
paleointensidad magnética (74597), termoluminiscencia (74598), hidratación de obsidiana (74599).
Fotos: blanco/negro, rollo YYYY (fotos 25-23, 21-10); color, rollo 100 (fotos 1-3, 14-16).

C313A: Se trata de una subestructura del templo principal del conjunto de Teopancazco. Está ubicada en
N458-460 E108-113. Sus dimensiones son 1.43 por 5.70 m. Z= 2278.849-2278.965 msnm Tuvo muros con apla-
nado de 43 cm de ancho. Se detectaron dos pisos: el P2A de estuco muy erosionado, y el P3 que es un aplana-
do de estuco; tuvieron firme de tepetate. Está asociado con las áreas de actividad 221, 224, 225, 225A, y en otra
subestructura de ésta, el AA 242.
Encima de la estructura había cuartos. El C313A-Cuarto 1 estuvo ubicado en N457-458 E108-113; aún no
está explorado todo, pero hay una parte expuesta de 94 cm por 6.10 m desde Z= 2278.64 msnm. En este cuarto
se hallaron las áreas de actividad 225 y 225A. Su Piso 3a fue de estuco.
El C313A-Cuarto 2 estuvo ubicado en N455-456 E108-112, con 1.50 por 5 m. (todavía no se explora todo. El
relleno fue tierra, tepetate y arena. Estuvo asociado con el AA 221, 224, 225, 225A, 242.

· Área de actividad 221: E1 C313A N456 E111 R3 AA221 Z= 2279.175-2279.06 msnm. Debajo del firme de
tepetate del Piso 2 se halló una concentración de materiales arqueológicos de carácter ritual, en un área de 80
por 50 por 10 cm, con cerámica, cerámica con pigmento (RT 13063), cerámica esgrafiada con pigmento (RT
74273), restos de pigmento, hueso, navajillas y fragmentos de figurillas (RT 13054, 12819, 12820, 13049) asocia-
das con restos de carbón; toda el área de actividad descansaba sobre una figurilla (RT 13052). Estaba pertur-
bada por raíces de un pirul cercano.
Muestras: flotación (74266), fitolitos (74256), polen (74268), fitolitos (74256), paleointensidades mag-
néticas (74261), termoluminiscencia (74260), hidratación de obsidiana (74264).
Fotos: blanco/negro, rollos XXXX (fotos 23-21); color, rollos 96 (33-36), 97 (13-15), 98 (10-12).

· Área de actividad 224: E1 C313A N455-456 E111 R3 AA224 Z= 2279.104-2278.887 msnm. Debajo del piso
2, se halló esta concentración ovalada de materiales probablemente de carácter ritual, de 65 cm de diámetro
por 20 cm de espesor; con dos rellenos de tierra en la que se halló cerámica, lítica, hueso, pizarra en pequeñas
cantidades, y una figurilla (RT 13085). Fue perturbada por raíces.
Muestras: flot. (74627, 74632, 74703), química (74628, 74697), polen (74629, 74699), fitolitos (74630, 74698).
Fotos: blanco/negro, rollo YYYY (fotos 33-31); color, rollo 99 (fotos 28-31).

· Área de actividad 225: E1 C313A C1 N457-458 E108-109 R3 a R5/P3A AA225 Z= 2278.923-2278.704


msnm. Se trata de fragmentos de incensario mezclados con cerámica no-cocida, descansando sobre un radio
humano, en un área de 95 por 80 por 21.9 cm, sobre el piso, en una esquina del cuarto, a un costado del muro
norte. Se excavaron 6 rellenos (R3-R9). Se halló cerámica (RT 13159), una pieza de Tláloc (RT 13146), una
anteojera (RT 13151), una plaqueta de tres montañas (RT 13175), varias aplicaciones y plaquetas (RT 13147,
13149, 13152, 13156, 13158, 13161, 13,163, 13165, 13173, 13174, 13247, 13249), el tubo del incensario (RT 13157), el cuer-
po del incensario (RT 13,250), un silbato (RT 13150), un candelero (RT 13166), una navajilla (RT 13148), una
lasca (RT 13251), tres alisadores (RT 13171, 13172, 13246), asa alisador (RT 13253), pizarra (RT 13248), concha
(RT 13162), caracol (RT 13164), hueso (radio: RT 13254).

539
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

Muestras: flotación (75025, 75033, 75039, 75190, 75209, 75233, 75497, 75512), fitolitos (75029, 75183, 75191,
75210, 75235, 75500, 75514), química (75032, 75184, 75192, 75211, 75234, 75498, 7551), polen (75031, 75185, 75193,
75212, 75236, 75499, 75513), hidratación de obsidiana (75213).
Fotos: blanco/negro, rollos YYYY (9-8), ZZZZ (36-29, 8-6), AAAAA (33-28); color, rollos 98 (35-36), 100
(17-18, 25-31), 101 (5-7, 13-17, 18-20).

· Área de actividad 225A: E1 C313A C1 N457-458 E110 R5/P3A Z= 2278.727-2278.683 msnm. Posible
ofrenda ubicada junto al muro norte, en un diámetro de 96.1, con un espesor de 4.4 cm, en una matriz de tie-
rra negra. Se halló cerámica, lítica, hueso, pizarra, rocas volcánicas (producto del derrumbe del muro), tapa-
plato (RT 13732), aplicaciones (RT 13733, 13737-13742, 13781, 13842), olla (RT 13734, 13735, 13736), pizarra con
pigmento (RT 13743), hueso trabajado (RT 13743, 13841). Posiblemente está asociada con el incensario tipo
teatro del cuadro N458 E109. Fue perturbada por raíces.
Muestras: flotación (76847), química (76850), polen (76848), fitolitos (76849), termoluminiscencia
(76852), paleointensidades magnéticas (76853), hidratación de obsidiana (76851).

· Área de actividad 242: E1 C413A N459-460 E113-114 bajo P12 AA242 Z= 2276.128-2276.964 (?) msnm.
Es una fosa de saqueo moderna, ubicada en la esquina noreste del cuarto, con dimensiones: 80 por 70 cm y
con un espesor de 1.164 m. Tuvo una forma irregular. Se excavaron 11 rellenos de tierra suelta areno-limosa y
limo-arenosa, un pH de 8, de moderada a leve reacción al HCl, con gravas frecuentes, color en seco de 10YR
6/2 café claro, color en húmedo de 10YR 3/2 (café grisáceo muy oscuro). Se halló cerámica (fragmento de
copa: RT 14110; aplicación: RT 14107; fragmentos de incensario: RT 14108, 14115; cerámica estucada: RT
14109), fragmentos de figurilla (RT 14160, 14111), fragmento de malacate (RT 14114), candelero (RT 14112), lí-
tica, hacha (RT 14113), pizarra, hueso, tabique.
Muestras: flotación (78947, 79278, 79285, 79294, 79308, 79324, 79402, 79409, 79416, 79424), química
(78948, 79279, 79286, 79295, 79309, 79325, 79403, 79410, 79417, 79425), polen (78949, 79280, 79287, 79296, 79310,
79326, 79404, 79411, 79418, 79426), fitolitos (78950, 79281, 79288, 79297, 79311, 79327, 79405, 79412, 79419, 79427).

CUARTO 313B: También es subestructura de C13. Está ubicado en N458-460 E108. Es rectangular y tuvo las
siguientes dimensiones: 1.66 por 0.54 m. Comenzó en Z= 2278,278 msnm. Los materiales constructivos fue-
ron rocas volcánicas, estuco y tierra.

CUARTO 351A: Se trata de un nivel constructivo bajo C251A. Se hallaron las áreas de actividad 164 y 171.

· Área de actividad 164: E1 C351A N463-465 E117-120 AA164 R1-R8 Entierro 64, Entierro 78, En-
tierro 87 Z= 2277-905-2277-077 msnm. Localizada entre el fragmento de muro oeste del cuarto 351A, al
norte del Piso 1, al oeste de la esquina estucada junto al límite de excavación, descansando sobre tierra com-
pactada. Es una fosa donde se encontraron 3 entierros con una variedad alta de materiales arqueológicos
como hueso animal, figurillas, cuentas de obsidiana y otros. Es amorfa con un diámetro de 2.5 por 2.6 m y es-
pesor de 82.8 cm. Consta de 8 rellenos con matriz limo-arenosa, con color en seco 10 YR 4/2 y en húmedo 10
YR 3/2, pH de 7, y reacción al HCl de débil a nula.
Con el Entierro 64 (RT 11786, N464 E118 Z=2277.746 msnm), que es de un entierro primario infantil
neonato casi completo (en posición decúbito dorsal flexionado, cuya cara estaba orientada a 258 grados; RT
11786), estaba dentro de un vaso pulido (RT 11784) tapado con un cuenco (RT 11792), y bajo el entierro había
un fragmento de carbón (RT 12037) y huesos de perro/loberro, además de cerámica y lítica.
El Entierro 78, que es de un adulto de edad avanzada (asociado con restos óseos de un neonato) en posi-
ción decúbito lateral izquierdo flexionado y estaba completo (RT 12137; N463-464 E118 Z= 2277.517-2277.247
msnm), tenía las extremidades flexionadas; el cráneo tenía una orientación de 40 grados; estaba asociado con los
entierros 64 y 87, y estaba acompañado de un punzón (RT 12047), un fragmento de cráneo humano (RT 12127),
una mandíbula (RT 12135), huesos de cadera (RT 12120, 12121), vértebras (RT 12124, 12125, 12131, 12132), costillas (RT
12048, 12049, 12050), un diente (RT 12118), molares (RT 12051, 12119), huesos largos (RT 12122, 12123, 12128), una
prepunta (RT 12116), una punta (RT 12043), lítica pulida (RT 12126), pulidores (RT 12041, 12129), un pie de figurilla
(RT 12045), un fragmento de figurilla (RT 12044), una aplicación (RT 12130) y cerámica esgrafiada (RT 12117).
El Entierro 87 (N463 E118 Z= 2277.207-2277.077 msnm) que consiste de dos infantes (En 87A que es
de un infante menor de 6 años aproximadamente y se encontró incompleto, con el cráneo muy fragmentado,
con dientes permanentes en formación, vértebras y costillas: RT 12411; En 87B, que es un menor de 4 meses
muy fragmentado y en mal estado de conservación; fragmentos de cráneo; costillas, fragmentos de vértebras
y de huesos largos) estaba junto a una cuenta tubular de hueso (RT 12408), cuentas de obsidiana (RT 12406,
12407, 12410), una cuenta de pizarra (RT 12409) y pigmento rojo (RT 12147). Se encontró bajo el Entierro 78

540
anexo i: banco de datos de teopancazco

que es un adulto completo. Además en el AA en general estaban presentes otros objetos: una costilla (RT
11490), una aguja/alfiler (RT 11491), hueso trabajado (RT 11492, 11498, 11704, 11705), hueso cocido (RT 11599,
12133), hueso quemado y trabajado (RT 11796), un fragmento de cráneo esgrafiado (RT 11591), un fragmento
de cráneo cocido (RT 12023), fragmentos de cráneo (RT 11766, 12022, 12134, 12136), una mandíbula de loberro
(RT 11493), mandíbulas (RT 11509, 11708, 11733, 11781, 12020, 12038), huesos de cadera (RT 11500, 12027,
12028), un sacro (RT 11706), vértebras (RT 11494, 11501, 11589, 11722, 11723, 11713, 11714, 11715, 11716, 11717, 11718,
11719, 11720, 11721, 11769, 11770, 11773, 11774, 11777, 12029, 12039), costillas (RT 11731, 11782, 11783, 12030), un
diente trabajado (RT 77504), dientes (RT 11592, 11723), un molar (RT 11590), huesos largos (RT 11574, 11588,
11712, 11710, 11711, 11730, 11768, 11772, 11778, 12021, 12031, 12034, 12035), un hueso largo (¿fémur?) (RT 11575), un
húmero (RT 11502), cúbitos (RT 12032, 12033), una tibia (RT 11503), una falange (RT 11709), puntas (RT
11495, 11775), macronavajas (RT 11508, 11593, 11605, 11780), un núcleo (RT 11732), cuentas de obsidiana (RT
11776, 12140), lítica pulida (RT 11724, 12042), un pulidor (RT 11600), una mano de metate (RT 12025), pizarra
pintada (RT 11728, 11726), brazos de figurilla (RT 11496, 11707), una pierna de figurilla (RT 11595), caritas (RT
11497, 11579), torsos de figurilla (RT 11603, 11771, 12040), fragmentos de figurilla (RT 11505, 11601, 11767, 11779),
una garrita (RT 11578), una aplicación con pigmento verde (RT 12046), candeleros (RT 11506, 11507), un tubo
de incensario (RT 11602), concentración cerámica (RT 11580, 11509, 11582, 11583, 11584, 11585, 11596, 11598, 11597,
11594), cerámica estucada (RT 11727), cerámica esgrafiada (RT 11797), vasijas zoomorfas (RT 12146, 11794),
vasos miniatura (RT 11795), un plato (RT 12036), tejos (RT 11586, 11587, 11703, 11725), un botón (RT 11702),
concha (RT 11576, 11577), un caracol (RT 12026), una Oliva con perforación (RT 11604), y una cuenta de
concha (RT 11793). El AA está asociada con el AA 171 que es una fosa y al AA 151 que es una concentración
cerámica.
Muestras del AA: flotación (67456, 67585, 67471, 68020, 67606, 68024, 68344, 68270, 68345, 68484, 68508,
68545, 68498, 69228, 69495, 69236, 70082); química (67463, 67589, 67474, 68021, 67607, 68158, 68343, 68271,
68346, 68485, 68509, 68546, 68499, 69229, 69496, 69237, 70083); polen (67464, 67590, 67475, 68022, 67608,
68159, 68342, 68272, 68347, 68486, 68542, 68547, 68500, 69230, 69497, 69238, 70084); fitolitos (67465, 67591,
67476, 68023, 67609, 68160, 68337, 68273, 68348, 68489, 68543, 68548, 68501, 69231, 69498, 69239, 70085); ter-
moluminiscencia (67461, 67592, 67472, 68014, 67610, 68161, 68339, 68349, 67610, 68487, 68544, 68549, 68506,
69232, 69499, 69245); paleointensidad (68550, 69233, 69500, 69609); hidratación de obsidiana (67462, 67593,
67473, 68015, 68162, 68340, 68275, 68387, 68488, 68551, 68507, 69234, 69501, 69610); carbón (67460, 68028,
70100, 68336, 68274, 69240, 69601, 69244); arena (69624).
Muestras del Entierro 64: flotación (68567); química (68568), polen (68569), fitolitos (68570), ADN
(68753), colágeno (68754).
Muestras del Entierro 78: flotación (69616, 69886, 70056, 70065); química (69617, 69887, 70057, 70066);
polen (69618, 69888, 70058, 70067); fitolitos (69619, 69889, 70059, 70068); termoluminiscencia (69620,
69914, 70060, 70069); paleointensidad (69622, 69915, 70061, 70070); hidratación de obsidiana (69623, 69916,
70075); carbón (69621, 69913, 70071); ADN (70062); colágeno (70063); cavidad torácica (70064).
Muestras del Entierro 87: flotación (70102, 70784), química (70103, 70785), polen (70104, 70786), fitoli-
tos (70105, 70787), termoluminiscencia (70106, 70816), paleointensidad (70107, 70817), ADN (70811), coláge-
no (70810), cavidad torácica (70813).
Fotos del AA 164: rollo BBBB (15-16) y rollo 73 (1-2).
Fotos del En. 64: rollo GGGG (21-20) y rollo 77 (13-14).
Fotos del En 78: rollos IIII (18-14) y JJJJ (34-33); rollos 79 (18-23) y 80 (3.4).
Fotos del En 87: rollo MMMM (36-32) y rollo 83 (1-5).

· Área de actividad 171: E1 C351A N464 E119-120 AA171 R1-6 Z= 2277.919-2277-465 msnm. Se ubica al este
del cuarto 351A y, al este del AA 164, descansando sobre el R6. Es una fosa sin materiales significativos en el
interior; de forma cuadrada, de 82 por 77 cm por 45.4 cm de espesor. La matriz de los cinco rellenos es de
textura arenolimosa, con color en seco 10 YR 4/2, 5/2, 4/3, y en húmedo 10 YR 3/2, 3/3, nula reacción al HCl y
pH de 7. Con registro tridimensional sólo se levantó un caracol (RT 11785) Está asociada con el AA164.
Muestras: flotación (68163, 68171, 68177, 68188, 68400, 68483, 68573, 68744), polen (68165, 68173, 68179,
68254, 68402, 68413, 68735, 68746), química (68164, 68172, 68178, 68189, 68401, 68412, 68734, 68745), fitolitos
(68166, 68174, 68180, 68255, 68403, 68478, 68736, 68747), termoluminiscencia (68167, 68183, 68181, 68263,
68404, 68480, 68737, 68748), hidratación de obsidiana (68168, 68187, 68182, 68264, 68406, 68481, 68739,
68750), paleointensidad (68479, 68738, 68749), carbón (68405).
Fotos: rollo DDDD (17-14) y rollo 75 (5-11).
CUARTO 353A y B: Más abajo de las estructuras mencionadas anteriormente hay otro nivel constructivo
con el Piso 4. E1 C353A N462-466 E109-110 Z= 2278.114 msnm. Hay un patio (C353C), un escalón que lleva a
C353A y a los lados C353B. Tuvo asociada el área de actividad 217.

541
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

· Área de actividad 217: E1 C353A N466 E107 AA217 bajo Pi4 Entierro 101 Z= 2277.673-2278.007
msnm. Se ubica en la esquina suroeste del cuarto 353A; es una fosa sellada con un entierro de un individuo
neonato en el interior (En 101); tiene forma circular con extensión de 45 por 40 cm y espesor de 33.4 cm. Tie-
ne tres rellenos de matriz arenolimosa, con color en seco 10YR 6/4 café amarillento claro y en húmedo 10YR
5/4 café amarillento, reacción al HCl de 1 y pH de 9.
El Entierro 101 (RT 12359; N466 E107 Z= 2277.675 msnm) es un individuo infantil neonato, en posi-
ción decúbito dorsal flexionado. No se halló parte de las extremidades, ni la mandíbula, ni algunas costillas
lumbares, ni una porción de la pelvis. Su orientación fue de 305 grados. El cráneo estaba en norma lateral iz-
quierda. Al parecer estaba parcialmente removido en tiempos prehispánicos por la excavación de otra fosa
(AA172), así como estaba roto el tapaplato. El entierro estaba sobre un cajete (RT 12358) tapado con un tapa-
plato (RT 12357); se halló además el fémur izquierdo (RT 12360), un ilion (RT 12361), y pizarra con pigmento
(RT 12362). Está asociada con las AA 172 y 142-144 al estar intervenida por ellas.
Muestras: flotación (71959, 71993, 72383, 72391), química (71960, 71994, 72384, 72392), polen (71961,
71995, 72385, 72392), fitolitos (71962, 71996, 72386, 72394), paleointensidad (72095).
Fotos: rollos 89 (10-12, 1-3, 15-17, 24-25) y 90 (11-13); y rollos SSSS (29-27, 37-35, 23-21, 16-15) y TTTT (27-25).

· Área de actividad 231: E1 C353A N462 E107 R2 AA231 Z= 2278.00-2277.628 msnm. Es una fosa de entie-
rro ovalada, de 32 cm de diámetro por 3.2 cm de espesor, que se encuentra a 15 cm del muro este de C106D-
362E. Se excavaron 3 rellenos de tierra arenosa o areno-limosa, con pH de 7, sin actividad animal, baja reac-
ción al ácido clorhídrico, friable, suelta, color en seco de 10YR 5/2, 4/2 y 3/3 (café grisáceo, café oscuro, café
grisáceo oscuro), color en húmedo de 10YR 3/2, 2/2 (café grisáceo muy oscuro, café muy oscuro). Se halló el
entierro de un infante (En 107: RT 12743), cerámica, un tapaplatos (RT 12753), un cajete (RT 12756), soporte
cerámico (RT 12757); una navajilla prismática verde (RT 12754), obsidiana, posible litica pulida; hueso.
Muestras: tapa de fosa (75444), flotación (RT 75449, 75456; bajo el RT 12756: 76087), química (75446,
75454; bajo el RT 12756: 76088), polen (75447, 75457; bajo el RT 12756: 76089), fitolitos (RT 75448, 75458;
bajo el RT 12756: 76090), termoluminiscencia (75445, 75455). Fotos: blanco/negro, rollos AAAAA (fotos 16-
15, 8-7), BBBBB (fotos 28-27, 20-17); color, rollos 101 (fotos 31-32), 102 (15-16, 23-26), 107 (5-6).

· Entierro 107: E1 C353A N462 E107 R3 AA 231 R3 En 107 Z= 2277.674-2277.708 msnm. Se trata de un entie-
rro infantil neonato muy deteriorado (RT 12,743), secundario, en una fosita, sobre un tapaplato (RT 12,753) y
cubierto por un cajete (RT 12,756); estaba acompañado por una navajilla de obsidiana (RT 12,754). Debido al
malo estado de conservación, sólo se pudieron identificar las costillas y parte de la columna vertebral. La ma-
triz en la que se encontraba era tierra areno-limosa, con estructura granular, fina, de consistencia suelta, con
un pH de 7, y color en seco: café grisáceo, y en húmedo: café grisáceo muy oscuro.
Muestras: fitolitos (75463), polen (75464), química (75601), colágeno (75602), ADN (76077). Fotos:
color, rollo 107 (fotos 5-6), rollo blanco/negro AAAAA (fotos 8-7).

· Área de actividad 232: E1 C83-353A N461-462 E107 Apisonado 12B AA232 Z= 2277.918-2277.573 msnm.
Se trata de una fosa ovalada del entierro 109, de 40 cm de diámetro por 34.5 cm de espesor, a 21 cm al este del
muro este de C106D-362E. Se excavaron cuatro rellenos de tierra arenosa, areno-limosa y limo-arenosa, suelta
y friable, con pH de 7, variable reacción al HCl, nula actividad animal, color en seco de 10YR 5/2 y 4/2 (café
grisáceo o café grisáceo oscuro), color en húmedo de 10YR 2/2 y 3/2 (café muy oscuro o café grisáceo muy
oscuro). Se halló: el Entierro 109 (RT 13892) que es un neonato, hueso (RT 12758, 13874, 13875, 13876, 13877,
13897); obsidiana, una navajilla de obsidiana (RT 12759), lapidaria (RT 13889), cerámica, cajete (RT 13873),
cuenco (RT 13885), olla (RT 13886), vasija (otra olla: RT 14005). Se encuentra asociada con las AA 231 y 234,
con entierros de infantes alineados.
Muestras: flotación (77076, 77355, 77581, 77594), química (77064, 77073, 77356, 77578, 77587, 77642), polen
(77065, 77074, 77357, 77579, 77588, 77643), fitolitos (77063, 77075, 77358, 77580, 77589, 77644), termoluminiscen-
cia (77582), paleointensidades magnéticas (77583). Fotos: blanco/negro, rollos BBBBB (fotos 11-8), CCCCC (fo-
tos 11-10), DDDDD (fotos 32-31, 24-23); color, rollos 102 (fotos 33-36), 103 (fotos 1-2, 32-33), 104 (fotos 12-13, 21-22).

· Entierro 109: E1 C83-353A N461-462 E107 AA 232 R2 En 109 Z= 2277.588-2277.823 msnm. Se trata de otro
entierro infantil (RT 13,892), secundario, en mal estado de conservación, en una fosita, dentro de una olla
(RT 13,886) y tapado con un cuenco (RT 13,885). Estaba en una matriz de tierra suelta, limo-arenosa, con pH
de 7, alta concentración de carbonatos, color en seco: 10YR 4/2 (café grisáceo oscuro), y en húmedo: 10YR
2/2 (café muy oscuro). Arriba (en R1) se halló un cajete (RT 13,873) con una navajilla prismática (RT 12,759).
Muestras: fitolitos (77,063), polen (77,065) y química (77,064). Fotos: blanco/negro, rollo DDDDD (fo-
tos 32-31, 24-23); color, rollo 104 (fotos 12-13, 21-22).

542
anexo i: banco de datos de teopancazco

· Área de actividad 234: E1 C83-353A N461-462 E107 R2 AA234 Z= 2277.918-2277.593 msnm. Se trata de
una fosa de entierro con una olla fragmentada que contuvo al Entierro 110 (un neonato). Está recargada en
el muro este del cuarto C106D-362E. Es ovoide y tuvo las siguientes dimensiones: 37 por 29 por 32.5 cm. Con-
tuvo 4 rellenos de tierra blanda areno-limosa, friable, con pH de 7-8, escasos carbonatos, color en seco: café
grisáceo, y en húmedo: café muy oscuro. Está asociada con las AA231 y 232. Se halló en su interior una olla
(RT 14004), un cajete (base de cajete: RT 13890), lítica, laja, mica, el Entierro 110 (RT 13891), fragmento de
fémur (RT 13891), hueso.
Muestras: flotación (77035, 77054, 77520, 77549, debajo de olla: 77556, 77645, 77651), polen (77036, 77055,
77521, interior del cajete: 77524, debajo del entierro 110: 77527, 77550, debajo de olla: 77557, 77646, 77652), fito-
litos (77037, 77056, 77522, interior del cajete: 77525, debajo del entierro: 77528, 77551, debajo de olla: 77558,
77647, 77653), química (77038, 77057, 77523, interior del cajete: 77526, debajo del entierro: 77529, 77552, debajo
de la olla: 77559, 77648, 77654), termoluminiscencia (77039), ADN (77532), colágeno (77533), radiocarbono
(77040), muestra del tapón de la fosa (77045). Fotos: blanco/negro, rollos CCCCC (fotos 13-12), DDDDD
(fotos 30-29, 20-17, 7-6), EEEEE (36-35); color, rollos 103 (fotos 30-31), 104 (fotos 14-15, 25-28), 105 (5-6, 12-13).

· Entierro 110: E1 C353A N462 E107 AA234 R3 En 110 Z= 2277.593-2277.793 msnm. Es otro entierro infantil,
primario (RT 13,891), parcial, en fosita, sobre una olla (RT 14,004) y cubierto de un cajete (RT 13,890). Faltan
fragmentos del cráneo, algunos huesos largos, y el esternón. La matriz estaba constituida por tierra blanda
arenolimosa, friable, con pH de 7-8, escasos carbonatos, color en seco: café grisáceo, y en húmedo: café muy
oscuro. Asociados se hallaron cerámica, lítica, laja, hueso y mica.
Muestras: flotación (77035, 77054, 77520, 77645), polen (77036, 77055, 77521, 77524, 77527, 77646), fitoli-
tos (77037, 77056, 77522, 77525, 77528, 77647), química (77038, 77057, 77523, 77526, 77529, 77648), termolumi-
niscencia (77039), radiocarbono (77040), hidratación de obsidiana (77058), ADN (costilla: 77532), colágeno
(costilla: 77533). Fotos: blanco/negro, rollos CCCCC (fotos 13-12), DDDDD (fotos 30-29, 20-17, 7-6),
EEEEE (fotos 36-35); color, rollos 103 (fotos 30-31), 104 (fotos 14-15, 25-28), 105 (fotos 5-6, 12-13).

· Área de actividad 241: E1 C353A N463 E107 bajo R2 AA241 Z= 2278.007-2277.74 msnm. Es una fosa cir-
cular abierta, ubicada en el centro del cuarto, de 33 cm de diámetro por 26.7 cm de espesor. Se excavaron dos
rellenos de tierra limo-arenosa y areno-limosa, con estructura granular, consistencia blanda en húmedo, con
un pH de 7, leve reacción al HCl, color en seco de 10YR 4/2 (café grisáceo oscuro) y color en húmedo de
10YR 3/2 (negro). Contuvo al Entierro 114 (RT 14163) y cerámica (olla: RT 14162; cajete: RT 14160; plato mi-
niatura: RT 14161). Posiblemente se trate de un saqueo teotihuacano.
Muestras: flotación (78758), química (78759), polen (78760), fitolitos (78761). Fotos: blanco/negro, ro-
llo GGGGG (fotos 23-22, 16-15, 13, 9-8); color, rollo 107 (fotos 19-20, 27-28, 30, 33-34), Xalla 214 (foto 1).

· Entierro 114: E1 C353A N463 E107 AA241 R2 En 114 Z= msnm. Se trata de un entierro secundario parcial
de infante (RT 14,163), en fosita, sobre olla (RT 14,162) y tapado con cajete curvo-divergente (RT 14,160) y
plato miniatura (RT 14,161). Está totalmente removido. Falta el cráneo y la parte superior del tórax, la mayoría
de los huesos largos y un pie. Sólo están las vértebras lumbares.

CUARTO 358A: Se trata de un cuarto ubicado en los E1 C358A N462-465 E 93-95, Z= 2277.897 msnm. (Piso
3), de 3.82 m de largo por 1.84 m de ancho, su acceso posiblemente esté orientado al sur; está ubicado al sur
del C258B. Parece un pasillo, y en él se hallaron varios entierros de infantes. El muro norte tiene 0.46 m de
ancho, con cinco hiladas y Z= 2278.726 msnm. Se excavaron cuatro rellenos de tierra color café (10YR 5/2) en
seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de 7, y una moderada presencia de carbonatos.

CUARTO 358C: Son los escalones con bajada hacia el norte desde el patio central del conjunto, y que fue-
ron liberados en otras temporadas. En ésta sólo quitamos un murete falso. Ubicado en N462-465 E93-94 Z=
hasta 2277.674 –2277.834 msnm, lo habíamos denominado “el camino de las chías” por los restos paleobotáni-
cos de semillas de chía hallados en él. Es un pasillo con escalones amplios que relacionaba el patio principal
del conjunto (C6) con un área más al norte que es C358D. Tuvo 4.30 por 1.60/1.25 m y los materiales cons-
tructivos fueron bloques recortados de tepetate. El piso de estuco tuvo tezontle sobre un firme de tepetate. En
el extremo norte estuvo a Z= 2277.674 msnm, mientras en el extremo sur, a Z= 2277.944 msnm. Se localizó un
canal de drenaje al oeste de los escalones, que baja hacia el sur. Z= 2277.52 msnm.

CUARTO 358D: Ubicado en N466-469 E92-94 Z= hasta 2278.161 msnm, tuvo 2.66 por 2.12 m. El área techa-
da tuvo 2.97 metros cuadrados. Se halló el Apisonado 2 a Z= 2278.161 msnm. Se trata de un sector ubicado al
norte del patio principal del conjunto, que originalmente, quizás en tiempos Tlamimilolpa, estaba anexo ha-

543
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

cia el oeste a un templo (probablemente dedicado a Tláloc, por la presencia de incensarios e iconografía de
Tláloc hallada en otras temporadas) con tablero-talud (C358B) que después fue eviscerado para crear un re-
cinto. Tuvo asociada el área de actividad 213.

· Área de actividad 213: E1 C358D N466-468 E91-93 AA213 P1 Z= 2277.4-2275.96 msnm. Está ubicada a
0.797 m con respecto al talud este de C358D, un posible santuario. Es una fosa ovalada tipo sótano, con un
diámetro es de 1.38 m y una profundidad de 1.44 m, con alto contenido de cerámica, hueso de animal, navaji-
llas de obsidiana, restos de figurillas y fibras de textil posiblemente quemadas. Tuvo 16 rellenos con tres tipos
de tierra: el relleno 7, 8 y 9 son de matriz limoarcillosa, con color en seco de 10YR 4/3 café o café oscuro y en
húmedo 10 YR3/4 café amarillento oscuro, de pocos a moderados carbonatos y pH de 8; una parte del relleno
9 y una parte del relleno 10 tienen matriz limoarenosa, color en seco de 10YR 5/3 café y en húmedo 10YR 3/4
café amarillento oscuro, pH de 8 y muchos carbonatos; en la parte inferior del relleno 10 la matriz es arenosa,
su color en seco es 10 YR 4/3 café o café oscuro y en húmedo 10YR 3/4 café amarillento oscuro, escasos car-
bonatos y pH de 7.5. El color en seco varió de 10YR 3/2 (café grisáceo muy oscuro a 10YR 2/2 (café muy oscu-
ro), y en húmedo, de 10YR 2/2 (café muy oscuro) a 10YR 2/1 (negro). El R9 era tierra con ceniza. Posiblemen-
te concentró material ritual asociado con el santuario al este, debido a la presencia de materiales quemados,
cerámica foránea y figurillas desmembradas. Observamos que el tiempo que no estuvimos en campo entre
temporadas de excavación, fue perturbada, ya que los huesos del mismo perro se hallaban en muy diversos
rellenos. Bajo estos rellenos yacía un material tipo aluvión oscuro denominado capa 3a (0.057 m por encima
del tepetate). Los materiales que estaban presentes son un fragmento de punta (RT 12390), un punzón de
hueso (RT 12391), una aplicación de figurilla (RT 12392), lítica pulida con perforación (RT 12393), concha
(RT 12394, 12396, 12398, 12402, 12630), piernas de figurilla (RT 12395, 12634, 12650, 12651, 12726), colmillos (RT
12397, 12403), un tejo (RT 12399), hueso quemado (RT 12400), un fragmento de cráneo (RT 12401), fragmen-
tos de figurilla (RT 12628, 12631, 12633, 12642, 12649, 12652), un raspador (RT 12629), un rostro lítico de figuri-
lla (RT 12632), fibras de textil (RT 12635), un molar (RT 12636), una figurilla (RT 12637), un coral (RT 12638),
objetos cerámicos (RT 12639, 12640, 12641, 12648), sílex (RT 12643), una costilla de animal (RT 12644), obsi-
diana trabajada (RT 12645), un raspador con distal rota (RT 12646), un colmillo de animal (RT 12647), una
esfera de cerámica (RT 12653), pigmento amarillo (RT 12654), fragmentos de incensario (RT 12655, 12656),
una aguja de hueso (RT 12657), una falange (RT 12658), una tapa de incensario (RT 12659), lítica pulida (RT
12727). Niveles inferiores: alta concentración de cerámica (mucha foránea), objetos cerámicos (RT 12639,
12640, 12641, 12648), “trompetita” de cerámica (RT 12732), posible comal o cajete (RT 12728), cajetes (RT
12735), tapa de incensario (RT 12659), fragmentos de incensarios (RT 12655, 12656, asociados con RT 12659);
figurillas, aplicación de figurilla (RT 12392), fragmento de figurillas (RT 12628, 12631, 12637, 12642, 12649,
12652), extremidad de figurilla (RT 12395, 12634, 12650, 12651, 12726), cuerpo de figurilla (RT 12633); tejo (RT
12399), proyectil de cerbatana (RT 12653), fragmento de cráneo (RT 12401), fragmento de cráneo de perro
(RT 12734), mandíbula de Canis (RT 12729; quemada: RT 12731), huesos de perro (RT 12733) y animales pe-
queños, costilla animal (RT 12644), colmillo (12397, 12403, 12647), molar (RT 12636), falange (RT 12658),
hueso quemado (RT 12400), punzón de hueso (RT 12391), aguja de hueso (RT 12657); concha (RT 12394,
12396, 12398, 12402, 12630), coral (fragmento de “cerebro”: 12638); obsidiana trabajada (RT 12645, 12730), na-
vajillas de obsidiana, fragmento de punta (RT 12390), raspador (RT 12629; roto: 12646), sílex (RT 12643); líti-
ca pulida: mano (RT 12727), lítica pulida con perforación (RT 12393), rostro de figura en piedra (RT 12632),
fibras de textil con carbón (RT 12635), pigmento amarillo (RT 12654).
Muestras de los primeros 10 niveles: flotación (71879, 72114, 72371, 72379, 72531, 72578), química (72374,
72378, 72533, 72582), polen (71881, 72116, 72372, 72376, 72534, 72581), fitolitos (71880, 72115, 72373, 72377, 72535,
72577), carbón (71896, 72108, 72113, 72124, 72380), hidratación de obsidiana (72351, 72530), termoluminiscen-
cia (72375), tierra con carbón (72532).
Muestras de los últimos niveles: flotación (71879, 72114, 72371, 72379, asociado con el RT 12659: 72531;
72578, 72682, 72747, 72751, 72760, 72757), fitolitos (71880, 72115, 72373, 72377, asociada con el RT 12659: 72535;
72577, 72684, 72703, 72746, 72750, 72763, 72773), polen (71881, 72116, 72372, 72376, asociada con el RT 12659:
72534; 72581, 72683, 72702, 72748, 72752, 72761, 72775), química (72374, 72378, asociada con el RT 12659: 72533;
72582, 72749, 72753, 72762, 72776), carbón (71896, 72108, 72113, 72687, 72693, 72700; asociado con el RT 12635:
72124, 72380, tierra asociada con carbón y el RT 12659: 72532, tierra con carbón: 72685), hidratación de obsi-
diana (72351, 72530), termoluminiscencia (72375), tierra con ceniza (72701). Fotos: rollos RRRR (18-16, 6-5) y
SSSS (23-21, 2-1); y rollos 88 (18-20, 30-31) y 89 (18-19, 36).
Fotos: rollos: blanco/negro UUUU (fotos 36-34, 27-24, 14-13, 2-1); color 91-92 (fotos 1-2, 10-13, 19-20, 31-32).

CUARTO 362C: Es un cuarto rectangular ubicado en N468-470 E102-104. Tuvo un largo de 2.20 por 1.70 m
de ancho, y se halló a Z= 2278.526 msnm. Su área techada fue de 3.74 m2. Fue construido con tezontle, adobe y

544
anexo i: banco de datos de teopancazco

arcilla. Los muros tuvieron un ancho de 38 a 53 cm. El Piso 4 fue de estuco en buenas condiciones. Se halló a
Z= 2278.128 msnm. Sólo se excavó un relleno de arcilla.

CUARTO 362E: Es un cuarto cuadrado ubicado en N467-470 E104-106; tuvo 2.25 a 2.20 m de lado, y se halló
a Z= 2277.899 msnm. Tuvo una superficie techada de 4.95 m2 Está construido con tezontle, adobe y arcilla.
Los muros tuvieron un ancho de 45 a 53 cm. El Piso 4a fue de estuco en buenas condiciones, y se halló en Z=
2277.899 msnm. Se excavaron 3 rellenos de tierra arcillosa. Estuvo asociado con el área de actividad 240.

· Área de actividad 240: E1 C362E N469 E106 bajo P4A AA240 Z= 2277.949-2277.759 msnm. Se trata de
una fosa sellada, de forma circular, con un diámetro de 65 cm y un espesor de 19 cm, que yacía bajo el muro
este del C362E. Se excavaron dos rellenos de tierra limosa, blanda, de color en seco: 10YR 5/2 (café grisáceo)
y en húmedo: 10YR 3/3 (café oscuro), sin reacción al HCl, con un pH de 8; en ella se halló cerámica, lítica,
tierra con carbón.
Muestras: flotación (79228), química (79229), polen (79230), fitolitos (79231). Fotos: blanco/negro, ro-
llo GGGGG (fotos 37-35, 25-24); color, rollo 107 (fotos 8-9, 17-18).

CUARTO 362F, Área de actividad 216: altar también denominado C284. E1 C284 N465-466 E105-107
bajo Piso 3. Se trata de un altar decapitado, que contuvo los entierros 99 y 100.

CUARTO 362G: Es un cuarto rectangular ubicado en N468-470 E104-106, de 2.34 por 2.11 m, y una altura de
19 a 32 cm, construido con adobe, roca y arcilla. Los muros tuvieron un ancho de 25 a 39 cm, una altura de 22 a
32 cm, y de dos a cuatro hiladas. El Piso 4a se construyó con gravilla (sin estuco) y con huellas de fuego, y se
halló a Z= 2277.969 msnm. Se excavaron dos rellenos de piedras, lodo, apisonado y caliche.

CUARTO 367: Es un cuarto rectangular en N470-472 E102-107, de 4.10 m por 1.72 m, y una altura de Z=
2277.941 msnm. Tuvo un área techada de 7.052 m2. Estuvo construido con tezontle, piedra de río y arcilla. Los
muros se conservaron con anchos de 30 a 53 cm. El Piso 4 estuvo muy deteriorado y con huellas de repara-
ción, y se halló en Z= 2277.941 msnm. Se excavaron tres rellenos de arcilla con piedra. Estuvo asociado con las
áreas de actividad 228, 236, En 113, 237 y 238.

· Área de actividad 228: E1 C367 N470-471 E102-103 R1 AA228 Z= 2278.258-2278.077 msnm. Ubicada al
oeste del cuarto, se halló una fosa circular, de 90 cm de diámetro y 18.1 cm de espesor, con acumulación de
materiales: cerámica, un fragmento de vasija (RT 12989), fragmentos de figurillas (RT 12987, 12990), tejo (RT
12991), lítica tallada (lasca con huellas de trabajo: RT 12988), lítica pulida, pizarra, hueso, diente (RT 12986),
fragmento de cráneo (RT 12992). La matriz fue de tierra limo-arcillosa en seco y arcillo-limosa en húmedo;
estructura granular media, consistencia friable, sin actividad animal, pH de 7, reacción moderada al HCl, co-
lor en seco de 10 YR 4/2 (café grisáceo oscuro) y en húmedo de 10 YR 3/2 (café grisáceo muy oscuro).
Muestras: flotación (75376, 75382, 75386, 75400, 75545, 75533, 75550), química (75378, 75384, 75387, 75530, 75543,
75535, 75551), polen (75377, 75383, 75388, 75542, 75529, 75552), fitolitos (75379, 75385, 75389, 75544, 75531, 75553).
Fotos: blanco/negro, rollo AAAAA (35-34, 27-26); color, rollo 101 (11-12, 20-21).

· Área de actividad 236: E1 C367 N470-471 E105-106 R3/Piso 4 AA236 Z= 2277.98-2277.875 msnm. Se ha-
lló una acumulación de materiales asociada con una fosa en el Piso 4, en un área de 40 por 23 cm, y con un
espesor de 10.5 cm. La matriz es tierra limo-arcillosa o arcillo-limosa, blanda, con un pH de 7, reacción mode-
rada al HCl, color en seco de 10YR 4/2 (café grisáceo oscuro) y color en húmedo de 10 YR 3/2 (café grisáceo
muy oscuro). En ella se halló el Entierro 113 (huesos de pie: RT 14063; un fragmento de radio: RT 14064).
Sólo se excavó un relleno de tierra, y se halló cerámica, un fragmento de vasija (RT 14065, 14067), fragmentos
de figurillas (RT 14061, 14062; carita: RT 14069, 14068; pie: RT 14066; manita: RT 14070), lítica (fragmento
de bifacial: RT 14073), hueso (RT 14071), una mandíbula de animal (RT 14072), pigmento.
Muestras: flotación (78204, 78212), química (78205, 78213), polen (78206, 78214), fitolitos (78207, 78215),
carbón (78201), paleointensidades magnéticas (78202), hidratación de obsidiana (78203, 78211), termolumi-
niscencia (78210).

· Entierro 113: E1 C367 N470-471 E105-106 AA236 R3/P4 En 113 Z= 2277.98-2277.875 msnm. Se trata de un
entierro secundario parcial de huesos de pie (En 113: RT 14063), hallados en una fosa sobre el piso 4 y el muro
este, asociados con pigmentos, cerámica, figurillas (¿desmembramiento?: dos de banda ancha [RT 14068,
14069], un pie [RT 14066] y una mano de articulada [RT 14070], un ave, figurillas (RT 14061, 14062]), car-
bón, lítica [fragmento de bifacial: RT 14073), huesos, mandíbula de animal (RT 14072), fragmentos de vasija

545
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

(RT 14065, 14067). Estaban en una matriz de tierra limo-arcillosa en seco, y arcillo-limosa en húmedo, de co-
lor 10YR 4/22 café grisáceo oscuro (en seco), y 10YR 3/2 café grisáceo muy oscuro (en húmedo); consistencia
blanda, friable, pH de 7 y carbonatos medios.
Muestras: flotación (78204, 78212), química (78205, 78213), polen (78206, 78214), fitolitos (78207, 78215),
paleointensidad (78202), hidratación de obsidiana (78203, 78211), termoluminiscencia (78210), carbón (78201).

· Área de actividad 237: E1 C367 N471-472 E104-105 bajo Piso 4 AA237 Z= 2278.025-2276.92 msnm. Se ha-
lló una fosa circular sellada (¿?) en la parte central del cuarto, alineada con el acceso, de 1.07 m de diámetro.
Posiblemente fue saqueada en tiempos teotihuacanos. Se excavaron 8 rellenos de tierra areno-limosa, dura,
con un pH de 8, reacción baja al ácido clorhídrico, color en seco de 2.5 Y 5/2 (café grisáceo), y color en húmedo
de 10 YR 2/2 (café muy oscuro). Contuvo cerámica (RT 14084, 14095), cajete naranja (RT 14056), fragmento
de cajete (RT 14085), cerámica esgrafiada (RT 14076, 14082, 14083), fragmento de figurilla (RT 14057), lítica
(navajillas: RT 14091, 14092, 14093, 14094, 14089, 14090, 14086, 14087, 14088), laja, pizarra, caracol (RT 13808),
huesos y dientes [hueso: RT 13869; epífisis (RT 13800, 13807, 14036, 14038, 14058), vértebra (RT 14033, 14035,
14037, 14039, 14043, 14049, 14050, 14059, 14074, 14077, 14078, vértebra de niño: 14080), clavícula (RT 13802),
costilla (RT 14045), falanges (RT 13798, 13799, 13801, 13805, 13806, 14034, 14040, 14041, 14042, 14048, 14052,
14053, 14054, 14055, 14075, 14079), huesos de pie (RT 14044, 14051), molares (RT 13803, 13804, 14060, 14081)].
Muestras: flotación (78258, 78266, 78279, 78290, 78297, 78303, 78312, 78365, 78371, 78376, 78416, 78429,
78433, 78440, 78479, 78487, 78505, 78543, 78553, 78561, 78566, 78572, 78584, 78592, 78601, 78703, 78707, 78714,
78719, 78725, 78732, 78739), química (78259, 78267, 78280, 78291, 78298, 78304, 78313, 78366, 78372, 78377,
78417, 78430, 78434, 78441, 78480, 78488, 78538, 78544, 78554, 78562, 78567, 78573, 78585, 78593, 78698, 78704,
78708, 78715, 78720, 78726, 78733, 78740), polen (78260, 78268, 78281, 78292, 78299, 78305, 78346, 78367, 78373,
78410, 78418, 78431, 78435, 78474, 78481, 78489, 78539, 78545, 78555, 78563, 78568, 78574, 78586, 78594, 78699,
78705, 78709, 78716, 78721, 78727, 78734, 78741), fitolitos (78261, 78269, 78282, 78293, 78300, 78306, 78347,
78368, 78374, 78411, 78419, 78432, 78436, 78475, 78482, 78490, 78700, 78706, 78840, 78846, 78856, 78864, 78869,
78875, 78887, 78895, 78710, 78717, 78722, 78728, 78735, 78742), termoluminiscencia (78257, 78311), paleointensi-
dades (78296), hidratación de obsidiana (RT 78552, 78754).
Fotos: blanco/negro, rollos EEEEE (fotos 6-4, 22-21), GGGGG (fotos 34-33); color, rollos 106 (fotos 5-7,
23-24), 107 (fotos 10-11).

· Área de actividad 238: E1 C367 N470-471 E102-103 bajo P4 AA238 Z= 2277.92-2276.826 msnm. Es una
fosa circular abierta que quizás haya sido producto de un saqueo teotihuacano. Se encuentra junto al muro
oeste del cuarto, y tuvo 90 cm de diámetro y 1.09 m de espesor. Contuvo 7 rellenos de tierra areno-limosa, de
consistencia dura, pH de 8, bajos carbonatos, color en seco de 2.5Y 5/2 (café grisáceo) y color en húmedo de
10 YR 2/2 (café muy oscuro). Está asociada con el AA 237. Contuvo cerámica, una figurilla (RT 14167), brazo
de figurilla (RT 14168), tapaplato (RT 14046), cajete (RT 14047), lítica (navajillas: RT 14165), pizarra y hueso
(falange: RT 14166).
Muestras: flotación (78989, 78997, 79005, 79013, 79221, 79021, 79039, 79033, 79114, 79136, 79144, 79149,
79129, 79144, 79175, 79156, 79162, 79168, 79186, 79197, 79192, 79181, 79202, 79206, 79212, 79217), química
(78990, 78998, 79006, 79014, 79022, 79029, 79121, 79145, 79157, 79163, 79169, 79176, 79182, 79187, 79193, 79198,
79034, 79040, 79046, 79115, 79125, 79130, 79137, 79150, 79203, 79207, 79213, 79218, 79222), polen (78991, 78999,
79007, 79015, 79023, 79030, 79035, 79041, 79047, 79116, 79122, 79126, 79131, 79138, 79146, 79151, 79158, 79164,
79170, 79177, 79183, 79188, 79194, 79199, 79204, 79208, 79214, 79219, 79223), fitolitos (78992, 79000, 79008,
79016, 79024, 79031, 79036, 79042, 79048, 79117, 79123, 79127, 79132, 79139, 79147, 79152, 779159, 79165, 79171,
79178, 79184, 79189, 79195, 79200, 79205, 79209, 79215, 79220, 79224), termoluminiscencia (79012), paleoin-
tensidades magnéticas (79020).
Fotos: blanco/negro, rollo FFFFF (fotos 26-23); color, rollos 106 (fotos 20-22), Xalla 211 (fotos 16-17).

CUARTO 501: Se trata de una cuarto rectangular, ubicado en los N488-489 E98-101 Z= 2278.858 msnm (Piso
1), de 3.40 m de largo por 2.30 m de ancho; está localizado al sur del C502 y al este del C509. El acceso yace al
norte, y tuvo un ancho de 0.76 m. El muro norte tiene un ancho de 0.30 m con fragmentos de aplanado a Z=
2279.223 msnm; y el muro oeste tiene 0.46 m de ancho y una Z= 2279.254 msnm. Se excavaron dos rellenos de
tierra limosa a limo-arenosa, de color café (10YR 3/4) en seco; y café oscuro en húmedo (10YR 3/3), pH de
6-8.5, y pocos carbonatos. El piso 1 está ubicado a Z= 2279.858 msnm. Estuvo asociado con las AA 104, 105, 107
(fosas saqueadas).

· Área de actividad 104: E1 C501 N489 E101 Piso 1 AA104 Z= 2278.972-2278.643 msnm. Se halló una fosa
saqueada de 45 por 58 cm, ubicada a 0.80 m del muro norte del C501. Contuvo cuatro rellenos de tierra limo-

546
anexo i: banco de datos de teopancazco

arenosa de color café claro (10YR 3/4) en seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 3/3). Se halló cerámica,
lítica y un fragmento de metate (RT 8998). Posiblemente esté asociada con las AA 105 y 107.
Muestras: flotación (56595, 56604, 56659, 56663), polen (56597, 56605, 56614, 56664), química (56596,
56606, 56613, 56662), fitolitos (56598, 56607, 56615, 56665), termoluminiscencia (56600, 56608, 56624, 56671),
hidratación de obsidiana (56599, 56609, 56626, 56673), paleointensidades magnéticas (56601, 56610, 56625,
56672).
Fotos: rollo 51 (23-27), rollo CCC (15-10).

· Área de actividad 105: E1 C501 N489 E100, Piso 1 AA 105 , Z= 2278.981-2278.54 msnm. Se halló una fosa
saqueada de 46 por 47 cm, ubicada a 0.34 m del muro este del C 501. Contuvo cuatro rellenos de tierra limo-
arenosa de color café claro de (10YR 3/4-10YR 5/4) en seco, y café oscuro en húmedo (10YR 3/3-10YR 3/4).
Se encontraron fragmentos de cerámica, lítica y hueso. Posiblemente está relacionada con AA 104 y 107.
Muestras: flotación (56807, 56812, 56851, 56888), polen (56810, 56814, 56852, 568889), química (56809,
56813, 56853, 56890), fitolitos (56808, 56815, 56854, 56891), termoluminiscencia (56816, 56873, 56892), hidrata-
ción de obsidiana (56871, 56817, 56855, 56894), paleointensidades magnéticas (56779, 56893).
Foto: rollo 51 (28-34), rollo CCC (9-4).

· Área de actividad 107: E1 C501 N489 E99, Piso 1 AA 107, Z= 2278.945- 2278.506 msnm. Se halló una fosa
saqueada de 70 por 73 cm, ubicada a 0.98 m del muro oeste del C501. Contuvo cuatro rellenos, y se encontró
cerámica, lítica, pizarra, hueso (poco material), fragmento de figurilla (RT 9086). Posiblemente está relacio-
nada con AA 104 y 105.
Muestras: flotación (57115, 57124, 57211, 57222), polen (57117, 57125, 57212, 57224), química (57116, 57126,
57213, 57223), fitolitos (57118, 57127, 57214, 57225), termoluminiscencia (57119, 57131, 57215, 57227), paleointensi-
dades magnéticas (57120, 57132, 57217, 57226), hidratación de obsidiana (57121, 57133, 57216, 57228).
Fotos: rollo 53 (1-7), rollo EEE (37-32).

CUARTO 502: Se trata de un cuarto rectangular ubicado en E1 C502 N490 E98-101, Z= 2278.858 msnm,
construido con piedra maciza y roca volcánica. Está ubicado al norte del C501. El acceso, ubicado al sur, tuvo
un ancho de 76 cm a Z= 2279.223 msnm. El muro sur tuvo un ancho de 30 cm, y tiene aplanado Z= 2279.223
msnm. Se excavaron dos rellenos de tierra limo-arenosa, de color café (10YR 4/4) en seco, y un café oscuro
(10YR 3/4) en húmedo, con un pH de 7 y pocos carbonatos. Se halló un Piso 1 a Z= 2278.858 msnm.

CUARTO 503: Se trata de un cuarto que se encuentra ubicado en la N488-490 E 115-117, Z= 2278.884 msnm.
El muro oeste tuvo un ancho de 57 cm y se observaron 3 hiladas de alto, Z= 2279.226 msnm. El acceso no se
localizó. Se excavaron dos rellenos de color café (10YR 4/6) en seco, y café oscuro (10YR 3/4 -10YR 2/2) en
húmedo, con un pH de 7-8 y pocos carbonatos. Se halló un Apisonado 1 (apisonado irregular) a Z= 2278.884
msnm. Estuvo asociado con la AA 108.

· Área de actividad 108: E1 C503 N489 E117 Apisonado 1 AA 108 Z= 2278. 902- 2278.838 msnm. Se halló
una concentración de materiales con un diámetro de 75 por 70 cm, y se ubica a 1.30 m del muro oeste del
C503. Se excavó un relleno ya que descansaba sobre el apisonado. Se halló material como cerámica (candele-
ros RT 9193, 9195, 9198, 9200, fragmentos de incensario RT 9204, esfera cerámica RT 9203), lítica tallada (una
punta de proyectil RT 9201, núcleos agotados RT 9191,9196, 9199, un bifacial), lítica pulida (pulidor RT 9192,
9197, mano de metate RT 9194) y hueso (un diente trabajado RT 9202).
Muestras: flotación (57455), química (57456), polen (57457), fitolitos (57458).
Fotos: rollo 53 (19-24), rollo EEE (21-15).

CUARTO 504: Ubicado en E1 C504 N488-490 E96-97, Z= 2278.591 msnm, se trata de un cuarto rectangular
de 3 m de largo por 1.50 m de ancho; está localizado al oeste del C501 y C502. El muro este tiene de ancho 46
cm y dos hiladas de alto, Z= 2279.254 msnm; el muro este tiene de ancho 47 cm y cuatro hiladas de alto, Z=
2279.088 msnm. Se excavaron cuatro rellenos de tierra limosa, de color café (10YR 5/2) en seco, y café muy
oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de 6.5, y nula presencia de carbonatos. El Piso 1 está ubicado a Z=
2278.591 msnm. Estuvo asociado con la AA 110.

· Área de actividad 110: E1 C504 N488-489 E 96-97 R2/ R3 AA 110 Z= 2279.191-2278.796 msnm. Se encon-
tró una concentración de materiales de 0.90 m por 1.66 m, ubicada junto al muro este del C504. Se excavaron
dos rellenos de tierra limosa de color gris cafetosa (10YR 5/2) en seco, y café muy oscura en húmedo (10YR
2/2), con un pH de 6.5, y nula presencia de carbonatos. Se halló mucho material cerámico, lítica, pizarra, mica

547
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

y hueso humano. Posiblemente este cuarto estaba dedicado al almacenamiento, por la gran concentración de
material cerámico, específicamente ollas grandes, aunque quizás presente una perturbación posterior por los
huesos largos humanos.
Muestras: flotación (57363, 57788, 58145, 58162), química (57364, 57789, 58146, 58227), polen (57365,
57990, 58147, 58228), fitolitos (57366, 57791,58148, 58229), termoluminiscencia (57367, 57792, 58149, 58230), pa-
leointensidades magnéticas (57368, 57793, 58150, 58231), hidratación de obsidiana (57369, 57794, 58151, 58232).
Fotos: rollo 53 (30-36), rollo 55 (1-7), rollo EEE (8-1), GGG (17-13).

CUARTO 505: Se trata de un cuarto ubicado en N488-490 E 112-115 Z= 2278.854 msnm, con 2.91 m de largo
por 2.12 m de ancho: está localizado al oeste de C 503. El muro este tiene un ancho de 0.52 m, dos hiladas de alto,
Z= 2279.304 msnm. El muro oeste tiene 0.57 m de ancho y tres hiladas de alto, Z= 2279.226 msnm. Se excavaron
tres rellenos de tierra de color café (10YR 3/6) en seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de
7-8, y muchos carbonatos. El Apisonado 1 está ubicado a Z= 2278. 854 msnm. Estuvo asociado con el AA 117.
Muestras: flotación (60015, 60019, 60023, 60027, 60031), química (60016, 60020, 60024, 60028), polen
(60017, 60021, 60025, 60029), fitolitos 60018, 60022, 60026, 60030).
Fotos: rollo 57 (34-36), rollo 58 (16-19, 20-23), rollo JJJ (23-27, 10-7, 6-1).

CUARTO 506: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado en N488-490 E91-95 Z=2278.55 msnm. (Apisona-
do 1), de 5 m de largo por 3 m de ancho; está localizado al oeste del C504. El muro sur-este tiene un ancho de
0.40 m, y dos hiladas de alto, Z= 2278.679 msnm. El muro sur-oeste tiene 0.56 m de ancho, una hilada de alto,
Z= 2279.043 msnm. Se excavaron cuatro rellenos de tierra limosa, de color gris cafetoso (10YR 5/2) en seco, y
gris muy oscuro en húmedo (10YR 3/1), pH de 7, y nula presencia de carbonatos. El Apisonado 1 está ubicado
a Z= 2278.55 msnm.

CUARTO 507: Este cuarto se localiza en N488-490 E 108-110, Z= 2278.902 msnm, tiene 2.84 m de largo por
3.55 m de ancho; está ubicado al oeste de C505. El muro sur tiene 0.52 m de ancho, una hilada de alto. El muro
este tiene 0.52 m de ancho, dos hiladas de alto, Z= 2279.304 msnm. El muro oeste tiene de ancho 0.87 m de
ancho, tres hiladas de alto, Z= 2279.112 msnm. Se excavaron tres rellenos de tierra de color café (10YR 3/6) en
seco, y café oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de 7-8, y una moderada presencia de carbonatos. El Piso 1
está ubicado a Z= 2278.902 msnm. Estuvo asociado con el AA 112 y 114.

· Área de actividad 112: E1 C507 N490 E109, Relleno 3 AA 112 Z= 2278.843-2278.754 msnm Al excavar el
relleno tres se detectó una concentración de cerámica y fragmentos de lítica tallada, ubicada a 0.07 m del muro
oeste del C507, con un diámetro de 0.48 m de ancho por 0. 40 m de largo. Se halló además de cerámica y lítica
tallada, un fragmento de figurilla (RT 9223) y un cajete (RT 9224). Posiblemente tenga una función ritual.
Muestras: flotación (57615), química (57616), polen (57617), fitolitos (57618).
Fotos: rollo 54 (14-18).

· Área de actividad 114: E1 C507 N490 E110, Piso 1 AA 114 Z= 2278.686-2279.426 msnm. Al llegar al piso
se detectó el borde de una olla, ubicada a 0.68 m del muro oeste del C507. Esta olla (RT 9760) se encontraba
bajo el piso, por lo que se excavaron tres rellenos para extraer la pieza, la cual tenía de ancho 0.53 m por 0.55 m
de alto. Se excavaron cuatro rellenos de tierra arcillo-limo-arenosa de color café (10YR 4/4) en seco, y café
muy oscuro en húmeda (10YR 3/6), con pH de 7 y una nula presencia de carbonatos. Se halló además de ce-
rámica, fragmentos de lítica tallada, mica y hueso de animal. Posiblemente esté relacionado con las activida-
des de almacenamiento.
Muestras: flotación (58665), química (58666), polen (58667), fitolitos (58668). Fotos: rollo 55 (23-36),
HHH (27-36).

CUARTO 507 A: Este cuarto se encuentra ubicado en N488-490 E106-108, Z= 2278.633 msnm, tiene 2.69 m
de largo por 2.50 m de ancho; está localizado al oeste del C507 y al este del C507B, El muro norte tiene de an-
cho 0.32 m, una hilada de alto; el muro este tiene 0.70 m de ancho y tres hiladas de alto mientras que el muro
este tiene 0.34 m de ancho y dos hiladas de alto. Se excavaron dos rellenos de tierra limo-arenosa, de color
café (10YR 3/4) en seco, y café oscuro en húmedo (10YR 3/3), con pH de 6-7.5, y nula presencia de carbona-
tos. Se detectó el firme del P1 y está ubicado a Z= 2278.633 msnm. En este cuarto se detectó el AA 115 En 34.

· Área de actividad 115: E1 C507A N490 E108, sobre firme del P1 AA 115 Z= 2278.734-2278.571 msnm. Se
encontraron huesos humanos de un adulto que intruyen en el muro este de C507A: huesos de pelvis, vérte-
bras lumbares, extremidades superiores e inferiores; se le denominó Entierro 34; es probable que sea post-

548
anexo i: banco de datos de teopancazco

teotihuacano. Este entierro estaba asociado con una bola de cerámica (RT 9739), fragmento de jadeíta (RT
9782). Se excavaron dos rellenos de tierra limosa de color café (2.5Y 4/2) en seco, y negro en húmedo (2.5 Y
2.5/1), con pH de 7, y nula presencia de carbonatos. Se halló poco material cerámico (fragmentos), lítica. Se
trata de un entierro (B 59524) que intruyó en el muro y tuvo una función ritual.
Muestras: flotación (59230,59508), química (59299,59509), polen (59232, 59210), fitolitos (59231, 59511),
hidratación de obsidiana (59503, 59514), termoluminiscencia (59512), paleointensidad magnética (59513),
ADN (59376), sedimento de la cavidad torácica (59377).
Fotos: rollo 57 (1-7), rollo III (22-17).

CUARTO 507 B: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado en N488-490 E103-105, tiene 2.45 m de largo por
2.25 m de ancho; está localizado al oeste del C507A. Su acceso está orientado al norte y tiene de 0.96 m, de
ancho. El muro norte tiene de ancho 0.30 m, con seis hiladas de alto, Z= 2278.916 msnm. El muro oeste tiene
0.40 m de ancho y 5 hiladas de alto, Z= 2278.844 msnm. El muro este tiene de ancho 0.30 m, 5 hiladas de alto,
Z= 2278.946 msnm. Se excavaron tres rellenos de tierra areno-limosa, de color café claro (10YR 3/4) en seco,
un pH 6.5-7.5, y muchos carbonatos. El piso 1 está ubicado a Z= 2278.475 msnm.

CUARTO 507 C: Este cuarto se encuentra ubicado en N488-490 E110-112, Z= 2278.626 msnm de 2.41 m de
largo por 1.83 m de ancho. El muro sur tiene de ancho 0.52 m, una hilada de alto. El muro este tiene 0.47 m
de ancho y una hilada de alto, y el muro oeste tiene 0.52 m de ancho y tres hiladas de alto. Se excavaron tres re-
llenos de tierra color café (10YR 3/6) en seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de 7-8, y muchos
carbonatos. El Piso 1 está ubicado a Z= 2278.625 msnm. Estuvo asociado con las AA 116 En. 35, AA118 En 36.

· Área de actividad 116: E1 C507C N489 E111, R4/P1 AA 116, Z= 2278.803-2278.626 msnm. Se encontraron
huesos humanos de un adulto casi a nivel de piso, a 0.77 m del muro oeste del C507C: tibia y fémur derechos;
tibia, peroné y fragmentos de fémur izquierdo, cúbito, radio, y húmero derecho, radio, húmero izquierdo; a
éstos se les denominó como Entierro 35. Es probable que, como el Entierro 36, este entierro sea post-teoti-
huacano. Este entierro (no. de bolsa 59469) estaba asociado con cerámica, lítica tallada, lítica pulida y pizarra.
También se encontraron fragmentos de figurilla (RT 9830, 9831), candelero (RT 9832). Se excavó un relleno
de tierra limo-areno-arcillosa de color café (10YR 6/3) en seco, y café oscuro en húmedo (10YR 3/4), con pH
de 7, y algo de carbonatos. Su función fue ritual.
Muestras: flotación (59470), química (59471), polen (59472), fitolitos (59473) , termoluminiscencia
(59474), hidratación de obsidiana (59475), ADN (59476), colágeno (59477), cavidad toráxica (59478), cavi-
dad abdominal (59479).
Fotos: rollo 57 (13-15), rollo III (11-9).

· Área de actividad 118: E1 C507C N490 E110-111 P1 AA118 Z= 2278. 506- 2278.268 msnm. Se halló una fosa
de 0.72 m por 1.14 m, ubicada en la esquina noroeste del C507C intruyendo en el muro poniente. Esta fosa se
detectó al llegar al piso, y se excavaron cuatro rellenos de tierra arenosa a limosa de color café grisáceo oscuro
(10YR 4/2) en seco, y negro en húmedo (10YR 2/1), con pH de 6.5 a 7, y una moderada presencia de carbonatos.
Se encontró de manera continua cerámica, lítica tallada y pizarra; éstas estaban asociadas con un entierro prima-
rio de adulto en posición sedente (Entierro 36). Este entierro Mazapa presentaba una ofrenda en la porción
superior del esqueleto. Entre los elementos asociados se encontraron: una bolita de cerámica con pigmento rojo
(RT 9906), fragmentos de figurillas antropomorfas (RT 9725, 9995, 9998), piezas de juego (RT 9916, 9917, 9918,
9920), soporte almenado (RT 9919), fragmento de candelero (RT 9990), fragmentos de cerámica (RT 9988,
9989), fragmento de cajete Mazapa (RT 9987), fragmentos de olla Blanco Levantado (RT 9994, 9997), ollas
miniatura (RT 9991, 9992), fragmento de hueso trabajado (RT 9993), punta de proyectil (RT 9996).
Muestras: flotación (60125, 60198, 60448, 60458, 60499, 60474, 60652), química (60126, 60199, 60449,
60459, 60500, 60475, 60653), polen (60127, 60200, 60450, 60460, 60501, 60476, 60654), fitolitos (60320,
60201, 60451, 60461, 60502, 60477, 60655), termoluminiscencia (60202, 60452, 60462, 60503, 60478, 60656),
paleointensidades magnéticas (60203, 60453,60463, 60504, 60479, 60657, hidratación (60204, 60454, 60464,
60505, 60491, 60658), ADN (60659), carbono 14 (60600), sedimento de la cavidad torácica (60601).
Fotos: rollo 59 (1-5, 9-14, 15-20, 21-26, 34-36), rollo KKK (19-15, 14-12, 7-1), rollo LLL (37-31, 30-20-9-1).

CUARTO 508: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado en N490 E104-105 Z= 2278.473 msnm; tiene 1.80 m
de largo por 0.26 m de ancho, está localizado al norte del C507B. Su acceso está orientado al sur y tiene 0.26 m
de ancho. El muro sur tiene de ancho de 0.30 m, seis hiladas de alto, Z= 2278.916 msnm. Se excavaron tres re-
llenos de tierra areno-limosa de color café (10YR 3/4), un pH de 5-7, y muchos carbonatos. El Apisonado 1
está ubicado a Z= 2278.473 msnm.

549
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

CUARTO 509: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado en los N488-490 E102 Z= 2278.533 msnm; tiene 3
m de largo por 0.90 m de ancho; está localizado al oeste del C507B y C 508. El muro oeste tiene 0.35 m de an-
cho, seis hiladas de alto, Z= 2279.237 msnm. El muro este tiene 0.40 m de ancho, tres hiladas de alto, Z= 2278.
844 msnm. Se excavaron tres rellenos de tierra limo-arenosa a areno-limosa de color café grisáceo (10YR 4/2)
en seco, y café oscuro en húmedo (10YR 2/2), un pH de 6-7.5, y muchos carbonatos. El Apisonado 1 está ubi-
cado a Z= 2278.533 msnm.

CUARTO 606A: Es un cuarto ubicado en los N488-490 E94-95, Z= 2278.118 msnm. Tiene 3 m de largo por 2
m de ancho, y está ubicado al este el C 606B. El muro oeste tiene un ancho de 0.42 m, con dos hiladas de alto;
hecho de piedra maciza y adobe, con una altura de Z= 2278.679 msnm. Se excavaron dos rellenos de tierra li-
mo-areno-limosa y areno-limosa de color café grisáceo (10YR 5/2) en seco, y gris cafetoso en húmedo (10YR
3/2), pH de 7, y muchos carbonatos. El Piso 1 está ubicado a Z= 2278.118 msnm.

CUARTO 606B: Se trata de un cuarto, ubicado en los N488-490 E91-93, Z= 2278.061 msnm (Apisonado 1).
Tiene 3 m de largo por 3 m de ancho. El muro sur tiene un ancho de 0.57 m, dos hiladas de alto, Z= 2279.043
msnm. Se excavaron dos rellenos de tierra limo-arenosa, de color gris cafetoso (10YR 5/2-10YR 4/2) en seco,
y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), pH de 7-7.5, y una moderada presencia de carbonatos. El Apisona-
do 1 está ubicado a Z= 2278.061 msnm.

CUARTO 607A: Está ubicado en los N488-490 E106-108, Z= 2278.451 msnm (Apisonado 2); tiene 2.64 m de
largo por 2.64 m de ancho. El muro norte tiene ancho 0.40 m, dos hiladas de alto, Z= 2278.793 msnm. El muro
oeste tiene de 0.30 m de ancho, seis hiladas de alto, Z= 2278.942 msnm. El muro este tiene 0.50 m de ancho,
una hilada de alto, Z= 2278.588 msnm. Se excavó un relleno de tierra arenosa de color gris cafetoso (10YR 5/2)
en seco, café grisáceo oscuro en húmedo (10YR 3/1), pH de 8, y muchos carbonatos. El Apisonado 2 está ubi-
cado a Z= 2278.451 msnm. Estuvo asociado con las AA119 y 120.

· Área de actividad 119: E1 C607A N489-490 E107-108 R1 sobre Apisonado 2 AA 119 Z= 2278.512- 2278.22
msnm. Se halló una fosa saqueada de 0.69 m por 0.65 m ubicada a 0.29 m de muro norte del C607A. Contuvo
tres rellenos de tierra limo-arcillosa de color gris cafetoso (10YR 4/2) en seco, y café muy oscuro en húmedo
(10YR 3/2), pH de 7, y muchos carbonatos. Se encontró poco material cerámico, lítica y hueso humano (fa-
langes), bolita de cerámica (RT 10049). Posiblemente esté relacionada con AA120 (otra fosa).
Muestras: flotación (60679, 60692, 60699, 60722, 60728, 60623), química (60680, 60693, 60700, 60723,
60729, 60624), polen (60681, 60694, 60701, 60724, 60730, 60625), fitolitos (60628, 60695, 60702, 60725,
60731, 60626), termoluminiscencia (60687).
Fotos: rollo 59 (19-17), rollo LL (27-30).

· Área de actividad 120: E1 C607A N489 E106 R1 sobre Ap. 2 AA120, Z. 2278.511- 2277.891 msnm. Se halló
una fosa saqueada de 0.26 m por 0.57 m, se encuentra pegada al muro oeste de dicho cuarto. Contuvo cinco
rellenos de tierra areno-limosa de color gris cafetoso oscuro (10YR 4/2) en seco, y negro en húmedo (10YR
2/1), con pH de 8, y muchos carbonatos. Se encontró poco material cerámico (se identificaron fragmentos de
olla de almacenamiento, cerámica granular y anaranjado delgado), lítica, hueso humano (fragmentos de costi-
lla, vértebras, huesos largos, dientes: RT 10044, 10045), mica, aplicación (RT 10046). Posiblemente esté rela-
cionada con AA 119.
Muestras: flotación (60705, 60675, 60715, 60732, 60630), química (60676, 60706, 60716, 60733, 60631),
polen (60677, 60707, 60717, 60734), fitolitos (60678, 60708, 60718, 60735, 60633), termoluminiscencia
(60691), hidratación (60709, 60768), ADN (60629).
Fotos: rollo 59 (31-33), rollo LL (15 -10).

CUARTO 609: Se trata de un cuarto rectangular, ubicado en los N488-490 E102 Z= 2278.259 msnm (Apiso-
nado 2); tiene 3 m de largo. El muro oeste tiene 0.45 m de ancho, una hilada de alto, Z= 2278.478 msnm. El
muro este tiene 0.40 m de ancho, cuatro hiladas de alto, Z= 2278.844 msnm. Se excavó un relleno de tierra li-
mosa de color café grisáceo (10YR 5/2) en seco, y café muy oscuro en húmedo (10YR 2/2), pH de 7, y pocos
carbonatos. El Apisonado 2 está ubicado a Z= 2278.259 msnm.

550
anexo i: banco de datos de teopancazco

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551
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552
Índice general
Sumario 7
Presentación 11
Prefacio 13

Introducción
Teopancazco, un centro de barrio multiétnico de Teotihuacan 17

La gran ciudad de Teotihuacan 17


El conjunto de Teopancazco 22
Objetivos del proyecto 25
Teopancazco a través del tiempo 31
A. Miccaotli (100-200 d.C.) y Tlamimilolpa (200-350 d.C.) 31
B. Rituales de terminación en la transición
Tlamimilolpa/Xolalpan (c. 350 d.C.) 34
C. Xolalpan (350-550 d.C.) 36
D. Metepec (550-650 d.C.) 40
Teopancazco como centro de barrio 41
Características de los centros de barrio 41
Ámbito ritual del barrio 42
La clínica del barrio 45
La administración 45
El trabajo artesanal especializado: la sastería, el trabajo del cuero
y la piel, la cestería, y la pintura sobre muros y vasijas 47
La guardia del barrio 48
Los sectores residenciales 49
La alineación de cocinas y almacenes 49
El espacio abierto al este 49
La multietnicidad 50
El intercambio a larga distancia. El corredor teotihuacano hacia Nautla 51
Agradecimientos 55
Bibliografía 56

Primera parte
Teopancazco en el espacio y en el tiempo
Capítulo i
Estudios geofísicos en el barrio de San Sebastián Xolalpan,
anexo al centro de barrio de Teopancazco, Teotihuacan 69

Introducción 69
El centro de barrio de Teopancazco 70
Metodología de prospección geofísica74
Fotografía aérea 74
Técnicas geofísicas 78

553
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

Gradiente magnético 78
Resistividad eléctrica 79
Geo-radar 80
Aplicación de la metodología 81
Estudio en los jardines y el atrio de la iglesia de San Sebastián Xolalpan88
Andador norte de la iglesia 89
Andador sur de la iglesia 90
Andador central frente a la iglesia 92
Jardín posterior de la iglesia 94
Estudio en las calles aledañas a Teopancazco95
Calle Aztecas 96
Calle San Francisco 99
Conclusiones103
Límites 103
Interior del predio 104
Iglesia 106
Consideraciones finales 107
Bibliografía 107

Capítulo ii
Cronología para Teopancazco. Integración de datos arqueomagnéticos
a un modelo bayesiano de radiocarbono 111

Introducción 111
Fundamentos de la datación por arqueomagnetismo 112
Fundamentos de la datación por radiocarbono 115
Construcción de cronologías mediante el uso de estadística bayesiana 117
Modelo bayesiano para Teopancazco 119
Cronología para Teopancazco. Integración de los datos arqueomagnéticos
al modelo bayesiano de radiocarbono 121
Conclusiones 131
Bibliografía 131

Capítulo iii
Estudios de arqueointensidad y propiedades magnéticas de cerámicas
teotihuacanas. Una aportación a la cronología de Mesoamérica 135

Introducción 135
Fundamentos 136
El estudio 141
Resultados 144
1) Cuanalan  144
2) Teopancazco 148
3) Xalla 152

554
índice general

Comparación de los resultados de los sitios


Teopancazco, Xalla y Cuanalan 154
Conclusiones 157
Bibliografía 159

Segunda parte
La arqueometría de los materiales inertes
de Teopancazco
Capítulo iv
Teopancazco y su pintura. Aplicación de técnicas analíticas
pixe, meb-edx, drx, ftir y Raman 165

Introducción 165
Trabajos y fechamiento de la pintura de Teopancazco 166
La pintura mural teotihuacana y sus fases 173
La caracterización arqueométrica y sus resultados174
1. Emisión de rayos X inducida por partículas (pixe) 175
2. Espectroscopía Raman 177
3. Microscopía electrónica de barrido
con espectroscopía por dispersión de energía de rX (meb-eds) 178
4. Difracción de rayos-X (drx) 182
5. Espectroscopía infrarroja (ftir) 184
Discusión de resultados y conclusiones 186
Agradecimientos 191
La caracterización arqueométrica y sus resultados (tablas) 193
1. Emisión de rayos X inducida por partículas (pixe) 193
2. Espectroscopía Raman 195
3. Microscopía electrónica de barrido con espectroscopía
por dispersión de energía de rX (meb-eds) 196
4. Difracción de rayos-X (drx) 199
5. Espectroscopía infrarroja (ftir) 201
Bibliografía 202

Capítulo v
Antiguas esencias aromáticas y cosméticos funerarios
del barrio multiétnico de Teopancazco 211

El proyecto “Cosmético y perfume en la antigua Mesoamérica”:


su aplicación en los entierros 105-108, 115, 116, 67 y 51 de Teopancazco 211
Técnicas analíticas empleadas en el examen arqueométrico de las muestras212
Microscopía óptica (lm) 213
Microscopía electrónica de barrido/microanálisis de rayos X (sem/edx) 213
Microscopía de transmisión electrónica (tem) 214
Espectroscopía infrarroja por transformada de Fourier (ftir) 214
Voltamperometría de micropartículas (vmp) 214

555
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

Pirólisis-cromatografía de gases/espectrometría de masas (Pyr-GC/MS) 215


El entierro 105-108 de Teopancazco 215
Descripción de las muestras halladas en las cerámicas miniatura 215
Resultados y discusión  217
Cosméticos  218
El aroma ritual del enterramiento 105-108 225
Cosméticos y aromas en otros entierros de Teopancazco 226
La pintura corporal y el arte teotihuacano  226
Conclusiones 228
Bibliografía 229

Capítulo vi
Aplicación de difracción de rayos X (xrd), rayos X y luminiscencia
inducida por protones (pixe e iol) para la caracterización
de la pizarra de Teotihuacan 233

Introducción 233
Los artefactos de pizarra en Teotihuacan. 235
Definición, clasificación y distribución espacial dentro de la ciudad235
Tipología y frecuencia de los artefactos 236
Caracterización del material239
Difracción de rayos X (drx) 240
Espectroscopía de emisión de rayos X inducida por partículas (pixe) 242
Ionoluminiscencia (iol) 245
Discusión 248
Agradecimientos 251
Bibliografía


Capítulo vii
La lapidaria de Teopancazco: composición y manufactura  257

Introducción 257
Planteamiento del problema 258
Materiales analizados 259
Metodología263
a) Estudios tecnológicos 263
b) Análisis de composición elemental  266
Resultados266
a) Estudios tecnológicos 266
b) Análisis de composición elemental  274
Conclusiones 276
Agradecimientos 278
Bibliografía278

556
índice general

Capítulo viii
Análisis con meb de las huellas de manufactura de los objetos
de concha de Teopancazco 285

Introducción 285
Los objetos de concha de Teopancazco 287
Análisis de huellas de manufactura288
Huellas de desgaste en superficies y bordes 290
Huellas de pulido con nódulos de pedernal 293
Huellas de corte con instrumentos de obsidiana 295
Huellas de incisión con instrumentos de obsidiana 295
Huellas de perforación 295
Discusión de resultados 297
Bibliografía 309

Tercera parte
La arqueometría sobre restos óseos faunísticos y humanos
Capítulo ix
Análisis tecnológico de la industria del hueso trabajado
en Teopancazco, Teotihuacan 311

Introducción 311
Material y método 312
Objetivo 313
Identificación 313
Análisis tipológico313
a) Uso utilitario 313
b) Uso ornamental 314
c) Uso votivo 314
Análisis tecnológico 316
Discusión de resultados 320
Agradecimientos 321
Bibliografía 322

Capítulo x
Elementos traza aplicados al análisis de la paleodieta en Teopancazco 325

Introducción 325
Estudios de alimentación en poblaciones antiguas.
Historia y problemática 326
Estudios en Mesoamérica 330
Análisis en Teopancazco 332
Conclusiones 340
Bibliografía 341

557
estudios arqueométricos del centro de barrio de teopancazco

Capítulo xI
Estudio de la paleodieta empleando isótopos estables de los elementos
carbono, oxígeno y nitrógeno en restos humanos y fauna encontrados
en el barrio teotihuacano de Teopancazco, Teotihuacan 347

Resumen 347
1. Antecedentes 348
2. Introducción 351
2.1. Incorporación de los isótopos estables en el hueso 352
2.2. Espectrometría de masas de isótopos estables.
Unidades de reporte internacional 355
2.3. Descripción de los diferentes tipos de origen fotosintético
de las plantas 358
2.4. La composición isotópica de 13C y 15N en huesos
y dientes en relación con la dieta 362
2.5. Composición isotópica del carbono en el colágeno 363
2.6. Composición isotópica de carbono
en los carbonatos del esmalte de los dientes 364
2.7. Composición isotópica del nitrógeno en el colágeno 364
2.8. Preservación de la señal isotópica
de carbono y nitrógeno en huesos y dientes 366
2.9. Las influencias ambientales sobre el transporte de la huella
de los isótopos a través de las cadenas alimenticias 367
2.10. Correlación entre la δ13C en carbonatos contra
la δ13C en carbono orgánico del colágeno 368
2.11. Modelo para la reconstrucción de dietas prehistóricas mediante el
empleo de isótopos de carbono en colágeno y carbonatos de la bioapatita  377
Desarrollo del método378
Animales en cautiverio alimentados con dietas conocidas 378
Fauna silvestre libre no domesticada
y a la que no se proveen agua o alimentos 378
Poblaciones humanas arqueológicas  379
El nuevo modelo para la interpretación de la correlación
entre δ13colágeno y δ13Capatita  380
Humanos arqueológicos. Sitios en donde la dieta esperada proviene
de proteínas C4 con energía C4 383
2.12. Composición isotópica de oxígeno en fosfatos y carbonatos 385
3. Aplicación de las técnicas isotópicas al estudio de huesos y dientes en T. 385
4. Discusión de resultados del oxígeno en Teopancazco 390
Agradecimientos 404
Apéndice A. Métodos analíticos405
A.1. Separación de esmalte y dentina de dientes 405
A.2. Preparación del esmalte de dientes para análisis isotópico 405
A.3. Análisis isotópico de δ13C y de δ18O de CaCO3
proveniente del esmalte de los dientes 406

558
índice general

A.4. Extracción de colágeno de dentina y hueso 406


A.5. Preparación de plantas y animales actuales 407
A.6. Determinación de δ13CVPDB y δ15NAIR en colágeno y material orgánico 407
A.7. Determinación de δ18OVSMOW y δ2H VSMOW en agua de lluvia 408

Capítulo xii
Isótopos de estroncio aplicados a estudios de migración humana
en el centro de barrio de Teopancazco, Teotihuacan 425

Resumen 425
1. Introducción 426
2. Procedimientos analíticos427
2.1. Contaminación secundaria de Sr en el esqueleto humano 427
2.2. Protocolo de tratamiento de muestras 428
2.3. Separación de Sr por columnas de intercambio iónico 430
2.4. Análisis de suelos y plantas 431
3. Análisis de 87Sr/86Sr en Teopancazco432
3.1. Importancia del lixiviado del esmalte, resultados 432
3.2. Suelos de Teotihuacan 435
3.3. Homogeneidad de la relación 87Sr/86Sr
en diferentes tipos de huesos 435
4. Migración en Teopancazco 436
5. Conclusiones 440
Agradecimientos 440
Bibliografía 445

Capítulo xiii
Caracterización de la población multiétnica de Teopancazco
por isótopos estables, isótopos de estroncio y elementos traza 449

Introducción 449
Población multiétnica de Teopancazco: 116 entierros 455
A) Perfil demográfico 455
B) Patrones funerarios 456
Agradecimientos 463
Bibliografía 464

Anexo 1
Banco de datos del sitio Teopancazco.
Proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno”, 1997-2005 467
Introducción 467
I. Topografía 470
II. Excavación extensiva 471

559
Mtro. Manuel Aguilar Franco
Instituto de Física, unam.

Mtro. Emiliano Ricardo Melgar Tísoc


Museo del Templo Mayor, inah.

Mtra. Reyna Beatriz Solís Ciriaco


Posgrado de Antropología, unam.

Dr. Adrián Velázquez Castro


Museo del Templo Mayor, inah.

Biól. Norma Valentín Maldonado


Laboratorios de Apoyo a la Investigación, inah.

Biól. Belem Zúñiga Arellano


Estudios arqueométricos del centro de barrio
de Teopancazco en Teotihuacan Museo del Templo Mayor, inah.
se terminó de imprimir en octubre de 2012 Mtro. Gilberto Pérez Roldán
en Edamsa Impresiones, S. A. de C. V. Laboratorio de Materiales Arqueológicos,
Av. Hidalgo 111, col. Fraccionamiento Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
San Nicolás Tolentino; 09850 México, D. F.
Arqlga. Gabriela Inés Mejía Appel
Dirección de Salvamento Arqueológico, inah.
Diseño de forros: Paola Álvarez Baldit.
Cuidado editorial: Victoria Schussheim Basewicz,Mtro. Pedro Morales Puente
Linda R. Manzanilla Naim Laboratorio de Isótopos Estables,
Instituto de Geología, unam.
y  Javier Ledesma Grañén.
Diseño y composición tipográfica: Mtra. Edith Cienfuegos Alvarado

ortotipia
servicios editoriales
Laboratorio de Isótopos Estables,
Instituto de Geología, unam.

Q. F. B. Francisco Javier Otero Trujano


Laboratorio de Isótopos Estables,
Instituto de Geología, unam.

Dr. Peter Schaaf


Laboratorio Universitario de Geoquímica
Isotópica (lugis), Instituto de Geofísica, unam.

Mtra. Gabriela Solís


Laboratorio Universitario de Geoquímica
Isotópica (lugis), Instituto de Geofísica, unam.

Mtro. Teodoro Hernández


Laboratorio Universitario de Geoquímica
Isotópica (lugis), Instituto de Geofísica, unam.

Mtro. Becket Lailson


Laboratorio de Materiales Arqueológicos,
Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Dr. Peter Horn


Bayerische Staatssammlung für Paläontologie
und Geologie, München.

Mtro. Gerardo Jiménez


Instituto de Investigaciones
Antropológicas, unam.
E
l proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno. Excavaciones en Xalla y Teopancaz-
co”, dirigido por Linda R. Manzanilla, tuvo como objetivos el conocimiento
de las actividades y forma de vida de las elites de Teotihuacan, tanto aquellas
que estaban a la cabeza del Estado teotihuacano como las de nivel intermedio,
que regían y administraban los centros de barrio. Este libro está dedicado a estas últimas.
Durante trece temporadas de campo en Teopancazco (1997-2005) se expusieron di-
versos sectores funcionales de este centro de barrio, que, además, pertenecieron a los
diversos momentos de la cultura teotihuacana, desde 150 hasta 650 d.C. Sirve este sitio
como un ejemplo claro de articulación multiétnica, con fuertes vínculos con el océano (la
costa del Golfo) y con los diversos sitios dispuestos en el corredor hacia Veracruz.
Dado el carácter multiétnico, corporativo y excepcional de la ciudad de Teotihuacan,
amén de no contar con textos que nos hablen de cómo funcionaba la gran ciudad, se ha
adoptado desde el comienzo una perspectiva interdisciplinaria de investigación para fun-
damentar científicamente el análisis de las actividades desarrolladas en el centro de barrio
de Teopancazco, su desarrollo en espacio y tiempo, así como la procedencia foránea de
individuos, fauna, materias primas y productos; es decir, se ha buscado reconstruir y darle
vida a una unidad social multiétnica de la gran urbe. La arqueometría, en sus distintas
ramas, ha permitido esta labor.

Linda Rosa Manzanilla Naim


Es arqueóloga por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, maestra en ciencias antropológicas por la
unam (convenio enah-unam) e hizo el doctorado de tercer ciclo en egiptología en la Universidad de París IV
(Sorbonne). Desde 1983 es investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la unam y, desde
1975, profesora de asignatura de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Es miembro extranjero de la
National Academy of Sciences de Estados Unidos (2003), de El Colegio Nacional (2007), y doctora honoris
causa por la unam (2010). Recibió el premio de la Academia de la Investigación Científica (1990), el Premio
Alfonso Caso del inah (1993), el Presidential Award de la Society for American Archaeology (1999), el Pre-
mio unam en Investigación en Ciencias Sociales (2003) y la distinción “La Mujer del Año” (2003).
Es autora y/o editora de 20 libros y 152 artículos y capítulos sobre temas relacionados con las sociedades
urbanas tempranas en Mesoamérica, Mesopotamia, Egipto y la región andina, en particular sobre la vida do-
méstica, tema que ha abordado con una perspectiva interdisciplinaria. Desde hace más de 25 años estudia en
particular la gran metrópolis de Teotihuacan. Algunos de sus libros son: La constitución de la sociedad urbana
en Mesopotamia. Un proceso en la Historia; Akapana. Una pirámide en el centro del mundo; La arqueología. Una
visión científica del pasado del hombre (con L. Barba), y El inframundo de Teotihuacan. Ocupaciones post-teotihua-
canas en los túneles al este de la Pirámide del Sol. El ambiente y el hombre. Arqueofauna (vol. ii).
Como editora ha publicado Anatomía de un conjunto residencial teotihuacano en Oztoyahualco; Emergence
and Change in Early Urban Societies; Reacomodos demográficos del Clásico al Posclásico en el centro de Méxi-
co; Historia antigua de México (coord. con L. López Luján); Prácticas funerarias en la Ciudad de los Dioses.
Los enterramientos humanos de la antigua Teotihuacan (ed. con C. Serrano); Cultural Evolution. Contemporary
Viewpoints (ed. con G. M. Feinman); Domestic Life in Prehispanic Capitals. A Study of Specialization, Hierarchy
and Ethnicity (ed. con C. Chapdelaine) y La producción artesanal y especializada en Mesoamérica. Áreas de acti-
vidad y procesos productivos (ed. con K. Hirth).

Coordinación de la Investigación Científica


Coordinación de Humanidades de la
Universidad Nacional Autónoma de México
9 786070 236051

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