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DEVOCIONES AL

CORAZON DE
Quince Minutc!>s

EN COMPAÑIA DE

JESUS SACRAMENTADO

ESTACION AL

SANTlSlMO SACRAMENTO

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS

-ECLESIASTICAS-
Quince Minutos
EN COMPANIA DE
Jesús Sacramentado

No es preciso, hijo mí.o, saber


mucho para agradarme mucho;
basta que me ames con fervor.
Háblame, pues aquí sencilla-
mente, como hablarías al más
íntimo de tus amigos, como ha-
blarías a tu madre, a tu hermano.
¿Necesitas hacerme en favor
de alguien una súplica cual-
quiera?
Dime su nombre bien sea
el de · tus padres, bien' el de
tus hermanos o amigos; dime
en seguida qué quisieras que
-3-
hiciese actualmente por ellos.
Pide mucho, mucho; no vaciles
en pedir; me gustan los cora-
zones generosos que llegan a
olvidarse en cierto modo, de sí
mismos, para atender a los ne-
cesidades aienas. Háblame,
pues con sencillez, con llaneza,
de los pobres a quienes qui-
sieras consolar, de los enfermos
a quienes ves padecer; de los
extraviados que anhelas volver
al buen camino; de los amigos
ausentes que quisieras ver a tu
lado. Dime por todos una pa-
labra siquiera, . pero palabra de
amigo; palabra entrañable y
fervorosa. Recuérdame que he
-4-
prometido escuchar toda súplica
que salga del corazón; ¿y no
ha de salir del corazón el rue-
go que me diriias por aque-
llos a quienes tu corazón más
especialmente ama? .
¿Y para tí no necesitas al-
guna gracia?
Hazme, si quieres, una como
lista de tus necesidades, y ven,
léela en mi presencia.
Dime francamente que sien-
tes soberbia, amor a la .sensua-
lidad yal regalo que eres tal
vez egoístas, inconstante, ne-
gligente... ; y pídeme luego que
venga en ayuda de los esfuer-
-5-
zos, pocos o muchos, que haces
para librarte de tales miserias.
No te averguences, ¡pobre
alma! ¡Hay en el cielo tantos
iustos, tantos Santos ·d e primer
orden, que tuvieron esos mis-
mos defectos! Pero roga ron con
humildad, y poco a poco se
vieron libres de ellos.
Ni menos vaciles en pedir-
me bienes espi ritua les y cor-
porales: salud, memoria, feliz
éxito en tus trabaios, nego-
cios o estudios: todo eso pue-
do dar, y lo doy, y deseo que
me lo ' pidas en cuanto no se
oponga, antes bien ayude, a
-6-
tu sanfificación. Hoy por hoy
¿que necesitas? ¿qué puedo ha-
cer . por tu bien? ¡Si supieras
los deseos que tengo de favo-
recerte!
¿Traes ahora mismo entre
manos algún proyecto?
Cuéntamelo todo minuciosa-
mente. ¿Qué te preocupa? ¿qué
piensas? ¿qué deseas? ¿Qué
quieres que haga por tus pa-
d res¡ por tus hermanos, por tus
hi¡os, por tus amigos, por tus
superiores? ¿qué desearías ha-
cer por ellos?
¿Y por mí? ¿No sientes de-
seos de mi gloria? ¿No quisie-
ras poder hacer algún bien a
-7-
tus pr6iimos, a los amigos, a
quienes tú amas mucho, y que
viven quizás olvidados de mí?
Dime qué cosa llama hoy
particularmente tu atención, qué
anhelas más vivamente, y con
qué medios cuentas para conse-
guirlo. Dime si te sale mal tu
empresa, y yo . te diré las cau-
sas del mal éxito. ¿No quisie-
ras interesarme algo en tu fa-
vor? Hiio mío, soy dueño de los
corazones, y suavemente los
llevo, sin periuicio de su liber-
tad, a donde me place.
¿Sientes acaso tristeza o
mal humor?
-8-
Cuéntame, cuéntame, alma
desconsolada, tus tristezas con
todos sus pormenores. ¿Quién
te hirió? ¿quién lastimó tu amor
propio? ¿quién le ha menos-
preciado? Acércate a mi Cora-
zón, que tiene bálsamo eficaz
para curar todas esas heridas
del tuyo. Dame cuenta de to-
do, y acabarás en breve por
decirme que, a semeianza de
. mí, todo lo perdonas, todo lo
olvidas, y en pago recibirás mi
consoladora bendición.
¿Temes por ven tu ro? ¿Sien-
tes en tu alma aquellas vagas
melancolías, que no por ser in-
-9-
iustificadas dejan de ser desga-
rradoras? Echate en brazos de
mi amorosa providencia. Con-
tigo estoy; aquí, a tu lado me
tienes, todo lo veo, todo lo
oigo, ni un momento te desam-
paro.
¿Sientes desvío de pa rte de
personas que antes te quisieron
bien, y ahora olvidadizas, se
alejan de tí, sin que les hayas
dado el menor motivo? Ruega
por ellas, y yo las volveré a tu
trato, si no han de ser obstá-
culo a tu santificación.
¿No tienes tal vez alegría
alguna que comunicarme?
-10-
¿Por qué no me haces par-
ticipante de ella a fuer de buen
amigo?
Cuéntame lo que desde ayer,
desde la última visita que me
hiciste, ha consolado y alegra-
do tu corazón. Qu izás . has te-
nido agradables sorpresas; qui-
zá has visto disipados negros
recelos; quizá has recibido faus-
tas noticias, una carta, una
muestra de cariño; has vencido
alguna dificultad, ·o salido de
algún lance apurado. Obra
mía es todo eso, y yo te lo
he procurado. ¿por qué no haz
de manifestarme por ello tu
-11-
gratitud y decirme sencillamen-
te, como un hiio a su padre:
"Gracias, Padre mío, gracias"?
El agradecimiento trae consigo
nuevos beneficios, porque al
bienhechor le gusta verse co-
rrespondido .
¿Tampoco tienes promesa
alguna que hacerme?
leo, ya lo sabes en el fon-
do de tu corazón. A los hom-
bres se les engaña fácilmente,
a Dios no; háblame, pues con
toda sinceridad. ¿Tienes firme
resolución de no exponerte ya
más en aquella ocasión de
pecado? ¿de privarte de aquel
-12-
ob¡eto que te dañó? ¿de no .
leer más aquel libro que exal-
tó tu imaginación? ¿de no tra-
tar más aquella persona que
turbó la paz de tu alma?
¿Volverás a ser dulce, ama-
ble y condescendiente con aque-
lla otra; a quien por haberte
faltado, has mirado hasta hoy
como enemiga?
Ahora bien, hijo mío, vuel-
ve a tus ocupaciones habitua-
les, a tu taller, a tu familia,
a tu estudio; pero no olvides
los quince minutos de grata
conversación que hemos tenido
aquí los dos en la soledad
-13-
del santuario. Guarda en lo
posible, silencio, modestia, re-
cogimiento resignación, caridad
con el pr6iimo Ama y honra
a mi Madre, que también lo
es tuya. Vuelve otra vez maña-
na con el coraz6n más a moro-
so, más entregado a mí. En el
mío hallarás cada día nuevo
amor, nuevos beneficios, nue-
vos consuelos. Aquí te espero.

-14-
ESTACION AL
SANTISIMO SACRAMENTO

1
Soberano Señor sacramentado.
Aquí está un pecador arrepen-
tido.
De haber tus mandamientos
quebrantado
y tus leyes divinas infrigido¡
Aquí me tienes a tus pies pos-
trado.
Porque me pesa de que te he
ofendido:
Pequé, Señor, he caído en tu
desgracia.
Imploro tu perdón dame tu
graCIa.
-1'5-
Padre nuestro, Ave María y Gloria. Santísimo
Sacramento, seas bendito y alabado y eterna-
mente adorado loh soberano portento!

2
De tu misericordia Dios piadoso.
Perdón espera mi · alma arre-
pentida.
Pues sé que eres afable y bon-
dadoso.
y te gozas en verla convertida;
A tí, Dios compasivo y gene-
roso.
Te prometo la enmienda de mi
vida.
y me pesa del tiempo que he
pasado.
Ofendiéndote, ¡Oh Dios sacra-
mentado!
-16-
Padre nuestro, Ave María y Gloria. Santísimo
Sacramentó" seos'~bendito y' alabadb yéten'ló.
mente adorado ¡oh soberano portento!

3
Misericordia, ' ¡oh ,Dios omnipo-
tente!
Imploro ,humilde, apiádate de
mí.
y repito otra vez ingenuamen-
te:
Me pesa, oh · Dios de cuanto
te ofendí;
A tus sagrados . pies sincera-
mente.
Cumplirte ofrezco lo que pro-
metí;
Ya vesque está mi corazón
contrito:
' -17-,
Afírmame en tu amor, Dios in-
finito.
Padre nuestro, Ave María y G1oria. Santísimo
Sacramento, seas bendito y alabado y eterna-
mente adorado ¡oh soberano portento!
4
En tí, mi Dios, está mi pensa-
miento,
y absorta contemplándote mi
alma;
Ilumina, Señor mi entendimien- .
to;
A mis pasiones dales dulce
calma.
De ·cuanto te ofendí, ya me
arrepiento,
y me presento con olivo y pal-
ma;
-18-
Símbolo son de pura fe y con-
cordia;
Misericordia, ¡oh Dios!, miseri-
cordia.
Padre nuestro, Ave María y Gloria. Santísimo
Sacramento, seas bendito y alabado y eterna -
mente adorado ¡oh soberano portento!

5
Siento un iúbilo suave, un gran
contento,
Postrado ante ese altar, consi-
derando
Que estás, Señor, en ese Sa-
cramento,
Que es a mi Dios a quien es-
toy hablando:
¡Qué grande Maiestad! ' ¡qué
9 ra n portento!
-19-
¡Oh, qué amable verdad estoy
gustando!
Sacramento divino yo te ado-
ro;
Te venero con fe, tu gracia im-
ploro. . .
Padre nuestro, Ave María y Gloria. Santísimo
Sacramento, seas bendito y alabado y eterna-
mente a~orado ¡oh soberano portento!

6
No es posible que exista en
este suelo
Qu ienmerezca cariño puro y
fino,
Como el que te consagro, oh
Dios del cielo:
Tú sólderes mi amor, Jesús di-
.
VinO.

-20-
Tú eres mi Redentor, tu mi con-
suelo
Todo cuanto en Tí veo , es pe-
regrino;
Se enaiena mi alma al contem-
plarte,
y siento gran placer al vene-
rarte
Padre nuestro, Ave María y Gloria. Santísimo
Sacramento, seas bendito y alabado y eterna-
mente adorado ¡oh soberano portento!
7
Para pagarte, Señor mío, en
algo,
Lo mucho que pecando te he
ofendido,
Es nada lo que puedo y lo que
valgo;
-21-
Mas te diré que estoy arre-
pentido.
Que ya del mal vivir con brío
salgo,
Por tu gracia, oh mi Dios, for-
talecido,
Para ayunar, orar y en peniten-
cia,
Prestar siempre a tus leyes obe-
diencia.
Podre nuestro, Ave Moría y Glorio. Santísimo
Sacramento, seos bendito y alabado y eterna-
mente adorado ¡oh soberano portento!

8
OFRECIMIENTO DE LA
ESTACION

En memoria, Señor de tu pa-


.,
slon,
-22-
De tu muerte en la cruz, de tu
agonía,
Porque tanto se aflige el alma
mía,
Yo te ofrezco, Señor, esta esta-
ción.
¡Ojalá que me guíe a salva-
ciónf
Pues todos mis sentidos a por-
fía,
Con respeto, contento y ale-
,
grla,
Se enajenan en tu contempla-
ción.
De un pecador contrito y humi-
llado,
Dígnate recibir aquesta ofren-
da·,
-23-
Concédeme tu grada, Dios ama-
do,
y tu misericordia a mí des-
cienda,
Pues te adoro, Señor, con fe
sincera,
y con fervor mi alma te vene-
ra.
Viva Jesús Sacramentado.
Viva y de todos sea muy ama-
do.

-24-
ACTO DE CONSAGRACION y
DESAGRAVIO AL SAGRADO
CORAZON DE JESUS

¡Oh Corazón de Jesús! Quie-


ro consagrarme a tí con todo
el fervor de mi espíritu. Sobre
el ara del altar en que te in-
molas por mi amor, deposito
todo mi ser: mi cuerpo, que
respetaré como templo en que
tú habitas; mi . alma, que culti-
varé como ¡ardín en que te re-
creas; mis sentidos, que guar-
daré como puerta de tentación;
mis potencias, que abriré a las
inspiraciones de tu gracia; mis
pen"samientos; que apartaré de
las ilusiones del mundo; mis
-25-
deseos, que pondré en la feli-
cidad del Paraíso; mis virtudes,
que florecerán a la sombra de
tu protección; m i s pasiones,
que se someterán al freno de
tus mandamientos y el dolor
de mis pecados, que detestaré
mientras haya odios en mi pe-
cho, y que lloraré sin cesar
mientras haya lágrimas en mis
oios. Mi corazón quiere desde
hoy ser para siempre todo tu-
yo, así como tú, ¡oh Corazón
divino!, has querido ser siempre
todo mío. Tuyo todo, tuyo siem-
pre. no más cul pos, no más
tibieza. Te serviré por los que
-26-
te ofenden; pensaré en tí por
los que .de tí se olvidan;
te a m aré por los que
te odian; y rogaré, y gemiré,
y me sacrificaré por los que
blasfeman de Ti sin conocerte.
Tú, que penetras los corazones,
y sabes la sinceridad de mis
deseos, comunícdme aquella
gracia que ·· hace al débil om-
nipotente; dame el triunfo del
valor en las batallas de la tie-
rra, y cíñeme el olivo de la paz
en las mansiones de la gloria.
Amén

-27-
NOVENA
PRIMER DIA
Por la señal de la Santa Cruz...
Señor mío Jesucristo ...
ACTO DE CONTRICION
Dulcísimo Jesús mío, Dios y
Hombre verdadero, en quien
creo y espero y a quien amo
más que Q todas las cosas. Por
ser vos quien sóis, bondad in-
finita, pésame, Jesús mío, de
haber pecado; no más, pecar.
Señor¡ habed piedad y miseri-
cordia de mi.
-28-
ORACION

¡Oh, dulcísimo Jesús mío!


Por .fas ardientes llamas que
inflama vuestro amabilísimo
Corazón, os pido que encendáis
en el mío aquel santo y dichoso
fuego que vinistéis a encender en
la tierra. Dicipad y destruid los
afectos que le impiden consa-
grarse enteramente a Vos. Si
hasta aquí os he menosprecia-
do, ya sólo quiero vivir para
amaros. Vos sois la hermosura
infinita; en Vos están todas las
perfecciones¡ sois infinitamente
amable. Os amo, Jesús mío, de

-29-
todo corazón, y sólo a Vos quie-
ro amar. No desechéis mi amor.
Haced brillar vuestra gloria
manifestando a los Santos y
Angeles un corazón, que hasta
ahora os había sido ingrato,
inflamado ya en vuestro dulcí-
simo amor en esta vida, y de-
seoso de amaros, bendeciros y
adoraros con vuestra divina
Madre en la patria celestial
por todos los siglos.
Amén.
Después de la oración se
reza tres veces la siguiente as-
piración, y cada vez el Padre
nuestro:
-30--
v..Divino Corazón de Jesús,
sea tal mi feliz suerte.

R. Que os ame más y más


hasta la muerte Padrenuestro.

Aquí pedirá cada uno el


favor que desee conseguir en
esta novena.

PETICION PARA TODOS lOS


OlAS
Os rogamos, Señor, por el
triunfo ' de la Santa Iglesia, por
los Prelados de ella, por la exal-
tación de la fe católica, extirpa-
ción de las here¡ías, paz y concor-
-31-
dia entre los Príncipes crrstianos,
conversión de los infieles, hereies
y demás pecadores, por las ben-
ditas almas del Purgatorio y
demás piadosos fines de nues-
tra Santa Madre Iglesia.
V.-Venid. Dios mío, en mi
auxilio.
R.-Apresuraos, Señor a so-
correrme.
V.-Glorio al Padre y al Hi-
jo y al Espíritu Santo.
R.-Ahora y siempre y como
desde el principio y por todos
I,os sigros' de los siglos. Amén.
Bendito y alabado sea el Sa-
grado Corazón de Jesús
-32-
ORACION
PARA TODOS LOS OlAS
¡Padre Eterno, Dios Altísimo!
Desde vuestro exce,lso trono
de maiestad y de misericordia,
dignaos echar una tierna mi-
rada a la sacrosa nta vícti ma que
os ofrece vuestro Santísimo Hi-
¡o. Pontífice y Señor nuestro,
Jesucristo, por los .pecados de
nosotros, sus hermanos a fin
de aplacar vuestro iusto enoio,
provocar por el exceso de nues-
tra molida, y de borrar la mu-
chedumbre de nuestras iniqui-
dades. La voz de la sangre de
nuestro hermano Jesús, derra-
-33-
mada por nosotros, clama a
Vos desde el santuario de su
Corazón, inmolado por nuestro
amor. Oid, Señor, s~s clamores,
aplacad vuestro iusto enoio, to-
cad vuestra s~vera iusticia en
dulce .y tierna . compasión de
nosotros. Ya que invocamos
vuestro santo nombre por me-
diación del Sagrado Corazón de
Jesús, .o torgadnos la gracia que
os pedimos y derramad sobre
nosotros y sobre vuestro pueblo
los tesoros de vuest~a infinita
misericordia. Amén.
ORACION
¡Oh, Jesús, .Señor nuestro!
-34-
que por un nuevo beneficio de
vuestra gracia · os habéis dig-
nado manifestar a vuestra Igle-
sia las inefables riquezas de
vuestro Corazón! Haced que,
agradecidos; paguemos a este
Sacratísimo Corazón amor por
amor, y reparemos con dignos
obsequios los ultrajes que reci-
be de los hom bres ing ratos.
Amén.

SEGUNDO OlA

Dulcísimo Jesús mío, etc.


(Pág. 29).
¡Oh, Corazón adorable . de
mi Jesús, enamorado de los
-35-
hombres, · formado expresamen-
te pard amarlos! Perdonadme,
Sacratísimo ICorazón, la graví-
sima ofensa de no haberos
amado siempre. Sé que por tan
culpable indiferencia merecía el
castigo de no poder amaros
nunca. Pero, ¡oh, dulce Reden-
tor mío!, dadme cualquier otro
castigo antes de negarme la
gracia de que os ame envián-
dome todas las cosas que fueren
de vuestro soberano agrado. Y
pues no queréis mi perdición,
sino que os ame, tampoco quie-
ro sino amores, en justa corres-
pondencia de vuestro i nfi nito
cariño. Corazón inflamado de
-· 36-
Jesús, haced que inflame el mío
una centella de vuestro divino
fuego. Antes la muerte, Señor,
que volver a seros ingrato des-
pués que me habéis concendido
tantas gracias y favores. Por la
sangre que por mi derramásteis,
y por la intercesión · de María,
Madre del amor, espero que
encadenaréis y uniréis mi co-
razón con el vuestro en este
vaUe de lágrImas, de modo
que persevere en esta dichosa
unión por eternidad de eterni-
dades en la patria celestial.
Amén.
Lo restante como el primer día
(pág. 29).
-37-
TERCER OlA
Dulcísimo Jesús mío etc. (Pág. 29).

ORACION
Oh, amaotísimo Corazón de
mi Jesús! Vos me mandáis que
,.
os ame, ,y me amenazals con
el Infierno si no os amo. Co-
nozco, amado Salvador mío,
que por mis pecados merezco
quedar abandonado de vue~
tra divina gracia y condenado
a no poder ya amaros. Vos
prosegllís en vuestro empeño
de que os ame, y me siento
vivamente inclinado a corres-
ponder ; 'a vuestra generosidad.
-38-
Este santo deseo viene de vues-
tra divina gracia. Vos me lo
inspiráis, dadme fuerza para
cumplirlo. Vos pedís mi amor,
yo deseo el vuestro. Olvidad,
Jesús mío, los sinsabores que
os he causado. No me dejéis
nunca, y no permitáis que yo
os . deje. En vuestros méritos
pongo toda mi confia nza. Ha-
ced que os ame siempre y que
os ame dignamente este mi-
serable pecador, que tan indig-
namente y tan reiteradas veces
os ha ofendido. Inmaculada
Virgen María, asistidme con
vuestro soberano auxilio para
que ya en esta vida pueda
-39-
decirlo de lo íntimo de mi co-
razón a vuestro Hiio: llAmaos,
Señor, más que a todas las
cosa Sil, para . repetirlo después
en vuestra compañía por eter-
nidad de eternidades. Amén.
Lo restante como el primer día.

CUARTO OlA

Dulcísimo Jesús mío, etc.

ORACION
Dulcísimo Jesús, crucificado
por amor mío: aquí tenéis pos-
trado a vuestras plantas el que
tantas veces ha renovado los
dolores de vuestro Sacratísimo
-40-
Corazón. Inflamado el mío, por
vuestra infinita misericordia en
vuestro santo amor, siente tan
vivo pesar de los disgustos que
os he causado, que quisiera
mori r de dolor. Concédeme la
gracia de aborrecer el pecado
como Vos le aborrecéis. Inspi-
radme tal horror a la culpa,
que me haga detestar hasta
las más ligeras faltas, conside-
rando cuanto desagradan a
vuestro Corazón, que, leios de
merecer el más mínimo disgus-
to, se le debe el amor más en-
trañable. Detesto desde aho-
ra todo lo que pueda disgus-
tarnos. Vos sólo, y lo que Vos
-41-
amáis, serán en adelante todo
el ob¡eto de mi amor. Asistid-
me, fortaleced me ,otorgadme la
gracia de invoca ros siempre,
dulcísimo Jesús mío, repitiendo
incesantemente: "Dadme vuestro
Corazón, dadme vuestro ama-
bilísimo Corazón"
y Vos, Madre del Amor, in-
flamable -en el Corazón de vues-
tro Hi¡o acá en la tierra, para
que pueda adorarle en vuestra
compañía por toda la eterni-
dad en la Gloria. Amén.

Lo restante como el primer día.

-42-
QUINTO OlA
Dulcísimo Jesús mío, etc.

ORACION
Compadeceos de mi, piado-
so Corazón de Jesús, y olvidad
mi ingratitud. Vuestra inago-
table piedad me ha iluminado,
me ha ofrecido el perdón, me
ha hecho detestar mis iniqui-
dades y deseQr vuestro amor.
Por esa vuestra tierna piedad
confío en que estoy en vuestra 1

divina gracia. Proseguid, Jesús


mío dulcísimo, dispensándome
vuestra protección. Dadme las
luces y auxilios necesarios para
-43-
no volver a ser ingrato a la
tern u ra de vuestro piadoso Co-
razón. No tend ría derecho a
vuestro perdón si de nuevo os
volviese las espaldas. Sería te-
meraria presunción abusar de
vuestra misericordia para ofen-
deros de nuevo, confiado en
que volveréis a perdonarme.
Qué piedad merecería si, des-
preciando vuestra amistad, me
aleiase de Vos? Os amo y quie-
ro amaros siempre. Esta firme
volutad es la misericordia que
de Vos espero.
Sed mi intercesora. Virgen
purísima; no permitáis que me
-44-
separe de vuestro Hijo acá en
la tierra, para que pueda abra-
zarlo por una ete·r nidad en el
cielo. Amén .

. SEXTO OlA
Dulcísimo Jesús mío, etc.

ORACION

Amantísimo Jesús mío: Vos


no habéis tenido el menor re-
paro en darme vuestra sangre
y vuestra vida, y yo le he te-
nido en daros mi pobre y mez-
quino corazón. ¡Oh Redentor
mío! Nada puedo por mi mis-
mo, nada tengo que poder da-
-45-
ros, sino este pobre corazón. Esto
os lo doy y os lo consagro, y con
él puedo y quiero amaros ense-
ñadme el modo de vivir olvidado
de mi :mismo, y de hacer lo
que debo para obtener vues-
tro ¡santo amor, que me hacéis
desear por un efecto de vues-
tra infinita bondad. En vuestras
manos está, generosísimo Co-
razón de Jesus, hacer entera-
mente · vuestro el mío, hasta
ahora tan ingrato, y privado
por su culpa de ló dic:ha de
amaros con fervor. Inflamadlo
con las ,a rdientes llamas del
vuestro. Haced que mi volun-
tad se conforme en un todo con
-46-
la vuestra, de modo que ésta
sea la única regla de todas mis
acciones, pensamientos y de-
seos. Confío, dulce Jesús mío,
que no me negaréis la gracia
para cumplir este propósito, de
conformarme con la más com-
pleta abnegación a lo que de
mi dispuciéreis. Y Vos Virgen
sin mancilla, que no visteis
otra voluntad que la de Jesús, ha-
cer que nada desee en este
mundo, sino lo que quiera vues-
tro Hijo, para poder cumplir
después con Vos tu voluntad
en el cielo por todos los siglos
de los siglos. Amén.
lo restante como el primer día.
-47-
SEPTIMO DIA
Dulcísimo Jesús mío, etc. (pág. 29)
ORACION
¡Oh, Salvador mío. A vues-
tros pies tenéis un ingrato. No
lo he sido pa ra con los hom-
bres, y lo he sido pa ra con
Vos, mi Señor y bien hechor.
Ninguno de vuestros infinitos
beneficios ha bastado pa ra
contenerme. Pero me consuela
y me da ánimo el saber que
trato con un Corazón lleno de
bondad y misericordia, que tie-
ne ofrecido olvidarse de las
ingratitudes pasadas en el mo-
-48-
mento en que -e l pecador se
a rrepiente de veras. De todas
ellas estoy íntimamente- arre-
pentido, dulcísimo Jesús, mío.
Si hasta aquí os he ofendido
y despreciado, os amo ya más
que a todas ; las cosas y más
que a mi mismo. Manifestad-
me lo que queréis _de mi -que
pronto estoy, a emprenderlo,
con los auxilios de vuestra gra-
cia. Vos me habéis dejado vues-
tro propio Cuerpo en el Sa-
cramento del altar. Gracias os
doy por tan inmensos benefi-
cios. No permitáis que vuelva
a corresponder con - ingratitu-
des a tanta generosidad. Qui-
-49-
siera amaros infinitamente, así
como ingratamente os he ofen-
dido. Ya que no puedo volver
los años perdidos, quiero em-
plear los que me quedan en
amar a vuestro Corazón. Por
más que haya tardado tanto en
amaros, estoy cierto de la gra-
titud con que admitiréis mi
amor en este mundo, prenda
segura del que con vuestra
Madre amantísim<:;l deseo consa-
graros por toda la eternidad en
la Gloria. Amén.

Lo restante como el primer día


(pág. 29).

-50--
OCTAVO DIA

Dulcísimo Jesús mío, etc, (pág. 29)

ORACION
¡Oh Sagrado Corazón de
Jesús! ¿Cómo no muero de do-
lor a vista de vuestra inmensa
bondad ultra¡ada? No conten-
to, Salvador, mío, con haber-
me dado el ser, con haber de-
rramado por mi vuestra Sangre,
imaginásteis el modo más inge-
nioso de sacrificaros diariamen-
te por 'mi en el altar, expo-
niéndoos a las in¡urias que pre-
sentáis y sufrir en la Eucaristía.
¡Y pareceros ingrato sin morir de
-51-
verguenza! Cese ya mi ingra-
titud; t~aspasad mi corazón con
el dardo de vuestro divino amor.
Haced que no sea estéril para
mi el fruto de vuestras lágri-
mas y de vuestra preciosísima
Sangre. · Así lo espero, porque
si no me abandonásteis cuan-
do no os amaba ni hacía ca-
so de Vos; ¡grande confianza
debo tener en Vos ahora que
sólo deseo amaros! Haced que
desde este insta nte se cu m pla
enteramente mi deseo de ama-
ros, o meior diré, vuestro deseo
de que os ame, pues Vos sóis
quien me lo inspiráis.

-52-
Virgen Santísima, vuestro
piadosÍ'simo Hiio nunca ha de-
soído vuestras súplicas. Ya que
vuestro corazón estuvo siempre
inflamado en el amor de Je-
sús, rogadle por mi y enviad-
me una centella del amoroso
fuego que a rde en Vos, pa ra
que, empezando a amar con
fervor a vuestro Hijo en la tie-
rra, pueda vivir inflamado en
su amor por eternidad de eter-
nidades en el cielo. Amén.
lo restante como el primer día:

NOVENO DIÁ
Dulcísimo Jesús mío. etc.
-53-
ORACION
¡Oh, Jesús mío! oialá hubie-
ra yo sido fiel para vos, como
Vos lo habéis sido para con-
migo. Mil veces Redentor mío
os he prometido servi ros, y otros
tantos os he abandonado, a pe-
sar de la infinita obligación
que tengo para con Vos por
haberme criado y redimido. Per-
donadme, Jesús mío conozco y
detesto mis infidel idades. Vos,
Bondad infinita, merecéis un
amor infinito, especialmente des-
pués de haberme amado a pe-
sar de mis reiteradas ofensas.
¡Infeliz de mi si me condenase!
-54-
Vuestras gracias y las pruebas de
vuestro ~special cariño serían el
mayor de mis tormentos. No
permitáis, Jesús mío, que me
pierda, por más que por mis
culpas lo ten'g a merecido, a fin
de que ni pague con eternas
injurias el infinito amor que me
habéis tenido. Quitadme la .vida
antes que, vuelva a ofenderos.
Pidoos esta gracia y la constan-
cia en pedírosla siempre.
Sed mi '. intercesora, miseri-
cordiosísima Madre de pecado-
res. Haced que mi corazón sea
siempre fiel y constante en el
amor de .Jesús en esta vida,

-55-
para que pueda¡ en uinón con
Vos, alabarlo, bendecirlo y glo-
rifica rlo por u na etern idad en
la patria celestial amén.
Lo restante como el primer día
(pág. 29).
V.-Jesús, manso y humilde de
Corazón.
R.-Haced .nuestro corazón se-
mejante al vuestro.

FORMULA CONSECRATIONIS
Saco C. Jesu a Smo. D. Leone
PP. XIII.
Composita.
Dulcísimo Jesús, Redentor
-56-
del género humano, míranos
humildemente postrados ante
tus altares.
Tuyos somos, tuyos quere-
mos ser y voluntariamente ca-
da uno de nosotros se ofrece
a Ti del modo que pueda estar
más firmemente unido contigo.
Muchos ¡a más te conocieron y
muchos te abandonaron des-
pués de haber despreciado tus
Mandamientos. Ten misericor-
dia de entrambos, a tu Sagra-
do Corazón. Reina, pues, Se-
ñor no solamente sobre los fie-
1es que en ninguna ocasión se
apartaron de Ti, sino también
-57-
sobre los hiios pródigos que se
abandonaron, y haz que éstos
prontamente se acoian a la casa
paterna para que no perezcan
de hambre y miseria. Reina
sobre aquellos a quienes trae
engañados el error de sus opi-
niones o a quienes separó la
discordia, y condúcelos al puer-
to de la verdad y lIámales de
nuevo a la unidad de la fé ¡oh
benignísimo Jesús!, y atráelos
a todos, para que en bre-
ve sea uno el redil y uno el
Pastor. Reina, finalmente, so-
bre los que viven en las anti-
guas supersticiones de la an-

-58-
tiguedad, y no rehusa llamarlos
desde las tinieblas a la luz y
Reino de Dios. Concede, Señor,
a tu Iglesia segura libertad y
firmeza: a todos los pueblos la
tranquilidad del orden, y haz
que de uno a otro polo de la
tierra resuene esta voz unáni-
me: Alabado sea el divino Co-
razón, por el cual nació nuestra
salud, y gloria al mismo y ho-
nor por los siglos de los siglos.
Amén.

Con Licencia Eclesiástica.

-59-
TRIDUO DEDICADO AL
SAGRADO CORAZON DE JESUS

Señores Gobernadqres de la
Sagrada Mitra.- Ignacio Gon-
zalo de Arriaza, autor del ad-
¡unto Triduo dedicado al Sagrado
Corazón de Jesús, suplica respe-
tuosamente a S. S. que, previo
examen y aprobación del refe-
rido Triduo, se le permita man-
de imprimirlo para su circula-
ción entre los fieles, con lo que
recibirá gracia.- Puebla de los
Angeles, ¡unio 14 de 1831.- Ig-
nacio Gonzalo de Arriaza.-
Señores Gobernadores de la
Sagrada Mitra.-Presentes.
-60-
Puebla, 15 de ¡unio de 1881.
"":"'Pase al Curó Rector ·de la
. Parroquia . de San Marcos de
esta ciudad, para su revfsión
y censura como teólogo consul-
tor.- Los señores Gobernadores
de la Sagrada Mitra así lo de-
cretaron y firmaron.- M. Casti-
llo . Zamacona.- Ante mí, · Dr.
Miguel Mariano Luque, Secre-
tario.
Señores Gobernadores de la
Sagrada Mitra.- En cumpli-
miento del superior decreto que
antecede, procedí a la lectura
y revisión del manuscrito in-
titulado: "Triduo dedicado al

-61-
ll
Sagrado Corazón de Jesús •
Nada encuentro que se oponga
a la enseñanza dogmática de
la Santa Iglesia; en las citas
y algunas alusiones que en di-
cho manuscrito se hacen a va-
rios pasaies de la Escritura Sa-
grada, hay oportunidad, y los
conceptos místicos que forman
la parte expositiva de las pre-
ces y oraciones, son afectuosos
y sencillos: condición indispen-
sable para que esta clase de
. devociones se reciten con agra-
do y provecho ' espiritual por
las personas piadosas. Este es
mi parecer, que en todo suieto
al muy respetable e ilustrado
-62-
de VV. SS. a quienes con este
motivo, reitero las consideracio-
nes de mi sincero respeto y
afecto.
Curato de San Marcos, ¡u-
nio 18 de 1881.- Rafael Fer-
nández de lora.
Para alcanzar la gracia que
se pide, procú rese hacer este
Triduo, comulgando los tres días
o al menos el último.
Puesto de rodillas delante
de la Sagrada Imagen del 50-
grado Corazón de Jesús, y des-
pués de persignarse, se dirá
la siguiente.
-63-
ORACION PREPARATORIA
Para los tres días.
Alma mía, suave aliento de
la Omnipotencia, a quien ador-
nan las riquezas de la memoria,
la grandesa del entendimiento y
la hermosura de la voluntad,
despierta y oye el eco dulcísi-
mo del ¡v erdadero amor que
interrumpe tu pesado sueño
Alma mía, ¿estás triste? ¿tienes
pesadumbres? ¿sientes dolores?
Levanta los ojos y mira a la
misma alegría de los ángeles
que llama a tu puerta para
consolarte: que te busca para
darte contentos y viene cuando
-64-
estás más sola y sumergida en
la afl icción.
Yo soy el Corazón de Je-
sús ; te dice, soy la misma bon-
dad, la sabiduría, la gracia, la
riqueza la salud, cuanto tú de-
seas; ámame, y sin que me
pidas te daré cuanto quieras;
ámame, y te daré una porción
del reino que poseo. ¿Perma-
necerás como las peñas, sin
movimiento, sin voluntad des-
pués de oír tan doloroso con-
vite? ¿Te resistirás al llama-
miento de un buen Padre?
¿Tienes verguenza? Deséchala
y corre a sus brazos ¿Estás

-65-
cargado de pecados? Llégate
a sus pies, arróiate a ellos?
pídele perdón y te dará gra-
cia; en la mesa de los ángeles,
te nutrirá con los · manjares de
fortaleza. Sí, alma mía, Jesús
ansía por ti; Jesús te ama; Je-
sús te busca; quéjate y serás
rica, p;de y recibirás.

ORACION A LA SMA. VIRGEN


Para los tres días
Madre amorosísima del Sa-
grado Corazón de Jesús: Yo
soy indigno de levantar la voz
para hacer una petición a tan
alta Majestad, y sin embargo,
-66-
tengo necesidad y nad~e me
la puede socorrer más que Aquél
que nadó de tus purísimas -en-
trañas. ¡Ay, dulce consuelo mío!
Tengo el corazón marchito por
las pesadumbres, y mi frente
se indina al peso del dolor.
Busco de Jesús los favores, pero
soy pecador y no puedo usa r
de la franqueza de los biena-
venturados; pero tú, que eres
refugio de pecadores, oye mis
plegarias y haz que se · acer-
quen al Sagrado Corazón de
Jesús, para que, movido de
compasión, perdone mis faltas
y oiga que le pido por su amar-
ga soledad, que remedie las
-67-
congoias que en este Tríduo
le expond re, en memoria de las
tres horas que m u rio · en la
Cruz. Oyeme, Señora, y pide
por quien, lleno de confianza
te dice: Ave María.
Se reza una Ave María y
Gloria y en seguida el

ACTO DE CONTRICION
Para los tres días
Corazón adorable de Jesús:
el último de vuestros hijos y
el primero de los pecadores se
encuentra delante de Vos, con
grande necesidad y temeroso de
pedir el remedio de ella. Mu-
-68-
cho tiempo he sufrido mis mar-
ti rios, y en silencio he pasado
las horas .bebiendo por ellos
el llanto sin atreverme a pedir
consuelo; pero ya estoy cansa-
do, ya no puedo resistir más
lo amargo de mi dolor; y aun-
que veo la iusticia con que
padezco, al fin estoy de rodi-
llas diciéndoos como el Profeta:
Dela nte de ti he. pecado y to-
do lo malo que he hecho de-
lante de ti.
Atended, Dios mío, que en-
tre gemidos se escapa de mi
alma la voz del arrepentimien-
to, y iuzgadme .según es vues-
-69-
tra infinita misericordia. Es ver-
dad, Señor, que más de una
vez he quebrantado mis pro-
pósitos; que entregado a los
desvaríos y excesos del mundo,
me encerré en un círculo de
vicios, siendo tipo de orgullo,
foco de vanidad, modelo de
perversión; es cierto que olvi-
dé tus · preceptos y, menospre-
ciando a la virtud, desoí los
repetidos gritos de mi concien-
cia; es la verdad, Dios mío,
que provoqué vuestros enojos,
y que entre mis maldades, pu-
de haber rodado alguna vez
a los infiernos; y ¡VOS, oh pa-
cientísimo Jesús, diciéndome a
-70-
cada paso y donde quiera:
Aprended de mí que soy man-
so y humilde de corazón! Todo
es cierto¡ Señor¡ pero también
es verdad que sois grande, ge-
neroso, y compasivo. hechos
que acreditan mi existencia a
pesar de mi maldad; porque
¿qué os obliga a guardar una
miserable vida? ¿qué os detie-
ne para no pulverizar una por-
ción de tierra? ¿qué esperáis de
la misma nada; o de una cria-
tura que produjo el pecado?
¡Dios mío! yo veo que me amáis
y que por toda recompensa, con
mis acciones os he dicho co-
mo luzbel: 11¿Quién como yo?"
-71-
¡Infeliz de mí! Hormiga despre-
ciable, vil y asqueroso gusano,
¿qué pretendí? ¡Ah, Señor, cas-
tigad, herid, quemad y cortad.
destruidme y aniquilad a quien
tanto os ha ofendido, aunque
yo quisiera la vida para pu-
blicar vuestros prodigios, y ha-
cerme esclavo de gratitud. Por
eso estoy aquí como el ciego
de Jericó, diciéndoos como él:
Jesús, h iio de David, tened com-
pasión de mí. Yo soy Longinos, el
mismo que os hirió; pero ya
tengo luz en mis oios y he
visto que pequé como la Mag-
dalena, Jesús mío, y heme aquí
regando mi llanto, deshacién-
-72-
dome en suspiros... Acordáos
que sois la resurrección y la
vida, y resucitadme como a lá-
zaro¡ perdonadme como a la
muier adúltera¡ virtud en mi
corazón como vivísteis en el
corazón de Santa Gertrudis¡
pu rificad me pa ra vivi r con Vos
y por Vos. y si este ruego soy
indigno de alcanzar, desde
ahora me humillo, alabando
vuestra santísima voluntad, e
inclino la cabeza suplicándoos
al menos aceptéis que desde
hoy lleve el honroso título de
indigno esclavo del Corazón de
Jesús, tomándoos por modelo,
entrégándome todo a mi dulce
-73-
dueño, de quien espero el re-
medio de tantas necesidades
que me afligen, o siquiera una
muerte feliz y dichosa, para
alabaros eternamente en el cie-
lo. Amén.
A continuación se reza lo si,-
guiente:

PRIMER DIA

Vuelto a tus pies, ¡ohSa-


grado Corazón de Jesús! vengo
a mostrarte el mío seco y mar-
chito por la amarga pena;
¡quiero quejarme, ¡Jesús mío!
y pedirte el remedio en mi
aflicción como que eres mi amo-
-74-
roso Padre, mi refugio, mi con-
suelo y mi esperanza. Mi tri-
bulación es justa, y no confor-
me a lo que merezco por mis
pecados. pero ya no puedo re-
sistir, aunque mi espíritu está
conforme con tu santísima vo-
luntad. Templa, Señor, tus eno-
jos, y mira que en medio de mi
pequeñez reconozco tu gran-
deza; mira, centro de bondad
que te pido con fe y que pue-
des darme el consuelo que te
pido: ¿;Me oyes, Jesús mío?
¿Me levantaré sin tus favores.?
No, no, mi Padre, socorre mi
necesidad por aquellas que
experimentó la Santísima Vir-
-75-
gen al pie de la Cruz, por su
dulcísimo Nombre, por ti mis-
mo,' y finalmente por caridad.
Amén.
Se hace la petición, en se-
guida se reza lo siguiente:

PARA lOS TRES OlAS


Jesús mío: muévaos a com-
pasión mi dolorida queja.
Padre nuestro y Gloria

Esperanza y refugio mío: oíd


mis lamentos y dadme lo que
os pido.
Padre nuestro y Gloria.

-76-
Señor: vuestro siervo llora y
esta a vuestros pies.
Padre nuestro y Gloria.
Unico amparo a quien me
acoio, cerréis las puertas de
vuestro Corazón en los momen-
tos que llama un pecador.
Padre nuestro y Gloria.
Socorro, Señor, pide un in-
feliz, no se lo neguéis
Padre nuestro y Gloria.

Se concluye el día con las si-


guientes:

-77-
SUPLICAS
AL
SAGRADO CORAZON DE
JESUS

V. Oh Corazón Sagrado
Manantial de protección .
.R. En ti, Señor, he confiado,
No desprecies mi oración.
V. Remedia, Dueño adorado,
Mi amarga tribulación.
R. En ti, Señor; etc.
V. Mírame, Señor, postrado
En amarga tribulación.
R. En ti, Señor, etc.
V. Estoy de penas cercado,
-78-
Tengo duelo y confusión.
R. En ti, Señor, etc.
V. Mi espíritu aprisionado
Ya se extingue de aflicción,
R. En ti, Señor, etc.
V. A ti, Jesús, he buscado
Como paz del corazón,
R. En ti, Señor, etc.
V. Tus manos me han prodigado
Tesoros de salvaCión.
R. En ti, Señor, etc. .
V. Muchas veces te he llorado
Por menos tribulación.
R. En ti, Señor, etc.
V. A tus oíes arrodillado,
I

Espero hallar compasión,


-79-
R. En ti, Señor, etc.
No me desprecies, Señor,
Por tu nombre o por piedad,
Atiéndeme por favor
y mira que un pecador
Te pide esta caridad.

OlA SEGUNDO

¡Oh Corazón Sagrado de mi


buen ' Jesús! ¡Con cuánta con-
Ha nza vengo a vuestros pies,
y con qué entusiasmo os grito:
¡Señor! ¡Señor! Llamo a vues-
tras puertas como el infeliz
peregrino. Soy oveia de vues-
tro rebaño. Señor, Señor: ¡oíd-
me por piedad! Abridme vues-
-so-
tro Corazón que traigo lo in-
signia de lo Cruz, y el sello
de vuestro sa~gre. Señor, Se-
ñor, soy el hambriento que
os pide el pon del consuelo
y una gota de agua del pié-
lago' de vuestras misericordias:
¿me oís? Llamo uno vez y otra
más, y ¿no abrís aquel raudal
de tesoros poro tomar la por-
ción que tomara una hormi-
ga, un gusanillo o el más di-
minuto reptil? ¡No! no me de-
jéis perecer en mi necesidad,
que en humilde recompensa le
daré... ¿Qué os doré si nodo
tengo? ¿Qué queréis que os dé
el que viene a pediros? Nado
-81-
tengo, nada soy, nada valgo,
pero si encontráis en nií alguna
cosa que os agrade, tomadla,
yo os la ofrezco, así como esta
miserable vida que respiro y
los mayores sufrimientos, penas,
congoias, contentos y martirios
que me tengáis preparados en
este valle de lágrimas. Sí, Dios
mío, a Vos pertenezco, y a Vos
toca prodigar el. consuelo que
os pido. Quitadme este dolor
que amarga mi existencia, des-
truid con sólo vuestra voluntad
esta pena que me aflige y dad-
me la tranquilidad que busco. Si
mi petición; ¡amor mío! no es con-
forme con vues,tro altos desig-
-82-
njos, haced de mí lo ,que os
plazca; atormentadme más y
más hasta extinguir mis cul-
pas y merecer el contento de
haberme purificado en esta vi-
da para mereceros en la otra.
Amén.
Se hace la petición. En se-
guida se rezan los Padre nues-
tros, conel uyendo con las sú-
plicas al Sagrado Corazón de
Jesús.

DIA TERCERO

iAmorosísimo Corazón de
Jesús! Aquí estoy de nuevo con
mis quejas y lamentos~ para
-83-
instaros otra vez, Señor, y pe-
diros socorro en mi necesidad.
Yo bien sé que más os ag ra-
dan las súplicas del pecador,
que las más ricas ofrendas; yo
sé que quedáis más complaci-
do con los suspi ros de la ora··
ción, que con los cantos de las
aves, los preludios de la or-
questa, los olores de la flor; yo
por fin, comprendo la compa-
sión a que os mueve el alma
más afligida y la criatura ago-
nizante en la aflicción; por eso
vengo, ¡oh Corazón de Jesús~
a derramar mi llanto a vuestros
pies y a pediros a gritos el dul-
ce consuelo que busco. ¡Cora-
-84-
zón de Jesús! oídme por aqve-
lIa amargura que experimen-
tásteis en el Huerto de Getse-
maní, por las ~ngustias que os
afligieron tanto en la noche de
la última Cena; por aquel tran-
ce fatal que se verificó en la
calle de la Amargura, encon-
trando a vuestra Santísima
Madre. Basta de aflicción, Dios
mío, bastGJ de duelo, y tened
misericordia de esta humilde
criatura, por vuestro dulce co-
razón, por el ,corazón de las
, .
vlrgenes que viven consagra-
das a Vos, por el corazón de
los niños que se mueren en
la gracia; por el virgen cora-
-85-
zón de Santa Gertrudis que
tanto ' amásteis; y finalmente,
por el dulcísimo corazón de
María Santísima. Sí, ¡Padre
amorosísimo! tened compasión
de mis pobres ruegos; moveos
al oír mis súplicas; ved mis
llantos de dolor; haced que mi
voz ya no sea de desconsuelo
ni de quebranto, sino que con-
tinuameni'e se deshaga mi len-
gua en fervorosas exclamacio-
nes de gratitud, y que viva
siempre amándoos y recono-
ciéndoos y suspi rondo por la
fel iz morada del Corazón de
Jesús. Amén.

-86-
La petición y después los
cinco Padre nuestros, conclu.-
yendo como el primer día.

ORACION
A la' Santísima Virgen para fi-
o nalizar el · Triduo

Que bueno será se rece los tres


días.
¡Amorosísima y tierna Madre
mía, en quien he puesto mi
confianza! Yo no sé con que
voces pedirte me alcances del
Sag rado 'Corazón de Jesús las
gracias que solicito. Apuro mi
mente, y en ella no encuentro
frases que interpreten mi dolor.
-87-
He llorado, Señora, . pero mis
lágrimas carecen de elocuen-
cia: he suspirado mucho, · mu-
cho; pero mi aliento, corrom-
pido con la maldad, tal vez no
llega a tus pies. María, ¡mi dul-
ce mad re! Tú que conoces el
lenguaje de tus hiios, traduce
el mío balbuciente y torpe, y
aclara mi humilde petición, sé
mi intérprete para con Jesús,
dile que no sé hablar, que mi
lengua de mortal sólo vierte
frases en el idioma de los hom-
bres. Haz; Señora, que fije sus
divinos ojos en esta alma po-
bre, que se inspire en el dolor;
ruégale, pídele que corone mis
-88-
deseos, que favorezca mi pe-
tición y que acepte este Tríduo
en memoria de sus agonías,
aunque nada me conceda. ¿Me
desampararás, M a d r e mía?
¿quedarán sin ser escuchadas
las súplicas que te hago? En
fin, Señora, si encuentro reme-
dió en mis congojas, pediste
. .
y me convino; y SI no, sera
,

para mejor y que se haga la


santísima voluntad del Sagra-
do Corazón de Jesús. pero que
siquiera me dé paciencia pa-
ra sufrir por su amor las amar-
guras que por mis culpas me-
rezco Amén.

-89-
ORACION AL
SAGRADO CORAZON DE
JESUS
¡Corazón de m i Jesús! donde
residen la calma y el reposo;
Corazón dulcísimo, donde todo
es mansedumbre y bondad;
puerto seguro ,d el triste náu-
frago, asilo seguro donde se
encuentra verdadera paz, jar-
dín delicioso de delicado aro-
ma, fuente pura y cristalina de
la gracia, horno amoroso de
encendidas llamas; aquí está
esta pobre ove¡illa, esta mise-
rable pecadora que no tiene
otro a quien acudir sino a Ti"
-90-
aquí la tienes · postrada a tus
divinas plantas, llamando a la
puerta de tu Corazón para que
le abras y derrames sobre su
cabeza esos raudales de gracia
y de amor. Abre, Señor, ese
Sagrario santo, porque la vida
sin Ti no es vida. ¡Oh vida de
la vida mía! ábrelo, Señor, y
que al cerrar la puerta quede
yo allí en las moradas interio-
res, a gozar de las delicias ce-
lestiales de tu amor, donde to-
do es consuelo y alegría, donde
residen el amor y la ternura. Allí
en la soledad de tu Santuario
sagrado podré decirte a so'as~
¡yo te amo!
-91-
JACULATORIA

¡Dios mío! uno mi voluntad


a la tuya y quiere vivir y morir
unida a Ti.
Consagración al Sgdo. Corazón
de Jesús
Aquí, estoy, Señor, dispues-
ta a recibir todo, absolutamen-
te todo cuanto quieras enviarme;
yo nada valgo; no obstante eso,
quiero ofrecerme como víctima
por tu amor.
¡Ojalá que con mis sufri-
mientos pudiera reparar las in-
jurias que recibes diariamente
en el Santísimo Sacramento del
-92-
altar y aliviar la llaga de tu
adorable Corazón! Soy tuya,
porque Tú eres mi Creador y
mi Padre, y porque a Ti me
he consagrado. Haz/pues, de
m í lo que meior te plazca, que
todo recibiré gustosa, vinien-
do de tu santa mano.
Pater, Ave y Gloria

Ochenta días de indulgencias.

Se suplica una oración por el


autor.

-93-
DESPEDIDA DEL
SAGRADO CORAZON DE
JESUS
AL SALI R DE SU IGLESIA

Salve, Corazón abierto,


Santa y dulce habitación.
Adiós, Jesús de mi vida,
Dadme vuestra bendición.
Salve, Corazón cargado
Con la Cruz de tu pasión.
Adiós, Jesús de mi vida,
Dadme vuestra bendición.
Salve, Corazón punzado
Con nuestro olvido y traición
Adiós, Jesús de mi vida,
Dadme vuestra bendición,
-94-
Adiós, amante querido,
Dueño de mi coraz6n:
Adi6s, Jesús d~ mi vida,
Dadme vuestra bendici6n.
PROMESAS
Hechas por nuestro Señor Jesu-
cristo a la Beata Margarita
María Alacoque, religiosa de
la visitaci6n, en beneficio de
Jos personas devotas del di-
vi no coraz6n.
1. les daré todas las gracias
necesa rias pa ra su estado en
esta vida.
2. Estableceré la paz en sus
familias
-95-
3. Les consola ré en todas sus
pena Iidades.
4. Seré su salvaguardia du-
rante la vida y especialmente
en la hora de la muerte
5. Derramaré abundantes ben-
diciones sobre todas sus em-
presas.
6. Los pecadores encontrarán
en mi Corazón un insondable
mar de misericordia.
7. Las almas tibias se harán
fervorosas.
8. Las almas fervorosas pron-
to adquirirán grande perfec-
.,
clon.
-96-
9. Yo mismo bendeciré la ca-
sa en que la imagen de mi
Sag rado Corazón sea expuesta
. y venerada.
10. Daré a los Sacerdotes el
talento para ablandar los más
empedernidos corazones.
11. las personas que den pu-
blicidad a esta devoción ten-
drán sus nombres inscritos en
mi Corazón, y ¡amás serán bo-
rrados de El.
Te prometo en el exceso de
misericordia de mi Corazón,
que mi amor todopoderoso
concederá a todos aquellos que
comulguen nueve primeros vier-
-97-
nes de mes, sin interrupción, la
gracia de la penitencia final;
que no morirán en mi desgra-
cia, ni sin redbir los Sacra-
mentos, siéndoles m i Corazón
seguro asilo en aquella hora
postrera.
Corazón agonizante de Jesús,
ten misericordia de los mori-
bundos.
Sagrado · Corazón de Jesús,
que llegue tu ReirÍo.
(300 días de indulgencia. Pío
X, 29 ¡unio de 1906).

-98-
CORONA DE LA MISERICORDIA
(Para rezarla particularmente en
su Rosario)

Un Padrenuestro, Avemaría y
Credo.

En las cuentas grandes:


"Padre Eterno. Yo te ofrezco,
el Cuerpo, la Sangre, el Alma
y la Divinidad de Tu Amadísi-
mo Hiio y Señor Nuestro Je-
sucristo en expiación por nues-
tros pecados y los pecados del
mundo entero".
En las cuentas pequeñas:
"Por la Pasión Dolorosa de
-99-
Jesús, 'ten Misericordia de noso-
tros y del mundo entero"
(Esto se repite diez veces en
cada decena del Rosario, me-
ditando en los diferentes Mis-
terios).
Para concluir se reza tres
veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal ten Misericordia
de nosotros, y del mundo en-
tero".
Rece la siguiente iaculatoria
con frecuencia:
"Oh Sangre y Agua que
brotasteis del Sagrado Corazón
-100-
de Jesús como una Fuente de
Misericordia para nosotros, yo
confío en Vos".
Invocaciones y Promesas
Jesús conoce las necesidades
y tribulaciones de cada alma.
El sufre si no puede derramar
los torrentes de Su Misericordia
en las almas. Sufre el Señor si
las almas no se acercan a El
y no quieren recibir los torren-
tes de Su Misericordia. Esa pena
del Sagrado Corazón se mani-
fiesta en las palabras siguien-
tes que le di¡o a Sor María
Faustina¡ "¡Hiia mía!/', las lla-
mas de Mi Misericordia me con-
-101-
sumen ... Yo quiero derramarlas
en las almas Ah, qué pena me
dan, si no quieren aceptarlas ...
Hiia mía, diles que Yo solo soy
el Amor y la Misericordia ... Haz
todo lo que está en tu poder
para propagar la veneración a
Mi Misericordia ... Habla al mun-
do de mi. Misericordia para que
toda la humanidad sepa que
es infinita ... Esta es mi amones-
tación para los últimos días,
luego vendrá el día de la Jus-
ticia. Mientras haya tiempo,
tengan su refugio en la Fuente
de Mi Misericordia, y ningún
pecador tenga miedo de acer-
carse a Mi! El Señor ordena:
-102-
"Yo deseo que los Sacerdotes
prediqu~n Mi Gran Misericor-
dia a los pecadores".

"Yo prometo al alma que


venerare esta Imagen de la
Misericordia que no perecerá.
Yo le prometo ya aquí en la tie-
rra la victoria sobre sus enemi-
gos' especialmente en la hora de
la muerte. Yo, el Señor, la pro-
tegeré . COM¡O Mi propia Gloria".
Estos rayos de Mi Corazón, que
significan Sangre y Agua, pro-
tegenalas almas de la Ira
de Mi Padre ... Feliz el que viva
baio su sombra, pues la mano
de la iusticia de Dios no le
-103-
a-I canzará. A las almas que pro-
paguen Mi Misericordia yo las
protegeré por toda su vida co-
mo una Madre a su niño, y
en la hora de la muerte, para
ellos no seré ¡uez, sino Reden-
tor. En esa última hora el alma
no tiene otra protección que Mi
Misericordia. Feliz aquella al-
ma, que durante su vida estu-
vo hundida en Mi Misericordia,
pues la iusticia no la alcanza-
rá. la humanidad no encon-
trará Paz hasta que venga con
confianza a Mi Misericordia. Dí
a la humanidad sufriente, que
venga a Mi Misericordioso Co-
razón y les daré la Paz".
-104-
IMPRIMATUR

Mons. Francisco Orozco lomelín

Vicario Gral. del Arzobispo de

México

5 de Agosto de 1982

-105-
NOVENA DE CONFIANZA
Al SAGRADO CORAZON DE
JESUS

Haz prometido, Jesús mío,


dueño de mi alma, de que tu
corazón Divino será un océano
de Misericordia para los nece-
sitados que confían en Tí. yo
creo firmemente que Tú pue-
des concederme lo que te pi-
da, aunque para hacerlo fuera
necesario un milagro ... ¿A dón-
de llamaré, sino a las puertas
de tu Corazón?.. Dichosos to-
dos los que en El confían":
¡Oh Jesús!, a tu corazón con-

-106-
fío (tal alma, tal pena, tal nego-
cio). -
Míralo y después haz lo que
tu Corazón te diga. Deja obrar
a tu Corazón.
O~ ¡Jesús!, ya cuento conti-
go, yo me fío de Tí, yo me
entrego y consagro a Tí, yo
estoy seguro de Tí.
300 días de indu1gencias
cada día de ta novena; ple-
naria al fin para todos los que
confesados y comulgados vi-
siten una iglesia y rueguen por
las intenciones del s.Pontífice.
(Sgda. Penitencia, mayo de 1923)

-107-
Padre nuestro, Ave María
y Gloria, y después con todo
fervor, repítase 9 veces¡ "Sa-
grado Corazón de Jesús en vos
confío".
ORACION AL CORAZON EU-
CARISTICO DE J ESUS
SACRAMENTADO
Te ofrezco todas ni is accio-
nes, alegrías y sufrimientos de
este día y te suplico repares
y consumas con el ardiente
amor de tu corazón eucarístico,
todas las faltas, infinidades
y miserias que hay en mi po-
bre corazón. Sé para mí ¡oh
Jesús Eucarístico! Mi Dios, due-
-108-
ño, mi guía, mi fortaleza, mi
consuelo, mi único amor, y mi
todo, concédeme a cualquier ho-
ra del día o de la noche, sea cual
fuere el deber que me ocupe, en-
cuentre mi corazón escondido en
el tabernáculo, hasta que se con-
suma unido a tí en el amor y
celo de la mayor gloria de Dios.
Amén.
ORACION
AL SAGRADO CORAZON DE
JESUS
Postrado a vuestros pies humil-
demente
vengo a pediros, dulce Jesús
,
miO,
-109-
poderos repetir constantemente:
Sagrado Corazón en Vos confío.
Si la confianza es prueba de
ternura
esta prueba de a mor da ros
,
anslo;
aún cuando esté sumida en
amargura
Corazón de Jesús, en Vos
confío.
En las horas ~ más tristes de mi
vida
cuando todos me deien,
¡Oh Dios Mío!
y el alma esté por penas
combatida,
Corazón de Jesús en Vos confío.

-110-
Aunque sienta venir
la desconfianza
y que Vos miráreis con desvío,
no se confunda mi esperanza;
Corazón de Jesús en Vos confío.
Si contraie con Vos divina
alianza
Os di todo mi amor y albedrío,
¿Cómo ha de ser frustrada mi
esperanza?
Corazón de Jesús en Vos confío.
y siento una confianza de tal
suerte que sin temor,
a nada Jesús Mío
espero repetir hasta la muerte:
Corazón de Jesús en Vos confío.
¡Oh dulce Jesús! que habéis dicho
-111-
si quieres agradarme confía en
mí; si quieres agradarme más,
confía más; si quieres agradarme
inmensamente, confía inmensa-
mente; las almas confiadas son
las robadoras de mi gracia.
Ayudad mi confianza, yo confío
en Vos. Vos Señor, espero no sea
yo confundida eternamente.
Amén.
ORACION
A JESUCRISTO REY UNIVERSAL
¡Oh Cristo Jesús!, yo os re-
conozco como Rey universal,
todo cua nto existe ha sido crea-
do por Vos. Ejerced en mi todos
vuestros derechos.
-112-
Renuevo mis promesas del
bautismo: renuncio a Satanás,
a sus pompas y a sus obras,
y prometo . vivi r como buen
cristiano; sobre todo, me com-
prometo · hacer triunfar, según
m is fuerzas, los derechos de
Dios yde vuestra Iglesia.
Divino Corazón de Jesús, os
ofrezco ~is pobres acciones
para obtener que todos los
corazones reconozcan vuestra
realeza Sagrada a fin de que
el Reino de vuestra Paz se res-
tablezca en el universo entero.
Así sea.

-113-
VEN SEI\IOR.•.

SALMO a la Sagrada
EUCARISTIA
VEN, Señor mío, y Dios mío,
yo · te alabo, te bendigo, te
adoro, te doy gracias y te pido
por tu santísimo cuerpo, sangre,
alma, divinidad y humildad
sacratísimas, realmente presen-
tes en el Augusto Sacramento
del Altar, que esta palabra de
invitación hacia Tí, esté frecuen-
temente en m is la bios y siem pre
en m i corazón.
VEN a mí por medio de
tus visitas de misericordia y
-114-
aún de iusticia. Tú eres el mis-
mo en ambas; las apariencias
te ocultarán, sí; pero la fe es-
tá siempre pronta para mover
mi corazón y hacer que ex-
clame: ¡Es el Señor!
VEN en los secretos m is-
teriosos de tu gracia eficaz,
con tus amonestaciones, cari-
ñosas reprensiones, con tus re-
com pensas, con tus rega los;
también con tus cruces ... y con
todas las mil formas de tu amor
de que Tú acostumbras usár.
VEN a mí en las difíciles
lecciones de desprendimiento y
abnegación, que . tarde , o tem-
-115-
prono el corazón tiene que
aprender... en mis humillacio-
nes, en las desilusiones de todo
lo de la vida, en la soledad
y desamparo que los años traen
consigo. Toma po ro Tí el sitio va-
cante que otros dejen, hasta que
al fin Tú solo seas el dueño de
las potencias de mi alma, de los
sentidos de mi cuerpo, de mi
imaginación, de mis empresas y
trabaios y de todas mis aspira-
ciones.
VEN en las tem poradas de
obscuridad y de desgracia,
cuando m·i espíritu abatido por
sus penas, turbado y como
-116-
aturdido en medio de las tem-
pestades de la vida, parece
como que camina solo y sin
apeyo ... y como empuiado con
terrible ímpetu por mil ráfagas
de un infortunio horrendo!
VEN a mí para levantarme
en mis caídas, para darme con-
tricción de mis pecados, para
que yo repare el mal que he
hecho, con una vida eiemplar
y para que aprenda · a tratar
con dulcísima misericordia a
mis hermanos los pecadores que,
como yo, quieren llorar sus
culpas.
VEN, pacientísimo Jesús, y
-117-
tanto como has esperado y
esperas tanto como has sufri-
do y sufres ... ¡sírvate tan sólo
para que todo ese . torrente
de paciencia se convierta en
un mar sin fondo y sin orillas
de amor, tuyo en mi torozón,
que apague para siempre y
exti nga en él todo lo que no
sea por Tí, para Tí y contigo.

VEN, cuando mi alma te


desee con ansia en sus des-
consuelos y te quiera encon-
trar como un niño pequeñito
anhela por el regazo de su
dulce madre; enséñame enton-
ces la caridad con el prójimo
-118-
y ejercitar obras de misericor-
dia.
VEN a mí ahora, a lo me-
nos espiritualmente con tu sa-
cramental presencia para recla-
mar tus derechos, para que te
conozcan más, para contestar
a mis súplicas, para calmar mis
temores, para purificarme y
atraerme hacia TL.!
VEN, sí Pan vivo bajado
del cielo. El Pan nuestro de
cada día, a sostenerme en mi
jornada, como el maná forta-
leció a los que atravesaron el
desierto, endulzando la mono-
tonía de su marcha diaria.
-119-
VEN sobre todo, a asistí rme
en mi última lucha en el com-
bate decisivo · con la muerte.
cuando todas las cosas se apar-
ten de 'mí. Tú quédate conmi-
go: cuando ninguno me pue-
da ayudar, abrácenme tus bra-
zos con abrazo , eterno; escón-
deme ,en tu Corazón dulcísimo!
Ven, ¡OH SEt'lOR JESUS!, Y tu
respuesta sea: HE AQUI QUE
VENGO PRONTO.
Mi primera visita en la eter-
nidad, sea la realización de las
palabras con que la S a n t a
Iglesia me despedirá de la
tierra: Mitis at que .festivus
-120-
Christi Jesu tibi aspectus appa-
, reat". Aparezca ante tí el sua-
ve y festivo rostro de Cristo Je-
sús", y concédeme que yo te
vea y oiga de tus divinos la-
bios, el eco de mis plegarias
VEN delante del Sagrario.
¡VEN!... BENDITO DE MI PA-
DRE ¡VEN! Asi sea.

-121-
PLEGARIA AL SANTISIMO
SACRAMENTO

Tabernáculo augusto, excelso


trono.
Que . sostiene al Todopoderoso
En ese sol luciente y misterioso
Que adoro con ferviente ado-
.,
raclon.
Maniar del alma, prenda ines-
timable.
Del indecible amor de un Dios,
tan bueno;
Pan consagrado, que de gozo,
lleno.
,
Recibe agradecido el corazon.,
-122-
Hostia pura, que allá en la úl-
tima cena.
En expiación perpetua te ofrecis-
te, Delicioso Maná, que descen-
diste Del Cielo para el hombre
alimentar.
Arca preciosa que cerrada guar-
das.
El tesoro más rico y más pre-
ciado
Como es Jesús, Jesús Sacramen-
tado,
A quien rendido adoro en el
altar.
Sí, mi Dios, mi Señor, mi único
dueño.
-123-
En pos yo vengo de tu amor
prolijo,
Deja que llegue a tu presencia
tu hijo;
No lo deseches, oye su oración,
Indigno soy, es cierto, de acer-
carme
Ante tu trono, porque te he
ofendido.
Pero vengo contrito, arrepen-
tido.
A implorar de mis culpas el
perdón.
Son horrendos y muchos mis
delitos
-124-
Por los cuales me hiciera tu
.
enemigo,
y por eso al venir traigo conmigo
De la Virgen la Santa protec-
ción.
De esa Señora¡ tan amante
y tierna,
Tengo mercedes y licencia tengo
Para verte, Señor, por eso vengo
A ofrecerte mi pobre corazón.
¿Te negarás¡ Señor, a recibirme
Cuando traigo a María por mi
abogada,
Cuando sé que la estimas, que es
tu Amada
Porque es la fuente del divino
amor?
-125-
Yo no creo que me arroies de
tu lado
Siendo como es, tan grande tu
clemencia,
Al contrario, Señor, tengo la
creencia,
De aplacar con mi llanto tu rigor
Espero con mis lágrimas y
ruegos
Mitigar tus eno¡os. Padre mío;
y lo espero yo así, porque
confío
En tu palabra que ¡arnés faltó.

Tú diiiste, al ba¡ar, del alto cielo


-126-
Que venías a buscar con tus
amores
No a los i ustos, y sí a los peca-
dores
Misera bies y pobres como yo.
Tu sangre derrama en el
calvario
Fuá en abundancia por tu amor
vertida;
Mas yo comprendo que sería
invertida
Para lograr mi eterna ;salvación.
"Venid a mí, diiiste bondadoso,
"los que sufrís trabaios y aflic·
.
clones
-127-
"Conmigo no tendréis tribula-
.
clones;
"Y a todos os daré mi corazón. "

¿Y habrá quien sufra como yo


he sufrido

Las consecuencias del fatal


pecado?

¿Quién en el mundo más ne-


cesitado?

¿Quién más infame como yo,


Señor?
Por eso vengo a confesarte
ahora
Mis incontables faltas y malicia;
'-128-
No me iuzgues cual iuez recto en
iusticia,
Sino cual padre dame tu perdón.
Perdón, Señor, perdón, yo te
lo pido
Por tantos como · han sido mis
errores,
Perdón, Señor, y vuelve tus fa-
vores
Al que llora contrito su maldad.
No me alzaré de aquí si tú,
mi padre,
No me concedes lo que anhelo
tanto;
-129-
Ten compasiÓn de mí, m'ira mi
llanto,
Vuelve tu rostro, ten de mí
piedad.
Siquiera porque nunca te he
negado,
Olvida mis pecados, mis delritos,
oye, Señor, · de un pecador los
gritos,
la voz de un dolorido corazón.
Confieso que he faltado a tus
preceptos,
Que pequé contra ti, mi dueño
amado,
-130-
Por eso lloro ante tu altar postra-
. do,
y he de llorar hasta alcanzar
perdón,
Soy cristiano y anhelo qve me
salves.
y que la honra adquirida .en el
Bautismo
No se pierda en el anch9 y hondo
abismo
En donde esconde tantas la
impiedad.
Soy pecador y mucho te he
ofendido,
Puedo decir que soy un delincu-
ente,
-131-
Pero tu sangre que cayó en mi
frente
Es superior a toda mi maldad.
Ultimamente cuando allá en
la cumbre
De Gólgota tremendo agon iza-
bas,
Con palabras de amor me enco-
mendabas
De tu Madre a la santa protec-
ción.
Tus moribundos labios pronun-
ciaron
la palabra: 11 Mujer he ahí a tu
hiio
-132-
Pues héme aquí que en tus
encargos fijo

Con ella vengo a darte el cora-


zón,

Ya vez, Señor, que no he ve-


n;i do solo,

Viene conmigo la que tú amas


tanto.
Por sus dolores y su amargo
llanto
Tenme, piedad: perdóname, Se-
nor.
Piedad, piedad; misericordia
pido
-133-
Con lágrimas que corren de mis
.
°IOS
Piedad, mi Dios, y acaben tus
.
enolos
Con el perdón de un pobre
pecador.
Se ruega por amor de Dios
Nuestro Señor, la reimpresión y
reparto de estos versos.
i CORAZON SANTO!

Pueblo
Corazón Santo, Tú reinarás;
Tú nuestro en canto siempre serás.
Estrofa
Jesús del alma, Dueño amoroso, Padre
Padre piadoso, Dios de Bondad:
Vengo tus plantas, si Tú me dejas,
humildes quejas a presentar humildes
quejas a presentar.

-134-
ESTROFAS

2.-JesÚs amable, Jesús piadoso,


Dueño amoroso, Dios de bondad;
yo herí pecho Con mi pecado,
lloro humillado tanta maldad .
3.-¡Venid, Cristianos! Acá en' el suelo;
como en el cielo se ve adorar·
ta~bién nosotros adoraremos '
y ensalzaremos al Dios de paz.
4.-JesÚs del alma, Dueño amoroso,
Padre piadoso, Dios de bondad;
Vengo a tus plantas, s¡ Tú me dejas,
humildes quejas a presentar.
5.-Divino pecho donde se inflama
. la dulce llama de caridad,
tu sangre pura borre del mío,
perveso y frío tanta maldad.
6.-En él arroja divino fuego,
y todo luego se inflamará;
que si lo abrasa tu amor ardiente,
eternamente tuyo será.
7.-Corazón dulce, manso y clemente,
divina fuente de santidad;
Tú eres la prenda de mi victoria,
Tú eres mi gloria, mi eterna paz.
S.-Tú solo pvedes, Omnipotente,
mi sed ardiente refrigerar.
Aquí, Bien mío, aquí el postrero
suspiro quiero por Ti exhalar.

Con Licencia Eclesiástica


INDICE
Pág.
Quince Minutos en Compañía de Jesús
Sacramentado . . .. . ......... . .. " . . . 3
Estación al Santísimo Sacramento (1) • • • 15
Acto de Consagración y Desagravio al
Sagrado Corazón Jesús .............. 25
Fórmula de Consagración .. . .. . . . . .. . 56
Triduo dedicado al Sagrado Corazón de
Jesús ...... . ... .. ....... . ...... . . 60
Oración Preparatoria .. .. .. . .... . . ... 64
Súplicas al Sagrado Corazón de Jesús . " 78
Oración al Sagrado Corazón de Jesús . . . 90
Despedida del Sagrado Corazón de Jesús
al salir de la Iglesia ....... ... .. .. .. 94
Corona de la Misericordia .. .. ... ... . 99
Novena de Confianza al Sgdo. Corazón
de Jesús . . . . ... . . . . . . ... . .. .. . ... 106
VEN SE~OR .. .
SALMO a la sagrada EUCARISTlA .. .. ... . 114
Plegaria al Santísimo Sacramento . .. ... .. . . 122
Corazón Santo ... .. . . .. . ... . ... . . . . . . . . 134
Méx ico, D. F. Enero de 1951
-136-
LETANIA Y ROSARIO
AL SGDO. CORAZON DE JESUS
LET ANIA DEL SAGRADO
CORAZON
Señor, tened piedad de nosotros.
JESUCRISTO, TENED PIEDAD DE NOSOTROS.
Señor" tened piedad de nosotros.
Jesucristo Oidnos.
JESUCRISTO, ESCUCHANOS.
Dios Padre Celestial, TENED PIEDAD
DE NOSOTROS.
Dios Hijo, Redentor del mundo, TENED PIEDAD
DE NOSOTROS.
Dios Espíritu Santo, (tened piedad de nosotros).
Santísima Trinidad, que sois un solo Dios.
Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno.
Corazón de Jesús formado por el Espíritu Santo
en las entrañas de la Virgen María.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios.
Corazón de Jesús, de Majestad infinita.
Corazón de Jesús, santuario de la divinidad,
TENED PIEDAD DE NOSOTROS.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
Corazón de Jesús, Casa de Dios Y puerta del
cielo.
-137-
Corazón de Jesús, hoguera encendida de cari-
dad.
Corazón de Jesús, receptáculo de justicia y amor.
Corazón de Jesús, lleno de amor y de bondad.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
Cerazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los
corazones, (tened piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, en quien residen todos los
tesoros de la sabiduría y de la ciencia, (tened
piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, en quien habita toda la ple-
nitud de la divinidad.
Corazón de Jesús, objeto de las complacencias
del Padre.
Corazón de Jesús, de cuya abundancia todos
hemos recibido.
Corazón de Jesús, deseado de los collados eter~
nos, (tened piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, paciente y misericordiosísimo,
(tened piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, rico para todos los que os
invocan.
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad.
Corazón de Jesús, propiación por nuestros pe-
cados.
Corazón de Jesús, saturado de oprobios.
-138-
Corazón de Jesús, rasgado de dolor por nuestras
culpas.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la
muerte, (tened piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, traspasado por la lanza, (te-
ned piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo.
Corazón de Jesús" vida y resurrección nuestra.
Corazón de Jesús, nuestra paz y nuestra recon-
ciliación.
Corazón de Jesús, víctima de los pecados.
Corazón de Jesús, salud de los que en vos
esperan.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Vos
mueren, (tened piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, delicia de todos los Santos,
(tened piedad de nosotros).
Cordero de Dios, que quitas los pecados del
mundo, (Perdonad nos, Señor).
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del
mundo. (Atendednos, Señor).
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del
mundo, (Tened piedad de nosotros).
Cordero de Dios, que quitáis los pecados del
mundo, (Tened piedad de nosotros).
Jesucristo, oídnos.
Jesucristo, escuchadnos.
-139-
Jesús, dulce y humilde de corazón.
Haced nuestro corazón semejante al nuestro.

ORACION
Omnipotente y eterno Dios, mirad el cora-
zón de vuestro amabilísimo Hijo: ved las sa-
tisfacciones que hoyos ofrece por los peca-
dores: escuchad las alabanzas que os tributa
en nombre de ellos y, aplacado por El, con-
ceded el perdón a los que lo imploran de vuestra
clemencia. Por el mismo Jesucristo vuestro Hijo,
que con Vos vive y reina, en unidad del Espíritu
Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Con licencia Eclesiástica.

ROSARIO
DEL
SAGRADO CORAZON DE JESUS
Se compone de cinco decenas en honor de las cinco lla-
gas de Nuestro Señor.
MANERA DE REZARLO
En lugar de acto de contrición se rezará la siguiente
oración de San Ignacio:
Almo de Cristo! sontifícome,

-140-
Cuerpo de Cristo! sálvame,
Coraz6n de Cristo! vivifícame,
Sangre de Cristo! embriágame,
Agua del costado de Cristo! lóvame.
Pasi6n de Cristo! conf6rtame.
Oh mi buen Jesús! 6yeme.
Dentro de tus llagas, esc6ndeme,
No permitas me separe de ti.
A la hora de mi muerte llámame.
y mándame venir a ti,
Para que con tus Angeles y Santos, te alabe eterna·
mente.
300 días de Indulgencias.
En lugar de Padre Nuestro:
Jesús dulce y himilde de Coraz6n,
Haced el mío semejante al vuestro.
300 días de Indulgencias.
En lugar de Ave Marra se dirá diez veces:
Dulce Coraz6n de Jesús,
Sed Vos mi amor.
300 días de Indulgencias.
Al fin de cada decena se dirá.
Dulce Corazón de María,
Sed Vos la salvaci6n mla.
300 días de Indulgencias.
Al concluir la quinta decena se dirá lo siguiente:
Corazón Sagrado de Jesús,
Tened piedad de nosotros.
100 días de Indulgencias.
-141-
Corazón Inmaculado de María,
Rogad por nosotros.
100 días de Indulgencias.
Este Rosario es un verdadero teso ro de indulgencias,
p~rque las oraciones de que se compone han sido tan
enriquecidas, que en tres minutos que dura, se ganan
las indulgencias.
Traducido del que se publicó en francés con aprobación
del Sr. Obispo de Montreal.
Corazón de Jesús, Misericordia!
-?O días de Indulgencia.
Corazón agonizante, tened piedad de los moribundos!
300 días de Indulgencias.

VISITA A JESUS SACRAMENTADO


De nuevo aquí me tienes ¡Jesús mío! confuso
y humillado ante tu altar, sin saber qué decirte
ni qué hablarte, ansioso solamente de llorar.
Vengo del mundo, vengo del combate can~
sado de sufrir y de luchar, traigo el alma car~
gada de tristezás y hambriento el corazón de
soledad.
De esa soledad, dulce, divina, que alegra
tu presencia celestial, donde el alma tan sólo
con mirarte, te dice cuanto te quiere sin hablar.
- 142-
Mis miserias, ¡Señorl, aquí me traen: ¡ay,
mírame con ojos de piedadl
Soy el mismo de siempre. ¡Dueño mío! un
abismo infinito de maldad.
Un triste pecador, siempre caído que llora,
desolado su orfandad y gime bajo el peso de
sus culpas y ansía por recobrar su ,libertad.
SPy una alma sedienta de ventura, un cora-
zón que muere por amar, y abrasarse en la
flama inextinguible.
Concédeme, Señor, que a Ti me acerque del
fuego de tu eterna caridad, permite que tus pies
llegue a besar, déjame que los riegue con mi
llanto y sacie en ellos mi ardoroso afán.
¡Oh, qué bien se está aquí, mi dueño ama-
do! ante las gradas de tu santo altar bebiendo
de la fuente de aguas vivas que brotan de tu
pecho sin cesar.
¡Quién pudiera vivir eternamente en aque-
lla divina soledad, gozando de tu amor y tu
hermosura, en un éxtasis dulcísimo de paz!
Puede imprimirse - Secretaría del Arzobispado de México
24 de Octubre de 1933,
El Excmo. y Revmo. Sr. Arzobispo Pedro Benavides, Se-
cretario.
-143-
VISITA NOCTURNA
Quédate con nosotros, Señor, esta noche. Qué··
date para adorar, alabar y dar gracias por no-
sotros, mientras que dormimos, para hacer que
baje del cielo tu miSlericordia sobre el mundo;
para socorrer desde los Tabernáculos de la tierra.
a las almas, que padecen len el purgatorio, su
prolongada noche de sufrimientos y penas.
Quédate con nosotros Señor, para apartar lo
justa ira de Dios de nuestras populosas ciuda-
des, cuyas densísimas nubes de vicios y crímen!Els.
clama venganza al cielo.
Quédate con nosotros Señor, para guardar a·
los inocentes, para sostener a los tentados para·
levantar a los caídos: para subyugar el poder del
demonio, para impedir !El1 pecado.
Quédate con nosotros Señor, para confortar a
los que sufren, paro. bendecir a los que yacen len,
el lecho del dolor, para dar contrición a los que
mueren, para recibir a las miles de almas que
se presentarán a Ti para ser juzgadas.
¡Oh Buen Pastor!, quédate con tus ovejas, de-
fiéndelas de los peligros que las rodean y ame-
nazan; pero sobre todo, quédate con los que-
sufr.en y con los agonizantes.
Danos una noche tranquila y un fin perfecto;·
se nuestro Misericordioso Padre hasta lo último.
para que sin temor podamos aparecer delante·
de Tí, como nuestro Juez.
Quédate, Señor, en el corazón de todos los.
aquí presentes. Así sea.
-144-

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