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Lo que se juega este 8M

Algunas personas pueden pensar que este 8 de marzo será igual que años anteriores, ni más ni
menos importante. Quizás piensen que este día será un día conmemora vo de una lucha de décadas,
que nos recuerda a quienes hemos perdido y las luchas que todavía nos queda por dar. Pero en realidad,
este año es más que eso. El 8 de Marzo de este año no será sólo de conmemoración, sino que será un día
de disputa. Tras la Ola Feminista del año pasado, se ha instalado un clivaje, un clivaje entre quienes
entendemos el feminismo como un movimiento transformador, intrínsecamente polí co y quienes
buscan negar su contenido emancipador. Este año está en juego el carácter del movimiento, y, en eso, se
juega también el apoyo del sen do común.

Este clivaje se ha expresado, de forma más potente, entre el movimiento feminista, y una
especie de feminismo liberal hipster, un “feminismo wena-onda” , que lo que intenta hacer es sacar el
problema y la lucha de “la polí ca”. ene una serie de niveles. El primero es entre el feminismo, y, lo que
nos gusta llamar el “feminismo wena-onda”. Esta es la posición que adoptan sectores de la derecha,
como la ministra Isabel Plá, cuando dice que “sería muy lamentable que las demandas más sen das para
las chilenas se convir eran en una bandera de lucha poli zada”. La ministra dice poli zación como si
fuera instrumentalización de las causas feministas para ar cular a la oposición, pero precisamente
porque su visión del “feminismo” se limita a “los temas de mujer” no puede ver que el feminismo y las
demandas de este movimiento cons tuyen, inherentemente, un movimiento polí co, un movimiento
que busca transformar las estructuras de la sociedad. Y esa es la diferencia. Entonces no es que sea un
instrumento de los par dos polí cos, como la ministra sos ene condescendientemente, sino que es una
agenda transformadora que en sí misma de por sí es opositora al conservadurismo de la derecha.
Entonces sí, el movimiento es opositor, pero no por ar cular a la ins tucionalidad opositora, sino por
agrupar al mundo social que es contrario al gobiernoa todas las derechas, desde las más conservadoras,
hasta las más liberales “wena-onda”. Así, se demuestra que este feminismo “wena-onda”, que
di cilmente es feminismo propiamente tal, se queda en los temas superficiales, en los síntomas de la
enfermedad, pero no se cues ona lo que subyace a ellas, las causas de la enfermedad propiamente tal,
es decir, no le importa solucionar el problema de raíz. Así, es un “feminismo” neutralizador, que busca
hacer cambios superficiales para que “nos conformemos”, pero esos arreglos cosmé cos no serán
suficientes.

El feminismo sin comillas no es neutralizador. El feminismo sin comillas en ende que hay un
problema estructural de fondo, y que es eso lo que debemos solucionar. Y ese problema de fondo no
toca sólo una lista canónicalos de “temas” de mujer”, sino que es el hilo común de todas las
explogtaciones que afectan especialmente a las mujeres que es transversal. CPorque cuando uando
hablamos de pensiones, debemos hablar de que las mujeres reciben pensiones que en promedio son
34% inferiores; cuando hablamos de salud debemos hablar de planes más caros sólo por el hecho de ser
mujer; cuando hablamos de educación, debemos hablar de la feminización de carreras de cuidado como
enfermería y educación parvularia que ocurre por la mercan lización de esta; cuando hablamos de
migración, debemos hablar de las complejidades añadidas por el hecho de ser mujer, y así podemos
seguir para todazs las dimensiones de la explotación y/o la opresión. la gran mayoría de los conflictos
sociales que surgen: todos se pueden ver desde una perspec va de género. Y esto no es azaroso. Estas
son las reguaridades que dan cuenta de que el problema que diagnos ca el feminismo sin comillas es un
problema estructural, y no se remediará con soluciones parche o cosmé cas, sino con profundas
transformaciones estructurales al orden neoliberal.

Unos en enden que la violencia es el rpoblema que debe ser directamente enfrentado, pero
nosotras entendemos que El feminismo sin comillas es profundamente transformador, emancipador, y
revolucionario. No es un instrumento de la ins tucionalidad polí ca de izquierda, sino que es su propio
movimiento, que pretende transformar profundamente esta sociedad,

Volanteando en Lampa, al pasarle panfletos a las mujeres invitándolas a la huelga feminista, la


gran mayoría te rechazaba el volante, porque “ellas no son de esas cosas”, pero cuazndo las invitabamos
a la huelgade mujeres, te recibían el panfleto, querían saber más. ¿Y por qué? Porque

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