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a la Investigación Criminal
(Edición 2018)
Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina
Rosario 532
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina
http://www.iupfa.edu.ar
Autor:
Dra. Alejandra Hentschel
Coordinador Pedagógico:
Zubiaurre, Claudia
Diseño y edición
Gastou, Daniela
El proceso en la investigación criminal
1. Introducción...............................................................................................4
2. La triple función epistemológica.......................................................................4
3. La Multidisciplinariedad de la Criminología........................................................5
4. El objeto de la Criminología...............................................................................7
5. El criminal......................................................................................................10
6. El mapa del delito............................................................................................14
7. Definiciones Introductorias.............................................................................19
8. Antecedentes.................................................................................................20
9. Victimización Primaria, Secundaria y Terciaria..................................................25
10. Tipología Victimal. Clasificaciones..................................................................29
11.VictimologíaySistemaPenal..........................................................................33
12. Tendencia de la Victimología..........................................................................34
13. Victimización...............................................................................................35
14. La Autopsia Psicológica.................................................................................36
15.BibliografíaConsultada.................................................................................40
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I. Introducción
Con el fin de explicar las causas y motivos del fenómeno delictivo, prevenirlo y estudiar las
acciones específicas que en consecuencia requiere cada caso en concreto es necesario realizar
el estudio de estos tres aspectos: crimen, criminal y la criminalidad. Lo que entendemos por
el crimen hace referencia a la acción delictiva o a la acción antisocial. Respecto al criminal lo
podemos definir como un sujeto que cometió un crimen o delito tipificado por el Código Penal
o realizó conductas que se consideran antisociales. El criminal también es denominado como
delincuente y va ser el sujeto activo de los delitos o de las infracciones penales.
Se han realizado muchos estudios sobre la personalidad de los criminales o delincuentes con
el fin de intentar descubrir que es lo que les lleva a cometer los crímenes o los delitos. De esta
forma, si se realizan estudios de las conductas y del porqué de las mismas se puede intentar
prevenir que se vuelvan a producir por ese mismo criminal o delincuente.
Finalmente la criminalidad puede ser definida como una disciplina que se encarga del estudio
de los crímenes y de los criminales, de las conductas delictivas o antisociales que realizan y del
porqué de las mismas. Lo que no se puede negar es que la criminalidad es algo que se encuentra
presente en todas las sociedades y que esto se remonta a lo largo de los años. Podemos decir
que nos abocaremos entonces en esta unidad, a la interpretación microscópica centrada en la
conducta criminal y en el agente de la conducta, su comportamiento con relación al fenómeno
delictivo; también resulta interesante analizar qué elementos inciden en el hombre en la
realización de los delitos y al individuo previamente consumado el delito. A partir del análisis
macroscópico se estudiará cómo trabajar para la prevención de la delincuencia e identificar sus
configuraciones y su tendencia descriptiva y causal en un territorio.
Basa sus fundamentos en conocimientos diversos de disciplinas y ciencias tales como lo son la
Sociología, Psicología, Medicina Legal, Criminalística, Antropología, Penología, Estadísticas,
Matemáticas, Física y Química, apoyándose de manera indirecta en el Derecho Penal y en
otras ciencias de carácter penal o forense. Las áreas de INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA
incluyen el iter criminis, la incidencia y las formas o mecanismos de los crímenes, así como
sus causas y algunas consecuencias.
El nombre de esta ciencia fue utilizado por primera vez por el antropólogo francés Paul
Topinard. Así mismo en 1885, el profesor italiano de derecho Rafael Garófalo acuñó este
término de manera formal.
La CRIMINOLOGÍA estudia en el ser criminal los distintos aspectos que componen la salud
integral, es decir el compuesto bio-psico-socio-cultural, para así poder llegar a conclusiones
sobre la fuente del actuar criminal.
La lucha contra el delito y el estudio de los delincuentes y del castigo data desde la antigüedad,
Filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles ya hablaron sobre este tema, atribuyendo los
delitos a deficiencias físicas o mentales e incluso a la herencia. 1
Extraído de Alonso Ruiz Historia
de la criminología. Fuente
A mediados del siglo XIII, Tomás de Aquino intentó también sentar las bases de la filosofía web: http://www.academia.
del derecho penal en su obra Escolástica, y en la Edad Media se realizaron algunos estudios edu/8127396/HISTORIA_DE_
médicos para investigar crímenes aislados. En el siglo XIX, se empiezan a aplicar los métodos LA_CRIMINOLOGIA_2
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de observación científica al crimen, con el fin de determinar las causas de la criminalidad.
En este momento es cuando la escuela italiana (Lombroso, Rafael Garófalo, Enrico Ferri)
pretende encontrar la causa profunda de la delincuencia en las anomalías corporales y
mentales de los individuos y de la Escuela Franco-belga (Durkheim, Guerry, Lacassagne,
Quételet, Tarde) denuncia la influencia del medio social, verdadero «caldo de cultivo de la
criminalidad».
Criminología moderna
A partir de mediados del siglo XX, se presenta un cambio de paradigma en la ciencia
criminológica fijando su atención en los procesos de criminalización, en el ambiente social,
pero estudia también a la víctima. Según la definición de Antonio García-Pablos de Molina.
Es una ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupa del estudio del crimen, de la
persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo, y trata
de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables
principales del crimen - contemplado éste como problema individual y como problema social
- así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención
positiva en el hombre delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito.
Positivismo criminológico
El positivismo criminológico es por sí solo una reafirmación de la predisposición del hombre
respecto a sus características inherentes como humano, basándose en la complexión, sexo,
estatura, etc; de esta manera si el individuo es corpulento está predispuesto a cometer
delitos como violaciones u homicidio culposo, si es delgado a cometer crímenes pasionales
o delitos relacionados a los bienes, por ejemplo. Su gran dependencia de la Medicina para la
explicación de las causas delincuenciales es evidente, como en su tiempo lo fue la Frenología.
Resulta necesario aclarar que este tipo de CRIMINOLOGÍA está descartada desde finales de
los 90’s por su falta de pruebas contundentes como una “ciencia” viable en la explicación de
la comisión de delitos.
4. Objeto de la criminología
Su objeto es el estudio de la conducta desviada que implica el delito o criminalidad; así como el
proceso de definición y sanción de la conducta desviada y de la criminalidad.
Conducta asocial
Es aquella que carece de contenido social, no tiene relación con las normas de convivencia, ni
con el bien común, se realiza por lo general en la soledad o en el aislamiento.
Conducta parasocial
Se da en el contexto social, pero es diferente a la conducta seguida por la mayoría del
conglomerado social. Es la no aceptación de los valores adoptados por la colectividad, pero sin
destruirlos; no realiza el bien común, pero no lo agrede. Ciertas modas, ciertos usos y costumbres
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diferentes, son captados por la mayoría como extravagantes o francamente desviados. La
diferencia con la conducta es que la parasocial no puede ser aislada, necesita de los demás para
poder darse.
Conducta antisocial
Cuando hablamos de conducta antisocial hacemos referencia a toda conducta que conlleve una
violación de las normas sociales de convivencia y leyes recogidas en un marco jurídico propias
de una sociedad, produciéndose así un conflicto entre la conducta y el entorno.
Para poder identificar una conducta antisocial debemos tener en cuenta ciertos aspectos, tales
como los que quedan recogidos a continuación:
• Frecuencia: la conducta se produce con asiduidad.
• Intensidad: la conducta tiene una magnitud considerable.
• Cronicidad: la conducta se n el tiempo.
• Magnitud: la conducta tiene grandes proporciones.
Resulta importante señalar que las conductas antisociales en adultos tienen su inicio en la
infancia, presentándose conductas antisociales en éstos cuando eran niños. No obstante, no todo
niño con conducta antisocial se convierte en un adulto antisocial, pues no debemos obviar que
las conductas antisociales pueden ser frecuentes en las primeras etapas de nuestro desarrollo,
y suelen desaparecer con el paso del tiempo. Como se ha comentado, podemos encontrar el
porqué de la conducta antisocial de un adulto en su infancia, por lo cual, expondremos algunas
características familiares y del entorno que favorecen el desarrollo de este tipo de conductas:
• Psicopatología o inadaptación de alguna de las figuras paternas.
• Problemas de alcoholismo y/o drogadicción.
• Desarrollo de un apego insaludable, no seguro.
• Falta de afecto y apoyo emocional.
• Padres con problemas delictivos.
• Hacinamiento.
• Familias numerosas.
• Situación de exclusión- falta de recursos y redes de apoyo.
Conducta desviada
En cuanto al fenómeno de la desviación, la criminología aborda los factores explicativos de la
conducta desviada y la conducta delictiva (robo, homicidio, daño, etc.). Estos factores pueden
ser vistos desde una perspectiva causal como determinantes de orden psicológico, biológico o
social, o pueden ser estudiados como categorías de orden cultural resultantes de procesos de
interacción y definición social complejos, en los que intervienen elementos de tipo histórico,
político o cultural.
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Entendida la conducta desviada como aquel comportamiento de uno de los miembros de una
sociedad, que se aleja de los estándares habituales de conducta. Aunque debe distinguirse
entre diferentes conductas desviadas. Así, por ejemplo, el travestismo podría considerarse
como una conducta desviada, pero resulta categóricamente distinta a la conducta desviada de,
por ejemplo, robar en un establecimiento.
Por tanto, la criminología estudia la conducta desviada de la persona, cuyo resultado deriva en
daño o perjuicio de algún componente de la sociedad.
Control social
Con respecto al control social, la criminología procura analizar desde diferentes perspectivas
(funcionales y estructurales) las instancias encargadas de reaccionar socialmente contra la
desviación y la delincuencia.
El control social se divide en dos tipos:
1. Control social formal: constituido por las leyes y normas que rigen la convivencia.
2. Control social informal: es el ejercido por la sociedad, por los padres y por las personas que
nos rodean.
Delincuente
Ser bio-psico-socio-cultural. El examen y significado de la persona del delincuente pasa a un
segundo plano desplazándose el centro de interés de las investigaciones hacia la conducta
delictiva misma, la víctima y el control social.
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Víctima
La elaboración científica de una teoría de la víctima es un fenómeno reciente, delincuente
y víctima son los dos coprotagonistas del suceso criminal. La criminología dispone ya de un
cierto núcleo de conocimientos de cuestiones como: aptitudes y propensiones de los sujetos
para convertirse en víctima, tipología victimaria, relaciones ente delincuente y víctima,
grados de coparticipación o corresponsabilidad de la víctima en el delito, influencias
sociales en el proceso de victimización, daños y reparación, comportamiento de la víctima
como agente informal del control penal.
Delito
La criminología no puede prescindir el concepto penal del delito que constituye una referencia
obligada, la criminología no solo examina el delito ni lo hace desde un enfoque valorativo. La
autonomía de la ciencia empírica es relativa por que no puede renegar del marco histórico y
cultural en el que cobra sentido la conducta humana.
5. El criminal
El homicida
Se ha podido observar que el homicida es un individuo que tiene hábitos y normas sociales
adaptadas a su medio ambiente. Sus costumbres socialmente adaptadas (vida laboral, familiar,
social) carecen de antecedentes penales y policiales. Pero, la investigación minuciosa de sus
historias clínicas revelan también que estos individuos tuvieron numerosas dificultades en
su vida de relación. Se ha observado en todo homicida una historia de frustraciones una sus
necesidades, acumulación de tensiones como consecuencia de la agresividad reprimida y
controles sociales que fallan en determinadas circunstancias. Es evidente que en los homicidas
existen ciertas: características de personalidad y una disposición de una conducta delictiva en
determinadas circunstancias vitales con una historia rica en obstáculos, el individuo no puede
hacer otra cosa que agredir. Pareciera ser que esa conducta patológica es la mejor que él puede
realizar en ese momento confuso y que hay una disposición, una tendencia a descargar esa
agresión que está muy unida a la frustración de necesidades Internas y externas. El hecho,
el lugar, la relación con la víctima, es factible de, todas las circunstancias delictivas previas,
componen una circunstancia “especial” para él, que prepara esa descarga agresiva. A veces es
tan intensa esa agresividad que los individuos la desplazan hacia personas que no conocen.
El ladrón
El robo representa una actitud, una conducta particular del sujeto con referencia a la propiedad
ajena, a los bienes del otro. ¿Qué busca el ladrón realmente en su conducta? En una primera
consideración puede ser estimada su acción como una conducta utilitaria, debido a que se trata
de objetos que tienen valor de venta, o de algo que sirve para satisfacer sus necesidades.
Todos estos factores los impulsan a veces a interesarse por los bienes ajenos, considerados como
objetos a “poseer”, más que como un medio de satisfacer necesidades materiales. Hay casos,
comenta Hesnard, en los que el afán de seguridad puede conducir a robos habituales, que
presentan las características de asegurar imaginariamente, incluso a veces místicamente, una
tendencia particular a poseer un capital.
Es decir, que el hecho de acumular dinero no tiene solamente una motivación utilitaria (dinero,
medios para procurarse satisfacciones materiales, etc.), sino que significa en ciertos ladrones la
vivencia de “poseer objetos”. Este interés excesivo por los objetos que satisfacen en los ladrones
su deseo de posesión y de seguridad se manifiesta constantemente en los ladrones habituales.
Difiere del hurto debido a que el sujeto actúa con fuerza en los objetos y medios, o también con
violencia física en las personas, sea que la violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo
en el acto de cometerlo o después de cometido para procurar impunidad. Así como la conducta
del hurto, el robo presenta múltiples formas de ejecución, por el lugar, modo, instrumentos
utilizados, participación, etc. Los más frecuentes son los robos cometidos en almacenes, bancos,
locales de negocios y los robos de automóviles.
En los robos y hurtos de automóviles hay que distinguir: los préstamos, es decir, la sustracción,
cuyo fin es tenerlo por un tiempo determinado para poder ejecutar otro delito, por lo común
un robo (este delito lo prepara y realiza una banda especializada) y el robo para realizar un
viaje (ésta conducta es realizada por lo común por un adolescente), quien busca el automóvil
como un medio para fugarse de su ambiente social, “el automóvil significa su independencia”
y finalmente el robo, después del cual el vehículo es siempre desarmado y vendidas sus piezas;
generalmente lo realiza un grupo organizado para tal fin.
El carterista
Se destaca especialmente dentro de los ladrones profesionales; raras veces trabaja solo, más
bien forma parte de un grupo. Tiene como afirma Von Henting, la técnica más depurada, el
campo de trabajo del carterista son las grandes aglomeraciones humanas. Por lo común hurta
carteras, pero también sustrae relojes de mano.
A veces se hace una distinción entre el carterista habitual y el que actúa en bandas en las que
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domina una rigurosa disciplina y cuyas empresas son preparadas cuidadosamente.
La mayoría de los carteristas son hombres, las mujeres intervienen solamente como
“colaboración” con los carteristas, y sólo en raros casos en el “tomar”.
Son personalidades inestables, inmaduras, siendo sus aspectos más acentuados: su escaso
sentido de responsabilidad y sobre todo una gran rebeldía hacia las normas sociales, tienen
mínimos sentimientos de culpa por sus delitos, no tienen remordimientos por sus actos y
conductas asociales.
Los rasgos de personalidad del ladrón se asemejan en gran medida a la personalidad psicopática,
es decir, que numerosas observaciones referentes a este síndrome, corresponden al ladrón.
“Parece frío y carente de compasión, trata a las personas ya los objetos como medios para su
placer a pesar de que puede llegar a crear relaciones, éstas carecen de profundidad emocional
y terminan frecuentemente en explosiones agresivas.
Muestra una capacidad de afecto seriamente dañada”. El ladrón es una persona muy agresiva
que no puede soportar que la sociedad ponga trabas a sus deseos o necesidades y esto conduce
a que aproveche por la fuerza a las cosas ya las personas que para él son meros objetos, tiene
una enorme dificultad para colocarse en el lugar del “otro”, es decir, no puede identificarse, de
ahí su falta de culpa por sus conductas agresivas.
El Estafador
La conducta de estafa figura dentro de los delitos contra la propiedad. Este delito presenta una
serie de peculiaridades que lo separan de las restantes conductas punibles.
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Esto es debido a que el estafador actúa mediante medios como el engaño, el artificio y el
enredo. Lombroso, refiriéndose al estafador, decía: “Tiene un aspecto y un carácter agradable
que le es necesario para conquistar la simpatía y la confianza indispensables para una más
fácil realización de su delito”. El estafador por su comportamiento seguro, por la facilidad y
naturalidad con que expone sus invenciones, sus engaños, llega fácilmente a persuadir y a
convencer incluso a personas inteligentes.
El Delincuente Sexual
Es evidente que no pueden estudiarse ni comprenderse los delitos sexuales, sino se parte de un
mínimo de conocimientos sobre lo que significa la sexualidad en la conducta de todo individuo.
La experiencia, señala Di Tullio, que como en las otras formas de criminalidad, en la sexual se
encuentran algunos delitos, por ejemplo, conducta de exhibicionismo y algunas conductas de
violencia de naturaleza ocasional.
Se trata de delitos que pueden ser cometidos por individuos que por su conducta habitual
pueden considerarse “adaptados”, y la dinámica de esa conducta está ligada a una momentánea
exaltación erótica que viene a desarrollarse generalmente bajo la influencia de condiciones
ambientales particulares, de leves estados de intoxicación (alcohol), de la lectura de impresos
pornográficos, etc. En la dinámica de las conductas sexuales se encuentran dos elementos de
importancia: la particular sexualidad individual y el comportamiento de la víctima.
Tal vez en este tipo de conducta se puede observar con mayor claridad la actuación
de la víctima, como valor determinante de la conducta delictiva. En este capítulo nos
referiremos a las siguientes conductas sexuales: violación, incesto, impudicia con niños,
exhibicionismo y prostitución.
Violación
Es la relación sexual impuesta y consumada con violencia, en la cual la víctima es forzada a
realizarla. Se manifiesta por lo general como un delito propio de los grupos rurales. Las
modalidades de la conducta de violación varían mucho, según el agresor y las circunstancias.
A veces se trata de la violación llamada clásica: conducta primitivamente agresiva.
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En los casos el estudio de la conducta revela que la satisfacción ha sido producida por la
experiencia de la agresión violenta y sádica sobre el cuerpo de la víctima que por la significación
genital de la conducta, algunos individuos se complacen sin llegar a la violación en herir a la
mujer, golpearla o matarla. El homicidio es a veces expresión de una sexualidad anómala, ya
que sólo a través de él consiguen el orgasmo algunos individuos.
Hay que distinguir este homicidio del perpetrado durante la violación, y que está dirigido a
vencer la resistencia de la víctima o impedir que llame la atención.
Entre las denuncias que llegan a la policía y las sentencias que realmente se producen existe
una significativa diferencia numérica.
Esta técnica permite plasmar no sólo de forma cuantitativa sino también cualitativa, el modus
operandi de los delincuentes en una determinada área, facilitando con ello el accionar de la
prevención de la delincuencia y con el objetivo de lograr el control del delito.
Sus origines se remontan a la teoría de la Prevención situacional del delito de Jeffrey (1971)
o la del Espacio Defendible de Newman (1972), para prevenir el delito, el nuevo modelo
policial propuesto por Goldstein (1979), denominado como Policía orientada a la solución
de problemas, o las más conocidas teoría de las actividades rutinarias de Cohen y Felson
(1979), teoría de la elección racional de Cornish y Clarke (1986) o teoría del patrón delictivo
de Brantingham y Brantingham (1993) Utilizado para dibujar e ilustrar diversos problemas
ya sean delictivos o no.
Según el modelo de prevención situacional del delito existen áreas, lugares y horas, donde
se acumulan los problemas coincidiendo con una mejor hora para delinquir. Llegando a la
conclusión que los delitos no se cometerían al azar, y que si estos se detallaran en un mapa
geográfico identificándolos como “puntos calientes” se podría analizar el motivo por el cual
los conflictos se centran en determinadas zonas.
El mapa delincuencial aclara los distintos tipos de delincuencia y otros incidentes que se
producen en una determinada zona local, provincial, estatal o incluso internacional.
Antes de utilizar la información de un mapa delincuencial, los datos geográficos deben ser
geocodificados. La dirección de un registro (delito, detención, etc.) en un mapa delincuencial
se utiliza junto con los datos del segmento de la calle geocodificada. La geocodificación es
el proceso de vinculación de la dirección de un incidente con sus coordenadas en el mapa,
de modo que se podrá reconocer la dirección a través del incidente geocodificado y al revés.
Programas informáticos
El mapa delincuencial ha sido muy desarrollado en países anglosajones, donde han realizado
gran cantidad de programas informáticos que facilitan la labor de los criminólogos. El
resultado es muy extenso y variado en el mercado internacional por lo que se pueden
consultar diversas páginas digitales para una correcta elección.
Las características que debería tener un buen programa para la realización de un mapa
delincuencial son los siguientes:
• Título: debe incluir información sobre la naturaleza de los datos, la unidad geográfica
y la fecha de los análisis.
• Leyenda: debe enumerar las fuentes de los datos tabulares y geográficos en el mismo mapa,
además de indicar los símbolos que se utilizan para representar cada fuente de datos.
• Geocodificación: debe mostrar el porcentaje del delito existe en la dirección analizada
en relación con la zona señalada.
• Etiquetas: el mapa delincuencial mediante un texto debe etiquetar las principales
características del delito en el mismo mapa y resaltar conclusiones interesantes.
• Autor y fecha: se debe incluir en un buen mapa delincuencial el nombre de la persona
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o la organización que lo creó, así como la fecha.
También podría ser utilizada por los potenciales delincuentes, quienes pueden utilizar
esta información para dirigirse a barrios que no son prioritarios para la vigilancia policial.
Asimismo, estos mapas pueden llevar a que se estigmatice una zona, que sea catalogada
como insegura o delictiva, llevando a que posiblemente disminuya el valor de las propiedades
y ahuyente a residentes y visitantes.
Pese a los inconvenientes mencionados, que por otra parte, pueden ser controlados o
aminorados actuando correctamente, la elaboración de mapas de criminalidad es atractiva
y si se utiliza al máximo de sus posibilidades puede proporcionar una información muy
útil con relación al análisis del delito y su prevención, ayudando en la toma de decisiones
prácticas sobre estrategias de prevención de la delincuencia.
La victimogia
Hemos visto al proceso de la Investigación Criminal desde el Método Científico, así como la
triple función epistemológica, hemos recorrido un largo camino hasta llegar hasta aquí en
donde desarrollaremos la victimología en todas su formas, me pareció apropiada esta frase
para comenzar nuestro estudios.
7. Definiciones introductorias
A lo largo de la historia, las víctimas siempre ocuparon un lugar secundario. La filosofía, la
historia, la evolución de los pensamientos en el transcurso del tiempo, se focalizaron más
en el victimario que en la víctima. Por eso es menester en esta oportunidad, desentrañar
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los orígenes del vocablo, su evolución, las clasificaciones que se han ido formulando, las
organizaciones destinadas a preservar y brindar ayuda a las víctimas y entender muy
claramente que Víctima – Victimario, se constituyen en un todo inescindible, en un
binomio penal que hay que analizar.
Victimología: Disciplina criminológica que estudia el papel que la víctima desempeña con
relación al delito y las consecuencias que el delito ocasiona en las victimas.
Víctima: Aquellas personas que, individual o colectivamente han sufrido daños físicos o
psíquicos, pérdida financiera, patrimonial o menoscabo en sus derechos fundamentales
como persona, todo ello independientemente de que la Justicia juzgue o no al delincuente o
de la relación entre víctima y agresor.
Victimogénesis: Estudio de los factores que predisponen a ciertos individuos a tener más
riesgos que otros de ser objeto de delitos. Se analizará la conducta de la victima que pudiera
tener relación con un incremento del riesgo de serlo.
8. Antecedentes
José Sangrador nos dice que en la época grecorromana la víctima tuvo mayor consideración
social, y que incluso alcanzó un rol protagónico en la investigación criminal, pero con el correr
de los años y el desarrollo del Estado y el Derecho Penal, fue teniendo una participación de
segundo orden, centrándose el proceso penal, más en el autor del crimen o el delincuente.
Efectuando una lectura de los postulados de las Escuelas del Derecho Penal, se observa que
no hay un lugar específico para la víctima del delito y las referencias que se hacen de ella
sólo son incidentales o colaterales pero nunca se refieren directamente a ella, con excepción
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de representantes de la Escuela Clásica y la Escuela Positiva. De la Escuela Clásica italiana,
Francesco Carrara, es un digno partidario de la reparación del daño subsidiaria, cuando se
pronuncia sobre la justicia y la utilidad pública proveniente de lo que él llamaba una caja
pública engrosada por multas pagadas por los delincuentes y a la que proponía se recurriera
para indemnizar a los afectados por delitos cometidos por personas insolventes.
Rafael Garófalo en 1887 escribe la obra denominada: “Riparazione alle vittime del delito”, o
Indemnización a las Víctimas del delito, que abrió un camino en la materia, ya que se refería a
las Víctimas, señalando que “esta clase de personas a que todo ciudadano honrado puede tener
la desgracia de pertenecer, debía merecer que el Estado le dirigiese una mirada de benevolencia,
una palabra de consuelo. Las Víctimas debían seguramente tener derecho a mayores simpatías
que la clase de los delincuentes, que parece ser la única de que los actuales legisladores se
preocupan”. Asimismo Prins en el año de 1895 pronunció ante el Congreso Penitenciario
Francés en París lo siguiente: “el hombre culpable, alojado, alimentado, calentado, alumbrado,
entretenido, a expensas del Estado en una celda modelo, salido de ella con una suma de dinero
legítimamente ganada, ha pagado su deuda con la sociedad… pero la víctima tiene su
consuelo, puede pensar que con los impuestos que paga al Estado, ha contribuido al cuidado
paternal que ha tenido el criminal durante su permanencia en la prisión”.
Por su parte, Enrique Ferri, el tercer apóstol del positivismo, señaló en el año 1881, que el
procedimiento penal debía reformarse para facilitar la reparación del Daño, planteando a la
reparación del mismo de varias formas:
I. Como sustitutivo de la pena de prisión;
II. Aplicando el trabajo del reo al pago;
III. Como pena para delitos menores;
IV. Como obligación del delincuente a la parte dañada
V. Como función social a cargo del Estado.
También se cuenta con el antecedente de que en el año 1901, el mismo Ferri en sus clases
en la Universidad de Nápoles, afirmó que: “la víctima del crimen ha sido olvidada, aunque
esta víctima produce simpatía filantrópica mayor que la que provoca el criminal que ha
producido el daño”.
La Victimología ha sido estudiada desde la década de los años cuarenta del siglo pasado y
nace como corolario de la macro victimización de los judíos en la Segunda Guerra Mundial.
Derivado también de este holocausto hitleriano alemán surge, al término de la segunda
mundial la O.N.U. (Organización de las Naciones Unidas), la que el 10 de Diciembre de 1948,
proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos, instrumento internacional que
serviría de antecedente y base para la Declaración de Principios Fundamentales de Justicia
para Víctimas de Delito y Abuso de Poder.
Franz Exner en su obra “Biología Criminal” escrita en 1939, consideró a la víctima como un
elemento fundamental de la criminogénesis, señalando que en “muchos delitos la víctima
es una pieza especialmente importante de la situación del acto, algo así como una aptitud
personal de llegar a ser víctima de una acción delictiva de tipo determinado”.
Gerardo Landrove Díaz, menciona que entre los pioneros de esta nueva ciencia se encuentra
el criminólogo alemán Han Von Henting, quién escribe en 1947, “The criminal and his
victim”, obra en la cual se dedica todo un capitulo al estudio de la víctima y su contribución
en la génesis del crimen, estudiando principalmente la interacción del delincuente con la
víctima y creando una tipología en base a esa interacción.
No es antojadizo entonces que, Hans Von Hentig, un Alemán perseguido por los nazis,
publicara una obra de psicología criminal sobre delitos en particular, en donde aborda el
delito de estafa y hace alusión a la participación de la víctima en relación a la cooperación
que tiene en dicho crimen para que este se efectué.
La Profesora española Myriam Herrera Moreno, en su obra “La hora de la víctima, Compendio
de Víctimología”, señala que, tanto Von Henting como Mendelsohn, fueron vistos como
radicales innovadores, de los que en la década de los cuarenta del siglo XX, parte esta clásica
“víctimología del acto”. Y cómo se señalara “ut-supra”, ambos autores, experimentaron por
su condición de judíos, la victimización por parte del nazismo.
Poco a poco fueron publicándose más obras como la obra denominada “Relations
psychologiques entre le criminel et la victime” (el vínculo psicológico entre el delincuente y
sus víctimas) de H. F. Ellenberger en 1954. Otro ilustre tratadista del tema es el criminólogo
de origen norteamericano llamado Marvin Wolfgang, quién se distinguió en la pragmática
victimológica, en lo específico tratándose de estudios prácticos relativos a estadísticas de
posibles modelos o paradigmas de homicidio criminal, creando lo que denominaría concepto
de “precipitación victimal”. La mayoría de los autores entre ellos, Gerardo Landrove Díaz,
ubica en el primer Simposio Internacional de Victimología, llevada a cabo en Jerusalén en
1973 como la primera ocasión en que se define a la Victimología como “el estudio científico
de la Víctima de delito” y el inicio de la fase de consolidación de la propia victimología. Elías
Neuman afirma que esta definición se limitó solo al ámbito jurídico penal, pero ya en la
actualidad se contemplan una tipología de victimas más amplia para la Victimología,
aunque Mendelsohn ya había hablado con anterioridad a dicha fecha sobre ella.
Nuestro país no fue ajeno a este fenómeno. Tal es así que en la confección de un vital
documento, cómo lo es la Historia Criminológica, a instancias del Dr. Osvaldo Loudet,
que la presentara en el “Primer Congreso Nacional de Criminología”, celebrado en
Buenos Aires del 25 al 31 de julio de 1938, en la foja correspondiente a “Delito por el que
actualmente está condenado”, aparece como subtítulo la palabra Victimología. Y
es aquí donde se le otorga cabal dimensión práctica al concepto que nos ocupa, ya que se
analiza pormenorizadamente cuál ha sido el rol de la víctima, para transformarse en tal y se
aplican las distintas opciones de clasificaciones victimales.
Concepto
Al decir de Carlos Rodríguez Campos en su trabajo “Aspectos históricos y reflexiones
sobre la víctimología y el derecho victimal en México”, la Victimología como tal, es
una de las disciplinas más recientes de las ciencias penales, algunos la ubican dentro de la
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criminología, otros tantos dicen que es tan diferente de ésta última, como lo es la víctima
del victimario o delincuente, sin embargo, lo que sí es relevante no es su ubicación sino su
existencia y la importancia que ha tomado después de su nacimiento en la segunda mitad
del siglo pasado, así como los numerosos estudios que de ella y su objeto de estudio, se han
realizado a nivel mundial y regional.
El concepto de Victimología puede ser tomado desde varios puntos de vista o desde varias
perspectivas, pero no cabe duda alguna que la primera aproximación a éste es el brindado
en el Primer Simposio Internacional de Victimología, celebrado en Israel en el año
1973, en el cual se consideró que es el estudio científico de las víctimas del delito.
Actualmente este concepto se ve influido por otro mucho más amplio, al decir de Elías
Neuman, cuál es, el de “Víctima Social”.
Asimismo, apela a dos variedades: Vincire: animales que se sacrifican a los dioses o deidades
o Vincere: que representa al sujeto vencido. En el idioma inglés se habla de Víctim, Victime
en francés y Vittima en italiano.
Jorge Sosa Chacin (1968), profesor venezolano, decía que la Victimología es una rama de la
Criminología la cual tiene por objeto el estudio de la víctima resultante de la infracción penal.
El profesor Ezzat Fattah (1971) nos dice que el objetivo de la Victimología es el desarrollo,
a través del estudio profundizado de la víctima, de un conjunto de reglas generales y de
principios comunes y de otro tipo de conocimientos que puedan contribuir al desarrollo, a la
evolución y al progreso de las ciencias criminológicas y jurídicas.
Según Gunther Kaiser (1985), la Victimología se propone investigar las relaciones entre el
delincuente y la víctima del delito.
Isidoro Silver afirma que una rama de la Victimología destaca la responsabilidad del Estado
para compensar a la víctima, puesto que no pudo protegerla.
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La existencia de la Victimología es una realidad en nuestros días. Benjamín Mendelsohn
señalaba que “la Victimología implica específicamente, el descubrimiento de medios de
investigación y elaboración de pruebas, recursos, terminología única, etc., para lograrlo, es
necesario que un grupo de científicos inicie alguna acción a favor de la Victimología, con un
espíritu como el descrito antes. Principalmente le incumbe a los médicos, sociólogos, psiquiatras,
psicoanalistas, criminólogos y juristas. Es necesario señalar, en esta primera ocasión, el interés y
colaboración de los ingenieros mecánicos, ecólogos, ciberneticólogos, demógrafos, etc. Algunos
de ellos contribuirán al conocimiento de varias categorías de victimas que le interesan a la
sociedad como factores causales”.
Los pocos trabajos que se habían realizado para entonces sobre el tema, encontraron en el
Primer Simposio (Israel, 1973) un lugar foro para darse a conocer. Reyes Calderón y León
Dell, afirman que la Victimología nace científicamente en el Tercer Simposio Internacional
de Victimología celebrado en 1979 en Münster, Alemania, con la fundación de la Sociedad
Mundial de Victimología.
Componente objetivo. Una víctima es cualquier persona que haya sufrido directa o
indirectamente (en el caso de sus familiares cercanos) un hecho traumático producido por
un accidente, una catástrofe natural o una agresión humana, independientemente de que
haya sido declarado formalmente como delito por parte de la Justicia.
Componente subjetivo. Una víctima es la persona que, en función del suceso traumático,
experimenta una interferencia negativa en su vida cotidiana (reacciones emocionales
graves, incapacidad de rehacer su vida, dificultades para establecer proyectos de futuro,
stress post traumático, etc.).
Las víctimas son incómodas para la gente porque recuerdan la fragilidad y vulnerabilidad del
ser humano y exponen en toda su crudeza los límites de la crueldad humana.
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No es un suceso traumático la ruptura de pareja no deseada, la muerte de un ser querido por
una muerte natural, el suspenso en un examen, la jubilación impuesta, etc.
Tipos de víctimas
a) Víctimas directas
Lo que genera habitualmente daño psicológico suele ser la amenaza a la propia vida, una
lesión física grave y la percepción del daño como intencionado.
El daño psicológico generado suele ser mayor si las consecuencias del hecho delictivo son
múltiples, como ocurre, por ejemplo, en el caso de un secuestro finalizado con el pago de un
cuantioso rescate por parte de la familia de la víctima o en el superviviente de un accidente
que ya no puede volver a ejercer su profesión.
b) Víctimas indirectas
El acontecimiento traumático puede compararse a una piedra arrojada en un estanque.
Así, origina ondas que no sólo afectan a las víctimas propiamente dichas, sino también a
aquellos que están cerca de ellas. Se trata de un efecto onda y de un efecto contagio.
El efecto contagio está relacionado con la convivencia con la víctima. Un contacto cercano y
prolongado con una persona que ha sufrido un trauma grave puede actuar como un estresor
crónico en el familiar, hasta el punto de que puede ser responsable de un deterioro físico
y psíquico. La afectación de las personas que están en estrecho contacto con la víctima y
que pueden experimentar trastornos emocionales y ser víctimas secundarias del trauma se
denomina traumatización secundaria.
Victimización primaria:
La víctima sujeto pasivo de un delito tiene una experiencia personal que le acarrea unas
consecuencias físicas, psícológicas (ansiedad, angustia, abatimiento, miedo a que se repita,
culpabilidad, etc.), de índole económico y las relacionadas con su entorno social. Ante esta
experiencia individual, la sociedad llega a sentir compasión por ella y no es solidaria.
Victimización secundaria:
Engloba la relación y experiencia personal de la víctima con el sistema policial y judicial.
Las víctimas tienen una nueva experiencia que puede llegar a ser más cruel que la victimización
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primaria, cuando las instituciones que deberían protegerla no la comprenden, no la escuchan,
le hacen perder el tiempo, el dinero e incluso pueden sentirse acusadas (violación, menoscabo,
ostentación de objetos de valor, etc.)
Ante estas situaciones el Estado y los Estados de la Unión Europea, han reconocido esta
victimización secundaria y se han visto obligados a reparar sus deficiencias protectoras de la
sociedad por lo que han legislado diferentes
Recomendaciones y leyes:
Todas ellas dirigidas a las víctimas de delitos graves: muerte, lesiones corporales, daños a la
salud física y mental y a las personas más inmunes a esos ataques: niños, mujeres, ancianos.
1) Recomendación de 1.985 del Consejo de Europa (comité de ministros) – Trato policial
a la víctima – Ayudas materiales a las que tiene derecho – Interrogatorio cuidadoso y
considerado.
2) R.D. 673/1992 de 19 de junio y R.D. 1.879/1.994 de 16 de septiembre. – resarcimientos
por daños a víctimas de bandas armadas y acciones terroristas.
3) L.O. 19/1994 de 23 de diciembre – Protección de testigos y peritos en causas criminales.
4) L.O. 35/1995 de 11 de diciembre – Ayudas y asistencia a las víctimas de delitos violentos
y contra la libertad sexual.
Victimización terciaria:
Victimización del delincuente por la situación y circunstancias que le llevaron a cometer el
delito, su periodo de condena y su posterior reinserción:
• Institucional: Marginación social por las estructuras injustas determinadas por los
grupos dominantes.
• Penitenciaria: Hacinamiento y sobrepoblación de los centros penitenciarios- Agresiones
físicas, psiquicas, sexuales – Mafias y normas internas que controlan los más fuertes /
poderosos.
• Postpenitenciaria: Problemas de reinserción en una sociedad hostil- Reincidencia
(victimario)
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4. Autonomía de la victimología
Algunos autores señalan que la Victimología es un capítulo de la Criminología, lo que quiere
decir que este tipo de estudio se halla restringido a la óptica criminológica, y obviamente
sólo englobaría en su campo de estudio a las víctimas de los delitos y en cierta medida de los
actos antisociales, en cuanto juegan determinado papel en la dinámica criminal.
El Profesor italiano Paolo Pittaro (1978), siguiendo también esta tónica considera que el
estudio de la Victimología es de carácter multidimensional, teniendo un contenido amplio,
tanto del contexto de la antropología cultural, de la sociología, de lo religioso-espiritual,
psicológico y jurídico.
Brunon Holyst, hace una distinción entre Victimología general y Victimología penal.
Pueden ser:
b.1. victima propiciadora por imprudencia o negligencia. El comportamiento negligente,
descuidado o imprudente de ciertas personas, es una condición que puede favorecer o
facilitar un hecho delictivo en su agravio.
En los delitos de tráfico automotor que origina lesiones muerte de un volumen importante
de personas, la conducta de la victima juega un papel notorio. Sobre todo por la imprudencia
al cruzar las calles muy transitadas por vehículos automotores.
De igual manera el deambular en estado de ebriedad o drogados, sobre todo en altas horas
de la noche, propicia el ser objeto de atracos o de atentados sexuales, etc.
Por ejemplo en los delitos sexuales, la insinuación real o aparente de algunas jóvenes puede
desencadenar actos de violencia sexual en su agravio; así mismo las mujeres que caminan
solas por lugares no muy seguros o aislados, vistiendo atuendos escasos o que muestran
determinadas partes de su anatomía, pueden exacerbar el impulso sexual de un agresor
potencial.
b.3. victimas facilitadora por actitud personal especial. Debido a sus particularidades
personales, probablemente se hallan más propensas a ser víctimas.
Dennis Chapman, sostiene que: “la víctima es algunas veces la causa de la infracción, y en
todos los casos, el delito no puede ser bien comprendido sin tomarla en cuenta”.
c.3. Victima entre víctima y victimario.- también se debe tener en cuenta que una variable
importante en el estudio victima-autor, es el hecho de que ambos se conocieran o no
en la etapa previa al evento criminal. En muchos casos existe alguna forma de contacto
interpersonal de diversa temporalidad y característica, antes del delito, entre el agente
y agraviado.
En estos casos juega también un papel importante el tipo de percepción social que el posible
criminal tiene de la potencial víctima.
Marvin Wolfgang, en su investigación sobre los homicidios, encontró que de 588 de estos delitos
estudiados en Filadelfia (U.S.A.), hubo un 26% que fueron precipitados por la victima (1959).
Según Ellis y Gullo cierto tipo de homicidios es consecuencia de circunstancias frustrantes mas
el contacto repetido del homicidio con personas a las que considera muy frustrantes.
En la Victimologia de los delitos sexuales el grado de conocimiento previo entre agresor y víctima
también tiene especial incidencia. Asimismo se considera que en los hechos no necesariamente
se aprecian condiciones físicas especiales en las agraviadas de estos delitos. Quizá la actitud o
el comportamiento que denote una señal erotizante sexual sea lo más importante, lo que va a
incidir precisamente en la percepción social del agente sobre la víctima.
López Rey plantea la hipótesis de que las víctimas son más numerosas en la criminalidad no
convencional que la delincuencia común. Sobre todo en los delitos económicos y de abuso de
poder político. Al respecto afirma que la victimización es extensa en los grandes fraudes fiscales
y evasiones de capital a menudo perpetrados por personas pertenecientes a grupos sociales
dirigentes que suelen presumir de patriotismo o de firme adhesión a principios legales.
Kaiser señala que según algunos estudios llevados a cabo, en función de edades, si bien las
personas jóvenes están más representadas entre victimas, son menos propensos a denunciar
que los mayores. Sin embargo, el problema más significativo es que del alto volumen de
hechos criminales que producen victimas, sólo un porcentaje que oscilaría entre un 33 a 49
por ciento de ellos serían objeto de denuncia en sede policial, según encuestas efectuadas
en EE.UU entre 1967 y 1979. Esto significa que más de la mitad de los delitos ocurridos no
llegan a ser denunciados (cifra negra de la criminalidad).
Delitos cometidos Delitos denunciados Arrestados por la policía Llegan a juicio 100 casos
50 casos 20% de 50 denunciados = 10 casos 42% de 10 arrestados= menos de 5 casos
7.1. La víctima en el proceso penal
No obstante que la legislación procesal penal considera a la víctima como parte del proceso,
teniendo derecho además a una reparación civil que se debe precisar en la sentencia, sin
embargo la víctima no desempeña ningún papel protagónico en el proceso, por ello ya
los abolicionistas, entre otros estudiosos, han venido señalando que en el proceso penal
moderno, prácticamente la victima ha sido expropiada de su conflicto, quedando relegado y
centrado en el delincuente y en el Estado.
Manuel López Rey dice que: “la victima de la criminalidad y no el delincuente, requiere
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primaria atención por parte de la policía criminal y de los sistemas penales”
El desarrollo del Derecho procesal penal se ha centrado en afirmar una serie de garantías y
protecciones al imputado, sin embargo la víctima, como señala Jaume Solé Riera, recibe de
facto la peor parte del proceso penal Antonio García Pablos de Molina nos dice que la víctima
del delito ha padecido un secular abandono, tanto en el ámbito del derecho penal como en
la política criminal, la política social y la propia criminología.
13. Victimización
La victimización es un concepto que implica algún grado de exageración de la condición
de víctima que una persona determina sobre sí misma, aún en situaciones que no suponen
necesariamente esa condición. Si bien el término siempre supone la idea de un victimario
que ocasiona un perjuicio y de una víctima que sufre la agresión, para la psicología la
victimización es un estado de salud mental a partir del cual la persona se posiciona a sí
misma como víctima.
El concepto de víctima identifica a la misma como a aquella persona que ha sufrido daño
emocional, físico, mental, pérdida financiera o menoscabo de los derechos fundamentales por
acción u omisión que viole la legislación penal, incluyendo la prepotencia y el abuso de poder.
Incluye a familiares y personas con relación inmediata y directa con la víctima, como así
también a aquellas personas que sufrieron daños al brindar asistencia a la víctima o que
intervinieron para prevenir la victimización.
Existe una primera víctima social que está ligada a la adversidad, a la injusticia y al
padecimiento al que la exponen la exclusión y la vulnerabilidad. Se trata de las que sufren
la pobreza, el desamparo, la marginalidad cultural, y constituyen el eslabón más frágil de la
cadena injusta de la desigualdad humana.
Luego existe la víctima del delito, que fue objeto de un abuso criminal que infringe la ley y el
Derecho Penal. Por último, existe la víctima del infortunio, de una catástrofe, de un siniestro,
desastre natural o tecnológico.
El estudio de las víctimas puede realizarse desde la perspectiva de una víctima en particular
o desde un punto de vista epistemológico analizando las causas por las que grupos de
individuos son más o menos susceptibles de resultar afectados.
Metodología
Desde el inicio de las investigaciones se han realizado diferentes protocolos de investigación
que incluyen diversos ítems dirigidos a registrar datos de manera homogénea y sistemática.
La mayoría de los protocolos se han enfocado al estudio de suicidios; también existen otros
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para aplicación en homicidio), y para la investigación de características socioculturales y de
rasgos de personalidad en los suicidas cuyos resultados pretenden generar estrategias de
prevención (prevención victimal). En algunos de los estudios realizados con el método de
Autopsia Psicológica se utilizan instrumentos predeterminados con preguntas diseñadas
según el tipo de estudio, algunos de ellos estructurados como encuestas que pueden ser
aplicadas por personas no expertas. Otros estudios utilizan entrevistas estructuradas
similares a la de una entrevista psiquiátrica, realizada por un experto y dirigida a evaluar
puntos específicos, teniendo en cuenta que el informante es una tercera persona. Algunos
estudios han utilizado la entrevista telefónica como medio para obtener la información.
Además de la recolección de información mediante un cuestionario o entrevista a los
familiares y/o allegados de las víctimas, la autopsia psicológica debe contar con información
adicional como historias clínicas previas de la víctima, proceso judicial si lo hubiere,
evidencias que este contenga, escritos, grabaciones, notas suicidas o cartas de la víctima en
los meses anteriores al evento que se investiga.
Este procedimiento no puede determinar con exactitud si la muerte fue suicidio, homicidio
o accidente.
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incidencia en las circunstancias de su fallecimiento. Finalmente se hace una aproximación
a las circunstancias que determinaron su muerte y la posible participación de la víctima en
las mismas. Todo el proceso mencionado exige un tiempo apreciable. Algunos estiman que
cada estudio implica un promedio de treinta horas, otros que antes de un mes no es posible
estudiarlo, pero ha habido casos que han requerido años.
Es de suma utilidad en estudios de VICTIMOLOGÍA; por ejemplo, para establecer hasta qué
punto el occiso pudo provocar las circunstancias en las que murió, colocándose en una
situación que podría haber evitado. En la investigación de muertes violentas, el análisis del
funcionamiento mental de la víctima puede arrojar datos relevantes para la prevención y
predicción de las mismas. En este sentido puede ser un instrumento de gran valor al establecer
políticas de prevención en suicidio, homicidio o accidentes. Finalmente el estudio psicológico
de una víctima de suicidio y el esclarecimiento de sus circunstancias mentales al momento
de su muerte pueden arrojar datos terapéuticos para familiares y allegados, e incluso para la
comunidad. Durante el proceso de elaboración de la autopsia psicológica se pueden identificar
familiares y allegados con depresión o riesgo suicida y ubicarlos en un tratamiento.
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15. Fuentes Consultadas
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• HERRERA MORENO, Myriam (1996). La hora de la víctima, Compendio de Víctimología,
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• JIMÉNEZ ROJAS, Iván Alberto, (2001) La Autopsia Psicológica como Instrumento de
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• LANDROVE DÍAZ, Gerardo,(1990) Víctimología, Tirant lo blach, España.
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• NEUMAN, Elías, (1994) Victimología y control social (las víctimas del sistema penal),
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historia y proyección, Editorial Porrúa, México.
• RODRÍGUEZ Manzanera, Luís, (2005). Victimología Estudio de la Víctima, 9ª edición,
Editorial Porrúa, México,
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• Hilda, Marchiori. El Estudio del delincuente. Tratamiento Penitenciario (cuarta edición)
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Fuente web
• Alonso, Ruiz Historia de la criminología. Fuente web: http://
www.academia.edu/8127396/HISTORIA_DE_LA_CRIMINOLOGIA_ 2
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