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Metodología Científica Aplicada

a la Investigación Criminal
(Edición 2018)
Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina
Rosario 532
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina
http://www.iupfa.edu.ar

Autor:
Dra. Alejandra Hentschel

Coordinador Pedagógico:
Zubiaurre, Claudia

Diseño y edición
Gastou, Daniela
El proceso en la investigación criminal
1. Introducción...............................................................................................4
2. La triple función epistemológica.......................................................................4
3. La Multidisciplinariedad de la Criminología........................................................5
4. El objeto de la Criminología...............................................................................7
5. El criminal......................................................................................................10
6. El mapa del delito............................................................................................14
7. Definiciones Introductorias.............................................................................19
8. Antecedentes.................................................................................................20
9. Victimización Primaria, Secundaria y Terciaria..................................................25
10. Tipología Victimal. Clasificaciones..................................................................29
11.VictimologíaySistemaPenal..........................................................................33
12. Tendencia de la Victimología..........................................................................34
13. Victimización...............................................................................................35
14. La Autopsia Psicológica.................................................................................36
15.BibliografíaConsultada.................................................................................40

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I. Introducción
Con el fin de explicar las causas y motivos del fenómeno delictivo, prevenirlo y estudiar las
acciones específicas que en consecuencia requiere cada caso en concreto es necesario realizar
el estudio de estos tres aspectos: crimen, criminal y la criminalidad. Lo que entendemos por
el crimen hace referencia a la acción delictiva o a la acción antisocial. Respecto al criminal lo
podemos definir como un sujeto que cometió un crimen o delito tipificado por el Código Penal
o realizó conductas que se consideran antisociales. El criminal también es denominado como
delincuente y va ser el sujeto activo de los delitos o de las infracciones penales.

Se han realizado muchos estudios sobre la personalidad de los criminales o delincuentes con
el fin de intentar descubrir que es lo que les lleva a cometer los crímenes o los delitos. De esta
forma, si se realizan estudios de las conductas y del porqué de las mismas se puede intentar
prevenir que se vuelvan a producir por ese mismo criminal o delincuente.

Finalmente la criminalidad puede ser definida como una disciplina que se encarga del estudio
de los crímenes y de los criminales, de las conductas delictivas o antisociales que realizan y del
porqué de las mismas. Lo que no se puede negar es que la criminalidad es algo que se encuentra
presente en todas las sociedades y que esto se remonta a lo largo de los años. Podemos decir
que nos abocaremos entonces en esta unidad, a la interpretación microscópica centrada en la
conducta criminal y en el agente de la conducta, su comportamiento con relación al fenómeno
delictivo; también resulta interesante analizar qué elementos inciden en el hombre en la
realización de los delitos y al individuo previamente consumado el delito. A partir del análisis
macroscópico se estudiará cómo trabajar para la prevención de la delincuencia e identificar sus
configuraciones y su tendencia descriptiva y causal en un territorio.

2. La triple función epistemológica


1. Interpretación microscópica centrada en la conducta típica (“el crimen”):
Se estudia la conducta antisocial del sujeto (“el crimen”) buscando cuáles son o pueden ser
las causas de tal comportamiento. Los elementos a considerar en este primer nivel son dos:
a) El crimen concreto cometido en su dimensión espacio/temporal.
b)La forma criminal específicamente desarrollada. Este nivel tiene dos marcados
componentes, uno psicocriminológico y otro criminalístico, que se deben complementar
conjuntamente.

2. Interpretación microscópica centrada en el agente de la conducta típica (“el criminal”):


Se analiza al autor del hecho buscando la aplicación de un tratamiento o programa
rehabilitador, reeducador, resocializado, centrado sobre lo que el sujeto “es” y “ha hecho”.

3. Interpretación macroscópica o general (“la criminalidad producida”):


Se estudian el conjunto de las conductas criminales y sus características en un su dimensión
espacio/temporal para inferir los tipos de criminalidad por zonas o regiones y por el tipo penal.
En este nivel, la Criminología se auxilia de los métodos propios de la Estadística y la Sociología.
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3. La multidisciplinariedad de la Criminología. 1
Sabemos que la CRIMINOLOGÍA es una disciplina empírica ínter, trans y multidisciplinaria
que tiene como objeto de estudio al criminal, con relación al crimen mismo, sin dejar de
lado del todo a la víctima la cual será en todo caso objeto total de estudio de la victimología,
con el objetivo de entender al criminal mismo y sus distintas motivaciones que lo llevaron a
cometer determinados crímenes.

Basa sus fundamentos en conocimientos diversos de disciplinas y ciencias tales como lo son la
Sociología, Psicología, Medicina Legal, Criminalística, Antropología, Penología, Estadísticas,
Matemáticas, Física y Química, apoyándose de manera indirecta en el Derecho Penal y en
otras ciencias de carácter penal o forense. Las áreas de INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA
incluyen el iter criminis, la incidencia y las formas o mecanismos de los crímenes, así como
sus causas y algunas consecuencias.

El nombre de esta ciencia fue utilizado por primera vez por el antropólogo francés Paul
Topinard. Así mismo en 1885, el profesor italiano de derecho Rafael Garófalo acuñó este
término de manera formal.

A pesar de haber sido cuestionada en cuanto a su vinculación y dependencia para con el


Derecho Penal, la CRIMINOLOGÍA ha alcanzado un carácter de ciencia autónoma, al ser
partícipe de la utilización del MÉTODO CIENTÍFICO para la formulación de las distintas teorías
que la componen.

La CRIMINOLOGÍA estudia en el ser criminal los distintos aspectos que componen la salud
integral, es decir el compuesto bio-psico-socio-cultural, para así poder llegar a conclusiones
sobre la fuente del actuar criminal.

Recordemos, aunque algunos términos o conceptos son parecidos, no es lo mismo hablar de


Criminal en el sentido propio de la Criminología, que hablar de un delincuente en el sentido
propio del Derecho Penal. Las connotaciones aunque similares en lo general, son muy
distintas en el fondo de cada concepto. Es decir, el criminal lo es por la materia de su acto, ya
sea que este acto se encuentre tipificado o no en alguna ley. Y por otro lado el delincuente lo
es por realizar un acto tipificado por legislación penal, ya sea que su acto sea un crimen en
sentido humano o no.

La lucha contra el delito y el estudio de los delincuentes y del castigo data desde la antigüedad,
Filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles ya hablaron sobre este tema, atribuyendo los
delitos a deficiencias físicas o mentales e incluso a la herencia. 1
Extraído de Alonso Ruiz Historia
de la criminología. Fuente
A mediados del siglo XIII, Tomás de Aquino intentó también sentar las bases de la filosofía web: http://www.academia.
del derecho penal en su obra Escolástica, y en la Edad Media se realizaron algunos estudios edu/8127396/HISTORIA_DE_
médicos para investigar crímenes aislados. En el siglo XIX, se empiezan a aplicar los métodos LA_CRIMINOLOGIA_2
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de observación científica al crimen, con el fin de determinar las causas de la criminalidad.
En este momento es cuando la escuela italiana (Lombroso, Rafael Garófalo, Enrico Ferri)
pretende encontrar la causa profunda de la delincuencia en las anomalías corporales y
mentales de los individuos y de la Escuela Franco-belga (Durkheim, Guerry, Lacassagne,
Quételet, Tarde) denuncia la influencia del medio social, verdadero «caldo de cultivo de la
criminalidad».

A partir de principios del siglo XX se desarrolla en EEUU un nuevo paradigma en la


investigación criminológica al centrarse en las razones que causaban el hecho de que en unos
barrios se cometieran más delitos que en otros. De esta época es destacable la investigación
empírica sobre delincuencia juvenil de Shaw y McKay, que concluyeron en que los barrios con
ciertas características (entre ellas, el deterioro físico, la heterogeneidad cultural, población
decreciente, pobreza, etc.) eran más proclives a producir una mayor delincuencia. Esto sería
así porque estos barrios se encontrarían socialmente desorganizados y no pueden realizar su
función de control social ante actos desviados.

Criminología moderna
A partir de mediados del siglo XX, se presenta un cambio de paradigma en la ciencia
criminológica fijando su atención en los procesos de criminalización, en el ambiente social,
pero estudia también a la víctima. Según la definición de Antonio García-Pablos de Molina.
Es una ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupa del estudio del crimen, de la
persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo, y trata
de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables
principales del crimen - contemplado éste como problema individual y como problema social
- así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención
positiva en el hombre delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito.

Positivismo criminológico
El positivismo criminológico es por sí solo una reafirmación de la predisposición del hombre
respecto a sus características inherentes como humano, basándose en la complexión, sexo,
estatura, etc; de esta manera si el individuo es corpulento está predispuesto a cometer
delitos como violaciones u homicidio culposo, si es delgado a cometer crímenes pasionales
o delitos relacionados a los bienes, por ejemplo. Su gran dependencia de la Medicina para la
explicación de las causas delincuenciales es evidente, como en su tiempo lo fue la Frenología.
Resulta necesario aclarar que este tipo de CRIMINOLOGÍA está descartada desde finales de
los 90’s por su falta de pruebas contundentes como una “ciencia” viable en la explicación de
la comisión de delitos.

Tipos y definiciones de crimen


Tanto las escuelas positivistas y clásicas tienen una visión de consenso de la delincuencia -
que un crimen es un acto que viola los valores y creencias básicas de la sociedad. Esos valores
y creencias se manifiestan como las leyes que la sociedad acuerde. Sin embargo, hay dos
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tipos de leyes:
• Las leyes naturales se basan en valores fundamentales compartidos por muchas culturas.
Las leyes naturales protegen contra daños a personas (por ejemplo, el asesinato, la
violación, el asalto) o propiedad (robo, hurto), y forman la base de los sistemas de
derecho común.
• Estatutos son promulgados por las legislaturas y reflejan las costumbres culturales
actuales, aunque algunas leyes pueden ser objeto de controversia, por ejemplo, las
leyes que prohíben el consumo de cannabis y el juego. La Criminología marxista, la
Criminología del conflicto y la Criminología Crítica sostienen que la mayoría de las
relaciones entre el Estado y los ciudadanos no son consensuales y, como el derecho
penal tal no es necesariamente representativa de las creencias y los deseos públicos:
se ejerce en interés de la clase dominante. Las criminologías más la derecha tienden
a postular que existe un contrato social consensuada entre el Estado y los ciudadanos.
Por lo tanto, las definiciones de los delitos varían de un lugar a otro, de acuerdo a las
normas culturales y las costumbres, pero pueden ser ampliamente clasificados como
delitos de cuello azul, crimen corporativo, el crimen organizado, el delito político, delito
de orden público, el crimen de estado, delitos societarios y delitos de cuello blanco.
Sin embargo, ha habido movimientos en la teoría criminológica contemporánea para
alejarse del pluralismo liberal, el culturalismo y el posmodernismo, introduciendo el
término universal “daño” en el debate criminológico como un reemplazo para el término
legal “delito”.

4. Objeto de la criminología
Su objeto es el estudio de la conducta desviada que implica el delito o criminalidad; así como el
proceso de definición y sanción de la conducta desviada y de la criminalidad.

Tipos de Conducta social


Esta conducta cumple con las adecuadas normas de convivencia, es la que no agrede de
forma alguna a la colectividad, cumple con el bien común, esta conducta se lleva a cabo por
la conglomeración social, la cual no transgrede las normas de convivencia establecidas por la
sociedad. La mayoría de las relaciones humanas son llevadas por este tipo de normas, las cuales
buscan cumplir con determinados valores, como lo son: las relaciones con los semejantes, el
trabajo, la amistad, la familia, etc.

Conducta asocial
Es aquella que carece de contenido social, no tiene relación con las normas de convivencia, ni
con el bien común, se realiza por lo general en la soledad o en el aislamiento.

Conducta parasocial
Se da en el contexto social, pero es diferente a la conducta seguida por la mayoría del
conglomerado social. Es la no aceptación de los valores adoptados por la colectividad, pero sin
destruirlos; no realiza el bien común, pero no lo agrede. Ciertas modas, ciertos usos y costumbres
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diferentes, son captados por la mayoría como extravagantes o francamente desviados. La
diferencia con la conducta es que la parasocial no puede ser aislada, necesita de los demás para
poder darse.

Conducta antisocial
Cuando hablamos de conducta antisocial hacemos referencia a toda conducta que conlleve una
violación de las normas sociales de convivencia y leyes recogidas en un marco jurídico propias
de una sociedad, produciéndose así un conflicto entre la conducta y el entorno.

Para poder identificar una conducta antisocial debemos tener en cuenta ciertos aspectos, tales
como los que quedan recogidos a continuación:
• Frecuencia: la conducta se produce con asiduidad.
• Intensidad: la conducta tiene una magnitud considerable.
• Cronicidad: la conducta se n el tiempo.
• Magnitud: la conducta tiene grandes proporciones.

Resulta importante señalar que las conductas antisociales en adultos tienen su inicio en la
infancia, presentándose conductas antisociales en éstos cuando eran niños. No obstante, no todo
niño con conducta antisocial se convierte en un adulto antisocial, pues no debemos obviar que
las conductas antisociales pueden ser frecuentes en las primeras etapas de nuestro desarrollo,
y suelen desaparecer con el paso del tiempo. Como se ha comentado, podemos encontrar el
porqué de la conducta antisocial de un adulto en su infancia, por lo cual, expondremos algunas
características familiares y del entorno que favorecen el desarrollo de este tipo de conductas:
• Psicopatología o inadaptación de alguna de las figuras paternas.
• Problemas de alcoholismo y/o drogadicción.
• Desarrollo de un apego insaludable, no seguro.
• Falta de afecto y apoyo emocional.
• Padres con problemas delictivos.
• Hacinamiento.
• Familias numerosas.
• Situación de exclusión- falta de recursos y redes de apoyo.

Tipos de Sujeto conforme a su conducta


Sujeto social Sujeto asocial Sujeto parasocial Sujeto antisocial

Conducta desviada
En cuanto al fenómeno de la desviación, la criminología aborda los factores explicativos de la
conducta desviada y la conducta delictiva (robo, homicidio, daño, etc.). Estos factores pueden
ser vistos desde una perspectiva causal como determinantes de orden psicológico, biológico o
social, o pueden ser estudiados como categorías de orden cultural resultantes de procesos de
interacción y definición social complejos, en los que intervienen elementos de tipo histórico,
político o cultural.
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Entendida la conducta desviada como aquel comportamiento de uno de los miembros de una
sociedad, que se aleja de los estándares habituales de conducta. Aunque debe distinguirse
entre diferentes conductas desviadas. Así, por ejemplo, el travestismo podría considerarse
como una conducta desviada, pero resulta categóricamente distinta a la conducta desviada de,
por ejemplo, robar en un establecimiento.
Por tanto, la criminología estudia la conducta desviada de la persona, cuyo resultado deriva en
daño o perjuicio de algún componente de la sociedad.

Control social
Con respecto al control social, la criminología procura analizar desde diferentes perspectivas
(funcionales y estructurales) las instancias encargadas de reaccionar socialmente contra la
desviación y la delincuencia.
El control social se divide en dos tipos:
1. Control social formal: constituido por las leyes y normas que rigen la convivencia.
2. Control social informal: es el ejercido por la sociedad, por los padres y por las personas que
nos rodean.

Es importante señalar que mientras la criminología se ocupa de hallar el modo de optimizar


los mecanismos de control social, la criminología crítica explora la incidencia en grupos
humanos de tales instancias de control, como factor criminógeno. De este último análisis,
es que surge la nueva criminología o también llamada critica o radical, la cual desatiende
por completo los factores endógenos y exógenos relacionados con la conducta criminal
y desviada; dándole mayor importancia al papel de las instituciones del gobierno y su
incidencia en el control del crimen.

En Criminología, se denomina control social a la influencia que ejercen determinados elementos


componentes de una sociedad, en la forma de comportarse de sus asociados. Así por ejemplo,
si un ser humano nace y crece en solitario, sin roce ni relaciones intragrupales, no tendrá
controladores sociales, por lo que en relación a una cultura determinada, éste será desviado,
pues no se comporta como el resto desasociado, pero un ser humano que nazca y se desarrolle en
un ámbito familiar, obviamente adoptará como propias, las formas de comportamiento de los
demás miembros de la familia y, si no las adopta en su totalidad, orientará su comportamiento
al menos a comportarse de una forma determinada. Posteriormente a la familia, el siguiente
controlador social lo encontramos en la escuela; la influencia que ejerce la forma como los niños
son tratados, educados, orientará su comportamiento. De esta forma, los principales controles
sociales que analiza la criminología son la familia, la escuela, la iglesia y el gobierno, pero
existen muchos más como la moda, la música, las series de televisión, etc.

Delincuente
Ser bio-psico-socio-cultural. El examen y significado de la persona del delincuente pasa a un
segundo plano desplazándose el centro de interés de las investigaciones hacia la conducta
delictiva misma, la víctima y el control social.
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Víctima
La elaboración científica de una teoría de la víctima es un fenómeno reciente, delincuente
y víctima son los dos coprotagonistas del suceso criminal. La criminología dispone ya de un
cierto núcleo de conocimientos de cuestiones como: aptitudes y propensiones de los sujetos
para convertirse en víctima, tipología victimaria, relaciones ente delincuente y víctima,
grados de coparticipación o corresponsabilidad de la víctima en el delito, influencias
sociales en el proceso de victimización, daños y reparación, comportamiento de la víctima
como agente informal del control penal.

Delito
La criminología no puede prescindir el concepto penal del delito que constituye una referencia
obligada, la criminología no solo examina el delito ni lo hace desde un enfoque valorativo. La
autonomía de la ciencia empírica es relativa por que no puede renegar del marco histórico y
cultural en el que cobra sentido la conducta humana.

5. El criminal
El homicida
Se ha podido observar que el homicida es un individuo que tiene hábitos y normas sociales
adaptadas a su medio ambiente. Sus costumbres socialmente adaptadas (vida laboral, familiar,
social) carecen de antecedentes penales y policiales. Pero, la investigación minuciosa de sus
historias clínicas revelan también que estos individuos tuvieron numerosas dificultades en
su vida de relación. Se ha observado en todo homicida una historia de frustraciones una sus
necesidades, acumulación de tensiones como consecuencia de la agresividad reprimida y
controles sociales que fallan en determinadas circunstancias. Es evidente que en los homicidas
existen ciertas: características de personalidad y una disposición de una conducta delictiva en
determinadas circunstancias vitales con una historia rica en obstáculos, el individuo no puede
hacer otra cosa que agredir. Pareciera ser que esa conducta patológica es la mejor que él puede
realizar en ese momento confuso y que hay una disposición, una tendencia a descargar esa
agresión que está muy unida a la frustración de necesidades Internas y externas. El hecho,
el lugar, la relación con la víctima, es factible de, todas las circunstancias delictivas previas,
componen una circunstancia “especial” para él, que prepara esa descarga agresiva. A veces es
tan intensa esa agresividad que los individuos la desplazan hacia personas que no conocen.

El ladrón
El robo representa una actitud, una conducta particular del sujeto con referencia a la propiedad
ajena, a los bienes del otro. ¿Qué busca el ladrón realmente en su conducta? En una primera
consideración puede ser estimada su acción como una conducta utilitaria, debido a que se trata
de objetos que tienen valor de venta, o de algo que sirve para satisfacer sus necesidades.

La sustracción de la propiedad ajena sin violencia ni intimidación, puede considerarse como el


delito típico de la gente pobre, principalmente de los adolescentes. Existen diversos modos de
cometer hurto, en la escala observamos desde los más simples hasta los más audaces y raros
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(por ejemplo, tener preferencia por determinados objetos). Suele encontrarse en este individuo
un deseo disimulado de seguridad, falta de lazos afectivos (a excepción de su relación con los
miembros de la banda).

Todos estos factores los impulsan a veces a interesarse por los bienes ajenos, considerados como
objetos a “poseer”, más que como un medio de satisfacer necesidades materiales. Hay casos,
comenta Hesnard, en los que el afán de seguridad puede conducir a robos habituales, que
presentan las características de asegurar imaginariamente, incluso a veces místicamente, una
tendencia particular a poseer un capital.

Es decir, que el hecho de acumular dinero no tiene solamente una motivación utilitaria (dinero,
medios para procurarse satisfacciones materiales, etc.), sino que significa en ciertos ladrones la
vivencia de “poseer objetos”. Este interés excesivo por los objetos que satisfacen en los ladrones
su deseo de posesión y de seguridad se manifiesta constantemente en los ladrones habituales.
Difiere del hurto debido a que el sujeto actúa con fuerza en los objetos y medios, o también con
violencia física en las personas, sea que la violencia tenga lugar antes del robo para facilitarlo
en el acto de cometerlo o después de cometido para procurar impunidad. Así como la conducta
del hurto, el robo presenta múltiples formas de ejecución, por el lugar, modo, instrumentos
utilizados, participación, etc. Los más frecuentes son los robos cometidos en almacenes, bancos,
locales de negocios y los robos de automóviles.

En los robos y hurtos de automóviles hay que distinguir: los préstamos, es decir, la sustracción,
cuyo fin es tenerlo por un tiempo determinado para poder ejecutar otro delito, por lo común
un robo (este delito lo prepara y realiza una banda especializada) y el robo para realizar un
viaje (ésta conducta es realizada por lo común por un adolescente), quien busca el automóvil
como un medio para fugarse de su ambiente social, “el automóvil significa su independencia”
y finalmente el robo, después del cual el vehículo es siempre desarmado y vendidas sus piezas;
generalmente lo realiza un grupo organizado para tal fin.

Asimismo hemos observado que muchos ladrones se “especializan” en determinados objetos,


por ejemplo: el hurto de ropas, neumáticos de automóviles, alimentos, etc. El análisis de estas
conductas delictivas debe relacionarse siempre a la ontogénesis del individuo, es decir, “por
algo” este individuo que presenta determinados rasgos, roba, por ejemplo: radios, es que el
robo de determinados objetos posee para ese individuo un significado especial.

El carterista
Se destaca especialmente dentro de los ladrones profesionales; raras veces trabaja solo, más
bien forma parte de un grupo. Tiene como afirma Von Henting, la técnica más depurada, el
campo de trabajo del carterista son las grandes aglomeraciones humanas. Por lo común hurta
carteras, pero también sustrae relojes de mano.

A veces se hace una distinción entre el carterista habitual y el que actúa en bandas en las que
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domina una rigurosa disciplina y cuyas empresas son preparadas cuidadosamente.

Por ejemplo, una banda se había especializado en el hurto de cheques de viaje.

La mayoría de los carteristas son hombres, las mujeres intervienen solamente como
“colaboración” con los carteristas, y sólo en raros casos en el “tomar”.

Frecuentemente sirven, sin embargo, de “cebo” o “señuelo” para distraer la atención de la


víctima. Según Di Tullio, la tendencia predatoria está sensibilizada por la particular actitud y
sobre todo por la fisonomía de la víctima, lo que suscita en el carterista la impresión de que
se trata de un sujeto particularmente idóneo para ser robado. En el estudio de las Historias
Criminológicas de los delincuentes sentenciados por hurto-robo, hemos observado que se
caracterizan por haber tenido una infancia desfavorable para el desarrollo de una personalidad
sana, inadecuado control familiar, debido a la falta de uno de sus padres o al abandono familiar
de que fue objeto, frustraciones a sus necesidades internas por la carencia de una adecuada
protección y también frustraciones a sus necesidades externas, es decir, falta de vivienda, ropas,
cuidados, posibilidades de instrucción, de aprendizaje de un oficio.

Son personalidades inestables, inmaduras, siendo sus aspectos más acentuados: su escaso
sentido de responsabilidad y sobre todo una gran rebeldía hacia las normas sociales, tienen
mínimos sentimientos de culpa por sus delitos, no tienen remordimientos por sus actos y
conductas asociales.

Los rasgos de personalidad del ladrón se asemejan en gran medida a la personalidad psicopática,
es decir, que numerosas observaciones referentes a este síndrome, corresponden al ladrón.
“Parece frío y carente de compasión, trata a las personas ya los objetos como medios para su
placer a pesar de que puede llegar a crear relaciones, éstas carecen de profundidad emocional
y terminan frecuentemente en explosiones agresivas.

Muestra una capacidad de afecto seriamente dañada”. El ladrón es una persona muy agresiva
que no puede soportar que la sociedad ponga trabas a sus deseos o necesidades y esto conduce
a que aproveche por la fuerza a las cosas ya las personas que para él son meros objetos, tiene
una enorme dificultad para colocarse en el lugar del “otro”, es decir, no puede identificarse, de
ahí su falta de culpa por sus conductas agresivas.

El Estafador
La conducta de estafa figura dentro de los delitos contra la propiedad. Este delito presenta una
serie de peculiaridades que lo separan de las restantes conductas punibles.

Particularmente en esta conducta delictiva falta la percepción de la peligrosidad general que


alarma en los delitos de violencia.

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Esto es debido a que el estafador actúa mediante medios como el engaño, el artificio y el
enredo. Lombroso, refiriéndose al estafador, decía: “Tiene un aspecto y un carácter agradable
que le es necesario para conquistar la simpatía y la confianza indispensables para una más
fácil realización de su delito”. El estafador por su comportamiento seguro, por la facilidad y
naturalidad con que expone sus invenciones, sus engaños, llega fácilmente a persuadir y a
convencer incluso a personas inteligentes.

El estafador es la contrafigura del individuo sospechoso que se presenta pobremente vestido y


que no tiene meta ni ocupación fija, por ejemplo, el vagabundo. Para el estafador es necesario
brindar una imagen que represente un status social elevado. Prepara cuidadosamente los
dispositivos engañosos, vestimenta, medios de movilidad, relaciones con personas vinculadas a
altas esferas socio-económicas y políticas y también utiliza instrumentos como el estampillado,
fotografías, falsos telegramas, pasaportes, cartas comerciales, cartas de recomendación, etc.
Esta imagen de solvencia que desea exhibir tiene el efecto de que se rechacen las sospechas
hacia él. Helen Deutch, señala que el estafador (impostor) siempre busca una identidad para
justificar su narcisista concepción de sí mismo, pero que a la vez niega su propia identidad.

El Delincuente Sexual
Es evidente que no pueden estudiarse ni comprenderse los delitos sexuales, sino se parte de un
mínimo de conocimientos sobre lo que significa la sexualidad en la conducta de todo individuo.
La experiencia, señala Di Tullio, que como en las otras formas de criminalidad, en la sexual se
encuentran algunos delitos, por ejemplo, conducta de exhibicionismo y algunas conductas de
violencia de naturaleza ocasional.

Se trata de delitos que pueden ser cometidos por individuos que por su conducta habitual
pueden considerarse “adaptados”, y la dinámica de esa conducta está ligada a una momentánea
exaltación erótica que viene a desarrollarse generalmente bajo la influencia de condiciones
ambientales particulares, de leves estados de intoxicación (alcohol), de la lectura de impresos
pornográficos, etc. En la dinámica de las conductas sexuales se encuentran dos elementos de
importancia: la particular sexualidad individual y el comportamiento de la víctima.

Tal vez en este tipo de conducta se puede observar con mayor claridad la actuación
de la víctima, como valor determinante de la conducta delictiva. En este capítulo nos
referiremos a las siguientes conductas sexuales: violación, incesto, impudicia con niños,
exhibicionismo y prostitución.

Violación
Es la relación sexual impuesta y consumada con violencia, en la cual la víctima es forzada a
realizarla. Se manifiesta por lo general como un delito propio de los grupos rurales. Las
modalidades de la conducta de violación varían mucho, según el agresor y las circunstancias.
A veces se trata de la violación llamada clásica: conducta primitivamente agresiva.

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En los casos el estudio de la conducta revela que la satisfacción ha sido producida por la
experiencia de la agresión violenta y sádica sobre el cuerpo de la víctima que por la significación
genital de la conducta, algunos individuos se complacen sin llegar a la violación en herir a la
mujer, golpearla o matarla. El homicidio es a veces expresión de una sexualidad anómala, ya
que sólo a través de él consiguen el orgasmo algunos individuos.

Hay que distinguir este homicidio del perpetrado durante la violación, y que está dirigido a
vencer la resistencia de la víctima o impedir que llame la atención.

Entre las denuncias que llegan a la policía y las sentencias que realmente se producen existe
una significativa diferencia numérica.

Esta llamativa discrepancia descansa en las considerables dificultades de esclarecimiento al


problema de si la víctima ha prestado en realidad una auténtica resistencia. En otros casos la
denuncia de la víctima está motivada por el rechazo y el abandono del seductor.

También se observan denuncias presentadas por mujeres histéricas. Hesnard menciona el


impulso epiléptico que da lugar a las diversas conductas agresivas, entre ellas las de violación.
Se ha discutido a menudo la cuestión de si un automatismo comicial tan complejo como el que
permite un acto sexual, podría ser atribuido a la descarga epiléptica o a su inconsciencia total.
Como los homicidios, la violación se explica entonces por la predisposición, a veces sólo latente.
Se trata de una descarga, el acto se vive entonces como más o menos incontrolable. También se
han observado casos de violaciones cometidas por débiles mentales, aunque lo más común en
estos casos es que la víctima posea esa característica.

6. El mapa del delito


“Mapa del Delito” es una técnica relativamente novedosa, que permite analizar los aspectos
geográficos de la delincuencia e identificar sus configuraciones y sus tendencias.

Esta técnica permite plasmar no sólo de forma cuantitativa sino también cualitativa, el modus
operandi de los delincuentes en una determinada área, facilitando con ello el accionar de la
prevención de la delincuencia y con el objetivo de lograr el control del delito.

Sus origines se remontan a la teoría de la Prevención situacional del delito de Jeffrey (1971)
o la del Espacio Defendible de Newman (1972), para prevenir el delito, el nuevo modelo
policial propuesto por Goldstein (1979), denominado como Policía orientada a la solución
de problemas, o las más conocidas teoría de las actividades rutinarias de Cohen y Felson
(1979), teoría de la elección racional de Cornish y Clarke (1986) o teoría del patrón delictivo
de Brantingham y Brantingham (1993) Utilizado para dibujar e ilustrar diversos problemas
ya sean delictivos o no.

La prevención situacional parte del concepto que la criminalidad no es el fruto de una


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predisposición individual, sino de diferentes factores que crean o favorecen las oportunidades
delictivas (estilos de vida, ausencias de control).

Según el modelo de prevención situacional del delito existen áreas, lugares y horas, donde
se acumulan los problemas coincidiendo con una mejor hora para delinquir. Llegando a la
conclusión que los delitos no se cometerían al azar, y que si estos se detallaran en un mapa
geográfico identificándolos como “puntos calientes” se podría analizar el motivo por el cual
los conflictos se centran en determinadas zonas.

La técnica de la cartografía digitalizada es un método idóneo para identificar y describir los


«puntos calientes» o concentraciones geográficas de determinados delitos urbanos, si bien
esta aplicación no sólo debe dirigirse a una mera descripción, sino que permite relacionar la
concentración delictiva con factores físicos, urbanos, geográficos y sociales que pueden estar
inhibiendo o favoreciendo la criminalidad en determinadas áreas.

Aplicaciones en Criminología de un mapa delincuencial


La localización geográfica del delito por medio de mapas es una herramienta para gestionar
y relacionar el delito y los datos geográficos y representarlos geográficamente. El resultado
de esta herramienta es una imagen de dos o tres dimensiones (mapa) que proporciona al
lector a través de instrumentos de lectura, diversas informaciones útiles sobre la relación
entre delito y espacio. Esta técnica permite discernir patrones.

El mapa delincuencial aclara los distintos tipos de delincuencia y otros incidentes que se
producen en una determinada zona local, provincial, estatal o incluso internacional.

El mapa delincuencial sirve pues para tres funciones


a) Facilita el análisis de naturaleza espacial de la delincuencia y otros tipos de eventos
mediante un sistema visual y estadístico.
b) Permite vincular diferentes fuentes de información mediante un conjunto común de
variables geográficas. Por ejemplo, permite en un área vincular información del
censo, de las escuelas y los datos sobre la delincuencia.
c) Proporciona mapas que ayudan a comunicar los resultados de los análisis sobre
delincuencia u otros tipos de eventos.

Relación del mapa delincuencial con el análisis de la delincuencia


Análisis táctico de la delincuencia: la cartografía delincuencial se utiliza para identificar
inmediatamente los patrones de cada delito cometido en una zona acotada por el espacio y
el tiempo. El objetivo primario es el de identificar las tendencias y patrones o series.

Análisis estratégico contra la delincuencia: concerniente a las estrategias de


operaciones y a la búsqueda de soluciones a los problemas. El mapa delincuencial después
de examinar los patrones de la delincuencia en zonas determinadas ayuda a la asignación
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tres
geográfica y temporal de los recursos. El mapa puede incorporar datos cualitativos sobre la
delincuencia así como los lugares de reunión de bandas, ventas de drogas o ubicación de la
prostitución y poder asignar recursos, humanos y materiales, para atender adecuadamente
los problemas.

Análisis administrativo: el mapa delincuencial es una valiosa herramienta utilizada


por la policía y los investigadores pero también por los medios de comunicación de las
organizaciones encargadas de la seguridad pública para transmitir información al público
de la actividad delictiva.

Mapas de la delincuencia y tipos de análisis


Componentes de un mapa delincuencial:
Un Sistema de Información Geográfica mediante el mapa delincuencial traslada elementos
físicos como calles, avenidas, edificios, plazas o parques, en formas que pueden ser
mostrados, manipulados y analizados por los responsables de la seguridad pública.

El mapa delincuencial representa la información en tres formas:


1) Leyenda
2) Objeto espacial: Puntos. Líneas o polilíneas. Polígonos
3) Imagen

Antes de utilizar la información de un mapa delincuencial, los datos geográficos deben ser
geocodificados. La dirección de un registro (delito, detención, etc.) en un mapa delincuencial
se utiliza junto con los datos del segmento de la calle geocodificada. La geocodificación es
el proceso de vinculación de la dirección de un incidente con sus coordenadas en el mapa,
de modo que se podrá reconocer la dirección a través del incidente geocodificado y al revés.

Tipos de mapas delincuenciales


Tradicionalmente han sido realizados en soporte de papel, pero actualmente la cartografía
de los hechos ha tenido el avance de la incorporación de los medios tecnológicos mediante
la informática.
1. Sólo símbolos: son mapas delincuenciales con símbolos uniformes que representan
la ubicación de las tiendas, las calles y los delitos o desórdenes públicos de que se
tenga conocimiento. No son útiles cuando muestran gran cantidad de información
porque dificulta su comprensión37. Se pueden usar los mapas delincuenciales con sólo
símbolos para cantidades relativamente pequeñas de datos.
2. Zonal: muestran un área con una característica conflictiva o delictiva común. Se pueden
utilizar también polígonos donde se puede agregar datos y hacer una comparativa.
Ejemplo, una zona de bares nocturnos donde suelen producirse altercados y peleas.
3. Graduado: son mapas con símbolos con diferentes tamaños o colores que representan
los valores particulares de la variable. Se utiliza para reflejar una multitud de incidentes
ocurridos en la misma área.
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4. Gráfico: son mapas que muestra en un mismo tiempo varios valores de una variable
representada gráficamente. Este tipo de mapa puede mostrar la gráfica en forma
circular o barras.
5. Densidad: Estos tipos de mapas se utilizan para comparar cantidades de delitos o hechos
a analizar de una zona del mapa con otra, sin que exista una limitación espacial exacta
de los hechos. Gracias a esta metodología analítica podemos determinar, en base a la
población, que barrios acumulan más densidad delictiva para el total de delitos
6. Interactivo: son mapas que simplifican los sistemas de información geográfica
para que cualquier usuario pueda utilizarlo. Hay empresas que ofrecen programas
interactivos que realizan búsquedas para mostrar los delitos o incidentes que han
ocurrido en una zona durante un tiempo acotado. La organización gubernamental
debe introducir los datos y, según cada programa, se pueden hacer una multitud de
consultas para facilitar el análisis de la delincuencia. Al final de este trabajo se mostrará
empresas que ofrecen estos productos para la confección de un mapa delincuencial.
7. Internet: hay organizaciones gubernamentales, ninguna en España, que ofrecen
información de un mapa delincuencial a través de Internet. Por ejemplo, en EE.UU.
o en Gran Bretaña, organismos como el Home Office británico muestran pública y
abiertamente sus mapas delincuenciales para que los ciudadanos puedan hacer una
consulta sobre los delitos ocurridos en su barrio o en su localidad.

Mapa del delito interactivo por Internet


En el momento de elegir uno u otro tipo de mapa delincuencial, es importante tener siempre
presente que en la representación de un mapa de áreas es necesario en primer lugar tener
en cuenta la naturaleza de la variable. Si ésta consiste en datos absolutos, las soluciones más
idóneas son el empleo de símbolos puntuales escalados o mapas de densidades de puntos.
Si por el contrario, la variable es un índice o tasa, resulta más adecuado tonos o tramas
seriadas, las cuales indican la posición del área en una escala de densidad.

Usos del mapa delincuencial


Los principales usos prácticos o aplicaciones operativas que puede tener un mapa
delincuencial, como herramienta policial, serían los siguientes:
Respuesta a los incidentes: La rápida localización del incidente es esencial para asegurar
una adecuada respuesta.

Análisis de los incidentes


Dirección operativa: El análisis operativo o táctico es el trabajo con lo que está sucediendo
ahora, lo que ha sucedido recientemente y lo que se puede hacer acerca de un problema para
que tenga un efecto inmediato.

Auditorías de la delincuencia: La auditoría de la delincuencia hace una medición de los


problemas de la delincuencia mediante la estadística descriptiva, detallando los delitos y
realizando su interpretación.
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La solución de problemas mediante el análisis de la delincuencia: El mapa
delincuencial está enfocado hacia la solución de los problemas mediante el análisis
específico del delito con el objetivo de conocer y eliminar sus causas más probables.

Perfiles geográficos: El perfil geográfico es un método de investigación que utiliza


la localización de una serie de delitos relacionados entre sí para determinar el área más
probable de residencia del autor.

Supervisión, evaluación y revisión del desempeño: El mapa delincuencial ofrece


una herramienta útil para supervisar si la iniciativa empleada ha sido correcta mediante el
análisis de las imágenes antes y después de su ejecución.

Proceso del mapa delincuencial


Los mapas delincuenciales son herramientas integrales para la exploración, que facilitan
una hipótesis e incluso permiten averiguar un patrón delictivo. El proceso que desarrolla un
mapa delincuencial es un método potencialmente repetitivo basado en los siguientes pasos:

El proceso de análisis mediante el mapa delincuencial


Comunicación de resultados:
Cuando la evaluación de la hipótesis sea totalmente correcta y el problema se haya diseminado,
se deberá informar a los organismos y personas que se crea oportuno. El mapa delincuencial es
una herramienta muy visual y comprensible para poder informar de los problemas y la solución
que se ha dado. Estudios recientes han demostrado el poder de la representación visual de los
problemas relacionados con el delito, para dárlos a conocer a los ciudadanos.

Programas informáticos
El mapa delincuencial ha sido muy desarrollado en países anglosajones, donde han realizado
gran cantidad de programas informáticos que facilitan la labor de los criminólogos. El
resultado es muy extenso y variado en el mercado internacional por lo que se pueden
consultar diversas páginas digitales para una correcta elección.

Las características que debería tener un buen programa para la realización de un mapa
delincuencial son los siguientes:
• Título: debe incluir información sobre la naturaleza de los datos, la unidad geográfica
y la fecha de los análisis.
• Leyenda: debe enumerar las fuentes de los datos tabulares y geográficos en el mismo mapa,
además de indicar los símbolos que se utilizan para representar cada fuente de datos.
• Geocodificación: debe mostrar el porcentaje del delito existe en la dirección analizada
en relación con la zona señalada.
• Etiquetas: el mapa delincuencial mediante un texto debe etiquetar las principales
características del delito en el mismo mapa y resaltar conclusiones interesantes.
• Autor y fecha: se debe incluir en un buen mapa delincuencial el nombre de la persona
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o la organización que lo creó, así como la fecha.

La experiencia del empleo de software SIG para el análisis de la delincuencia ha resultado


positiva. Aunque no es ni mucho menos un elemento que por sí sólo sea capaz de resolver los
problemas de control o de prevención del delito en un determinado territorio, se constituye
en una herramienta de mucha utilidad.

La misión de los investigadores es explorar nuevas oportunidades de análisis y nuevos


potenciales de los instrumentos ya disponibles con el objetivo final de aumentar el
conocimiento del delito y sus causas y apoyar los intentos para reducirlo y prevenirlo. Por
supuesto que también presenta desventajas, porque esta información puede ser utilizada
para fines comerciales por las empresas de seguridad privada.

También podría ser utilizada por los potenciales delincuentes, quienes pueden utilizar
esta información para dirigirse a barrios que no son prioritarios para la vigilancia policial.
Asimismo, estos mapas pueden llevar a que se estigmatice una zona, que sea catalogada
como insegura o delictiva, llevando a que posiblemente disminuya el valor de las propiedades
y ahuyente a residentes y visitantes.

Pese a los inconvenientes mencionados, que por otra parte, pueden ser controlados o
aminorados actuando correctamente, la elaboración de mapas de criminalidad es atractiva
y si se utiliza al máximo de sus posibilidades puede proporcionar una información muy
útil con relación al análisis del delito y su prevención, ayudando en la toma de decisiones
prácticas sobre estrategias de prevención de la delincuencia.

La victimogia
Hemos visto al proceso de la Investigación Criminal desde el Método Científico, así como la
triple función epistemológica, hemos recorrido un largo camino hasta llegar hasta aquí en
donde desarrollaremos la victimología en todas su formas, me pareció apropiada esta frase
para comenzar nuestro estudios.

“El ser humano aprende en la medida en que participa en el descubrimiento y la invención.


Debe tener libertad para opinar, para equivocarse, para rectificarse, para ensayar métodos,
para explorar. De otra manera, a lo más, haremos eruditos, y en el peor de los casos ratas
de biblioteca y locos repetidores de libros santificados” (Ernésto Sábato, Apologías y
rechazos – Prólogo de Victimología – El rol de la Víctima en los delitos convencionales y no
convencionales, Elías Neuman)

7. Definiciones introductorias
A lo largo de la historia, las víctimas siempre ocuparon un lugar secundario. La filosofía, la
historia, la evolución de los pensamientos en el transcurso del tiempo, se focalizaron más
en el victimario que en la víctima. Por eso es menester en esta oportunidad, desentrañar
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tres
los orígenes del vocablo, su evolución, las clasificaciones que se han ido formulando, las
organizaciones destinadas a preservar y brindar ayuda a las víctimas y entender muy
claramente que Víctima – Victimario, se constituyen en un todo inescindible, en un
binomio penal que hay que analizar.

Victimología: Disciplina criminológica que estudia el papel que la víctima desempeña con
relación al delito y las consecuencias que el delito ocasiona en las victimas.

Víctima: Aquellas personas que, individual o colectivamente han sufrido daños físicos o
psíquicos, pérdida financiera, patrimonial o menoscabo en sus derechos fundamentales
como persona, todo ello independientemente de que la Justicia juzgue o no al delincuente o
de la relación entre víctima y agresor.

Victimogénesis: Estudio de los factores que predisponen a ciertos individuos a tener más
riesgos que otros de ser objeto de delitos. Se analizará la conducta de la victima que pudiera
tener relación con un incremento del riesgo de serlo.

La Victimología es una ciencia que estudia científicamente a la víctima y su rol en el


hecho delictivo.

Fotografía extraída de http://segu-


ridadensecuestros.blogspot.com.
ar/p/unase.html

8. Antecedentes
José Sangrador nos dice que en la época grecorromana la víctima tuvo mayor consideración
social, y que incluso alcanzó un rol protagónico en la investigación criminal, pero con el correr
de los años y el desarrollo del Estado y el Derecho Penal, fue teniendo una participación de
segundo orden, centrándose el proceso penal, más en el autor del crimen o el delincuente.

Efectuando una lectura de los postulados de las Escuelas del Derecho Penal, se observa que
no hay un lugar específico para la víctima del delito y las referencias que se hacen de ella
sólo son incidentales o colaterales pero nunca se refieren directamente a ella, con excepción
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tres
de representantes de la Escuela Clásica y la Escuela Positiva. De la Escuela Clásica italiana,
Francesco Carrara, es un digno partidario de la reparación del daño subsidiaria, cuando se
pronuncia sobre la justicia y la utilidad pública proveniente de lo que él llamaba una caja
pública engrosada por multas pagadas por los delincuentes y a la que proponía se recurriera
para indemnizar a los afectados por delitos cometidos por personas insolventes.

Rafael Garófalo en 1887 escribe la obra denominada: “Riparazione alle vittime del delito”, o
Indemnización a las Víctimas del delito, que abrió un camino en la materia, ya que se refería a
las Víctimas, señalando que “esta clase de personas a que todo ciudadano honrado puede tener
la desgracia de pertenecer, debía merecer que el Estado le dirigiese una mirada de benevolencia,
una palabra de consuelo. Las Víctimas debían seguramente tener derecho a mayores simpatías
que la clase de los delincuentes, que parece ser la única de que los actuales legisladores se
preocupan”. Asimismo Prins en el año de 1895 pronunció ante el Congreso Penitenciario
Francés en París lo siguiente: “el hombre culpable, alojado, alimentado, calentado, alumbrado,
entretenido, a expensas del Estado en una celda modelo, salido de ella con una suma de dinero
legítimamente ganada, ha pagado su deuda con la sociedad… pero la víctima tiene su
consuelo, puede pensar que con los impuestos que paga al Estado, ha contribuido al cuidado
paternal que ha tenido el criminal durante su permanencia en la prisión”.

Por su parte, Enrique Ferri, el tercer apóstol del positivismo, señaló en el año 1881, que el
procedimiento penal debía reformarse para facilitar la reparación del Daño, planteando a la
reparación del mismo de varias formas:
I. Como sustitutivo de la pena de prisión;
II. Aplicando el trabajo del reo al pago;
III. Como pena para delitos menores;
IV. Como obligación del delincuente a la parte dañada
V. Como función social a cargo del Estado.

También se cuenta con el antecedente de que en el año 1901, el mismo Ferri en sus clases
en la Universidad de Nápoles, afirmó que: “la víctima del crimen ha sido olvidada, aunque
esta víctima produce simpatía filantrópica mayor que la que provoca el criminal que ha
producido el daño”.

La Victimología ha sido estudiada desde la década de los años cuarenta del siglo pasado y
nace como corolario de la macro victimización de los judíos en la Segunda Guerra Mundial.
Derivado también de este holocausto hitleriano alemán surge, al término de la segunda
mundial la O.N.U. (Organización de las Naciones Unidas), la que el 10 de Diciembre de 1948,
proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos, instrumento internacional que
serviría de antecedente y base para la Declaración de Principios Fundamentales de Justicia
para Víctimas de Delito y Abuso de Poder.

Se le atribuye al estadounidense Frederick Wertham, el origen de la expresión Victimología,


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el mismo que postulaba a favor de una ciencia Victimológica que estudiase la sociología
de la víctima. Es uno de los primeros estudiosos en plantear esta temática con un nombre
propio, en su obra del año 1949, “The show of violence”, consideró necesaria una ciencia de
la Victimología, al señalar que la persona que sufría el acto criminal era un ser olvidado y que
incluso para comprender la psicología del asesino era importante entender la sociología de
la víctima.

Franz Exner en su obra “Biología Criminal” escrita en 1939, consideró a la víctima como un
elemento fundamental de la criminogénesis, señalando que en “muchos delitos la víctima
es una pieza especialmente importante de la situación del acto, algo así como una aptitud
personal de llegar a ser víctima de una acción delictiva de tipo determinado”.

Gerardo Landrove Díaz, menciona que entre los pioneros de esta nueva ciencia se encuentra
el criminólogo alemán Han Von Henting, quién escribe en 1947, “The criminal and his
victim”, obra en la cual se dedica todo un capitulo al estudio de la víctima y su contribución
en la génesis del crimen, estudiando principalmente la interacción del delincuente con la
víctima y creando una tipología en base a esa interacción.

No es antojadizo entonces que, Hans Von Hentig, un Alemán perseguido por los nazis,
publicara una obra de psicología criminal sobre delitos en particular, en donde aborda el
delito de estafa y hace alusión a la participación de la víctima en relación a la cooperación
que tiene en dicho crimen para que este se efectué.

Fotografía extraída de http://


murderiseverywhere.blogspot.com.
ar/2015/08/victim-profiling.html

Sin embargo, históricamente el nacimiento de la Victimología se atribuye a Benjamín


Mendelsohn, profesor de origen Israelita, lo que no es casualidad pues los judíos vivieron
el holocausto Hitleriano Alemán, quién en el año de 1956, escribe la obra denominada Le
Victimologie, ganando con ello el título de “padre de la victimología”. A partir de Mendelsohn,
los estudios victimológicos se centran en la Víctima en relación a la comisión del delito y se
concibe el binomio de la pareja penal: Delincuente-Víctima y asimismo crea una tipología
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que sirve como base a las demás aportaciones que le sucedieron.

La Profesora española Myriam Herrera Moreno, en su obra “La hora de la víctima, Compendio
de Víctimología”, señala que, tanto Von Henting como Mendelsohn, fueron vistos como
radicales innovadores, de los que en la década de los cuarenta del siglo XX, parte esta clásica
“víctimología del acto”. Y cómo se señalara “ut-supra”, ambos autores, experimentaron por
su condición de judíos, la victimización por parte del nazismo.

Poco a poco fueron publicándose más obras como la obra denominada “Relations
psychologiques entre le criminel et la victime” (el vínculo psicológico entre el delincuente y
sus víctimas) de H. F. Ellenberger en 1954. Otro ilustre tratadista del tema es el criminólogo
de origen norteamericano llamado Marvin Wolfgang, quién se distinguió en la pragmática
victimológica, en lo específico tratándose de estudios prácticos relativos a estadísticas de
posibles modelos o paradigmas de homicidio criminal, creando lo que denominaría concepto
de “precipitación victimal”. La mayoría de los autores entre ellos, Gerardo Landrove Díaz,
ubica en el primer Simposio Internacional de Victimología, llevada a cabo en Jerusalén en
1973 como la primera ocasión en que se define a la Victimología como “el estudio científico
de la Víctima de delito” y el inicio de la fase de consolidación de la propia victimología. Elías
Neuman afirma que esta definición se limitó solo al ámbito jurídico penal, pero ya en la
actualidad se contemplan una tipología de victimas más amplia para la Victimología,
aunque Mendelsohn ya había hablado con anterioridad a dicha fecha sobre ella.

Igualmente se aprecia que el avance de la doctrina penal, criminológica, penitenciaria


y político criminal del siglo XX, estuvo centrado en la persona del delincuente, con una
tendencia protectora, preocupándose en su readaptación, derechos humanos, humanización
de la ejecución penal, y en sus condiciones bio-psico-socio- culturales, que lo empujan hacia
el crimen, frente a un notorio descuido de la víctima que sufre los efectos, muchas veces
graves, que le ocasiona un acto delictivo.

Nuestro país no fue ajeno a este fenómeno. Tal es así que en la confección de un vital
documento, cómo lo es la Historia Criminológica, a instancias del Dr. Osvaldo Loudet,
que la presentara en el “Primer Congreso Nacional de Criminología”, celebrado en
Buenos Aires del 25 al 31 de julio de 1938, en la foja correspondiente a “Delito por el que
actualmente está condenado”, aparece como subtítulo la palabra Victimología. Y
es aquí donde se le otorga cabal dimensión práctica al concepto que nos ocupa, ya que se
analiza pormenorizadamente cuál ha sido el rol de la víctima, para transformarse en tal y se
aplican las distintas opciones de clasificaciones victimales.

Concepto
Al decir de Carlos Rodríguez Campos en su trabajo “Aspectos históricos y reflexiones
sobre la víctimología y el derecho victimal en México”, la Victimología como tal, es
una de las disciplinas más recientes de las ciencias penales, algunos la ubican dentro de la
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criminología, otros tantos dicen que es tan diferente de ésta última, como lo es la víctima
del victimario o delincuente, sin embargo, lo que sí es relevante no es su ubicación sino su
existencia y la importancia que ha tomado después de su nacimiento en la segunda mitad
del siglo pasado, así como los numerosos estudios que de ella y su objeto de estudio, se han
realizado a nivel mundial y regional.

El concepto de Victimología puede ser tomado desde varios puntos de vista o desde varias
perspectivas, pero no cabe duda alguna que la primera aproximación a éste es el brindado
en el Primer Simposio Internacional de Victimología, celebrado en Israel en el año
1973, en el cual se consideró que es el estudio científico de las víctimas del delito.

Actualmente este concepto se ve influido por otro mucho más amplio, al decir de Elías
Neuman, cuál es, el de “Víctima Social”.

Etimológicamente proviene de los vocablos “Victima” de origen latino y “Logos” de raíz


griega, lo que significa “ciencia o estudio de la víctima”.

Asimismo, apela a dos variedades: Vincire: animales que se sacrifican a los dioses o deidades
o Vincere: que representa al sujeto vencido. En el idioma inglés se habla de Víctim, Victime
en francés y Vittima en italiano.

Jorge Sosa Chacin (1968), profesor venezolano, decía que la Victimología es una rama de la
Criminología la cual tiene por objeto el estudio de la víctima resultante de la infracción penal.

El profesor Ezzat Fattah (1971) nos dice que el objetivo de la Victimología es el desarrollo,
a través del estudio profundizado de la víctima, de un conjunto de reglas generales y de
principios comunes y de otro tipo de conocimientos que puedan contribuir al desarrollo, a la
evolución y al progreso de las ciencias criminológicas y jurídicas.

Para Luís Rodríguez Manzanera, la Victimología es “el estudio científico de la Víctima,


entendiendo por víctima a todo aquel que sufre un daño por acción u omisión propia o ajena
o por causa fortuita”.

Rodrigo Ramírez (1983) considera de la Victimología es el estudio sociológico y físico de


la víctima, que con auxilio de las disciplinas que le son afines, procura la formación de un
sistema efectivo para la prevención y control del delito.

Según Gunther Kaiser (1985), la Victimología se propone investigar las relaciones entre el
delincuente y la víctima del delito.

Isidoro Silver afirma que una rama de la Victimología destaca la responsabilidad del Estado
para compensar a la víctima, puesto que no pudo protegerla.
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La existencia de la Victimología es una realidad en nuestros días. Benjamín Mendelsohn
señalaba que “la Victimología implica específicamente, el descubrimiento de medios de
investigación y elaboración de pruebas, recursos, terminología única, etc., para lograrlo, es
necesario que un grupo de científicos inicie alguna acción a favor de la Victimología, con un
espíritu como el descrito antes. Principalmente le incumbe a los médicos, sociólogos, psiquiatras,
psicoanalistas, criminólogos y juristas. Es necesario señalar, en esta primera ocasión, el interés y
colaboración de los ingenieros mecánicos, ecólogos, ciberneticólogos, demógrafos, etc. Algunos
de ellos contribuirán al conocimiento de varias categorías de victimas que le interesan a la
sociedad como factores causales”.

Los pocos trabajos que se habían realizado para entonces sobre el tema, encontraron en el
Primer Simposio (Israel, 1973) un lugar foro para darse a conocer. Reyes Calderón y León
Dell, afirman que la Victimología nace científicamente en el Tercer Simposio Internacional
de Victimología celebrado en 1979 en Münster, Alemania, con la fundación de la Sociedad
Mundial de Victimología.

Fotografía extraída de http://www.pazvive.com/2013/04/15/la-victimologia-y-el-


despues-de-la-tragedia/

9. Victimización Primaria, Secundaria y Terciaria


¿Quién es una Víctima?
Una víctima es un ser humano sufriente por un suceso traumático accidental o por el daño
provocado por otro ser humano.

Componente objetivo. Una víctima es cualquier persona que haya sufrido directa o
indirectamente (en el caso de sus familiares cercanos) un hecho traumático producido por
un accidente, una catástrofe natural o una agresión humana, independientemente de que
haya sido declarado formalmente como delito por parte de la Justicia.

Componente subjetivo. Una víctima es la persona que, en función del suceso traumático,
experimenta una interferencia negativa en su vida cotidiana (reacciones emocionales
graves, incapacidad de rehacer su vida, dificultades para establecer proyectos de futuro,
stress post traumático, etc.).

Las víctimas son incómodas para la gente porque recuerdan la fragilidad y vulnerabilidad del
ser humano y exponen en toda su crudeza los límites de la crueldad humana.

¿Qué es un suceso traumático?


Un suceso que provoca un daño físico o psíquico grave y que está provocado intencionadamente
por otro ser humano. Ejemplos: atentados terroristas, agresiones sexuales, maltrato o abuso
sexual en la infancia, violencia de pareja, etc.

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No es un suceso traumático la ruptura de pareja no deseada, la muerte de un ser querido por
una muerte natural, el suspenso en un examen, la jubilación impuesta, etc.

Tipos de víctimas
a) Víctimas directas
Lo que genera habitualmente daño psicológico suele ser la amenaza a la propia vida, una
lesión física grave y la percepción del daño como intencionado.

El daño psicológico generado suele ser mayor si las consecuencias del hecho delictivo son
múltiples, como ocurre, por ejemplo, en el caso de un secuestro finalizado con el pago de un
cuantioso rescate por parte de la familia de la víctima o en el superviviente de un accidente
que ya no puede volver a ejercer su profesión.

b) Víctimas indirectas
El acontecimiento traumático puede compararse a una piedra arrojada en un estanque.
Así, origina ondas que no sólo afectan a las víctimas propiamente dichas, sino también a
aquellos que están cerca de ellas. Se trata de un efecto onda y de un efecto contagio.

La onda expansiva de un suceso traumático actúa en círculos concéntricos. En el primer


círculo se encuentran las víctimas directas. El segundo círculo está constituido por los
familiares, que tienen que afrontar el dolor de sus seres queridos y readaptarse a la nueva
situación. Y puede haber un tercer círculo, correspondiente a los compañeros de trabajo, a los
vecinos o, en general, a los miembros de la comunidad, que pueden quedar afectados por el
temor y la indefensión ante acontecimientos futuros.

El efecto contagio está relacionado con la convivencia con la víctima. Un contacto cercano y
prolongado con una persona que ha sufrido un trauma grave puede actuar como un estresor
crónico en el familiar, hasta el punto de que puede ser responsable de un deterioro físico
y psíquico. La afectación de las personas que están en estrecho contacto con la víctima y
que pueden experimentar trastornos emocionales y ser víctimas secundarias del trauma se
denomina traumatización secundaria.

Victimización primaria:
La víctima sujeto pasivo de un delito tiene una experiencia personal que le acarrea unas
consecuencias físicas, psícológicas (ansiedad, angustia, abatimiento, miedo a que se repita,
culpabilidad, etc.), de índole económico y las relacionadas con su entorno social. Ante esta
experiencia individual, la sociedad llega a sentir compasión por ella y no es solidaria.

Victimización secundaria:
Engloba la relación y experiencia personal de la víctima con el sistema policial y judicial.

Las víctimas tienen una nueva experiencia que puede llegar a ser más cruel que la victimización
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primaria, cuando las instituciones que deberían protegerla no la comprenden, no la escuchan,
le hacen perder el tiempo, el dinero e incluso pueden sentirse acusadas (violación, menoscabo,
ostentación de objetos de valor, etc.)

Ante estas situaciones el Estado y los Estados de la Unión Europea, han reconocido esta
victimización secundaria y se han visto obligados a reparar sus deficiencias protectoras de la
sociedad por lo que han legislado diferentes

Recomendaciones y leyes:
Todas ellas dirigidas a las víctimas de delitos graves: muerte, lesiones corporales, daños a la
salud física y mental y a las personas más inmunes a esos ataques: niños, mujeres, ancianos.
1) Recomendación de 1.985 del Consejo de Europa (comité de ministros) – Trato policial
a la víctima – Ayudas materiales a las que tiene derecho – Interrogatorio cuidadoso y
considerado.
2) R.D. 673/1992 de 19 de junio y R.D. 1.879/1.994 de 16 de septiembre. – resarcimientos
por daños a víctimas de bandas armadas y acciones terroristas.
3) L.O. 19/1994 de 23 de diciembre – Protección de testigos y peritos en causas criminales.
4) L.O. 35/1995 de 11 de diciembre – Ayudas y asistencia a las víctimas de delitos violentos
y contra la libertad sexual.

Victimización terciaria:
Victimización del delincuente por la situación y circunstancias que le llevaron a cometer el
delito, su periodo de condena y su posterior reinserción:
• Institucional: Marginación social por las estructuras injustas determinadas por los
grupos dominantes.
• Penitenciaria: Hacinamiento y sobrepoblación de los centros penitenciarios- Agresiones
físicas, psiquicas, sexuales – Mafias y normas internas que controlan los más fuertes /
poderosos.
• Postpenitenciaria: Problemas de reinserción en una sociedad hostil- Reincidencia
(victimario)

Fotografía extraída de https://i.


ytimg.com/vi/WCeU7i4zcUI/hqde-
fault.jpg

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4. Autonomía de la victimología
Algunos autores señalan que la Victimología es un capítulo de la Criminología, lo que quiere
decir que este tipo de estudio se halla restringido a la óptica criminológica, y obviamente
sólo englobaría en su campo de estudio a las víctimas de los delitos y en cierta medida de los
actos antisociales, en cuanto juegan determinado papel en la dinámica criminal.

El Profesor italiano Paolo Pittaro (1978), siguiendo también esta tónica considera que el
estudio de la Victimología es de carácter multidimensional, teniendo un contenido amplio,
tanto del contexto de la antropología cultural, de la sociología, de lo religioso-espiritual,
psicológico y jurídico.

Brunon Holyst, hace una distinción entre Victimología general y Victimología penal.

4.1. Victimología general


La Victimología es una disciplina autónoma, que no puede estar restringida a ser un capítulo
de la criminología, porque abarca aspectos jurídicos y sociales que rebasan el ámbito del
delito y el criminológico.

B. Mendelson (1963), quien señala que el estudio de la víctima y el delincuente debe


orientarse a formar parte de una nueva ciencia denominada Victimología, separada y
paralela al estudio criminológico. Además manifiesta que la Victimología no se limita al
estudio del delito de la víctima, sino a toda categoría de víctimas.

La perspectiva del estudio victimológico rebasa el aborde criminológico, interesando también


al derecho penal y a otras disciplinas que se preocupan por la asistencia de la victima que
requiere ayuda, por lo que se justificaría su autonomía. Es imposible desconocer que el hecho
de ser victima, sea como consecuencia de un evento criminal o de una acción no delictiva,
genera problemas psicológicos, sociales, económico, de salud, entre otros, que debe afrontar
la persona agraviada, y que trasciende el ámbito criminológico, penal y penitenciario.

4.2. Victimología penal


Es prácticamente la temática que abordan criminólogos y penalistas preocupados en el
problema victimológico.
Desde este punto de vista, el objetivo de la victimología es desarrollar, a través del estudio
en profundidad de la víctima, un conjunto de reglas generales y de principios comunes que
contribuyan al progreso y evolución de las ciencias criminológicas y jurídicas, facilitando la
comprensión del fenómeno criminal, de la dinámica criminógena y de la personalidad del
delincuente.
La Victimología penal abarca los siguientes caracteres:
• El estudio del papel desempeñado por las victimas en el desencadenamiento del hecho
criminal.
• La indagación de los temores profundamente sentidos en determinados grupos sociales
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a la victimización
• La problemática de la asistencia jurídica, moral y terapéutica a las victimas
• El examen de la criminalidad real, a través de los informes facilitados por las víctimas de
delitos no perseguidos
• La importancia de la víctima dentro de los mecanismos de reacción de la justicia punitiva
y de determinación de las penas.

5. Víctima, victimología y criminología


La relación que existe entre víctima-autor, en la eclosión del evento delictivo, es importante
para la criminología. De igual manera las vinculaciones de la víctima con el sistema penal,
sea como denunciante o parte civil.

Desde la perspectiva criminológica, son importantes algunas formas de relación entre


víctima y victimario, que tienen especial incidencia en el fenómeno delictivo. En estos casos
desde el punto de vista victimológico, nos interesa el grado en que la potencial victima
favorece o incentiva el desencadenamiento del acto criminal.

Fotografía extraída de http://anatomiadelcrimen.blogspot.com.ar/2011/05/victimologia-


una-ciencia-moderna.html

10. Tipología victimal - clasificaciones


Hans Von Hentig (1948), describió trece tipos de víctimas en su obra “The Criminal and his
Victim”, constituyendo una tipología muy amplia, en la que se aprecian factores psicológicos,
sociales y biológicos.

Benigno Di Tulio decía que:” el comportamiento de la víctima puede tener particular


importancia en las relaciones de la criminogénesis, por cuanto de ello pueden partir
estímulos capaces de reforzar y desencadenar el impulso y las fuerzas crimino impelentes”.

A.) Clasificación Según Benjamín Mendelsohn:


a.1.) Victima completamente inocente o ideal. Es aquella que nada ha hecho o nada ha
aportado para desencadenar el crimen.
a.2.) Victima de culpabilidad menor o por ignorancia. El delito ocurre por un acto poco
reflexivo de la victima que no prevé el riesgo.
a.3.) Victima voluntaria. El autor distingue las siguientes modalidades
*Los que cometen suicidio echándose a la suerte.
*El suicidio por adhesión
*Caso de eutanasia, la victima implora que se le ayude a morir.
*La pareja criminal
a.4.) Víctima más culpable que el infractor. Distingue dos variantes
V. Provocadora. Aquella que por su conducta incita al autor a cometer el hecho
criminal.
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V. Por imprudencia. Se determina el hecho por falta de cuidado de la víctima. Por
ejemplo: dejar un automóvil mal cerrado.
a.5.) Victima culpable. Considera tres variedades
Victima-Infractor, como en el caso de legítima defensa
Victima simulante, que denuncia y logra imputar un hecho criminal con el objeto de
que la justicia cometa un error.
Victima imaginaria, no existe infracción, pero se denuncia por hecho imaginario.

B.) Clasificación Según Fattah:


b.1.) Victima provocadora: dos subgrupos
Tipo pasivo. Victima por negligencia o imprudencia favorecedora del crimen,
incitando indirectamente al delincuente.
Tipo activo. En este caso la victima desempeña un rol más relevante.
Tiene dos variantes:
- victima consciente: incita a la acción como agente provocador
- víctima no consciente: no incita al acto pero la provoca por sus acciones conscientes
o inconscientes

b.2.) Victima participante. Se presenta en la fase de ejecución del hecho

C.) Clasificación Según Shafer:


• Victima sin relación con el criminal. Las que no tienen ningún nexo con el victimario
• Victimas provocativas o provocadoras. El acto delictivo se realiza como efecto de la
incitación que origina la potencial victima sobre el futuro ofensor haciendo algo en
su contra.
• Victimas precipitadas. Son víctimas potenciales que sin efectuar nada en contra del
futuro criminal, lo incitan o inducen con su particular forma de conducta.
• Victimas biológicamente débiles. Aquellas cuya constitución, o situación física o
estado mental induce en el potencial victimario la idea del acto criminal
• Victimas socialmente débiles. Aquellas no bien vistas por la sociedad
• Victimas auto-victimas. Se victimizan así mismas.
• Victimas políticas. Victimas resultantes a causa de sus ideas políticas.

2.2. Víctimas de interés criminológico


a) Victima provocadora
Se dividen en:
a.1. victima provocadora por acto delictivo contra el potencial agresor.- se produce una
reacción de venganza en el futuro agresor al ser agraviado por un hecho criminal de la
victima potencial.
a.2. victima provocadora por acto amenazante contra el futuro agresor.- el caso más
notorio se da en la agresión ilegitima que origina una legítima defensa.
a.3 victima provocadora por situación pasional.- los casos más típicos serian la infidelidad
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en las relaciones afectivas
a.4. victima provocadora por trato humillante, vejatorio o agresivo contra el potencial
agresor.- incluye gran cantidad de situaciones provocadoras, debidas a la forma de
trato previo de la futura victima que propicia una reacción delictiva en su contra.

b.) Victima precipitadora o propiciadora


Se refiere a la victima que incita o propicia indirectamente con su forma de comportamiento,
sin desearlo, la realización del acto criminal. Según el criterio de Shafer se trata de personas
que sin hacer nada en contra del potencial delincuente, lo instigan, atraen o inducen con
su modo de ser o su conducta particular para la ejecución de un acto delictivo en su contra.

Pueden ser:
b.1. victima propiciadora por imprudencia o negligencia. El comportamiento negligente,
descuidado o imprudente de ciertas personas, es una condición que puede favorecer o
facilitar un hecho delictivo en su agravio.

En los delitos de tráfico automotor que origina lesiones muerte de un volumen importante
de personas, la conducta de la victima juega un papel notorio. Sobre todo por la imprudencia
al cruzar las calles muy transitadas por vehículos automotores.

De igual manera el deambular en estado de ebriedad o drogados, sobre todo en altas horas
de la noche, propicia el ser objeto de atracos o de atentados sexuales, etc.

b.2. victima facilitadora por insinuación aparente. En determinados casos la forma de


comportamiento que se aprecia como insinuante o estimulante de ciertas conductas
puede motivar el acto delictivo.

Por ejemplo en los delitos sexuales, la insinuación real o aparente de algunas jóvenes puede
desencadenar actos de violencia sexual en su agravio; así mismo las mujeres que caminan
solas por lugares no muy seguros o aislados, vistiendo atuendos escasos o que muestran
determinadas partes de su anatomía, pueden exacerbar el impulso sexual de un agresor
potencial.

b.3. victimas facilitadora por actitud personal especial. Debido a sus particularidades
personales, probablemente se hallan más propensas a ser víctimas.

c.) Victima simulada


Es aquella que exagera ciertos hechos, atribuyéndole carácter delictuoso o bien imagina ser
víctima de hechos inexistentes.
Tenemos:
c.1. victima simulada parcial. Son casos de supuestas víctimas que debido a ciertos actos
no delictivos las califica como delictivas, considerándose victima de tales hechos
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c.2. victima simulada absoluta. Se trata de supuestas víctimas, que sin que exista nada en
su agravio imaginan haber sido objeto de un acto criminal.

Dennis Chapman, sostiene que: “la víctima es algunas veces la causa de la infracción, y en
todos los casos, el delito no puede ser bien comprendido sin tomarla en cuenta”.

c.3. Victima entre víctima y victimario.- también se debe tener en cuenta que una variable
importante en el estudio victima-autor, es el hecho de que ambos se conocieran o no
en la etapa previa al evento criminal. En muchos casos existe alguna forma de contacto
interpersonal de diversa temporalidad y característica, antes del delito, entre el agente
y agraviado.

Se desprende de estudios efectuados, que en múltiples casos de homicidio, amenaza,


delitos sexuales, chantaje, etc., hay algún grado de relación o contacto anterior de la víctima
con el autor del acto criminal. Es precisamente, debido a las características de este tipo
de interrelación pre-criminal, que se dan circunstancias muy variadas en la que a veces
el agraviado actúa provocando, o en todo caso precipitando el evento delictivo. En otras
situaciones no existe conocimiento entre ellos o la relación es solo circunstancial, como en
muchos delitos de hurto y robo, entre otros, pero que debido al elemento precipitador de la
víctima, el agente llega a iniciar o consumar el acto criminal.

En estos casos juega también un papel importante el tipo de percepción social que el posible
criminal tiene de la potencial víctima.

En algunos estudios estadísticos de la Victimología relativa a los delitos de homicidio y


lesiones, el grado de relación entre víctima y autor es de una incidencia significativa en un
número importante de estos hechos.

Marvin Wolfgang, en su investigación sobre los homicidios, encontró que de 588 de estos delitos
estudiados en Filadelfia (U.S.A.), hubo un 26% que fueron precipitados por la victima (1959).
Según Ellis y Gullo cierto tipo de homicidios es consecuencia de circunstancias frustrantes mas
el contacto repetido del homicidio con personas a las que considera muy frustrantes.

En la Victimologia de los delitos sexuales el grado de conocimiento previo entre agresor y víctima
también tiene especial incidencia. Asimismo se considera que en los hechos no necesariamente
se aprecian condiciones físicas especiales en las agraviadas de estos delitos. Quizá la actitud o
el comportamiento que denote una señal erotizante sexual sea lo más importante, lo que va a
incidir precisamente en la percepción social del agente sobre la víctima.

Desde otro punto de vista, la Victimología contemporánea no solo centra su atención en


las victimas individuales o personas naturales, sino también en las colectivas y personas
jurídicas o instituciones diversas (estatales, privadas, internacionales). En estos casos el
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tipo de relación autor-victima resulta más difícil de precisar; asimismo en estas víctimas
colectivas llamada indiscriminada en la clasificación de G. Gulotta. Algunas de las acciones
criminales que las atacan son los delitos de cuello blanco, que inciden en la colectividad
general y las instituciones estatales, como el contrabando, fraudes, delitos ecológicos, la
falsa publicidad de productos farmacéuticos y alimenticios.

López Rey plantea la hipótesis de que las víctimas son más numerosas en la criminalidad no
convencional que la delincuencia común. Sobre todo en los delitos económicos y de abuso de
poder político. Al respecto afirma que la victimización es extensa en los grandes fraudes fiscales
y evasiones de capital a menudo perpetrados por personas pertenecientes a grupos sociales
dirigentes que suelen presumir de patriotismo o de firme adhesión a principios legales.

11. Victimologia y sistema penal


En el tema de la víctima no escapa al interés del Derecho Penal, cuando en la caracterización
de determinados delitos, así como la graduación de la pena, se deben también delinear
ciertas condiciones del agraviado, sea en función de su actuación antes o durante del acto
delictivo, así como del sexo, edad, parentesco u otra índole.

Victima como denunciante.- la víctima en su papel de denunciante, lo que va a originar la


investigación policial y subsecuentemente, la participación de la maquinaria judicial para
procesar al supuesto delincuente y aplicarle una sanción penal si se prueba su autoría.

Kaiser señala que según algunos estudios llevados a cabo, en función de edades, si bien las
personas jóvenes están más representadas entre victimas, son menos propensos a denunciar
que los mayores. Sin embargo, el problema más significativo es que del alto volumen de
hechos criminales que producen victimas, sólo un porcentaje que oscilaría entre un 33 a 49
por ciento de ellos serían objeto de denuncia en sede policial, según encuestas efectuadas
en EE.UU entre 1967 y 1979. Esto significa que más de la mitad de los delitos ocurridos no
llegan a ser denunciados (cifra negra de la criminalidad).

Delitos cometidos Delitos denunciados Arrestados por la policía Llegan a juicio 100 casos
50 casos 20% de 50 denunciados = 10 casos 42% de 10 arrestados= menos de 5 casos

7.1. La víctima en el proceso penal
No obstante que la legislación procesal penal considera a la víctima como parte del proceso,
teniendo derecho además a una reparación civil que se debe precisar en la sentencia, sin
embargo la víctima no desempeña ningún papel protagónico en el proceso, por ello ya
los abolicionistas, entre otros estudiosos, han venido señalando que en el proceso penal
moderno, prácticamente la victima ha sido expropiada de su conflicto, quedando relegado y
centrado en el delincuente y en el Estado.

Manuel López Rey dice que: “la victima de la criminalidad y no el delincuente, requiere
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primaria atención por parte de la policía criminal y de los sistemas penales”

El desarrollo del Derecho procesal penal se ha centrado en afirmar una serie de garantías y
protecciones al imputado, sin embargo la víctima, como señala Jaume Solé Riera, recibe de
facto la peor parte del proceso penal Antonio García Pablos de Molina nos dice que la víctima
del delito ha padecido un secular abandono, tanto en el ámbito del derecho penal como en
la política criminal, la política social y la propia criminología.

12. Tendencias de la victimología


La Victimología contempla hoy en día tres tendencias, a saber:
1) Teoría Positivista con tendencia ideológica modelo o perspectiva consensual:
La Victimología Positivista o Conservadora estudia las relaciones victima- criminal, y
se considera una rama de la criminología, según ésta victimología, la sociedad es una
estructura integra, persistente y estable, en donde la ley representa el sentimiento
popular y refleja los deseos y esperanzas colectivas, protegiendo al ciudadano de
la victimización. Para esta victimología el delincuente es diferente del que no lo es
y más diferente aún a la víctima, y ésta última se identifica con el sujeto pasivo del
delito. Para esta víctimología se debe tratar igual a los delincuentes a las personas
que caen en los casos de auto victimización: la drogadicción, alcoholismo, prostitución,
etc. La Victimología conservadora, (también llamada criminal o penal), es la que se
asume en la mayoría de los sistemas de justicia, ya que “con ella se permite evadir toda
responsabilidad estatal en el fenómeno victimal”. También se afirma: “que las víctimas
son causa de los criminales rebeldes e inconformes o por su propia culpa al provocar o
precipitar el crimen”.

2) Teoría Interaccionista con tendencia ideológica liberal y modelo o perspectiva pluralista:


La Víctimología liberal, establece que la ley existe debido a que los individuos que
conforman la sociedad no llegan a una concepción uniforme de lo bueno y lo malo,
concibiendo a la sociedad como plural y diversa (raza, religión, nivel social, nivel
económico, metas, intereses, valores, etc.). Derivando de ese pluralismo un acuerdo
de la sociedad para establecer un mecanismo que resuelva los conflictos entre sus
miembros de una manera tranquila, con lo que se da origen a un orden y sistema jurídico
neutral, que se sitúa encima de las partes en conflicto. Esta victimología considera a
la criminalidad por la respuesta que provoca, y la etiqueta. Etiqueta la conducta y al
criminal como algo desviado, por ello diferentes etiquetas para conductas y sujetos
similares. Se plantea el interaccionismo como victimológico y considera a la desviación
secundaria o carrera desviada, incluyendo al desviado o criminal como una víctima
más. Y propone soluciones para mejorar progresivamente a la sociedad y evitar el
sufrimiento humano.

3) Teoría Crítica con tendencia ideológica socialista y modelo o perspectiva conflictual:


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La Victimología socialista, que reconoce diferencias sociales (diversidad de grupos y
de valores, intereses y objetivos), y para la cual el fondo real es la lucha por el poder,
ya sea para tenerlo o mantenerlo, fija que la ley defiende los intereses de aquellos que
detentan el poder, establece que el aparato judicial no es neutro como debería ser,
y también protege los intereses de la clase poderosa y no de la sociedad en general.
Esta postura critica el capitalismo por los intereses y privilegios que preserva para
algunos. (Criminología critica) La Victimología socialista propone cambios definitivos
en las estructuras sociales para evitar la victimización y violación de derechos humanos
que deben ser igualitarios por esencia y naturaleza y también muestra la existencia
de un Estado y sistema de justicia corrupto y victimizador para los que menos
tienen, olvidando con ello a las víctimas de la dominación y la represión Estatal. La
Victimología y su objeto de estudio “es más amplio que el fenómeno criminal y la
relación criminal-víctima, por lo que puede manejarse en forma independiente… y la
solución puede encontrarse en el reconocimiento de una Victimología General (como
de una psicología, Sociología o Biología Generales), que estudia a todas las Víctimas y
de una Victimología Criminológica, concurrente a la síntesis criminológica y encargada
de estudiar a las víctimas de conductas antisociales”.

13. Victimización
La victimización es un concepto que implica algún grado de exageración de la condición
de víctima que una persona determina sobre sí misma, aún en situaciones que no suponen
necesariamente esa condición. Si bien el término siempre supone la idea de un victimario
que ocasiona un perjuicio y de una víctima que sufre la agresión, para la psicología la
victimización es un estado de salud mental a partir del cual la persona se posiciona a sí
misma como víctima.

El posicionamiento de la persona como centro de los ataques y agresiones, no siempre responde


a una situación agresiva u hostil y a un victimario, sino que se trata de la visión negativa que el
sujeto tiene sobre su propia realidad, a partir de la cual busca llamar la atención.

El proceso de victimización debe entenderse como un conjunto de variables y mecanismos por


los que una persona llega a convertirse en víctima, tema del que se ocupa la VICTIMOLOGÍA.

El concepto de víctima identifica a la misma como a aquella persona que ha sufrido daño
emocional, físico, mental, pérdida financiera o menoscabo de los derechos fundamentales por
acción u omisión que viole la legislación penal, incluyendo la prepotencia y el abuso de poder.

Incluye a familiares y personas con relación inmediata y directa con la víctima, como así
también a aquellas personas que sufrieron daños al brindar asistencia a la víctima o que
intervinieron para prevenir la victimización.

El estudio de las víctimas es multidisciplinar y no se refiere sólo a las víctimas de un delito,


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sino también a las que lo son por consecuencia de accidentes, desastres naturales, crímenes
de guerra y abuso de poder. Los profesionales relacionados con la VICTIMOLOGÍA pueden ser
científicos, operadores jurídicos, sociales o políticos.

Existe una primera víctima social que está ligada a la adversidad, a la injusticia y al
padecimiento al que la exponen la exclusión y la vulnerabilidad. Se trata de las que sufren
la pobreza, el desamparo, la marginalidad cultural, y constituyen el eslabón más frágil de la
cadena injusta de la desigualdad humana.

Luego existe la víctima del delito, que fue objeto de un abuso criminal que infringe la ley y el
Derecho Penal. Por último, existe la víctima del infortunio, de una catástrofe, de un siniestro,
desastre natural o tecnológico.

El estudio de las víctimas puede realizarse desde la perspectiva de una víctima en particular
o desde un punto de vista epistemológico analizando las causas por las que grupos de
individuos son más o menos susceptibles de resultar afectados.

14. La autopsia psicológica


La autopsia psicológica en esencia es la reconstrucción de los rasgos más sobresalientes de la
vida de un individuo para obtener una comprensión psicológica acerca de quién era, por qué
de algunas situaciones se presentaron en su vida y en general qué papel jugaron sus rasgos
de personalidad en las circunstancias de su muerte.

Esta definición amplía el concepto de autopsia psicológica, pues además de ser un


instrumento para acercarnos a las circunstancias mentales propias de un individuo que
rodean el momento de su muerte, también puede aplicarse a la investigación de muchos
eventos en la vida de una persona, por ejemplo, biografías de grandes personajes muchas
veces contienen datos que analizados psicológicamente podrían explicar conductas o
acciones significativas durante su vida.

Se define el concepto de autopsia psicológica desde su origen en los años cincuenta en


California cuando empezó a utilizarse buscando un acercamiento a la comprensión de las
circunstancias que rodearon la muerte de un individuo, investigando retrospectivamente
sus características de personalidad y las condiciones que tuvo en vida. Se establecen
las características del método y su utilidad en psiquiatría clínica y en psiquiatría forense,
siendo relevante su aplicación potencial en el diseño de políticas de promoción de la salud y
prevención de suicidio, homicidio o accidentes.

Metodología
Desde el inicio de las investigaciones se han realizado diferentes protocolos de investigación
que incluyen diversos ítems dirigidos a registrar datos de manera homogénea y sistemática.
La mayoría de los protocolos se han enfocado al estudio de suicidios; también existen otros
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para aplicación en homicidio), y para la investigación de características socioculturales y de
rasgos de personalidad en los suicidas cuyos resultados pretenden generar estrategias de
prevención (prevención victimal). En algunos de los estudios realizados con el método de
Autopsia Psicológica se utilizan instrumentos predeterminados con preguntas diseñadas
según el tipo de estudio, algunos de ellos estructurados como encuestas que pueden ser
aplicadas por personas no expertas. Otros estudios utilizan entrevistas estructuradas
similares a la de una entrevista psiquiátrica, realizada por un experto y dirigida a evaluar
puntos específicos, teniendo en cuenta que el informante es una tercera persona. Algunos
estudios han utilizado la entrevista telefónica como medio para obtener la información.
Además de la recolección de información mediante un cuestionario o entrevista a los
familiares y/o allegados de las víctimas, la autopsia psicológica debe contar con información
adicional como historias clínicas previas de la víctima, proceso judicial si lo hubiere,
evidencias que este contenga, escritos, grabaciones, notas suicidas o cartas de la víctima en
los meses anteriores al evento que se investiga.

En cuanto al tiempo transcurrido desde la muerte de la víctima hasta la fecha de la


investigación de allegados o familiares, hay quienes consideran que se debe hacer
inmediatamente y quienes sugieren que se debe esperar entre dos y seis meses para realizar
las entrevistas.

El número de informantes depende de la complejidad del caso y de la información buscada.


La conclusión del estudio de autopsia psicológica debe ser expresada en términos de
probabilidades.

Este procedimiento no puede determinar con exactitud si la muerte fue suicidio, homicidio
o accidente.

El método es parte del rompecabezas de la investigación y tiene utilidad sólo como un


elemento más en el contexto de la misma. Su aporte es variable según la cantidad de
información que esté disponible para su elaboración.

El protocolo de la entrevista debe contener los datos socio-demográficos de la víctima como:


fecha de muerte, edad al morir, lugar de residencia, ocupación, estado civil, religión, etc.
Una revisión de los hechos en que falleció desde la perspectiva de las personas que son
entrevistadas, incluyendo información de otras fuentes disponibles (proceso penal, cartas,
grabaciones, etc.). Además se hace una reconstrucción de la vida de esa persona, prestando
especial atención a los períodos críticos del ciclo vital, cómo los enfrentó, las dificultades,
alteraciones de adaptación o síntomas que presentó, etc. Igualmente una historia del núcleo
familiar, explorando los vínculos e interacciones que tenía que con cada uno de los miembros.
Se investigan antecedentes médicos, psiquiátricos y judiciales. Con la información completa
se debe establecer qué rasgos de personalidad presentaba y si alguna patología mental tuvo

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incidencia en las circunstancias de su fallecimiento. Finalmente se hace una aproximación
a las circunstancias que determinaron su muerte y la posible participación de la víctima en
las mismas. Todo el proceso mencionado exige un tiempo apreciable. Algunos estiman que
cada estudio implica un promedio de treinta horas, otros que antes de un mes no es posible
estudiarlo, pero ha habido casos que han requerido años.

Aplicaciones del método


En el campo forense nace la expresión y es allí donde se aplica en el análisis de las
circunstancias de muerte de una persona. En el caso de muertes violentas, la manera como
ocurre la muerte puede corresponder a homicidio, suicido o accidente. En estas opciones
pueden surgir dudas que lleven la investigación a necesitar de datos psicológicos del occiso
para esclarecer la forma de su deceso. El método de la autopsia psicológica nació para ser
aplicado a casos en los que la manera de muerte resulta dudosa. Además de la aplicación en
su esclarecimiento, este procedimiento puede servir como instrumento de investigación de
primer orden en áreas de psicología y criminología.

Es de suma utilidad en estudios de VICTIMOLOGÍA; por ejemplo, para establecer hasta qué
punto el occiso pudo provocar las circunstancias en las que murió, colocándose en una
situación que podría haber evitado. En la investigación de muertes violentas, el análisis del
funcionamiento mental de la víctima puede arrojar datos relevantes para la prevención y
predicción de las mismas. En este sentido puede ser un instrumento de gran valor al establecer
políticas de prevención en suicidio, homicidio o accidentes. Finalmente el estudio psicológico
de una víctima de suicidio y el esclarecimiento de sus circunstancias mentales al momento
de su muerte pueden arrojar datos terapéuticos para familiares y allegados, e incluso para la
comunidad. Durante el proceso de elaboración de la autopsia psicológica se pueden identificar
familiares y allegados con depresión o riesgo suicida y ubicarlos en un tratamiento.

La conclusión del estudio de autopsia psicológica debe ser expresada en términos de


probabilidades. Este procedimiento no puede determinar con exactitud si la muerte fue
suicidio, homicidio o accidente.

El método es parte del rompecabezas de la investigación y tiene utilidad sólo como un


elemento más en el contexto de la misma. Su aporte es variable según la cantidad de
información que esté disponible para su elaboración. El protocolo de la entrevista debe
contener los datos socio-demográficos de la víctima como: fecha de muerte, edad al morir,
lugar de residencia, ocupación, estado civil, religión, etc. Una revisión de los hechos en que
falleció desde la perspectiva de las personas que son entrevistadas, incluyendo información
de otras fuentes disponibles (proceso penal, cartas, grabaciones, etc.). Además se hace una
reconstrucción de la vida de esa persona, prestando especial atención a los períodos críticos
del ciclo vital, cómo los enfrentó, las dificultades, alteraciones de adaptación o síntomas
que presentó, etc. Igualmente una historia del núcleo familiar, explorando los vínculos e
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interacciones que tenía que con cada uno de los miembros. Se investigan antecedentes
médicos, psiquiátricos y judiciales. Con la información completa se debe establecer qué
rasgos de personalidad presentaba y si alguna patología mental tuvo incidencia en las
circunstancias de su fallecimiento. Finalmente se hace una aproximación a las circunstancias
que determinaron su muerte y la posible participación de la víctima en las mismas. Todo el
proceso mencionado exige un tiempo apreciable. Algunos estiman que cada estudio implica
un promedio de treinta horas, otros que antes de un mes no es posible estudiarlo, pero ha
habido casos que han requerido años.

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15. Fuentes Consultadas
• CORNEJO CALVA, Juan. “Victima y victimología” http://www.monografias.com/
trabajos78/victima-victimologia/victima-victimologia.shtml
• GARÓFALO, Rafael, Indemnización a las Víctimas del Delito Traducción y estudio crítico
de Don Pedro Dorado Montero, editorial La España Moderna, España, 1905.
• HERRERA MORENO, Myriam (1996). La hora de la víctima, Compendio de Víctimología,
Edersa editoriales de Derecho reunidas, España.
• JIMÉNEZ DE AZUA, Luís, (2003) Introducción al Derecho Penal, Iure Editores, México..
• JIMÉNEZ ROJAS, Iván Alberto, (2001) La Autopsia Psicológica como Instrumento de
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• LANDROVE DÍAZ, Gerardo,(1990) Víctimología, Tirant lo blach, España.
• NEUMAN, Elías, (1988) Victimología . El rol de la víctima en los delitos convencionales
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• NEUMAN, Elías, (1994) Victimología y control social (las víctimas del sistema penal),
Editorial Universidad, Argentina.
• RODRÍGUEZ CAMPOS, Carlos, (2007) Las Víctimas de Delito en el Distrito Federal:
historia y proyección, Editorial Porrúa, México.
• RODRÍGUEZ Manzanera, Luís, (2005). Victimología Estudio de la Víctima, 9ª edición,
Editorial Porrúa, México,
• La situación actual de la Victimología en México. Retos y perspectivas. Gaceta de la
Comisión de Derechos Humanos del Estado de México. Número 65. (Enero/Febrero).
México
• TORRE, Raúl Osvaldo (2007). La Víctima del Crimen. Dos y Una . Ediciones Argentinas.
• Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses, SECCIF (2008) Clases y
funciones de la criminología. Revista QdC. N.o 0. Enero/marzo.
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Estudio Científico del Delito, la Prevención de la Criminalidad y el Tratamiento del
Delincuente, CEC - INPECCP Fondo Editorial, primera parte, Cap. 1-3 “Las funciones de
la criminología”, puntos 1 a 3., pág. 45-130
• Hilda, Marchiori. Criminología: Teorías y Pensamientos. Editorial Porrúa. México. 2004.
• Hilda, Marchiori. El Estudio del delincuente. Tratamiento Penitenciario (cuarta edición)
Editorial Porrúa. México. 2002.

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Fuente web
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www.academia.edu/8127396/HISTORIA_DE_LA_CRIMINOLOGIA_ 2

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