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ira^de F. G a r c ía L o r c a . - -
| 2 ^ ‘<>n d e V . M u ñ o z ; El
t i r a m i e n t o v iv o d e J osé
1 ; ^ - - -M. C e lm a : L a v id a
lib r o s . — M ic r o c u lt ii-
li% '!• R a m a ; R e v o lu c ío -
1 (leí S ig lo X X
o n e n c u a d e r n a b le )

ENERO - 1960

^^tSTA MENSUAL
C I O : l.WI S T
Ayuntamiento de Madrid
NUESTRA PORTADA

Lázaro Ludovico Zam enhof


E l a ñ o 1859, e n la c iu d a d d e B ie lo s t o k (P o lo n ia ) t u v o lu g a r
e l n a c im ie n t o d el q u e m á s ta r d e se d is t in g u ió p o r h a b e r le g a d o
a l a h u m a n id a d e l in s t r u m e n to m á s p e r fe c t o q u e se c o n o c e p a r a
fa c ili t a r la r e la c ió n d e h o m b r e s y p u e b lo s : e l E s p e ra n to .
H o y , c o n o c a s ió n d e l c e n t e n a r io d e s u n a c im ie n t o , n o h a h a ­
b id o p a ís e n d o n d e n o h a y a s id o r e c o r d a d o c o n p r o f u n d a e s tim a
y c o n s id e r a c ió n . E n el h o m e n a je h a n p a r t ic ip a d o to d a s la s r a z a s
y to d a s la s c la s e s , l o q u e c o n s t it u y e y a u n é x it o in c o n te s ta b le d e
la s id e a s u n iv e r s a lis t a s d e Z a m e n h o f- N o se m e r e c ía m e n o s e l in ­
s ig n e f i l ó l o g o y h u m a n is t a . P u e s q u e s i l a T o r r e d e B a b e l fu é
c r e a d a p o r lo s d io s e s p a r a c o n fu n d ir a io s h o m b r e s , el E s p e r a n to
h a v e n id o a d e c ir q u e n o h a y d io s q u e p u e d a c o n t r a l a v o lu n ta d
d e c r e a c ió n c o n ju g a d a p o r e l c e r e b r o y p o r e l c o r a z ó n .
C o m o S e r v e t, c o m o O o p é r n ic o , c o m o N e w to n , L á z a r o Z a m e ­
n h o f h a d a d o u n m e n tís f o r m a l a l a q u im e r a d e lo s d e ís ta s , q u e
q u ie r e n le g is la r e in te r p r e ta r a l im iv e r s o d e u n a v e z p a r a s ie m ­
p re . A n te ésto s, a n te e l h o m b r e in q u ie t o , lo s d io s e s , c o n t o d a su
a ltiv e z , s u p e r c h e r ía y a r r o g a n c ia h a n d e b id o b a tir s e e n r e tir a d a
E n la o b r a d e Z a m e n h o f c o n c u e r d a n tr e s c u a lid a d e s q u e lo
h a c e n in m o r t a l: la d el f iló l o g o , la d e l h u m a n is t a y la d e l s o c ió ­
lo g o .
E s tu d ia r la o b r a d e Z a m e n h o f y d iv u lg a r la e s ta m b ié n c o n ­
tr ib u ir a la r e g e n e r a c ió n h u m a n a , e s ta m b ié n h a c e r la R e v o lu ­
c ió n S o c ia l.

R E V IS T A M E N S U A L
f)E S O C IO L O G IA , C IE N C IA Y L I T E R A T U R A
R ed a cción :
Federica M ontseny, .losé B o rr® , M iguel Celma.
Colab& 'adores:
.losé Peirats, Felipe Alaiz, V iadim iio M uñoz. Adolfo
Hernández, Benito Milla. Evello O . Fontaura. J. Ruiz,
Herbert Read, Hem Day, J. Carm ona Blanco, Camplo
Carpió, Eugen Relgis, U go Fedell, Héctor R.
Schujm an. J, M. Puyol, Angel Samblancat, Dr. Pedro
Vallina. Luce Fabbri, J. Capdevila. G . Esgleas.
Osmán Destré, Dr. Juan Lazarte, Renée Lamberet,
A. Prudhomm eaux.
Precios de stiscripción. — F ra n cia : Trim estre 300 írs.
Semestre, 550 frs. Anual, 1.100 írs. — Exterior: Be-
mestre, 600 frs. Anual, 1.200 frs.
Número s u e lto : 100 fran c® .
Paqueteros: 10 % de descuento.
O ír ® : «CNT.», hebdomadaire. C.C.P. 1197-21, 4. rue
Belfort- TOULOUSE (Haute-Garonne).

Ayuntamiento de Madrid
REVISTA DE SOCIOLOGIA CIENCIA Y LITERATURA
A ño X Touiouse, E n ero 1 9 6 0 N» 1 0 9

El culto al heroísm o
— L héroe, la silueta romántica del hombre valeroso, genio de la acción individual, arro­
jado, magnifico y magnicida, empieza a acusar su decadencia con los progresos del
S psicoanálisis y la puesta en circulación del héroe de cartón, U na doble sincroniza­
ción ofensiva tiende a borrar de la faz de nuestro mundo y de las páginas de la his-
S toria, el gesto épico, arrogante, de un solo hombre o de un número reducido de in­
dividualidades que levantaron en vilo una época, teniendo por musa a la justicia frente a
la injusticia, a la libertad en beligerancia con la tiranía.
La ciencia se ha burlado del héroe interpretándolo como simple efecto de una secreción
glandular, de anomalías orgánicas o fisiológicas. Cuando este método no ha bastado para ri­
diculizarle, se ha colocado detrás del héroe, de la acción del héroe, un simple motivo banal:
una enfermedad incurable, la perfidia de una mujer o el mismo miedo, concepto rival del
heroísmo.
La doble ofensiva contra el héroe es la más abyecta, la más irreverente, la que conden­
sa mayor cantidad de sarcasmo contra la poesía épica que tiene por motivo al hombre en
aras de la acción. Desde que el Estado pudo comprobar la trascendentalisíma influencia del
héroe fué montada una industria llamada a producirle en serie. Englobamos al Estado y a
la Iglesia en la empresa explotadora del héroe manufacturado, hecho standard, según diseño
apropiado a las necesidades de productores, distribuidores y consumidores.
El censo nutrido de santos, apóstoles y mesias responde a esta necesidad o demanda
mercantil de héroes capaces de deslumbrar a los papanatas, consumidores éstos a la vez de
rezos, comuniones e indulgencias. Los tonsurados, fabricantes de héroes, de héroes de marti­
rio, martirizados o martirizantes marcaron la pauta de ensalzar al heroísmo a momias que
vivieron hace centenares de miles de años, simples números o soldados de segunda en el
acervo común de nuestros oscuros desaparecidos. La heroicidad no puede así ser discutida.
N o podemos impugnar a un héroe de las catacumbas de Roma, de los desiertos de Libia, dé
China o de la Conchinchina.
Nuestros Estados modernos, fabricantes a la cadena de héroes de cartón, han batido el
record. En nuestros dias se fabrica un héroe a la vista del público, sin recurrir al ilusionis-
mo. caro al arle de la prestidigítación. El héroe se fabrica por mandato, por decreto, po­
niéndole una etiqueta de tal al primer restacueros con alma de bufón y cara de cemento
armado.
Nadie es profeta en su tierra ni lo fueron, en consecuencia, los fabricados en España con
barro de nuestro propio solar.
El héroe de cartón tiene como telón de fondo a la masa pegajosa, fanática, adocenada,
educada para la procesión y para el desfile; para el desfile; para berrear himnos, ladrar con­
signas y hacer cabriolas con banderas y pendones.

Nosotros creemos en un solo heroísmo; el heroísmo dei hombre, en lucha permanente


contra .su propia ignorancia, capaz de puiirsea si mismo como se pule a un diamante. El
autodidacta, el que es capaz de conquistar para si un nuevo mundo, es decir, una cultura,
robando horas al descanso, contando todos susdias y aprovechando todo su tiempo; aquéí
que no cree en el cautiverio de la cultura, en la cárcel de la universidad, teniendo por car­
celero al Estado; el que, por el contrario, concibe líbre y aprehensible la cultura y al alcan­
ce de nuestra voluntad pertinaz; el capaz de cincelarse a si mismo de la tosquedad de ios pre­
juicios; el que debe el ser hombre a su propio esfuerzo, es para nosotros el único héroe, he­
cho de luz y de bronce.

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EL BUDISMO ZEN
E nos repite todos los días en cada perió­ ya no podía salir. El hombre no quería ni romper
dico y en cada emisión radiofónica, que e! la botella ni hacer daño a la oca. ¿Cómo consiguió
mundo está dividido en dos bloques, que sacarla?
hay conflicto entre Oriente y Occidente y 3.® Un hombre se mantiene por los dientes en
que la suerte de la humanidad depende la rama de un árbol y se encuentra en la imposibi­
del resultado de este conflicto. Hay algo que suena lidad de hacer uso ni de manos ni de pies. Se le
a falso en estas afirmaciones. Pero la más insidio­ pregunta qué es el Zen. Si no responde no puede
sa falsedad es la que pretende presentarnos al satisfacer a su interlocutor, y si responde, aunque
Oriente dentro de la ideología y estructura sociales nada más pronuncie una palabra, caerá del árbol
de la U.R .S.S. y de China, y se matará. ¿Qué haría usted encontrándose en su
La ideología comunista es profundamente occi­ lugar?
dental por su dialéctica, por su materialismo y por Problemas complejos, sin duda. Y si leyéramos
su interpretación histórica basada en la lucha de las anécdotas y los diálogos de los sabios y patriar­
clases, afirmando el predominio de la economía; por cas de esta religión, nos creeríamos en un mundo
su fe en la ciencia, en la tecnología y en el traba­ de locos o de imbéciles. Por ejemplo, un fraile se
jo; por haberse instaurado mediante el adoctrina­ presenta a Chau-Chou inquiriendo instrucción.
miento de las masas, la coacción y la fuerza; por «¿Has desayunado?», le pregunta éste. «Sí», respon­
su monopolio y planificación; en fin, por su nega­ de el otro, «Ve a lavar tu taza», le dice Chau-Chou.
ción de una región o de una actividad del espiritu. W u-Tsu, por otra parte, nos cuenta esta fábula:
En cuanto a las estructuras sociales que le corres­ «Una vaca pasaba por una ventana. Su cabeza, sus
ponden, no son muy diferentes de las que encontra­ cuernos, sus patas, pasaron sin dificultad, pero en
mos en los países capitalistas, ya sea porque éstas cuanto a la cola, no hubo nada a hacer. No pudo
tiendan a reformarse tomando como modelo aqué­ pasar».
llas, ya sea porque aquéllas estén dispuestas a apro­
piarse de las novedades y ventajas de éstas. El con­ He aqui un fragmento de diálogo tipleo: — «¿Qué
flicto tan m al definido entre el Este y el Oeste, no debo hacer, maestro, cuando me acerco a usted sin
es, pues, el choque de dos concepciones diferentes traer nada?» — «Echalo por tierra». — «Si le digo
de la vida separadamente maduradas por varios que no traigo nada, ¿cómo podré echarlo por el
siglos de historia, sino una doble tentativa de do­ suelo?» — «Si es asi, llévatelo», y Wieger concluye
minación mundial y una amenaza de explosión y que «la literatura Zen se compone de cierto núTn^
de desintegración de una sola civilización: la Occi­ ro de in-íolios repletos de respuestas incoherentes i
dental. sin sentido... No son, como se ha supuesto, alusiO’
La ceremonia del té, el arte de las glorietas, la nes a asuntos interiores rue seria necesario conecte
pintura de los Sungs, de los Sumíyes y de los K a­ para comprenderlos. Son exclamaciones escapadas
nes, la poesía de Basho, la apacible simplicidad de a entontecidos, momentáneamente salidos de su 1«"
targo.
la arquitectura japonesa, la técnica del jiu-jitsu
(lucha japonesa) y de la esgrima, el código de caba­ Pero Wieger no ha comprendido nada. La técnic»
llería de los Samurai, he ahi algunas cosas, verda­ del «koan», o problemas insolubles, tiene por objeW
deramente orientales, que hemos escogido y reuni­ acostumbrar al espíritu humano a lo absurdo y •
do porque todas ellas han sido producidas o fuerte­ la vanidad de esfuerzos con el íin de fijar su vid»
mente influenciadas por la misma filosofía: la de en un sistema de verdades inmutables. Las respues­
la secta budista Zen. Queremos referirnos a esta fi­ tas y las acciones cómicas de los grandes maestro»
losofía no sólo porque es típica y plenamente orien­ del Zen son, todas ellas, afirmaciones contrarias »•
tal. sino también, porque, nacida en la India y es­ espíritu de gravedad, contra el cual, Nietzsche se
tablecida en China, se ha extendido por íin al Ja­ rebelado. La mayor parte de las estampas nos t*"
pón, absorbiendo algo de estos tres pueblos, los más presentan a estos grandes maestros excesivameut*
numerosos de Asia, y ofreciéndoles una visión del grasos o sonrientes, o bien, curiosamente feos y ^
mundo y un método de vida comunes. formes. En sus tratamientos no existe el «reverendo
El budismo Zen es una filosofía y una religión padre» ni el «su santidad», sino unas formas
con un centro de experiencia mística (satori) in­ cidas a «mi viejo saco de arroz» y otras por el
transmisible. E l esfuerzo intelectual es seria y sis­ tilo. Uno de los patriarcas más importantes nos
temáticamente dirigido hacia la solución de proble­ representan absorbido en la contemplación de
mas (koan) tales como los siguientes: cangrejo, y otro divirtiéndose ante una pelea de ga­
llos. Pensamos en Spinoza, quien reía lócamete*
1.® Un sonido de produce aplaudiendo. ¿Cuál es
viendo el espectáculo que ofrecían dos arañas ma­
el sonido producido por una sola mano? tándose mutuamente.
2.° Erase una vez un hombre que tenía una oca Empero los miembros de una comunidad Zen
metida en una botella. La oca engordó tanto que piten cada dia los votos sigiuentes: «Por numeroíte

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que sean los seres, yo me propongo salvarlos. Por unisono. Así descubre los principios y desarrolla las
inconmensurables que sean los destinos yo me pro­ técnicas aplicables a las corrientes más diversas. El
pongo estudiarlos. Por exacervadas que sean las pa­ principio taoísta del «wu-wei» — uno de los pUa-
siones, yo me propongo calmarlas. Por incompara­ res del jiu-jitsu — absorbido por el budismo Zen.
ble que sea la verdad de Buda, yo me propongo lle­ nos parece rico en posibilidades sociales y políticas,
gar hasta ella». Es difícil concebir que sin pasión principalmente cuando, como en nuestra época, un
sea uno capaz de sentir piedad universal; aunque grupo pequeño y a veces un solo individuo, tiene
para los budistas ésta haya dejado de ser idea y que hacer frente a la fuerza muy superior del Es­
pasado a una realidad vivida. Y si nos parece in­ tado.
eficaz sólo obedece a que, para nosotros, la histo­ «W u-wei» es el secreto mediante el cual nos adue­
ria se hace todos los días, mientras que los budis­ ñamos de lás circunstancias sin afirmarnos direc­
tas cuentan los años por millares. tamente contra ellas. Se da cuenta que fué descu­
Contrariamente a las otras órdenes monásticas, bierto por vez primera observando cómo las ramas
los frailes Zen. procuran vivir del producto de su duras e inflexibles de un árbol terminaban por rom­
trabajo. Ninguna ocupación es demasiado baja para perse bajo el peso de la nieve, mientras que aqué­
ellos y viven muy simplemente. De acuerdo en esto llas que cedían a este peso se liberaban de ella por
con Aristóteles y la mentalidad clásica y medieval una sacudida producida en virtud de su elasticidad,
de Occidente, consideran ,sin embargo, que la fina­ Y Lau-Tzeu cimenta: «El hombre, cuando nace es
lidad del trabajo consiste en asegurar el ocio. No tierno y flexible y a su muerte es rígido y fuerte...»
se Ies puede acusar de ser explotadores o parási­ Así, pues, la rigidez y la fuerza son aliados de la
tos. Tampoco se puede decir que predican un dog­ muerte, y todo lo que es flexible y suave es aliado
ma o una ortodoxia ni de ser partidarios de una de la vida». En el jiu-jitsu el atacado utiliza la fuer­
autoridad y una Iglesia organizadas. Al contrario. za, el peso y el arranque del adversario para lle­
Nunca se ha lanzado un llamamiento a la búsque­ varle a la derrota. El atacante, de por su mismo
da individual de la verdad, comparable al de Lin-
ataque se desequilibra. Un empujonctto en el mis­
Chi: «¡Vosotros que perseguís la verdad, si queréis mo sentido de su ataque y un desplazamiento del
comprender bien el Zen. no es dejéis engañar por
obstáculo contra el que se creía chocar le envían
nadie! ¡Si encontráis obstáculos interiores o exte­
a dar de cabeza o de espaldas por el suelo. Com­
riores, suprimidlos en seguida! ¡Si encontráis a Bu-
pete a los revolucionarios encontrar métodos pare­
da, m atadle! ¡Si encontráis al patriarca, m atadle!
cidas para salvar vidas y libertades a cada nuevo
¡Matad sin vacilar porque es el único medio de sal­
ataque del Estado. La resistencia y la oposición
varse !» Algo asi como si un sacerdote católico pre­
frontal son quizá nobles y heroicas, sobre todo fá­
dicase a sus parroquianos: Si se oponen al desarro­
ciles a imeginar. Muy espectaculares. Pero es tam­
llo de vuestra alma, matad al Papa y a Dios.
bién de efectos desastrosos por la voluntad de opre­
Con un poco de sentido comün nos daremos cuen­
sión y de represión que aumenta en el adversario,
ta de que, cualquiera que sea nuestra orientación
afilándole los dientes y tornándole más homicida.
füosófica y política, no somos los únicos ni los pri­
Amaury de Rleucourt en su libro sobre los Césa­
meros en buscar remedio a los males que aquejan
res antiguos y modernos ha descrito «que el com­
a la humanidad. Tampoco puede decirse que sea-
promiso es la esencia de las instituciones que per­
hios los únicos que vamos en busca de la verdad,
duran; y la refutación de todo compromiso pro­
di que disponemos de medios excepcionales, o aún,
poníamos salvar». Igual ocurre cuando se trata
que nuestra época esté especialmente marcada por
de valores como cuando se trata de instituciones.
ün sino histórico y abierta toda ella al milagro de
Otro principio de sabiduría que es toda una téc­
duestra buena voluntad. Partiendo de este princi­
nica aplicable, nos parece, a la protección del in­
pio, quizá aprendamos algo del budismo Zen, aun­
dividuo y sus valores contra los*ataques del Esta­
que para comprenderlo y aprobarlo integramente
do. es la acción inmediata. Un conocimiento exacto
tondriamos que analizar todo nuestro pasado, y des-
y completo de los golpes y de las llaves del jiu-jitsu,
Wrollo, y dejar de lado algo de nuestra formación
no servirla para nada si el que lo posee no sabe
(le pensamiento y carácter,
aplicarlo instantáneamente y sin demora cuando tal
Puede ser que esta filosofía y la nuestra se ro-
o cual movimiento del adversario le ofrece la opor­
ton en un punto u otro, y se parezcan como las ho-
tunidad. A propósito del arte de la esgrima, el gran
tas de dos ramas de un mismo órbol. Pero para pe-
maestro Takuan explica: «La acción inmediata por
détrar en la conciencia de cada una y de manera
tu parte conducirá inevitablemente a tu adversario
‘d'gánica se precisa recorrer largo trecho, Tendría­
a ser causante de su propia derrota. Debe ser como
mos, sobre todo y ante todo, que desprendernos de
un barco deslizándose sigilosamente a lo largo de
dUestro espíritu de curiosidad y de aventura; de
la corriente». En el Zen como en la esgrima, un
duestro gusto y automatismo de continua exten-
pensamiento sin vacilación, sin interrupción,’ sin
y. a renglón seguido, disciplinarnos de mane-
mediación tiene un gran valor. Por esto en e í Zen
a no buscar nuevos principios y a no dictarnos
se habla tan a menudo del rayo y de la chispa que
duevos imperativos cuando no sabemos adherir con
brota del roce de dos piedras. Si das lugar a cual­
®®crupulosa fidelidad a los que tenemos y de cuya
quier mterrupción por cualquier causa que no está
''erdad ya nos hemos declarado persuadidos.
en relación vital con la situación, estás perdido
La sabiduría, sobre todo la oriental, es una ma- Ello no quiere decir que debas hacer las cosas in-
de comprender la naturaleza y el hombre, de consideramente y deprlsa. La simple presencia de
~ ^ u b r ir los destinos, de anexar las influencias re- este deseo en ti seria una interrupción... Deja tu de-
taprocas y de hacer latir el corazón del mundo al tensa seguir el ataque sin un solo momento de inte-

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2902 CENIT

El héroe de la revolución española

“ L héroe de la revolución española fué in- aditamento agravante de una recaída en la dicta­
discutihlemente el pueblo. Ninguna re- dura. Sólo el desbordamiento popular, la interven­
s volución merece categoría de tal aconte­ ción del pueblo en la lucha, puede acumular la
cimiento sin la fecundante intervención fuerza suficiente capaz de forzar ventajosamente
S popular. En ia gestación del hecho revo­ cualquier combinación de obstáculos.
lucionario intervienen innumerables factores. Par­
tiendo de la significación humana anexa a toda El segundo a.specto consiste en que la interven­
empresa de actividad consciente, son dignos de ser ción popular representa por si misma lina garan­
enumerados la complejidad de factores en ella tid de amplitud y trascendencia en el hecho revo­
concurrentes, desde la acción de los individuos y lucionario. El pueblo en armas es el único capaz
grupos minoritarios, más o menos libres de escue­ de imponer soluciones atrevidas y velar al mismo
la o disciplina ideológica, hasta la difusa avalan­ tiempo para que sus aspiraciones, largamente re­
cha popular, capaz por su fuerza y virtudes crea­ primidas, no resulten defraudadas.
doras, de dar el toque definitivo, el golpe de gra­ -Nos autoriza a catalogar las jornadas del 19 de
cia, soldar una expresión heterogénea en un obje­ julio de revolución popular la experiencia cosecha­
tivo común.
da de la mayoria de los movimientos peninsulares.
Dos puntos fundamentales valoran la interven­ Estos movimientos adolecieron casi siempre de un
ción popular en los movimientos revolucionarios. contenido conspirativo-politico o social-esporádíco.
Uno de ellos es el a.specto potencial. Las revolu­ I>e todos estos movimientos la revolución asturia­
ciones reducidas a la acción de minorias o parti­ na del 6 de octubre de 1934 alcanzó una de las ma­
dos confrontan el peligro de un fracaso inicial, yores concreciones populares. Bien que, trazada
con sus repercusiones regresivas, o una discutible de acuerdo a un plan político conspíratívo, cau­
victoria resuelta en sustitución de poderes, con el sa primordial de su intrascendencia localista, no
se puede negar que, en la práctica, la entusiasta
intervención del pueblo y la fuerte representacióo
rrupción y no existirán dos movimientos separa­ de definidos sectores de solera revolucionaria, su­
dos, conocidos bajo el nombre de ataque y defensa. pieron darle un contenido profundo que rebasó
En Occidente, por hipertrofia prolongada se hace los cálculos de los políticos conspiradores.
al contrario, sobre todo cuando la sociedad se im­ Los repetidos intentos confederales fueron pla­
pone al individuo. Nos decidimos finalmente a ac­ neados sobre un cálculo optimista exagerado, so­
tuar cuando el contexto que reclamaba nuestra ac­ breponiéndose el factor de improvisación esporá­
ción ha cambiado completamente, y nos mantene­ dica al principio más elemental de técnica conspi-
mos en la línea que habíamos elegido sin ver que rativa. Lo único a tener en cuenta era la magni­
nos aleja más del objetivo que deseábamos alcan­ tud del ideal, la abnegación y la corazonada. Es­
zar, Asi, alejados, vemos llegar los acontecimientos tos movimientos mostraron, sin embargo, que de­
y gastamos nuestras energías tan sólo en la prepa­ terminadas circunstancias de orden ambiental hu­
ración para hacerlas frente, encontrándonos com­ mano no .son superfluas al logro de las finalida­
pletamente desamparados en el momento en que des de explosión revolucionaria, en cuanto con el
otra cosa que teníamos al lado nos abruma de gol­ contagio popular se relaciona.
pe. En fin, queremos defender y salvar demasiadas
-Al hablar de determinismos circunstanciales, n®
cosas y corremos de una a otra sin lograr estar pre­
aludimos en forma alguna al fatalismo económico
sentes ni actuar eficazmente cuando una de ellas
campante profusamente en la no menos profu**
se encuentra verdaderamente en peligro y podría
ser salvada, (y confusa) literatura marxista. Aludimos .sien»'
pre a factores de actividad h u m a n a ui principie
¿Acaso sueño? de fatalidad implica la antítesis de todo principie
¿No se verá nunca en Occidente que un revolu­ activista. No puede uno ser revolucionario y ereet
cionarlo sea sabio o que un sabio esté animado de a la vez en la fatalidad.
un espíritu revolucionario?
Tampoco creemos en la virtualidad infalible d<
G. BALDELLI
una revolución preparada científicamente. Antes,
<TT. SAM .) al contrario, estamos convencidos de que la revO"

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CENIT 2903
lución elevada a la categoria de técnica es uno de
los desórdenes de toda índole común en toda ex­
los más fuertes remaches de la dictadura. Los plosión revolucionaria.
grandes estrategas revolucionarios de hoy son los
grandes dictadores de mañana. Una revolución me­ El aspecto más feo y repugnante de toda revo­
todizada en su más mínimo detalle no puede dar lución, el más explotado por la camada reaccio­
otro fruto que el estado totalitario. Abogamos por naria, es el que hace referencia a la criminalidad
una revolución popular en la que el pueblo tome y el saqueo. A este respecto, dice bien a las cla­
parte. ^Para que esta revolución se produzca, es ras el esfuerzo realizado por los tribunales depu­
condición indispensable interesar a la multitud, rativos franquistas para transformar los hechos
conseguir arrastras al pueblo a la revuelta, librar­ de comprobada delincuencia politica en hechos de
le de las influencias fatalistas que 'operan sobre delincuencia común. A falta de reales pretextos
este pueblo por la vía de los atavismos. para deshonorar a un pueblo, cuya acción estuvo
Todo lo que tiene un pueblo de arrollador y te­ inspfrada en la más estricta justicia, se vieron
merario una vez puesto en movimiento, tiene de obligados a especular sobre las ejecuciones de cu­
apático y medroso en la calma precursora de las ras, bien que ocultando estas ejecuciones tuvieran
grandes tempestades sociales. Aparte el prejuicio por fundamento la actitud rabiosamente beligeran­
te de los falsos servidores de Cristo.
fatalista profundamente arraigado en el alma po­
pular, influyen en ella el resabio sembrado por A falta, también, de cómo endosar el manido
las supercherías de toda una serie de desaprensi­ sambenito de robos y saqueos, no tuvieron escrú­
vos demagogos. El pueblo ha sido vendido repeti­ pulos en castigar como tales los actos de expro­
das veces por menos de cuarenta dineros a toda piación colectiva, efectuados, no sólo bajo control
una casta de iscariotes, cuya misión ha consistido de organismos responsables, sino que bajo forma
Siempre en vivir de sus emociones. La verdad y la de un amplio y madurado criterio de función so-
ambición vistió frecuentemente con ropaje de re­ cializadora. Quiere decir que la revolución de ju­
volucionarios a tanda tras tanda de dudosos per­ lio tuvo en todo momento un alto sentido de res­
sonajes. y al pueblo, y nada más que al pueblo, ponsabilidad y probidad justiciera. Si comparamos
toco pagar por nuevos los platos rotos de todos este hecho con algunos episodios de la revolución
los fraudes y íracaso.s. A la vuelta de cada decep­ rusa, en que toda la pericia de los estrategas so­
ción iba afirmándose el positivismo y el recelo. viéticos no fué capaz de evitar el incendio de fá­
De ahi la leyenda del <ipancismo» de la plebe, de­ bricas y edificios de utilidad pública, el saqueo co*
nuesto olímpico con que le motejaron los corridos lectivo y la destrucción por sistema de importan­
agitadores tan dados a tomarle el pulso en los mí­ tes industrias, la conducta del pueblo español res­
tines. t o s oradores podrán obligar al pueblo a plandece por sus propios méritos.
prestar solemnes juramentos de compromiso revo­
lucionario. Los juramentos prestados frente a la El pueblo español no dió mejor ejemplo en la
tribuna ante la intimidación ceñuda de los des- abundancia de los primeros tiempos que durante
tripadores de mitin, tienen la forma de una capi­ la prueba de hambre de los meses siguientes. Bajo
tulación desesperada. Una multitud encerrada en­ lo.s efectos de una guerra sin cuartel ni frentes
tre las cuatro paredes de un salón de actos es una definidos, sometido todo el territorio nacional a los
guarnición asediada. La tribuna es una especie de efectos de la metralla, estuvo siempre a la altura
casamata artillada desde donde se dispara al pue­ de aquellos primeros momentos, arrostrando la es­
blo con andanadas a quemarropa. En estas trági­ casez, el frió y la.s infaustas noticias de los frentes
cas condiciones, no hay más salida que capitular con un estoicismo espartano. El ejemplo de los
o morirse de asco. Y el público se venga de estas evacuados de Aragón con motivo del empuje ene­
encerronas prodigando juramentos ai barato que migo en la primavera de 1938 es digno de un agua­
lutgo vuelve en perjurios. fuerte goyesco. La forzada retirada de! ejército
tuvo siempre como fondo la evacuación voluntaria
La espontánea intervención popular puede lo­ de los habitantes. Dos años de guerra y sufrimien-
grarse mediante crisis emocionales o momento." to hallaron a toda una población hcterog:énca dis«
psicológicos de gran repercusión en el ambiente y puesta a correr la misma suerte que los restos de
“n la conciencia colectiva. las unidades destrozadas. Los pormenores de la
evacuación de la zona del norte de España, bajo
Esta circunstancia emocional fué el 19 de julio una lluvia de acero por tierra, mar y aire, son
e 1**^- La conciencia del peligro, el contagio de ejemplos multiplicados al infinito en todos los lu­
*a pasión ambiente, el ejemplo de las valerosas gares de la España antifascista, resumidos en ese
toinorías, provocó una de esas eclosiones acaeci­ .supertrágico colofón que tuvo por marco la fron­
das en la historia con intermitencias de siglos. tera pirenaica y bajo forma del más impresionan­
La intervención popular en la revolución de ju- te éxodo que vieron los siglos.
•o marca un jalón sin paralelo en la historia de
Estamos seguros de no caer en una exageración
todas las revoluciones. La grandiosidad de su ejem-
SI proclamamos al pueblo hispano héroe indiscu­
P « ha obligado a hacer justicia a gran número
tible del gran cataclismo que desató la ambición
“ personalidade.s, criticas especialistas en esta
del mundo sobre el pacifico hogar de los espafio-
'ase de acontecimientos. .Aparte su eficaz inter-
^ c i ó n en la acción de armas, está la inmunidad
ervada con respecto a la plaga contagiosa de
JOSE PEIRATS

Ayuntamiento de Madrid
2904 CENIT

Tres charlas en la«B. B. C.


n nas para ellos y a no comer y beber las cosas que
les puedan hacer daño. En el mismo sentido, los
LA PROPAGANDA RELIGIOSA padres adoctrinarán a sus hijos con las crencias
EN LAS ESCUELAS y principios que ellos consideran de Importancia
C. A . Mace vital. Pero al tomar esta linea al parecer autocrá-
tica, los padres sensatos se prepararán para el
Es el deber de los padres, naturalmente, el pro­ Día del Juicio, no el dia que suene la última trom­
teger a sus hijos contra la propaganda subversiva, peta, sino el día cercano, cuando los niños con
y toda propaganda es subversiva si va encaminada todo derecho enjuicien el sentido, o sinsentido,
a socavar las creencias y principios que el niño común de sus padres. En realidad no se esperará
ha recibido de sus padres. Los padres no pueden a que los niños sean tan capaces como los padres
eludir la responsabilidad de ia inculcación de prin­ para decidir sobre qué riesgos deben correrse de
cipios o la de transmitir a sus hijos sus propias una forma razonable, qué debe comerse y beberse,
creencias sobre la naturaleza de la vida. Los maes­ qué debe creerse o no creerse y juzgar por sí m is­
tros, en general, reconocen este hecho. Un maestro mos qué es bueno o qué es malo.
de izquierda no debe intentar cambiar las opinio­ Los padres juiciosos no ocultarán sus propias
nes políticas de los niños cuyos padres son dél ala creencias o excepticismos, pero en cuestiones de
derecha, y el maestro de derecha ejercerá la misma filosofía controvertibles, religión y política, deben
conducta cuando habla a niños de padres de iz­ decir tan pronto como sea oportuno: «Esto es lo
quierda. que yo creo, pero puede ser falso. Hay otras gentes
Uno desearía que los mismos principios fueran que tienen diferente opinión. Más tarde tú forma­
aplicados en to que concierne a las opiniones reli­ rás tu propia opinión». El Día del Juicio se exten­
giosas, No es menos subversivo, para un maestro derá sobre muchos años y los padres sensatos se­
cristiano convertir a los niños de padres agnós­ guirán una política de relajación progresiva de
ticos que, para un maestro agnóstico, socavar las autoridad, de responsabilidad y de explicación pro­
creencias de los niños cristianos. Pero aunque no gresiva de los fundamentos y razones de sus creen­
es menos subversivo es mucho más común. Lo uno cias y decisiones.
es permitido por nuestro sistema de educación, lo El cumplimiento de esta política puede llevarse
otro no. Es comprensible de que los padres huma­ despacio, sin apresuramientos. No existe razón de
nistas se inclinen a pedir de que a sus hijos no se peso del por qué han de privarse a los niños del
les obligue a frecuentar clases de instrucción reli­ placer de los cuentos de hadas y de la mitología:
giosa. No obstante, esta opinión, aunque compren­ a los niños les gusta creer que todos Tos cuentw
sible, está expuesta a objeciones serias. son verdad. El que el niño crea en los cuentos de
Existe una solución diferente y mejor. Algunos hadas, en el padre Noel, en la historia del Edén,
de los principios básicos están claros. Ellos enca­ en la de Jonás y la ballena o en la historia del pan
jan por igual a todas las conclusiones controver­ y los peces, no puede acarrearle mucho daño. E®
tibles y a todos los principios disputables. Ellos muy importante de que los niños adquieran un
gobiernan los derechos y deberes de los padres conocimiento bastante detallado y no de repulsión
cristianos en lo que concierne a la crianza de sus de la mitología griega, judia y cristiana. Sin esto
hijos, y se aplican a los derechos y deberes de los ha de esperarse de ello el ser incapaz de compren-'
padres humanistas en lo que concierne también der y apreciar muy poco el arte de occidente. Siem­
a la crianza de los suyos. pre habrá tiempo para que la cuestión, real o fic­
Los padres deben proteger a sus hijos, y para ticia, se trate seriamente, lo cual se hará sólo
hacer esto, mcluso el más democrático o pesimista cuando llegue a ser un asunto de interés serio
de los padres, tiene que conducirse en lo que pa­ para el niño mismo. Cuando la desilusión es gf®"
rece ser una form a autoritaria. A menudo deben dual y continua, se hace proporcionalmente
decirle a sus hijos, «Debes de hacer esto, o no anodina.
debes hacer lo otro, y debes hacer esto y no hacer Si, en los primeros años, los padres aceptan ^
lo otro, justamente porque yo io digo. M ás tarde responsabilidad de las creencias y principios del
trataré de explicarte por qué debes hacer esto y niño, cuando el niño va a la escuela esta respo^
no hacer lo otro, y entonces serás capaz de com­ sabilidad debe ser compartida por los maestros. '
prender y decidir por ti mismo si llevo razón o la dificultad que se presenta para los padres hu­
estoy equivocado.» manistas es que en nuestra sociedad la mayofl*
Los padres deben tomar esta línea autoritaria de los padres quieren que la instrucción cristia#
para salvar a sus hijos de peligros físicos, para se dé en las escuelas. ¿Qué pueden hacer, enton­
inducirlos a comer y beber las cosas que son bue­ ces, los padres humanistas?

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2905
Seria una equivocación pedir que al niño se le La educación humanista requiere una política a
excluyera de asistir durante las horas de instruc­ largo plazo que cubra todo el periodo en el cual
ción religiosa ya que el hacer remarcar el incon­ el joven deba estar expuesto a la propaganda, con­
formismo del niño no tiene utilidad y es emba­ tra propaganda y contra-contra propaganda. La
razoso. Los efectos de ansiedad engendrados de instrucción religiosa en la escuela es la primera
esta forma son incalculables, y, de seguro, malos. fase de esta exposición, pero los desvíos pueden
B izcar esta clase de protección es una equivoca­ ser corregidos por medio de entrenamientos dados
ción general entre los padres cristianos, y a los en casa. I jos padres sensatos que han hecho su
humanistas deberían servirles estos ejeniplos para labor debidamente, pueden observar con ecuanimi­
evitar el error. Uno podía esperar de que los pa­
dad y tal vez con cierta sorna, la habilidad con
dres cristianos prefirieran ei que sus hijos acep­ que los niños pueden contender primero con la
taran sus propias convicciones después de consi­ forma mas cruda de la propaganda y más tarde
derar otras alternativas. Para los humanistas es con la propaganda de un tipo más insidioso. H a­
aún más importante el que sus hijos acepten las brán realizado bien su labor proveyendo a sus
concepciones humanistas después de familiariza­ hijos con las armas de defensa propia intelectual
dos con los puntos de vista cristianos tal y como
y así les habrán enseñado de qué form a emplearlas.
les son presentados por éstos.
En la adolescencia, naturalmente, los niños ne­
cesitan protección contra las altas «misiones» III
emotivas a que mucnos quieren sujetarlos. Nece­ \IN O S QUE QUIEREN LA RELIGION
sitan protección contra esa clase de propaganda
religiosa que se propone llevar al ánimo de los Cyril Bíbby
niños la ansiedad y un sentido de culpa y de
pecado. Contra este particular azar se obtiene una Los problemas presentados a los padres agnós­
ticos, en un país oficialmente cristiano, son muy
^ lid a protección por medio de la satisfacción de
reales y tal vez éstos no tengan solución muy sa­
las afecciones naturales que producen un hogar
tisfactoria. Hace un siglo, en cierto sentido, eran
I alegre y jovial, un hogar donde los principios m o­
rales van unidos a un sentido de humor. mayores, pues los obstáculos sociales y legales
para el humanista declarado eran enormes. Pero
Queda el hecho de que algún riesgo hay que
en otros sentidos las cosas se hacían m ás simples.
correr. La paternidad no puede ir apareada con la
toral libertad sobre la ansiedad. Los padres sufren Cuando la Iglesia pedía la aceptación de la símpio
cosmogonía del Génesis, cuando negaba el hecho
con resignación cuando sus hijos arriesgan sus
de ia evolución, cuando Dios era presenatdo como
Vidas por cierra, mar o aire luchando en im a «gue­
rra justa». Sufren con resignación cuando sus una cosa sofisticada pero aún esencialmente dei­
dad gentilicia. Jos padres racionalistas no podían
bijos arriesgan sus vidas por placer, escalando
hacer otra cosa que ensayar de salvar a sus hijos
tñontañas, explorando cuevas o en carreras de
del cajón mágico. Pero ahora que el vicario local
Coches o bicicletas. Ellos necesitan, además, ser
cree tanto en Adán y Eva como podría creer en la
bravos moral e intelectualmente. Necesitan sufrir
existencia de duendes, añora que la escuela domi-
con resignación cuando ven a sus hijos expuestos
nica! más próxima proyectará una película para
3- la propaganda. En realidad, necesitan practicar
ilustrar ia selección natural y el cura discutirá
to a clase de virtud espartana al exponer a sus
gravemente hasta qué extremo y en qué sentido
tajos en situaciones en las cuales se encontrarán
Con creencias erróneas. seria posible llamar divino a Cristo, ahora que la
palabra «Dios» es a menudo usada meramente
Pero si el joven ha de ser expuesto de esa forma, como una paiabra convenientemente breve para
to le debe de dar las armas de defensa propia. Por todo aquello que no podemos comprender, los lí­
taoio de la enseñanza temprana se puede hacer mites se hacen completamente confusos.
taucno en el arte de la discusión civilizada. Cuan-
En im sentido, naturalmente, esto es una victo­
“ 0 el niño es bastante grande para boxear, es lo
ria para el humanismo. Sí la creencia cristiana no
^ ic ie n te mayor para enseñarle a no dar golpes
es ya tan precisa como era, tal vez no sea tampoco
ajos. Cuando es pastante grande para argumen-
tan irracional. Probablemente muchos humanis­
ar. es lo suficiente mayor para llevarlo a los prin-
tas habran experünentado como yo que el debate
«Pios de la discusión racional. Se le puede ense-
con un clérigo modernista deja la impresión de
'ár progresivamente a no dejarse Uevar por sim­
que yo estoy tan cerca de ser cristiano como él
pes cuestiones y a distinguir las cuestiones reales
Más de una vez, en realidad, se me ha asegurado
^ las meramente retóricas. Puede adquirir bas-
por m i propio contrincante, el cual no comprendía
habilidad en el conocimiento de asuntos ba-
por qué yo me resistía a aceptar ese titulo.

j^«>s humanistas tienen fundamentos sólidos para Y ahí radica el quid de la cuestión. En muchos
casos, cuando se discute, no es por pequeñas dife­
e confianza. Cuando la relación entre padres
rencias -de mterpretación sino por el todo de la
*r>r justa la balanza se inclina bastante £a-
. aoiemente sobre la influencia de la casa. La integridad intelectual. No es que yo me debiera
amar cristiano, sino que muchos de los que se
^ ^ n z a está propensa a inclinarse demasiado en
^ sentido y el mayor problema de los padres -.X* mismos como tales no deberían ha-
, fomentar la independencia de frafi Y ’ / ' - espera educar a los niños para la
mtegridad mtelectual, con la determmación de no
someterse a la terrible presión dei mundo moder­

Ayuntamiento de Madrid
2906 CENIT

no, ni a la conformidad externa— incluso en pero estoy sujeto a reconocer que lo que mi hijo
ausencia de convicción interna— , uno debe recha­ acepta es muy diferente de lo que a esta edad suya
zar esa etiqueta aunque haya sido esquilmada de rechacé yo.
su primitivo significado. Cosas como los milagros bíblicos, el parto de la
La primera prueba práctica del padre agnóstico, Virgen, etc., etc., Ies parece a muchas gentes jóve­
claro está, es la del bautismo poco después del na­ nes que se llaman cristianas completamente secun­
cimiento del niño. Uno comprende lo difícil que darias y que deben desecharse si uno quiere. Lo
es oponerse a una costumbre común e incluso sim­ que pueda parecer ser un sentido más bien vago
patizar con un temor de que uno pueda separar del numinous, una alta y generalizada creencia
a su propio hijo de la relación formal aceptada en cualquier deidad vaga que se hallaba manifies­
con la religión organizada, pero yo me alegro de ta en Jesús el Nazareno, y argüir contra ella es
que mi mujer y yo no hayamos cristianado a nin­ tanto como pinchar en una almohada de pluma.
guno de nuestros cuatro hijos, Al menos sabemos Esto es desagradable para uno que prefiere decla­
que no nos comprometimos a hacer promesas que raciones claras de credulidad o incredulidad; pero
para nosotros hubiesen sido deshonestas; y cuando parece bastante libre de ataques.
los hijos han crecido e inquirido el por qué no fue­ Mientras nuestros hijos fueron jóvenes limita­
ron bautizados, creo han apreciado nuestra ho­ mos a conciencia los ataques sistemáticos dirigi­
nestidad. dos a combatir la mitología cristiana en la cual
Todos ellos han querido ir con sus amigos a la sabíamos se hallaban hundidos debido a la socie­
escuela dominical y nosotros no les hemos coar­ dad que les rodeaba. Nunca mantuvimos secreta
tado la voluntad; pero si nos chocó un poco cuan­ nuestra propia incredulidad, pero siempre hemos
do el mayor de los muchachos a la edad de dieci­ estado preocupados al darnos cuenta de que el
seis años declaró que quería bautizarse. Sentimos adulto resuelto y con conocimientos puede siempre
mucho de que el muchacho no vea las cosas como poner al niño fuera de combate en un argumento,
las vemos nosotros, pero comprendimos que para y hemos rechazado la estéril victoria que pudiera
un muchacho de esa edad presentarse a la iglesia obtenerse de esta forma. Pues, después de todo,
por sí mismo para una ceremonia usualmente lle­ nos hemos preguntado, ¿vale más que el niño crea
vada a cabo en la niñez, representaba cierta inte­ porque sus padres son polemistas efectivos que él
gridad moral y valor, y por eso gustosamente acep­ crea porque sus vecinos creen? La gente como nos­
tamos su invitación para acompañarle en tal otros, en realidad, se halla inevitablemente en la
ocasión. desventaja de aquel que en la guerra observa las
Confieso que encuentro la situación un poco leyes de la caballerosidad contra un enemigo qu«
confusa. ¿Por qué. me pregunto, conociendo la in­ aprovecha todas las ocasiones, legales o no, para
credulidad de sus padres y no habiendo sido some­ golpear.
tido a presión alguna por parte de ellos, él pre­ Una vez los hijos llegan a la madurez y ya n®
fiere tomar ese rumbo? Tal vez, al evitar el riesgo hay riesgo de que podamos sobreponernos a ello*
de forzar nuestras opiniones en él, hemos dejado por nuestros mayores recursos de argumentos, de­
el camino abierto a las opiniones ortodoxas. ¿Hu­ bemos sin duda recurrir a lo que esté a nuestro
biésemos obrado de una form a más inteligente m a­ alcance para hacerles ver claro. A lo mejor sera
nifestando honradamente nuestro escepticismo y muy tarde entonces, pero no veo otro camih®
criticando m ás abiertamente la instrucción reli­ abierto para un padre agnóstico que respeta la
giosa que los niños reciben en las escuelas un año integridad de la personalidad de sus hijos. Afor­
tras otro? ¿Deberíamos haber arriesgado el hacer­ tunadamente existen otras cosas además de la re­
les sentirse excepcionales y retirarlos de tal ins­ ligión para sentirse racional. Si los hijos de un®
trucción pretextando su inconsciencia? Yo no lo despiertan actitudes racionales hacia el gran pr®”
sé, no lo puedo comprender. Me consuelo pensan­ blema de la paz y de la guerra, de población y^
do que, aunque sus creencias permanezcan inamo­ planeamiento de la familia, de las reformas soci»"
vibles a través de sus años de estudiante, existen les o de educación, algo se ha conseguido. Si apre®'
peores cosas que pueden ocurrirle a un niño que den a pensar honestamente sobre la carga de pr®"
la de llegar a hacerse cristiano. juicios tales como sexo y raza, o también politl®*'
En situación de esta naturaleza, el padre racio­ eso ya es algo. Y si ocurriera de que ellos disfrU'
nalista hace bien el recordarse a si mismo de que tan de la camaradería e ingresan en el culto
la esencia del racionalismo no es la oposición a nal de una iglesia, esa no es una cruz demasía®®
una creencia particular, sino a la deshonestidad pesada para un padre (si es que un agnóstico pu®"
intelectual y al sostenimiento de creencias contra de usar la frase.)
el peso de la prueba. No me cabe duda de que el
peso de la prueba está contra la creencia cristiana. Tra. J. R f >2:

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2907

De la España Musulmana
—........................ por Rodolfo ROCKER ....................................

I echamos una mirada a la historia incorporación de razas tan diversas y de elemen­


de España, observaremos que al in­ tos étnicos tan distintos entre sí.
vadir la península ibérica los árabes, El país, completamente devastado por el feuda­
procedentes de Africa, el imperio vi­ lismo godo, se transformó en breve tiempo en un
sigótico se hallaba ya en estado de verdadero paraíso. Con la construcción de gran
descomposición iníerior. Los godos, número de canales y la instalación de un sistema
una vez sometido el pais, habían de riego por medio de canales secundarios y ace­
arrebatado a sus habitantes vencidos quias. desarrollándose la agricultura en un grado
dos terceras partes de su territorio y tal que no lo habla visto España anteriormente n>
lo entregaron, a titulo de fundación, a manos lo ha vuelto a ,v e r jamás. En el fértil suelo espa­
muertas, a la nobleza y al clero. Esto dió origen ñol vegetaban la palmera, la caña de azúcar, el
a la formación, sobre todo en el mediodía del país, añil, el arroz y otras muchas plantas alimenticias
de un señorío de grandes terratenientes, junto con que los árabes introdujeron en el país, el cual se
Un rudo sistema feudal bajo el que fué decreciendo hallaba poblado por numerosas ciudades, villas y
de una manera gradual el rendimiento del suelo. aldeas, todas ellas a cual más floreciente. Según
El país, que en otro tiempo, habla sido el granero las descripciones de los cronistas árabes, España
de Roma, esterilizóse cada vez más, hasta conver­ era a la sazón el país más rico en ciudades de
tirse, en el decurso de algunos siglos, en un verda- Europa y el único donde el viajero podía atravesar,
. dero desierto. Las inhumanas persecuciones contra en una jornada de un día, dos o tres ciudades, ade­
los judíos, -especialmente en el reinado de Sisebuto más de numerosas aldeas. En el período de floreci­
—monarca entregado en cuerpo y alma a la Igle­ miento de la civilización sarracena contábanse a
sia— , fueron un golpe terrible dado a la economía, ambas orillas del Guadalquivir seis grandes ciuda­
puesto que el comercio y la industria, estaban en des, trecientas villas y mil doscientas aldeas.
parte en manos de las comunidades israelitas Pro­ La minería, con el beneficio de las ricas venas
mulgadas por Sisebuto una ley que ponía a los metalíferas de las montañas, tomó un incremento
Judíos en la disyuntiva de abrazar el cristianismo nunca alcanzado ni siquiera en los tiempos actua­
o ser marcados y vendidos como esclavos, emigra­ les. Y a favor de este florecimiento de las indus­
ron cien mil judíos a las Galias y otros cien m il a trias extractivas, en gran número de ciudades pros­
Africa, sometiéndose al bautismo únicamente no­ peraban las artes y la industria en general, difun­
venta mil. A esto siguieron las perpetuas luchas diendo en todo el pais el bienestar, dando satisfac­
Por la sucesión del trono, en las que desempeña­ ción a las necesidades y mejoras creadas por la
ron no pequeño papel el veneno, el puñal, la trac­ misma civilización. La industria textil, en sus dos
ción y el vil asesinato. Sólo asi se explica que los ramas de hilados y tejidos, daba ocupación a más
árabes pudiesen conquistar el pais entero en tan de dos millones de personas. Sólo en Córdoba.
breve espacio de tiempo y sin notable resistencia 130.000 personas vivían de la sericultura y de las
Por parte de sus moradores. industrias derivadas, y algo análogo ocurría en
Derrotado definitivamente el último de los reyes Sevilla.
godos por el caudillo árabe Tarik, los árabes y sus En los numerosos talleres que funcionaban en
áliados irrumpieron en el país con inmensas hues- dichas ciudades y otros lugares del mediodía de la
‘'Cs, poniéndose entonces los primeros jalones de península, se fabricaban los más finos paños, ra­
áQUelIa brillante civilización que hizo de España, sos, damascos y preciosas alcatifas, productos su­
•luranie algunos siglos, el primer país culto de mamente apreciados en el extranjero. Llegaron a
Europa. Este periodo se señala, por regla general, obtener renombre universal los trabajos de filigra­
como época de la cultura árabe en España; pero nas y esmaltes de los árabes. Producía asimismo la
*sta denominación no es muy ajustada a la reali- España musulmana las armas más preciosas los
*^d. por cuanto los árabes propiamente tales, for- r ^ s variados objetos de guadamacUeria las más
Pisban una pequeña parte de las huestes musul- hermosas manufacturas de alfarería y cerámica
diAnas que penetraron en el país. Mucho más nu- (es celebre la cerámica hlspano-morisca) cuyo gla­
*horosos eran los bereberes y los sirios, a los que se seado de oro y reflejos metálicos no ha podido ob­
Agregaron gran número de judíos, los cuales tuvie- tener hasta ahora la industria moderna.
'’on notable participación en la preparación y fo- Los árabes fueron quienes introdujeron en Euro­
|bento de aquella civilización. Fué, sobre todo la pa el papel que, manufacturado en España su­
*Chgua árabe la que sirvió de aglutinante para la planto al pergamino, que era un producto mucho

Ayuntamiento de Madrid
2908 CENIT

más costoso. Finalmente puede decirse que no hubo proche: «Habéis construido lo que en otras parte.s
en la España musulmana rama alguna de la in­ hubiera estado igualmente bien, pero habéis des­
dustria que no llegase a su mayor perfección. truido lo que era único en el mundo.»
Corrió pareja con este brillante desarrollo de las Lo que dió al estilo arquitectónico hispano-árabe
artes y la industria el progreso de las Bellas Artes el carácter peculiar que le distingue de los demás,
y la ciencia, habiendo llegado ambas a una altura fué la profusión de esa rara ornamentación de las
que aún hoy nos causa verdadera admiración. En paredes e interiores que por antonomasia se llamó
efecto, mientras en toda Europa, en los siglos X y «arabesco». Como el Corán prohibía a los musul­
X I , no existía biblioteca alguna pública, ni funcio­ manes la representación gráfica de la figura hu­
naban más que dos universidades que justamente mana y de los animales, la fantasía mora recurrió
mereciesen el nombre de tales, en España, las pri­ a ese laberíntico juego de líneas, el cual, en su
meras eran en número de más de setenta, y entre delicada e inagotable riqueza de formas, conmovía
ellas la de Córdoba contaba con 600.000 manuscri­ tan hondamente el espíritu, que pudo calificársele
tos. En cuanto a universidades, tenían justo re­ con razón de «magia de la línea».
nombre las diecisiete que habia en España, sobre­ El arte de los arquitectos disponía entonces de
saliendo entre ellas las de Córdoba, Sevilla, Grana­ un campo tanto más dilatado cuanto que las ciu­
da, M álaga, Jaén, Valencia, Almería y Toledo. dades tenían gran densidad de población y áreas
De muy apartadas tierras venían estudiantes a muy vastas y espaciosas. Asi, Toledo, en la era del
cursar en las escuelas superiores árabes, llevando florecimiento de la cultura árabe, tenia doscien­
a su patria los conocimientos en ellas adquiridos, tos m il habitantes. Sevilla y Granada, 400.000 cada
lo cual contribuyó no poco al ulterior despertar de una, y Córdoba, refieren los cronistas árabes que
las ciencias en Europa. comprendía más de doscientos mil edificios, entre
La astronomía, la física, la química, las mate­ ellos 600 mezquitas, 900 baños públicos, im a imi-
máticas y la geometría, la lingüistica y la geogra­ versidad y numerosas bibliotecas públicas.
fía llegaron en España al nivel más elevado que Es digno de notar que tan elevada cultura se
en aquella época podía alcanzar. Pero la ciencia desarrolló en una época de descentralización polí­
que rayó a especial altura fué la medicina, cuyo tica que en modo alguno se hallaba influida por
desarrollo era imposible en los países cristianos, la forma de Estado monárquico. Incluso, al ele­
puesto que la Iglesia condenaba con la pena de varse al Califato Abderramán III. se vió obligado o
muerte la disección de los cadáveres. Artistas y hacer las más amplías concesiones al sentimiento
hombres de ciencia se unían en asociaciones espe­ de la personalidad y al anhelo de independencia de
ciales para la prosecución de sus estudios y en que estaba poseída la población. Tenía el conven­
todos los dominios de la ciencia se organizaban cimiento de que una rigurosa centralización de las
congresos regulares en los que se ventilaban las fuerzas del Estado había de provocar automática­
últimas conquistas científicas y se dictaminaba mente un conflicto con las antiguas constituciones
acerca de sus ventajas o inconvenientes, todo lo políticas de los árabes y los bereberes, conflicto
cual habia de contribuir necesariamente a la pro­ capaz de conmover a todo el imperio. El país esta­
pagación y difusión del saber en el campo del pen­ ba dividido en seis provincias, administradas por
samiento científico. una especie de virreyes. Las grandes ciudades te­
Enorme fué la producción de los árabes en el nían su gobernador, las pequeñas su cadi ylas al­
terreno de la música y de la poesía, cuyas gracio­ deas su juez subordinado o hakim.
sas formas influyeron poderosamente en la misma «Estos funcionarios — dice el profesor Dierks en
poética cristiana de España. Lo que crearon en los su «Historia de España»— en cierto modo no era»
dominios de la arquitectura es tan grande que linda sino mediadores entre el gobierno imperial y los
con lo fabuloso. Desgraciadamente, la mayor part“ municipios, cuya administración era completamen­
de sus mejores construcciones cayeron derribadas te autónoma, siendo esta autonomía ilimitada al
por la barbarie de los cristianos, y aun alli donde tratarse de tribus enteras o de grupos de familia*
el fanatismo de los adoradores de la cruz no pudo que hacian vida común. Tanto los árabes como le®
arrancar de cuajo lo existente, por lo menos satis­ bereberes se regían por sus antiguas leyes y esta­
fizo su sed de destrucción sectaria mutilando sin tutos y no toleraban la ingerencia de las autorida­
tino egregias obras de arte. des en los asuntos de sus comunidades. De igual
En pie están aún, como elocuente testimonio de libertad gozaban los cristianos, los cuales elegía®
la riqueza constructiva de aquella época singular, de su seno a los condes, y éstos dirigían, junto co»
construcciones como el Alcázar de Sevilla, la Gran los obispos, la administración comunal, siendo res­
Mezquita de Córdoba y, sobre todo, la Alhambra ponsables ante el gobierno no sólo del cumplimien­
de Granada, en las que el estilo arquitectónico to de los deberes ciudadanos por sus compañero* ;
hispano-árabe demostró haber llegado a su mayor de fe, sino también de la puntual recaudación d?
perfección. En la Mezquita de Córdoba — que al los impuestos y gabelas. Los obispos, aunque de­
ser expulsados los moros se transformó en templo bían su elección al libre voto de la c o m u n i d a d ,
cristiano— . la impresión de asombro que causaba necesitaban la confirmación de los califas, que era
su interior con las diecinueve puerta^ de bronce como una transmisión del respectivo derecho d«
y las 4.700 lámparas, se desvirtuó en gran parte soberanía de que habían gozado los reyes godo*-
con la bárbara reforma que luego se hizo, tan des­ •Análoga era la situación civil de los judíos, cuy®*
acertada que el propio Carlos V hubo de dirigir grandes rabinos figuraban casi siempre como jefe*
a los encargados de la obrería aquel merecido re­ dp la comunidad.»

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2909
Los soberanos de la dinastía de los Omeyas, du­ ramente cómo la marea del desarrollo cultural as­
rante los trescientos años de su existencia, no ciende o desciende, según el poder público ejerce
lograron de hecho empuñar las riendas del Estado su acción dentro de determinados límites o bien
nPJar forma unitaria al gobiem o de su país. Todo toma tales proporciones que rompe todo obstáculo
intento en este sentido condujo a sublevaciones in­ interior y se adueña de todos los resortes de la vida
terminables, a negaciones de impuestos, a la tem­ social.
poral defección de determinadas provincias y hasta
a Ja violenta destitución de los califas. Derrotados los visigodos por los árabes, una parte
Asi, pues, el imperio era un organismo carente del ejército de aquéllos huyó a la desbandada, re­
de verdadera tratazón, que se disolvió enseguida fugiándose en las montañas de Asturias, donde
en sus componentes e l renunciar Hlxem n i (1301) formó un pequeño y mísero Estado, haciendo desde
a su cargo de califa y abandonar los lugares de su allí continuas irrupciones sobre el territorio ocu­
primitiva soberania. Fué entonces cuando el sobe­ pado por los árabes. Allí dió comienzo aquella in­
rano dimisionario pronunció aquellas resignadas terminable guerra entre la cruz y la media luna,
palabras: «Esta generación no ha nacido para m an­ que duró más de setecientos años y que dió o r ;^ n
dar ni para obedecer.» a la estrecha colaboración de la Iglesia con la
Córdoba se erigió luego en república, y lo que cruzada nacional hispánica, que había de impri­
antes era imperio se fraccionó en una docena de mir en- el subsiguiente Estado unitario español su
«taifas» o pequeños Estados que no obedecían a sello característico y dar al catolicismo del país esa
gobierno alguno central. Y , sin embargo, entonces forma que no ha tenido en ningún otro.
fué cuando la cultura sarracena llegó a su mayor Después, en el decurso de estas enconadas y san­
grado de florecimiento y esplendor. Las pequeñas grientas luchas, al llevar los moros decididamente
municipalidades rivalizaron entre sí esforzándose la desventaja y perder cada vez más terreno, surgió
en aventajar unas a otras en el fomento de las asimismo, a principios del siglo x n , en el Norte y
artes y de las ciencias. La quiebra de la autori­ Oeste de la península, una nueva serie de Estados
dad estatal no hizo la menor mella en la obra del cristianos, como Aragón, Castilla, Navarra y Por­
progreso del espiritu, sino que, por el contrario, le tugal que, a causa de las sucesivas disputas por la
dió gran empuje por no tener que soportar el peso sucesión al trono, batallaron constantemente entre
de las limitaciones políticas. sí, no terminándose sus discordias internas hacia
También en la España cristiana se observa cla­ fines del siglo XV,

Ayuntamiento de Madrid
2910 CENIT

Santísimo sacramento soda


L o n d r e s escribió, ha­ una, café, y otra, le ch e ; y otra, café
A
lbert aire libre o serrano. De las otras tij^
c e algunos años, u n libro — con leche. Q uiero d e cir: una, m an­ rerlas o lijerenguerías sobran la mi­
«Le Chem jn úe Buenos Aires» s a ; otra, brav a; y otra, m itad y mi­ tad, porque en casi todas ellas hay
— sobre la trata de blancas, que a tad. Todos los que v iv a i del cuento, un Indlto o negrillón que se desnal­
la sazón se venia haciendo entre el pertenecen a grem ios tan honora­ ga p or un querido herm ano en Cris­
em porio argentino de la m olienda y bles. Y el cuento de la buena pipa to, al que mal rayo parta com o a la
la carne de capolar, y los m olinos y nos lo coloca espalda alante, tanto viií:inidad de María. T odo el cafar-
írig oriflcos europeos d e esa misma el escriboteador que cubiletea con las naum del com ercio, la industria y la
m ateria prim a o elaborada. Citaba el canicas de la retórica, com o el aba­ propiedad rústica y urbana, está
repórter, entre otras G om orras papa­ rrotero que ntw hace buenas o malas m ontado a base de baratería y bara­
les, a París, M arsella y B uenos Alrl- pesadas o pasadas — todas son peo­ tura, es decir, d e explotación cuatre­
tc». Pero, se dejó en el tintero o la res — ; com o el em pleado tumbón y ra y de arte d e hacerse caido con
cin ta de m aquina varios m ercados de chambi.n, sí que m ordelón ; com o el los huesos y la pu lpa de otrl.
Constantinopia o de esclavas turcas, candidato político, prom etedor d e ca­ El fotom ontaje faringo-laringo-gru-
con anillo en las orejas y la nariz, rreteras y ferrovlas lácteourinarias. pal o hipism o que lustran e ilustran
n o menos célebres. Y n o tendió tam­ en las que su cabeza hecha gajos no tom aduras de rizo sangrientas, suele
poco el m ondongo al sol a tan cris­ serviría n i para en gra v a r; com o las estar doblado de violencia bárbaro
pante problem a, n i m ucho menos. sotas de la baraja, que eluden la du­ crátiCE y sazonado con fuetazos que
Prancaraenle, pa ra n o llevarse en un ra ley natural del esfuerzo ü tll y do­ hacen un cielo azul de nuestros su­
paquete las entrañas de la vida en ran al rey la coron a y al caballo a fridos lom os. Todo poder incluso
la punta del cuchillo, n o vale la zoqueta, diciéndoles que se oxige­ constitucional es un m aquerotaje ab­
na de m ojar en la cazoleta de la tin ­ nan el aladar y se embuten la panto­ soluto. Y tanto reina sobre m i el ref
ta. Esta jicara contiene m ucho mA.’, rra en medias nylón sólo p ara agra­ o presidiante, digo. Presidente que
chocolate, del que en el bizcoch o se dar a sus señorías. me ahoga bajo sus posas floridas, c o
lleva a la boca Albert Londres. m o el curandero bolchevón que nie
Lo chulapo es el eje m ism o de la
falsa vida social a base de krum iraje sangra a golpe de lanceta de Mari
Un buñolero con tufos, de la co­
y de dedos sueltos, h acia la que trai- y me arrea lavativas despanciburra-
fradía de los que cargan las maletas
doram enie n os am bientan la Acade­ doras; o com o la m on jlta que se fi"
y las alforjas del G obierno en el exi­
m ia d e «déme acá», la Uterateria fu l. gura que me envían a la isla Mari»
lio, m e dijo a m i en la Esplanada de
el m itin de masas y masitas, la Pren­ Madre, a que ella, al empuñar e*
Montpelller o M onte d e los pellejos,
sa de presa, la Radioinfundiación y cazo del rancho, m e robe el tocinbi
que él, para vivir en Am érica, con
radio infundlbulación, la emíllana para dárselo ai que reza.
la putllla tenia bastante. Con el mis­
m o naranjero de m orro girado o pro­ Iglesia, los salones en que se hace En la tierra y en el cielo, en la A'
celeste música y se n os toca tod o lo lom enosofía y en el arte, sólo ha»
grama cristiano-social, viene a la trcv
cha el señoritismo universo — de que acaba en ones, la barbería par­ una verdad, que n i un m illón dé
lam entaría y las barbaries ruletera y ballos eléctricos o de vapor mueven-
falda y calzón — ; vino ayer a las
panderetera. Esta: todo el que no produce más aU®
Indias del mal vivir pretérito y nos
en hipótesis, es un ladrón pregc®*"
asaltará m añana si n o h ay Dios que
Ir en pelo a caballo de u n seme­ d o en tesis archldemostradas y
se apiade de n o so tro s; lo que habrá
jante es hacer la m acarela en seco, síntesis: un chacal, sediento de moD*'
que esperar sentados. A Buenos Aires aunque bebiéndole la espum a de cer­
se va p or m uchos caminos, que no tru os; y un h i de Impúdica, del te'
veza de la slén a la m ontura. Y ni m ano del Popocatepetl. El baño #
son de perdición : el de sus agitacio­
cabalgar a las bestias queda correc­ sudor honrado es el que de u n mO#
nes obreras; el de su producción edi­ to. porque repetida y sabiamente han positivo hace esplendor sobrenatura*"
torial, un tanto chirle, pero a la que dem ostrado Sw ift y Vidal y Planas
la intención salva. M as todos n os en­ mente al galeote más verdugabie: ^
que los animales son m uy superiores el que convierte a un pocero en 4
gancham os en la trasera del carro del
en persOTjería a todos los personajes ángel de una A nunciación. Y
Perón y la Perona del día. P or ahí y a Infinidad de personejaa y presun-'
se va hacia los sangrosos bisteces y lo demás, desde el garrote del ga^Y
tas personas. Todas las profesiones tero autoritario hasta la tiara #
los robustos chorizos.
liberales son tinglados d e sacamueias S. S. es chulería.
Hay m uchas clases de chulonerla: a gatillo y mallete, puestos a medio AJVasZ SAMBLANCAÉ

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Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2911

¿Qué hace ahí ésa?


UE hace ah i ésa? »Esa" era una
— Rodela n o sabe dividir p or seis — sentenciaba otro
m u jer que figuraba en un cua­
escolar que pasaba en la escuela por n iñ o prodigio por­
dro. Leia en un libro. O m ejor
que se sabía de mem oria los nombres de cuatro reyes
dicho, habia dejado de leer y me- godos.
I dltaba sobre lo leído. El cuadro
E] m aestro se en fadaba:
estaba en u n com edor aldeano. Rodela, el garzón Ibero,
— El que tenga que decir algo que lo diga cuando yo
miraba de vez en cuando al cuadro y com o siempre veía
la misma m ujer pensativa, preguntaba: le indique — gritaba el maestro — . Que hable Rodela
- ¿Qué hace ah i ésa? Rodela era el único que n o chistaba,
— ¿Qué son quebrados, Rodela?
— Esta m editando — le decían.
Silencio. Rodela quería tener satisfacción a su curio­
- ¿Tanto tiempo? — interrogaba Rodela.
Todos se le reían. sidad y seguía preguntando ante el cuadro del com ed or-
—-- ¿Qué hace ah i ésa?
N o cam prendla Rodela que hubiera cuadros en la pa­
— Tenem os dos naranjas y media, Rodela, fíjate bien.
red. Y m ucho menos com prendía que eí cuadro fuera
— No las tenémos — decia Rodela con la cabeza baja.
tan estadizo, que por los siglos de los siglos hubiera fi­
gura meditabunda sin pestañear. — No seas salvaje. Rodela. Tenem os dos naranjas y
media y hem os d e repartirlas entre cinco.
Cuando se hablaba del tiempo o de otra cosa cual­ — No es verdad que tengamos dos naran jas y media
quiera salía Rodela con la misma pregu n ta:
¿Com o hem os de repartirlas si no las tenemos? ¿Qué
— ¿Qué hace ahi ésa?
conseguim os con repartir naranjas en la pizarra si no
Rodela era un saltataplas y un saitamolinas. Era un
naranjas? A mi. que me den dos naranjas y
cazador fu rtivo a pesar d e sus doce años. Casi siempre media y las repartiré entre cin co sin necesidad de gas­
Iba descalzo. Trepaba a la copa de un cerezo en junio tar yeso n i de em borronar cifras en la pizarra. Las re­
para hacerse con las cerezas. En agosto ¡ba a trillar a partiré de manera que toquen a partes iguales.
la era de M artin el hortelano.
EIres un salvaje. R odela. .Largo de aqui ‘
En la escuela aldeana era una calamidad. No sabia Y n o había manera de hacerle com prender que po-
ninguna lección del .Juanito.. ni nada. N o sabia nada
de nada. dmn repartirse dos naranjas y media entre cinco, r.'
cien naranjas entre cien, n i dos naranjas entre dos, si
Cuando un escolar se distinguia p or su poca aplica­
te carecía de naranjas. Aun contando con la m ayor vo­
ción y no sabia, p or ejem plo, lo que es diéresis, decía el luntad del m undo nadie reparte lo que n o tiene Asi
m aestro;
pensaba Rodela.
— Eso lo sabe hasta Rodela.
— Cuando medimos una distancia — me decia — es
P ero Rodela n o sabia 3o que hacia ia m ujer del cua- porque hay distancia y necesitamos medirla.
aro y seguía preguntando Insistentemente:
— Pero es que si tú llevas la cuenta de lo que hacen
— ¿Qué hace ahi ésa?
pagar a tu padre por arrendamiento del h uerto y éste
Rodela ganaba a reñir a todos sus condiscípulos Les tiene media hectárea, pagándose quinientos kilos de tri­
Sanaba también los parUdos de pelota, las carreras a g o por hectárea has de saber la cantidad de kilos que
pie y a todos los juegos de Impetu y destreza. te corresponde p)agar.
- A m ultiplicar me puedes ganar — le decia a Faus- Y a lo dirá mi padre, y si no lo dice mi padre ya
ino — pero lo que es a correr no me ganas. lo dira el dueño del huerto. Y o nada tengo que pagar.
- AI guiñóte soy yo el que te gana — saltaba Matías — ¿ Y cuando no viva tu padre?
- Porque n o sé contar los tantos - declaraba Rodela — Pues no llagaré.
.Ibero perfecto R o d e la ! T odo lo que íu ora correr, sal­ — ¿Por no hacer la cuenta?
tar. ganar una apuesta a base de brincos, era para él - - No ; p or hacerla y ver que sólo sale bien para bene­
n seguro triunfo. Cuando le querían encasquetar la re- ficio del dueño, ¿Es que tú te crees que no sé hacer
«|a de tres fracasaba Rodela, bajaba la cabeza y n o ha- cuentas? Lo que pasa es que n o quiero soñar que repar­
P-a manera de hacerle comprender nada. ten naranjas siendo mentira. Para hacer cuentas de le -
Vamos a ver - le decia el maestro— , ¿tú n o sabes parto h ay que contar con cosas que repartir Para me-
'■ada de quebrados. Rodela? ^ n o se ha de hacer com o un agrim ensor
" No sabe nada de quebrados ni de nada - - argüía un que mide bien, pero mide para el Estado, A m i que no
“ toolar oficioso. me ensenen lo que n o pu edo aprender yo. s ó lo aprende-
iSllencio! — rugía el maestro. ré algo de lo que interesa cuando n o esté en la escuela.
— Es que él mismo nos dice que eso de ios quebrados m.M, i ® p K su n tan d o incesante­
o sirve para nada - agregaba otro -.acusica». mente m irando al cuadro del comedm-;
lA callar tod o el m u n d o ! — ¿Qué hace ah í ésa?
FELIPE ALAIZ

Ayuntamiento de Madrid
2912 CENIT

NOTAS SOBRE LA BIBLIA


por £ ARMAND

E designa ba jo el nombre de Bi- Los Profetas (N abim ); Josué, los Jue­ prohibido trabajar, particularm ente
S
blia (del griego Blblos-Bibllún, ces, Samuel 1 y U, los Beyes I y II, está prohibido encender fu ego para
bro) la colección de los libros sa­ Isaías, Jeremías, Ezequlel, Oseas, Joel, cocción de la carne, y de ingerir m ^'
grados de que se sirven los judíos y Amós, Abdías, Jonás. Miqueas, Na- dicam entos en caso d e enfermedad.
los cristianos de las diversas deno­ hum, H abacuc, Soíonía, Zacarías, Un judio, un fariseo (riguroso obser­
minaciones. La colección se compone Malaqulas. 3») Los H agiógraíos (es­ vante de la ley) no se hubiera expre­
del A ntiguo T estam ento, que es el critores sagrados. K etubim ); Los Sal­ sado de otra form a. Las prescripcio­
libro sagrado de los israelitas y del mos. loe Proverbios. Job, El Cántico nes legales, dichas mosaicas presen­
Nuevo T estam ento, que los cristianos de los Cánticos, R uth, las Lamenta­ tan analogías sorprendentes con el
consideran com o el com plem ento del ciones de Jeremías, el Ecleslastés, código de Hammurabl, rey babiló­
Antiguo. Esos térm inos; A ntiguo y Esther, Daniel, Esdras, Nehemias, nico del 2" siglo antes de la era
Nuevo Testamento, son las traduccio­ Crónlcds I y ID. cristiana.
nes de fuente latina, de expresiones El pu nto de vísta ortodoxo difícil­ En los escritos anteriores al libro
empleadas por el gran propagandista m ente sostenible después de los tra­ de Daniel, es decir, redactados antes
y verdadero fundador del cristianis­ bajos de la crítica moderna, es el del 2° siglo que precedió la era cris­
mo, Saulo de Tarso, conocido ba jo el que afirm a que la biblia es una mara­ tiana, n o existe ninguna idea de la
nom bre de S. Pablo, en la 2a. epístola villosa m anifestación de unidad reli­ üimortaJidad del alma, ninguna otra
a los Cktrintios «é palaia dlatheke'> giosa, dictada p or Dios mismo, o por cre e n cia . más que en el Seftéoí, en
(la antigua alianza) 'é kainé diathé- lo menos, inspirada por su espíritu. la fosa practicada en las profundida­
ke>' (la nueva alianza) y que le sirvie­ En el libro de «El Exodo» (segundo des de la tierra, m orada de las tinie­
ron para distinguir la doctrina de del Pentateuco), se dice que sobre el blas, del frió, del silencio, del olvido,
aquel que, segiin S. Pablo, realizaba monte Sinal el Seiior entregó a Moi­ dei sueño, de la ignorancia, de la
las profecías judias, de la enseñada sés las dos tablas escritas p or la ma­ inactividad física, intelectual y mo­
por ios libros prosaicos. n o de Dios (Exodo X X X I, 18). ral, donde languidecen durante un
Según’ sea católico o protestante, el Las excavaciones emprendidas en espacio indeterminado de tiempo las
canon (del griego k á n o i. regla) de! Siria después que el acceso de ese sombras de los cuerpos, cuyas almas
Antiguo Testam ento com prende más pais ha sido facilitado, y con los me­ son devueltas al Eterno, quien se las
o menos cantidad de libros. El An­ dios científicos de investigación con habia dado, y que las ha recuperado,
tigu o Testam ento se com pone d e li­ que se c u « it a actualmente, han per­ pues ellas no son sino su aliento. En
bros escritos en hebreo (protocanóni- mitido constatar que los m itos bíbli­ realidad, el Schéoi no es u n a repre­
cos) y de libros redactados en griego cos descubrían un estrecho paren­ sentación de la vida fu tu ra ; es, más
(deuterocanónicosi. Los Israelitas y tesco con los existentes entre los Asi­ bien, la expresión madurada y pru­
los protestantes rechazan estos últi­ rlos. particularm ente los Babilónicos
dentemente pesada de la muerte ^ue
mos que ellos llam an apócriíos. (Son (y otros habitantes del Asia anterior),
lo aniquila todo sin dejar tras ella
los libros de Tobías, Judlt, la sabidu­ entre los cuales, la parte mas nota­ ninguna esperanza. La inscripción del
ría de Salwnón. el Ecleslastés, Ba- ble y la más intelectual de los israe­ fenicio Achm unazar datando del Ser.
n ic , una epístola de Jeremías, dos litas, sufre un prolcmgado exilio. siglo antes de la era cristiana, des-
libros de los Macabeos, el cántico de La cosm ogonía del Antiguo Testa­ cutúerta en la antigua necrópolis de
los tres jóven es Hebreos, la historia m ento, la Creación, tal cual la expo­
Sidón (sé halla en el Louvre), con­
de Susana, la historia de Be! y el ne el Génesis, tiene correlación en firm a esta opinión, puesto que al
Dragun, y el libro d e Esther, a partir las narraciones asinas. El paralelismo principe en nombre de! cu a l está re­
del capitulo lU) Los exégetas catiJ- se prosigue a m enudo incluso hasta dactada, se le representa un mundo
lieos afirm an que. aunque estos libros en los menores detalles. La narración com o una sala de reposo, com o un
hayan sido rechazados del canon is­ Wbllca hace incaplé, en diversas oca­
lecho sobre el que las som bras vege­
raelita, la tradición de los ju díos los siones, que -D ios vló que su creación
tan durm iendo el suefto eterno. E“
hacia adm itir com o sagrados y que era buena». Y, en el texto eunelfor- cuanto a las inscripciones asirlas, qtic
para el u so pú blico colocaba al lado me. el Creador afirm a que El ha he­ n os dan tas mismas Ideas, ccxicuo’*
de loe libros canónicos. ch o las estaciones de los grandes dio­ dan con el Antiguo Testam ento pa**
El Antiguo Testam ento o Biblia he­ ses (las estrellas). En otro docum ento declarar que el Schéol es la morada
braica com prende tres p a rtes: 1*) La bros) es la única parte que admitían d e donde no se vuelve. (Salmos CXV.
T ora (la ley) llam ado también El Pen­ los Sanuiritanos com o canónico, 2")
tateuco (de una palabra griega que asirlo el sabat es definido - dia de re­
significa el con ju n to de loe cin co li- poso del cora zón »; en tal dia está ■ Sepulcro. (N.D.L.R.)

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2913
«7; LXXXVni. 11, Isaías x x x v in , papel Jugado p or ciertos pueblos en
18). te terminada en el a ñ o 150 antes de
la época en que se desarrollaban los la era cristiana.
B a jo una u otra form a, todas las acontecimientos que describen.
leyendas de la Biblia form an parte Es d e esta versión que se sirvieron
Es asi que ellos ignoran el Imperio los cristianos de los primeros siglos
del folklore prim itivo. Su objeto es
recordar al hombre que está sometido de los heteos (situado al norte d e Pa ­ cuando ellos tradujeron la Biblia al
a la dependencia d e Dios, d e los d io ­ lestina) que existía en tiem po d e las latín. Es con el nom bre de V etus Ita­
ses o del supranatural, y, desgraciado invasiones egipcias o a sirla s; o bien la que se designa la m ejor d e esas
d e él si desobedece. Doquiera se halla atribuyen a an solo hombre la obra traducciones conocidas, pero está lle­
la leyenda del diluvio c o n este lem a de varias generaciones, tal c om o la n a de Imperfecciones. Uno de los pa­
inicial destrucción de una agrupación em igración dirigida p or Abrahán. dres más sobresalientes de la Iglesia,
de hombres mediante las aguas, a ex­ Parece ser pues que los Noé. Jerónimo, habiéndose dado a! estu­
cepción d e una sola fam ilia destina­ los Abrahán (20 siglo antes d e Je­ dio del Caldeo y del hebreo, que
da a reconstituir el género hum ano. sucristo). Los Jacob, los Moisés (16 aprendió en Jerusalén mismo, ba jo la
Existen varian tes; a m enudo, com o siglo Idem), los Josué, según la dirección de un rabino llam ado Ber-
tradición, son personajes tan m íticos hanlna (quien enseñaba de n oche por
en la leyenda de la ciudad de Ys, no
se trata más que de una ciudad, y com o Sansón, el hércules judio, o los tem or a sus com patriotas) tom ó la
n o de la hum anidad o de una región. Samuel. Los sultanes David, Salo­ resolución de traducir la B iblia di­
Los m itos de Adán, Eva, Satanás, m ón y su historia, parecen hayan rectamente de los textos originales
Noé, Abrahán. Moisés, Salom ón, tie­ sido anexionados a) Judaismo quieras para cuyo trabajo invirtió veinte
nen sus paralelos en Am érica del que n o ; anteriorm ente a ellos en­ aftos. de 385 a 405. Varios católicos
Norte, entre lo s Fi7i4>ugríos, com o le­ contram os casi la oscuridad comple­ entre ellos s. Agustín, le tuvieron
jos de ahl, ios turco-m ongoles. Esos ta. N o solamente las narraciones bí­ ojeriza a .lerónímo p or haber osado
descubrimientos y im exam en minu­ blicas, concernientes a la presunta ^ u c l r la Biblia de diversa forma
estancia de los Israelitas en Ig lp to , de com o lo hablan h ech o los -seten-
cioso de los textos, han perm itido a
los críticos poder situar la com posi­ y su salida de ese país, abim dan en t e .. Finalmente, b a jo el nom bre de
ción de los Ufaros bíblicos d e regreso invercslmJUtud e im posibilidad mate­ Vxagata la versión de Jerónimo se
de la cautividad, en la época de Es­ rial y g eog rá fica ; es más, entre los im puso com o texto oficial de la igle­
tiras (nombre de u n hombre o de un monum entos egipcios ninguno men­ sia católica rom ana. Para ser com ­
grupo que emprendió la resurrección ciona el episodio israelita. Q ue una pleto debemos añadir que es sobre la
del judaism o en lo que había de más horda de foragidos y pastores nóm a­ Vulgata que han sido hechas en len-
nacionalista en é l : la religión). das haya aparecido 1500 ó ICOO años gua vulgar las prim eras traducciones
años antes de la era cristiana sobre de la B ib lia ; por ejem p lo: las versio­
La redacción del Pentateuco n o da­ las planicies m eridionales d e Siria, nes francesas protestantes de Lefévre
taria pues de m ás a lli del 4® siglo llevando con ellos su s rebaños y sus d ’ EtapIes y d e P leire R<*ert Ollve-
para los libros legendarios e históri­ m u jeres; que, a m ano armada, des­ tan. un plcardo pariente de Oalvlno •
c o s ; del final del 4« y curso del 3" pués de haber recorrido el desierto la versión alem ana de M artin L u le­
para la mayor parte de los libros pro- en busca de un pozo, de una fuente, r o ; las versiones Inglesas de .íohn
fétlcos; del 2» y del 1« para los Sal­ de un silo, hayan term inado p or es­
mos. el lib ro de D aniel y los Hagió- y de T y n d a l; la verelón fran-
tablecerse exterm inando ferozm ente cesa de Lemalstre de Sacy.
grafos en general.
las tribus precedentem ente instaladas,
Existe un cierto núm ero de libros
Se ha llegado a distinguir cuatro im potentes pa ra rechazarlos; que ha­
apócrifos que n o figuran en el ca-
influencias en la redacción del Pen­ yan persistido recuerdos relacionados
n on del Antiguo Testamento, obra de
tateuco que desvanecen completa­ con una liberación de la autoridad
mente la idea d e su unidad de con ­ ^ p c i a , a un cierto Moisés y & otros autores desconocidos y rechazados por
la iglesia rom ana. Tales, ia plegaria
cepción; la influencia elohlsta, la In­ nombres, se puede admitir, pero todo
de Manacés, el á» libro de Esdras el
fluencia jaohvlsta, el deuteronom 'o, lo otro es im aginación, creación In­
Salm o 151 (que se hallan en las ver-
«I código sacerdotal. Que se lea la na­ telectual de la clase sacerdotal para
siones de los -setenta.), un discurso
rración de la creación tal y com o la modelar la mentalidad ju daica según
sus Intereses y su patriotism o. de la m ujer de Job. los salmos de
explica el principio del (jén esls hasta
Adán y Eva. el Evangelio de Eva, la
el 2» capitulo y la nueva narractiín B a jo el reinado de Ptolomeo. rey ascensión y la A sunción de Moisés la
que empieza en el i" versículo de este griego de los egipcios, el núm ero de
mismo capítulo, para darse fácilm en­ pequeña Génesis, el T estam en to' de
los judíos que íiabltaban su reino, los D oce Patriarcas. Además, otros li-
te cuenta que u n o se halla en presen­
principalm ente Alejandría, era c o n ­ liros h a n sido perdidos com o el Lilmo
t a de dos com pilaciones que tienen siderable. Pero n o hablaban el he­ de Hénoch, las 3.000 parábolas, los
muy p oco parecido. En una de esas
breo. Fué para ellos que hacia la 1005 cánticos y 1» H istoria Natural
*mmpllaciones se da el nombre de mitad del 3er. siglo empezóse la tra­ del rey Salomón.
elohlsta, porque la divinidad recibe ducción en griego de los libros del
el nombre de Elohim, en la otra, el En la Iglesia ortodoxa griega la ver-
can on de Esdras, empezando p o r el
tmmbre de jeohviata o Jaohvlsta por- Pentateuco. Es a esa versión griega
® ^ s e designa la entidad divina Je- te x tó o n c lS
que se denom ina versión d e los seten-
o. más literalm ente lahveh. ta, p or haber sido, al parecer 72 los Testamento, el ca­
prueba que la redacción (rela- traductores que se ocuparon de ella, n on definitivo n o fué fija d o sino tras
^ m e n t e moderna) de los libros de o llamada también de Alejandría, ^ a s discusiones y argucias, en el
Biblia es que sus redactores pare- compuesta p or sable® judíos estable­ C oncillo de Hipona, en 393, gracias
n o haber crtdo hablar jamás del cidos en Egipto y m u y pntóablem en- a lo s esfuerzos d e s, Agustín. Qk
N uevo Testam ento se divide Igual­

Ayuntamiento de Madrid
2914 S E N IT

mente en libros protocanónicos, que cumplimentar, respecto de ellos, el ltas» de la Acrópolis n o muestran di­
son los que fu eron aceptados sin di* rito liberador. El m ism o 8. P ablo con­ ferencia con los católicos esclarecidos
ílcullades. a saber los cu a tro Evange­ sidera al cristianism o com o u na aso­ vis a v is de la virgen de Lourdes,
lios, las Actas de los Apóstoles, las ciación o fraternidad d e clausura, por ejem p lo: ellos n o Identificaban de
13 epístolas atribuidas a S. Pablo. un "misterio» con sus grados, y, en ninguna manera al ídolo venerable
IjOS otros, es decir, los deutero-eanó- ciertos aspectos y m om entos, la ■simi­ con la misma Minerva, de la que
nicos, las epístolas d e Judas, de Pe­ litud con lo s misterios paganos es creían que desde lo m ás a lto del
dro, de Juan, el Apocalipsis y la epís­ casi absoluta. Olimpo, velaba sobre el bienestar de
tola a los Hebreos no fueron admiti­ la ciudad bien amada, Existían fe­
De la m isma manera que se podia
dos sino después de largos titubeos. tichistas sem piternos entre los grie­
llam ar al fie! del Attís frigio u n <iAt-
Los cristiane» occidentales tendían gos y los romanos, com o existen aún
tis«, al icmyste» egipcio un noslris» en
h acia el Apocalipsis, los orientales no allá por tierras de Calabria o de An­
la epístola a lo s G alateos (XI. 3Ü)
lo aceptaban; éstos preferían las epís­ dalucía, donde los cam pesinos hacen
Pablo declara <cNo soy quien vive, es
tolas a los H ebreos y aquéllos no que­ astillas a su E cce H om o cuando sus
Cristo que vive en mi». En la segun­
rian n i siquiera oir hablar de ello. plegarias n o obtienen respuesta satis­
da einstola a los Corintios, capitulo
Todas estas discordancias muestran factoria.
XXIV, el apóstol habla d e <Ja vida
que lejos de haber sido determinado de Jesús manifestada en nosotros, en En fin, existían también Apocalipsis
por la unanim idad de los miembros nuestra carne m ortal». En el capitulo paganas. La antigüedad ha conocido
del C oncillo "bajo la inspiración di­ V (IT), no tem e proclam ar que -si al­ los horrores d e la espera del fin del
recta del Santo Espíritu", com o lo guien está en Cristo, es una nueva mundo, ella ha esperado con angustia
a f’ rm an los curas, pastores y popes criatura». Y . también en la misma la llegada de un Mesías ÍChristos en
ortodoxos de la Iglesia católica, com o epístola, reconoce haber oíd o -pala­ griego. Mashiar en hebreo). La in for­
la protestante y la griega, el canon bras inefables, que n o está permi­ tunada hija del rey Priam o habla
del Nuevo Testam ento, el fundam ento tido a un hom bre el repetirlas» anunciado la catástrofe suprema y la
de su religión, ha sido el resultado (X H , 4). habia situado para m il años después
d e im ju icio hum ano titubeante y del asalto de Troya. Los cálculos efec­
Un profesor de literatura griega en
azaroso. tuados hablan situado esa fech a ha­
la Universidad de Varsovia, Tadeo
La elección Iué tan arbítrala que di­ Zíelinskí, que se considera com o uno cia el año 134, lu ego hacia c l año s4
fícilm ente se puede com prender el antes de la era cristisma. B om a c o ­
de los m ejores helenistas de nuestra
rechazo de libros venerados por los noció horas de pá n ico hasta que
época, m antiene la opinión que es la
cristianos prim itivos com o el Pastor Augusto declaró ser el Salvador anun­
religión antigua, ia de los habitante."
de Hermas, el Evangelio de los He­ ciado (en el año 17); la república y
de los países que form aron el im pe­
breos, la epístola de Bernabé, la epís­ luego el imperto, sufrieron violentas
rio rom ano, la que constituye el ver­
tola de Clemente R om ain que haWan dadero Antiguo Testam ento, el an­ conm ociones. El paganismo estaba
figurado m ucho tiem po en las colec­ preparado para el anuncio de la ve­
cestro del cristianism o y, sobre todo,
ciones de los libros que sirvieron del catoliclsm^, nida del Salvador.
com o base de lectura en los prtaneros Tradujo F. FERRER
El cu ito a la Virgen, madre del Sal­
siglos cristianos.
vador, tiene com o predecesor el que
IJesde hace algunos años se im pone BIB LK X IBA PIA
los griegos rendían a Alcm ena. Ia es­
una inleiTogante sobre si es realmen­ posa de Anfitrión, a quien Zeus visitó E lch h orn : Einle-Tung ¡n s A lt Tes-
te en la Biblia hebraica que hay que para entregarle Hércules, el Salvador tam ent. G arretson : T h e Taimudtc
buscar el origen de las doctrinas de griego. Todas las diosas-madre, todas Jesús. Halévy (Joseph); R echerches
las que el libro sagrado de los cris­ las diosas-virgen del Olimpo, prepa­ Bibiígues. H a m a ck : Précts de VHistoi-
tianos se hace el intérprete. En lugar rando al m undo rom ano p ara acep­ res des Dogm es. H a v e i: Le Christia-
de considerar el Nuevo Testamento tar la idea del nacim iento milagroso nisme et ses origines. Kroll (Ludwfg):
com o el heredero de la fe y el cum - de Cristo tal y com o está descrito en Prim itive Christianity. L ed ra ln ; Lo
pllmentador de las esperanzas del los Evangelios, y aceptar, más tarde, Bibie. Lolsy Eludes Bibiigues. Quinn
pueblo judio, se tiene tendencia cada la M ariolatría. (John W .): T h e Bibli Unveüed. Re­
día más en considerarlo com o lazo de nán ; Histoire d'Isratí. R e u ss: L'H'S-
El ci'lto de los h é io e s : Corintios en
unión entre las ideas religiosas de! toíre Sainte e t la Loi. S m ith : Assy-
Oorlnto, Cecrops en Atenas, Róm ulo
mundo pagano y el som brío y estre­ Tian Discoveries. Sm lth and M uller:
en R om a, preparó el culto a los san­
ch o monoteísm o semítico. Es eviden­ D íctionnary o j th e Bible. Vernes
tos loca les: S. Denis por P a rís; S.
te que el Evangelio atribuido a S. (M au rlce): Reswítafs des E xégeses B’ -
Leopoldo p or Viena. S. Estanislao por
Juan está m uy im pregnado d e hele­ Oiigites, etc. Van G en n ep: FormatioTi
Cracovia, S. Javier p or Nápoles, etc.
nism o, de acciones platónicas. Pero, des L é g e n ^ s . Zielinskl: La S¡bylle.
Y es el caso que el judaism o n o co­
las epístolas de s a u lo de T arso m ues­
nocía ningún cu lto p or Abrahán.
tran singulares concordancias de las
Moisés, ni David.
prácticas y de los misterios orlístas
o egipcios. Asi. el bautism o para los Poniendo las cosas en su punto, de­
muertos del que se habla en la pri­ bemos señalar que el culto a los san­
mera epístola a los Corintios (XV, áO). tos y a los dogm as concernientes a
nos recuerda (de esa prescripción or- María —así com o varios otros— no
flsta), que. para evitar a nuestros se hallan en el N uevo Testamento.
fam iliares m uertos el peligro de los Los sentimientos expresados por los
nacim ientos sucesivos, se podia hacer atenienses respecto de Atefiena Pa­

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2915

A lg o so b re la filosofía viva
E notado hace m ucho la tentativa de unos
san uno tras Wro. pero los papeles son siempre los mis­
je venes pensadores franceses, agrupados al­
mos, L o que cada nuevo actor puede aportar, es un poco
rededor de la revista «L^Esprite., de Plerre
de buena voluntad, ciertos matices, un rasgo, u n gesto,
M orhange, de dar a la filosofía una nueva una entonación... La abstracción fosilizó los
significación, m ejor d ich o: de trasponer Ja
filosóficos. Y llegaron a ser inútiles. Ia filosofía con ­
filosofía en su realidad prim era y de siem pre: la vida.
temporánea no nos proporciona una seguridad espiri­
Es una tentativa diferente de tantas otras, que debe ser
tual, un im pulso creador, un poder vital. No se declina
renovada, porque el problema es esencial, permanente.
al lado de la verdad, sino de la ficción o de ciertos In­
Hoy. cuando la violencia triunfa también en los terre­
tereses sociales y políticos inconfesables. La filosofía, en
nos culturales, la lu ch a de la intelectualidad Ubre es
general, ignora la verdadera naturaleza del hombre’. El
más Imperiosa que nunca. Y es bueno rememorar las en­
'dealísnio filosófico es puram ente teórico; cuando este
señanzas de los jovenes <a pesar de que algunos de ellos
idealismo llegue a ser hum ano, cuando el ..género hom ­
se desviaron más tarde del cam ino inicia!) que tuvieron
bre. llegue a ser un ..concepto universal»., entonces la
el valor de proclam ar precisamente la prim acía del Es­
filosofía será un acto de la vida y podrá servir a todos
píritu, reaccionando ccmtra el materialismo grosero,
los hombres. Porque, en el fondo, todas las doctrinas fi­
bestial, que Invadió también los más elevados dominios
losóficas se fusionarán en una sola: en la doctrina ..de
de la ciencia y del arte.
la libertad-. La filosofía debe estar de parte de la revo­
Com o ellos, creo que la filosofía constituye una sinte- lución creadora... Platón. Descartes y K art se levantaron
stó de todos los elem entos vitales y que ia actitud social de sus sepulcros para reconocer la R evolu ción-, declara
no debe ser determinada p or rígidos conceptos m etafl- patéticamente ei joven pensador, que cree que la filoso­
sicos, sino por creencias acüvas, p o r esa sed de la ver­ fía n o puede ser separada de la sociología Las verdades
dad que no acepta ni siquiera un com prom iso en el m un­ deben ejercer su influencia en el destino hum ano tam ­
do de las «abstracciones.. En este sentido Oeorges Polít- b ién ; deben tener una función vital entre razas y na­
’.er analizó con una cruda lucidez diversos sistemas filo­ ciones. (¿Por qué entre ..razas y naciones., que n o son
sóficos, que no se presentan com o vivas realidades, sino realidades absolutas com o son la hum anidad y los in­
com o esqueletos ideológicos conservados en el m useo del dividuos que la constituyen?) De esta manera, el íiló-
pensamiento hum ano. En Francia, p or ejem plo, Víctor sofar realmente llegará nuevamente, com o en los tiem ­
Cousin n o pudo tocar concepción filosófica alguna sin pos heroicos, a ser una ..ocupación peligrosa... Entonces
desfigurarla. Augusto Com te n o es más que ..materia de los filósofos serón los amigos de la verdad; es decir
tesis», un autor impuesto p or el program a, lEki lo que opuestos a los dioses y al Estado. (Lo que fu é Sócrates
respecta a Comte el crítico exagera algo). T am poco el también, que no vaciló en llevar la ccqia de veneno a
filósofo de las Ideas-fuerza, Alfred Fouillée. se im pone sus labios). La verdad no será proclam ada más que por
en nuestros días. AJgimos ancianos hablan con emoción los que la aman y osaián transform ar las aventuras es­
de Guyau, un -Niétzsohe francés», que escribió «La irre­ pirituales en aventuras materiales.. (Lo que significa '
ligión del parvenir... una obra maestra, «utópica». Re- pura y sim plem ente: transform ar la idea en hecho).
nouvler aiin tiene algunos discípulos, siendo estimado
En la misma serie de estudios. George-Phiilppe Príed-
por una parte de la juventud que estudia filosofía por­
mann también quiere dar a la filosofía — ¿por qué no
que él es, en Francia, el único refugio de los qúe no
la llamamos m ejor ..sabiduría-? — un sentido vite], per­
aman a Henri Bergson. Con toda su gloria. Bergson co­
sonal y al mismo tiem po universalmente hum ano. P a r­
mienza a ser anticuada.. Aunque nos proporcionó una fi­
tiendo de Splnoza. al cual considera entre los pocos fl-
losofía viva, activa, llega a ser victima de sus numero­
l i ^ í o s viables, investiga con el m ism o m étodo las ma­
sos adeptos, quienes sobre sus obras edificaron una nue­
nifestaciones contemporáneas, especialmente e n el d o­
va escolástica con fórm ulas precisas, con reglas auto-
m inio de la literatura. Nos parece juiciosa la áspera cri­
m-iticas, £hta m ecanización está secando la savia de la
tica cmitra la -literatura de los disponibles-, d e los que
filosofía de Bergson, Sus discípulos. deWdo a su dog­
encajan .esferas.. Ideoli^icas para buscar, empero sen­
matismo, pusieron en evidencia mas bien los defectos
saciones p or vian indirectas. Desde este pu nto de’ vista
Que las cualidades del bergsonismo. En cu an to a la obra
son juzgadas las obras de André Gide. Valéry-Larbaud
ta Boutroux, no quedó de la misma más que una con-
Paul valéry, Jacques Rivlére, Marcel Proust M aurlcé
usa m ezcla ; apenas se lee aün .L as contingencias de las Barrés...
^ y e s de la Naturaleza-, m ienras que Lacheller pronto
Volviendo a Spinoza, nuestro críü co es más bien so­
llegará a ser un simple recuerdo...
ciólogo que filosofo, pues convierte al au tor d e «Etlca-
Ehtas (^üilones, asi cree su autor, no son solamente
en un gran revolucionarlo; p or eso ha sido perseguido y
« rs o n a le s , existen de una manera vaga entre muchos
quedo durante m u ch o tiempo Incom prendído Spinoza
ta los que no ignoran la historia de la filosofía. La fi-
pregonó la acción, la vida Ubre, la alegría Incesante el
i ^ í l a contemporánea es co m o un teatro cuyo reperto-
am or divino, de donde resulta . el m andato de com batir
*ta se ha establecido perm anentem ente: loe actores pa­
el rebáfto de esclavos faltos de espíritu... En la -Etica..

Ayuntamiento de Madrid
2916 CENIT

De la sumisión a la rebeldía
M a s , m ucho más, gue las soflamas irrisoria la avaricia de Judas. Asce­ ¡Cuán lejos andamos de los enjun-
de los apóstoles, quienes forja ­ tas impenitentes, ávidos de peniten­ diosos y m oderados preceptos de M ar­
ron la legendaria coraza de los cias, buscaron cobijo en desérticas te- co A u relio!
cristianos prim itivos, contra la que baldes; soportaron trasquilos y des­ ¡Y cu á n distantes estamos de los
iban a mellarse picas y lanzas merce­ pellejos sin rechistar. Más aún, sus sabios y tolerantes conceptos d e Sé­
narias, fueron las teorías estoicas, cuerpos de purulentas pústulas no n eca !
Las enseñanzas y el m artirio de les bastaba: sobre ellas se apretuja­ L a obsesión por la santidad, hizoles
Eplcteto, esclavo del rom ano Epafro- ban groseros y ásperos cilicios. Siem­ perder la hombría. G alardón de los
dito, galvanizaron las voluntades In­ pre en busca de exóticas torturas. estoicos por excelencia.
surgentes de las m ultitudes centra el Inspirados por su dem enclai maso­ Pascal lo d ij o : Cam ino de la santi­
despotismo im perial. Fué su irradian­ quismo, hallaban materia pecam ino­ dad seguro que hallaréis la bestiali­
te serenidad espiritual, su sonrisa des­ sa en su natural y exacerbado erotis­ dad.
pectiva respondiendo a la mirada fu­ m o, o en sus simples tendencias gas­ D ique pa ra contener esta corriente
ribunda y displicente de los podero­ tronómicas, bárbaramente suprimidas salida de cauce, en brecha las már­
sos, lo que inyectó coraje a los sufri­ por el ayuno. genes, sueltas las amarras, es cuando
dos desválidos. Reducidos a simples pingajos, lia- aparece el gran Epicuro,
Al introducirse la cizaña católica cian palidecer al fam oso yogui indio. Cayeron las máscaras patibularias.
en el trigal, con su peculiar sectaris­ Y si con tales forcejeos dolorosos n o Huye la miseria con disfraces auste­
mo avasallante, la prom isoria cose­ alcanzaron la insenslblldad deseada
ros. Retrocede la fe y arranca briosa­
cha se malogró, para si, impasibles, cuando n o con mente ia razón. La evolución pendu­
El estoicism o insurgente convirtió­ burla, contem plaban el dolor ajeno. lar, oscilatoria, de nuevo se con fir­
se. p or obra y g racia d e algunos dis­ H aciendo caso omlsp de las leyes maba históricamente.
cípulos aventajados y ventajistas, en naturales, trataban de congraciarse
Zafios, asístanse los infelices feli­
reverente y sumiso. Discípulos que con las leyendas celestiales, La som­ greses, en tanto que, farisaicos, los
sobrepasaron a Cristo en su esforzada bra de Torquem ada deslizábase p o r el eclesiásticos jerarcas tiemblan.
mansedumbre, y colegas que dejaron árido paisaje, antes de nacer.
El ariete epicúreo fustiga sin pie­
dad pétreos conceptos m esiánicos o
apergaminados preju icios divinos.
Avientan sacros decálogos, y airean
de Splnoza se encuentra la fuente de un espiritualismo vetustos principios morales en oposi­
que podría renovar y elevar incluso los problem as eco­ ción con la naturaleza hum ana. La
nómicos. ( ¡Es casi increíble, en el que se refugió en el ironía diluiré fantasm as y encapu­
-A m or intelectualis D el!) Karl M arx descuidó la fuerza chados, su sátira h ará que corra el
del espíritu. U n a am plia doctrina espiritual que absor­ m ismo diablo.
biera en su unidad las reivindicaciones materiales, a b ­ Pero, bola de nieve p or la pen­
solutamente legitimas, y las que se fundam entan en la diente, el patricio, el em perador, *1
•realidad del corazón humanon — fuente de la devo­ obispo, cubrirán c o n la tú n ica epicú­
rea sus festines, su s desmanes y sus
ción activa y del a m » — podría da r a la revuelta de
orgias* palaciegas. Y aun plebeyos,
los explotados y subyugados la luminosa arm a d e la fe. siervos y esclavos darán rienda suel­
Los partidos revolucionarios de Europa no com prendie­ ta a S14S vicios y excesos.
ron que la m ateria debe ser animada por la energía del Mesaiina im pera en la corte, y el
esp íritu ; ellos son en parte responsables por la apatía espectro de Borgla deam bula p o r pa­
que encuentran entre sus propios partidarios. lacios antes de aparecer.
El materialismo sin fren o cerró, a
Pero, agregam os nosotros, los partidos asi llamados cal y canto, toda evasión espirltual-
dinám icos o totalitarios son además responsables — no Y la teoría del racionalism o, pot
por ia -energía» y ..dlsclplma» de sus partidarios, las adulteración, exacerbó los Instintos-
que son más bien aparentes — sino p or el cu lto de la P or « t o el bárbaro entrará en Rom*
Iuerza, p or feUchísm o de la violencia estatal que por com o invitado, sin efracclón , n i pre*
sus guerras mundiales, llevri a la hum anidad al borde m editación, pues que sus puertas es­
del abismo. La única -fatalidad'» de la cual deben cu i­ taban de par e n pa r abiertas. Ls*
barbaridades romanas solicitaban
darse igualmente los pensadores activos, los filósofos p e­
entrada.
ra los cuales la idea de la libertad es también una regla Asi pu do colgar, el poeta H oracl»
de condu cta en la vida, es la fatalidad de la política. a esta escuela, el sam benito que reza-
Ya n os ha dicho un gran aventurero. Napoleón, > ¡La Sueltos andan, por el jardín del o®'
política, he aqui la fatalidad m oderna! ¿Por qué no sueño. los puercos de Epicuro.
cOTnprenderán eso también los filósofos, para rom per f ‘ - Rabelals tardaba en aparecer pái*
nalm entc el circu lo vicioso en el que se agitan desde contundir tanto T artufo.
tantos siglos los individuos y los pueiúoe? Y más aün Quevedo c o n stis cert*"
ras saetas y viriles retos,
EUGEN RELGIS PLACIDO BRAVO

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2917

Obsesión de la sangre en la poesía de F. García lorca


E l dram ático desenlace de la vida Por cosas lejanas, que vienen ro ­
de Federico G arcía Lorca tendrá va dictando los férvidos versos d e su
dando p o r los ríos de la sangre, com o elegía. La sangre del torero, invisible
entre nosotros una resonancia un son denso y oscuro, hasta el mis­
angustiada que nos conm overá pro­ y presente, termina invadiendo la
m o corazón del hom bre, «donde tiem­ m ente del poeta, la plaza, la multi­
fundam ente siempre que hundamos
bla enmarañada la oscura raíz del tud, todo. EStá presente, con toda su
nuestra frente en su poesía. Im posi­ grito.
ble leerlo sin sentir la honda impre­ trágica em oción, sin que nadie la vea.
sión de su destino vertido ya proféti- El tremendo tem peram ento trágico
camente en sus poemas. A quella o b ­ de G arcía Lorca habla d e ahondar
sesión de la sangre y d e la muerte hasta su m ism o recóndito nacimiento La m uerte del poeta rubrica lamen­
era la oscura m ensajera que le en­ el sortilegio de la sangre. Y debía ha­ tablemente su h ondo presentimiento
viaba, desde el fon d o trágico de su cerlo trascender hasta el um bral mis­ del destino. Violentam ente asesinado
alma andaluza su patética profecía. m o de la realidad, pero n o más lejos. en Granada, en un fon d o terrible­
A lo largo de toda la obra de Gar­ Presencia d e la sangre, tí, pero con m ente fam ilia r; la n och e profunda,
cía Lorca encontram os «un rastro de toda su apariencia de rem oto miste­ coronada de estrellas, los agudos cl-
sangre, un rastro d e lágrimas». P oco rio, esa lejana apariencia que obse­ preses espectrales y el aire tranquilo
im porta que su pensam iento, en in fi­ siona más que la m ancha misma, que se lleva en su seno los largos ecos
nitas ocasiones, h uya h acia la gracia 'íQ u e no qm ero v erla ! del drama. Y es el dram a lo que está
del arabesco lírico, com binando ele­ Díle a la luna q u e venga, aquí, golpeando insistentemente en
m entos de una exquisita y aérea fra­ que n o quiero v er la sangre nuestra frente, con la visión Imborra­
gilidad; el tema fuerte, al que vuelve d e Ignacio sobre la arena.» ble de la sangre Inocente derramada.
siempre, es el dram a, el drama que Que no podem os verla, pero que está
Y , hacia adentro de lo s entornados
se resuelve ineluctablem ente en pa­ presente: Com o en su teatro. Como
sión, en sangre, en muerte. ojos del poeta perseguido p or la en sus poemas.
m uerte del torero, una larga angus­
En la poesía de Federico García tia caliginosa, de sol y de sangre, le B. MILLA
Lorca la sangre está com o imantada
y atrae ciegam ente la inerte blancu­
ra d e los cuchillos. El m ito del acero
y d e la sangre «s una larga obsesión
que se desborda en la densa n oche
andaluza. Los hombres de rostro oli­
váceo y fin o se quedan d e repente en
una calle muda, tendidos con los ojos V ic e n ti e r a f a m ilia r d e M o n t e r o R ío s y S a in t-A u b in de C a­
w m o dos estrellas apagadas en la n a le ja s . M orote era ru so h o n o r a r io p e s a d o ; o a d i e p o d ía h a b la r
Uerra. Tictímas d e la inexoratóe su­
d e R u s ia sin su p e r m is o . B u r e li, M o y a y F r a n c o s R o d r íg u e z e ra n
perstición del cu ch illo
...que apetias ca b e en la m ano lo s tr e s c o n s a b id o s m a e s t r o s d e l p e r io d is m o , y , s in e m b a r g o , des
p ero q u e pen etra frío c o n o c ía n el p e r io d is m o a u t é n t ic o . F u e M o y a g r a n c a c iq u e r e p u
p or las carnes asombradas
y aUí se para e n e l sitio b lic a n o y a la v ez m o n á r q u ic o , y v a le d o r d e s u y e r n o , M a r a ñ ó n
donde ííemWa enmarañada B u r e ll e s c r ib ió '(J e s u c r is to e n F orn os», que es u n cu e n to m u;
la oscura raíz del grito.
a p r o v e c h a b le p a r a lle g a r a m in is tr o . F r a n c o s R o d r íg u e z p u b lic ó
La sangre recobra u na resonancia
^ t l c a en el teatro de G arcía Lorca. p o c o a n te s d e m o r ir , s u s (¡.M em orias d e u n g a c e t ille r o » , r e p r o d u ­
w m ezclan los brillos de la pasión y c ie n d o c o n t e r n u r a d e n o d r iz a s e n tim e n ta l el m u n d illo d e s u é p o ­
Del acero c o n las ardientes reverbera-
*wnes d e una tierra seca, ávida de c a . E ra F r a n c o s e l p r im e r c o m e n s a l d e la M o n a r q u ía y , n a t u r a l­
*kua y de sangre, fecunda en supers- m e n te , a c a b ó p o r s e r p r e s id e n t e d e l a A .so cia ció n d e la P r e n s a d e
^ o n e s trágicas que se explican en
*>8 desgarram ientos del cante jon oo .M a drid, a la q u e pus>o p is o la d ic t a d u r a d e P r im o . F r a n c o s e r a
í en el llanto intim o y conm ovedor m e d ic o , y n a d ie s a b e q u é d ia b lo s tie n e q u e v er la M e d ic in a c o n
ta la guitarra. L a guitarra n o canta,
llora: a s is tir a v a r io s b a n q u e te s d ia r io s y a s c e n d e r a m in is t r o , a p o y a d o
«Empieza e l Uanto p o r su in t im o G a r c ía P r ie t o , q u ie n d e b ió el e n c u m b r a m ie n t o a
de la guitarra.
s u s u e g r o M o n t e r o R io s , c o m o M a u r a a s u s u e g r o G a m a z o , c o m o
Es inútil cotlorfo.
Es imposible K o m a n o n e s a s u s u e g r o A lo n s o M a r tín e z , fa c e d o r d e a g r a v io s y
canaria. de c ó d ig o s .
Llora m onótona,
com o llora e£ agua, F E L IP E A L A I Z
com o llora t í vien to
aobre la nevada, (D e « L it e r a t u r a y p e r io d is m o » )
llo r a p o r cosas
íeíanas.,.m

Ayuntamiento de Madrid
2918 CENIT

í\ pensamiento vivo de José Prat


<Hay una hermosa tarea para los hombres de corazón. Luchar cuan­
do se es multitud, vale poca cosa; luchar en el aislamiento, aqui y allá,
tendiendo la mano al compañero de ruta, buscándose y encontrándose
en el seno de la gran masa que dormita, eso es ya algo.
RICARDO MELLA

La sociedad actual, legado de nuestros bárbaros El hombre solidario del hombre tiene que crear­
mayores, es una oda a la muerte. se aún.

La sociedad actual parece una compañía de ex­ Vivimos en el mejor de los mundos burgueses;
terminio m utuo: se mata al estómago, al corazón firma el ministerial la nómina a fin de mes; van
y al cerebro; mata el sable, m ata el hisopo, mata cobrando sus pagas los militares de profesión: en­
el Código, mata el oro, mata el amor, mata el gorda el fraile que es una bendición de dios; el
taller y el campo, el mar y la mina, la Bolsa y el capital embolsa sus rentas, ¿se quiere más?
lupanar; esta sociedad es un Saturno gigante devo­ ★
rando a sus propios hijos, .
¿Vivimos? He aquí una pregunta que me he for­
★ mulado infinidad de veces, y a la cual m i razón ha
Presentemente, la palabra civilización es sinóni­ respondido siempre negativamente; yo no sé, ni
mo de revólver, progreso de pauperismo, cienc’ a me importa saberlo en este momento, la interpre­
de desbarajuste económico, libertad de mordaza, tación que se haya dado a la palabra vivir en las
justicia de compra y venta, derecho de fuerza ma­ edades pasadas; pero en nuestro siglo del vapor, de
terial, Igualdad de desequilibrio y fraternidad de la electricidad, de la fotografía, del teléfono y de
cafrerla. los rayos X , cuatro quintas partes, y me quedo
corto, de habitantes de la tierra, vagan como al­
mas en pena sobre la superficie del globo, viajeros
En nuestro mundo la amistad anda con careta, extraños al vehículo que con velocidad sorpren­
el amor resulta un infierno de impurezas, la pater­ dente los transporta de un punto a otro descono*
nidad es malthusiana, la religión es un delirio y cldos en el espacio.
el ideal mora en presidio.

La casi totalidad del género humano se ha ele*
Se cree el hombre ilustrado y razona zurdamen­
vado poquísimos grados sobre la primitiva anima*
te; culto y miente por interés, por avaricia, por hi­
Ildad; si por vivir se entiende comer, vestirse, reír
pocresía y por miedo; bondadoso y se encierra en
a ratos, trabajar mucho y luego morirse de viejos
la glacial indiferencia ante el infortunio ajeno.
o de cualquiera otra cosa intempestiva, realmeiit®
vivimos, y convengo que asi se h a vivido siempr®¡
El león no devora al león; el tigre no ataca al pero de igual modo puede decirse que vive el ca*
tigre; el buitre no da caza al buitre; pero el hom­ bailo, el buey, el carnero, el perro y otros animales
bre si; el hombre, ser llamado superior, ha reba­ domésticos uncidos al carro de la esclavitud, con
sado los limites de la bestialidad y extermina a la única diferencia de que éstos no ríen y el rey
sus semejantes, pues ni siquiera ve en ellos a sus de la creación sí, aunque a tontas y a locas coifl®
semejantes; el hombre es el enemigo del hombre. siempre.

Todo individuo acaba por ser, en esta roñosa so­ Sí por vivir ha de entenderse saber, saber lo q®®
ciedad, hasta enemigo de si mismo, y se suicida, somos, dónde estamos, de dónde venimos y adónd®
cuando, en su impotencia, no le es dable eliminar vamos, ¡a h ! en este caso, en pleno siglo de 1*®
a los que le estrujan. luces, ya no vivimos, vegetamos y nada más.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT
2919
Cubiertos apenas las más groseras y materiales
necesidades, para la inmensa mayoria de los hom­ para el presente como para el porvenir de los tra­
bajadores.
bres huelgan por completo la ciencia, las artes v la
iilosoiia.

í f ’ ^^senáio bastardo del cristianismo y


Nadie niega actualmente, y al decir nadie hago del barbero derecho 'romano, es, como ha dicho
caso omiso de la media docena de fanáticos del muy bien el publicista Alfredo Calderón, un ins­
pasado que quisieran hacemos retroceder a la más trumento de muerte, cuando no de inmoralidad;
primitiva Ignorancia, la posibilidad y la necesidad confiarle los asuntos públicos, es matar la inicia-
de hacer extensivos a la gran masa el gran nú­ tiya individual y la espontaneidad de la acción
mero de conocimientos adquiridos; como tampoco publica.
se niega la potencialidad de cada cerebro a su ad­
quisición,
★ Falta aire, mucho aire, aciclonado, que barra
Civilización debe ser sinónimo de instrucción v recio, hondo; que arranque de cuajo las hierbas
no de ignorancia. ponzonotos que, gracias a las complacencias de
★ unos, a los embustes de otros, a las cobardías del
El privilegio, para vivir su vida de parásito, res­ charlatanismo y a la apatía de muchos, arraiga-
ponsable de la ignorancia humana, condena a los ^ la g r a n m ^ .
demás a la fatiga, que no deja lugar ni tiempo dificultándole la vista de los ideales, sumiéndola
para la escuela, l ta®ta^ridad de todas las ignorancias y en el
indiferentismo de todas las creencias muertas.

Toda nuestra organización social gira alrededor
del mismo falso eje: todo para unos pocos indivi­
duos, nada para la inmensa mayoría, Falta aire, mucho aire, aire de ideal que lle-

cerebro y del corazón, pu-
riiicandolos y saneándolos. ,
No « trata por el momento de hacer de cada
mdividuo un sabio, ni siquiera una especialidad ★
profesional, sino de generalizar la instrucción hoy
limitada para la gran masa de trabajadores a una
escuela de párvulos.
★ s
Arrojad a una isla en condiciones de habitabili­
dad a un millar de hombres completamente des­
nudos, desprovistos de todo, y aisladlos del resto
de la tierra; no temáis que perezcan; al poco tiem­ Todo se vuelve tabú en manos de los privilegia-
po ya se habrán producido riquezas, pues para S fn religión, sagrada la monarquía, sa-
nada habrán necesitado al señor Capital, república, sagrada la autoridad, sagrada
★ sL roT sagrada la nación,
sagrado el ejército, sagrada la ley, sagrada la ma­
Es el trabajo, únicamente el trabajo, quien crea gistratura, sagrado el matrimonio, sagrado el ce­
rique^s, ¿por qué. pues, es el capital y no el menterio, sagrados hasta los traj¿s de p r o fí
irabajo el dueño de las riquezas?
íS lable'^^ determinadas instituciones, todo tabú.

No hablemos de las ya lejanísimas revueltas de
«w esclavos, ni de las cruentas luchas que tuvie-
ron que sostener, ni de los torrentes de sangre Inyesti^d si la rana tiene pelo; cuadrad el
vertida, para demostrar que a las clases llamadas o e fiL tr T filosofal
^rectoras les repugna el espíritu de justicia cuan­ no ft. f taontad los granos de are-
do este viene patrocinando una Innovación que t,hi " ti ™®^ cubre si vuestra paciencia es inago­
«noca con sus privilegios. table todo os será permitido, menos meteros ni
acercaros siquiera a los lindes de lo consagrado
El altruismo de las ranas del Parlamento, des-
itórtando a última hora por los portazos con que amplios ideales, la que atrevidamente se encami­
l^enaza la cuestión social, hace el efecto del al- na verso la parte donde si leva el solé, sin esoe-
^ is m o del ladrón; el altruismo a lo Juan de Ro- ranza de recompensa alguna, es la labor fructlfe-
p^^s^'^mucho hospital y mucho crear antes los
roteh vida de las generaciones futuras
rechazando a los embustes religiosos, políticos y
★ e c o n o ^ s que dificultan el advenimiento de todas
U ingerencia del Estado en los conflictos entre d^es naturales y sus consiguientes felici-
««roñes y obreros es altamente perjudicial, tanto
S e le e c ió n d e V . M u ñ o z

Ayuntamiento de Madrid
2920 CENIT

LA V ID A Y LO S L IB R 0 5 ~ »
«HISTORIA DEL FRENTE POPULAR.. haciendas, e ra propiedad de un conde. Conde que se l i o
p o r V ícto r A L B A m arío comisario, quizá touarich.
¿Q ue p or qué en España el bolcAewsm o n o avanzó
I 1,1 HN 22 los libros escritos p or este enamo- com o en otras naciones? ¿ A quién s e debe? ¿N o será
r od o de la política. en todo caso t í anarcosindicalismo? Q ue s e repase l o g eo ­
tíítím o podria decirse q u e ea ma- grafía politica española, que se haga historia, y se verá
najo de crúTiicas de bolchevism o interna- en dónde, cóm o y a quién el bolehevism o ganaba terreno.
cnonol. C om o andíisis de -wno táctica V íctor Alba n os dice gue e l F ren te Popular, e l ‘ fren-
politica». que así se subtiínla, "ffisíoría tísm o» en sí, es resultado d e una debilidad política, Atr-'-
Frente Popular» responde bastante bu ye pues a la multipiscidad de partidos la cau so de que
bien. No es que creamoss que e l "fren- et bolchevism o se haya desarrollado com o lo ha hecho.
■ tismo» sea exclu sivo de tal o cual época, Viendo Inglaterra, por ejem plo, o U .S.A., no cabe duda
'— “ pues rem onta a tiem.pos perdidos, pero P ero lo q u e nosotros los anarcosindicalistas n o llegamos
el de la época a la que el libro se re/tere, reviste carac­ o com prender es cóm o se ha tardado ta n to a con ocer y a
terísticas m uy singulares y cbedece a u?ia política áe com prender cuál era la verdadera esencia y el verdadero
alcance jam ós igTialado, fin del bolchevismo.
..La historia n o presenta ningún caso de u n fren te que
A través de sus 290 páginas. V. A. nos p r e s e a los haya protegido verdaderam ente a quienes lo com ponen».
hechos cotejados e interpretadas. Claro que, é l tmsTno nos
En política, esta afirm ación debería ser exanunada y
dice que lo que im porta n o es eso últim o sino los h echos compulsada totalm ente pues que, de confirm arse, revo­
en sí, hasta e l pu nto de que invita al lector a ten e r cuen­ lucionaria todos los conceptos político-sociales y todas
ta. sobre todo, áe ellos y forjarse una opinión propia 'n- las tácticos empleadas desde gue existe lo Aísforía.
aépenáieniem ente de lo suyo. Sin em bargo, sus optfiío- M as en m aterio de frentism o, iffisíorfo dteí F ren te Po­
nes no carecen de vcdor. pular* está escrito con delicadeza, destacándose en se­
V íctor Alba adelanta sus interpretaciones. Es pues un guida la preocupación honrada d tí au tor en ofrecer tí
diálogo que entabla con todos los lectores, sin duda, con lector m ateria de exam en com pleta y fití. El F rente Crní-
vistas a una coincidencia. St se cbtien e, e l libro tendrá c o fu é una consigna exacta a la d á Popular pero limi­
doble objetivo y doble valor, pu es que además de con­ tando la participación a lo estrictam ente proletario. Con
tribuir a la historia, sirve de enlace en tre todos a qvtílos el últim o se abrían las puertas a la pequeña burguesía,
gue, estudiosos sien ten la necesidad de fundam entar su siendo inm ediatam ente absorbidas por e l inspirador, con
idea y su concepción paiittca sobre bases amplias y unt- una precisión matemóUca. Todo ello obedeciendo a las
versalm ente examinadas. prem isas leninistas según las cu tíes, sus adeptos deben
Historia del F ren te Popular- m erecería fuese respon ­ participar en las revoluciones burguesas.
dido por todos sus lectores, em itiendo a su vez jw cio A tos bolchem ques V icíor Alba concede, o n uestro juicio
sobre cada u n o de los problem as q u e toca. EUo d on a exageradam ente, una oírtlidad y uno habilidad, n o exenta
com o resultado u n a especie de referendum sobre una de de inteligencia, gracias a la. c u t í han logrado éxitos de
las facetas de la politica internacional b o M ie v iq ^ cuyo relteue.
éxito decimos nosotros, se debe más a la ñoñez d tí resto Ni Marx n i Lenin habían previsto la revolución de 1917-
de los humanos que a la inttíigencia con la que hayan Sólo desptiés de los derrotas de B ela Aun, los in ten tos en
podido obrar sus autores e inspiradores. Italia, el asesinato de R osa Luxem burgo, e tc ., que des­
De rebote tí libro de V íctor Alba dem uestra paípaU ^ vanecieron la idea de revolución m undítí, dice Alba, los
m ente aue a falta de u n a línea de conducta, de u n n orte boicheviqtjes se decidieron a iniciarla en un solo país,
definido, en los hom bres ajenos al bcichevtsm o con el cosa que chocaba con todas las previsiones hechas.
cual se hubiese podido barrer la ruta o l tota lü a rv m o de En parte, fu é este cam bio de inícnctón lo g u e motivó,
S d o S ^ Z ó T d e proletario, é ste e n ^ o la el alejam iento y escisión del partido (B), o l o m uerte de
hecha a l a que contribu yeron tod o tí. abanico L en tn T p or un lado con Stalin en cabeza y por t í r o coá
cos, principalm ente los socialistas, quienes. « Trotaky. Al m enoe, éste fu é uno de los argum entos esgri~
o í r ó i ^ y traición, desde las prim eras horas de ^ m idos p or los stalinistas para com batir al trotskism o.
^ t í ó t t n Rusia, con tra todo el que n o se som etió t í Analiza el nacim iento del F ren te Popular en Francia 9
dictado de loe nuevos am os, fu é durante decenio», la táctica llena de contradicciones aparentes del P. C-
con codo con el bolchevism o. O tros o r g a n i s r ^ y rtros francés. A parentem ente decimos porque su o b /e ío ha sido
^ r i ^ e s ^ í r t e o s , n o por ser d e m enor importanma f^ n e n todo m om ento el de erigirse en guia, coso g u e tíc a n ^
^ Z r t b u i r . com o t í q v e n ^ s . para repetim os, gracias o la benevolencia y condescendenó»
tica rusa haya llenado a m tm o ^ tz a r casi todas las ron Las gue siem pre ha sióo correspondido p or sus con*"
corrientes de ojjosicián t í m undo burgués. ligíonarios los marxistas. Pasa en revista, m uy documeñ"
todam ente cada uno de los bloques politicos inspirados
Eso lo s españoles podem os decirlo con 5 ^ .
p o r los com unistas, asi en Europa, com o e n Ajnér'Cd-
nadie porque es en España en donde tí
Asia y países africanos. La ventaja principal del bci­
podido desarroUarse m enos que V chevtsm o. a ella le debe su situación actual, obedece *
t í t í g o avanzó en los últim os tiem pos c m le iw e s a
n o (¿ed ece más q u e a la» mismas causas. Hoy t í . hoy. la cohesión con la que siem pre se han presentado ofll*
Zas masas, aunque para lograrlo hayan tenido gue corttí
socialistas de todas las tendencias,
v a rece q u e están d ecid id a a v er e n t í bolchevís- o dejar corta r la cabeM de alguno d e sus m ejores mú*'
^ t í i ^ v t í i a n s o que hay gue ex tirp a r; que. de tantes. y a la torpeza, la mala fe, la ruindad c o n la
r? , ^ ? S ^ f n c n í e r ^ w H a y rem osaria con ere- la b-urguesia y el clero han reaccionado a n te t í derperttí
de los pueblos.

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 2921
En cuanto a España, una victoria baichevígue se regis­
de unos em prendedores más o ntejios aguerridos, es la
tro el día que la U .G .T. (socíaZwío) perm itió en su seno
las actividades d e loe elem entos q u e h asta en ton ces for­ o b r a ^ u n a f A s a educación y de la ausencia de una civi­
lización verdaderamerUe hum ana y humanista. S<' los
maban la C .a.T .U . D espués de ello, e l bolchevism o ere.
Ció 01 am paro de la rebelión franquista. cn m in A es mencionados han podido provocar decenas de
míUones de m uertos y la degradación d e la especie, ello
U n ju icio apunta V icto- Alba de la máxima í/rauecíiwi n o hubiera podido ser si la humanidad lAxmiosa, m anuA
o p or ío >7««íios así se deduce. R esp ecto a los procesos dé e intelectual, supiesen organizarse in tem a cion A m en te y
M o x ú q u e acabaron con casi todos los revolucionarios se tacíáiesen a prescindir de la b ru tA id ed animal y pri­
(bolcheviques se entiende,, pues los otros ya fu eron elími- mitiva, convertida en ciencia de la guerra y e n política
sin proceso de ninguna clase) q u e quedaban en d e opresión.
Rusia, cort/esdTúiose todos culpables d e traición, V íctor
Sé gue es m uy difícil acabar con los brutos sin em plear
M ba con clu ye: -Loe in telectu ales saben lo absurdas que
sus mismos or^ m cT iros brutales, con lo q u e s e co rre el
son m e s confesiones. P ero se cA la n , p or sum isión A
n e s g o —y la historia está ahí para dem ostrarlo de vol­
m ito de la unidad, para no rom per la alianza de las fuer-
zas antifascistas». v erse más bruto gue él, pero, precisam ente p o r eso, sí
■importante es descifrar los hechos, com o m agistrA m ente
Trem enda responsabilidad de estos in ttíeetu A es m e-- se h ace en «Historia del F ren te Popular», lo principA es
cía d e c o b a rd a y mezquindad q u e la ftfseono juzgará con buscar las causas, llegar A origen, hacer las deduccio­
« ffo r m erecido... o bien, im potencia etern a d tí intelecto nes pertinentes, identificar el m A y la culpa y encontrar
y del corazón fr e n te A uñazo de loa fariseos de la solda­ el rem edio para poner fin.
desca. de la tuerza, anteayer representadas p or los hunos,
A tílo contribuye, desde lu ego, sin decirlo el libro de
ayer y h oy pee los otros. Y esta conclusión es íodaota
V íctor Alba. En ei se estudia a Lenin, S tA in e Hitler '
rnuy desoladora, pu es a pesar de todo, la inmensa mayo-
prtnctpA es animadores de la política que se crítica : el
rip d é l o s hum anos desean el m u tuo resp eto y sólo cuan­
triu n fo del com unism o o. más bien, él triu n fo d tí prínciDe
d o el conjunto d eja de cum plir su míHón d e hom bres es
M aquiavelo: los extrem ism os com o pretexta s de repre-
c u a n ^ t í bru to puede perm itirse el lu jo de extraordina­
rias degtílinas de humanos. « io n ; el ^ c t o entre la G.P.U. y la G esta p o; e l fascism o;
tí Partido Comunista Español; é l tesoro español y él
éXba, h A ^ destruido la» ilusiones de los
periódico «Ce S oir»; Sartre y la cA ífícacíón de -com pa­
(n ttíectu A es. No, reducir a un nontbre sem ejan te acción
ñ ero de cam in o-, aspecto gue todos deberíamos cono-
n os p arece que es caer e n un simplismo que ciega la cer, etc.
v e r e d e r a visión de las cosas. H itler, era t í representcm-
En Un, pA ttícam en te, «Historia del F ren te P opA or»
t e de las fuerzas reaccionarías del mundo, era el instru-
W e tanto com o un curso de A t a escuela e n la que se
uiento. P ero seria torpe, de una torpeza im p erd m tM e li-
m itor o un crím inA , tod o el mal sufrid o p or la huma- dem uestra cóm o y por q u é ha ganado et b A c h e v s m o las
mdaa. La llegada de M ussA ini o í poder, com o la de Bit- posiciones q u e tiene, convencido de que con ganar basta
para ten er razón.
ler, com o la de Franco, com o la de T ojo, etc., no es cbra
M. CELMA

M A D R I D
Noticias de dos criminales de guerra
U
NO es. según -L o D ép-ch e- dtí año 1929. G racias A D u ce pu d o en­
30-12-59, A n te Pavelitch, dicta­ ostras? (le p r eg u A ó un día t í . escri-
tren ar en ItA ia , bajo la dirección de
dor c ro A a , an tigu o je fe del go­ tor italiano Curcio M A aparte. aegún
la Ovra, a nUUares de voluntarios
bierno cro A a bajo la ocu pación A e - relato que reproduce en su libro
CToAas q u e s e especiA izaban para ■naputt').
iriana. Ha m u erto en e l h osp itA de a cto s üe sabotaje y perpetuar crim e-
Uoiíriií, pero se ha dado orden de no — No. son ojos d e servios respon­
nes. Son los ustachis quienes organi­ dió tranquilam ente Pavtíitch.
ñivulgar la noticia. zaron en M arsella e l 6 de octu bre de
Los «ustachis» y au je fe dtíñeron
En eí h osp itA incluso se negAoan 1934. eí o s es in A o del r e y Alejandro
s A ir de Yugoetíavía a raíz de la re­
o confirmarla. «Hem os recibido orden de Yugoeslavia y d tí presidente Louis
tirada de la W erm acht. El e x dicta,
ta n o decir íw d a sobre é l particA ar», Barthou. En 19U, la invasión d e Y u ­
dar declarado cH m inA d e guerra por
*6 limitaban á d ecir cuando se les goeslavia p or las tropas hitlerianas
t í gobiern o del m aríscA T ito, vivió
preguntaba por teléfono. hizo de Pavelitch el dictador d e sw
A gu n os años clandestinam ente, ?ios-
No obstante, se ha sabido de buena poís. Su program a consistía en eli­ ía 19ía que reapareció en la A rgenti­
minar a los servios en provech o de
fu en te que el su jeto en cuestión ha- na protegido por Perón, gracias A
los c ro A a s católicos. E n c u A r o años
^ m uerto t í día 28 a las i de la ituA publicó en B uenos A ires un pe­
hizo exterm inar m ás de 500.000 ser­
’ hadrugada de un ataqu e cardíaco. vios, 46.000 judíos, 25.000 gitanos e riódico. Cuando e l au evo régim en de
¿Quién era este crím inA ? incluso de millares de c ro A a s orto­ la A rg eA in a lo e x p A s ó en 1957, fué
Udfaía fundado antiguam ente ta d oxos ( 1 ). a España y entró en un con v en to de
'B stacha-, organización terrorista franciscanos.
. ¡Q u é lleva usted en esa cesta.
Tic se op m ia d esde 1939 a la crea- B asta aqui la noticia sobre un cri-
de la nación yugoeslova. Hiusso- m in A , que r elA a «La D épóche.
(I) Desde luego, no Uega A m ülón
tarti le ayudó en su tarea desde el En cu a M o A otro ..., seg ú n nAtcias
y medio com o en España. - N.D.L.R.
confirmadas, todavía vive.

Ayuntamiento de Madrid
2922 CENIT

M I C R O C U L T U R A

142 , O tro relato cu rioso de la B iblia: El sitio de Je- 162. — Terranova está aum entando 0 u so de su p ro­
rícó tardó sets «Has. «Ai séptim o sus sacerdotes hicieron pia proáuccíón de madera. A ctualm ente fu ncionan en
sonar las trorapeío* y las murallas se d esfiom aron». Pue­ aquel rem oto pais unos 700 aserraderos.
de leerse la B iblia c om o libro escrito p or una colectivi­ 173. — E u n steo, rey de Micenas, im puso o Hércules
dad de dem entes. los d oce trabajos para deshacerse de éi (ifitaloffía).
143, — El 10 flc mayo de I9i0, m uchos alemanes gue 164. — Aiiora s e puede explicar ia presencia d e huevos
ahora son -repttóiieoTWS» en sit tierra, in va ^ eron al de otras aves e n los nidos d e las gaviotas de C alifornia:
m ando del tirano H itler los paises de Holanda, Bélgica y estas mismas aves suelen robar h uevos y Uevaslos a sus
Luxem burgo. propio nidos, usándrAos o veces pora álim entar a sus
144, Ram ón M esonero Rom anos, escribió « ¿ o s m e­ pollitos.
morias de un setentón». 165. — En tiem pos normales, Europa suele sembrar
145 , — Si se colocaran los cam inos carreteros de Es­ cerca de la mitad del área mundial de patatas.
tados Unidos en linea recta, circundarían la tierra mds Ui6. — Nace en 1578 ei áescubridor de la circulación de
d e 122 feces. la sangre, W . Harvey, ilustre m édico inglés fallecido en
146, — En 1082 m u ñ ó en Sevüla Bartolom é Esteban 1658.
Aíurüio, gran pintor espoñoi. 167. — En 1801 aparece ••El T 0 é g r a fo M ercantil-, pri­
147, Los astrónom os hallan dtlicuUad en calcular les mer peruiaico argentino.
m ovim ientos de la luna, porque ésta se encu en tra muy 168. — Suiza, con sus montañas siem pre cubiertas de
cerca de la Tierra. nieve, ha venido dependiendo casi totalm en te de la im­
148, ft_ Irlanda ten ia en 1850 eí doWe de l o población portación áe carbón y cóke.
qu e tien e ahora. 169. — Checos s e llaman los esioww de Bohenüa, Sile­
140. _ En Hatvaií hay más áe cincuenta variedades de sia y Moravta.
plátanos. 170. — La mayoría de los terremotos es ínofenriva por­
150. - Madrid fu é ia ciudad espolióla que se hizo fa­ qu e ocu rre en 0 ¡ando U0 mar. Sin em bargo, algunos
mosa p or eí osedto de los «nacionalistas» españoles du­ levantan tal oieo/e que llegan a las cosías y causan
rante la guerra ctuií de 193G a 1939. enorm es daños.
1 5 1 n a ce en 1783 en Nueva Y ork el historiador
171. — Los expertos dan 0 nom bre de •■asiento de la
W ashington Irving, a u tor de una -Historia de Cristóbal
m uerte» al asiento al lado del cond uctor d tí automóvil.
C olon’ . Falleció en 1859.
172. — Galgas, se llaman las cintas que s u jñ a n algu­
152. —ATumoíes y vegetaciones g u e vivían h ace millo­
nos zapatos a las piernas.
nes de años son encontrados frecuen tem ente bien con .
173. — En 0 escolasticism o medieval dom inaban los
servados dentro de piezas de ámbar.
pn ncípios de Aristóteles.
153. — La -piTidsna- e s una base orgánica que se e x ­
171. — Flanear quiere decir callejear, pasearse s t » des­
trae de los huesos calcinados y se usa en medicina.
tino fijo.
154. — ¿ o ••Historia de los orígenes d A cnstianism o»
I7.'i. — ¿as ciudades principales d e Asturias son Oviedo
fu é escrita por Ernesto Renán, filólogo e h ísta ia d or
y Otjón.
francés (1823-1892).
176. — En IS98 ios norteam ericanos invadieron F u eito
155. ■— Lo China está bañada p or los siguientes ma­
Rico. H oy tai pais es un -Estado asociado» de la Unión.
r es : mar Amarillo, m or Oríeníaí y m ar de la China.
El único donde se habla tdsomo español.
15e. - Se puede reducir e n un 15 por KX) 0 costo a e la
cale/acaón hogareña, rodeando la casa de árboles, gue 177. ~ Los sismólogos dicen q u e la tierra se sacude
actúan com o paravíentos. unas 85 ueces p or dia. En su mayoría, eA os sacudim ien­
157. — Nace en 1784 Rafael de Riego, u n general espa­ to s son pequeños, pero ta n to para qué n o los regis­
ñol gue hizo fusilar F em an do V il. G ran espafiolí0a, tr e la sensibilidad de los stsmúgrafos.
TTiotiwj que H uerta le com pusiera un him no q u e llev o su 178. — En Etiopia se hicieron ■•íglehas» talladas en
nom bre y que, andando ei tiempo, pasó a ser 0 himno bloques de roca.
nacional d e la República española. 179. — M arcelino M enéndez y Pelayo escribió lo difun­
158. M uere en Viena en )8S7, Juan BraJims, com po­ dida an tA ogia de poetas líricos españoles. En i9U cons­
sitor alem án nacido en H amburgo e n is s s ; UUento ori­ taba d e trece tomos.
ginal y profundo. iMi. — El único que reconoció a Ulíses en su regreso
159 . Los rayos Oeacargan su fu erza 0 é c tn c a con pre­ fu é su perro Argos (Mitología).
ferencia sobre Los árboles aislados, en tierras alta*, pro- IKI. — Los norteam ericanos se em peñaron, p ero fro-
funShm ente arraigados en suelo húm eáo. casaron, en aorle el nom bre de «Aspitoali» a la mudad
160. — D e «La Dama d e los Cam Aias», de Alejandro panam eña de Cotón.
Dumaa, sacó V erdi su libreto para la ópera ••La Tra- 182. — El M useo M 0rop oiita n o de A rte i e N ueva Ycrtt
vuUa». a b n ó su s puertas al público en 1872.
161. — La céleb re s M r a «Los eru d itoí a la v íoieío. /ué 183. — Dído, beiieza de la antigüedad, prefirió dorio
escrita p o r José Cadalso (1741-1782). la muer-te an tes de ser inti 0 a su amado fenecido.

Imp, des G ondoles, 4 et 6, m e Chevreul, Choisy-le-Roi (Seine).—Le G érant E. GuUlemau. Touiouse (Hte. One.)

Ayuntamiento de Madrid
PROSA DE AYER Y DE HOY

Gobiernos y gobernantes
A c a u s a , y a a n t ig u a , d e n u e s tr o s m a le s , es la fa l t a d e c a ­
b e z a a lli dVtnde d e b e d e e s t a r la c a b e z a . |Con la m e jo ri
c o m p a ñ ía d e c ó m ic o s se r e p r e s e n t a m u y m a l u n a c o m e ­
d ia s i n o se d is tr ib u y e n b ien lo s p a p e le s . U n t ip o d e los
51 m á s p e r n ic io s o s q u e p u e d a n e x is t ir en u n a s o c ie d a d "s
el (lel h o m b r e d e c o n o c im ie n t o s g e n e r a le s » , e u fe m is m o c o n q u e se
e n c u b r e n la o s a d ía y la ig n o r a n c ia , y a e ste t ip o e stá n c o n fia d o s
e n E s p a ñ a to d o s lo s n e g o c io s p ú b lic o s . U n b u e n m é d ic o , u n e x c e ­
le n te f a r m a c é u t ic o , u n n o t a b le m a t e m á t ic o , h a s t a u n a b t^ a d o
q u e e s tu d ie a c o n c ie n c ia la s le y e s , e s tá n in c a p a c it a d o s d e h e c h o :
íion e s p e c ia lis ta s , h o m b r e s té c n ic o s , q u e n o p u e d e n « a b r a z a r en
s u t o t a lid a d lo s a r d u o s y c o m p le jo s p r o b le m a s d e la p o lit ic a y de
la a d m in is t r a c ió n » . P a r a a b r a z a r lo s se n e c e s it a te n e r u n a c u lt u ­
ra m á s g e n e r a l. Y a fa l t a d e h o m b r e s q u e p o s e a n r e a lm e n t e esta
c u lt u r a — vijntatVós s o n e n E s p a ñ a lo s g o b e r n a n t e s q u e l a p o -
8®®** — • v ie n e n a o c u p a r el h u e c o lo s q u e tie n e n tr a z a d e lis to s ,
y p a r e c e n c a p a c e s d e d o m in a r t o d a c la s e d e c u e s tio n e s , a u n q u ’
p e r el m o m e n t o la s d e s c o n o z c a n .
E ste t ip o l o e n c u e n t r o y o p o r p r im e r a v e z e n n u e s t r o p e r io ­
d o d e d e c a d e n c ia , e n la s p o s tr im e r ía s d e la c a s a d e A u s t r ia . Un
h is t o r ia d o r q u e n o s h a ju z g a d o c o n ju s t ic ia se v e r a e im p a r c ia l,
lo r d M a u c a u la y . l o r e t r a t a c o n e x a c t it u d : ig n o r a n t e y v a n o , in ­
d o le n te y o r g u llo s o , v ie n d o h u n d ir s e s u n a c ió n y c r e y e n d o d e t e ­
n e r el d e r r u m b a m ie n t o c o n u n a m ir a d a d e s p r e c ia t iv a y a lta n e r a .
N u e s tr a d e c a d e n c ia e r a ir r e m e d ia b le , p o r q u e h a b ía m o s a b a r c a d o
m iu eh o m á s d e l o q u e n u e s tr a s fu e r z a s n o s p e r m it ía n : p e r o d o
h u b ie r a s id o ta n c o m p le t a , s i e n v e z d e h o m b r e s d e c o r a t iv o s h u ­
b ié r a m o s p u e s t o a l fr e n t e d e lo s n e g o c io s h o m b r e s d e v a lo r r e a l,
q u e . a n o d u d a r lo , lo s te n ía m o s . C o n n u e s t r o to r p e s iste m a c o n ­
s e g u im o s , es v e r d a d , q u e p a s a r a a la h is t o r ia la a lt a n e r ía c a s t e ­
lla n a . d e q u e ta n t o se h a a b u s a d o d e s p u é s ; p e r o esa a lt a n e r ía era
y a la c o n t r a h e c h a , s in ó n im a d e h in c h a z ó n , n o l a le g itim a , l a a l­
t iv e z n o b le , b r a v a y a u d a z d e lo s c o n q u is t a d o r e s .
Y p a r e c e q u e e s ta m o s c o n d e n a d o s a p a d e c e r e te r n a m e n te b a ­
j o e l p o d e r d e lo s h o m b r e s d e c o r a t iv o s ; e r a n a t u r a l q u e a l q u e ­
d a r n o s a r r u in a d o s d e s a p a r e c ie r a la e s p e c ie ; p e r o , s e g ú n h e m o s
v is t o , n o h a h e c h o m á s q u e t r a n s fo r m a r s e : a h o r a e s e l q u e , n o
p u d ie n d o p a s a r d e a p r e n d iz e n n in g ú n o f i c i o , se d e c la r a m a e s t r o
e n e l a r te d e g o b e r n a r ; es e l q u e . d e m a s ia d o ig n o r a n t e p a r a d e s ­
e m p e ñ a r c a r g o s p e q u e ñ o s , « e s t á in d ic a d o p o r la o p in ió n » p a r a los
a lt o s c a r g o s ; es el f u n c io n a r lo q u e , c o n la fr e n t e p r e ñ a d a d e c o n ­
c e p t o s b r illa n te s , se e n c ie r r a en su g a b in e t e p a r a r e s o lv e r lo s « a r ­
d u o s p r o b le m a s » y si le v e m o s p o r e i o jo d e la c e r r a d u r a , e stá e n ­
t r e te n id o e n h a c e r p a ja r it a s d e p a p e l.
(« I d e a r iu m e s p a ñ o l» )

A N G E L G A N IV E T

Ayuntamiento de Madrid
S e rvic io de Librería de la C . N. T. de España en el Exilio

N o vaciles en hacer uso de la ayuda que ie brind a ese gran am igo


d el hom bre: el lib ro . Es él g ua rd a d o r celoso de las ideas q ue nos
legaron nuestros padres. El lib ro generosam ente d is trib u y e ese
pre cia d o tesoro lla m a d o C U L T U R A .

IN V IT A C IO N A LA LECTURA
OBRAS QUE PODEMOS SERVIR DE INMEDIATO

C O L E C C IO N «cR A D A R ji «La madurez del am or»: Edward CARPENTEB, 450 fr.


■■Física del A m o r » ; Remy de GOURMONT, 500 fr.
"O ngen del socialism o m od ern o»: H oracio E. ROQUE, ■■La selección sexual en el h om b re»; HAVELOCK ELLIS.
150 Irancos. 530 Irancos.
"B logralia S a cra »: Luis FRANCO, SOO fr. ■Control de la concepción»: Alejandro LENARD, 450
"Capitalismo, D em ocracia y Socialismo lib ertarlo»: francos,
A. SOUCHY. 130 Ii, "M anual dei m atrim onio»; H. y A. Stone, 500 fr.
"A lejandro Korn, filósofo de la lib ertad»: F. ROMERO. ■■EU alma y el am or»: M agnus HIRSCHFELD,. 96U ír.
150 francos, ■■Psicoanálisis de la fam ilia»: J. C. FLUGEL. 960 fr.
"Arte, poesia, an arqu ism o»: Herbert READ, 150 Ir. ■•Tipos psicológicos»; C. G. Jung, 630 fr.
■Ni victimas ni verdugos»; Alber CAMUS, lUü ír. "El psicoanálisis de h o y '.: Varios autores. 1.200 ír.
"Reivindicación de la lib ertad»: G. ERNESTAN, 150 Ir. ■Matrimonio de com pañía»: Ben B. LINDSEY, 330 ír.
"Historia del amor'>: Marguerite CREPON, 300 fr,
COLECCION .(CENIT.. "Sexo y plenitud h u m a n a »; Juan C. PELLERANO,
..Idearlo»: Ricardo MELLA, 250 fr. 2uu francos.
•El fascisiEO en la ideología del siglo XX.>; Carlos "Ensayos sobre la vida sexu al»: Dr. Gregorio MARA-
M. RAMA, 130 Ir, NON, 60U francos,
■Frente al p ú blico»: Sebastián FAURE, 130 fr. "El n iño delincuente sexual y su evolución ulterior».
■Antología L ibertaría»: Textos de Eliseo RECLUS, Ml- Lewís J, DOSHAY. 4u(i ír.
¡rnel BAKUNIN, Pedro KROPOTKINE, Cristina CORNE- ■■EU arte de elegir m u je r » : SAR PELADAN. 350 ír.
LISSEN, Carlos CAFIERO, 130 ír. "L a inversión sexu al»; Havelock ELLIS, 200 fr.
•"La G recia Libertaría»; Han RYNER, 60 ír. BIBLIOTEC.A DE ((SUPERACION PERSONAL»
■Biogralia de B ak un ln »; James GUILLAUME, 60 fr. "EU sentido co m ú n »: Y oritom o TASHI, 450 fr.
"Critica anarquista de la sociedad a ctu a l»; Profesor «Los objetivos, los obstáculos y los m edios»: J SALAS
m C I C A , 50 Ir, SUBIRATS, 450 fr.
■■EU arte de p en sa r»; Efrnest DIMMET, 450 fr.
3IBLIOTECA DE CULTURA SOCIAL
"La educación de sí m is m o .; Dr. Paul DUBOIS, 450 ír.
Horas de lu ch a »: M, G. PRADA, 550 ír. ■■Método práctico de autosugestión y sugestión..; Paul
-Teatro argentino de Albsrto G hiraldo» <2 tom cel. C. JAGOT, 450 fr-
I.ii5tj francos, ■iia hom bre que hace fo r tu n a »; Sllvaln ROUDES, 450
- El sistema coop era tiv o»; James PETER WARBASSE, francos.
bou francos. ■■La lu ch a por el éx ito»: J. SALAS SUBIRATS, tóO fr.
■■De la crisis económ ica a la guerra m undiaP.; Henry ■■EU secreto de la con cen tra ción »: H. SALAS SÜBI-
CLAUDE, 500 francos. RATS, 450 francos.
-■Incitación al socialism o» Gustav LANDAÜER, 600 fr. "Cartas a su h ijo » : Conde de Chesteríield, 450 fr.
■Génesis, esencia y fundam entos del socialism o»: Emi­ ■La alegría de v iv ir » : O. Swet MARDEU, 450 fr.
lio FRU GONI i2 tom os), 1.300 ír. . EU hom bre y el m u n do..: R alph WALDO EMERSON,
■Civilización del trabajo y de la libertad»: Curio CHA- 450 francos.
RAVIOLIO, 630 ír.
■Obras com pletas de Rafael Barret- (3 tomos), 2.200 fr. COLECCION (.VIDA Y PENSAMIENTO..
■•Historia del Prim ero de M ay o»: M aurlce DOMMAN- "Luis Vives., por A. LANGE, 400 francos.
GBT. 1.200 fr. "Voltaire», por Arturo LABRIOLA, 420 fr.
■Democracia cooperativa»; James PETER WARBASSE, ■■Tácito., por G astón BOISSER, 420 fr.
l.ítOu francos. "B acon., p or Charles de REMÜSAT, 4M fr.
-El H um anitarism o»; Eugen RELGIS, 900 ír, "Proudhon.. (su vida y correspondencia), por C. A.
-Carteles»; R odolfo GONZALEZ PACHECO (2 tomos), SAINTE-BEUVE, 420 Ir.
1 360 francos. "Condorcet», por Juan F. ROBINET, 625 ír.
■P sicolop a h u m a n a »: Joao de SOUZA FERRAZ, 750 fr. ■■Malatesta» (su vida y su obra), por Luis p a BB R I.
■Limites y contenido de la m etafísica»; Pedro SAN- (ioti trancos.
DENEGUIER. T5u ír. ..Schopenhauer», p or Th, RIBOT, 420 fr.
•La Conquista de! Pan- : Pedro KROPOTKIN, 350 fr, .'Oscar Wllde'., por Thom as H. BELL. 600 fr.
■Descartes», p or Alfredo Pculllée, 4tiO ír,
BIBf-IOTECA DE CULTUR.A SEXU.AL •Stuart Mili», por H. TAINE, 6UU fr.
-El sexo en la clvllirACión-.: Varios autores, Introduc­ ■Frobel», por O. PRUFER, 42fi ír.
ción de H averlock Ellis {3 lom os). 1.-425 fr. ■W alt W hitm an», por Luis FR A N C », 2S0 fr.
La cuestión sex u al»: Augusto FOREL (3 tomos). "Madame Stael... por A lben SOREL, 420 fr.
I 3-'M. trancos. 'J.-J, Rousseau», p o r ESnlle FAGUET, 600 fr.

15 p o r c ie n t o d e d e s c u e n t o a la s F e d e r a c io n e s L o c a le s . G a s to s a c a r g o d e l c o m p r a d o r .

Para p e d id o s d irig irs e a F, M o n h e n y — S ervicio de L ib re ría del


M o vim ie n to . — 4 . rue de B e lfo r t- T O U L O U S E (H a u te -G a ro n n e )
G IR O S : C .C .P . 1 1 9 7 -2 1 « C N T » (H e b d o m a d a ire Espagnol) Toulouse ( H .- G .)

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