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Sábado 20-10-2018 Jehová es mi Pastor

INTRODUCCIÓN
En el campo de futbol no somos participantes pero no es así en la iglesia de Cristo.

RECONOZCAMOS QUE ADORAR ES ALGO INTENSAMENTE PRÁCTICO

LA MANERA DE CÓMO GLORIFICAR A DIOS


Glorificamos a Dios cuando:
I. Confesamos nuestro pecado (1ª Juan 1:9)

a. Si confesamos nuestros pecados, Dios que es fiel y justo, nos los perdonará y nos
limpiará de toda maldad. Confesar: “expresar completo acuerdo”. La confesión es
estar completamente de acuerdo con Dios sobre la responsabilidad del pecado y lo
horrible que es.

b. De hecho, la confesión tiene doble propósito: ser un acto de adoración y preparar al


pecador arrepentido para adorar. Hebreos 9:14 ¡para que sirváis al Dios vivo! La
palabra griega para servir en este versículo es latreuo, que significa “adoración”.
c. Por otro lado, excusar el pecado es “impugnar” a Dios. Rehusarse a reconocer la
responsabilidad personal por el pecado es culpar a Dios. Eso hizo Adán, génesis
3:12, como que estaba culpando a la mujer, pero una mira minuciosa muestra que
realmente a Dios, quien lo hizo a él y le dio a la mujer y, por lo tanto, era el
responsable principal de la situación en la que Adán se encontraba.

¿Quién es capaz de decir que es culpable de tal acto? Todos nos hemos corrompido. Ni aún
se arrepentirán por las plagas que se desatarán en la tierra durante la tribulación; sino
maldijeron. Apocalipsis 16:8-9.

II. Producimos Fruto


a. Los creyentes fructíferos glorifican a Dios. En Juan 15:8 Jesús dijo: en esto es
glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Tener
fruto espiritual es una parte esencial de la adoración verdadera.

b. Filipenses 1:10-11 confirma que el fruto espiritual glorifica a Dios: Para que
aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,
llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza
de Dios.
c. Colosenses 1:10 dice: para que andéis como es digno del Señor agradándole en
todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios. El
que damos para su gloria es el fruto de las buenas obras. Efesios 5:9 dice (porque el
fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad).
d. Gálatas 5:22-23 lo amplía, demostrando que el fruto se puede manifestar por medio
de actitudes y, también de acciones: mas el fruto del espíritu es… Podríamos
decir que el fruto es cualquier acción en nuestras vidas que refleje el carácter de
Dios.
Sábado 20-10-2018 Jehová es mi Pastor

Así como un fruto en un árbol es una reproducción genética de las características del árbol
de origen; así el fruto espiritual es la reproducción de las características de Jesucristo, quien
dijo: Yo soy la vid verdadera (Juan 15:1).

III. Alabamos con nuestras Bocas


a. También glorificamos a Dios mientras lo alabamos con nuestras bocas. En el salmo
50:23, Dios dice: El que sacrifica alabanza me honrará. Alabar es simplemente
exaltar a Dios cuando hablamos de sus atributos, sus Obras y le agradecemos por lo
que es y por lo que ha hecho.
b. La mejor manera de aprender a confiar en Dios en el pasado es estudiando sus obras
en el pasado, sus Obras asombrosas son recuerdos continuos de que ha sido
siempre fiel.
c. En el día de pentecostés, cuando los creyentes fueron llenos del Espíritu Santo, y
hablaron en lenguas el mensaje que proclamaban era acerca de las maravillas de
Dios.
d. Lucas 17:11-19 cuenta la historia de un grupo de leprosos. Fue una situación triste
e increíble: de diez leprosos salvos de una vida de enfermedad y vergüenza, sólo
uno pensó en glorificar a Dios al alabarlo por su obra de gracia maravillosa.
e. El punto es que Dios sea glorificado, es el elemento más determinante de la
adoración

CONCLUSIÓN

Muchos de nosotros cuando somos sanados o librados de un peligro o en una situación


difícil o enfermedad, ni damos gracias ni glorificamos a Dios por sus maravillas. ¿Estás
glorificando a Dios en tu vida?

APLICACIÓN

1. Acércate más a Dios y glorifica a Él.


2. Glorifica a Dios por sus maravillas.

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