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LA ESFINGE
DURA DECISION
DIVERSIDAD DE LEYENDAS
Sísifo tenía por vecino a un personaje que se las daba de listo y que
valoraba el hurto y el ingenio sobre cualesquiera otras cualidades. En
cierta ocasión robó varios animales de la cabaña del fundador de
Corinto y, así, demostró quién de los dos era más pícaro. Pasó un
tiempo prudencial y, Autólico -que así se llamaba el vecino de Sísifo-
, quiso repetir su hazaña, y otra vez volvió a llevarse parte del
rebaño de Sísifo. Más, en esta ocasión, el astuto Sísifo había marcado
todas las pezuñas de sus animales con la singular leyenda "me ha
robado Autólico". Y, de este modo, demostró a su vecino que las reses
que le reclamaba eran suyas. Admirado Autólico de la artimaña
utilizada por Sísifo no tuvo inconveniente en ofrecerle un especial
presente. Se trataba de su propia hija que, por entonces, se hallaba
comprometida con Laertes. Pero Autólico obraba así en su propio
interés, pues se proponía tener un nieto perspicaz y espabilado como
su vecino Sísifo. Existen otras versiones de los hechos narrados,
según las cuales, un día antes de desposarse con Laertes, Sísifo
sedujo a la futura esposa de aquél, para lo que contó con la
complicidad del padre de la novia, es decir del interesado Autólico.
La leyenda cuenta que el fruto de tan irregular unión fue el héroe
Odiseo.
Otras versiones explican que este castigo tan ejemplar fue ideado por
Zeus. El poderoso rey del Olimpo, en cuanto se enteró de que Sísifo le
había denunciado ante el dios-río Asopo como el raptor de su hija -la
bella ninfa Egina-, condenó a Sísifo a cargar la pesada piedra, y a
subirla pendiente arriba, de manera intermitente. En todo caso, se
dice que Zeus había enviado a Sísifo ante Tánato -hijo de la Noche y
mensajero, si no personificación, de la Muerte- para rendir cuentas de
sus actos. Pero el osado fundador de la rica ciudad de Corinto
encadeno a la misma Muerte y tuvo que acudir el propio Zeus a
liberarla. Durante el tiempo que permaneció maniatado Tánato por
Sísifo, a ninguna criatura le sobrevino la Muerte; semejante hazaña
nunca fue igualada por persona alguna. Y, al menos en una ocasión,
puede decirse que el ingenio y el atrevimiento de Sísifo redundó en
bien de la humanidad ya que, anulada la Muerte, se prolongó la vida.
BELEROFONTE