Tomado de Nuestra Guerra Ajena

Yenifer Andrea Delgado Mendoza

En el 2006, fue el año en el cual, Estados Unidos y el expresidente Álvaro Uribe Vélez,
habían prometido dar resultados sobre la guerra contra las guerrillas comunistas las FARC.
Pero resulta que en los dos años anteriores a este no se había visto ninguna caída de algún
grupo terrorista, a pesar de que en tres años, el ejército Colombiano había aumentado en una
tercera parte. Esto traía graves consecuencias para el país, debido a la obsesión del gobierno
por acabar con la guerrilla y de los Estados Unidos por tomar posesión definitiva de la entrada
a Suramérica; una de estas consecuencias fue que se cerraron importantes hospitales, se
clausuraron escuelas y vendieron las empresas más rentables del Estado.
Los grupos militares crecían cada vez más, se crearon diferentes grupos, uno de ellos era
llamado “los soldados de mi pueblo”, así como también se creó la Fundación Ideas para la
paz. Pero a pesar de todo esto, la verdad era que el gobierno perdía cada vez más, ante esto Commented [U1]:
el Presidente y las fuerzas militares, mostraban otra cara de la moneda; pues ellos empezaron
a medir la guerra por el número de muertos que decían que mataban, los cuales presentaban
ante el país como terroristas muertos en combate.
El autor nos cuenta como en este periodo de tiempo no se encontraba ni una sola victoria de
las que se habían pronosticado con el nacimiento del plan patriota en Washington, así que él
tomo nota sobre las múltiples muertes que se estaban presentando en el país y que afectaban
a todos los ciudadanos. Estas notas muestran los hechos que ocurrían en los combates de la
guerrilla contra el ejército, los cuales se presentaron en municipios de departamentos como
Nariño, Meta, Putumayo, Valle y Tolima. En los ataques que hacían estos grupos terroristas,
utilizaban ametralladoras, minas explosivas, cilindros bomba; así como también utilizaban
torturas agresiones físicas y abusos sexuales.
Para disfrazar la derrota que se estaba presentando, el ejército manejado por el gobierno,
hicieron pública la costumbre de secuestrar inocentes, disfrazarlos de guerrilleros,
asesinarlos, y presentarlos al país a través de la prensa como terroristas caídos en Combate,
bautizados más tarde estos crímenes como “falsos positivos”. Este fenómeno se presentó
desde el siglo XXI, para darle al país una satisfacción de victoria contra los terroristas, pero
también traía recompensa para los militares, ya que ellos se embolsaban miles de millones
de pesos por cometer estos crímenes.
Los crímenes de los falsos positivos cometidos por el ejército, empezaron a salir a flote en el
año 2008, a raíz de lo cual, fue retirado el general Mario Montoya, del cargo que ocupa como
Comandante del Ejército.