Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Parece que el tiempo de las más importantes seguridades ha pasado, el Dios todo
poderoso del dogma está en juicio y parece que no le ha ido muy bien, las declaraciones
que sustentaban la fe de muchos, parece tambalear, pero ¿A qué se debe el detrimento del
dogma?
Para iniciar, se debe esclarecer lo que se comprende por dogma. Con este fin, resultan
iluminadoras las palabras de W. Kasper (1968), que al defender el dogma, explica que éste,
es un esencialmente: “un recuerdo (anamnesis) de una revelación transmitida de una vez y
para siempre” (p. 28), es decir; una memoria de la revelación que se ha tenido de parte de la
divinidad y que se promulga con el fin de ser creída. Esta a su vez, se condensa en una
tradición y se muestra como la norma; una revelación que se presenta con autoridad divina
y que por ello, se aleja de todo posible cuestionamiento.
Ahora bien, después del giro antropológico que se efectuó primeramente en Europa.
Plantear la sujeción a la autoridad de la tradición o de algo que dudosamente ha sido dado
por Dios, era muy difícil. Diversos sectores se opusieron a la imposición de la verdad de los
dogmas y se atrevieron a explorar las “herejías”, entre ellas: se permitió la relativización de
los contenidos del texto bíblico, y con ello, la constante duda acerca la historicidad las
narraciones, desdibujando aquello que los hacía creíbles frente a las mitologías conocidas;
se cuestionaron seriamente los artículos de fe promulgados por la iglesia: cuales eran las
intenciones y a servicio de quién se declaraban; el preguntarse cobijó a Dios y los atributos
que de él se conocían. El ser humano juzgó al Dios conocido y le declaró inerte e
innecesario.
Como se ha visto, en la actualidad, no sólo se pone en tela de juicio la autoridad de los
predicados dogmáticos, sino al Dios que predican, juzgan la veracidad de lo predicado, y
por ello se puede decir al tenor de diversos teólogos: el ateísmo moderno surge en la
dogmática eclesial; en medio de sus más militantes seguidores.
Por otro lado, los estudios recientes sobre la dominación y la colonización, han buscado
en los artículos de fe de las religiones expresiones de algún poder enajenador sobre el ser
humano. Y lo han encontrado, al respecto de lo anterior, dice S. Zizek (2013):
La religión posee en los seres humanos este poder, porque representa la verdad revelada
por Dios (de lo cual ya se habló). Para G. Vattimo (2010), declararse poseedor de la verdad,
es en suma peligroso. Porque deja sólo en las manos de los expertos el “poder decidir cuál
es el verdadero bien de los ciudadanos, incluso contra su opinión y sus preferencias” (p. 29)
Por lo tanto, el Dios todopoderoso del dogma, parece sufrir de una herida mortal: no ha
dado respuesta al dolor y la maldad, y parece ser más sádico que amoroso. Por su parte, el
dogma ha sido relativizado, la tradición ya no es un argumento que lo pueda sostener, es
más, el dogma sirvió a los intereses de los poderosos, es por eso que se duda de su
autoridad, en pocas palabras su veracidad ya no puede ser demostrada. Además la
pretensión de poseer la verdad se enfrenta con otras declaraciones semejantes, sin poder
salir victoriosa de las comparaciones.
Por las razones antes expuestas, la dogmática, y el Dios que ella refleja, deben ser
superados. Debe precisarse una nueva forma de interpretar la fe y al Dios de esta, en una
propuesta que trascienda la dogmática, que “libere” a Dios de las concepciones
sistematizadas; que le dé a Dios su lugar y Dios pueda ser Dios, para esto se postulan dos
horizontes que pretenden superar la dogmática y postular a Dios para esta sociedad
contemporánea.