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L IBRO B LANCO DE LA

U NIVERSIDAD D IGITAL
Investigación y la Tercera Misión de la Universidad

Tradicionalmente, las universidades, salvo algunas excepciones, han


estado polarizadas en la enseñanza y en la creación y desarrollo de
conocimiento básico, utilizado por las economías nacional e internacional,
pero con proyección limitada en los ámbitos local y regional. Pero la
universidad moderna, la universidad dela Sociedad del Conocimiento, la
universidad motor del desarrollo económico y social, debe ser globalmente
competitiva y localmente comprometida.

Chavez Zapata Deybee


Lavado Chinchihuara Roberto
Munoz Aleman Jonathan
Quispe Laveriano Luis
Ramos Ramirez Yaser
Salirrosas Moreno Patricia

25/10/2010
25-10-2010

Contenido
INVESTIGACION ........................................................................................................................ 2
1. Reflexiones sobre el sistema de I+D+i. Escenario y marco estratégico ........................ 2
2. Expectativas de Mejora por la Repercusión Favorable de las TIC ............................... 6
3. Análisis desde la Perspectiva de las Diferentes Áreas de Conocimiento ..................... 8
3.1. Ciencias experimentales e ingeniería ..................................................................... 9
3.2. Humanidades ......................................................................................................... 13
3.3. Ciencias sociales ..................................................................................................... 19
4. Conclusiones Generales ................................................................................................. 23
5. Buenas Prácticas ............................................................................................................ 25
LA TERCERA MISION DE LA UNIVERSIDAD .................................................................... 28
1. Resumen ......................................................................................................................... 28
2. Marco Estratégico .......................................................................................................... 29
2.1. La economía basada en el conocimiento y el aprendizaje................................... 29
2.2. Las universidades en la economía del conocimiento global. Compromiso con el
desarrollo regional .............................................................................................................. 30
2.3. Condiciones para que la universidad sea globalmente competitiva y localmente
comprometida...................................................................................................................... 31
2.4. La tercera misión de la universidad, una visión renovada de la educación
superior y de la propia universidad ................................................................................... 31
3. Repercusiones funcionales ............................................................................................. 33
3.1. Extensión de las actividades docentes .................................................................. 34
3.2. Extensión de las actividades investigadoras ........................................................ 35
3.3. Extensión cultural, social e institucional ............................................................. 37
4. Implicaciones tecnológicas ............................................................................................. 39
4.1. Implicaciones en actividades de extensión docente ............................................. 40
4.2. Implicaciones en actividades de extensión investigadora ................................... 42
4.3. Implicaciones en actividades de extensión cultural, social e institucional ........ 43
5. Buenas Prácticas ............................................................................................................ 45
5.1. Buenas prácticas en actividades de extensión docente ....................................... 45
5.2. Buenas prácticas en actividades de extensión de la investigación ..................... 47
5.3. Buenas prácticas en actividades de extensión cultural, social e institucional .. 48
6. Agradecimientos ............................................................................................................. 51

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25-10-2010

LIBRO BLANCO DE LA UNIVERSIDAD


DIGITAL
Investigación y la Tercera Misión de la Universidad

INVESTIGACION
1. Reflexiones sobre el sistema de I+D+i. Escenario y marco
estratégico
Al analizar los informes más relevantes sobre la Investigación en España (informe
sobre «La contribución de las universidades al desarrollo», elaborado por la Fundación
Conocimiento y Desarrollo el informe «Tecnología e Innovación en España, 2007»,
elaborado por la Fundación COTEC y, finalmente, el informe de «Indicadores del
Sistema Español de Ciencia y Tecnología 2006», elaborado por SISE, FECYT), se
ponen de relieve algunos puntos débiles en nuestro sistema de I+D. Algunos de ellos
tienen que ver con inversiones (que pueden aumentarse si existe voluntad política),
pero otros están vinculados a aspectos estructurales que nos aquejan como país.

En primer lugar está el gasto en I+D+i en relación con el PIB. Aunque ese gasto
porcentual ha ido creciendo paulatinamente en los últimos años todavía se sitúa lejos
de las cifras manejadas en países como Alemania, Francia, Reino Unido, y bastante
más de las de EE.UU o Japón (figura 1). Si consideramos, además, que nuestro PIB es
inferior, las inversiones en I+D cada vez nos sitúan más lejos de estos países , pese al
esfuerzo del programa Ingenio 201020 (este programa pretende involucrar al Estado, la
empresa, la Universidad y otros organismos públicos de investigación en un esfuerzo
decidido por alcanzar en I+D+i el nivel que nos corresponde por nuestro peso económico
y político en Europa y vinculado a la reactivación del compromiso de la Unión Europea
con la Estrategia de Lisboa, que define una serie de medidas para fomentar el
crecimiento y el empleo; la Unión Europea se ha marcado el año 2010 como plazo para
acercar al 3% del PIB la inversión en investigación y desarrollo).

La segunda debilidad, si cabe más importante, es que el esfuerzo de la contribución


empresarial a esta inversión en investigación e innovación, en España, es del 46 %,

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frente a valores superiores al 60% (e incluso el 70% en EE.UU. o Japón) de Francia y


Alemania. En la figura 2 se presenta la situación comparada con Francia, Alemania,
Reino Unido y Polonia de la distribución del gasto en I+D en empresas e instituciones
privadas sin fines de lucro (IPSFL), en la Administración y en el sector de la educación
superior y en la figura 3 la evolución en los últimos años en España, donde se aprecia
cómo disminuye, alejándonos de nuestros países de referencia. Sólo con que el tejido
empresarial español contribuyera con porcentajes similares a los países con los que
queremos compararnos, el esfuerzo investigador subiría por encima del 1,5%del PIB,
sin necesidad de más inversiones públicas. Lo adecuado sería mantener programas
como Ingenio 2010, pero acompañados de medidas que impulsaran a nuestras
empresas a apostar, de verdad, por la I+D+i. Si miramos la lista de las 1000 empresas
que más invierten en I+D en la Unión Europea sólo figuran 13 españolas (2 entre las
100 primeras).

Esto significa que competimos en peores condiciones en los Programas Marco de


Investigación de la UE, donde en muchos apartados son las empresas las que deben
liderar los consorcios nuestros retornos de la Unión Europea, por esta vía, casi llegaron
a equilibrarse en el IV y V Programa Marco, donde el protagonismo de las
universidades y centros de investigación era mayor; tan pronto como se cedió el peso
del protagonismo al sector empresarial (por los tipos de convocatoria) en el VI
Programa Marco, se volvió a abrir la brecha (figura 4).

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A la vista de estas cifras, cabría hacerse una pregunta: ¿acaso no se incentiva a las
empresas en España a hacer I+D+i? En el año 2005, de acuerdo con el informe COTEC,
las empresas españolas ejecutaron, 5.485 millones de euros en I+D, de los cuales, más
de un 19% lo hicieron a través de subvención con fondos públicos. El conjunto de todas
las universidades no llegó a ejecutar 3.000 millones de euros. La respuesta es que sí se
incentiva, pero posiblemente la estructura productiva de nuestra economía, orientada
hacia las empresas de escaso tamaño, junto con otras razones, provocan que sea un
dinero utilizado en muchas ocasiones en mejoras de la productividad y no en auténtica
innovación.

Otra debilidad del sistema es el número de personas dedicadas a la investigación por


cada millón de habitantes. El indicador es, una vez más, inferior al de los países más
avanzados y, asimismo, el indicador referido a las empresas se aleja de los porcentajes
de Alemania, Francia e incluso Italia.

¿Qué se hace con el dinero que se recibe para investigar? A la vista de los indicadores
de investigación, siendo el más importante el de las publicaciones científicas, podemos
decir que los investigadores españoles (mayoritariamente los de las universidades y del
CSIC), sostienen una producción científica más que aceptable (vista la situación de
financiación y personal con que se afronta), publicándose en España, en el año 2005,
casi el 3% del total de artículos científicos mundo (figura 5), cuando nuestra posición en
financiación es muy inferior. Por otro lado, y como se constata en la figura 6, el empleo
de personal en I+D aún es bajo en España, aunque esta cifra está aumentando.

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Teniendo en cuenta todo lo anterior podemos decir que todavía la sinergia entre la
Universidad y la Empresa no se produce de forma adecuada, posiblemente por alguno
de los factores siguientes:

 Las empresas recelan de que el trabajo de las universidades realmente les aporte
algo positivo (lo cual no ocurre en países como EE.UU, Alemania, Reino Unido,
Francia, Japón, etc.).
 Las empresas no suelen contratar doctores, por lo que pocos en la escala de mando
entienden que la investigación pueda contribuir a ningún beneficio tangible (y, por
tanto, también pocos dentro de las empresas saben cómo utilizar el dinero para
I+D+i).
 Muchas empresas utilizan parte del dinero que reciben (en forma de subvención o
préstamo) para realizar «ajustes tecnológicos» dentro de su sistema de producción.
 No avanzamos en indicadores de innovación (patentes, productos exportados de
alta tecnología, etc.), porque las empresas no innovan y a las universidades se nos
incentiva por publicar, no por patentar.

Si parte de este desencuentro se debe a una falta de cultura en el sector empresarial,


otra parte de la responsabilidad la tienen la propia Universidad y el CSIC:

 Las estructuras universitarias no están preparadas para responder a las


necesidades de la industria, especialmente a los plazos en los que se requiere el
cumplimiento de hitos (en parte porque los sistemas de financiación sólo cubren la
misión docente).
 Durante años, los universitarios e investigadores, especialmente de algunas
disciplinas, nunca quisieron saber nada de la industria, y ni siquiera el lenguaje
utilizado permitía la comunicación.
 También durante años, se entendió que la colaboración con la industria suponía
una especie de deslealtad, ya que cualquier investigación que se desarrollar a no
iba a permitir la libertad queda trabajar con fondos públicos.
 Los sistemas de incentivos hacen que «todos nos dediquemos a todo». En otros
países hay universidades «investigadoras» y universidades «innovadoras», y
además de estructuras tipo CSIC existen laboratorios intermedios especializados
en transferencia de tecnología. Y esto nos quita competitividad en todos los
ámbitos.

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Cabe hacerse entonces algunas preguntas: ¿estamos en la Universidad formando


profesionales que sepan pensar con una óptica de innovación?, ¿son estos profesionales
atractivos para las empresas? En otros países la «academia» y la industria se respetan
y entienden, y se produce una sinergia que redunda positivamente en el sistema de
I+D. ¿Qué nos falta en España para que eso se produzca?

Por otro lado, muchas empresas españolas ven abocadas al cierre por falta de
innovación. ¿Cuánto ha de pasar para que el sistema entienda que no innovar es morir,
frente a la obsesión del beneficio a corto plazo?, ¿se reparte bien el dinero de
investigación, en un sistema donde se entiende que todos somos iguales? En los
ámbitos de financiación de la llamada innovación (Consejerías de Industria o
Economía, Ministerio de Industria, Fomento, etc.) se destina mucho dinero a apoyar a
las empresas: ¿cómo contribuye el dinero invertido a mejorar nuestros indicadores de
innovación?

Hay algunas empresas (la mayoría grandes, y de forma muy meritoria alguna PYME)
que contratan doctores, que innovan, y que realmente invierten en I+D+i, exportan
tecnología, producen patentes. ¿Por qué se les trata desde la Administración igual que
al resto de empresas? Son urgentes medidas a corto, medio y largo plazo. Ingenio 2010
ha sido una buena medida a corto plazo, pero urge un debate para conocer a dónde
vamos a largo plazo y un gran pacto para la investigación, con acciones que permitan
que dentro de 20 años estemos más cerca de Francia, Alemania, EE. UU, Japón, etc.
Ahora pese a todos los esfuerzos, cada año nos separamos más.

Además de lo expuesto hasta ahora, deben señalarse otros dos aspectos negativos,
aunque de difícil lectura en los indicadores de I+D+i. Por un lado, la estructura de los
laboratorios y grupos de investigación en España, que hace que el rendimiento sea
más bajo que en otros países. Y por otro, la escasa contribución que hacen (salvo
excepciones puntuales) las universidades privadas a la investigación e innovación.

En el siguiente capítulo, «La tercera misión de la Universidad», se analiza más en


detalle la relación de la Universidad con el entorno social y económico.

2. Expectativas de Mejora por la Repercusión Favorable de las


TIC
Ante la perspectiva expuesta en el primer apartado del capítulo, se plantea el
interrogante que da origen a este capítulo: ¿cómo las Tecnologías de la Información y
las Comunicaciones (TIC) pueden ayudar a mejorar el sistema de I+D+i?

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La investigación científica, y su posterior conversión en innovación es una actividad


vinculada, por una parte, al esfuerzo individual de cada investigador; por otra, al
esfuerzo colectivo de grupo de investigación; en tercer lugar, a la capacidad tanto
individual como colectiva para acceder a instalaciones (y/o recursos) que permitan
el desarrollo de dicha actividad investigadora, y, por último, a la capacidad (también
individual y colectiva) de acceder, bien por vías competitivas, o bien por vías no
competitivas, a las fuentes de financiación. En el caso de que hubiera una buena
sinergia entre academia e industria, las posibilidades de mejorar en estos cuatro
ámbitos se multiplicarían.

Las TIC pueden incidir notablemente en cada uno de estos cuatro aspectos, que van a
redundar en el resultado final, desde facilitar o minimizar en algunos casos el esfuerzo
de investigadores y grupos, a mejorar el acceso a instalaciones o recursos o garantizar
la eficiencia en la captación de recursos. Y todas las herramientas que ponen a nuestra
disposición las nuevas tecnologías también pueden emplearse en mejorar la relación
academia-industria, ya que un mejor conocimiento mutuo puede ayudar a un cambio de
mentalidad.

Ahora bien, el cómo se plantea la investigación desde las distintas áreas de


conocimiento, y el cómo inciden las nuevas tecnologías en el día a día de un
investigador o grupo de investigación, es bien distinto dependiendo de cada disciplina.
Si los recursos de los que debe disponer un grupo de investigación para llevar a cabo
una investigación (dejando a un lado los recursos humanos, más o menos necesarios en
cualquier disciplina) son accesibles desde un ordenador, es evidente que las TIC
pueden suponer un avance importante en la capacidad de dicho grupo para mejorar su
productividad. Si por el contrario, un grupo de investigación precisa de laboratorios
donde desarrollar experimentación, las nuevas tecnologías servirán de apoyo, pero
nunca serán suficientes para acometer el trabajo.

A través de las nuevas tecnologías tenemos hoy una capacidad enorme de establecer
vínculos y contactos virtuales, posibilidad de organizar reuniones no presenciales, foros
de discusión, compartir recursos electrónicos, capacidad de cálculo casi ilimitado,
acceso a recursos electrónicos y bases de datos, etc. Pero ¿cómo afecta todo ello a un
área de experimentación de las llamadas «duras» por ejemplo la física aplicada, la
biología o la ciencia de materiales? ¿Afecta de la misma manera que a un área como el
derecho, o las ciencias sociales, que no precisan de laboratorios?

De lo que no cabe duda es que hoy:

 Un investigador/grupo de investigación puede moverse por el mundo con mucha


más facilidad gracias a la información disponible en la Red y a la posibilidad de
comunicación que da el correo electrónico.
 Podemos mantener reuniones virtuales (video conferencia, conferencias virtuales,
etc.). Es posible organizar un proyecto europeo de muchos socios, sin mantener una
sola reunión física, lo que hace unos años era impensable.
 Con los recursos disponibles en la Red es muy raro (salvo en las áreas jurídicas y
de humanidades) tener la necesidad de moverse para acceder a recursos
bibliográficos. Hace un tiempo se hacían estancias externas, sólo para tener acceso
a fuentes bibliográficas.
 Aquellas áreas que precisan de potencia de cálculo, y gracias a las redes de alta
velocidad, pueden también utilizar recursos computacionales compartidos y
multiplicar su capacidad de cálculo, modelización y análisis (tecnología grid).

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 Podemos impartir docencia (seminarios de investigación) a distancia, utilizando


software libre, con lo que se multiplica así la capacidad docente.
 Podemos compartir espacios en la Red, que nos permiten intercambiar documentos,
resultados, trabajos, etc.
 Gracias a los indicadores de productividad científica (ISI, SCCI, Web of Science),
resulta mucho más sencillo construir rankings de calidad investigadora en centros
de investigación y universidades, con lo que se ayuda a estudiantes e
investigadores a elegir aquellas instituciones donde formarse o ejercer su labor de
investigación. De esta manera se fomenta la movilidad y la sana competencia en un
sector excesivamente regulado.
 Nuestra capacidad de discusión virtual es ilimitada, ya que las herramientas
existentes nos capacitan para discutir y debatir sin necesidad de movernos de
nuestro despacho (foros, chats, correo electrónico, etc.).

A modo de resumen, podríamos decir que las TIC pueden ayudar, y mucho:

 En el acceso a las fuentes y localización de información pertinente.


 En la creación de un tejido de investigación (convergencia de investigadores
europeos, tejido en nuestra comunidad, etc.).
 En la visualización de las necesidades de investigación y docencia.
 En la competencia para atraer mejores estudiantes e investigadores a los centros
más destacados.
 En la visualización de los resultados de la investigación, a través, por ejemplo, de
metabuscadores.

3. Análisis desde la Perspectiva de las Diferentes Áreas de


Conocimiento
A continuación se van a hacer un acercamiento a distintas áreas a través del análisis
de tres bloques que pueden resultar representativos: las ciencias experimentales e
ingeniería, las áreas de humanidades (con problemáticas y soluciones que pueden

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aplicarse a las áreas jurídicas) y las ciencias sociales (con situaciones parecidas a áreas
básicas no experimentales).

3.1. Ciencias experimentales e ingeniería


Planteamiento del problema
La investigación en las áreas llamadas científicas experimentales y en ingeniería, se
fundamenta en el método científico, planteado por primera vez por galileo, y
perfectamente establecido en los procedimientos de cualquier disciplina
experimental.

En estas disciplinas, las hipótesis planteadas han de ser contrastadas a través de la


realización de experimentos, lo que significa que investigación nunca puede
separarse de la logística que implica el trabajo en un laboratorio. En otras
disciplinas, donde también se aplica el método científico, se plantean hipótesis, fruto
de observación y del análisis del estado del arte, se analizan dichas hipótesis
contrastándolas con la opinión de terceras personas y, por último, se emite una
conclusión. En las ciencias experimentales y la ingeniería, el análisis y ratificación
de las hipótesis pasa, de manera ineludible, por el desarrollo de un experimento.
Así, en cualquier disciplina, el científico necesita para el desarrollo de su actividad,
aparte de su mente despierta, acceder a las fuentes que fundamentan sus hipótesis
junto con la posibilidad de discusión con sus pares, antes de poder analizar,
contrastar y emitir conclusiones que una vez publicadas pueden ser de nuevo
debatidas y replanteadas. En las disciplinas experimentales, además, el científico
precisa de un laboratorio (actualizado para poder competir en igualdad de
condiciones), de personal de apoyo técnico en dicho laboratorio, de material
consumible para la realización de sus experimentos y, en muchas ocasiones,
accesibilidad a grandes instalaciones que, por su extremado nivel de equipamiento,
se comparten en ámbitos internacionales que pueden costear fuertes inversiones en
equipos singulares.

Este hecho implica una gran dificultad para las disciplinas experimentales, ya que
para poder desarrollar su actividad de forma competitiva, precisan de unos niveles
de financiación muy superiores a los de las disciplinas teóricas. Un mal piloto, con
un excelente coche, puede hacer un papel digno en una carrera de Fórmula 1; un
excelente piloto, con un mal coche, es prácticamente imposible que haga un buen
papel. Un buen laboratorio, con material consumible disponible, con suficiente
personal técnico de apoyo, junto con una buena accesibilidad (recursos económicos

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para la realización de visitas) a laboratorios de referencia y grandes instalaciones,


casi podríamos decir que asegura una investigación de cierta calidad.

Los recursos necesarios para investigar en los ámbitos experimentales se pueden


dividir en dos categorías:

 Recursos para el planteamiento de hipótesis y discusión (comunes a todas las


disciplinas científicas).
 Recursos para la verificación de las hipótesis (específicos de las áreas
experimentales).

Hoy en día, en ambas categorías se precisa otra actividad importante: la captación


de recursos económicos, siendo mucho más importante en la segunda categoría que
en la primera.

A continuación, vamos a hacer algunas reflexiones relativas a cómo las nuevas


tecnologías han cambiado o afectado a las dos categorías de recursos descritas, y por
último a la manera de captar esos recursos.

Recursos comunes a todas las disciplinas


 Acceso a recursos electrónicos: para iniciar cualquier estudio científico, el primer
paso es realizar un profundo análisis del estado arte. Hace escasos años, los
investigadores empleaban dos posibles vías: solicitar copia en papel de los
documentos (lo cual no siempre era posible y en ocasiones la respuesta se demoraba
semanas), o bien apersonarse físicamente en bibliotecas de referencia (a veces en
distinto país) para poder leer, en algunos casos fotocopiar, de manera directa el
libro o la revista que se precisaba. De igual manera, el acceso a las patentes sobre
cualquier tema, estaba restringido a listados en papel no fáciles de consultar (los
títulos) y aún más difícil era disponer del texto completo.

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Hoy en día, gracias a los recursos electrónicos disponibles en red, cualquier


científico puede obtener desde su ordenador el texto completo de la mayoría de las
revistas de referencia de su disciplina, así como un porcentaje muy elevado de las
patentes existentes en el mundo. Sin moverse y de manera inmediata. Y de aquello
a lo que no tiene acceso, los sistemas de cambio interbibliotecario, junto con las
peticiones electrónicas de información, pueden proporcionar recursos en un plazo
de tiempo más que razonable. Por ello, en ciencias experimentales e ingeniería, ya
no se planean estancias para consultar bibliografía o patentes.

 Posibilidades de discusión en red: hoy, las posibilidades de discusión en red son


casi ilimitadas. Se dispone de herramientas gratuitas o de pago, que permiten
hablar o chatear de manera simultánea con una o varias personas, con imágenes o
sin ellas; así como la celebración de videoconferencias y reuniones virtuales. Al
poder compartir ficheros, fotos, presentaciones, la discusión de ideas, textos,
trabajos, etc. se hace más fácil y dinámica. En la actualidad no es preciso viajar
para poder discutir una idea, un proyecto. Las llamadas «comunicaciones
personales», que antiguamente requerían del correo postal, hoy son comunicaciones
directas o, en el peor de los casos, por correo electrónico.

Recursos específicos de las áreas experimentales


No cabe duda de que los laboratorios son insustituibles. Hay algunas ramas
experimentales que trabajan en simulación y modelado, o utilizando cálculos
complejos que requieren altos niveles de computación, fuertemente impulsados por
la constante evolución de las TIC, y a que gracias a las redes de alta velocidad,
pueden compartir recursos de cálculo multiplicando su capacidad de forma
exponencial. Es en estos casos donde las nuevas tecnologías están contribuyendo en
mayor medida a la investigación científica experimental.

En las disciplinas, llamémoslas laboratorio - dependientes, las nuevas tecnologías


únicamente han mejorado la capacidad de contacto para posibilitar estancias en
otros laboratorios y la gestión de compras y empleo de nuevos investigadores.

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Hoy en día es relativamente sencillo contactar con colegas de otros centros de


investigación de cualquier parte del mundo para arreglar una posible estancia.
Podemos conocer qué equipos existen en cualquier laboratorio, la persona de
contacto, su currículum, a qué se dedica, etc. Con un intercambio de unos pocos
correos electrónicos se puede arreglar una visita a otro laboratorio. Incluso el acceso
a grandes instalaciones ha mejorado gracias a las nuevas tecnologías, ya que desde
nuestra casa podemos, en muchas ocasiones, conocer la disponibilidad e incluso
acceder a formularios de petición de acceso.

Respecto a la gestión de la investigación, tema tratado en el capítulo 6: «gestión


académica y de la investigación», las nuevas tecnologías ayudan de manera
considerable en numerosos aspectos. Uno, nada desdeñable, es el reclutamiento de
posibles candidatos en un proceso de selección de investigadores. Desde nuestro
ordenador podemos ofertar empleo y recibir solicitudes desde cualquier lugar del
mundo, y podemos acceder a la producción científica de los candidatos, casi sin
necesidad de que nos envíe ninguna información. Ello agiliza enormemente la
movilidad entre grupos y centros de investigación.

Sobre la captación de recursos para la investigación


En la investigación experimental, como ya se ha dicho, se requieren niveles de
financiación muy superiores a los necesarios en otras disciplinas básicas. Ello
requiere del investigador una permanente presencia en cualquier convocatoria
pública o privada.

Hoy se tiene acceso casi inmediato, gracias a las nuevas tecnologías, a cualquier
convocatoria pública (regional, nacional, europea) y muchas convocatorias privadas,
por lo que nadie tiene la excusa de la ignorancia para acudir a las distintas
llamadas a proyectos de todo tipo.

Por otro lado, la formación de consorcios de investigación, especialmente a nivel


europeo, se ha simplificado enormemente. Hace unos años, organizar una propuesta
europea requería el esfuerzo extra de tener que viajar varias veces a distintas
reuniones, antes de tener un borrador de la propuesta. Hoy se alcanza un primer

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borrador, normalmente, sin moverse de casa, y en muchas ocasiones, las reuniones


son virtuales haciendo uso de las nuevas tecnologías.

El hecho de que en la mayoría de las convocatorias, la aplicación sea telemática y


que la evaluación por pares también se realice por vía electrónica, agiliza
enormemente la resolución de las mismas.

A modo de conclusión de este apartado, podemos decir que las nuevas tecnologías
pueden contribuir a una mejora sustancial en aquellas disciplinas científicas donde
compartir recursos en red, así como el manejo de herramientas de cálculo y
simulación, sea un elemento primordial en el desarrollo de la investigación, ya que
aquí constituyen un valor añadido en el desarrollo de la propia investigación. En
aquellos aspectos de la investigación vinculados al planteamiento de hipótesis y su
discusión, así como el acceso a fuentes de conocimiento e información y acceso
convocatorias, suponen un impulso enorme en todas las disciplinas. Sin embargo, la
investigación fundamental y aplicada en las disciplinas experimentales es muy
dependiente de la verificación de las hipótesis a través de la comprobación mediante
ensayos que siguen un método, el método científico. Esta etapa es insalvable e
insustituible, por lo que las TIC contribuyen de manera poco importante.

3.2. Humanidades
Sobre el marco de investigación
La investigación en humanidades se mueve entre las formas tradicionales
configuradas por la cultura académica de la universidad tradicional y las nuevas
formas de control por pares que se comenzaron a introducir en las disciplinas
científicas en los años sesenta, y que poco a poco comienzan a extenderse de forma

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desigual en las varias áreas de humanidades. Estas nuevas modalidades están


comenzando a modificar las tradicionales prácticas de trabajo individual en archivos
y bibliotecas, con una relación maestro - discípulo como base fundamental de la
comunidad científica, y que culmina normalmente en una monografía publicada y
reconocida en el ámbito nacional. Este nuevo marco está constituido, para citar
rápidamente lo que es bien conocido, por:

 Financiación dirigida por áreas prioritarias.


 Cultura de la calidad de la investigación basada en la comparación con los pares.
 Primacía del trabajo de grupos de investigación sobre el trabajo individual y de
proyectos bien definidos sobre líneas amplias y más o menos vagas.
 Creación de nuevas trayectorias de formación de investigadores que se separan de
la tradicional relación maestro/estudiante, para dirigirse a la formación en centros
extranjeros, inserción en redes y publicación en revistas de referencia.

Por otra parte, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones han


transformado el entorno de acceso a la información: la menor dependencia de la
cultura impresa, sustituida por nuevos formatos electrónicos de comunicación; o el
creciente espacio digital como un medio de relaciones académicas diferente a las
generadas en las viejas disciplinas. Este nuevo ámbito exige habilidades y destrezas
y una relación con la cultura científica que, probablemente, tiene un significado, a
escala histórica, en la propia cultura humanística.

Algunos parámetros que definen la situación actual de la investigación en


humanidades en España son:

 Respecto a la estructura de las comunidades contemporáneas de investigación:


o La investigación científica se ha internacionalizado: el Espacio Europeo es
y a uno de los ámbitos de referencia para la investigación en humanidades
a partir, sobre todo, de la creación de redes de convergencia y colaboración.
o Las mujeres se están incorporando a la investigación a un ritmo creciente,
aunque todavía no se haya alcanzado la paridad. De hecho, humanidades
es uno de los espacios de investigación que pueden considerarse como
sometidos a un proceso de «feminización» creciente.
o La internacionalización está aún en sus comienzos: aunque ya tiene
visibilidad estadística, el número de investigadores españoles incorporados
en puestos extranjeros, e inversamente «inmigrantes» investigadores, es
aún mucho menor que en la mayoría de las áreas de ciencia y tecnología.
o La profesión de investigador en humanidades es aún muy minoritaria en
España y está básicamente asociada a la enseñanza.
 Respecto al peso relativo de las humanidades en el conjunto de la financiación
pública en investigación cabe destacar:
o La práctica inexistencia de financiación privada en el sector. Un peso muy
bajo en relación con la financiación pública, por ejemplo: la financiación del
Plan nacional 2000 -2003 otorgada a proyectos de investigación en el área
de humanidades representó el 1,84 % del total del plan en este epígrafe:
26.271,7 K€ sobre un total de 1.425.628,4 K€ y el número de proyectos
concedidos alcanzó el 4,48% del total, 1.068 proyectos de un conjunto de
23.859 aprobados.
o Frente a estos porcentajes tan bajos, la participación de las humanidades
en la política de Recursos Humanos del Plan nacional fue sensiblemente

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mayor, ya que representó el 9,20 % de la inversión total del capítulo


(40.370, 2 K€, frente a 438.600 K€ globales). Presentan características
peculiar es respecto a las demás áreas de investigación:
 Presentan ritmos de investigación largos, de manera que la vida
media de los conocimientos en humanidades suele ser más dilatada
que en algunas áreas científicas y tecnológicas.
 Se dirigen al conocimiento básico. Permiten desarrollar
competencias en la interpretación y uso del discurso, el texto y la
información, que son propias y distintas a las competencias en otras
disciplinas.
 Muchas veces sus resultados tienen solamente un ámbito de
estudio local, difícilmente universalizable.
 A pesar de que el inglés también es una lengua franca
internacional, el medio lingüístico fundamental son las lenguas
peninsulares, lo que crea una barrera a la internacionalización.
 A diferencia de la mayoría de las disciplinas, los resultados no
siempre se dirigen a una comunidad de especialistas, sino a
públicos heterogéneos, por lo que a veces tienen la naturaleza de
alta divulgación.

Muchas veces es difícil determinar en qué consiste un buen resultado de investigación


a causa de los debates entre escuelas y la atomización de las comunidades científicas.

Humanismo en la sociedad del conocimiento


La creciente influencia social de la cultura científico-tecnológica plantea
importantes desafíos a la cultura humanística. El conocimiento científicotecnológico
constituye una fuente de riqueza cada vez más relevante en las sociedades de la
información y del conocimiento. Las demandas de la sociedad adquieren un mayor
peso en el diseño de las políticas científicas, aunque las comunidades de expertos en

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humanidades mantienen una considerable autonomía a la hora de seleccionar los


temas que investigar. La investigación sigue desempeñando una función social
importante:

 Preserva y potencia el patrimonio cultural.


 Desarrolla habilidades comunicativas y expresivas.
 Orienta a la sociedad y fomenta la capacidad crítica.
 Contribuye al establecimiento del canon social de comportamiento.
 Contribuye al desarrollo de la imaginación.
 Fomenta la exploración y la preservación de nuestra memoria sociocultural
colectiva.

Las humanidades, aunque basadas en tradiciones ampliamente asentadas, han


experimentado constantes transformaciones, como se puede observar en la creciente
especialización y en la aparición de campos de investigación enriquecidos por el
principio de interdisciplinariedad. La práctica investigadora ha cambiado en las
últimas décadas; sin embargo, estos cambios son poco conocidos y la investigación
en humanidades tiene perfiles poco definidos para el conjunto de la sociedad.
Algunas de estas prácticas nuevas son:

 La preservación patrimonial, entendida no como una actuación museística, sino


también interpretativa y de mediación, para transmitirla a la sociedad del
presente.
 Investigar, elucidar y mejorar el funcionamiento efectivo de las prácticas de
producción simbólica (visual, narrativa) que alimentan el crecimiento de un cuarto
sector (industrias de lo identitario), que resulta clave en el desarrollo de la
Sociedad del Conocimiento.
 La reelaboración de la memoria histórica se convierte en uno de los ejes centrales
de la convivencia y gobernanza de las sociedades contemporáneas.
 La generación de modelos de convivencia mediante el desarrollo de capacidades de
interpretación del «otro» en una sociedad globalizada y multicultural.

Estas prácticas se establecen en escenarios que van más allá de la universidad


tradicional y de su cultura académica docente:

 El patrimonio cultural constituye el eje esencial de la proyección social de las


humanidades, un patrimonio en diversos soportes (materiales o inmateriales), con
distintos grados de conservación, que recoge la memoria y el presente de las
sociedades. Ese patrimonio es mucho más que el reflejo de un pasado lejano, neutro
y estático. La función de las humanidades va más allá de labores de preservación.
El patrimonio cultural forma parte del presente y los investigadores «leen» sus
registros integrados en el mundo actual, con los medios actuales y en sus contextos
actuales. Sólo en estas coordenadas adquieren sentido la conservación, la
recuperación y la puesta en valor del patrimonio. La preservación de éste se
extiende a la rentabilización, insertándolo en la oferta de bienes culturales
(exposiciones, rutas culturales, parques arqueológicos, etc.), que tienen un enorme
potencial. Este objetivo de «puesta en valor» se relaciona directamente con el
desarrollo económico, incluyendo desarrollos tecnológicos e implicaciones en
ámbitos como la ordenación de territorios rurales y espacios urbanos. Ésta es una
de las vías por las que las humanidades se integran plenamente en los sistemas de
I+D+i. Las intervenciones de carácter patrimonial sobre el terreno, por una parte, y
la posibilidad de crear realidades virtuales, por la otra, generan nuevos entornos

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sociales y permiten reconfigurar lo real a partir de su imagen. Las políticas de


patrimonio en los procesos de ordenación de territorios pueden ser un buen ejemplo
de ello: surgen nuevos itinerarios, espacios con nuevas funciones a partir del
reconocimiento del valor patrimonial de rutas, paisajes, conjuntos (y no sólo
monumentos), etc. Desde esta perspectiva, el patrimonio no puede aislarse del
proceso de investigación.
 Las denominadas genéricamente industrias culturales también movilizan
importantes recursos, en muchos casos relacionados con sectores económicos y
sociales importantes, como el turismo. Su demanda está claramente vinculada a la
ocupación del tiempo libre. En muchos casos los contenidos culturales se han visto
sustituidos por elementos lúdicos que reinventan temas literarios, artísticos,
históricos o arqueológicos, entre otros. A título ilustrativo, valgan los ejemplos de
los parques temáticos, las semanas culturales y otros eventos similares. La gestión
del patrimonio cultural exige la presencia de especialistas que no sean ajenos a la
investigación que está detrás de ese patrimonio y que ha de guiar los planes de
conservación y divulgación. Por otro lado, cada vez resulta más patente la
convergencia entre patrimonio cultural y patrimonio natural.
 Otra de las funciones sociales de las humanidades consiste en aportar una visión
más humana a diversos problemas científicos y técnicos actuales. Por su
importancia e incidencia social en la actualidad, cabe mencionar como ejemplo la
ética de la ciencia en sus diversas modalidades. La reflexión ética es común a todas
las disciplinas, aunque desde el campo de las humanidades se debe proceder a
suministrar los elementos básicos para dicha reflexión, porque en ellas el hombre
es sujeto conocedor y objeto de conocimiento, y por ello la influencia es
potencialmente mayor.
 Esta dimensión atañe fundamentalmente: a los métodos y objetivos de la
investigación; a sus límites legales en temas como la privacidad, los derechos de
propiedad, etc.; y al uso adecuado de los medios de comunicación, realizando una
transmisión adecuada de los conocimientos que genera la investigación científica.

Las nuevas tecnologías se encuentran en el centro de interés de la investigación por


diversos motivos. No sólo son instrumentos de conocimiento, información y
formación, sino objetos de investigación en humanidades, ya que crean nuevos
medios y formas de comunicación. La tecnología genera conocimiento y las
humanidades se ocupan del proceso mismo de su producción y de la dimensión del
saber científico y tecnológico. Asimismo generan un amplio campo relacionado con
las industrias del ocio y las investigaciones sobre nuevas visiones estéticas y
conceptuales (efectos especiales, juegos electrónicos…).

Adicionalmente, la relación de las humanidades con el mundo editorial está


sufriendo una profunda transformación por la introducción de las nuevas
tecnologías, por el incremento de las ediciones electrónicas y por la disponibilidad
cada vez mayor de conocimiento en Internet. La producción y transmisión de textos
electrónicos está cambiando las formas de acceso a la información y las pautas
referentes a autoría y reproducción, así como todo lo relacionado con las «industrias
de la lengua», que constituyen un ámbito que genera recursos importantes en
campos como la enseñanza del español como lengua extranjera, los diccionarios
automáticos, el reconocimiento electrónico de la voz, etc.

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Nuevas necesidades de la I+D+i en humanidades


Podríamos destacar las siguientes:

 Debería atenderse a una nueva gama de infraestructuras de distintos tamaños,


desde las grandes, a escala del Estado (por ejemplo, «servicio de archivos»,
digitalización de fondos programada y coordinada), a las pequeñas, a escala de
grupos de investigación (por ejemplo, contratación de personal, apoyo a las revistas
especializadas), pasando por las infraestructuras medianas, a escala de las
instituciones.
 Serían necesarias convocatorias específicas de subvenciones para el
establecimiento de infraestructuras dirigidas al mantenimiento, recuperación y
puesta en valor del patrimonio real y virtual.
 Es preciso diseminar entre la comunidad de investigación en humanidades la
conveniencia de aceptar la cultura de la evaluación como un componente básico de
cualquier política científica. Uno de los objetivos de la política de investigación
europea debería ir encaminado a mejorar los sistemas de análisis bibliométrico de
los temas de investigación que tienen un fuerte componente de delimitación
geográfica y cultural, como son los de humanidades. Por otra parte, deberían
fortalecerse los procesos de revisión de originales por pares en las revistas de todos
los ámbitos, para llevar su grado de exigencia y rigor a niveles equivalentes a los
de las ciencias experimentales.
 Debería prestarse atención a los nuevos soportes electrónicos de difusión de
resultados en formato electrónico: revistas, libros, imágenes y videos como nuevo
espacio de creación y difusión de las humanidades.

La tabla de la figura 3.7 refleja la presencia de la producción científica española en


las BB. DD. De índices de citaciones del ISI (Institut for Scientific Information).
Como puede apreciarse, la presencia de las humanidades es considerablemente más
baja que la de las ciencias normalizadas y mucho más de la proporción que
correspondería a nuestro volumen de producción en estas áreas de investigación.

En un estudio realizado por OCU22, sobre la presencia de la producción científica


iberoamericana en ciencias sociales y humanidades, se pone de manifiesto que, pese
a que en los últimos años ésta ha experimentado un gran crecimiento, la visibilidad

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de su producción en las bases de datos internacionales con indicadores de impacto


no es proporcional a este crecimiento. Entre otros motivos, no está garantizado hoy
el acceso universal y público a la producción en este campo y no existe un sistema de
evaluación fiable. Todo ello abunda en la positiva influencia que el desarrollo de la
utilización de las TIC puede suponer en esta área.

En el caso de las humanidades, puede concluirse que las TIC están transformando
los hábitos de investigación, en el sentido de homogeneizar los procedimientos y
están contribuyendo a una mayor conciencia de trabajo en red. Por otra parte,
suponen una transformación radical en lo que hasta ahora ha sido una dependencia
exclusiva de la cultura del archivo. La disponibilidad de imágenes y textos es una de
las transformaciones más radicales para las nuevas líneas de investigación.

3.3. Ciencias sociales


La importancia del capital humano
Aunque no cabe duda de que en las ciencias sociales también se necesitan
equipamientos científicos (equipos potentes de computación, laboratorios
experimentales de decisión interactiva, disponibilidad de bases de datos,
instrumentos para crear «experimentos naturales», etc.), la necesidad de contar con

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capital humano de elevada cualificación juega un papel más relevante que las
inversiones en capital físico y grandes infraestructuras a la hora de alcanzar buenos
resultados en términos de excelencia investigadora. En términos del símil deportivo
utilizado en el primer apartado del capítulo para explicar la necesidad de capital
físico en las ciencias experimentales, las ciencias sociales se parecerían más a las
grandes carreras ciclistas (tipo Tour de Francia) donde las diferencias en la calidad
de las bicicletas apenas cuentan, en relación con las diferencias en la calidad
deportiva de los ciclistas, en la determinación del éxito o el fracaso.

Es precisamente el uso de una tecnología intensiva en capital humano lo que somete


a la investigación en las ciencias sociales a lo que se ha venido en denominar la
«enfermedad de costes» (cost disease) en la terminología popularizada en el famoso
tratado de W. Baumol y W. Bowen sobre la evolución al alza de los costes de las
actividades culturales y educativas, en relación con los costes de las actividades en
otros sectores manufactureros. En efecto, el uso intensivo de capital humano de
elevada calidad, con tecnologías relativamente menos sofisticadas que en las otras
disciplinas científicas más intensivas en capital físico, así como una mayor
competencia del sector privado (por ejemplo del sector financiero) en la atracción de
personal especializado, han dado lugar a una fuerte tendencia al alza de los costes
reales por unidad de producción de los investigadores en ciencias sociales, superior
a la que ha tenido lugar en otras disciplinas. Por tanto, la clave del éxito en éstas se
encuentra en la capacidad de atracción de los mejores especialistas y en la
formación de buenos estudiantes de posgrado en un contexto de gran competencia
internacional. Lo que los laboratorios son a las ciencias experimentales, lo son los
programas de doctorado a las ciencias sociales. Obviamente, ambas actividades son
complementarias: sin un buen equipo investigador es difícil tener un buen
programa de doctorado, y sin un buen programa de posgrado resulta muy
complicado atraer a investigadores de reconocida valía.

A este fenómeno de encarecimiento de los costes hay que añadir un elemento propio
de la investigación en los ámbitos específicos de algunas de estas ciencias, como
puedan ser las de economía y empresa. Debido, en primer lugar, a la enorme
internacionalización de estas disciplinas y, como decíamos anteriormente, a la
fuerte competencia desde el mundo empresarial y las escuelas de negocios, la
presión sobre los investigadores para desplazarse (es decir, en nuestro caso, para no
venir o para marcharse de España), siguiendo las ofertas más competitivas, es
enorme. Por ejemplo, de acuerdo con los datos de la Bolsa de Trabajo de Doctores en
Economía (job market) que tradicionalmente organiza cada año la American
Economic Association, el salario medio de entrada para un joven profesor en un
departamento de economía norteamericano o británico se ha situado en 65.000 € en
media durante el último quinquenio (con una fuerte alza en los últimos dos años),
frente a los 35.000 € que puede ofrecer una institución española a dichos candidatos.
Por añadidura, si el joven doctor en Economía es contratado por una escuela de
negocios su salario aumenta fácilmente en un 50-70% sobre la primera cifra. Estas
diferencias no varían sustancialmente cuando se corrigen por el diferente nivel del
coste de la vida, y se convierte en astronómicas si se quiere contratar a un
investigador más experimentado tipo associate o full professor. A ello hay que
añadir la mayor carga lectiva que se da en las universidades españolas, producto de
la fuerte y desordenada expansión de la educación superior en nuestro país (en
promedio, la docencia es de 120-160 h. al año frente 60-80h. en universidades
extranjeras de calidad similar), lo que reduce de forma importante el tiempo

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disponible dedicado a investigación y convierte las ofertas de trabajo de los centros


españoles en todavía menos competitivas internacionalmente. El elevado grado de
rotación experimentado por los mejores departamentos de ciencias sociales en
España (al igual que en otros países europeos con sistemas rígidos/funcionariales de
acceso a la enseñanza universitaria e investigación), debido a la continua pérdida de
algunos de sus mejores investigadores en favor de universidades en EE. UU. Y
Reino Unido, es un fiel reflejo de este grave problema. En definitiva, resulta desde
todo punto de vista ilusorio pensar que podremos mantenernos, por no hablar de
conquistar nuevas cotas de excelencia, a nivel mundial, sin mejorar la
competitividad de nuestros centros de investigación y formación de posgrado.

El papel de las TIC en el logro de la competitividad


Por todo ello, la amplia disponibilidad de recursos procedentes de las TIC permite
mejorar el nivel de información sobre la calidad relativa de los diferentes centros de
investigación, sus programas de posgrado y la propia productividad científica de sus
investigadores. Dichas tecnologías permiten disponer de un flujo de información
continua mucho más barata y eficiente que el que existía hace una década,
ayudando a asignar los recursos humanos a sus mejores usos. La disponibilidad a
través de la Web de los currículos de los investigadores permite la elaboración de
rankings internacionales de individuos y departamentos por calidad científica y por
área de investigación, además de dar a conocer a los estudiantes aquellos
departamentos más fuertes a la hora de realizar estudios de posgrado. (Buenos

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ejemplos son los rankings de Departamentos de Economía en Europa y en el mundo


elaborados por la European Economic Association en 2003,23 a petición de la CE,
con el fin de servir de ayuda a los comités encargados de otorgar los proyectos del VI
y VIII Programas Marco, y la web Econphd24 que presenta clasificaciones de
departamentos por excelencia investigadora en 34 disciplinas de economía y
empresa, con objeto de ayudar a los potenciales doctorandos a elegir el centro donde
quieren seguir programas de doctorado. Asimismo, también podemos encontrar
rankings de personas.)

Las nuevas tecnologías también permiten un intercambio de información sobre


vacantes y candidatos, lo que facilita la existencia de mercados de trabajo virtuales
de doctores (existen mercados físicos y virtuales organizados cada año por
laAmerican Economic Association y la American Statistical Association26 así como
por la European Economic Association;27 también existe un mercado continuo de
vacantes en Job Openings for Economists28 —en España, se celebra un mercado de
estas características desde 2000 en el marco del Simposio de Análisis Económico,
con asistencia de 132 candidatos-doctores de todo el mundo y 17 departamentoscon
vacantes en 2007—).29 Finalmente, la gran disponibilidad de bases de datos de
gran tamaño, programas de tratamiento estadístico de los mismos, artículos en
proceso de elaboración y ya publicados, acceso a revistas y, en general, una mejora
muy sustancial de la comunicación entre los investigadores, han supuesto un salto
cualitativo en la cantidad y calidad de la producción científica en estas áreas.

La conjunción de todas estas actividades facilitadas por el acceso a las TIC ha dado
lugar a círculos virtuosos en aquellos (muy pocos) departamentos en España que
han apostado claramente por la excelencia, frente a la endogamia y mediocridad
vigente en nuestro sistema universitario y de I+D. En efecto, a través de éstas, han
dado a conocer sus logros científicos, mejorando ampliamente su reconocimiento
nacional e internacional, lo que les ha permitido conseguir mayores fondos de
investigación tanto de instancias europeas (Programas Marco) y nacionales
(Programas del Plan Nacional, CICYT e Ingenio-2010), los cuales les han permitido
ser más competitivos tanto en términos de capacidad de contratación de
investigadores de calidad contrastada, a través de mejores sueldos, como de
atracción de buenos estudiantes en sus programas de doctorado a través de mejores
supervisores y becas más cuantiosas.

Como conclusión de este apartado, en el caso de las Ciencias Sociales y las


disciplinas de tipo no experimental, se puede afirmar que las nuevas tecnologías
han mejorado drásticamente la competitividad del sistema, tanto por el aumento
sustancial de la productividad científica como por la señalización, en términos de
visibilidad internacional y reputación científica, de aquellos centros de investigación
que han apostado por la calidad frente al statu quo.

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4. Conclusiones Generales
Si analizamos los puntos débiles de nuestro sistema, considerados en el primer
apartado de este capítulo, ¿las nuevas tecnologías pueden contribuir a una mejora real
en el ámbito de la I+D+i? Muchas de las mejoras que han de producirse están muy
vinculadas con cambios de mentalidad que únicamente se harán realidad cuando,
durante años, se apliquen políticas en una misma direccióque permitan mejorar la
confianza mutua entre el sector empresarial y el sector académico. Estos cambios de
mentalidad afectan tanto al sector empresarial como al sector universitario. Todos los
sectores implicados, deberán realizar un esfuerzo, que después de años, y combinado
con políticas constantes y coherentes, darán sus frutos (como ha ocurrido en países
como Japón, Estados Unidos, Alemania o Francia). Las nuevas tecnologías pueden
ayudar a madurar y a acelerar estos cambios gracias al impulso que supone la mejora
de la intercomunicación y la posibilidad de compartir más información y de forma más
rápida. La confianza siempre se fortalece con la transparencia y el conocimiento, y
éstas pueden impulsarse gracias a las TIC.

Si revisamos la figura sobre la Universidad Digital 2010, introducida en el primer


capítulo del libro, podemos observar que, en relación con la investigación (figura 3.8. y
3.9.), las TIC tienen, y seguirán teniendo aún más en el futuro (ya que nuestra
capacidad de almacenar y transmitir información crece de forma exponencial con el
tiempo), un especial protagonismo en todas las áreas científicas donde es necesaria
potencia de cálculo, bien para modelar, bien para analizar resultados. La posibilidad de
trabajar en súper redes, de compartir recursos computacionales a distancia (grid
computing) y grandes cantidades de información, ha superado hoy, con creces, lo que
hace unos años era ciencia ficción. En estos ámbitos el avance del conocimiento está
siendo espectacular gracias a las TIC.

Además, las nuevas tecnologías pueden ser de gran ayuda en la mejora de algunos
instrumentos vinculados a la I+D+i y que pueden dinamizar de manera importante el

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sector, especialmente en áreas como las humanidades, el derecho, las ciencias sociales
o las ciencias básicas. La captación de buenos recursos humanos, el acceso a la
información, la capacidad para comunicarnos con nuestro entorno científico, el acceso a
grupos de trabajo virtuales y a convocatorias, etc., pueden verse mejorados de manera
sustancial con las nuevas tecnologías y eso puede propiciar una importante fuerza
motriz que regenere muchas áreas de conocimiento desde la óptica de la investigación.
En este sentido, los componentes tecnológicos que facilitan la misión universitaria de la
investigación, incidiendo en primer lugar en los servicios, para presentar por último las
infraestructuras que los soportan, se muestran en las siguientes figuras.

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5. Buenas Prácticas
En este apartado se reflejarán algunos ejemplos prácticos relacionados con el impacto
de las TIC en la actividad investigadora para, por último, tratar el caso concreto de la
Universidad Carlos III de Madrid.

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Si atendemos a las ventajas que supone el uso de las nuevas tecnologías en el acceso a
la producción científica, debemos destacar el acuerdo alcanzado por la Fundación
Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), del Ministerio de Ciencia e
Innovación, a través del cual todas las instituciones públicas de investigación pueden
acceder a la mayor base de da tos de producción cien tífica internacional, la Web of
Knowledge.

Asimismo, y en el caso de las Ciencias Sociales , debemos destacar la labor realizada


por la Universidad de granada, que, en el marco del proyecto In-R ECS , ha
desarrollado una base de datos que se alimenta a partir de la indización sistemática de
las referencias bibliográficas citadas en los artículos publicados en más de 100 revistas
españolas de las principales disciplinas que conforman el dominio de las Ciencias
Social es (Antropología, Biblioteconomía y Documentación, Economía, Educación,
geografía, Sociología, Psicología y Urbanismo).

Relacionado con el acceso a las publicaciones científicas, hemos de hacer referencia al


caso de DIALNET, iniciativa de la Universidad de La Rioja, que será desarrollada en
profundidad en este mismo libro, en el capítulo 9: «Capital intelectual y gestión del
conocimiento».

En lo que respecta a la Universidad Carlos III de Madrid, muestra, en distintos


indicador es relativos (es decir normalizados por el número de investigadores a tiempo
completo) vinculados a investigación (proyectos competitivos conseguidos, tasa de éxito
en proyectos competitivos, captación de fondos en los programas marco de la U E,
publicaciones en distintas áreas, rankings internacionales allí donde existen, etc.), una
posición privilegiada en el entorno español y, en algunas áreas, internacional.
Conseguir esta posición se debe a distintos factores, entre otros una posible buena
selección de los profesores que lideraron en un comienzo el arranque de la Universidad
en el año 1989. Pero una causa clara del éxito en el ámbito de la investigación es la
inmersión, desde la creación de la universidad, de una cultura TIC extendida a todos
los ámbitos de gestión. Esta cultura TIC está además reforzada por la presencia de
titulaciones (y por consiguiente departamentos universitarios) muy vinculadas al
ámbito TIC (como Ingeniería de Telecomunicaciones, Ingeniería Informática o
Licenciatura en Comunicación Audiovisual).

La cultura TIC en la Universidad Carlos III de Madrid impregna todos los ámbitos de
la gestión universitaria, y desde el origen de la universidad: ges tión económica, gestión
académica, gestión de la investigación, gestión de calidad. En esa cultura TIC
participan, además, la totalidad de los actores involucrados en los procesos de
aprendizaje e investigación (estudiantes, PAS, PDI).

Algunos ejemplos de por qué se puede afirmar lo anterior se comentan a continuación.


Fue una de las primeras universidades en instalar, a escala global (100% de
profesores, 100% de alumnos y 100% asigna turas) un sistema de gestión académica.
Mientras otras universidades instalaban programas piloto para, como mucho, docenas
de profesores, en la Universidad Carlos III de Madrid se implantaron, de forma
universal, las herramientas Aula y Campus global. También fue la primera en tener
un sistema de gestión online y a tiempo real de proyectos de investigación, de gestión
y seguimiento de incidencias (de mantenimiento, informática), por poner unos pocos
ejemplos. Desde el comienzo de la universidad se apostó por ofrecer a los estudiantes
aulas informáticas abiertas, controladas y con acceso a toda la información electrónica,

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con un amplio horario. Fue, probablemente, la primer a en ofrecer correo electrónico al


100% de los estudiantes en el mismo instan te de la matrícula.

También se apostó por un servicio potente y centralizado de biblioteca, que desde su


origen nació con espíritu de centro de recursos para apoyar la docencia y la
investigación, más que un repositorio de libros, y que catalizó desde el comienzo los
flujos de información dentro de la universidad (hace unos pocos años, la Universidad
Carlos III de Madrid era la única, en España, cuya web dependía de la biblioteca, al
estilo anglosajón, y no de los servicios de informática).

Todo lo dicho hace que en la cultura de nuestros investigador es esté, totalmente


asentado, la utilización de la Red para acceder a la información, intercambiar
información, herramientas de gestión de la investigación (curriculares, convocatorias,
proyectos), etc. Todo ello ha contribuido, de forma decisiva, a que nuestra tasa de éxito
en convocatorias públicas sea de las más altas, dentro de las instituciones de I+D de
España y, pese a ser una universidad joven (comparada con la media de universidades
públicas españolas), a ser una universidad puntera en diversas áreas de conocimiento.

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LA TERCERA MISION DE LA UNIVERSIDAD


1. Resumen
Tradicionalmente, las universidades, salvo algunas excepciones, han estado
polarizadas en la enseñanza y en la creación y desarrollo de conocimiento básico,
utilizado por las economías nacional e internacional, pero con proyección limitada en
los ámbitos local y regional.

Pero la universidad moderna, la universidad de la Sociedad del Conocimiento, la


universidad motor del desarrollo económico y social, debe ser globalmente competitiva
y localmente comprometida.

Para ello, las universidades están asumiendo y desarrollando nuevas actividades: de


extensión de la actividad docente (programas de formación continua, seminarios y
talleres de actualización y desarrollo profesional, cursos de formación a medida para
empresas y organizaciones, programación específica para personas mayores y
colectivos menos favorecidos, alfabetización tecnológica, y diferentes actividades
desarrolladas para superar las barreras y desigualdades en el acceso a la educación
superior, etc.), de extensión de la actividad investigadora (servicios de consultoría,
prestación de servicios técnicos, contratación de proyectos de investigación y desarrollo,
creación de empresas, valoración y comercialización de los resultados de la
investigación, explotación de patentes y licencias, etc.) así como de perfil cultural,
social o político (divulgación de la investigación y del conocimiento, exposiciones,
conciertos, jornadas de puertas abiertas, conferencias, proyectos de solidaridad y de
cooperación internacional, seminarios sobre responsabilidad medioambiental, salud y
bienestar, actividades y seminarios de cine, danza y teatro; integración de minorías,
igualdad de oportunidades, presencia en organismos internacionales, publicación de
análisis sociales, inmigración, etc.).

El término utilizado para definir todas estas actividades es el de «tercera misión de la


universidad» que, de modo sintético, se podría definir como: «la generación, uso,
aplicación y explotación del conocimiento y de otras capacidades de la universidad
fuera de los entornos académicos». (O de modo menos formal, «la extensión de sus dos
misiones tradicionales —la docencia y la investigación— a nuevos grupos o colectivos
especialmente extra-universitarios»).

En consecuencia, el compromiso de la Universidad con su región es un aspecto de la


«tercera misión de la universidad», y es parte de su responsabilidad social corporativa.

Se trata, por tanto, de una visión renovada de la educación superior, de la propia


Universidad y de la innovación como impulsor as de la competitividad regional, de
modo que movilizar el capital intelectual, científico y tecnológico de la Universidad a
favor de un desarrollo regional sostenible es un nuevo reto. Se está perfilando así un
modelo de universidad cien tífica, crítica, innovadora, internacional, emprendedor a y
comprometida con su en torno; la mejor a permanente de su calidad y el progreso hacia
la excelencia la harán globalmente competitiva y localmente comprometida.

Y esto exige, como en el desarrollo de las otras dimensiones universitarias, dotarse de:

 Los esquemas de gestión más adecuados que, por lo general, deberán ser específicos
y diferenciados respecto de las estructuras docentes e investigadoras, incluso con
estructuras no sólo universitarias.

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 Dotarse de las herramientas tecnológicas más eficaces para su mejor desarrollo.

En los epígrafes siguientes se desarrollan estos dos aspectos señalados: esquemas de


gestión propios y, especialmente, las herramientas tecnológicas que deben preverse en
cada caso.

2. Marco Estratégico
Las economías avanzadas orientan su producción hacia los segmentos con mayor valor
añadido y los productos y servicios que incorporen conocimiento nuevo. Se crea así una
vinculación de dependencia entre crecimiento económico y acceso al conocimiento, a las
nuevas tecnologías y a la disponibilidad de recursos humanos con altas capacidades,
aptitudes y habilidades.

Por ello, los países, para ser competitivos en una economía del conocimiento
globalizado, se esfuerzan por poner a punto sus sistemas de innovación, tanto en el
ámbito regional como nacional.

2.1. La economía basada en el conocimiento y el aprendizaje


La economía basada en el conocimiento y el aprendizaje requiere:

 Un número importante de titulados universitarios (científicos, ingenieros y técnicos


de grado medio) y una enseñanza superior que incluya entre sus orientaciones la
del empleo, formar en actitudes empresariales y capacidad para atraer y retener a
los mejores talentos.
 La provisión de oportunidades de aprendizaje permanente para una gran variedad
de estudiantes.
 Instituciones de educación superior que, además de proporcionar profesionales con
la formación adecuada, estén comprometidas con el desarrollo del entorno y
contribuyan a la generación de empleos basados en el conocimiento.
 Satisfacer las necesidades de las empresas establecidas en su entorno, en términos
de conocimiento actualizado, mejora de las aptitudes, capacidades y habilidades, y
de transferencia de conocimiento y de tecnología.
 Creación y aplicación del conocimiento nuevo.

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Los anteriores son factores básicos que fortalecen el aprendizaje, la investigación y


el servicio a la comunidad.

2.2. Las universidades en la economía del conocimiento global.


Compromiso con el desarrollo regional
En la economía altamente competitiva del conocimiento global, el crecimiento
económico está cada vez más vinculado a las regiones y áreas metropolitanas con
universidades de excelencia, administraciones modernas y tejido empresarial
dinámico e innovador. En este escenario, la disponibilidad local del conocimiento y
de las nuevas capacidades, aptitudes y habilidades requeridas es cada vez más
importante.

En la actualidad existe la convicción general de que la enseñanza superior es la


base fundamental de la mayoría de las estrategias de desarrollo económico y social,
tanto en los ámbitos nacional y regional, como internacional. Algunos estudios
sugieren que la excelencia nacional e internacional en la enseñanza y en la
investigación compromiso regional son actividades complementarias que se
refuerzan mutuamente.

Tradicionalmente las universidades, salvo algunas excepciones, han estado


polarizadas en la enseñanza y en la creación y desarrollo de conocimiento básico
utilizado por las economías nacional e internacional, pero con proyección limitada
en los ámbitos local y regional. No obstante, en las últimas décadas, el compromiso:

 Con la transferencia y explotación de los resultados de la investigación.


 Con la formación en la excelencia y en capacidades, aptitudes y habilidades.
 Con la internacionalización.
 Con la mejora de la calidad docente y el acceso a la excelencia académica.
 Con el desarrollo del entorno más cercano.

Es un factor estratégico para las universidades que tiene diferentes y muy variadas
expresiones: fundaciones generales o de universidad-empresa, oficinas de
transferencia de tecnología, parques científicos y tecnológicos, regiones de
excelencia innovadora, prestación de servicios técnicos y de asesoría, incubadoras
de empresas, centros de formación continua e in- company, foros de debate,
observatorios de estudios sociales, oficinas de cooperación, etc.

En la economía del conocimiento globalizado, las universidades son percibidas como


fuente de conocimiento e innovación y motores del desarrollo económico y social. Así,
la disponibilidad de conocimiento y de aptitudes, capacidades y habilidades
adquiere cada vez mayor importancia tanto en los procesos de globalización como de
localización.

Pero las universidades como centros de formación, creatividad, innovación y


emprendimiento representan no sólo un recurso fundamental en la economía del
conocimiento, sino que además el también pueden ser polo de atracción de
inversiones y talentos.

Lo expuesto pone de manifiesto que la universidad moderna, la universidad de la


Sociedad del Conocimiento, la universidad motor del desarrollo económico y social,
debe ser globalmente competitiva y localmente comprometida.

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2.3. Condiciones para que la universidad sea globalmente competitiva


y localmente comprometida
Para que la actividad desarrollada por la universidad tenga proyección tanto global
como local es necesario:

 Que la universidad sea globalmente competitiva; es decir, que posea capacidad par
a generar e irradiar conocimiento nuevo, prestigio científico y académico
internacional para traer a los mejores profesionales y estudiantes, y autonomía
para otorgar incentivos y retener a sus talentos.
 Que la universidad esté localmente comprometida; es decir, comprometida con el
ámbito geográfico (local, regional) de su entorno, que tiene como referencias:
o La creación de conocimiento y de valor en la región gracias a la
investigación y a la explotación de los resultados y de sus capacidades
(empresas creadas a partir de la investigación universitaria, derechos de
propiedad intelectual, licencias, consultorías, prestación de servicios
técnicos, etc.) mediante la transferencia de conocimiento y tecnología.
o La formación de capital humano y la transferencia tácita de conocimiento
(localización de los procesos de aprendizaje, formación continua, desarrollo
profesional, inserción laboral de sus titulados en el entorno geográfico,
divulgación de la investigación y del conocimiento, promoción de la creación
artística, etc.).
o El desarrollo económico, cultural y medioambiental que contribuye a la
mejora del entorno, a la cohesión social y al desarrollo sostenible.

De acuerdo con el «informe OTRI 2007», las dos terceras partes de los clientes de las
Oficinas de Transferencia de los resultados de la investigación de las universidades
españolas, son pequeñas empresas del ámbito regional; lo que pone de manifiesto el
compromiso de la universidad con la innovación y la modernización de las empresas
de su entorno.

2.4. La tercera misión de la universidad, una visión renovada de la


educación superior y de la propia universidad
La sociedad (sociedad civil, administraciones y empresas) espera y demanda que la
universidad, tanto por el conocimiento que atesora como por su capacidad para
generar conocimiento nuevo contribuya a satisfacer buena parte de sus necesidades
tanto presentes, como futuras.

Este interés de la sociedad está siendo atendido a través de un mayor y mejor


aprovechamiento de los recursos y capacidades propios de la universidad, así como
mediante una mejor rentabilización de sus resultados de investigación. En
definitiva, significa desarrollar de manera consisten te «rentabilidad social» de la
universidad.

En consecuencia, el compromiso de la Universidad con su región es un aspecto de la


«tercera misión de la universidad», y es parte de su responsabilidad social
corporativa.

Actividades de extensión de la actividad docente: programas de formación continua,


seminarios y talleres de actualización y desarrollo profesional, cursos de formación
a medida para empresas y organizaciones, programación específica para personas
mayores y colectivos menos favorecidos, alfabetización tecnológica, y diferentes

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actividades desarrolladas para superar las barreras y desigualdades en el acceso a


la educación superior, etc.

 Actividades de extensión de la actividad investigadora: servicios de consultoría,


prestación de ser vicios técnicos, contratación de proyectos de investigación y
desarrollo, creación de empresas, valoración y comercialización de los resultados de
la investigación, explotación de patentes y licencias, etc.
 Otras actividades de perfil cultural, social o político: divulgación de la investigación
y del conocimiento, exposiciones , conciertos, jornadas de puertas abiertas,
conferencias, proyectos de solidaridad y de cooperación internacional, seminarios
sobre responsabilidad medio ambiental, salud y bienestar, actividades y seminarios
de cine, danza, y teatro; integración de minorías , igualdad de oportunidades,
presencia en organismos internacionales, publicación de análisis sociales,
inmigración, etc.

El término utilizado para definir todas estas actividades es el de «tercera misión de


la universidad», que de modo sin tético se podría definir como: «la generación, uso,
aplicación y explotación del conocimiento y de otras capacidades de la universidad
fuera de los entornos académicos»; es decir, su acción con nuevos grupos y colectivos
sociales de perfil extra-universitario.

En consecuencia, el compromiso de la universidad con su región es un aspecto de la


«tercera misión de la universidad», y es parte de su responsabilidad social
corporativa.

Se trata, por tanto, de una visión renovada de la educación superior, de la propia


universidad y de la innovación como impulsoras de la competitividad regional, de
modo que movilizar el capital intelectual, científico y tecnológico de la universidad a
favor de un desarrollo regional sostenible es un nuevo reto de la universidad. Se
está perfilando así un modelo de universidad científica, crítica, innovador a,
internacional, emprendedor a y comprometida con su entorno; la mejora
permanente de su cal i dad y el progreso hacia la excelencia la harán globalmente
competitiva y l ocal mente comprometida.

Y esto exige, como en el desarrollo de las otras dimensiones universitarias, dotarse


de los esquemas de gestión más adecuados, que, por lo general, deberán ser
específicos y diferenciados respecto de las estructuras docentes e investigadora
incluso con estructuras no sólo universitarias, dotarse de las herramientas
tecnológicas más eficaces para su mejor desarrollo.

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3. Repercusiones funcionales
Como hemos visto, las instituciones de educación superior, como toda creación
humana, responden a una finalidad instrumental y social. Y así lo ha reflejado su
historia y evolución a lo largo de los siglos, desde la constitución de las primeras
instituciones universitarias a partir de centros de estudios preexistentes, hasta su
actual configuración.

Desde la formación preferente de eclesiásticos, funcionarios y médicos en las


universidades medievales, en respuesta a las demandas de la sociedad urbana y
gremial propia de los siglos xii y XIII , hasta la universidad humboldtiana que suma la
actividad investigadora a la docencia, en sintonía con las exigencias de la sociedad
industrial; o la universidad contemporánea que se esfuerza por incorporar de manera
eficiente su «tercera misión» a las ya tradicionales docente e investigadora, para
contribuir a una consolidación armónica de la emergente sociedad global del
conocimiento.

Es decir, la universidad ha ido dando respuesta con renovados planes de estudios y la


incorporación de nuevas titulaciones, así como con la generalización de bibliotecas,
laboratorios o más recientemente con oficinas de transferencia, viveros de empresas y
hasta parques científicos, a los cambios sociales, empresariales, económicos e
institucionales que ha protagonizado la sociedad occidental, si bien cada vez con una
visión más abierta y una perspectiva más global.

La institución universitaria en definitiva se ha mostrado con mayor o menor grado de


éxito y dinamismo, en cada caso, como una institución al servicio de la sociedad. Por
tanto, no debe sorprender que en momentos de cambios sociales profundos y rápidos,
como los que ha vivido España en los últimos treinta años y en el intenso proceso de
internacionalización en el que estamos inmersos, se produzcan debates y tensiones
sobre los ritmos de adaptación de las instituciones universitarias con los sectores más
dinámicos de la sociedad.

Junto a la actividad docente e investigadora —ya tratada en otros capítulos— se han


desarrollado en la Universidad española un cúmulo creciente de actividades diversas
que de manera reflexiva o inconsciente han ido dando respuesta a lo que se ha venido
en llamar «tercera misión» y que por analogía a otras corporaciones viene a representar

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los dividendos que la universidad aporta a la sociedad, en reconocimiento al esfuerzo y


financiación que ha recibido de ésta.

El conjunto de estas actividades de extensión —que conforman el compromiso de la


universidad con la sociedad más allá de la generación de nuevo conocimiento y de su
transmisión mediante la docencia— las agruparemos, tal como hemos señalado
anteriormente, en tres grandes apartados:

 Extensión de las actividades docentes.


 Extensión de las actividades investigadoras.
 Extensión cultural, social e institucional.

3.1. Extensión de las actividades docentes


La sociedad actual reclama la continuidad de la formación y capacitación de los
universitarios, una vez terminados sus estudios de grado, para un adecuado
desempeño profesional a lo largo de su vida activa, pero también la mejora y
actualización de conocimientos, destrezas y competencias de sectores poblacionales
más amplios, que incluso nunca fueron a la universidad o ya terminaron sus
estudios hace muchos años.

La complejidad creciente de la Sociedad del Conocimiento requiere en todos los


ámbitos, ya sea el económico, político, cultural e institucional —y, con mayor
intensidad a la conocida hasta la fecha de nuevas aptitudes, actitudes y
comportamientos, tales como: una mayor flexibilidad, una creciente capacidad de
asimilación y de adaptación a los nuevos conocimientos y tecnologías, perspectivas y
enfoques más globales e interdependientes etc., que ayuden a fortalecer al conjunto
de la sociedad para encarar con éxito los desafíos de hoy y de mañana.

Surgen nuevas demandas específicas de formación reclamadas por «estudiantes no


tradicionales » que las universidades están comenzando a atender, como
consecuencia de su responsabilidad social. Véanse los siguientes casos:

 Personas adultas en «universidades de la experiencia » o en cursos para acceder por


primera vez a la universidad.
 Profesionales y técnicos necesitados de una constante actualización y ampliación de
sus conocimientos.
 Trabajadores con amplia experiencia profesional que aspiran a completar su bagaje
laboral con una formación universitaria adhoc.
 Sectores sociales deseosos de capacitarse en el uso de las Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones (TIC).
 Colectivos de emigrantes que aspiran a incorporarse —a través de la educación
superior— a la vida comunitaria, etc.

La cobertura de estas demandas exige nuevas estructuras de gestión administrativa


y académica (escuelas de posgrado, universidades de la experiencia, aulas
tecnológicas,etc.), nuevas ofertas educativas, esquemas de pasarelas flexibles entre
sus niveles de estudios y los universitarios, así como nuevos contenidos, soportes y
metodologías.

En todo este nuevo frente resulta obligado hablar de la criticidad del componente
online en la

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oferta formativa, aspecto que ha sido tratado ya en un capítulo anterior, por lo que
no entraremos en detalle, pero que exige la disponibilidad de herramientas diversas
y especializadas para la gestión y administración de los cursos, creación de
materiales multimedia o para la comunicación y trabajo cooperativo, entre otros
aspectos.

Naturalmente, otro aspecto imprescindible es la identificación y diseño de las


metodologías más adecuadas para cada una de estas demandas, la elaboración de
materiales específicos, así como la preparación del profesorado.

Éste es un camino ya emprendido por las universidades españolas, en los últimos


años, como señalan los sucesivos informes de la Sectorial TIC de la CRUE. Pero, sin
duda alguna, deben avanzar en esta nueva dirección con una mayor decisión
institucional (determinación de responsabilidades en el equipo de gobierno,
formulación explícita de planes específicos, asignación de presupuestos y equipos,
etc.), si quieren ser protagonistas activas en la configuración de la nueva sociedad
que emerge, y ser competitivas ante la creciente oferta formativa que desde la
iniciativa «privada» o «parapública » (escuelas de negocio, centros de posgrado de
Cámaras de Comercio, universidades corporativas, etc.) se desarrolla cada vez con
más calidad.

3.2. Extensión de las actividades investigadoras


Si bien en el capítulo 3 del libro: «Investigación», se ha analizado el ámbito de la
actividad investigadora en la sociedad digital, quisiéramos mencionar en este
apartado aquellos aspectos más vinculados con la función «transferencial» de ese
conocimiento y sus implicaciones funcionales y tecnológicas.

La Sociedad del Conocimiento nos obliga a resolver de manera eficiente el proceso


de transformar el conocimiento acumulado en el seno de las universidades (en cuya
generación, no debemos olvidar, la sociedad ha invertido importantes recursos en
riqueza social y económica. Es decir, tenemos la obligación de tender a maximizar la
ecuación «riqueza (económica y social) = función (Investigación + Desarrollo
+innovación)».

La Universidad española ha cubierto esta demanda creciente de innovación —sobre


todo a partir de la LRU— a través de estructuras de gestión diversificadas y
flexibles que han facilitado el establecimiento y fortalecimiento de canales estables
de interacción entre los equipos de investigadores de las universidades con el sector
empresarial, así como con las instituciones públicas, también demandantes de
innovación.

Las Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación, bajo distintas


denominaciones, cuya red nacional cumple su décimo aniversario en este año,
constituyen el mejor exponente de estas estructuras de interacción creadas en las
dos últimas décadas, pues han contribuido de una manera decisiva a una apertura
creciente de las universidades a las demandas del mundo empresarial.

Algunas universidades han creado otras estructuras paralelas como los Centros de
Innovación u Oficinas de Patentes; o complementarias como los viveros e
incubadoras de empresas para encauzar y reforzar sus políticas promotoras de
creación de nuevas empresas de base tecnológica y sus planes de fomento de la
cultura emprendedora.

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La fuerte aceleración protagonizada por este proceso en los últimos años ha sido
posible gracias

a los esfuerzos de los gestores universitarios en difundir y compartir las mejores


prácticas domésticas e internacionales en este terreno, a la mayor apertura al
exterior y mayor ambición de nuestras universidades, así como a la disponibilidad
de mayores recursos públicos, estatales y autonómicos.

Cabe señalar que han sido 18 universidades las que en los últimos cuatro años, han
concurrido a

las convocatorias «parquetazo» del Ministerio, hoy de Ciencia e Innovación,


elevándose a más de 193 millones de euros las operaciones de financiación
aprobadas, mientras que las subvencionessumaron sólo 194.350 euros.

Parece necesario, como apuntan muchos expertos y ponen de manifiesto estudios de


ámbito supranacional, crear, extender y potenciar aquellas estructuras y entes
nuevos que se han revelado más eficaces para facilitar:

 Por una parte, el encuentro y la comunicación permanente y fluida, entre los


agentes de la innovación: las universidades y centros de investigación, las
empresas y las administraciones.
 Por otra, la transferencia de conocimiento científico y tecnológico, así como la
explotación de los resultados de la investigación.

Surgen así diferentes nuevas estructuras como las ciudades científicas y


tecnológicas, la regiones de excelencia innovadora, etc., que se articulan en torno a
espacios y sociedades basadas en la triple hélice universidades, empresas y
administraciones ,con el objetivo de: acercar y facilitar la interacción entre las
empresas, las administraciones y las universidades; eliminar las barreras físicas e
institucionales que dificultan la explotación comercial de la ciencia; y favorecer la
contribución de las universidades al desarrollo regional.

En este mismo ámbito, las oficinas de valorización tecnológica y comercial, cuya


implantación es aún muy incipiente, se están revelando como entes muy
importantes en aportar capacidad de análisis y asesoramiento, así como los iniciales
recursos económicos mínimos, necesarios para poner las bases de la creación de
valor económico y social, a través de productos, procedimientos y servicios útiles a la
sociedad desde los resultados de procesos de investigación internos.

Asimismo, y como señala el propio Informe OTRI 2007, es conveniente aglutinar y


coordinar bajo un mismo marco, el conjunto de políticas encaminadas a potenciar la
transferencia de conocimiento en todas sus vertientes, implicando a todos los
agentes generadores de conocimiento, a las estructuras encargadas de facilitar su
transferencia y a los demás agentes de la innovación, empresas y administraciones.

En este terreno resulta obligado, también, que las universidades se comprometan de


manera proactiva en iniciativas regionales o sectoriales que persigan la generación
de masas críticas de recursos y voluntades innovadoras, como hemos señalado más
arriba: centros tecnológicos, parques de innovación, ciudades científicas, regiones de
excelencia, etc.

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En cualquier caso, un adecuado desarrollo de estas actividades exige también contar


con herramientas tecnológicas especializadas en el terreno de la vigilancia
tecnológica (sistemas expertos e inteligentes) que complementen el uso de
aplicaciones eficientes en la gestión de la investigación.

3.3. Extensión cultural, social e institucional


Pero la transición hacia modelos universitarios nuevos, hacia la Universidad
moderna, debe incorporar también el desafío de convertir a ésta en protagonista y
motor del desarrollo cultural y social y como referencia crítica de una sociedad
abierta y en cambio permanente.

Ampliar nuestro capital social constituye un objetivo ambicioso, pero absolutamente


necesario, puesto que sólo sobre su fortaleza cabe sustentar el desarrollo equilibrado
de la Sociedad del Conocimiento.

La organización directa de actividades culturales, sociales y solidarias, en todas sus


manifestaciones, por parte de las universidades, su participación en proyectos
culturales y sociales promovidos por otras instituciones, la rentabilización social de
equipamientos y servicios (bibliotecas, instalaciones deportivas, auditorios, etc.) y
todo lo que ha venido en llamarse «extensión universitaria» debe ayudar, por una
parte, a lograr una formación más completa e integral de los estudiantes, lo que
forma parte de sus propósitos institucionales, pero también contribuirá a dar mayor
consistencia a la capacidad de nuestra sociedad para hacer frente con éxito a los
desafíos futuros.

El logro de una mayor sensibilidad artística, la participación en actividades


deportivas, la mejora de nuestra cultura científica, la promoción de valores como la
tolerancia, la solidaridad, la excelencia, la flexibilidad, la innovación, el respeto a la
diversidad, la defensa del medio ambiente, etc., deben formar parte de las
aspiraciones de la institución universitaria en el seno de la comunidad a la que
sirve.

La nueva universidad debe estar abierta y comprometida con la comunidad local en


la que está inserta, sin que ello suponga, como hemos señalado anteriormente,
postergar su compromiso con la calidad y la excelencia académica e investigadora;
por el contrario puede ser la mejor base desde la que construir un proyecto
universitario propio y diferenciado y por tanto de interés universal.

De esta manera, la universidad ayudará a crear condiciones favorables a que el


conocimiento individual que sus estudiantes habrán recibido y asimilado en sus
aulas o el que acumulan sus profesores, pueda transformarse en capital social y por
tanto contribuir al desarrollo de la Sociedad del Conocimiento en su entorno
regional o local.

En un ámbito tan amplio, resulta imprescindible la elaboración de planes


específicos (objetivos, políticas y medios) en todos estos frentes y diseñar estructuras
de gestión diversas en función del alcance, naturaleza y contenido de cada una de
estas actividades (deportivas, artísticas, culturales, cooperación, etc.) que pongan en
valor todo el patrimonio intelectual, físico, tecnológico e histórico de las
universidades.

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Aunque se mencione más adelante, como una práctica de éxito, cabe destacar la
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes como un claro exponente de lo que decimos.
Promovida desde la Universidad de Alicante, ha evolucionado hacia una fundación
con amplia presencia y patrocinio público y privado, en la que colabora un número
destacado de profesores de esta universidad, que ha incorporado la participación de
expertos de otras universidades sobre creación literaria, así como grupos técnicos de
investigación sobre tecnologías.

Este proyecto está contribuyendo a la difusión internacional e imagen de esta


universidad y de sus profesores, por lo que se convierte en un instrumento
fundamental en su compromiso social y en su política de relaciones institucionales
que a su vez revierte en las dimensiones docentes e investigadoras de la propia
institución.

La calidad (que no significa elitismo), la consistencia con los objetivos, la


colaboración con otros agentes culturales y administraciones, la evaluación de
resultados, etc., deben ser gestionados con igual rigor y niveles de exigencia que los
empleados en el resto de los servicios universitarios.

Es fundamental que la existencia de estos planes y de las posibles estructuras


singulares de gestión no conlleven su «compartimentalización», reduciéndolas a
actividades menores o secundarias.

Debemos ser capaces de mantener una visión global de las diferentes misiones
institucionales de la nueva universidad y por tanto que la «extensión de actividades
de perfil cultural, social, político o institucional» sean vistas como parte de su
responsabilidad social con la comunidad.

En este ámbito, queremos dar importancia a la conveniencia de profundizar en las


políticas de vinculación de los «amigos y antiguos alumnos», una grave carencia en
nuestras universidades, sobre todo públicas. Estas iniciativas deben proporcionar
sin duda retornos académicos de gran interés para la propia universidad (demanda
futura de formación continua, oferta de prácticas profesionales para los estudiantes
actuales, contratos de servicios con centros e institutos, proyectos conjuntos de
investigación, etc.) y, por qué no, también en el terreno económico, en el marco de
proyectos de «fund-rising» y patrocinios.

Se hace, por tanto, necesario complementar los canales habituales de información


(entre los que destaca con carácter más general la difusión de las actividades a
través del portal de Internet de la universidad) con presencia en nuevos medios,
diversos y especializados.

Desde una perspectiva tecnológica, la cobertura de estas actividades culturales y


sociales no reclama plataformas diferentes de las que se habrá dotado la institución
para su gestión académica, económica o administrativa.

No obstante, sí cabría señalar la importancia que adquiere una adecuada gestión de


su web y sus redes sociales. Por ello sería importante desarrollar las oportunidades
que ofrece la web 2.0 y la rentabilización del potencial que encierra su participación
en proyectos colectivos como Universia, al que nos referiremos más adelante, tanto
en términos del interés hacia su comunidad y los públicos locales, como
especialmente en el despliegue de su dimensión iberoamericana y global.

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En el nuevo escenario de la Sociedad del Conocimiento global, las universidades


buscan, cada vez más, alianzas estratégicas y fórmulas de cooperación
interuniversitaria (redes, asociaciones, consorcios, sociedades,…) que les doten de
una mayor capacidad de atraer y retener talento (tanto de estudiantes como de
profesores), una presencia internacional más destacada, un mejor aprovechamiento
de recursos y, en definitiva, una mayor capacidad de competir en un panorama
nacional e internacional cada vez más exigente.

Existen numerosas experiencias en este sentido, si bien cabe destacar, por su


dimensión, la red Universia, integrada en la actualidad por 1.070 universidades
latinoamericanas de once países. Tal dimensión está permitiendo a muchas
universidades jugar un papel destacado en ámbitos diversos de la actividad
universitaria que difícilmente habrían podido desempeñar sin la fuerza de la red.

El proyecto Universia reúne, además, otros elementos que le confieren


características únicas, como es el hecho de tratarse de una iniciativa impulsada con
la financiación exclusiva de una empresa privada (Banco Santander) y con una
fórmula societaria que contempla la participación de cada universidad como socio de
la misma. La existencia de un portal Internet en cada país, así como de un portal
corporativo con contenidos y servicios globales supone, hoy, una nueva referencia
indiscutible, tanto para las universidades, a la hora de anunciar ante la comunidad
hispana sus ofertas docentes, de investigación y de extensión, como para los
usuarios de esos servicios.

4. Implicaciones tecnológicas
Para hacer posible el desarrollo de las actividades y servicios englobados en el ámbito
de la tercera misión, de una manera más eficiente, las universidades deben proveerse
de las tecnologías adecuadas a los diversos servicios que se engloban.

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4.1. Implicaciones en actividades de extensión docente


Como hemos comentado, el eje central es la continuidad de la formación de los
universitarios, pero también la adquisición, mejora y actualización de conocimientos
de otros sectores de la población.

Se hacen necesarias herramientas que permitan soportar nuevas estructuras de


gestión administrativa y académica. Hay que hablar de:

 Sistemas de matriculación de cursos que no se correspondan con los planes de


estudio habituales de las universidades, ni con los grados y posgrados, sino
centrados en una oferta educativa casi personalizada.
 Sistemas de gestión de alojamientos para las formaciones realizadas en campus de
verano, etc.
 Es posible que existan ocasiones en las que la presentación de las evidencias de
aprendizaje sea requisito necesario para el acceso a una determinada formación y,
por tanto, hay que proveer mecanismos para la presentación electrónica de
currícula y de intercambio automatizado de expedientes entre universidades. La
utilización de la tecnología «chip» en la emisión de carnés universitarios puede
proveer un mecanismo ágil en el que disponer del expediente académico del
estudiante en sus intercambios cada vez más habituales en el marco del EEES.
 Lógicamente, al ofrecer esta formación para colectivos que pueden estar
simultaneando su trabajo habitual con la actualización de los conocimientos o la
adquisición de otros nuevos, tienen que existir sistemas de formación virtual (LMS)
y, por tanto, de gestión de objetos de aprendizaje (LCMS).

Buen ejemplo de todo ello nos resulta la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, a
la que nos referiremos con más detalle como mejor práctica. Yendo un paso más
allá, se puede hacer uso de los medios audiovisuales para completar la formación:
podcasts con el audio de las clases presenciales, streaming de video o canales de

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televisión específicos y, por tanto, las universidades incorporarán, cada vez con
mayor ritmo, herramientas de producción multimedia.

En efecto, la docencia universitaria, está adoptando —como hemos comentado—


nuevas formas, tanto en su producción, como en su divulgación, que afectan a su
propia comunidad, como al resto de la sociedad. Así, el acceso a las fuentes de
información es una realidad cada vez más accesible para todos, que permite una
mejora en la calidad de los materiales y recursos docentes, tanto a los profesores
como a los alumnos. Las universidades trabajan y deben seguir trabajando en el
desarrollo de los recursos, proyectos y estructuras necesarias para que tanto la
producción como la divulgación de conocimiento aprovechen las ventajas y
soluciones que la tecnología va transformando.

Ejemplos muy concretos de este tipo de realidades, cuya difusión y utilización están
siendo impulsadas desde Universia, son:

 Open CourseWare (OCW): se conoce así al consorcio mundial de universidades


promovido por el MI T y al que se están adhiriendo la mayoría de las universidades
de los cinco continentes y cuyo objetivo es promover que los profesores
universitarios pongan los materiales de sus asignaturas en Internet con acceso
abierto a cualquier usuario, sea o no universitario. Este proyecto pretende poner el
acento en demostrar que las tecnologías facilitan que cualquier persona pueda
acceder a la información, pero que su aprovechamiento y utilización solo podrán
optimizarse bajo la tutela docente de los profesores.
 Biblioteca de objetos de aprendizaje: desde diversos foros universitarios se están
promoviendo en la actualidad el desarrollo de Bibliotecas de objetos de aprendizaje,
entendidas como repositorios ordenados, ponderados y clasificados de recursos que
pueden servir a nuestros docentes en la elaboración de sus materiales, cursos o
proyectos.
 Portales de cursos: como ya se ha analizado anteriormente, la docencia está
inmersa en un proceso de transformación que utiliza nuevos soportes. Surge así,
como una clara tendencia, el desarrollo de la formación online, como una nueva
forma de docencia especialmente indicada como complemento al aprendizaje de
conocimientos o el desarrollo de habilidades.

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4.2. Implicaciones en actividades de extensión investigadora


El desarrollo eficiente de la función de valorización y comercialización demanda que
sus unidades gestoras puedan contar con plataformas tecnológicas que permitan
identificar, con agilidad y de la manera más completa posible, el estado de las artes
en ese específico ámbito en la comunidad científica y en el mundo de la protección
de la propiedad intelectual.

Disponer de plataformas tecnológicas que incorporen, entre otras, herramientas


como «asistentes inteligentes virtuales» y metabuscadores potentes y robustos
capaces de acceder a información multilingüe y con diverso soporte, sería una gran
ayuda para los gestores de la transferencia.

El asistente virtual para acceso a la información es un sistema automático de apoyo


en tareas de búsqueda y recopilación de información, capaz de: mantener una base
de datos documental con información multimedia relacionada con la tarea del
usuario; admitir una consulta de usuario realizada en lenguaje natural a través de
una aplicación (no sólo palabras sueltas); realizar una selección y filtrado de
documentos relevantes al usuario; interaccionar con el usuario mediante diálogos
naturales hasta determinar exactamente la información buscada por éste; mostrar
la información en su formato multimedia original.

El metabuscador tecnológico se configura a su vez como una herramienta capaz de


facilitar laconsulta y captura de resultados mediante diferentestécnicas
(expresiones regulares, servicios web, acceso a bases de datos, búsqueda federada,
etc.).

La información es presentada y organizada en categorías, lo que permite al usuario


refinar su búsqueda, añadiendo criterios de forma progresiva hasta encontrar la
información deseada. Permite, a su vez, buscar en servidores con: bases de datos,
índices, objetos persistentes o cualquier otro método de almacenamiento de datos, e
incluso con entradas presentadas como listados en HTML o XML, sin buscador.

Por otra parte es necesario que existan portales colaborativos con elementos tales
como blogs, foros de discusión, pizarras virtuales, herramientas de generación de
encuestas y un espacio con una agenda de trabajo común que faciliten la interacción
entre diversos usuarios.

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4.3. Implicaciones en actividades de extensión cultural, social e


institucional
Desde una perspectiva tecnológica, la cobertura de estas actividades culturales y
sociales no reclama inicialmente plataformas diferentes de las que se habrá dotado
la institución para su gestión académica, económica o administrativa.

Pero sí cabe aludir a herramientas especializadas para atender, de manera más


eficiente y especializada, a determinados aspectos de este ámbito.

Quizá una de las herramientas más útiles para esta extensión sea la de SRM o
gestión de las relaciones con estudiantes para poder programar, controlar y evaluar
convenientemente el éxito de las actividades que se lleven a cabo.

Cabría señalar, en cualquier caso, la importancia que adquiere una adecuada


gestión de su web y sus redes sociales. Por ello sería importante desarrollar las
oportunidades que ofrece la web 2.0 y la rentabilización del potencial que encierra
su participación en proyectos colectivos como Universia, tanto en términos del
interés hacia su comunidad y los públicos locales, como especialmente en el
despliegue de su dimensión iberoamericana y global.

La difusión de las actividades que conforman esta «tercera misión» tiene mucho que
ver, también, con el aprovechamiento de la Web y las herramientas de Internet.

En la figura referida en el capítulo 1: «Universidad Digital 2010», se destacan


aquellas variables que más inciden en el desarrollo de la «tercera misión», según
hemos visto, tanto en el ámbito de los servicios de negocio, de soporte, interfaces y
canales de interacción (figura 4.1) como en las infraestructuras que hacen posible
todo lo anterior (figura 4.2).

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5. Buenas Prácticas
Se presentan a continuación algunos ejemplos de iniciativas emprendidas por
universidades españolas como extensión de la investigación y de la docencia, así como
de otras actividades «extramuros » de la universidad, en su pretensión de cumplir con
los objetivos propios de la «tercera misión», y la manera en que están dando respuesta
a las implicaciones tecnológicas que se derivan de las mismas.

5.1. Buenas prácticas en actividades de extensión docente


La Escuela Complutense de Verano. Universidad Complutense de Madrid
La Escuela Complutense de Verano nació en el año 2000, para ofrecer un variado
conjunto de cursos de 100 horas lectivas (25 horas semanales), a lo largo del mes de
julio, con una vocación objetiva de permanecer en el tiempo bajo un mismo formato
académico. Los cursos se dirigen a alumnos/as universitarios/as y profesionales de
toda España y del resto del mundo, principalmente de habla hispana. Precisamente
la Escuela Complutense de Verano fue concebida también como punto de encuentro
universitario entre España y Latinoamérica, en el que estudiantes con una lengua
común pudieran compartir sus conocimientos y enriquecerse con el intercambio de
experiencias propias de cada cultura.

Sobre las buenas prácticas utilizadas gracias al empleo eficiente de la tecnología


cabe citar, entre otros:

 La generación de una base de datos de direcciones electrónicas de alumnos


universitarios y otros colectivos (obtenidas mediante trabajo de campo, 42.000
direcciones, de las que 7.000 son latinoamericanas), a las que se mantiene
informados mediante un boletín electrónico mensual que cuenta, a su vez, de todas
las actividades de extensión promovidas desde la Fundación General de la
Universidad.
 La habilitación de un aplicativo web que permite la formalización online de la
matrícula de los cursos.

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 La implantación de pasarelas de pago por Internet (TPV virtual) para facilitar el


pago mediante tarjeta de crédito (especialmente utilizado por alumnos
extranjeros).

Asimismo, están trabajando en la implantación de herramientas de formación


online que permita complementar la formación presencial con algunas horas no
presenciales.

«La Nau Gran». Universidad de Mayores de la Universitat de València


El programa de La Nau Gran permite a personas mayores de 55 años acceder como
alumnos a la Universitat de València (aunque sin la expedición de un título oficial)
y compartir las aulas y las materias con el resto de los estudiantes que cursan las
titulaciones regladas. Así los estudiantes de La Nau Gran pertenecen al entorno
universitario real, participando activamente de los conocimientos, la cultura, la
investigación y el debate.

Los alumnos matriculados en la Nau Gran, al igual que los que lo están en las
diferentes titulaciones, pueden hacer uso de una herramienta de soporte y ayuda de
carácter virtual. Este sistema ofrece espacios de grupo virtuales a profesores y
alumnos como apoyo a los grupos de docencia presencial.

La plataforma es una aplicación web de fácil acceso; para emplearla es necesario


dirigirse a la web correspondiente y validarse con la cuenta habilitada a tal efecto.
Los usuarios disponen de un manual de uso aplicado y de ayuda de la aplicación, y
la plataforma permite gestionar la entrega de actividades, elaborar cuestionarios,
compartir documentos, crear foros de discusión, enviar notificaciones por correo
electrónico o disponer de calendarios propios y de grupos, entre otras opciones.

Este sistema también ofrece a los profesores la posibilidad de solicitar la creación de


comunidades de investigación virtuales asociadas a proyectos de investigación
formados por personal de ésta y de otras universidades.

Grupo 9 de universidades (G-9). La excelencia académica en la universidad


El Grupo 9 de universidades (G-9) es una asociación sin ánimo de lucro, constituida
en 1997, y formada por las universidades públicas que son únicas en sus respectivas
comunidades autónomas: Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Illes
Balears, La Rioja, Oviedo, País Vasco, Pública de Navarra y Zaragoza.

El Grupo nació con el objetivo de promover la colaboración entre las instituciones


universitarias que lo integran, tanto en lo que respecta a las actividades docentes e
investigadoras como a las de gestión y servicios.

Las comunidades autónomas a las que pertenecen las universidades públicas del G-
9 representan, en superficie, prácticamente el 50% del territorio español.

Las nueve universidades del Grupo, con más de 200.000 alumnos presenciales
matriculados en su conjunto, incluyen en su oferta académica la mayor parte de las
titulaciones que se pueden cursar actualmente en España, junto con una apuesta
clara por las nuevas tecnologías y las enseñanzas online.

El Campus Virtual Compartido (CVC) es una de las iniciativas más antiguas del G-
9. Desde el curso 1998/99 se imparten asignaturas de libre configuración a través de
Internet. Cada asignatura es ofrecida por profesorado de una universidad y cuenta

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con estudiantes en todas las del Grupo, concretamente hay un cupo de 10


estudiantes por universidad, lo que supone un tamaño máximo de grupo de 90
estudiantes. El programa se ha mantenido de forma continua a lo largo de los años,
incrementando considerablemente el interés suscitado tanto entre profesores como
estudiantes.

La oferta del Campus Virtual Compartido está estructurada en itinerarios que


permiten a los estudiantes la obtención de un diploma cuando completan un número
determinado de créditos temáticamente coherentes y previamente definidos.

En el curso 2007/2008, el Campus Virtual Compartido del Grupo 9 de


Universidades ha alcanzado el mayor número de matrículas de toda su historia,
4.744, lo que le sitúa a la cabeza de los campus online interuniversitarios más
grandes de toda España, tanto en número de matrículas como en asignaturas
ofertadas, 86.

La experiencia de estos años de enseñanza a través de Internet y de colaboración


entre universidades se considera muy valiosa para el establecimiento de nuevas
actividades académicas, interuniversitarias y virtuales, de mayor calado.

Respecto de la organización tecnológica del Campus Virtual Compartido (CVC) del


G9, es mínima. Su funcionamiento descansa en los «campus virtuales» y en sus
herramientas de teleformación, de cada una de las 9 universidades. La
infraestructura común se limita a un portal relativamente escueto. El portal,
además de secciones estándares de avisos y noticias, permite acceder a las
asignaturas. Así,con una única identificación en el portal (single sign on) los
estudiantes acceden a las asignaturas de las que están matriculados. La gestión de
este acceso único requiere una coordinación importante entre los gestores del portal
(mantenido por el Centro de Innovación de la Universidad de Oviedo) y los campus
virtuales de todas las universidades. A partir de ahí, la conexión se transfiere a
cada sistema particular. Las Universidades del G9 cuentan con diversas
plataformas de teleformación (varios Moodle, varios Blackboard, antes Web-CT, y
alguna herramienta propia), algunas universidades más de una.

Es interesante advertir que esa diversidad no ha producido nunca el más mínimo


problema entre los estudiantes, confirmando la idea cada vez más extendida de que
la plataforma no es importante en los procesos de teleformación. De una experiencia
como ésta se aprende a valorar especialmente los estándares, la interoperabilidad y
la transmisión de la información más que programas o tecnologías concretas.

5.2. Buenas prácticas en actividades de extensión de la investigación


La Agencia de Valorización y Comercialización de los Resultados de
Investigación de la Universidad de Barcelona (AVCRI)
El Consejo de Gobierno de la UB acordó, en julio de 2005, crear esta agencia como
«una estructura interna, de tipo transversal, de coordinación y potenciación de las
estructuras existentes en el Grupo UB vinculadas a la actividad de transferencia,
valorización y comercialización de los resultados de investigación en todos los
ámbitos de conocimiento».

Su misión consiste en contribuir a que el Grupo UB:

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 Optimice la transferencia de su conocimiento de acuerdo con estándares


internacionales.
 Asegure la identificación, valorización y comercialización de su propiedad
intelectual e industrial.

Genere una cultura de apreciación del valor social de la investigación.

El desarrollo eficiente de la función de valorización y comercialización sólo se


consigue con plataformas tecnológicas capaces de identificar, con agilidad y de la
manera más completa posible, el estado del arte en ese específico ámbito en la
comunidad científica y en el mundo de la protección de la propiedad intelectual, lo
que exige de los gestores disponer de plataformas tecnológicas que incorporen, entre
otras, herramientas como «asistentes inteligentes virtuales» y metabuscadores
potentes y robustos capaces de acceder a información multilingüe y con diverso
soporte.

UNINVEST, S.G.E.C.R.,S.A.
Es un instrumento diseñado por 16 universidades para favorecer la creación de
empresas de base científica y tecnológica de nueva o reciente creación, surgidas en
el entorno universitario y de otros centros de investigación.

Las principales razones para la puesta en marcha de este proyecto, promovido desde
la Universidad de Santiago de Compostela, fueron:

 La necesidad de alcanzar una masa crítica de iniciativas.


 La necesidad y utilidad de un mecanismo financiero específico para los spin-offs.
 Fortalecer el papel de las universidades como agentes socioeconómicos activos.

De manera análoga a lo señalado para el caso anterior, el desarrollo eficiente de los


servicios que ofrece UNINVEST exige a sus gestores hacer uso de herramientas del
tipo «asistentes inteligentes virtuales» y «metabuscadores» con objeto de disponer,
en el menor tiempo, de acceso a información sobre el grado de desarrollo de cada
investigación y proyecto susceptible de ser lanzado.

5.3. Buenas prácticas en actividades de extensión cultural, social e


institucional
Antiguos alumnos CEU
Con más de 160.000 ex alumnos y 27.000 egresados, distribuidos en 38 países del
mundo, la agrupación de antiguos alumnos CEU es la más numerosa de España.

La agrupación engloba a los antiguos alumnos de todos los centros del CEU:
universidades, escuelas de negocios, colegios, Escuela de Magisterio e Instituto
Superior de Estudios Profesionales.

Los objetivos de la agrupación se pueden resumir en los siguientes:

 Mantener vivo el contacto del CEU con los antiguos alumnos y de éstos entre sí.
 Proporcionar cauces para las relaciones profesionales y sociales entre los antiguos
alumnos.
 Facilitar la formación permanente a lo largo de su carrera profesional.
 Proporcionar a los antiguos alumnos servicios y actividades cada vez mejores.

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 Difundir el espíritu y los valores del CEU como institución educativa de inspiración
católica.

El 65% de los actuales nuevos alumnos del CEU, en todos sus centros, proviene de
los antiguos alumnos.

Los dos pilares tecnológicos básicos sobre los que se asienta la gestión del CEU,
respecto a sus antiguos alumnos, son los siguientes:

 La base de datos: es la auténtica piedra angular sobre la que se cimienta una


asociación de antiguos alumnos y uno de los aspectos en los cuales el CEU ha sido
pionero.
 El CRM (Customer Relationship Management): integrado en el portal web de la
Agrupación, diseñado originariamente por Universia y, posteriormente,
actualizado, ampliado y personalizado por el Departamento de Nuevas Tecnologías
de la Fundación Universitaria San Pablo CEU.

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y la Universidad de Alicante


Concebida en 1999 por la Universidad de Alicante, con el respaldo del Banco
Santander, años después se configuró como fundación, que con la presidencia de
Mario Vargas Llosa reúne en su patronato a un buen número de instituciones
culturales y empresas españolas con presencia en Iberoamérica. Su objetivo
principal es la difusión en Internet de las culturas hispánicas y de las obras más
relevantes de la literatura iberoamericana.

Hoy permite ya el acceso libre a sus colecciones, compuestas por más de 30.000
obras digitalizadas en distintos formatos que abarcan a los autores más
representativos de las letras iberoamericanas de ambos lados del Atlántico.

Sus contenidos se enriquecen continuamente gracias a la firma de acuerdos con las


más prestigiosas instituciones culturales, como las bibliotecas nacionales de
España, Argentina, México, Chile, Venezuela o Brasil, las bibliotecas universitarias
históricas o la misma REBIUN, así como otras instituciones como la RA E,
Biblioteca de Palacio, Colegio de España en México o fundaciones como las de
García Lorca, R. Alberti, A. Carpentier, P. Neruda, N. Guillén…

Una de sus prioridades es lograr, también, la plena accesibilidad y facilitar al


máximo la navegación por sus páginas a sus visitantes y usuarios, con
independencia de sus capacidades físicas, sensoriales o cognitivas. Cuenta así con
una biblioteca de signos dirigida a colectivos con discapacidades auditivas, y con
una fonoteca para personas con discapacidades visuales.

Los años transcurridos desde su creación (con la aspiración de ser el mayor


proveedor de información en la creación literaria iberoamericana) han supuesto
también una gran revolución del mundo Internet, la Red ha cambiado para hacerse
patrimonio de todos.

Los usuarios ya no son consumidores pasivos de información, sino que son sujetos
activos, creadores de contenidos valiosos, que quieren sentirse cómplices y
partícipes de una creación colectiva y con más amplios márgenes de libertad
personal para reutilizar el contenido, gestionar sus contenidos propios con otros,
proponer e incorporar nuevos contenidos, formar comunidades con flexibilidad,
personalizar el acceso a la información preferida, imprimir bajo demanda….

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Esta transformación que está viviendo Internet está obligando a la Biblioteca


Virtual Miguel de Cervantes a redefinir y complementar los criterios y
herramientas tecnológicas (software y hardware) que ha utilizado hasta la fecha. El
conjunto de esta plataforma, en sintonía con la llamada Web 2.0, está siendo
desarrollado por grupos de investigadores de la Universidad de Alicante.

A continuación, señalamos las principales líneas del modelo conceptual en las que
se está trabajando:

 Análisis del modelo: las entradas de contenido de la biblioteca son sus propios
fondos, fondos procedentes de otros proyectos de digitalización y que posean API
para poder manejarlos o fondos digitalizados externamente recolectados mediante
protocolos como el OAI -PMH o z3250.
 Estos fondos serán procesados para integrarse de manera homogénea en la
biblioteca, respetando las consideraciones relativas al grado de elaboración del
contenido, asuntos de propiedad intelectual o de disponibilidad.
 Arquitectura: la propuesta más viable es seguir una arquitectura en capas:
o Capa de presentación: se encuentran los sistemas que se pueden ejecutar
directamente desde el navegador: el propio portal de la biblioteca,
bibliotecas digitales, blogs, wiki, gestor de contenidos (CMS) o sistema de
gestión del aprendizaje (LMS) y campus virtuales.
o Capa de aplicaciones: que contiene el conjunto de servicios y aplicaciones
que son utilizados por las diferentes herramientas de la capa de
presentación para acceder y gestionar la información almacenada en la
biblioteca. Contiene, además, funciones básicas que aseguran la validación,
conversión y conectividad con la capa de datos.
Específicamente para la conexión con aplicaciones externas se han valorado
múltiples protocolos e iniciativas como: OAI -PMH, RSSAtom-OPML,
estándares elearrning, Open Search, Z39.50 o SOAP.
o Capa de datos: con una filosofía de almacén de datos que permita una
mejor explotación de los datos de que se dispone, tanto de las bases de
datos referidas a los fondos como los datos de utilización que hacen los
usuarios de los recursos.

Por lo que se refiere a los fondos bibliográficos que se ofrece al usuario se trabaja en
sistemas «imagen-texto vinculado», en sistemas «texto marcado» (con un proceso
más complejo, puesto que necesita pasar por un proceso realizado por personal
especializado de corrección y posterior marcado del texto, lo que por supuesto,
también lo encarece) y «multimedias» ( que también exigen un adecuado proceso de
catalogación para permitir su búsqueda y reutilización).

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6. Agradecimientos
Las ideas expuestas en el presente capítulo son herederas de los criterios y
pensamientos aprehendidos —en gran medida— de los responsables y gestores de las
universidades españolas, con los que los autores han compartido su actividad
profesional a lo largo de los últimos años.

Es referencia obligada, en este epígrafe de agradecimientos, la persona de D. Fernando


Tejerina, quien fuera rector de la Universidad de Valladolid, a quien los autores deben
gran parte de las ideas expuestas en este capítulo y —específicamente— en la
formulación de su marco estratégico.

Es necesario, asimismo, agradecer las aportaciones que han realizado a este capítulo
las universidades de Cádiz, Valladolid, Autónoma de Barcelona, Complutense de
Madrid, Valencia, CEU, Santiago de Compostela, Barcelona, Alicante, así como otras
instituciones como la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Universia y la
Oficina de Cooperación Universitaria.

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