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Soberanía alimentaria y el modelo


de agronegocios a 200 años
de la independencia 1

POr JUAN WAHREN

Licenciado en sociología, magíster en investigación en Ciencias sociales y doctor en


Ciencias sociales (ubA). investigador del instituto de investigaciones Gino Germani. JtP de
sociología rural y del seminario “Acciones colectivas, protestas y movimientos sociales en
el interior del país. El contexto de América Latina”. Coordinador del GEr-GEMsAL (iiGG).
sus temas de investigación giran en torno a las disputas territoriales de diversos
movimientos sociales de la Argentina y América Latina, especialmente con movimientos
campesinos, indígenas y de trabajadores desocupados.

Andrés Wittib - AnCCOM


“Es tiempo de aprender a liberarnos del espejo eurocéntrico donde nuestra imagen es siempre, necesariamente,
distorsionada. Es tiempo, en fin, de dejar de ser lo que no somos”
Aníbal Quijano (2003).

“En el siglo XiX, la edad de hierro planetaria está marcada por el formidable desarrollo del imperialismo europeo,
en primer lugar británico, que le asegura el dominio del mundo, aunque los Estados unidos de América y después
las nuevas naciones de América Latina ya se hubieran emancipado, si bien justamente sobre el modelo y según
las normas y concepciones de Europa occidental”
Edgar Morin (2006).

doscientos años de la declaración de la indepen-

A
país productor de materias primas, principalmente alimen-
dencia reemergen múltiples debates acerca del ca- tos, constituyéndonos en la consolidación del modelo agro-
rácter que tuvo la misma para nuestro país y para el exportador como el “granero del mundo” a costa del
conjunto de los territorios que hoy denominamos América despojo de las tierras que aún se encontraban en posesión
Latina. En este sentido, nos posicionamos en pensar el ca- de pueblos indígenas. Lógica productiva.
rácter inconcluso y neocolonial de la independencia ya que Así, las bases agrarias de la Argentina muestran un mo-
si bien se obtuvo una independencia política formal muchos delo de dependencia tanto en la inserción subordinada en el
de los mecanismos coloniales de dominación y dependen- mercado internacional como en la continuidad de la estruc-
cia permanecieron en los dispositivos de la “colonialidad tura agraria colonial en tiempos de la república, donde la pro-
del saber” y la “colonialidad del poder” (Quijano, 2003). Es piedad de la tierra continuó en pocas y poderosas manos,
decir, que la dependencia económica pero también cultural conformando una estructura agraria desigual que, si bien
se mantuvo aunque las metrópolis se fueran diversificando tuvo momentos de cierta redistribución de la tierra durante
a lo largo del tiempo (España, Gran bretaña, Francia, Esta- parte del siglo XX, la tendencia general siguió siendo la con-
dos unidos, China, etcétera). La propia conformación del centración de la tierra, cuestión que se vio fortalecida en los
Estado nación se realizó a imagen y semejanza de las lógi- últimos cuarenta años con la instauración del neoliberalismo
cas políticas de quienes nos estábamos emancipando, la en la Argentina y luego con la consolidación del modelo de
LAurA PAsOtti - AnCCOM

cultura y los modelos económicos de nuestros nóveles pa- agronegocios desde la década del noventa.
íses fueron subsumidos primero a la lógica hegemónica de En el presente artículo introduciremos algunas de las ca-
Europa occidental a la que un siglo después se sumó Esta- racterísticas que asume este modelo agropecuario y su vínculo
dos unidos como imperio hegemónico. La inserción pro- con la problemática del “acceso a la alimentación” en el con-
ductiva de la Argentina a nivel internacional se dio como texto de globalización neoliberal, como una expresión de la

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continuidad en las lógicas de dependencia económica en las campo argentino se vio “regulado” cada vez más por las Como ya hemos analizado, las transformaciones origina-
“leyes del mercado” y los actores hegemónicos del agrone-
LAS bASES AgRARIAS dE LA das en las últimas décadas en nuestro país tendieron a orien-
cuales se encuentra inserto nuestro país pese a cumplirse dos-
cientos años desde la declaración de independencia en 1816. En gocio (pools de siembra, fondos de inversión agropecuaria, ArGEntinA MuEstrAn un MOdELO dE tar la agricultura hacia producciones destinadas a la
este sentido, tomar como ejemplo de análisis el modelo agro- semilleras transnacionales, grandes terratenientes, comeri- dEPEndEnCiA tAntO En LA insErCión exportación, transformando buena parte de las prácticas y re-
pecuario no es casual dada la fuerte incidencia de este sector cializadoras/exportadoras de granos y cereales, grandes fri- laciones sociales de los espacios agrorrurales. Esta situación
productivo en la historia de la Argentina, tanto en términos goríficos, hipermercados, etcétera). Entre las medidas más subOrdinAdA En EL MErCAdO se replica en América Latina y vastas regiones de Asia y África,
económicos, como políticos, sociales, simbólicos y culturales. importantes de este decreto se destaca la disolución de los intErnACiOnAL COMO En LA con características particulares en cada país y región. Las pro-
Para tal fin, reflexionamos en torno a los múltiples factores entes estatales regulatorios como la Junta nacional de Car- ducciones de campesinos y pequeños productores de América
COntinuidAd dE LA EstruCturA
–sociales, políticos, económicos y culturales– que influyen en nes y la Junta nacional de Granos, así como de los institutos Latina que tradicionalmente estaban destinadas al autocon-
las formas de producción, en las maneras de distribución y estatales de promoción y apoyo a las economías regionales AGrAriA COLOniAL. sumo o a mercados locales o nacionales, en años recientes fue-
comercialización de los alimentos, así como en los diferentes (yerba mate, algodón, azúcar, etcétera) que repercutió direc- ron sustituyéndose por productos de exportación impulsados
sentidos y proyectos hegemónicos construidos frente al pro- tamente en los mundos de los pequeños productores y en su por las grandes corporaciones agroindustriales. Como afirma
blema del abastecimiento así como posibles alternativas que se limitación para incluirse en el modelo productivo. teubal (2001), “en muchos casos las exportaciones no tradi-
tejen alrededor del concepto de soberanía alimentaria y las Esto generó que muchos pequeños y medianos produc- cionales reemplazaron la producción de alimentos básicos, ge-
disputas territoriales que protagonizan diversos pueblos in- tores, endeudados fuertemente durante las décadas anterio- nerándose escaseces y alzas de sus precios, afectando de este
dígenas y movimientos campesinos en todo el país. res perdieran sus tierras y abandonaran la producción modo a la población más pobre de la comunidad”.
agropecuaria, ligada principalmente a la producción de ali- Así, la lograda mayor productividad mediante la agri-
LA SObERANíA ALImENtARIA mentos para el mercado interno. En efecto, esta tendencia cultura industrial y la intensificación tecnológica tuvo como
y EL mODELO DE DEpENDENcIA DEL AgRONEgOcIO hacia la desaparición de pequeños y medianos productores Por otro lado, este modelo productivo implica una escasa “paradójico” resultado un aumento de las situaciones de
A lo largo de la historia de nuestro país el sector agrope- continúa y, por ende, se acentúa el proceso de acaparamiento rotación de cultivos, lo cual provoca una mayor erosión de los pobreza y hambre. un país como la Argentina, que aún hoy
cuario sufrió distintas transformaciones. Hasta mediados de y concentración de la tierra, fortaleciendo las inequidades así suelos, la ruptura con formas ancestrales de producir la tie- logra récords en la producción de alimentos (que alcanza-
los años setenta la Argentina presentaba un modelo agroin- como las disputas territoriales en los mundos rurales de nues- rra, y el avance de la “frontera agropecuaria” hacia zonas no rían para abastecer a 300 millones de personas), registra
dustrial productor de alimentos que –aunque con desigual- tro país (domínguez y sabatino, 2006). tradicionales, es decir, una “pampeanización” de regiones que sin embargo en nuestros días un alto porcentaje de perso-
dad– incluía a las economías regionales y a los pequeños y A su vez, con la desregulación de los mercados agrícola- no se dedicaban a la producción de agricultura expansiva ni nas que no pueden cubrir sus niveles básicos de alimenta-
medianos productores, a la vez que garantizaba la provi- ganaderos se permitió la importación de maquinarias, in- ganadería a gran escala (provincias de santiago del Estero, ción y de calidad de vida.
sión de alimentos para el mercado interno (Giarracca y teu- sumos y tecnología en semillas transgénicas y agrotóxicos, Chaco, salta, Formosa) por medio de desmontes del bosque En el contexto actual, el gobierno de Mauricio Macri pa-
bal, 2008). Con la instauración del modelo neoliberal a lo cual se profundizó luego con la autorización guberna- nativo y desalojos a comunidades indígenas, campesinos y recería que va a continuar y profundizar las políticas que for-
partir de la última dictadura militar, este esquema agrope- mental para la utilización y comercialización de semillas pequeños productores rurales. Este avance del modelo del talezcan el modelo del agronegocio. dos de las medidas más
cuario comenzó a transitar importantes transformaciones, transgénicas de soja en el año 1996 y de maíz en 2004. agronegocio ha implicado, entonces, graves consecuencias significativas del nuevo ministro de Agroindustria (surgido del
orientándose a la satisfacción del mercado externo y siendo Con estos cambios estructurales como marco, comenzó a para el ambiente en el mediano y largo plazo, así como una seno de la CrA, una de las organizaciones corporativas pa-
cada vez más dependiente en cuanto a la tecnología apli- crecer exponencialmente el uso de los cultivos transgénicos amenaza actual para las poblaciones desalojadas o en peli- tronales del campo más importantes) han ido en este sentido:
cada a la producción y respecto a los cánones productivos (principalmente soja rr, luego Maíz rr y Maíz bt), junto con gro de serlo en diferentes regiones del país. la baja de las retenciones a la soja y a otros cultivos paradig-
de los mercados internacionales. el sistema de siembra directa (no remoción del suelo) que ge- Por otro lado, la productividad y la mayor rentabilidad máticos del modelo de agronegocio y la virtual paralización y
de este modo, en la década de los noventa comienza a ser neró aun más expulsiones de mano de obra agrícola que generada por los “oligocultivos transgénicos” –soja y maíz desarticulación de la secretaría de Agricultura Familiar (des-
hegemónico un nuevo modelo agropecuario basado en el de- abandonaba las zonas rurales para engrosar los barrios peri- (barri y Wahren, 2010)– provocó la sustitución de cultivos pido masivo de técnicos de distintas provincias, desfinancia-
nominado “agronegocio”, el cual ha implicado una profundi- féricos de los grandes centros urbanos (principalmente bue- tradicionales del agro argentino (girasol, arroz, algodón, cion, etcétera), que es el organismo encargado de fomentar
zación e intensificación de la producción agroindustrial nos Aires, rosario, Córdoba y las distintas capitales trigo, sorgo, etcétera) y de otras actividades agropecuarias y generar políticas públicas en favor de los pequeños pro-
orientada a la provisión de insumos para la exportación, donde provinciales). Así se consolidó un modelo basado en la con- (tambos, ganadería bovina y ovina) que en muchos casos ductores rurales.
priman las lógicas del mercado internacional de commodities centración de la tierra y la revolución biotecnológica, siendo estaban orientadas a satisfacer las necesidades alimenta- durante el kirchnerismo se fomentó fuertemente el mo-
y donde la concentración de poder económico y de decisión la soja el cultivo paradigmático, que junto con el maíz trans- rias del mercado interno. de esta manera, se pierde paula- delo de agronegocio con la pretendida intención de que coe-
por parte de algunas empresas sobre las cadenas de distribu- génico conformaron una suerte de “oligocultivo transgénico” tinamente la diversidad productiva comportando también xista con la denominada “agricultura familiar” (pequeños
ción y comercialización determina los precios de los produc- en la Argentina. Modelo que, por cierto, fue apuntalado tam- riesgos para la soberanía alimentaria de la población. productores, campesinos, indígenas), algo que –a nuestro en-
tos en detrimento de los pequeños y medianos productores. bién por parte del sistema científico tecnológico nacional a En suma, el avance del modelo del agronegocio ha im- tender– es imposible por la propia lógica territorial expansiva
Además, en este esquema agropecuario los paquetes tec- través de diversos institutos del COniCEt, algunas universi- plicado una nueva territorialidad de los mundos rurales de- del agronegocio. El gobierno de Macri parece reacomodarse
nológicos provistos por las grandes empresas semilleras y de dades nacionales y, sobre todo, del Ministerio de Ciencia y bido al avance del mismo sobre poblaciones, montes y en el paradigma de un modelo de mayor concentración de la
tecnología agropecuaria imponen lógicas de producción (uti- técnica (barri y Wahren, 2010). bosques (pueden observarse paisajes unificados, homogé- tierra, una orientación hacia las exportaciones de commodi-
lización de semillas transgénicas, agrotóxicos, maquinarias, El agronegocio en tanto modelo se encuentra enmarcado neos y monocromáticos, el denominado “desierto verde” ties, una profundización del uso de nuevas tecnologías sin so-
aviones fumigadores, satélites para la previsión del clima, es- en un paradigma tecnológico que genera dependencia de sojero (domínguez y sabatino, 2006) en regiones que hasta pesar sus impactos socioambientales; es decir, hacia una
pecialistas y técnicos, maquinaria específica, etcétera) y ter- agrotóxicos y semillas genéticamente modificadas y, como hace unos años eran fuente de biodiversidad como gran profundización aún mayor del agronegocio que los gobiernos
minan cristalizando estándares únicos sobre gustos, tamaños consecuencia, una mayor dependencia respecto de las inver- parte del monte chaqueño-salteño). El agronegocio impone anteriores. Esto es, un esquema de mayor dependencia eco-
y colores de los alimentos que se consumen (los sabores cier- siones extranjeras (a través de las empresas multinacionales determinados modos de producción obligando a una rete- nómica y productiva de los mercados internacionales, po-
tamente son cada vez menos importantes para el agronego- de semillas y de alimentos) y del capital financiero a través rritorialización de poblaciones enteras que ven imposibili- niendo en serio riesgo la producción de alimentos sanos y de
cio, así como los valores nutricionales de los alimentos) e de los “pools de siembra” que comenzaron a invertir en un tada la continuidad de sus modos de vida. En efecto, de lo fácil acceso para la población de nuestro país en general.
influyendo, por último, también sobre el paisaje rural. producto que actúa como commodity a nivel internacional y que se trata el agronegocio es de una “agricultura sin agri- En este sentido, en las últimas décadas comenzó a insta-
Con el decreto de desregulación económica de 1991 el cuyo precio se define en la bolsa de Chicago. cultores”. larse el problema del acceso a una adecuada alimentación en

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la agenda pública nacional (e internacional), así como a pen- glos recorrieron los territorios de lo que hoy denominamos mercialización de alimentos. de esta manera recrean estra- tos adoptado por el país en el transcurso del último cuarto
sarse posibles soluciones o pautas de acción ante la emer- América Latina. El grito de reforma Agraria de José de Ar- tegias que, en términos de John berger (2006), podríamos de siglo. En este marco de un Estado que profundiza el mo-
gencia alimentaria. desde diversos sectores sociales surgieron tigas, el sueño bolivariano de la unidad de la “Patria Grande”, calificar como estrategias de “supervivencia” del campesi- delo del agronegocio y de una tecnología funcional a los in-
definiciones del problema y propuestas de intervención, ma- las luchas libertarias de José de san Martín, Castelli y bel- nado (y de los pueblos indígenas agregamos nosotros) como tereses del gran capital transnacional, ¿desde dónde plantear
nifestando la importancia que asume hoy la cuestión alimen- grano fueron acompañados por esos sujetos subalternos que sujeto social económico y político, las cuales además impli- la soberanía y la seguridad alimentarias en la Argentina? ¿Es
taria, pero revelando, a su vez, que la polisemia existente en hoy denominamos como pueblos indígenas y movimientos can potencialmente la construcción de alternativas al modelo posible la recomposición de un Estado que garantice la ali-
torno a este tema radica principalmente en la presencia de campesinos. Existe entonces, una continuidad entre aquellas de desarrollo hegemónico del agronegocio como modelo de mentación? ¿Es posible que estas tecnologías sean puestas
perspectivas disímiles –e incluso antagónicas– sobre el modo luchas por la independencia política, pero también econó- dependencia a doscientos años de la independencia. “al servicio” del derecho a la alimentación?
en que debe desarrollarse la producción, distribución y con- mica, territorial y anticolonial que siguen vigentes. Esos sue- Estas experiencias se plantean, desde las prácticas coti-
sumo de los alimentos a nivel local, nacional y mundial. ños inconclusos, con rupturas y continuidades, reaparecen cONcLUSIONES INcONcLUSAS dianas, garantizar el derecho a la alimentación manteniendo
Como resultado del Foro por la soberanía Alimentaria re- en la defensa de los territorios campesinos e indígenas y en El aumento en las situaciones de hambre y la emer- el control sobre los recursos y la toma de decisiones, mediante
alizado en Malí en el año 2007, más de 500 representantes de esas alternativas productivas y territoriales de estos sujetos gencia de problemas vinculados al acceso a la alimentación formas organizativas que tienden hacia la autonomía, las for-
más de 80 países definieron soberanía alimentaria como “el subalternos que resisten el modelo de dependencia del agro- en América Latina, como en otras partes del mundo, pue- mas de decisión horizontales y la soberanía alimentaria y, por
derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente negocio. den leerse como expresión de cambios en el sistema agro- ende, la soberanía popular. recuperar la soberanía alimenta-
adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y eco- de este modo, en escenarios caracterizados por disputas alimentario a nivel mundial y como consecuencia de la ria implica decidir qué y cómo comer. implica, también, recu-
lógica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y territoriales, organizaciones campesinas de diferentes regio- implementación de modelos de producción, distribución y perar la identidad y la cultura de las poblaciones. En definitiva,
productivo” (declaración de nyéléni, 2007). Asimismo, para nes de nuestro país comenzaron a ensayar y poner en práctica consumo que redundan en procesos de exclusión y de- estas experiencias intentan construir, aquí y ahora, una de las
las organizaciones campesinas agrupadas en Vía Campesina, experiencias de organización productiva y de construcción de sigualdad social. En efecto, lo que se observa hoy en nues- tareas inconclusas de la independencia... •
la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos de de- mercados alternativos para sus producciones. Experiencias y tro país es la configuración de un modelo agropecuario ba-
finir su propia política agrícola y alimentaria. articulaciones sociales que se fueron construyendo en torno sado en el agronegocio y totalmente desvinculado de una
uno de los supuestos en los que se basa la postura de a la producción y comercialización de productos campesinos estrategia tendiente a garantizar la soberanía alimentaria.
la Vía Campesina es que para lograr la soberanía alimenta- en una confluencia con espacios urbanos a partir de la pro- desde las posturas por la soberanía alimentaria, al con-
ria, y con ella los derechos de los agricultores, los recursos puesta de sostener vínculos más justos y solidarios entre pro- trario, se busca construir alternativas que destacan el rol
naturales no pueden ser privatizados: la tierra, las aguas, y ducción y consumo. En algunos casos se habla de “comercio central de las organizaciones de productores y consumido-
el aire pertenecen a la humanidad, como también perte- justo” entendiendo al mismo como una manera de contra- res para la realización efectiva del derecho a la alimenta- Nota
nece a todos el material genético de las semillas. siendo rrestar las desigualdades e injusticias que se manifiestan en el ción, en base a un control directo sobre los recursos. En tal 1
Este artículo se basa, en parte, en una revisión del artículo
estos derechos colectivos, en tanto remiten a pueblos o na- marco de las relaciones de intercambio capitalistas. La pro- sentido, no podría garantizarse la soberanía alimentaria en “seguridad Alimentaria vs. soberanía Alimentaria: La cuestión
ciones, Vía Campesina se opone a la apropiación privada puesta de generar vínculos más equitativos y justos en los in- el contexto de un modelo agropecuario orientado al mer- alimentaria y el modelo del agronegocio en la Argentina” escrito
en coautoría con Luciana García Guerreiro (2016).
que promueven las multinacionales (laboratorios, semille- tercambios fue adoptada desde hace algunos años por cado externo y caracterizado por la expansión de mono-
ras, etc.) a partir del patentamiento de las semillas en par- diferentes movimientos y organizaciones sociales, poniendo cultivos; y sólo puede asegurarse un acceso adecuado a los Referencias bibliográficas
ticular y la biodiversidad en general. El acceso a la tierra a en práctica diferentes experiencias que hablan de la cons- alimentos en la medida en que estén dadas las condiciones barri, Fernando y Wahren, Juan (2010). “El modelo sojero de
través de una reforma agraria integral y al trabajo, con ca- trucción de mercados alternativos. de autonomía que permitan identificar las necesidades de desarrollo en la Argentina: tensiones y conflictos en la era del
Estrategias y resistencias campesinas que se manifies- los pueblos teniendo en cuenta sus patrones culturales y neocolonialismo de los agronegocios y el cientificismo-
denas de distribución y comercialización justas para los
tecnológico”, en realidad Económica, n° 255, diciembre, iAdE,
productores y los consumidores, así como el control sobre tan, por ejemplo, en la defensa no mercantil de la diversidad formas de producción sustentables, tanto ecológica como
buenos Aires, p. 43-65.
los recursos genéticos y los saberes a ellos asociados, cons- biológica y productiva a través de las ferias de semillas; la socialmente. berger, John (2006). Puerca tierra. buenos Aires, suma de
tituyen el núcleo de las demandas que Vía Campesina im- lucha por la tierra; el rescate de saberes muchas veces des- La estrategia de la soberanía alimentaria se asienta en letras argentinas.
pulsa cuando postula la soberanía alimentaria. Esta noción preciados a partir de encuentros y talleres; el cuidado del una postura crítica en términos tecnológicos, vinculando el declaración de nyéléni. Conclusiones del Foro por la
ambiente mediante la utilización de tecnologías apropiadas problema del acceso de alimentos con el respeto a la cul- soberanía Alimentaria, febrero de 2007, Malí.
fue retomada en la Argentina por una gran diversidad de
domínguez, diego y sabatino, Pablo (2006). “Con la soja al
organizaciones campesinas e indígenas en distintas pro- y producciones agroecológicas; la organización de la eco- tura productiva y a los saberes locales de los pueblos. En cuello: crónica de un país hambriento productor de divisas”, en
vincias del país que enlazaron parte de sus luchas de resis- nomía en base a las necesidades familiares y/o comunita- tal sentido, se plantea necesario debatir las cuestiones tec- Alimonda, H. (coord.), Los tormentos de la materia. buenos Aires,
tencia al modelo del agronegocio a partir de esta idea de rias, así como en la búsqueda de intercambios más justos nológicas y políticas, ya que de ellas depende en gran me- CLACsO.
soberanía alimentaria. entre productores y consumidores. En estas prácticas se dida el control de los recursos y de las decisiones García Guerreiro, Luciana y Wahren, Juan (2016). “seguridad
Alimentaria vs. soberanía Alimentaria: La cuestión alimentaria y
Es por ello que frente al modelo de desarrollo tecnológico expresan propuestas que incluyen visiones normativas di- implicadas en las estrategias de acceso a la alimentación.
el modelo del agronegocio en la Argentina”, en trabajo y
capitalista, hoy hegemonizado por los agronegocios, la Vía ferentes –e incluso antagónicas– a las del agronegocio y la Cabe recordar que el avance de una agricultura sin agri- sociedad, nº 26, universidad nacional de santiago del Estero,
Campesina y los diferentes movimientos sociales campesinos modernización excluyente, que aparecen en forma de re- cultores no sólo se concreta vía las innovaciones tecnoló- santiago del Estero.
e indígenas de la Argentina promueven la recuperación de los sistencias, a partir de la recuperación de prácticas agroe- gicas y las políticas económicas neoliberales, sino también Giarracca, n. y teubal, M. (2008). “del desarrollo
saberes tradicionales indígenas y campesinos, y la defensa cológicas, el trabajo familiar, cooperativo y/o comunitario y en base a la violencia explícita sobre las comunidades ru- agroindustrial a la expansión del agronegocio: el caso argentino”,
en Mançano Fernández, b. (coord.), Campesinado y Agronegocios
de prácticas agrícolas basadas en el aprovechamiento de la la producción de alimentos para los mercados locales. rales. Esto nos demuestra que se trata de una puja entre
en América Latina. buenos Aires, CLACsO-Asdi.
biodiversidad, que no se sostengan en el paradigma de la pro- Anclados en territorios continuamente disputados y re- modos antagónicos de realizar la agricultura y los mundos Morin, Edgar (2006). tierra Patria. buenos Aires, nueva Visión.
ducción a escala y el oligocultivo, según el cual se “minimi- configurados, los pueblos indígenas y el campesinado en la rurales, pero también entre distintos modos de construir la Quijano, Aníbal (2003). “Colonialidad del poder,
zan costos” externalizándolos en la destrucción del ambiente Argentina se recrean como sujetos políticos y mantienen sociedad humana y su relación con la naturaleza. eurocentrismo y América Latina”, en Lander, E. (comp.), La
y las culturas campesinas e indígenas. una vigencia en los escenarios rurales a través de estos En la Argentina, emergen con toda crudeza las cuestio- colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.
Perspectivas latinoamericanas. buenos Aires, CLACsO.
Esto implica entonces la recuperación de una soberanía campos de experimentación productivos y de comercializa- nes hasta aquí planteadas. Para comprender la situación
teubal, Miguel (2001). “Globalización y nueva ruralidad en
popular, plebeya, similar a algunos de los proyectos incon- ción que contrarrestan a escala local y regional los efectos actual es preciso interpelar, desde una perspectiva crítica, América Latina”, en Giarracca, n. (comp.), ¿una nueva ruralidad
clusos de las revoluciones de independencia que hace dos si- del agronegocio en la producción y en las cadenas de co- el modo de producción, distribución y consumo de alimen- en América Latina? buenos Aires, CLACsO.

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