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REVISTA CONSTRUCTIVO

El gerente general de Acciona Agua señaló que en el Perú existen alrededor


de 4 millones de personas sin conexión a la red de agua potable y 10 millones
que no cuentan con desagüe ni alcantarillado. Para mejorar esta situación
sostuvo que no solo es necesario construir nueva infraestructura sino también
gestionarla de manera eficiente.

REVISTA CONSTRUCTIVO (RC): ¿Cómo ve el abastecimiento del


agua potable en el Perú?
CHRISTIAN GAVILÁ (CG): Hay muchas necesidades que cubrir y el
gobierno está trabajando en ello. Existen objetivos muy ambiciosos para
ampliar la cobertura. Llevar agua a toda la población es la prioridad.

RC: ¿Es más complicado llevar este recurso al ámbito rural que al
urbano?

CG: Si hablamos de cobertura de agua potable, vemos que en la zona urbana


se tiene atendido el 93.4 % mientras que en la parte rural el 63.2% de la
población.
En el campo hay cerca de 97,000 centros poblacionales con menos de 2,000
habitantes cada uno, entonces por la dispersión y la difícil geografía es mucho
más complicado llevarles el recurso ya que se requiere de más infraestructura
para poder hacerlo.
Por otro lado, la zona urbana ha sido siempre predominante. Son en los
núcleos poblacionales donde más se concentran y se dedican esfuerzos,
aunque esto está cambiando, porque los planes del Estado en el segmento
rural se están priorizando a través de una mayor inversión.

RC: ¿Alrededor de cuantas personas aún no cuentan con el servicio de


agua y desagüe en el Perú?

CG: 4.2 millones y 9.7 millones de personas no cuentan aún con agua y
saneamiento, respectivamente. Sabemos que el gobierno actual quiere llegar a
dar una cobertura al 100% al final de su gestión.

RC: ¿Qué se debe hacer para satisfacer esta necesidad?


CG: Para dar cobertura se necesita inversión, eso es prioritario, así como
gestionar la misma. El gobierno está actuando en ambos lados de múltiples
formas. Desde el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento
(MVCS) se hacen transferencias vía proyectos en las diferentes zonas de
actuación a nivel urbano y rural y después a la parte de gestión que son las
EPS. Creo firmemente que la parte más complicada es la última, porque para
invertir existen fondos. Aun así la dificultad que tiene la inversión es que los
proyectos deben salir con la celeridad adecuada para que se traduzca en
infraestructuras. Pueden ser obras de muchos millones de soles en una
actuación, como por ejemplo en una parte del norte de Lima, pero también se
tienen trabajos en zonas rurales que tienen su complejidad pero que son de un
tamaño muy reducido.
Se deben conformar proyectos comercialmente atractivos a una rapidez
apropiada para que atraigan la inversión privada en caso fuese necesario.
Hay mucho dinero que destinar pues el plan nacional de saneamiento 2017-
2021 está destinando alrededor de US$ 16,000 millones. La idea del gobierno
es durante ese periodo transformar dicho monto en infraestructuras y no va a
ser fácil. En el 2017 se destinaron US$ 2,000 millones aproximadamente pero
se debieron consignar poco más de US$ 3,000 millones, con lo cual ya hay un
retraso. Se ha avanzado pero el objetivo ahora es mucho más ambicioso. Para
llegar a ese 100% de cobertura se requiere de un esfuerzo titánico entre
diferentes áreas, es decir a nivel de ingeniería, capacidad, e inversión.

RC: ¿Se ha facilitado la inversión con la eliminación del SNIP, y la


implementación de Invierte.pe?

CG: Aún no se ven los resultados. Las cosas desde que nacen y se tiene el
retorno tardan. Lo que sí es perceptible es que el gobierno está tratando de
acelerar esos procesos administrativos que se hacían eternos, algo que no es
sencillo porque hay muchas entidades que intervienen como el Organismo
Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTAS); el
MVCS, la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración
Tributaria (SUNAT), etc.

RC: ¿Qué infraestructuras le falta a Lima para cubrir la demanda total?


CG: En Lima todavía hay gente que no tiene agua las 24 horas del día. Aún se
requiere de inversión en infraestructura y equipamiento. En lo primero se ha
avanzado en gran medida. Es en la zona norte donde se está ampliando la
cobertura. El sur de la capital aún tiene un déficit de obras. Asimismo, con los
últimos huaycos que ocasionaron problemas de procesamiento en La Atarjea
se debería buscar un plan B a esta planta porque en caso de emergencias ya
vemos que colapsa y deja a zonas de la capital sin agua.

RC: ¿Cuál sería ese plan B?

CG: Una desalinizadora es una estupenda opción. Por otro lado, también está
la ejecución del proyecto Marca II que consiste en traer agua desde los Andes
a Lima. Esa obra está pendiente de adjudicarse desde hace muchos años.

RC: La desalinización del agua es un proceso del que se viene hablando


mucho…

CG: Es una gran alternativa pues brinda agua de calidad. Lima reúne todas las
condiciones para tener plantas desalinizadoras pues está al lado del mar que es
una fuente inagotable de recurso.
Esta clase de infraestructura es relativamente fácil de construir. Es flexible,
porque puede procesar 3 m3 como 3 millones de metros cúbicos de agua.
Todo va en función a los módulos que se vayan ampliando. Hoy en día hay
muchos avances en cuanto al rendimiento de las membranas de ósmosis
inversa que es el sistema que más se está empleando por ser una solución
óptima. La desalinización del agua en el Perú empezó en la década de 1950
pero a nivel industrial para el uso de la minería.

RC: ¿Tiene el mismo costo potabilizar el agua de mar que de río?

CG: La desalinización, sobre todo, aplica a zonas cercanas a la Costa, es decir


una planta de esta clase la puedes ejecutar en cualquier sitio pero si está cerca
al mar es mucho mejor: evita, por ejemplo, todas las conducciones de un
reservorio que puede situarse a varios kilómetros.
Hay que evaluar el contexto, pues no quiere decir que la desalinizadora sea la
mejor solución siempre. Se debe examinar los costos que va a tener ese metro
cúbico desalado que otro metro cúbico traído desde un reservorio. Hoy es una
propuesta cada vez más competitiva y de hecho se está incrementando su
implantación en todo el mundo. Hasta los países de Oriente Medio que usaban
un sistema de evaporación de costo muy elevado ahora lo están cambiando a
ósmosis inversa porque es mucho más avanzado y eficiente. Las
desalinizadoras se están construyendo, por ejemplo, en el norte de África,
zonas áridas de Australia, Chile, entre otros países.
Otro punto importante es el empleo que se le vaya a dar al agua. Puede ser de
uso agrícola, industrial o potable. La planta desaladora de Copiapó, por
ejemplo, se usa para la minería. Esta se ejecutó debido al sobreuso de los
acuíferos que se tenían en la zona cercana a la mina, lo cual originó muchos
problemas a nivel social sobre todo con los agricultores.

RC: Generar agua de consumo humano es primordial pero una vez que
la usamos se desecha pudiendo reutilizarla. ¿Cómo analiza este aspecto?

CG: La agricultura es la que más agua requiere y, obviamente, no vamos a


usar un elemento que puede ser costoso para riego si se puede aprovechar lo
ya usado. A este se le puede dar otros empleos que la gente ni se imagina.
En Arequipa, por ejemplo, hemos construido la Planta de Tratamiento de
Aguas Residuales (PTAR) La Escalerilla cuyo tratamiento biológico es capaz
de reducir hasta en un 99% la carga contaminante, lo cual hace que el agua
tenga una apariencia cristalina. Si bien normalmente ésta no se bebe, existen
países como Singapur en donde un 5% del agua reusada se destina a consumo
humano.
Se puede usar para este fin pero debe recibir un tratamiento posterior con una
potabilizadora, aunque esto es adecuado cuando realmente se tiene una
necesidad y económicamente conviene. La mayor parte del agua reciclada es
no potable, dirigida para riego en agricultura, zonas verdes, parques y
jardines, campos de golf, torres de refrigeración, etc.

RC: ¿La PTAR La Chira es diferente?

CG: Ahí existe un pre tratamiento avanzado. La Chira cuenta con equipos que
retienen todos los sólidos de hasta 1 mm; posee un desarenador, un
desengrasador, etc. El agua una vez tratada circula a través de un emisario de
3.5 km que llega a la mayor depuradora de agua que existe: el mar. La planta
retiene residuos que rozan las 1,000 Tm al mes, produciendo un recurso
hídrico más limpio para que el océano acabe con el trabajo. De esa manera
descontaminamos la zona costera del litoral que es el objetivo. Antes de su
puesta en operación se podía observar una gran mancha negra en el mar que
ahora ha desaparecido. Desde que la planta entró en operación, según
mediciones hechas por laboratorios externos, ya no se exceden los estándares
de calidad que marca la normativa referente a las aguas del litoral.

RC: ¿A nivel de Sudamérica qué ciudades tienen una mejor cobertura y


gestión en agua y saneamiento?

CG: Yo diría que Santiago, Río de Janeiro, Bogotá, y Buenos aires.

RC: ¿Y en Europa qué países están más adelantados?

CG: La mayoría. Ellos ya tienen la cobertura al 100%, y ahora están en un


momento de mantenimiento y tecnificación. Se encuentran enfocados en ser
más eficientes en cuanto a la gestión de los servicios, es decir más sostenibles.
Alemania invierte mucho en agua y saneamiento, mientras que Francia tiene
las empresas más grandes en manutención. España, en tanto, tiene un agua
muy barata y eso es el resultado de una buena gestión.

Sobre Acciona Agua

RC: ¿Cómo van las operaciones de Acciona Agua en el Perú?

CG: Nos va muy bien. Estamos presentes en el país a través de nuestras


divisiones de construcción, agua, servicios, energía, e industrial.
La primera planta que ejecutamos aquí fue la desaladora de Talara operada a
favor de Petroperú para uso industrial. Después construimos la PTAR
Escalerilla de Arequipa y la PTAR La Chira, en Chorrillos.
Ahora mismo, con Sedapal, tenemos seis contratos para la gestión del servicio
de agua y saneamiento en la ciudad de Lima, encargándonos del
mantenimiento correctivo de los sistemas de agua potable y alcantarillado, lo
que nos convierte en la principal compañía del rubro de la gestión del ciclo
integral del recurso en la capital.
Asimismo, hacemos la gestión comercial de agua en la zona norte y centro de
Lima, a través de la atención a los usuarios, lectura de contadores, reparto de
facturas, conexión de los nuevos clientes, inspecciones antifraudes, reposición
programada de contadores y reparación de las conexiones.

RC: ¿Qué trabajos específicos desarrollan en el mantenimiento


preventivo y como ha ayudado el proyecto GOTA (Gestión de Órdenes de
Trabajo de Acciona) a mejorar su gestión?

CG: Los trabajos que desarrollamos en cuanto a mantenimiento correctivo


son la reparación o sustitución de tuberías de abastecimiento, alcantarillado o
conexiones domiciliarias, así como el mantenimiento de válvulas, grifos
contraincendios y macro medidores.
Dicho servicio tiene como finalidad garantizar la operatividad de los sistemas
de agua potable y alcantarillado y contribuye al objetivo estratégico de
Sedapal de mejorar la confiabilidad de la operación del ciclo integral del agua.
Anteriormente las tareas se desarrollaban mediante la transmisión de la
información de forma verbal a través de los operadores de radio a los
capataces de cada cuadrilla. Una vez que habían ejecutado los trabajos la
información se transmitía de vuelta a los mandos utilizando las mismas vías;
es decir, de modo hablado o mediante documentos escritos. De esta forma se
habitual se producían descoordinaciones en la ejecución de las tareas, se
perdía información relevante y disponer de los datos en tiempo real resultaba
muy difícil.
En ese contexto nace el proyecto GOTA impulsado por Acciona Agua a partir
de su conocimiento y experiencia, soportado por el avance de las nuevas
tecnologías aplicadas al mantenimiento de redes de abastecimiento y
saneamiento. Este consiste en la implantación de una solución informática
global que gestiona la recepción, asignación y resolución de las órdenes de
trabajo de una forma planificada y eficiente. Para ello hemos dotado a todos
los equipos de trabajo de dispositivos móviles de última generación, con
conexión 4G de alta capacidad, que permite trasmitir datos, información
gráfica y geo posicionamiento de forma permanente.
El proyecto se ha diseñado para asegurar su funcionamiento continuo,
posibilidad de crecimiento y capacidad de recuperación ante imprevistos.

RC: ¿Cómo funciona?


CG: El antiguo operador de radio, transformado ahora en gestor de
operaciones, recibe las órdenes de trabajo del cliente y las incorpora al
proyecto GOTA, mediante el cual planifica y asigna a los capataces de forma
inmediata en función de prioridades establecidas como especialización de las
cuadrillas, ámbitos de actuación, localización o urgencia requerida en la
resolución de la orden.
El capataz de cuadrilla recibe, acepta la orden y comienza su desplazamiento
al lugar de la incidencia, siendo monitoreado en todo momento. La cuadrilla
encargada de ejecutar los trabajos llega al punto de la incidencia informando
del comienzo de la realización de la misma y aportando información visual
instantánea de cómo se encuentra el problema. Una vez que han concluido las
tareas, el capataz introduce en el sistema los datos de la actuación, tales como
materiales usados, personal que ha ejecutado la orden, actividades
complementarias y fotografía final de las labores. Desde el puesto de control
los ingenieros gestores de operaciones siguen la evolución de todos los
trabajos en ejecución en tiempo real, pudiendo informar al cliente sobre el
avance, materiales usados, personal que ha realizado la orden, información
gráfica o valorización de los mismos en cualquier instante.
Toda la información es almacenada en una base de datos que permite el
posterior análisis de los parámetros de la orden de trabajo: costos,
valorizaciones, materiales empleados, tiempos de respuesta, viaje y ejecución
de la orden, personal que ha hecho la tarea, etc., obteniendo indicadores
relevantes que permiten mejorar la eficiencia y calidad del servicio prestado.
Esta propuesta ganó en España el Premio iAgua a la Mejor Solución
Tecnológica.

RC: Hace unos meses estuvieron en la última versión de Expo Agua


presentando el proyecto PTAR de Atotonilco, reconocida por generar
más del 60% de su energía a partir de sus propios residuos…

CG: Así es, este uno de nuestros mayores proyectos internacionales de


infraestructuras de agua. La PTAR de Atotonilco cuenta con una capacidad
nominal de tratamiento medio de 35 m3 por segundo, y un máximo de 50 m3
por segundo, incluida la evacuación final de los residuos sólidos y lodos que
se generen. Está dotada de un sistema de cogeneración para aprovechamiento
del biogás producido en la digestión, permitiendo el máximo ahorro
energético.
La instalación, considerada una de las más grandes del mundo en su tipo y una
de las obras de mayor envergadura contempladas en el Programa de
Sustentabilidad Hídrica de la Cuenca del Valle de México, tiene como fin
tratar las aguas residuales producidas en dicho valle, donde se ubica la capital
del país. Además, cuenta con notables beneficios sociales, ambientales y de
sustentabilidad.
Esta infraestructura tratará la mitad del agua residual generada por los 18
millones de habitantes de la capital mexicana. Se trata de un contrato de
colaboración público privada (PPP) con una inversión de US$ 700 millones y
servicio de operación y mantenimiento por 25 años. El agua procesada será
reutilizada para regar 80,000 ha de tierra.

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