Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
RC: ¿Es más complicado llevar este recurso al ámbito rural que al
urbano?
CG: 4.2 millones y 9.7 millones de personas no cuentan aún con agua y
saneamiento, respectivamente. Sabemos que el gobierno actual quiere llegar a
dar una cobertura al 100% al final de su gestión.
CG: Aún no se ven los resultados. Las cosas desde que nacen y se tiene el
retorno tardan. Lo que sí es perceptible es que el gobierno está tratando de
acelerar esos procesos administrativos que se hacían eternos, algo que no es
sencillo porque hay muchas entidades que intervienen como el Organismo
Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTAS); el
MVCS, la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración
Tributaria (SUNAT), etc.
CG: Una desalinizadora es una estupenda opción. Por otro lado, también está
la ejecución del proyecto Marca II que consiste en traer agua desde los Andes
a Lima. Esa obra está pendiente de adjudicarse desde hace muchos años.
CG: Es una gran alternativa pues brinda agua de calidad. Lima reúne todas las
condiciones para tener plantas desalinizadoras pues está al lado del mar que es
una fuente inagotable de recurso.
Esta clase de infraestructura es relativamente fácil de construir. Es flexible,
porque puede procesar 3 m3 como 3 millones de metros cúbicos de agua.
Todo va en función a los módulos que se vayan ampliando. Hoy en día hay
muchos avances en cuanto al rendimiento de las membranas de ósmosis
inversa que es el sistema que más se está empleando por ser una solución
óptima. La desalinización del agua en el Perú empezó en la década de 1950
pero a nivel industrial para el uso de la minería.
RC: Generar agua de consumo humano es primordial pero una vez que
la usamos se desecha pudiendo reutilizarla. ¿Cómo analiza este aspecto?
CG: Ahí existe un pre tratamiento avanzado. La Chira cuenta con equipos que
retienen todos los sólidos de hasta 1 mm; posee un desarenador, un
desengrasador, etc. El agua una vez tratada circula a través de un emisario de
3.5 km que llega a la mayor depuradora de agua que existe: el mar. La planta
retiene residuos que rozan las 1,000 Tm al mes, produciendo un recurso
hídrico más limpio para que el océano acabe con el trabajo. De esa manera
descontaminamos la zona costera del litoral que es el objetivo. Antes de su
puesta en operación se podía observar una gran mancha negra en el mar que
ahora ha desaparecido. Desde que la planta entró en operación, según
mediciones hechas por laboratorios externos, ya no se exceden los estándares
de calidad que marca la normativa referente a las aguas del litoral.