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El Orientador Experto

Capítulo 1

Un Modelo para la Ayuda Sistemática y la Relación Interpersonal.

 ¿Desorden o riqueza?
Cuando se es un principiante o aquél que se adiestra se necesita de una orientación que sea
lo suficientemente eficaz en sí misma para poder ayudar a dar sentido a toda la basta
literatura que se tiene de psicoterapia, es importante tomar en cuenta que se requiere de un
conocimiento sobre lo que se debe hacer para brindar ayuda a otros en el malestar
emocional, las habilidades que se necesitan y como adquirirlas, lo que se debe hacer a la
persona que viene por ayuda, las habilidades que necesita esta persona para envolverse en
dicho proceso y los pasos o etapas que forman parte del proceso que se tiene.

 Un modelo de trabajo para la ayuda.

Se puede observar que el autor prefiere un enfoque empírico en la orientación y la


psicoterapia, complementado en la práctica con enfoques descriptivos sobre el hombre y
pide que el principiante no debe acercarse a la orientación a través de ninguna escuela
específica, y que debe tener un modelo práctico para ayudarle a captar el sentido de las
escuelas, teorías y técnicas de ayuda que existen.

 La ayuda, el orientador y el que se adiestra.

El orientador o el que se adiestra necesita de dos marcos que lo guíen en el proceso de la


orientación o psicoterapia y estos son:

1. Un marco práctico:

El principiante necesita un sistema que le diga que hacer para ayudar, este modelo nos
indica las etapas a través de las cuales, como regla general, se mueve el proceso de ayuda
como las destrezas que el orientador debe ejercitar en cada etapa del modelo con objeto de
lograr las metas de cada etapa. Este modelo es respaldado por una gran variedad de
información empírica. Los puntos a favor de este son:
 Si se utiliza de una manera habilidosa da resultados positivos en la orientación.
 Que las destrezas mencionadas para el modelo son esenciales para su
funcionamiento.

2. Un marco integrante:

El principiante también necesita un marco de trabajo que le capacite para tomar ideas,
técnicas y metodología de otras teorías y enfoques e integrarlos con su propio concepto y
práctica de ayuda.
 La crisis en la ayuda.

Carkhuff encuentra evidencias al indicar que muchos estudiantes graduados en las


profesiones de ayuda se vuelven menos capaces de ayudar debido al adiestramiento que
ellos reciben. Son una devastadora combinación los programas de adiestramientos
demasiado cognoscitivos, no sistemáticos, llevados por educadores que carecen de las
habilidades básicas para ayudar.
Mucho del "éxito" experimentado por tales orientadores se debe al hecho de que ellos
escogen clientes mínimamente perturbados y con óptimos recursos y con esto la presente
crisis puede verse o como un problema o como un aprieto. Cuando se ve como aprieto, se
retuercen las manos y se critica, la clase de crítica que no hace nada más que suscitar más
crítica.
Sin embargo, si la presente crisis se ve como problema, podemos empezar a dar los pasos
necesarios para resolverlo. Si existe una extensa literatura sugiriendo que los presentes
programas de adiestramiento no producen orientadores efectivos, nosotros podemos diseñar
programas que sí lo hagan. Si vemos que una de las fallas principales de estos programas es
que ellos no proveen el adiestramiento sistemático en habilidades que se ha demostrado ser
efectivas en el proceso de ayuda (Ivey, 1971; Matarazzo, Wiens y Saslow, 1966; Whitely,
1969), podemos desarrollar programas basados en tal adiestramiento sistemático. Este libro
intenta ser una introducción para tales programas.

 Destrezas y problemas socio-emocionales.

· Presupuestos básicos:

 Que el orientador es una persona experta, una persona que vive realizada y que
ciertamente está viviendo más realizada que el cliente, en las áreas de los problemas
del cliente y
 Que el cliente aprenda las habilidades que necesita para vivir más efectivamente a
través del proceso de orientación.
Una forma de mirar la conducta “loca" de la persona con problemas socio emocionales es
ésta: cuando una persona encara ciertas situaciones de vida llenas de tensión, él o ella
pueden no tener las habilidades necesarias para tratar sobre el problema y la tensión.
Por lo tanto el objetivo del orientador, a través de este modelo, es brindarle al cliente las
destrezas que necesitan para vivir la vida y para enfrentarse a sus crisis más efectivamente.
Un conjunto de habilidades es de suprema importancia: habilidades para las relaciones
humanas básicas, las habilidades que se necesitan para un efectivo envolvimiento con otros,
en especial: destreza en las relaciones interpersonales como un factor crítico en el
desarrollo de un sentido de identidad.

 Retrato de un orientador.

El orientador debe ser una persona comprometida con su propio crecimiento: físico,
intelectual, emocional, social, y hasta incluso espiritual, ya que se da cuenta de que primero
debe modelar la conducta en sí mismo que él espera ayudar a que otros alcancen. Sabe que
puede ayudar solamente si, en sentido pleno del término, él es un ser humano "potente",
una persona con voluntad y recursos para actuar.
· Algunas características esenciales del orientador “ideal”:
 Muestra respeto hacia su cuerpo a través de dieta y ejercicios apropiados.
 Posee una adecuada inteligencia básica (ni se subestima ni pretende saber más de lo
que realmente sabe), por lo tanto siempre se mantendrá actualizado (es un
hombre/mujer en proceso).
 Lee ávidamente
 Es una persona práctica, un “traductor” y un integrador.
 Tiene un buen sentido común y una buena inteligencia social.
 Escucha atentamente a la otra persona (presta atención al lenguaje verbal y no
verbal).
 Es empático.
 Un buen orientador es concreto en sus expresiones, trata con sentimientos reales y
conducta real más que con formulaciones vagas, psicodinámicas oscuras, o con
generalidades. Su hablar aunque cuidadoso y humano, es también llano y va al
grano

 Retrato del que se adiestra.

· Al igual que el orientador, el que se adiestra también debe aprender a vivir


efectivamente, física, intelectual y socio-emocionalmente. Ciertamente debe aprender a
tratar con la problemática de su, propia vida, no de una vez por todas, sino continuamente,
porque es una persona en proceso.
 El primer principio es que el que se adiestra debe siempre permitírsele hablar acerca
de lo que él quiera hablar; él debe siempre estar en control de su propio
descubrimiento y de su propia exploración ya que el que se adiestra debe ser un
agente; puesto que él mismo debe esforzarse y envolverse activamente en el
programa de adiestramiento antes que someterse pasivamente a él y nada más.
 La primera responsabilidad del que se adiestra es adquirir las destrezas que han
demostrado ser efectivas en el proceso de ayuda: prestar atención, comunicar la
empatía precisa, respetar, ser concreto y auténtico. Puesto que estos principios
sustentan la conducta, incluyendo conducta de ayuda, el que se adiestra debe
aprenderlos o familiarizarse con ellos. Incluyen la naturaleza y función del refuerzo,
condicionamiento, moldear conducta, estímulos aversivos y otros.
 Una destreza personal que el adiestrado debe adquirir durante el programa, es la de
evaluar sus puntos fuertes y deficiencias reales en ayudar y en relaciones humanas.

 El adiestrador.

 Ley: “el adiestrar puede ser para bien o para mal”.


 Ley de multiplicación: “Sugiere que una persona realmente posee una destreza
solamente cuando es capaz de enseñarla a otros” (Ivey,1971).

Por lo tanto se dice que los mejores practicantes se vuelven los mejores orientadores; los
mejores orientadores son los mejores adiestradores (Carkhuff, 1972c).

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