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UNIVERSIDAD

NACIONAL DE TUMBES

CONSEJO
INTERSECTORIAL DE LA
EDUCACIÓN PERUANA

SEGUNDA ESPECIALIDAD EN
EDUCACIÓN FÌSICA

MÓDULO 03

APELLIDOS Y NOMBRES:

TOLEDO ARQUIÑEGO
EDGAR TOMÁS
2018
1- ¿Cuál es la diferencia entre nutrición, alimentación y dieta?

Dieta, nutrición y alimentación son términos que se confunden en nuestra sociedad y

que muchos usamos como si fueran lo mismo, pero hay que entender que tienen

diferencias sustanciales.

NUTRICIÓN

La nutrición es el aprovechamiento que nuestro cuerpo hace de los nutrientes. Se trata

de un proceso biológico en el que los organismos asimilan los alimentos sólidos y

líquidos.

La nutrición incluye los procesos de ingestión, digestión, absorción, metabolismo,

almacenamiento, y excreción de los alimentos. En términos simples es el

funcionamiento a nivel celular.

Los nutricionistas son profesionales de la salud que se especializan en esta área de

estudio, y están entrenados para el tratamiento nutricional de enfermedades o la

adecuación de la alimentación a diversas situaciones fisiológicas.

Por eso, al tratarse la nutrición de un acto orgánico involuntario, es incorrecto hablar

de una buena o mala nutrición, cuando se habla de una ingesta adecuada o

inadecuada de alimentos. El término correcto sería, una buena o mala alimentación.

Como ciencia, Nutrición se encarga de estudiar el desarrollo fisiológico y

metabólico que se lleva a cabo en el momento en que ingerimos alguna sustancia

externa.

ALIMENTACIÒN

Alimentación es la acción de ingerir alimentos. Entiéndase alimento como cualquier

producto sólido o líquido que aporta nutrientes.

La alimentación comprende un conjunto de actos voluntarios y conscientes que van

dirigidos a la elección, preparación e ingesta de los alimentos, fenómenos muy


relacionados con el medio sociocultural y económico (medio ambiente) y determinan,

al menos en gran parte, los hábitos dietéticos y estilos de vida.

Los alimentos pueden ser de origen animal o vegetal, así como natural (crudo) o con

alguna preparación (desde su producción, transformación y consumo).

Todos tenemos una cultura alimentaria que aprendemos y compartimos de acuerdo a

nuestras creencias, conocimientos y prácticas en nuestro grupo social.

DIETA

La dieta son los hábitos alimenticios de un individuo, esta no tiene por qué estar

enfocada al tratamiento de ninguna patología, como la obesidad o ni siquiera a la

reducción de peso. Simplemente es lo que come el individuo. Por lo tanto todas las

personas llevan a cabo una dieta. La dieta se puede modificar para conseguir diversos

objetivos, como por ejemplo el tratamiento de enfermedades como la obesidad, que

caso más común en que se utiliza la expresión «estar a dieta», aunque no el único.

Si consumes la cantidad y calidad de nutrientes que necesitas, tienes una dieta

equilibrada, si por el contrario no le proporcionas a tu organismo sus requerimientos

básicos, tu dieta es desequilibrada o incorrecta.

Cada uno de nosotros requerimos una dieta particular en función de nuestras

necesidades físicas, patológicas (si padecemos alguna enfermedad) y, por supuesto,

considerando nuestros gustos y preferencias.

2. ¿Por qué es importante la nutrición del niño y adolescente en el deporte?

Una dieta saludable ayuda a los niños a crecer y a aprender. También ayuda a

prevenir la obesidad y las enfermedades relacionadas con el peso, tales como la

diabetes.

La falta de ejercicio tiene una vital importancia en el desarrollo, evolución y

perpetuación de la obesidad en la adolescencia. Se ha observado en las encuestas


realizadas a jóvenes, que la mayoría no son muy activos, por lo que los profesionales

de la salud así como los gobiernos están fomentando un mayor nivel de ejercicio físico

entre niños y adolescentes. La inactividad física no sólo tiene una gran importancia en

el desarrollo del sobrepeso y la obesidad, sino que también influye en el desarrollo

posterior de enfermedades crónicas como enfermedades cardiacas, algunos tipos de

cáncer, diabetes, hipertensión, problemas intestinales y osteoporosis, Además, el

ejercicio físico ayuda a mejorar la flexibilidad del cuerpo, el equilibrio, la agilidad y la

coordinación, así como a fortalecer los huesos. Actualmente se recomienda que los

niños practiquen alguna actividad física durante al menos 60 minutos al día

Para facilitar el crecimiento y desarrollo, los requerimientos diarios de proteína por

unidad de peso son mayores para los niños que para los adultos. Sin embargo, no

está claro si los niños atletas necesitan más proteína que los niños inactivos para un

crecimiento y desarrollo normales y para un rendimiento óptimo.

Los niños requieren más energía que los adolescentes o los adultos durante las

actividades deportivas que incluyen caminar o correr y posiblemente en otras

actividades.

Comparados con los adultos, los niños y adolescentes utilizan más grasas y menos

carbohidratos durante el ejercicio prolongado.

Se debe prestar especial atención para prevenir la deshidratación voluntaria en niños

que se ejercitan en climas calientes y húmedos. Para estimular la ingesta de líquido,

la bebida debe tener buen sabor e incluir pequeñas cantidades de cloruro de sodio.

3. ¿cuáles son los requerimientos nutricionales del niño?

Los requerimientos de calorías, proteínas, minerales y vitaminas de los niños y las

niñas son iguales desde que nacen hasta los 10 años; después cuando entran en la

pubertad aumentan los requerimientos nutricionales en varones.


El organismo infantil necesita, para funcionar correctamente, cinco nutrientes

esenciales:

Las proteínas: son sustancias indispensables para la formación y el desarrollo del

organismo, así como para la regeneración de los tejidos. Se encuentran en los

alimentos de origen animal (carne, pescado, huevos, leche y sus derivados), y en los

de origen vegetal (guisantes, judías, lentejas, etc.).

Deben suponer, aproximadamente, un 12 por ciento del consumo energético diario del

niño.

Los hidratos de carbono: constituyen la principal fuente de energía del organismo.

Se dividen en simples y complejos: los primeros actúan de forma inmediata,

reponiendo rápidamente la carga energética (azúcar, miel, leche y fruta); los segundos

proporcionan energía a más largo plazo (cereales, patatas, legumbres, castañas, etc.)

Su aporte debe ser muy importante, un 60 por ciento (10 por ciento, simples y 50 por

ciento, complejos) de la necesidad energética diaria.

Las vitaminas: sirven para regular y coordinar la actividad de todas las células. La

vitamina A es necesaria para la visión, la piel, el crecimiento y la circulación. La

vitamina C ayuda a potenciar las defensas del organismo, y las del grupo B son muy

valiosas para el sistema nervioso.

Las vitaminas se hallan presentes en casi todos los grupos de alimentos: el pescado,

la carne y los huevos son ricos en vitaminas del grupo B, D, K y PP; la leche y sus

derivados y los vegetales, en vitaminas A y B2; los cereales y los frutos secos

contienen vitaminas del grupo B1 y PP; y las frutas y las verduras presentan vitaminas

A y C.

Las sales minerales: son elementos fundamentales para el organismo por múltiples

funciones: el calcio (lácteos, verduras y legumbres) , el fósforo (lácteos, pescados y

frutos secos) y el flúor (pescado) sirven para la construcción de los huesos y los
dientes; el hierro (carne, huevos, legumbres y verduras) forma los glóbulos rojos de la

sangre; el sodio y el potasio (carnes, cereales, verduras y frutas) son beneficiosos

para el sistema nervioso, el corazón y los músculos.

Las grasas: son los nutrientes energéticos por excelencia. Participan en la formación

del sistema nervioso y de las membranas celulares del cerebro y, además, son

indispensables para que el organismo pueda absorber algunas vitaminas (A, D, E y

K). Se dividen en dos grupos: grasas saturadas (de origen animal), que se encuentran

en la mantequilla, la nata, la carne roja, el queso y el embutido; y grasas no saturadas

(de origen vegetal), presentes en el aceite de oliva, algunas carnes blancas y ciertos

pescados.

Recomendaciones Generales

Utilización de aceites vegetales en lugar de grasa de origen animal.

. Consumo diario de frutas y verduras.

 Consumo de carne magra.

 Aumentar la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos:

arroz, cereales, harina de maíz, etc.

 Reducir el consumo de azúcares refinados.

 Disminuir el consumo de sal.

 Utilizar agua y no jugos o bebidas cola en las comidas.

 Realizar cinco comidas diarias y no más de dos colaciones.

 Evitar las ingestas entre horas.

 Estimular la actividad física.

 Disminuir el consumo de bebidas cola y snacks, No utilizarlos como

recompensa o entretenimiento, siendo una buena estrategia su disminución

escalonada. (frutas, cereales o lácteos).

 Incluir en la dieta alimentos de todos los grupos.


4. ¿cuáles son los requerimientos nutricionales del adolescente?

Los requerimientos nutricionales del adolescente se definen por los gastos ligados al

metabolismo basal, a la actividad física, pero también al crecimiento. Varios métodos

permiten estimar los requerimientos nutricionales, desde la medida directa a la

extrapolación de los datos del adulto, pasando por la observación de los datos de

consumo o la aplicación de fórmulas para el gasto energético. Los requerimientos

difieren mucho entre los adolescentes, y se relacionan con una corpulencia y una

actividad física muy variables y con el sexo. El crecimiento se acelera durante la

pubertad; se incrementa la masa muscular, la masa grasa, así como la masa ósea, lo

que justifica requerimientos en ocasiones superiores a los del adulto en este período,

fundamentalmente de proteínas, calcio y fósforo. Las medidas de los requerimientos

sirven para orientar los consumos. Los aportes nutricionales aconsejados (ANA)

corresponden a los aportes que permiten cubrir las necesidades de la población, y

están definidos para los macronutrientes, los minerales, los elementos traza y las

vitaminas. Otros nutrientes se consumen en cantidad insuficiente, lo que expone al

riesgo de deficiencia. En estos últimos nutrientes se incluyen el calcio, el hierro, los

ácidos grasos poliinsaturados de la serie n-3, la vitamina D, los folatos y la vitamina

E. Los profesionales sanitarios deben vigilar en concreto estos nutrientes, en un tramo

de edad en el que la dieta alimentaria puede estar desestructurada.

Uno de los temas más importantes a tener en cuenta durante la adolescencia es la

necesidad de incrementar el consumo de alimentos ricos en hierro, como las carnes

magras y el pescado, así como las judías, las verduras de color verde, los frutos secos

y los cereales enriquecidos con hierro. El hierro que proviene de los alimentos de

origen animal (conocido como hierro hemínico) se absorbe mucho mejor que el hierro

de alimentos de origen no animal (hierro no hemínico). Los adolescentes que siguen

dietas vegetarianas corren por lo tanto más peligro de sufrir carencias de hierro. Pero,
la vitamina C (en frutas cítricas) y las proteínas animales (en carne y pescado)

favorecen la absorción de hierro no hemínico.

El 99% de las reservas de calcio del cuerpo se concentran en los huesos y, durante

la aceleración del crecimiento en la adolescencia, el aumento del peso óseo es más

rápido. En torno a un 45% de la masa ósea de un adulto se forma durante la

adolescencia, aunque continúa creciendo después, hasta aproximadamente los

treinta años. Todo el calcio que se necesita para el crecimiento de los huesos debe

provenir de la dieta. Los mayores aumentos se dan en la primera adolescencia, entre

los 10-14 años en las chicas y los 12-16 en los chicos.

Durante el pico de crecimiento de la adolescencia, el promedio de retención de calcio

en las chicas es de 200mg/día y de 300 mg/día en los chicos. El calcio que se absorbe

es aproximadamente un 30%, así que es importante que la dieta aporte la cantidad

adecuada para densificar al máximo los huesos. Es crucial conseguir un nivel máximo

de masa ósea durante la infancia y la adolescencia para reducir el riesgo de padecer

osteoporosis más adelante. Si se comen varias raciones de lácteos, como leche, yogur

y queso se conseguirán los niveles de calcio recomendados.

Además de un buen aporte de calcio que provenga de la dieta, para fortalecer los

huesos se necesitan otras vitaminas o minerales, como la vitamina D y el fósforo.

Hacer ejercicio físico es también esencial, y en especial ejercicios en los que se cargue

con el peso del cuerpo y que estimulen el fortalecimiento y la conservación de los

huesos. Se puede fortalecer la masa ósea si se realizan actividades, como bicicleta,

gimnasia, patinaje, juegos de pelota, bailar y ejercicios supervisados de pesas,

durante al menos 30-60 minutos al día, de tres a cinco veces por semana. Si los

jóvenes adoptan un estilo de vida y una dieta adecuados desde el principio,

desarrollarán más fácilmente comportamientos sanos que podrán seguir durante el

resto de su vida. Para saber más sobre ejercicio físico.

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