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del Oriente
ETERNO DIOS: nosotros te amamos con todo nuestro corazón y con toda
nuestra alma. Ayúdanos a obedecer tu Palabra. Establece tu amor en
nosotros, en nuestro corazón, para que no pensemos en otra cosa que no
seas TÚ, tu Palabra y tus mandamientos. Que las puertas que abrimos al
pecado se cierren. Toma todo lo que no es bueno de nuestras vidas y
consúmelo bajo tu fuego. Todas esas cosas que no son buenas, destrúyelas
ahora bajo el fuego.
Ven PADRE ETERNO, ven CRISTO y hagan morada en nosotros. Gracias por
la Salvación. Bendito seas DIOS DEL UNIVERSO, bendito tu Espíritu Santo,
bendito tu HIJO JESUS DE NAZARETH desde el siglo y hasta el siglo. Amén.
Bendecimos ésta Iglesia, Ríos de Agua de Vida del Oriente, comunidad de
guerreros espirituales, bendecimos a esta Casa de Oración en Misión
Avivamiento, a sus líderes, nuestros pastores Carlos y Linda y a sus hijos, Carlos
David y Gabriela. Seas Tú guardando ésta comunidad en el hueco de tu
mano, que tu rostro resplandezca sobre todos nosotros. Y que ellos enseñen
sólo tu Verdad, a todas las naciones.
Que el SEÑOR nuestro DIOS nos oiga en el día del conflicto y nunca nos
entregue en manos ni en los deseos de nuestros enemigos. Que el SEÑOR
detenga y frustre los planes malvados contra Nuestra Iglesia RIOS DE AGUA
DE VIDA DEL ORIENTE y su brazo poderoso se extienda a lo largo y a lo ancho
de toda nuestra bendita Iglesia, para guardar muy celosamente el territorio
Oración II por nuestra Iglesia Ríos de Agua de Vida
del Oriente
que entregaste a nuestros pastores en la Fe y que fue para siempre. Sea el
Shalom del Todopoderoso sobre Jerusalén y sobre todo Israel para siempre.
Nos fortalecemos con el gran poder del HIJO DE DIOS. Nos ponemos toda la
armadura de nuestro DIOS y hacemos frente a todas las artimañas del
diablo, y cuando llegue el día malo, permaneceremos firmes resistiendo
hasta que acabe la batalla. Nos ceñimos con el cinturón de la verdad, y nos
protegemos con la coraza de justicia, y calzamos nuestros pies con el ánimo
de proclamar el Evangelio de la Paz. Ahora tomamos el escudo de la FÉ con
que vamos a apagar todos los dardos de fuego del maligno. Tomamos el
casco de salvación y la espada del Espíritu Santo que es la Palabra de Dios.
Como guerreros oramos todos los días y nos mantenemos alertas y
perseverantes en oración de los unos por los otros.