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“Te reto a vivir tu vida como si fuera una obra maestra. Te desafío a unirte a las personas que viven la vida
de acuerdo a lo que enseñan, de acuerdo a lo que creen”
Anthony Robbins
Los seres humanos somos seres en relación. Encontramos nuestra razón de existir y nuestro destino en las
relaciones que establecemos con el medio ambiente, con los demás y con nosotros mismos y,
necesariamente, interactuamos.
Con nuestros semejantes: en la relación con las otras personas tomamos nuestra
identidad y nos desarrollamos.
Con nosotros mismos: aprender a conocernos, a relacionarnos con nuestro cuerpo, con
nuestra mente, con nuestras emociones.
Esta interacción es comunicación: en los distintos ámbitos en que nos desempeñamos cotidianamente, como
padres, como hijos, como jefes, como empleados, como profesionales, en fin, en todos los roles que podemos
cumplir, transmitimos conocimientos, valores, ideas, información. Resulta entonces de vital importancia que
aprendamos a decir claramente lo que pensamos, sentimos y deseamos y a comprender lo que otros desean,
piensan y sienten.
En los procesos de comunicación entre las personas, sin dudas es el lenguaje la principal herramienta, pero no
es la única. La manera en que decimos las cosas es, muchas veces, más importante que lo que decimos: el
tono de la voz, los gestos, los silencios, dicen más que las palabras.
Por esto es muy importante conocer las técnicas y herramientas que favorezcan una comunicación eficaz,
ejercitando el olvidado arte de la escucha empática y comprendiendo que cada uno percibe las cosas de
manera diferente y construye esa percepción según su propio modelo, a partir de la historia vivida.
Esto que hace de cada uno de nosotros seres especiales, únicos e irrepetibles, con diversas maneras de pensar
y actuar, es muy positivo para el desarrollo personal, de las organizaciones y de la sociedad en su conjunto.
También genera la posibilidad de que aparezcan situaciones conflictivas que debemos aprender a gestionar
COMUNICACIÓN EFICAZ
Se refiere a saber construir buenas relaciones con los demás y con nosotros mismos, aprendiendo a entrar en
sintonía o compenetrarnos, generando un clima de confianza y credibilidad.
Comprender como entendemos la información y la procesamos, atender a las reacciones del lenguaje no
verbal y anticiparnos, son claves para conseguirla.
LA PERCEPCION
Puede definirse como la información que obtenemos a partir de nuestros sentidos, referida a nuestro hábitat,
las acciones que efectuamos en él y nuestros estados internos.
Se forma con ayuda de la experiencia. Es resultado de un proceso de selección e interpretación, diferente para
cada persona.
Es selectiva, ya que es imposible para una persona percibir todo al mismo tiempo y selecciona su campo
perceptual en función de lo que desea percibir,
Es temporal, ya que es un fenómeno a corto plazo y evoluciona a medida que se enriquecen las experiencias.
FILTROS DE LA PERCEPCION
La cantidad de datos que recibimos a través de nuestros cinco sentidos, abrumadora e imposible de asimilar
en su totalidad, es sometida a filtros mentales que seleccionan qué datos, de esa enorme cantidad que se
recibe, serán tenidos en cuenta. Estos filtros están formados no sólo por los mismos sentidos, sino también
por el lenguaje, las creencias y los valores.
Hay tres tipos de filtros principales que van modelando nuestros mapas mentales y diferenciándolos del
territorio en sí: neurológicos, socio-culturales e individuales.
FILTROS NEUROLÓGICOS
Percibirlo todo es imposible. Nuestro sistema biológico no está preparado para eso. La cantidad de estímulos
potenciales del ambiente es infinita y el sistema se saturaría al instante si tuviese que procesar tan
abrumadora cantidad de información. Por ejemplo, nuestros ojos y nuestros oídos están diseñados para
percibir fenómenos físicos dentro de una frecuencia limitada de longitudes de onda. Por encima y por debajo
de ese rango, no vemos ni oímos nada, aun cuando los estímulos físicos estén presentes.
FILTROS SOCIO-CULTURALES.
Tan importante como el programa genético son los factores culturales. La sociedad en que vivimos determina
conceptos acerca de la vida, actitudes, creencias y valores que condicionan nuestra visión del mundo. Esta no
es igual en alguien criado en una ciudad occidental que en otro que vive en una tribu africana.
FILTROS INDIVIDUALES
Al igual que las huellas digitales, cada individuo tiene una serie de experiencias que conforman su historia
personal y que le son únicas e irrepetibles, las limitantes individuales constituyen la raíz de las profundas
diferencias existentes entre los seres humanos y la manera como creamos nuestros modelos del mundo.
Puede que estas diferencias en nuestros modelos adulteren nuestras pautas sociales enriqueciendo nuestra
experiencia, mostrándonos más alternativas, o bien empobreciendo nuestra experiencia de modo que se
disminuya nuestra capacidad para actuar de manera eficaz.
Predicados verbales
Una manera de detectar qué sistema representacional está utilizando nuestro interlocutor es prestando
atención a los predicados (verbos, adverbios y adjetivos) que emplea.
Fisiología
La fisiología de nuestro interlocutor proporciona información sobre la modalidad en que se encuentra la
persona en un momento determinado. En el siguiente esquema se describen los indicadores más habituales y
los estados propios de cada modalidad sensorial.
APRENDER A COMUNICARNOS
LENGUAJE CORPORAL
(Tomado de www. http://estrategiaspnl.com)
El lenguaje corporal, no muchas veces, sino todas las veces habla más fuerte que mil palabras. Es una de las
formas de comunicación más eficaces y más contundentes que hay. El sistema físico (cuerpo), el sistema
mental y el sistema emocional están estrechamente unidos y se afectan continuamente. Si el sistema
emocional está triste, el sistema mental lo piensa y el sistema físico lo demuestra. Lo demuestra al mundo
exterior a través del cuerpo, su postura y su actitud. Casi siempre los ojos pierden un poco de brillo, hay poca
energía, poco movimiento y seguramente el cuerpo estará levemente inclinado hacia la derecha y la vista
igualmente hacia abajo a la derecha. Esta es la lectura de alguien que está pasando por un momento triste o
por una depresión. Es fácil de detectarla.
En cambio una persona que tenga un caminar con entusiasmo, habla con energía y tiene la mirada al frente o
un poco hacia arriba, es imposible que esté triste o deprimida. Esta persona está alegre, tiene motivación en
su vida y no tiene tiempo para dejarse caer. La piel luce joven, le brillan los ojos y esa energía que irradia es
contagiosa.
Si la mente piensa en una ocasión en la que hubo mucho coraje y todavía hasta el día de hoy provoca coraje,
el sólo pensarlo afectará el sistema físico y el sistema emocional. Pensar en ese mal rato hará que los
músculos de la cara se tensen, la piel se hace más rígida y todo el cuerpo reluce dureza y enojo. Y todo esto
empezó con un pensamiento que desencadena todos estos cambios. Por eso en Programación
Neurolingüística decimos que las palabras tienen un efecto bioquímico en el cuerpo. Pensamientos de enojo
producirán actitudes de enojo sin tener que decir una palabra, esto se comprueba fácil pues muchas veces
únicamente hay que observar.
LAS PALABRAS
Las palabras que utilizamos para describir una experiencia no son la experiencia misma, son sólo la mejor
representación verbal que hemos sido capaces de dar de ella. Las palabras tienen el poder de evocar
imágenes, sonidos y sentimientos en el oyente. El lenguaje es una herramienta de comunicación y como tal las
palabras significan lo que la gente acuerda que signifiquen, es una forma compartida de comunicar
experiencias.
Recordemos que nuestro mapa o modelo mental es la representación del territorio o realidad: NO es la
realidad o territorio y el Lenguaje es la representación de ese mapa o modelo mental de cada persona.
La mayoría de las veces no somos conscientes de las palabras que utilizamos para denominar, describir o
explicar las diferentes situaciones de nuestra vida. Creemos que es lo mismo utilizar un tipo de lenguaje que
otro. Pero nada más lejos de la verdad, porque el lenguaje que utilizamos crea la realidad, nuestra realidad.
A la hora de hablar y sobre todo a la hora de hablarnos a nosotros mismos, es importante tener en cuenta el
lenguaje a utilizar porque éste nos puede potenciar o limitar. Es decir, nos puede ayudar a conseguir lo que
queremos, nuestros sueños u objetivos en la vida o todo lo contrario; nos puede llenar de miedos y
limitaciones para alcanzar aquello que deseamos.
Una persona frente a su experiencia del mundo forma de éste una representación lingüística bastante
completa, variada y rica en detalles. A nivel lingüístico, esto corresponde a la estructura profunda y opera a
un nivel inconsciente. Sin embargo, al comunicar su experiencia a otros, utiliza expresiones empobrecidas, de
manera inconsciente, elimina, generaliza, limita o distorsiona sus pensamientos profundos basándose en sus
creencias y valores, recuerdos, decisiones y estrategias. En otras palabras: la persona posee la experiencia
completa que quiere comunicar y debe elegir las palabras para hacerlo, perdiéndose una gran cantidad de
información en este proceso. Lo que escuchamos es sólo la punta del iceberg.
Por otro lado, la estructura superficial es lo que sea que comunica, verbalmente, por escrito, tono vocal y
lenguaje corporal. Lo que se comunica finalmente, la estructura superficial, es sólo un pequeño fragmento del
pensamiento original, y puede ser ambiguo y confuso y llevar a un error de entendimiento. De las diferencias
entre la estructura profunda y la estructura superficial es de donde nacen la inmensa mayoría de los conflictos
y los malentendidos.
OBSERVAR
CALIBRAR – ACOMPASAR – RAPPORT
CALIBRAR
Es el proceso por el cual percibimos las señales no verbales de la fisiología de las personas.
ESCUCHAR
Oír es un fenómeno biológico. Escuchar es lingüístico, incluye la interpretación que cada cual hace a partir de
lo que oye.
Saber escuchar es igual, o incluso más difícil, que saber hablar. La escucha activa y empática es un elemento
indispensable en la comunicación eficaz y se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está
expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está
diciendo. La escucha activa y empática significa escuchar y entender la comunicación desde el mapa o modelo
mental de la persona que habla.
Existen algunos obstáculos que impiden que escuchemos con eficiencia y debemos ser conscientes de estos
para poder superarlos:
Atención dividida: tratar de hacer demasiadas cosas al mismo tiempo nos coloca y coloca a la otra
persona en una posición inadecuada e incómoda.
Atención a nosotros mismos: comprometemos nuestra capacidad de escuchar a la otra parte. Ej:
cuando estamos intentando escuchar activamente, a veces nos fijamos en nosotros mismos, enviándonos
mensajes internos de lo bien o mal que estamos escuchando al otro, cuando en realidad estamos más
centrados en cómo lo hacemos que en escuchar en sí a la otra persona.
Pretender que escuchamos: cuando en realidad no es así. Ejemplo: cuando estamos frente a otra
persona y le mandamos señales de que le estamos escuchando, aunque internamente estamos pensando
en otros problemas que tenemos, pretendemos escuchar, pero no lo estamos haciendo.
El error más habitual es querer hablar primero y expresar nuestro punto de vista a toda costa, de ahí que nos
concentremos únicamente sobre la idea que queremos transmitir, y no sobre lo que nos están diciendo. Esta
forma de distraerse perjudica seriamente la comunicación.
Tenemos dos oídos y una boca; la Naturaleza nos muestra que estamos más capacitados para escuchar que
para hablar.
PREGUNTAR
Una persona frente a su experiencia del mundo, forma de éste una representación lingüística bastante
completa, variada y rica en detalles. A nivel lingüístico, esto correspondería a la estructura profunda, sin
embargo, al comunicar su experiencia a otro, utiliza expresiones empobrecidas (estructura superficial),
presentando información parcial sobre la experiencia (omisión); generalizando a la hora de observar el mundo
y a los otros ignorando posibles excepciones y condiciones especiales (generalización) y simplificando o
fantaseando sobre lo que es posible o lo que ha sucedido (distorsión).
Para recuperar información faltante como resultado de las omisiones, generalizaciones y distorsiones, existe
una herramienta llamada Metamodelo del lenguaje o lenguaje de precisión.
El Metamodelo del lenguaje nos proporciona un conjunto de preguntas que nos permiten recuperar
información desde la estructura profunda del lenguaje a partir de la estructura superficial. Es decir, a partir de
las palabras de nuestro interlocutor, podemos hacer una serie de preguntas que nos permiten conocer en más
detalle la experiencia completa del otro a través de sus filtros mentales (creencias, valores, etc).
CONGRUENCIA E INCONGRUENCIA
Hablamos de incongruencia cuando una persona tiene alguna clase de conflicto interno en el que se envían
dos mensajes distintos y esto se traduce en comportamientos poco claros. Es decir, el comportamiento
externo y las sensaciones internas de la persona no concuerdan, y esto a menudo se traduce o se refleja en su
lenguaje corporal, en su fisiología, en sus gestos, con algunas posturas que denotan esta “división” interior.
Cuando hablamos de congruencia nos referimos a esa sensación interna que se genera cuando lo que estamos
pensando, diciendo y haciendo tiene coherencia, equilibrio y veracidad, que nos impulsa a continuar con
cualquier proyecto porque estamos en el camino correcto y ecológico. Es un sentido de dirección y de energía
interior que nos permite avanzar hacia nuestro objetivo.
COMUNICACIÓN EFICAZ
Comunicarse es un aprendizaje que lleva la vida entera. Implica un continuo trabajo de conocimiento, ajuste,
ensayo y error.
Para lograr una comunicación eficaz, debemos trabajar para que nuestra comunicación sea:
•Clara: se logra cuando afinamos las aproximaciones de los significados (que las palabras y los signos
empleados tengan el mismo significado para ambas partes).
•Coherente: lo que el emisor dice debe guardar relación con lo no verbal (gestos, tono de voz, contexto,
etc.)
•Veraz: congruencia. Comunicar sólo aquello en lo que se cree y decir sólo lo que se piensa
verdaderamente.
BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA