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Blanca Martínez López,

grupo 42

2º Comunicación
audiovisual

2º RESUMEN COMENTADO

La primera mitad del siglo XX, fue una época bastante turbulenta. En
1914 comienza la Primer Guerra Mundial, en 1917 la Revolución de
Octubre en Rusia , en 1929 la economía mundial se tambalea por
culpa del crack bursátil estadounidense y, por último, en 1939 estalla
la Segunda Guerra mundial ; estos acontecimientos provocaron
numerosos cambios políticos y sociales en unos pocos años.

Todas estas alteraciones de la estabilidad social se vieron reflejadas


en el panorama artístico del momento. Aquí es donde aparecieron
unos movimientos artísticos muy definidos que han sido denominados
como vanguardias. El futurismo, el surrealismo, el dadaísmo, el
cubismo y otros muchos forman parte de estas vanguardias.

Aunque muy diferentes unas de otras, había algo que las unía: el
rechazo a lo tradicionalmente establecido, lo naturalista, la única
visión del mundo, en definitiva al “arte burgués”. Junto al comienzo
de la Segunda Guerra Mundial, estos movimientos irían
desapareciendo, sin embargo las vanguardias abrirían una brecha
en todas las posibles formas de expresión artística y por ello influirían
en todo el arte posterior.

La literatura se vio fuertemente trasformada, especialmente los


géneros de la poesía y del teatro. Los escritores establecen
conscientemente un línea divisoria entre el teatro convencional y su
nueva y propia manera de entender y hacer teatro.

Algunos grandes dramaturgos como Beckett, Brecht y Lorca, aunque


no pertenecientes a un determinado movimiento vanguardista, si que
compartían con ellos esa necesidad de transformación artística y ese
rechazo a lo tradicional. Los tres autores rechazaban la idea simple
de ver el teatro como entretenimiento o distracción, y vieron en este
la posibilidad de que el público aprendiera o por lo menos
reflexionará algo con sus obras.

Aunque cada uno entendió esta posibilidad de acercamiento al


público de diferentes maneras. Por ejemplo en el caso de Federico
García Lorca

Dentro del teatro de Lorca siempre podemos encontrar una utilización


de un lenguaje muy poético y sobretodo muy simbolista. También su
teatro, y en general su obra, se caracteriza por tener contenidos de
crítica social, una crítica muy unida a la sexualidad o en general a la
moral coercitiva que reinaba en su época.

Pero a parte de estos puntos en común, El público, sorprende por


tener fuertes diferencias con el resto de su bibliografía. Es posible
que junto a Así que pasen cinco años, sea su obra más hermética.
Esta dificultad para descifrarla viene dada por el exceso de
simbolismo que contiene la obra.

A parte del simbolismo, la dificultad se incrementa porque el


dramaturgo presenta las situaciones como acciones atemporales y sin
un espacio determinado, , todo esto dota a la obra de un fuerte aire
superrealista. De hecho , fue Dalí quién se encargó de la escenografía
en el estreno de El público en Barcelona.

Como ya he dicho antes, la crítica social está muy presente dentro de


la obra de Lorca. En este caso en concreto, la crítica social se centra
básicamente en una fuerte crítica a una forma de amar que está
determinada por una sociedad atrasada e ignorante.

“Romeo puede ser un ave y Julieta puede ser una piedra”


En está frase se resume una de las conclusiones que nos quiere
mostrar García Lorca con esta obra. Aunque se puede entender como
simplemente una defensa de la homosexualidad, yo creo que el
autor llega mucho más haya, es una crítica, como he comentado
antes, a la forma de aceptar y de ver el amor.

El otro tema principal en la obra es el propio teatro, la obra es una


reflexión metateatral, en la que asegura que el teatro “convencional”
o como el lo denomina “teatro del aire” ha muerto y que ha de
sustituirlo otro tipo de teatro, el que el llama “ teatro bajo la arena”.

Según Lorca lo que se le tiene que ofrecer al público, con este teatro,
es una experiencia emocional positiva. El escritor granadino tiene la
ambiciosa esperanza de que el teatro actúe como catalizador para
despertar la naturaleza dionisiaca del ser humano. Entendiendo el
adjetivo dionisiaco desde una postura nietzscheana. Como una vuelta
hacia lo instintivo y lo salvaje que es asociado con lo pasional.

Que el teatro sea capaz de aflorar en los espectadores esas pasiones


con las que según Lorca el alma se purificaría. Pretende una
experiencia activa donde el espectador participe de forma activa, y
no pasivamente como antes lo hacía.

La dificultad de representación de obra se debe al acercamiento de


lo que él mismo define como “teatro bajo la arena” , y es que esta
clase de teatro se acerca más a lo que podríamos denominar ritual
más que como el propio teatro.

Curiosamente, otro gran dramaturgo coetáneo de Lorca, Bertol Brecht


también creía que había que cambiar la manera de hacer de teatro.
Sin embargo, aunque ambos descontentos con el teatro convencional,
Brecht entendió que el público debía ser consciente de la
ficcionalidad del teatro.

El alemán creía que al espectador debía romper con el “efecto


diegético” al que era sometido continuamente en las
representaciones teatrales. Por lo tanto, el papel del dramaturgo
consistía en “sacar” al público de esa especie de efecto hipnótico, a
través de distintos elementos.

Por ejemplo intercalaba en la obra canciones, utilizaba repeticiones,


interrupciones, y todas las obras tenían su moraleja. Otras veces
mostraba lo que se suponía que el espectador no debía ver, por
ejemplo, en una representación utilizaron un ventilador para simular
el viento y el ventilador en vez de ocultado era totalmente visible
para el espectador.

Quería evitar la identificación emotiva de los espectadores con los


personajes del drama. Todo ello para evitar la emoción y promover la
reflexión crítica.

La finalidad de este modelo de teatro era transformar la función del


propio teatro, para Brecht podía utilizarse con fines didácticos. A este
nuevo teatro lo denomino “teatro épico”. Quería difundir y enseñar a
los espectadores, y por tanto al pueblo, una manera de pensar que se
asentaba en las bases del socialismo.

Esta influencia política la podemos observar en todas sus obras. Por


ejemplo, en El señor Puntila y su criado Matti , el tema principal es la
lucha de clases que viene representa por la relación del Señor Puntila
y su chófer.

Estos dos personajes se ven encerrados en sus roles. Aunque a


través de la bebida el Señor es capaz de cambiar y transformarse en
una persona generosa y sobretodo comprensiva con la clase obrera,
nunca va a poder cambiar su rol de noble y burgués. Y lo mismo con
su hija, ya que, aunque Eva este enamorada de Matti ,esta nunca
podrá ser la esposa de un obrero.

Con ello Brecht nos enseña, que la diferencia entre las clases sociales
existe y que no es nada fácil poder cambiar y transformar la función
que tenemos dentro del sistema productivo.
Por último, tengo que hablar del dramaturgo Samuel Beckett. Al
contrario que los otros dos autores, Beckett no estaba comprometido
socialmente con ninguna ideología, de hecho, da la impresión
contraria, parece una persona que no creía en nada. De hecho,
Beckett pensaba que el teatro había llegado a su fin y su intención
era acabar con el lenguaje teatral para siempre.

Lo paradójico de su obra es que aunque si es cierto que fue una de


los dramaturgos que terminar de destruir el teatro tradicional y
convencional, fue a su vez uno de los pilares en los que se basaron
posteriormente los dramaturgos contemporáneos para desarrollar sus
obras.

El teatro de Beckett se puede definir como un ruptura total con las


convenciones del teatro. Por ejemplo: Renuncia a los espacios, el
tiempo suele ser circular, son situaciones que comienzan empezadas
y en las que no pasa nada. Los personajes no suelen ser pocos, los
diálogos repetitivos y vacíos.

Muchas veces se ha dicho que el teatro de Beckett era de tipo


superrealista por todas estas características, pero ¿qué si no es más
real que situaciones el las que no pasa nada?¿conversaciones en las
que no se dice mucho con frases inacabas y repetitivas?

Desde mi punto de vista el teatro de Beckett no tiene nada que ver


con la falta de lógica que caracteriza al surrealista, al contrario, nos
muestra la realidad de una forma que nadie la había mostrado hasta
entonces. Es cuando lees a Beckett cuando te das cuenta que el
teatro realista no tiene nada que ver con la representación real del
mundo y sobretodo de las personas.

Esas características de las que hablaba antes las vemos el Fin de


partida, una de las obras largas de Beckett. Una obra que refleja una
sociedad en decadencia en el que hasta los lazos familiares están en
entredicho. Y en la que no existe ninguna otra esperanza que la
muerte. Nos muestra unos personajes encerrados en sus roles, igual
que la obra de Brecht. Y existe entre Clov y Hamm una relación de
amo-siervo que recuerda también a El señor Puntila y su criado Matti.

Como en todas sus obras, en Fin de partida, también se puede


observar un adelgazamiento del argumento que provoca una
sensación de que el desarrollo de la acción está paralizado.

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