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Estamos aquí reunidos para recordar el inmenso amor de Dios por la humanidad,
capaz de llegar hasta las últimas consecuencias por devolverle y defender la
dignidad del ser humano, oprimido y perseguido por un sistema religioso y social
injusto. En esta ocasión recordaremos un personaje que a ejemplo de Jesús ofrendó
su vida por amor a sus hermanos, que sufrían la pobreza y la opresión de parte de
un sistema del mal. Monseñor Romero pone al descubierto la verdadera identidad
del ser cristiano, el servir al prójimo con todo nuestro ser, con toda nuestra vida.
Que la muerte de Jesús y Monseñor Romero y un sin número de mártires no quede
en vano, que hoy día podamos nosotros retomar la lucha del reino de Dios, Justicia
e igualdad para todos; que podamos pasar de una religión de ritos y cumplimientos
a una religión del amor capaz de amar como Jesús nos ama. Dios en esta cuaresma
nos dice con claridad “Misericordia quiero no sacrificios”
A la edad de 13 años y con ocasión de la ordenación sacerdotal de un joven, Oscar habló con el padre que
acompañaba al recién ordenado y le comunicó sus deseos de hacerse sacerdote. Un año después Oscar entró al
Seminario Menor de San Miguel. Allí permaneció durante seis o siete años.
En 1937 Oscar ingresa al Seminario Mayor de San José de la Montaña en San Salvador. Siete meses más tarde es
enviado a Roma para proseguir sus estudios de teología. En Roma le tocó vivir las penurias y sufrimientos
causados por la Segunda Guerra Mundial.
La primer parroquia a donde fue enviado a trabajar fue Anamorós, La Unión. Pero poco después fue llamado a
San Miguel donde realizó su labor pastoral durante 20 años. Impulsó muchos movimientos apostólicos como la
Legión de María, los Caballeros de Cristo, los Cursillos de Cristiandad y un sinfín de obras sociales: alcohólicos
anónimos, Cáritas, alimentos para los pobres.
Con el tiempo, es elegido Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador. El 3 de mayo de 1970 recibe la
notificación de haber sido nombrado Obispo y fue ordenado el 21 de junio de 1970 y nombrado Obispo Auxiliar
de Monseñor Luis Chávez y González. Monseñor Romero vivía en el Seminario Mayor, que en aquel entonces
era dirigido por los padres jesuitas. Allí conoció y se hizo amigo del Padre Rutilio Grande.
Monseñor Romero defendía y divulgaba los criterios pastorales y los caminos señalados por el Concilio Vaticano
II y Medellín, aunque no concordaba con la Teología de la Liberación.
Fue nombrado Obispo de la Diócesis de Santiago de María, el 15 de octubre de 1974; tomó posesión el 14 de
diciembre de 1974 y se trasladó para esa Diócesis. Estaba comenzando la represión contra los campesinos
organizados.
En junio de 1975 se producen los hechos de “Tres Calles”. La Guardia Nacional asesinó a 5 campesinos.
Monseñor Romero llegó a consolar a los familiares de las víctimas y a celebrar la Misa. Los sacerdotes le pidieron
que hiciera una denuncia pública, pero Monseñor optó por hacerla privada y envió una “dura” carta al Presidente
Molina, que era amigo suyo. En el fondo sentía estas muertes, pero sentía desconcierto en la forma de actuar.
En la época de las “cortas” mucha gente pobre llegaba a la ciudad. Monseñor Romero abría las puertas del
Obispado para que pudieran dormir bajo techo. Lo que como sacerdote veía en San Miguel, como Obispo de
Santiago de María los seguía comprobando: pobreza e injusticia social de muchos, que contrastaba con la vida
ostentosa de pocos.
La Iglesia defendía el derecho del pueblo a organizarse y clamaba por una paz con justicia. El gobierno miraba
con sospecha a la Iglesia y expulsó a varios sacerdotes.
En medio de este ambiente de injusticias, represión e incertidumbre, Monseñor Romero fue nombrado Arzobispo
de San Salvador, el 3 de febrero de 1977.
Tenía 59 años y su nombramiento para muchos fue sorpresa. Monseñor Romero tomó posesión de la
Arquidiócesis el 22 de febrero de 1977, en medio de un torbellino de violencia. La ceremonia de toma de posesión
fue sencilla y sin la presencia de autoridades civiles ni militares.
A un escaso mes de su ministerio arzobispal, es asesinado el Padre Rutilio Grande, de quien era amigo. Este hecho
impactó mucho en Monseñor Romero. Recogiendo las sugerencias del Clero, Monseñor Romero accede a celebrar
una Misa única en Catedral, como un signo de unidad de la Iglesia y de repudio a la muerte del Padre Rutilio.
Monseñor continuó la pastoral de la Arquidiócesis y le dio un impulso profético nunca antes visto. Su lema fue
“Sentir con la Iglesia”. Y esta fue su principal preocupación: construir una Iglesia fiel al Evangelio y al
Magisterio de la Iglesia.
A pesar de la claridad de sus predicaciones, Monseñor, como Jesús, fue calumniado. Le acusaron de
revolucionario marxista, de incitar a la violencia y de ser el causante de todos los males de El Salvador. Pero
nunca jamás de los labios de Monseñor salió una palabra de rencor y violencia. Su mensaje fue claro. No se cansó
de llamar a la conversión y al diálogo para solucionar los problemas del país.
De las calumnias pasaron a las amenazas a muerte. Monseñor sabía muy bien el peligro que corría su vida. A
pesar de ello dijo que nunca abandonaría al pueblo. Y lo cumplió. Su vida terminó igual que la vida de los profetas
y de Jesús. Fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa en la Capilla del Hospital La Divina
Providencia, en San Salvador. Sus restos se encuentran en la Cripta de Catedral Metropolitana de San Salvador.
Su muerte causó mucho dolor en el pueblo y un gran impacto en el mundo. De todos los rincones llegaron muestras
de solidaridad con la Iglesia y el pueblo salvadoreño. Él mismo dijo que si moría resucitaría en el pueblo
salvadoreño. Efectivamente, año con año mucha gente lo recuerda y celebra el aniversario de su martirio.
En su entierro, el 30 de marzo, alrededor de 100 mil personas se hicieron presente en la Plaza Cívica (frente a
Catedral), para acompañar a Monseñor Romero. Los actos litúrgicos, se interrumpieron a causa de la detonación
de una bomba, seguida de disparos y varias explosiones más. La reacción de la multitud fue de pánico, con la
consecuente dispersión, atropellamiento, heridos y muertos. Monseñor Romero fue sepultado apresuradamente
en una cripta en el interior de Catedral.
La Arquidiócesis de San Salvador ha postulado en el Vaticano la causa por la canonización de Monseñor Romero.
Para muchos, Monseñor Romero es un profeta y un santo.
1-Primera estación
Jesús es condenado a muerte
Lector:
1El Consejo en pleno se levantó y llevaron a Jesús ante Pilato 2 Allí empezaron con
sus acusaciones: «Hemos comprobado que este hombre es un agitador. Se opone a
que se paguen los impuestos al César y pretende ser el rey enviado por Dios.».5 Pero
ellos insistieron: «Está enseñando por todo el país de los judíos y sublevando al
pueblo. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí.» 6 Al oír esto, Pilato preguntó
si aquel hombre era galileo.
Lucas 23: 1-2, 5-6
Reflexión en silencio
Oremos
Señor, te has dejado escarnecer y ultrajar. Ayúdanos a no unirnos a los que se burlan
de quienes sufren o son débiles. Ayúdanos a reconocer tu rostro en los humillados y
marginados. Ayúdanos a no desanimarnos ante las burlas del mundo cuando se
ridiculiza la obediencia a tu voluntad. Tú has llevado la cruz y nos has invitado a
seguirte por ese camino (Mt 10, 38). Danos fuerza para aceptar la cruz, sin rechazarla;
para no lamentarnos ni dejar que nuestros corazones se abatan ante las dificultades
de la vida. Anímanos a recorrer el camino del amor y, aceptando sus exigencias,
alcanzar la verdadera alegría.
Lector:
38 Luego Jesús llamó a sus discípulos y a toda la gente y les dijo: “El que quiera
seguirme, que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga.
Marcos 8, 34
Reflexión en silencio
Oremos
Señor Jesús, el peso de la cruz te ha hecho caer. El peso de nuestra falta de amor al
prójimo, el peso de nuestra soberbia y de nuestro orgullo, te derriba. Pero tu caída no
es signo de un destino adverso, no es la pura y simple debilidad de quien es
despreciado. Has querido venir a socorrernos porque a causa de nuestra soberbia
yacemos en tierra. La soberbia de pensar que podemos forjarnos a nosotros mismos
lleva a transformar al hombre en una especie de mercancía, que puede ser comprada
y vendida, una reserva de material para nuestros experimentos, con los cuales
esperamos superar por nosotros mismos la muerte, mientras que, en realidad, no
hacemos más que mancillar cada vez más profundamente la dignidad humana. Señor,
ayúdanos porque hemos caído. Ayúdanos a renunciar a nuestra soberbia destructiva
y, aprendiendo de tu humildad, a levantarnos de nuevo.
Lector:
25 Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer
Reflexión en silencio
Oremos
Santa María, Madre del Señor, has permanecido fiel cuando los discípulos huyeron.
Al igual que creíste cuando el ángel te anunció lo que parecía increíble –que serías la
madre del Altísimo– también has creído en el momento de su mayor humillación. Por
eso, en la hora de la cruz, en la hora de la noche más oscura del mundo, te han
convertido en la Madre de los creyentes, Madre de la Iglesia. Te rogamos que nos
enseñes a creer y nos ayudes para que la fe nos impulse a servir y dar muestras de un
amor que socorre y sabe compartir el sufrimiento.
Lector:
26 Cuando lo llevaban, encontraron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo,
y le cargaron con la cruz para que la llevara detrás de Jesús.
Lucas 23,26
Oremos
Señor, a Simón de Cirene le has abierto los ojos y el corazón, dándole, al compartir
la cruz, la gracia de la fe. Ayúdanos a socorrer a nuestro prójimo que sufre, aunque
esto contraste con nuestros proyectos y nuestras simpatías. Danos la gracia de
reconocer como un don el poder compartir la cruz de los otros y experimentar que así
caminamos contigo. Danos la gracia de reconocer con gozo que, precisamente
compartiendo tu sufrimiento y los sufrimientos de este mundo, nos hacemos
servidores de la salvación, y que así podemos ayudar a construir tu cuerpo, la Iglesia.
Lector:
2 Este ha crecido ante Dios como un retoño, como raíz en tierra seca. No tenía brillo
ni belleza para que nos fijáramos en él, y su apariencia no era como para cautivarnos.3
Despreciado por los hombres y marginado, hombre de dolores y familiarizado con el
sufrimiento, semejante a aquellos a los que se les vuelve la cara, no contaba para nada
y no hemos hecho caso de él.
Isaías 53, 2-3
Reflexión en silencio
Oremos
Danos, Señor, la inquietud del corazón que busca tu rostro. Protégenos de la
oscuridad del corazón que ve solamente la superficie de las cosas. Danos la sencillez
y la pureza que nos permiten ver tu presencia en el mundo. Cuando no seamos
capaces de cumplir grandes cosas, danos la fuerza de una bondad humilde. Graba tu
rostro en nuestros corazones, para que así podamos encontrarte y mostrar al mundo
tu imagen.
Lector
Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero
si muere, da mucho fruto.
Juan 12: 24
Guía: Aquí donde Cristo es carne que sufre, aquí donde Cristo es cosa, donde Cristo
es persecución, donde Cristo es hombres que duermen en el campo porque no pueden
dormir en su casa, donde Cristo es enfermedad que sufre por consecuencia de tantas
intemperies y de tantos sufrimientos; aquí es Cristo con su cruz a cuestas, no
meditado en una capilla junto al vía-crucis, sino vivido en el pueblo; es Cristo con su
cruz camino del Calvario…
Homilía de Mons. Romero Marzo 5, 1978
Reflexión en silencio
Oremos
Señor Jesucristo, has llevado nuestro peso y continúas llevándolo. Es nuestra carga
la que te hace caer. Pero levántanos tú, porque solos no podemos reincorporarnos.
Líbranos del poder de la concupiscencia. En lugar de un corazón de piedra danos de
nuevo un corazón de carne, un corazón capaz de ver. No permitas que el muro del
materialismo llegue a ser insuperable. Haz que te reconozcamos de nuevo. Haznos
sobrios y vigilantes para poder resistir a las fuerzas del mal y ayúdanos a reconocer
las necesidades interiores y exteriores de los demás, a socorrerlos. Levántanos para
poder levantar a los demás. Danos esperanza en medio de toda esta oscuridad, para
que seamos portadores de esperanza para el mundo.
Lector:
27 Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres que se golpeaban el pecho y se
lamentaban por él.28 Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: «Hijas de Jerusalén, no
lloren por mí. Lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos.
Lucas 23, 27-28
Guía: El que convive con el pobre, con el miserable, con el campesino y lo defiende
y quiere como Cristo nuestro Señor predicar la liberación a los pobres, a los
oprimidos, a los prisioneros, a los que sufren. Este es Cristo que está en medio de
nosotros…
Homilía de Mons. Romero Marzo 23, 1978
Reflexión en silencio
Oremos
Haz Señor que caminemos junto a ti sin limitarnos a ofrecerte sólo palabras de
compasión. Conviértenos y danos una vida nueva; no permitas que, al final, nos
quedemos como el leño seco, sino que lleguemos a ser sarmientos vivos en ti, la vid
verdadera, y que produzcamos frutos para la vida eterna
Lector:
1 Después dijo a sus discípulos: «Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel
que los ocasiona! 2 Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo
precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Lucas 17, 1-2
Guía: ¡No está vencido nadie aunque lo pongan bajo la bota de la opresión y de la
represión, el que cree en Cristo, sabe que es un vencedor y que la victoria definitiva
será de la verdad y de la justicia...! Marzo 23, 1980 (un día antes de su muerte) ¡Qué
bien se identifica Cristo con el sufrimiento de nuestro pueblo! Así parecen clamar
muchas cosas, muchos tugurios, muchos en las cárceles y en el sufrimiento, muchos
hambrientos de justicia y de paz. "¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?"
No nos ha abandonado. Es la hora en que el Hijo de Dios va pasando con toda su
carga de pecado por la obediencia que Dios le pide para poder perdonar esos pecados
de la humanidad de donde derivan todas las injusticias, todos los egoísmos...
Homilía de Mons. Romero Abril 8, 1979
Reflexión en silencio
Oremos
Señor, frecuentemente tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, que hace
aguas por todas partes. Y también en tu campo vemos más cizaña que trigo. Nos
abruman su atuendo y su rostro tan sucios. Pero los empañamos nosotros mismos.
Nosotros quienes te traicionamos, no obstante los gestos ampulosos y las palabras
altisonantes. Ten piedad de tu Iglesia: también en ella Adán, el hombre, cae una y
otra vez. Al caer, quedamos en tierra y Satanás se alegra, porque espera que ya nunca
podremos levantarnos; espera que tú, siendo arrastrado en la caída de tu Iglesia,
quedes abatido para siempre. Pero tú te levantarás. Tú te has reincorporado, has
resucitado y puedes levantarnos. Salva y santifica a tu Iglesia. Sálvanos y santifícanos
a todos.
Lector:
23 Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las
dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como
no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, 24 se dijeron
entre sí: «No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca.» Así se
cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica.
Esto fue lo que hicieron los soldados.
Juan 19, 23-24
Guía: Este es el compromiso de ser cristiano: seguir a Cristo en su encarnación y si
Cristo es Dios majestuoso que se hace hombre humilde hasta la muerte de los
esclavos en una cruz y vive con los pobres, así debe ser nuestra fe cristiana. El
cristiano que no quiere vivir este compromiso de solidaridad con el pobre, no es digno
de llamarse cristiano...Cristo nos invita a no tenerle miedo a la persecución porque,
créanlo hermanos, el que se compromete con los pobres tiene que correr el mismo
destino de los pobres: ser desaparecido, ser torturados, ser capturados, aparecer
cadáveres...
Homilía de Mons. Romero Febrero 17, 1980
Reflexión en silencio
Oremos
Señor Jesús, has sido despojado de tus vestiduras, expuesto a la deshonra, expulsado
de la sociedad. Te has cargado con los sufrimientos y necesidades de los pobres,
aquellos que están excluidos del mundo. Pero es exactamente así como cumples la
palabra de los profetas. Es así como das significado a lo que aparece privado de
significado. Es así como nos haces reconocer que tu Padre te tiene en sus manos, a ti,
a nosotros y al mundo. Concédenos un profundo respeto hacia el hombre en todas las
fases de su existencia y en todas las situaciones en las cuales lo encontramos. Danos
el traje de la luz de tu gracia.
Lector:
22 Lo llevaron al lugar llamado Gólgota, o Calvario, palabra que significa
«calavera».23 Después de ofrecerle vino mezclado con mirra, que él no quiso tomar,
24 lo crucificaron y se repartieron sus ropas, sorteándolas entre ellos. 25 Eran como
las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.
Marcos 15, 22-25
Guía: Roma crucificaba pero no a sus romanos, Roma crucificaba a los pueblos que
dependían de su imperio; y como Palestina dependía de Roma -Pilatos era el
representante de Roma en aquel pueblo oprimido- Cristo tiene que ser humillado
como un ser que no merece ni siquiera ciudadanía…
Homilía de Mons. Romero Marzo 19, 1978
Reflexión en silencio
Oremos
Señor Jesucristo, te has dejado clavar en la cruz, aceptando la terrible crueldad de
este dolor, la destrucción de tu cuerpo y de tu dignidad. Te has dejado clavar, has
sufrido sin evasivas ni compromisos. Ayúdanos a no desertar ante lo que debemos
hacer. A unirnos estrechamente a ti. A desenmascarar la falsa libertad que nos quiere
alejar de ti. Ayúdanos a aceptar tu libertad «comprometida» y a encontrar en la
estrecha unión contigo la verdadera libertad.
Lector
44 Hacia el mediodía se ocultó el sol y todo el país quedó en tinieblas hasta las tres
de la tarde. 45 En ese momento la cortina del Templo se rasgó por la mitad, 46 y
Jesús gritó muy fuerte: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». Y dichas estas
palabras, expiró.
Lucas 23, 44-46
Guía: Mientras miramos a Cristo clavado en la cruz nos invita la Sagrada Palabra a
descifrar un misterio de actualidad. Si Cristo es el representante de todo el pueblo en
sus dolores, en su humillación, en sus miembros acribillados con unos clavos en una
cruz, tenemos que descubrir el sufrimiento de nuestro pueblo. Es nuestro pueblo
torturado, es nuestro pueblo crucificado, escupido, humillado al que representa
Jesucristo Nuestro Señor para darle a nuestra situación tan difícil un sentido de
redención…
Homilía de Mons. Romero Marzo 24, 1978
Reflexión en silencio
Oremos
Señor Jesucristo, en la hora de tu muerte se oscureció el sol. Constantemente estás
siendo clavado en la cruz. En este momento histórico vivimos en la oscuridad de
Dios. Por el gran sufrimiento, y por la maldad de los hombres, el rostro de Dios, tu
rostro, aparece difuminado, irreconocible. Pero en la cruz te has hecho reconocer.
Porque eres el que sufre y el que ama, eres el que ha sido ensalzado. Precisamente
desde allí has triunfado. En esta hora de oscuridad y turbación, ayúdanos a reconocer
tu rostro. A creer en ti y a seguirte en el momento de la necesidad y de las tinieblas.
Muéstrate de nuevo al mundo en esta hora. Haz que se manifieste tu salvación.
Lector
43 intervino José de Arimatea. Ese miembro respetable del Consejo supremo era de
los que esperaban el Reino de Dios, y fue directamente donde Pilato para pedirle el
cuerpo de Jesús.44 Pilato se extrañó de que Jesús hubiera muerto tan pronto y llamó
al centurión para saber si realmente era así. 45 Después de escuchar al centurión,
Pilato entregó a José el cuerpo de Jesús. 46 José lo bajó de la cruz y lo envolvió en
una sábana que había comprado, lo colocó en un sepulcro excavado en la roca e hizo
rodar una piedra grande contra la entrada de la tumba.
Marcos 15: 43-46
Oración Final.
HAZ DE MÍ UN INSTRUMENTO DE TU PAZ
DONDE HAYA ODIO, PONGA YO AMOR
DONDE HAYA OFENSA, PONGA YO PERDÓN.
DONDE HAYA DICORDIA, PONGA YO LA UNIÓN.
DONDE HAYA ERROR, PONGA YO VERDAD.
DONDE HAYA DUDA, PONGA YO LA FE.
DONDE HAYA DESESPERACIÓN, PONGA YO ESPERANZA.
DONDE HAYA TINIEBLAS, PONGA YO LA LUZ.
DONDE HAYA TRISTEZA, PONGA YO ALEGRÍA.
OH, MAESTRO, QUE NO ME EMPEÑE TANTO
EN SER CONSOLADO, COMO EN CONSOLAR;
EN SER COMPRENDIDO, COMO EN COMPRENDER;
EN SER AMADO, COMO EN AMAR.
PORQUE ES DANDO COMO SE RECIBE,
OLVIDANDO SE ENCUENTRA,
PERDONANDO SE ESPERDONADO
Y MURIENDO SE RESUCITA A LA VIDA ETERNA