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Sólo el intelecto puede existir de manera independiente respecto a las otras facultades del
alma.
Sus objetos de conocimiento son la verdad teórica y la verdad práctica (dos dimensiones de
la misma verdad).
Antropología trascendental: Tomás de Aquino
(1224-274)
El alma es el acto primero por el cual los seres vivos pueden ejercer sus actos segundos, i.e.,
sus operaciones vitales.
En el ser humano, ésta es el alma intelectiva.
Es la forma, el acto de la materialidad, y como tal, es inmaterial.
El intelecto sólo puede conocer todas las cosas, porque es incorpóreo. El cuerpo, al conocer
la forma de otro cuerpo, se corrompe (ej: el ojo que ve una luz muy fuerte, se queda ciego),
o no es capaz de recibir lo distinto a él.
Esto no sucede con el alma, por lo tanto es incorpórea.
El alma contiene en sí misma la forma (esencia) de los objetos que conoce.
El alma y su esencia
El alma es una forma subsistente. Aquino afirma lo que Aristóteles deja como una
posibilidad: hay una actividad propia del alma (que supera a lo perteneciente al
compuesto, es decir, a lo que tiene partes y es material), y por lo tanto ella subsiste.
El alma es forma pura, que en cierto sentido, “es todas las cosas”.