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*SALA CONSTITUCIONAL*

Caracas, 26 de octubre de 2010


*200° *y *151°*

Consta en autos que, el 18 de noviembre de 1999, los ciudadanos *JULIA


M. MARIÑO DE OSPINA, ADRIANA M. MONTOYA DE GIL, MANUEL B. RIVAS
FAJARDO*, con cédulas de identidad n.^os 3.397.284, 4.167.294,
3.255.625, y otros, ejercieron, ante la Sala Político-Administrativa de
la antigua Corte Suprema de Justicia, demanda de amparo constitucional
contra la omisión del Ministerio del Ambiente y de los Recursos
Naturales (hoy Ministerio del Poder Popular para el Ambiente) en el
cumplimiento con el Programa de Saneamiento Ambiental del Lago de
Valencia y el Proyecto Sistemas de Tratamiento de Aguas Residuales en la
Cuenca del Lago de Valencia, así como con la ejecución del Plan de
Ordenación y Reglamento de Uso del Área Crítica con Prioridad de
Tratamiento de la Cuenca Hidrográfica del Lago de Valencia (Decreto de
la Presidencia n.° 2.310 de 5 de junio de 1992) y el Decreto de la
Presidencia n.° 1.853, de 21 de mayo de 1997, que declaró de Urgente
Ejecución las Obras y Acciones Vinculadas con la Prevención de Riesgos y
de Daños por Inundaciones con motivo de las subidas del nivel de las
aguas del Lago de Valencia, para cuya fundamentación denunciaron la
violación a sus derechos fundamentales a la propiedad, a la salud, a la
protección de la familia y al desarrollo físico, moral y social de la
persona que reconocían los artículos 99, 76, 73 y 43 de la Constitución
de 1961, vigente al momento del planteamiento de la pretensión.
La demanda fue declarada con lugar mediante sentencia de esta Sala n.°
1632, de 11 de agosto de 2006, que acordó mandamiento de amparo en
protección de intereses colectivos de / todo habitante de las
urbanizaciones mencionadas que haya sufrido la lesión en sus derechos
fundamentales a la salud, a la vivienda digna y al ambiente sano, o que
esté bajo la amenaza inminente de sufrir lesión constitucional que se
verificó en este caso ./ Luego, en fallo n.° 1915, de 13 de noviembre de
2006, se resolvió solicitud de aclaratoria que planteó la parte
demandada y, a través de la decisión n.° 1752 de 13 de agosto de 2007,
en atención a los informes que consignaron, por una parte, la demandada,
acerca del modo de cumplimiento con el veredicto de fondo y, por la
otra, el Director Nacional de Protección Civil y Administración de
Desastres respecto de las Inspecciones y Evaluaciones de la comunidad
de La Punta, Municipio Girardot, Estado Aragua , así como en atención a
las peticiones que fueron presentadas por la parte demandante respecto
del alcance y modo de ejecución del fallo n.° 1632/06, esta Sala decidió
el modo como debía ser ejecutado el mandamiento que fue acordado.
Por auto de 20 de diciembre de 2007, la Sala acordó / oficiar, de nuevo
a la Ministra del Poder Popular para el Ambiente para que, dentro del
lapso de setenta y dos (72) horas, que se computarán desde cuando reciba
el oficio correspondiente, informe en relación con todos los puntos a
que se hizo referencia en el fallo de 13 de agosto de 2007 ./
A través de sendos pronunciamientos de 22 de febrero de 2008, la Sala
acordó: i) De conformidad con el artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil, la apertura de una articulación probatoria de ocho
días que serían computados desde la notificación de ese auto, para que
los peticionarios que habían solicitado la extensión de los efectos de
la sentencia n.° 1632/06 acreditasen pruebas que fundamentasen su
solicitud y; ii) Prórroga de tres días hábiles para que la parte
demandada el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, por órgano
de su máxima jerarca- complementase el informe que rindió mediante
escrito de 7 de febrero de 2008, en cumplimiento con el auto de esta
Sala de 20 de diciembre de 2007.//
Antes y después de que la causa entrase en fase de ejecución, ha habido
intensa actividad procesal por parte de distintos beneficiarios del
mandamiento de amparo de autos que han planteado problemas personales,
problemas colectivos y problemas sectoriales -como los de
los inquilinos y ocupantes de buena fe y los de los propietarios del
sector Mata Redonda (II) Etapa-, en relación con los avalúos y con el
retraso en la ejecución de la protección constitucional que les fue
otorgada; también solicitaron la extensión de los efectos del acto
decisorio de fondo los habitantes de los sectores Aguacatal I, Aguacatal
II y Las Vegas I del Municipio Girardot, Estado Aragua.
Por su parte, el legitimado pasivo presentó los informes que le fueron
requeridos; dio cuenta de su actividad extraprocesal en apoyo de la
cabal ejecución de la decisión que debe cumplir; y requirió la revisión
/ en cuanto a la rigurosidad técnica con la cual debieron ser
realizados/ de los avalúos que hizo MAXITEC C.A., contratista de la
Dirección Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres, y
pidió que se//desestimen esos avalúos y se notifique al Ministerio del
Poder Popular para la Vivienda y Hábitat/ a los efectos de su inmediata
incorporación en la realización de los avalúos / o, en su defecto, /que
los avalúos realizados por la empresa MAXITEC C.A. sean revisados y
sometidos al aval del Ministerio del Poder Popular para la Vivienda y
Hábitat ./
El 13 de marzo de 2009, los sustitutos de la Procuradora General de la
República, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela, pidieron:
i) nulidad y reposición por falta de notificación a la Procuraduría
General de la República de actuaciones del tribunal y del experto; ii)
se desestime la actuación de MAXITEC C.A. como funcionario judicial
accidental ; iii) se desestime el informe de avalúo que presentó MAXITEC
C.A. Además, los representantes en cuestión ejercieron el recurso de
reclamo a que se contrae el artículo del Código de Procedimiento Civil
respecto a los avalúos de MAXITEC C.A.
El 13 de mayo de 2010, los ciudadanos Judith Joubert de Zambrano, Daría
Concepción Isseles Dalis y Evelio Zambrano, antes identificadas las dos
primeras y titular de la cédula de identidad n.° 3.128.096 el último él
y la primera con la asistencia profesional de la segunda- pidieron a la
Sala que se pronuncie acerca de la tempestividad del acto procesal de
impugnación y recurso de reclamo de la Procuraduría General de la
República y se opusieron a su solicitud de reposición de la causa. Por
último, ratificaron su pedimento de que se ejecute el fallo de fondo de
este proceso. Lo propio hicieron, de nuevo, el 1° de julio de 2010,
cuando, además, acompañaron copia simple de la Gaceta Oficial ordinaria
n.° 1679 del Estado Aragua en la que se publicó el Decreto n.° 1815 del
Gobernador del Estado por el que se declaró el estado de emergencia por
180 días entre otros, en el Municipio Girardot, considerando que / es un
hecho público y notorio las fuertes precipitaciones y ráfagas de vientos
ocurridas el pasado 11 de junio del presente año ( ), que ocasionaron
graves y profundos deslizamientos de tierra, inundaciones y pérdidas
materiales, trayendo como consecuencia el colapso y destrucción de gran
cantidad de viviendas en dichos Municipios, quedando éstos en situación
de alto riesgo /; copia simple de un informe de un ingeniero acerca del
muro de contención del Lago y gráficos y fotografías que darían cuenta
de la situación al 20 de junio de 2010, de algunas calles y viviendas de
La Punta y Mata Redonda.
La Dirección Nacionalde Protección Civil y Administración de Desastres,
en cumplimiento con las tareas que se le encomendaron, consignó
numerosos informes e inspecciones y los avalúos que le fueron requeridos
de cada una de las viviendas que, según determinó, son objeto de la
orden de desalojo e indemnización que esta Sala acordó al colectivo
afectado, en los términos de sus decisiones que antes se mencionaron,
con los cuales se formaron numerosos anexos al expediente continente de
la causa. La última de esas consignaciones fue realizada el 29 de junio
de 2010.
El 14 de julio de 2010, los ciudadanos Manuel B. Rivas Fajardo, Judith
Joubert de Zambrano, Nancy Jacolav de Zapata, Zaida Pérez de Rivas,
Daría Isseles Dalis y Evelio Zambrano, antes identificados; Wilfredo
Romero Alfaro, César Hernández Lleal, Belkis Straus Cazorla, Víctor
Padrón Quero, Soraya Ramos Valera, Úrsula Milano de Aurimatre, Xiomara
Castro Lovera, Fancisco Rojas Rojas y Jesús Mora Fernández, titulares de
las cédulas de identidad n.^os 3.255.625, 3.201.048, 4.810.352,
4.555.871, 4.388.568, 3.975.337, 3.174.956, 3.845.775, 2.511.235,
7.254.815, 3.973.989, 4.586.196, 3.207.617 y 2.145.749, respectivamente,
con la asistencia de la abogada Daría Isseles Dalis, con inscripción en
el I.P.S.A. bajo el n.° 62.960, expusieron:
En virtud de que existe precedente en el juicio Alba Illaramendi Acevedo
y otros, Expediente N° 2000-1851, Sala Constitucional; y, por cuanto, la
mayoría de los amparados en este mandato de amparo constitucional somos
personas de la tercera edad ( ); con el debido respeto, _SOLICITAMOS A
LA SALA CONSTITUCIONAL CONVOQUE A LA DEMANDADA Y A LA PROCURADURÍA
GENERAL DE LA REPÚBLICA, A UN ACTO CONCILIATORIO_ para que se ponga fin
al litigio de autos, y así las partes expongan sus respectivas
pretensiones en fase de ejecución.

Esta petición fue ratificada el 27 de julio; 3, 11 y 31 de agosto y 28


de septiembre, tanto por los solicitantes originales como por otros
ciudadanos que se adhirieron a ella.
El 21 de julio de 2010, el abogado Javier Antonio López Cerrada, con
inscripción en el I.P.S.A. bajo el n.° 84.543, en representación de la
Defensoría del Pueblo, expresó la conformidad de ese ente con el
llamamiento a las partes a la conciliación.
El 24 de septiembre de 2010, se dio cuenta de la recepción del oficio
n.° 01-00-000556 que suscribió el Procurador General de la República,
por medio del cual remitió a la Sala / un ejemplar del informe con los
resultados de la valoración efectuada a la denuncia interpuesta por los
miembros de la Fundación Social Lago Los Tacariguas , ante la Oficina
de Atención al Ciudadano de e(se) Máximo Órgano, la cual está
relacionada con el proceso de indemnización llevado a cabo por el
Servicio Autónomo de Vivienda Rural (SAVIR); así como copia del oficio
No. 01-00-00039 de fecha 23-01-09, dirigido a la ciudadana Yubirí Ortega
Lovera Ministra del Poder Popular para el Ambiente para la fecha,
contentivo del análisis efectuado por e(se) Organismo Contralor, en la
cual se reitera el contenido del informe antes indicado ./
/ /
*ÚNICO*
*DE LA SOLICITUD DE LLAMAMIENTO A CONCILIACIÓN*
Para la decisión acerca del pedimento de convocatoria a un acto
conciliatorio que facilite la fase de ejecución de este proceso, la Sala
observa:
Tal como fue señalado por los solicitantes, en auto n.° 357 de 7 de
marzo de 2008, esta Sala llamó a las partes en litigio en la causa que
se llevó en el expediente n.° 00-1851 (Caso: /Alaba Illaramendi y
/otros) a un acto conciliatorio en fase de ejecución, con fundamento en
las siguientes consideraciones:
El 3 de septiembre de 2001, la Sala declaró con lugar la demanda y, en
consecuencia, ordenó ( ) la inclusión inmediata de [los quejosos] en la
nómina de personal jubilado del Municipio Libertador del Distrito
Capital y el reconocimiento del derecho de los demandantes a percibir la
diferencia del monto de su jubilación y derechos accesorios durante el
tiempo en que estuvieron excluidos de la nómina de la entidad municipal.
El 6 de noviembre de 2002, la Sala, en respuesta a la solicitud de la
parte actora, acordó la ejecución voluntaria del fallo.
El 5 de agosto de 2003, la Sala, por cuanto la Alcaldía del Municipio
Libertador no cumplió voluntariamente con lo que se decidió, acordó la
ejecución forzosa de la sentencia.
El 11 de noviembre de 2003, 20 de agosto de 2004 y 12 de agosto de 2005,
la Sala decidió la continuación de la fase de ejecución del fallo. /( )
Luego de esta última decisión, las partes han seguido con posiciones
encontradas respecto a la cabal ejecución de la decisión favorable a la
parte actora los co-demandantes insisten en que ésta no ha sido
cumplida y la demandada, respecto de algunos pedimentos afirma lo
contrario y respecto de otros ha guardado silencio-, lo cual ha causado
que aun el juicio no llegue a su fin, en escandaloso retraso, puesto que
la sentencia estimativa de la pretensión de autos data de más de cinco
años, circunstancia que se ve agravada por la avanzada edad de los
demandantes, tal como consta en autos.
Al respecto, la Sala comprueba que el Municipio Libertador ha hecho
algunas de las homologaciones y pagos a los demandantes que le fueron
ordenados, prueba de los cuales la demandante Alba Illaramendi Acevedo
ha consignado en autos a través de copia de actuaciones administrativas
y de comprobantes de pago- con un doble propósito: uno, la información a
la Sala de la existencia de tales pagos y, dos, su insistencia en que
los pagos han sido incompletos.
La Sala, para la garantía del derecho constitucional a la tutela
judicial eficaz de la parte actora, de acuerdo con lo que preceptúa el
artículo 257 del Código de Procedimiento Civil y 19 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, aplicable según lo que dispone el
artículo 48 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, decide convocar a las partes en conflicto a un acto
conciliatorio para que se ponga fin a la controversia de autos, en el
cual cada una expondrá, respectivamente, sus pretensiones en fase de
ejecución y su posición jurídica respecto a las de su contraparte.
Por la parte demandada deberá asistir el ciudadano Alcalde o un
funcionario que lo represente y cuente con competencia para que obligue
al Municipio y llegue a acuerdos en juicios, el Síndico Procurador
Municipal y el Director o la Directora de Recursos Humanos.

Como fue alegado, existen similitudes entre el caso que se invocó como
precedente y éste: una prolongación excesiva de la fase de ejecución,
incompatible con la naturaleza del amparo constitucional y una extrema
necesidad de obtención eficaz de la protección; en aquel caso por la
avanzada edad de los demandantes (uno de ellos murió en el transcurso
del proceso) y en éste por el extremo, continuado y creciente deterioro
de la calidad de vida de los beneficiarios del mandamiento de amparo,
muchos de los cuales, además, son también personas de la tercera edad.
También ha sido puesta de relieve la voluntad de cumplimiento con las
decisiones de esta Sala por parte de los entes públicos involucrados, a
pesar de lo cual no ha podido llevarse a cabo su cabal ejecución. Sobre
la base de la evidencia de esa voluntad, que coincide con los
insistentes pedimentos de los beneficiarios y la opinión favorable de la
Defensora del Pueblo, la Sala, para la garantía del derecho
constitucional a la tutela judicial eficaz de la parte actora, de
acuerdo con lo que preceptúa el artículo 257 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y 88 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, aplicable según lo que dispone el artículo 48 de la
Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales,
*ACUERDA LA CONVOCATORIA A UN ACTO CONCILIATORIO* para que se avance con
eficacia en la fase de ejecución en la controversia de autos, en el cual
cada interviniente expondrá, respectivamente, sus pretensiones u
opinión, según el caso, y su posición jurídica respecto a las de los
otros intervinientes. Así se decide.
Para su participación, se notificará a: i) los beneficiarios mediante
cartel que será publicado, a expensas de este Tribunal, en un diario de
mayor circulación nacional y en uno de mayor circulación del Estado
Aragua y, además, será fijado en la Secretaría de la Sala, de
conformidad con el artículo 93 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia; y personalmente, como dispone el artículo 91 de la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia; a: ii) el Ministro del Poder
Popular para el Ambiente; iii) el Director Nacional de Protección Civil
y Administración de Desastres; iv) la Procuradora General de la
República; v) la Defensora del Pueblo; vi) la Autoridad Única de Área
para la Cuenca del Lago de Valencia y vii) la Defensoría del Pueblo del
Estado Aragua.
Los beneficiarios deberán nombrar no más de seis (6) representantes para
la comparecencia al acto conciliatorio, dentro de los cuales deberán
estar habitantes de cada una de las etapas en las cuales se dividió la
zona cuya indemnización, evacuación y demolición ordenó esta Sala, los
beneficiarios a título de arrendatarios y aquellos que lo son por
títulos distintos a la propiedad o el arrendamiento.
Antes de la celebración del acto conciliatorio, cada uno de los
convocados consignará en autos, dentro de los quince (15) días
siguientes a la práctica de su notificación, un informe en el que
planteará sus pretensiones u opinión, según el caso, y su posición
jurídica respecto a las de los otros intervinientes que constan en autos
a modo de preparación de los puntos que serán objeto de discusión en el
acto conciliatorio.
En los oficios y cartel de notificación, la Secretaría de esta Sala
convocará para la celebración del acto conciliatorio que tendrá lugar
dentro de los diez (10) días siguientes a la consignación en autos del
último de los informes que deberán consignar quienes fueron convocados,
cada uno dentro de los quince (15) días siguientes a la práctica de su
notificación.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Fíjese el acto conciliatorio en la


oportunidad que se señaló.

La Presidenta,

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO

El Vice-presidente,

Francisco Antonio Carrasquero López

Los Magistrados,

JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO

PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ


Ponente

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES


El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO


PRRH/sn.cr.
*Exp. 00-1362*
* *
Quien suscribe, Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, coherente con el
criterio sostenido en la sentencia definitiva del casi sub júdice, salva
su voto con ocasión de la solicitud de convocatoria a un acto
conciliatorio realizada el 14 de julio de 2010 por los ciudadanos
MANUEL RIVAS FAJARDO y OTROS, acordó efectivamente /LA CONVOCATORIA
A//UN ACTO CONCILIATORIO para que se avance con eficacia en la fase de
ejecución en la controversia de autos/
Al respecto cabe referir que quien suscribe salvó su voto en la
sentencia N° 1632/2006, que declaró con lugar la presente acción de
amparo constitucional, intentada por los ciudadanos JULIA M. MARIÑO DE
OSPINA, ADRIANA M. MONTOYA DE GIL y otros contra el entonces Ministerio
del Ambiente y de los Recursos Naturales, en los siguientes términos:

La sentencia disentida estimó que a los accionantes se les habían


lesionado sus derechos constitucionales a un medio ambiente sano y a una
vivienda digna con ocasión a la insuficiencia de la actividad
administrativa para reubicar a los ciudadanos cuyas viviendas fueron
construidas en los terrenos que quedaron al descubierto por el proceso
de desecación del Lago de Valencia; no obstante, quien suscribe es del
criterio que a los accionantes no se les han lesionado los mencionados
derechos constitucionales, pues en realidad lo que han sufrido es una
desmejora paulatina en el disfrute de los mismos cuya causa generadora,
por la forma en que sucedieron los hechos, mal puede atribuírsele a
agentes diferentes a la propia voluntad de los hoy accionantes.
En efecto, tal como lo señala el fallo, las aludidas viviendas
fueron construidas en los años 1978 y 1979, pero no se tomó en
consideración que para septiembre de 1979 los planes urbanísticos
creados a las orillas de la cuenca del Lago de Valencia habían sido
declarados por Decreto presidencial (G.O. N° 31.829 del 26.09.79) como
una *ocupación irracional* . Por otra parte, tal como se evidenció en
la audiencia constitucional, los habitantes de las urbanizaciones La
Punta y Mata Redonda en el año 1989, conscientes del riesgo que
corrían, demandaron a la constructora de las viviendas sólo que después
ocurrió un desistimiento masivo de las demandas; circunstancias denotan
que hubo negligencia por los hoy accionantes, de suerte que se configuró
un hecho de la víctima que obviamente debe ser atendido por el Estado,
pero nunca puede ser considerado como producto de una lesión
constitucional cuya agraviante es la República por órgano del Ministerio
del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables. Por tanto, no es
cierto, como lo afirma el fallo, que las condiciones de salubridad de
las viviendas no eran las actuales cuando comenzaron a vivir allí, lo
correcto es afirmar que esas viviendas jamás tendrían una verdadera
condición de salubridad, pues dichos asentamientos urbanos desde un
principio habían sido realizados en un lugar incorrecto, y que es con
ocasión a ello que sufren paulatina y vertiginosamente una desmejora en
sus derechos constitucionales. Lo acotado puede conducir a
sostener que la lesión es por la insuficiencia en la prestación de la
Administración destinada a solventar esa desmejora, como en efecto fue
reconducido en ese sentido el planteamiento; pero cuando el fallo lo
hace haciendo un desarrollo de los derechos prestacionales en el ínterin
obvia el gran problema que padecen los países que sufren el
endeudamiento público para concretar tales derechos (Vid. Sentencia
1002/2004), detalle que no es baladí si se considera que la disentida
repetitivamente asevera que la actividad de la Administración ha sido
prolija para solucionar el drama de los habitantes de las urbanizaciones
La Punta y Mata Redonda .
Así, como bien lo sostiene la sentencia disentida los derechos
prestacionales, a diferencia de los liberales, se caracterizan por lo
general por una actividad positiva del Estado que en los países en vías
de desarrollo traslada el problema de su concreción al ámbito
presupuestario, ya que el gran problema es cuánto cuesta satisfacer
dichos derechos. Para precaver tal situación ha sido mundialmente
aceptado que los Estados serán responsables en la medida que, teniendo
la disponibilidad presupuestaria, no inician las acciones pertinentes
para tutelarlos; pero en el caso contrario, es decir habiendo la
insuficiencia presupuestaria, debe reputarse legítima la actuación
estatal así ésta sea insuficiente, que es precisamente lo que cuestiona
la presente sentencia. Por tanto, no se trata de que exista una lesión
constitucional, un defecto de actuación, o una insuficiente
materialización de los planes de saneamiento, se trataba de determinar
si la Administración contaba con los medios económicos para acometer lo
que la sentencia inconsultamente le exigió.
Por tanto, se discrepa de que las exigencias a las Administraciones
no fueron ponderadas de cara al tema de los recursos económicos, y ahora
late un alto riesgo de que lo que se ordena en el fallo quede como una
mera declaración de buenas intenciones que desencadenará en un
interminable desfile de solicitudes de ejecución de esta sentencia, pues
el fallo obvió que el desalojo por sí sólo es insuficiente, ya que tiene
que adminicularse con la reubicación, punto en el cual, se insiste, está
el problema de la disponibilidad presupuestaria, si no basta revisar la
problemática actual del Ministerio de Vivienda y Hábitat con los
reubicados del barrio Nueva Esparta del área metropolitana de Caracas.
En mismo sentido cree quien disiente que pese a tratarse de un
amparo constitucional, cuyos efectos son restablecedores, entre las
medidas a tomar se ordena una que es de efectos constitutivos: el
desalojo *previo pago del valor de las viviendas*, lo que se hace, por
cierto, sin especificar si es el valor actual, que es poco, o el valor
invertido. En vista de la trascendencia económica de la última opción a
efectos de este voto asumiremos que es tal, con lo cual advertimos que
con ello se le atribuye contenido indemnizatorio a una acción que tiene
por objeto la insuficiencia de la prestación administrativa, obviándose
que a pesar de que hubo un daño éste no es atribuible enteramente por
acción u omisión a la Administración, lo que disminuye la
responsabilidad objetiva del Estado e imposibilita que las medidas
tengan contenido pecuniario, de manera que, en su lugar, debió ordenarse
la reubicación en los términos en que pudiera hacerlo la Administración,
más aun cuando al pretenderse atribuirle contenido pecuniario a la
solución del problema se obvia la cercanía de la prescripción decenal
para asegurarle al Estado la repetición frente a los responsables
originarios del daño.
En definitiva, sí existe una situación dañina que resolver, pero
hacerlo como: un derecho preexistente que está lesionado por la
insuficiente actividad de la Administración y que, por tanto, debe ser
indemnizado crea un precedente negativo que para ilustrarlo cabría
preguntarse: ¿debería ordenarse la indemnización de las personas que han
construido sus viviendas a las riberas del río Güaire so pretexto de
que se les lesiona su derecho al medio ambiente sano, a la salud y a la
vivienda digna? Sin duda alguna no, la Sala, en ese hipotético caso, se
ordenaría a la Administración una mejor ejecución de los programas de
reubicación convencida de que los que viven allí están conscientes del
riesgo que corren. Al trasladar este ejemplo a lo aquí debatido sólo
cabe acotar que si bien los sujetos utilizados en el ejemplo no
contarían con permiso sanitario como sí ocurrió con los del caso de
autos, éstos desde 1979 ya sabían que la habitabilidad de los inmuebles
estaba cuestionada y muestra de ello lo son las demandas que
interpusieron en el año 1989.

Razón por la cual en esta oportunidad disiento nuevamente de la decisión


de la mayoría sentenciadora por razones de coherencia.
Queda así expresado el criterio de la Magistrada disidente.
En Caracas, fecha /ut supra/.
La Presidenta,

*Luisa EstelLa Morales Lamuño*


El
Vicepresidente,

*Francisco A. Carrasquero López*


Los Magistrados,

*Jesús Eduardo Cabrera Romero***

PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ

Ponente
* *
* *
* *
* *
* *
*MarcoS Tulio Dugarte Padrón*
* *
* *
*CARMEN ZULETA DE MERCHÁN*

Disidente
* *
*ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES*

El Secretario,
*José Leonardo Requena Cabello*

V.S. Exp.- 00-1362 (Auto)


CZdeM/
* *

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