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Cuando fui invitado por el Psic.

César Valcárcel
para dirigirme a Uds. en este congreso,
barajamos juntos algunas posibles temáticas
para ser abordadas desde mi disertación,
finalmente me decanté por esta que nos
convoca el día de hoy que trata sobre “La
Historia de la Psicología”.

Haberme decidido por ella denota una posición


de mi parte y quisiera expresarles que la misma
va más allá de que sea catedrático de Historia
en la Universidad para la cual trabajo.

Mi elección por este tema va en torno a la


constante con la que me he encontrado a lo
largo de mi experiencia. En primer lugar, como
estudiante de la carrera en la facultad,
posteriormente como profesional vinculado al
trabajo con adolescentes en instituciones
educativas y por último en la de mi experiencia
como docente en la Universidad. Esta constante
radica en la de ubicar en las nuevas
generaciones una FALTA DE INTERÉS por
conocer sobre sus orígenes, por interrogarse
sobre su propia génesis o sobre el origen o la
génesis de lo que a su decir les apasiona: en
este caso la Psicología.

Podría decirlo en términos clínicos. El síntoma


del hombre contemporáneo pareciese ser la no
reflexión sobre sí mismo… sobre su pasado, su
presente y su futuro. Pareciese que el hombre (y
sobre todo nuestra juventud) ha capitulado
entregándose a las redes del mercado y del
capitalismo que lo piensan, lo estructuran y lo
producen.

Me atrevería a decir que el cogito cartesiano de


la modernidad, ese del siglo XVII, ese que reza
de la siguiente manera: “Pienso luego existo”
hoy se ve obturado por uno nuevo, uno que
podría decir algo así… “Ahí donde consumo
SOY”. En donde el pensamiento, como vemos,
pasa a estar relegado a un segundo o tercer
plano, mientras que el consumo toma el
protagonismo de la vida del hombre
posmoderno, idiotizando o inhibiendo de
manera generalizada su pensamiento y el de
nuestra sociedad.

El día de hoy no pretendo desarrollar a


profundidad contenidos propios sobre la cátedra
llamada “Historia de la psicología”, ya que para
eso están normalmente los primeros semestres
de nuestra carrera. El día de hoy de lo que
quiero hablar es sobre la importancia de
RESTITUIR, en las nuevas generaciones, el
valor de saber sobre nuestra HISTORIA. Ya que
como decía Robert Oppenheimer “Solo tiene
futuro aquel que investiga en el pasado, porque
investigando en el pasado se puede redescubrir
el futuro.”

Dicho esto… Apostar o creer por la reflexión


sobre la historia de nuestra profesión, será uno
de los factores que permitirán dar a luz desde el
claustro universitario o desde encuentros
académicos-científicos, como este, a
profesionales que sepan dar frente con criterios
sólidos a las problemáticas complejas de esta
época que se nos presenta como líquida, por
citar a Zygmunt Bauman en mi reflexión.

Pero… ¿Qué pasa hoy en día?, ¿cuál es la


dinámica de nuestro tiempo a propósito de la
Historia de la Psicología? Frente a estas
interrogantes puedo dar una multiplicidad de
respuestas desde mi formación como Psicólogo
Clínico, pero en aras del tiempo daré mi reflexión
por lo que también soy UN DOCENTE que
intenta formar psicólogos.

Me encuentro hoy en día con estudiantes que


“son hijos de su época”, Millennials ávidos por
querer aprender todo de manera rápida, sin una
reflexión pausada y con una cierta aversión por
todo lo que tiene que ver con lo denso o lo
teórico. Es en este contexto que HISTORIA DE
LA PSICOLOGÍA PRECISAMENTE encarna
todo aquello que hace formular y cito las
siguientes expresiones escuchadas a lo largo de
estos años: “Me da pereza”, “No tiene sentido”,
“Son muchos nombres y fechas” “Y para qué me
sirve esto si ya pasó hace muchos años...
realmente es una pérdida de tiempo”.

Por otro lado, no todo es culpa de la


“banalización de la época” o del poco interés por
lo denso que hoy en día tiene la gran mayoría de
nuestros jóvenes. Me animo a decir que también
existen en ciertos casos problemas en la
enseñanza. Y Aquí debo de hacer un “mea
culpa” en nombre de mis colegas docentes,
debemos de comprender de una vez por todas
que los estudiantes del siglo XXI distan mucho
de aquellos de mediados y de finales del siglo
XX.
En función de aquello no basta con comprender
que son diferentes, debemos de ir más allá y
propiciar o gestionar con recursos pedagógicos
contemporáneos la motivación y el deseo, por
ejemplo, del encuentro de esta generación con
los grandes representantes de la Historia de la
Psicología en Iberoamérica, siendo estos: Helio
Carpintero y Antonio Caparrós.

George Santayana con su frase: “Quién olvida


su historia está condenado a repetirla”, es
otro personaje que desde la filosofía nos exige a
repensarnos a partir de nuestro pasado.
Sus palabras tienen tanta vigencia en tiempos
en donde “en nombre de la psicología” en ciertas
partes de nuestro país se dicen o se hacen
atrocidades, o se siguen tradiciones
psicológicas ya superadas o dejadas de lado por
ser descalificadas, pero que, al no ser
reflexionadas o pensadas desde la formación
profesional, en algunos establecimientos,
recintos o lugares se mantienen o las mantienen
vigentes.

Es en estos tiempos de políticas, de proyectos


de ley, de acuerdos ministeriales, de creaciones
de secretarias, de consejos y de distritos que
conviene apelar desde la academia a materias
como “Historia de la Psicología” porque ellas
serán las últimas trincheras que posibilitarán al
futuro profesional de las bases teóricas
necesarias para desarrollar criticidad en
momentos en donde la tecnocracia y los
procesos burocráticos amenazan o entorpecen
el desarrollo del trabajo psicológico en las
instituciones.

Como les he ido mencionando a lo largo de mi


ponencia, la finalidad de esta asignatura es la de
ir haciendo un recorrido histórico por el
pensamiento del ser humano para comprender
el concepto actual de psicología. La invitación
que debería de hacerse a los estudiantes de
esta generación es la de emprender una suerte
de campaña arqueológica de la psicología, para
que puedan asimilar sus antecedentes y saber a
su vez por qué hoy es lo que es y hacia donde
podría llegar. Al respecto de aquello vale citar a
CONFUCIO que nos dice “Estudia el pasado, si
quieres pronosticar el futuro.”

Al ser profesor de esta cátedra ya por algunos


años, soy consciente que la misma puede llegar
a ser algo tediosa para los estudiantes si desde
el comienzo no se le da un sentido. Y yo apunto
al “romanticismo”, como les había dicho antes
escucho decir a muchos de los estudiantes,
incluso a algunos desde el curso de admisión,
que estudiaron psicología porque es lo que les
apasiona. Pues bueno… este es el motivo o el
pretexto que ellos me dan para darle sentido a
mi cátedra en sus vidas y lograr así el
aprendizaje significativo esperado. Les digo…
UNO NO PUEDE AMAR ALGO QUE NO
CONOCE y en función de aquello intento
vincular amor y conocimiento, que son
elementos a mi criterio claves para la
transmisión de saber.

De aquí en adelante intento darle sentido desde


esta perspectiva (vinculando amor y
conocimiento) a lo “denso y a lo teórico” propio
de los primeros tres semestres de la carrera,
diciéndoles que son éstas las bases que
marcarán la diferencia entre ellos, que serán
profesionales sólidos vs. otros que serán
profesionales de papel en un mundo líquido.

Según Juan Manuel Burgos en su Historia de la


Psicología, plantea que apostar por la
transmisión de esta materia ayudará a los
estudiantes en cuatro niveles:

1. Les dará perspectiva y profundidad.


2. Les permitirá un sin número de posturas
ante las preguntas trascendentales que se
plantee el hombre.
3. Les proporcionará una introducción general
a la psicología.
4. Los dotará de capacidad de discernimiento
y de crítica.

Cierro mi ponencia convencido que 26 siglos de


historia, con un sin número de civilizaciones
(empezando por la Griega) y una lista
interminable de grandes pensadores dispersos
a lo largo de las de las cuatro edades de la
historia universal, no pueden pasar
desapercibidos por nosotros. A 138 años de que
Wilhem Wundt haya desarrollado el primer
laboratorio de Psicología en la Universidad de
Leipzig en Alemania, hago mías las palabras de
Hermman Ebbinghaus: “La psicología es dueña
de un largo pasado, pero de una corta historia”,
con la convicción de que: “AL ESTUDIAR ESE
PASADO ESTAREMOS EN MEJORES
CONDICIONES PARA ANTICIPAR EL
FUTURO”

Muchas gracias.

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