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ANTE EL VACIO EXITENCIAL

HACIA UNA HUMANIZACION DE LA PSICOTERAPIA

Como bien lo indica el libro en una de sus páginas, cada época tiene sus neurosis y cada
tiempo su psicoterapia. Hoy en día existen diferentes corrientes y tendencias en psicoterapia, está
claro que cada una responde a la necesidad que demanda el paciente, y es que cada uno llega
buscando algo específico a los consultorios, pero no se puede negar que muchas veces se trata
solamente el síntoma y no se ve a la persona en la integridad total de los elementos que lo
conforman.

Este no es el caso de la logoterapia, la cual es una psicoterapia que toma en cuenta y


privilegia la dimensión espiritual del ser humano, claro la logoterapia no deja de lado las otras
dimensiones que lo constituyen. Al hablar de hay que reconocer que el término “espiritual” tiende
a confundirse incluso dentro de los mismos psicólogos y es esto mismo lo que hace que muchos
no indaguen más en esta corriente porque al hablar de una dimensión espiritual se tiende a
confundir donde exactamente esta dicha dimensión en el ser humano; sin embargo, la dimensión
espiritual o noética no es una realidad del todo abstracta como parece y aunque no sea una
realidad ontica sino más bien ontologica, puede ser comprensible y además, necesariamente
comprensible, pues la misma no es solo la dimensión propia del hombre sino que es la dimensión
especifica del mismo (Frankl, 1994c), la dimensión que lo diferencia e integra en una unidad
múltiple que lo hace humano. ¿Qué es entonces lo espiritual?, en palabras de Frankl (1994c): “Y
precisamente designamos como espiritual en el hombre aquello que pueda confrontarse con todo
lo social, lo corporal e incluso lo psíquico en él. Lo espiritual es ya por definición sólo lo libre en
el hombre”.

Básicamente el libro nos hace una explicación de las técnicas propias de la logoterapia, así
como de la terminología utilizada para explicar mejor su teoría y trabajo como psicoterapia,
claramente esto no se puede hacer sin hacer una breve diferenciación entre la psicología
propuesta por Frankl y la propuesta por Freud, Adler y Jung. Para el psicoanálisis de Freud, la
neurosis tiende en definitiva a un compromiso entre de los instintos conflictivos entre si o entre
las exigencias de diversas instancias intrapsiquicas, tales como las que el psicoanálisis llama ello,
yo y superyó. Adler desborda ampliamente el campo de lo psicológico, puesto que comienza a
apoyarse en lo biológico bajo la forma de inferioridad orgánica, que, como hecho somático, lleva
al complejo de inferioridad como reacción psíquica. El complejo de inferioridad provoca a su vez
su compensación, sea en el marco de la comunidad o de su correspondencia psíquica, el
sentimiento comunitario, desde aquí se advierte ya que, desbordando lo biológico, se incluye
siempre un factor sociológico. La psicología analítica de Jung, tuvo la osadía de atreverse a
definir en su tiempo, la neurosis como el sufrimiento del alma que no ha encontrado su sentido.
La Logoterapia es también conocida como “Tercera escuela vienesa de psicoterapia”, es
bastante conocida por asumir una actitud de dialogo con otras escuelas de psicoterapia, apoyando
su quehacer en un diálogo transdisciplinario genuino. La teoría frankleana explicita una
antropología multidimensional, biospicosocioespiritual, donde la dimensión espiritual es
considerada la fundante de la realidad humana. En contra posición a todas las demás
psicoterapias, la logoterapia no se encierra en el ámbito de las neurosis, sino que lo desborda y
penetra en la dimensión de los fenómenos específicamente humanos. También hay que mencionar
que la logoterapia pertenece a la corriente existencialista, y el concepto central de este
movimiento es la existencia, (en contraposición a la esencia), entendida como el modo de ser
propio del ser humano. Existir es un estar en el mundo, un saberse en relación con las cosas y con
otros existentes, un estar abierto a posibilidades. Para esta corriente de pensamiento el que haya
posibilidades coloca al hombre, de cara a su libertad a partir de la cual elije y se construye. Pero
si ha de construirse a si mismo en una vida cuya finitud se le plantea de antemano deberá asumir
responsabilidades por sus elecciones. La logoterapia no se dirige al síntoma, sino que lo que
intenta es provocar un cambio de actitud, una modificación personal respecto el síntoma, se trata
de una autentica psicoterapia personalista. Y para esto hace uso de diferentes técnicas propias de
su práctica, como lo son la intención paradójica y la desrreflexion; pero también de otros
elementos como la voluntad de sentido, la frustración existencial y el sentido del sufrimiento.

En su artículo publicado en el año 1939 describe el tema de la intención paradójica, en


esta herramienta Frankl plantea la posibilidad de que el enfermo (por asi llamarlo) puede desear
aquello que más teme, se pregunta qué sucedería si lograse dirigir el deseo del paciente hacia algo
anormal, de manera de bloquear el curso normal de la neurosis. "¿Qué sucedería si impulsáramos
y guiáramos al paciente a esforzarse por desear precisamente aquello que teme (aunque fuese por
unos instantes) en otras palabras nos dice que cuando nuestros pacientes logran, paradójicamente,
proponerse lo que temen, la influencia resulta de una eficacia extraordinaria. Apenas el paciente
aprende a combatir el miedo con la intención paradójica, inmediatamente le quita el alimento a
las propias aprehensiones".

Frankl cree que el paciente fóbico necesita aprender a mirar de frente a la ansiedad, aún
más, a reírse de ella. Para esto se requiere un ánimo dispuesto al humorismo que, al tener el poder
de eficacia terapéutica, constituye para Frankl un 'existencial'. Con el humorismo el paciente se
distancia de sí mismo, pone en actividad el antagonismo psiconoético, es decir la fuerza de
reacción del espíritu, mediante la cual se distancia de la neurosis considerada como afección del
organismo psicofísico. Prácticamente lo que se busca con la intención paradójica es lograr un
distanciamiento entre el paciente y el síntoma neurótico, en el sentido de que al miedo se le
sustituye con el deseo de aquello que se teme, queda claro que tal deseo no es en serio: lo que
importa es que el paciente tenga tal deseo por un instante, porque, al menos en aquel instante, se
reirá de sí mismo y podrá vencer. Argumentando que una vez entendido aquello de lo que se tiene
miedo, se pone en actividad un paradójico recibimiento que permite mirar de frente a la ansiedad
y reírse. Frankl, 1984.
En el caso de la desrreflexión, se nos explica que es una técnica que busca reducir la
hiperreflexión, cuando el paciente (neurótico o no) es invadido por pensamientos recurrentes y
estos ocupan la mayor parte del día, ocasionando un desgaste emocional y psicológico, la
derreflexión es planteada como la solución, pues busca precisamente evitar la autobservación
compulsiva, haciendo que el paciente se ignore a sí mismo. Este proceso no están sencillo como
se explica, y llevarlo a que los pacientes lo pongan en práctica tampoco lo es, para que el paciente
pueda ignorar algo, se necesita que actúe dejando de lado eso que le causa angustia y se dirija a
otra cosa, con forme vaya logrando poner en primer plano en su consciencia un objetivo que
pueda restituir a la vida su plenitud de sentido, como para que valga la pena vivirla, pasarán a
segundo plano su persona y sus dificultades. El principio de fondo de la desreflexión consiste en
aprender a ignorarse a sí mismo, en el reconocimiento de que para llegar a lo más íntimo, a la
propia realización se necesita atravesar el camino de los otros, del mundo. Recordando la frase de
Bernanos: "Odiarse a sí mismo es más fácil de lo que se cree; lo difícil está en olvidarse de sí
mismo", Frankl escribe: "Mucho más importante que el exagerado desprecio de sí mismo
(hiperconcientización) o la soberbia autoconsideración (hiperconciencia), está el completo olvido
de sí.

El psicoanálisis nos ha dado a conocer la voluntad de placer, la psicología individual nos


ha familiarizado con la voluntad de poder y la logoterapia nos presenta la voluntad de sentido,
que en palabras de Viktor Frankl, la voluntad de sentido es el impulso innato a encontrar un
significado y propósito en la propia vida, el hombre está referido a la búsqueda de un sentido y a
su cumplimiento, pero también está referido al encuentro con otro ser humano. Esta búsqueda por
parte del hombre, la del sentido de la vida, constituye una fuerza primaria y no una
"racionalización secundaria" de sus impulsos instintivos. Este sentido es único y específico en
cuanto es uno mismo y uno solo quien tiene que encontrarlo; únicamente así logra alcanzar el
hombre un significado que satisfaga su propia voluntad de sentido.

Pero resulta también que la voluntad de sentido del hombre puede frustrarse, en cuyo caso
la logoterapia habla de la frustración existencial. El término existencial se puede utilizar de tres
maneras: para referirse a la propia existencia; es decir, el modo de ser específicamente humano;
el sentido de la existencia; y el afán de encontrar un sentido concreto a la existencia personal, o lo
que es lo mismo, la voluntad de sentido. Lo curioso es que esta frustración existencial se puede
también tornar en neurosis. Ha este tipo de neurosis, la logoterapia le ha dado el nombre de
"neurosis noógena", en contraste con la neurosis en sentido estricto; es decir, la neurosis
psicógena. Las neurosis noógenas tienen su origen no en lo psicológico, sino más bien en la
dimensión noológica de la existencia humana. Este término logoterapéutico denota algo que
pertenece al núcleo "espiritual" de la personalidad humana. No obstante, debe recordarse que
dentro del marco de referencia de la logoterapia, el término "espiritual" no tiene connotación
primordialmente religiosa, sino que hace referencia a la dimensión específicamente humana. La
frustración existencial no es manifiesta, sino latente. El vacío existencial pude quedar larvado,
permanecer enmascarado bajo distintas mascaras.
Por ultimo (pero no menos importante) hablaremos de un concepto relevante en la
logoterapia, el sentido de sufrimiento. La capacidad de sufrimiento no es en definitiva otra cosa
que la capacidad de realizar lo que Frankl llama valores de actitud. Frankl también habla del
valor del sacrificio para transformar en actitudes profundamente humanas algunas situaciones que
no encuentran salida cuando se busca ante todo la satisfacción personal. Lo que importa es cómo
se soporta el destino, cuando ya no se tiene poder para evitarlo. Dicho de otra forma, cuando ya
no existe ninguna posibilidad de cambiar el destino, entonces es necesario salir al encuentro de
este destino con la actitud acertada.

Con estos conceptos la logoterapia pretende devolver al ser humano su condición de


persona, de ser en el mundo y su existencia y relación con los demás (seres y cosas) tomando en
cuenta que el ser es un ser de continuo cambio, y que este (ser) puede descubrir y realizar todo lo
que esta potencializado a ser. La visión integradora multidimensional de Frankl ve a la persona
como un in-dividuum, un ser no divisilbe, un ser que no admite escisiones, porque la persona esta
constituida por todas sus dimensiones, la biológica, la psicológica, la social y la espiritual.

La logoterapia pretende entonces despertar en el ser la libertad y la responsabilidad, la


persona no siempre puede elegir lo que le sucede, pero si puede elegir la actitud que va a tomar
ante eso que le ha sucedido, esto atado a una responsabilidad, que tiene que ver con la capacidad
de responder frente a sus limitaciones.

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