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Col 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres;
Col 3:24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a
Cristo el Señor servís.
Hoy en día todos queremos servir al Señor Jesucristo y eso es muy bueno. Sin embargo,
¿Cómo podemos servirle a alguien que no vemos?
Cuando el Señor Jesús estaba reunido con sus discípulos les habló cómo sería el juicio
de las naciones y en dónde pondría al justo y al injusto, llamando justos a aquellos que
le hayan servido e injustos a aquellos que no le hubiesen servido.
En primer lugar debemos entender que para poder servirle a Dios, lo hacemos a través
de los demás. Cuando de servirle a Dios se trata, debemos comprender que todo lo que
hagamos por sus hijos es lo que generará nuestra recompensa. Veamos entonces las
características de un siervo de Dios; pero antes, definamos lo que es un siervo de Dios.
1. Se niega a sí mismo
Lucas 9:23-24 dice: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su
cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el
que pierda su vida por causa de mí, la salvará".
El siervo entiende que es un servidor de Dios a través de los demás. Dejar a un lado
nuestro egocentrismo es uno de los primeros requisitos que Dios pide de nosotros. Qué
difícil es cancelar nuestros planes, deseos, apetitos, agendas por nuestro Dios; Pero eso
es lo que realmente Dios quiere de nosotros.
Hay religiones que realizan cuarenta días de sacrificio, unos deciden no ver televisión
durante cierto tiempo, otros no comen carne, una niña decide no usar su celular por
cuarenta días. Y la pregunta hoy es ¿qué hemos sacrificado para el servicio de nuestro
Dios? ¿Cuándo fue la última vez que realmente nos negamos un deleite por entregarlo
en servicio a Dios? siempre hacemos lo contrario... Otro día oro o ayuno, hoy no puedo
dar esta ofrenda, hoy no puedo ayudar, que hoy lo haga otra persona, pastor hoy no
puedo hacerlo, ya no queremos sacrificar para Dios..."El que quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame". Servirle a Dios es para el hoy,
para ahora, mañana será demasiado tarde.
En la voz de Pablo se oiría algo así: "pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he
estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas
como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi señor, por amor del
cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo" (Filipenses 3:7-8).
La entrega debe ser total: El siervo de Dios debe tener una entrega total (Hechos 21:8-
14). Necesitamos tener disposición para desistir a nuestros intereses, comodidades,
tiempo, etc. (vs. 13) y aceptar el desafío de Dios (v 11).
2. Es humilde
Colosenses 3:22-23 "Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no
sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero,
temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para
los hombres".
Alguien que quiera servir a Dios debe entender, que lo que hace no es para que los
demás lo vean, sino para que el nombre de Jesús sea glorificado. Entre más sea
humilde, Dios más lo va a exaltar, entre más se exalte, Dios más lo va a humillar. Al fin
y al cabo con nuestro trabajo y servicio estamos tratando de reflejar a Cristo en nosotros
y no nosotros a nosotros mismos. Si usted busca recompensa de Dios, recompensa de
Dios recibirá, pero el que busca la recompensa de los hombres, recompensa de hombres
recibirá. Humíllese bajo la poderosa mano de Dios, y deje que él lo exalte cuando sea
tiempo. "Humillaos delante del Señor, y él os exaltará" (Santiago 4:10).
Lucas 14:10 "Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que
cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria
delante de los que se sientan contigo a la mesa. Porque cualquiera que se enaltece será
humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Como siervos de Dios debemos estar prestos en todo tiempo. Es hasta gracioso cuando
alguien me dice: "Pastor, cuente conmigo para lo que sea" y cuando se les da la
oportunidad de servir, no la aprovechan. No haga como Jonás que cuando Dios lo llamó
al servicio, en vez de decir heme aquí, salió huyendo a esconderse en un barco.