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ALTO RENDIMIENTO DEPORTIVO-2016
Contenido
Dentro de las capacidades más esenciales para el desarrollo humano se encuentran haber
sido educado, disfrutar de una larga vida y ser saludable, como también poseer acceso a los
recursos necesarios para lograr un nivel de vida digno y participar de la vida en colectividad.
Por otro lado Gutiérrez (2004) señala la importancia que tiene la motricidad sobre el
desarrollo integral humano, teniendo la motricidad una función de puente entre la persona y el
ambiente en que se desenvuelve. El impacto del desarrollo motriz tiene la capacidad de
influenciar de gran manera las tres dimensiones de las que está formado el ser humano,
biológica, psicológica y social.
Son varios los conceptos que son necesarios comprender para entender el proceso de
desarrollo motor tales como, maduración, crecimiento, desarrollo, ambiente y adaptación.
La maduración posee diversas acepciones, según Ruiz (2004); sin embargo, todas tienen
como punto de encuentro alcanzar un estado de plenitud de sus capacidades o el desarrollo con
referencia al organismo en general, teniendo una connotación del aumento de la complejidad
funcional y estructural, ahí es donde nace su calificación cualitativa.
El crecimiento, por otro lado, se define como el aumento del tamaño del cuerpo; aumento
progresivo de un órgano y sus partes. Éste concepto hace referencia a lo cuantitativo, lo que es
apreciable a simple vista como el aumento del peso y la talla, elementos que pueden estar o no
relacionados con la maduración.
A su vez el término desarrollo hace alusión a un concepto más general, que hace
referencia a un proceso de cambios a lo largo de la existencia del individuo, que considera la
maduración del organismo, su estructura y el crecimiento corporal, así también la influencia del
ambiente sobre éste (Uribe, 1998).
Se considera al niño y su medio uno solo, debido a las interacciones entre procesos
internos y una realidad exterior, es por ello que Torralva, Cugnasco, Manso, Sauton, Ferrero,
O’Donnell, Duran y Carmuega (1999) consideran relevante el proceso de desarrollo biológico y
las oportunidades que le ofrece el sistema social donde crece el infante. Por otra parte, en su
investigación sostienen sus dichos mediante los resultados obtenidos, en los que se estudiaron
a niños entre 6 y 24 meses de vida y analizaron algunas variables del entorno como lo es la
familia y se demostró que existen mejores resultados en evaluaciones cognitivas cuando la
familia está constituida por ambos padres. Finalmente es pertinente mencionar que “algunos
autores sostienen que el desarrollo motor temprano tiene una íntima relación con el posterior
desarrollo de las habilidades del lenguaje” (Torralva, et al., 1999, pág. 314).
Si bien el foco del presente documento no es el desarrollo motriz en los primeros años
de vida, es relevante mencionar los estudios que permiten fundamentar la importancia de los
entornos, ya que estos brindarán una estimulación tal que permita un mayor desarrollo motor;
como mencionan Pollitt y Caycho (2010), el proceso de desarrollo es un fenómeno histórico, en
el que los sucesos presentes determinan en parte los eventos presentes y futuros, de manera
que los acontecimientos presentes se transformarán en los eventos previos que afectarán a los
subsiguientes; es así como los procesos de desnutrición de un bebé determinará su desarrollo
motor de forma posterior.
Por otro lado, Bedoya (1998) involucra más elementos al término de competencia motriz,
considerando conocimientos, procedimientos, actitudes y sentimientos, los que presentados de
forma coordinada ofrece eficacia y autonomía al ejecutante frente situaciones dadas por el
medio.
Etapa inicial: es aquella en la que el niño comienza con los primeros intentos observables
para alcanzar el patrón motor. Los movimientos no poseen los componentes de un patrón
perfeccionado, tales como las fases preparatorias o de seguimiento, sino que se caracteriza por
ser un movimiento impreciso, con ausencia de control, fluidez, amplitud y armonía.
Locomoción: Caminar.
Correr.
Saltar.
Manipulación: Atrapar.
Patrón motor:
Lanzar.
Golpear.
Equilibrio: Equilibrio en un pie.
Marcar una posición.
Cuadro 1. Resumen patrones motores.
3.3.1.- LA MARCHA.
El patrón de marcha consta en sus primeras etapas de una enorme falta de equilibrio por
parte de los niños, la que es compensada con movimientos amplios de sus brazos y con una
holgada base de sustentación, si se considera que a los niños les cuesta mantener el equilibrio,
es comprensible el grado de dificultad que conlleva al analizar que en el 80% de la marcha se
realiza estando en equilibrio en un solo apoyo. (Ruiz, Gutiérrez, Graupera, Linaza y Navarro
2007).
3.3.2.- LA CARRERA.
3.3.3.- EL SALTO.
3.4.1.- LANZAMIENTO.
El lanzamiento se presenta como una acción discreta, la que se define con un inicio y fin
claro, organizándose como una acción balística (rápida). Se consideran dos fases en el
lanzamiento, una fase preparatoria en la que se ajustan las acciones antes para realizar el
lanzamiento, para finalmente realizar la fase de acción.
3.4.2.- ATRAPAR
El atrapar implica una acción que busca perseguir, interrumpir o cambiar la trayectoria
un móvil. La evolución de la recepción por los niños pasa desde intentar atrapar un móvil con
los brazos en forma de canasta, hasta poder adelantar las manos para capturarlo. La dificultad
de esta acción yace en que el sujeto tiene que adecuarse a la acción de un objeto, entrando en
juego la capacidad de anticipación y sincronización (timing).
3.4.3.- GOLPEAR.
El patrón de golpear posee diversas formas de aplicarlo; sin embargo, este patrón puede
incluir la utilización de algún objeto como extensión del propio cuerpo, como lo es el caso de la
raqueta en el tenis y el bate en el béisbol, lo que dificulta la tarea sobre todo porque contiene la
necesidad de anticiparse y sincronizarse.
Por otro lado, las modalidades que en se pueden realizar golpes puede ser con las manos
e incluso con las piernas, sea de la forma que sea, es una tarea compleja, debido a que incluye
elementos del lanzamiento como el de la recepción en un solo instante.
3.5.-HABILIDADES MOTRICES.
Como etapa posterior al desarrollo de los patrones motores, los niños comienzan a
realizar movimientos más complejos, ya sea por las necesidades del medio como a una
necesidad de explorar, de ahí la aparición de estas habilidades motrices que implican la
combinación de patrones motores básicos en distintos contextos.
Según Robb (1972) citado por Famose (1992), la habilidad es el cumplimiento de una
tarea motora sin consideración de la calidad del movimiento. En ella confluyen dos aspectos: el
aspecto motor y la dirección intencional objetiva; la eficacia de la habilidad depende de la
capacidad de emplear una buena configuración del movimiento requerida para alcanzar el
resultado. (Famose. 1992:165)
• Smith y Wing (1984) capacidad para llevar a cabo una acción de manera consistente y de
forma apropiada en circunstancias cambiantes
• Leplat (1987) posibilidad adquirida por el sujeto para realizar una clase de tareas con
un nivel elevado de eficacia y de eficiencia
• Durand (1988) competencia adquirida por el sujeto para realizar una tarea concreta.
Capacidad para resolver un problema motor específico, para elaborar y dar una respuesta
eficiente y económica, con el fin de alcanzar un objetivo preciso.
De acuerdo a lo que expresan los autores citados, se puede señalar que las características de las
habilidades motrices son:
• ESTABILIDAD, una vez adquirida, el sujeto es capaz de realizarla sin mayores variaciones.
• EFICIENCIA, cuando las lleva a cabo, logra el propósito que origina la acción.
Respecto a esta última característica, Riera (1997) hace una aclaración muy interesante
y aclaradora respecto a si las habilidades y competencias se aprenden; al respecto señala que
no aprendemos nuevas respuestas, sino nuevas funciones de respuestas, vale decir, el niño o
niña que aprende un deporte, lo que hace es utilizar la funcionalidad de respuesta que tiene para
establecer una nueva forma de relacionarse con el entorno concreto que presenta el deporte
que aprende. Es decir, hay un cambio en la interacción del organismo con su entorno, no un
cambio en el organismo, dado que la conducta no es la acción, sino la interacción con el entorno.
En términos generales se puede considerar que las habilidades motrices pueden clasificarse
como:
Como ya fue visto en el capítulo anterior, se definió las habilidades motrices como un medio
para la enseñanza de gestos deportivos.
Como ya se habló el capítulo anterior sobre las tareas motrices, se definió como una de las
formas que se cuenta para la enseñanza de habilidades motrices.
Consideran los saltos, los desplazamientos, los lanzamientos, atrapes, golpeos, realizados
de acuerdo a adaptaciones que demandan las situaciones motrices en que se encuentra el sujeto,
y la capacidad de combinar dichos patrones de movimiento para lograr el propósito de la acción
emprendida.
Batalla (2000) las define como aquellas familias de habilidades amplias, generales,
comunes a muchos individuos y que sirven de fundamento para el aprendizaje posterior de
nuevas habilidades más complejas, especializadas y propias de un entorno cultural concreto.
Respecto a las habilidades motrices básicas de estabilización, según lo citado por Gómez
(2003:112) “Estabilización no debe ser sinónimo de rigidez, sino más bien todo lo contrario,
pues nos referimos a estabilización en un marco de permanentes condiciones de inestabilidad,
características de la práctica deportiva de rendimiento.”
Esta es una de las habilidades motrices básicas que requiere de una mayor adaptación,
debido a los constantes cambios de ritmos, direcciones y desplazamientos, si el deportista
Las habilidades motrices específicas se refieren a las acciones propias de las técnicas de
expresión corporal, del mundo del deporte, la propia realidad y especificidad laboral.
El individuo desarrolla, a medida que evoluciona, una serie de acciones motrices (correr,
girar, saltar, etc.). Estas son las ya nombradas habilidades motrices básicas, a raíz de estas
surgirán las habilidades motrices específicas que son el producto de un aprendizaje motor.
Se hace necesario el desarrollo y dominio correcto de las habilidades básicas para poder
llevar a cabo las específicas. Estas permitirán el desarrollo en el niño y en la niña, de una serie
de aspectos coordinativos, condicionales y cognitivos que le facilitarán el alcanzar los objetivos
de la educación física.
Las distintas técnicas de enseñanza tienen relación con las formas de aprender y de las
características que presentan estas habilidades motrices que están íntimamente con el tipo de
tareas motoras que el técnico puede diseñar para promover este desarrollo.
Enseñar por modelo, que es lo habitual en el deporte, implica aprender por imitación;
plantear espacios de trabajo con material dispuesto para que el ejecutante interactúe con
él, hace que el ejecutante explore, pruebe, por lo tanto, aprende por ensayo y error, por
descubrimiento, por exploración;
plantear situaciones problema, requiere del niño, niña o joven que ponga en juego sus
capacidades cognitivo motrices y resuelva problemas.
Lo importante es darse cuenta los aprendizajes que se quieren estimular y ajustar con el tipo
de intervención requerida para ello. Es importante tener en consideración que se requiere
desarrollar distintos tipos de aprendizajes, que posibiliten aprender modelos, pero también y
de acuerdo al deporte, aprender a utilizar la técnica con sentido táctico para resolver con éxito
las situaciones motrices.
• Tareas predominantemente habituales, como salto alto, lanzamiento de bala, una carrera,
se realizan en entornos que son estables y, por consiguiente, el ejecutante puede evaluar esto
antes y tomar una decisión sobre como las va a ejecutar. Es por lo tanto, una tarea de respuesta
fija, ya aprendida, que no implica una adaptación durante la ejecución, porque lo que debe hacer
no varía.
Desde el punto de vista del control perceptivo, Poulton (1957) diferencia las tareas motrices en:
• Tareas de carácter abierto, son aquellas en las que para su realización es esencialmente
necesario un circuito de feedback externo, en el cual la información visual juega un rol principal,
por ejemplo, en básquetbol. La adaptación juega en estas tareas un papel importante.
Otra clasificación, que presenta Singer (1980), sintetiza estas dos clasificaciones previas y
señala tres tipos de tareas:
• Tareas de regulación mixta, que presentan características de los dos tipos de tareas
anteriores, por ejemplo, la carrera de 100 metros en que la partida implica un componente de
regulación externa (información externa que es la señal de partida) y luego la carrera que es
una acción autorregulada.
Por lo tanto, los criterios a considerar para seleccionar, diseñar y evaluar tareas motoras
debieran ser los que se refieren al:
Según el grado de participación cognitiva, Knapp (1963) señala que se pueden considerar
tareas:
• Perceptivas: Cuando las tareas requieren la participación cognitiva, por ser desconocida
la secuencia de movimientos como ocurre en todos los juegos y deportes de oposición.
Según el grado de control ambiental, Poulton (1957), plantea dos tipos de tareas:
• Cerradas: Cuando el contexto es conocido y estable. Sujeto domina el entorno por ser
poco variable.
• Finas: Cuando requieren un trabajo manual de precisión. Por ejemplo, escribir o tiro con
arco.
Como técnicos debiéramos considerar que las tareas motrices que propongamos en las
sesiones de trabajo debieran no sólo apoyarse en las experiencias ya vivenciadas por los niños
(as) y jóvenes a nuestro cargo, sino que además tienen que propiciar el incremento del
desarrollo de las habilidades motrices, teniendo en cuenta el tipo de habilidades que implica la
práctica de la disciplina deportiva en la que trabajamos.
Sánchez Bañuelos (1990) señala como habilidades básicas los siguientes tipos de
acciones motrices: desplazamientos, saltos, giros, lanzamientos, recepciones y plantea que
cualquier movimiento por complejo que sea, va a resultar de la combinación de estas
habilidades y las consiguientes destrezas básicas. De ahí la importancia de que los niños y niñas
tengan opciones de vivenciar situaciones en las que estén presente estímulos que les requieran
el uso de los patrones motores para ir progresando en el desarrollo de las habilidades motrices
básicas.
La práctica de estas habilidades propicia una mejor equilibración, una elaboración más
completa del esquema corporal y desde luego una mejora de la coordinación neuromuscular, lo
que se evidencia en un mejor control del movimiento.
3.8.-CAPACIDADES COORDINATIVAS.
Con relación al ámbito del entrenamiento y el deporte estas capacidades son elementos
de vital importancia para el performance de los atletas, debido a que guardan relación con
capacidades sensomotrices, las que su desarrollo habilita a los sujetos para dominar de forma
económica y eficiente acciones motrices en situaciones previstas e imprevistas.
Los mayores desarrollos de las capacidades coordinativas se encuentran entre los siete
años y la aparición de la pubertad, debido al desarrollo del sistema nervioso central.
Paralelamente se produce un aumento de la función de los analizadores acústicos y ópticos, con
una mejora simultánea de la elaboración de la información que es capturada por los sentidos,
de tal forma que se facilita el entrenamiento de las destrezas motoras que posean mayor
complejidad.
- Capacidad de diferenciación.
Hace referencia a la capacidad de conseguir un ajuste fino entre las diferentes fases de
los movimientos, presentando eficiencia en ellos. Esto se manifiesta en la sensibilidad ante el
agua o la nieve, incluyendo el ajuste fino entre los músculos.
- Capacidad de equilibrio.
Es la capacidad de mantener el cuerpo en equilibrio, conservar o restaurar el estado
después de haberse presentado un desequilibrio. Existen diferentes manifestaciones del
equilibrio, como lo es el estático y dinámico del propio cuerpo, por otro lado está el equilibrio
de objetos.
- Capacidad de orientación.
La orientación es aquella capacidad de situación del cuerpo y movimientos en el espacio
y tiempo, en relación con un campo de acción definido. Esta capacidad en deportes como el
fútbol es de gran importancia como en el caso del golpe de cabeza en suspensión o la captura de
un rebote en básquetbol, ésta se puede manifestar de forma aislada y de forma espacial o
temporal; sin embargo, lo más común es la vinculación entre estas.
- Capacidad de ritmo.
Es la capacidad de interiorizar y plasmar una acción motora que viene dada por un ritmo
externo. Ésta se puede observar de forma amplia, como lo sería la capacidad de entrar en ritmo
de juego y se presenta de forma estricta a la modalidad deportiva, como sería perder el ritmo en
el momento del giro en el lanzamiento del martillo.
- Capacidad de reacción.
Es aquella capacidad de iniciar un movimiento intencionado frente a la presencia de un
estímulo, se trata de la reacción en el momento ideal y a velocidad adecuada. Esta capacidad
toma importancia desde acciones de la vida cotidiana como en el ámbito deportivo, siendo ésta
de mayor relevancia en aquellas modalidades deportivas en la que el contexto es fluctuante.
3.9.-BIBLIOGRAFÍA
Gutiérrez, M (2004) El valor del deporte en la educación integral del ser humano. Revista de
Educación, 335, pp 105-126.
Platonov, V. (2001) Teoría general del entrenamiento deportivo olímpico. Barcelona: Editorial
Paidotribo.
Pollitt, E. y Caycho, T. (2010) Desarrollo motor como indicador del desarrollo infantil durante
los primeros dos años de vida. Revista de psicología, 28 (2), pp 385-713
Riera, J (1997). Psicología del Deporte. Cap. 3: Aprendizaje Deportivo. Madrid: Síntesis.
Uribe, I. (1998) Motricidad infantil y desarrollo humano. Educación física y deporte, 20 (1), pp
91-95