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Ya va a venir el día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con
banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del
asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal; jamás
olvides
que durante la misa no hay amigos.
Ya va a venir el día, ponte el sol.
Era él quien levantaba casas Mujer en su ventana Alonsina Soni Aiela Misal
donde antes sólo había suelo esos
Ella está sumergida en su ventana
Como un pájaro sin alas contemplando las brasas del anochecer, (De Desolación, 1922)
posible todavía.
el subía con las casas Todo fue consumado en su destino,
que le brotaban de la mano. Si la muerte
definitivamente inalterable desde ahora
como el mar en un cuadro, y sin embargo el
quisiera
Pero todo desconocía Hay besos que pronuncian por sí
cielo continúa pasando (De El dulce
de su gran misión daño, 1918) solos
No sabía, por ejemplo, con sus angelicales procesamientos. la sentencia de amor condenatoria,
que la casa de un hombre es un Ningún pato salvaje interrumpió su vuelo I hay besos que se dan con la mirada
templo, hacia el oeste; allá lejos
seguirán floreciendo los ciruelos, blancos,
hay besos que se dan con la
un templo sin religión. Tú como yo,
Como tampoco sabía
como si nada, viajero, en un día memoria.
y alguien en cualquier parte levantará su cualquiera
que la casa que él hacía, casa sobre el polvo y el humo de otra casa.
Inhóspito este mundo. Áspero este lugar de
Llegamos al Hay besos silenciosos, besos nobles
siendo su libertad, camino sin elegir
nunca más. hay besos enigmáticos, sinceros
era su esclavitud. la acera.
Por una fisura del corazón sale un pájaro hay besos que se dan sólo las almas
De hecho, cómo podía negro y es la noche Nos pusimos un
un obrero en construcción traje como el que hay besos por prohibidos,
–¿o acaso será un dios que cae agonizando
comprender que un ladrillo sobre el mundo?-, llevan todos verdaderos.
valía más que un pan? pero nadie lo ha visto, nadie sabe, ni el que Y adquirimos su
se va creyendo aspecto, sus Hay besos que calcinan y que hieren,
Ladrillos él apilaba costumbres, sus
con pan, cemento y escuadría. que los lazos rotos nacen preciosas alas, hay besos que arrebatan los
modos.
En cuanto al pan, el comía. los instantáneos nudos del azar, la inmortal sentidos,
aventura, hay besos misteriosos que han
Pero si fuera comer ladrillo! aunque cada pisada clausure con un sello
Hemos andado
Y así el operario iba, todos los paraísos prometidos. mucho, sujetados dejado
con sudor y con cemento, Ella oyó en cada paso la condena. por riendas mil sueños errantes y perdidos.
irguiendo una casa aquí; Y ahora ya no es más que una remota, Invisibles, los
inmóvil mujer en su ventana, ojos fatigados de
delante un apartamento; la simple arquitectura de la sombra asilada vendas Hay besos problemáticos que
allá una iglesia, en frente en su piel, Tenemos en las encierran
un cuartel y una prisión; como si alguna vez una frontera, un muro, manos un poco una clave que nadie ha descifrado,
prisión que sufriría un silencio, un adiós, de cicuta ,
hubieran sido el verdadero límite, el abismo hay besos que engendran la tragedia
si no fuera eventualmente Perdimos de la
final entre una mujer y un hombre. cuantas rosas en broche han
un obrero en construcción lengua el sabor
de la fruta deshojado.
Pero él desconocía
Y sabemos que
ese hecho extraordinario: un día seremos Hay besos perfumados, besos tibios
que el obrero hace la cosa olvidados que palpitan en íntimos anhelos,
y la cosa hace al obrero. Por la vida,
hay besos que en los labios dejan
De forma que, cierto día, viajero,
totalmente huellas
en la mesa, al cortar el pan,
el obrero fue tomado borrados. como un campo de sol entre dos
por una súbita emoción hielos.
al constatar asombrado Y tú y yo
conocimos las
que todo en aquella mesa selvas olorosas... Hay besos que parecen azucenas
-botella, plato, cuchillón- Y tú y yo no por sublimes, ingenuos y por puros,
era él quien los hacía!! atinamos jamás a hay besos traicioneros y cobardes,
Él, un humilde obrero, cortar rosas . hay besos maldecidos y perjuros.
obrero en construcción.
Miró alrededor: artesa, Judas besa a Jesús y deja impresa
banco, catre, calderón,
en su rostro de Dios, la felonía,
cristal, pared, ventana,
mientras la Magdalena con sus besos
casa, ciudad, nación!
fortifica piadosa su agonía.
Todo, todo lo que existía
era él quien lo hacía!
Él, un humilde obrero, Desde entonces en los besos palpita
un obrero que sabía el amor, la traición y los dolores,
ejercer la profesión. en las bodas humanas se parecen
Ah! Hombres de pensamiento, a la brisa que juega con las flores.
no sabréis nunca cuánto
aquél humilde obrero
supo en aquél momento!
En aquella casa vacía
que él mismo levantara,
un mundo nuevo nacía
del que siquiera sospechaba.
El obrero emocionado
miró su propia mano,
su ruda mano de obrero,
de obrero en construcción.
Y mirando bien para ella
tuvo un segundo la impresión
de que no había en el mundo
cosa que fuese más bella.
Fue dentro de la comprensión
de ese instante solitario
que,. como su construcción,
creció también el obrero.
Creció en ancho y profundo,
en alto y en corazón.
Y como todo lo que crece,
el no creció en vano.
Pues más allá de lo que sabía
-ejercer la profesión-
el operario adquirió
una nueva dimensión:
la dimensión de la poesía
Y un hecho se vio
que a todos sorprendía:
lo que el obrero decía
otro obrero escuchaba.
E fue así que el operario
del edificio en construcción
que siempre decía si
comenzó a decir NO.
Y aprendió a notar cosas
a las que no daba atención;
notó que su marmita
era el plato del patrón,
que su cerveza negra
era el güisqui del patrón
que la casucha donde vivía
era la mansión del patrón,
que sus pies andarines
eran las ruedas del patrón
que la dureza de su día
era la noche del patrón,
que su inmensa fatiga
era amiga del patrón.
Y el obrero dice NO!
y el obrero se hizo fuerte
en su resolución.
Como era de esperar
las bocas de la delegación
comenzaron a decir cosas
a los oídos del patrón.
Pero el patrón no quería
ninguna preocupación.
“Convénzanlo de lo contrario”
dice él sobre el obrero.
Y al decir eso, sonreía.
Al día siguiente, el obrero
al salir de la construcción
se vio de repente cercado
por dos hombres de la delegación.
Y sufrió, por destino,
su primera agresión.
Tenía el rostro escupido,
tuvo su brazo roto
pero cuando fue preguntado
el obrero dijo: NO!
En vano sufrió el obrero
su primera agresión.
Muchas otras siguieron,
muchas otras seguirán.
Sin embargo, por imprescindible
al edificio en construcción,
su trabajo proseguía
y todo su sufrimiento
se mezclaba al cemento
de la construcción que crecía.
Sintiendo que la violencia
no doblegaría al obrero,
un día intentó el patrón
doblegarlo de varios modos.
De suerte que lo fue llevando
a lo alto de la construcción
y en un momento de tiempo
le mostró toda la región.
Y apuntándola, al obrero
le hizo esta declaración.
“Te daré todo este poder
y su satisfacción
porque a mi me fue entregado
y se lo doy a quien lo desee.
Te doy tiempo de ocio,
te doy tiempo para la mujer.
Por tanto, todo lo que ves
será tuyo si lo adoraras.
Y aún más, si abandonas
lo que te hace decir NO!”
Dijo y clavó los ojos en el obrero
que miraba y reflexionaba-
Pero lo que el obrero veía
nunca el patrón lo vería.
El obrero veía las casas,
y dentro las estructuras
veía cosas, objetos,
productos y manufacturas.
Veía todo lo que creaba
el lucro al patrón.
Y en cada cosa que veía
misteriosamente estaba
la marca de su mano.
Y el obrero dijo NO!
“Locura- dijo el patrón-
no ves lo que yo te doy?”
“Mentira- dijo el obrero-
No me puedes dar lo que es mio!”
Y un grande silencio se hizo
dentro de su corazón.
Un silencio de martirios,
un silencio de prisión,
un silencio del pueblo
un silencio con pavor
con el medio en soledad
Un silencio de torturas
y gritos de maldición
un silencio de fracturas
arrastrándose en el suelo.
Y el obrero escuchó la voz
de todos sus hermanos
Sus hermanos que murieron
por otros que vivirán.
Una esperanza sincera
creció dentro de su corazón
y dentro de la tarde mansa
haciéndose grande la razón
de un hombre pobre y olvidado.
Razón, sin embargo, que hizo
de un obrero construido
un obrero en construcción.
Nicolas uillen Las caras Silina Ocampo Amado neo Viejo Smoking
y no me amarga el recuerdo de mi
pasado esplendor;
el brillo de tu solapa
mi fama de gigoló!