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Agustín de Iturbide

Personaje recurrente en la historia de nuestro país, Agustín de Iturbide es conocido como el militar
criollo que, como cabeza del Ejército Trigarante, se convirtió en uno de los caudillos más destacados
de la última etapa de nuestra Independencia.

Hijo de un inmigrante vasco y de una dama michoacana, Iturbide nació en Valladolid en el mes de
septiembre de 1783. Su nombre real era Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu. Desde
su juventud estuvo relacionado con la vida militar, ingresando al regimiento de infantería provincial
de su ciudad a los 17 años de edad. En primera instancia, prestó servicios al gobierno real español
como oficial del ejército, recibiendo reconocimiento por la persecución de los primeros rebeldes
durante el período 1810-1816.

En 1813, de acuerdo con el portal México Desconocido, fue ascendido a coronel quedando al mando
del regimiento de Celaya; pero tiempo después no tardaría en obtener el control militar supremo
de la intendencia de Guanajuato, región que actuó como uno de los principales escenarios de la
rebelión.

En dicho cargo, instauró el denominado programa de la contra-insurgencia, que sería sumamente


criticado, debido al trato que recibían los civiles, así como también por la detención de esposas e
hijos de rebeldes y el fusilamiento de quienes consideraban se lo merecían. En varias oportunidades
sostuvo a su tropa con sus recursos personales y manifestó gran preocupación por la educación y
valorización de las hazañas de sus soldados.
En 1816, recibió acusaciones acerca de que utilizaba su autoridad para crear monopolios
comerciales, saquear propiedades privadas y malgastar fondos, lo que finalizó con su retiro del
Bajío durante ese mismo año. Si bien fue absuelto de estas responsabilidades, Iturbide no tardaría
en volverse en contra del régimen para el que tantos años había servido, proclamando una nueva
rebelión.

Su programa Plan de Iguala fue instaurado el 14 de febrero de 1821; el mismo no tardaría en ser
rechazado por el virrey Félix María Calleja, pero aun así el coronel contó con la adhesión de gran
parte de la población. El victorioso Ejército Trigarante avanzó por la capital incrementando
notoriamente el número de adeptos. El 24 de agosto, se legalizó el Plan de Iguala, lo que significó
el final de la guerra, consumándose finalmente la Independencia.

Luego de estos sucesos, Iturbide comenzó a preparar su ascenso al poder. Finalmente, la coronación
de Iturbide junto con su esposa Ana María como emperadores tuvo lugar el 21 de julio de 1822.

Iturbide fue derrotado por la revolución de Casa Mata, lo que lo llevó a abdicar y abandonar el país
en marzo de 1823. A mitades del siguiente año, la familia regresó a México siendo escoltados por el
comandante Felipe de la Garza hasta el pueblo de Padilla. Hasta el momento el ex emperador
ignoraba que se había emitido un decreto en su contra que lo declaraba “traidor y fuera de la ley”,
así como también una sentencia de ejecución.

El 19 de julio, luego de recibir sus últimos sacramentos y confesarse, Agustín de Iturbide recibió tres
balazos. Las últimas palabras antes de su muerte fueron: “¡Mexicanos! Muero con honor, no como
traidor; no quedará a mis hijos y su posteridad esta mancha, no soy traidor, no”.

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