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SÍNTESIS DEL SATSANG 13.04.

2013

Ego

*Una madre acepta a su hijo, no importa como es.

*El sentido de “mío” hace que el amor y cariño de la madre fluyan hacia el hijo.

*Cuando este sentimiento surge dentro de la madre, el niño se siente unido a la madre, y
automáticamente el amor de la madre fluye hacia el niño.

*Cuando herimos nuestro ojo con nuestro dedo, no nos enojamos con el propio dedo,
sino que consolamos al ojo.

*No somos entidades separadas, sino que somos perlas del mismo collar.

*Cuando despierta la maternidad en nosotros el ego desaparece, tal como se va la


oscuridad cuando viene la luz del sol.

*Es el ego dentro de cada uno la causa de los problemas de hoy en día.

*El ego de Ravana el demonio del Ramayana y Jarasanda causaron una destrucción
inmensa para la humanidad.

*El ego es el responsable de los conflictos, por esto tenemos que liberarnos del ego.

*Cuando el ego se va, surge la maternidad en nosotros.

*En este mundo todo está creado por Dios, excepto nuestro ego.

*Nosotros lo hemos creado, y nosotros lo tenemos que remover.

*La paciencia tiene su grandeza e importancia.

*Cuando vemos un diamante lo cogemos inmediatamente, aunque esté en el lodo.

*Aún en la llamada mala gente hay algo bueno.

*Un reloj roto marca la hora correcta dos veces al día.

*Para la paciencia hay un límite. Si la paciencia anima a la gente a hacer cosas injustas
no hay que tolerarlo.

*Tenemos que despertar el amor y respeto mutuo. Con esta premisa la expansión tendrá
lugar.

*Mahishasuramardini no significa la destrucción de los demonios, sino que cada acción


que hagamos la hagamos con la comprensión correcta.

*Esto nos llevará más cerca de nuestra meta.


*Una gota de miel atrae un gran número de abejas, mientras una gota de veneno es
suficiente para traer destrucciones inmensas.

*El ego aunque sea pequeño trae destrucción.

*El sendero de Amma es de paciencia y amor.

*Tenemos que usar el discernimiento cuando leemos el Bhagavatam.

*Las raíces del ego no se pueden derrotar totalmente.

*Esto sólo se puede lograr a través de la sadhana.

*Cuando Shánkara estuvo bailando en un estado de bienaventuranza y éxtasis surgieron


estas líneas de Mahishasuramardini en su mente.

*Así que Mahishasuramardini ocurre solamente cuando uno va más allá del ego y se
olvida de sí mismo en este estado de bienaventuranza suprema.

*Kali es representada como icha shakti, gñana shakti, kriya shakti swarupini, (la
encarnación del poder de voluntad, conocimiento y creatividad suprema).

*La espada que está en su mano tiene un significado profundo.

*Supongamos que una vaca viene a comer las plantas del jardín y le decimos: “por
favor querida vaca, ¿podrías alejarte de las plantas?”.

*La vaca seguirá comiendo las plantas sin reacción alguna.

*Pero si tomamos un palo en la mano, inmediatamente la vaca correrá, sólo por verlo.

*Supongamos que una persona extremadamente tamásica (pereza) tiene que ir a una
entrevista, temprano por la mañana, pero al momento que se despierta se siente con
ganas de seguir durmiendo, pero una vez siente la necesidad de ir a aquella entrevista
recibe fuerza mental para levantarse.

*Una parte de la mente dice que duerma y otra parte dice levántate.

*Cuando viene la Voluntad Suprema, icha, uno es capaz de superar las tendencias
tamásicas y levantarse temprano.

*A través del conocimiento y comprensión correcta somos capaces de actuar


correctamente.
RESUMEN

¡Ay! el ego, este dichoso ego que se cuela por todas partes.

Cuando menos lo esperamos ¡¡ZAS!! Ya nos ha dado el zarpazo.

Amma nos dice en este satsang que todo es creación de Dios, excepto el ego, el ego es
creación del ser humano.

¿Cómo es eso?

En los inicios estábamos en estado puro, así fue nuestra escisión de Dios.

Procedente de maya apareció el primer pensamiento.

Podíamos pasar de él, dejar que hiciera su camino, o seguirle, engancharnos a él.

Y está claro que le seguimos, que nos enganchamos a este primer pensamiento.

Del pensamiento pasamos a la acción, ya activamos la ley del karma.

Vinieron más pensamientos realizamos nuevas acciones y empezamos a configurar


nuestro ego, lo que creemos que somos.

Lo que creemos que somos, el ego, nuestra naturaleza, está formada básicamente de
hábitos.

La mente es muy cómoda, entonces como es tan cómoda no quiere hacer el esfuerzo de
pensar como va a responder en cada situación.

Y se guarda lo que ha ocurrido en un momento determinado, y en la próxima ocasión


igual o similar, actúa de la misma manera.

Ocurren varias situaciones iguales o similares, vamos reaccionando de la misma


manera y ya hemos creado el hábito.

Y así con un tema, con otro tema, con otro,... cada uno de los temas tratados nos
proporciona un hábito.

El conjunto de hábitos es lo que creemos que somos. Funcionamos sentados en los


hábitos.

Y así, en principio sin darnos cuenta vamos potenciando a nuestros hábitos más y más.

Amma explica aquel cuento del discípulo que va y le pregunta al Maestro acerca del
ego y la manera de tratarlo.

El Maestro le entrega un puñado de semillas y le pide que las siembre en el campo uno.
Pasan unas semanas y el discípulo continúa con la duda, por lo que vuelve al Maestro
con la misma pregunta.

El Maestro de nuevo la única respuesta que le da es un puñado de semillas pidiéndole


que las siembre en el campo dos.

Vuelve a pasar el tiempo y la duda permanece en la mente del discípulo, quien vuelve al
Maestro y le realiza la misma pregunta.

El Maestro le vuelve a responder con un puñado de semillas y que las siembre en el


campo tres.

El discípulo obedece pero ya molesto con la misma respuesta de su Maestro.

El tiempo pasa y las dudas no se le van de la mente del discípulo quien decide volver al
Maestro con la intención de que si le pide lo mismo abandona el ashram, pues no tiene
ninguna intención de convertirse en jardinero.

Vuelve al Maestro con la misma pregunta y el Maestro no le da semillas, le pide que


vayan a dar un paseo por el campo.

Cuando llegan al campo tres, el Maestro le pide al discípulo que arranque las plantas
que salieron de las últimas semillas que plantó y el discípulo lo hizo con toda facilidad.

Llegaron al campo dos y el Maestro le volvió a pedir lo mismo y aquí ya el discípulo no


pudo arrancar las plantas que habían salido, necesitó la ayuda de una azada.

Cuando estaban delante del campo uno, las primeras semillas que sembró el Maestro le
pidió de nuevo que arrancara todas las plantas, y de ninguna manera consiguió el
discípulo arrancar ni una.

Estas son las raíces de nuestro estimado ego, las raíces profundas de nuestros hábitos.

Hay hábitos que nos vienen de la niñez, otros que los hemos creado anteayer, tanto en
unos como en otros tenemos que ir con mucho cuidado, pues no nos podemos deshacer
de los hábitos, pero sí los podemos ir durmiendo.

El ego puede estar conformado de hábitos negativos y de hábitos positivos, y si no hay


de positivos o hay pocos, hay que hacer por crearlos.

Es muy difícil arrancar de cuajo un hábito negativo, de hecho es casi imposible,


aunque si es posible irlo durmiendo, es decir que vaya perdiendo fuerza.

¿Cómo podemos hacer para que vayan perdiendo fuerza los hábitos negativos?

Potenciando los hábitos positivos.

Potenciando nuestra shadana, la puesta en práctica de las enseñanzas del Maestro, de


esta manera todos los hábitos negativos pierden fuerza.
Y así es como donde decíamos: pues yo soy así, no puedo cambiar, acéptame como soy.

Los demás nos dicen: que cambiado te veo, hasta tu cara es otra.

Es algo que ni nosotros percibimos, pero en lo más profundo de nuestro ser se operan
cambios.

Hay que practicar el mantra, la meditación, el archana, cantar bhajans, hacer mucho
servicio desinteresado

Este es el esfuerzo que atrae la Gracia, y la Gracia lo hace todo posible.

Así es como va cambiando nuestro carácter, poco a poco, muy lentamente.

En la medida en que nuestro compromiso en la búsqueda se afianza, van apareciendo


los resultados.

Resultados que no hay que ir a buscar, ni estar pendiente de los mismos. El Maestro
nos lleva de la mano, incluso sin nosotros darnos cuenta.

Hace unos años en un room dharsan una renunciante le comentaba a Amma que ella
hacía toda la sadhana, todo lo que correspondía, y que cuando se iba a realizar.

Y Amma le dijo, pues si estás haciendo todo, todo lo que te corresponde está muy bien,
esto es lo que tienes que hacer, la realización es cosa mía, déjamela para Mí.

Hay que tener paciencia, la paciencia es el mejor antídoto para todos los hábitos.

La paciencia actúa de bálsamo en todos nuestros hábitos y en consecuencia se dulcifica


nuestro carácter.

El sendero de Amma es el de la paciencia y del amor.

Si a la paciencia le añadimos el discernimiento, serán dos buenos apoyos para


llevarnos a la acción correcta.

Aunque si vemos que la paciencia está apoyando la acción adhármica (incorrecta) hay
que actuar con firmeza. (La historia de la vaca que se comía las flores y plantas del
jardín)

El centrarnos en la acción correcta le da unos buenos varapalos al ego.

Si a la paciencia y al discernimiento le añadimos una firme voluntad de querer hacer o


dejar de hacer lo que el Maestro que hayamos elegido desea, nos acercamos todavía
más a la acción correcta.

Aunque esta condición requiere el esfuerzo de renunciar al reconocimiento de los


demás, y hasta incluso tener que aceptar que se enfaden contigo. Anteponer que Amma
esté feliz contigo antes que el otro/a.
Y a veces coincide, percibes que Amma está contenta con el enfoque de tu vida, de tu
relación con el otro/a, y la otra persona también lo está, pero incluso si no es así y
Amma está feliz, más tarde o más temprano también lo estará el otro/a.

Si esta actitud de complacer al Maestro es firme y sincera no hay que tener miedo al
error, pues desde esta actitud suponiendo que lo cometas, el error se convierte en
Maestro.

Para todo ello la paciencia es clave, no focalizarnos en el resultado.

El estar pendiente del resultado, el querer que ocurra ya, crea ansiedad, crea
preocupación, y estas emociones mantienen el interruptor cerrado de la conexión con
nuestro interior, de la conexión con la divinidad.

La Presencia está ahí mismo, pero no la percibimos.

Hay un renunciante que vive en Amritapuri, que me comenta muchas veces que cuando
se acerca a Amma siempre la hace la misma pregunta:

Amma yo estoy aquí y hago mi sadhana, hago mi seva, pero siento poca devoción por
ti, quisiera sentir más. ¿Qué pasa conmigo Amma?

Y Amma le responde: Ten paciencia hijo, continúa, persevera, aunque no lo percibas


todas tus prácticas se van acumulando, como en una cuenta bancaria que no se paren
de hacer ingresos.

Nosotros quisiéramos el samhadi para ya, o estar en el estado de blease, de felicidad y


de paz permanente, y sólo con paciencia, mucha humildad y discernimiento podremos
ir agradeciendo todos los estados de paz que como aperitivos envía la divinidad a
nuestras vidas, y también podremos agradecer todos los estados de conciencia en los
que hay sufrimiento, tanto unos como otros.

El sufrimiento son mordiscos, y a veces grandes mordiscos que le damos al ego, para
que podamos volver a la paz.

¿Qué quieres de mí Madre? Házmelo saber, sólo quiero lo que Tú quieras.

Trabajar esta actitud con toda la sinceridad, es lo que menos le gusta al ego, pero es a
lo que nos empuja el alma.

Pongamos Luz en nuestra vida y vayamos diluyendo la oscuridad del ego.

Tenemos que liberarnos del ego, esta es la verdadera y única felicidad.

Gracias.

OM NAMAH SHIVAYA

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