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 MODELO:

Categoría teórica principal de la cual parte Wallerstein es la de “sistema social”, a la que define como un
ámbito cuya dinámica de desarrollo resulta en gran medida endógena, interna. Un sistema mundial no se
llama así porque abarque la totalidad de la superficie del planeta (uno de los timbres distintivos de los
sistemas mundiales es que resultan capaces de contener en su seno civilizaciones y culturas diferentes, lo que
no significa que tienen que abarcar los cinco continentes). Estos sistemas mundiales pueden dividirse en
“imperios-mundo” y en “economías-mundo” (en rigor, el concepto es de Braudel). Imperios-mundo son
sistemas sociales en los que impera un único macro-estado, un vórtice de dominación política excluyente
(tributos). Las economías-mundo son aquellos sistemas sociales en los cuales no hallamos un único gran
centro de poder político, sino varios estados competitivos. Hasta el siglo XVI, sostiene Wallerstein, las
economías-mundo siempre manifestaron una tendencia irrefrenable a convertirse, tarde o temprano, en
imperios-mundo. En las economías-mundo tiende a predominar una apropiación indirecta del excedente, ya
no bajo la forma de tributo sino bajo la forma de intercambio desigual. Los estados no funcionan como
agentes económicos directos sino como creadores de condiciones para que los flujos de riqueza circulen de
manera diferenciada, y entonces beneficien a algunas regiones del planeta en detrimento de otras.
Wallerstein sostiene que a comienzos del siglo XVI irrumpe en el planeta una economía-mundo nueva, a la
que caracteriza como “economía-mundo europea”. Además aclara (y éste es uno de los aspectos más
polémicos de todo su modelo) que se trata de una “economía-mundo capitalista”. Tres características
principales: 1) se trata de una economía-mundo que basa su capacidad de apropiación de excedentes en una
productividad muy superior a la de cualquier otra economía del planeta; 2) el principal mecanismo a partir
del cual esta nueva economía-mundo va a detraer excedente es el mercado mundial, entendido como un
novedoso macro-escenario que contará con la asistencia artificial de los estados; 3) la principal estrategia que
organizará el funcionamiento será una división del trabajo (otro concepto clave en el modelo de Wallerstein)
de un grado de sofisticación como nunca antes.
Economía-mundo europea tiene secciones diferenciadas: un centro, una periferia, una semiperiferia, una
periferia de la periferia, y una arena externa (el anverso de la economía-mundo europea).
1) Centro. Aquellas regiones que usufructúan la riqueza que el sistema general. Las economías centrales se
benefician con el intercambio desigual (siglo XVI: sur de los Países Bajos, norte de Italia, el centro-norte de
Francia, el este y el sudeste de Inglaterra, el sudoeste del Sacro Imperio Romano Germánico.)
En cada momento de la historia del sistema sólo puede existir una única economía hegemónica. Se trata de
una cuestión de productividad económica: las economías hegemónicas producen sus bienes y servicios con
una eficacia tal, que los mismos resultan competitivos incluso respecto de los bienes y servicios generados
por las otras economías centrales (Holanda, entre mediados y fines del siglo XVII; Inglaterra, desde fines del
siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial). Hegemonía indefinida: el largo siglo XVI, porque la principal
potencia militar de la época, la España imperial, no califica como economía hegemónica a raíz de las
debilidades estructurales que caracterizaban a su sistema productivo (a las que habría que sumar las erradas
decisiones de política económica adoptadas por los grupos dirigentes locales). Hegemonía disputada: primera
mitad del siglo XVIII, en la que Francia e Inglaterra peleaban por ocupar dicho lugar, sin sacarse ventaja,
hasta que después de la Guerra de los Siete años (1756-1763) es Inglaterra la que triunfa. Hegemonía
compartida: el período de entreguerras de la primera mitad del siglo XX.
2) Periferia: aquellas economías especializadas en la producción de bienes de baja categoría. Muchísimo
cuidado con este rótulo: no se trata de mercancías carentes de valor intrínseco, todo lo contrario. Tendrían al
menos tres características distintivas: 1- son bienes producidos por una mano de obra poco calificada, mal
remunerada, o directamente forzada (es por ello que las economías periféricas son consideras “mano-de-
obra-intensivas”). 2- En sus lugares de origen, estas mercancías poseen un valor de cambio bajo, deprimido
o directamente inexistente (ej. oro americano). 3- Sin embargo, bienes que resultan indispensables para el
funcionamiento cotidiano de la economía-mundo europea, para su mismísima reproducción.
La periferia por lo general posee estados indígenas muy débiles, con un grado mínimo de autonomía o,
directamente, inexistentes.
Siglo XVI: Europa oriental –muy especialmente Polonia- (produce trigo) y la América española –muy
especialmente Mesoamérica y Andes centrales (metales preciosos). Mecanismos ordenadores del trabajo
compulsivo ampliamente conocidos: la segunda servidumbre en Polonia; la encomienda y la mita
americanas. Mediados del siglo XVII se incorporan regiones nuevas a la periferia: Caribe, noreste del Brasil,
sur costa este de los Estados Unidos, con esclavos de origen africano y a un complejo y extendido sistema de
plantaciones.
3) Semiperiferia: Sus trazos distintivos dependen de las características que en determinado momento
adquieren el centro y la periferia. Una sección ubicada a mitad de camino entre la periferia y el centro en lo
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que respecta a una serie de variables: la fortaleza del estado, la productividad de la economía, la integración
cultural, y la complejidad en la estructura de clases. “Las semiperiferias eran las correas de transmisión
para el flujo de bienes entre centro y periferia”. sostiene que los estados semiperiféricos cumplen la función
de desviar presiones políticas que de lo contrario impactarían directamente en los países del centro. (Tal vez
esté aludiendo al fenomenal esfuerzo político-militar que conllevaba la conquista y conservación de un
imperio como el americano, costo que mayoritariamente recayó –a diferencia de los beneficios- en las
monarquías ibéricas). Matiz que introdujo en su esquema cuando incorporó a los siglos XIX y XX en su
análisis histórico. “no existen los productos semiperiféricos. Lo que existen son productos centrales y
periféricos. Algunos países con una distribución aproximadamente medio-medio, es decir, que envían
productos centrales hacia zonas periféricas y productos periféricos hacia zonas centrales.”
Siglo XVI: Península Ibérica, sur de Italia, sur de Francia, norte de Alemania, Países Bajos del norte y, norte
y oeste de Inglaterra. Siglo XVII ingresarán norte de Italia y sur de Países Bajos. La semiperiferia solía estar
integrada por antiguas regiones centrales que ingresaban en procesos irreversibles de decadencia económica,
o por antiguas regiones periféricas que iniciaban procesos sostenidos de desarrollo.
4) Periferia de la periferia: (por africanistas que en los años ‘70 y ‘80 adhirieron al modelo de Wallerstein,
para dar cuenta del África Subsahariana) región que estaba dentro de la economía-mundo europea, pero lo
suficientemente en los márgenes como para que a las economías del centro les resultaran indiferentes las
tremendas consecuencias económicas y sociales que en la región traería la sustracción masiva de mano de
obra durante un periodo muy prolongado de tiempo. África Negra proporciorcionó a la periferia americana la
ingente cantidad de trabajadores forzados que el sistema de plantaciones necesitaba. Esclavos africanos =
bienes de baja categoría (producidos con un bajo costo laboral; con valor de cambio deprimido en su región
de origen (no podía absorber los millones de esclavos que absorbía América); y resultan imprescindibles (el
sistema de plantaciones americano hubiera colapsado).
5) Arena externa. Categoría que sólo funciona para siglos XVI y XVII, es decir, la globalización no alcanza
aún el grado de integración que luego conseguiría de comienzos del siglo XIX en adelante. Da cuenta de las
otras economías-mundo que no fueran la europea-capitalista, otros sistemas mundiales. Por éso yo antes
calificaba a la arena externa como el anverso de la economía-mundo occidental. Espacios en los cuales la
economía-mundo europea capitalista gasta una gran parte de la riqueza que produce, del excedente del cual
se apropian sus economías del centro (hacia el comercio improductivo, suntuario, de objetos preciosos).
Siglo XVI: Extremo Oriente (China y el espacio del Índico, que todavía no habían caído bajo el dominio
político directo de las potencias europeas). Imperio Otomano, Persia Safávida y Rusia.
La periferia produce el excedente del cual se apropian las economías del centro, mientras que en la arena
externa las economías del centro consumen una parte de dicho excedente bajo la forma de comercio
suntuario.
Definición de capitalismo según Wallerstein
El sistema capitalista mundial nace como respuesta a la crisis del siglo XIV, que desde la perspectiva de
Wallerstein supuso el fin del feudalismo, si no como modo de producción (porque el feudalismo, admite
Wallerstein, continuó existiendo), al menos como un sistema económico autónomo e integrado, determinado
por su propia lógica. Para Wallerstein la esencia del capitalismo es la de un sistema en el cual los factores de
producción y los agentes económicos operan en el seno de una arena mayor que la que cualquier entidad
política individualmente considerada podría nunca controlar. Trasciende cualquier instancia específica de
dominación política. No tiene sentido siquiera plantearse la posibilidad de la existencia de capitalismo en un
solo país. El capitalismo es mercado mundial. Es intercambio desigual, y entonces el capitalismo requiere de
la existencia de un sistema mundial. La cuestión del carácter capitalista o precapitalista de una sociedad
determinada no se define por su modo de producción sino por su modo de inserción en el sistema mundial
capitalista. La irrupción y consolidación del capitalismo se da por el establecimiento de una división del
trabajo en manos de una economía-mundo que ya no tenía posibilidad alguna de convertirse en imperio-
mundo. No es que nunca antes hubieran existido economías-mundo, sino que nunca antes las economías-
mundo habían alcanzado semejantes dimensiones geográficas. Wallerstein acepta que el trabajo libre, el
trabajo asalariado, es una característica distintiva del capitalismo, pero no se trata de una característica
universal dentro del sistema, al menos en los orígenes, la economía-mundo capitalista, la mano de obra libre
tendió a predominar, efectivamente, en las economías del centro. En las economías periféricas imperaba la
mano de obra forzada, y ello por razones estrictamente económicas, porque era la opción que mejor
garantizaba el correcto funcionamiento del sistema en su conjunto, la reproducción del sistema global. VS.
Steve Stern: negará que sea la lógica del sistema global la que siempre imponga a nivel local los criterios
de organización del trabajo; existen múltiples factores regionales que también incidieron en la formación

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de los mercados de trabajo en cada una de las áreas de la economía-mundo, factores locales que
Wallerstein descuida.

 TRADICIONES INTELECTUALES:

Prácticamente la mayoría de las hipótesis de Wallerstein ya había sido avanzadas con anterioridad. (Pirenne:
comercio de larga distancia es fenómeno exógeno o antitético al feudalismo // Hamilton, Sweezy y Gunder
Frank: siglo XVI como el momento más probable de surgimiento del capitalismo moderno // Braudel:
economía-mundo para recubrir las complejas relaciones comerciales que atravesaban el Mar Mediterráneo
durante el siglo XVI // Dependentistas Gunder Frank y Samir Amin: desarrollo de algunas regiones del
planeta había provocado de manera directa el subdesarrollo de otras, centro, periferia y sistema mundial).
Wallerstein es, en primer lugar, un circulacionista, y en segundo lugar, un dependentista. Circulacionista: no
es a partir de la esfera de la producción, no es a partir del análisis de las relaciones sociales que se ponen en
juego para la creación de la riqueza, sino a partir de la esfera de la circulación, del análisis de los dispositivos
que se ponen en juego para la distribución de la riqueza, donde deben aislarse los elementos que permitirán
definir la esencia de un sistema económico determinado. Dependentista: son los flujos de intercambio
desigual, el volumen físico de riqueza material que intercambian las economías entre sí, el que explica los
grados diferenciados de desarrollo que caracterizan a unas y a otras. Originalidad de Wallerstein no reside en
los componentes individuales de su modelo sino en la peculiar síntesis. Su modelo llevó a su máximo apogeo
a las dos tradiciones sobre las que se apoya: la teoría de la dependencia y la teoría circulacionista. En algún
sentido, Wallerstein es el más grande dependentista y el más grande circulacionista de los tiempos modernos.
1) Tradición circulacionista (VS. endogenistas)
Debate Sweezy-Dobb. (Marxismo anglosajón –economistas- ’50-’70).
Dobb propone una teoría sobre la decadencia del feudalismo que rechaza fuertemente la ortodoxia
pirenniana, que responsabilizaba por la crisis del sistema al comercio, visto siempre como un factor exógeno
e incompatible con el feudalismo. Ni el comercio, ni las ciudades, ni la moneda fueron los factores que
provocaron el colapso del feudalismo. Fueron las contradicciones internas del propio sistema (ineficiencia
como sistema de producción + creciente necesidad de ingresos para clase dominante) las que llevaron a una
sobreexplotación de la fuerza de trabajo que a su vez produjo la decadencia del feudalismo. Los señores se
vieron obligados negociar, a transformar las relaciones sociales y a suprimir la servidumbre (modelo
excesivamente anglocéntrico, no se adoptó esa dinámica en Francia por ej.). Las revoluciones campesinas
tuvieron más importancia en la decadencia del feudalismo que las ciudades y el comercio.
Sweezy: fue el comercio, agente exógeno, un fenómeno incompatible con el feudalismo, el que provocó la
crisis del sistema. Ninguna manera el comercio puede considerarse una forma de economía feudal. Las dos
causales que Dobb propone para explicar por qué colapsó el feudalismo (incremento de gastos clase señorial
 huida de los siervos), tienen como condicionante previo la existencia de las ciudades y del comercio. Es
porque existe una red de ciudades complejas, que comercian y vehiculizan productos suntuarios, que la clase
feudal se vio obligada a incrementar sus gastos Y es porque existen ciudades que los siervos que huyen, se
rebelan o escapan, encuentran un ámbito donde refugiarse. Sweezy reconoce que lo que los hace huir del
señorío es la sobreexplotación que padecen, pero también sostiene que esta migración no hubiera tenido la
importancia que finalmente tuvo si no hubieran existido los centros urbanos.
Responde Dobb: 1) Sweezy tiene marcada tendencia a definir al feudalismo a partir de la esfera de la
circulación y no a partir de la esfera de la producción. El problema mayor es utilizar “feudalismo” aludiendo
a fenómenos muy diferentes. Sweezy  feudalismo = sistema de producción para el uso (por ello manifiesta
una constante tendencia a asociarlo con la economía natural). Dobb  feudalismo = sistema de explotación
del pequeño productor por la vía de una coacción política-jurídica directa; en síntesis, para Dobb el
feudalismo es sinónimo de servidumbre de la gleba (sinonimia entre feudalismo y servidumbre, uno de los
aspectos del modelo de Dobb que peor ha resistido); 2) afirmar, como hace Sweezy, que el feudalismo es un
sistema estable a menos de que sea conmovido por fuerzas externas, es convertirlo en una excepción a la ley
general de desarrollo marxista, según la cual toda sociedad se ve impulsada por sus propias contradicciones
internas.; 3) el crecimiento de las ciudades podría verse como un fenómeno interno al feudalismo, que
alentaba a las ciudades. El fenómeno urbano contribuía a alimentar las prácticas de consumo de la clase
señorial, muy especialmente las ligadas al comercio de larga distancia, al comercio suntuario; 4)

Si el comercio jugó un papel importante en la decadencia del feudalismo, fue acelerando o acentuando los
conflictos internos del antiguo modo de producción. El efecto específico que tuvo la huida a las ciudades se
debió al carácter concreto de las relaciones entre el siervo y el explotados feudal; 5) no existe una correlación
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directa entre disolución feudal y la distancia respecto de las ciudades. No puede demostrarse que el
feudalismo retrocedió más rápida y tempranamente en las regiones que se hallaban más cerca de los centros
urbanos, y más lenta y tardíamente en aquellas regiones que estaban alejadas del comercio y de las redes de
intercambio (al este del Elba, el mercado –demanda de trigo, lejos de disolver el feudalismo, fabricó un
feudalismo allí donde antes no existía ninguno); 6) Sweezy presta excesiva atención al intercambio y muy
poca a las relaciones de producción. Se olvida de algo muy importante para explicar el paso de la
servidumbre al trabajo libre, del trabajo forzado al asalariado. Esta transición sólo resultó posible porque a
nivel local se contó con una oferta abundante y barata de mano de obra, de sectores proletarizados o
semiproletarizados, a quienes la distribución de la tierra y el régimen de propiedad del suelo habían
expulsado del sistema agrario. Era una oferta fabricada por el propio feudalismo; 7) Ni Dobb ni Sweezy
acuerdan en cómo rotular al período 1300 y 1600. Sweezy desde comienzos del siglo XIV el feudalismo
ya no existe en gran parte de Occidente. Tampoco se atreve a calificar como capitalista a aquella sociedad del
tardo-medioevo y de la primera modernidad. Sería un “sistema de producción pre-capitalista de mercancías”.
Dobb la sociedad, la economía y el sistema agrario europeos posteriores al año 1300 continúan siendo
feudales. La clase dominante del sistema siguió siendo la clase señorial, y el estado moderno continuó
funcionando como la principal herramienta de dominación de la nobleza feudal.
Dos aportes tardíos al debate
Merrington: VS. circulacionismo radical de Pirenne-Sweezy, VS. tesis endogenistas de Dobb. Superar
rigidez endogenismo-externalismo. Preconceptos de Sweezy: el mercado parecería ser la única fuerza
dinámica en el desarrollo social, el principio tras el cual se esconde todo cambio, toda evolución, todo
movimiento (economía política clásica: mercado capitalista mundial como el punto de partida, los principios
en los que se basa todo desarrollo económico –antiguo, feudal o capitalista— y cuya ausencia o debilidad
siempre denota stasis, crisis, parálisis. VS Merrington: la mera existencia de producción de mercancías y de
capital basada en la circulación de bienes y servicios no son motores suficientes para generar el proceso de
disolución que desembocó en el modo de producción capitalista.
Problema irresuelto en Dobb: ¿Pueden las ciudades considerarse un fenómeno interno al feudalismo,
compatible con el desarrollo e incluso con el fortalecimiento del sistema? sí, las ciudades pueden verse como
un desarrollo interno del feudalismo. Lo que permitió que en Occidente surgieran las ciudades libres,
corporativamente autónomas, fue una característica definitoria, distintiva, esencial, estructural del
feudalismo occidental: la parcelación política, la fragmentación de la soberanía, la atomización del poder
político. Pero matiza: tuvieron ambas características a la vez: los centros urbanos habrían sido
simultáneamente un fenómeno interno y externo. La característica esencial de las ciudades en el feudalismo
fue su “exterioridad-interna” al sistema. Las ciudades son internas al feudalismo porque fue una
característica intrínseca del sistema la que les permitió crecer como entidades autogobernadas: la
fragmentación política. Y hasta cierto punto se las puede considerar externas al feudalismo porque para
conquistar dicha libertad tuvieron que enfrentarse con la clase dominante del sistema, los señores feudales.
Lejos de ser un sistema exclusivamente rural, el feudalismo fue el primer modo de producción de la historia
que asignó un nicho estructuralmente autónomo a las ciudades, y en consecuencia, a la producción urbana y
al capital mercantil.
Astarita: refina los postulados endogenistas, y termina de relativizar los circulacionistas. Cuestión de los
bienes de prestigio. En la Castilla de la Baja Edad Media y de la primera Edad Moderna existían prácticas de
uso suntuario muy extendidas entre las diferentes fracciones de la clase de poder, atendidas por todo un
comercio específicamente dedicado al comercio de bienes de lujo, que tenía una relación directa con esa
extensión social del consumo (en el uso cotidiano de estos bienes de prestigio constantemente afirmaba y
reafirmaba sus privilegios sociales, sus prerrogativas políticas, su superioridad sobre el resto, la distancia que
la separaba) En una sociedad como la medieval y la temprano moderna, dividida por clases sociales y por
estamentos que segmentaban en fracciones el interior de la clases, a cada estamento correspondían los
ropajes que podía y debía vestir, las comidas que podía y debía consumir, las prácticas de ocio que podía y
debía practicar, etc. La cuestión del comercio se relacionan entonces con un aspecto clave de la cultura
medieval. Estos códigos ejercían un rol social activo porque expresaban simbólicamente lo que las personas
realmente eran. Estos bienes de prestigio necesitan tener precios inalcanzables para el común de los mortales,
según Bodin, los poderosos, querían que los objetos que ellos amaban valieran cada vez más.
Queda claro también –y hago un pequeño paréntesis- que el capital mercantil era el agente de la elevación
del precio, del valor de cambio de estos bienes de prestigio, pero también hay que entender que en los siglos
XV y XVI el capital mercantil todavía actuaba en los intersticios del sistema, explotando en provecho propio
las necesidades simbólicas y materiales de la que seguía siendo la clase dominante, la nobleza feudal
(“fetichismo del valor de uso”-Astarita). En tanto que las explotaciones campesinas eran unidades de
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producción tendencialmente autónomas, la única posibilidad de obtener plus-trabajo excedente era por medio
de la presión extraeconómica. Ello significa que en el feudalismo el dominio político, ideológico y jurídico
que la nobleza feudal ejercía sobre el campesinado era el requisito previo, inevitable e innegociable de la
extracción de excedente. Si desaparecía difícilmente las relaciones sociales feudales hubieran podido
articularse. Los bienes de prestigio funcionaban en el feudalismo como medios de dominación política,
ideológica y jurídica que actuaban sobre el conjunto de la masa campesina, pasaban a convertirse en un
mecanismo clave para la reproducción del sistema. La moneda, el comercio y las ciudades, los agentes que
acercaban dichos bienes de prestigio a los señores feudales, terminaban convirtiéndose en mecanismos
importantes para la reproducción de las relaciones sociales dominantes. Lejos de ser factores con capacidad
para corroer al feudalismo, vehiculizaban variables extraeconómicas que coadyuvaban a la reproducción de
las relaciones sociales básicas sobre las que se basaba el sistema.
2) Tradición dependentista (intercambio desigual en génesis del capitalismo moderno)
Debate sobre modo de producción en América colonial: Intelectuales latinoamericanos y estadounidenses,
1920-’40. Preanuncia tesis fundacionales de la corriente dependentista, discusión sobre carácter carácter
intrínsecamente precapitalista, si no explícitamente feudal entre los siglos XVI a XVIII (Mariátegui, Rodolfo
Puiggros) o carácter capitalista. Desplazan énfasis del ethos aristocrático y de la involución feudal para
centrarlo en el manejo empresarial y el impulso y afán de lucro de los colonizadores originales; en la fuerza
evidente de la explotación mercantil y en la subordinación de la América ibérica al papel de proveedora de
bienes primarios y excedente económico para el mercado de una Europa. Importancia central que para la
etapa de acumulación primitiva del capitalismo moderno tuvieron los flujos de riqueza material, física, que
circularon entre América y Europa en tiempos de la colonia (ej. Bagú).
Desafío desarrollista: contexto de CEPAL (’50). Apogeo del modelo take-off de Rostow. La teoría del
desarrollo en general y el modelo del take-off en particular no hacían más que enfatizar las benéficas
consecuencias que traería a las sociedades tradicionales la intensificación de las relaciones con las economías
capitalistas maduras.
Reacción dependentista (dinámica centro-periferia): (’60) alternativa explícita al diacronismo teleológico
de la teoría del desarrollo (Gunder Frank, Theotonio dos Santos, Celso Furtado). Quien más trascendencia
inmediata consigue fue Andre Gunder Frank, modelo que resulta en gran medida similar al de Wallerstein.
Desarrollo y subdesarrollo no son fases cronológicamente diferentes del mismo proceso histórico, sino dos
procesos históricos paralelos: los mismos factores y condicionantes que producen desarrollo en algunas
regiones del planeta generan simultáneamente subdesarrollo en otras. Entre la sociedad tradicional pre-
capitalista y la sociedad desarrollada del capitalismo maduro no existen una relación meramente diacrónica,
como postulaban los teóricos del desarrollo, sino una relación de orden sincrónico. El subdesarrollo de
algunas regiones del planeta es el producto de una transferencia sistemática de excedentes desde los
SATÉLITES (léase “periferia” en la nomenclatura de Wallerstein) hacia las METRÓPOLIS (léase “centro”).
A su vez, algunas metrópolis terminaron convirtiéndose en satélites de metrópolis más poderosas (quizás
vemos aquí un sucedáneo de la “semiperiferia” wallersteniana). Factor de subdesarrollo en América Latina:
la exportación de bienes primarios, fenómeno de orden estructural que generaba ostensibles condiciones de
atraso económico que resultaban fácilmente confundibles con el feudalismo. El capitalismo, entendido como
producción de mercancías en gran escala para mercados en desigualdad de condiciones, fue el legado
colonial por antonomasia que los europeos dejaron a las empobrecidas regiones latinoamericanas
caracterizadas como feudales por muchos estudiosos e intelectuales del siglo XX. No son las relaciones de
producción las que permiten definir la esencia de una economía determinada sino la lógica del sistema global
en el cual una determinada región se encuentra inmersa.
Revive debate sobre lodos de producción: criticas a postulados más extremos de teoría de la
dependencia (Assadourian, Garavaglia, Laclau). Laclau polemiza en forma directa con Gunder Frank, se
ubica del lado de los endogenistas (Dobb) y deL carácter feudal de la formación económica americana
colonial. La principal falencia de los análisis de Gunder Frank es la escasa atención que presta a la esfera de
la producción: la existencia de mercado constituye la diferencia decisiva entre ambos. Gunder Frank
prescinde totalmente de las relaciones de producción en sus definiciones de capitalismo y feudalismo. Por
descuidar el análisis de las relaciones de producción, Gunder Frank no llega a percibir que el subdesarrollo
de América Latina no fue provocado por los flujos de excedente que los satélites enviaban a las metrópolis,
sino porque en América las relación de producción se fijaron en los modos arcaicos de la coerción
extraeconómica, que retardaron el proceso de diferenciación social y disminuyeron el tamaño de los
mercados internos. Europa impuso una estructura socioeconómica feudal en América Latina que frenó el
avance del capitalismo. Lejos de constituir el mercado externo una fuerza desintegradora del feudalismo,
tendió a acentuarlo y a consolidarlo (…). Es el proceso vivido por Europa Oriental a partir del siglo XVI, al
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abrirse las posibilidades de exportar materias primas a los mercados del oeste. Estructuras feudales que
todavía imperan en las regiones más atrasadas del continente.
Aporte de los africanistas a la teoría de la dependencia: (Samir Amin, Walter Rodney). Postulados
centrales de las teorías de Amin:
1) “una formación social no puede reducirse a un modo de producción. Las formaciones sociales son
estructuras concretas, organizadas, caracterizadas por un modo de producción dominante, alrededor del cual
se articula un conjunto complejo de modos de producción que le están sometidos. En segundo lugar, las
formaciones sociales jamás pueden comprenderse aisladas, es esencial la problemática del comercio de larga
distancia. Ese comercio de larga distancia puede volverse decisivo en algunas sociedades. Esto ocurre
cuando el excedente que las clases dominantes locales pueden extraer de los productores dentro de la
formación de que se trate, es limitado. En ese caso, debido al beneficio monopólico que permite el comercio
de larga distancia, ocurre la transferencia (no la generación) de una parte de ese excedente de una sociedad a
otra. Para la sociedad que se beneficia con esa transferencia, ésta puede ser esencial y constituir la base
principal de la riqueza y el poder de sus clases dirigentes. Entonces, toda la civilización puede depender de
ese comercio y el desplazamiento de los circuitos de intercambio puede desencadenar la decadencia de tal o
cual región o, por el contrario, crear las condiciones para su expansión, sin que se haya producido una
regresión o un progreso notable en el nivel de las fuerzas productivas”;
2) “durante largo período de tres siglos de mercantilismo, la periferia americana del centro europeo atlántico
mercantilista cumplirá una función decisiva en la acumulación de la riqueza dinero en manos de la burguesía
comercial atlántica. El África negra cumplirá una función no menos importante: la hemos calificado de
periferia de la periferia. Reducida al papel de proveedora de mano de obra servil para las plantaciones de
América, África pierde su autonomía y comienza a ser moldeada en función de las exigencias externas: las
del mercantilismo. Por fin, recordemos que las plantaciones de América, a pesar de su forma de organización
esclavista, no definen formaciones sociales autónomas. El esclavismo no es el modo dominante de la
formación, que es el mercantilista y el comercio monopólico –que bajo su control y para su propio beneficio
lanza en el mercado europeo los productos de las plantaciones, activando así la disgregación de las relaciones
feudales— domina la plantación. La formación periférica americana es un elemento de una estructura
mundial cuyo centro de gravedad está en la Europa atlántica.”
Rodney: “En algunas épocas, el comercio de Africa iba viento en popa, en otras era la ganancia de las
Américas la que se volvía realmente sustancial. Al emparejar como con una plancha todas las altas y bajas, el
nivel de ganancias tuvo que ser lo suficientemente alto como para justificar una participación sostenida de
esa forma de comercio durante siglos. Unos cuantos académicos burgueses han tratado de sugerir que el
comercio de esclavos europeos no producía una recuperación monetaria que valiera la pena. Preferirían
hacernos creer que esos mismos empresarios a quienes elogian en otros contextos como los héroes del
desarrollo capitalista, eran tan distraídos respecto a la esclavitud, que durante siglos se enfrascaron en
negocios improductivos. Además, muy aparte del problema de la acumulación de capital, el comercio de
Europa con Africa proporcionó muchos otros estímulos al crecimiento de Europa.”
Insersión del modelo de Wallerstein en las tradiciones y debates que lo precedieron

Cuando aparece el libro de Wallerstein en 1974, plena vigencia de debates endogenistas-circulacionistas,


desarrollistas-dependentistas, y sobre los modos de producción en América Latina.
Wallerstein toma partido por la postura circulacionista, con ciertos matices:
- Sweezy jamás caracterizó como capitalista ningún sistema económico existente en el siglo XVI,
Wallerstein sí.
- La identificación entre feudalismo y economía natural (Sweezy) tampoco aparece como tal en el
modelo de Wallerstein.
- Ambos académicos norteamericanos tienden a subestimar el análisis de las relaciones sociales en sus
respectivos análisis.
Wallerstein se ubica claramente del lado de cientistas sociales como Andre Gunder Frank y Samir Amin, con
ciertos matices.
- Respecto a terminología, toma de Amin el par de opuestos centro-periferia, en contraste con la
oposición satélites-metrópolis defendida por Gunder Frank.
- Difiere de Amin por el hecho de que éste se resiste a caracterizar como capitalista al sistema
económico mundial de los siglos XVI a XVIII, prefiriendo en cambio la expresión “modo de
producción mercantilista”, que tiene ciertas reminiscencias del rótulo “producción pre-capitalista de
mercancías” que Sweezy utiliza para describir la economía europea del bajo Medioevo y de la
primera modernidad.
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- Respecto a caracterizaciones macro, Wallerstein se acerca más a Gunder Frank, pues ambos
coinciden en caracterizar como capitalista al sistema económico mundial que nace a comienzos del
siglo XVI.
- Wallerstein se aparta del modelo de Gunder Frank porque evita caracterizar como capitalistas a las
economías de las regiones periféricas integradas a la economía-mundo europea, prefiriendo
mantener la distinción entre los modos de producción subsidiarios y la lógica capitalista del moderno
sistema mundial.

 CRÍTICAS Y POLÉMICAS CON WALLERSTEIN


1) Steve Stern
Desde la perspectiva de la historiografía colonial americana. Stern pone explícitamente a prueba el
modelo de Wallerstein. Centra su análisis en dos de las grandes regiones periféricas que según Wallerstein
integran la economía-mundo durante los siglos XVI y XVII: los Andes Centrales y el Caribe, para determinar
si ambas se cumplen las premisas del sistema en su conjunto.
Para Wallerstein cada una de las regiones que integran la economía mundo europea capitalista, posee una
forma diferenciada de organización del trabajo:
- trabajo libre  predominio en economías del centro
- trabajo forzado  predominio en economías de la periferia
- aparcería o mediería  predominio en economías de la semiperiferia
Cada una eran las que resultaban más funcionales para el óptimo desempeño del sistema en su conjunto,
soluciones ideales que los capitalistas locales imponen en cada sección de la economía-mundo. Es el
mercado mundial y es su lógica de reproducción, basada en los flujos de intercambio desigual, los que
imponen la organización del mercado laboral en cada región del planeta.
Steve Stern: aplicado a los dos principales emprendimientos económicas de la América colonial: la minería
de la plata y las plantaciones de azúcar.
Organización del mercado de trabajo en Potosí.
Su carácter:
 Hasta mediados de la década del ’80, lo que se sabía sobre la mita en los Andes Centrales
confirmaba las hipótesis de Wallerstein: en el espacio económico potosino el trabajo forzado primaba
de manera absoluta. Estudios más recientes (Tandeter) demuestran 1) que la situación era mucho más
matizada. Emerge una imagen más modesta de la mita, la imagen de un sistema que a medida que
avanzaba el siglo XVII fue declinando en importancia como proveedora efectiva de mano de obra,
para convertirse en un subsidio encubierto para los concesionarios de las minas, en una forma de renta
disfrazada que permitió abaratar el costo de contratación de la mano de obra libre. Stern alude al
surgimiento y consolidación del grupo de trabajadores libres calificados conocidos como mingas. Se
trataba de mineros especializados y muy bien pagos, que para principios del siglo XVII ya proveían
cerca de la mitad de la fuerza de trabajo potosina.
 2) que los indios del espacio altoperuano, individual o colectivamente, llegaban a acuerdos
con los empresarios mineros, por los cuales éstos declaraban cumplidas las cuotas mitayas obligatorias
a cambio de la entrega de determinadas sumas de dinero, que los concesionarios empleaban para
contratar substitutos en el mercado libre de trabajo.
 3) tercer estrategia a la que recurrieron los productores directos involucrados en la
extracción del metal argentífero: la universalización de una suerte de mediería o aparcería como
mecanismo de remuneración del trabajo minero: la corpa. Los mitayos y los mingas, impusieron como
una suerte de norma consuetudinaria, el derecho de los trabajadores a quedarse con la mejor pieza de
mineral encontrada en el transcurso de cada jornada laboral (la corpa). Para mediados del siglo XVII la
copra llegó a conformar la mitad del simbólico salario que los concesionarios debían pagar a los
mitayos.
 4) a fines del siglo XVII se impone una cuarta estrategia en el mercado de trabajo potosino.
Los mingas, convertidos entonces en una mano de obra tan escasa como valiosa, extendieron su
derecho consuetudinario a compartir parte de la producción argentífera: ya no se trataba simplemente
de apoderarse del mejor fragmento diario de mineral, sino de ingresar en la mina durante el receso
dominical y explotarla en su propio provecho hasta que se reanudara la actividad semanal, práctica
conocida como kajcheo en el argot quechua de la ciudad.
Esta cuádruple transformación del mercado laboral potosino VS. Wallerstein. A lo largo del siglo XVII lo que
predomina en la minería de la plata local es una combinación de trabajo libre y mediería, aparcería. La

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primera de las formas de organización del trabajo correspondería, según el esquema de Wallerstein, al centro
de la economía-mundo, y la segunda a la semiperiferia.
Sus causas:
Stern tampoco considera apropiado explicar esta peculiarísima conformación del mercado de trabajo
potosino como la respuesta más racional u óptima a las necesidades de la economía-mundo capitalista. El
moderno sistema mundial fue tan sólo una de las fuerzas que incidió en la determinación del tipo de mano de
obra local. También tuvieron enorme importancia en la conformación del mercado laboral potosino variables
como las estrategias y el grado de resistencia de las comunidades indígenas, y la emergencia de los mercados
interregionales americanos, cuya lógica, tanto como los intereses de las élites coloniales locales, no tenían
necesariamente por qué coincidir que las necesidades sistémicas del macro mercado mundial.
En las plantaciones de azúcar caribeñas y brasileñas, el recurso a ingentes cantidades de esclavos africanos
no fue la solución óptima a la que los plantadores recurrieron desde un principio. Fueron los factores locales
los que incidieron y terminaron convirtiendo a los africanos en la fuerza de trabajo predominante de las
fincas azucareras: la alta tasa de mortalidad que afecta a los pueblos originarios americanos, las rebeliones
aborígenes, la cercanía de áreas de frontera que ofrecían refugio permanente a los trabajadores fugitivos, etc.
El moderno sistema mundial no puede tomarse como el factor excluyente que moldeó la organización
del sistema productivo colonial americano
Principales fundamentos de la crítica:
1- Stern no discute la existencia de un sistema económico mundial de múltiples relaciones: la
economía-mundo. El paradigma de Wallerstein resulta útil para estudiar los orígenes del mercado
mundial moderno, y por ello debe ser rescatado a pesar de sus falencias. El modelo falla para explicar
los dos emprendimientos económicos más importantes de la historia económica colonial americana.
2- Tanto en el caso de la minería de la plata potosina como en el de las plantaciones de azúcar
del Caribe y del Brasil, las condiciones locales fueron más influyentes que la necesidad de optimizar
los mecanismos de acumulación de la economía-mundo a la hora de determinar la organización de los
mercados de trabajo regionales.
3- La caracterización de América colonial como parte de una economía-mundo capitalista
subestima la relevancia de los procesos de cambio que llevaron a la emergencia del capitalismo
industrial durante los siglos XVIII y XIX.
4- Tampoco puede explicar por qué regiones americanas que resultaban tan aparentemente
dinámicas durante los siglos XVII y XVIII cayeron durante el siglo XIX en formas económicas cuyos
parámetros recuerdan al feudalismo de comienzos del segundo milenio (predominio absoluto de
formas de trabajo forzado, por ej.). La América Latina colonial no puede caracterizarse como
capitalista por el solo hecho de estar integrada en una economía-mundo más amplia basada en un
sistema comercial atento a la obtención de ganancias y beneficios. Tampoco puede caracterizarse como
feudal, dada la existencia de sofisticados mercados internos regionales, importantes bolsones de mano
de obra libre, un espíritu empresarial atento a las tasas de rentabilidad y a las inversiones, y el recurso
a una tecnología que daba a actividades como la producción de azúcar y de plata un aspecto proto-
industrial decisivamente moderno.
5- Defender la existencia de diferentes sistemas económicos regionales que se articulaban
dentro de un sistema global continúa siendo la mejor alternativa para escapar a la dualidad feudalismo-
capitalismo diseñada para el Viejo Mundo. La articulación entre modos de producción capitalistas y
arcaicos, sin embargo, no autoriza a caracterizar a estos últimos como feudales.
6- También es importante abandonar la tesis que hace del capital comercial un agente
económico parasitario y conservador, que extrae excedentes de los sistemas económicos precapitalistas
sin modificarlos en esencia. En América colonial, el capital comercial tuvo en ocasiones un impacto
agresivo y transformador sobre las tecnologías y las relaciones sociales involucradas en el proceso
productivo.
Wallerstein responde a las críticas de Stern:
- Todas las conclusiones alcanzadas por Stern se adaptan al modelo de la economía-mundo. Describen
el tipo de actitud que cabría esperar del funcionamiento de un sistema mundial.
- La aparición de los mingas en el mercado laboral potosino se relaciona con la necesidad de
trabajadores calificados. Es regla de la economía-mundo que sobre los productores directos más
calificados no pueden imponerse pautas de trabajo forzado, porque la puesta en práctica de los
mecanismos de supervisión necesarios llevaría los costos de producción hasta niveles inviables. Por
ello, el recurso al trabajo libre asalariado era una estrategia para reducir costos.

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- Se toleró la mediería de la corpa y la práctica del kajcheo porque en una época de estancamiento de
la economía mundial (crisis s. XVII) la reducción de riesgos se convierte en una estrategia ineludible
para la supervivencia económica. (Durante los períodos de auge de la economía mundial –décadas
centrales s. XVI, primeras décadas s. XVII, el largo siglo XVIII— la economía potosina recurrió a la
mita como sistema principal de provisión de fuerza de trabajo.
- Wallerstein nunca sugirió que en la periferia de la economía-mundo sólo existía trabajo forzado, ni
que en el centro sólo existía trabajo asalariado (eran formas que tendían a predominar en dichos
espacios del sistema mundial). Así como tampoco Stern, afirma que la mediería era el método de
organización del trabajo predominante en Potosí, como tampoco parecen haberlo sido el trabajo
asalariado o la mita.
- Stern distingue entre condicionantes locales y condicionantes externos de la organización de los
principales emprendimientos económicos coloniales, como si el continente americano no fuera parte
de la economía-mundo. Si América Colonial es parte del sistema mundial, todo lo que ocurre en ella
es parte de aquél (ej. cómo las epidemias fueron introducidas en América).
La contra-réplica de Stern:
- Wallerstein equivoca la cronología. Tampoco durante el período 1570-1600 la mita fue la forma
excluyente de organización del trabajo en la minería potosina. Para 1600, y tal vez incluso antes, la
mayoría de los trabajadores de las minas eran libres. Incluyo los mitayos se beneficiaban con el
sistema de la corpa. Es un error suponer que el sharecropping se generaliza en los Andes Centrales
recién a partir de 1650. Ya se percibe hacia 1600 o incluso antes. El kajcheo no es más que una
continuación tardía de un fenómeno que se había iniciado un siglo antes. VS. argumento de que la
mediería fue una excepción tolerada en la periferia a raíz del periodo de recesión mundial que se
generaliza hacia 1650.
- Stern afirma efectivamente lo que Wallerstein dice que no afirma: que la mediería es el método
predominante de organización del mercado laboral potosino desde comienzos del siglo XVII.
- Wallerstein excesivo reduccionista, adaptar cualquier hecho a una única fuerza determinante: el
moderno sistema mundial. Hasta el accionar de los microbios parece supeditado a las estrategias de
acumulación del mercado mundial.
- Finalmente, la afirmación de que no existen condiciones locales específicas dada la inclusión de
América en la economía-mundo, implica negar la existencia de una dinámica propia en las
sociedades coloniales, lo cual resulta inaceptable para cualquier americanista especializado en el
estudio de la historia del Nuevo Mundo.
2) Astarita
Desde la perspectiva marxista. La categoría economía-mundo resulta desmesurada, desmesura que torna
imposible su contrastación empírica (defendiendo la opción de trabajar con estudios de caso acotados.
Profundizando la caracterización de marxista neo-smithiano (que Brenner le achaca a Wallerstein).
Wallerstein imagina a los agentes económicos que actúan en la economía-mundo como sujetos que
constantemente optan por diferentes soluciones como si estuvieran siguiendo la teoría ricardiana de los
costos comparativos.
La gran crítica que Astarita dirige a los fundamentos dependentistas del modelo de Wallerstein, es la creencia
de que los flujos materiales de riqueza que circulan entre la periferia y el centro son los que provocan el
desarrollo y el subdesarrollo de las distintas regiones del planeta. Para ilustrar este punto, Astarita presenta
tres estudios de caso diferentes: 1) Inglaterra en la Baja Edad Media (el origen del putting-out system se
produce en un momento en que Inglaterra padece una balanza comercial deficitaria); 2) Polonia durante el
siglo XVI (a finales el siglo XVI se beneficia con balanza comercial favorable – por crecimiento de precios
relativos de bienes exportables, y baja de los importados- pero ello no produce ningún desarrollo económico
en la región -feudalismo particularmente atávico, basado en una agricultura extensiva de bajísima
productividad y universalización de una servidumbre de la gleba-); 3) Inglaterra durante el siglo XIX (fase
de mayor desarrollo de Inglaterra victoriana coincide con balanza comercial deficitaria).
Astarita finalmente acusa a los dependentistas de suponer que la mayor riqueza es siempre una función de la
mayor acumulación de metálico. En un intercambio entre lana y oro no hay por qué pensar que el compra
lana pierde: si realiza la operación es porque necesita la materia prima tanto o más que la reserva de metálico
que está entregando a cambio. Los beneficios son derivados de los estados de necesidad.
Lo que provoca el subdesarrollo y el atraso económico de determinadas regiones por oposición al desarrollo
que beneficia a otras, son los condicionantes y los procesos históricos locales, particularmente las estrategias
de acumulación que los grupos dominantes aborígenes adoptaron en cada situación específica. Lo que a
comienzos del siglo XVI subdesarrolla a Castilla respecto de Inglaterra fue la decisión de esta última de no
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exportar más lana y de manufacturar la materia prima en la isla, y la decisión de la primera de exportar lana
virgen sin valor agregado, destinando los beneficios obtenidos a la adquisición de los bienes de prestigio que
servían para reforzar los aspectos simbólicos de la dominación feudal.

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