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RIO IV
CELEBRACIONES
Ministros extraordinarios de la Comunión
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ESQUEMA DE UNA CELEBRACION DE LA PALABRA
PARA UN MINISTRO EXTRAORDINARIO DE LA COMUNION
RITOS INICIALES
Saludo inicial
Una vez congregados los fieles, se comienza con un canto de entrada y luego el
ministro se santigua:
R: Amén
Acto penitencial
El ministro invita a realizar una oración penitencial.
R: Amén
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LITURGIA DE LA PALABRA
- Primera Lectura
- Salmo responsorial
Todos aclaman:
El ministro dice:
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El ministro termina la plegaria común con una oración conclusiva
LA SAGRADA COMUNION
RITO DE LA PAZ
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R: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra
tuya bastará para sanarme.
Se distribuye la comunión mientras se canta. Acabada la comunión, el ministro
purifica la patena. Si se juzga oportuno, se pueden guardar un sagrado silencio o
cantar un salmo o cántico de alabanza.
M: Oremos
R: Amén
RITO DE CONCLUSION
R: Amén.
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CELEBRACION PARA LA COMUNION DE LOS ENFERMOS
RITO DE ENTRADA
SALUDO
Ministro:
Ministro:
Este es el misterio de la fe
Todos:
Anunciamos tu muerte,
Proclamamos tu resurrección.
Ministro:
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Todos:
Y necesitamos su perdón;
1° fórmula
7
Y a ustedes, hermanos,
Dios todopoderoso
Amén.
2° fórmula
Señor,
Muéstranos, Señor,
Tu misericordia.
El pueblo responde:
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Y danos tu salvación.
El ministro concluye:
Dios todopoderoso
Amén.
3° fórmula
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Nos haces partícipes del Sacrificio Pascual.
Dios todopoderoso
R. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Jn 6, 54-55
Jn 6, 54-58
Jn 14, 6
Jn 14,23
Jn 14, 27
Jn 15, 4
Jn 15,5
1 Cor 11,26
11
IX
1 Jn 4, 16
LITURGIA DE LA COMUNION
El ministro introduce la recitación del Padre nuestro con estas palabras u otras
semejantes.
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Felices los invitados al banquete celestial.
El enfermo y los presentes dicen:
El Cuerpo de Cristo.
Amén.
Y recibe la comunión
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Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos responden:
Amén.
II
Oremos.
Dios nuestro,
concédenos, en tu bondad,
R. Amén
III
Oremos.
Tu espíritu de amor
14
R. Amén.
IV
Oremos.
R. Amén
V
Oremos.
te rogamos , Padre,
R. Amén
VI
Oremos.
15
aún viviendo en la tierra,
R. Amén
VII
Oremos.
R. Amén
VIII
Oremos.
Y el mismo Cáliz,
R. Amén.
IX
Oremos.
16
te suplicamos, Padre,
R. Amén
X
Oremos.
perseveremos fielmente.
R. Amén
XI
Oremos.
te pedimos humildemente
R. Amén
17
Tiempo pascual
XII
Oremos.
R. Amén
XIII
Oremos.
R. Amén
XIV
Oremos.
Dios todopoderoso,
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den fruto abundante en nosotros,
R. Amén
El ministro se signa a sí mismo, diciendo una de las invocaciones siguientes:
Ministro:
Amén
II
Amén.
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RITUAL DE LAS EXEQUIAS EN LA SALA VELATORIA
Comienza la celebración con la señal de la cruz
1. Salmo 129
2. Oración
Oremos.
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Concédele la luz y la paz que no tienen fin
Y permítele participar
R. Amén.
3. Lectura bíblica
Palabra de Dios
R. te alabamos Señor
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Hermanos invoquemos confiadamente a Dios todopoderoso, que
resucitó de entre los muertos a su Hijo Jesús para salvar a vivos
y difuntos. Respondemos: “Escúchanos Señor”
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Que el alma de N. y de todos nuestros queridos difuntos, por la
misericordia de Dios, descansen en paz.
R. Amén
La celebración concluye con la señal de la cruz
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RITUAL DE EXEQUIAS PARA SEPULTURA
(en el cementerio)
3. En el sepulcro
Al llegar al sepulcro se lee la siguiente lectura
Escuchamos la Palabra de Dios:
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los cristianos de Roma:
Hermanos: Si hemos muerto con Cristo, creemos que también
viviremos con Él. Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere
más, porque la muerte ya no tiene poder sobre Él.
Palabra de Dios.
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Luego se realiza la siguiente oración
Señor, que estás atento a las súplicas de tus fieles
y conoces sus buenos deseos, concede a tu hijo/a N.,
a quien hoy sepultamos, cumpliendo este deber de misericordia
que consiga la felicidad eterna junto con tus santos y elegidos.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
R. Amén.
Y se rocía el sepulcro con agua bendita mientras se reza Padre Nuestro y Ave
María.
Concédele, Señor, el descanso eterno.
R. Y brille para él, la luz que no tiene fin.
Que descanse en paz
R. Amén
Que el alma de N. y de todos nuestros queridos difuntos, por la
misericordia de Dios, descansen en paz.
R. Amén.
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ADORACIÓN EUCARÍSTICA.
LECTOR 1:
En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad
de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida
con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El
nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó,
diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír
estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía
significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque
Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús; María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor,
que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó”.
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Cuando el Señor nos habla, lo reconocemos por un signo indudable: la
alegría. Toda palabra que el Señor nos dirige va acompañada por esa
profunda alegría que proviene del Amor de Dios que quiere colmar
nuestras vidas con su gracia.
LECTOR 1:
LECTOR 2:
“María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en
mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.”
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“…María es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y «su
excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia
constante para la Iglesia». Ella se dejó conducir por el Espíritu, en un
itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad. Nosotros
hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos
el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se
conviertan en agentes evangelizadores. En esta peregrinación
evangelizadora no faltan las etapas de aridez, ocultamiento, y hasta
cierta fatiga, como la que vivió María en los años de Nazaret, mientras
Jesús crecía: «Éste es el comienzo del Evangelio, o sea de la buena y
agradable nueva. No es difícil notar en este inicio una particular fatiga
del corazón, unida a una especie de “noche de la fe” –usando una
expresión de san Juan de la Cruz–, como un “velo” a través del cual
hay que acercarse al Invisible y vivir en intimidad con el misterio. Pues
de este modo María, durante muchos años, permaneció en intimidad
con el misterio de su Hijo, y avanzaba en su itinerario de fe” (Nº 287).
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ADORACIÓN EUCARÍSTICA.
LECTOR 1:
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venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi
seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue
anunciado de parte del Señor".
ORANTE 1: Por eso vamos a rezar a Jesús para que nos enseñe a
estar siempre dispuestos a ser servidores. Vamos a responder todos a
cada oración: “Que seamos, como María, tus servidores, Señor”
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nuestros pensamientos estarán en sintonía con los tuyos, y nuestro
querer con tu querer. Oremos…
Te damos gracias, María, por ser una mujer. Gracias por haber sido
una mujer como mi madre y por haberlo sido en un tiempo en el que la
mujer era como no ser nada. Gracias por haber sido una mujer libre y
liberada de la historia, porque fuiste la única no atada al pecado, a la
mediocridad. Sos la única verdaderamente llena de gracia y de vida.
Gracias por que fuiste valiente, gracias por no tener miedo, gracias por
fiarte del Dios que te estaba llenando del Dios que venía, no a quitarte
nada, sino a hacerte más mujer. Gracias por que entendiste la
maternidad como un servicio a la vida ¡y qué Vida! Gracias por seguir
siendo madre y mujer en el cielo, por no cansarte de amamantar a tus
hijos de ahora. Amén
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Dios te salve María…
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COMISION DIOCESANA DE LITURGIA
EMAIL: liturgia.diocesisrioivcba@gmail.com
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