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Irene Escandón Vega 1ºC 19-3-19
Valentina Tereshkova
6 de marzo de 1937 , Bolshoye Maslennikovo, Rusia
Su padre murió en la guerra con Finlandia por lo que tanto ella como su madre y sus dos
hermanos, tuvieron que trabajar para sobrevivir. De niña soñaba con ser maquinista de trenes y
descubrir el mundo.
Cuando tenı́a 22 años vio un anuncio de un club de paracaidismo y decidió intentarlo; ahí
empezaría una nueva vida para ella. El 12 de abril de 1961 su compatriota, Yuri Gagarin, se
convirtió en el primer hombre en llegar al espacio. El ejército inició una búsqueda de mujeres
cosmonautas entre las paracaidistas así que envió una solicitud en secreto resultando ser una de
las cinco seleccionadas.
Valentina tuvo que estudiar y entrenar mucho al igual que sus compañeros. Ir al espacio es tan
peligroso para las mujeres como para los hombres. Un mes antes del lanzamiento de la Vostok VI
se decidió que ella la pilotara. Toda la operació n se llevó en secreto (su madre no sabı́a nada). El
gobierno ruso temı́a que los americanos se adelantasen. El 16 de junio de 1963, Valentina, de 26
años, partió rumbo a las estrellas. Su misió n no fue fá cil, sufrió vó mitos y nauseas durante sus 48
ó rbitas alrededor de la Tierra, en la nave Vostok VI, sin apenas espacio para moverse y con el traje
puesto en todo momento. Aun ası́, completó los experimentos que estaban previstos y consiguió
eyectarse para descender en paracaı́das tras 71 horas en el espacio (del 16 al 19 de junio de
1963). A su vuelta fue tratada como una heroı́na, pero no le permitieron volver al espacio.
Pasaron 20 años hasta que otra mujer participó en un vuelo espacial. Valentina nunca ha dejado de
soñar con volver, asegura que los que han estado tan cerca de las estrellas dejan un trozo de su
alma allı́ arriba.
Gabriela Morreale
7 de abril de 1930, Milán, Italia
Fue Profesora de Investigación del CSIC. Desarrolló la mayor parte de su actividad en el
Instituto de Investigaciones Biomédicas “Alberto Sols” de Madrid como química experta en
bioquímica de la endocrinología y la nutrición.
Pensionada por el CSIC trabajó entre 1955 y 1956 con el Profesor Andrés Querido en el
Hospital Académico de la Universidad de Leiden (Holanda). Fue nombrada “Hoofd
Assistant” (Jefe de Laboratorio, 1957-1958), y volviendo en 1975 para ocupar el cargo de
Científico invitado (“Invited senior scientist”) y reorganizar su Laboratorio de Investigación
del Departamento de Endocrinología y Nutrición. Llegó a dirigir el Instituto de
Endocrinología y Metabolismo G.Marañón (1975-1980). Desarrolló un método para valorar
yodo en orinas y aguas que le ayudó a demostrar la relación entre “incidencia de bocio y
deficiencia de yodo”.
Destacó como estudiosa de las ciencias y la filosofía, materias a las que se dedicó
desde joven. Obtuvo la “Cátedra de Filosofía Platónica”, por lo que la llamaban "la
filósofa". Hipatia cultivó varias disciplinas: filosofía, matemáticas, astronomía,
música... Se la reconoce como la primera mujer matemática de la que se tiene
conocimiento. Fue representante de la Escuela Neoplatónica de Alejandría a
comienzos del siglo V. Trabajó en los estudios lógicos y las ciencias exactas.
En 1951 regresó a Londres, al King’s College, a la Unidad de Biofísica, donde comenzó sus investigaciones
sobre el ADN (ácido desoxirribonucleico), investigaciones que también estaba realizando Maurice Wilkins, con
quien mantuvo constantes desavenencias. En un entorno machista y difícil, Rosalind obtuvo una fotografía de
difracción de rayos X de una fibra de ADN, la famosa “Fotografía 51”, que revelaba de manera inconfundible la
estructura helicoidal de este polímero.
Los años posteriores, hasta su temprano fallecimiento (murió a consecuencia de un cáncer de ovario, se
supone que, como consecuencia de las repetidas exposiciones a la radiación en sus experimentos) se dedicó
al estudio de la cristalografía de virus sin sospechar que sus investigaciones sobre el ADN serían tan
importantes que llevarían a Wilkins, James Watson y Francis Crick a obtener el Premio Nobel de Fisiología y
Medicina en 1962. Sin embargo, ellos no hicieron ningún esfuerzo por reconocer las aportaciones de Rosalind.
Muchos años después y gracias a otros científicos y amigos, se ha sabido que una buena parte de los datos
sobre los que se basa la estructura molecular del ADN que describieron los premiados, provenían de las
investigaciones que desarrolló la científica durante sus años en el King’s College.
Una vez publicados sus hallazgos, decidieron continuar investigando por separado. Linda Buck se
trasladó al Instituto Médico Howard Hughes donde combinó la docencia con la investigación. Estudió
las sustancias químicas llamadas feromonas, que están asociadas con el apareamiento y otras
conductas de la escala animal.
Recibió el Premio Takasago (1992) por su trabajo sobre la lógica del olor y el premio Lewis S.
Rosenstiel por su investigación Médica Básica (1997). En el año 2004 obtuvo el Premio Nóbel de
Medicina, junto al científico Richard Axel por un trabajo sobre los receptores olfativos.
El equipo actual de Linda sigue estudiando en el Centro de Investigaciones del Cáncer, en el Instituto
Howard Hughes.
Artículo El Nobel, una cuestión de olfato