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Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes LOPNA 1998 y

LOPNNA 2007
En el año 1998, fue promulgada la Lopna, y ésta entró en vigencia el 01 de Abril del 2000.
La misma fue reformada y promulgada el 10 de Diciembre del 2007. La reforma,
contempló tres importantes materias: administrativa, sustantiva y adjetiva. Las dos
primeras entraron en vigencia con su promulgación y publicación, dejando a la reforma
procesal a comenzar su vigencia seis meses después de su publicación, siendo diferida a
su vez por el Tribunal Supremo de Justicia, mediante resolución motivada, dicha
resolución fue debidamente publicada.
De igual forma, quedó autorizado el TSJ, para diferir la vigencia de la reforma adjetiva en
aquellos circuitos judiciales donde no estaban dadas las condiciones mínimas
indispensables para su efectiva aplicación. Como en efecto, el TSJ, difirió la reforma
procesal, en las mayorías de las circunscripciones judiciales y es recientemente que ésta
entró en vigencia por completo. Todo se debió a la modernización y adecuación de las
sedes de los Tribunales de Protección.
REFORMA DE LA LOPNA A LOPNNA
Con el objeto de garantizarles a los niños, niñas y adolescentes en todo el territorio
nacional, el ejercicio y disfrute de sus derechos y garantías a través de la protección
integral del Estado, la sociedad y la familia, la Asamblea Nacional dictó la reforma parcial
de la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, publicada en la Gaceta
Oficial el 10 de diciembre de 2007.
La reforma se realizó para actualizar la ley conforme a la actual Constitución Nacional así
como todo lo relativo a la perspectiva del género masculino – femenino. En consecuencia,
la actual denominación de la ley es “Ley Orgánica para la protección de Niños, Niñas y
Adolescentes”
Consideraciones a la Reforma de la LOPNNA (2015)
En Gaceta Extraordinaria N° 6.185 de fecha 08 de junio del 2015 se publicó la reforma a
la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, siendo un aspecto a
destacar de esta nueva situación jurídica, la inadecuada consulta a la sociedad
venezolana significando un hecho que restringe sin duda el acceso de profesionales y
versados en la materia a la elaboración de leyes y normas que regulen el comportamiento
de los miembros de nuestra comunidad. Para el Comité de los Derechos del Niño de las
Naciones Unidas el tema fue analizado y se emitieron recomendaciones: “Es un tema
difícil y complejo que requiere el mayor consenso de la sociedad”.
La nueva reforma parcial incluye entre sus modificaciones más destacadas la
incorporación de manera activa de los Consejos Comunales al denominado “Sistema
Penal de Responsabilidad de los y las Adolescentes” con el que las comunas podrán
participar en “programas de prevención y medidas no privativas de libertad”, trayendo
consigo una serie de críticas al considerarse que el tema de la responsabilidad penal es
una competencia que no le corresponde a la sociedad y presentándose la duda que ahora
pesa sobre los Consejos Comunales y si éstos forman parte del Poder Público, pues se
les asignaron funciones en el sistema de administración de justicia para adolescentes,
donde vale enfatizar que sólo al Estado le corresponde la potestad sancionatoria.
Y en el caso de adolescentes en conflicto con la ley, dicha potestad debe ser
especializada. Tampoco se llega a definir el órgano rector del sistema, ya que ahora se
suman órganos, cuyas atribuciones no quedan claramente desarrolladas en la reforma.
Con la reforma del título quinto de la Ley Orgánica de Protección de Niñas, Niños y
Adolescentes (LOPNNA) que se refiere al sistema de responsabilidad penal, se incluye
una actualización en cuanto a las penas que se les imponen a los y las jóvenes que
incurren en delitos, donde las nuevas disposiciones en cuestión serán aplicadas a todas
las personas con edad comprendida entre 14 y menos de 18 años al momento de cometer
el hecho punible, y que aunque en el transcurso del proceso alcancen los 18 años o sean
mayores de esa edad cuando sean acusados. Mientras, cuando un niño sea menor de 14
años cuando se encuentre incurso en un hecho punible, sólo se le aplicarán medidas de
protección de acuerdo a lo previsto en la ley.
Se considera como un retroceso que con ello se incluyan como integrantes del sistema
penal de responsabilidad a órganos e instancias del sistema de protección. Sin llegar a
diferenciar y aclarar que son distintos y diferenciados. Recordando además que el gran
avance de la LOPNA de 1998 fue el separar a víctimas de victimarios.
Un sistema penal de responsabilidad que se ajuste a las normas y principios de la
Convención debe ser un sistema de características especiales con leyes, procedimientos,
autoridades e instituciones específicas, es decir, un sistema que distinga los conflictos
sociales de los conflictos con la ley.
La ley ahora ordena que de manera inmediata los jóvenes mayores de 12 años y menores
de 14 que infrinjan la ley, pasen a las órdenes de los consejos de protección descargando
sobre dichos órganos del sistema de protección la responsabilidad de iniciar y ordenar el
tratamiento para rehabilitación de los involucrados en hechos punibles.
LOPNNA 2007 y 2015 - Objeto y definición de Niño y Adolescente
Artículo 1°. Objeto. Esta Ley tiene por objeto garantizar a todos los niños y adolescentes,
que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y el disfrute pleno y efectivo de sus
derechos y garantías, a través de la protección integral que el Estado, la sociedad y la
familia deben brindarles desde el momento de su concepción.
Artículo 2° Definición de Niño y de Adolescente. Se entiende por niño toda persona
con menos de doce años de edad. Se entiende por adolescente toda persona con doce
años o más y menos de dieciocho años de edad. Si existieren dudas acerca de sí una
persona es niño o adolescente se le presumirá niño, hasta prueba en contrario, Si
existieren dudas acerca de sí una persona es adolescente o mayor de dieciocho años, se
le presumirá adolescente, hasta prueba en contrario.

LA DOCTRINA DE PROTECCIÓN INTEGRAL

El Sistema de Protección, contenido en el Título III, artículo 117 al 344 de la LOPNNA, es


la garantía a través del cual la ley pretende alcanzar su fin último. Sólo mediante
políticas, programas y acciones formuladas, coordinadas, supervisadas y
ejecutadas por los actores del Sistema, es que se logrará dar efectivo cumplimiento
a los derechos de niños y adolescentes.
Tales derechos, en un sistema político como el venezolano deben identificarse
únicamente con el ideal de justicia y en ninguna medida con un fin específico que se les
atribuya pues en este sentido estarían siendo instrumentalizados en función de la
obtención de dicho fin. Cuando los derechos fundamentales se orientan en función de un
fin específico, se corre el riesgo de que tales fines no sean, en un momento histórico y en
un sistema político determinado, los valores inherentes a la persona humana y la garantía
del respeto por sus derechos.
La construcción del Sistema de Protección obedeció a cinco criterios: integralidad,
eficacia, participación/articulación, descentralización y redistribución de las
funciones judiciales.
De conformidad con el artículo 78 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, se establece la creación del Sistema Rector Nacional para la Protección
Integral de los Niños, Niñas y Adolescentes, cuya autoridad rectora es competencia
del Poder Público Nacional a través del Ministerio al cual se le haya atribuido la
competencia en materia de protección integral de infancia y adolescencia; mientras
que sus servicios corresponden fundamentalmente al Poder Público Municipal, tal y
como se desprende del final de su artículo 78, en concordancia el numeral 5 de su
artículo 178.
El modelo de participación que afirman la Convención de los Derechos del Niño, la CRBV
y la LOPNNA es inequívoco en su intencionalidad y compromiso con un modelo de
organización social del Estado que no sólo acepta sino que requiere de una participación
ciudadana, consciente de sus derechos y deberes y definitivamente comprometida con el
logro de la convivencia democrática, entendida como vigencia plena de todos los
derechos humanos para toda la población, sin discriminación de ninguna índole.
Siguiendo el contenido del artículo 117 de la LOPNNA se podría entonces definir al
Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes
como el conjunto de órganos, entidades y servicios que formulan, coordinan,
integran, orientan, supervisan, evalúan y controlan las políticas, programas y
acciones de interés público a nivel nacional, estadal y municipal, destinadas a la
protección y atención de todos los niños, niñas y adolescentes, y establecen los
medios a través de los cuales se asegura el goce efectivo de los derechos y
garantías y el cumplimiento de los deberes establecidos en la LOPNNA.
Este sistema funciona a través de un conjunto articulado de acciones
intersectoriales de servicio público desarrolladas por órganos y entes del Estado y
por la sociedad organizada.

El Sistema de Protección del Niño y del Adolescente cuenta con dos categorías de
órganos: jurisdiccionales y administrativos. Éstos, a su vez, son de dos clases, de
acuerdo a la naturaleza de los derechos que deben garantizar: difusos y colectivos
o individuales. En tal sentido, se concibe los Consejos de Derechos —órganos
administrativos para la protección de derechos difusos y colectivos- y los Consejos
de Protección órganos administrativos para la protección de derechos individuales.
No obstante ello, la Carta Magna también crea nuevas instituciones del Poder
Público, como la Defensoría del Pueblo y el Servicio Autónomo de la Defensa
Pública, y contempla un conjunto de principios y regulaciones novedosos en las
instituciones familiares, en materia procesal y sobre la organización del Sistema de
Justicia, que no están previstos en la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente de 1998, y en la reforma de la misma en el año 2007, inmiscuyendo no
solo a la sociedad y a la familia, sino también por supuesto al Estado, y como
muestra ahora integra a todos los Poderes Públicos en la protección integral de los
niños, niñas y adolescentes.

Principios del Sistema Rector Nacional de Protección


Este nuevo modelo refiere un conjunto de instrumentos jurídicos internacionales que
constituyen su marco referencial (LOPNA, 2000) a partir de los cuales es imperativo
“construir un nuevo derecho para niños y adolescentes, propiciar un cambio en las
instituciones sociales a fin de activar ese derecho y pasar del reproche individual
de la situación del niño a una consideración estructural del problema” (LOPNA,
2000, pi). Este nuevo derecho por construir, elaborado en base al respeto de la
persona humana, debe orientarse en base “a una serie de principios rectores que
constituyen sus pilares fundamentales, a saber: el niño y el adolescente como
sujetos de derechos, el interés superior del niño, la prioridad absoluta, la
participación y el rol fundamental de la familia en la garantía de los niños y
adolescentes”(LOPNA, 2000, p.5).
Los principios del sistema de protección son los mismos que sustentan la ley ya
mencionados. La CRBV y la LOPNA, desarrollan una categoría especialmente
relevante: el concepto de la Corresponsabilidad Familia — Estado — Sociedad en la
garantía de cumplimiento de todos los derechos humanos de la infancia, y este
precepto fundamental promueve una concepción éticamente distinta, novedosa, en
materia de promoción del derecho humano.

Es así como adquiere realce el interés superior del niño, niña y adolescente, que consiste
en que todas aquellas medidas que se tomen en relación con la niñez, se les debe
considerar su opinión, así como equilibrar sus derechos y deberes.
En cuanto al rol fundamental de la familia, en cualquier circunstancia para el desarrollo
integral del niño y del adolescente, se debe tomar en cuenta en primer lugar a la familia
nuclear, es decir, padre, madre e hijos, por ser la más inmediata fuente de amor y
protección; luego la familia extendida, formada por los parientes más cercanos: tíos,
abuelos, primos, allegados. Solamente en situaciones excepcionales se buscarán o
tomarán medidas de otra índole que implique sacar al menor de edad del entorno familiar
de origen.
La prioridad absoluta, significa que antes que nada es prioritaria la atención del niño, niña
y adolescente. Se les debe brindar atención y ayuda en cualquier circunstancia.
Participación de la sociedad, quiere decir, que los ciudadanos tienen el deber de velar por
el cumplimiento de la LOPNNA. También, tienen el derecho de participar activa y
directamente en la definición, ejecución y control de las políticas de protección para los
niños, niñas y adolescentes establecidas en la LOPNNA.

En otras palabras la Doctrina de la Protección Integral (DPI): se apoya en seis


instrumentos jurídicos de carácter internacional que abordan la materia y cuyo contenido
es menester tener presente a fin de construir un nuevo derecho de niños y adolescentes
basado en los derechos reconocidos en tales instrumentos. Así mismo, la DPI acogida en
el modelo legislativo venezolano se formuló sobre la base de cinco principios
fundamentales que guardan perfecta armonía con los principios contenidos en la
normativa internacional.
Órganos administrativos de protección integral
Órgano Rector
El Ministerio del Poder Popular al cual se le haya atribuido la competencia en materia de
protección integral de niños, niñas y adolescentes es el órgano rector del Sistema Rector
Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes, siendo sus
atribuciones las siguientes (Artículo 133 LOPNNA):

El Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes


Establece el artículo 134 de la LOPNNA que el Consejo Nacional de Derechos de Niños,
Niñas y Adolescentes es un instituto autónomo con personalidad jurídica y patrimonio
propio, adscrito al Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de protección
integral de niños, niñas y adolescentes, el cual tiene como finalidad garantizar los
derechos colectivos y difusos de los niños, niñas y adolescentes. Como ente de gestión
del Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes
ejerce funciones deliberativas, contraloras y consultivas. Las
decisiones adoptadas por el Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes son actos administrativos que agotan la vía administrativa. Sus actos
administrativos de efectos generales deberán ser divulgados en un medio oficial de
publicación.

Consejos Municipales de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes


En la reforma de la LOPNA se suprimen los Consejos Estadales de Derechos de
Niños, Niñas y Adolescentes, con la finalidad de fortalecer al Poder Público
Municipal como el nivel político territorial con mayores responsabilidades en
materia de servicios de protección integral de la infancia y adolescencia, en
perfecta armonía con el ordinal 5 del artículo 178 de la Carta Magna.

Los Consejos Municipales de Derechos del Niño y del Adolescente son órganos
administrativos del Sistema de Protección previstos en la Ley Orgánica para la Protección
del Niño y del Adolescente (LOPNA), conformados por una representación paritaria de
Consejeros del sector público y de la sociedad, quienes integran un cuerpo colegiado
cuya responsabilidad fundamental es la de ser, en el ámbito municipal en el que actúan,
garantes del cumplimiento de los derechos difusos y colectivos de niños, niñas y
adolescentes. El Consejo Municipal de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes tiene
una junta directiva, integrada por el presidente o presidenta del Consejo, cuatro
representantes del alcalde o alcaldesa y tres representantes elegidos o elegidas por los
consejos comunales, con lo cual se toma en cuenta la inclusión de los particulares en los
cargos públicos administrativos de protección de la niñez y adolescencia.

Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes


Los Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes son los órganos
administrativos que, en cada municipio y por mandato de la sociedad, se encargan
de asegurar la protección en caso de amenaza o violación de los derechos y
garantías de uno o varios niños, niñas o adolescentes, individualmente
considerados. Estos Consejos son permanentes y tendrán autonomía en el ejercicio
de las atribuciones previstas en la ley y demás normas del ordenamiento jurídico
(Artículo 158 de la LOPNNA).
Así pues, el artículo 159 eiusdem determina que las personas que integran los
Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes tienen el carácter de
funcionarios públicos de carrera de las respectivas alcaldías, y se rigen por lo
establecido en la LOPNNA y, en todo lo no previsto en ella, por la Ley del Estatuto
de la Función Pública.
En los casos de violación de derechos individuales de niños y adolescentes, la
LOPNNA, acogiéndose al criterio de la redefinición de funciones judiciales
distingue claramente dos órganos de protección: el Tribunal de Protección del Niño
y del Adolescente —órgano jurisdiccional- y los Consejos de Protección (C.P.) —
órgano administrativo-. El primero es competente para dirimir conflictos de carácter
no penal, que podrían producir alteraciones sustanciales o permanentes en la
condición jurídica del niño, como por ejemplo la adopción, tutela, patria potestad,
cuestiones patrimoniales; y los segundos, conflictos sociales, que amenacen o
violen derechos de niños y adolescentes individualmente considerados.

Así pues, los Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes forman parte
de la estructura administrativa y presupuestaria de las respectivas alcaldías, pero
adoptando con plena autonomía las decisiones relativas al ejercicio de sus
atribuciones, con fundamento en su conciencia, la justicia y la ley.

Defensoría del Pueblo


La Defensoría del Pueblo debe contar con defensores especiales para la protección de
niños, niñas y adolescentes en las Defensorías del Pueblo delegadas en cada estado y
municipio del territorio nacional y en el Distrito Capital (artículo 169-A de la LOPNNA).
Es importante destacar y diferenciar que en la LOPNNA se aprecian las defensorías
del pueblo especializadas en materia de la niñez y adolescencia, que están
adscritas a la Defensoría del Pueblo, y aparte se encuentran las Defensorías de
Niños, Niñas y Adolescentes adscritas a las alcaldías y por otro lado está el
Servicio Autónomo de la Defensa Pública, que cuenta con defensores especiales
para la protección de niños, niñas y adolescentes en cada localidad donde se
constituya un Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
A pesar que la LOPNNA cuando desarrolla los puntos relativos a la Defensoría del
Pueblo, las incluye en el Capítulo VI, del Título III, junto con los Órganos Judiciales de
Protección, Ministerio Público, y Servicio Autónomo de la Defensa Pública, las funciones
de la Defensoría del Pueblo son de carácter administrativo, pues inclusive como en
el caso de los consejeros de protección, no se requiere ser abogado para ser
Defensor del Pueblo (Art. 19 y 35 de la Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo). Esto
quiere decir que si la Defensoría del Pueblo pretende intentar alguna pretensión de
las que le es atribuida por la misma LOPNNA ante los órganos jurisdiccionales,
tiene que ser a través de su representante judicial, mediante poder o asistencia
judicial; pues no puede un defensor del pueblo que no sea abogado (sin tener el ius
postulandi), introducir una pretensión ante un órgano jurisdiccional sin la debida
representación de abogado; e inclusive en caso de que fuera abogado, tiene que
habérsele otorgado la facultad mediante poder por la Defensoría del Pueblo, para
intentar la respectiva demanda.

Defensorías de Niños, Niñas y Adolescentes


De conformidad con el artículo 201 de la LOPNNA, la Defensoría de Niños, Niñas y
Adolescentes es un servicio de interés público que en cada municipio debe ser
organizado por la alcaldía y, de acuerdo con su población, deberá contar con más
de una Defensoría. Así mismo, las Defensorías de Niños, Niñas y Adolescentes pueden
ser organizadas por la sociedad, a saber: consejos comunales, comité de
protección, asociaciones, fundaciones, organizaciones sociales o por cualquier otra
forma de participación ciudadana. El Estado deberá adoptar las medidas necesarias
para fortalecer las Defensorías de Niños, Niñas y Adolescentes creadas por la sociedad.
Las Defensorías de Niños, Niñas y Adolescentes tienen como objeto promover y
defender los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes. Cada
Defensoría tiene un responsable a los efectos de la LOPNNA.

Ámbito judicial
Ministerio Público
Según lo establece el artículo 169 de la LOPNNA, el Ministerio Público deberá contar
con fiscales especiales para la protección de niños, niñas y adolescentes en cada
localidad donde se constituya un Tribunal de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes. Así pues, establece el deber de crearse fiscales especiales de
protección de niños, niñas y adolescentes exclusivamente para el - ejercicio de la
atribución prevista en el literal c) del artículo 170 de la LOPNNA, los cuales deberán
ser distintos a aquellos con competencia en materia penal ordinaria.
La falta de intervención del Ministerio Público en los juicios en que la ley la requiera
expresamente, implica la nulidad de éstos (artículo 172 de la LOPNNA).
Atribuciones del Ministerio Público

Servicio autónomo de la Defensa Pública


El artículo 169-B de la LOPNNA especifica que el Servicio Autónomo de la Defensa
Pública debe contar con defensores especiales para la protección de niños, niñas y
adolescentes en cada localidad donde se constituya un Tribunal de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes.
En ejercicio de su representación, los defensores públicos especiales para la
protección de niños, niñas y adolescentes no pueden convenir en la demanda, desistir,
transigir, comprometer en árbitros, solicitar la decisión según la equidad, hacer
posturas en remates, recibir cantidades de dinero y disponer del derecho en litigio.
En estos casos sólo podrán actuar mediante asistencia de las partes.
Es muy importante el párrafo anterior, pues de la lectura se puede extraer que en los
casos fuera de los indicados, los defensores públicos especiales para la protección de
niños, niñas y adolescentes, adquieren entonces una representación judicial para
actuar en el juicio e impulsarlo sin necesidad de la presencia de la parte, pero no
tienen las facultades expresadas antes descritas, que determina el artículo 154 del
Código de Procedimiento Civil.

Órganos jurisdiccionales
Corresponde a los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes y a la
Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, el ejercicio de la
jurisdicción para la resolución de los asuntos sometidos a su decisión, conforme
con lo establecido en este Título, las leyes de organización judicial y la reglamentación
interna. (Artículo 173 LOPNNA). Los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes tendrán sede en Caracas y en cada capital de estado, además de las
localidades que determine la Dirección Ejecutiva de la Magistratura (Art. 174 LOPNNA).
La reforma de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente establece la
organización de los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes en circuitos
judiciales, previendo la posibilidad de crear más de un circuito judicial en una ciudad,
dependiendo de las necesidades del servicio de justicia. Estos tribunales estarán
constituidos en primera instancia por jueces de mediación y sustanciación y jueces
de juicio, en segunda instancia por jueces superiores y, se contempla de forma
expresa que, los recursos de casación, de control de la legalidad y de interpretación
serán conocidos por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia.La
Dirección Ejecutiva de la Magistratura podrá determinar en cada circuito judicial, según las
necesidades del servicio, si la ejecución corresponde a los jueces de mediación y
sustanciación, a los jueces de juicio o, si es necesario crear jueces de ejecución en
materia de protección de niños, niñas y adolescentes. Así mismo, se contempla que podrá
separar la competencia de mediación y de sustanciación, atribuyendo a jueces y juezas
de primera instancia del circuito judicial cada una de estas atribuciones.

PRINCIPIOS EN EL CUAL SE FUNDAMENTA

1. IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN
Este principio es considerado pilar fundamental de los Derechos Humanos. Su
fundamento se encuentra en el artículo 2 de la Convención sobre los Derechos del Niño.
En cuanto a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el principio de
igualdad está presente en el artículo 2, donde es uno de los valores de su ordenamiento
jurídico en la actuación de los derechos humanos, así como en su artículo 21.
La Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, en su artículo 3,
centra el reconocimiento de la igualdad de derechos de todos los niños y niñas en
la protección igual que todos merecen por su condición, así como en la superación
de la intervención selectiva sobre familias e individuos bajo determinado tipo de
circunstancias. De ahí que la igualdad y la no discriminación se erijan como principios
fundamentales en todas las consideraciones jurídicas que se desprenden del nuevo
marco, y que deban ser una consideración central, destinado al desarrollo de políticas
igualitarias en el ámbito público y privado, que garanticen el respeto de los
derechos humanos de los niños. En consecuencia, no debe haber distinción para
negar o conceder derechos, utilizándose como fundamento la condición social, el
sexo, la religión o la edad (igualándose así los derechos de los niños al de los
adultos). Este principio, se proyecta más allá de la propia condición del niño, al
prohibir no sólo la discriminación en razón de las condiciones inherentes a la
propia persona (niño, niña o adolescente), sino que además se amplía para evitar (y
prohibir) la discriminación en razón de alguna condición de sus padres o
representantes legales, como por ejemplo, el caso de niños cuyos padres sean de
etnia diferente a los demás, o de nacionalidad extranjera, respecto al país en donde
nace el niño.

2. INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO


Este principio tiene su origen en el Derecho Privado, donde ha sido tradicionalmente
aplicado para la solución de conflictos de interés entre un niño y otra u otras personas,
tanto en el ámbito de familia como en los ámbitos administrativo y judicial.
La Declaración sobre los Derechos del Niño de 1959, incorporó el interés superior
como “consideración fundamental” en cuanto a la “promulgación de leyes”
destinadas a la protección y bienestar de la niñez. La Convención amplía su
alcance, estableciendo que debe ser la “consideración primordial” no sólo en la
legislación, sino también en todas las medidas concernientes a los niños que
tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas.
El Interés Superior del Niño se encuentra consagrado en el artículo 3 de la Convención
sobre los Derechos del Niño.
Éste es uno de los Principios en los cuales se fundamenta la Doctrina de Protección
Integral desarrollada en la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual fue ratificada
por Venezuela y que además está consagrada constitucionalmente en su artículo 78 y en
la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y del Adolescente (LOPNNA) en su
artículo 8.
LOS DEBERES EN EL INTERÉS SUPERIOR DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
Ahora bien, el Interés Superior del Niño y del Adolescente no sólo conlleva su desarrollo
integral, físico, espiritual y material, sino que también comprende el cumplimiento de
deberes, de tal manera que cuando el adolescente se incorpore a la vida social, política y
económica del país, tenga ya conciencia de que sus derechos terminan donde comienzan
los de los otros ciudadanos de la Nación.

Con ello, según Nelly del Valle Mata, ha quedado plenamente establecido que el ejercicio
de la ciudadanía, que no es más que la consecución del desarrollo integral del
adolescente y, en definitiva, el desarrollo de sus capacidades, se logrará no sólo con el
reconocimiento, preservación, defensa y el ejercicio pleno de sus derechos, sino
que también habrá de alcanzarse con la asunción de las obligaciones que le
conciernen.
Lo antes señalado, indica a las claras que el ejercicio de los derechos por parte del
adolescente no es ilimitado, sino que frente a ellos están los derechos de otras
personas, los cuales deben y tienen que ser respetados y ello ocurre en íntima conexión
con los deberes que está obligado a asumir. Así pues, el ejercicio de derechos, lleva
implícito la asunción de la obligación de respetar los derechos y garantías de otras
personas.
3. PRIORIDAD ABSOLUTA
El artículo 4 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece este principio.
Por su parte, la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, da
contenido expreso a este fundamental Principio doctrinario; en efecto el artículo 7 de la
misma.
Este Principio también exige la consideración prioritaria de los Derechos, Garantías
e Intereses de los niños, niñas y adolescentes en el desarrollo de las Políticas
Públicas y Privadas.
En este sentido, la Prioridad Absoluta rige la toma de decisiones públicas a favor de
la población de niños, niñas y adolescentes como mandato de la Convención, a fin
de asegurar la efectividad de las acciones del sector público y privado y con ello los
derechos personales y sociales de los mismos.
La Prioridad Absoluta es un Principio cuya finalidad es asegurar la efectividad de los
Derechos y Garantías de los niñas, niñas y adolescentes, por lo que su naturaleza jurídica
corresponde al de una garantía, debiéndose incluir dentro de los llamados “Principios
Garantistas”. Su objetivo es simple, hacer realidad aquello de que “los niños están
primero” a través de una obligación de carácter jurídico.” (Cornielles, 2000).
A diferencia del principio del Interés Superior del Niño, la Prioridad Absoluta no se
orienta al ejercicio de los Derechos per se, sino a la toma de decisiones efectivas y
a las consecuentes acciones a favor de la niñez y la adolescencia. Este principio
está orientado a los decisores y a quienes intervienen y actúan de forma directa o
indirecta con los niños, niñas y adolescentes.

4. CORRESPONSABILIDAD DE LA FAMILIA, LA SOCIEDAD Y EL ESTADO


Este principio, que emana de los alcances de los artículos 4 y 5 de la Convención sobre
Derechos del Niño, tiene su expresión plena en el texto constitucional venezolano, el cual
en el capítulo de los Derechos Sociales y las Familias expresa en su artículo 78.
El Principio de Corresponsabilidad se encontraba disgregado en la Ley Orgánica
para la Protección del Niño y del Adolescente, en los artículos 4, 5 y 6, relativos a
las obligaciones del Estado y la Familia y a la participación de la Sociedad. Sin
embargo, en la reforma del 2007, se incorporó el artículo 4-A, el cual expresa esta
responsabilidad compartida en los mismos términos constitucionales.
El Estado debe tomar las decisiones públicas necesarias para garantizar los derechos de
todos los niños, las niñas y adolescentes, así como de proveer los medios para que las
familias cumplan con el deber de procurar el bienestar de sus integrantes, especialmente
el de los hijos y las hijas.
No obstante, toda la responsabilidad no recae sólo en el Estado, pues la sociedad en
general debe participar en la protección de los niños, niñas y adolescentes, como
consecuencia de la solidaridad y ética. Para ello, se hace necesario que el Estado
permita y favorezca fórmulas que viabilicen la participación social con el fin de
procurar el Bien Común. La importancia de la participación de la sociedad en los
fines de protección social, está reconocida en la Constitución venezolana, ya que
su artículo 2 presenta como valor superior y fundamental del Estado la
responsabilidad social, y en el artículo 62 se consagra el derecho a la participación
ciudadana en los asuntos públicos.
En este orden de ideas, se podría afirmar que no basta con la actuación responsable del
Estado y de la sociedad, pues no hay que dejar a un lado a la familia, que a través de la
cultura familiar dará las primeras enseñanzas de todo individuo y que son un pilar
fundamental en el desarrollo integral (físico y psicológico) de las personas
Esa es la trilogía en la que la familia ejerce un rol protagónico como el agente
primero en la socialización de los niños y niñas y como el espacio fundamental para
el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, de conformidad con lo
estipulado en el artículo 75 de nuestra Carta Magna. Asimismo, el artículo 5 de la
LOPNNA resalta ese papel asignándoles las características de su responsabilidad
como prioritaria, inmediata e indeclinable.
Por tanto, se forma otro principio, el del ROL FUNDAMENTAL DE LA FAMILIA (5) ,
reforzado además por los artículos 25, 26 y 27 de la LOPNNA y el preámbulo de la
Convención, así como en los artículos 75 y 78 de la CRBV donde se menciona el
papel primordial de la familia como base en la formación y desarrollo de la niñez y
la adolescencia.

6. PRINCIPIO DE GRATUIDAD
La gratuidad es un principio que hace posible la universalidad de los servicios, programas
y procedimientos administrativos y judiciales a todos los niños, niñas y adolescentes,
establecido en el articulo 9 de LOPNNA. Esto quiere decir que los funcionarios
administrativos y judiciales, y las autoridades públicas que en cualquier forma
intervengan en tales asuntos, los despacharán con toda preferencia (principio de
prioridad absoluta) y no podrán cobrar emolumento ni derecho alguno, ni aceptar
remuneración; lo cual abarca inclusive todas las actuaciones y las demandas
originadas por la competencia jurisdiccional en materia de niñez y adolescencia,
como es el caso de los emolumentos para las citaciones en cualquier demanda a
las que se refiere la LOPNNA.
Es necesario resaltar que el artículo 21 de la LOPNNA fue reformado en lo que respecta a
la Gratuidad en el Registro del Estado Civil, cuando hace referencia expresa que todas
las expediciones de actas de nacimiento serán gratuitas, no sólo la primera expedición,
señalando a su vez que las mismas no tendrán fechas de vencimiento.
Por último, considerando lo expuesto anteriormente y visto el carácter imperativo de las
normas, se puede concluir:
• Los usuarios o justiciables no deben cancelar un monto por obtener un acta certificada
de nacimiento de un niño, niña o adolescente.
• No deben sufragar los gastos de traslado al alguacil para que haga efectiva la
notificación del demandado.
• En general, los funcionarios públicos en sedes administrativas o judiciales, así como
cualquier autoridad pública, no podrán cobrar emolumentos ni derecho alguno, ni aceptar
remuneración en ningún caso donde se ventile algún interés de los niños, niñas y
adolescentes, lo cual abarca entre otros a los registradores y notarios.

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