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HISTORIA CLINICA.

ELEMENTOS RELEVANTES
Índice de contenido
1. Definición, asientos obligatorios, características, formalismo......................................................1

DEFINICIÓN............................................................................................................................................ 1

HISTORIA CLINICA Y LA LEY DE SALUD MENTAL............................................................................5

CARACTERISTICAS................................................................................................................................ 6

1. INTEGRIDAD................................................................................................................................. 7

2. UNICIDAD..................................................................................................................................... 7

3. INVIOLABILIDAD......................................................................................................................... 8

4. TITULARIDAD............................................................................................................................... 9

2. Responsabilidad profesional y régimen sancionatorio.................................................................10

3. Riesgo cierto e inminente, peligrosidad e inimputabilidad..........................................................14

Fallo Arriola.......................................................................................................................................... 14

Cambio de paradigma: peligrosidad vs. riesgo cierto e inminente............................................15

4 Internaciones voluntarias e involuntarias......................................................................................... 19

Pautas comunes.................................................................................................................................. 19

Internaciones Voluntarias................................................................................................................. 21

Internaciones Involuntarias.............................................................................................................. 22
1. Definición, asientos obligatorios, características,
formalismo.
Entre los documentos sanitarios que surgen durante el transcurso de la relación
médico-paciente, existe uno en particular que por su especial importancia y por ser
fundamental en la protección de los derechos reconocidos a los pacientes,
requería inexorablemente una regulación uniforme y unívoca –de orden público-
con aplicación en todo el territorio de la Nación. El instrumento al cual hacemos
mención no es otro que la Historia Clínica.

DEFINICIÓN
La Ley la define como el documento:

 Obligatorio

 Cronológico

 Foliado y

 Completo, en el que conste toda actuación realizada al paciente por


profesionales y auxiliares de la salud.
Por eso es importante saber quiénes tienen acceso a la misma:
En este sentido establece el Decreto Reglamentario Nº 1089/12, que los
profesionales del establecimiento que realizan la asistencia al paciente y participan
de su diagnóstico y tratamiento deben tener acceso a su historia clínica como
instrumento fundamental para su adecuada asistencia. A estos fines, cada centro
debe arbitrar los recaudos para permitir su acceso. Es decir, en las historias
clínicas múltiples, en las que intervienen profesionales de distintas disciplinas y
diversos auxiliares de la salud, como sucede habitualmente en los hospitales o
sanatorios, TODOS deben dejar constancia de su actuación profesional o
actividad.
TODOS LOS PROFESIONALES Y AUXILIARES DE LA SALUD INTERVIENEN
EN LA HISTORIA CLINICA.
LA HISTORIA CLINICA DEBE SER COMPLETA E INTEGRA
Asimismo, el personal sanitario debidamente acreditado que ejerza funciones de
planificación, acreditación, inspección, y evaluación, tiene derecho de acceso a las
historias clínicas en el cumplimiento de sus funciones para la comprobación de la
calidad asistencial o cualquier otra obligación del establecimiento asistencial, en
relación con los pacientes y usuarios o de la propia administración. Dicho personal
que accede a estos datos, en ejercicio de sus funciones, queda sujeto al deber de
secreto y confidencialidad.
Los profesionales sanitarios que desarrollen su actividad de manera individual
también son responsables de la gestión y custodia de la documentación asistencial
que generen

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En consecuencia, se establece en el art. 12 del citado decreto que a excepción de
los casos de la historia clínica informatizada, los asientos de la historia clínica
escrita deben ser:
- suscriptos de puño y letra por quien los redacta, para identificar quién es
responsable del mismo,
- con el sello respectivo o aclaración de sus datos personales
- aclaración de la función,
- dejar constancia por escrito, de todos los procesos asistenciales indicados
y recibidos, aceptados o rechazados, todos los datos actualizados del
estado de salud del paciente, para garantizarle una asistencia adecuada.
Antes de sumergirnos en las formalidades de la ley, resulta menester aclarar que,
dentro del contexto médico-legal y deontológico del ejercicio de las profesiones
sanitarias, la HC adquiere su máxima dimensión en el mundo jurídico porque es el
documento donde se refleja no sólo la práctica médica o acto médico, sino también
el cumplimiento de algunos de los principales deberes del profesional respecto del
paciente: deber de asistencia, deber de informar, deber de respetar la autonomía
de la voluntad, deber de fundamentar las internaciones, deber de informar la
problemática social del paciente (es decir, cumplir y hacer cumplir los derechos a
los que aludimos en la Unidad 1), convirtiéndose en la prueba documental que
evalúa el nivel de calidad asistencial en circunstancias de reclamos por
responsabilidad profesional.
Y el tema tiene íntima relación con la FINALIDAD de la historia clínica, que si bien
la principal es asistencial, existen otros aspectos extraasistenciales de la HC, no
menos importantes:

 Docencia e Investigación

 Evaluación de la calidad asistencial (auditorías)

 Administrativa, en cuanto elemento fundamental para el control y gestión


de los servicios médicos (estadísticas)

 Médico-legal:

 Es la prueba material principal en los casos de responsabilidad médica

 Es testimonio documental de ratificación y veracidad de declaraciones


sobre actos clínicos y conducta profesional

 Es instrumento de dictamen pericial

Con el siguiente cuadro pretendemos graficar que las distintas finalidades de la


historia clínica se interrelacionan entre sí, potenciándose unas a otras en una
única historia clínica

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La HC es un registro de datos médicos sobre el diagnóstico, terapia y evolución
del paciente y al ser, entonces, un banco de datos, debe consignarse toda la
información relativa al paciente.
Mantener actualizada y fidedigna la información que se vuelca en la HC, elaborarla
con precisión, corrección y el mayor grado de detalle posible, brinda al profesional
la posibilidad de certeza ante el transcurso del tiempo, con independencia del
número de pacientes que asista, brinda la posibilidad de certeza del diagnóstico y
tratamiento: puede defenderse un error, una diferencia de criterios, nunca puede
defenderse la duda, la sospecha de falta de compromiso con el paciente, la
omisión, la desidia.
De ahí que la HC debe ser:

 Completa

 Clara

 Cierta

 Precisa y explicativa

 Formalizada en tiempo y lugar

 Sin abreviaturas

 Salvando enmiendas y raspaduras

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 Con la debida firma en cada caso, sin perjuicio de la firma y aclaración que
se debe insertar al finalizar cada evolución
Por otro lado, es deber de las Jefaturas de cada institución arbitrar los medios e
impartir las órdenes necesarias, así como controlar su cumplimiento.
Por eso mismo, es imprescindible cumplir con los ASIENTOS OBLIGATORIOS
según establece la ley (los detallamos a continuación) y además TODOS LOS
ASIENTOS E INTERVENCIONES DEBEN TENER FECHA, FIRMA Y SELLOS
ACLARATORIOS.
1. Fecha de inicio de su confección
2. Datos identificatorios del paciente y su grupo familiar
3. Datos identificatorios del profesional y/o equipo interdisciplinario y sus
especialidades
4. Registros claros y precisos de los actos realizados, aún de los auxiliares
intervinientes
5. Antecedentes genéticos, fisiológicos y patológicos si los hubiere
6. TODO ACTO MEDICO REALIZADO O INDICADO, SEA QUE SE TRATE DE
PRESCRIPCIÓN Y SUMINISTRO DE MEDICAMENTOS, REALIZACIÓN DE
TRATAMIENTOS, PRÁCTICAS, ESTUDIOS PRINCIPALES Y
COMPLEMENTARIOS AFINES CON EL DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO Y, EN
CASO DE CERTEZA, CONSTANCIAS DE INTERVENCIÓN DE ESPECIALISTAS,
DIAGNÓSTICO, PRONOSTICO, PROCEDIMIENTO, EVOLUCIÓN Y TODA OTRA
ACTIVIDAD INHERENTE, EN ESPECIAL INGRESOS Y ALTAS MÉDICAS.
Dichos registros deben realizarse sobre las nomenclaturas y modelos universales
adoptados por la OMS.
En el mismo sentido, el art. 15 decreto reglamentario establece que en la historia
clínica deberán constar fehacientemente, además de lo exigido por la Ley n.º
26.529, modificada por la Ley nº 26.742,
1. Nombre y apellido del paciente
2. Número de documento nacional de identidad, pasaporte o cédula
3. Sexo
4. Edad
5. Teléfono
6. Dirección
7. Y aquellos antecedentes sociales y/u otros que se consideren importantes para
su tratamiento.

Asimismo:

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 Todas las actuaciones de los profesionales y auxiliares de la salud deberán
contener la fecha y la hora de la actuación, que deberá ser asentada
inmediatamente a que la misma se hubiera realizado.

 Todos los asientos serán incorporados en letra clara y con una redacción
comprensible.

 Con esa finalidad, la Historia Clínica no deberá tener tachaduras, ni se


podrá escribir sobre lo ya escrito. No se podrá borrar y escribir sobre lo
quitado.

 Se debe evitar dejar espacios en blanco y ante una equivocación deberá


escribirse “ERROR” y hacer la aclaración pertinente en el espacio
subsiguiente.

 No se deberá incluir texto interlineado.

 Se debe evitar la utilización de abreviaturas o, en su caso, aclarar el


significado de las abreviaturas empleadas.

HISTORIA CLINICA Y LA LEY DE SALUD MENTAL


La historia clínica de salud mental adquiere una importancia radical, no sólo por su
importancia legal para el profesional y el paciente, sino porque también se
convierte en un documento valioso e imprescindible en la temática de ingresos y
altas y/o externaciones por la importancia que adquiere en la Ley de Protección de
Salud Mental n.º 26.657, la temática de INTERNACIONES VOLUNTARIAS E
INVOLUNTARIAS.
Es necesaria su identificación en la HC,
1. Si la internación es con consentimiento (voluntaria) IMPRESCINDIBLE
AGREGAR EL CONSENTIMIENTO INFORMADO.
2. Si la internación voluntaria se prolonga más de 60 días corridos, la
comunicación al órgano de revisión y al juez.
3. Si la internación fuera involuntaria, el detalle circunstanciado de la situación de
riesgo cierto e inminente para sí o para terceros. En este caso, además, debe
hacerse constar:

 Dictamen profesional del servicio asistencial con al menos dos firmas de


profesionales de distintas disciplinas

 Constancia de ausencia de otra alternativa terapéutica

 Informe acerca de las instancias previas si las hubiere

4. Constancia de la notificación al juez de la internación involuntaria


5. Constancia de alta, externación o permiso de salida
6. Constancia que la internación involuntaria se convierte en voluntaria

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7. Constancia de abandono de tratamientos o externación voluntaria, indicando las
conductas terapéuticas que el equipo interdisciplinario llevó a cabo para tratar de
neutralizar el abandono.
TODO ELLO EN ESTRICTO ORDEN CRONOLÓGICO Y FOLIADO
A su vez, el Decreto reglamentario de la Ley de Protección de la Salud Mental n.º
603/13, del 28 de mayo de este año, cita casos puntuales en los que se refiere a la
obligación de constancia en la HC:
1. Al momento de la internación, debe entregarse al paciente copia del art. 7º de la
Ley, y dejar constancia en la HC.
2. Todo paciente con plena capacidad o sus representantes, podrán consentir o
rechazar determinados tratamientos y aún revocar su decisión. Dichas decisiones
deberán asentarse en la HC.
3. La exposición con fines académicos requiere el consentimiento del paciente y
debe ser agregado a la HC.
4. Si el consentimiento informado ha sido brindado utilizando medios o tecnologías
especiales, deberá dejarse constancia de ello en la HC, así como la certeza del
entendimiento por parte del paciente.
5. Cuando una persona estuviere en condiciones de alta y presentara problemas
sociales o de vivienda, se dejará constancia en la HC y se informará a la autoridad
de aplicación.
6. Las evaluaciones diagnósticas forman parte de la HC.
7. Deberá consignarse en la HC los datos referidos al grupo familiar o de
pertenencia, o las acciones realizadas para su identificación.
8. En caso internación de menores o incapaces, se deberá recabar su opinión y
dejar constancia de ello en la HC.
9. Si existieran impedimentos sobre el ofrecimiento de alternativas terapéuticas o
la suscripción del consentimiento, deberá dejarse constancia con informe fundado.

CARACTERISTICAS
Establece la Ley de Protección del Paciente que la HC tiene las siguientes
características:

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UNICIDAD
INTEGRIDAD

HISTORIA
CLINICA

INVIOLABILIDAD
TITULARIDAD

1. INTEGRIDAD
Forman parte de ella:

 los consentimientos informados

 las hojas de indicaciones médicas

 las planillas de enfermería

 las prescripciones dietarias

 los estudios y prácticas realizadas, rechazadas o abandonadas


 breve sumario de agregados o desgloses

2. UNICIDAD
La historia clínica es una sola dentro del establecimiento y con clave uniforme o
numeración que debe ser comunicada al paciente.

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3. INVIOLABILIDAD
La institución se convierte en depositaria de la HC debiendo resguardar el ingreso
a los datos o a adulteración de los mismos, durante 10 años desde la última
intervención.
Cada establecimiento asistencial debe archivar las historias clínicas de sus
pacientes, y la documentación adjunta, cualquiera sea el soporte en el que conste,
para garantizar su seguridad, correcta conservación y recuperación de la
información.
Una vez vencido el plazo de DIEZ (10) años previsto en el artículo 18 de la Ley n.º
26.529 modificada por la Ley n.º 26.742, el depositario podrá proceder a:
a) Entregar la Historia Clínica al paciente
b) Llegar a un acuerdo con el paciente para continuar con el depósito de la historia
clínica, fijando la condición del mismo
c) Su informatización, microfilmación u otro mecanismo idóneo para resguardar la
información allí contenida
No obstante, si transcurridos los DIEZ (10) años, el paciente no expresara interés
en disponer del original de su historia Clínica, podrá ser destruida toda constancia
de ella. Los efectores de salud deberán comunicar a los pacientes que la Historia
Clínica está a su disposición al menos SEIS (6) meses antes del vencimiento de
este plazo, por un medio fehaciente al último domicilio que hubiere denunciado.
Mientras se mantenga en custodia la Historia Clínica, se permitirá el acceso a la
misma, por parte de los profesionales de la salud en los siguientes casos:
a) Cuando se trate de los profesionales tratantes
b) Cuando se encuentre en peligro la protección de la salud pública o la salud o la
vida de otras persona/s, por parte de quienes disponga fundadamente la autoridad
sanitaria
c) Cuando sea necesario el acceso a la información para la realización de
auditorías médicas o la labor de los agentes del seguro de salud, siempre y
cuando se adopten mecanismos de resguardo de la confidencialidad de los datos
inherentes al paciente
La disposición de las Historias Clínicas se realizará de manera que se garantice la
privacidad de los datos incorporados a la misma.
La obligación impuesta por la Ley n.º 26.529, modificada por la Ley n.º 26.742, a
los establecimientos y profesionales de la salud, referida a la conservación de las
historias clínicas por el plazo de DIEZ (10) años, en carácter de depositarios,
comprende instrumentar y prever los medios y recursos necesarios aún en los
casos de cese de actividad, concurso o quiebra, así como también compromete el
acervo hereditario de los profesionales de la salud autónomos fallecidos.
En los supuestos enumerados en el párrafo precedente, los obligados legales o
sus herederos pueden publicar edictos dando a conocer la circunstancia de cese,
quiebra, concurso o fallecimiento, a los efectos de que en un plazo de TREINTA

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(30) días hábiles los pacientes o los agentes del sistema nacional del seguro de
salud, con autorización del paciente respectivo, retiren los originales de la historia
clínica. Aún en ese supuesto por el plazo legal debe conservarse una copia
microfilmada certificada por escribano público o autoridad judicial competente, de
cada historia clínica, junto al recibo de recepción del original rubricado por el
paciente y eventualmente depositarse judicialmente.

4. TITULARIDAD
Dijimos que el establecimiento o el profesional en el ejercicio privado de su
actividad son depositarios de la Historia Clínica. La Ley resalta y por primera vez
queda el tema zanjado, que el paciente es el titular de la Historia Clínica y,
como tal tiene derecho de acceso a la misma.
El paciente como titular de los datos contenidos en la historia clínica tiene derecho
a que a su simple requerimiento se le suministre una copia autenticada por el
director del establecimiento que la emite o por la persona que éste designe para
ese fin dentro del plazo de CUARENTA Y OCHO (48) horas. Los efectores de
salud deberán arbitrar los recaudos para procurar entregar la historia clínica de
inmediato, cuando el paciente que la requiera se encontrare en proceso de
atención, o en situaciones de urgencia o gravedad, donde corre peligro su vida o
su integridad física, hecho que será acreditado presentando certificado del médico
tratante.
A los fines de cumplimentar esta obligación las instituciones de salud deberán
prever un formulario de solicitud de copia de la historia clínica, donde se consignen
todos los datos que dispone el paciente para su individualización, el motivo del
pedido y su urgencia.
En todos los casos el plazo empezará a computarse a partir de la presentación de
la solicitud por parte del paciente o personas legitimadas para ello.
Exceptuando los casos de inmediatez previstos en la segunda parte del primer
párrafo de este artículo, y ante una imposibilidad debidamente fundada, los
directivos de los establecimientos asistenciales, o quienes ellos designen para tal
fin, podrán entregar al paciente una epicrisis de alta o resumen de historia clínica,
y solicitarle una prórroga para entregar la copia de la historia clínica completa, que
no podrá extenderse más allá de los DIEZ (10) días corridos de su solicitud,
conforme lo previsto por la Ley n.º 25.326.
El derecho de acceso a que se refiere este artículo sólo puede ser ejercido en
forma gratuita a intervalos de SEIS (6) meses, salvo que se acredite un interés
legítimo al efecto, y en un número limitado de copias, por lo cual, si existieren más
de tres solicitudes, podrá establecerse que se extiendan con cargo al paciente el
resto de ejemplares.
El ejercicio del derecho al cual se refiere este artículo en el caso de datos de
personas fallecidas le corresponderá a sus sucesores universales o personas
comprendidas en los artículos 4° y 6° de la Ley n.º 26.529, modificada por la Ley
n.º 26.742, con los alcances y límites fijados en la misma.
En cualquier caso el acceso de terceros a la historia clínica motivado en riesgos a
la salud pública se circunscribirá a los datos pertinentes, y en ningún caso se
facilitará información que afecte la intimidad del fallecido, ni que perjudique a

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terceros, o cuando exista una prohibición expresa del paciente.
Los legitimados son:
a) El paciente y su representante legal o quienes consientan en nombre del
paciente por representación podrán requerir la historia clínica por sí mismos, sin
necesidad de expresión de causa, la que deberá ser entregada en los tiempos que
establece el artículo 14 de la Ley y este decreto reglamentario.
b) El cónyuge, conviviente o los herederos universales forzosos sólo podrán
requerir la entrega de una copia de la historia clínica presentando autorización
escrita del paciente. El cónyuge deberá acreditar su vínculo con la documentación
que la legislación determine. El conviviente acreditará su vínculo mediante la
certificación de la unión de hecho por parte de la autoridad local, información
sumaria judicial o administrativa.
Los herederos universales deberán acreditar su vínculo con la documentación
correspondiente y les será requerida en su caso, la autorización del paciente.
Los casos en los que el paciente se encuentre imposibilitado de dar la autorización
requerida deberán ser acreditados mediante certificado médico o prueba
documental, para que pueda ser entregada la copia a las personas enunciadas en
los artículos 4° y 6° de la Ley n.º 26.529, modificada por la Ley n.º 26.742 y esta
reglamentación.
c) Quedan eximidos de la obligación de presentar autorización aquellos
profesionales de la salud que al momento de requerir la Historia Clínica sean los
responsables del tratamiento del titular de la misma.
Cuando el original de la historia clínica sea requerida judicialmente, deberá
permanecer en el establecimiento asistencial una copia de resguardo debidamente
certificada por sus autoridades, asentándose en el original y en la copia de
resguardo los datos de los autos que motivan tal solicitud, el juzgado requirente y
la fecha de remisión.
Vencidos los plazos que hemos expuesto, sin que se satisfaga el pedido, o
evacuado el informe de la Historia Clínica éste se estimará insuficiente, quedará
expedita la acción de protección de los datos personales o de hábeas data prevista
en la Ley n.º 25.326, sin perjuicio de las sanciones que correspondan al
establecimiento de salud respectivo. También serán pasibles de acción los
profesionales e instituciones prestadores de los Agentes del Sistema Nacional del
Seguro de Salud.

2. Responsabilidad profesional y régimen


sancionatorio
Todo lo tratado hasta ahora, concatenado especialmente con la finalidad de la
historia clínica como instrumento probatorio y de peritaje, adquiere relevancia en
cuanto a la responsabilidad profesional y, en su consecuencia, las sanciones a que
pueden hacerse pasibles los profesionales en los casos que así corresponda.
Constituye un grave error creer que ESCRIBIR MENOS EXIME DE

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RESPONSABILIDAD.
Cualquier póliza de seguro estándar por mala praxis, exige que con la denuncia
deberá acompañarse la HC, estableciendo expresamente los requisitos de la
misma.
¿Qué pasa en caso de HC que no cumplan los requisitos? En muchos de los
casos, cuando el asegurado no la aporta o resulta defectuosa e incompleta para la
defensa y análisis del caso, es causal de denegación de la cobertura que se
reclama.
¿Qué hace el Poder Judicial ante un caso de mala praxis? Como medida previa
ordena el secuestro de la HC.
O sea, a las finalidades expuestas hay que agregar una última de vital importancia,
a la que hicimos referencia en el inicio:
PROTEGER AL PROFESIONAL Y SU ACTUACION PROFESIONAL. Por eso
mismo,
LA HISTORIA CLINICA ES UN ALIADO, NO UN ENEMIGO
La confección misma de la historia clínica es muy importante, pues hay que tener
en cuenta que otras personas que acceden a este documento no son médicos,
más aún quien finalmente dictaminará, en una controversia o investigación
penal,es precisamente una persona no médica, por lo tanto es necesario que
tengamos presente la posibilidad real del impacto subjetivo que causará a dichas
personas, que contribuye a inclinar la balanza en uno u otro sentido. No pocos
profesionales se lamentaron de omitir ciertos detalles que en su oportunidad
minimizaron o no les dieron la importancia necesaria. Ejemplificando, no es lo
mismo una enfermedad que comenzó el mismo día de la confección de la historia
clínica que otra que comenzara treinta días antes, donde seguramente ya hayan
intervenido otros profesionales, a los que también les correspondería ser partícipes
de lo que se llama responsabilidad médica. Hay que recordar lo siguiente: lo que
no figura en la historia clínica no se hizo (y es peor ya que constituye una
omisión).

Dice la Jurisprudencia que “carecen de valor probatorio las inserciones de la HC,


atinentes al suministro de medicación, posteriores al fallecimiento del causante”
(PA c/ SA y OS s/ sumario). Es decir, las HC que no respetan la cronología.
Otros fallos disponen que: “El profesional de la medicina tiene derecho de
ampararse en una HC veraz y completa, pero a la vez debe soportar las
consecuencias contrarias que pueden extraerse de una HC deficientemente
elaborada y en la cual las omisiones puedan aparecer como un eventual intento de
proteger su propia posición ante las falencias o defectos de diagnóstico o acto
médico practicado” (García de Iusín/ Ronchi A y ot s/ sumario)
“Por la ausencia de HC, la carga de la prueba ha de considerarse invertida” (CN
CIV Sala II)
“El hecho de que no consta en la HC el tratamiento realizado y a omisión de
datos, no pueden redundar en detrimento del paciente, debido a la situación de

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inferioridad en que se encuentra, y por el contrario constituye una presunción en
contra del responsable” (CNC 2000)
“Las anotaciones en la historia clínica son tareas de índole profesional de
fundamental importancia, que deben ser efectuadas con rigor, precisión y minucia,
porque de ello depende el correcto seguimiento de la evolución del paciente y es lo
que permite evitar que se cometa “iatrogenia”, dado que el paciente es visitado por
diversos profesionales, que adecuan su tarea a la evolución de que da cuenta
dicha historia clínica y determinan la administración de medicamentos o
tratamientos según sus registros”

“La HC no es el simple relato, la decisión de una enfermedad aislada, comprende


además el comentario, las consideraciones del profesional, la valoración de datos,
debe ser clara, precisa, completa y metódicamente realizada y su confección
incompleta constituye presunción en contra de la pretensión eximitoria del
profesional” (CNC “RomangCouza c /GL 2009).
Y así podría seguir. Es fácil para nosotros como actores, e incluyo abogados,
jueces, agentes de seguro, peritos, observar falencias en la HC porque tenemos la
ley en la mano para cotejar su cumplimiento, y el paciente en una serie de datos
volcados al papel. Pero Uds., que vivencian la presencia del enfermo y su
enfermedad, deben hacer de la HC un modus operandi continuo, casi automático,
incorporando todos los requisitos fijados por la ley, que pese a parecer numerosos,
no conllevan mayores dificultades
La responsabilidad del profesional puede ser de índole penal, pudiendo estar
involucrado en homicidio culposo (art. 84 Código Penal), lesiones graves (artículo
94 CP) y abandono de persona (art. 106 CP) o civil: el ilícito civil, en nuestra
legislación se encuentra regulado por el artículo 1109 del Código Civil, "...Todo el
que ejecuta un hecho que por su culpa o negligencia, ocasiona un daño a otro,
está obligado a la reparación del perjuicio..."
Y, como ya hemos expuesto, una historia clínica insuficiente, ilegible o inexistente
es una presunción de la culpa profesional, lo que podría determinar la inversión de
la prueba, o sea que obliga al profesional a aportar las pruebas para demostrar
que actuó con diligencia, prudencia y cuidado.
En tal sentido el siguiente fallo es explícito: "...en ausencia de historia clínica la
carga de la prueba ha de considerarse invertida...".Cámara Nacional Especial Civil
y Comercial, Sala II, M.F. c/ A.E. de S. M. de B.A).
Como atinadamente lo expresan los Dres. Medone y Califano, "...el médico debe
tratar al paciente como a su mejor amigo pero escribir- la historia clínica COMO si
fuera a ser leída por su peor enemigo.
A ello se agrega una responsabilidad administrativa.
Si bien la Ley de protección del Paciente en la modificación introducida por la Ley
n.º 26.742, en el artículo 11 bis, establece que Ningún profesional interviniente que
haya obrado de acuerdo con las disposiciones de la presente ley está sujeto a
responsabilidad civil, penal, ni administrativa, derivadas del cumplimiento de la
misma, agrega una novedad:

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Ya no es sólo un tema de responsabilidad médica con el paciente, sino que califica
los incumplimientos de las obligaciones emergentes de la ley, como faltas graves a
la luz del régimen sancionatorio de la Ley 17.132 de Ejercicio de la Medicina, sin
perjuicio de las acciones de responsabilidad civil y penal que pudieran
corresponder
Y lo más llamativo es que el régimen sancionatorio está dentro del capítulo de HC,
lo que convierte el incumplimiento de las pautas de HC en falta grave. Dichas
sanciones van del apercibimiento a la suspensión en la matrícula de un mes a 5
años.
Y el Dec. Reglam. En el art 21- d- Sanciones- dice que será considerada falta
grave de los profesionales de la medicina, odontología y actividades auxiliares de
las mismas, el incumplimiento de las obligaciones de:
Artículo 2°
inciso a) asistencia
inciso b) trato digno y respetuoso,
inciso e) autonomía de la voluntad
inciso g) interconsulta médica
Artículo 5º inciso a) INFORMACIÓN SOBRE EL ESTADO DE SALUD DEL
PACIENTE
Artículo 19° ENTREGA DE LA HC A LOS LEGITIMADOS
en tanto se desempeñen en establecimientos públicos sujetos a jurisdicción
nacional, sin perjuicio de las infracciones que pudieran aplicarse por imperio de la
Ley n.º 25.326, por parte de la autoridad de aplicación respectiva.
La Ley 25.326, de Hábeas Data, expresamente se refiere a los Datos relativos a la
salud, y a mero título informativo, extractamos algunos conceptos:
Los establecimientos sanitarios públicos o privados y los profesionales vinculados
a las ciencias de la salud pueden recolectar y tratar los datos personales relativos
a la salud física o mental de los pacientes que acudan a los mismos o que estén o
hubieren estado bajo tratamiento de aquéllos, respetando los principios del secreto
profesional. En consecuencia:
1. El responsable o usuario del archivo de datos debe adoptar las medidas
técnicas y organizativas que resulten necesarias para garantizar la seguridad y
confidencialidad de los datos personales, de modo de evitar su adulteración,
pérdida, consulta o tratamiento no autorizado, y que permitan detectar
desviaciones, intencionales o no, de información, ya sea que los riesgos
provengan de la acción humana o del medio técnico utilizado.
2. Queda prohibido registrar datos personales en archivos, registros o bancos que
no reúnan condiciones técnicas de integridad y seguridad.
3. El responsable y las personas que intervengan en cualquier fase del tratamiento
de datos personales están obligados al secreto profesional respecto de los
mismos. Tal obligación subsistirá aun después de finalizada su relación con el

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titular del archivo de datos.
4. El obligado podrá ser relevado del deber de secreto por resolución judicial y
cuando medien razones fundadas relativas a la seguridad pública, la defensa
nacional o la salud pública.

3. Riesgo cierto e inminente, peligrosidad e


inimputabilidad

Fallo Arriola
Desde siempre se ha entendido al poder punitivo y al derecho penal como medio
pretendidamente eficaz para resolver los más complejos problemas sociales, y el
producto final de la carrera por encontrar respuestas inmediatas a problemas
complejos, lo que deriva en leyes penales absurdas y excesivamente represivas
que inciden sobre una sociedad confundida y sin información fidedigna.
Fruto de esa concepción autoritarista fue la sanción de la Ley n.° 23.737, de 1989,
ya en democracia, también conocida como Ley Lestelle, que fue el creador de la
SEDRONAR.
Esta ley ha permitido que la víctima del tráfico ilícito sea tratada como un
delincuente siendo, en realidad, el eslabón más débil de esa cadena. El tóxico
dependiente, un enfermo que reclamaba tratamiento, o un experimentador que
reclamaba quizá una medida preventiva, fue sometido al derecho penal.
La acentuación del proceso criminalizador identifica la droga como factor de
afirmación contra la sociedad, produciendo la asociación mediática
droga/delincuencia. Y, vaya paradoja, esta identificación de adicto/delincuente
impide un desarrollo serio de las políticas de educación, prevención, asistencia y
tratamiento, dando origen a una legislación esquizofrénica que desconoce los más
elementales principios del objeto de su regulación.
Estas críticas han sido en general aceptadas por el fallo dictado por la C.S.J.N.
en la causa “Arriola, Sebastián” del 25 de agosto de 2009, fijando los principios
fundamentales a los que debe someterse la política criminal en la persecución del
tráfico de drogas en un Estado de Derecho democrático.
El 16 de enero del 2006, la policía allanó una casa por la supuesta venta de droga
y detuvo a los presentes que posteriormente fueron condenados a prisión. Ese
mismo día, a unas cuadras de la casa allanada, la policía detuvo a un grupo de
jóvenes que llevaban cada uno entre uno y tres cigarrillos de marihuana. Los
jóvenes fueron condenados a cumplir distintas medidas educativas, pero apelaron,
y la Corte, en definitiva estableció que el consumo de estupefacientes en el ámbito
privado sin ostentación a terceros está protegido por el artículo 19 de la
Constitución Nacional.
El mismo establece que “Las acciones privadas de los hombres que de ningún
modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo

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reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante
de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella
no prohíbe”.
Y, en lo que acá interesa vamos a rescatar algunos conceptos del extenso fallo:
a) En muchos casos, los consumidores de drogas, en especial cuando se
transforman en adictos, son las víctimas más visibles, junto a sus familias, del
flagelo de las bandas criminales del narcotráfico. No parece irrazonable sostener
que una respuesta punitiva del Estado al consumidor se traduzca en una
revictimización.
b) No corresponde ejercer el poder punitivo del Estado en base a la mera
peligrosidad de las personas, rechazando su aplicación por la mera posibilidad de
que estos se transformen en autores o partícipes de una gama innominada de
delitos.
c) El ejercicio de la libertad tiene límites y puede dar lugar a la punición, pero un
Estado de Derecho debe construirse sobre una cuidadosa delimitación de esa
frontera. Por ello: …no es posible que el legislador presuma que se da un cierto
daño o peligro para terceros como ocurre en los delitos llamados de “peligro
abstracto”…
d) debe respetarse el ámbito de ejercicio de la libertad personal cuando no hay
daño o peligro concreto para terceros, y que no son admisibles los delitos de
peligro abstracto.
e) Las medidas de seguridad, educativas o curativas deben aplicarse por jueces
civiles, de familia o de menores en los supuestos previstos por la normativa
pertinente, no por el juez penal.
No debe soslayarse en la cuestión aquí traída, es que la doctrina establecida en
los precedentes mencionados se ha elaborado con anterioridad a la reforma
constitucional de 1994. Que la reforma mencionada –junto con nuevas
concepciones a partir de la definición de la Organización Mundial de la Salud-
condujeron a un desarrollo en el concepto del derecho a la salud en un grado tal
que bien pudo ser distinta la respuesta en los precedentes que hoy se revisan. En
efecto, el derecho a la salud se encuentra reconocido con jerarquía constitucional
merced a los tratados incorporados por el artículo 75°, inciso 22 y el Estado
argentino ha asumido el compromiso internacional de lograr progresivamente su
plena efectividad obligándose “hasta el máximo de los recursos”, accionar que se
ha visto plasmado en las leyes de Protección de la Salud Mental y de Protección
de los Derechos del Paciente, ambas íntimamente relacionadas.

Cambio de paradigma: peligrosidad vs. riesgo cierto e


inminente
En este sentido, la Ley Nacional de Protección de la Salud Mental n.° 26.657,
asegura el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas y el
pleno goce de los derechos humanos, estableciendo que la internación debe
concebirse como un recurso terapéutico excepcional y sólo puede realizarse
cuando a criterio del equipo interdisciplinario mediare situación de riesgo cierto e

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inminente para sí o para terceros (art 1º)
En su consecuencia fue sustituido el artículo 482 del Código Civil que hoy día
textualmente reza: “No podrá ser privado de su libertad personal el declarado
incapaz por causa de enfermedad mental o adicciones, salvo en los casos de
riesgo cierto e inminente para sí o para terceros, quien deberá ser debidamente
evaluado por un equipo interdisciplinario del servicio asistencial con posterior
aprobación y control judicial”.
“Las autoridades públicas deberán disponer el traslado a un establecimiento de
salud para su evaluación a las personas que por padecer enfermedades mentales
o adicciones se encuentren en riesgo cierto e inminente para sí o para terceros”.
“A pedido de las personas enumeradas en el artículo 144 (Los que pueden pedir la
declaración de demencia son: 1º. Cualquiera de los cónyuges no separado
personalmente o divorciado vincularmente; 2º Los parientes del demente; 3° El
Ministerio de Menores; 4° El respectivo cónsul, si el demente fuese extranjero; 5°
Cualquiera persona del pueblo, cuando el demente sea furioso, o incomode a sus
vecinos). El juez podrá, previa información sumaria, disponer la evaluación de un
equipo interdisciplinario de salud para las personas que se encuentren afectadas
de enfermedades mentales y adicciones, que requieran asistencia en
establecimientos adecuados aunque no justifiquen la declaración de incapacidad o
inhabilidad”.
Es decir, se abandona el concepto de peligrosidad por el de riesgo cierto e
inminente. Cierto e inminente, no riesgo potencial. Y esta es la puerta que abre la
única posibilidad legal de internación involuntaria, que es impostergable.
Internación conceptualmente distinta a la voluntaria o terapéutica, que, incluso
puede prever una peligrosidad potencial sin poder predecircuándo ocurrirá la
acción disvaliosa. Esta internación, que puede resultar provechosa para el
paciente, no estará fundada en la inmediatez del riesgo sino en su naturaleza de
instrumento terapéutico que se pone en juego dentro de un proceso secuenciado
de indicaciones.
Es la misma normativa la que pone en cabeza del equipo interdisciplinario la
evaluación del riesgo, y en tal sentido las decisiones terapéuticas en la
especialidad y más específicamente cuando se trata de medidas que puedan
condicionar la libertad, responden a un equipo corresponsable, con un ejercicio
singular -según la especialidad de cada uno- pero con una competencia conjunta
(artículo 8º Decreto Nº 603/13), En aquellas jurisdicciones en donde aún no se han
desarrollado equipos interdisciplinarios, la Autoridad de Aplicación en conjunto con
las autoridades locales, diseñarán programas tendientes a la conformación de los
mismos, estableciendo plazos para el cumplimiento de dicho objetivo. Hasta tanto
se conformen los mencionados equipos, se procurará sostener una atención
adecuada con los recursos existentes, reorganizados interdisciplinariamente, a fin
de evitar derivaciones innecesarias fuera del ámbito comunitario
.De ahí que el riesgo grave, cierto e inminente de daño a sí mismo o terceros es
aquel que puede ser fundamentado con objetividad y cientificidad y la internación
involuntaria limitada al tiempo estrictamente necesario para hacer cesar esa
situación. El artículo 20 del Decreto 603/13 lo define como aquella contingencia o
proximidad de un daño que ya es conocido como verdadero, seguro e indubitable

16
que amenace o cause perjuicio a la vida o integridad física de la persona o de
terceros. Ello deberá ser verificado por medio de una evaluación actual, realizada
por el equipo interdisciplinario, cuyo fundamento no deberá reducirse
exclusivamente a una clasificación diagnóstica. No se incluyen los riesgos
derivados de actitudes o conductas que no estén condicionadas por un
padecimiento mental. No así, el riesgo potencial que queda sujeto al resultado de
numerosas variables no siempre con respuesta inmediata.
Consideramos que la evaluación de previsión de daño debe objetivarse en forma
suficiente en la historia clínica, y que dicha reseña imparcial debe realizarse según
fundamentos claros y de causación evidente. Cada miembro del equipo debe
reflejar en sus evoluciones como está calibrando sus previsiones de pasaje al acto
y asimismo le corresponde la obligación de confrontar dicha evaluación con la que
en forma contemporánea realiza el resto del equipo.
En este contexto surge otra problemática, aún no resuelta unánimemente por la
jurisprudencia, pese a la claridad de la normativa invocada, y es el tema de la
inimputabilidad de la ley penal. En efecto, dicho régimen, se ha mantenido intacto
hasta la actualidad y resulta idéntico al previsto en el Código Penal de 1921. Así, el
art. 34 inciso 1 del C.P. hoy vigente, establece que “El que no haya podido en el
momento del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones
morbosas de las mismas o por su estado de inconciencia, error o ignorancia de
hecho no imputables, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones”.
“En caso de enajenación, el tribunal podrá ordenar la reclusión del agente en un
manicomio, del que no saldrá sino por resolución judicial, con audiencia del
ministerio público y previo dictamen de peritos que declaren desaparecido el
peligro de que el enfermo se dañe a sí mismo o a los demás”.
“En los demás casos en que se absolviere a un procesado por las causales del
presente inciso, el tribunal ordenará la reclusión del mismo en un establecimiento
adecuado hasta que se comprobase la desaparición de las condiciones que le
hicieren peligroso”.
No habiendo sufrido el sistema penal de medidas de seguridad legislativamente
ningún cambio, debemos analizar esta norma en el plexo normativo internacional y
específicamente en las leyes dictadas en su consecuencia, y que reconocen al
sujeto con padecimiento psíquico su condición de sujeto titular de derechos
constitucionales, uno de ellos básico y fundamental: el derecho a vivir en sociedad,
al uso de la libertad.
Del mismo artículo 34 comentado surge la idea de peligrosidad, concepto que ya
hemos dicho más arriba resulta anacrónico, y permite “psiquiatrizar” el delito
pretendiendo transformar a los hospitales en cárceles encubiertas.
Es imprescindible destacar, que la importancia de la cuestión en juego -la libertad
de la persona, combinada con la propia naturaleza de su mal (una aptitud mental
disminuida)- impone la obligación de extremar los recaudos para asegurar la
defensa de sus derechos.
Si bien la Ley 26.657 de Salud Mental no deroga disposición alguna del Código
Penal (tan es así que el art. 23 de la citada norma -que establece que el alta o la
externación no requieren de autorización judicial-, exceptúa de esta directiva las

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internaciones involuntarias realizadas a tenor del art. 34 del CP), ello no significa
que los principios generales que iluminan el nuevo paradigma en materia de salud
mental puedan ser descuidados u omitidos.
Dicha ley de salud mental tiene por objeto asegurar el derecho a la protección de
la salud mental de todas las personas y el pleno goce de los derechos humanos,
estableciendo que la internación involuntaria debe concebirse como un recurso
terapéutico excepcional y sólo puede realizarse cuando a criterio del equipo de
salud mediare situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros.
El control judicial de las medidas de seguridad impuestas a inimputables adultos
por enfermedad mental, a tenor del art. 34 inciso 1º del Código Penal, debe
realizarse teniendo en cuenta los criterios que, inspirados en directrices
internacionales, guían la normativa específica.
Y en este sentido surge con claridad meridiana el decreto 306/13, que en los
artículos 14 a 19 establece que Las normas de internación o tratamiento que
motiven el aislamiento de las personas con padecimientos mentales, ya sea
limitando visitas, llamados, correspondencia o cualquier otro contacto con el
exterior, son contrarias al deber de promover el mantenimiento de vínculos. Las
restricciones deben ser excepcionales, debidamente fundadas por el equipo
interdisciplinario, y deberán ser informadas al juez competente.
Cuando existan restricciones precisas de carácter terapéutico que recaigan sobre
algún familiar o referente afectivo, deberá asegurarse el acompañamiento a través
de otras personas teniendo en cuenta la voluntad del interesado. Nunca
alcanzarán al abogado defensor, y podrán ser revisadas judicialmente. Las
restricciones referidas no son en desmedro de la obligación de la institución de
brindar información, incorporar a la familia y referentes afectivos a las instancias
terapéuticas e informar sobre las prestaciones que brinda, facilitando el acceso al
conocimiento de las instalaciones e insumos que se le ofrecen a la persona.
Se deberá promover que aquellas personas que carezcan de familiares o
referentes, afectivos en condiciones de acompañar el proceso de tratamiento,
puedan contar con referentes comunitarios. Para ello, la Autoridad de Aplicación
identificará, apoyará y promoverá la organización de asociaciones de familiares y
voluntarios que ofrezcan acompañamiento.
No será admitida la utilización de salas de aislamiento.Las instituciones deberán
disponer de telefonía gratuita para uso de las personas internadas.
Cuando una persona estuviese en condiciones de alta desde el punto de vista de
la salud mental y existiesen problemáticas sociales o de vivienda que
imposibilitaran la externación inmediata, el equipo interdisciplinario deberá:
a) Dejar constancia en la historia clínica.
b) Gestionar ante las áreas que correspondan con carácter urgente la provisión de
los recursos correspondientes a efectos de dar solución de acuerdo a lo dispuesto
por el artículo 15 de la Ley n.º 26.657.
c) Informar a la Autoridad de Aplicación local.
Todos los plazos a que se refiere la Ley n.º 26.657 deberán computarse en días

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corridos, salvo disposición en contrario. El diagnóstico interdisciplinario e integral
consiste en la descripción de las características relevantes de la situación
particular de la persona y las probables causas de su padecimiento o
sintomatología, a partir de una evaluación que articule las perspectivas de las
diferentes disciplinas que intervienen.
La evaluación deberá incorporarse a la historia clínica.Los profesionales firmantes
deberán ser de distintas disciplinas académicas e integrar el equipo asistencial que
interviene directamente en el caso, sin perjuicio de la responsabilidad de las
autoridades de la Institución.
El informe deberá contener conclusiones conjuntas producto del trabajo
interdisciplinario.
Deberán consignarse en la historia clínica, los datos referidos al grupo familiar y/o
de pertenencia, o en su defecto, las acciones realizadas para su identificación,
además de procurar la obtención de su documentación en caso de no poseerla.

4 Internaciones voluntarias e involuntarias

Pautas comunes
Ya nos hemos referido en varias oportunidades a las internaciones y hemos ido
señalando su implicancia en la historia clínica, hemos analizado el riesgo cierto e
inminente para sí o para tercero como única puerta que abre la posibilidad de
internación involuntaria en oposición a la peligrosidad y su potencialidad que
puede ser causal de una internación voluntaria como parte de un proceso de
tratamiento.
Ahora nos interesa fijar algunos conceptos ya expuestos y poder diferenciar los
requisitos y consecuencias que cada una de ellas adquiere en salvaguarda de los
derechos consagrados por la ley de salud mental. La citada ley trata de las
internaciones en el artículo 14 y subsiguientes, y establece una normativa común
ya sean voluntarias o involuntarias que podemos sintetizar en los siguientes
puntos:

 La internación es considerada como un recurso terapéutico de carácter


restrictivo, y sólo puede llevarse a cabo cuando aporte mayores beneficios
terapéuticos que el resto de las intervenciones realizables en su entorno
familiar, comunitario o social.

 Debe promoverse el mantenimiento de vínculos, contactos y comunicación


de las personas internadas con sus familiares, allegados y con el entorno
laboral y social, salvo en aquellas excepciones que por razones
terapéuticas debidamente fundadas establezca el equipo de salud
interviniente.

 La internación debe ser lo más breve posible, en función de criterios


terapéuticos interdisciplinarios.

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 Tanto la evolución del paciente como cada una de las intervenciones del
equipo interdisciplinario deben registrarse a diario en la historia clínica.

 En ningún caso la internación puede ser indicada o prolongada para


resolver problemáticas sociales o de vivienda, para lo cual el Estado debe
proveer los recursos adecuados a través de los organismos públicos
competentes.

 Toda disposición de internación, dentro de las CUARENTA Y OCHO (48)


horas, debe cumplir con los siguientes requisitos:

a) Evaluación, diagnóstico interdisciplinario e integral y motivos que


justifican la internación, con la firma de al menos dos profesionales
del servicio asistencial donde se realice la internación, uno de los
cuales debe ser necesariamente psicólogo o médico psiquiatra.

b) Búsqueda de datos disponibles acerca de la identidad y el


entorno familiar, En los casos en que la persona no estuviese
acompañada por familiares o se desconociese su identidad, la
institución que realiza la internación, en colaboración con los
organismos públicos que correspondan, debe realizar las
averiguaciones tendientes a conseguir datos de los familiares o
lazos afectivos que la persona tuviese o indicase, o esclarecer su
identidad, a fin de propiciar su retorno al marco familiar y
comunitario lo antes posible. La institución debe brindar
colaboración a los requerimientos de información que solicite el
órgano de revisión que se crea en el artículo 38 de la ley.

c) Consentimiento informado de la persona o del representante legal


cuando corresponda.

El Órgano de Revisión al que hicimos referencia, es una novedad introducida por


la Ley, que funciona en el ámbito del Ministerio Público de la Defensa, con el
objeto de proteger los derechos humanos de los usuarios de los servicios de salud
mental.
Es multidisciplinario, y está integrado por representantes del Ministerio de Salud
de la Nación, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, del Ministerio
Público de la Defensa, de asociaciones de usuarios y familiares del sistema de
salud, de los profesionales y otros trabajadores de la salud y de organizaciones no
gubernamentales abocadas a la defensa de los derechos humanos.
Sus funciones son:
a) Requerir información a las instituciones públicas y privadas que permita evaluar
las condiciones en que se realizan los tratamientos;
b) Supervisar de oficio o por denuncia de particulares las condiciones de
internación por razones de salud mental, en el ámbito público y privado;

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c) Evaluar que las internaciones involuntarias se encuentren debidamente
justificadas y no se prolonguen más del tiempo mínimo necesario, pudiendo
realizar las denuncias pertinentes en caso de irregularidades y eventualmente,
apelar las decisiones del juez;

d) Controlar que las derivaciones que se realizan fuera del ámbito comunitario
cumplan con los requisitos y condiciones establecidos en el artículo 30 de la
presente ley;
e) Informar a la Autoridad de Aplicación periódicamente sobre las evaluaciones
realizadas y proponer las modificaciones pertinentes;
f) Requerir la intervención judicial ante situaciones irregulares;
g) Hacer presentaciones ante el Consejo de la Magistratura o el Organismo que en
cada jurisdicción evalúe y sancione la conducta de los jueces en las situaciones en
que hubiera irregularidades;
h) Realizar recomendaciones a la Autoridad de Aplicación, que es el Ministerio de
Salud;
i) Realizar propuestas de modificación a la legislación en salud mental tendientes a
garantizar los derechos humanos;
j) Promover y colaborar para la creación de órganos de revisión en cada una de las
jurisdicciones, sosteniendo espacios de intercambio, capacitación y coordinación,
a efectos del cumplimiento eficiente de sus funciones;
k) Controlar el cumplimiento de la presente ley, en particular en lo atinente al
resguardo de los derechos humanos de los usuarios del sistema de salud mental;
l) Velar por el cumplimiento de los derechos de las personas en procesos de
declaración de inhabilidad y durante la vigencia de dichas sentencias.
Un punto importante, y que quiero poner de resalto, es que la misma legislación
brinda las herramientas para que su cumplimiento sea efectivo en aquellas
jurisdicciones que no cuentan con infraestructura suficiente:
La primera una obligación del Órgano de Revisión cual es promover y colaborar
para la creación de órganos de revisión en cada una de las jurisdicciones,
sosteniendo espacios de intercambio, capacitación y coordinación.
La segunda, de orden asistencial y que surge del decreto reglamentario, en cuanto
a la creación de redes con establecimientos en la misma jurisdicción o
jurisdicciones vecinas para no alejar al paciente de su entorno y poder cumplir con
su asistencia integral y por equipos interdisciplinarios y constituir redes con
asociaciones comunitarias.

Internaciones Voluntarias
Con respecto a las internaciones voluntarias, podemos agregar que la persona
internada bajo su consentimiento podrá en cualquier momento decidir por sí misma
el abandono de la internación.

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En todos los casos en que las internaciones voluntarias se prolonguen por más de
SESENTA (60) días corridos, el equipo de salud a cargo debe comunicarlo al
órgano de revisión creado en el artículo 38 y al juez. El juez debe evaluar, en un
plazo no mayor de CINCO (5) días de ser notificado, si la internación continúa
teniendo carácter voluntario o si la misma debe pasar a considerarse involuntaria,
con los requisitos y garantías establecidos para esta última situación.
En caso de que la prolongación de la internación fuese por problemáticas de orden
social, el juez deberá ordenar al órgano administrativo correspondiente la inclusión
en programas sociales y dispositivos específicos y la externación a la mayor
brevedad posible, comunicando dicha situación al órgano de revisión creado por
esta ley.
El incumplimiento de la obligación de informar aludida, hará pasible al profesional
responsable y al director de la institución de las acciones civiles y penales que
correspondan.

Internaciones Involuntarias
Con respecto a las internaciones involuntarias, podemos concluir que debe
concebirse como recurso terapéutico excepcional en caso de que no sean posibles
los abordajes ambulatorios, y sólo podrá realizarse cuando a criterio del equipo de
salud mediare situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros. Para
que proceda la internación involuntaria, además de los requisitos comunes a toda
internación, debe hacerse constar:
a) Dictamen profesional del servicio asistencial que realice la internación. Se debe
determinar la situación de riesgo cierto e inminente a que hace referencia el primer
párrafo de este artículo, con la firma de dos profesionales de diferentes disciplinas,
que no tengan relación de parentesco, amistad o vínculos económicos con la
persona, uno de los cuales deberá ser psicólogo o médico psiquiatra;
b) Ausencia de otra alternativa eficaz para su tratamiento;
c) Informe acerca de las instancias previas implementadas si las hubiera.

La internación involuntaria debidamente fundada debe notificarse obligatoriamente


en un plazo de DIEZ (10) horas al juez competente y al órgano de revisión,
debiendo agregarse a las CUARENTA Y OCHO (48) horas como máximo todas las
constancias previstas en el artículo 20. El juez en un plazo máximo de TRES (3)
días corridos de notificado debe:

a) Autorizar, si evalúa que están dadas las causales previstas por esta ley;
b) Requerir informes ampliatorios de los profesionales tratantes o indicar peritajes
externos, siempre que no perjudiquen la evolución del tratamiento, tendientes a
evaluar si existen los supuestos necesarios que justifiquen la medida extrema de la
internación involuntaria y/o;
c) Denegar, en caso de evaluar que no existen los supuestos necesarios para la
medida de internación involuntaria, en cuyo caso debe asegurar la externación de
forma inmediata.

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El juez sólo puede ordenar por sí mismo una internación involuntaria cuando,
cumplidos los requisitos establecidos en el artículo 20, el servicio de salud
responsable de la cobertura se negase a realizarla.
La persona internada involuntariamente o su representante legal, tiene derecho a
designar un abogado. Si no lo hiciera, el Estado debe proporcionarle uno desde el
momento de la internación. El defensor podrá oponerse a la internación y solicitar
la externación en cualquier momento. El juzgado deberá permitir al defensor el
control de las actuaciones en todo momento.
Acápite importantísimo lo constituye que el alta, externación o permisos de
salida son facultad del equipo de salud que no requiere autorización del juez.
El mismo deberá ser informado si se tratase de una internación involuntaria, o
voluntaria ya informada. El equipo de salud está obligado a externar a la persona o
transformar la internación en voluntaria, cumpliendo los requisitos establecidos en
el artículo 16 apenas cesa la situación de riesgo cierto e inminente.
Habiendo autorizado la internación involuntaria, el juez debe solicitar informes con
una periodicidad no mayor a TREINTA (30) días corridos a fin de reevaluar si
persisten las razones para la continuidad de dicha medida, y podrá en cualquier
momento disponer su inmediata externación.
Si transcurridos los primeros NOVENTA (90) días y luego del tercer informe
continuase la internación involuntaria, el juez deberá pedir al órgano de revisión
que designe un equipo interdisciplinario que no haya intervenido hasta el
momento, y en lo posible independiente del servicio asistencial interviniente, a fin
de obtener una nueva evaluación. En caso de diferencia de criterio, optará siempre
por la que menos restrinja la libertad de la persona internada.
Transcurridos los primeros SIETE (7) días en el caso de internaciones
involuntarias, el juez, dará parte al órgano de revisión y en caso de internación de
personas menores de edad o declaradas incapaces, se debe proceder de la
misma manera y de acuerdo a la normativa nacional e internacional de protección
integral de derechos.
Entendemos que en esta Unidad han podido acercarse a diversos ítems, que si
bien pareciera que funcionan como estamentos estancos, al tratar de buscar su eje
común en la historia clínica, vemos como están absolutamente concatenados. No
podemos hablar de internaciones sin tratar riesgo cierto e inminente, peligrosidad e
inimputabilidad; no podemos hablar de requisitos y características de la historia
clínica sin tratar la responsabilidad profesional; ello a su vez conlleva a articular
ambas leyes que motivan este encuentro haciéndolas jugar armónicamente y
teniendo como objetivo la salud mental y las adicciones y los derechos del
paciente.
La protección de los derechos del paciente, si bien encuentra en la historia clínica
uno de sus principales instrumentos, no podrá ser integral sino se considera la
necesidad de informarlo y la aceptación por su parte de terapias y tratamientos, y
aún su negativa a aceptarlos. Informar y aceptar, ni más ni menos que
Consentimiento Informado.

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