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CONTENIDO
Acumulaciones intracelulares.
1. Patogenia
2. Esteatosis (Cambio graso). Infiltración grasa.
- Concepto
- Etiología
- Patogenia
3. Pigmentos
- Exógenos. Neumoconiosis, tatuaje.
- Endógenos. Lipofuscina, hemosiderina, melalina, bilirrubina.
(1) Un constituyente celular normal acumulado en exceso, como agua, lípidos, proteínas e
hidratos de carbono.
(2) Una sustancia anormal, ya sea exógena, como mineral o productos de agentes
infecciosos, o endógena, como un producto de síntesis o metabolismo anormal.
(3) Un pigmento.
Estas sustancias pueden acumularse transitoria o permanentemente, y pueden ser inocuas para
las células pero, en ocasiones, son altamente toxicas. La sustancia puede localizarse en el
citoplasma (frecuentemente dentro de los fagolisosomas) o en el núcleo. En algunos casos, la
célula puede estar produciendo la sustancia anormal, y en otros puede ser meramente un almacén
de productos de procesos patológicos que ocurren en otro sitio del cuerpo.
Muchos procesos dan lugar a acúmulos intracelulares anormales, pero la mayoría de ellos son
atribuibles a tres tipos de anomalías:
1. LÍPIDOS
Todas las clases principales de lípidos pueden acumularse en las células: triglicéridos,
colesterol/esteres de colesterol y fosfolípidos. Los fosfolípidos son componentes de las figuras de
mielina que se encuentran en las células necróticas. Además, complejos anormales de lípidos e
hidratos de carbonos se acumulan en las enfermedades lisosómicas de almacenamiento. A
continuación las acumulaciones de triglicéridos y colesterol.
Los términos esteatosis y cambio graso describen los acúmulos anormales de triglicéridos dentro
de las células parenquimatosas. A menudo, el cambio graso se ve en el hígado porque es el
órgano más importante implicado en el metabolismo de las grasas, pero también ocurre en el
corazón, musculo y riñón. Las causas de esteatosis incluyen toxinas, malnutrición proteica,
diabetes mellitus, obesidad y anoxia. En los países industrializados, la causa más frecuente, con
diferencia, de generación grasa significativa del hígado (hígado graso) es el abuso del alcohol.
El metabolismo celular del colesterol está estrechamente regulado, de tal manera que la mayoría
de las células utilizan el colesterol para la síntesis de membranas celulares sin acumulación
intracelular de colesterol o se sus ésteres. Sin embargo, las acumulaciones, manifestadas
histológicamente como vacuolas intracelulares, se ven en varios procesos patológicos:
Aterosclerosis. En las placas ateroscleróticas, las células musculares lisas y los
macrófagos dentro de la capa intima de la aorta y de las grandes arterias están rellenas de
vacuolas lipídicas, la mayoría de las cuales están formadas por colesterol y sus ésteres.
Tales células tienen una apariencia espumosa (células espumosas), y su acumulo en la
íntima produce los ateromas amarillos cargados de colesterol, característicos de este serio
trastorno. Algunas de estas células cargadas de grasa se rompe, liberando lípidos en el
espacio extracelular. Los ésteres de colesterol extracelular pueden cristalizar en forma de
agujas largas, produciendo hendiduras muy características en las secciones tisulares.
Xantomas. La acumulación intracelular de colesterol dentro de los macrófagos también es
característica de los estados hiperlipidémicos adquiridos y hereditarios. Se encuentran
agrupaciones de células espumosas en el tejido conectivo subepitelial de la piel y
tendones, produciendo más tumorales conocidas como xantomas.
Inflamación y necrosis. Los macrófagos espumosos se encuentran frecuentemente en
sitios de lesión celular e inflamación, debido a la fagocitosis de colesterol de las
membranas de las células lesionadas, incluyendo células parenquimatosas, leucocitos y
eritrocitos. En los focos inflamatorios también se encuentran fosfolípidos y figuras de
mielina. Cuando son abundantes, los macrófagos cargados de colesterol proporcionan una
coloración amarillenta en estos focos inflamatorios.
Colesterolosis. Este término se refiere al acumulo focal de macrófagos cargados de
colesterol en la lámina propia de la vesícula biliar. Se desconoce el mecanismo de
acumulación.
Enfermedad de Niemann-Pick tipo C. En esta enfermedad lisosómica de
almacenamiento esta mutada una enzima implicada en el tráfico de colesterol y, por ello, el
colesterol se acumula en múltiples órganos.
2. PROTEÍNAS.
El exceso de proteínas dentro de las células en cantidades suficientes para producir acumulación
visible morfológicamente tiene diversas causas:
Gotitas de reabsorción en los túbulos renales proximales que se ven en las
enfermedades renales asociadas con pérdida de proteínas en la orina (proteinuria). En el
riñón, pequeñas cantidades de proteínas filtradas a través de los glomérulos se reabsorben
normalmente por pinocitosis en el túbulo proximal. En trastornos con un gran escape
proteico a través del filtro glomerular, hay una reabsorción aumentada de proteínas en
vesículas. Estas vesículas se funden con los lisosomas para producir fagolisosomas, que
aparecen como gotitas hialinas rosadas dentro del citoplasma de la célula del túbulo. El
proceso es reversible; si la proteinuria disminuye, las gotitas de proteína se metabolizan y
desaparecen.
Defectos en el plegamiento de proteínas que pueden subyacer en algunos de estos
depósitos en diversas enfermedades no relacionadas. Las cadenas polipeptídicas
nacientes de proteínas, fabricadas en los ribosomas, finalmente se disponen en hélice o
en lámina β, y la configuración apropiada de estas disposiciones (plegamiento proteico) es
crítica para la función de cada proteína y su transporte a las organelas celulares. En el
proceso de plegamiento, surgen formas intermedias parcialmente plegadas, y pueden
formar agregados intracelulares entre ellas o incluyendo otras proteínas. Sin embargo, en
condiciones normales, estos intermedios se estabilizan mediante varias chaperonas
moleculares, que interactúan con las proteínas directamente. Las chaperonas ayudan al
plegamiento apropiado y en el transporte a través del RE, complejo de Golgi y más allá.
Algunas chaperonas se sintetizan constitutivamente y afectan el trafico normal intracelular
de proteínas, mientas que otras están inducidas por el estrés, tales como el calor (proteína
de choque calórico, p. ej. hsp70, hsp90), y rescatan a las proteínas estresadas por el
choque del plegamiento erróneo. Si el proceso de plegamiento no tiene éxito, las
chaperonas facilitan la degradación de la proteína dañada. Este proceso degradativo a
menudo implica a la ubicuitina (también una proteína de choque calórico), que se añade a
la proteína anormal y la marca para su degradación por el complejo proteosómico. Existen
varios mecanismos por los que el defecto en el plegamiento proteico puede producir
acumulación intracelular o dar lugar a enfermedad.
- Defectuosos transporte intracelular y secreción de proteínas críticas. En el déficit
de 1-antitrpsina, las mutaciones en la proteína ralentizan significativamente el
plegamiento, dando lugar a la construcción de intermediarios parcialmente plegados,
que se agregan en el RE del hígado y no son segregados. La deficiencia resultante de
la enzima circulante produce enfisema. En la fibrosis quística, la mutación retrasa la
disociación de una proteína del canal del cloro de una de sus chaperonas, dando lugar
a un plegamiento anormal y pérdida de la función. En la hipercolesterolemia familiar,
las mutaciones en los receptores de lipoproteína de baja densidad interfieren con el
plegamiento apropiado de las proteínas del receptor.
- El estrés del RE inducido por proteínas no plegadas y mal plegadas. Las
proteínas no plegadas o con mal plegamiento se acumulan en el RE y desencadenan
varias respuestas celulares, denominadas colectivamente como la respuesta de
proteína no plegada. La respuesta de proteína no plegada esta medida por varias
proteínas que residen y se extienden en la membrana del RE. Los dominios luminales
de estas proteínas captan las alteraciones en el plegamiento proteico, y los dominios
citoplasmáticos activan las vías de señalización que reducen los niveles de proteínas
mal plegadas en la célula, aumentando la producción de chaperonas y ralentizando la
traducción proteica. Paradójicamente, la activación de la respuesta de proteína no
plegada da lugar también a la muerte celular por la activación de caspasas,
particularmente de una caspasa residente en el RE, denominada caspasa-12. Así
pues, las proteínas mal plegadas desencadenan, inicialmente, la función citoprotectora
de esta respuesta, pero, si persisten estas proteínas anormales, las funciones
citotóxicas por-apoptóticas toman el relevo. La agregación de proteínas anormalmente
plegadas, producidas por mutaciones genéticas, envejecimiento o factores ambientales
desconocidos, actualmente se reconoce como una característica de un numero de
enfermedades neurodegenerativas, incluyendo las enfermedades de Alzheimer,
Huntington y Parkinson, y probablemente la diabetes tipo II. La deprivacion de glucosa
y oxígeno y el estrés como el calor también dan lugar a un mal plegamiento de las
proteínas y desencadenan la respuesta de proteína no plegada, culminando en lesión
celular y muerte.
- Agregación de proteínas anormales. Las proteínas anormales o mal plegadas
pueden depositarse en tejidos e interfieren con las funciones normales. Los depósitos
pueden ser intracelulares, extracelulares o ambos, y existe una evidencia acumulada
de que los agregados pueden producir cambios patológicos directa o indirectamente.
Ciertas formas de amiloidosis entran en la categoría de estas enfermedades. A estos
trastornos se les denomina, a veces, proteinopatías o enfermedades por agregación de
proteínas.
3. CAMBIO HIALINO.
El término hialino se refiere, habitualmente, a una alteración dentro de las proteínas o en el espacio
extracelular que confiere una apariencia homogénea cristalina rosada en los cortes histológicos de
rutina teñidos con hematoxilina y eosina. Se utiliza ampliamente como un término histológico
descriptivo más que un marcador específico de lesión celular. Este cambio tintorial está producido
por diversas alteraciones y no representa un patrón especifico de acumulación. Las acumulaciones
intracelulares de proteína descritas antes (gotitas de reabsorción, cuerpos de Russell, hialina
alcohólica de Mallory) son ejemplos de depósitos hialinos intracelulares.
La hialina extracelular ha sido algo más difícil de analizar. El tejido fibroso colágeno en las antiguas
cicatrices puede aparecer hialinizado, pero el mecanismo fisicoquímico subyacente en que se basa
este cambio no está claro. En la hipertensión prolongada y en la diabetes mellitus, las paredes de
las arteriolas, especialmente en el riñón, se tornan hialinizadas debido a la proteína plasmática
extravasada y al depósito del material de la membrana basal.
4. GLUCÓGENO.
5. PIGMENTOS.
Los pigmentos son sustancias coloreadas, algunas de las cuales son constituyentes normales de
las células (p. ej. Melanina), mientras que otras son anormales y se coleccionan en la células
solamente en circunstancias especiales. Los pigmentos pueden ser exógenos, provenientes del
exterior del cuerpo, o endógenos, sintetizados dentro del propio cuerpo.
El exceso de hierro hace que la hemosiderina se acumule en las células, bien como un proceso
localizado o como un trastorno sistémico. Los excesos locales de hierro y hemosiderina son el
resultado de grandes hemorragias o de la miríada de hemorragias diminutas que acompañan a la
congestión vascular intensa. El mejor ejemplo de hemosiderosis localizada es el cardenal común.
Tras la hemorragia locas, al principio el área esta de color rojo-azul. Con la lisis de los eritrocitos, la
hemoglobina se transforma finalmente en hemosiderina. Los sucesivos colores por los que
atraviesa el cardenal reflejan estas transformaciones. El color original rojo-azul de la hemoglobina
se transforma en varios tonos de verde azul, que reflejan la formación local de biliverdina (bilis
verde), después bilirrubina (bilis roja) y, a partir de aquí, el componente de hierro de la
hemoglobina se deposita en hemosiderina, de color amarillo-dorado.
Corazón. Los lípidos se encuentran en el musculo cardiaco en forma de pequeñas gotitas, que
ocurren con dos patrones. En uno, la hipoxia prolongada moderada, tal como la producida por una
anemia profunda, produce depósitos intracelulares de grasa, que crean una apariencia
macroscópica de bandas de miocardio amarillento alternando con bandas de miocardio más
oscuro, rojo-marrón, no afectado (efecto atigrado). El otro patrón de hipoxia está producido por una
hipoxia más profunda o por alguna forma de miocarditis (p. difteria) y muestra miocitos mas
uniformemente afectados.
CALCIFICACIÓN PATOLÓGICA.
La calcificación patológica es el depósito anormal en los tejidos de sales de calcio junto con
cantidades menores de hierro, magnesio y otras sales minerales. Es un proceso frecuente que
ocurre en diversas situaciones patológicas. Existen dos formas de calcificación patológica. Cuando
el depósito ocurre localmente en tejidos que están muriendo, se denomina calcificación distrófica;
ocurre a pesar de niveles séricos normales de calcio y en ausencia de trastornos en el
metabolismo del calcio. En contraste, el depósito de sales de calcio en tejidos por otra parte
normales se conoce como calcificación metastásica, y casi siempre es el resultado de
hipercalcemia secundaria a algún trastorno en el metabolismo del calcio.
Calcificación Distrófica
Aunque la calcificación distrófica puede ser simplemente un signo delator de una lesión celular
previa, a menudo es la causa de disfunción del órgano. Tal es el caso en la enfermedad valvular
calcificada y en la aterosclerosis.
Calcificación Metastásica.
La calcificación metastásica puede ocurrir en tejidos normales siempre que haya hipercalcemia. La
hipercalcemia también acentúa la calcificación distrófica. Hay cuatro causas principales de
hipercalcemia: (1) secreción aumentada de hormona paratiroidea (PTH) con resorción ósea
subsiguiente, como en el hiperparatiroidismo debido a tumores paratiroideos y la secreción
ectópica de proteína relacionada con la PTH por tumores malignos; (2) destrucción del tejido oseo,
que ocurre en los tumores primarios de medula ósea (p. ej. Mieloma múltiple, leucemia) o
metástasis esqueléticas difusas (p. ej. Cáncer de mama), recambio ósea acelerado (p. ej.
Enfermedad de Paget), o inmovilización; (3) trastornos relacionados con la vitamina D, incluyendo
intoxicación por vitamina D, sarcoidosis (en la cual los macrófagos activan un precursor de la
vitamina D), e hipercalcemia idiopática de la infancia (Síndrome de Williams), caracterizado por
sensibilidad anormal a la vitamina D), y (4) insuficiencia renal, que produce retención de fosfato,
dando lugar a hiperparatiroidismo secundario. Las causas menos comunes incluyen intoxicación
por aluminio, que ocurre en pacientes en diálisis renal crónica, y en el síndrome de leche-alcalinos,
que se debe a una ingestión excesiva de calcio y antiácidos absorbibles como la leche o el
carbonato cálcico.
Habitualmente, las sales minerales no producen disfunción clínica pero, a veces, la afectación
masiva de los pulmones produce radiografías llamativas y deficiencias respiratorias. Los depósitos
masivos en el riñón (nefrocalcinosis) pueden producir, con el tiempo, daño renal.
CUADRO DIFERENCIAL
CALSIFICACIÓN DISTRÒFICA – CALCIFICACIÒN METASTÀSICA
CALCIFICACIÒN PATOLÒGICA
El proceso tiene dos fases principales: El proceso inicia en tejidos que pierden ácido
iniciación (o nucleación) y propagación; ambas y, por lo tanto, tienen un compartimiento
ocurren intracelular y extracelularmente. alcalino interno que los predispone a la
calcificación metastásica