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DE LOS MINERALES
MINERALOGÍA
1.1 EXFOLIACIÓN.
Figura 1. Exfoliación. (a) Cúbica. (b) Octaédrica. (c) Dodecaédrica. (d) Romboédrica. (e).
Prismática y pinacoidal. (f) Pinacoidal basal.
1.2 PARTICIÓN.
1.3 FRACTURA.
2. DUREZA.
1. Talco 6. Ortosa
2. Yeso 7. Cuarzo
3. Calcita 8. Topacio
4. Fluorita 9. Corindón
5. Apatito 10. Diamante
3. TENACIDAD.
4. PESO ESPECÍFICO.
5. COLOR.
Los minerales poseen muchas propiedades, entre las cuales el color es usualmente
la primera y la más fácilmente observada. Para muchos minerales el color es
característico y sirve como criterio distintivo.
6. TORNASOLADO Y ASTERISMO.
Algunos minerales tienen una apariencia sedosa en luz reflejada, que es producida
por fibras paralelas muy juntas o por inclusiones o cavidades ordenadas
paralelamente. Cuando se obtiene una gema en corte convexo de uno de estos
minerales se observa una banda de luz en ángulo recto con la longitud de las fibras
o dirección de las inclusiones. Esta propiedad es conocida como tornasolado.
6.1 LUMINISCENCIA.
Los minerales que se hacen luminiscentes al ser expuestos a la acción de los rayos
ultravioleta, rayos X o rayos catódicos son fluorescentes. Si la luminiscencia
continúa después de haber sido cortada la excitación, se dice entonces del mineral
que es fosforescente.
6.3 TERMOLUMINISCENCIA.
Es la propiedad que poseen algunos minerales para producir luz visible cuando se
calientan a una temperatura por debajo del rojo. Se observa especialmente en
minerales no metálicos que contienen iones extraños, como activadores. Cuando
se calienta un mineral termoluminiscente, la luz visible inicial, normalmente débil, se
acentúa entre los 50 y 100°C, y dicha luz cesa de ser emitida a temperaturas
superiores a los 475°C.
6.4 TRIBOLUMINISCENCIA.
7. PROPIEDADES ÓPTICAS.
Las propiedades ópticas se determinan con menor facilidad que otras propiedades
físicas de los minerales, pero son importantes en la caracterización e identificación
de los mismos. Como usualmente se observan microscópicamente, solo se requiere
una cantidad de material muy pequeña. Las siguientes propiedades ópticas solo
pueden ser determinadas en luz transmitida y por ello solo se aplica a minerales
opacos.
La teoría ondulatoria supone que la luz visible, como parte del espectro
electromagnético, se propaga en línea recta con un movimiento ondulatorio
transversal: es decir, vibra en ángulo recto con la dirección de propagación.
Cuando un rayo de luz pasa de un medio enrarecido, tal como el aire, a un medio
más denso, tal como vidrio, parte de él es reflejado por la superficie hacia el aire y
parte entra en el vidrio (Figura 4). El rayo reflejado obedece a las leyes de la
reflexión, que establecen: a) que el ángulo de incidencia (i) es igual al ángulo de
reflexión (r), medidos ambos en ángulos desde la normal a la superficie, y (b) que
los rayos incidente y reflejado están en el mismo plano. La luz que entra en el vidrio
se propaga con menor velocidad que en el aire y ya no sigue el camino del rayo
incidente, sino que se dobla o refracta. La mayor o menor desviación depende de la
inclinación del rayo incidente y de la velocidad relativa de la luz en los dos medios;
cuanto mayores son el ángulo de incidencia y la diferencia de velocidad, mayor es
la refracción.
como en la Figura 5 y la luz pasa del medio de índice superior al índice inferior, el
rayo se aleja de la normal. Supongamos que en la Figura 5 las líneas A, B, C, etc.,
representan rayos de luz que se mueven en el vidrio y entran en el aire en el punto
O. Cuanto mayor es la inclinación del rayo incidente, mayor es el ángulo de
refracción. Finalmente, se alcanza un ángulo de incidencia, como el del rayo D, para
el que el ángulo de refracción es de 90°, y el rayo entonces roza la superficie. El
ángulo de incidencia en el que tiene lugar este fenómeno se conoce como ángulo
crítico. Rayos como el E y F, que inciden en la interfase formando mayores ángulos,
se reflejan totalmente hacia el medio de índice superior.
La medida del ángulo crítico es un método fácil y rápido para determinar el índice
de refracción, tanto de líquidos como de sólidos. El instrumento utilizado es el
refractómetro, del cual hay muchos tipos.
Para fines ópticos, todas las sustancias transparentes pueden dividirse en dos
grupos: isótropos y anisótropos. El grupo isótropo comprende las sustancias no
cristalinas, como los gases, los líquidos y el vidrio, pero incluye también cristales
que pertenecen al sistema isométrico. En estas sustancias, la luz se mueve en todas
direcciones con la misma velocidad, y por tanto cada sustancia isótropa tiene un
solo índice de refracción. En las sustancias anisótropas, comprendidos en ellas
todos los cristales, excepto los del sistema isométrico, la velocidad de la luz varia
con la dirección cristalográfica y por consiguiente hay un intervalo de índices de
refracción.
En general, la luz que pasa por un cristal anisótropo se desdobla en dos rayos
polarizados que vibran en planos mutuamente perpendiculares. Así, para una
orientación dada, un cristal tiene dos índices de refracción, cada uno asociado a un
rayo polarizado.
Hemos visto que la luz puede ser considerada como un movimiento ondulatorio
cuyas vibraciones tienes lugar en todas las direcciones que forman ángulo recto con
la dirección de propagación. Cuando el movimiento ondulatorio se reduce a
vibraciones en un solo plano, se dice que la luz está polarizada en un plano. Las
tres principales formas para polarizar la luz son por doble refracción, absorción y
reflexión.
7.4.1 Luz Polarizada por Doble Refracción.
Los rayos polarizados en los que se divide la luz al atravesar cristales anisótropos
pueden ser absorbidos diferencialmente. Si un rayo sufre casi absorción completa
y el otro muy poca, el rayo emergente será polarizado en un plano. Este fenómeno
se observa muy bien en algunos cristales de turmalina (Figura 6).
Figura 6. Luz polarizada por absorción. (a) Turmalina. (b) Polaroide. Las flechas indican las
direcciones de máxima transmisión; las direcciones de absorción máxima están en angulo recto.
La luz reflejada por una superficie lisa no metálica está parcialmente polarizada con
las direcciones de vibración paralelas a la superficie reflectante. El grado de
polarización depende del ángulo de incidencia (Figura 7) y del índice de refracción
de la superficie reflectante. La luz está casi completamente polarizada cuando el
ángulo entre el rayo reflejado y el refractado es de 90°.
Figura 7. Luz polarizada por reflexión y refracción.
8. PROPIEDADES ELÉCTRICAS.
8.1 PIEZOELECTRICIDAD.
Los ejes polares están presentes solo en cristales que no tienen un centro de
simetría. De las 32 clases cristalinas, 21 no tienen centro de simetría y de estas
todas menos una, la clase giroédrica tiene al menos un eje polar con diferentes
formas cristalinas en extremos opuestos. Si se ejerce presión en los extremos de
un eje polar, un flujo de electrones hacia un extremo produce una carga eléctrica
negativa, mientras que una carga positiva se induce en el extremo opuesto. Este
fenómeno se denomina la piezoelectricidad y cualquier mineral que cristaliza en una
de las 20 clases con ejes polares debe exhibirla. Sin embargo, en algunas minerales
la carga desarrollada es demasiado débil para ser detectada.
8.2 PIROELECTRICIDAD
9. PROPIEDADES MAGNÉTICAS
Existen sólo unos pocos minerales que se compartan como imanes. Estas
propiedades magnéticas son el resultado de propiedades atómicas que específicas
de cierto número de elementos. Un electrón girando se comporta como un pequeño
imán y producirá un campo magnético mientras se mueve alrededor de su órbita.
Los elementos más importantes que producen momentos magnéticos son los que
poseen electrones no compartidos (no intervienen en los enlaces); estos elementos
incluyen el Ti, V, Cr, Mn, Fe, Co, Ni, y Cu. Entre estos elementos se encuentran
algunos constituyentes de minerales muy comunes, como el Fe, Mn, Ti y Cr.
Las más importantes de las propiedades especiales de una especie mineral, con
respecto al calor, incluyen: