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HISTORIA EN LA INGENIERIA

Tajamares
del Mapocho Hernán Ayarza Elorza

L
Director Adjunto del Centro Interuni-
os Tajamares del Mapocho fueron muros de conten- versitario de Desarrollo, CINDA. Es
ción de ladrillo y piedra, que se levantaron entre los si- Ingeniero Civil de la Pontificia Uni-
glos XVII y XIX, para evitar las inundaciones a las que versidad Católica de Chile y Master
la ciudad de Santiago, desde su fundación y durante of Science de Stanford University.
gran parte del periodo colonial, estuvo expuesta amenazan- Ha sido académico de la Pontificia
do al sector central de la ciudad. Las aguas se desparramaban Universidad Católica y de la Univer-
por la Cañada, ingresando a las casas y hasta al mismo tem- sidad de Santiago de Chile y con-
plo de San Francisco. Para protegerse, los primeros vecinos y sultor internacional en materias re-
sus autoridades, construyeron parapetos defensivos de piedra lacionadas con Educación. En 2002
y madera, que no sirvieron de mucho. En 1610, el Cabildo recibió el Premio “Sociedad Chilena
encomendó a Mateo de Lepe la instalación de “cabrias” de de Educación en Ingeniería” por sus
madera y piedra, que fueron más eficaces para contener las aportes en esta área.
crecidas. e-mail: hayarza@cinda.cl

Como solución, el Cabildo dispuso, en 1700, la construcción


del primer tajamar de material sólido, un muro de ladrillos
con capacidad para resistir dichas crecidas. Estas defensas,
ampliadas en 1726 y reemplazadas en 1749 por una nueva
construcción, esta vez de piedra, fueron destruidas en 1749,
por la “avenida grande” de ese año, que provocó una gigan-
tesca inundación.

En 1765 se inició la reconstrucción y remodelación de las de- raron hasta 1792, en que comenzó la construcción definitiva
fensas, bajo la dirección del ingeniero Juan Garland. Según de los Tajamares de Santiago. Según Villalobos (1) , los Ta-
su opinión, se debía construir un nuevo tajamar entre un jamares del Mapocho y el Puente de Cal y Canto, fueron las
antiguo puente, ya destruido, y el nuevo que se proyectaba obras más importantes ejecutadas durante la Colonia, tanto
construir, que sería conocido como el puente de Calicanto . por las dificultades técnicas de los trabajos, sus grandes di-
El nuevo tajamar fue proyectado con un largo total de 400 mensiones, su costo y el largo tiempo que transcurrió hasta
varas. También se consultó un tajamar en la ribera norte, su término.
desde Recoleta hasta el estribo del puente, todo lo cual re-
sultó insuficiente para proteger la ciudad, ya que otra gran
inundación, en 1783, destruyó el conjunto. Los Tajamares definitivos
Los tajamares que dominarían de una vez por todas al río
El gobernador Ambrosio de Benavides encomendó, ese mis- Mapocho, fueron obra conjunta del Gobernador don Am-
mo año, a Joaquín Toesca su reparación quien, en tanto se brosio O`Higgins y de don Manuel de Salas designado super-
discutía el presupuesto de la obra, construyó unos tajamares intendente de la construcción, quienes encargaron su diseño
provisorios de madera, con grandes troncos clavados en el al ingeniero Leandro Baradán quien, luego de un detenido
lecho del río, en una extensión de catorce cuadras. Estos du- estudio del terreno, trazó el plano general de la obra que, en

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HISTORIA EN LA INGENIERIA

Los Tajamares del Mapocho están consi-


derados dentro de las tres obras históricas
más grandes de la ingeniería hidráulica
latinoamericana, junto con el Canal San
Carlos del Maipo , también en Chile, y la
desecación de la Laguna de Tenochtitlán, en
Ciudad de México.

la orilla sur, comenzaría en la casa del conde de Villa Alegre,


actual calle Condell, prolongándose al poniente hasta más
abajo del Puente de Calicanto.

Los trabajos se iniciaron en 1792 gracias al empeño de don


Ambrosio O´Higgins y a la actividad de don Manuel de Sa-
las. Otros profesionales que participaron en la construcción,
fueron lo ingenieros Pedro Rico y Agustín Caballero. Toesca
estuvo a cargo de la construcción hasta su muerte el año
1799, tras lo cual se hizo cargo de las obras Agustín Caba-
llero, reemplazado en 1803 por Ignacio Santa María. Los Los Tajamares de Mapocho
Óleo de Giovatto Molinelli
Tajamares del Mapocho, terminados en 1808, tenían un lar- Museo Histórico Nacional
go de 33 cuadras constituyendo una obra de gran magnitud
para la época.

Estos muros, obra de Toesca, protegieron a la capital de las


inundaciones durante poco más de un siglo sirviendo, ade-
más, de paseo a los santiaguinos. La canalización del río nida grande” del Mapocho, de 1783. Las ruinas del muro de
Mapocho entre 1888 y 1889, hizo que perdiera su vigen- Tajamar de ladrillos medían cinco metros de alto y 1,6 me-
cia, siendo destruidos en su parte superior o derribados para tros de ancho, conformando un paseo peatonal. Se extendía
construir la nueva canalización. Otra parte de ellos quedó aproximadamente desde la actual Estación Mapocho hasta
sepultada, a comienzos del siglo pasado, por la construcción Miguel Claro en Providencia, habiendo sido construido en-
del Parque Forestal. tre 1792 y 1802, con la participación de Toesca.

Redescubrimiento de los Tajamares De manera similar, durante las excavaciones para la cons-
Durante las excavaciones en el Parque Forestal para la cons- trucción de la Costanera Norte, en enero de 2002, se descu-
trucción de las obras del la Línea 5 del Metro de Santiago, brieron partes de los cimientos de antiguos tajamares bajo el
se encontraron dos tipos de Tajamares: uno de piedra de can- cauce del Mapocho. Corresponden a tajamares de ladrillo
tera y el otro de ladrillos. de 1,5 a 2,2 metros de alto. El Consejo de Monumentos Na-
cionales decidió instalarlos temporalmente en el Parque de
Los restos del Tajamar de piedra consistían en un muro de los Reyes, donde ya estaban los trozos de los Tajamares de
1,3 metros de ancho y 2,2 metros de alto, correspondiendo, piedra los que, según se pensaba, servirían de atracción y
posiblemente, al construido bajo el gobierno de Ortiz de Ro- entorno del futuro Museo de las Aguas. De esto han pasado
sas, entre 1749 y 1752, que había sido destruido por la “ave- ya varios años sin concretarse la idea.

1 Sergio Villalobos “Historia de la Ingeniería en Chile”, editado por el Instituto de Ingenieros de Chile y Hachete, Santiago de
Chile (1990). De este libro se ha tomado gran parte de la información para este artículo.

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