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DERECHO DE ACRECER

1. ¿QUE ES?

El derecho de acrecer es una consecuencia lógica del poder expansivo del que
goza todo heredero como derecho propio y vocación a la totalidad de la herencia.
Es una institución legal que tiene lugar cuando varios herederos concurren a una
misma herencia sin determinación de partes o en partes iguales y alguno de ellos
no quiere o no puede recibir su cuota.

2. FUNDAMENTO DEL DERECHO DE ACRECIMIENTO

Los romanos no llegaron realmente a fundamentar este derecho, fueron los


glosadores quienes establecieron dos teorías sobre la base de interpretación de
los textos romanos:

1.1. Teoría subjetiva

Considera que la voluntad presunta del causante en determinados casos es la de


beneficiar con roda la herencia a cada uno de los instituidos. Como consecuencia
de ello, si alguno no quería o no podía recibir su cuota hereditaria acrecía el
derecho de los restantes coherederos, porque se consideraba que esa habría sido
la voluntad del testador. Este criterio es afirmado por muchos autores como Roca
Sastre, Somarriva, Messineo y Barbat.

Se critica a esta teoría porque se afirma que solo tendría eficacia en la sucesión
testamentaria pero no en la sucesión legal, dado que la única fuente sería la
voluntad del causante. Por la fuerza de las cosas, como señalan los profesores
Domínguez, la voluntad se presenta también en la sucesión intestada, aunque su
reglamentación está referida solo a la sucesión testamentaria. El fundamento del
derecho de acrecer en la sucesión intestada descansa en el mismo orden a
heredar establecido por la ley. Además solo valdría cundo el llamamiento se hace
en conjunto, lo cual constituye un presupuesto expreso y no tácito.

1.2. Teoría objetiva

Según esta teoría la voluntad del testador no crea el derecho de acrecimiento, que
no aparece por el hecho del llamamiento solidario sino porque aquel llamado
acumulativo confiere a los herederos instituidos el derecho inicial a toda la
herencia. El derecho de acrecimiento proviene de la ley porque los coherederos
tienen vocación a la universalidad, o a la totalidad, de la herencia.

Los profesores Domínguez consideran que el acrecimiento no se produce


propiamente en la cuota vacante que no llega a existir, sino en el título que tenía el
asignatario de la sola disposición de la ley o del testamento del difunto para
legitimar más adelante la aceptación. Las cuotas se dan con posterioridad a la
aceptación (1998, p. 863), y la vocación no se produce en la cuota sino en la
causa que legitima al designado para adquirirla: el título o vocación para suceder.

Un ejemplo nos ayudará a comprender este importante derecho sucesorio:


José Rivas, mediante testamento por escritura pública, instituyó como
herederos universales a sus tres hijos: Felipe, Antonio y Manuel. La
herencia neta de José Rivas alcanza los 600 000 soles (recordemos que
toda partición hereditaria se hace sobre la base del valor de la herencia
neta y no de la herencia bruta, o sea después de haber sido cubierto el
valor de las obligaciones pendientes de pago dejadas por el causante).

Muerto José Rivas, su hijo Felipe, quien tiene esposa pero carece de
descendientes, renunció a la herencia de su padre. ¿A quién corresponderá
la cuota hereditaria que pudo corresponder a Felipe de no haber renunciado
a la herencia de su padre?

La esposa de Felipe no puede recibir la cuota hereditaria de éste, porque la


herencia es del padre de su esposo, y ella no es su heredera (arts. 724, 725
y 816 del CC). Tampoco procede el derecho hereditario por representación
sucesoria porque la ley no lo prevé.

El artículo 774 del Código Civil señala: «Si varios son instituidos en la
totalidad de los bienes sin determinación de parte o en partes iguales, y
alguno de ellos no quiere o no puede recibir la suya, ésta acrece las de los
demás, salvo el derecho de representación».

El derecho de representación rompe dos principios: el del mejor derecho y


el derecho de acrecencia. En consecuencia, el valor de la herencia neta, de
600 000 soles, será repartida en partes iguales entre quienes quedan, por la
renuncia de Felipe, como los dos únicos herederos: Antonio y Manuel, por
lo que cada uno recibirá 300 000 soles.

3. PRESUPUESTOS DEL DERECHO DE ACRECER (ARTS. 774 AL 777 DEL


CC)

Para que exista el derecho de acrecer tienen que darse determinadas


condiciones:

a) Que exista concurrencia plural de herederos, pues si hubiere uno solo, este
derecho no tendría objeto.
b) Que la institución de herederos se haya hecho sin determinación de partes o
en partes iguales, lo que ocurre siempre que se trata de herederos forzosos
(arts. 723, 729 y 733 del CC). Tratándose de herederos voluntarios podría el
testador otorgarles cuotas diferentes de la herencia, en cuyo caso no tendría
lugar el ejercicio de este derecho. Los legatarios, como son instituidos a título
particular, carecen de este derecho como regla aunque sí por excepción en el
caso que plantea el artículo 775 del Código Civil, es decir, cuando los legados
inciden sobre un mismo bien o bienes indivisos, sin determinación de partes.

c) Que el coheredero, o eventualmente el legatario, en el caso particular del


artículo 775 no quiera o no pueda recibir su cuota.

d) Que tratándose de los herederos, la imposibilidad provenga por


premoriencia, renuncia, declaración judicial por indignidad o desheredación.

e) Que tratándose de herederos forzosos impedidos o por renuncia no tengan


descendientes hábiles que puedan representarlos, porque la representación
sucesoria rompe dos principios: el del mejor derecho y el del acrecimiento,
como hemos afirmado anteriormente.

f) Que, tratándose de herederos voluntarios o legatarios, según el artículo 777


del Código Civil, el derecho de acrecer no tiene lugar cuando del testamento
resulta una voluntad diversa del testador. Tal podría ser el caso cuando este
hubiera dispuesto para tales eventualidades no el derecho de acrecer sino la
sustitución por otro sucesor, en aplicación de la facultad que le concede el
artículo 740 del Código. No es pues aplicable a los herederos legitimarios
porque el derecho de la legítima es inherente a los herederos forzosos, como
lo establecen los artículos 723 y 733 que son normas imperativas.

4. DERECHO DE ACRECER NO TIENE LUGAR CUANDO DEL TESTAMENTO,


RESULTA UNA VOLUNTAD DIVERSA DEL TESTADOR

Así lo señala expresamente el artículo 777 del Código Civil. Ahora bien, tal norma
no puede ser de aplicación para el caso de los herederos forzosos, que como ya lo
hemos mencionado, su derecho deriva de la ley y no del testador, limitándose este
a reconocer tales derechos, dentro de los cuales se encuentra la acrecencia, mas
si la norma es de perfecta aplicación para el caso del heredero voluntario, en tanto
que este convocado responde a una liberalidad del testador, quien no está
obligado a hacerlo, además que la existencia del heredero voluntario, presupone
ausencia Cíe los herederos forzosos. Por ello, el testador al ser libre de disponer
de su patrimonio en la forma que crea conveniente, puede instituir la figura de la
sustitutión para algún o algunos de los herederos voluntarios convocados. Esto
trae como consecuencia, que ante la inhabilidad del heredero voluntario, su cuota
que le hubiera correspondido, no aumenta la de los otros herederos voluntarios,
sino que esa cuota pertenezca ahora al sustituto.

De lo señalado, concluimos que la sustitución es una de las formas como el


testador hace inoperante la acrecencia, pero no es la única, pues el testador al
convocar a herederos voluntarios, puede disponer que si alguno de ellos no es
hábil para heredarlo, entonces su cuota favorezca únicamente a determinado
heredero, por ejemplo, si el testador convocó a tres herederos voluntarios, y
dispone que si uno de ellos es inhábil, la referida cuota se derive, solo para uno de
los otros herederos (a quien designa); ocurrida la inhabilidad, entonces esa cuota
no acrecerá la de los otros herederos, sino que se destinará al que previamente
designó el testador, el cual termina favorecido con su cuota prevista por el
testador, y la cuota que debió ser del heredero inhábil, pero por propia disposición
del testador, ahora también le pertenece.

Obsérvese que no se trata de que el testador esté prohibiendo la acrecencia, pues


ello no es posible, en atención a las características del heredero; sin embargo, sin
ir a la prohibición, se llega al mismo efecto cuando el testador instituye un sustituto
o precisa el destino de la cuota del heredero inhábil.

5. DERECHO DE ACRECER DE LOS LEGATARIOS

Se trata de una excepción, pues el derecho que venimos comentando solo es de


los herederos, sin embargo, resulta atendible haber legislado sobre una situación
concreta en la que concurren varios legatarios respecto de un solo bien. En efecto,
puede acontecer la convocatoria de varios legatarios respecto de un determinado
bien, y que el testador no haya señalado las partes que le corresponden a cada
legatario. En esa circunstancia, si alguno de los legatarios resulta inhábil para
heredar, entonces la cuota que le hubiera correspondido acrece la de los otros
legatarios.

El artículo 775 del Código Civil refiere: "Cuando un mismo bien es legado a varias
personas, sin determinación de partes y alguna de ellas no quiera o no pueda
recibir la que le corresponde, esta acrecerá la parte de las demás". Repárese que
se trata de un caso singular, pues de ordinario, como ya lo hemos señalado, los
legatarios no tienen el derecho de acrecencia; sin embargo, ante una situación
particular, en donde se aprecia la voluntad del testador de beneficiar a todos por
igual (pues de caso contrario lo hubiera, manifestado), y al no ser hábil uno de
ellos, resulta pertinente que los que si son hábiles, aumenten su participación con
lo que le hubiera correspondido al legatario que no quiso aceptar la herencia,
porque renunció, o que no pudo aceptar la herencia, porque murió antes que el
causante o fue excluido de la sucesión por indignidad.

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