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Los estabilizadores del ánimo

1. El Litio
El litio es un ión cuyo mecanismo de acción no está claro. Son candidatos para su mecanismo de
acción varios sitios de transducción de señal localizados por debajo de los receptores
neurotransmisores. Esto incluye segundos mensajeros, como el sistema del fosfatidil inositol, donde
el litio inhibe a la enzima inositol monofosfatasa; modulación de las proteínas G y, más
recientemente, regulación de la expresión de genes que codifican factores de crecimiento e
intervienen en los procesos de plasticidad neuronal mediante la interacción en cascadas de
transducción mediante la inhibición de la glucógeno sintetasa quinasa 3 (GSK 3) y la proteína
quinasa C.
Sea como sea, el litio funciona, está probada su efectividad en episodios maníacos y en la
prevención de recurrencias (y de suicidio) y quizá en menor medida para episodios depresivos,
casos de ciclación rápida y episodios mixtos. Aun así, el litio hoy en día no se emplea en
monoterapia a dosis elevadas sino concomitantemente con otros tratamientos.
Efectos adversos conocidos del litio: síntomas gastrointestinales -dispepsia, náuseas, vómitos y
diarrea-, aumento de peso, caída de cabello, acné, temblor, sedación, entorpecimiento cognitivo e
incoordinación. Hay además efectos adversos a largo plazo sobre la tiroides y el riñón. Monitorizar
al paciente.
2. Anticonvulsivantes como estabilizadores del estado de ánimo
Aunque no se conoce específicamente cómo actúan los anticonvulsivantes en el trastorno bipolar,
sabemos que bloquean los canales de sodio o de calcio o favorecen la acción gabaérgica, todo a fin
de reducir la hiperactividad generalizada de los circuitos que se dan durante los episodios maníacos.
Muchos anticonvulsivos sirven, además de para tratar la epilepsia y la manía, para el tratamiento de
migrañas, de la fibriomialgia y del dolor neuropático.

2.1 ÁCIDO VALPROICO

Al menos existen tres posibilidades para explicar cómo actúa el ácido valproico o valproato:
inhibiendo los canales de sodio dependientes de voltaje; potenciando las acciones del
neurotransmisor GABA y regulando las cascadas de transmisión de señal.

• Actuación sobre los canales de sodio dependientes de voltaje: es posible que el valproato
pueda cambiar la sensibilidad de los canales de sodio alterando la fosforilación de los
mismos, uniéndose indirectamente a ellos, a sus unidades de regulación o mediante la
inhibición de enzimas fosforilasas. La cuestión es que, si pasa menos sodio al interior de la
neurona, esto da lugar a una disminución de la liberación de glutamato y por lo tanto a
menor neurotransmisión excitadora.

• Potenciación de la acción del GABA, tanto incrementando su liberación, como


disminuyendo su recaptación o enlenteciendo su inactivación metabólica. No se sabe con
certeza como esto sucede, pero sí se ha comprobado que los efectos del valproato sobre las
cascadas de segundos mensajeros resultan en una mayor actividad gabaérgica, ergo en
mayor neurotransmisión inhibitoria, lo que posiblemente se relacione con su acción anti
maníaca.

• Acciones sobre las cascadas de transducción de señal. Como el litio, el valproato es un


inhibidor de la GSK3, pero además actúa sobre otros lugares de las cascadas: desde el
bloqueo de la fosfoquinasa C (PKC) a la activación de señales que promueven acciones de
neuro-protección y plasticidad a corto y largo plazo (como las quinasas reguladas por
señales extracelulares: ERK quinasa)

• Efectividad probada en la migraña.


Para que el valproato sea eficaz tiene que tomarse a una cierta dosis, hecho que conlleva efectos
secundarios muy negativos: caída del cabello, pérdida de peso, daño hepático, etc.
2.1 CARBAMAZEPINA
Aunque la carbamazepina al igual que el valproato actúa sobre los episodios maníacos parece tener
mecanismos y acciones clínicas diferentes.

• Se cree que actúa bloqueando los canales de sodio dependientes de voltaje en un lugar en el
interior del mismo que se conoce como subunidad alfa.

• Efectividad probada en el dolor neuropático.

• Efectos secundarios: efectos supresores sobre la médula ósea, inducción de la enzima 3A4,
sedación y toxicidad fetal.

• Es un agente de segunda línea, sobre todo indicado para la fase maníaca más que para la
depresiva -no suficientemente estudiado-.
-Fármacos que actúan también sobre la subunidad α: oxcarbazepina (que se metaboliza a
S-licarbazepina.
2.3 LAMOTRIGINA
Está aprobada como estabilizador de ánimo para la prevención de recurrencias tanto de las fases del
trastorno bipolar -maníacas y depresivas- como de depresión (de hecho, dado que muchos
antidepresivos han probado desencadenar manía, la lamotrigina está siendo un antidepresivo de
primera línea).

• Unión a la conformación abierta de los canales dependientes de sodio (en la subunidad α).

• Perfil de tolerabilidad superior al de otros anticonvulsivantes (excepto rash cutáneo:


síndrome de Stevens-Johnson).

• Capacidad para disminuir la liberación del neurotransmisor excitador glutamato. No está


claro si esto es secundario al bloqueo de los canales de sodio o es una acción sináptica
adicional. Lo que se conoce es que la reducción de la actividad de este neurotransmisor
puede ser una acción única capaz de estabilizar desde abajo.
2.4 RILUZOLE
Fue inicialmente desarrollado para enlentecer la progresión de la ELA. En teoría, se une a los
canales de sodio dependientes de voltaje y previene la liberación de glutamato con un mecanismo
similar al de la lamotrigina. La idea es que disminuyendo la liberación de glutamato en la ELA se
podría prevenir la supuesta excitotoxicidad que causa la muerte de neuronas motoras en esta
enfermedad.
- Muy caro y asociado a anomalías de la función hepática.

3. Antipsicóticos atípicos: no sólo para la manía psicótica


Mecanismos de acción putativos de los antipsicóticos atípico:
Debemos partir de que la depresión no se origina por una actividad por una actividad “demasiado
baja” ni la mania por una “demasiado alta”, sino más bien observar a los trastornos en un espectro
en el que participa la actividad asincrónica y caótica. De acuerdo con esta noción, los
estabilizadores de ánimo tienen la habilidad de sincronizar circuitos disfuncionales, aumentando la
eficiencia de procesamiento de información en los circuitos sintomáticos y disminuyendo la
producción síntomas, sean depresivos o maníacos.
Si esto es así, el antagonismo D2 o las propiedades agonistas parciales de los antipsicóticos atípicos,
así como de los antipsicóticos convencionales puede explicar la reducción de los síntomas
psicóticos en manía -por ejemplo: la taquilalia, taquipsiquia o la megalomanía-. De otro modo, las
propiedades antagonistas 5HT2A de los antipsicóticos atípicos pueden explicar la reducción de los
síntomas no psicóticos y de los síntomas depresivos. Esto podría ocurrir vía reducción de la
hiperactividad glutamatérgica (tanto maníaco como depresivo, dependiendo de los circuitos
posteriores). De hecho, la doble acción anti glutamatérgica podría explicar el beneficio de
administrar conjuntamente estabilizadores del humor y antipsicóticos atípicos.

Igualmente, numerosas propiedades de los antipsicóticos atípicos aumentan la disponibilidad de las


tres monoaminas -DA, NA, y 5HT-, ejerciendo una mejora sobre el ánimo, la cognición y la alerta
(síntomas críticos en la depresión unipolar).
Antipsicóticos atípicos que mejoran sólo la manía: perospirona, aripiprazol, bifeprunox.
Antipsicóticos atípicos que mejoran ambas fases del trastorno bipolar: olanzapina, quetiapina,
risperidona, ziprasidona.
4. Tratamiento
Primera línea: litio, valproato, lamotrigina, carbamazepina, lamotrigina y AD
Segunda línea: benzodiacepinas, topiramato, gabapentina, antagonistas de los canales de calcio.
Los que se den con finalidad de paliar la fase depresiva, deberán administrarse con extremo
cuidado, ya que puede inducirse un cambio de viraje/ciclación rápida.
Comorbilidad: TDAH, TLP, agresividad, trastornos de ansiedad, psicosis y abuso de sustancias.

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