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Las nociones de verdad y bueno en Nietzsche

y sobre su idea de la mujer


Notions of the truth and the good according to
Nietzsche and his idea of the women
Julio Morales Guerrero*
Universidad del Atlántico, Colombia
DOI: http://dx.doi.org/10.15648/am.27.2016.2

RESUMEN

El examen que hace Nietzsche de la noción de verdad le permite afirmar que es un valor moral
surgido del carácter inefable de la experiencia individual y de la necesidad de comunicarla para la
vida en comunidad. Como la verdad, también lo bueno y lo malo en sentido absoluto, no son valores
incondicionados, sino relativos a la circunstancia de su origen, que viene a ser cierta contumacia de
la vida resultante de la instauración de la cultura. Este examen de la génesis de dichos conceptos
(valores) le permiten elucidar el sentido de lo general como universales o esencias hasta conectar
el concepto de hombre con la noción de esencia. Dice Nietzsche que luego se incurre en el error de
referirse a la mujer como si también se tratara de otra substancia con el mismo título de substancia
que ostenta el hombre esencial.

Palabras clave: Absoluto, Esencia, Substancia.

ABSTRACT

The analysis that Nietzsche does about the notion of the truth allows him to affirm that is a moral
value arisen from the ineffable character of the individual experience and of the need of com-
municate it for the community life. As truth, also good and evil in their absolute meaning are not
unconditioned values but relative to the circumstances of its origin the end up being a contumacy
of the life as a result of the culture establishment. This analysis of the analysis of the genesis of
these concepts (values) allows him to elucidate the sense of the general as universal or essences to
connect the concept of man with the notion of essence. Nietzsche says that then it is incurred in the
error of referring to woman as a substance with the same title esencial man receives.

Key words: Absolute, Essence, Substance.

Recibido: 8 de abril de 2015 Aceptado: 14 de agosto de 2015


* Filósofo. Magíster en Filosofía. Doctor en Filosofía. Docente en la Universidad del Atlántico. Correo elec-
trónico: juliomorales@mail.uniatlantico.edu.co

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Introducción valoración. En contraste Nietzsche in-


troduce la noción de pathos de la dis-
La primera parte de este artículo pre- tancia y ubica la causa de la inversión
senta algunas de las consideraciones de los valores en la “mala concien-
de Nietzsche para mostrar que la cia”. Pero mi trabajo no se extiende
verdad no es un valor incondiciona- a este tema.
do, sino que ha llegado a serlo con el
carácter de valor moral en virtud del A continuación propongo que podría
olvido de su origen contingente aso- descubrirse una postura psicológica
ciado a la necesidad de comunicar la de Nietzsche en beneficio de lo que
experiencia individual en cuanto con- ha llamado moral de los señores y
dición para la vida en sociedad. que no estaría justificada lógicamen-
te, pero se trata solo de una sugestión.
En la segunda parte, relativa a la mo-
ral y a las nociones de bueno y malo, Al final hago notar que en ese contex-
presento las líneas generales de la ar- to de su crítica de la metafísica tradi-
gumentación de Nietzsche para mos- cional se explica el polémico concep-
trar que también lo que se conoce to que expresa sobre la mujer porque
como moral en general es una moral al separarla del concepto genérico del
particular cuya especificidad consiste hombre se le concibe como otra en-
en ser un modo de valorar propio de tidad metafísica bajo la forma de la
cierta contumacia de la vida. También mujer en sí.
lo bueno y lo malo, como la verdad,
no son valores incondicionados sino Sobre la verdad
relativos a esa circunstancia de su ori-
gen, y tras la pretensión de universali- Nietzsche sostiene que el supuesto
dad de esos valores lo que se encuen- más primitivo de toda pretensión teó-
tra es un estado de insatisfacción con rica consiste en la asunción de que el
la vida, resultante de que la sociedad hombre por naturaleza desea saber,
ha sido posible gracias a la represión entendido este deseo como inclina-
de las inclinaciones naturales o instin- ción por la verdad. La veracidad se
tos del hombre. torna un valor moral cuando se pre-
tende que sea consustancial al modo
Entonces procuro indicar cómo ar- de ser del hombre, debido al olvido de
gumenta Nietzsche que es un error la su origen como mecanismo o instru-
idea de que el valor bueno viene de mento adecuado y conveniente para el
la utilidad percibida por los actos no- desarrollo de la vida, posibilitado por
egoístas, pues de este modo se pierde la específica condición del hombre de
de vista que hay una inversión de la re-presentar y su necesidad de comu-

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nicar la experiencia. En efecto, siendo en la ilusión, su realidad es una gran


lo característico de la especie humana metáfora. En la historia de la filoso-
sobrevivir mediante el empleo super- fía esto se constata en las dos grandes
lativo de la mímesis y el engaño, en perspectivas que representan Herá-
virtud de su facultad inteligente, re- clito y el Eleatismo. Siendo Anaxi-
sulta ser la mayor mentira asignarle mandro el primero en percatarse de
a la veracidad la calidad de atributo este modo de ser de lo existente, se
específico (Nietzsche, 1996, pp.17- expresó diciendo que todos los seres
18). Por esa pérdida de la perspectiva nacen y se desarrollan por actos de
naturalista del asunto que hace de la dominación y apropiación cometien-
verdad un valor incondicionado, hasta do injustica, pero perecen como retri-
la ciencia y la metafísica terminan in- bución y pago; de modo que así como
mersas en la moral (Nietzsche, 1996, de lo Uno universal sale lo singular y
p.125). lo Múltiple, lo Múltiple regresa a lo
Uno. Esta actividad por la cual siem-
La experiencia individual es inefable, pre se está llegando al Ser fue ponde-
pues solo podría comunicarse preca- rada por Heráclito como el Ser mismo
riamente con el gesto de mostrar, que y causó la reacción de los Eleáticos
sería la óptima manera de conseguir- que, desde la otra orilla (la perspec-
lo; como indicando “esto”. Pero para tiva de la razón y no de los sentidos),
recordar posteriormente esa experien- solo vieron lo Uno inmóvil, creando
cia que se cree compartida se acude a la dualidad entre Ser y Aparecer, en-
los sonidos del lenguaje, se inventan tre la razón y los sentidos.
palabras y se espera que se usen para
señalar lo que se ha convenido que Hasta aquí todavía el sentido de Justi-
ellas señalan. De manera que ser ve- cia había estado desprovisto de valo-
raz es necesario para no confundir. No ración moral porque hacía referencia
habiendo relación de necesidad entre solo al equilibrio que daba garantía a
la realidad simbolizada y el símbolo, la continuidad del proceso mismo de
todo el conocimiento lo es de lo ima- la existencia. Con Sócrates y Platón
ginario (relativo a los símbolos), que tendrá lugar una mixtificación de la
se toma como lo verdaderamente real, experiencia, al introducir la distinción
mientras que lo particular, siendo lo entre cosa en sí como objeto de la ra-
estrictamente real, pasa a constituir la zón y fenómeno como objeto de los
apariencia, en cuanto algo parecido sentidos, tomando como real lo que
a lo intersubjetivo que es siempre lo solo es un aspecto de la realidad en
universal o general, es decir, la rea- la imaginación. Surge entonces una
lidad “objetiva”. Todo esto da cuen- negación del mundo, de lo sensitivo,
ta de que la vida humana transcurre en vista de una supuesta realidad pro-

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funda y verdadera de la que la razón de gozo y plenitud o de temor e insa-


debía dar cuenta. El Ser Uno que con- tisfacción, y así la valoración puede
cibe la razón y el Ser como multipli- ser positiva o negativa, dando origen
cidad para los sentidos, en el plano a dos tipos de moral que Nietzsche
de la conciencia o del sentimiento clasifica como afirmativa y reactiva
constituyen lo trágico, que en el mun- (Nietzsche, 1996, p.604). Ambas pre-
do antiguo se expresó como unidad tenden servir a la vida, pero es la pri-
de lo apolíneo y lo dionisíaco. A esta mera la que está en consonancia con
unidad se contrapuso la visión inte- su desenvolvimiento y prosperidad
lectual, socrática, que representa la por ser afirmativa de la acción que es
actitud científica, como una relación lo característico de lo vivo; mientras
con lo existente cuya particularidad la segunda, queriendo conservar la
consiste en ser visión lógica y racio- vida mediante la negación de la acti-
nal de la vida, a la que, además, se le vidad, la anquilosa y la arruina.
asigna ese modo de ser lógico.
En cuanto el hombre hace parte de
Mediante esa inversión del sentido lo viviente es razonable considerar-
de las cosas, la metafísica hizo de la lo también vinculado al modo de ser
verdad el objeto de su ocupación y de la vida, y siendo un principio de
dicha verdad oculta, resultante de la esta quererse afirmar, a través de me-
negación de la existencia evidente, canismos que expresan una voluntad
fue elevada al puesto de valor incon- de dominio o de poder, resulta para-
dicionado y supremo bien. Este es, dójico que la vida civilizada de la so-
según Nietzsche, el síntoma de una ciedad contemporánea se regule por
decadencia de la vida porque declara valores tenidos por universales como
no estar satisfecha consigo misma, es el no-egoísmo, la compasión, la re-
decir, con lo sensitivo. nunciación, entre otros, que son con-
trarios a los que caracterizan la vida
La moral y las nociones de bueno y y contribuyen a su desarrollo. Estos
malo valores, dice Nietzsche, conducirán
El hombre vive en una relación me- a la nada y resultan ser una voluntad
diata con el mundo por la cual todo que se vuelve contra la vida; por con-
lo re-presenta, y esta necesidad de siguiente, se hace necesario examinar
representar comporta la de comparar su valor. Las valoraciones de bueno y
y expresar una cosa en términos de malo son también inventos del hom-
otra, lo que implica evaluar y asignar bre que deben tener un origen del mis-
valor (Nietzsche, 1965a, p.625). En mo modo que la verdad, y si se quiere
esta asignación de valor da cuenta de determinar su valor, es pertinente pre-
su relación con la existencia, ya sea guntar en qué condiciones surgieron,

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(Nietzsche, 1996, p.594) pues no es las nociones de bueno y malo no es


razonable que se tenga por bueno lo el mismo entre los diferentes pueblos
que es perjudicial a la vida. y tiempos y en las distintas categorías
de los individuos. Estos conceptos
Se descarta una búsqueda a la manera son diferentes según provengan de los
de la metafísica tradicional, similar a señores o de los esclavos: entre los se-
una ontología del bien, como ocurre ñores es bueno todo aquel que pueda
en Platón. Además, el Bien y el Mal pagar con la misma moneda, no im-
tampoco son propiedades de las cosas porta que pague con gratitud una deu-
o de las acciones. Son valoraciones da contraída o con una venganza un
que no nacen gratuitamente sino en perjuicio recibido. Para los oprimidos
relación con el desenvolvimiento de todo hombre es potencialmente malo,
la vida y servirán a su desarrollo o a es hostil, “malo es el calificativo ca-
su empobrecimiento. racterístico del hombre” y las mani-
festaciones de bondad son sospecho-
En Spinoza hay una opinión similar sas de guardar algún mal (Nietzsche,
en el sentido de que los bienes verda- 1965b). Es de interés señalar que la
deros son todo aquello que conduzca semejanza con Spinoza vuelve a apa-
a realizar la perfección del hombre; recer aquí, ya que en la perspectiva de
las cosas no son ni buenas ni malas en los señores la valoración coincide con
sí mismas, sino que reciben una va- la idea de Spinoza de ser el hombre lo
loración relativa al servicio que pres- más útil al hombre. Mientras que en
tan al desarrollo de la vida (Baruch, la doctrina del contrato de Hobbes, la
1984, pp.278-279)..Por esta razón el visión del hombre como lobo para el
punto de vista de Spinoza sería idén- hombre resulta coherente con la que
tico al de Nietzsche si no fuera por- Nietzsche encuentra entre los menes-
que Spinoza también ha incurrido en terosos.
esa ‘inversión valorativa de la meta-
física tradicional’ al creer que existe Pero no pretendiendo él mismo una
una idea de hombre de superior per- búsqueda de la verdd, se propone en-
fección a cuya realización se supedi- contrar algo más verosímil sobre estas
ta la vida particular, lo que significa ideas, ya que existe un consenso se-
una negación de la vida misma y una gún el cual el sentido de bueno es solo
afirmación de otra imaginaria. Aquí uno y deriva de la utilidad que pro-
de nuevo se verifica esa insatisfacción digan los actos no-egoístas a quienes
con la existencia en la que Nietzsche son objeto de ellos. Esta apreciación,
ve expresado el nihilismo. según Nietzsche, invierte el origen de
la valoración al perder de vista que
Sostiene Nietzsche que el origen de la calidad de bueno del acto se la da

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el agente y no el paciente, de manera ser olvidada. Más aún, el carácter


que la condición de bueno no guarda no-egoísta, de donde estos a quienes
relación con la consecuencia del acto se prodiga la bondad le reconocen lo
sino con su naturaleza misma. Si que- bueno, estaría afirmado por la utilidad
da oculta esta génesis de la valoración que les causa, configurándose una
de bueno, se llegará a una inversión circularidad puesto que se califica de
de los valores en el sentido de que bueno por la utilidad que prodiga y
lo activo es valorado desde lo pasi- es esta utilidad la que permite verlo
vo y así toda la moral será reactiva y como acto no-egoísta. En quienes lo
no afirmativa. Esta tesis pretende ser ejercen propiamente no podría hablar-
aclarada por Nietzsche mediante una se de no-egoísta, es simplemente un
genealogía de la moral. Su argumento acto no asociado a ningún interés que
al respecto es como sigue: se realiza por el gusto de realizarlo.
De manera que si los filósofos que así
Los genealogistas de la moral consi- discurren no quieren asimilar lo bue-
deran que las acciones no-egoístas, no a lo útil, con mayor razón tendrán
por serles útiles a los que las reciben que asignar el origen de la califica-
las llaman buenas y después, sin rela- ción de bueno en quienes prodigan el
ción con esa utilidad, las llaman bue- acto y no en quienes recae. Pues el ca-
nas sin más. El carácter de bueno, o rácter bueno es causa de un afirmarse
el calificativo, les vendría entonces de incondicionado y es actor libre quien
quienes las reciben o disfrutan. Ocu- lo profiere, antes que consecuencia de
rre en realidad lo contrario; este cali- su efecto. A esta circunstancia llama
ficativo viene de los que las agencian, Nietzsche el pathos de la distancia.
es decir, de los hombres nobles o me-
jores o superiores; estos son legisla- La apreciación de los valores, cuan-
dores hasta del lenguaje y no valoran do tiene lugar en la perspectiva de los
lo bueno en virtud de utilidad alguna. señores, lleva a una afirmación de la
Sus acciones son buenas precisamen- vida fundada en este pathos de la dis-
te porque son los mejores. La idea de tancia. La moral aristocrática nace de
que el valor bueno viene de los que una triunfal afirmación de sí misma y,
experimentan la bondad del acto, en cambio, la moral de los oprimidos,
aunque después haya caído en olvido a quienes les está negada su acción
la relación de utilidad para aparecer natural que sería una reacción, hace
como bueno sin más, es insostenible, de la negación su afirmación. Esta
ya que esta utilidad del acto no-egoís- moral es reactiva y negativa.
ta, por la cual se dice que se hace el
acto objeto de alabanza, no deja de Hay aquí un esfuerzo por conjeturar
existir, al contrario, se pone en evi- la idea de una moral activa y otra mo-
dencia cotidianamente, y mal podría ral reactiva que también quiere crear

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valores, con notoria valoración posi- con la valoración de grande-pequeño,


tiva de la primera. Esto debe ser bien cuando esta última se da por parte de
examinado porque detrás del desplie- un elefante, de una hormiga o desde
gue retórico y sugestivo puede haber un tercero no muy grande y no muy
un error lógico en la consideración pequeño. Conforme a nuestro propio
del asunto. Por una parte porque no modo de valorar es probable que en
hay razón para que la moral activa la pareja de opuestos grande-pequeño
sea positivamente valorada, aún en el un elefante valore positivamente el
caso de que el valor le venga a cada opuesto grande y lo contrario ocurra
una del servicio que preste al desarro- en la valoración de la hormiga. Esto
llo de la vida, pues para ello es nece- no dista de la valoración implícita
sario que en el concepto mismo de la en la ligereza con que matamos un
vida vaya implícita una ponderación mosquito y la gravedad de nuestra
positiva de su aspecto nacer y crecer expresión para matar un buey. Segu-
con menosprecio del otro aspecto: el ramente la asignación de importancia
de la muerte y el deterioro. Esto im- a lo que es más y de desprecio a lo
plica perder de vista que generación que es menos, es una valoración psi-
y degeneración son distinguibles solo cológica relativa al tamaño de nuestro
para efectos analíticos, porque no son cuerpo, que nada tiene que ver con la
más que aspectos de un único hecho lógica. La clave para aclarar esto, cu-
y mal puede preferirse uno más que riosamente la da el mismo Nietzsche
otro ya que en ellos mismos positivo y con su ejemplo de las aves de rapiña y
negativo es carente de sentido. los corderos (Nietzsche, 1965a), solo
que se coloca desde el punto de vista
Por otra parte, porque una y otra mo- de las falconiformes y aprecia todo lo
ral (activa y reactiva) no son pensa- de los corderos del mismo modo que
bles sino como un par en el sentido estos aprecian lo de las águilas. En
heraclíteo y también parmenídeo: la lo que sí está bien acertado su análi-
Moral. Es decir, que la estimación sis es en que sería una locura que las
positiva de un tipo de valoración en aves de rapiña terminen persuadidas
perjuicio del otro es ya un testimo- de que lo que los corderos estiman
nio de estar incurso en el error lógico bueno y malo es lo bueno en sí y lo
causado por la apreciación psicoló- malo en sí. Como absurdo sería que
gica de los tipos de valoración, cuya los corderos se persuadan de que lo
apreciación es consecuencia del error bueno y lo malo en la perspectiva de
mismo que obliga a ver positivo lo las aves rapaces son lo bueno en sí y
que crece y negativo lo que decrece. lo malo en sí. Esto parece llevarnos
Conviene detenerse a analizar los as- al relativismo de Protágoras, porque
pectos fuerte-débil, opresor-oprimi- no habiendo lo bueno en sí, no parece
do, superior-inferior y compararlos quedar otro camino que lo bueno para

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alguien. De hecho Nietzsche trata de ritu ante lo real; una, la parmenídea,


mostrar que lo bueno para los señores, y, otra, la heraclítea. Si aceptamos
sin ser lo bueno en sí es lo bueno sin la realidad como nos la sugieren los
más debido a que la calificación no sentidos, se arriba al punto de vista de
le viene de alguna relación con algo. Heráclito; mientras que si se concede
La misma aporía parece trasladarse al prioridad a la razón y a los principios
plano general de la moral, pues la mo- de Identidad y de no-contradicción,
ral de los esclavos quiere serlo tam- se concluye el Uno parmenídeo.
bién de los señores y pretende que su
negación sea la negación de La moral. Lo que se ha llamado “el espíritu” es
el resultado del triunfo de los eleáti-
¿Cómo es posible que los fuertes y cos sobre los pitagóricos y Heráclito.
poderosos hayan terminado asumien- “[Este espíritu] tiene voluntad de ir de
do como suya la forma de valorar de la pluralidad a la simplicidad”, des-
los débiles y oprimidos, al punto de
precia lo que se ofrece en la superfi-
negarse a sí mismos? Este fenómeno
cie, es decir, el mundo fenoménico tal
se esclarece siguiendo el recorrido
y como se percibe, porque contraría
que ha tenido lugar para llegar a la
el modo de ser de ese espíritu que se
formación de la conciencia y pasar de
construye sobre el principio de iden-
ella, finalmente, a la mala conciencia.
tidad y no concibe la contradicción.
Esto implica desdeñar e ignorar todo;
La verdad y la mujer
“un cerrar las ventanas” (así deno-
En el inicio del prólogo de Más allá minó Heráclito a los sentidos); “una
del bien y del mal se dice: “Supo- especie de estado de defensa contra
niendo que la verdad sea una mujer, muchas cosas de las que cabe tener un
¿cómo?, ¿no está justificada la sos- saber”.
pecha de que todos los filósofos, en
la medida en que han sido dogmáti- Al tomar partido por lo Uno, a lo cual
cos, han entendido poco de mujeres?, nos conduce la razón, es obligado op-
¿de que la estremecedora seriedad, la tar por una voluntad de dejarse enga-
torpe insistencia con que hasta ahora ñar, asumiendo que las cosas que se
han solido acercarse a la verdad eran nos presentan no son así, sino que solo
medios inhábiles e ineptos para con- nos parecen así: “En contra de esa
quistar los favores precisamente de voluntad de apariencia, de simplifica-
una hembra? ción, de máscara, de manto, en suma,
de superficie –pues toda superficie es
En el parágrafo 230 de la menciona- un manto– actúa aquella sublime ten-
da obra se propone la distinción de dencia del hombre del conocimiento
las dos maneras de proceder el espí- a tomar y querer tomar las cosas de

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un modo profundo, complejo, radical: Nietzsche con la expresión “este soy


especie de crueldad de la conciencia yo”. Un adecuado ejemplo de cómo
y el gusto intelectuales que todo pen- se pierde el sentido de la verdadera
sador valiente reconocerá en sí mis- realidad al tomar la “vía de la verdad”
mo, suponiendo que, como es debido, que la diosa propone a Parménides, lo
haya endurecido y afilado durante su- constituye el concepto de hombre, que
ficiente tiempo su ojo para verse así siendo uno y genérico para referirse a
mismo y esté habituado a la disciplina la especie biológica, termina por dis-
rigurosa, también a las palabras rigu- tinguir dos entes, porque esa lógica
rosas” (Nietzsche, 1965c, p.179). Así parmenídea nos conduce a tomar cada
surge el amor a la verdad y a la sa- uno de los opuestos constitutivos del
biduría, como un abandono de lo sin- ente como si se tratara de una y otra
gular, siempre dual, para instituir en entidad. De esta manera nos encontra-
su lugar lo universal; la blancura por mos hablando de “la mujer en sí”.
lo blanco, y, en general, el concepto
de la cosa por la cosa misma. Pero Lo que se desarrolla desde el pará-
aunque Ulises sea capaz de hacerse grafo 232 hasta el 239 puede verse
el sordo ante las atrayentes melodías, como un esfuerzo por situar las cosas
estas siempre llegan a sus oídos y los en sus términos naturales para hacer
hombres se ven obligados a recono- ostensible que los discursos sobre el
cerse no solo como el hombre en sí, varón y la mujer son vacíos de conte-
sino como el hombre natural (homo nido porque no hay tales entidades, ya
natura). que el concepto de hombre refiere a lo
humano como fenómeno natural, que
Los parágrafos 231 y siguientes se tiene de particular no ser tan natural;
ocupan de la mujer. ¿Qué conexión si bien, Nietzsche se vale del episodio
puede haber entre la reflexión conte- histórico que constituye la liberación
nida en el 230 y la que se introduce de la mujer, el cual en su totalidad se-
inmediatamente? Parece razonable ría un error, similar al de un discurso
entender lo siguiente: la crítica de la paralelo al de la hípica, pero relativo
actitud parmenídea termina haciendo a las yeguas; como si pudiera hablar-
ver que es imposible al espíritu per- se de la hípica macho y de la hípica
manecer en las “profundidades” de hembra.
ese mundo inteligible al que lo con-
duce el ejercicio de la pura razón, por- Es ingenuo explicar en forma llana
que la misma condición del hombre los comentarios de Nietzsche sobre la
de ser parte de la naturaleza le obliga mujer aduciendo simples motivacio-
a encontrarse consigo mismo en esta nes psicológicas y otras cosas más o
dimensión; tal circunstancia la señala menos tontas. Para comprender lo que

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está contenido en los mencionados la naturaleza consiste en disminuír la


parágrafos parece conveniente discu- entropía, entendida esta como gasto
rrir en los siguientes términos: innecesario de energía, pero útil para
descubrir nuevas formas de organiza-
Desde el punto de vista físico-natural, ción de la materia mediante ensayo y
la inteligencia puede ser vista como error, diremos que la inteligencia es
un desvarío, en cuanto ella es una un típico comportamiento entrópico y
habilidad para retener las señales y, la entropía no es privativa de los seres
previa representación, elaborar res- humanos, pues también tiene lugar,
puestas. A diferencia de lo que ocu- aunque en menor proporción, en otras
rre en todos los seres vivos, que están especies. Por ejemplo, la inclinación
genéticamente pre-programados para de los gallos de pelea a combatir en-
responder de manera unívoca a las se- tre ellos, y en menor grado la de los
ñales recibidas del entorno, los seres machos de todas las demás especies.
inteligentes retienen muchas señales y Este comportamiento entrópico se
elaboran respuestas después de inter- explica en buena medida porque la
pretarlas, con lo cual dejan de ser uní- estrategia predominante de la natu-
vocos, o lo que es lo mismo, dan lugar raleza para conservar las diferentes
a equivocarse. En efecto, si un mono formas de lo viviente ha llegado a ser
se percata de un depredador, evade el la de producir el esperma en abundan-
peligro inmediatamente sin delibe- cia inusitada, mientras que la produc-
ración, emitiendo el grito respectivo ción de óvulo es limitada. En efecto,
para ponerse a salvo él y sus congé- en todas las especies las hembras na-
neres; la naturaleza no le permite re- cen con un número bien limitado de
tener esa señal, así como también en óvulos que empiezan a madurar en su
algunos casos el hombre no puede re- edad adulta, mientras que los machos
tenerlas, por ejemplo, si el fuego toca nacen dotados de órganos capaces
la piel; no hay que esperar a consta- de producir por sí mismos espermas,
tar si se trata de un fuego verdadero (semillas), en cantidad virtualmente
o si solo es un parecer; simplemente ilimitada. Desde este punto de vista
de manera refleja se quita la mano es razonable cierta liberalidad de la
del fuego. Conforme a esto cabe de- naturaleza para arriesgar a los machos
cir que la vida cuida de sí misma sin permitiéndoles apartarse un poco más
delegar a otra instancia su protección que las hembras del mecanismo ins-
primaria, y el hombre en su condición tintivo, que es el dispositivo natural
de fenómeno biológico está provisto para la protección de la vida, por cuya
de mecanismos instintivos idóneos. razón, algunas funciones como las del
cuidado de las crías son más acentua-
Si, como hoy sostienen los físicos y das en las hembras, y lo son tanto más
biólogos, la tendencia más general de cuanto la estrategia de reproducción

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de una especie sea menos liberal en la Si es válida la visión aquí resumida


producción de huevos. Es decir, mien- del comportamaiento general de lo vi-
tras menos huevos madure la hembra viente, entonces se dispone de un con-
de una especie, mayor será el instinto texto que hace significativas las aser-
en ella de cuidar a sus crías. ciones de Nietzsche sobre esta cues-
tión del género en nuestra especie. Se
Todas las especies pueden ubicarse en comprenderá su reiterada afirmación
un punto de la línea continua de las de estar reservado a la mujer un com-
estrategias posibles de reproducción portamiento más instintivo. “Lo que
constituidas por la combinación de en la mujer infunde respeto, y con
estos dos factores: el extremo infe- bastante frecuencia, temor, es su na-
rior A corresponde a la estrategia en turaleza, la cual es “más natural” que
donde el gasto de energía en la pro- la del hombre, su elasticidad genuina
ducción de huevos es el más alto y el y astuta, como de animal de presa, su
garra de tigre bajo el guante, su inge-
menor gasto de energía en el cuidado
nuidad en el egoísmo, su ineducabili-
de las crías; sería el caso de los peces
dad y su interno salvajismo, el carác-
que ponen abundantes huevos y el es-
ter inaprensible, amplio, errabundo
fuerzo que emplean en el cuidado de
de sus apetitos y virtudes...”. En esta
sus crías es mínimo. El otro extremo
misma dirección, por la contraposi-
Z corresponde al de aquellas especies
ción también expresada por Nietzs-
más complejas y más organizadas
che entre cultura y naturaleza, critica
biológicamente, cuya estrategia de con fuerza el programa de liberación
reproducción consiste en emplear un femenina que, desconociendo la im-
mínimo gasto de energía en la produc- posibilidad de que la mujer se sepa-
ción de óvulos y, en compensación, re de su función biológica de cuidar
despliegan el máximo esfuerzo en el los hijos, propende por un desempe-
cuidado de la única cría; sería el caso ño público de ella en el ámbito de las
de los mamíferos superiores, como la representaciones intelectuales. “Acá
vaca y (hablando extramoralmente) y allá se quiere hacer de las mujeres
el hombre. Hay especies que se re- librepensadoras y literatos... y se las
producen mediante camadas de 10 y vuelve cada día más histéricas y más
15 hijos y en tales casos el gasto de incapaces para atender a su primera y
energía para la reproducción se distri- última profesión, la de dar a luz hijos
buye proporcionalmente en una y otra robustos”.
función, es decir, en producir nuevos
individuos y en cuidar de ellos. Es En ese mismo contexto explicativo de
particularmente curioso el caso de los la biología se entiende que Nietzsche,
pájaros que comparten una estrategia haciendo uso de su conocido estilo, en
de reproducción parecida a la de los forma reiterada compare a las mujeres
llamados mamíferos superiores. con vacas, pájaros y gatos.

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 7-18
18 Las nociones de verdad y bueno en Nietzsche y sobre su idea de la mujer

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Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 7-18

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