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Quedando inscrito como adorador nocturno de Cristo Eucaristía, participando de todas las
gracias espirituales, favores y privilegios de esta tu sección adoradora nocturna.
Ahora todo ha cambiado para ti. Tu ausencia ha dejado un hondo vacío en el corazón de Jesús
y del tuyo, quizá se ha ausentado la paz, la verdadera paz de hijo de Dios, y como el profeta
puedes decir: “Destrozado está mi corazón porque me he olvidado de comer mi pan”.
Si, querido hermano, te has olvidado de tu rito de pertenencia y juramento; y has dejado de
acompañar al buen Jesús en su Sacramento de Amor. ¿Habrás dejado también de recibir el
Pan de los fuertes? ¿El Pan que te da vida y bendición a ti y a todos los tuyos?...
Este año me han nombrado como nuevo director espiritual. Me he propuesto junto con tus
hermanos adoradores que la Adoración Nocturna vuelva a tener el esplendor de los años
anteriores, lo cual no se puede conseguir sin tu valiosa ayuda y sin que vuelvas a ser fiel al
juramento que hiciste el día de tu recepción como adorador.
¡Ven luego a su presencia, no sea que algún día te pese no haber cumplido el estar con él en
las horas de la noche adorándolo: el día de tu Vigilia!
Tus hermanos adoradores y hermanas adoradoras te esperan con los brazos abiertos.