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bhvw dey Pag.’ Petey de 2az0 5 39 1 _ Fd PD ANTES DE MAYO Esto demuestra el cardcter esencialmente inhumano del capitalismo, pero no puede servir de argumento para negar el tremendo salto adelante de las fuerzas productivas que la humanidad logré mediante este sistema de explotacién. Y la conquista y colonizacin de América —calificada por Marx como “cruzada de exterminio, esclavizacién y sepultamiento de la poblacién aborigen en las minas"- no fue mas que un eslabon en la expansién mundial del naciente capitalismo. EI mito de la colonizacién feudal Durante muchos afios se ha repetido que la colonizacién espafiola en América tuvo un cardcter “feudal” (Maridtegui fue, entre los manxistas, uno de quienes mas temprano y con mayor énfasis insistié en esta tesis.°” Aparte de que Colén descubrié América esa es quizé la afirmacion mas repetida acerca de la colonizacién espafiola. Nosotros en cambio, sostenemos que el contenido, los méviles y los objetivos de la colonizacion espafiola fueron decisivamente capitalistas. zVale la pena discutir al respecto? Si se tratara de una cuestién académica (tal como el origen exacto de la palabra gaucho, por ejemplo) no valdria la pena detenerse en la cuestién. Pero determinar el exacto caracter de la colonizacion espafiola tiene una importancia nada académica. Baste decir que la conocida teoria sobre el caracter “feudal” de la colonizacién sirvié durante largo tiempo a los moscovitas criollos como telén de fondo para afirmar que la Argentina “muestra atin hoy en su estructura rasgos inconfundiblemente feudales”®* y para enrollar la madeja de una fantasmagorica revoluci6n “antifeudal” que abriria el camino a una supuesta “etapa” capitalista. Atados a sus dogmas y compromisos politicos y frenados por su propia incapacidad, los tedricos comunistas posteriores a Puiggrés usan su definicion de la colonia como sociedad feudal sélo para oponerse al socialismo en la Argentina de hoy, puesto que significaria “proponernos hoy tareas hist6ricas inexistentes’.’ Y su negativa al socialismo se extiende no solo a América Latina sino incluso al Africa donde Leonardo Paso (curioso ejemplar “marxista”) ve negativamente el paso a las formas colectivas de propiedad de la tierra porque es un “salto de etapas historicas muy importantes para ponerse a la altura de los pueblos mas adelantados”.®° jY esto fue escrito cuatro afios después de la Revolucién Cubana! * José Carlos Mariategui, Amauta, Lima, 1952 Rodolfo Puiggrés, “De la Colonia a la Revolucion’, p. 23 ® Leonardo Paso, ‘De la Colonia a la Independencia Nacional”, p. 9. Futuro, Bs. AS., 1963, ® Leonardo Paso, idem, p. 118 iete Ensayos de Interpretacién de la Realidad Peruana’, p. 12. 39 " Milciades Peta Sergio Bagti ha sefialado correctamente que: “las colonias hispano-lusas de América no surgieron a la vida para repetir el ciclo feudal, sino para integrarse en el nuevo ciclo capitalista que se inauguraba en el mundo. Fueron descubiertas y conquistadas como un episodio mas de un vasto periodo de expansién comercial del capitalismo europeo. Muy pocos lustros después de iniciada su historia propiamente colonial, la orientacion que van tomando sus explotaciones mineras y sus cultivos agricolas descubren a las claras que responden a los intereses predominantes entonces en los grandes centros comerciales del viejo mundo”*" Nadie, ni aun los obcecados teorizantes del “feudalismo” colonial, han negado que el descubrimiento y conquista de América tuvieran objetivos perfectamente comerciales. Efectivamente, cuando castellanos y Portugueses tocan las costas americanas la existencia de un activo mercado internacional europeo es un hecho desde hace mucho tiempo. Las explotaciones del extremo oriente, las factorias que se establecen en las costas de la India, el reconocimiento y después el trafico con las costas africanas, el descubrimiento y colonizacién de América, son meros episodios de esa formidable revolucién comercial que esté conmoviendo a Europa. Hay en el viejo mundo un mercado internacional que absorbe con avidez una cantidad de productos de otros continentes. Castellanos y portugueses, al ponerse en contacto con esta nueva realidad americana, estuvieron movidos por una misma necesidad, por un igual propésito: hallar algo que pudiera ser vendido en el mercado europeo con el mayor provecho posible.” De modo que el objetivo de la colonizacién y conquista fue eminentemente capitalista: producir en gran escala para vender en el mercado y obtener una ganancia. Hay por lo tanto, una neta diferenciacién con los procesos de colonizacién realizados en el seno del feudalismo europeo, tales como el desplazamiento de los germanos hacia el Este, cuyo Unico propésito era obtener tierra para subsistir. La pequefia economia agraria y el artesanado independiente —indicé Marx- forman en conjunto la base del régimen feudal de produccion. El régimen feudal en la agricultura supone que el sefior no puede explotar toda la tierra por si mismo o por un administrador, entonces concede parcelas a los campesinos, que se convierten en pequefios propietarios, pero sometidos a una multitud de censos y apretados con lazos personales innumerables. La produccién feudal se caracteriza por la division del suelo entre el mayor numero posible de tributarios. Por eso estaba salpicado de pequefias explotaciones campesinas, interrumpidas slo de vez en cuando por grandes fincas sefioriales. El siervo de la gleba, aunque sujeto a tributo, era duefio de una parcela de tierra. Es decir que por paradojal que esto resulte a primera ® Sergio Bagi, “Economia de la Sociedad Colonial’, p. 104, op. cit. ® Sergio Bagi, “Economia de la Sociedad Colonial’, p. 66, op. cit ® Carlos Manx, “E! Capital’, T. 2, p. 3 40 . ANTES DE MAYO vista, el regimen feudal supone la pequefia propiedad de la tierra. De ahi la pequefia escala de la produccién disponible para el mercado y el reducido volumen del intercambio. Ahora bien, el sistema de producci6én que los espafioles estructuraron en América era francamente opuesto a esta estructura basica del feudalismo. Si alguna caracteristica bien definida e incuestionable es posible encontrar en la economia colonial os la produccién en gran escala (minas, obrajes, plantaciones) para el mercado. Desde los primeros tiempos del régimen hasta sus Ultimos dias, ella condiciona toda la actividad productiva.™ Es posible que las primeras encomiendas hayan tendido a ser autosuficientes, pero en todo caso, ello estuvo perfectamente condicionado al hallazgo de metales preciosos. Descubierto el metal, la unidad autosuficiente se quiebra, con estrépito. Los indios comienzan a producir para el mercado europeo o local, y el sefior vive con la mente puesta en el mercado. Ademas de metales preciosos, Potosi y la zona adyacente no producian practicamente nada. De otras regiones del virreinato le enviaban alimentos y los mas diversos productos. De todas partes del mundo le llegaban objetos de lujo. No puede darse un caso mas claro de produccién para el mercado. Es falsa incluso la suposicién de que el monopolio comercial espafiol impedia a las Américas comerciaren gran escala. Como se sostiene en un trabajo reciente: “las colonias recibian toda clase de mercaderias europeas y a precios bajos; podian exportar sus productos a otras naciones sin més prohibicién que para el oro y la plata; que efectuaban el comercio de trueque con las colonias extranjeras; que recibian en sus puertas a naves negreras de cualquier pais y comerciaban con ellas; que utilizaban naves de potencias amigas y neutrales, y que, en general el mercado americano estuvo saturado de manufacturas europeas”®> La corriente comercial no se detenia en los puertos, sino que pénetraba profundamente en el interior del continente. En 1786 sefialaba un comerciante que en Chuquisaca “todas las plazas se hallan abarrotadas de género”. Los trabajos de Levene” asi como otros mas recientes (Halperin, Rio de La Plata) sefialan claramente Jas fuertes vinculaciones de todas las regiones de la América Espafiola entre si y con las potencias extranjeras. ™ Sergio Bagi, “Economia de la Sociedad Colonial”, p. 117, op. cit. * Sergio Villalobos, “Comercio y Contrabando en el Rio de la Plata y Chile”. p. 10. Eudeba, Bs. As., 1965. ® Citado en Villalobos, p. 57, op. cit *” Ricardo Levene, “Investigaciones Acerca de la Historia Econdémica del Virreinato del Rio de la Plata”. El Ateneo, Bs. As., 1952 rn

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