Resumen de las tres historias de Pioneros Adventistas.
Historia N°1: Indígenas defendieron pioneros adventistas en el Perú
En Brasilia, Brasil “Una turba de 500 personas atacó a los misioneros con látigos, garrotes, piedras y armas de fuego. Una pedrada alcanzó a Stahl en la cabeza produciéndole una severa hemorragia”, al hablar de la historia del pionero adventista Fernando Stahl, quien junto a su esposa Ana y sus dos hijos llegaron al Perú en el año de 1909. El propósito de su llegada fue llevar salud, educación y esperanza a los indígenas. La historia cuenta que “la choza donde se refugiaron estaba a punto de ser incendiada, cuando los atacantes vieron una compañía de indígenas armados que se acercaban para defender a los misioneros. La multitud se retiró sin saber que la compañía nunca existió. Salvo la de los ángeles protectores de Dios”. La familia viajó en tren de Mollendo a la ciudad de Arequipa y de allí hacia la ciudad de Puno, en las márgenes del Lago Titicaca. Conocido como el lago navegable más alto del mundo. Su medio de transporte era un caballo y dos mulas para que Stahl comenzara a viajar por toda la región y el interior del país. Sin duda el trabajo para los misioneros no fue nada fácil. Existían personas muy avaras que se aprovechaban de su situación para maltratarlos y esclavizarlos”. Entre 1910 y 1911, Stahl visitaba desde Bolivia la región de Puno, en el Perú. Lo que le llevó a pedir a la administración adventista permanecer en el distrito de Platería (Perú), e iniciar la misión indígena entre aimaras. Fue el cacique Manuel Zúñiga Camacho quien promovió el surgimiento de la primera escuela adventista indígena. En 1912, se organizó la primera iglesia adventista. Muchos nuevos creyentes a causa de su fe fueron amenazados, golpeados y encarcelados. Solo cuando la Constitución del Perú favoreció la tolerancia religiosa se pudieron notar lentas mejorías. Fundamental fue el trabajo educativo adventista, entre los indígenas, que tuvo como libro de estudio a la Biblia. Una escuela diurna fue abierta para acoger a 150 estudiantes, varios con más de 40 años de edad. Los sábados, muchas veces, se congregaban 800 personas para aprender con los Stahl. Se contaba con seis estaciones misioneras para la población Aimara de la Misión del Lago Titicaca. Más de 20 escuelas con más de 2 mil alumnos en una amplia zona del altiplano eran resultado de esfuerzo y dedicación misionera. El número de indígenas bautizados sobrepasaba los 1500 y otros miles continuaban aprendiendo lecciones de la Biblia. Historia N°2: Cuenta de un Pastor pionero en Brasil bautizó más de 1.400 personas en 12 años. El Pionero fue el primer ministro adventista designado para Brasil y considerada la primera iglesia en el país.
Es el caso de Huldreich Friedrich Graf, el más conocido simplemente
como pastor H. F. Graf. Nacido en Alemania, el 8 de julio de 1855 bautizo más de 1.400 personas durante su ministerio en Brasil (12 años). En 1894, Graf y su esposa Alwine Henrietta Scheunert recibieron un llamado a Brasil. Recibieron capacitación médica durante 3 meses y pasaron otros tres meses en Hamburgo. Llegaron a Brasil como misioneros el 20 de agosto de 1895. Tuvieron tres hijas. João Rabello, Educador pionero, comenta sobre Graf y la fundación de la Iglesia en Gaspar Alto: “Graf llegó a Brasil el 20 de agosto de 1895 y, según comenta En esa época Graf era el nuevo presidente de los adventistas brasileños, en la época, con cerca de 15 congregaciones. En Brasil trabajaban unos pocos colportores desde 1893 con la venta de libros en alemán en la ciudad de Río de Janeiro, en las colonias alemanas del interior de Espíritu Santo y en Sao Paulo. “Graf expandió el adventismo para la región sur. Además de predicar para centenas de inmigrantes europeos, también ubicó a familias adventistas en la Colonia de Sao Pedro, que inmigraron ya convertidas en Europa. Como ejemplo están los descendientes de la familia de Jakob Lindermann, pioneros del adventismo en Alemania. En 1887, Elena de White visitó los 40 miembros de esas dos congregaciones, algunos de los cuales emigrarían a Brasil. H.G. Graf, pasó períodos casi increíbles en jornadas a caballo. Hubo un año en que relató más de 300 días ‘viajando en lomo de burro’”. Cierta vez, el pionero llegó a viajar a caballo por 300 días durante un año. Las informaciones son que Graf, además de predicador, era cantor. Ese don fue utilizado para convertir inmigrantes con himnos alemanes adaptados al mensaje adventista en el himnario Zions Lieder (Cánticos de Sion). En 1905, en la ciudad gaucha de Taquari, donde inclusive funcionó una primera sede de la editora adventista brasileña (actual Casa Publicadora Brasileira, ubicada en Tatuí, Sao Paulo), Después de trabajar 12 años en Brasil, la salud de su esposa se debilitó y, en 1907, el matrimonio regresó a los Estados Unidos. El pionero trabajo en Minnesota 1907-1098, Ohio, en la región de California. Graf se jubiló en 1915 cuando volvió a Brasil para estar cerca de sus hijos. Historia N°3: Jorge Riffel escapó de Europa al ser perseguido por su fe Según la historia, pionero bautizó a los primeros adventistas en Argentina. Riffel de origen Suizo y agricultor, estuvo casado con María L. Ziegler con quien tuvo un hijo de nombre David. La familia por causa de su fe tuvo que dejar el viejo continente luego de pasar por Rusia y Alemania. A finales de 1876 salieron de Bremen (Alemania) para luego ir por barco a Sudamérica. La primera parada de la familia en Sudamérica fue Río Grande del Sur, Brasil. Sin embargo, debido a que las condiciones para la siembra de trigo no eran las adecuadas, se dirigieron a la ciudad de Entre Ríos, Argentina, y allí se establecieron por unos años.
Al llegar a la región, asistieron a reuniones evangelísticas en alemán- donde
conocieron al pastor H. H. Schulz, quien los bautizó por el año de 1888. Al conocer las enseñanzas de la Biblia Jorge se resistió a guardar las verdades aprendidas y decidió regresar a Argentina para compartirlas con sus amigos.
A su regreso, Jorge Riffel conocería a Francisco H. Westphal, primer pastor
adventista que llevó el mensaje a esas tierras. Este fue solo el comienzo del ministerio en los primeros años del adventismo sudamericano. Al siguiente día, Jorge celebró un culto, que algunos han denominado la primera Escuela Sabática”, menciona el libro.
Riffel no conforme con su primer converso decidió evangelizar la región de
Crespo (Argentina). Al ministerio se le unieron otras tres familias que viajaron con él y su familia al regresar de los Estados Unidos. El número de creyentes aumentó y juntos comenzaron a proclamar las verdades de la Biblia. El crecimiento de miembros los llevó a la necesidad de contar con un pastor.
La obra adventista fue creciendo y fortaleciéndose a medida que nuevos
conversos se sumaban para apoyar la labor misionera. Por ese tiempo, en 1894 el pastor Francisco Westphal habría de crear junto a su esposa la primera escuela primaria en el territorio de la División Sudamericana.
Además bajo la dirección de Francisco Westphal se organizó el día 9 de
septiembre de 1894 la primera iglesia adventista en el territorio de la División Sudamericana, cerca de Crespo, provincia de Entre Ríos, con 36 miembros. La congregación aumentó a 60 conversos. Tres años después 116 miembros formarían parte de la iglesia.
Según la historia muestra que Jorge Riffel bautizó a los primeros
adventistas de la Argentina y fue miembro de la Junta Directiva de la Asociación Unión Sudamericana, organizada en 1906.