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Arte colonial latinoamericano

El arte colonial latinoamericano se desarrolla en América durante la dominación española que duró tres siglos. Desde
el descubrimiento del Nuevo Mundo comienza la transculturización, en donde la cultura hispánica es absorbida por la
nueva cultura que se comenzaba a desarrollar en América. Todos los elementos son tomados, el idioma, religión, vestido,
instituciones, costumbres y el arte en general, solo que en el nuevo continente se replantean de una forma distinta.

El estilo que llegó a América con los españoles, fue el barroco y su combinación en aquellos lugares donde las
manifestaciones indígenas eran poderosas, se produjo una mezcla que dio un resultado original e inusual. El indígena
pone su marca personal en los nuevos modelos que se le presentan dando como resultado un barroco que posee varias
diferencias con el que se vive en España, manifestándose sobre todo en la arquitectura.

Cuando los españoles llegan a América construyen monumentos que corresponden a varios estilos como el plateresco,
con su variante Churrigueresco, el Múdejar y el Renacentista que era el movimiento dominante en Europa en el siglo XVI,
además de observarse elementos góticos. El Barroco toma formas bastante complejas y recargadas en países
como México y Perú, lo que hace que comience a denominársele como "Ultrabarroco", es decir, un barroco exagerado. El
esplendor del ultrabarroco se observa entre los siglos XVII y XVIII, con la presencia de obras sumamente bellas como
palacios, conventos, capillas, acueductos, fuentes, casas y sobre todo, templos.

Se conoce como "barroco jesuita" al tipo de Iglesia que se realizó en la colonia y fue creado por León Bautista Alberti.
Este tipo de templo se caracteriza por tener una nave central con bóveda de medio cañón, cúpula en el crucero, capillas
laterales con muros bastantes gruesos que sirven de contrafuertes, dos torres laterales y una fachada de tres cuerpos
verticales.

Este tipo fue el más común de de iglesia y en Venezuela se presentarán algunos tipos particulares. Los lugares en donde
podemos apreciar más el esplendor de este arte es en Perú, España y Colombia. La arquitectura mexicana barroca se
caracteriza principalmente por el recargamiento, riqueza y colorido en la decoración interior, utilizando mármol, piedras
de distintos colores y dorados, y en el exterior con piedras y mosaicos de muchos colores.

Se utilizan algunos elementos originales como la columna estípite y los perfiles mixtilíneos en arcos y vanos, también
está el uso de la planta poligonal y elíptica. Las cúpulas están decoradas en el exterior por mosaicos de color azul, verde,
amarillo, rojo, etc.

Algunos monumentos importantes son la Catedral de México que fue comenzada en 1573 y se terminó en 1813, la cual
tiene naves cubiertas por bóvedas de cañón, cúpula en el crucero y dos torres cuadradas. LA iglesia es atribuida en parte
a Juan Gómez de Mora. También podemos citar la Capilla del Sagrario y las catedrales de Puebla, Guadalajara y Morelia.

En Perú, la arquitectura es tan rica y grandiosa como la mexicana, teniendo como ejemplo a la Catedral de Cuzco, la
Compañía de Jesús, la Universidad y la Catedral de Lima. Algunos edificios limeños se distinguen por su amplio portón y
grandes miradores de madera.

Algunos ejemplos en el resto de América tenemos a La iglesia de San Francisco en la Paz, las iglesias de la Compañía y
de San Lorenzo en Bolivia, la de San Agustín y la Iglesia de la Compañía de Jesús en Quito, las Catedrales de Córdoba
en Argentina y la Catedral de Santo Domingo, construida en 1523, con planta y arcadas góticas y fachada plateresca.

La escultura de este período es principalmente religiosa, con un fin ornamental dentro de las iglesias, Los temas más
representados son santos, vírgenes y Cristos. Se sigue el mismo estilo desarrollado por los artistas peninsulares. Los
artistas españoles más imitados son Martínez Montañés y Gregorio Fernández.

Los países en donde se desarrolla mejor esta técnica son México, Quito y Guatemala. En México la escultura se
encuentra subordinada a la arquitectura y es poco original, pero se pueden rescatar algunas muestras importantes. En
Quito podemos encontrar el centro de los mejores escultores del continente, donde podemos encontrar las escuela
fundada por Jodoco Ricke. De ella salen importantes escultores como el Padre Carlos y su discípulo Diego de Olmos,
conocido como Pampite, Sor María de San José y sobre todo Bernardo Legarda y Manuel Chili que hizo famoso el
nombre de Caspicara. La talla realizada en Quito se caracteriza por la emoción religiosa, la gran policromía y rica
ornamentación. En el siglo XVIII adquiere gran originalidad en el estilo dominante, que es el Barroco, como mayor
dinamismo y gran diversidad de temas, tocando a veces el mitológico y el popular.
Otras características importantes dentro de la escultura quiteña son entre otras cosas la utilización de la técnica del
estofado y esgrafiado, así como la apariencia de porcelana de las carnes, Es importante destacar el gran realismo que se
le da a la escultura mediante la utilización de pelucas de pelo natural, cejas, pestañas y hasta uñas reales, así como
también ojos de vidrio. Las ciudades en donde la pintura toma su mayor esplendor en México, Quito y Bogotá. Algunos
autores representativos son Rodrigo de Cifuentes, autor de algunos retratos de Hernán Cortés, Andrés de la Concha y
Alonso Vázquez en México pero originarios de España. Algunos nacidos en México fueron Echave "El Mozo" y José de
Páez. Otros como Alonso López de Herrera ha realizado obras hermosas como la Asunción de la Virgen.

A mediados del siglo XVII, llega la influencia de Zurbarán a México, a través de discípulos como Sebastián de Arteaga y
José Suárez. Ya para finales de siglo, se toman como modelos a Murillo y Valdés Leal. El pintor más destacado va a ser
Cristóbal de Villalpando, el cual realizó muchos trabajos para las catedrales de Puebla, México y Guadalajara.

De la Escuela de Quito es importante nombrar al Padre Pedro Bedón, Miguel de Santiago, el cual presenta gran
influencia de Zurbarán, y su discípulo Nicolás Javier de Goribar. También son importantes Isabel de Santiago y Diego
Quispe Tito, quién pudo combinar estilos tan contradictorios como el de Rubens y el de Zubarán.

Es importante nombrar también a Miguel de Santiago, el cual fue un pintor muy prolífico que desarrolló el claroscuro y
trabajó en conventos como el de San Agustín y para la iglesia de Guápulo como ilustrador de la vida de los santos. Otros
pintores que desarrollan temas populares en lugar de religiosos son Hernando de la Cruz y Manuel de Samaniego.

Por otra parte, en Nueva Granada encontramos a Gregorio Vászquez de Arce y Ceballos, el cual pertenece a la escuela
tenebrista, autor del Juicio Final de la Iglesia de San Francisco de Bogotá.

Arte colonial hispanoamericano

El arte colonial hispanoamericano es el desarrollado en las colonias españolas en América, desde su descubrimiento
por Cristóbal Colón en 1492 hasta la independencia de los diversos países americanos a lo largo del siglo XIX (los
últimos Cuba y Puerto Rico en 1898). Los españoles llevaron al nuevo continente
su idioma, cultura, religión y costumbres, los cuales impusieron a la población indígena, que anteriormente había
desarrollado grandescivilizaciones como la maya, la azteca y la inca. Así, el arte colonial será fiel reflejo del arte
efectuado en la metrópoli, suponiendo el final de las representaciones artísticas autóctonas, el arte precolombino. Vemos
por tanto en el arte colonial los mismos estilos artísticos que se desarrollan paralelamente en el continente europeo,
principalmente el Renacimiento, el Barroco y el Rococó.

Renacimiento

Arquitectura

Las primeras muestras de arquitectura colonial en América tuvieron, al igual que en la metrópoli, cierta pervivencia de
rasgos góticos, si bien pronto empezaron a llegar las nuevas corrientes que se producían en España, como el purismo y
el plateresco (Catedral de Santo Domingo). Al iniciarse la colonización, la arquitectura que se desarrolló principalmente
fue de signo religioso: por orden real, el primer edificio que se debía construir en cualquier nueva ciudad debía ser una
iglesia. Durante la primera mitad del siglo XVI fueron las órdenes religiosas las encargadas de la edificación de
numerosas iglesias en México, preferentemente un tipo de iglesias fortificadas, en un conjunto almenado con
iglesia, convento, un atrio y una capilla abierta –llamadas “capillas de indios”–, como el Convento de Tepeaca, el
de Huejotzingo y el de San Gabriel en Cholula. Las diversas órdenes religiosas rivalizaron en cuanto a dimensiones y
decoración de sus construcciones: losagustinos, dominicos y franciscanos fueron los que realizaron edificios más
monumentales y ornamentados, como los conventos de Acolman, Actopan y Yuriria.

A mediados de siglo se empezaron a construir las primeras grandes catedrales, como las
de México, Puebla y Guadalajara.Se sigue por lo general la planta rectangular con testero plano, tomando como modelos
la Catedral de Sevilla, la de Jaén y la de Valladolid. La principal muestra, la Catedral de Ciudad de México, se construyó
sobre un templo azteca, a lo largo de 250 años (1563-1813), con una sucesión de estilos desde el renacentista hasta
el neoclasicista. El proyecto fue delburgalés Claudio Arciniega, en estilo herreriano. En Perú, en 1582 se inició la Catedral
del Cuzco y, en 1592, la de Lima, ambas obras del extremeño Francisco Becerra. En Argentina destaca la Catedral de
Córdoba, obra del jesuita Andrés Blanqui. En ciertas zonas de Sudamérica central se recibió la influencia mudéjar,
principalmente en los artesonados decorados con mocárabes, como en San Francisco de Quito. Esta última iglesia
destaca asimismo por su fachada de estilomanierista italiano, con una escalinata de inspiración bramantina y serliana.2

En cuanto a arquitectura civil, las nuevas ciudades construidas por los colonizadores españoles siguieron planimetrías
inspiradas en el clásico modelo reticulado, trazadas según las ordenanzas reales, que estipulaban la forma y extensión
de la plaza mayor, el ancho y orientación de las vías públicas y la distribución de las manzanas de casas, dispuestas en
forma de damero. La primera ciudad planificada según este sistema fue Santo Domingo.

Pintura

Las primeras muestras de pintura colonial fueron las de escenas religiosas elaboradas por maestros anónimos,
realizadas con medios precolombinos, con tintasvegetales y minerales y telas de trama áspera e irregular. Destacaron las
imágenes de la Virgen con el Niño, con una iconografía de raíces autóctonas donde, por ejemplo, se representaban
los arcángeles como arcabuceros contemporáneos. La producción artística hecha en Nueva España por indígenas en el
siglo XVI es denominada arte indocristiano. Adentrado el siglo XVI surgieron los grandes frescos murales, de carácter
popular. Desde mediados de siglo empezaron a llegar, procedentes de Sevilla, maestros españoles (Alonso
Vázquez, Alonso López de Herrera), flamencos (Simon Pereyns) e italianos (Mateo Pérez de Alesio, Angelino Medoro).3

Escultura

Las primeras muestras fueron nuevamente en el terreno religioso, en tallas exentas y retablos para iglesias,
confeccionadas generalmente en madera recubierta con yeso y decorada con encarnación –aplique directo del color–
o estofado –sobre un fondo de plata y oro–. A principios del siglo XVII nacieron las primeras escuelas locales, como
la quiteña y la cuzqueña, destacando la labor patrocinadora de la orden jesuita.

Barroco

Arquitectura

La arquitectura barroca colonial se caracteriza por una profusa decoración (Portada de La Profesa, México; fachadas
revestidas de azulejos del estilo de Puebla, como en San Francisco Acatepec en San Andrés Cholula y San Francisco de
Puebla), que resultará exacerbada en el llamado “ultrabarroco” (Fachada del Sagrario de la Catedral de México,
de Lorenzo Rodríguez; Iglesia de Tepotzotlán; Templo de Santa Prisca de Taxco). En Ciudad de México, la arquitectura
civil alcanzó cotas de gran lujo y ostentación, con la construcción de grandes palacios de los ricos magnates del negocio
minero (Palacio del Conde San Mateo de Valparaíso, actual Banco Nacional; Palacio del Marqués de Jaral del Barrio;
Palacio del Conde de Santiago Calimaya, actual Museo de la Ciudad de México).4

En Perú, las construcciones desarrolladas en Lima y Cuzco desde 1650 muestran unas características originales que se
adelantan incluso al barroco europeo, como en el uso de muros almohadillados y de columnas salomónicas (Iglesia de la
Compañía, Cuzco; San Francisco, Lima). En el siglo XVIII la arquitectura se orientó a un estilo más exuberante,
otorgando un aspecto inconfundible al barroco limeño (Palacio del Marqués de Torre-Tagle, actual Ministerio de Asuntos
Exteriores). La Iglesia de San Agustínde Lima (1720) destaca por su fachada, concebida como un gran retablo. Otras
obras de relevancia son las iglesias de la Compañía de Arequipa (1698) y Quito (1722-1765).5

Pintura

Las primeras influencias fueron del tenebrismo sevillano, principalmente de Zurbarán –algunas de cuyas obras aún se
conservan en México y Perú–, como se puede apreciar en la obra de los mexicanos José Juárez y Sebastián López de
Arteaga, y del boliviano Melchor Pérez de Holguín. En Cuzco, esta influencia sevillana fue interpretada de modo
particular, con abundante uso de oro y una aplicación de estilo indígena en los detalles, si bien inspirándose por lo
general en estampas flamencas. La Escuela cuzqueña de pintura surgió a raíz de la llegada del pintor italiano Bernardo
Bitti en 1583, que introdujo el manierismo en América. Destacó la obra de Luis de Riaño, discípulo del italiano Angelino
Medoro, autor de los murales del templo de Andahuaylillas. También destacaron los pintores indios Diego Quispe
Tito y Basilio Santa Cruz Puma Callao, así como Marcos Zapata, autor de los cincuenta lienzos de gran tamaño que
cubren los arcos altos de la Catedral de Cuzco.
En el siglo XVIII los retablos escultóricos empezaron a ser sustituidos por cuadros, desarrollándose notablemente la
pintura barroca en América. Igualmente, creció la demanda de obras de tipo civil, principalmente retratos de las
clases aristocráticas y de la jerarquía eclesiástica. La principal influencia será la de Murillo, y en algún caso –como
en Cristóbal de Villalpando– la de Valdés Leal. La pintura de esta época tiene un tono más sentimental, con formas más
dulces y blandas. Destacan Gregorio Vázquez de Arce en Colombia, y Juan Rodríguez Juárez y Miguel Cabrera en
México.3

Escultura

En el siglo XVII destacó la obra escultórica desarrollada en Lima, con autores como el catalán Pedro de Noguera,
inicialmente de estilo manierista, evolucionando hacia el barroco en obras como la sillería de la Catedral de Lima;
el vallisoletano Gomes Hernández Galván, autor de las Tablas de la Catedral; Juan Bautista Vásquez, autor de una
escultura de la Virgen conocida como La Rectora, actualmente en el Instituto Riva-Agüero; y Diego Rodrigues, autor de la
imagen de la Virgen de Copacabana en el Santuario homónimo del Distrito del Rímac de Lima.

Arte Sincrético

Arte Sincrético Latinoamericano

Una interesante y nueva faceta del Sincretismo en el arte aparece en los años 90 en Colombia, Ecuador y Perú con la
Liga Latinoamericana de Artistas. Por medio de esta organización, casi trescientos artistas latinoamericanos han
trabajado en conjunto sobre la Tesis "Entre Sincretismo y Paramodernidad" (Vallejo) en diversos campos del las artes
visuales, medios mixtos, artes en base temporal, multimedial, teatro, música, literatura y arquitectura. El precursor del
movimiento, el antropólogo colombiano Alonso Jiménez explica:

"Sus argumentos han sido abordados desde la perspectiva del sincretismo latinoamericano, como fenómeno de
hibridación cultural, de allí la importancia de este esfuerzo intelectual cuyos problemas concretos parecen retomar algo
del pensamiento del uruguayo Joaquín Torres García y del cubano Juan Francisco Elso Padilla en términos de
paramodernidad. Sin embargo, sus aportes se van concretando con el acercamiento paulatino al lenguaje vernáculo que
camina entre el puente de lo sagrado y lo cultural, estructurados en Patois y subdialectos estéticos. Igualmente la Liga
Latinoamericana de Artistas, se ha destacado por hacer presencia en el campo del Ex Librismo, a la par con grupos de
México y Argentina, siendo gestora de exposiciones y de ingreso a colecciones permanentes de gran valía en el contexto
internacional1."

Sobre el mismo tema comenta en sus términos el filósofo colombiano Yuri Gómez:

"La praxis sincrética que nos resulta de interés, por que de ella gozamos todos, no es esa originaria e inextricable que se
encuentra en el origen del saber, en el origen del lenguaje y en el origen del tiempo. La fuerza del sincretismo
verdaderamente interesante es la influencia que se concreta en el interior del saber de hoy y en su práctica por que nos
hace universales ya que consiste en el esfuerzo humano involuntario por reunir lo diferente en cada acto y hacer que el
resultado se asemeje a lo no semejante2.”

El siguiente párrafo es el Resumen del artículo "EL SINCRETISMO Y EL ARTE CONTEMPORÁNEO


LATINOAMERICANO", escrito por Álvaro Villalobos-Herrera:

"A la mezcla y cooparticipación de formas culturales que permanecen juntas y en convivencia generando un resultado se
les llama sincretismo, esta característica abstracta pero real distingue las obras más representativas del arte
contemporáneo latinoamericano. La etnología ha limitado las principales relaciones del sincretismo, al estudio del
comportamiento de las comunidades, razas y pueblos en torno a la pervivencia de rituales paganos mezclados con
creencias religiosas pero no en relación con el arte, de aquí la importancia de un estudio sobre la relación particular del
sincretismo con la obra de arte contemporáneo. El presente trabajo trata las relaciones de los lenguajes artísticos
actuales a partir de sus tendencias poéticas y los elementos más significativos derivados de caracteres de innovación u
obsolescencia en relación con el sincretismo y las nociones de identidad y cultura. Toma en cuenta el contenido simbólico
del arte contemporáneo considerando los elementos conceptúales, formales y técnicos, que contemplan la obra de arte
como un signo o como un sistema de signos localizados en un contexto social y cultural determinado, un sistema
portador de valores informativos que ejerce influencias en la sociedad actual a partir de un contexto histórico y geográfico
que denota características culturales y de identidad en el arte latinoamericano. El sincretismo existe por sí mismo, es
para sí mismo y en sí es una acción individual desde dentro de las entrañas de las mezclas e híbridos, parte del contexto
referencial del artista y de su mundo que obedece a lazos internos y externos de sus fenómenos culturales. Así, la
función del arte no es de resultados sino de proposiciones que establecen acciones que conllevan verdad artística y
verdad intencional de realización, por tanto, lo sincrético existe en su propio ser y hacer de la condición del hombre
histórico, sagrado o profano. Palabras clave: Sincretismo, cultura, arte contemporáneo, identidad, etnología,
performance, performail, ex libris, liga latinoamericana de artistas

La agrupación de dibujos rupestres que se relacionan armónicamente entre sí al pertenecer a un mismo estilo, con
independencia relativa de las restantes evidencias arqueológicas y de la ubicación geográfica. Quiere decir que los
conjuntos pictóricos -dibujos de una cavidad subterránea- o los de un área pictográfica pueden formar un sistema por
poseer similares características plásticas, como expresión subjetivada de la apropiación de la realidad. ¿El sistema se
independiza de lo económico?. Efectivamente no. Sin embargo, el fenómeno de la superposición de economías y la
similitud entre estas, cosa muy común en las comunidades primitivas, no permite una diferenciación cualitativa
superestructural fidedigna en el campo de los dibujos rupestres, en el Área en cuestión, a partir de la mencionada base
económica, arte rupestre tales como: dibujos antropomorfos (de figuras humanas), zoomorfos (de figuras de animales),
naturalistas (de elementos propios de la naturaleza), etc. y esto se debe, en principio, a una simple razón: o no existen
estos tipos de pictografías o su carácter excepcional no los hace representativos para dominar un sistema. Este hecho es
difícil de entender, si nos guiamos por los patrones heredados del arte rupestre europeo; ¿qué sucede con los
pictogramas más antiguos, del paleolítico? Las figuras de animales (toros, ciervos, etc.), humanas y otras expresan con
realismo necesidades prácticas del hombre primitivo. O sea, se refleja la realidad con la mayor fidelidad, para, magia
mediante, alcanzar buena caza, más vida, etc.

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