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SESIÓN 1: MAYO 14

Texto descriptivo

FUNCIONAMIENTO DE LOS MÚSCULOS

Para que un músculo mueva un objeto como un brazo o una pierna, debe poder ejercer
su fuerza sobre un objeto movible; o sea, algo que oponga resistencia. En los
vertebrados como nosotros, los músculos se unen a los huesos mediante tendones no
elásticos. Los huesos a su vez se unen entre sí mediante articulaciones y cada músculo
está unido de tal manera, que tiende un puente sobre una articulación; cuando un
músculo se contrae, los componentes esqueléticos se mueven. Así el esqueleto forma
una serie de barras y palancas articuladas con músculos unidos: la maquinaria básica
para el movimiento de extremidades, torso, cabeza, y otras partes del cuerpo.

Es importante comprender que los músculos pueden jalar, pero no empujar. El reverso
de la dirección en la que una articulación se dobla debe efectuarse moviendo una serie
diferente de músculos; de ahí que los músculos que mueven las partes de nuestro cuerpo
están siempre dispuestos por pares: uno para producir un movimiento en determinada
dirección y otro para producirlo en la opuesta.

Estos pares de músculos cooperan para producir movimiento del cuerpo, puesto que
cuando uno se contrae, el otro debe relajarse en alguna medida; como tienen acciones
opuestas se llaman antagonistas. Por la forma como están dispuestos, los músculos
pueden mover las partes del cuerpo de innumerables maneras y con gran precisión.

El bíceps es un músculo flexor y el tríceps, extensor porque el bíceps flexiona el codo y


el tríceps lo extiende. Hay grupos similares de flexores y extensores antagónicos en la
muñeca, el tobillo, la rodilla y otras articulaciones. Otros músculos antagónicos son
aductores y abductores, que acercan o alejan las partes del cuerpo de la línea central;
elevadores y depresores, que levantan y bajan las partes del cuerpo (por ejemplo,
levantar y bajar las mandíbulas al comer o al hablar); esfínteres y dilatadores, que
disminuyen o aumentan las aberturas como el ano o la boca; pronadores y supinadores,
que giran hacia abajo o hacia atrás, hacia arriba y adelante respectivamente (por ejemplo
al volver la palma hacia abajo y hacia arriba).

Las articulaciones son los sitios de unión entre los huesos. Las que participan en los
movimientos corporales son puntos flexibles, giratorios y varían de forma según su
función. La inflamación crónica de las articulaciones se llama bursitis, artritis o
reumatismo.

Los tendones, ásperos, flexibles y fibrosos, son los largos cables de tejido conjuntivo
que fijan el músculo al hueso. Los tendones permiten que un músculo actúe a cierta
distancia del hueso que mueve.
SESIÓN 2: MAYO 21
Texto descriptivo

MADRIGUERA IDIOMÁTICA

Por Jairo Cala Otero


Editor de textos - Conferencista

«Bus arroyó a padre e hijo»: Un titular de El Espacio.com nos ofrecía este error de
yeísmo. Así se denomina el fenómeno consistente en confundir la ye (y) con la doble ele
(ll). El bus del que hablaba la noticia lo que hizo fue arrollar a dos personas, es decir, las
atropelló. El verbo ‘arroyar’ no existe, pero arroyo sí. Es un sustantivo, significa
‘manantial corto de agua, casi continuo’.

«Mientras comercializaban diez bolsas que contenían en su interior base de cocaína, la


Policía capturó a dos expendedores de droga»: El encabezado de esta noticia tiene una
redundancia: «contenían en su interior». Es innecesario repetir «en su interior» por
cuanto ‘contener’ es, precisamente, eso: ‘llevar o encerrar dentro de sí a otra cosa’. Es
clarísimo que una bolsa tiene interior.

«Juez ordena embargo de bienes a Ingrid Betancourt»: Este titular, en apariencia, no


tiene error alguno. Pero examinado detenidamente, ofrece uno: la preposición ‘a’ antes
del nombre de la señora Betancourt está fuera de lugar. Así lo que se dice es que un juez
le ordenó a Ingrid que embargara unos bienes, no se sabe cuáles ni de quién. En cambio,
si se hubiese escrito: «Juez ordena embargar bienes de Ingrid Betancourt», el asunto
queda clarísimo: son los bienes de la exsecuestrada los que van a ser embargados.
También pudo escribirse: «Juez ordena embargo de bienes de Ingrid Betancourt». No
importa que se repita la preposición ‘de’ en la oración. Eso es correcto.

«A partir de hoy, el consorcio Aseo Chicamocha, integrado por Proactiva Colombia y


otras empresas, será la encargada de la recolección y el barrido en El Centro»: Hay
una discordancia de género. ‘Consorcio’ es vocablo de género masculino; y ‘encargada’
es palabra de género femenino. Luego no hay concordancia entre las dos, como lo
indica la norma lingüística. Corrección: «….el consorcio Aseo Chicamocha, integrado
(…) será el encargado de la recolección…». De esta forma también queda limpio el
texto.

«…el excandidato presidencial Andrés Felipe Arias le reclamó por las versiones que
señalan que el jefe guerrillero no lo tienen ubicado el Ejército Nacional»: aparece un
galimatías: «...que el jefe guerrillero no lo tienen ubicado el Ejército Nacional».
Corrección: “…que al jefe guerrillero no lo tiene ubicado el Ejército Nacional».

«Luego de tomar las pertenencias, los celulares y el dinero los antisociales huyeron»:
En un Canal de televisión, un periodista anotó esta perla. No hay faltas gramaticales.
Pero tampoco hay sentido común. (¿No es, acaso, el más común de los sentidos?).
Porque los celulares y el dinero también formaban parte de las pertenencias de los
atracados. Sobre eso era la noticia, sobre un atraco. «Luego de tomar los celulares y el
dinero de los pasajeros, los antisociales huyeron», hubiese sido la expresión correcta.
Sin acudir al vocablo ‘pertenencias’, para no enredar la expresión.
«Mi falta de tiempo por el alto volumen de actividades que desarrollo me ha alejado de
la vida universitaria»: Aquí hay dos errores. Una imprecisión de semántica llevó al
autor de esta afirmación a embarrarla. ‘Volumen’ es, entre otras definiciones,
‘Corpulencia o bulto de algo; Magnitud física que expresa la extensión de un cuerpo en
tres dimensiones: largo, ancho y alto’. Luego ese no es el vocablo indicado para decir
que se tienen muchas ocupaciones. Pudo escribir: «Mi falta de tiempo, por las
innumerables actividades que desarrollo, me ha…». Nótese que el autor tampoco puso
las comas en el inciso: «por (…) actividades que desarrollo». Debió usarlas, aunque
tenga muchas actividades por hacer.

«…paisanos que no están de acuerdo conmigo, o ante quienes no me hecho comprender


acerca de lo que hago o digo…»: La ausencia de un pequeño vocablo (he), inflexión del
verbo haber, dañó toda la oración. En el subrayado se nota. Corrección: «paisanos (…),
o ante quienes no me he hecho comprender acerca de…».
SESIÓN 3: MAYO 28
Texto descriptivo

SOLUBILIDAD

La solubilidad es la capacidad que tiene una sustancia para disolverse en otra, la


solubilidad de un soluto es la cantidad de éste. Algunos líquidos, como el agua y el
alcohol, pueden disolverse entre ellos en cualquier proporción. En una solución de
azúcar en agua, puede suceder que, si se le sigue añadiendo más azúcar, se llegue a un
punto en el que ya no se disolverá más, pues la solución está saturada. La solubilidad de
un compuesto en un disolvente concreto y a una temperatura y presión dadas se define
como la cantidad máxima de ese compuesto que puede ser disuelta en la solución. En la
mayoría de las sustancias, la solubilidad aumenta al aumentar la temperatura del
solvente. En el caso de sustancias como los gases o sales orgánicas de calcio, la
solubilidad en un líquido aumenta a medida que disminuye la temperatura.

La presencia de moléculas de soluto en el seno de un disolvente altera las propiedades


de éste. Así, el punto de fusión y el de ebullición del disolvente cambian; su densidad
aumenta, su comportamiento químico se modifica y, en ocasiones, también su color.
Algunas de estas propiedades de las disoluciones no dependen de la naturaleza del
soluto, sino únicamente de la concentración de la disolución, y reciben el nombre de
propiedades coligativas.

Los factores que afectan la solubilidad son:

a) Superficie de contacto: La interacción soluto-solvente aumenta cuando hay mayor


superficie de contacto y el cuerpo se disuelve con más rapidez (pulverizando el soluto).

b) Agitación: Al agitar la solución se van separando las capas de disolución que se


forman del soluto y nuevas moléculas del solvente continúan la disolución.

c) Temperatura: Al aumentar la temperatura se favorece el movimiento de las


moléculas, haciendo que la energía de las partículas del sólido sea alta y puedan
abandonar su superficie disolviéndose.

d) Presión: Ésta influye en la solubilidad de gases y es directamente proporcional.


SESIÓN 4: JUNIO 4
Texto descriptivo
EL DELFÍN

El delfín es un mamífero acuático que junto con sus parientes de mayor tamaño,
las ballenas y las marsopas, suelen recibir el nombre común de cetáceos. La diferencia
entre el delfín y la marsopa es clara: el delfín posee un hocico alargado a modo de pico
y dientes cónicos; mientras que la marsopa carece de pico, sus dientes son aplastados,
en forma de azada y su cuerpo es bastante rechoncho. Su distribución es muy amplia,
pueden verse delfines en casi todos los mares del mundo.

Los delfines pertenecen a una gran familia que contiene unas 32 especies. Entre
los ejemplos más conocidos se encuentran: el delfín mular, muy popular por sus
espectáculos en los acuarios de los zoológicos, el delfín común, inspirador de muchas
leyendas populares en el mundo mediterráneo. Ambas especies son muy abundantes en
aguas abiertas. Por el contrario, otras sólo se dan en aguas dulces y en estuarios de
América del Sur y Asia. El boto, delfín grácil y pequeño, ha llegado a remontar 2.000
Km. de agua en el río Amazonas. El boto es el delfín más pequeño, con una longitud
inferior a 1,2 m; el de mayor tamaño es el delfín mular, que puede alcanzar 3 m de
longitud. Los calderones son también un tipo de delfín.”
SESIÓN 5: JUNIO 11
Texto argumentativo

HOLMES – WATSON

Holmes señaló casualmente que Watson estuvo esa mañana en cierta oficina de correos
y que, además, desde allí envió un telegrama. “Correcto” contestó Watson asombrado,
“correcto en ambas cosas. Pero confieso que no sé cómo llegó a ello”.

HOLMES: Es de lo más sencillo... La observación me dice que usted tiene un poco de


barro rojizo adherido a su empeine. Justo frente a la oficina de correos de la calle
Wigmore han levantado el pavimento y arrojado un poco de tierra, situada de tal manera
que resulta difícil evitar pisarla al entrar. La tierra es de ese particular tinte rojizo que no
se encuentra, hasta donde sé, en ninguna otra parte del vecindario. Hasta aquí la
observación, el resto es deducción.

WATSON: ¿Cómo dedujo entonces lo del telegrama?

HOLMES: Porque sabía, por supuesto, que usted no había escrito una carta, dado que
estuve sentado frente a usted toda la mañana. Veo también en su escritorio abierto que
tiene una hoja de sello y un tupido fajo de tarjetas postales. ¿Para qué podría ir al
correo, entonces, si no es para enviar un telegrama? Eliminados todos los demás
factores, el único que queda es el verdadero.
SESIÓN 6: JULIO 16
Texto argumentativo

UN MONO DE PIE

Recientemente, dos científicos afirman haber encontrado indicios de que un


mono bípedo vagó por lo que es ahora Toscania hace entre 8,5 millones y 6,5 millones
de años, en un momento en que nuestros ancestros todavía se desplazaban por los
árboles en cuatro patas.

“Ya no somos los únicos bípedos”, asegura Meike Kohler, del Instituto Miguel
Crusafont, en Sabadell, España. “Por primera vez nos podemos comparar con otro
animal bípedo”. Este mono, llamado oreopithecus bambolii, no figura en el árbol
genealógico de los homínidos. Está vinculado al dryopihtecus que, según algunos
antropólogos, era antecesor de los grandes monos. Sus huesos fosilizados fueron
descubiertos hace 125 años cerca del monte Bamboli, en Toscania. Sin embargo, hasta
que Kohler y su colega Salvador Moyá, realizaron un estudio detallado de centenares de
huesos del o. Bambolii, en el Museo de Historia Natural de Basilea, Suiza, nadie sabía
que este mono caminaba en dos patas.

Además de tener una espina dorsal en forma de “S”, y el largo fémur típico de
los bípedos, este oreopithecus, de alrededor de 90 centímetros de altura, tenía un pie
extraño para un mono. “Era como la pata de un pájaro. Los dedos estaban muy
extendidos, lo cual aumentaba su estabilidad”, señala Kohler. Al contrario de los
chimpancés y otros primates que algunas veces caminaban en dos patas, el oreopithecus
aparenta haber sido un bípedo total. Sin embargo, al parecer no era un gran corredor.
Mientras que los huesos de nuestros pies son rígidos y apropiados para caminar con
rapidez, los del oreopithecus mantenían la flexibilidad necesaria para desplazarse por
los árboles. Este mono caminaba lentamente, pero eso no era mayor problema, por
cuanto no había depredadores en la isla.

El oreopithecus sobrevivió dos millones de años. Irónicamente, esa ventaja de


desplazarse en dos patas provocó su extinción, porque se convirtió en presa fácil para
los animales que llegaron a la isla durante una de las épocas glaciales, cuando
descendieron los niveles marinos y se formaron puentes terrestres.
SESIÓN 7: JULIO 23
Texto argumentativo

¿Murió envenenado Napoleón I?

En 1821, Napoleón I, ex emperador de los franceses, muere en Santa Helena, a


consecuencia de una úlcera estomacal. 140 años más tarde, un dentista sueco, el doctor
Forshufuvud, publica un libro titulado ¿“Fue envenenado Napoleón?”, obra que, al
principio pasa inadvertida.

Pero, cuando el departamento de medicina forense de Glasgow examina cinco


muestras de cabellos del Emperador, enviadas por persona distinta, todas contienen
cantidades no despreciables de arsénico.

En la primavera de 1965, después del “Sunday Telegraph” –el primero en


hacerse eco de experimentos que han utilizado incluso al reactor nuclear de Harlow-,
“Paris Presse”, “France Soir” y “le Journal du dimanche” se apoderan del asunto. La
opinión pública se conmociona. En la frontera belga, unos aduaneros encierran al
historiador francés André Castelot en su compartimiento del tren para conocer su
opinión acerca del asunto.

Una historia de arsénico

Los informes de la autopsia hablan de una gran ulceración estomacal que


degeneró en un cáncer. En 1961, Forshufuvud deja de lado la úlcera, que no es la causa
directa de la muerte y se concentra en el cáncer, pero lo abandona rápidamente. Un
tumor maligno habría hecho adelgazar considerablemente a la víctima, pero la capa de
grasa sobre el vientre del cadáver de Napoleón tenía todavía cerca de cinco centímetros.
En cambio, las víctimas de una intoxicación lenta por arsénico suben de peso; en
pequeñas dosis el veneno se utilizó por mucho tiempo como estimulante. Por lo demás,
un médico inglés señalaba que el cuerpo del Emperador casi no tenía vello, lo que
podría ser también un síntoma de envenenamiento por arsénico, al igual que el buen
estado de conservación del cuerpo en 1840, cuando fue exhumando para ser llevado a
Francia. Es cierto que sus entrañas habían sido retiradas, lo que significa que había sido
sometido a un principio de embalsamamiento.

Valiéndose de estos indicios, el dentista sueco atribuye al arsénico todos los


problemas de salud de Napoleón: sufrió una extraña crisis, cercana a la epilepsia, en
1805, algunas semanas antes de Austerlitz; dolores de estómago, angustias y un
lagrimeo abundante en 1809; una tos seca y una jaqueca espantosa en 1812, con ocasión
de la batalla de Moskova; nuevos dolores de estómago en 1813, eccema en la isla de
Elba; somnolencia y dificultades urinarias en Waterloo, y malestares múltiples que
marcaron su último exilio, hasta la enfermedad final.

Ciertamente, cada vez más el detalle de sus problemas puede hacer pensar en un
envenenamiento, pero existen otras muchas explicaciones posibles.

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