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LEMENTOS DEL SUELO Enviar a un Medidores para

ESENCIALES PARA LAS PLANTAS Amigo Agricultura


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Resumen.
1. Criterios de esenciabilidad. Imprimir Kits Análisis
2. Absorción de elementos nutritivos por las Análisis NPK
plantas. Compartir pHmetros
3. Clasificación de los elementos nutritivos.
Refractómetros
4. Conclusiones.
Higrómetros
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RESUMEN

Los conocimientos actuales acerca de los


organismos vegetales permiten asegurar que casi la
totalidad de los mismos se componen únicamente
de tres elementos fundamentales, que son C, H y
O. Las plantas obtienen tanto el carbono como el
oxígeno directamente del aire por fotosíntesis
mientras que el hidrógeno procede directa o
indirectamente del agua del suelo. Las plantas, no
obstante, son incapaces de vivir solamente a base
de aire y agua, necesitando elementos químicos
que, por lo general, les son proporcionados a
expensas de las sustancias minerales del suelo. Es
interesante señalar que estos elementos, que las
plantas obtienen del suelo, son los que
comúnmente limitan el desarrollo de los cultivos. El
crecimiento de las plantas, salvo circunstancias
excepcionales, como pueden ser sequía, bajas
temperaturas, suelos anómalos o enfermedades, no
se altera seriamente por una deficiencia de C, H y
O. Esto justifica la importancia de los nutrientes del
suelo y de los elementos que contienen.
1. CRITERIOS DE ESENCIABILIDAD

Estos criterios de esenciabilidad fueron establecidos por Arnon y Stout en 1939 y, son enumerados a
continuación:

1. Un elemento no puede considerarse como esencial a menos que su ausencia haga imposible completar
las etapas vegetativas o reproductivas de su ciclo vital.
2. La deficiencia ha de ser específica del elemento en cuestión, y sólo puede ser evitada o corregida
mediante el suministro de aquél.
3. El elemento ha de estar directamente implicado en la nutrición de la planta, con independencia de sus
posibles efectos en la corrección de condiciones desfavorables, químicas o microbiológicas, del medio
externo.

Aunque estos criterios han sido aceptados como válidos y plenamente aplicados a todos los seres vivos,
algunos investigadores consideran que el segundo criterio no es totalmente correcto. Por ejemplo, se
requiere molibdeno para la fijación del N por bacterias del género Azotobacter sp. Sin embargo, en
algunas especies de este género el molibdeno puede ser sustituido por el vanadio. Otro ejemplo es el del
sodio que no se considera esencial para todas las plantas, pero se ha demostrado en la práctica que su
presencia incrementa el rendimiento en numerosos cultivos. Por lo tanto, desde el punto de vista
económico, el sodio debería ser considerado un elemento esencial.

2. ABSORCIÓN DE ELEMENTOS NUTRITIVOS POR LAS PLANTAS

Sólo una pequeña parte de cada nutriente presente en el suelo se encuentra disponible para las plantas
(2%). El resto (98%) aparece en formas no asimilables por las plantas, es decir, se halla firmemente ligado
a la fracción mineral y a la materia orgánica, resultando inaccesible mientras no se vea afectado por los
procesos de descomposición. Éstos ocurren lentamente, durante largos períodos, y los nutrientes son
liberados de modo gradual.

Foto 1. Las plantas absorben los nutrientes contenidos en el aire y en el suelo


a través de las hojas y de las raíces. El CO2, fuente de carbono y oxígeno, se
absorbe a través de los estomas de las hojas, en tanto que los demás
nutrientes se absorben generalmente desde la disolución del suelo a través de
las raíces.

Las plantas absorben los nutrientes por medio de los numerosos pelos radicales que poseen las raíces
jóvenes, las cuales se renuevan continuamente, ya que tienen una vida de unos pocos días. Estos pelos
radicales segregan sustancias ácidas que contribuyen a solubilizar compuestos difícilmente solubles, tales
como fosfatos y carbonatos. En esta acción de solubilización también interviene el CO2 producido por la
respiración de las raíces.

Los elementos nutritivos que las plantas absorben del suelo proceden de las rocas (salvo en el caso del N,
que procede del aire), que al degradarse lentamente se convierten en compuestos solubles. Estos
compuestos se disocian en el agua del suelo en iones positivos (cationes) y negativos (aniones), y bajo
estas formas son asimilados por las plantas (foto 1). Los iones pueden estar libres en la disolución del suelo
o pueden ser adsorbidos por las partículas coloidales del mismo. Los aniones y una pequeña parte de los
cationes están contenidos en la disolución del suelo, mientras que la mayoría de los cationes están
adsorbidos en el complejo coloidal. Los iones adsorbidos por las partículas coloidales pueden ser
absorbidos directamente por las raíces o, más frecuentemente, pasar primero a la solución del suelo, de
donde son absorbidos por las raíces. Cuando un ión pasa de la disolución a la planta, otro ión pasa del
complejo a la disolución, con el fin de mantener una concentración adecuada de iones.

Por lo general, la cantidad de macronutrientes que necesitan absorber las plantas para poder desarrollar su
ciclo de vida es sensiblemente mayor que la de micronutrientes. De este modo, se explica el hecho de que
la absorción de macroelementos por las cosechas puede representar una cantidad importante en
comparación con las reservas de dichos elementos contenidas en el suelo. Esto demuestra la necesidad
de adición de abonos y fertilizantes a la mayor parte de los suelos agrícolas (foto 2).

Foto 2. Sistemas empleados para la aplicación de purines en las


explotaciones: (a) aspersión y (b) inyección.

La proporción de macronutrientes extraída por las cosechas puede suponer la práctica totalidad de las
existencias en el suelo mientras que en la extracción de micronutrientes del suelo, estas cantidades nunca
suponen una proporción tan alta respecto del total sino que, en general, sólo representan un pequeño
porcentaje de la cantidad total existente en un suelo. Esto supone que, salvo excepciones, no deberían
aparecer deficiencias en cuanto a la nutrición de los cultivos, y sin embargo esto no es así. Hay que tener
en cuenta que, por sus características, los microelementos tienen una movilidad, en general, escasa
derivada de factores condicionantes por lo que, son poco asimilables por las plantas. Esto, unido a la
influencia de las técnicas de cultivo y las características de la especie cultivada, explica la aparición de
deficiencias en cultivos sobre suelos de contenidos normales en microelementos.
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Son numerosos los factores inherentes al medio (suelo y clima) que Plagas
influyen sobre el mayor o menor grado de absorción de los El empleo de organismos
nutrientes. Entre estos factores cabe destacar, los siguientes: beneficiosos (polinizadores,
depredadores y parasitoides)
1. Textura del suelo. en los últimos años ha
demostrado su utilidad en la
mejora de la calidad de los
Los suelos de texturas finas presentan una mayor superficie externa, productos hortícolas, y en el
por lo que los agentes que alteran su estructura tienen una mayor control de plagas en los
posibilidad de actuación: 1g de arcilla coloidal presenta una cultivos protegidos. A lo largo
superficie externa 1.000 veces mayor que la presentada por la misma de este curso se exponen de
cantidad de arena gruesa. forma clara y amena todos
aquellos conceptos
2. p H del suelo. relacionados con el manejo
de enemigos naturales para
Para unos determinados valores de p H algunos elementos el control de agentes
asimilables se transforman en sus formas no asimilables, debido a causantes de daño...
que entran a formar parte de los compuestos insolubles. Por ejemplo, Más información
el hierro en un medio básico da como resultado un hidróxido
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insoluble. En otras ocasiones se producen compuestos volátiles, que
se pierden ya que escapan a la atmósfera; tal es el caso de los
fertilizantes amónicos, que en suelos básicos producen amoníaco,
una parte del cual se pierde en la atmósfera cuando la aportación del fertilizante se hace en la superficie
del suelo.

3. Interacciones entre iones.

En algunas ocasiones se producen interacciones entre dos iones, que dificultan o facilitan la absorción de
uno de ellos. Se produce antagonismo cuando uno de los iones tiende a inhibir la absorción del otro,
especialmente cuando aumenta la concentración de uno de ellos. Es el caso, por ejemplo, del antagonismo
potasio-magnesio, en donde la mayor concentración de potasio ocasiona una deficiente asimilación de
magnesio. El sinergismo se produce cuando uno de los iones favorece la absorción del otro, como ocurre,
por ejemplo, con el nitrógeno y el potasio.

4. Clima.

Los factores que más influyen sobre la absorción son la temperatura y la humedad. A medida que aumenta
la temperatura se incrementa la absorción, debido a una mayor actividad bioquímica, hasta llegar a un nivel
óptimo por encima del cual decrece progresivamente hasta paralizarse. Con bajas temperaturas ocurre lo
contrario dado que se ve dificultada la actividad bioquímica y se produce una disminución de la solubilidad
en el suelo. De modo semejante, ocurre que a medida que aumenta la humedad se produce un incremento
en la absorción de nutrientes.

3. CLASIFICACIÓN DE LOS ELEMENTOS NUTRITIVOS

Actualmente se admite que las plantas superiores pueden contener hasta 60 elementos, de los cuales 16
de ellos (C, H, O, N, P, K, Ca, Mg, S, Fe, Mn, B, Mo, Cu, Zn y Cl) son considerados esenciales para su
normal desarrollo mientras que otros 4 (Na, Si, Co y V) son considerados solo esenciales para algunas de
ellas (figura 1). Todos estos elementos desempeñan funciones muy importantes en las plantas, y cuando
están presentes en cantidades insuficientes, pueden producirse graves alteraciones y reducirse
notablemente el crecimiento de las mismas.

De los 16 elementos esenciales, los 3 primeros son suministrados mayoritariamente por el aire y el agua,
mientras que los 13 restantes son aportados por el suelo. Estos elementos nutritivos suministrados por el
suelo se pueden clasificar en macro- y microelementos, dependiendo de si las plantas necesitan absorber
cantidades relativamente grandes o pequeñas de ellos. Como macroelementos cabe destacar el N, P, K,
Ca, Mg y S y como microelementos, elementos traza u oligoelementos esenciales para las plantas se
encuentran el Fe, Mn, B, Mo, Cu, Zn, y Cl.
Figura 1. Clasificación de los elementos químicos en función de su total o
parcial esenciabilidad para las plantas (Navarro García y Navarro Blaya, 2000).

MACRONUTRIENTES: Elementos primarios (N, P y K) y secundarios (Ca, Mg y S).

Los macronutrientes son los elementos necesarios en cantidades relativamente abundantes para asegurar
el crecimiento y la supervivencia de las plantas. La presencia de una cantidad suficiente de elementos
nutritivos en el suelo no garantiza por sí misma la correcta nutrición de las plantas, pues estos elementos
han de encontrarse en formas moleculares que permitan su asimilabilidad por la vegetación. En síntesis, se
puede decir que una cantidad suficiente y una adecuada disponibilidad son fundamentales para el correcto
desarrollo de la vegetación.

Dentro de éstos, se puede distinguir entre elementos primarios (N, P y K) y elementos secundarios (Ca, Mg
y S).

1. Elementos primarios.

En la mayoría de los cultivos, las necesidades de las plantas son superiores a las reservas existentes en
forma asimilable de los elementos en el suelo, por lo que es necesario realizar aportes de los mismos
mediante el uso de abono y sustancias fertilizantes. Se considera que los elementos primarios son N, P y
K.

- Nitrógeno (N).

Los procesos de combinación del N con otro elemento reciben el nombre de fijación del nitrógeno y se
realizan, en la naturaleza, gracias a la acción de ciertos microorganismos y a las descargas eléctricas que
tienen lugar en la atmósfera. Sin embargo, la cantidad de N fijado suele ser pequeña en comparación con
la que las plantas podrían utilizar. Cerca del 99% del N combinado en el suelo, se halla contenido en la
materia orgánica. El N orgánico, incluido en moléculas grandes y complejas, sería inaccesible a los
vegetales superiores si no fuera, previamente, liberado por los microorganismos. La actividad microbiana
descompone, gradualmente, los materiales orgánicos complejos en iones inorgánicos simples, que pueden
ser utilizados por las plantas. La rapidez con que, potencialmente, los cultivos serían capaces de utilizar el
N, suele exceder a la rapidez con que éste es liberado. En consecuencia, la cantidad de N disponible en el
suelo suele ser relativamente muy pequeña.

- Fósforo (P).

A diferencia del N, que puede incorporarse a los suelos por medio de la fijación bioquímica por
microorganismos, el P no posee tal ayuda microbiana dado que procede únicamente de la descomposición
de la roca madre que tiene lugar durante el proceso de meteorización. La cantidad de P total del suelo,
expresada como P2O5, en raras ocasiones sobrepasa el 0,50% y puede clasificarse, como inorgánico y
orgánico. El P inorgánico es suministrado por la meteorización de minerales como el apatito Ca 5(PO4)3F y
en menor proporción puede formar parte de la cadena de silicatos donde sustituye al silicio, o encontrarse
en minerales neoformados. El P orgánico es de gran importancia para la fertilidad del suelo debido a que
determinados compuestos orgánicos son una fuente indirecta de formas solubles. El humus y otros tipos
de materia orgánica no humificada son la principal fuente de P orgánico en el suelo.

- Potasio (K).

El K es, tal vez, el elemento mineral que se encuentra en mayor proporción en las plantas y es relativamente
frecuente en las rocas. Con independencia del K que se añade como componente de diversos fertilizantes,
el K presente en los suelos procede de la desintegración y descomposición de las rocas que contienen
minerales potásicos. Junto a este K mineral debe incluirse el procedente de la descomposición de restos
vegetales y animales. A diferencia del P, el K se halla en la mayoría de los suelos en cantidades
relativamente grandes. En general, su contenido como K2O oscila entre 0,20-3,30% y depende de la textura.
En suelos sódicos, varía entre 2,50-6,70%. La fracción arcillosa es la que presenta un mayor contenido de
K, por lo que los suelos arcillosos y limo-arcillosos son más ricos que los limo-arenosos y arenosos, teniendo
en cuenta también que la variación en el contenido de K está influenciada por la intensidad de las pérdidas
debidas a la extracción por los cultivos, lixiviación y erosión.

2. Elementos secundarios.

Las cantidades de estos elementos presentes en el suelo suelen cubrir las necesidades de los cultivos, por
lo que, en general, no es preciso realizar aportes de ningún tipo al suelo. Este grupo de elementos
comprende Ca, Mg y S.

- Calcio (Ca).

El Ca presente en el suelo, aparte del añadido como fertilizante o enmienda, procede de las rocas y de los
minerales del suelo, y su contenido total puede variar ampliamente. En los suelos considerados no calizos
oscila entre el 0,10 y 0,20%, mientras que en los calizos puede alcanzar hasta un 25%. De forma general,
se puede decir que el Ca proviene de la meteorización de los minerales. Estos materiales son tan comunes
que la mayoría de los suelos contienen suficiente Ca para cubrir gran parte de las necesidades de la planta.

- Magnesio (Mg).

El Mg es un elemento químicamente muy activo pero que no aparece por sí solo como elemento libre en la
naturaleza sino que se encuentra distribuido en forma mineral. Según diversas estimaciones su contenido
medio en la corteza terrestre puede situarse en torno a un 2,30% mientras que en el suelo se aproxima a
un 0,50%.

MICRONUTRIENTES

Reciben el nombre de micronutrientes, aquellos elementos


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indispensables para que las plantas puedan completar su ciclo vital,
aunque las cantidades necesarias de ellos sean muy pequeñas. El Anuncios clasificados
contenido total de micronutrientes en el suelo es función del material y Negocios B2B
de partida y de los procesos edafológicos. Aquellos elementos cuya FERTILIZANTES Y
concentración total en el suelo es normalmente inferior a 1000 mg/kg FITOSANITARIOS
son llamados elementos traza. Dentro de este grupo podemos incluir Anuncios gratuitos y ofertas
a los micronutrientes (Cu, Mn y Zn), imprescindibles para las plantas de productos para abonado y
y para los animales en baja concentración, pero que pueden volverse el control fitopatológico.
tóxicos al alcanzar determinados niveles. La excepción entre ellos Ver las Ofertas
está en el Fe, que es un micronutriente pero no estrictamente un
elemento traza. www.infoagro.com

- Hierro (Fe).

A pesar de su abundancia en suelos y rocas, es uno de los micronutrientes más deficiente. El Fe es el


cuarto elemento más abundante en la corteza continental después del O, Si y Al, constituyendo alrededor
del 15% en peso de la corteza terrestre. Es, con diferencia, el microelemento más abundante en los suelos,
ya sea como constituyente mineral o bien bajo la forma de óxidos e hidróxidos. No obstante, en suelos con
horizontes enriquecidos en materia orgánica, el Fe aparece principalmente en forma de quelatos. Su
contenido en los suelos templados suele variar entre el 1 y 5%. En casos aislados, pueden hallarse valores
cercanos al 10%. En el suelo, el contenido de Fe fluctúa en el rango de 0,20 al 5%, en un orden de magnitud
similar al de la roca subyacente.

- Cobre (Cu).

El Cu es uno de los elementos esenciales más importantes tanto para las plantas como para los animales;
sin embargo, cantidades excesivas de éste pueden producir efectos tóxicos. Entre los diferentes tipos de
rocas ígneas, el Cu prevalece en los basaltos. En las rocas sedimentarias es más abundante en los
esquistos. En general, su abundancia en las rocas basálticas es más alta que en las graníticas, y muy baja
en las rocas carbonatadas.

-Manganeso (Mn).

El Mn presente en los suelos es originado principalmente por la descomposición de las rocas


ferromagnésicas. Es un microelemento similar al Fe, tanto en su química como en su geología y muy
abundante en la litosfera. En las rocas, el contenido de Mn varía entre 350 y 2000 mg/kg. El contenido en
el suelo muestra variaciones considerables, pero normalmente fluctúa entre 20 y 800 mg/kg. No obstante,
y al igual que en el caso del Fe, estos contenidos totales no pueden considerarse como una indicación de
su disponibilidad para las plantas ya que existen muchos factores que afectan a su absorción.

- Zinc (Zn).

El Zn es un elemento ampliamente distribuido que se halla en cantidades pequeñas, pero suficientes, en la


mayoría de los suelos y plantas. La cantidad de Zn que se puede encontrar en un suelo depende
directamente de la naturaleza de la roca madre. Hay, no obstante, un aspecto importante que es necesario
resaltar en relación con el Zn útil en los suelos y es que la parte superficial de muchos de ellos, que
corresponde con los horizontes superiores, contienen siempre más Zn que los horizontes inferiores. Se cree
que este hecho se debe por una parte a que los residuos de las plantas, al quedar depositados en la
superficie del suelo, proporcionan tras su descomposición, cierta cantidad del elemento; por otra, el Zn no
presenta una emigración descendente en el perfil, como ocurre con otros elementos, ya que tiende a quedar
adsorbido por las arcillas y la materia orgánica (foto 3).

Foto 3. Es explicable, entonces, que la eliminación de la parte superficial del


suelo, por ejemplo, por erosión o por nivelación del mismo, pueda ocasionar la
deficiencia de Zn en los suelos con escaso contenido de este elemento.

4. CONCLUSIONES

El agua y los elementos nutritivos disueltos, que normalmente se absorben por las raíces, pueden también
ser absorbidos por las hojas. Las aplicaciones foliares son efectivas especialmente cuando la planta
necesita algunos nutrientes de una forma inmediata, tales como: Fe, Zn, Mn, Cu y Mo. Cuando el suelo
contiene una cantidad excesiva de elementos esenciales en forma asimilable por las plantas, el normal
desarrollo de éstas puede verse seriamente afectado. Por lo general, no suele haber problemas en este
sentido con los macroelementos, pero sí que puede haberlos con algunos microelementos, en donde existe
un estrecho margen entre los niveles óptimo y tóxico.

Autor:
Ana Isabel Roca Fernández.
Departamento de Producción Animal Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo.

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