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Seminario Accesibilidad Discapacidad y Políticas Públicas

Profesoras: Marcela Méndez; Gladýs Martínez.

Estudiante: Sebastián Nahuel Calabrese

Carrera: Licenciatura en Ciencia Política y Gobierno.

1. Como hemos visto durante el transcurso de las clases del Seminario, el


Modelo Social de la discapacidad, expresado en la Convención sobre los
derechos de las Personas con Discapacidad del año 2006, se sostiene
bajo el paradigma de la autonomía personal y entiende a la discapacidad
como una cuestión vinculada a los derechos humanos, enfocándose
especialmente en la integración de las personas con discapacidad con el
entorno, es decir, con el resto de la sociedad aunque sin negar la
existencia de un sustrato fisiológico o biológico que requiera apoyos
médicos. Por tanto lo que cuestiona este enfoque es la idea de que las
implicaciones médicas, biológicas o psicológicas condicionen las
relaciones sociales, económicas, culturales y políticas de las personas
con discapacidad clasificándolos o situándolos en una posición de
inferioridad por el hecho de no cumplir con los parámetros de
“normalidad” impuestos por la misma sociedad.
En contraposición al modelo social, podemos situar al modelo médico-
rehabilitador cuya concepción de la discapacidad se centra en la
rehabilitación médica y asistencial de la persona con discapacidad,
siendo la propia persona con discapacidad quien debe adaptarse al
medio, explica la situación de discapacidad ya no desde lo social sino
con conceptos puramente médicos, entendiendo a esa situación como
algo negativo, peyorativo.
Ambos paradigmas tensionan fuertemente en el plano social, económico
y político, reflejándose dichas tensiones en el marco legislativo y la
programación, formulación y ejecución de políticas públicas.
Particularmente en el marco legislativo es donde se expresan más
claramente dichas tensiones ya que la ley nacional Nº 22.431 “Sistema
de Protección Integral de los Discapacitados” del año 1981 expresa la
necesidad de “asegurar a las personas discapacitadas su atención
médica, su educación y su seguridad social, así como a concederles las
franquicias y estímulos que permitan en lo posible neutralizar la
desventaja que la discapacidad les provoca y les den oportunidad,
mediante su esfuerzo, de desempeñar en la comunidad un rol
equivalente al que ejercen las personas normales” reflejando, ya desde
su artículo 1º, claramente el paradigma médico rehabilitador, centrando
su mirada en las deficiencias y legitimando una mirada -en términos
jurídicos, políticos, económicos, culturales- asistencialista y
proteccionista que limita el derecho a elegir y decidir – por tanto también
a equivocarse- de la propia persona con discapacidad, ésta Ley
mantiene su vigencia hasta el día de hoy aun cuando Argentina ratificó
la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y
su Protocolo Facultativo mediante la Ley Nº26.378 en 2008, adquiriendo
la Convención jerarquía constitucional mediante la Ley Nº27.044 en
2014.
El Estado Argentino en tanto Estado parte de la Convención sobre los
Derechos de las Personas con discapacidad reconoce en el preámbulo
de la misma, en su inciso n “la importancia que para las personas con
discapacidad reviste su autonomía e independencia individual, incluida
la libertad de tomar sus propias decisiones” entrando en clara
contradicción con el modo asistencialista expresado en la Ley nacional
22.431.
Este tipo de contradicciones expresadas en el cuerpo legislativo limitan,
en mi opinión, el derecho a decidir y elegir de la persona con
discapacidad, por tal motivo es importante la derogación de la Ley 22431
por una nueva Ley que plasme la convención de forma que se
establezcan en la misma aquellos principios rectores, acciones, recursos
y responsabilidades que le sirvan de instrumento para poder cumplir con
su derecho a elegir, decidir y tomar sus propias decisiones, a la vez que
marcaría un sentido más claro y concreto de hacia dónde se orienta la
política pública y cuál es la responsabilidad que toma el Estado ante
esto en tanto organizador de la sociedad, si va a desentenderse de ésta
cuestión y pensarlo como un problema médico que atañe a una
individualidad o como un problema que atañe a toda la sociedad y que
afecta a la persona con discapacidad en tanto limita su participación
plena y en igualdad de condiciones con los demás.

2. Me gustaría tratar como es la participación política de las Organizaciones de


la Sociedad Civil de personas con discapacidad en Lanús, sus
contradicciones y tensiones.

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