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La legalización de las drogas

Recientemente Arturo Zaldívar, ministro de la Suprema Corte presentó un proyecto de


resolución para que el consumo, el transporte y el cultivo de marihuana deje de ser penado.
Este proyecto se suma a las recientes declaraciones del jefe de gobierno Mancera que
plantean que en el DF se podría utilizar la marihuana con fines medicinales.

En un país donde a diario hay asesinatos y desapariciones producto de la violencia


desatada por la guerra contra el narcotráfico vale la pena detenerse a analizar estas
propuestas.

En los últimos años han sido varios los países que han optado por legalizar la mariguana.
Incluso en distintos estados de Estados Unidos se ha aprobado la utilización del cannabis
para fines medicinales. En México son muchas las voces que se alzan para exigir la
legalización de ésta, desde el ex presidente Vicente Fox –que claramente ve esta
posibilidad como una oportunidad de negocio– hasta sectores de la intelectualidad
progresista. Los socialistas tenemos también una visión al respecto de este tema,
planteamos la necesidad de la legalización de la mariguana y de otras drogas pero bajo
parámetros muy distintos.

El consumo de mariguana y la criminalización de la juventud

La guerra contra el narco que comenzó el ex presidente Felipe Calderón y que ha


continuado Peña Nieto, es claramente una política impuesta desde la Casa Blanca que
busca generar un clima de violencia que inhiba la protesta social y la organización, mientras
se configura la estructura productiva del país acorde con los intereses del gran capital. En
este país, la militarización ha traído fenómenos monstruosos como la violación masiva de
derechos humanos por parte del ejército, desapariciones en todo el país y un aumento
alarmante del feminicidio.

En este marco la juventud, sin oportunidad de empleo digno y estable y con el masivo
rechazo que sufren cientos de miles de jóvenes con ganas de estudiar año tras año, es uno
de los sectores más golpeados, al tiempo que el Estado criminaliza a la juventud, que sufre
el acoso de la policías y otras fuerzas represivas no sólo cuando luchan como sucedió con
la represión a los normalistas de Ayotzinapa sino también por su forma de vestir o divertirse.
Los agentes realizan revisiones “de rutina” donde en ocasiones es la misma policía la que
“siembra” la droga.

El narcotráfico y la legalización

Diversos analistas señalan que el tráfico ilegal de marihuana provee al narcotráfico de cerca
del 50 por ciento de sus recursos. Sin embargo, si bien la legalización de ésta permitiría
reducir el flujo de dinero a los capos y a sus redes (cuyas ganancias elevadas devienen del
carácter ilegal del producto), para atacar realmente a los carteles del narcotráfico hace falta
ir mucho más allá.

En primer lugar, expropiar las cuentas bancarias de los narcotraficantes. También es


necesario acabar con el “secreto bancario” que únicamente beneficia a la burguesía y a los
políticos corruptos y poder observar toda la red de lavado de dinero que permea el sistema
financiero mexicano. Claramente esto permitiría observar la complicidad de grandes
empresarios y de políticos de todos los partidos y órdenes de gobierno con el narcotráfico,
cuestión ya evidenciada con la masacre de Iguala, que reveló los nexos del gobierno del
estado de Guerrero con distintos carteles del narcotráfico.

El millonario negocio del narcotráfico, de la mano de la narco guerra y la militarización, se


ha intensificado enormemente como resultado de la política dictada desde Washington. La
subordinación imperialista ha dado un salto en el terreno económico con la aprobación de
las Reformas Estructurales y el Acuerdo Transpacífico al tiempo que en la política
implementada en materia de seguridad se siguen al pie de la letra los dictados de la Casa
Blanca. Lo anterior lejos de haber “frenado” el tráfico de drogas a Estados Unidos o
afectado realmente a los carteles de narcos, ha provocado más de 120 mil muertes y
decenas de miles de desaparecidos.

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