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La protección de

los derechos
específicos

Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
La protección de los derechos específicos
Habeas Corpus
El habeas corpus es un mecanismo constitucional de protección de la libertad física, corporal o de
locomoción de las personas.
Este instituto que ya fuera contemplado en nuestro país por el Art. 20 de la Ley 48, ha tenido una
regulación normativa a partir del dictado de la Ley 23.098 en 1984. Esta última contiene una parte
sustantiva que se aplica a todo el territorio nacional y por ende a las provincias y una parte procesal
que sólo rige para el ámbito federal.
Por su parte, la C.N. establece en el Art. 43 4º párrafo que “Cuando el derecho lesionado,
restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la
forma o condiciones de detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción de
hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá
de inmediato, aún durante la vigencia del estado de sitio”.

Competencia. La competencia judicial federal o provincial se determina de acuerdo a la autoridad


de la que emana la orden de detención, conforme lo establece el Art. 2 de la Ley 23.098.

Clases de habeas Corpus. Entre las clases de este proceso constitucional podemos destacar a
las siguientes:
1) Clásico o reparador: Procede contra actos u omisiones que atenten contra la libertad
física o la impidan sin orden de autoridad competente.
2) Preventivo: Funciona en las hipótesis de amenazas ciertas en inminentes que atenten
contra la libertad física de una persona.
3) Correctivo: Puede ser utilizado para los casos en que se agravan las condiciones de la
restricción de la libertad dispuesta legalmente.
4) Restringido: Debe ser utilizado en los supuestos de molestias que perturben o alteren la
libertad física sin llegar a su privación. V.gr. seguimiento a una persona.
5) Por desaparición forzada: Tiene por objeto hacer cesar el estado de desaparición
forzada de personas y lograr su localización.
6) De oficio: El inicio y la prosecución del trámite la realizan directamente los tribunales sin
que exista pedido de parte interesada.
7) Colectivo: El pedido de habeas corpus involucra a varias personas. La Corte Suprema
Nacional le hizo lugar a este tipo de reclamos en la causa “Mignone” (2002) para que las
personas privadas de la libertad pudieran votar en las elecciones.
8) Durante el Estado de sitio: Esta clasificación ha sido receptada directamente en el texto
constitucional. Por su parte, la Ley 23.098 en su Art. 4º tiene previsto que “Cuando sea
limitada la libertad de una persona en virtud de la declaración prevista en el Art. 23 de la
Constitución Nacional, el procedimiento de hábeas corpus podrá tender a comprobar, en el
caso concreto: 1° La legitimidad de la declaración del estado de sitio; 2° La correlación entre
la orden de privación de la libertad y la situación que dio origen a la declaración del estado
de sitio; 3° La agravación ilegitima de la forma y condiciones en que se cumple la privación
de la libertad que en ningún caso podrá hacerse efectiva en establecimientos destinados a
la ejecución de penas; 4° El efectivo ejercicio del derecho de opción previsto en la última
parte del Art. 23 de la Constitución Nacional”
9) Contra Particulares: Funciona en aquellos supuestos en que la privación de la libertad o
su agravamiento provenga de una actividad de particulares. V.gr. Instituto psiquiátrico.

Legitimación. El habeas corpus puede ser solicitado por el detenido o afectado, sus parientes,
abogados y cualquier persona a su favor. Recordamos que también procede de oficio.

La inconstitucionalidad de oficio. Más allá de lo que analizamos sobre el punto en la Unidad 5, el


Art. 6° de la Ley 23.098 contempla expresamente la posibilidad de que los jueces declaren de oficio
y para el caso concreto la inconstitucionalidad de algún precepto normativo.

Trámite. A partir del Art. 11 de la ley 23.098 se regula lo relativo al trámite de esta acción. En tal
sentido, se señala que “Cuando se tratare de la privación de la libertad de una persona, formulada
la denuncia el juez ordenará inmediatamente que la autoridad requerida, en su caso, presente ante
él al detenido con un informe circunstanciado del motivo que funda la medida, la forma y
condiciones en que se cumple si ha obrado por orden escrita de autoridad competente, caso en el
cual deberá acompañarla, y si el detenido hubiese sido puesto a disposición de otra autoridad a
quien, por qué causa, y en qué oportunidad se efectuó la transferencia”.
Para los casos en que se trata de amenaza actual de privación de la libertad de una persona, el
juez competente ordenará que la autoridad requerida presente el aludido informe.
En cambio, si se desconoce cuál es la autoridad que detenta la persona privada de su libertad o de
la cual emana el acto que ha sido denunciado como lesivo, el juez librará la orden a los superiores
jerárquicos de la dependencia que la denuncia indique.
La última parte de ese precepto normativo prescribe que “Cuando un tribunal o juez de jurisdicción
competente tenga conocimiento por prueba satisfactoria de que alguna persona es mantenida en
custodia, detención o confinamiento por funcionario de su dependencia o inferior administrativo,
político o militar y que es de temerse sea transportada fuera del territorio de su jurisdicción o que se
le hará sufrir un perjuicio irreparable antes de que pueda ser socorrida por un auto de hábeas
corpus, pueden expedirlo de oficio, ordenando a quien la detiene o a cualquier comisario, agente de
policía u otro empleado, que tome la persona detenida o amenazada y la traiga a su presencia para
resolver lo que corresponda según derecho”.
Lo ordenado por el juez debe ser cumplido de manera inmediata por la autoridad requerida, salvo
que el juez haya determinado un plazo específico de cumplimiento. Si por un impedimento físico el
detenido no pudiera ser llevado a presencia del magistrado, éste si lo estima necesario podrá
constituirse donde se encuentra el afectado y aún autorizar a un familiar o persona de confianza
para que lo vea en su presencia.
Desde el conocimiento de la orden el detenido quedará a disposición del juez que la emitió para la
realización del procedimiento.
Debe tenerse presente que la orden emanada del tribunal implicará para la autoridad requerida la
citación a la audiencia. La persona que se encuentra privada de su libertad deberá estar siempre
presente.
La audiencia comenzará con la lectura de la denuncia y el informe. Luego el juez interrogará al
amparado proveyendo en su caso a los exámenes que correspondan. Dará oportunidad para que
se pronuncien la autoridad requerida y el afectado, personalmente o por intermedio de su asistente
letrado o defensor.
Si por pedido de las partes o de oficio o el juez considera necesario la producción de material
probatorio determinará su admisibilidad o rechazo de acuerdo con la utilidad o pertinencia al caso
de que se trata. Finalizada la recepción de la prueba se oirá a los intervinientes.
Una vez finalizada la audiencia se dictará resolución “que deberá versar sobre el rechazo de la
denuncia o su acogimiento, caso en el cual se ordenará la inmediata libertad del detenido o la
cesación del acto lesivo” (Art. 17). El Art. 18 exige que la decisión sea leída inmediatamente por el
juez ante los intervinientes y quedará notificada aunque alguno de ellos se hubiere alejado de la
sala de audiencia.
En contra de esa resolución se podrá interponerse recurso de apelación para ante la Cámara en
plazo de 24 horas, por escrito u oralmente, en acta ante el secretario, pudiendo ser fundado. Se
encuentran habilitados para interponer el mentado recurso el amparado, su defensor, la autoridad
requerida o su representante y el denunciante únicamente por la sanción o costas que se le
hubieren impuesto, cuando la decisión les cause gravamen. El recurso procederá siempre con
efecto suspensivo, salvo en lo que respecta a la libertad de la persona (Artículo 17, Inciso 4°), que
se hará efectiva.

El habeas corpus en la Provincia de Córdoba. El Art. 47 del a Const. Pcial. establece que “Toda
persona que de modo actual o inminente sufra una restricción arbitraria de su libertad personal,
puede recurrir por cualquier medio, por sí o por terceros en su nombre al juez más próximo, para
que tome conocimiento de los hechos, y de resultar procedente, mande a resguardar su libertad o
haga cesar la detención en menos de veinticuatro horas.
Puede también ejercer esta acción quien sufra una agravación ilegítima de la forma y condiciones
en que se cumple la privación de la libertad, sin detrimento de las facultades propias del juez del
proceso. La violación de esta norma por parte del juez es causal de destitución”.
El marco legal del habeas corpus está regulado en los Arts. 464 a 474 del Código Procesal penal
aprobado por la ley 3831.

Legislación
Como dijimos en el punto anterior a nivel nacional además del Art. 43 párrafo 4º la cuestión relativa
al habeas corpus está regulada en la Ley 23.098 y es conocida como la “Ley De la Rúa” en honor al
legislador que fue autor del proyecto.
En la provincia de Córdoba el habeas corpus está regulado en los Arts. 464 a 474 del Código
Procesal penal aprobado por la ley 3831 y en el Art. 47 del a Constitución de la Provincia.

Su incorporación en la Constitución Nacional, provincial y en los


tratados internacionales
Esta temática ya ha sido desarrollado en los puntos anteriores. Para ampliar puede verse el
Capítulo VII de la bibliografía obligatoria.
Bibliografías de referencia
Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo
II. Córdoba: Alveroni Ediciones.
Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial
Universidad.
Hábeas Data

Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
Hábeas Data
La acción de habeas data busca lograr el conocimiento de la información personal que se
encuentre en un banco de datos o registro sea público o privado y en su caso lograr su supresión,
modificación, actualización, reserva, entre otras finalidades.
El Art. 43 de la C.N. señala en su 3º párrafo que “Toda persona podrá interponer esta acción para
tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o
bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o
discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos.
No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodística.”
La Ley 25.3261 que regula lo relativo a los datos personales dispone en su Art. 1º que el objeto de
ese cuerpo normativo es “la protección integral de los datos personales asentados en archivos,
registros, bancos de datos, u otros medios técnicos de tratamiento de datos, sean éstos públicos,
o privados destinados a dar informes, para garantizar el derecho al honor y a la intimidad de las
personas, así como también el acceso a la información que sobre las mismas se registre, de
conformidad a lo establecido en el artículo 43, párrafo tercero de la Constitución Nacional. En
ningún caso se podrán afectar la base de datos ni las fuentes de información periodísticas”.
En cuanto a la naturaleza jurídica del habeas data existen dos posiciones doctrinarias bien
marcadas. Por un lado, quienes sostienen que se trata de un proceso autónomo que posee un bien
jurídico tutelado diferente al de otros remedios constitucionales. Por otro lado, se entiende que es
una especie de amparo en virtud de las siguientes razones: 1) La ubicación en el texto
constitucional dentro del Art. 43; 2) La Ley de Protección de Datos Personales (25.326) que la trata
como tal.

Clases. Existen en nuestro sistema jurídico diversas modalidades de habeas data entre las que
se destacan las siguientes:
1) Informativo: Mediante el mismo se procura acceder a la información personal que se
encuentre en un registro o base de datos.
2) Aditivo: Una vez que se ha logrado el conocimiento de la información se persigue la
actualización de datos personales.
3) Rectificador: Busca la rectificación de datos erróneos que se hallen en un registro o base de
datos. Art. 16.6 de la Ley de datos personales establece que durante el proceso de verificación y
rectificación del error o falsedad de la información que se trate, el responsable o usuario del banco

1
B.O. 2/11/2000.
de datos deberá o bien bloquear el archivo, o consignar al proveer información relativa al mismo la
circunstancia de que se encuentra sometida a revisión.
4) Reservador: Se utiliza a los fines de que se disponga la confidencialidad de la información que
se considera sensible.
5) Cancelatorio: tienen por objeto la supresión de información sensible que afecte los derechos de
intimidad, ideología política, religiosa, sexual, otros, que se pretendan utilizar son fines
discriminatorios. La supresión no procede cuando pudiese causar perjuicios a derechos o intereses
legítimos de terceros, o cuando existiera una obligación legal de conservar los datos (Art. 16.5 de la
Ley 25.326)
En el caso 1) el conocimiento de la información tiene un objetivo inmediato. En el resto de las
especies de habeas data es mediato porque se procura el acceso a los fines de solicitar su
modificación, supresión, actualización, confidencialidad, según corresponda.

Legitimación activa: Pueden promover la acción tanto las personas jurídicas debidamente
representadas como físicas, sus tutores, curadores, y los sucesores de estas últimas sean en línea
directa o colateral hasta el segundo grado.
En tal sentido el Art. 13 de la Ley 25.326 establece que “Toda persona puede solicitar información
al organismo de control relativa a la existencia de archivos, registros, bases o bancos de datos
personales, sus finalidades y la identidad de sus responsables”. A su vez, se permite la
participación del Defensor de Pueblo en carácter de coadyudante. (Art. 33)

Legitimación pasiva: sólo puede exigirse la información que se halle en bancos de datos públicos
o privados destinados a brindar información.

Habeas data y derecho de acceso a la información pública. Ya hemos dicho que el habeas
data tiene por objeto el conocimiento de la información personal que se encuentre en bancos de
datos público o privados. En cambio, mediante el derecho de acceso a la información pública lo que
se persigue es el conocimiento de una información pública (no privada!!!) que detenta una autoridad
estatal o privada que lleve adelante algún cometido estatal y que está vinculada con la publicidad
de los actos de gobierno.
Además, el remedio previsto en el Art. 43 exige, para el habeas data, una legitimación especial y
mucho más restrictiva que para el derecho de acceso a la información pública. En el habeas data
se permite la modificación y supresión de la información. En cambio, en derecho de acceso a la
información pública sólo el acceso y su conocimiento.
Procedimiento previo. El Art. 14 de la Ley dispone que los legitimados pasivos pueden obtener
información de sus datos personales a los bancos de datos públicos, o privados destinados a
proveer informes. La información solicitada deberá ser proporcionada dentro de los diez días
corridos de haber sido intimado fehacientemente. Una vez que ha vencido el plazo para ello sin su
satisfacción o si evacuado el informe, éste se estimara insuficiente, quedará expedita la acción de
protección de los datos personales o de hábeas data prevista.

Régimen Procesal La acción de hábeas data tramitará de acuerdo a las disposiciones de la ley
25.326 y por el procedimiento que corresponde a la acción de amparo común. Supletoriamente, se
regirá por las normas del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, en lo atinente al juicio
sumarísimo. (Art. 37)

Trámite procesal. Una vez admitida la acción por el tribunal el juez requerirá al archivo, registro o
banco de datos la remisión de la información concerniente al accionante. Podrá, asimismo, solicitar
que dentro de los cinco días informes sobre el soporte técnico de datos, documentación de base
relativa a la recolección y cualquier otro aspecto que resulte conducente a la resolución de la causa
que estime procedente.
Según el Art. 40, al momento de evacuar el informe los demandados no podrán alegar la
confidencialidad de la información como impedimento para denegar la información, salvo el caso en
que se afecten las fuentes de información periodística.
En aquellos casos en que un archivo, registro o banco de datos público se oponga a la remisión del
informe solicitado por el juez invocando excepciones al derecho de acceso, rectificación o
supresión, autorizadas por la presente ley o por una ley específica; deberá acreditar los extremos
que hacen aplicable la excepción legal. En tales casos, el juez podrá tomar conocimiento personal y
directo de los datos solicitados asegurando el mantenimiento de su confidencialidad.
Al contestar el informe, el archivo, registro o banco de datos demandado deberá poner en
conocimiento las razones por las cuales incluyó la información cuestionada y aquellas por las que
no evacuó el pedido efectuado por el interesado.
Una vez que se ha contestado el informe, el actor tendrá la posibilidad, dentro de los tres días de
ampliar el objeto de la demanda solicitando la supresión, rectificación, confidencialidad o
actualización de sus datos personales, ofreciendo en el mismo acto la prueba pertinente. De esta
presentación se dará traslado al demandado por el mismo plazo.
Una vencido el término para contestar el informe, o si el mismo ha sido contestado (al igual si se
verifica el supuesto de ampliación), el juez dictará sentencia, especificando si la información debe
ser suprimida, rectificada, actualizada o declarada confidencial, estableciendo un plazo para su
cumplimiento.

Reconocimiento constitucional y regulación legal nacional


Hemos señalado en los puntos anteriores que la regulación del habeas data se e encuentra en el
Art. 43, 3º párrafo de la Constitución y se su regulación normativa se encuentra en la ley 25.326.
Para ampliar puede consultarse el Capítulo VI de la bibliografía básica.

El habeas data en la Provincia de Córdoba


El Art. 50 de la Constitución Provincial de Córdoba tiene establecido que “Toda persona tiene
derecho a conocer lo que de él conste en forma de registro, la finalidad a que se destina esa
información, y a exigir su rectificación y actualización. Dichos datos no pueden registrarse con
propósitos discriminatorios de ninguna clase ni ser proporcionados a terceros, excepto cuando
tengan un interés legítimo.
La ley reglamenta el uso de la informática para que no se vulneren el honor, la intimidad personal
y familiar y el pleno ejercicio de los derechos”.
Bibliografías de referencia
Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo
II. Córdoba: Alveroni Ediciones.
Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial
Universidad.
La acción de
inconstitucionalidad

Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
La acción de inconstitucionalidad
Las distintas variantes del control de constitucionalidad por vía de
acción.
Como vimos en la Unidad 5 el control de inconstitucionalidad de una norma puede ser
efectivizado tanto por vía de acción como de excepción.
A partir de ello, tal como lo destaca Torricelli2, en la actualidad, podemos encontrar en el derecho
comparado tres variantes al control de constitucionalidad por vía de acción:
1) Acción concreta de inconstitucionalidad, que requiere para su procedencia de una causa o
controversia entre partes, esto es de una afectación particularizada de un derecho
constitucional. Esa circunstancia es el motivo por el cual la sentencia sólo alcanza a las
partes;
2) Acción abstracta de inconstitucionalidad, en la cual no se requiere la afectación concreta de
un derecho. Es propia de los sistemas de control de constitucionalidad concentrado. Por lo
general, la sentencias tienen efectos erga omnes; y
3) Acción directa de inconstitucionalidad, en donde si bien quien promueve la demanda de
inconstitucionalidad posee un interés jurídico diferenciable, resultan alcanzados por los
efectos de la norma que se ataca todos los que se encuentran dentro de su ámbito de
aplicación.

La viabilidad de la acción en orden nacional.


En el orden federal no contamos con una regulación expresa de la acción de inconstitucionalidad
ni en la esfera constitucional ni legislativa.
La acción declarativa de inconstitucionalidad, fue sistemáticamente denegada por la Corte Suprema
de Justicia de Nación desde su creación hasta 1985. En ese año resolvió el caso “Provincia de
Santiago del Estero”3.

de una acción concreta de inconstitucionalidad en donde la pretensión debe estar sujeta a la


existencia de una “controversia” o “causa” judicial entre partes y ser promovida por una persona

2
TORRICELLI, Maximiliano, “La acción de inconstitucionalidad” en AA.VV. Derecho procesal
constitucional, (Manili, Pablo L., coord.), Buenos Aires, Edit. Universidad, 2005, pág. 265 y ss.
3
Fallos, 307:1379.
legitimada en contra de una norma que se considera inconstitucional y que provoca un daño futuro
pero cierto en el actor4. Por ese motivo, la sentencia que se dicte sólo va a alcanzar a las partes del
pleito.
Como fundamento normativo de esa acción se ha utilizado el Art. 322 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación. Esa disposición establece que “Podrá deducirse la acción que tienda a
obtener una sentencia meramente declarativa, para hacer cesar un estado de incertidumbre sobre
la existencia, alcance o modalidades de una relación jurídica, siempre que esa falta de certeza
pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor y éste no dispusiere de otro medio legal para
ponerle termino inmediatamente”.
Como podrá advertirse, esa norma adjetiva, se refiere a la acción declarativa de certeza y no a la
acción declarativa de inconstitucionalidad que, por la envergadura de su objeto, desborda el
marco conceptual establecido por esa disposición procesal. A pesar de ello, la Corte sigue
utilizando esa disposición normativa como fundamento de su existencia en el sistema federal.
Aunque la Corte ha ido relativizando esa exigencia5, debe tenerse presente que el Art. 322 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación requiere para su procedencia la inexistencia de
otro medio legal posible como condición ineludible a la presencia de esta acción.

Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre su


procedencia
Como vimos en el punto anterior la acción de inconstitucionalidad ha tenido su origen en el orden
federal por su reconocimiento jurisprudencia por la Corte Suprema a partir del caso “Provincia de
Santiago del Estero”6.
Para ampliar puede verse el Capítulo X de la bibliografía básica.

4
BIANCHI, A., Control de Constitucionalidad, op. cit, T. 1, pág. 262 y ss.
5
Debe tenerse presente que la Corte ha ido atenuando ese criterio (Cfr. TORRICELLI, Maximiliano, “La
acción de inconstitucionalidad”, AA.VV. Derecho procesal constitucional, (Pablo L. Manili, coord.), Buenos
Aires, Edit. Universidad, 2005, 1ª Ed., pág. 285)
6
Fallos, 307:1379.
La acción autónoma de inconstitucionalidad en la Provincia de
Córdoba.
En la Provincia de Córdoba por vía constitucional (Art. 165 Inc. 1°) se dio nacimiento a la acción
directa de inconstitucionalidad como un mecanismo para cuestionar las leyes, decretos,
reglamentos, resoluciones, Cartas Orgánicas y ordenanzas, que estatuyan sobre materia regida por
esta Constitución, y se controviertan en caso concreto por parte interesada. La acción tiene un claro
objeto preventivo por el cual se procura evitar que la norma inconstitucional se aplique y provoque
un gravamen.
Este tipo de acción no requiere una aplicación concreta de la norma general que se cuestiona sino
que, a los fines de su procedencia, resulta suficiente que quien reclama se encuentre entre sus
destinatarios y que la norma violente materia regida Constitución Provincial sin perjuicio de que
también afecte normas de carácter federal.
En estos casos corresponde la competencia originaria del Tribunal Superior de Justicia que debe
resolver la cuestión en pleno. El examen de admisibilidad debe hacerse con criterio restrictivo dada
la extraordinariedad de la competencia originaria, exclusiva y plena del TSJ.
Como puede advertirse el sistema de control de constitucionalidad en Córdoba es de carácter
mixto, ya que para cuestionar normas generales que todavía no se han aplicado de una manera
concreta resulta procedente la acción directa de inconstitucionalidad que debe promoverse ante el
Tribunal Superior de Justicia de la Provincia. En cambio, para los casos en que se trate de actos
individuales o de normas generales que ya han tenido aplicación, la vía correspondiente es la
acción de amparo o su planteo como vía incidental, según corresponda pero ante la primera
instancia.

La jurisprudencia del Tribunal Superior de Justicia al respecto


Con relación a la acción directa de inconstitucionalidad el Tribunal Superior de Justicia ha
señalado lo siguiente:
La acción directa de inconstitucionalidad provincial es una acción sustancial mediante la
cual se viabiliza el ejercicio de la jurisdicción constitucional en instancia originaria atribuida
taxativamente al Tribunal Superior de Justicia por el Artículo 165, Inciso 1, apartado "a" de
la Constitución Provincial. Su naturaleza excepcional autoriza al Tribunal a disponer su
rechazo in limine cuando su improcedencia aparece en forma manifiesta y ostensible. Por
consiguiente, cuando "ab initio" se tiene la certeza que ni la causa, ni el objeto de la
pretensión revisten idoneidad para lograr los efectos jurídicos perseguidos, se justifica el
rechazo de oficio de la demanda, a fin de impedir la sustanciación de un proceso a todas
luces innecesario. Así carece de utilidad jurídica y práctica sustanciar un litigio que desde su
postulación inicial resulta inidóneo para alcanzar una decisión de mérito favorable por falta
de legitimación activa y por la no justiciabilidad de la materia que involucra el objeto de la
pretensión sustancial. 2- La legitimación activa resulta insuficiente para ser admitida en un
proceso judicial, si por el grado de generalidad, pone de manifiesto la falta de un interés
jurídico, personal y directo, para perseguir la declaración de inconstitucionalidad de las
normas cuestionadas. La invocación de su calidad de ciudadanos de la Provincia resulta
inhábil para sustentar una pretensión en juicio, al no demostrar la eficacia de las normas
cuestionadas en su adecuación constitucional, para interferir en la esfera de los intereses
jurídicamente tutelados de quienes accionan7.
La naturaleza excepcional de la acción directa de inconstitucionalidad deducida en autos,
exige un pronunciamiento por parte de este Tribunal Superior de Justicia, respecto de la
admisibilidad formal de la misma. A tal fin, es menester analizar si en la especie concurren
los presupuestos necesarios para ello, establecidos en el Artículo 165 Inciso 1º, apartado a)
de la Constitución Provincial y en el Artículo 11, Inciso 1°, apartado a) y concordantes de la
Ley Orgánica del Poder Judicial Nº 8435. II. Dicho examen, por mandato constitucional,
corresponde efectuarlo con un criterio restrictivo, dado que ella requiere la intervención
originaria y exclusiva de este Tribunal Superior de Justicia en pleno, pues esta vía directa de
inconstitucionalidad provincial constituye una acción sustancial mediante la cual se viabiliza
el ejercicio de la jurisdicción constitucional en instancia originaria atribuida taxativamente al
Tribunal Superior de Justicia a través de la normativa antes referenciada, y cuyo carácter
restrictivo autoriza al Tribunal a disponer su rechazo “in limine” cuando su inadmisibilidad
aparece en forma manifiesta y ostensible, desde que atenta contra la seguridad jurídica y el
principio de la confianza legítima de los ciudadanos en la observancia y el respeto de las
situaciones derivadas de la aplicación de normas válidas y vigentes, al mantenerse
innecesariamente en duda la regularidad constitucional de las

normas cuestionadas mientras se sustancia la causa8.


En orden al requisito relativo al “caso concreto”, el mismo se configura en autos por
cuanto, prima facie, media un interés suficiente para proponer la pretensión declarativa,

7
T.S.J., Sala Cont.adm. “Alberti, Huber Oscar C/ Pcia. de Córdoba- Acción Autónoma de
Inconstitucionalidad, 8/6/99.
8
T.S.J., 4/10/2004, “Contreras Garay Carla C/ Municipalidad de Mendiolaza- Acción Autónoma de
Inconstitucionalidad, 8/6/99.
mediante la cual los accionantes procuran superar la situación de falta de certeza en cuanto
a una probable lesión futura que se materializaría de ponerse en ejecución la normativa
cuestionada en su regularidad constitucional. Dicho interés se concreta, frente a la
posibilidad de ver afectada su zona de interés por la efectiva aplicación de la norma
cuestionada, en cuyo mérito, la declaración judicial se presenta como un medio necesario
para evitar dicha eventualidad, disipando la incertidumbre en torno a los alcances de la
relación jurídica que vincula a los actores9.
La acción declarativa de inconstitucionalidad de una ordenanza municipal habilita la
competencia originaria y exclusiva del Tribunal Superior de Justicia, en tanto se discuta la
cuestión constitucional “en caso concreto”, por “parte interesada” y la misma estatuya sobre
“materia regida por la Constitución de la Provincia”. 2- Tratándose de una acción
declarativa de inconstitucionalidad (Art. 165 Inc. 1º, ap. “a” de la Constitución Provincial), la
misma participa de la naturaleza de las acciones declarativas de certeza o meramente
declarativas (Arts. 413 y 418 Inc. 3º, C.P.C. y C.), por lo que corresponde adoptar el
procedimiento de juicio abreviado, previsto en los Arts. 507 y ss. del CPC. 3- La acción
declarativa de inconstitucionalidad, aunque se trate de una acción declarativa de certeza no
excluye la procedencia de medidas cautelares, en tanto se den los demás requisitos
necesarios para su admisión: a) verosimilitud del derecho invocado; b) peligro en la
demora; c) la cautela no pudiere obtenerse por medio de otra medida precautoria y d)
contracautela (Art. 483 y cc. C.P.C. y C.), en cuya ponderación los razonamientos lógicos
no deben someterse a un rigorismo tal que las haga inadmisibles en la práctica. Cuando se
cuestiona en su validez constitucional una ordenanza dictada por la Municipalidad, la cual
constituye ley en sentido estricto y que emana de una autoridad instituida por la
Constitución Provincial, el criterio de mesura para ponderar la concurrencia de las
exigencias legales condicionantes para el otorgamiento de una tutela cautelar debe ser
restrictivo. Lo contrario, conllevaría al riesgo de suspender la vigencia de una ley que goza
de la presunción de constitucionalidad, en virtud de haber sido dictada en observancia de
los procesos de formación, sanción, promulgación y publicación, establecidos legalmente,
con serio riesgo que tal medida comprometa la eficacia del ejercicio de los poderes
públicos. Así como sólo una arbitrariedad o ilegalidad manifiesta u ostensible justifican la
suspensión de los actos administrativos de carácter individual, con mayor razón tal

9
T.S.J., 16/12/2004, “Petrodual S.R.L. C/ Municipalidad de San Francisco- Acción Autónoma de
Inconstitucionalidad.
recaudo debe exigirse y acreditarse fehacientemente cuando se pretenda la suspensión
provisional de una ley10.

10
T.S.J., 28/12/2000, “Comisión Permanente Fiesta Nacional del Olivo C/ Municipalidad de Cruz del Eje -
Acción Autónoma de Inconstitucionalidad”.
Bibliografías de referencia
Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo
II. Córdoba: Alveroni Ediciones.
Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial
Universidad.
El recurso
extraordinario
federal

Derecho
Procesal IV
(Procesal Público)
El recurso extraordinario federal
La competencia de la CSJN por apelación extraordinaria
Una vez instalada la Corte Suprema de Justicia de la Nación se dictó la Ley 48 en donde a partir
del art. 14 reguló lo relativo a la intervención de dicho Tribunal.
Esa disposición señala que “Una vez radicado un juicio ante los Tribunales de Provincia, será
sentenciado y fenecido en la jurisdicción provincial, y sólo podrá apelarse a la Corte Suprema de
las sentencias definitivas pronunciadas por los tribunales superiores de provincia en los casos
siguientes:
1°) Cuando en el pleito se haya puesto en cuestión la validez de un Tratado, de una ley del
Congreso, o de una autoridad ejercida en nombre de la Nación y la decisión haya sido contra su
validez.
2°) Cuando la validez de una ley, decreto o autoridad de Provincia se haya puesto en cuestión bajo
la pretensión de ser repugnante a la Constitución Nacional, a los Tratados o leyes del Congreso, y
la decisión haya sido en favor de la validez de la ley o autoridad de provincia.
3°) Cuando la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución, o de un Tratado o ley del
Congreso, o una comisión ejercida en nombre de la autoridad nacional haya sido cuestionada y la
decisión sea contra la validez del título, derecho; privilegio o exención que se funda en dicha
cláusula y sea materia de litigio.
Por su parte, el art. 15 prescribe que “Cuando se entable el recurso de apelación que autoriza el
artículo anterior, deberá deducirse la queja con arreglo a lo prescripto en él, de tal modo, que su
fundamento aparezca de los autos y tenga una resolución directa e inmediata a las cuestiones de
validez de los artículos de la Constitución, leyes, Tratados o comisiones en disputa, quedando
entendido, que la interpretación o aplicaciones que los tribunales de provincia hicieren de los
códigos Civil, Penal, Comercial y de Minería, no dará ocasión a este recurso por el hecho de ser
leyes del Congreso, en virtud de lo dispuesto en el inciso 11, artículo 67 de la Constitución.”

Finalidad jurídico-política del recurso extraordinario federal.


1) Garantizar la supremacía de las instituciones federales.
2) Permitirle a la CSJN la última palabra en materia de derecho federal.
3) Asegurar la supremacía de la Constitución Nacional por sobre autoridades y normas locales y
federales.
Requisitos comunes, propios y formales.
A) Los requisitos comunes son aquellos con los cuales debe cumplir todo recurso jurisdiccional.
Entre ellos se destacan:
1) La existencia de un agravio emanando de una sentencia. El mismo debe mantenerse hasta que
resuelva la C.S.J.N., pues de lo contrario el planteo devendrá abstracto.
2) La existencia de una “causa” en los términos de la jurisprudencia de la C.S.J.N., esto es una
controversia entre partes. No estaremos en presencia de una “causa” frente a la presencia de
alguna cuestión política no justiciable.
3) La intervención anterior de un Tribunal de Justicia.

B) REQUISITOS PROPIOS. Son los recaudos que debe cumplir el remedio federal y que se
relacionan con la pretensión del recurrente. La exigencia del cumplimiento de tales recaudos tiene
por objeto el mantenimiento de la supremacía constitucional, en los términos del art. 31 CN.

1.- Existencia de Cuestión Federal.

Cuestión Federal Simple

Compleja Directa

Indirecta

De acuerdo a preceptuado por el art. 14 de la ley 48, la admisibilidad del remedio federal requiere
el análisis relativo a la existencia de una cuestión federal11.
En la cuestión federal simple se presenta un problema en la determinación del alcance e
interpretación de una cláusula constitucional, la disposición de un tratado, o de una ley federal.
En la cuestión federal compleja estamos frente a una disposición que se opone a la Constitución
Nacional. La misma puede ser directa cuando una norma, constitución o ley local se opone a la
C.N. En la indirecta, en cambio, se presenta un problema que compromete la supremacía
constitucional en tanto una norma inferior se opone contra una norma de jerarquía superior que no
es la C.N.

2.- Relación directa. Debe existir inequívocamente, relación directa entre la cuestión federal
introducida y el agravio ocasionado por el decisorio recurrido. Esto es que de la solución a la

11
Fallos, 136:46 y 141; 158:159.
cuestión federal dependa la decisión del litigio y ello, debe ser puesto en evidencia por el
recurrente. No hay relación directa si la cuestión federal es inoficiosa o baladí en los términos del
art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.

3.- Resolución contraria. La decisión que se ataca por vía del recurso extraordinario debe ser
contraria al derecho federal invocado en el juicio. Esta puede ser expresa cuando se niega
explícitamente la supremacía de la cláusula federal invocada o tácita cuando el tribunal prescinde
de considerar la cuestión federal.
Con relación a esto último, ha señalado la Corte que “la omisión de la sentencia apelada, debe
interpretarse como un pronunciamiento implícitamente contrario”12.

4.- Sentencia definitiva. Este requisito se cumple desde que el remedio federal se interpone contra
la resolución definitiva, es decir, contra aquella que pone fin a la causa, hace imposible su
continuación, priva al interesado de otros medios legales para obtener la tutela de sus derechos,
impide el replanteo de la cuestión en otro juicio o causa gravamen irreparable.
Con esta orientación ha decidido la Corte que un pronunciamiento posee carácter definitivo a los
fines del remedio federal cuando resuelve el fondo de la controversia planteada poniendo fin a la
cuestión debatida en forma tal ésta no puede renovarse13.
A través de sus sentencias la C.S.J.N. ha considerado que no resultan sentencias definitivas a los
fines del recurso extraordinario:
a) La decisión que rechaza o concede una medida cautelar;
b) El resolutorio que dispone la caducidad de instancia;
c) La sentencia dictada en el marco de un juicio ejecutivo;
d) La resolución que declara formalmente inadmisible un amparo.

5. Gravamen irreparable: La sentencia que se pretende cuestionar por vía del recurso extraordinario
federal debe provocar perjuicio de tal magnitud que si no se pudiera recurrir por esa vía mediante los a
agravios quedarían firmes.

Con esa inteligencia, el Alto Tribunal entendió en una causa que el gravamen era irreparable en
tanto el agravio producido por la resolución atacada provocaba la lesión constitucional de cláusulas
constitucionales y no podía ser subsanado mediante un procedimiento o juicio ulterior14.

12
Cfr. PALACIO DE CAEIRO, Silvia B., Recurso Extraordinario Federal, Córdoba, Alveroni Ediciones, 1997,
pag. 84.

13
Fallos, 137;354, 188:393.
6. Superior tribunal de la causa. La resolución que se ataca por vía del REF debe emanar de la
máxima autoridad del ámbito jurisdiccional que se trate. Ello implica que la caracterización de
superior tribunal depende de la organización judicial de cada provincia; aspecto que deberá
valorarse en el caso concreto. En Córdoba debe considerarse como tal al Tribunal Superior de
Justicia y a la Cámara Federal de Apelaciones.
Este requisito es dejado de la lado en los casos en que se acude a la figura del recurso de per
saltum o salto de instancia.
Cabe recordar, que esta modalidad que tuvo una amplia y favorable recepción jurisprudencial en la
década del noventa del Siglo 20 habida cuenta que la Corte Suprema Nacional dictó numerosos
pronunciamientos15, en los que fue moldeando los contornos de esta herramienta.
Posteriormente, a comienzos del año 2002 durante la crisis económica el salto de instancia fue
receptado normativamente en el art. 195 bis del CPCCN; precepto que luego quedó excluido del
sistema jurídico al dictarse en ese mismo año Ley 25.58716.
A partir de entonces, la utilización de esta figura dejó de ser considerada por la Corte Suprema. En
tal sentido, ha señalado en la causa “Piragini”17, al rechazar un pedido de per saltum que “la
presentación efectuada no configura acción o recurso que, con arreglo a lo dispuesto en los arts.
116 y 117 de la Constitución Nacional y en sus leyes reglamentarias, habilite la competencia
ordinaria o extraordinaria de este Tribunal, ni un caso de privación de justicia que le corresponda
resolver”.
Sin embargo, esa figura procesal ha recobrado vida con el dictado en 2012 de la Ley 26.790 que
incorporó al CPCCN los arts. 257 bis y 257 ter.
Cabe destacar que se trató de un proyecto legislativo presentado por los Senadores Fuentes,
Fernández, Guinle, Pichetto, Riofrio y Mayans y que según se destaca en sus fundamentos tuvo
por objeto “precisar de la mejor manera posible, los lineamientos establecidos por la Corte a través
de sus diversos pronunciamientos judiciales, y la doctrina durante estos años, y permitir en
supuestos excepcionales habilitar la instancia extraordinaria, a los fines de poder revisar la
resolución impugnada por ante el Alto Tribunal de la Nación”.
En la nueva regulación se deja en claro que cuando aludimos al per saltum hacemos referencia a
una modalidad de recurso extraordinario y no de avocación de la Corte Suprema. Es decir, se trata
de un cauce para que el justiciable solicite –saltando una instancia- la intervención de la Corte y no

14
Fallos: 204:582.
15
Ver Fallos, 313-2:863, “Dromi” (1990); 313-2:1242, “BIBA” (1990); 319:371, “UOM” (1996), 320:2851, “Rodriguez”
(1997), entre otros.
16
B.O. 26/04/2002.
17
C.S.J.N., 17/10/2007, Piragini, Enrique A. y Herrador, Ramón Armando s/ per saltum y denuncia contra la
titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº1.
de una variante de avocación a la que el Alto tribunal puede acudir para intervenir antes de tiempo
en una causa.
Más precisamente, el Proyecto que terminó convirtiéndose en ley dice que “Se trata pues, de un
instituto de excepción, en la vía del recurso extraordinario, por el que la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, que habría sido –en el esquema normal- el último en intervenir, conoce de una causa
radicada ante Tribunales inferiores saltando una o más instancias, siempre y cuando se
configurasen una serie de circunstancias especialísimas que hacen a su procedencia”.
Debe quedar en claro, entonces, que la admisibilidad de ese remedio es de interpretación
restrictiva dado el carácter excepcional del remedio, con lo cual, en caso de dudas, debe ser
desestimado.
Entre los requisitos podemos señalar los siguientes:
1) Debe tratarse de cuestiones de competencia federal no penal.
Ello implica que queda descartada su procedencia cuando se trate de cuestiones ventiladas ante
los tribunales provinciales y aquellas materias que siendo de naturaleza federal se refiere a asuntos
penales. La razón de esta última exclusión obedece a que “el principio de la doble instancia en
estos casos, es un requisito constitucional insoslayable en virtud del Pacto de San José de Costa
Rica y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos”, tal como se afirma en el Proyecto.

2) Notoria gravedad institucional


Además, la nueva legislación exige para la viabilidad del per saltum que exista un caso de notoria
gravedad institucional. Ya veremos que la causal de gravedad institucional tuvo un origen
pretoriano y que siempre fue muy difícil definirla. En ese punto, el legislador pretende aportar
claridad al señalar que “Existirá gravedad institucional en aquellas cuestiones sometidas a juicio
que excedan el interés de las partes en la causa, proyectándose sobre el general o público, de
modo tal que por su trascendencia queden comprometidas las instituciones básicas del sistema
republicano de gobierno o los principios y garantías consagrados por la Constitución Nacional y los
Tratados Internacionales por ella incorporados.”
Evidentemente, que se trata de una noción vaga e imprecisa como la que venía sosteniendo el Alto
tribunal hasta aquí, lo que dificulta la tarea de definir de manera apriorística qué casos quedan
incluidos en dicho precepto.
3) Necesidad de resolución rápida debido a la irreparabilidad
En lo que tiene que ver con este recaudo la nueva normativa exige que el planteo que se articula
por a través del per saltum debe requerir una “solución definitiva y expedita” y que ese cauce
“constituye el único remedio eficaz para la protección del derecho federal comprometido, a los fines
de evitar perjuicios de imposible o insuficiente reparación ulterior”.
Lo que quiere significar es que dada la presencia de una cuestión federal que tiene en vilo a la
comunidad por el interés público comprometido, es necesaria la definición del asunto para evitar
que el tránsito por las instancias federales inferiores pueda frustrar el derecho comprometido en el
caso. Esa circunstancia justifica para el legislador una sentencia anticipada de la Corte Suprema.
Esta circunstancia surge de los fundamentos del Proyecto cuando se señala que “Se hace
referencia a la urgencia impostergable de finiquitar el proceso, y a que no exista otra vías más que
el per saltum requerida para ello, puesto que de otro modo el agravio producido por la sentencia
sería irreparable”.
4) Sentencia definitiva
Amén de lo señalado hasta aquí, debe quedar en claro que no cualquier resolución podrá ser
atacada por vía del salto de instancia sino que el Legislador ha sido claro al indicar que dicho
remedio solo será viable para cuestionar “las sentencias definitivas de primera instancia, las
resoluciones equiparables a ellas en sus efectos y aquellas dictadas a título de medidas
cautelares.”

Es dable advertir cómo la existencia de una gravedad institucional flexibiliza la presencia de ciertos
requisitos que no pueden obviarse en materia de recurso extraordinario. Nos referimos,
básicamente al tema de las medidas cautelares que como se sabe, como regla no son
considerados sentencia definitiva a los fines del remedio federal.
Sin embargo, es importante destacar que a los efectos del recurso por salto de instancia deben
considerarse impugnables por esta vía las decisiones relativas a medidas cautelares pues en los
fundamentos del Proyecto se indica que “en aquellos supuestos en que se reúnan las condiciones
para que las medidas cautelares, conforme a los criterios esbozados por los diferentes fallos, se
equiparen a las sentencias definitivas en sus efectos o se demuestre que pueden ocasionar
perjuicios de insuficiente o imposible reparación ulterior, en conjunto con las demás circunstancias
previstas en el nuevo art., 257 vis, la Corte podrá hacer lugar la per saltum”.
Por otra parte, resulta imperioso poner de resalto que la decisión que se pretende cuestionar por
ese cauce excepcional debe haber emanado del juez de primera instancia habida cuenta que lo
que se pretende es evitar el tránsito por la Cámara de Apelaciones. En ese orden ideas, en el
Proyecto se afirma que “Al ubicarnos en la competencia de apelación de la Corte, en el orden de
las instancias federales, la sola alternativa posible es –previo necesario fallo de primera instancia
“judicial”- el salto de la segunda, es decir la Cámara Federal”.
Justamente, ese fue el motivo por el cual la Corte rechazó el per saltum intentado por el Estado
Nacional en la causa “Clarín”18. Allí, se resolvió que atento que el recurso se dirigía contra la
decisión emanada de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal por la
cual se había prorrogado, hasta tanto se dicte sentencia definitiva en la causa, la medida cautelar

18
C.S.J.N., 10/12/12, “Estado Nacional - Jefatura de Gabinete de Ministros s/ interpone recurso extraordinario
por salto de instancia en autos: Grupo Clarin S.A. s/ medidas cautelares expte. n° 8836/09".
dictada en favor de la actora, debía ser desestimado dado que no había sido interpuesto contra una
decisión dictada por un juez de primera instancia.
En lo concerniente al trámite el art. 257 ter del CPCCN hace algunas presiones pero también
plantea muchos interrogantes.
En primer lugar, se aclara que el recurso extraordinario por salto de instancia debe interponerse
directamente ante la Corte Suprema. Es necesario que el escrito que lo contenga esté debidamente
fundado y que cumplir con el requisito de la autonomía, que luego precisaremos. Es decir, que
debe contener un relato que permita conocer acabadamente la situación del expediente. En cuanto
al plazo se precisa que debe ser interpuesto dentro de los diez días de notificada la resolución que
se pretende cuestionar ante los estados de la Corte. Entendemos que en estos casos el término
debe ser prolongado en razón de la distancia en los términos del art. 158 del CPCCN.

Rechazo in limine. La Corte Suprema se encuentra habilitada para rechazar in limine el recurso en
aquellos casos en que no se cumpla con los requisitos para su procedencia que hemos analizado.

Para esos supuestos, el legislador dispuso que en ese caso “proseguirá la causa según su estado y
por el procedimiento que corresponda”. Esa afirmación nos deja muchas dudas ya que pueden
darse varias posibilidades. En primer lugar puede ocurrir que quien interpuso el per saltum también
halla interpuesto el recurso ordinario correspondiente, con lo cual si se rechaza el salto de instancia
conserva el primero. Esta parece las más lógica pero habilita a que siempre se intente el per saltum
ya que en caso de rechazo no genera ningún riesgo procesal. La segunda opción es que el
Legislador considere que rechazado el salto de instancia pueda volver e interponer los recursos
que correspondan. Sin embargo ello nos genera dudas dado que se habrán vencido los plazos.

Formalidad de la admisibilidad. Si la Corte Suprema considera que el per saltum resulta


admisible debe disponerlo mediante un auto. Esa decisión del Alto tribunal tendrá efectos
suspensivos respecto de la resolución recurrida.
Luego de ello, se dispone el traslado del recurso a las partes interesadas por el término de cinco
días.
Una vez que se ha contestado el traslado o vencido el plazo para hacerlo, la Corte Suprema
decidirá sobre la procedencia del recurso.

Si lo estimare necesario para mejor proveer, podrá requerir al Tribunal contra cuya resolución se
haya deducido el mismo, la remisión del expediente en forma urgente.
C.- REQUISITOS FORMALES

1.- Introducción de la cuestión federal. Debe interponerse de una manera oportuna y suficiente la
cuestión federal y luego mantenerse en todas las instancias. Ello significa que el recurrente debe
poner de resalto en la primera oportunidad procesal la presencia de la cuestión federal.
A los fines de regular lo relativo a los requisitos formales que debe cumplir el recurso extraordinario
federal y la queja por denegación del dicho remedio, la Corte Suprema dictó la Acordada 4/2007 19,
procurando, de ese modo, homogeneizar las presentaciones que se efectúen y ordenar el trámite
en esa instancia.
La aprobación de la Acordada 4/2007 pone de resalto la intención del Alto Tribunal de lograr la
disminución de la cantidad de causas que son sometidas a su resolución.
En esa reglamentación se regulan los renglones, las páginas, tipo de letra y demás recaudos de
presentación, así como los documentos que deben acompañarse a esa presentación.
A partir de su vigencia20 la Corte ha sido muy estricta en su aplicación. Así en la causa “Fay, Juan
Horacio”21 frente al recurso de queja interpuesto por una entidad bancaria en contra de la
resolución del tribunal inferior que había rechazado el remedio federal intentado, la Corte federal
decidió desestimar la presentación en virtud del incumplimiento de la aludida Acordada.
En el caso, la recurrente había omitido acompañar copia de la decisión impugnada mediante el
recurso extraordinario federal y de la resolución denegatoria del mismo, junto con la pieza
recursiva, desobedeciendo, de ese modo, lo prescripto por el art. 7º en sus incisos a) y d).
En segundo lugar, en la causa “Rearte, Enrique Alberto”22 ante el recurso de queja interpuesto por
el Ministerio de Economía de la Nación en contra de la resolución emanada de Sala II de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, el Máximo Tribunal también
dispuso el rechazo de esa presentación.
A diferencia del precedente analizado, en esta oportunidad, la base normativa para la
desestimación del recurso se halló en el incumplimiento de los arts. 4 y 5 de dicho reglamento.
Cabe destacar, que la primera de esas disposiciones prescribe las exigencias formales y de estilo
que debe reunir la presentación por denegación del remedio federal y el segundo, obliga al

19
Sobre este aspecto puede verse: BUTELER, Alfonso, “La Corte Suprema y la aplicación de la Acordada
4/2007”, La Ley, 16/11/2007, pag. 6.

20
B.O. 21/03/2007.
21
C.S.J.N., 14/10/2007, Fay, Juan Horacio y otro c/ Poder Ejecutivo Nacional y otros”, F. 524. XLIII.

22
C.S.J.N., 17/10/07, “Rearte, Enrique Alberto c/ Poder Ejecutivo Nacional”, R. 742. XLIII.
recurrente a acompañar una carátula en la cual se deben consignar los datos exigidos por el art. 2
así como otros extremos dispuestos por dicha norma23.
En ambas decisiones y a los fines de su rechazo, el Alto Tribunal hizo uso de la facultad prevista
por el art. 11 de dicho reglamento que lo autoriza a desestimar la apelación mediante la sola
mención de la norma reglamentaria pertinente para el caso en que el recurrente no haya satisfecho
alguno de los recaudos exigidos o que lo haya hecho de una manera deficiente.
Sin dudas, que de todas las disposiciones que integran ese plexo normativo la norma que más
interrogantes plantea es el mentado artículo que autoriza a desestimar aquellas presentaciones que
no cumplan con los recaudos exigidos por la Acordada con la sola mención de la cláusula
reglamentaria pertinente.
Luego, esa norma establece que ese límite formal no es absoluto, pues la Corte puede valorar,
según su sana discreción, si el incumplimiento de los recaudos no constituye un obstáculo
insalvable para la admisibilidad de la presentación recursiva.
Como podrá advertirse, esa norma ha consagrado una especie de gravedad institucional que le
permitirá a la Corte ingresar al fondo de la cuestión planteada más allá de la inobservancia de las
exigencias rituales.
Ahora bien, cabe preguntarse si esa valoración también puede ser efectuada por el tribunal
superior de la causa al momento resolver la concesión del recurso extraordinario o esa si
herramienta solo puede ser utilizada por la Corte.
A los efectos de dilucidar la cuestión, merece atención interpretativa el hecho de que la norma
objeto de comentario luego de prescribir que los recursos que no cumplan con las exigencias
formales se reputarán inoficiosos establezca que “Del mismo modo deberán proceder los jueces o
tribunales cuando denieguen la concesión de recursos extraordinarios por no haber satisfecho los
recaudos impuestos por esta reglamentación”.
Esa disposición parece solamente estar dirigida a la declaración de inoficiosidad de las
presentaciones que omitan cumplir con la Acordada sin perjuicio de lo cual, no encontramos
obstáculo alguno para que el tribunal superior de la causa pueda hacer uso de aquella posibilidad.

La autosuficiencia de recurso extraordinario federal. Para la procedencia del recurso


extraordinario resulta necesario que la presentación sea autosuficiente. Ello significa que el

23
Por su parte, el 5° establece que la pieza recursiva “Contendrá una carátula en hoja aparte en la cual deberán
consignarse exclusivamente los datos previstos en el art. 2°, incisos a, b, c, d y e; y, además: f) la mención del
organismo, juez o tribunal que dictó la resolución denegatoria del recurso extraordinario federal, como así
también de los que hayan intervenido con anterioridad en el pleito; g) la fecha de notificación de dicho
pronunciamiento; h) la aclaración de si se ha hecho uso de la ampliación del plazo prevista en el art. 158 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación; i) en su caso, la demostración de que el recurrente está exento
de efectuar el depósito previsto en el art. 286 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
recurso debe bastar por sí mismo y contener todos los elementos que permitan analizar su
procedencia.
Para la Corte Suprema ello implica que el recurso “debe contener un relato claro y sucinto de los
hechos de la causa, de la cuestión federal en debate y de la relación que habría entre ésta y
aquéllos, como así una crítica concreta y razonada de los fundamentos en que se basa la
decisión del a quo”24.

La existencia de cuestión federal


Como vimos en el punto 9.3 dentro de los requisitos propios del recurso extraordinario federal es la
existencia de una cuestión federal. A mayor abundamiento remitimos al Capítulo XII de la
bibliografía básica.

La causal por sentencia arbitraria


La causal por sentencia arbitraria es de pura creación pretoriana a través de las sentencias de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación a partir de lo resuelto en 1947 en la causa “Carlozzi”25. A lo
largo de los años el Alto Tribunal ha ido calificando a determinadas sentencias como arbitrarias y
admitiendo su revisión aunque no se verifique la existencia de una cuestión federal. Sea que se
trate de una cuestión de hecho, de derecho común en los términos del art. 75 inc. 12 de la CN., o
de derecho local.
Debe tenerse presente que esta causal no puede ser invocada ante una mera disconformidad con
la sentencia que se pretende dejar sin efecto, sino que la calificación de arbitraria de la sentencia
“está dirigida a la revisión de los pronunciamiento en los que se advierta la inexistencia de las
calidades mínimas para que el caso impugnado constituya una sentencia judicial”26.
Es decir que se trata de un acto jurisdiccional inválido que no reúne las mínimas cualidad de tal ya
sea porque se han valorado los hechos de una manera antojadiza, no se analizado prueba
relevante, se ha soslayado la aplicación de alguna norma, la sentencia contradice las constancias
del expediente, etc.
Es que “también la sentencia arbitraria o inconstitucional que produce una lesión respecto de
cláusulas constitucionales, crea una cuestión federal que antes no existía en el juicio, la que debe
reparase en desagravio del principio de supremacía de la Constitución Nacional”27

24
Fallos 305:706.

25
Fallos, 207:72.

26
Fallos, 239:126, 237:74.
27
Cfr. PALACIO DE CAEIRO, S. op. cit., pag. 38.
La causal por gravedad institucional
Con la causal de la gravedad institucional, la C.S.J.N. flexibiliza el cumplimiento de ciertos recaudos
de admisibilidad del recurso extraordinario, justamente, por estar involucrado un interés institucional
que excede la pretensión de las partes del juicio y compromete a la comunidad entera. Por lo
común, la Corte no es exigente con el cumplimiento del recaudo de la existencia de un gravamen
irreparable o de sentencia definitiva (en los casos de Per Saltum)
Dicha circunstancia pone de resalto el rol político que tiene el Máximo Tribunal Federal de la
Nación y el deber de la protección de interés público.
Su creación también tiene un origen pretoriano cuyo origen se remonta a la causa “Jorge
Antonio”28 de 1960. En esa oportunidad el tribunal señaló que “Lo mismo que la ausencia de
interés institucional que la jurisprudencia contempla, por regla general con el nombre de
´cuestiones federales insustanciales´, autoriza el rechazo de plano de la apelación extraordinaria
[...] así también la existencia de aspectos de gravedad institucional puede justificar la intervención
del Tribunal superando los ápices procesales frustratorios del control constitucional de esta Corte.
Se trata, en efecto , de condiciones pertinentes para la eficiencia del control de constitucionalidad y
de la casación federal que esta Corte debe cumplir”.
Sin embargo, como vimos, con la inclusión en el art. 257 bis del CPCCN existe actualmente en el
sistema jurídico una definición de gravedad institucional. Recordamos que allí se señala que
“Existirá gravedad institucional en aquellas cuestiones sometidas a juicio que excedan el interés de
las partes en la causa, proyectándose sobre el general o público, de modo tal que por su
trascendencia queden comprometidas las instituciones básicas del sistema republicano de gobierno
o los principios y garantías consagrados por la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales
por ella incorporados.”

Jurisprudencia
Como vimos en los puntos anteriores ha sido la jurisprudencia de la Corte Suprema Nacional la que
ha ido delineando los contornos del recurso extraordinario federal, tanto por la existencia de una
cuestión federal pero sobre todo por arbitrariedad o por gravedad institucional. Para ampliar puede
verse el Capítulo XIII y XIV de la bibliografía básica.

Trámite procesal
A partir del art. 256 del CPCCN se encuentra regulado el trámite del recurso extraordinario federal.
Éste debe ser interpuesto por escrito, de una manera fundada ante el tribunal superior de la causa

28
Fallos, 248:189.
que dictó la resolución que lo motiva, dentro del plazo de diez días contados a partir de la
notificación.
Del mismo se dará traslado por diez días a las partes contrarias. Una vez contestado el traslado, o
fenecido el plazo para hacerlo, el tribunal de la causa decidirá sobre la admisibilidad del recurso,
para lo que deberá analizar la concurrencia de los recaudos analizados en los puntos anteriores.
Si estima conveniente su concesión deberá notificarlo a las partes restantes y remitir las
actuaciones a la Corte Suprema dentro del plazo de cinco contados desde la última notificación.
Una vez que la causa se encuentre en los estrados de la Corte esa circunstancia implicará el
llamamiento de autos para dictar sentencia.
En esta instancia, el art. 280 del CPCN que fue instaurado por por la Ley 23.77429 le concede la
facultad a la Corte de acuerdo a su “sana discreción”, de rechazar el recurso extraordinario, por
falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o
carentes de trascendencia con la sola invocación de esta norma, lo que técnicamente se conoce
como writ of certiorari30.

Recurso de queja ante denegación del recurso extraordinario

Si el tribunal superior de la causa ha denegado la concesión del recurso extraordinario federal, el


interesado puede interponer recurso de queja ante la Corte Suprema dentro de los cinco días de
notificada la resolución denegatoria. Debe recordarse que ese plazo resulta extendido por la
aplicación del art. 158 del CPCCN en razón de un día por cada doscientos kilómetros de distancia
o fracción que supere los cien.
El recurso debe presentarse ante la CSJN debidamente fundado y cumplir con los recaudos
formales de la Acordada 4/2007. Es muy importante tener en cuenta que con la queja debe
atacarse primeramente el acto jurisdiccional que deniega el recurso extraordinario a los fines del
que la Corte declare formalmente admisible el recurso extraordinario y luego la sentencia definitiva
que es objeto de tal remedio federal.
En esta oportunidad procesal la Corte posee la atribución de desestimar la queja sin más trámite
invocando el art. 280 del CPCCN, exigir la presentación de copias o, si fuere necesaria, la remisión
del expediente.
Debe tenerse presente, que la interposición de la queja no suspende el curso del proceso.
Al momento de interponerse la queja el art.. 286 exige que el recurrente deposite judicialmente una
suma de dinero que en la actualidad ha sido elevada a pesos cinco mil ($ 5000) por vía de la
Acordada 2/2007

29
B.O. 16/04/1990.
30
Sobre el tema puede consultarse: GELLI, María Angélica, “El writ of certiorari en perspectiva”, L.L. 1994-B,
Quedarán exceptuados de realizar dicho depósito quienes se encuentre exentos de pagar sellado o
tasa judicial, conforme a las disposiciones de las leyes nacionales respectivas, tal como ocurre en
materia penal o frente a la tramitación de un beneficio de litigar sin gastos, o determinadas
cuestiones en materia previsional.
Ese depósito será devuelto al interesado si la queja fuera declarada admisible por la Corte. Si el
recurso es desestimado o si se declara la caducidad de instancia, el depósito se perderá y será
destinado a las bibliotecas de los tribunales nacionales de todo el país.
Bibliografías de referencia
Orgaz, J., Montesi, G., Ávalos, E. & Villafañe, L. (2004). Derecho Procesal Administrativo. Tomo
II. Córdoba: Alveroni Ediciones.
Manili, P. L. & otros. (2005). Derecho Procesal constitucional. Buenos Aires: Editorial
Universidad.

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